19 de marzo de 2018

CON LAS COSAS DE COMER NO SE JUEGA Y LAS PENSIONES SON COSAS DE COMER


Por Marat

Vivimos tiempos revueltos y confusos, tiempos en los que gentes que se dicen de “izquierda” apoyan engaños anticientíficos como la homeopatía o se declaran decididos antivacunas, tiempos en los que algunos que se autodenominan revolucionarios apoyan revoluciones burguesas independentistas de gobiernos que han practicado brutales recortes contra los trabajadores y la sanidad pública, tiempos en los que gentes que se dicen defensores de la clase trabajadora se envuelven en la bandera española, tiempos en los que pseudocomunistas consideran un referente político a un patético payaso con tupé, heredero de una monarquía absoluta asiática, tiempos en los que quieren convencernos de que una mujer trabajadora y otra empresaria y burguesa deben ir del bracete a protestar por los derechos de la mujer, así en genérico, por eso de que para algunas que los progres consideran como un referente de “izquierda”, “la mujer es una clase social”, así, con todas las letras. Y sin despeinarse, oiga.

Podría seguir con esta antología del disparate político pero no quiero enfadarme.

Y en estos tiempos confusos y revueltos nos ha tocado vivir a los comunistas que nos consideramos marxistas “a lo Marx”, no a lo que determinados exégetas de sus propias interpretaciones o intenciones de llevar el ascua a su sardina política dicen que dijo Marx.

Interpretar a Marx “a lo Max” conduce a situar la centralidad de la clase en el análisis de las contradicciones, supone asumir el concepto de explotación y darse cuenta de que el salario directo, indirecto o diferido (la pensión) proviene del trabajo sea en su forma de pensión contributiva o de viudedad, porque la de viudedad se cobra porque el finado cotizó previamente.

En consecuencia, las pensiones expresan, incluso en esa situación en la que ya no se está trabajando , el antagonismo capital-trabajo porque tienen su antecedente no solo en la cotización del trabajador sino también, y como origen de todo ello, en la plusvalía que le ha sido arrancada previamente a ese trabajador. Sin ella, a ningún empresario le interesaría contratar a nadie, sea de forma asalariada (trabajador por cuenta ajena) o comercial (falso autónomo y autónomo dependiente).

Hago este inciso de dos párrafos con la intención de señalar dos cuestiones que considero esenciales:
  • La primera, que por mucho que se intente escamotear, desde el ciudadanismo, -y presentar las pensiones como “derecho ciudadano” o incluso “derecho humano”, -el vínculo de las pensiones con el trabajo es innegable. Así lo certifican los antecedentes de las políticas de prestaciones económicas y sociales en España y en otros países en los que surgieron las pensiones públicas.
Por hacer un poco de historia es necesario hablar de los antecedentes de los sistemas de protección laboral. El Decreto de 5 de diciembre de 1883 creado por la Comisión de Reformas Sociales, para el estudio de las cuestiones que interesan a la mejora o bienestar de las clases obreras. Más tarde, al iniciarse el siglo XX, se aprobará la Ley acerca de los Accidentes de Trabajo de 30 de enero de 1900 introdujo el primer seguro social. En 1908 el gobierno de Antonio Maura creará el Instituto Nacional de Previsión. Por fin, en 1921 con Eduardo Dato en el gobierno, se regula el “retiro obrero”, que había sido creado en 1919 y es el inicio de las pensiones de jubilación en España. En ese mismo año, con Juan de la Cierva como Ministro de Gobernación se organizaría Para quien tenga la tentación de pensar que esto se debió a la sensibilidad social de sucesivos gobiernos liberales españoles, le recomiendo la lectura de “El movimiento obrero en la Historia de España”(2 tomos), de Manuel Tuón de Lara. Sin la organización sindical y política de la clase trabajadora ninguna conquista de la misma se habría logrado.

La Alemania de Biskmark en 1884 fue el primer país en el mundo en adoptar un seguro social para la vejez. Según “Trabajo”, la revista de la OIT, poco sospechosa de bolchevismo, “las motivaciones del canciller alemán para introducir el seguro social, según reconoció la Organización Internacional del Trabajo (OIT), fueron promover el bienestar de los trabajadores –a fin de que la economía alemana siguiera funcionando con la máxima eficiencia– y eludir la demanda de opciones socialistas más radicales.” (“De Bismarck a Beveridge: seguridad social para todos”. Nº 7 septiembre de 2009). Ya vemos que, para el capital, la caridad empieza por uno mismo y la mejor previsión es la que protege de los vientos de la ira obrera.
  • La segunda cuestión, no por evidente menos importante, es el carácter de clase del Estado capitalista. Ninguna reforma favorable a la clase trabajadora hubiera sido posible si, dentro de la correlación de fuerzas en la lucha de clases entre trabajo y capital, el segundo no hubiera comprendido que si no cedía en alguna de las demandas de la clase trabajadora, hubiera perdido todo. Lo entendieron mucho mejor tras 1917. “A contrario sensu”, cuando la clase trabajadora y sus organizaciones olvidan este principio, lo ganado un día acaban perdiéndolo otro. Y en esa cuestión, el Estado capitalista, como “consejo de administración de los intereses de la clase burguesa” aplica su lógica con la precisión de un reloj digital.
En este sentido, no cabe hacerse trampas como al solitario, pretender atajos que no existen, idealizar a la clase trabajadora como si tuviera la obligación de ser revolucionaria por decreto ley en todo momento de la historia humana (recomiendo al respecto la lectura de “Historia y conciencia de clase” de György Lukács) y menos aún a sus organizaciones que, si no no pertenecen a los que han vendido a su clase para ser premiados con algún puesto en las “agencias de colocación” del capital, andan francamente despistadas, por utilizar una expresión benevolente con ellas.

hoy la gente no se corrompe por el poco dinero que hace falta para comer, ni tampoco por el mucho que hace falta para ser libre. Lo hacen siempre por sumas intermedias: las que sirven para comprarse un coche más grande, o una casa, o una lancha motora, o cualquier otra de las mierdas a las que la publicidad reduce el horizonte vital de tantos cretinos” (“El alquimista impaciente”. Lorenzo Silva)

No, la realidad no es como quisiéramos algunos. El desarme organizativo e ideológico de nuestra clase viene de muchos años de rendiciones a manos de las organizaciones obreras, de la cooptación de muchos de sus líderes o la salarización de muchos de los pretendidos intelectuales que dicen serle próximos, de una labor extraordinariamente inteligente de los aparatos ideológicos del capital, de sus fundaciones y think tanks y, sobre todo, del abandono y desprecio por la labor ideológica hacia nuestra clase.

Pero es con esa realidad con la que nos ha tocado bailar. Y mira que es fea esa realidad porque, como el soldado atacado en la cabeza de playa por el fuego incesante del enemigo, debiéramos saber que, si perdemos las pensiones, no hay donde retroceder que no sea el mar.

¿De verdad os sorprendéis algunos de que los agentes de George Soros hayan aparecido en las manifestaciones del 17M (en las de dos convocatorias no unitarias), de verdad que os asombra que vuelvan los de las manitas agitadas hacia arriba a decir aquello de “sin banderas”, en serio que os sorprende que una tal Anita Botwin (de ctxt/Público, del medio de un empresario que despidió a trabajadores de su diario y que lo mismo apoya a Puigdemont que a Ciudadanos, diga que la convocatoria de los pensionistas le olía a 15M y que la protesta de los pensionistas le huele a 15M y que se quiere sacar otra tienda de campaña Quechua? Nadie debe de sorprenderse de que se gane su salario, ese por el que le pagan, ni del porqué, como tampoco del para qué.


No me alcanza el recuerdo de cuándo sujeté una bandera comunista entre mis manos. Soy poco dado a los símbolos. Sí que me apego a mi ideología y de ahí nadie me echa. Pero, dado que dicen los que parecen que os asustan a algunos que hay que ir “sin banderas" voy a hacerme una roja con la hoz y el martillo y os aseguro que nadie que me venga y diga “sin banderas” se va a ir de rositas, después de que tenga que asumir que la voy a seguir llevando en una mani que es de la clase trabajadora y no de quién me niega el derecho a ser miembro de una organización de esa clase.

¿Os sorprende que estos que vienen del 15M inquisitorial y transversal os impongan que neguéis vuestra identidad política y sindical? Será porque aceptáis su chantaje.

Los de CCOO y UGT son más favorables a una expresión abierta de símbolos y opciones políticas.

Fijaos que en la manifestación de Madrid de las 11 de la mañana del pasado sábado, organizada por CCOO y UGT, el grupo neonazi del Hogar Social Madrid no tuvo dificultad alguna para estar presente.


Esto no debe sorprendernos porque si el MERP, Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones, plataforma que sirvió de tapadera en la convocatoria de la manifestación del pasado sábado en Madrid a CCOO y UGT, tenía entre sus fundadores a Ciudadanos, la secta de la UCE, la CSIF (sindicato amarillo) y el Partido Pirata, que hasta no hace tanto se manifestaba con los anarcocapitalistas más antisociales posibles) entre otros, es que todo sirve.

Y es así. Ésta es la realidad que hemos heredado gracias a una izquierda que apoyaba al 15M no hace mucho. Muchos de sus afiliados siguen en ello, de yayoflautas.

Suelo decir que “nos va la vida en ello”. No es una frase hecha, ni una mera expresión política. Es que nos va la vida en el sentido más biológico del término. Las pensiones son aquello sin lo que no podríamos supervivir los trabajadores hoy. Hay demasiados pobres como para que la caridad privada o pública pudiera permitirnos sobrevivir ¿Alguno de ustedes ha pensado lo que significa ver a a su madre o a su padre buscando en las basuras? Según El País es una tendencia cultural y se llama friganismo. Espero que el/la padre/madre del/la “periodista” no tenga que deleitarse de tan suculentos platos.

Digo todo esto porque con las pensiones no se juega y las pensiones son cosas de comer.

Antes de descalificar las movilizaciones en defensa de las pensiones convendría saber a qué jugamos. Si es que queremos tirar el niño con el agua de bañarlo. Digo esto porque

Es mi pensión
Es tu pensión
Es su pensión (la de él/ella)
Son nuestras pensiones
Son vuestras pensiones
Son sus pensiones (las de ell@s),

la que está en juego y es el capital y su gobierno del momento quién ahora nos ha atacado, aunque antes lo hicieron otros gobiernos del momento del capital.

Dado que hemos llegado hasta aquí del modo en el que lo hemos hecho, yo planteo algunas preguntas a un conjunto de personas que se están escandalizando de las nuevas contaminaciones ciudadanistas y transversales que niegan la realidad de la dualidad trabajo-capital, de quienes afirman que la mujer es una clase social, así a pelo y sin distinción de si son trabajadoras o burguesas. Y sin despeinarse. De quienes creen que hemos llegado a un punto en el que hay que dar respuesta a los intentos de involución contra la clase trabajadora:
  • ¿Acaso os sorprende este resultado? ¿Es que vuestras organizaciones de referencia no han colaborado en ello? ¿De verdad, pretendéis hacernos creer que hubo un antes en el que ellas eran muy distintas y un después en el que todo se vino abajo? ¿No existió un proceso en el que muchos mlitantes colaborásteis de un modo cómplice?
  • ¿Creíais que con que el 15M fuese un soufflé como movimiento iba a desaparecer la permeabilidad de su componente ideológico en la sociedad?
  • ¿Deben los comunistas abandonar una batalla crucial de clase, en la que nos jugamos todo? Si perdemos la clase trabajadora no se recuperará de la derrota en decenios.
  • ¿Os creéis con el derecho a sumaros a la batalla contra las pensiones y a hacerle el caldo gordo al gobierno, los empresarios, la Brunete Mediática y toda la jauría capitalista; una batallla en la que nos va la vida, encizañándola de una imagen que que no debe ser contaminada porque es una conquista histórica por encima de las posiciones políticas que en ella se expresen? Los que hacéis esto desde las redes sociales, ¿a qué jugáis, qué habéis hecho para organizar a la clase a la que pertenecéis? ¿En dónde militáis, qué tiempo y esfuerzo dedicáis a hacerlo? ¿Creéis acaso que pasaros el día de tiritwitteros suple el compromiso activo del militante en cada frente de lucha? ¿Imagináis que el trabajador en activo o el pensionista asustado ante su futuro va a pasar a una fase de conciencia a partir de vuestras críticas sobre quienes intentan hacerse con la dirección de la movilización? ¿Qué hacéis, aparte de vuestras gracietas, para difundir unas reivindicaciones necesarias que impidan que los interclasistas y transversales burocratizados y los perroflautizados con la misma orientación anticlase puedan imponer una nueva derrota a nuestra clase?
Ninguno de vosotros puede darme la más mínima lección en cuanto a lucha contra el reformismo prosistema de los sindicatos del régimen ¿Qué deciros de mis posiciones sobre el 15M? Cuando muchos de vosotros que hoy renegáis agitabais las manitas en las plazas yo llevaba mucho tiempo desenmascarando la ideología de ese movimiento.

Pero un comunista se derrota a sí mismo cuando se traiciona. Y lo hace si daña la potencialidad de un movimiento que es de clase, al que es más difícil camelar con las viejas estupideces de la democracia participativa 2.0, con vender otro salvador parlamentario, cuando ya sabemos lo que es Podemos, o con el consuelo de pedir cárcel para los corruptos si no puedes pagar el abono transportes a final de mes.

Puesto que esa es la situación. Que hay una realidad de clase que afecta a los pensionistas, a los parados, a los trabajadores pobres,...lo más indecente no es que la derrota llegue desde los traidores, ni de los pequeñoburgueses con sus performances y batukadas sino del megarrevolucionario tan puro que abandona a los suyos, acobardado para dar la batalla en la calle (dejad los puñetero twitter y facebook) ante esos sujetos. Nuestra clase no lo entendería.
 
De momento, los burócratas de CCOO y UGT ya se tienen que comer que hay quienes exigimos el fin del Pacto de Toledo y el rechazo a todas las reformas de las pensiones, no solo la última sino también las que ellos pactaron tanto con el PP como con el PSOE. Y eso es un avance para impedir que nos cuelen un gol por la escuadra, dividiéndonos entre los que quieren pactar con el gobierno solo las pensiones no contributivas y las más bajas y la actualización de las jubilaciones al IPC y los que queremos que el Estado garantice todas ellas en los Presupuestos Generales del Estado porque es una conquista histórica como la educación y la sanidad y que los empresarios incrementen sus cotizaciones sociales.

Ah, y no estoy apostando dónde estar, ya que ninguno de los dos marcos de la protesta me gustan sino de organizar a la clase, defender posiciones políticas y no jugar con la lucha de los pensionistas ni con el futuro de sus pensiones

10 de marzo de 2018

HUELGA FEMINISTA DEL 8M: LA REINA LETICIA Y LA VIRGEN MARÍA SE HICIERON PARTISANAS

Estilo 15M en su más pura esencia

Por Marat

Una huelga se gana, si de parar la producción se trata, en las primeras horas de la madrugada, cuando vuelven a funcionar los transportes públicos, empieza la actividad de los grandes mercados urbanos, llegan los primeros camiones a los polígonos industriales y empieza el primer turno en las fábricas. Luego lo que queda es el comercio y la hostelería, ambos muy atomizados, y la administración.

Cuando la huelga carece de seguimiento real es habitual ver a los piquetes en las primeras horas de la mañana cortando los accesos de transporte público (trenes) o algunas vías de entrada a las ciudades. Es lo que ayer jueves 8 de Marzo ocurrió en algunos puntos de Barcelona, más por las inquietudes activistas de los independentistas, dispuestos a utilizar cualquier conflicto ajeno en beneficio propio, que por motivos realmente sindicales.

Después, si el fracaso de la paralizacion de la actividad productiva es evidente, se reconvierten los piquetes informativos en pequeñas o grandes manifestaciones que transitan por las arterias urbanas llamando a una unión de trabajador@s a la huelga, cosa que ya no se produce porque la decisión de secundarla o no se ha dado bastantes horas antes.

Es lo que vimos ayer en las ciudades españolas, con la salvedad de que en las grandes capitales las manifestaciones se daban en los centros urbanos porque en los barrios y en las periferias industriales y de comunicaciones todo estaba ya perdido, hasta el punto de que trenes, metros, autobuses y aeropuertos funcionaron con normalidad.

En las huelgas hay un dato incuestionable y objetivo: el de la demanda de consumo eléctrico. Red Eléctrica de España (REE) aporta una información que no cabe discutir: la demanda de consumo eléctrico fue prácticamente la de un día normal. Si en la producción el consumo eléctrico explica directamente la actividad (máquinas y electrodomésticos encendidos, luces y ordenadores en las oficinas, trenes,...) en la reproducción social (hogares) es también una cuestión básica. En este sentido, cabe decir, a partir de un dato contrastado como el señalado que la huelga feminista apenas existió....salvo en los medios de comunicación.

Los principales hicieron un despliegue del seguimiento de la huelga continuado a lo largo de todo el día.

Es significativo que los medios que la cubrieron minuto a minuto se centrasen sobre todo en entrevistas y opiniones de mujeres profesionales, lobbistas, tertulian@s todólog@s habituales, casos particulares de mujeres de diferentes generaciones y cuestiones varias. Junto a ello se mencionaron sobre todo las grandes manifestaciones, concentraciones, actos, performances y anecdotario de actividades más llamativas y curiosas.

La llamada “visibilización”, tan buscada por el movimiento feminista, lo fue en cuanto a que se hablara de la mujer y de los motivos que habían llevado a la huelga pero no se produjo en absoluto en cuanto a la demostración y la evidencia de la no actividad económica, de lo que es un paro, porque sencillamente éste apenas se produjo, salvo en determinados centros de enseñanza, parcialmente en hospitales y en algunas oficinas de la administración. Madrid, Barcelona y las grandes ciudades, que hubieran debido ser las muestras más palmarias del efecto visual de un gran paro, solo pudieron exhibir el éxito, éste indudable, de las grandes manifestaciones. La industria, el comercio, el transporte, el sector servicios en general, la agricultura, la construcción, etc. mostraron el desempeño propio de un día casi normal en cuanto a asistencia a los puestos de trabajo y desarrollo de la actividad laboral. Poco más añadieron los paros parciales convocados por CCOO y UGT, salvo casos concretos en determinados centros de trabajo privados y públicos, entre ellos algunas televisiones autonómicas, hospitales y el transporte de cercanías de Renfe. Los propios sindicatos hablan de alrededor de unos 5 millones de personas, sin distinguir cuántos de ellos fueron mujeres y cuántos hombres. No parece mucho, si tenemos en cuenta que el número de trabajadores ocupados es de unos 19 millones de personas, siendo el de las mujeres de más de 8,5 millones. Ello no impediría que, sin movérseles un solo músculo de la cara, los principales dirigentes sindicales hablaran de un éxito en más del 80% de las empresas. Ello podría tener ciertos visos de verosimilitud siempre que solo hubiesen parado mujeres pero los sindicatos mayoritarios llamaron a paros de 2 horas tanto a mujeres como a hombres.

En cualquier caso, siempre habrá mujeres y hombres que señalen que en su empresa paró la mayor parte de la plantilla, que los autobuses de determinada línea se retasaron o incluso algún hombre solidario en los cuidados que cuente que acabó con no se sabe cuántos dodotis. Y sera cierto todo ello. No lo pongo en duda. 

El éxito de la huelga consiste en que se hable como hito histórico de algo que tuvo muy bajo seguimiento real, no ya en aquello a lo que aludían en su manifiesto, “parar el mundo”, sino el parar la actividad económica, que continuó con gran normalidad, al margen de las manifestaciones después del trabajo.

La huelga ante todo un estado de opinión mediáticamente inducida por los propios medios del capital a lo largo de semanas y cubierta, salvo en lo que no podía cubrirse por no haberse producido, con un despliegue de medios nunca vista en otra huelga alguna en cuanto a manifestaciones, opiniones de “expert@s” en cualquier cuestión más o menos próxima al mundo femenino, imágenes y demás.

Es significativo que, mientras iba transcurriendo el día y se evidenciaba que el paro había tenido escaso seguimiento también entre las propias mujeres trabajadoras, la cuestión de la brecha salarial iba pasando a un muy segundo plano, desplazada por el omnipresente recurso argumental a la cuestión del machismo. Y es que, en el fondo, esa era la cuestión con la que se había cebado durante semanas la campaña motivacional por parte de feministas y medios de comunicación.

Cualquiera que estos días sorprendiese conversaciones ajenas próximas detectaría fácilmente que el discurso sobre el machismo como motivo de la huelga había calado entre mujeres y hombres, aunque con distintas perspectivas y, sin embargo, se había mostrado muy poco eficaz para movilizar hacia la huelga. Lo que sí es preocupante es que este tema desplazase en buena medida otros tan importantes o más como las pensiones.

¿Han visto ustedes una huelga que haya tenido mayor apoyo mediático, de los poderes políticos (hasta Rajoy no se reconoció en lo de la “huelga a la japonesa” que proponían algunas de las “dirigentas” de su partido y pidió respeto hacia las motivaciones de la misma) y comprensión de sectores empresariales como El Corte Inglés o Inditex? Ninguna de las dos empresas han destacado nunca por un respeto al sindicalismo que no fuera el de sus respectivos sindicatos. Hay sobrados casos de denuncias sobre la represión hacia trabajadores que reivindican sus derechos en ellas.

¿Conocen ustedes muchos casos de países con monarquía en la que su Reina deje libre su agenda el día de una huelga en solidaridad con la misma?

¿Tienen ustedes muchos antecedentes en los que un cardenal arzobispo de Madrid se haya pronunciado a favor de una huelga? ¿Han escuchado a algún prelado de la Iglesia Católica decir que la Virgen María la secundaría?

¿Conocen ustedes muchas huelgas en las que más de 5.400 periodistas (mujeres) hayan expresado su apoyo a las reivindicaciones de la misma? ¿Contra el ataque a las pensiones, contra los salarios de miseria, contra los contratos basura, contra la destrucción de la sanidad, contra la privatización de los servicios, contra la degradación de la enseñanza pública, contra el deterioro casi mortal de la ley de dependencia? ¿No, verdad?

¿Han visto ustedes a Carles Francino o a Àngels Barceló pronunciarse en tal estado de indignada agitación contra otras injusticias un día sí y otro también durante más de una semana?

¿Pueden ustedes asegurar que alguna huelga que recuerden ha tenido tal despliegue mediático desde la mañana a la noche, por tierra, mar y aire durante semanas?

¿Se enteraron alguna vez con tal profusión de información de que el 8 de Marzo era el día de la mujer trabajadora? Pues no, porque si algo dejaron claro las convocantes de la performance del 8M y de sus partners, que ahora todo son siglas, es que no era el día de la mujer trabajadora sino simplemente el de la mujer, algo así como el día de la madre, el de los enamorados o el de la vida silvestre, que ha sido 5 días antes de dicha fecha.

¿Se han preguntado ustedes el porqué de toda esta fanfarria solidaria de los sectores reaccionarios y de los más representativos del capital? Y, ya puestos a preguntarse, ¿se han interrogado también porqué estos sectores no se han mostrado ni en una milésima parte tan solidarios, comprensivos y festejadores de los Primeros de Mayo o de ninguna de las 12 huelgas generales que hemos conocido desde la primera de 1978 en la transición? No les vendría mal hacerlo. Pensar no es malo.

Déjense de monsergas sobre las hazañas del mago David Coperfield o sobre la conversión del agua en vino por Cristo. La auténtica magia, la de verdad, está en convertir una manifestación y sus performances y batukadas en una huelga y que gran parte del personal se lo crea. Poder mediático, creo que lo llaman. Yo diría poder hipnótico.

Y no me vengan con que los medios del capital han apoyado esta huelga para domesticarla porque sindicatos domesticados, parte de los convocantes, ya había entonces y ahora, ni para desnaturalizar sus objetivos porque ya estaban desnaturalizados. Si la huelga hubiera expresado la confrontación capital-trabajo, con una reivindicación desde la clase, con objetivos de clase y centrados en la defensa de las conquistas obreras, tengan claro que los medios de comunicación del capital hubiesen mirado para otro lado, como poco, o habrían atacado su convocatoria y sus objetivos con la ferocidad habitual que les caracteriza. Dicho esto, y para que sea un éxito, bajémonos los pantalones y hagamos una convocatoria interclasista y transversal, trabajadora-patrona, que con reivindicaciones ajenas a un carácter de clase vamos a conseguir mucho. No hay más que ver las grandes vitorias del 15M.

Seguramente habrá mentes bienintencionadas que digan que bienvenido sea todo apoyo si la causa lo merece. Doble mentira, la de considerar que todo apoyo es válido, cuando puede que sea enemigo de una reivindicación que lo merezca por justa, y por validar el mérito de una huelga que es confusa en contenidos, alejada del significado histórico asociado a la huelga general, la defensa de las reivindicaciones de la clase trabajadora en su conjunto y el carácter de clase contra clase propia de la misma.

Desmenuzaré cada una de las tres afirmaciones porque vivimos tiempos en los que la ignorancia es un mérito conquistado con el esfuerzo de quien no quiere saber para no incomodar a su conciencia y en los que el cinismo alcanza cotas de arte. Y ello se da por igual a quienes consideran que los antagonismos entre las clases sociales son un antigualla como para los que se llaman a sí mismos comunistas, mientras sin ningún pudor se ciscan en lo que esta ideología significa y conlleva.

La huelga es un arma histórica de la clase trabajadora. La primera de la historia que algunos conocemos es muy remota. Nada menos que de 1152 antes de Cristo.

Por su naturaleza, la huelga es de producción, precisamente porque expresa el antagonismo capital-trabajo allí donde se produce de modo directo.

Hace tiempo, en la época del 15M hubo quienes teorizaron huelgas ajenas a los sindicatos y quienes como la CGT plantearon huelgas de consumo. Si sindicalmente careces de fuerza puede que salgas por peteneras y niegues la base social e ideológica de la propia huelga. Todo por el oportunismo. Al fin y al cabo CCOO y UGT son los sindicatos 2 y 3 de la patronal, la izquierda es un ejemplo de complicidad sistémica y muchos autodenominados comunistas insultan al comunismo sin pudor ni sentido alguno de la responsabilidad que debieran contraer con aquello en lo que dicen creer.

Pero los combativos, CNT en concreto, pueden aún ser más contradictorios consigo mismos. Así, este sindicato libertario y que, por principio, no reconoce la representación del Estado afirmaba el 20 de Febrero pasado lo siguiente en un comunicado de prensa:

CNT en estos días está manteniendo reuniones con grupos parlamentarios, patronales y Gobierno para hacerles llegar las reivindicaciones que sustentan la convocatoria de huelga general el 8 de marzo y negociar éstas y otras iniciativas que propone el sindicato para atajar la discriminación laboral que sufren las mujeres. El Gobierno central hasta ahora no ha respondido a la solicitud del sindicato para fijar un encuentro.”

En la última pirueta, las feministas (no distingo a las de la corriente hegemónica, la burguesa, de buena parte de las que se llaman de clase, las cuáles, lejos de enfrentarse a llamamiento de huelga feminista del 8 de Marzo, han asumido su manifiesto o han tenido miedo de denunciar lo que dicha huelga significaba) han “aportado” dos conceptos nuevos:
  • El invento de la huelga de cuidados, sostenida sobre una falsa teoría de la “explotación” dentro de la reproducción social; algo que no existe porque cualquier marxista sabe que la plusvalía se produce cuando hay relación mercantil. Cabe hablar de opresión desde los roles pero eso no implica explotación porque no hay relación salarial. No debe sorprendernos entonces que algunas de las teorizadoras del género planteen el salario al ama de casa dedicado a los cuidados, algo que ya fue propuesto por UPyD, un partido no demasiado revolucionario, en mi modesta opinión. Se les olvida que, dentro del Estado capitalista, en lo que los marxistas llamamos la reproducción social, aquello que el capital no puede convertir en ganancia a través del mercado, es gasto del Estado. Y no parece que, en el proceso de adelgazamiento del Estado social, vayan a ir por ahí las cosas, excepto que algunas propuestas actúen como la Renta Básica, un medio para atribuir unos recursos sociales, quitándolos de otros.
  • La negación de la huelga como instrumento de clase y de enfrentamiento con el capital. Una huelga que no era de clase sino de género, una huelga de mujeres y en ella cabía por igual la burguesa y la proletaria, la jefa y la trabajadora de inferior categoría, la empresaria de la PYME, que también hacía huelga, y su empleada. Así, no debe sorprendernos que, entre las denuncias del manifiesto convocante se encuentre la cuestión del “techo de cristal”, según el cuál se impide a las mujeres alcanzar las más altas cotas de poder en las instituciones y en las empresas. Dejando de lado que el Estado es el consejo de administración de la burguesía, me centraré en el caso de la reivindicación de ascensos en las empresas privadas con la intención de preguntar en qué ganaría la mujer trabajadora por tener a una explotadora mujer. Seguro que la feminista de turno afirmará que ello redundaría en una mejor sensibilidad de las directivas hacia las cuestiones de género. Seguramente ese sea el caso de Ana Botín, las Koplowitz, Ana Rosa Quintana (es empresaria), Sol Daurella (Coca-Cola, la de los despidos) o Elena Pisonero (Hispasat). No me gustan ni los explotadores ni las explotadoras, algo que va en la condición de empresari@ porque, si no, no hay beneficio.
Junto a lo anterior, la demanda contra la violencia de género dentro de los objetivos de la huelga, algo terrible (un solo asesinato por violencia de género ya lo es), como lo son las muertes de 618 trabajadores en sus puestos de trabajo en 2017,  pero absolutamente ajeno a lo sindical, aporta su grano de emocionalidad que ayuda a movilizar allá dónde los objetivos laborales (brecha salarial) necesiten un plus o empujón para animarse a secundarla.

Así la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, señaló recientemente que "la violencia está incardinada en el ADN de la masculinidad", lo que choca con la idea defendida por las feministas, en mi opinión acertada, de que el género no es innato sino adquirido. Y de que la violencia estructural en la sociedad crea modelos de violencia que ya no vemos solo entre los hombres, al menos en las generaciones más jóvenes. No sabría decir qué ADN tenía la señora Thatcher (la de las Malvinas) ni el que tiene la señora Clinton (la de Siria y Libia, por detenerme en dos simples detalles), para la que, por cierto, la excomunista Ángela Davis pidió el voto. Sembrar odio puede dar réditos temporales a quien lo haga pero a medio y largo plazo solo sirve para incentivar una guerra de sexos que divida a la clase trabajadora en lugar de una lucha de clases que el capital no desea. Quien juegue a eso debe tener claro que no merecerá otra cosa que el repudio de quienes luchamos por un mundo realmente más igualitario. Llamativamente, la palabra igualdad y la expresión “políticas de igualdad” se han convertido en sinónimos casi exclusivos de las políticas de género en boca del poder del capital y de sus representantes de derecha y de izquierda. La idea de igualdad que vaya haciendo desaparecer las diferencias entre clases es ya solo cosa de comunistas, de los desfasados, porque los otros, los que dicen serlo pero se apuntan siempre a la última charlotada que mueva manifestantes, ya solo piensan en la igualdad que rompe los “techos de cristal”

En esta huelga la brecha salarial ha sido el banderín del enganche hacia lo sindical pero en su manifiesto se mezclan cuestiones de género, de violencia, de orientación sexual, de techos de cristal, de cuidados, de “patologización” de la salud, de huelga de consumo, de pobreza, de cambio climático y de educación....Llamativamente, no hay ninguna alusión a una de las opresiones más terribles, el de la prostitución esclavizada por proxenetas. Convendría entender en este sentido algunas de las adhesiones al manifiesto. Fieles a la estrategia del progre, atraen a cada colectivo por el “el qué hay de lo mío”. Es la política que los pseudorevolucionarios llaman “convergencia de las luchas” (aquella parida de Seattle), la visión de la protesta como coordinadora de agraviados, que la exsocialdemocracia (la de siempre era al menos de clase), y el Partido Demócrata USA, practican para atraer el voto por cuotas de identidades. Pseudoradicales y progres unidos por una “lucha” que entierre a la de clases y por un antagonismo mujer-hombre en el lugar de trabajador-empresario.

No se entiende el sentido de esta huelga sin la Marcha de las Mujeres de Mujeres sobre Washington del año pasado, a muchas de cuyas organizaciones participantes ha financiado el lobbista George Soros, como tampoco se entiende sin el concurso de la burguesía de estrellas multimillonarias progres de Hollywood del MeToo o con pseudoradicales como Silvia Federici, empeñada en desdibujar la contradicción-capital trabajo desde su ataque indirecto a la teoría marxista del valor, a través de su énfasis en la valorización de lo que desde el marxismo denominamos “reproducción” (trabajo reproductivo). Aquí personajes como la aludida están representados por Yayo Herrero, Justa Montero o Sandra Ezquerra, del mundo podemita y “miembras” de la comisión del 8 de Marzo.

Tras este análisis, debiera quedar claro cuáles son los objetivos de esta huelga, más allá del tan mencionado “visibilizar” la realidad de las mujeres.

Los objetivos son amplios y ambiciosos:
  • En primer lugar, DESCLASAR LA HUELGA al convertirla en huelga de TODAS LAS MUJERES, trabajadoras y burguesas.
  • En segundo lugar, ROMPER EL ANTAGONISMO CAPITAL-TRABAJO.
  • En tercer lugar, DESDIBUJAR LA IMPORTANCIA DE LA PRODUCCIÓN COMO ESPACIO CENTRAL EN EL QUE ESE ANTAGONISMO CAPITAL-TRABAJO SE PRODUCE, al ponerla al mismo nivel que la huelga de cuidados y que la huelga de consumo.
  • En cuarto lugar, SUSTITUIR LUCHA DE CLASES POR GUERRA DE SEXOS.
En cualquier caso, el espíritu inclusivo, interclasista, negador de la lucha de clases como motor de la historia, reaccionario de fondo, por lo que niega, y freno de las tensiones sociales de clase, por las contradicciones que atenúa, repite el bucle eterno del 15M, lo que se ha “visibilizado” en las performances de las plazas en la hora cero de la huelga.

Por encima del seguimiento que esta huelga ha tenido, podemos decir que ha triunfado porque han hecho suyo su discurso no solo una parte de la clase trabajadora (sobre todo dentro de las funcionarias y empleadas públicas), sino también los progres, los pseudocomunistas, y buena parte de quienes tienen un sentido de justicia aguzado pero una escaso sentido crítico sobre la realidad en la que vive la clase trabajadora y el modo en el que la ideología dominante, la de la burguesía, se impone como apariencia de “verdad”

L@s oportunistas sin escrúpulos y l@s ya-ni-siquiera-reformistas está claro para quién trabajan. La única duda es por cuánto lo hacen. Algunas por un buen salario en uno de tantos lobbis feministas o por alguna plaza universitaria en esa nueva disciplina que ahora está de moda y que se llama “estudios de género”. Otras por una retribución de sus egos en esos en esas tribunas que les prestan audiencia por sus servicios.

Esta huelga no ha sido inútil. Más allá de declaraciones públicas de Rajoy, Rivera, Arrimadas o Penélope Cruz, tan “sensibles” ante la desiguadad hombre-mujer, veremos un incremento de subvenciones que permitan aumentar el número de liberadas feministas, un mayor desarrollo universitario de cátedras sobre estudios de género, con sus correspondientes catedráticas, un ascensor social hacia los cargos en los casos de juezas, directoras de medios de comunicación, “miembras” en los consejos de dirección de empresas del IBEX y, muy importante, un notable incremento de las políticas profesionales dentro de los partidos y de tertulianas profesionalizadas. Estas dos últimas cosas ya las vimos con el 15M, aunque más bien en el caso de hombres. En cuanto a la mejora de la situación de la mujer trabajadora...se siente, tardará mucho más. Quizá, si hay hueco en la agenda, para el 2.500.

Pero no me hagan mucho caso. Como dicen las “partisanas” de la emancipación femenina éstas son cosas de machirulo y comumacho (hombre comunista) ¡Claro que sí, guapis!