25 de noviembre de 2016

CUBA: LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL MODELO Y EL FUTURO DEL SOCIALISMO

Luismi Uharte. alainet.net

Si en el año 2011 los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución” marcaron el debate en Cuba y fijaron la hoja de ruta para el cambio económico, 5 años después en el marco del VII Congreso del PCC, la “Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista” es el principal documento de análisis colectivo. Un texto de importancia vital ya que se ponen sobre el tapete aspectos estructurales del sistema cubano, es decir, del socialismo autóctono, y se plantea una reflexión político-filosófica que no se daba probablemente desde los años setenta, cuando se aprobó la Constitución del país.

El otro documento que acompaña a la “conceptualización” es el “Plan Nacional de desarrollo hasta 2030”, que de facto no es todavía un Plan sino más bien sus principios y sus ejes estratégicos. Estos dos textos están siendo debatidos por decenas de miles de personas en centros de estudio y de trabajo y serán enriquecidos con los principales aportes que se vayan realizando a lo largo de una reflexión colectiva que se prolongará, probablemente, hasta fin de año.

El debate en torno a la “conceptualización del modelo” sin duda resulta el más apasionante y obviamente también el más polémico, ya que está permitiendo discutir acerca de los grandes temas que históricamente marcaron la disputa entre los dos grandes sistemas de la modernidad: el socialismo y el capitalismo. La “conceptualización” está estructurada en cuatro capítulos principales que abordan temáticas estructurales como los principios del modelo, la propiedad de los medios de producción, la dirección planificada de la economía y la política social.

Más allá de esta división formal, a lo largo del texto destacan dos grandes debates: uno en torno a la propiedad y el otro acerca de la relación entre Estado y Mercado. De estos dos principales debates se derivan otros de gran relevancia como los modelo de gestión, el papel y potencialidades del cooperativismo, la redefinición de la política social para que sea sostenible… En síntesis, sitúa a las y los cubanos en la tesitura de conceptualizar el nuevo proyecto socialista para el siglo XXI.

La propiedad. En el primer capítulo de la “conceptualización” se fijan los “principios de nuestro socialismo que sustentan el Modelo” y se afirma con rotundidad que “la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción” es la forma principal de la economía. Se agrega que este tipo de propiedad garantiza la “condición de propietario común” a toda la sociedad cubana. En el capítulo 2 dedicado a la propiedad sobre los medios de producción, se concibe a la propiedad estatal como “la propiedad socialista de todo el pueblo”.

Se establece, por tanto, una divisoria clara entre propiedad “estatal” y propiedad “no estatal”, considerando que el mayor grado de socialización se logra a través de la primera. El citado capítulo 2 indica que la “forma estatal constituye la columna vertebral de todo el sistema de propiedad de la sociedad socialista”. La novedad, según José Luis Rodríguez, ex ministro de Economía y uno de los intelectuales más respetados, es que en esta nueva etapa del socialismo se reconoce el papel funcional que puede jugar la propiedad no estatal.

Una propiedad que, de todas formas, “está sujeta a temporalidad”. Esto significa que en un futuro podría revertir de nuevo a estatal, como ocurrió, recuerda Rodríguez, con la compañía de teléfonos ETECSA, que en 1995 era mixta y en 2008 fue recomprada por el Estado.

A pesar de la prioridad que se otorga a la propiedad estatal, la expansión de la propiedad no estatal es un hecho, como lo evidencian los datos del empleo, ya que si en 1989 solo el 6% de las y los trabajadores trabajaban en empresas no estatales, en el 2016 ya suponen casi el 30% de la fuerza laboral. Sin embargo, el peso de la economía no estatal en el PIB es apenas de un 12%, ya que su presencia se restringe a pequeñas empresas y a sectores no estratégicos. Los sectores estratégicos, las grandes industrias como la electricidad, las telecomunicaciones, la minería, etc., seguirán indiscutiblemente bajo control del Estado, asevera Rodríguez.

El documento de la “conceptualización” reconoce que la propiedad privada “cumple una función social”, tanto la nacional como la extranjera, ya que coadyuva en la mejora del “bienestar”, “tributa al desarrollo local” y contribuye a la “eficiencia” económica. Pero a su vez, deja claro que solo se permitirán pequeños emprendimientos y que se limitará la concentración de la propiedad y la riqueza privada.

En la práctica, es reseñable el modelo de financiación de los nuevos negocios privados, ya que según académicos norteamericanos el 50% de las remesas provenientes de EE.UU. se transforma en capital para crear o impulsar empresas privadas. Las lecturas, dentro de la propia intelectualidad económica cubana en relación a los proyectos privados son diversas. Rodríguez destaca que en la actualidad estas empresas están sub-declarando y por tanto pagando menos de lo que les corresponde, lo cual es innegable. Everleny Pérez, por su parte, considera que es necesario permitir más actividades profesionales privadas (bufetes, arquitectos, consultorías económicas…) y agrega que si se frena la iniciativa la gente seguirá yéndose del país, lo cual es una evidencia empírica.

En este nuevo contexto que se está creando en torno a los nuevos negocios privados, se cruzan variables contradictorias que muestran con claridad los aspectos positivos y negativos que están experimentando en primera persona los y las trabajadoras contratadas. Por una parte, los sentimientos de “explotación” emergen en las narrativas de esta franja incipiente de la clase trabajadora cubana; pero por otra parte, manifiestan que sus ingresos son muy superiores a los de cualquier empleo público. El testimonio de algunas empleadas de cafeterías o restaurantes privados es paradigmático en este sentido.

Las cooperativas. Otro de los grandes debates que se están dando en relación a la “conceptualización del modelo” y que son trascendentales para el Socialismo en el siglo XXI, es el de la autogestión y su materialización en Cuba a través del cooperativismo. El primer aspecto crítico a destacar es la desconfianza que sigue generando en capas importantes del Partido, de la dirección política y sobre todo de la burocracia intermedia. La cooperativa la siguen considerando una forma inferior de socialización de la propiedad en comparación con la propiedad estatal, lo cual evidencia la hegemonía del imaginario del socialismo real del siglo XX.

En parte, existe un temor comprensible respecto al riesgo del cooperativismo, ya que fue la forma encubierta de los negocios privados en la transición al capitalismo en la URSS, como advierten algunos analistas cubanos. Sin embargo, para los sectores favorables a la autogestión en Cuba la apuesta por el cooperativismo permitiría una mayor socialización de los medios de producción porque posibilitaría que los y las productoras pudieran, sin intermediación de ningún funcionario, gestionar directamente la empresa.

El cooperativismo ha tenido presencia en Cuba desde 1959 pero sólo en el sector agrario. No será hasta el 2011, con la apuesta por el nuevo modelo, cuando se impulse el cooperativismo en industrias y servicios (prioritariamente en este último). Actualmente hay casi 500 cooperativas en proceso de prueba y evaluación, la gran mayoría en el sector de gastronomía, comercio agropecuario y construcción. Hay previsión de que en los próximos años más de 12.000 pequeñas empresas estatales de servicios (la mayoría gastronómicos) se conviertan en cooperativas. Para los grupos pro-autogestión el proceso de cooperativización se está dilatando excesivamente y teniendo incluso más trabas que los negocios privados, lo cual podría interpretarse como una contradicción del proceso de cambio.

La gestión. Más allá del debate acerca de la propiedad existe otro trascendental y complementario: el modelo de gestión. A veces las disputas se circunscriben a la forma “propiedad”, cuando la forma “gestión” puede resultar más importante en algunos casos. De hecho, el criterio de eficiencia está siendo determinante a la hora de modificar el modelo de gestión en algunas empresas, aunque la propiedad siga siendo estatal.
El primer caso relevante es el del cooperativismo, ya que el 70% de las cooperativas en experimentación, son antiguas empresas públicas que ahora pasan a ser gestionadas por sus trabajadores/as, aunque parte de la propiedad puede seguir siendo estatal: los vehículos en el caso de las cooperativas de transporte público, los almacenes en el de las cooperativas textiles…

El otro caso paradigmático es el de la gestión privada extranjera en empresas de titularidad pública. El sector hotelero es quizás el más conocido, ya que desde los años 90 se conoce este modelo de propiedad pública o mixta y gestión privada, en el que los rendimientos económicos han sido positivos. La exportación de ron es otro referente y más recientemente la apuesta ha sido abrir a otros sectores, como el de los aeropuertos. La firma con una empresa francesa de un contrato de gestión del aeropuerto de La Habana y la intención de generalizarlo al resto de aeropuertos del país, es el ejemplo más destacado.

El Mercado. En el tercer capítulo de la “conceptualización”, el dedicado a “La dirección planificada de la economía”, se afirma categóricamente que “las leyes del Mercado no ejercen el papel rector”, siendo el Estado el gestor y regulador principal. Sin embargo, se perciben dos cambios importantes. Por un lado, el impulso a la descentralización, lo que implica dar mayor capacidad de decisión a las provincias y municipios y conceder mayor autonomía a los órganos de dirección de las empresas públicas.

Por otro lado, el “reconocimiento del Mercado”, esa institución que el socialismo real quiso suprimir por decreto pero que nunca desapareció. Como agudamente plantea el ex ministro Rodríguez, el mercado siempre existió aunque se trató de manera idealista de suprimirlo. Como la ley lo prohibió entonces se manifestó a través de la economía informal, del mercado negro. La lectura cubana actual plantea la existencia de un mercado regulado, no de un mercado libre, y por tanto la construcción de una economía “con mercado” y no una economía “de mercado”, que sí es la propia de los países capitalistas.

Rodríguez pone un ejemplo muy gráfico para entender la nueva relación que hay que establecer con el mercado. Afirma que los precios de muchos productos no se pueden regular administrativamente sino a través de un flujo suficiente de oferta, porque si no “la tendencia que se impone es a que se venda en la economía sumergida a un precio superior”.

Política social. La “conceptualización” culmina con el capítulo referido a la “política social”, donde se proclama la gratuidad de los derechos sociales básicos. La novedad la encontramos en la apelación a las “posibilidades objetivas de la economía”, reconociendo las limitaciones presupuestarias que puedan existir. Además, se indica que “se cobrarán” los servicios “complementarios y de carácter no fundamental”, advirtiendo que la gratuidad absoluta y generalizada ya no será viable.

El debate estrella sobre política social de los últimos tiempos es acerca del futuro de la histórica cartilla de abastecimiento, ya que a día de hoy sigue siendo totalmente universal. Cada vez parece más claro que tarde o temprano se asignará de forma focalizada a los sectores más vulnerables, y por tanto será un instrumento de combate a la desigualdad, un problema creciente desde la década del noventa.

El futuro del socialismo en Cuba nadie lo puede decretar. Lo único que está claro es que el modelo tradicional deudor de las experiencias del siglo XX se agotó y que será sustituido por otro modelo que necesariamente debe ser autosustentable. La pluralidad de propiedades, modelos de gestión e instituciones económicas será la clave sobre la que descanse el nuevo ensayo de socialismo para el siglo XXI.


NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Vivimos tiempos en los que el cinismo y la manipulación de los hechos son la moneda corriente. El último párrafo del autor del texto que acabo de publicar es una muestra de ese cinismo de él mismo y de la dirigencia actual del PCC. Lo llamativo es que, casi siempre, esos comportamientos se producen desde una posición, llamémosle, “realista”, que es la que se adopta cada vez que en política se realiza un giro hacia la derecha, el capitalismo y el sacrosanto “mercado”.

Algunos de quienes seguimos en su día el proceso que llevó hasta la perestroika sabemos que con Raúl Castro, Cuba ha encontrado su Andropov cubano, precursor, muy poco antes de Chernenko, del liquidador Gorbachov. De momento, el Andropov cubano ha encontrado su propio equipo de “economistas reformadores” (liberales, para entendernos), tan parecidos a aquellos que dieron lugar en su día a los llamados “papeles de Novosibirks”, los Agambeguian y las Zaslavskia, entre otros. En el PC cubano son los economistas que están detrás del documento “Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”. Entonces se habló, exactamente como ahora, de rectificar errores, de mejorar la economía socialista y de mentiras similares. La diferencia es que ahora se va hacia el capitalismo no por la vía rusa sino por la china: dictadura capitalista con hoz y martillo y un partido que, durante un tiempo, seguirá hablando de socialismo mientras lo va enterrando en el engendro llamado “socialismo de mercado” con una voladura controlada, con el fin de evitar las tensiones sociales y el riesgo del descarrilamiento que se produjo en la extinta Unión Soviética.

Que Cuba ha atravesado desde los primeros años de la revolución serios problemas en su economía no es un nuevo descubrimiento. El bloqueo fue uno de sus principales motivos. Otros habrá que achacárselos, seguramente, a errores en la organización de la economía socialista. Pero, a pesar de todo, Cuba superó el muy difícil “período especial” tras la desaparición de la URSS, con mucho, su principal socio económico. Y es cierto que, durante ese período se combinaron formas de supervivencia económica “imaginativa” con lo que fueron algunos ensayos de reintroducción de formas económicas privadas (pequeñas actividades económicas de autónomos sin empleados).

Pero aquél tiempo ya pasó y la privatización va entrando ahora con fuerza, desde la hostelería privada hasta otros sectores económicos que en este artículo se han mencionado. Ello está haciendo aparecer nuevas clases medias que crean contradicciones dentro de la lucha de clases que se da en un sistema socialista.

Cuando las entradas de partidas económicas de capital extranjero se vayan generalizando en eso que ya no se recatan en llamar formas económicas mixtas, y que luego llamarán economía mixta, veremos aparecer, al principio tímidamente, un gran empresariado cubano que, como sucede en China, ha ido naciendo al calor de la dirección y de esa palabra de las escuelas de negocios capitalistas que ahora tanto les gusta a los economistas cubanos, “gestión”, de los cuadros del Partido. No tardaremos en ver a millonarios cubanos con el carné del PCC, justo como pasa ahora en China.

Cuando uno escucha el antimarxismo que suelta por su boca el “economista” Juan Triana Cordoví, de una institución oficial del Estado cubano como es el Centro de Estudios de la Economía Cubana, comprende que este es uno de esos kamikazes que los “refomadores” lanzan por delante para que les hagan el trabajo sucio de hooligans del capitalismo. Aunque su estrella se ha apagado un tanto dentro de la nomenklatura reformista cubana, no duden de que si continúa no saliéndose del todo del discurso oficial, pronto será premiado, como pasó antes en otros lugares con los que involucionaron sus sociedades al capitalismo.

Los elementos emocionales en torno a la revolución cubana cuentan...y mucho. Decir lo que estoy diciendo ahora en estas líneas puede ser anatema de excomunión para muchos entusiastas que no viven en Cuba y que “miran” con ojos convenientemente cerrados lo que está pasando allí, no sea que la realidad trastoque su pensamiento sobre la cuestión.

Mientras muchos comunistas siguen anclados en la épica de Sierra Maestra y Playa Girón, en las loas a Fidel y en el “Comandante Che Guevara”, de Carlos Puebla, lo cierto es que los nuevos nomenklaturistas siguen el camino de los enterradores del socialismo que en tantos lugares les han precedido.

Soy consciente de que es terrible el sentimiento de orfandad, a poco más de un mes del año del centenario de la revolución de octubre, pero el comunista que se niegue a ser librepensador y crítico con la realidad no es comunista. Solo un beato.

Y sí, hay que volver a empezar y ello significa volver a Marx, releer a Lenin, ser consecuentes en la praxis con sus enseñanzas, y apartarse de todos los tergiversadores que vinieron tras ellos.  

11 comentarios :

  1. Excelente epílogo, Marat. Lo duro es comprobar que esta concesión al enemigo (que bien puede acabar en rendición incondicional) se produce no en un momento crítico como el que vivió Cuba en los años 90, sino precisamente cuando el capitalismo vuelve a mostrar fisuras como las que condujeron a la SGM. Es decir, no se imita al enemigo en su mejor momento, sino cuando vuelve a evidenciar que su modelo no funciona (no al menos para la inmensa mayoría de la población) y que nos lleva al desastre.

    Los chinos llevan algunos años dando bandazos cada vez que comprueban que un exceso de celo con las privatizaciones les pone en ruta hacia la catástrofe que fue Rusia en los 90, pero lejos de ser el primer paso para una rectificación en toda regla que permita volver al camino del socialismo, son meros ajustes "de seguridad". Queda mucho camino por recorrer, y seguramente los próximos destrozos del capital irán poniendo cada vez más en evidencia a los "reformistas" como lo que son, meros aprovechados. La cuestión será saber si para entonces el daño será ya irreversible o si se podrá recuperar (y mejorar, evidentemente) un modelo auténticamente socialista.

    Un saludo.

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  2. Hay datos objetivos que muestran que la situación ya ha llegado a extremos dramáticos, difícilmente reversible.
    La vivienda, en el socialismo y en Cuba, hasta hace no mucho era un derecho humano, no una mercancía para especular.
    Al calor de la reforma que permite comprar y vender viviendas -antes solo se podían permutar- han proliferado las inmobiliarias privadas, por ejemplo:
    http://zafiroinmobiliaria.com/
    http://www.casascubanas.com/w/es/front
    http://www.poreltecho.com/casas-en-cuba/cuba/venta?
    Hay muchas más.
    En un país donde el salario directo está en alrededor de 20 € mensuales, ¿Quiénes son los que se pueden permitir comprar unas viviendas por cientos de miles?
    En alguna página anuncian nuevos proyectos de viviendas. Ya tienen hasta sus "poceros".

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  3. Después de haber leído todo el texto de "la contextualización" he llegado a las mismas conclusiones que tú expones en el excelente epílogo. Es triste, muy triste, observar como una élite de privilegiados del sistema se afanan en tomar posiciones para saquear los bienes públicos en aras de la eficiencia. Es seguro que por el camino que se propone veremos, como dices, grandes empresarios con el carnet del PCC, al estilo chino, o grandes mafiosos millonarios invirtiendo el producto de lo robado en super viviendas horteras en el sur de España como pasó con la URSS.

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  4. Me acaban de contar ahora mismo (23:30) que la entrada es anterior a la noticia de la muerte de Fidel. Ojo, porque la mayoría puede pensar que es una entrada publicada al hilo de su fallecimiento, lo cal sería muy difícil de entender. Si estuviese en tu lugar, la pasaría a borrador y la volvería a sacar al cabo de unos días. Pero bueno, es mi opinión.
    Ni es el tema ni es el momento de hablar de ello ahora. Hasta el KKE, que es tremendamente crítico con el PC cubano, ha aparcado cualquier consideración sobre el rumbo actual de Cuba en el comunicado de su Comité Central.
    De lo que se trata aquí y ahora, es de honrar la memoria de un héroe del Socialismo QUE HA MUERTO. Esto es lo que toca ahora, y más cuando toda la maquinaria ideológica de los medios del capital se ha activado, una vez más, para soltar su nauseabunda porquería sobre la figura de Fidel.
    Y de lo que se trata también aquí y ahora, es de recordar esa épica, y de recordar lo que se consiguió con la revolución cubana, porque es la forma de decirle al mundo bien alto: EL SOCIALISMO ES POSIBLE. Y nuevamente menciono esa maquinaria ideológica que desde que se conoció la muerte de Fidel, está bombardeando con el mensaje de que la revolución fue un rotundo fracaso. La propaganda sistémica trata de borrar la historia del Socialismo, tergiversándola (lo que siempre ha hecho, por otra parte), en un intento constante de presentar el Socialismo como algo monstruoso. Y por tanto, la respuesta estos días, debe ser contraatacar en ese sentido y afirmar los muchos éxitos que ha tenido la revolución cubana.
    Ya habrá tiempo de hablar del rumbo actual de Cuba. Insisto, es una entrada totalmente inoportuna pero no por el contenido, por lo que dice, sino por el momento.
    Cuando menos, yo en tu lugar sacaría una nota previa indicando que se publicó antes de conocerse la muerte de Fidel, ya que parece que la has publicado a propósito después de conocerse su fallecimiento. En mi caso porque alguien me acaba de sacar de mi error diciéndome 'No, la publicó antes'... Piensa en ello (al menos mete una nota inicial aclarándolo)
    :-)

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    1. Efectivamente, Vigne, es tu opinión. La mía es que jamás me he autocensurado en mis pensamientos, razón por la que jamás intentaría falsear la fecha de una publicación. Solo con pensarlo me consideraría un miserable. Y no soy un miserable que falsea sus actos.

      Desgraciadamente, la muerte del comandante acabó por llegar y lo hizo menos de 24 horas después de que publicase en mi blog dicho artículo y de que en él incluyese mi crítica hacia lo que temo que suceda tras su desaparición. Por si a alguien le cupiese alguna duda, puede copiar y pegar la dirección de Google+ (https://plus.google.com/115476384435261293017/posts/ivgo4JqAqhM) en la que aparece el día de publicación. Fidel murió a las 4 y media de la madrugada del sábado 26 de julio, hora española y yo lo publiqué el viernes 25. El mero hecho de tener que darte estas explicaciones me está enfureciendo notablemente.

      Pero esa casi coincidencia temporal no debe hacerme sentir culpable pues fue, eso, mera coincidencia, absolutamente imprevisible. En cambio, si me haría sentir que había hecho algo indigno el hecho de volver a borrador mi artículo y sacarlo pasados los 9 días de luto porque sería un modo de mentir y la verdad es siempre revolucionaria.

      Son muchos quienes han visto ya el artículo, muchos incluso quienes lo vieron antes de la muerte de Fidel. No sólo a mí mismo sino a ellos también les debo el mantener limpio mi proceder pues sólo solo siendo coherente en los actos uno puede aportar credibilidad a los demás.

      Lo de cambiar o borrar fechas, personas de las imágenes y cosas de ese tipo, es propio de otros, no mía.

      En cuanto a las cuestiones de lo que procede ahora y de lo que no procede, permíteme que te diga que, dado que consideraría indigno por parte de un revolucionario jugar con cuando ha publicado algo y cuando no, la respuesta que voy a darte es la misma que te di con anterioridad: NO.

      Nadie es quien para dictar agendas ajenas. Menos aún para decir a nadie ya adulto lo que le toca hacer en cada momento, sobre todo porque honrar a Fidel lo he hecho tanto fuera de las redes sociales como en ellas mismas. El domingo pasado en la embajada de Cuba frente a los gusanos que fueron a insultar su memoria.

      Por lo demás, un revolucionario siempre debe denunciar cualquier intento de destruir una revolución y para eso no hay horas, aunque éstas sean solo unas pocas antes de desaparecer el gigante que dedicó su vida a construir, junto con los trabajadores de su país, lo que ahora otros buscan derribar.

      En cualquier caso, agradezco las buenas intenciones de tu propuesta de sacar una nota previa, pero volvería a estar intentando justificarme ante un hecho en el que no veo mal alguno en mi intención. Puede que otros, al leer el texto, la busquen donde no la hay pero sólo será su torcida intención la que extraiga tales conclusiones.

      De cualquier modo, veo innecesario sacar esa nota previa, ya que tu propio comentario deja claro que el texto se escribió con anterioridad, cosa que, por otra parte, es fácil comprobar viendo simplemente cuando difundí su enlace en redes sociales.

      A veces pienso que nos damos a nosotros mismos demasiada importancia, dado el poco peso que tienen, fuera de nuestros reducidos círculos, nuestras difusiones.

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    2. Has metido la pata Vigne. No hay que aclarar nada ya que al comienzo de la entrada está la fecha de su edición siendo claramente anterior a la muerte de Fidel. Quien no vea o no haya visto la fecha de publicación que "escrolee" hacia arriba. Deberías pedir disculpas. Sendos saludos y felicidades por el blog.

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  5. No tiene sentido ocultar lo que dice Marat que es totalmetne cierto, salvo milagro Cuba terminara en el capitalismo si o si.
    Estoy leyendo una serie de artículos de Rolando Astarita con una crítica muy dura sobre la realidad social,economica y política de Cuba https://rolandoastarita.wordpress.com/2014/12/27/cuba-crisis-globalizacion-y-giro-al-mercado-1/
    son 15 partes lo recomiendo.

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    1. La verdad es que el amigo Vigne se quedó a gusto con este enlace de caché: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:iS08qJNNbwgJ:blogdelviejotopo.blogspot.com/2016/11/declaraciones-y-reacciones-al.html+&cd=4&hl=es&ct=clnk&gl=es

      Por si desaparece dejo éste otro: https://4.bp.blogspot.com/-KBmL7HWK2vg/WD3-a-z5WiI/AAAAAAAADps/oYVDW_Z_CH8O6AyiX-pH-UNwQf7W82ugwCLcB/s1600/Entrada%2Bde%2BVigne.JPG

      Siempre hay un Felix Dzerzhinski empeñado en condenar a quienes le hacemos a una pedorreta a lo que él dice que se puede hacer y que no.

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    2. La opinión de Vigne me parece interesante (hacer piña en este momento con la Revolución Cubana), pero sus formas no son de recibo. Básicamente, parece decirle a otra persona lo que puede o no puede decir en su blog. Esta es la mejor manera de empezar a tirarse los trastos a la cabeza entre comunistas, y pronto volarán adjetivos gruesos de un lado a otro y saldrá a relucir el nombre de Trotski. El golpe de la muerte del compañero Fidel ha sido duro y las sensibilidades están a flor de piel. Es preciso parar y pensar si seguir con este debate absurdo nos hace más mal que bien a todos.

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    3. Yo no comencé ese debate. Si ves mi último comentario encontrarás los apelativos que me regaló y luego eliminó sin el menor atisbo de autocrítica o de petición de disculpas sino con la grosera actitud de un Torquemada.

      Para él el problema, como se puede ver en las expresiones que luego borró, no es la cuestión de las fechas sino el aprovechamiento para "un ajuste de cuentas" bastante infame; ajuste que me gustaría conocer a qué viene, dado que por mi parte hace muchos meses que no había cruzado con él ningún intercambio de puntos de vista.

      En cuanto a que aparezca o no el nombre de Trotsky no es algo que tema ya que jamás he sido trotskista y no veo razón de reinvindicarlo. Tampoco tengo una obsesión especial con el personaje. Allá con sus "razones" quien pudiera sacarlo y allá a qué recuerde ese sacarlo.

      Mi artículo está ahí desde antes de la muerte de Fidel y no me da la gana quitarlo porque ello supondría asumir una culpa que no tengo y admitir el chantaje chulesco de cualquier repartidor de qué es oportuno y qué no. En cualquier caso, el riesgo de regreso a Cuba al capitalismo ha sido ya denunciado con anterioridad por otros comunistas. Estoy convencido de que entonces tampoco les pareció oportuno a algunos, entre otras cosas, porque en el fondo la actitud del avestruz que entierra la cabeza en el suelo es algo muy extendido dentro del campo que se dice comunista. Entonces no era, ahora tampoco parece ser el momento y, tras el triunfo de Trump, habrá quien interprete que ante las posibles presiones del imperialismo norteamericano, hay que cerrar filas y tampoco sería, en esa ocasión, el momento de abrir un debate de lo que sucede en Cuba con la reintroducción del capitslismo desde el PCC. ¿Cuándo lo será entonces?

      Veinticinco años después de la caída de la URSS el debate de porqué los trabajadores no se levantaron contra su disolución no se ha hecho. Así nos luce el pelo

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    4. Vaya vaya, ¿entonces debería eliminar también mi comentario, escrito el día 25 de noviembre, igualmente un día antes de la muerte del camarada Fidel, o cambiarle la fecha? Una canallada hubiera sido difundir este artículo por las redes el mismo día de su fallecimiento o durante los siguientes, no creo que cualquier comunista hiciera eso. En fin, lo que hay que leer.

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