La humanidad, a lo largo de su historia, jamás se ha planteado desafíos que no pudiera afrontar. El riesgo de los problemas actuales no está tanto en su importancia real y en el cómo pueden afectar a la sociedad como en que se asuman como insuperables.
SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
PROPUESTA DE EXIGENCIAS AL POSIBLE PRÓXIMO GOBIERNO DE AMPLIAS ALIANZAS
HASTA LOS COJONES DEL ASUNTO LUIS RUBIALES Y DE TODO EL SHOW
TIEMPO DE PESIMISMO (NO EXAGERAR LOS ADJETIVOS), TIEMPO DE ESPERANZA
SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
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9 de diciembre de 2019
El MERCADO DEL MIEDO ¿POR QUÉ Y A QUIÉN BENEFICIA?
Por
Marat
¿Qué tienen en común
noticias como el llamado apocalipsis antropocénico, que nos advierte de la
extinción de la vida sobre la tierra y el de humanidad en particular, la amenaza
recurrente del fin de las pensiones públicas, la enumeración del sinfín de
males que traería la desmembración de España, el supuesto fin de la
civilización occidental a manos de una supuesta invasión de inmigrantes de
grupos étnicos “exóticos”, en el que un adolescente mena es, más o menos, un
yihadista del DAESH, el choque de civilizaciones, la interesada promoción mediática de cualquier noticia
relacionada con la extrema derecha y el fascismo nacional e internacional, la
insistencia en una previsible descomposición de la UE como antesala de un
momento previo al verano de 1914 (instantes antes de la I GM), las noticias que
insisten en la insostenibilidad del Estado del Bienestar o el creciente peso de
las secciones o páginas de sucesos en la información de los “telediarios” y la
prensa?
Antes de darles una
respuesta directa, imagínense que conducen ustedes un vehículo por una
carretera comarcal o local en medio de una noche cerrada, sin iluminación en el
arcén y con la luna oculta tras unas nubes que apenas atisba.
De repente, un
obstáculo aparece a apenas dos metros de su coche. Usted frena en seco,
sintiendo toda la presión de la desaceleración sobre su cuerpo. Es un venado
cruzado en mitad de la carretera, que le mira con los característicos ojos rojos
que provocan los faros de su vehículo incidiendo sobre los vasos sanguíneos de
su retina. Usted logra frenar a sólo unos centímetros del animal y contempla
ese momento en el que la muerte y la vida se funden en la parálisis del animal
que ha sido incapaz de reaccionar ante el peligro de morir aplastado.
Afortunadamente, el cérvido reacciona y, de un salto, salva la distancia entre
el centro de la calzada y la otra orilla de la misma ¡Ufffff!
Quisiera que usted se
detuviese en la idea de “la parálisis del animal”. Es un asunto central en la
exposición de lo que intento contarle.
Cuando a un ser
humano o a una sociedad se les aturde con más problemas de los que pueden
digerir y a los que les es posible hacerles frente, todos y a la vez, la parálisis
es la respuesta esperable ¿Va entendiendo usted de qué le hablo?
¿Acaso los problemas que
les describí en el primer párrafo son una invención? ¿No hay en ellos siquiera
un punto, por pequeño que sea, de realidad? No seré yo quien lo niegue.
La cuestión no es
siquiera el grado de verdad que haya en ellos (es sabido que la verdad es un
concepto casi teológico del que hay prácticamente tantos sacerdotes como fieles.
Otra cosa distinta es la realidad y cómo se analiza) sino para qué sirve, con
qué fines y a quién/es beneficia y, sobre todo, en contra de quiénes.
La humanidad, a lo largo de su historia, jamás se ha planteado desafíos que no pudiera afrontar. El riesgo de los problemas actuales no está tanto en su importancia real y en el cómo pueden afectar a la sociedad como en que se asuman como insuperables.
La humanidad, a lo largo de su historia, jamás se ha planteado desafíos que no pudiera afrontar. El riesgo de los problemas actuales no está tanto en su importancia real y en el cómo pueden afectar a la sociedad como en que se asuman como insuperables.
Si en todo el
alarmismo social, político, económico y civilizatorio con el que se nos condena
a las puertas del infierno tuviese una víctima sería la de los eludidos en él;
las víctimas de un sistema capitalista que no logra levantar cabeza tras el
inicio de la última fase de su crisis, la iniciada en 2007.
Las clases
subalternas, trabajadores asalariados, autónomos en lucha por su propia
supervivencia, nuevos sectores salarizados de los antiguos sectores
profesionales, empobrecidos por la recesión, mujeres de sectores en los que la
sobreexplotación es su única salida laboral, trabajadores desfasados de los
nuevos sistemas de producción, víctimas de los procesos de reestructuración de
plantillas que ya no logran prejubilaciones ni despidos ventajosos, personas
caídas en la mendicidad, serán las que paguen los conflictos identitarios entre
banderas nacionales ¿Cuándo se convirtió aquello de no dividir a los
trabajadores en patrias, desde una posición internacionalista, en España la única
nación o Cataluña, una grande y libre? ¿Por qué se enfrentan banderas dentro de
la UE del capital entre norte rico y supuestamente trabajador y sur dependiente
y supuestamente vago? ¿Durante cuánto tiempo servirá la satanización del sin
papeles a la ausencia de reivindicaciones de derechos por parte de quienes
prefieren culparles a ellos de sus desgracias que enfrentarse el sistema
económico que salva beneficios empresariales y condena a unos y a otros a la
una vida de sobreexplotación, subsidios y precariedad?
En paralelo, las
necesidades de acumulación del capital se llevarán a cabo reduciendo salarios,
pensiones o despidos, empobreciendo mediante austeridades impuestas y adaptaciones
a la vida cotidiana las renovaciones tecnológicas en beneficio del medio
ambiente y de sistemas de ahorro energético y de descarbonización , poniendo en
pie una quinta revolución industrial y de servicios en la que la emergencia
planetaria anulará la cobertura de necesidades sociales, mientras las clases subalternas sufragarán los costes de la transición ecológica hacia una renacida reproducción ampliada del capital, que vendrá del cambio de sistema tecnológico y productivo, energético y de los transportes y que será impuesta, vía fiscal,
por una “democracia” crecientemente autoritaria.
¿Reflexionamos por un
momento sobre el por qué y el para qué del mercado del miedo y de sus
mercaderes? ¿Nos preguntamos por la función de los medios de des-información,
oficiales y de las fake news, competidores por el poder del discurso finalmente
hegemónico entre las distintas facciones del capital?
¿Ustedes qué son? ¿Cervatillos
cegados por los focos del vehículo mediático, en el que su y juicio libertad se
limita a elegir la cabecera del medio que ha de intoxicarles? ¿Borrachos de la
taberna física o de las redes sociales, en las que depositan la rabia impotente
de las frustraciones que les causa tanto miedo inducido?
¿Son conscientes de
que pertenecen a la clase social perdedora y que seguir siéndolo depende de que
acepten o no su destino y se organicen en el mundo real, abandonando el llanto
tanguista de las redes sociales, que les condena a la impotencia como objetos
sin conciencia de sujetos?
¿Continuarán culpando
al político, que pinta menos ante la posibilidad de cambiar la realidad que Harry el Sucio en la Comisión de Amor y Espiritualidad del 15-M, de sus males en lugar de al poder real, el económico, que es el que dicta al político lo que tiene que hacer (nos vamos a reír con las medidas sociales del futuro gobierno de coalición, al que ya han apretado las tuercas los grandes empresarios), al que si no se enfrentan les
devolverá a las condiciones de vida de sus abuelos?
¿Seguirán creyendo
aún que las revoluciones se hacen en el Facebook o Twitter en lugar de viéndose las caras y reuniéndose con sus iguales o que ser militante de una organización de clase es lo mismo que ser un adscrito 2.0 a Podemos o al PACMA o a los defensores de la última extravagancia surgida del frikimundo paralelo de las multidivididas y enfrentadas "diversidades"?
Ustedes mismos.
20 de mayo de 2019
CHARLATÁN
Todo es un show. La banalización de la realidad política como parte del gran circo que aliena mentes y voluntades |
Por
Marat
charlatán:
“Que habla mucho y sin sustancia...embaucador” RAE
Existe
un sector social difuso, no organizado, pero consciente, y sospecho
que creciente que se niega a tragar las píldoras “roja”
(pseudoroja) o “azul” del Matrix de nuestro presente político
colectivo.
Ir
a contracorriente hoy y no comprar falsas ilusiones tiene un precio:
el de ser acusado de radical y de no ofrecer alternativas porque la
de organizarse como clase, al margen de los flautistas de Hamelín
del momento, combatir allá donde se producen y reproducen las
contradicciones capital- trabajo y preparar la resistencia,
formándose políticamente para no ser tratados como idiotas, exige
demasiado esfuerzo. Por eso para muchos en el mientras tanto, hay que
reincidir en el bucle eterno de seguir una y un millón de veces la
senda que, inevitablemente, nos lleva a la derrota porque ello
permite esquivar el sacrificio y los caminos más duros y difíciles.
Se
nos rechaza a quienes estamos en otra cosa distinta al circo del
parlamentarismo porque pone en evidencia que el rey está desnudo y
que los ilusos de la ilusión democrática son cómplices acomodados
y conscientes de la mentira que se autoadministran a sí mismos.
Pero
lo cierto es que las mentiras tienen las patas cada vez más cortas,
que los charlatanes no son parte de la solución sino de un problema
que demora la solución necesaria del enfrentamiento de clase contra
clase, vendiendo el falso elixir curalotodo del “si se quiere, se
puede”, cuando sabemos que ocupar el poder, como inquilinos sin
tomarlo, no es otra cosa que convertirse en asalariados del capital
que marca los límites del juego, sus tiempos y los ritmos de
aplicación de sus curas de caballo contra la clase trabajadora; unas
veces a cargo de progres, otra de ultraliberales y pronto de un
fascismo que llegará por abandonar la perspectiva de clase, mentir y
autoengañarse en que basta con desear el cambio social para que este
llegue y repetir lo mismo una y otra vez, esperando resultados
diferentes, que diría Albert Einstein.
El
momento político actual español, europeo y mundial es el idóneo
para los charlatanes de feria de la gran demagogia democrática,
vendedores de crecepelos para calvos, oferentes de soluciones
definitivas, fáciles y al alcance de la mano, sin sacrificio
militante alguno para el votante. De Revilluca, el aldeano, hoy
demócrata al que se le entiende todo, y ayer franquista, al
peronista Errejón, que es como un falangista pero con verborrea
hueca y pedante importada de Argentina, pasando por el siempre
crispado don Crispín Iglesias que, ante tanto desafuero, nos ofrece
como bálsamo de Fierabrás el caducado ungüento que ayer vendía el
youtuber- predicador Anguita, su maestro. Y es que no hay nada como
ir de “influencer”, aunque decreciente, en el gallinero
parlamentario.
En
esta campaña electoral, Pablo Iglesias Turrión -nada que ver con
Pablo Iglesias Posse-, sería comparar la noche con el día, no para
de repetir una media verdad que como todo el mundo sabe es peor que
una mentira. Me refiero a los supuestos derechos de la Constitución
que no se cumplen. El economista marxista Diego Guerrero también lo
aborda en el Capítulo 5 del texto “Desempleo,
keynesianismo y teoría laboral del valor”.
En el EEC (Espacio de Encuentro Comunista) lo hemos trabajado con
detenimiento. Pueden encontrarlo ustedes en el siguiente enlace:
https://encuentrocomunista.org/static/media/medialibrary/2019/05/EEC-SituacionTrabajo2019.pdf
En
lo que sigue me limito en extractar un parte del mismo con el
objetivo de por lo menos se sepa de qué está hablando el charlatán
cuando dice que la Constitución dice eso que no dice y que él dice
que dice en relación al Derecho al trabajo, al derecho a la
vivienda, etc.
Y
es que este charlatán olvida conscientemente la lógica del capital:
la de la rentabilidad sustentada en la explotación del trabajo
asalariado y esta lógica funciona sí o sí por encima de la
voluntad de las personas y por supuesto de todo gobierno por muy
progre que quiera ser. Si esto no fuera así no sería capitalismo
sino otra cosa.
Les
dejo con el extracto. Es algo largo pero clarificador.
“Las
experiencias laborales que hemos puesto en común en todo el bloque
anterior de intervenciones, nos muestran el estado actual de un
proceso que ha sido conducido sistemáticamente desde mediados de los
años setenta.
Lo
que vamos a intentar ahora es mostrar una panorámica de cómo se ha
conducido este proceso. Para ello necesitaremos entrar en varias
áreas: desde dar algunas pinceladas de derecho -como por ejemplo,
explicar por qué en la práctica no tenemos derecho al trabajo-
hasta ir viendo cómo se ha ido modificando el tipo de contratación
para que ahora se hayan generalizado las situaciones que acabamos de
poner en común. Al final del documento se incluyen los enlaces a la
legislación mencionada.
Y
es que para moldear las relaciones laborales de manera que satisfagan
los intereses del capital, se hacen leyes que quitan las líneas de
protección que los trabajadores habían arrancado anteriormente con
sus luchas. Esto se lleva haciendo sistemáticamente desde el inicio
de la Transición Política en todos los ámbitos legislativos y de
negociación social, cualquiera que haya sido el partido que ocupara
el poder. Lo adornan como leyes para mejorar el empleo, luchar contra
el paro juvenil, para aumentar la competitividad del país, etc. Pero
la esencia es abaratar el factor trabajo y, como consecuencia,
incrementar la tasa de explotación y de plusvalía.
Las
leyes deben ser vistas en su conjunto, más allá del ámbito, del
título o del epígrafe donde decidan poner las palabras más
altisonantes y bonitas. Si se clasifica un derecho como fundamental
pero luego no se establece quién debe garantizar su cumplimiento, o
si la ley que lo desarrolla le quita en la práctica tal rango, el
concepto jurídico de fundamental no coincide con lo que los
trabajadores entendemos por tal. La cosa se hace más evidente si
comprobamos que los derechos del capital experimentan un trato
opuesto.
Desde
este punto de vista, lo primero que debemos poner negro sobre blanco
es que la Constitución Española no contempla como derechos
fundamentales y, por lo tanto, no garantiza ni obliga a los poderes
públicos su defensa y cumplimiento, aquellos que para cualquier
persona lo son; nos referimos, por ejemplo, a la vivienda, a la
educación en todos sus niveles y, por supuesto, el derecho al
trabajo. Teniendo presente que, en una sociedad capitalista como la
nuestra, el trabajo es lo único que te permite tener y mantener
regularmente unos ingresos y, por lo tanto, unos mínimos niveles de
subsistencia, el carecer del mismo y de la posibilidad de exigirlo es
la condición para verte sometido a las condiciones de explotación
que impongan los empresarios.
La
Constitución contempla en su artículo 53 cuáles son los derechos
de los que podemos reclamar su cumplimiento. Esta distinción entre
derechos reclamables (los derechos contemplados entre los artículos
14 y 29) y los simples derechos, es básica, ya que solo los primeros
permiten que cualquier persona puede exigir su aplicación, y son los
que los poderes públicos están obligados a proteger; el resto de
“simples” derechos sólo pueden ser reclamables si la ley que los
desarrolla lo contempla.
Vemos
por ejemplo que el derecho a la vivienda no lo contempla la
Constitución como un derecho fundamental en la práctica y, por lo
tanto, como un derecho que podamos exigir. La Constitución lo trata
en los siguientes términos en el artículo 47: “Todos
los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y
adecuada”.
Es curioso que se utilice el verbo “disfrutar”,
pero no diga “tener”
ni “poseer”.
Es decir, defiende que podamos disfrutar una vivienda cuando la
tengamos, es decir, cuando la compremos o la podamos alquilar. Todos
sabemos que, cuando no pagamos la hipoteca o no pagamos el alquiler,
los poderes públicos junto a la policía te quitan el derecho a
disfrutar de la vivienda de la que te desalojan.
Hay
un derecho que sí está catalogado como fundamental, pero con un
ámbito de actuación restringido. Nos referimos a la educación, que
solo es reclamable y gratuita en el período de enseñanza
obligatoria (Artículo 27.4), desde los 6 a los 16 años. El resto de
la enseñanza ya no es un derecho fundamental en la práctica. Ello
es lo que permite que, en la nueva educación superior, los dos
últimos años de máster estén disponibles solo para quien pueda
pagárselos, restringiendo el acceso del resto -todos ellos hijos de
trabajadores- a los futuros trabajos menos cualificados.
Para
poder apreciar el contraste, antes de entrar de lleno con el derecho
al trabajo, vamos a echar un breve vistazo a cómo se tratan los
derechos del capital. En principio, éstos figuran, junto con el
trabajo, en el mismo rango que el artículo 53 establece como no
reclamables. Sin embargo, los propios artículos que recogen los
derechos del capital se encargan de dar un rango especial a estos.
Así, el artículo 33 reconoce el derecho a la propiedad privada, y
en su apartado 3 nos aclara que “nadie
podrá ser privado de sus bienes y derechos”.
Mientras tanto, en el artículos 38 “se
reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de
mercado”
indicando seguidamente con claridad que “los
poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio”.
De esta forma quedan salvaguardados en virtud del artículo 24, que
indica que “todas
las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los
jueces y tribunales en el ejercicio de sus derecho e intereses
legítimos”.
Para que no quede nada sin atar, los códigos civiles, mercantiles y
penales refuerzan esta protección en innumerables ámbitos.
Sin
embargo, el derecho al trabajo, ubicado en la misma sección de no
reclamables que los del capital, no goza de la misma elevación de
rango en su desarrollo. El artículo 35 se limita a afirmar en el
punto 1 que “todos
los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al
trabajo...”
y en el punto 2 se limita a estipular que “La
ley regulará un Estatuto de los Trabajadores”.
Si nos vamos al susodicho Estatuto de los Trabajadores, que
desarrolla este supuesto derecho al trabajo, contemplamos que no hay
a quién reclamarlo y el derecho que se contempla no es el derecho al
trabajo sino el derecho a trabajar cuando tengas un empleo. El
Artículo 4 apartado 2 del Estatuto nos dice que: “en
relación al trabajo, los trabajadores tienen derecho a la ocupación
efectiva”.
Más arriba indicábamos en relación al derecho a la vivienda un
trabalenguas parecido.
La
Constitución no puede reconocer el trabajo como un derecho exigible
por dos motivos: primero, porque en el capitalismo el trabajo es una
mercancía que los trabajadores vendemos, y el legislador no puede
garantizar por decreto su venta; segundo -y no menos importante-,
porque la inseguridad al buscar trabajo es necesaria para poder sacar
el máximo provecho desde el punto de vista de la explotación. No en
vano, en el artículo 38, que ya vimos que pedía a los poderes
públicos garantizar la economía de mercado, afirma además que “los
poderes públicos también tienen que velar por la defensa de la
productividad de acuerdo con las exigencias de la economía”.
Mas adelante veremos como esta exigencia de ser productivos es una
constante.
Pero
no solo no garantizan el trabajo ni la Constitución ni el Estatuto,
sino que este último deja claros los condicionantes que aplican
cuando se tiene. En el artículo 5, apartado a) se indica que: “los
trabajadores deben cumplir las órdenes e instrucciones del
empresario en el ejercicio regular de sus facultades directivas…”,
y en el apartado e) se indica expresamente que los trabajadores
“deben
contribuir a la mejora de la productividad”.
Así que “nuestro” Estatuto no solo no hace efectivo el derecho
al trabajo, sino que se encarga de dejar clara nuestra dependencia:
cuando trabajamos debemos ser rentables y obedecer lo que diga el
empresario, que es el que tiene las facultades directivas. En este
sentido, se hace patente el juego de nombres y de discurso para que
las leyes del capital se naturalicen por parte de los trabajadores.
El nombre de Estatuto de los Trabajadores no se corresponde con su
contenido. Lo que contempla esta ley no es ni más ni menos que una
relación social entre empresarios y trabajadores, y esta relación
es una relación de explotación. De una forma mucho más apropiada,
la ley anterior al Estatuto de los Trabajadores tenía el descriptivo
título de “Ley
de Relaciones Laborales”.
A
partir de este cuerpo legal, lo que vamos a exponer brevemente a
continuación es cómo esta ley de “derechos” de los trabajadores
nació y se ha ido modificando en favor del capital y en detrimento
de los trabajadores. El conjunto de Reformas Laborales, Acuerdos de
Negociación Colectiva y todo tipo de negociaciones que se han dado
bajo el paraguas del denominado Diálogo Social -nombre que no
designa más que la aceptación falaz de que los trabajadores y
empresarios tenemos intereses comunes-, ha supuesto una constante
pérdida de derechos que en la práctica suponen un trasvase del
salario de los trabajadores en beneficio del capital. El gráfico 1
que vimos más arriba permite contemplar de un vistazo cómo, siendo
el trabajo el único que crea valor añadido -el único que crea
valor-, pierde cada año más de la mitad de él, apropiado
(expropiado legalmente), por los empresarios. Veamos el proceso.
Partimos
de una situación previa de mediados de los 70, en los que la Ley
de Relaciones Laborales, de abril de 1976,
contemplaba algunos derechos clave que protegían al trabajador. Unos
derechos que se han ido desmontando paulatinamente con las sucesivas
Reformas Laborales. Empezando esta tarea en los Pactos de la Moncloa
y en el Estatuto de los Trabajadores.
Para
ponernos en contexto: el año 1976, después de la muerte de Franco,
es cuando confluye el mayor número de huelgas que se ha dado en este
país. Es el año en el que se producen los conocidos como “sucesos
de Vitoria”, del 3 de marzo de 1976, ciudad que estaba en Huelga
General, y en los que la represión policial ordenada por los luego
demócratas Fraga y Martín Villa, provocó la muerte de seis
trabajadores. Pues bien, en ese año es cuando se consigue la mayor
protección al trabajo en España, y eso ocurre con un criminal
fascista como era el presidente Arias Navarro. No porque fuera bueno,
sino porque la presión en ese momento de tal aluvión de huelgas
tenía al régimen contra las cuerdas.
Si
nos atenemos al contrato
de trabajo,
la redacción actual del Estatuto de los Trabajadores en su artículo
15 dice: “el
contrato de trabajo podrá concertarse por tiempo indefinido o por
una duración determinada”.
Sin embargo, lo que decía la Ley de Relaciones Laborales del 76 era:
“el
contrato de trabajo se presume por tiempo concertado indefinido sin
más excepciones de las siguientes...”.
Si con la ley actual da lo mismo hacer un contrato indefinido que
temporal, antes del Estatuto de los Trabajadores todos los contratos
eran por defecto fijos, una vez pasaban el período de prueba de
quince días. Las excepciones eran las que, por su razón, hacían de
un trabajo algo temporal (vendimia, etc.). Es decir, el contrato
obedecía a las condiciones del trabajo.
¿Qué
ha hecho el Estatuto de los Trabajadores que tenemos ahora? Copiar la
redacción de la Ley de Contratos de Trabajo que tenía Franco en el
año 1942: “el
contrato de trabajo podrá celebrarse por tiempo indefinido, por
tiempo cierto, expreso, tácito o por una duración determinada”.
Después de dar la vuelta a lo largo de cuarenta años, la democracia
española coincide punto por punto con la redacción que tenía
Franco en su ley de Contratos de Trabajo de 1942”.
21 de septiembre de 2014
PEDRO SÁNCHEZ vs. PABLO IGLESIAS: DE LOS DEBATES CON MARHUENDA A LA LLAMADA EN DIRECTO A “SÁLVAME”
Había una vez, un circo... |
Cuando Pedro Sánchez llamó a “Sálvame” para comunicar humildad y cercanía al entrar en directo para pedir perdón por el papel del PSOE en Tordesillas en relación con el Toro de la Vega -el alcalde es de este partido- y afirmar que él y su partido están contra el maltrato a los animales, trasmitiendo la imagen de que era un hombre simpático, cercano, afable y “espontáneo” tuve la sensación de un dejà vu.
Cuando horas más tarde repitió la jugada, rizando aún más el rizo de la “espontaneidad” para comunicar amabilidad, empatía, espontaneidad e “investidura” del poder que llevó a Pablo Motos a dejar que le ganara en la prueba que casi siempre gana él, supe que estaba ante una misma categoría de producto con dos marcas -Pedro Sánchez y Pablo iglesias Turrión (PIT, que no Brad) y las mismas estrategias de marketing que se dirigían a idéntico público: el que alimenta su intelecto y su formación/información por la televisión.
El formato de los combates de presing-cacht-tongo entre Marhuenda y PIT, que no Brad o entre la señora de éste y submarino de Podemos en IU, Tania Sánchez y Eduardo Inda, es tan espectáculo televisivo, tan poco racional, tan dado al entretenimiento, tan poco facilitador de la reflexión no ya como “el Hormiguero” sino como el programa de casquería gruesa que conduce Jorge Javier Vázquez. En ambos espacios televisivos las acusaciones cruzadas, la interrupción del que habla, las gesticulaciones y gritos, la dramatización teatral, la representación actoral de papeles previamente ensayados, el carácter de performance, la puesta en escena, la búsqueda de la frase de trazo grueso y el efectismo se oponen al debate argumentado, la profundidad y relevancia del contenido de lo que se debate y la posibilidad de que la audiencia se eleve por encima del bagaje cultural con el que previamente se había puesto delante del televisor.
Lo que importa es el circo, el entretenimiento, el arte ceremonial, el espectáculo, sea en relación con la operación de agrandamiento de mamas de alguna de las descollantes figuras intelectuales de “Sálvame” o con que Marhuenda sea un facha redomado o PIT, que no Brad, un terrible bolchevique que pretenda convencernos de que hay que “empoderar” a la cabra de la Legión al grado de comandanta de un Tabor de Regulares.
Como en una de tantas ediciones de “Gran Hermano”, el espectador asiste al espectáculo político televisivo convertido en un mirón pasivo, casi siempre un cotilla al que la banalización de los contenidos que le alimentan como el soma de “Un Mundo Feliz” le ha ido convirtiendo en la mayoría silenciosa de la que nos habla Baudrillard y, en el mejor de los casos, en parte del público que desde los sofás de sus casas, asiente, murmura, emite un gruñido de desaprobación o complacencia y se identifica o no con el personaje de la obra de ficción que la TDT le esta emitiendo.
Del bufón plebeyo de las cortes medievales al político mediático algo hemos avanzado en simulacro de democratización social. Hoy quien ejerce de aparente soberano es el ciudadano-espectador mientras es el noble-político quien realiza las gracias, evoluciones y piruetas para entretener a una sociedad con más tiempo libre del que quisiera porque el desempleo convierte en obligados ociosos a millones de seres humanos que tienen sumamente difícil aprovechar ese espacio socialmente improductivo en construcción que mejore sus vidas y sus personas.
Series de ficción con vampiros o zombies, talk-shows a cada cual más descerebrado, banal y embrutecedor, programas de “información”-debate-tertulianismo-cotilleo que rebajan al público a la condición de discapacitado mental. Ese es el logro de unos aparatos ideológicos del poder económico y político que condenan al individuo a una permanente etapa infantil carente de raciocinio.
En las actuales sociedades capitalistas la sofisticación no es precisamente el mecanismo de manipulación y dominación a quienes tienen menos capacidad para defenderse de la sodomización mental. Lo habitual es la emisión de mensajes destinados a un esfuerzo mental mínimo, donde los contenidos vienen ya formateados y preparados como los potitos de las comidas para bebés.
El mercado político no es sino la prolongación del mercado de consumo de mercancías.La comunicación, que no información, queda reducida a eslóganes publicitarios en un estado de permanente campaña en la que la tensión, la agresividad y la violencia verbal representan a una fracción mínima (muestra) del universo total de la población. El debate político es el desplazamiento metonímico de la violencia social, como válvula de escape que permite que la presión no suba en exceso y se mantengan los mínimos necesarios para el consentimiento.
Puesto que la representación política, las organizaciones, y la propia sociedad con ellas, carecen de alternativas reales para afrontar una crisis económica capitalista que es endémica, la tensión se desplaza hacia el escenario político, dejando que los poderes económicos queden en la sombra mientras las figuritas del guiñol fingen golpearse con rutinarios mamporros retransmitidos a los hogares en los que unas mayorías cada vez más fatigadas los contemplan.
El pretendido espacio de disidencia social y política frente al orden imperante no supera un tercio de la sociedad y está compuesto fundamentalmente por aquellos que, habiendo perdido un estatus relativamente acomodado, pretenden recuperarlo y volver a los buenos tiempos de la estabilidad social y el consumo despreocupados.
Pero ese tercio y sus supuestas correlaciones políticas son plasmados por el foco mediático como la disidencia global oficializada a la que dar la palabra y la bendición institucional que haga las veces de reintegración en el orden sistémico de quienes en realidad nunca estuvieron fuera de él ni en su contra porque es su orden, en el que creen y el que desean.
La gran mayoría de las auténticas víctimas de la crisis asiste silenciosa a su sacrificio ya que carece de voz política que la exprese con voluntad de derribar el orden económico, político y social que sustenta al capitalismo.
“Si hay alguna esperanza está en los proles”, dijo Winston Smith en “1984” -yo también creo que está en ellos porque cada vez tienen menos que perder y un mundo por ganar- pero no ha renacido aún el derrotado partido que siempre les representó. Todos los que reclaman su patrimonio son aún demasiado sectarios, cerrados en sí mismos y miedosos para serlo. Habrá que ir poniendo la semilla destinada a un resurgir que expulse a las clases medias autoatribuidas y reales del escenario central de la protesta para situarlas a la cola y dependiendo de la lucha protagónica del viejo y, a la vez, moderno Prometeo de la Humanidad: esa clase que al liberarse de la opresión y la explotación, emancipa a todas las demás del yugo capitalista de la producción, el consumo fetichista y la falta de futuro.
Mientras tanto, cuando veo a PIT, que no Brad o a Pedro Sánchez sé que se me está vendiendo el mismo producto caducado: ciudadanismo interclasista que incluye a los explotadores, discurso aceptable y bendecido por el sistema capitalista, apelación a “la gente” en lugar de a la clase, primarias como solución a cualquier tipo de mal, incluida la calvicie y la alitosis y telepredicación apelativa al hooligan descerebrado en lugar de al ser humano crítico y capaz de expresar un NO que se salga del guión y esté dispuesto a avanzar, como el bosque de Birnam, hasta derribar las murallas del castillo de Cawdor. Juventud, divino tesoro...de la trivialidad.
Eso sí, al menos Pedro Sánchez da la impresión de ser un tipo más humilde, que se baña más a menudo y que tiene la dentadura más limpia que PIT, que no Brad. Algo es algo. Y si para las señoras está más bueno que el escuálido cargado de hombros y de soberbia, algo más se logra. Al menos gustará a las chicas.
No hace mucho escribí un artículo que ustedes pueden encontrar en este blog titulado “Guárdame los votos Pablo, que en unos meses pasaré a recogerlos. Pedro Sánchez”. Ya está sucediendo. Es lógico: el 35% de los votantes de Podemos proviene del PSOE y son personas que creen que ser de izquierdas es no ser tan cutre y carca como el PP. Nada debe sorprender de estos “progresistas” del mundo PSOEDEMOS.
Quien sepa interpretar que lo haga. En “La Sexta Noche” del sábado 21 de Septiembre ha entrado PIT, que no Brad, después de meses de silencio meditativo, como respuesta a la crítica dentro de su “movimiento” a su hiperliderazgo bonapartista, para retar a Pedro Sánchez a un debate. Será divertido comprobar cómo nada pueden ofrecer ni uno ni otro a la clase trabajadora de este país, más allá de críticas mutuas, velados guiños y alguna palabra talismán que nada significa.
Propongo que el debate se haga en "Sálvame de Luxe" y que, en lugar de conducirlo Jorge Javier Vázquez, sean Belén Esteban o bien Kiko Hernández los moderadores, aunque también veo capacitadas para lidiar el evento a Lydia Lozano y a María Patiño.
El día anterior, el curilla efébico y andrógino Errejoncito jr. en el programa “La otra red” del canal Cuatro admitía que, según en qué condiciones y si el PSOE cambiaba, (¿creería en sus palabras este personajillo?) Podemos podría pactar con este partido. ¿Alguien creía otra cosa? Yo creo que ni los fans, que no militantes, de Podemos más fantalizados pensaban en lo contrario. Radiografía del viaje desde el reformismo más agotado de Zapatero hasta la nada de PIT, que no Brad, pasando por todas las contradicciones posibles.
En Podemos hay dos almas, además de algún primo que se cree revolucionario y desconoce dónde está pinado: la derecha democrática, representada por el voto que viene del PSOE, y la extrema derecha del borracho de taberna exaltado y matón. De esta última escribiré en unos días.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Quizá también le interese:
"El lado fascista de Podemos del que no hablan La Sexta, Cuatro o Público": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/09/el-lado-fascista-de-podemos-del-que-no.html
"Esoterismo y negocios giran alrededor del planeta Podemos": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/esoterismo-y-negocios-giran-alrededor.html
"Juego de Tronos: la trampa de Pablo Iglesias": http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/10/juego-de-tronos-la-trampa-de-pablo.html
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14 de junio de 2012
LA DECENCIA EN TIEMPOS DE CRISIS. EL CASO NAVARRETE

Karl Marx distinguió en “El señor Vogt”, una de sus obras menos conocidas por los marxistas, a la que hubo de dedicar un año entero de su vida para responder a dicho sujeto bonapartista, entre dos tipos de infames: “los infames solventes” (agentes policiales que venden información a sueldo) y “los infames sin respeto” (integrantes de organizaciones “revolucionarias” encargados de sembrar la manipulación policíaca y la confusión moral).
No voy a dedicar tanto tiempo como le dedicó el padre del socialismo moderno a contestar al señor Vogt a responder a Manuel Navarrete. No merece mucho más tiempo que el que emplee en escribir estas líneas y en darles salida tanto en mi blog, como en los sitios que considere oportuno –por supuesto, aquellos en los que el señor Navarrete me ha respondido- El señor Navarrete carece de la importancia del señor Vogt y, por mi parte, no aspiro a otra cosa que a seguir aprendiendo del maestro Marx, del que apenas soy un párvulo.
Si creyera en que el modo en que el señor Navarrete se ha conducido en su forma de responderme a través de su texto difamatorio “Marat contra la presunción de inocencia” (1) se agota en este “infame sin respeto”, del que ignoro si también es “infame solvente”, me importaría bien poco responder a tal sujeto. Quien en su vida se conduce sin temor a decir lo que piensa y sin permitir que las agresiones personales hagan mella en su uso de la libertad de expresión y de opinión, tarde o temprano acabará por encontrarse “personajes” de este calibre.
Pero corren malos tiempos para la decencia –término que uso en la tercera acepción que le da el diccionario de la RAE: “Dignidad en los actos y en las palabras, conforme al estado o calidad de las personas”, y no en ningún otro sentido-, valor al que no un revolucionario, sino algo mucho más elemental, cualquier persona de bien, debiera estar sujeto. Y ese no es el caso del señor Navarrete ni de dos páginas que han dado cabida a su artículo cuando en ningún momento habían publicado previamente el mío, como tampoco lo hicieron en paralelo al artículo del aludido. Me refiero a LA HAINE y REBELIÓN. Mi blog está a la vista de todo el mundo y disponen de mi correo electrónico para haberse dirigido al autor y a sus artículos criticados y haber confrontado el del señor Navarrete con ellos. Sobre éstas dos webs volveré más adelante. Ahora quiero seguir con el señor Navarrete.
El señor Navarrete está en su pleno derecho a discrepar y a opinar radicalmente en contra, de forma pública, de lo que yo opine sobre el 15M, Democracia Real Ya o de cualquier otra cuestión política. Faltaría más.
Como yo mismo de discrepar con alguien que ve “manipulaciones imperialistas” (yo también) en el caso Sirio y Libio (2), que habla de “el invierno árabe” (3), que habla de la izquierda “nini” (4), en relación al asunto libio y, en gran medida, en referencia no explícita a Izquierda Anticapitalista (una de las razones por las que abandoné dicha organización. La otra fue el apoyo de ésta al 15M), que define al diario “indignado” Público (hoy online), “cómo cepo de la burguesía” (5) y que sin embargo no ve manipulaciones imperialistas en los derroteros ideológicos de un movimiento que tiene más contra los políticos que contra el capital (justo como el movimiento populista de Beppe Grillo en Italia, al que tanto se parece el 15M) y que, del capital, su casi única obsesión es el bancario, como si las relaciones sociales de producción no estuvieran operando en esta crisis. No digamos nada de las contradicciones de ver en Público, al “cepo de la burguesía” y escamotear el pequeño detalle de que dicho medio convierte en fenómeno de gran alcance político cada mínima performance que hagan los indignados. De El País o la SER, con indignados casi en plantilla y algunos incluso en ella, tampoco hablaremos. ¿Para qué? No sea que al señor Navarrete se les descuadren sus “sesudos análisis”. Mejor sacarse los ojos, como Edipo, en este caso para no escandalizarse del 15M, o intentar sacárselos a los lectores de su artículo, con la manipulación de los datos que pretende refutar (ni un solo párrafo textual cuando discute mis textos), ni un enlace a los 3 artículos que dice pretende refutar –menudo Superman del teclado- (mejor uno genérico al blog y que el lector se busque la vida), después de haber leído sus sentencias de muerte al disidente.
Dado que el señor Navarrete ha actuado como jugador de ventaja, escamoteando los nombres de los artículos de los que habla –¡las fuentes, señor Navarrete, las fuentes!- y sus enlaces correspondientes, para que el lector pueda sacar conclusiones por sí mismo y no se la “induzca” cualquier “infame sin respeto”, se los enlazaré yo mismo:
1.-VÍNCULOS ENTRE GLOBALISTAS, MUNDO EMPRESARIAL Y EL 15M: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/06/vinculos-entre-globalistas-y-mundo.html
2.- 12M15M. ALGO HUELE A PODRIDO Y NO ES EN DINAMARCA: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/04/12m15m-algo-huele-podrido-y-no-es-en.html
3.-15M, MÁS IMÁGENES QUE TEXTO: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/05/15m-mas-imagenes-que-texto.html
Ahora juzguen por ustedes mismos, sin que nadie les diga lo que tienen que pensar y, sin que este sujeto llamado Manuel Navarrete escriba en dos páginas que no admiten comentarios en los que en una –LA HAINE- se negaron a publicar los artículos cuando fueron escritos y en otra –REBELIÓN- dejé de hacerlo cuando comprobé que no publicaban ni uno sólo de aquellos que escribí y les envíe (tengo los correos y son de bastantes artículos) que pudiera crear mancha alguna en el inmaculado movimiento 15M al que tanto amor prodigan.
Sabe el señor Navarrete de la natural pereza del ser humano a leerse 4 artículos seguidos (especialmente si los 3 míos son, de suyo largos, como es característico y defecto en mí) y juega con ello. “Ustedes no se molesten en leerlos, es mucho trabajo. Ya se los resumo yo...a mi manera” parece decir el señor Navarrete.
Voy a hacer abstracción de los calificativos que me endosa el autor de “Marat contra la presunción de inocencia” y a pasar por alto las comparaciones entre el Marat ficticio y el histórico, con su escogida, para el insulto por comparación, cita del segundo. Sería descender demasiado en lo personal. Tengo un coche muy viejo pero no funciona como batíscafo.
Nada como el propio lector para juzgar por sí mismo lo que hay de cierto y de “fabulación” por parte del señor Navarrete, si se toma el esfuerzo, pero eso ya no queda en mis manos.
Tan sólo algunos detalles sin importancia respecto a algunas de sus mentiras. Sostiene Navarrete –ningún parecido con Pereira- “Pero hay más, porque si Marat le exigiera la misma dosis de pensamiento comunista a todo el mundo, debería comenzar por renegar de Izquierda Unida, Izquierda Anticapitalista, CC OO y UGT, entre otras muchas. Y es que, cuando esas organizaciones hablan de la “ciudadanía”, Marat calla”. ¿A quienes creerá que me refería cuando escribí “POR UNAS IZQUIERDAS QUE NO NOS AVERGÜENCEN”, “CONTRA KEYNES Y LOS KEYNESIANOS”, “LO QUE NO PUEDE DURAR EN CCOO y UGT” o “DE LA TRAICIÓN DE CLASE CONSIDERADA COMO UNA DE LAS BELLAS ARTES”? No tengo ni idea. De esos, y relativos a darle estopa a CCOO y UGT hay muchos, tantos que alguna miembro de CCOO me ha llegado a insultar de la manera más grosera.
Enel colmo del descontrol dice el señor Navarrete: “Marat tiene en su web logos de CC OO y UGT”. Le faltó decir: “Y fuma crack”. No verá muchos. Le reto a que se esfuerce. Lo que no cuenta el señor Manuel Navarrete es que también hay enlaces como “[MADRID] 1º DE MAYO CONTRA EL PACTO SOCIAL” o “EL 31 DE MARZO A CIBELES. ¿EN QUÉ BARRIO VIVES?” o “LA CGT ACUERDA LA CONVOCATORIA DE UNA NUEVA HUELGA GENERAL”.
Pero, ¿qué coño estoy haciendo respondiendo a este sujeto? La gente es suficientemente adulta para sacar conclusiones por sí misma, si quiere.
En el tiempo que llevo combatiendo al 15M he pasado por dos amenazas de Fabio Gándara Pumar (DRY original y luego renovada. Algún día hablaré de sus negocietes con el “activismo” online) de llevarme a los tribunales (tengo los correos en facebook)- aún le espero-, por el intento de chantaje de Fernando Casares de desvelar quién era Marat –se resolvió en cuanto puse mis datos personales en un artículo de mi blog-, por las insinuaciones legales de José Cosín Álvarez (ex dirigente del PP de Marbella, ex Presidente de Jóvenes Empresarios de esta localidad y miembro de la Comisión Legal del 15M) y ahora por las marrullerías del señor Navarrete.
Esto mientras se me ha acusado de que “los de mi partido” no sé qué exactamente hemos hecho- ¿Qué parte de mi perfil comunista sin partido no habrán leído estos?-, he soportado las caricias del señor Honrubia Hurtado, de Kaos en La Red, el cuál se encargaba de subir mis artículos a la web (según él. Tengo los correos que lo demuestran) sin que yo se lo pidiese, para luego escribir eso de “Marat pasándose de listo” –imagino que le servía para aquellas “supuestas” guerritas que se traía con los chicos de García-Trevijano en el 15M andaluz-. Se me ha llamado sectario y conspiranoico en cientos de ocasiones –cuando las páginas conspiranóicas son tan entregadas al 15M- y se me ha explicado que mi animadversión hacia este movimiento deriva de una asamblea que intenté manipular (tengo que controlar esto de mi desdoblamiento porque luego parece que estuve donde jamás estuve), poniendo a mi partido (eso sin militar ni simpatizar con ninguno) en posición de manejo y que, al no salirme la operación, me convertí en el rey que rabió.
Señores del 15m: ¿Se les ha ido la pinza? Tengo un modesto blog al que atiendo en la medida de mis posibilidades. Aunque tiene su audiencia, no deja de ser un simple blog. Muy poco para los chicos preferidos de Coca-Cola (el spot de La Roja, con la plaza y sus tiendas de campaña), del anuncio de Sanex último (con sus manitas agitadas al sol), de Movistar (con sus lindas asambleas) y del sursum corda mediático que ha convocado todas sus manifestaciones importantes. Les dan audiencias radios, televisiones, periódicos, webs conectadas con fundaciones globalistas y miles de blogs. Martín Varsavsky les puso hace un año sus foneras en las plazas.
¿Necesita el señor el señor Navarrete publicar en un montón de webs– LA HAINE, REBELIÓN, A LAS BARRICADAS, RED ROJA- además de alguna a la que yo no la subí, pues siempre pongo mi enlace, como Kaos en la Red o Insurgente. Ahí la mandé yo-que decidieron negarme la oportunidad de poner versión contra versión?
Me pregunto qué clase de “democrático” funcionamiento tienen estas webs, de qué está hecha la conciencia de los sujetos que las dirigen, qué entenderán por libertad de expresión de opinión, qué significará la idea de “igualdad de oportunidades” para REBELIÓN o LA HAINE, cuál será el criterio de decisión de qué artículos no entran (ni se imaginan los que me han censurado éstas dos), cómo será posible que no se les caiga la cara de vergüenza de publicar algo de lo que el autor no ha mencionado ni el título de cada uno de los artículos atacados, ni sus enlaces –sólo el enlace al blog y búscate la vida y que no hayan puesto frente a frente un texto y otros.
Creo que la idea de izquierda está hace mucho tiempo emputecida a manos de quienes la niegan con sus prácticas y no dejo de sentir un escalofrío por mi columna vertebral al pensar que esta tropa tuviera algún día el poder –estos tendrían la representación del gobierno. Ya mandarían en su nombre sus amos. El poder es de los revolucionarios- de decidir quién tiene y quién no la palabra.
Voy a ejercer el derecho de réplica. Veremos si me la niegan. Como no me fío en absoluto de ellos –de sus webs y de quienes las dirigen, voy a colocar capturas de pantalla según vaya enviando mi exigencia, a la que están obligados por ley, en este artículo. Por tanto, se convertirá en un texto dinámico y en el termómetro de su dignidad –tardía- o de su vergüenza.
No dudo de que el señor Navarrete sea un paranoico, además de alguien teledirigido. Lo que me llama la atención es que haya tanto tonto a las 3 que no se dé cuenta de que atacándome me están convirtiendo en un sujeto absurdamente importante, cuando siempre he sido y seré alguien de audiencia limitada y de credenciales sólo entre quienes se hacen preguntas y eso, en los tiempos que corren, es demasiado trabajoso. Siempre será más cómodo marcar el paso que dicten los fabricantes de opinión.
Excepto que esté pasando otra cosa muy distinta, que sea la de que el rescate del país le esté poniendo las pilas a la gente y, tal vez, sólo tal vez, se empiece a sentir una ira de clase y no una indignación pequeñoburguesa, interclasista y ciudadanista.
Pero en ese caso, no habrá Marats que valgan ni necesidades de blogs, ni de trendigs toppics que tanto les gustan, ni de almohadillas en sus convocatorias, ni de leches. Será la clase trabajadora la que les mande a hacer gárgaras y lo hará no en plan 2.0 sino en directo.
Tranquilos, aun falta algún tiempo para eso...pero...no se descuiden. Igual salen con el rabo entre las piernas y más corridos que una mona, como en la plaza de Sintagma de Atenas.
NOTAS:
(1) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=151311
(2)http://rebelion.org/noticia.php?id=150991
(3)http://rebelion.org/noticia.php?id=147661
(4)http://old.kaosenlared.net/noticia/miseria-ninismo-pensamiento-desiderativo
(5) http://rebelion.org/noticia.php?id=145450
CAPTURAS DE PANTALLA DE LAS PETICIONES DE DERECHO A RÉPLICA A LAS WEBS QUE PUBLICARON EL ARTÍCULO DE NAVARRETE, ESCAMOTEANDO LOS MÍOS A LOS QUE AQUÉL “PRETENDÍA” RESPONDER. SE IRÁN ACTUALIZANDO SEGÚN SE VAYAN ENVIANDO LOS CORREOS.



La Haine lo acaba de publicar (http://www.lahaine.org/index.php?p=62293), lo que deja a REBELIÓN en una posición claramente vergonzante.
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