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26 de enero de 2015

ALGUNAS REFLEXIONES DE URGENCIA TRAS EL ÉXITO ELECTORAL DE SYRIZA

Por Marat

No intenten ustedes buscar un discurso fuertemente armado ni ampliamente desarrollado en este texto. Ni ustedes ni yo conocemos tanto de Syriza como de cualquier partido español con cierto peso político.  De hecho, me llama la atención que una coalición de partidos que pretende ser un revulsivo anti-Troika para los pueblos del sur de Europa carezca de versión web en español, sobre todo cuando tiene al menos dos valedores en España, Podemos e IU, además de un reguero de pequeños parrtidos socialdemócratas y hasta de la propia Bildu en Euskadi. Llamativamente un partido griego, el comunista (KKE) con menor implantación electoral sí la tiene. ¿Será que sabe Syriza que por la boca muere el pez y prefieren que la fantasía, unida a la desinformación y a la deformación rellenen el imaginario idealizado de su supuesto papel de aldea resistente de un Asterix a la helena?

Algunas pincleadas sobre Alexis Tsipras
Hijo del dueño de una constructora cercano políticamente al PASOK  y proveniente de la izquierda antiglobalización, de esa a la que la clase trabajadora y la lucha por la construcción de una sociedad socialista se le ha quedado antiguas, Tsipras, ex miembro de las Juventudes Comunistas de Grecia, ha ido convirtiendo su carrera política en un camino hacia el pragmatismo y la adaptación a lo que su amigo el señor Iglesias, en una percepción burguesa de la realidad, llama “sentido de Estado”, según se iba acercando al gobierno con Syriza, nacida a partir del partido de origen de la coalición, Synaspismos. 

Tsipras intervino en Enero de 2013 en una jornada sobre “el futuro de Grecia en la zona Euro” en la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia (New York.USA), organizada por el INET (Institute for New Economic Thinking) del magnate megaespeculador y terrorista financiero George Soros y en que participaron diversas instituciones ligadas al capitalismo norteamericano. Éste irrumpió en esta campaña electoral griega afirmando, en una entrevista concedida al Financial Times, que Rusia supone una mayor amenaza para la UE que Grecia, con lo que daba un espaldarazo indirecto al señor Tsipras y su coalición. Tsipras había insistido durante todo el período preelectoral en que un gobierno de Syriza no rompería sus compromisos con la UE y el euro. Tampoco con la OTAN. 

Previamente, en 2012, en el proceso de campaña de las elecciones griegas, se reunió con diversos representantes de paises de la UE, entre ellos Alemania, para tranquilizarles respecto a los objetivos de su coalición electoral en relación con dicha Comunidad.  

Recientemente, en una entrevista concedida a la edición italiana del Huffington Post, Tsipras hace una declaración de realismo político digno del ex Ministro Solbes o de los más antiguos Boyer y Solchaga, en relación con el dilema impuestos/préstamos financieros: 

“(…) sabemos que los mercados no van a batirse por nosotros y que existe la posibilidad de que en un principio muestren una cierta agresividad respecto a un gobierno de la izquierda. Pero esto no nos infunde ninguna clase de temor. Los mercados te conceden préstamos a intereses tanto más altos cuanta más necesidad tienes de dinero. La respuesta a todo esto, por lo tanto, se encuentra en unos presupuestos equilibrados, de modo que se limite fuertemente la necesidad de recurrir a préstamos.”  

Sinceramente, después de afirmaciones de este tipo, me parece que algunas expresiones del señor Tsipras en la noche de su triunfo electoral -”la Troika ya no tiene sitio en Grecia”, “Grecia ha decidido que la Troika sea pasado”, “Grecia deja atrás la austeridad”- se corresponden con un subidón de adrenalina que muy poco va a tener que ver con el futuro de su Gobierno. La austeridad continuará en Grecia, seguramente atemperada por algunas medidas lenitivas (13ª paga a los pensionistas con jubilaciones más bajas, aumento del subsidio de desempleo a 460 euros y restauración de los convenios colectivos) que nada cambiarán en lo sustancial, por mucho que algunos “izquierdistas” se empeñen en hacernos creer otra cosa. Los límites de la acción política que el señor Tsipras ha anunciado no van a pasar por una quita de la deuda, ni por un impago de la misma hasta que Grecia salga de crisis, como afirma el dirigente de Syriza, sino posiblemente por medidas que el BCE y el FMI ya están dispuestas a conceder, aúnque no lo admitan públicamente, como el alargamiento de los plazos de devolución y una reducción de los intereses. En medio mucho teatro de “duras negociaciones”.

Visión de la campaña y de la noche electoral griega desde España
Según se acercaba la fecha de las elecciones del 25 de Enero, una serie de mensajes políticos latentes y manifiestos recogidos de aquí y de allá y de impresiones se iban conformando en mi mente. Admito que son provisionales y que aún deben pasar por la criba de una reflexión mucho más profunda y meditada. 
  • Syriza y Podemos se parecen mucho más que esas supuestas diferencias y similitudes que algunos han divulgado por ahí. Son organizaciones de las clases medias, con líderes principales que no están extraídos de las experiencias de lucha del movimiento obrero, reformistas en sus planteamientos políticos y con una prisa por la moderación que se corresponde con el deseo de ser aceptados por el capital y los poderes fácticos de sus países y de la UE. Y para ello les está viniendo muy bien la incorporación a sus filas de miembros del PASOK y del PSOE. Los factores de origen, ser un partido o una coalición, de declararse de “izquierda radical” (expresión tan del gusto de una pseudoradicalidad con querencias socialdemócratas) o de extremo-centro son puramente secundarias. El PASOK y el PSOE se declaran socialistas y ya ven ustedes.
  • La señora Ana Pastor, en el programa “El Objetivo” de La Sexta, dedicado a cubrir los resultados electorales griegos, ha dado un espectáculo lamentable, afirmando varias veces el mantra de la ruptura del bipartidismo en Grecia -¿con un 63% del voto concentrado entre Syriza y Nueva Democracia! y una atomización del resto de grupos políticos-, cuya intención se entendía mucho mejor en los constantes paralelismos entre Syriza y Podemos que lanzaba a cada entrevistado/a. Fue tan descarada su insistencia que, en un arranque impremeditado de sinceridad, acabó por reconocer que quizá lo que había cambiado eran los protagonistas de ese bipartidismo, que es lo que en España con tanto esfuerzo se afana en intentar la cadena en la que trabaja. Por si cupieran dudas de lo que estamos hablando, el cierre del programa con el anuncio corporativo de La Sexta sobre la nueva etapa de “Salvados” en la que el señor Évole, preguntado por el señor García Ferreras, afirma que no entrevistará a Podemos mientras los señores Iglesias y Errejón que aparecen viendo ese avance comentan entre sí, “otro que tampoco cumplirá su programa” (Iglesias), “populistas” (Errejón), acaban por disolverlas. 
  • La positiva recepción que organizaciones como Syriza o Podemos tienen entre una parte de los medios de comunicación del capital tiene una interpretación que hasta ahora no ha sido tratada por mi parte. Hay  un sector del capitalismo, el ligado directamente a la prdocución de bienes y servicios de consumo, que no se beneficia de la crisis económica del modo en el que lo hace el capital financiero. Necesita de  medidas minikeynesianas que defienden Krügman, Stiglitz, Navarro, Torres o, el más de moda, Piketty para incetivar un consumo que ha caído brutalmente y que está recuperándose muy débilmente y de forma incierta. Pero para llevar a cabo esos programas minikeynesianos se requieren aliados políticos que ayuden a forzar ese cambio de gestión económica en la UE, que no es un cambio a favor de las condiciones de vida de la clase trabajadora (los recortes sociales continuarán, de momento a menor ritmo porque ya queda poco que recortar, el poder económico seguirá donde debe, las condiciones contractuales y la precariedad laboral no cambiarán), sino de su capacidad de consumo. Los salarios de los trabajadores subirán algo más con este objetivo.  y los Syriza y los Podemos jugarán ese papel porque hay una serie de países europeos en los que los PPSS están agotados para hacerlo. En países como Italia, con otro político moderno, reformista, derechizado y joven como Matteo Renzi (los nuevos líderes son fabricados en serie por el circo mediático del capital), no surgirán como por encantamiento otros tipos de oferta política, fuera del ya declinante cómico Grillo, mientras no se agote su capacidad de prestidigitación, algo que parece estar comenzando a ocurrir.
  • La Bolsa de Atenas cerró el pasado viernes 23 de Enero, día en que acabó la campaña electoral, cuando los sondeos señalaban indiscutiblemente el éxito de Syriza sobre Nueva Democracia, con una subida de un 6,14%. Ilustrativo. 
  • El KKE es elemento que crea mala conciencia a la dirección de IU y del propio PCE. Su referencia es Syriza y las felicitaciones al KKE son el brindis obligado porque una parte de su militancia se identifica con él. 
  • Los discursos expresados en las redes sociales o textos más amplios de una parte de la militancia del PCE e IU en plan “corazón partío” o que aludían a la necesidad de pacto postelectoral entre Syriza y KKE, programáticamente agua y aceite, han sido un lamentable ejemplo de equilibrismo político. Hay una querencia de afirmarse comunista o socialista sin salir del posibilismo oportunista de un reformismo de cortos vuelos. La mayoría que se ha expresado públicamente en la red (salvo alguna “encuesta” particular sin valor estadístico alguno) ni siquiera ha tenido el prurito, en su acepción médica, de sentirse dividido. Optó por Syriza desde la posición de voto útil (cómico en una opción claramente minoritaria en lo electoral). El llamazarismo ha penetrado hasta los tuétanos a ambas organizaciones, aunque la cosa viene de mucho más lejos, en el caso del PCE, que su legalización política.  
  • El deseo de no perder una etiqueta que ya hace tiempo han perdido, el de “la Syriza española”, ha provocado un ataque de cuernos entre dirección y militancia (salvo en señores como el ungido, y preconfirmado incluso sin primarias, Alberto Garzón, que ya están claramente en otro proyecto) que insistían ante el hecho de la homologación preferente con Syriza, cuando Tsipras ya había confirmado sus preferecias reales, al cerrar el mitín de campaña (el principal) con el señor Iglesias. Su crítica hacia el hecho de que quienes dicen que no son de “izquierdas ni de derechas” -Podemos, el extremo-centro- allí apoyan a una coalición que se llama de izquierda radical (significado de Syriza en griego) tiene el “pequeño” punto débil de no preguntarse porqué se abrazó Tsipras a alguien como Iglesias en el mitin de cierre de campaña. No les vendría mal repasar algunas entrevistas en las que ciertos diputados de Syriza mostraban su mayor afinidad con Podemos que con IU. Y si aún no les queda clara la cosa, esta noche sonó en griego en las televisiones el “Si se puede” obamaniano del que se ha acabado apropiando la organización del círculo. En cuanto a las hoces y martillos que algunos vieron en tv eran las de Rifondazione Comunista, el partido que gobernó con el ultratrarreformista democristiano Romano Prodi.  
Algunas hipótesis para finalizar
Hace algunos años avancé la hipótesis de que la derechización social y la que el PSOE había introducido en su segundo gobierno en España había provocado el efecto dominó de que buena parte de las organizaciones a su izquierda sufrieran el mismo efecto de giro a la derecha. 

Hoy ese efecto involutivo en lo político está siendo reforzado por el discurso transideológico y transversal de Podemos, como en su día lo hizo el 15M con su ciudadanismo, interclasismo y la negación del relato histórico de lo que significa ser izquierda. 

Pero sería injusto si no extendiera esa realidad a antecedentes previos más allá de España. La socialdemocracia europea, que en los años 90 se hizo social-liberal, tras el paso del capitalismo occidental por las manos ultraliberales de Thatcher y Reagan, abonó el campo previamente para que esa regresión ideológica fuera posible. Su gestión de la crisis capitalista actual ha hecho que buena parte de los PPSS europeos estén en franca decadencia, cuando no en riesgo de extinción (Grecia).

Desde el eurocomunismo del pasado siglo, intentando competir electoralmente, en una suerte de “cretinismo parlamentario”, como lo definió Marx en una carta a F. A. Sorge, expresión que luego recogió Ulianov, con los PPSS, esa derechización recibió también su cuota de santificación. 

Hoy que los partidos socialdemócratas son ya social-liberales, los PPCC de casi toda Europa, transitando desde el eurocomunismo o desde otras variables oportunistas, intentan llenar el hueco dejado por dicha socialdemocracia.

Y cuando no son capaces de cubrir ese espacio electoral (PCE/IU/Partido Comunista Francés,..) o se niegan a jugar ese papel colaborador con sus burguesías nacionales o con el capitalismo internacional (KKE) surgen partidos “ex novo” en los que se integran muy gustosamente ciertas corrientes de la llamada en el pasado extrema izquierda y hoy, estilo modernista de la “New Left”, izquierda radical (trotskistas, maoistas, antiglobalización, ecologistas,...). Es el caso de Syriza, Bloco de Esquerda y de Podemos y de las franquicias que irán apareciendo en Europa y que no son otra cosa que los socialdemócratas de ayer revestidos de izquierdistas o de cool “ni de izquierdas ni de derechas”. Dicho de otro modo: vino viejo y picado en odres nuevos. Hasta las referencias a la palabra mágica, y neutra en contenidos y alcance, "cambio" que vienen haciendo Syriza y Podemos desde hace algún tiempo nos remite al PSOE del 82 y a los PPSS de la época y posteriores.

¿Significa esto que aunque exista ese pacto tácito Syriza-poder del capital éste va a renunciar a sus presiones sobre el nuevo gobierno? No. Éstas se hacen por sistema, incluso cuando se trata de gobiernos declaradamente de derechas y capitalistas. Es su modo de asegurarse de que se tomarán las medidas más acordes a sus intereses y de que no existirán veleidades progresistas que les supongan coste económico o pérdida en la correlación de fuerzas de la lucha de clases algunos.

Los primeros 100 días de gobierno, decisivos para lanzar las leyes más “rompedoras” de un gobierno, dado que después la presión de capital y poderes fácticos se incrementará duramente, dirán si tengo que envainarme todo lo hasta aquí expuesto. No tendré mayor problema en hacerlo, si así fuera, porque la ceguera no construye revolucionarios. Espero que la amnesia no enmudezca la capacidad autocrítica de mis detractores de hoy. 

Hace unos minutos he sabido que Syriza ha alcanzado un acuerdo de gobernabilidad con ANEL (derecha independiente nacionalista griega, xenófoba y homófoba). El KKE se había negado a un pacto con Syriza por programas muy diferenciados y porque ha calado ha Syriza desde hace mucho tiempo. Syriza pudo elegir entre el PASOK, muchos de cuyos dirigentes han nutridos sus filas, To Potami, de centro y los  llamados griegos independientes, con los que finalmente ha pactado, el sector más reaccionario. Disfrútenlo los partidos Syrizos españoles que se avergüenzan del KKE. 

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese: "Un nauseabundo olor a cloaca": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/03/un-nauseabundo-olor-cloaca.html

28 de abril de 2012

"EN EL MARCO DEL CAPITALISMO NO PUEDE HABER SOLUCIONES"

Entrevista a Kostas Papadakis, responsable de relaciones internacionales del KKE (Partido Comunista Griego). Gara

Kostas Papadakis, miembro de la dirección del Partido Comunista de Grecia (KKE) y responsable de Relaciones Internacionales del partido que ha estado en primera línea en las protestas contra los recortes sociales defiende alianzas sociales a nivel de base para luchar por un cambio de sistema.

Desde la firma del primer memorándum de medidas económicas para poder acceder al préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), en mayo de 2010, y tras los continuos y cada vez más profundos recortes del gasto público, la sociedad griega ha ido abandonando su tradicional apoyo a las políticas europeas impuestas desde Bruselas al tiempo que ha fortalecido un movimiento de clara ruptura con el neoliberalismo.

Entre los partidos que han visto crecer su peso en la sociedad griega se encuentra el Partido Comunista de Grecia (KKE). El KKE es la tercera fuerza política en el actual Parlamento griego, y los sondeos sobre intención de voto para las próximas elecciones legislativas le auguran el doble del apoyo conseguido en los comicios de 2009.

Denostado tanto por la derecha y los grandes medios de comunicación, como por el movimiento libertario, el Partido Comunista griego emplea un lenguaje duro contra cualquiera que favorezca o legitime el actual sistema económico. Pero ha mantenido firme y en primera línea a su numerosa militancia en todas y cada una de las huelgas y manifestaciones convocadas contra las políticas antisociales.

En la situación actual ¿qué acciones identifica el Partido Comunista de Grecia como prioridades para la izquierda?
Desde hace años, el KKE ha dejado de identificar las fuerzas políticas del país con los conceptos de «izquierda», «derecha» o «centro». Estos conceptos no corresponden a las condiciones políticas actuales. Si en el pasado el concepto de «izquierda» significaba la ruptura con la clase dominante, hoy en día partidos que se autodefinen de «izquierda» participan con placer en la administración del capitalismo, en las guerras imperialistas y apoyan la Unión Europea imperialista. Desde este punto de vista, el KKE prefiere hacer referencias de clase y no utilizar conceptos cuyo significado es obsoleto. Dicho lo cual, nuestra prioridad en estos momentos es organizar la lucha para impedir las medidas antiobreras, para que no se apliquen en la práctica los recortes en los salarios, las pensiones, la eliminación de los derechos laborales, para derrocar la política antipopular del gobierno. En esta lucha estamos dando prioridad a la agrupación de las fuerzas sociales de la clase obrera, del campesinado, de las capas medias en las ciudades, en una gran alianza social que no solo se enfrente a los monopolios y el imperialismo, sino que también abra el camino al poder y la economía popular.

¿Qué significa para Grecia el segundo memorando de medidas económicas convenido con el FMI y sus acreedores?
El nuevo memorando, igual que el anterior, no tiene nada que ver con la enorme deuda pública del país. Es parte de la política coordinada por la burguesía griega, en cooperación con la Unión Europea y el FMI, con el objetivo de reducir aún más el precio de la fuerza de trabajo. El objetivo de esta política es asegurar la rentabilidad para el gran capital en Grecia, cargando el peso de la crisis sobre las espaldas de la clase obrera y de los demás sectores populares. Luchamos para que los trabajadores, que no tienen ninguna responsabilidad de la crisis capitalista, entiendan que deben organizarse mejor y enfrentarse de modo aún más intenso al capital y a las políticas que implementan recortes, según contempla el memorándum, y que aseguran los intereses de la oligarquía.

¿Qué alternativas políticas proponen para sacar a Grecia de la actual situación?
Se ha demostrado en la práctica, a través de la larga experiencia de los trabajadores y de los desempleados, que en el marco del capitalismo no puede haber soluciones a favor del pueblo. Nosotros llamamos al pueblo a luchar para conquistar el poder, para que los medios de producción de la industria se conviertan en propiedad popular, para que la tierra, las grandes empresas en el sector agrícola y el comercio monopolista se socialicen. En base a estas relaciones, la socialización de los medios de producción y la planificación económica, se abrirían grandes posibilidades infrautilizadas, asegurando la prioridad y satisfacción de las necesidades sociales básicas bajo un control obrero y popular. Este poder es el que garantizaría la soberanía y la verdadera retirada de todas las alianzas imperialistas, como la UE y la OTAN.

¿Sería posible algún tipo de acuerdo con otras fuerzas de izquierda?
Nuestra propuesta política promociona objetivos de lucha particulares, la agrupación y lucha de los trabajadores a través de «Comités Populares» en los barrios y los sindicatos de clase, para impedir las medidas antipopulares. Este desarrollo de la lucha de clases, desde la alianza social a nivel de base, es la principal preocupación para el KKE, no una política de aglutinación artificial de partidos con diferentes estrategias políticas.

¿Y de cara a las próximas elecciones?
La esperanza para los trabajadores no está en una confusa «unidad de la izquierda» sino en un partido fuerte y en la formación de una alianza social que luche por una economía y un poder popular. El acuerdo con partidos que algunos denominan de «izquierda» incluye políticas diametralmente diferentes, y no significa ninguna «ganancia». Esto no le interesa al KKE. Inicialmente sembraría la esperanza de que puede haber solución sin entrar en conflicto con el sistema capitalista, sin la retirada de la OTAN y de la UE, pero ello traería la disolución de este «proyecto», lo que generaría la decepción de los trabajadores.