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28 de enero de 2016

HACIA LA TERCERA ASAMBLEA DEL ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA

Por Marat
1.-Un recorrido retrospectivo:
El 26 de Septiembre de 2015 se reunió en el CAUM (Club de Amigos de la Unesco, nacido ahora hace 55 años como centro de resistencia cultural antifranquista) un numeroso grupo de comunistas de todo el Estado, convocado bajo la idea de buscar un espacio de encuentro queenfatizase lo que nos une, tanto a comunistas sin partido como acomunistas con él. Un agrupamiento que estableciese un marco de reflexión y de trabajo político conjunto, capaz de crear un clima de confianza, complicidad, respeto y fraternidad entre nosotros y donde las diferencias políticas no significasen posturas irreconciliables sino posibilidades de un debate abierto, franco y que buscase el entendimiento y la unidad de acción.

Sabemos que hay quienes desean una rápida unidad de todos los comunistas en un sólo partido. Quienes dimos vida al proyecto de crear el Espacio de Encuentro Comunista (EEC) no rechazamos tal objetivo pero somos conscientes de que se alcance o no, no será un deseo rápido de lograr. Hay otros muchos pasos a dar y que, en la medida en que nos reúnan en la reflexión y el análisis político, la convivencia solidaria, el apoyo mutuo y la lucha política, habremos logrado metas muy importantes por las que merecerá la pena todo nuestro esfuerzo. Si esa unidad orgánica llegase algún día a producirse ha de haberse alcanzado con tales garantías de buen trabajo que no se produjera una vuelta atrás, ni desacuerdos históricos que más tarde diesen lugar a nuevas justificaciones de cisma. Hemos de recorrer aún un largo camino de complicidades, búsqueda de puntos comunes y aceptación natural de diferencias que no han de separarnos sino enriquecernos. Cualesquiera que fueran el número de etapas que el EEC en su desarrollo, y con vistas al acercamiento entre marxistas, llegue a cubrir con éxito, el trabajo merecerá la pena porque nos habrá trasladado al conjunto de comunistas que se impliquen en esta tarea a mejor lugar del que nos encontrábamos antes de intentarlo.

De aquella primera asamblea del 26 de Septiembre, el grupo promotor del EEC obtuvo el mandato de poner en marcha un proceso hacia la organización de ese espacio de encuentro entre comunistas que fuese generando una cierta articulación de este agrupamiento y una propuesta de temas sobre los que discutir a partir de las que pudiéramos ir facilitando el modo de entendernos y aproximarnos entre nosotros.

Ello nos condujo hacia la segunda asamblea, de carácter organizativo, del31 de Octubre en la Asociación de Vecinos “La amistad deCanillejas”. En ella, junto con la conveniencia de continuar la discusión abierta en la primera cita, la cuál no podíamos cerrar administrativamente porque el proyecto tiene mucho de necesario debate que vaya generando la síntesis superadora de nuestras diferencias, vimos la necesidad de proyectarla también hacia la acción y la presencia activa en las luchas de la clase trabajadora.

Así mismo tomamos conciencia de que debíamos alcanzar dos objetivos concretos:
  • La creación de un órgano coordinador de carácter eminentemente técnico y provisional, puesto que el grupo promotor del EEC aún no estaba legitimado por los demás comunistas del espacio para ser un órgano elegido y con funciones de dirección política que conectase con el conjunto de personas que se habían vinculado al proyecto en el primer encuentro.
  • La aprobación de 6 áreas de discusión que diesen lugar a otros tantos documentos
    • Programa político (no confundir con un programa electoral, como algunos hacen)
    • Movimiento Obrero
    • Internacional/Antiimperialismo
    • Mujer
    • Organización
    • Formación,
A partir del resultado de la discusión de dichos textos el EEC debería ir estableciendo puntos de coincidencia, reforzando lo que nos une, debatiendo sobre los aspectos en los que no coincidimos, sin cerrar la discusión en falso sino asumiendo que debíamos continuar trabajando sobre ello, pero con una profunda y leal voluntad de unidad en el proyecto de lucha por el socialismo y en la acción, marcando línea política común. 

De aquella asamblea salimos con una Comisión Gestora de carácter provisional cuyo cometido era el de llevar al EEC hasta su tercera asamblea en la que se debatieran los 6 documentos que deberían elaborarse antes del 15 de Enero (objetivo logrado). En estos momentos los textos han empezado a ser discutidos en grupos en distintos territorios para posteriormente volver a tratarlos en dicha asamblea, que se celebrará los días 12 y 13 de Marzo en la sede madrileña del sindicato CoBas. Dicha asamblea deberá dotar también al EEC de un órgano de coordinación estable que facilite tanto la extensión territorial y sectorial como la construcción del propio espacio y su presencia e impulso en las luchas y movilizaciones de nuestra clase, la trabajadora, con una voluntad muy clara: contribuir a la unidad de acción tanto de los comunistas “independientes” (no organizados en partido) como de los que sí lo están. Si el debate político leal y constructivo puede acercarnos, la lucha codo a codo puede ir forjando una unidad práctica solidaria entre comunistas y con nuestra clase.

En definitiva, la tercera asamblea debe deliberar sobre los primeros documentos políticos del EEC, los cuáles son materiales de arranque teórico del Espacio, con sus inevitables insuficiencias propias de la deficiente formación política y de análisis que padecemos hoy los comunistas y plantearse la forma de organización del mismo para intervenir políticamente y en lo concreto en el impulso y apoyo a la lucha de clases.

2.-Nueva etapa y nuevos desafíos
Cada paso dado por el EEC nos presenta nuevos retos. No puede ser de otro modo. Hasta ahora hemos recorrido la parte fácil del camino. Ahora viene lo complicado.

Es así porque vamos a pasar de la intención a los hechos.

El análisis en colectivo de los documentos evaluará no sólo nuestra capacidad de elaboración política, sino también y de un modo especial, el talante con el que abordamos la discusión política. Será muy distinto el resultado si la enfocamos desde posturas rígidas y dogmáticas, en forma de posición frente a posición, o como contraste de perspectivas con la voluntad de acentuar los puntos de coincidencia, si enfatizamos el continente o el contenido.


El modo en el que en el que afrontemos este reto en la tercera asamblea, nos aproximemos a las necesidades organizativas del EEC y la manera en que les demos respuesta, la forma que elijamos para organizarnos, tendrán una repercusión directa en cómo seremos percibidos, en el grado de comodidad con el que se sientan los miembros del EEC dentro del colectivo, especialmente quienes a su vez militan en organizaciones, destacamentos y partidos comunistas y en el futuro mismo de este agrupamiento de militantes.

Cuanto más fieles sean las estructuras del EEC a la filosofía de encuentro, de espacio compartido, de flexibilidad en la forma organizativa, de lugar común y acogedor para comunistas sin y con partido, dónde nadie tenga que dejarse el carné de su organización a la entrada, más posibilidades tendrá el proyecto de crecer y de convertirse en una referencia compartida, querida, deseable y de pertenencia para los comunistas en general.

Cuanto más rígidas fuesen esas estructuras, cuanto más cercanas a la forma de organizarse y de dotarse de una dirección clásica de partido, más dudas y suspicacias podrían producirse, mayores dificultades para que comunistas con partido se acercasen a lo que pudiera parecerles un esbozo de tal y más riesgos de que el proyecto del EEC se malograse. Necesitamos coordinarnos antes que dirigirnos y necesitamos agruparnos desde la base antes que crear núcleos territoriales y sectoriales al modo partido. Es obvio que el EEC no puede ser una especie de suprapartido de partidos. Ni sería democrático para los militantes de partidos que trabajasen dentro del EEC, al verse abocados a elegir entre dos lealtades/disciplinas, ni sería eficaz para los objetivos generales que pretendemos.

Pero a la vez es necesario sortear el riesgo de una visión de invitado-delegado que algunos militantes de organizaciones comunistas pudieran llegar a considerar como su aportación al EEC. Para que la idea del espacio y del encuentro funcione es necesario que los comunistas organizados en partidos lo sientan suyo, no se limiten a “enviar” a un miembro de su organización en calidad de “visitante” o de persona más o menos activa que participa en el EEC pero sin más compromiso de su organización con el debate y la unidad de acción que entre todos debemos forjar.

El ánimo fundacional del Espacio de Encuentro Comunista es el de un punto de encuentro conceptual, una propuesta de elaboración política, trabajo, formación y lucha en el que se participa no por bloques ni corrientes políticas, ni por delegación sino con un compromiso de trabajo militante puesto en común entre una amplia diversidad de comunistas sin y con partido.

Para que se contagie de forma amplia y general esa concepción de trabajo conjunto y solidario entre comunistas, para que se impregnen de esa visión tanto los que están organizados en partidos como los que no, es necesario que el proyecto no se sustente sobre todo en el trabajo de los comunistas sin partido sino que participen de él un considerable número de militantes organizados de modo más clásico. De otra forma no se romperían las inercias de los comportamientos estancos, las divisiones y recelos y los sectarismos entre nosotros. Por ese camino a lo sumo llegaríamos a la fórmula de las plataformas que históricamente no han sido capaces de superar los meros acuerdos cupulares, de compromisos mínimos ni de generar hábitos de trabajo conjunto por la base.

Esta nueva cultura de relación entre comunistas, lejos de debilitar a las organizaciones preexistentes, las reforzaría porque las dotaría de una base social de la que honestamente hemos de reconocer que apenas disponemos los comunistas actualmente.

Actuar de este modo es también un modo de compartir experiencias, conocimientos, recursos humanos, voluntades y energías conjuntas, independientemente de que en el presente las organizaciones comunistas existentes tengan sus propias tareas y objetivos.

Éste y no otro es el camino para que sea posible recuperar el prestigio y la influencia de la idea comunista dentro la clase trabajadora, algo tan necesario cuando el colapso de lo que se conoce como “la izquierda” no ha ido acompañado por un giro hacia lo que específicamente representamos los comunistas, marcados por una debilidad política y organizativa que aún no hemos superado, y nos ha afectado incluso a nosotros mismos, en ocasiones con la penetración de ideas reformistas en nuestras filas. Es cierto que lo anterior ha de ir acompañado de la capacidad de vencer otras insuficiencias políticas pero también lo es que la condición de marchar juntos se vuelve imperiosamente indispensable.

La formación política y de cuadros comunistas es una tarea imprescindible y urgente, hoy que tantas capacidades humanas nos faltan para dar respuesta a los interrogantes que nos plantea la clase trabajadora y a la necesidad de levantar de nuevo la corriente de pensamiento y acción revolucionaria marxista.

Sin cuadros políticos y militantes formados no podremos extender, hacer crecer, consolidar y dar credibilidad a nuestro propósito.

Precisamente porque los cuadros políticos no se improvisan en unos meses es tan apremiante que la formación política sea uno de los primeros objetivos a la salida de la tercera asamblea, cuestión en la que nos deberemos poner manos a la obra de manera inmediata.

Por último, y aunque hemos insistido con anterioridad en ello, es necesario que, al término de la tercera asamblea, el EEC salga con una adecuada correlación entre teoría (formación, debate) y praxis (lucha política y lucha de masas) porque

Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse con el poder material, pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”. (“En torno a la Crítica de la Filosofía del Derecho”. K.Marx)
o, si se prefiere,

No hay teoría revolucionaria sin practica revolucionaria y viceversa” (Lenin)

14 de noviembre de 2015

CRÓNICA DE LA REUNIÓN DE ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA DEL 31-O

Espacio de Encuentro Comunista. encuentrocomunista.wordpress.com

10 minutos después de la hora prevista (10:00 de la mañana) comenzaba el pasado sábado 31 de Octubre la reunión de organización del Espacio de Encuentro Comunista (EEC).

30 minutos antes, a pesar de las dificultades de localización del lugar de la reunión, y de que los temas organizativos son siempre más áridos que los puramente ideológicos o “políticos”, se concentraban ya grupos de comunistas de distintas edades, una buena parte de ellos muy jóvenes -y como pudimos comprobar después- notablemente formados en lo político.

Muchos venían de fuera de Madrid; de lugares tan dispares como Burgos o Almería, por citar sólo dos ejemplos.

Una buena parte de los asistentes, según pudimos comprobar por las caras, no habían asistido a la primera reunión del ECC pero, como supimos posteriormente, eran personas que nos habían hecho llegar su voluntad de asistir a esta y que conocían sobradamente tanto lo tratado en la primera convocatoria como el documento preparado para la segunda asamblea. En palabras de algunos de ellos, su asistencia en esta ocasión se debió a que sentían que íbamos en serio.

Esta vez la presencia de militantes de organizaciones comunistas fue aún más diversa, si bien ha seguido predominando el segmento de comunistas “independientes” de partido, lo que es indicativo de hasta qué punto el EEC es una necesidad para que se organicen todos esos comunistas que aún no han encontrado su lugar pero que tampoco han renunciado a sus ideas ni a la pelea.

Veníamos de una reunión anterior, la del 26 de Septiembre, en la que muchos comunistas afirmamos nuestra voluntad de encontrarnos, trabajar juntos por encima de la pertenencia o no a partidos marxistas concretos, de debatir, elaborar y hacernos presentes en las luchas de nuestra clase, llevando nuestras posiciones a ella con el fin de elevar los niveles de los conflictos y de la conciencia de los trabajadores acerca de su papel histórico y de la necesidad de derribar el capitalismo para construir una sociedad socialista.

Traíamos a esta segunda asamblea un mandato de la anterior: empezar a trabajar en el plano teórico y de las propuestas revolucionarias y crear una estructura organizativa provisional que nos permitiese, meses más tarde, ir hacia un tercer encuentro en el que se hubiesen desarrollado distintos EECs territoriales, se debatiesen los documentos elaborados colectivamente y surgiese una coordinación más estable para la expansión del movimiento comunista y las ideas comunistas en el Estado español.

Al acto el Grupo Promotor del EEC llegó dimitido, con el fin de que fuera la asamblea plenaria la que asumiese, si así lo estimaba, los pasos que aquél llevó a la misma. Éste era el compromiso del encuentro anterior y la decisión más democrática y pertinente.

La reunión comenzó con una evaluación del desarrollo de la jornada anterior, la del 26-S. Aunque inicialmente costó arrancar las primeras peticiones de palabra, dado que el recuerdo un mes más tarde no era tan fresco como el primer día y porque una parte de los participantes en esta segunda no habían asistido a la misma, luego se fueron sucediendo con fluidez.

A partir de ahí hemos de reseñar una elevada participación y nivel político en el debate y un alto grado de compromiso personal y colectivo con las tareas a las que el colectivo se comprometió en la reunión.

Es importante también señalar el sano ambiente de camaradería y el espíritu constructivo en el que se desarrolló, de principio a fin, todo el encuentro.

La valoración del primer encuentro fue marcadamente positiva al ser calificado de necesario, útil y tendente a abrir vías de superación de la división de los comunistas y su debilidad organizativa y política actual.

Surgieron en ese contexto interrogantes del tipo cómo influir con nuestras propuestas y actividad en la clase trabajadora

Hubo también intervenciones que resaltaban la necesidad de romper con la atonía social y con las dudas hacia una nueva iniciativa como ésta o la importancia de las formas en el modo de presentarnos ante nuestra clase de un modo distinto al electoralismo frustrante que se ha ido imponiendo en los últimos tiempos.

Un camarada apuntó que si el partido comunista perfecto existiese no hubiera tenido que nacer una iniciativa de agrupamiento de las tareas de los comunistas como la del EEC porque no existirán los problemas que justifican su nacimiento.

Se señaló también que la idea de incluir dentro del EEC no sólo a los comunistas con partido sino a los que no lo tienen era muy positiva porque era un modo de abrir un canal que posibilitase su participación que de otro modo no se daría.

Algunas intervenciones indicaron un tanto críticamente que percibían demasiada prisa en incorporarse a las luchas sociales y de clase antes de profundizar durante mucho más tiempo en cómo hacerlo y con que contenidos teóricos y políticos, demandando un más claro deslinde de la ideología comunista en el momento presente de lo que hoy se entiende como las ideas de izquierda.

Algún participante expuso en ese sentido que defender a la clase trabajadora en sus reivindicaciones inmediatas (frente a situaciones como el paro, los salarios de miseria o la precariedad en el empleo) tenía el riesgo de que nos situásemos en una posición de correctores de las lacras del capitalismo. A ello otro camarada respondió que, al igual que expuso Rosa Luxemburgo en “Reforma o Revolución”, es en el marco de las necesidades inmediatas de nuestra clase donde los comunistas debemos intervenir para elevar no sólo la conciencia de clase y la reivindicación más allá de lo asumible por el sistema sino para plantear un horizonte político de las luchas con carácter anticapitalista y socialista, pero sin por ello obviar el hecho de que los comunistas debemos defender también a los trabajadores en aquellas necesidades que afectan a sus condiciones de vida.

Para algún interviniente ya sólo con la palabra “encuentro” se justificaba la primera y la segunda convocatorias y la idea en sí misma porque la creía indispensable. Señaló la necesidad, como objetivo del EEC, de rescatar el significado de expresiones como lucha de clases o revolución cuando el poder de la ideología dominante y del reformismo se había encargado de tratar de vaciarlas de significado, especialmente en un mundo de banalidades y simplificaciones del discurso hasta el punto de impedir pensar a las personas. Añadió también lo encomiable de un grupo como el EEC que nace sin plantearse ser un partido sino con el objetivo de estimular el pensamiento y la elaboración de teoría comunista útil para para los organizados bajo la forma partido y otros que no lo están.

Otra de las intervenciones señaló su valoración globalmente positiva del primer encuentro comunista, entre otras razones por la calidad de las opiniones que en él se escucharon, si bien señaló su diferencia con una de ellas que había remarcado que el capital nos había ganado por goleada. Para este participante ello no era cierto más que en la capacidad del capitalismo de imponerse en la práctica porque, en su opinión, esto no lo había logrado ni en lo ideológico ni en los presupuestos morales que consideraba muy superiores en el caso de los comunistas.

Por contra, hubo quien señaló que también en lo ideológico se había producido esa derrota porque el capital había sido capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y de crear hegemonía, algo que los comunistas no habíamos logrado. Sobre esa base, el primer encuentro comunista había tenido la virtud de reconocer este hecho y de plantear la necesidad del rearme ideológico que permitiese ir hacia un frente único de trabajadores, capaz de elevar su conciencia. El desafío para él era a partir de ahora construir proyecto político, aunque no de forma partidaria pero siempre ideológica y de lucha: crear política comunista.

A ello respondió otro integrante de la reunión señalando que en esa derrota había una parte de responsabilidad de los propios comunistas que, en unos casos se habían cerrado sobre sí mismos de modo sectario y que, en otros, de tanto vestirse de lagarteranas habían acabado por ser lagarteranas. Por eso, ante una iniciativa que afirma la existencia de clases sociales y la lucha de clases, que levanta de nuevos las banderas y que dice lo que tiene que decir y no lo que piensa que a la gente le va a gustar, su opinión no podía ser más positiva, razón por la que señaló su apoyo pleno. Afirmó también que, cuando se fueran desarrollando los proyectos ciudadanistas, la clase trabajadora comprendería que ese no es el camino. Apuntó a que ésta podría ser la oportunidad de que los comunistas nos hagamos oír ante la debacle ideológica de una izquierda que ha dejado de serlo.

Alguien señaló algo extraño, por inusual, tal que el grupo promotor iniciase el proceso del EEC para luego dimitir y dar la soberanía a la asamblea. Para él eso era algo “maravilloso” porque no lo había encontrado antes en otros grupos políticos. Lanzó dos preguntas al grupo promotor: ¿cómo resolver el problema de las distintas corrientes comunistas? ¿en el grupo promotor hay distintas sensibilidades o una sola? Desde la mesa y desde los participantes se le respondió a la primera que centrando en lo que nos une y aparcando de momento lo que nos separa para poder avanzar y a la segunda se le señaló que la pluralidad del grupo promotor era muy grande pero que a todos nos unía ser marxistas, comunistas, estar por el derribo del capitalismo, la dictadura del proletariado y el socialismo.



En la segunda parte de la reunión se abordó la propuesta organizativa, política y programática -entendida esta última como propuesta de programa político para la clase trabajadora, no como programa electoral, cuestión ésta en la que el EEC no se siente apelado- Se trataba de avanzar en el desarrollo de las tres cuestiones mencionadas hacia la tercera asamblea del EEC que habría de celebrarse en el mes de febrero de 2016.

En este sentido, junto a la parte más de elaboración política y programática, se señaló desde la mesa de la asamblea que, dimitido en ésta el grupo promotor del Espacio de Encuentro Comunista, habría que elegir a un equipo que provisionalmente facilitase el desarrollo de los mencionados objetivos y la labor organizativa, potenciando así mismo el desarrollo de territorial (en distintas zonas del Estado) y sectorial (empresas, sectores;…) del EEC.

Dicho equipo no tendría tareas propiamente de dirección política sino de facilitar, coordinar e impulsar de forma técnica las labores del EEC hacia el tercer encuentro.

El grupo promotor propuso que, tras el debate sobre propuesta de grupos de trabajo de elaboración política, se eligiese una Comisión técnica provisional de 15 personas, de las que aquél sólo llevaba una lista de 5, debiendo la asamblea nombrar a los 10 restantes, si no revocaba a ninguno de los 5 sugeridos inicialmente.

Uno de los asistentes preguntó si era posible presentar nombres alternativos a la lista de 5 sugeridos por el dimitido grupo promotor, a lo que se respondió que por supuesto podía hacerse.

El elemento teórico-programático y de desarrollo organizativo se basaría en la elaboración de borradores que permitiesen discutir sus contenidos en la posterior tercera asamblea del EEC. Dichos borradores debieran estar completados y enviados a la nueva dirección provisional, con fecha límite de 15 de Diciembre, que la segunda asamblea nombrase para avanzar hasta la tercera.

Se explicó entonces que la propuesta traída al encuentro era que los borradores se estructurasen en 6 áreas temáticas cuya elaboración surgiese de sus grupos correspondientes a partir de quienes se integrasen voluntariamente, desde la asamblea, en los mismos. Estos grupos y áreas temáticas, siempre que fueran aprobados por la asamblea como organizadores de los los contenidos políticos, programáticos y organizativos, serían los siguientes:

  • Grupo de trabajo programático-político
  • Grupo de trabajo de organización
  • Grupo de trabajo de formación
  • Grupo de trabajo de Movimiento Obrero
  • Grupo de trabajo de mujer
  • Grupo de trabajo de internacionalismo y antiimperialismo

Desde la mesa se propuso que dichos grupos de elaboración teórico-política tuviesen una composición no menor de 5 personas (para que hubiese capacidad de trabajo suficiente sobre los mismos) y no mucho mayor de 7, para que fuesen ágiles y operativos.

En el caso en el que los grupos de trabajo tuviesen dificultades de elaboración política, la Comisión técnica provisional del EEC podría colaborar con los mismos en dicha tarea, siendo estos completamente autónomos. La comisión técnica mantendría un contacto con los grupos para conocer ritmos y evolución del trabajo.

Mientras tanto el EEC debiera irse desarrollando por territorios y sectores.

Se abrió entonces una ronda de intervenciones de los participantes destinada a aclarar dudas y valorar de forma genérica la propuesta organizativa, antes de entrar en profundidad a considerar la misma.

Se preguntó por parte de un participante si en la propuesta del área de Movimiento Obrero era posible incluir el trabajo de barrios. En este sentido se aclaro que cada grupo debiera tener entidad propia para incluir dentro del mismo las cuestiones que considerase oportunas, siempre que tuviesen una cierta coherencia que justificase la inclusión de las mismas.

Se aclaró igualmente desde la mesa que, dado que el grupo promotor que había elaborado el documento para el debate político-organizativo no estaba legitimado por una elección previa del mismo, sino que había surgido de una iniciativa de un grupo de comunistas, no iba a hacer una defensa cerrada de aquél sino que lo sometía a consideración de la asamblea.

Hubo quién planteó que el grupo de trabajo de Formación debiera integrarse con otros conceptos, pasando a llamarse “Formación, Cultura y Comunicación”, ya que consideraba que la formación política no se entendería sin aquellas perspectivas que fomenten unos valores capaces de apostar por la transformación social. A esto se le respondió desde la sala que tal propuesta corría el riesgo de desdibujar el valor de la formación marxista, perdiendo esta entidad e introduciendo teorías y autores ajenos a este pensamiento y que incluso podían chocar con él, lo que no le parecía una buena orientación para la necesaria recuperar de los rasgos de identidad comunistas. De ahí que la mayoría entendiese que Formación debía tener una entidad propia y diferenciada de todo lo demás.

Esta idea fue reforzada aludiendo a que los comunistas tenemos grandes deficiencias de formación política, algo fundamental para ser vanguardia e intervenir políticamente dentro de nuestra clase.

Otro asistente señaló que la importancia de la formación política de los comunistas era decisiva para que en nuestra propaganda plasmásemos bien los contenidos de lo que defendemos a la hora de dirigirnos a la clase trabajadora.

Se dieron en algunas intervenciones ciertas tendencias a sugerir la creación de comisiones de trabajo que escapaban a la idea de globalizar los contenidos de desarrollo teórico-político-programático, lo que podría dificultar la articulación de un conjunto de cuestiones mediante una visión más general.

Así se plantearon cuestiones como la necesidad de crear comisiones de trabajo elaborativo sobre energía, industria y medio ambiente, memoria histórica (memoria democrática) o Europa y TTIP. No obstante, aunque finalmente no se aprobó por los asistentes su estructuración como áreas temáticas, sí que se recogieron como cuestiones a tratar dentro de las mismas.

Para un asistente la propuesta de las 6 áreas de trabajo elaborativo eran demasiado “clásicas” y apegadas a la cultura tradicional del movimiento comunista y sus organizaciones por lo que consideraba que podían perderse elementos de análisis e investigación de la nueva realidad como el marco actual del capitalismo, las contradicciones dentro de la clase trabajadora, la realidad social española y su entronque con la realidad europea, las dificultades para analizar la realidad actual, etc.

Se dio en el debate una cierta confusión de lo que era una división en grupos temáticos de elaboración política con lo que es una estructuración de la organización comunista para la intervención política. Este aspecto fue aclarado con posterioridad desde mesa y sala al señalar que los 6 grupos eran una mera parcelación del análisis teórico -con la excepción del grupo de programa-política que integraba un análisis global- para la elaboración política y no para la acción; aunque ésta habría de surgir necesariamente de la dialéctica entre teoría y praxis.

Del mismo modo, se detectó la la pérdida o ausencia de cultura organizativa en algunas intervenciones al plantearse la necesidad de un debate teórico no organizado ni estructurado para que no se perdiese el espíritu inicial de la primera jornada del EEC de Septiembre. Es evidente que un planteamiento de este tipo adolecería del riesgo de entrar en un debate en bucle del tipo del que ya se vivió en las plazas hace algún tiempo.

Desde la sala algunos intervinientes señalaron que sin parcelación de la realidad para analizarla no sería posible un rigor teórico y se correría el riesgo de caer en una especie de club de debates. Se apuntó también que lo importante no era que la denominación de las áreas fuera más o menos clásica sino que fuesen capaces de integrar todas las cuestiones que los comunistas han de tratar hoy, del nivel y riqueza del propio análisis y de los contenidos expuestos en ellas. En cualquier caso, el carácter integral, se adujo, estaría presente en la elaboración del área de Programa-política, la cuál ha de tener clara una visión de conjunto de los desafíos teórico-políticos que el EEC debiera acometer.

Fueran las 6 áreas propuestas u otras las áreas temáticas de análisis y elaboración política, se consideró necesario por la mayor parte de los participantes que tanto lo que sigue siendo válido en la propuesta comunista como lo que ha de cambiar debe hacerse de manera organizada, por lo que ello exigía la existencia de grupos de trabajo con categorías concretas.

Un camarada propuso en ese sentido que las áreas temáticas fuesen consideradas como punto de arranque que en la posterior asamblea, al debatir de sus contenidos, se evaluase si eran válidas o no, si necesitaban o no un reenfoque.

Hubo quien señaló que por muy clásicas que parecieran áreas como movimiento obrero o mujer eran inevitables porque resultaba fundamental definir una posición política a partir de la que los comunistas pudiéramos intervenir.

Otro asistente sugirió dar un voto de confianza a la estructura del debate-elaboración en las 6 áreas propuestas y que volcásemos el esfuerzo en repensar el contenido de las mismas, dado que los errores de distintas organizaciones comunistas llevaban a la necesidad de que gran parte del trabajo y del modo de pensarlo debiera empezar casi de nuevo, sin olvidar las enseñanzas útiles que traíamos del pasado.

Surgieron entre los asistentes algunas reflexiones que excedían a la estructura planteada en grupos de trabajo pero que de algún modo debieran ser recogidos en algún lugar de los mismos; cuestiones talles como
  • El modo de intervenir en los movimientos de masas. Algo que exige trabajar cuestiones como conciencia, capacidad de acción independiente y criterios propios, formación, ideas, dirección, vanguardia, ser actores de la historia, globalizar y elevar el nivel de conflicto y de orientación de las luchas parciales,…
  • Se recordó desde la sala que nuestra elaboración teórica debe ir destinada a la lucha y la transformación social.
  • El cambio de valores dentro de las organizaciones comunistas, el abandono del sectarismo, la superioridad y cerrazón de algunos dirigentes, la necesidad de ser abierto y unitario con otros comunistas y el rechazo al institucionalismo burgués en el que algunas organizaciones han caído.
  • La necesidad de que en una etapa posterior se fuese abriendo paso, más allá de la formación, la investigación y el análisis que nos permitiera elevar la capacidad de propuesta política.
Terminado el debate sobre las áreas, desde la mesa se lanzaron las siguientes propuestas:
  • Incorporar dentro de las 6 áreas temáticas, si no surgía una propuesta formal de sustitución de las mismas, o eliminación de alguna de ellas, las cuestiones planteadas por los camaradas.
  • Aceptar los plazos de presentación (15 de Enero) de los borradores de las áreas temáticas propuestas
  • Conformar las comisiones de elaboración política correspondientes a las áreas temáticas a partir de la inclusión de los camaradas asistentes en las mismas y organizarse mínimamente cada área/comisión para poder empezar a trabajar.
  • Convocar la siguiente asamblea para finales de febrero en la cuál serían discutidas las elaboraciones políticas realizadas por las áreas temáticas.
Las propuestas de la mesa fueron aceptadas por consenso general de la sala.

De forma inmediata se pasó a la constitución de los grupos de trabajo para la elaboración política, aspecto en el que debemos reseñar que el grado de incorporación de los asistentes fue muy elevado.

Posteriormente se propuso la incorporación de camaradas a la comisión de coordinación de tareas hasta el tercer encuentro.

Dado que la comisión gestora no tenía más que 5 nombres propuestos sobre un total de 15 se acepto la primera parte (inclusión de los 5 nombres) y se pasó rápidamente a la incorporación a la comisión de coordinación de todos aquellos que quisieron incorporarse a la misma.

La reunión se dio por finalizada a las 2 de la tarde en un clima de alto nivel de satisfacción, trabajo colectivo y compromiso militante con las tareas que el EEC había aprobado.

Debemos señalar que tanto en las comisiones de elaboración política como en la de coordinación de tareas la incorporación de militantes de partidos comunistas con la de militantes comunistas sin partido se produjo de un modo natural y solidario, de acuerdo al espíritu que ha animado al Espacio de Encuentro Comunista desde el primer momento de llamamiento al mismo.

Ahora queda en manos de los comunistas del EEC avanzar hacia el desarrollo de ideas, la cooperación en el trabajo de coordinación y elaboración política, la extensión de núcleos del mismo por el territorio del Estado español y los sectores productivos y la preparación de un buen tercer encuentro. El desafío continúa y las ganas de combate también.