26 de junio de 2017

GARZÓN ENTONA EL TANGO DEL CABRÓN

Cuando no queda nada (bandera roja por arcoiris),
hasta la pose del "lidercillo" indica la falta
de respeto a los principios
Por Marat

Si alguien se siente ofendido por el título dispone de la opción de no continuar leyendo pero, si lo hace, lo mínimo que cabe pedirle es que no limite sus opiniones a la simpleza de coger el rábano por las hojas, que es el nivel que suelen alcanzar los “argumentos” de los “progres” que hoy no son siquiera simulacro de reformismo. Esos que frente a la falta de pan que produce el capitalismo proponen que no se les corte el rabo a los galgos. Vendrá un pijoanimalista a decirme que es una ley muy necesaria. Justamente el pijoanimalista al que la lucha de los estibadores en defensa de sus conquistas laborales históricas y de su dignidad se la trae floja. Que se vaya con viento fresco quien carece de la empatía necesaria para entender que el primer animal acosado al que debe defender es ese congénere de especie al que el poder del capital trata de aplastar una vez más.

Dice el garçon (Garzón) del pis (recomiendo ver el vídeo de 1 minuto y 33 segundos completo por su alto valor explicativo) de Pablito que está descontento en su papel de mamporrero de su amado fuhrercito y que pide mayor visibilidad de la capillita política (IU) a la que representa en su rol de indigna comparsa de los podemitas. No voy a entrar a discutir cómo era la IU que se fundó con el Partido Humanista (secta), los carlistas y el minipatidillo de bolsillo (Federación Progresista) de Tamames. Tampoco hablaré del papel indecente de Francisco Frutos, tras tanto alternativismo del procer Anguita frente al PSOE, pactando con este partido listas electorales en la época de Almunia. Ni siquiera de cómo IU ha sostenido gobiernos caciquiles, corruptos y compravotos del PSOE en Andalucía. No es necesario. Está en la mente de muchos.

Alberto Garzón, ese muñeco pálido de Pablito, llora la amargura de saber que cuando los votos de Podemos vuelvan al PSOE del saltimbanqui Sánchez, las siglas del grupúsculo que dirige no podrán recuperar el tiempo entregado al oportunismo mal dirigido. En su mente rondan aquellos versos del tango de Gardel que rezan


Aún el tiempo no logró
llevar su recuerdo,
borrar las ternuras
que guardan escritas
sus cartas marchitas
que tantas lecturas
con llanto desteñí...
¡Ella sí que me olvidó!...
Y hoy frente a su puerta
la oigo contenta,
percibo sus risas
y escucho que a otro
le dice las mismas
mentiras que a mí...”

La IU que algunos reclaman como impoluta en el pasado llevaba dentro de sus filas a trepas como Pablo Iglesias (UJCE en el pasado), a telepredicadores afectados de logorrea por un ego terapéuticamente mal tratado (Juan Carlos Monedero), a individuos con vocación de jubilarse en la política, tras tantos años como consejeros aúlicos (Manuel Monereo), a personajes que demostraban una soberbia impresionante, a la altura de su desprecio a los afilados, cuando eran alevines de IU (Irene Montero), a abogados que empezaron bien y acabaron mal (de la PAH a Podemos, pasando por el desprecio a las luchas de su pasado: Rafael Mayoral), a nazis, asesores de IU en la época de Frutos en la secretaria general del PCE y de Anguita en la dirección de ese engendro ciudadanista llamado Frente Cívico, como Verstrynge. Me refiero al sujeto que coqueteó con los nazis de CEDADE y fue admirador del fascista Girón de Velasco, el mismo que ha reconocido en varias ocasiones que hacía informes a través de un montaje llamado GODSA, de Alianza Popular, para subvencionar con dinero empresarial a su partido (los condottieri cambian de cliente como de camisa los lobos de Wall Street), el mismo que siente admiración confesa por Marine Le Pen.

Hubo un tiempo, muchos años después de abandonar IU, en el que decidí abofetear la cara indecente de un PSOE 2.0 de 1914, llamado Podemos, que imitaba al original del Isidoro de 77, con los restos de las manos muertas que quedaban de IU. Ese tiempo ya pasó. La mayoría de esa IU está compuesta por dirigentes sin decencia ni principios y por bases formadas por mediocres sin formación política alguna pero un pasivo trágala basado en el venimos del PCE, como si ese partido no se hubiera vendido al capital desde su política de reconciliación nacional de 1956 con los hijos de los franquistas, obedeciendo las órdenes de Stalin de la coexistencia pacífica de una URSS, ya muy alejada del poder de los soviets, con el capitalismo. Táctica le llaman a la renuncia.

Parece que hay un memo estalinista para el que el cuestionamiento de todo el texto viene de si fue Stalin o Kruschev el que apadrinó la escuela de las relaciones internacionales soviéticas de la coexistencia pacífica. El muy ignorante desconoce el significado de la cumbre de Yalta y el reparto pacífico de Europa y quienes salían en la foto.

Hay una creencia muy extendida en quienes militan en esos partidos que en Occidente aún tienen la desvergüenza de llamarse comunistas, no siéndolo, de que dichos partidos son recuperables para el socialismo. Dicha mentira, autoadministrada por quienes la aceptan para consumo propio, se basa en un hecho histórico: que la III Internacional los reconoció en su día como secciones nacionales de la misma. Pero lo que un día fue cierto no tiene hoy base alguna en la que sustentarse como verdad posterior. El pacto con las falsamente llamadas burguesías democráticas, en la lucha contra el fascismo y con aquellos partidos que solo unos años antes habían sido tildados de socialfascistas, llamado Frentes Populares en muchos países de Europa, postergó "sine die" la lucha por la destrucción del capitalismo y la revolución socialista para aclimatar a los PPCC al capitalismo contra el que habían nacido y a la aceptación, con matices, de sus democracias burguesas. La retórica y el ritual seguían siendo socialistas pero las prácticas socialdemócratas. Me pregunto qué es lo que hace que algunos que se autodenominan comunistas, habiendo sido educados políticamente en el reformismo, sigan confiando y esperando que sus PPCC de referencia y afiliación den un giro revolucionario. La posibilidad de que tal cosa suceda es la misma de que los PPSS vuelvan a la senda del socialismo y del marxismo. Pero a los miembros de unas y otras organizaciones, ya en proceso de descomposición, les sirve para acallar sus conciencias de pequeñoburgueses jugando a la ensoñación anticapitalista. Ni ellos se creen esa esperanza pero les resulta cómoda para no tener que hacer autocrítica sincera y volver a empezar, que es la tarea de cualquier revolucionario que realmente lo sea. Si fuera necesario seguirían esperando otros 60 años. Y es que romper el cordón umbilical da mucho trabajo y exige libertad de pensamiento.

Así que no me venga ningún nostálgico del “sin Garzón todo fue mejor” porque saben o debieran admitir, si tuvieran la inteligencia y la honestidad comunista para admitirlo, que ellos fueron alfombrando de basura el lugar en el que hoy está su querida “organización”.

Pues bien, toca decir que el papel de cornúpeta, de gran alce con mínimo cuerpo que hoy es IU, está alfombrado por el papel de un PCE que fue heroico en la lucha de sus militantes, no de gran parte de una dirigencia protegida ante la represión, contra el fascismo pero absolutamente alejado de la orientación de clase contra clase que debe caracterizar a los comunistas. De tales renuncias estos resultados.

La IU de Garzón es un zombie que busca, no identidad propia, no sean ustedes tan absurdos en su mentira, sino una cuota de influencia, porque la facción progre de defensores del capital no tiene poder sino destinos profesionales.

La que reivindica a la antigua IU jamás mató al padre, Santiago Carrillo, porque fue partícipe de dichas políticas de conciliación de clase, búsqueda de gobiernos de concentración y entrega del sindicato a prácticas mafiosas de colusión con el capital y sus gobiernos para domesticar a la clase trabajadora (Pactos de la Moncloa). Ese sector no puede hacer autocrítica porque le va su currículum político en ello.

De aquellos polvos estos lodos. Una parte de la antigua IU/PCE desaparecerá por mero agotamiento biológico y por senectud de un formato estéticamente anticuado de eurocomunismo.

A ellos solo cabe aplicarles aquella parte del tango del gran Gardel que dice:

Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.”

La otra, la que ha transmigrado en el alma de Podemos, remedando las gilipolleces del ex falangista Anguita, cuando decía aquello de “algún día el alma inmortal del PCE transmigrara en Izquierda Unida”, hace tiempo que es tan indecente por carecer de escrúpulos en el arribismo de sus componentes de cúpula, traidora a la clase trabajadora e inútil para la lucha por el socialismo como lo fue el “izquierdista PSOE” de Isidoro en 1977, el que pasaba la frontera a Francia escoltado por la Guardia Civil.

Señores de IU, su desaparición será una noticia necesaria en el avance hacia la conciencia de que de las urnas solo nacerán nuevas miserias basadas en el viejo engaño del timo del tocomocho. Lo deseable es que a sus cenizas les acompañe el descubrimiento de que los podemitas no son sino los hijos del PSOE, que ustedes fueron, disfrazados de un lenguaje hortera y desclasado para postmodernos de la nada.

Hay quienes afirmamos que el tango es el "llanto del cabrón" por el contenido relativo al desamor y el engaño al amor traicionado de muchas de sus letras. Es injusta esta calificación, ya que también hay otros tangos con temáticas distintas, algunas llenas esperanza e ilusión (déjenme compartir una con ustedes), pero no deja de haber un fondo de verdad en esa primera apreciación. Ese el sentido tanguista que hoy le da el trepa sin escrúpulos e imberbe político llamado Alberto Garzón a sus llantos ante el ninguneo político al que le ha sometido su querido fuhrercito con coleta.  

21 de junio de 2017

PORQUÉ SOY UN ECONOMISTA MARXISTA

El economista marxista norteamericano Fred Moseley
Fred Moseley. tiemposcriticos.wordpress.com

Agradezco mucho la invitación a participar en este seminario sobre economía Marxista en la UNAM. México es uno de mis lugares favoritos y desearía estar ahí en lugar de aquí.
Aquí la temperatura fue de -20 grados centígrados durante el fin de semana.

Mi plática del día de hoy es una versión actualizada de una plática que di a la facultad en mi Colegio varios años atrás cuando recibí el reconocimiento de Académico Distinguido.

Comencé mi plática de esta manera: muchos amigos y colegas me han preguntado a lo largo de los años: “Fred, ¿por qué eres un economista marxista?” Eres un buen Americanode sangre roja, un hombre de deportes, ¿por qué marxista?” Así que esta ceremonia dereconocimientos parecía ser una ocasión apropiada para intentar responder esa pregunta. Y esto es lo que procedí a comentar:

Algunas de las personas que me hacían esta preguntan añadían algo como: “Fred, la Unión
Soviética ha colapsado, se ha ido. ¿Por qué sigues interesado en la teoría de Marx?” Intenté ser educado y no decirle a esta gente que demostraba su ignorancia sobre la teoría de Marx, pero sí enfaticé que la teoría de Marx no tiene algo que ver con la Unión Soviética, o con el antiguo bloque Soviético o China. La teoría de Marx es sobre el capitalismo. Ante todo, ¡el título del libro de Marx es El Capital! Y es una teoría sobre el capitalismo, una teoría alternativa del capitalismo, alternativa a la microeconomía y macroeconomía convencional. Es primordialmente una teoría macro, sobre la economía capitalista como un todo y cómo las economías capitalistas se desarrollan a lo largo del tiempo y porqué son susceptibles a las crisis.

La pregunta breve a responder sobre porqué soy un economista marxista es en realidad muy sencilla –porque creo que la teoría de Marx provee la mejor explicación de los fenómenos más importantes de las economías capitalistas, mejor que cualquier otra teoría económica, incluyendo la micro y macro convencionales. Esto es, soy un economista marxista porque la teoría de Marx tiene un poder explicativo mucho mayor que cualquier otra teoría económica. Estoy utilizando el criterio científico estándar de que una decisión entre dos teorías debe basarse en la comparación entre el poder explicativo empírico entre ellas.

Los fenómenos más importantes de las economías capitalistas que son explicados por la teoría de Marx y que discutiré son los siguientes: la ganancia, los conflictos entre capitalistas y trabajadores, el cambio tecnológico endógeno, la tendencia de la tasa de ganancia, las crisis recurrentes y los ciclos auge/depresión, la desigualdad creciente y la reciente Gran Recesión. Discutiré cada una de ellos en su turno. El punto general es que todos estos importantes fenómenos son explicados por la teoría de Marx y la mayoría de ellos no son, para nada, explicados por la economía convencional (1).

Ganancia
El primer y más importante fenómeno de las economías capitalistas que es explicado por la teoría de Marx es el fenómeno de la ganancia. La ganancia es el principal objetivo de las economías capitalistas, el principal determinante de los gastos en inversión y el principal determinante del estado general de la economía. Así que cualquier explicación de la ganancia es la cuestión más importante en una teoría del capitalismo y es la principal pregunta que la teoría del capitalismo de Marx busca responder.

La teoría de Marx concluye que la ganancia es producida por los trabajadores porque los trabajadores producen más valor del que se les paga. Esto es, los trabajadores gastan parte de su día de trabajo produciendo valor que es igual a sus salarios y después gastan parte de su día de trabajo –que Marx llama plustrabajo– produciendo ganancia para los capitalistas.

En otras palabras, la ganancia de los capitalistas se debe al plustrabajo y la explotación de los trabajadores.

Así, la teoría de Marx concluye que el capitalista se basa, por su misma naturaleza, sobre la explotación de los trabajadores; el capitalismo no existiría sin la explotación porque la ganancia se basa en la explotación. No sólo los trabajadores son salarios bajos son explotados en el capitalismo, todos los trabajadores son explotados. Los trabajadores con menores sueldos son más explotados, pero todos los trabajadores son explotados porque todos los trabajadores generan más valor del que se les paga.

Tan sorprendente como parezca, la economía convencional no tiene teoría de la ganancia en absoluto o tiene una teoría de la ganancia muy débil y ampliamente desacreditada. La macroeconomía no tiene teoría de la ganancia alguna. ¡La ganancia no es siquiera una variable en la teoría! ¿Se percatan de eso? ¡La ganancia no es siquiera una variable en la macroeconomía convencional! Ni la macroeconomía Keynesiana, ni la macroeconomía clásica.

Estaba en shock cuando me di cuenta por primera vez en el posgrado de esta evidente omisión en la macroeconomía convencional – ¡que la macro intenta ser una teoría del capitalismo sin siquiera tomar en cuenta la ganancia!

En la microeconomía existe un tipo de teoría de la ganancia (que renombra como “interés”) –se la llama la teoría de la “productividad marginal” del interés. Quizás hayan escuchado de ella o quizás no. Cada día se enseña menos en estos días porque es una pésima teoría.

Esta teoría siempre ha sido débil y en las décadas recientes se ha mostrado que es inconsistente lógicamente y se ha desacreditado ampliamente excepto para los “verdaderos creyentes” de la economía neoclásica.

Y no existe nueva investigación en alguna parte donde la economía intente desarrollar a una mejor teoría de la ganancia o el interés, como uno esperaría, dado que la ganancia es muy importante en las economías capitalistas. Simplemente se ignora la ganancia en la economía convencional. La actitud de los economistas neoclásicos parece ser:
simplemente olvidémonos de la teoría de la ganancia y esperemos que los estudiantes o críticos no pregunten”.

Pero, ¿cómo podemos olvidarnos de la ganancia en una teoría del capitalismo? Una teoría del capitalismo sin ganancia debe estar severamente limitada en su poder explicativo. Sería como la física sin la energía o la fuerza.

Conflictos de interés
El siguiente conjunto de fenómenos importantes en el capitalismo, que la teoría de Marx explica son los conflictos clave entre capitalistas y trabajadores que existen en todas las economías capitalistas –conflictos sobre los salarios, sobre la extensión de la jornada laboral, y conflictos sobre la intensidad del trabajo (es decir, cuán duro laboran los trabajadores). Imagino que muchos de ustedes han vivido estos conflictos en los trabajos que han tenido. De acuerdo a la teoría de Marx, dado que la ganancia se produce por el plustrabajo, sigue que los capitalistas intentarán incrementar el plustrabajo al limitar los salarios y al pelear contra días laborales más cortos y hacer laborar más fuerte a los trabajadores; todo lo cual va en contra de los intereses de los trabajadores. Por tanto, existen conflictos inherentes e inevitables entre capitalistas y trabajadores sobre estas cuestiones relevantes.

La economía convencional no provee explicación alguna de estos conflictos en las economías capitalistas. Estos conflictos no son parte de los fenómenos que busca explicar la economía convencional. Se encuentran “más allá del espectro” de la economía convencional. En su lugar, la economía convencional tiende a enfatizar la “armonía de intereses” entre todos los agentes económicos, incluyendo entre capitalistas y trabajadores.

Todo es armonía, no hay conflictos. Por ejemplo, en la teoría neoclásica del mercado de trabajo, que probablemente se les ha enseñado, la teoría de la oferta de trabajo asume que los trabajadores pueden elegir la cantidad de horas que quieren trabajar en una jornada laboral – ¡sobre el ignominioso trade-off ocio-consumo en las funciones de utilidad de los trabajadores! La teoría asume que los capitalistas se acomodarán de alguna manera a las preferencias y decisiones de los trabajadores respecto a cuántas horas desean trabajar ellos.

¿En qué planeta viven los economistas convencionales? Evidentemente esta no es la manera real en que funcionan los mercados de trabajo capitalistas. Por tanto, esta teoría no presenta explicación alguna de la extensa lucha de clases sobre la extensión de la jornada laboral en las naciones capitalistas, incluyendo por supuesto las existentes entre Estados Unidos y México. Esta teoría del trade-off entre trabajo y ocio y las decisiones de los trabajadores aún se enseña hoy en día con seriedad y otra vez con la esperanza de que los estudiantes no realicen algún cuestionamiento crítico.

Cambio Tecnológico
El siguiente fenómeno importante en el capitalismo que explica la teoría de Marx es el cambio tecnológico. La teoría de Marx también explica porque las economías capitalistas son tan dinámicas tecnológicamente, caracterizadas por innovaciones y avances tecnológicos continuos. De acuerdo a la teoría de Marx, el cambio tecnológico incrementa la productividad del trabajo, lo cual reduce el tiempo de trabajo necesario de los trabajadores y por consiguiente incrementa el plustrabajo y las ganancias de los capitalistas.

Por tanto, la teoría de Marx concluye que los capitalistas introducirán continuamente nueva tecnología para incrementar el plustrabajo de los trabajadores e incrementarán su ganancia. (Esta es la teoría del plusvalor relativo de Marx).

Otra vez, la economía convencional no tiene explicación de este fenómeno fundamental del cambio tecnológico. La mayoría de la economía convencional asume que la tecnología permanece constante y determina las variables para un pequeño periodo de tiempo con tecnología constante. Cuando se analiza el cambio tecnológico casi siempre se asume que es “exógeno”, es decir, dado por fuera de la teoría y no explicado. La teoría de Marx, por lo contrario, explica el cambio tecnológico como endógeno, causado por la naturaleza interna del capitalismo y la maximización del plustrabajo y de las ganancias por parte de los capitalistas.

Tendencia en la tasa de ganancia
El siguiente fenómeno importante en el capitalismo que explica la teoría de Marx es la tendencia en la tasa de ganancia, la variable crítica en la teoría de Marx sobre la evolución dinámica de las economías capitalistas a lo largo del tiempo. La teoría de Marx sobre la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es consecuencia de la conclusión de cambio tecnológico inherente recién abordada. Si el trabajo es la fuente de la ganancia y si la mayoría del cambio tecnológico ahorra trabajo, entonces tarde o temprano la tasa de ganancia disminuirá. La teoría de Marx de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es ampliamente respaldada por la evidencia empírica para la economía de los Estados Unidos y otros países capitalistas, este fue el tema de mi disertación de doctorado y mi primer libro –una prueba empírica de la teoría de Marx sobre la tendencia decreciente de la tasa de ganancia para la economía de la postguerra estadounidense.

Debido a que la economía convencional no tiene teoría de la ganancia, evidentemente no tiene teoría de la tendencia en la tasa de ganancia a lo largo del tiempo o el efecto del cambio tecnológico sobre la tasa de ganancia.

Crisis y ciclos auge/depresión
Otro fenómeno importante del capitalismo que explica la teoría de Marx son las crisis recurrentes y los ciclos auge-depresión, una de las características más importantes y problemáticas del capitalismo –su inherente inestabilidad. Las crisis y los ciclos han ocurrido una y otra vez a lo largo de la historia de todas las naciones capitalistas y es muy importante intentar comprender las causas de estos ciclos recurrentes.

La teoría de las crisis y los ciclos de Marx se basa en su teoría del cambio tecnológico endógeno y la tendencia decreciente de la tasa de ganancia recién tratadas. Durante un periodo de expansión, la tasa de ganancia tiende a disminuir como resultado del cambio tecnológico que ahorra trabajo y eventualmente este descenso en la tasa de ganancia provoca que las empresas reduzcan la inversión y el empleo y algunas empresas entren en bancarrota y la economía cae en recesión o depresión. Durante la recesión o la depresión, la tasa de ganancia se restablece y la economía rebota hasta la siguiente crisis.

Esta teoría básica de los ciclos puede aumentarse al añadir la deuda como variable crucial, tanto la deuda de las empresas como de los hogares. En los años recientes se ha trabajado sobre estas líneas, combinando la teoría de la tasa decreciente de la tasa de ganancia de Marx con la teoría de la fragilidad financiera de Minsky.

Otra vez, en comparación, asombrosamente, la economía convencional no presenta explicación general de las crisis recurrentes y de los ciclos auge/depresión. Por lo contrario, la macroeconomía generalmente explica las fluctuaciones en la economía como resultado de lo que llaman típicamente “shocks exógenos” –un “shock de demanda” o un “shock de oferta”, usualmente cambios en las políticas gubernamentales (políticas fiscal y monetaria) que son externas a la naturaleza y la dinámica de las economías capitalistas.

No podía creer esta teoría de las fluctuaciones por “shocks exógenos” cuando me percaté de ella en el posgrado. Las clases en macroeconomía comenzaban generalmente con el profesor afirmando algo como “asumamos un shock exógeno”. Como un meteoro cayendo del cielo. La teoría macro trata entonces únicamente sobre cuán rápido se recuperará la economía de este “shock exógeno” y no con qué causó el “shock” en primer lugar. La macroeconomía clásica asume que la economía se recupera rápido y automáticamente a los shocks exógenos por su cuenta sin la asistencia del gobierno; mientras que la macroeconomía Keynesiana asume que la recuperación es lenta por “rigideces en precios y salarios”, por lo que se necesitan políticas gubernamentales expansivas para acelerar la recuperación. Yo estudié primero la teoría endógena de las crisis de Marx que la macroeconomía, así que estaba indignado por esta teoría de los ciclos basada en “shocks exógenos”.

Como estudiante joven rebelde, para dramatizar mi insatisfacción con esta teoría de los ciclos basada en “shocks exógenos”, comencé a llevar mi casco de ciclista a clase, y cuando el profesor afirmaba como solía hacer “asumamos un shock exógeno”, ¡me ponía el casco y pretendía protegerme a mí mismo de algo cayendo del cielo! Afortunadamente el profesor tenía sentido del humor y toleraba mi disrupción y admitía que tenía un punto divertido.

Los hechos históricos de que las crisis y los ciclos han ocurrido una y otra vez a lo largo de la historia en todas las economías capitalistas, y que continúan ocurriendo, sugiere que las causas de estos ciclos recurrentes debe ser interna, endógena a las economías capitalistas y no exógenas.

Desigualdad creciente
Otro fenómeno importante de las economías capitalistas que es explicado por la teoría de Marx es la desigualdad creciente. Todos sabemos sobre el alarmante incremento de la desigualdad en décadas recientes en la mayoría de los países alrededor del mundo, incluyendo los Estados Unidos y México. La teoría de Marx provee una teoría general de la tendencia hacia la desigualdad creciente en las economías capitalistas, la cual también sigue de la teoría del cambio tecnológico discutida previamente. El objetivo del cambio tecnológico es reducir el trabajo necesario e incrementar el plustrabajo. Si los capitalistas logran este objetivo, y usualmente lo hacen, entonces la ganancia aumentará en relación a los salarios y la desigualdad entre capitalistas y trabajadores aumentará. La desigualdad creciente es un resultado normal del cambio tecnológico en el capitalismo. Marx llamó a esta tendencia general hacia la desigualdad creciente en las economías capitalistas la “ley general de la acumulación de capital”: más y más riqueza para los capitalistas y más y más pobreza para los trabajadores. La oleada de desigualdad en las décadas recientes es evidencia dramática de esta importante tendencia en las economías capitalistas.

Una vez más, la economía convencional no tiene una teoría general de la tendencia temporal en la distribución del ingreso debido a que no tiene una teoría de la ganancia. Los economistas convencionales en los Estados Unidos inicialmente intentaron explicar el incremento de la desigualdad en las décadas recientes con la productividad marginal y por lo que llamaron “cambio tecnológico sesgado por las habilidades”: esto significa que el cambio tecnológico supuestamente incrementó el producto marginal del trabajo cualificado, lo cual incrementó la demanda por trabajo calificado y los salarios y remuneraciones de los trabajadores cualificados en comparación con los trabajadores no cualificados. Pero recientemente, incluso los economistas convencionales han abandonado esta teoría porque no explica el gran incremento de los ingresos del 1% más rico en las décadas recientes.

¡Seguramente sus “productos marginales” no han incrementado tanto! Cada vez más los economistas convencionales, especialmente los liberales, se acercan a la postura de que el incremento en la desigualdad tiene que ver con el poder y el poder creciente de los capitalistas sobre los trabajadores en las décadas recientes debido a factores como mayor desempleo, globalización y la caída de los sindicatos, todo lo cual ha resultado en que el salario real promedio en la economía de los Estados Unidos no ha incrementado en absoluto desde los años 70s (esto es 40 años de salario real sin aumento). Y entiendo que el salario real promedio en México ha disminuido sustancialmente desde los 80s ¿cierto?

Todos los aumentos en productividad en ambos países y alrededor del mundo en las décadas recientes se han dirigido a las ganancias y a los salarios de los altos administradores y ejecutivos. Esta explicación convencional basada en el poder es similar a la teoría de Marx, sin la teoría laboral del valor y los conceptos de trabajo necesario y plustrabajo. Y esta explicación no tiene algo que ver con la teoría convencional de la productividad marginal.

Gran recesión
La superiorioridad de la economía Marxista sobre la macroeconomía convencional también se revela por la reciente crisis económica. Yo, al igual que otros economistas marxistas, advertimos duerante años que la economía de los Estados Unidos se dirigía hacia una seria crisis debido a una combinación de bajas ganancias y una alta deuda, especialmente la deuda de los hogares. Si hubiera más tiempo sería feliz en discutir más esta explicación marxista de las crisis recurrentes.

Pero los macroeconomistas convencionales no vieron venir la crisis. Y la razón por la que no la vieron es que tienen una teoría económica inferior, la cual no incluye la ganancia y no incluye la deuda. ¿Cómo podrían explicarse las crisis en las economías capitalistas sin estas dos variables cruciales? En su lugar, la crisis actual se explica, como todas las crisis, con un “shock exógeno”.

Esta crisis ha sido una vergüenza seria para la macroeconomía convencional. Aquí hay algunos ejemplos de la prensa de negocios. Una portada de la revista Economist declaró:
El entrenamiento en macroeconomía es una seria desventaja para comprender la crisis actual. La Reina Elizabeth visitó la London School of Economics y avergonzó a los economistas cuando preguntó: “¿Por qué los economistas no vieron venir esta crisis?” Y Paul Krugman, ganador del Premio Nobel y columnista del New York Times afirmó que “la mayoría de la macroeconomía de los 30 años fue espectacularmente inútil, en el mejor de los casos, y positivamente dañina en el peor”.

Conclusión
¡Así que por esto soy un economista marxista!
Porque estoy convencido de que la teoría de Marx provee una significativamente mejor explicación y más comprehensiva de estos fenómenos importantes de las economías capitalistas, que la macro y micro convencionales no puede. Ni siquiera es un competidor cercano.

Entonces la siguiente pregunta parecería ser: ¿por qué la teoría de Marx es casi universalmente rechazada y descartada por los economistas a pesar de su impresionante poder explicativo, especialmente en comparación con las teorías convencionales?

Esta es una gran pregunta que requeriría una largo discusión, pero creo que la respuesta corta es que la teoría de Marx revela la explotación y el conflicto de clase que es inherente en las economías capitalistas, y tal teoría simplemente es demasiado radical y demasiado subversiva para ser aceptable por los economistas convencionales y por la academia en general a pesar del impresionante poder explicativo de la teoría de Marx comparada con la economía convencional. La economía es escandalosa por ignorar las reglas normales de la práctica científica –que la teoría con el mayor poder explicativo es la que debería ser preferida y aceptada.

Como dijo Marx alguna vez: “las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante”. Las teorías dominantes no son necesariamente las mejores teorías, incluso en economía, quizás especialmente en economía. Las teorías dominantes son usualmente las que respaldan los intereses de las clases dominantes de una u otra manera.

Y Marx también dijo: “cuando la realidad es la explotación, la verdad siempre es subversiva”. Pienso que la teoría de Marx provee la verdad sobre la explotación en el capitalismo y por consiguiente siempre será demasiado subversiva para los poderes fácticos.

Pero la teoría de Marx es muy útil para nosotros. Nos ayuda a entender los problemas que enfrentamos en el capitalismo y nos presenta claramente que, si queremos superar la explotación, entonces tendremos que derrocar al capitalismo.

NOTAS:

(1) Para ver una discusión más extensa del poder explicativo empírico de la teoría de Marx ver Moseley, F, Marx’s Economic Theory: True or False? A Marxian Response to Blaug’s Appraisal, en Moseley (ed.), Heterodox Economic Theories: True or False? Edward Elgar, 1995.

15 de junio de 2017

LA MUERTE DEL CENTRO COMERCIAL


Alejandro Nadal. La Jornada

En las economías capitalistas desarrolladas la crisis financiera de 2007 tuvo como epicentro el sector inmobiliario y las hipotecas de mala calidad. Los bancos centrales rescataron al sistema bancario privatizando las ganancias y haciendo público el costo de la crisis. Y ahora que lo peor del frente de tormenta pasó, se consolida la percepción de que la borrasca ha sido controlada. Esa es una idea equivocada y peligrosa.

La verdad es que el problema en Estados Unidos se ha desplazado del ámbito residencial a los centros comerciales, los famosos y feos shopping malls. Esas enormes construcciones están hoy en el corazón del próximo huracán financiero. Al igual que en 2007, los efectos del mal tiempo se dejarán sentir en la economía global.

Los centros comerciales en Estados Unidos se están muriendo lentamente. Los locales vacíos se multiplican porque las ventas no cubren las altas rentas y los comercios en bancarrota aumentan todos los días. Casi no se habla de este tema, pero lo cierto es que en Estados Unidos crece cada día el número de centros comerciales fantasma, abandonados o con grandes espacios vacantes. Hasta se habla del modelo chino en el que el crédito barato y la especulación inmobiliaria han llevado a construcciones de millones de metros cuadrados que hoy son cascarones vacíos sostenidos por millones de toneladas de concreto, miles de kilómetros de cables eléctricos y tuberías, amén de una colosal huella ecológica.

Si la imagen exitosa del centro comercial se mantiene es sólo porque algunos malls subsisten en buenas condiciones. Pero esos centros son la minoría: en Estados Unidos sólo el 20% de los centros comerciales genera más de dos terceras partes de las ganancias de este sector. Esos centros comerciales están localizados en puntos que mantienen alta densidad de población con poder de compra o en centros de concentración turística y económica. Lo cierto es que la crisis en el resto de los centros comerciales es una triste realidad que no va a desaparecer. Se calcula que en los próximos dos o tres años desaparecerán cerca de 800 shopping malls (más de la mitad del total) en todo el territorio estadounidense.

Muchos podrían pensar que el principal responsable de la debacle del centro comercial se debe al auge del comercio en línea. Pero lo cierto es que a pesar de su crecimiento, el comercio vía Internet apenas representa el 12% de las ventas totales de las tiendas departamentales que sirven como ancla de los malls.

La razón de fondo de la nueva crisis es que la construcción de centros comerciales en las últimas dos décadas ha procedido a un ritmo muy superior al crecimiento del poder de compra en la mayoría de las ciudades estadounidenses. Mientras la demanda se estancaba se construyeron más de siete millones de metros cuadrados para centros comerciales en los últimos cinco años.

¿Por qué se ha mantenido la inversión en los centros comerciales? La respuesta es inmediata: cálculos de riesgo equivocados y mucha especulación. Éste es un sector en el que los inmuebles sirven de garantía, facilitan la obtención de financiamiento y permiten un mayor apalancamiento. La inversión en centros comerciales estuvo ofreciendo rendimientos estables que prometían superar el 6 ó 7% y con una garantía aparentemente tan sólida como el concreto y acero utilizados en su construcción. Eso explica el rápido crecimiento de capacidad instalada que hoy rebasa todas las proyecciones sobre la evolución de la demanda. Por eso las tiendas en los malls ofrecen constantes ofertas y descuentos sobre toda la gama de artículos en venta, lo cual comprime los márgenes de ganancia y lleva a la apertura de concursos de quiebra. En consecuencia, los operadores de los centros comerciales enfrentan serias dificultades para enfrentar sus compromisos de deuda. Para los próximos 18 meses se necesita refinanciar unos 130.000 millones de dólares en créditos para el sector de centros comerciales, una operación que no se anuncia fácil.

La gran diferencia de la crisis que se avecina es que los principales acreedores no son los grandes bancos, sino los llamados inversionistas institucionales como los fondos de pensión y las compañías aseguradoras, así como otros agentes financieros –en especial, los fondos de cobertura hedge funds– y uniones de crédito. Las implicaciones para el sistema financiero son más graves que las de la crisis de 2007 porque el rescate de las compañías aseguradoras y los fondos de pensión se anuncia casi imposible. Los efectos en cascada sobre los ingresos de jubilados y el desplome de recaudación fiscal (por impuestos prediales) son múltiples y serán difíciles de revertir: vender uno de esos centros es mucho más complicado que el deshacerse de mil casas. A diferencia del cierre de una fábrica y de la pérdida de empleos, el cierre de un centro comercial no puede explicarse con una retórica fácil sobre la globalización o un mal tratado comercial. El crepúsculo de los shopping malls se debe a problemas estructurales del capitalismo avanzado.



14 de junio de 2017

FILIPINAS: DAESH BUSCA REFUGIO EN EL SUDESTE ASIÁTICO

Guadi Calvo. elantiimperialista.blogspot.com

Se cumplen tres semanas de la toma de la ciudad filipina de Marawi (Ver: Filipinas: Daesh por un lugar en el mundo) por parte del grupo Abu-Sayyaf (Padre de la Espada), el grupo wahabita, que junto a la organización Maute, representan en ese país del sudeste asiático al Daesh.

Tras el ataque y la pronta respuesta de las fuerzas de seguridad, el presidente Rodrigo Duterte, que se encontraba de visita en Moscú, impuso en la isla de Mindanao, la ley marcial.

Durante estos últimos 21 días, un número indeterminado de muyahidines, ha mantenido a raya, ya no solo al ejército y la aviación filipina, sino también a los efectivos estadounidenses de la base Zamboanga del Comando de Mindanao Occidental (Wesmincom).

Según el coronel Edgard Arévalo, portavoz de las Fuerzas Armadas filipinas (FAF), son cerca de 200 los terroristas y 58 los miembros la FAF que han muerto, desde el 22 de mayo, día de la toma de la ciudad Marawi, capital de la provincia de Lanao del Sur, en la sureña isla de Mindanao.

Si bien desde antes de la toma de Marawi, se calculaba en unos 1.500 los miembros del grupo integrista en Filipinas, se ha detectado en estas últimas semanas, ya no solo el ingreso al país de combatientes de naciones cercanas como Malasia e Indonesia, sino también hombres llegados de Arabia Saudí, Yemen y Chechenia, que podrían llegar a ser muyahidines desplazados de Siria e Irak, con alto nivel de entrenamiento. Para la toma de Marawi, según datos de la inteligencia filipinas, se dispusieron unos 400 militantes locales y cerca de 50 extranjeros.

Con esta operación Daesh, pretendería no solo tomar Marawi, sino además dos o tres ciudades cercanas, con el fin aislar la zona del resto de país y declarar a la isla de Mindanao Wilayat o provincia Islámica.

Mindanao por ser el lugar de la minoría musulmana de Filipinas, ha sido prácticamente dejada de lado por todos gobiernos cristianos que se han sucedido en Manila, capital del país, convirtiéndola de hecho en la región más pobre de Filipinas, generando en la población de la isla un resentimiento y resistencia larval contra el poder central.

La primera fase de la maniobra no resultó como estaba planeada por los wahabbistas, porque coincidió con un operativo de fuerzas de seguridad que tenían la información de la presencia de Isnilon Hapilon, el comandante de Abu Sayyaf y emir del sudeste asiático, se encontraba en algún barangay o barrios de Marawi, desbaratando así las primeras fases de la toma.

Aunque el presidente filipino Rodrigo Duterte, negó enfáticamente la asistencia de efectivos norteamericanos, Washington confirmó que había proporcionado apoyo a las FAF, para batir los últimos bolsones de resistencia wahabita en Marawi. Además el Pentágono asistió con vigilancia aérea con aviones P-3 Orion, escuchas electrónicas, asistencia en comunicaciones y entrenamiento.

Si bien Filipinas y Estados Unidos han sido históricamente importantes aliados el actual presidente, quien hace un año llegó al poder, había prometido en su campaña expulsar toda presencia militar norteamericana del país.

Según las autoridades de Manila, si bien todavía resta eliminar algunos focos de resistencia terrorista, que están siendo hostigados desde el aire por tres aviones OV-10 Bronco, la ciudad estaría prácticamente reconquistada.

Este último lunes se ha visto después de tres semanas, izar la bandera de Filipinas en el centro de la ciudad en coincidencia con el 119 aniversario de la independencia.

La enorme mayoría de la población, unas 200 mil personas, lograron huir de la Marawi en los primeros días de combate, aunque se estima que cerca de 2 mil todavía permanecían en manos de los terroristas y entre 100 y 150 civiles habrían resultado muertos, aunque se sabe bajó las ruinas de muchos edificios bombardeados, posiblemente se encuentren muchos más cuerpos.

Son varias las razones para que los terroristas hayan podido resistir tantos días al asedio del ejército y la aviación filipinas, en primer lugar es que muchos de los muyahidines o bien son oriundos de la zona o tienen lazos de parentesco y amistad con pobladores locales, que les ha permitido a lo largo de este último año preparar lugares de refugio y almacenamiento de armas, además del área de la ciudad prácticamente montada sobre un lago, está rodeada de terrenos anegadizos, lagunas y bañados, que hacen muy difícil el tránsito de unidades militares.

En estos últimos días las acciones de la aviación de Manila se ha concentrado sobre las mezquitas de la ciudad, se estima unas cincuenta, ya que se creer han sido los refugios elegidos por los terroristas. Mientras que las autoridades insisten en que Isnilon Hapilon el líder de Abu Sayyaf y los hermanos Omar y Abdullah Maute, continúan dentro de Marawi encabezando la resistencia.

Por el mar y como aceite
El temor que por el mar y como el aceite se puedan propagar las consecuencias de esta operación sobre Marawi, sacude hoy a los países vecinos de Filipinas. La perfecta organización de los miembros del Daesh en el país y la constatación del arribo de combatientes desde las guerras de Medio Oriente, ha puesto en alerta máxima al resto de los países de sudeste asiático. En los últimos días de la batalla de Marawi, se ha detectado, por ejemplo, la presencia de unos cuarenta combatientes provenientes de la vecina Indonesia, el país con más población musulmana del mundo con cerca de 204 millones de fieles.

Tras la toma de Marawi, el procurador general de Filipinas, Jose Calida advirtió que lo sucedido en la isla de Mindanao: “ya no es una rebelión de los ciudadanos filipinos. Se ha metamorfoseado en la invasión de terroristas extranjeros, con la intención de extender las acciones a otras zonas del sudeste asiático”.

Se entiende que la decisión de profundizar la siempre latente intensiones independentistas de la isla de Mindanao, donde se asienta la mayoría de la comunidad musulmana de Filipinas, no ha sido en este caso una disposición de miembros locales del fundamentalismo, sino que la orden ha emanado directamente del Abu Bakr al-Bagdadí o Califa Ibrahim, líder y fundador del Daesh, a quien por estos días la prensa está dando nuevamente por muerto, tras un bombardeo en Mosul.

La estimaciones de al-Bagdadí se fundamentan en que las condiciones objetivas del sudeste asiático, son notoriamente propicias, con una importantísima comunidad musulmana en Malasia, Singapur, Brunei, Indonesia, Tailandia y Filipina, son regiones acostumbradas a guerras y revoluciones, ya han pasado por conflictos en su momento de corte marxista y nacionalista, sumado a las características geográficas ya que al ser territorios, a excepción de Tailandia, insulares, selváticos y montañosos, hace mucho más difícil las operaciones para ejércitos regulares.

Los dos atentados suicidas en la capital de Indonesia, Yakarta, del 24 de mayo, que mataron a tres policías y dos civiles, reivindicadas por el Daesh, aunque con diferentes nomenclaturas el terrorismo wahabita tiene presencia en ese país desde el 2002, son sin duda una muestra de apoyó a sus hermanos que combaten en Marawi.

Previendo los resultados de las diferentes alianzas que operan sobre “su territorio” en Siria e Irak, desde marzo de 2016 Daesh ha cambiado los métodos de reclutamiento, para estimular a sus seguidores a hacerlo en los grupos ya existentes del sudeste asiático, incluso comenzado de desviar hombres y recursos a aquellas organizaciones, como Jemaah Islamiyah que opera desde 1993 en Indonesia, vinculado desde siempre a al-Qaeda, que produjo resonantes atentados como el de Bali en 2002, dejando más de 200 muertos. Aunque grupos armados del integrismo musulmán ha tenido presencia en todos esos países organizaciones como Ansar al-Khilafa o Mujahidin Indonesia, que desde los ochenta o antes han pugnado por establecer un estado teocrático de inspiración wahabita, fundados por veteranos de la guerra afgano-soviética y que en el presente han actuado en los conflictos de Medio Oriente, han enviado contingentes de hombres, no solo para participar sino fundamentalmente para conseguir un aprendizaje que trasladarían a sus países de origen, se estima que por Siria e Irak, han pasado más de 2 mil hombres del sudeste asiático, y que muchos de ellos serían los que hoy estarían combatiendo en Marawi.


12 de junio de 2017

PROLETARIADO Y CLASES SOCIALES, HOY

Agustín Guillamón. elsalariado.info

El proletariado se define como la clase social que carece de todo tipo de propiedad y que para sobrevivir necesita vender su fuerza de trabajo por un salario[1]. Forman parte del proletariado, sean o no conscientes de ello, los asalariados, los parados, los precarios, los jubilados y los familiares que dependen de ellos. En España forman parte del proletariado los seis millones de parados y los dieciséis millones de asalariados que temen engrosar las filas del paro[2], amén de una cifra indefinida de marginados, que no aparecen en las estadísticas porque han sido excluidos del sistema.

La clase obrera es una clasificación social OBJETIVA, que designa a todo aquel que mantiene una relación SALARIAL con un patrón (ya sea privado o estatal) al que vende su fuerza de trabajo (sus brazos y su inteligencia). La clase obrera forma parte del proletariado, que incluye además a parados, jubilados y marginados. Los proletarios no son propietarios de medios de producción. El salario es la principal forma de esclavitud moderna. LA RELACIÓN SALARIAL no es sólo de carácter social y económico, sino también político, puesto que determina el modo de existencia de quienes no tienen ningún poder de decisión sobre su propia vida.

La clase media incluye hoy a algunos trabajadores “autónomos”, esto es, trabajadores independientes y “autoexplotados”, algunos técnicos y profesionales altamente cualificados y a los empresarios sin asalariados. La alta clase media estaría formada por empresarios con algunos trabajadores asalariados, pero sin influencia política decisiva.

Capitalistas serían todos los propietarios de medios de producción, o altos gerentes con poder de decisión (aunque fueran asalariados) de grandes empresas privadas o estatales. Constituyen menos del uno por ciento de la población, pero su influencia política es absoluta, y determinan las líneas económicas que se aplican y afectan a la vida cotidiana de la totalidad de la población. Su lema sería: “Todos los gobiernos al servicio del capital; cada gobierno contra su pueblo”.

La democracia parlamentaria europea se ha transformado rápidamente, desde el inicio de la depresión (2008), en una partitocracia “nacionalmente inútil”, autoritaria y mafiosa, dominada por esa clase dirigente capitalista apátrida, que está al servicio de las finanzas internacionales y las multinacionales. Se produce una profunda y extensa proletarización de las clases medias, una masificación del proletariado y la erupción violenta e intermitente de irrecuperables colectivos, suburbios y comunidades marginadas, antisistema (no tanto por convicción, como por exclusión). Los Estados nacionales se convierten en instrumentos obsoletos (pero aún necesarios, en cuanto garantes del orden público y defensa armada de la explotación) de esa clase capitalista dirigente, de ámbito e intereses mundiales.

La sociedad capitalista actual, que nos permite la anterior clasificación social en tres clases fundamentales, aún admite en el seno de cada clase una infinita gradación de situaciones económicas, sociales, políticas y culturales, pero se identifica con la EXPLOTACIÓN de los trabajadores por los capitalistas, y tiende a una rápida polarización entre el proletariado (más la clase media proletarizada) y la ínfima minoría de los todopoderosos dirigentes (inferior al uno por ciento y apátrida).

Todo el mundo entiende que existe explotación cuando se habla del trabajo infantil esclavo en manufacturas de la India o China, que producen zapatillas o ropa de marca para multinacionales, con jornadas de 18 ó 20 horas, sin más paga que alimento y jergón en el mismo lugar de trabajo, que venden sus productos en USA o Europa. Y se escandalizan, con razón, ante esa explotación del trabajo infantil esclavo.

Hay que entender que la EXPLOTACIÓN del trabajo asalariado es la ESENCIA de la sociedad capitalista. Todos los asalariados padecen la explotación capitalista (no sólo los niños hindúes). Cuanto más desarrollada es la productividad del trabajo colectivo de una sociedad, mayor grado de explotación experimentan sus trabajadores, aunque puedan consumir más mercancías. La feroz lucha entre los capitalistas por superar y sobrevivir al competidor, impulsa el incremento de la explotación de los trabajadores, al margen de la buena voluntad o ética de cada empresario individual. Los capitales se fusionan y concentran, atacando sin límites las condiciones de vida y laborales de los trabajadores, amenazando con irse a otro país o con contratar más barato entre los millones de parados sin recursos. En cada país un puñado de transnacionales efectúa ventas anuales que superan ampliamente los presupuestos nacionales y empuñan el poder de dar trabajo, o no, a millones de desposeídos.

El proletariado, que tiende a abarcar hoy a un 75/80 por ciento de la población española, se puede clasificar en asalariados, precarios, parados, prejubilados, jubilados y marginados. La clase media sufre una fortísima proletarización, con amplios sectores de profesionales (en el ámbito de la medicina, arquitectura, enseñanza, tecnologías y servicios sociales), funcionarios y medianos o pequeños empresarios (colectivos que hace cinco años percibían elevados ingresos) que se proletarizan, o incluso quedan marginados económica y socialmente.

El elevadísimo número de parados y el estadísticamente desconocido número de excluidos (por paro de larga duración y/o no percepción de ingreso alguno) hace que los asalariados, en su conjunto, se precaricen colectivamente en sus condiciones laborales y existenciales hasta extremos impensables hace unos años en España y Europa. Incluso desaparece la negociación de los convenios colectivos por sectores o empresas, que son sustituidos por condiciones mínimas y miserables de contratación. Los suburbios se convierten en guetos de excluidos del sistema, que el Estado intenta aislar entre sí, entregando su dominio a las bandas, la droga, las mafias, las escuelas, los trabajadores sociales, oenegés, etetés, prisiones y policía, para que conjuntamente impongan el control y/o sacrificio económico, político, social, moral, volitivo, y si hace falta también físico, de “todos los que sobran”, con el objetivo preciso y concreto de desactivar su potencial revolucionario, intentando convertir esos barrios periféricos en colmenas de muertos vivientes, a los que las instituciones estatales les han declarado una guerra total de exterminio y aniquilación.

La tesis neosituacionista y milenarista de la desaparición del proletariado muestra no sólo su irracionalidad y falsedad, frente al inmenso incremento del proletariado en países como China, Sudáfrica, Brasil o la India, sino su falta de comprensión de la nueva realidad europea, y de la proletarización de las clases medias, surgida con la depresión iniciada en el 2008. Primitivistas y “pro-situs” se han quedado anclados en sus trasnochados análisis, tan desmovilizadores como artificiales e inútiles, confundiendo las características propias de las fases keynesiano/fordista (1945-1975) y neoliberal/toyotista (1976-2007) del capitalismo, con su esencia. Catastrofistas, ludditas, antidesarrollistas, profetas, tecnófobos e idealistas de distinto pelaje y orientación, coinciden en un punto fundamental, que nos desarma como clase revolucionaria en lucha contra el sistema capitalista: afirman que el proletariado ha desaparecido y/o ha dejado de ser el sujeto revolucionario. Identifican una parte con el todo. Confunden clase obrera industrial con proletariado. Desprecian como a bárbaros groseros y desclasados al proletariado de los guetos. Son reaccionarios brillantes y coherentes, muy útiles hoy al capital; pero que pronto desaparecerán en la nada de la necedad y la extravagancia.

La lucha de clases no es sólo la única posibilidad de resistencia y supervivencia frente a los feroces y sádicos ataques del capital, sino la irrenunciable vía de búsqueda de una solución revolucionaria definitiva a la decadencia del sistema capitalista, hoy obsoleto y criminal, que además se cree impune y eterno. Revolución o barbarie; lucha de clases o explotación sin límites; poder de decisión sobre la propia vida o esclavitud asalariada y marginación.


[1] Es decir, la clase de los asalariados sin reservas (económicas, se entiende). [Nota de El Salariado]

[2] Aquí, pensamos, habría que matizar las palabras del autor. Pues evidentemente dentro de los 16 millones de asalariados se incluye un cierto porcentaje que sí son propietarios. [Nota de El Salariado]


7 de junio de 2017

TERRORISMO EN GRAN BRETAÑA: ¿QUÉ SABÍA LA PRIMERA MINISTRA?

John Pilger. La Haine

Lo indecible en la campaña electoral británica es esto. Las causas de la atrocidad de Manchester, donde 22 personas (mayoritariamente niños) fueron asesinadas por un yihadista, se han ocultado para proteger los secretos de la política exterior británica.

Las preguntas claves (por ejemplo, por qué el servicio de seguridad M15 mantuvo “activos” terroristas en Manchester y por qué el gobierno no advirtió al público de la amenaza en su seno) permanecen sin respuesta y se desvían mediante la promesa de una “revisión” interna.

El presunto terrorista suicida, Salman Abedi, formaba parte de un grupo extremista, el Grupo de Combate Islámico Libio [LIFG, por sus siglas en inglés] que floreció en Manchester y fue cultivado y utilizado por el M15 durante más de 20 anos.

El LIFG está proscrito en Gran Bretaña como organización terrorista que promueve una posición dura sobre un “Estado islámico” en Libia y “forma parte del movimiento extremista islamista más amplio y global, inspirado por al Qaeda”.

La prueba es que mientras Theresa May fuera Ministra del Interior se permitió a yihadistas del LIFG viajar sin limitaciones por Europa y se les animó a participar en “combate”: primero para expulsar a Muamar el Gadafi en Libia y luego para unirse a los grupos afiliados a al Qaeda en Siria.

El año pasado el FBI supuestamente puso a Abedi en una “lista de vigilancia terrorista” y advirtió al M15 que este grupo estaba buscando un “objetivo político” en Gran Bretaña. ¿Por qué no fue detenido, previniendo así que la red a su alrededor planificara y ejecutara la atrocidad del 22 de mayo?

Estas preguntas surgen debido a una filtración del FBI que desmorona la versión del “lobo solitario” a raíz del ataque del 22 de mayo –de ahí la indignación llena de pánico y poco usual dirigida a Washington desde Londres, y la disculpa de Donald Trump.

La atrocidad de Manchester quita la piedra angular de la política exterior británica y revela su alianza fáustica con el extremismo islámico, especialmente con la secta conocida como wahhabismo o salafismo, cuyo principal custodio y banquero es el reino del petróleo de Arabia Saudita, el mayor comprador de armas de Gran Bretaña.

Este matrimonio imperial se remonta a la Segunda Guerra Mundial y a los primeros días de los Hermanos Musulmanes en Egipto. El objetivo de la política británica era detener el panarabismo, esto es, el desarrollo de un laicismo moderno en los Estados árabes, el afirmar su independencia del Occidente imperial y controlar sus recursos. La creación del rapaz Israel estuvo destinada a acelerarlo. Desde entonces se ha aplastado el panarabismo: la meta ahora es dividir y conquistar.

De acuerdo con Middle East Eye, en 2011 el LIFG era conocido en Manchester como los “Chicos de Manchester”. Opuestos implacablemente a Muamar el Gadafi, se les consideraba de alto riesgo y algunos de ellos permanecieron bajo control del Ministerio del Interior (en arresto domiciliario) cuando las manifestaciones contra Gadafi estallaron en Libia, un país forjado por un sinfín de enemistades tribales.

Repentinamente, se levantaron las órdenes de control. “Se me permitió ir sin preguntas”, dijo un miembro de LIFG. El M15 les devolvió sus pasaportes y a los agentes de contraterrorismo en el aeropuerto de Heathrow se les ordenó que les dejaran tomar sus vuelos.

El derrocamiento de Gadafi (que controlaba las reservas de petróleo más grandes de África) venía siendo planificado desde hacía tiempo desde Washington y Londres. De acuerdo con la inteligencia francesa, el LIFG llevó a cabo varios intentos de asesinato contra Gadafi durante la década de 1990 financiados por la inteligencia británica. En marzo de 2011 Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos aprovecharon la oportunidad de una “intervención humanitaria” y atacaron Libia. Los acompañó la OTAN bajo la cobertura de una resolución para “proteger a los civiles”.

El pasado septiembre una investigación del Comité de Asuntos Específicos de la Cámara de los Comunes concluyó que el Primer Ministro David Cameron había enviado el país a la guerra contra Gadafi basándose en una serie de “presunciones erróneas” y que el ataque “había llevado al crecimiento del Estado Islámico en África del Norte”. El Comité de los Comunes citó lo que denominó la descripción "concisa" de Barack Obama del papel desempeñado por Cameron en Libia: un “show de mierda” [ a shit show ].

De hecho, Obama fue un actor principal en este “show de mierda”, urgido por su belicista Secretaria de Estado Hillary Clinton y por unos medios que acusaba a Gadafi de planificar un “genocidio” contra su propia gente. “Sabíamos […] que si esperábamos un día más”, dijo Obama, “Bengasi, una ciudad del tamaño de Charloote, podía sufrir una masacre que hubiera retumbado en toda la región y manchando la conciencia del mundo”.

El cuento de la masacre fue fabricado por las milicias salafistas que estaban siendo derrotadas por las fuerzas gubernamentales de Libia. Dijeron a Reuters que iba a haber “un baño de sangre real, una masacre como la que vimos en Ruanda”. El Comité de los Comunes reportó que “la afirmación de que Muamar el Gadafi habría ordenado la masacre de civiles en Bengasi no se apoyada en ninguna prueba de la que se dispusiera”.

Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos efectivamente destruyeron Libia como Estado moderno. Según sus propias cifras, la OTAN lanzó 9.700 “misiones de ataque”, de las cuales más de un tercio alcanzó objetivos civiles. Estos ataques incluyeron bombas de fragmentación y misiles con cabezas de uranio. Las ciudades de Misurata y Sirte fueron completamente bombardeadas. La UNICEF (la organización de la ONU para la infancia) reportó que una alta proporción de niños asesinados “eran menores de diez años”.

Más que “dar lugar” al Estado Islámico (ISIS ya se había asentado sobre las ruinas de Irak luego de las invasiones de Blair y Bush el 2003), estos medievalistas tardíos tienen ahora todo el norte de África como base. Los ataques también desencadenaron una huida de refugiados a Europa.

Cameron fue celebrado en Trípoli como “liberador”, o imaginó que lo era.

Entre las masas que lo aclamaban se incluían aquellos secretamente provistos y entrenados por las SAS británicas e inspirados en el Estado Islámico, como los “Chicos de Manchester”.

Para los estadounidenses y británicos el verdadero crimen de Gadafi fue su independencia iconoclasta y su plan de abandonar el petrodólar, pilar del poder imperial norteamericano. Audazmente había planificado proponer una moneda común africana sustentada en el oro, establecer un banco para toda África y promover la unión económica entre países pobres con recursos preciados. Hubiese ocurrido esto o no, la mera idea era intolerable para EE.UU. que se preparaba para “entrar” en África y sobornar gobiernos africanos con “asociaciones” militares.

El dictador caído huyó por su vida. Un avión de la Real Fuerza Aérea apuntó a su convoy y en los escombros de Sirte fue sodomizado con un cuchillo por un fanático al que en las noticias se calificaba de “rebelde”.

Habiendo saqueado el arsenal de 30.000 millones de dólares de Libia, los “rebeldes” avanzaron hacia el sur aterrorizando pueblos y villas.

Cruzando hacia Mali subsahariano destruyeron la frágil estabilidad de ese país. Los siempre entusiastas franceses enviaron aviones y tropas a su antigua colonia “para combatir a al Qaeda” o a la amenaza que ellos mismos habían ayudado a crear.

El 14 de octubre del 2011 el presidente Obama anunció que enviaría tropas de fuerzas especiales a Uganda para incorporarse ahí en la guerra civil. En los meses siguientes se enviaron tropas de combate estadounidenses al sur de Sudán, al Congo y a la República Centroafricana. Con Libia asegurada, estaba en curso una invasión norteamericana del continente africano de la que no se informaba en absoluto.

El gobierno británico organizó en Londres una de las ferias de armas más grandes del mundo. Lo que se rumoreaba en los stands era que se trataba del “efecto demostración en Libia”. La Cámara de Comercio e Industria de Londres hizo un preestreno titulado: “Oriente Medio: un vasto mercado para las compañías de defensa y seguridad del Reino Unido”. El anfitrión fue el Banco Real de Escocia, un importante inversionista en bombas de racimo, profusamente utilizadas contra objetivos civiles en Siria. La propaganda de la fiesta de las armas en el banco elogiaba las “oportunidades sin precedentes para las compañías de defensa y seguridad del Reino Unido”.

El mes pasado la Primera Ministra Theresa May estuvo en Arabia Saudita vendiendo armas británicas por valor de más de 3.000 millones de libras, armas que los saudíes han utilizado contra Yemen. Asesores militares británicos instalados en salas de control en Riyadh ayudan a llevar a cabo los bombardeos, que han matado a más de 10.000 civiles. Ahora hay claros signos de hambruna. Un niño yemení muere cada 10 minutos de enfermedades prevenibles según la UNICEF.

La atrocidad de Manchester del 22 de mayo fue producto de esta constante violencia estatal en lugares remotos, gran parte patrocinada por Gran Bretaña.

Casi nunca conocemos las vidas y nombres de las víctimas.

La verdad pelea por hacerse escuchar, como peleó para hacerse escuchar cuando hubo un atentado en el Metro de Londres el 7 de Julio de 2005.

Ocasionalmente un miembro del público podría romper el silencio, como el londinense del este que se puso delante de un equipo de cámaras de CNN y de un periodista que decía perogrulladas. “Irak!”, dijo, “Nosotros invadimos Irak. ¿Qué esperábamos? Vamos, dilo”.

En una enorme reunión de medios a la que asistí muchos de los importantes invitados pronunciaron “Irak” y “Blair” como una suerte de catarsis por lo que no se atrevían a decir profesional y públicamente.

Pero antes de invadir Irak, el Comité de Inteligencia Conjunto advirtió a Blair de que “la amenaza de al Qaeda se incrementará en cuanto empiece cualquier acción militar contra Irak […] La amenaza mundial de otros grupo e individuos terroristas islámicos aumentará significativamente”.

Del mismo modo que Blair trajo a suelo británico la violencia del sanguinario “show de mierda” suyo y de George W. Bush, David Cameron (apoyado por Theresa May) agravó su crimen en Libia y sus horribles consecuencias, incluidas las personas asesinadas y mutiladas en el Manchester Arena el 22 de mayo.

Como era de esperar, vuelve la versión [del lobo solitario]. Salman Abedi actuó solo. Era nada más que un pequeño criminal. La extensa red que reveló la semana pasada la filtración norteamericana se ha desvanecido, pero las preguntas no.

¿Por qué Abedi pudo viajar libremente a través de Europa hacia Libia y volver a Manchester sólo días antes de cometer su terrible crimen? ¿Theresa May fue informada por el M15 de que el FBI le había seguido la pista como parte de una célula islámica que planificaba atacar un “objetivo político” en Gran Bretaña?

En la actual campaña electoral el líder laborista Jeremy Corbyn ha hecho una cauta referencia a una “guerra contra el terrorismo que ha fracasado”. Como él sabe, nunca ha sido una guerra contra el terrorismo sino una guerra de conquista y subyugación. Palestina. Afganistán. Irak. Libia. Siria. Se dice que Irán es el próximo. Antes de que haya otro Manchester, ¿quién tendrá el coraje de decirlo?