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5 de mayo de 2021

EL PORQUÉ DEL HOSTIÓN DE LA IZQUIERDA EN LAS AUTONÓMICAS DE MADRID

Por Marat

Por adelantado pido disculpas por la extensión del texto que los más piadosos o interesados con/en él podrán soportar pero difícilmente el resto.

Voy a empezar, como el pelar las capas de la cebolla, de afuera adentro.

1.-FACTORES TÁCTICOS Y ESTRATÉGICOS DE LA CAMPAÑA

Al mercenario spin doctor Iván Redondo - que primero fue asesor asesor de campaña del racista y xenófobo dirigente del PP, Xavier García Albiol a las elecciones de Badalona, tras las que logró la alcaldía, que entre 2012 y 2015 ejerció de director del Gabinete de la Presidencia de la Junta de Extrema, asesorando a José Antonio Monago y que en Euskadi asesoró a Antonio Basagoiti, dirigente del PP- le ha roto el brazo el consejero aúlico Miguel Ángel Rodríguez (MAR), el dipsómano que probablemente asesoró, como hizo en los viejos tiempos, a su amigo, el saco de resentimiento del expresidente Aznar, cuando éste dijo aquello de y quien te ha dicho que conduzcas por mí, en respuesta a la campaña de la DGT No podemos conducir por ti, en la que se señalaba el riesgo de conducir con dosis de alcohol al volante, el mismo MAR que acusó de nazi, razón por la que fue condenado, al difunto doctor Montes, por sus sedaciones paliativas contra el dolor de los enfermos terminales.

No dejo de preguntarme por qué un político inteligente como Pedro Sánchez nombró a Iván Redondo jefe del Gabinete de la Presidencia de su Gobierno, el mismo cargo que recibió de manos de José Antonio Monago, del PP, cuando éste ostentó el cargo de Presidente de la Junta de Extremadura.

La respuesta me parece evidente: Sánchez es un político sin escrúpulos, aventurero y ambicioso. Personalmente considero a este tipo de líderes muy necesarios en tiempos convulsos. Cuando todo es caos y la ira domina a los seres humanos, lo peor que nos podemos encontrar es al político bienintencionado que no quiere pisar callos y que pretende ser la reina de la belleza moral frente a una realidad que necesita giros, aunque estos sean más estéticos que reales. Joden todo a su alrededor precisamente por su incompetencia, ejemplo evidente Gabilondo, que ni tiene categoría de político, aunque haya hecho el papelón más patético, solo superado por el candidato de Ciudadanos, ni ha salido de su debate con Anxágoras de Clazémonas, mientras los problemas se acumulaban a su alrededor durante estos los dos años en los que ha estado cobrando por representar a sus votantes.

Pero, a pesar de todo, no dejo de sospechar que tanto el fuego amigo (Redondo) como el enemigo (MAR) parecían alineados en sus objetivos, sobre todo si se ha tenledirigido a un pusilánime como Gabilondo desde Moncloa, ni siquiera Ferraz, sin atender a las percepciones de la realidad más cercanas a Madrid de la FSM.

Hay dos lemas de campaña que me interesan especialmente para explicar la derrota de la izquierda desde sí misma, sin recurrir a la inteligencia de la derecha extrema de Ayuso:

a) Que hable la mayoría. Lema de Unidas Podemos. Apelar a la mayoría, al cuando votamos ganamos significa desde la izquierda vincular la realidad de clase a la representación política de quienes se suponen que representan a la clase trabajadora y los sectores populares. Para ser politólogo Pablo Iglesias y, según dicen, de formación marxista, ignora lo principal: la diferencia entre clase en sí y clase para sí y, lo principal, que la clase puede llegar a identificarse, no necesaria ni miméticamente, con quienes viven su realidad.

Y aún así ello no lo explicaría todo. La mayoría (clase trabajadora y sectores populares) ha hablado desde parámetros en los que el vínculo ya roto izquierda/clase- no existe porque vivimos en un contexto en el que la izquierda gestiona lo que le permite el capital y la clase se ha sentido engañada, en la gestión de la pandemia, en las ayudas sociales, en el papel de Unidas Podemos en el gobierno, principalmente.

Y la mayoría habló pero no se sintió representada por Podemos.

b) Hazlo por Madrid. Lema del PSOE. Aquí uno se pregunta si el creativo de la campaña es el mismo que hizo el de Ciudadanos, Madrileños por Edmundo, alguien directamente imbécil o se lo han encargado a Iván Redondo en plan sabotaje descarado.

¿En serio, hazlo por Madrid? ¿Justamente por el concepto del que se había apropiado Ayuso durante el largo año de la pandemia? ¿Qué había de las ya más que envejecidas consignas del gobierno de no dejar a nadie atrás y de ligar su campaña a esta idea fuerza?

Quizá estemos ante la evidencia de un PSOE- Gobierno que, tras un año de demostrar iniciativa, inteligencia y capacidad de vender la moto a una clase trabajadora que no había de pedirle demasiadas explicaciones a las políticas sociales de futuro, está perdiendo toda su irradiación.

El tercer lema, el de Más Madrid, por lo que de verdad importa es realmente bueno. Sitúa a la campaña y los consumidores de los supermercados electorales ante la realidad social y económica. En el contexto de la realidad de la pandemia y de sus consecuencias alude a cuestiones como la defensa de la sanidad pública y del trabajo y su protección.

De un modo extenso, también puede ampliarse a la idea de la defensa de la educación pública y de las pensiones.

Por cierto, Más Madrid va a convertirse en Más País de modo potente. Ya está en marcha ese proceso. Veremos cómo en los medios progres y en los no tan progres se producirá el efecto Podemos, ahora con ellos. Venderán con Más País el mismo bulo que presentaron hace años con Posemos. De nuevo el PSOE necesita dónde guardar los votos y ustedes los votantes son sus cómplices.

Pero, salvando los slogans, hay que referirse a algo que va más allá de las tácticas y de las estrategias de campaña.

Electoralmente el PSOE ha perdido un tercio de los parlamentarios que tenía en la anterior asamblea de Madrid.

Ninguna de las opciones electorales de la izquierda ha recogido suficientemente el voto perdido del PSOE. Más Madrid ha sumado algún diputado más, como Podemos. La realidad es que el PP está más cerca del PSOE y la base sociológica de la izquierda de la derecha de lo que podrían asumir. Ustedes con sus mentiras y con las preguntas que necesitan.

Esto no se ha debido solo a un candidato torpe y de derechas (desaparecido durante dos años, hipermoderado en sus escasas propuestas en este tiempo).

Tiene que ver con la incapacidad del PSOE y de Unidas Podemos de comprender la psicología humana, la sensación de cansancio de más de un año de pandemia, la frustración social que esto crea, la rabia social que genera, la forma en la que la derecha ha sabido usar unos huecos que no utilizó la izquierda, de dar vida a la existencia durante este periodo, las contradicciones en la información sobre la epidemia, que se han percibido y muy bien manipulado como mentiras, el miedo a una pobreza que Ayuso ha conjurado como libertad, de comercio, de convertir la angustia en desahogo, de levantar el yo por encima del nosotros y de vender que la economía se mueve con esta lideresa. Ya veremos cómo se queda otro porcentaje más de trabajadores legales, ilegales y pensionistas fuera. Pero eso es algo de lo que no nos vamos a acordar dentro de unas semanas, ¿verdad?

2.-FACTORES REALES, ¿POR QUÉ SE NOTA QUE LA IZQUIERDA SOLO VENDE BARATIJAS?

Empecemos por no caer en la trampa de hablar de las izquierdas. Todas, en conjunto, son lo mismo: una cosa blandengue que no sirve ni como matización del neoliberalismo (de capitalismo no hablamos porque tampoco es cosa de asustar a la base electoral a la que atienden, las mal llamadas clases medias, que naufragan sin perder la esperanza de volver a los años dorados del Estado del Bienestar) ni como discurso de ruptura política y de apelación a un antifascismo que se olvida de que éste crece cuando la clase trabajadora y los sectores populares, también los sectores tradicionales de las llamadas clases medias, sobre todo las formadas por pequeño comercio en general, tabernarios (Ayuso dixit), charcuteros y miniindustrias se empobrecen. Casi nadie ha explicado a estos últimos que no importa quien gobierne para que sus profesiones y clase vayan desapareciendo sino que su paulatina y acelerada mortandad tiene que ver con la concentración del capital, desde las grandes superficies hasta las plataformas de servicios de todo tipo (autónomos de servicios al hogar, grandes empresas de pseudotaxis, cadenas de restauración,…)

Los grandes cambios sociales que está experimentando el mundo aún los sigue y los seguirá haciendo por mucho tiempo el gran capital, desde la transformación del mundo del trabajo y la empresa, hasta las formas en las que se organiza y recibe la comunicación, incluyendo el modo en el que la información es casi ya solo opinión, pasando por el diseño del futuro y las esperanzas/ terrores de la humanidad.

Exceptuando las dos Guerras Mundiales, cuyo efecto en la falsa memoria colectiva, que más allá de unos pocos años no ha existido más de que de modo inducido, y la injustamente llamada gripe española, desde hace siglos los seres humanos a nivel mundial no habían conocido pánico y consecuencias semejantes como las de la pandemia de la COVID19, que en lo social, incluso más que en lo económico, se verá en toda su dimensión en los próximos años.

Cualquier gobierno nacional que se enfrentase a tal desastre sería incapaz de salir victorioso del mismo. Lo estamos viendo. Unos y otros a nivel mundial irán cayendo como fichas de dominó puestas en fila, salvándose solo los más autoritarios o los menos afectados por tal crisis.

El capitalismo ha sido incapaz de actuar con rapidez y eficacia a la provisión de recursos sanitarios desde mascarillas hasta respiradores, pasando por disponibilidad de otros equipos sanitarios, UCIs y hospitales suficientes a los momentos más virulentos de la pandemia, sin hablar de su incapacidad de producir en el momento presente la cantidad de vacunas necesarias a nivel mundial sin necesidad de jugar con esa misma capacidad de producción para incrementar sus beneficios, especulando con las creadas, pero sale indemne porque los responsables ante la opinión pública, previamente publicada, de la gestión de desastre eran los gobiernos centrales y rara vez otras instancias inferiores de los aparatos de los Estados. Aquí y en cualquier otro lugar del mundo.

La ausencia de experiencias previas que sirviesen como modelos fiables y permanentes en un marco de evolución epidemiológica cambiante ha mermado de forma drástica la credibilidad de los gobiernos.

La pandemia ha tenido una consecuencia económica, que nace del estado previo de los efectos de los recortes sociales y de los servicios a nivel mundial y de la imposibilidad desde la aceptación de la izquierda, toda ella en su conjunto, de su marco de acción dentro del sistema capitalista (lo que le han dicho que puede hacer y no hacer, que acepta más allá de sus discursos para sus menguantes e incondicionales fans).

La realidad es que no había dinero público para afrontar las necesidades más urgentes del conjunto de las clases subalternas golpeadas por esta renacida, y diferente, crisis del capitalismo porque no era posible desde unas políticas de izquierda. La izquierda, desde 1789, no toma el poder del Estado sino que gestiona sus gobiernos (quien diga que es comunista y de izquierda seguro que es sincero en lo último pero que miente en lo primero), que son los que le permite el capital. Por eso todo discurso que afirme que afrontar las crisis financieras de los Estados, y de acabar con la pobreza de sus naciones, saldrá de la capacidad de provisión de recursos por parte de las grandes corporaciones y las grandes fortunas es falso. En los casos en los que parece ser cierto, los mecanismos para burlarlo son múltiples, desde los paraísos fiscales, hasta las exenciones fiscales mediante mecanismos como las donaciones públicas, las fundaciones o el mecenazgo, por citar ejemplos sencillos, sin tener que recurrir a las miles de modalidades que los grandes equipos de asesores fiscales encuentran entre los resquicios de unas leyes capciosas creadas para ser burladas.

Cuando las clases subalternas han visto que medidas como el Ingreso Mínimo Vital han sido bromas macabras, que han faltado toda serie de medidas extraordinarias hacia las familias desde el gobierno del Estado, que el dinero iba sobre todo a salvar a las empresas, y no a los más desesperados por esta nueva crisis, se han sentido desprotegidos.

Quienes difunden, tanto como quienes están dispuestos a comprar el modelo USA del neokeynesianismo del New Green Deal de Biden, ignoran, o pretenden que ignoremos, que aquél no es exportable porque solo es posible dentro de la que aún es la primera economía del mundo que, además, exporta su deuda mediante una moneda, el dólar, que es la gran convertible monetariamente a nivel mundial. Y ya veremos durante cuando tiempo funciona su nuevo milagro económico y los éxitos que cosechará. Solo China, por su extraordinario potencial económico puede intentar un crecimiento parecido, sobre todo habiéndose quitado ya de encima una pandemia y sus efectos económicos que en el resto del mundo aún han de continuar durante más tiempo del que pensamos.

A partir de ahí la ultraderecha ha defendido como libertad mantener los pequeños negocios abiertos, conectando esa idea de libertad a la del derecho ir al bar, logrando sujetar a su voto natural, el del pequeño autónomo que cree ser empresario, y a la de la recuperación económica, dentro de la que la promesa de bajar impuestos, sin que se piense mucho, en momentos de desesperación, a costa de qué nuevos recortes. No es lo principal la ausencia de oposición del PSOE con Gabilondo durante estos años de gobierno Ayuso, ni sus bandazos groseros sobre sus políticas de alianzas para desbancar a la derecha extrema del gobierno del la Comunidad de Madrid, o que las llamadas antifascistas de Iglesias sean estériles cuando no hay antifascismo como robarle al fascismo la base de la desesperación social de la que se nutre mediante políticas sociales de protección a las clases trabajadoras y populares. Eso sin restarle al Iglesias que ha tragado con unas políticas que acabarán con las pensiones públicas a medio plazo su cuota de razón cuando avisa de que viene el fascismo.

Tampoco es una explicación de la ruina de la izquierda en la Comunidad de Madrid, pronto en todo el Estado y en sus mejores cines, las ridiculeces ofensivas de ministras hablando en un neolenguaje de género neutro o defendiendo unas identidades sexuales a partir de lo que le salga a cade une de su particular porque yo lo valgo. Incluso esas payasadas serían asumibles por la parte más reaccionaria de los sectores populares a los que apela la izquierda si no vendiese la moto de una igualdad social para la que sabe que le falta el carburante porque siempre ha asumido quién es el que, de verdad, conduce el vehículo económico y político y apostase por una pelea sin amagos ni buenrollismo frente a unas derecha extrema y extrema derecha que no tienen complejo por ir a cara de perro. Cuando uno no cree en sí mismo no merece el respeto ajeno.

Para terminar, un pronóstico: Errejón, Mónica García, Más Madrid/ Más País serán los nuevos juguetes mediáticos a impulsar por el sistema, como antes lo fueron Iglesias/ Podemos y Rivera/ Ciudadanos.

28 de abril de 2021

EL ESTADO SIGUE SIENDO LA CUESTIÓN CENTRAL


Por Marat

Creyó que si trabajaba duro estaría protegido en su vida ,cuando se quedase en paro, al enfermar, en la vejez, cuandosus hijos necesitasen aprender. Pero habían cambiado las reglas del juego y nadie se lo había advertido”

(El texto es mío pero alguien lo convertirá en un meme y se lo atribuirá a un personaje histórico o un periodista se lo apropiará como suyo. Son cosas de Internet)

Hablar de lo que pasa hoy en términos de cómo le va a la clase trabajadora y a los sectores populares – esas clases medias que, a lo largo de la historia, siempre han querido verse reflejadas en la clase dominante y nunca en las subalternas y que ahora están siendo laminadas por la concentración del capital que acaba con el trabajo profesional autónomo- puede parecer algo propio de arqueólogos o de nostálgicos de la historia. Pero la historia es terca y devuelve a la realidad lo que antes nació de sus cimientos.

Cuando en 1973 empezó a quebrarse el crecimiento capitalista basado en inversiones del Estado en coberturas sociales y en consumo de masas como medio de expansión de los mercados, los Estados empezaron a involucionar sus políticas sociales y a crecer, en paralelo las tendencias autoritarias y la vigilancia tanto por parte de las empresas como de aquellos.

Los años posteriores han ido haciendo que los recortes, primero tentativos y muy finos, al Estado del Bienestar capitalista fueran casi imperceptibles. De hecho, creo que las protestas sindicales de los 70 y 80 en Europa fueron más producto de la capacidad de movilización sindical del momento que de la conciencia de la clase trabajadora en aquella época.

Más tarde las lonchas del salchichón social han ido siendo cada vez mayores y afectando a lo nuclear sobre lo que la socialdemocracia asentó su pacto social con el capital y su Estado: la sanidad pública, las coberturas de desempleo y las pensiones. Todo hacia la privatización, nada hacia su mantenimiento. Tampoco con los gobiernos social-liberales de los Partidos Socialistas ni con los de coalición europea de socialistas y excomunistas”, aunque llamar tal cosa a estos últimos sea como admitir que algún día lo fueron...y eso sería exagerar mucho, no para el neofascismo, que combina violencia política en sus proclamas y ultraliberalismo en sus propuestas económicas, y para el que un liberal compasivo como el Presidente de Canadá, como Justin Trudeau es un comunista.

Pero todas esas políticas antisociales han sido aplicadas por el Estado y éste es un Estado de clase, de la clase capitalista.

Confundir Gobierno y Estado puede ser fruto de la ignorancia o de la intencionada voluntad de la izquierda, la progresía.

No hace falta recurrir a Marx ni a Lenin para entender la esencia del Estado bajo el capitalismo. Debieran bastar casi 50 años de retrocesos de los derechos de la clase trabajadora, de recortes sociales y de privatizaciones para entender que el Estado responde a los intereses del capital y que las Constituciones que dicen proteger los derechos sociales y económicos de los más débiles no encuentran obstáculos del poder judicial para ser violadas por las nuevas leyes.

Retrocedemos como clase, no de un modo disciplinado sino en desbandada, vemos cómo los neutrales economistas nos venden el regreso hacia formas laborales neoesclavistas, aprendemos a pensar al modo en el que nos enseñan los medios de comunicación, sean los tradicionales o las redes sociales, aceptamos como válido el modelo ideológico de nuestros sobreexplotadores, porque explotados somos desde el momento en que aceptamos vender nuestra capacidad de trabajar a quien obtiene un beneficio por ello. Toda esa normalidad es parte del Estado capitalista porque él organiza la enseñanza, paga a las religiones, sostiene con subvenciones a todos los medios de comunicación, independientemente de su ideología, da legitimidad a los jueces que justifican el derecho de pernada de los peores salteadores de la política y del mundo empresarial, protege o hace la vista gorda ante sectores golpistas militares y ante policías criminales y fascistas porque algún día los necesitará ¿Ven ustedes muchas diferencias entre derecha e izquierda en estás cuestiones? Yo no y sé porqué no y porqué creo que confundir izquierda y comunismo es insultarnos a los comunistas.

Ayer, en un contexto que no viene al caso, me tocó hacer de ambulancia para una señora mayor de Getafe a la que las ambulancias privadas contratadas por la Comunidad de Madrid le habían dejado claro que no llegarían a atenderla hasta pasados 20 ó 25 minutos. No tenía buen aspecto la señora como para esperar tanto tiempo. Afortunadamente el Hospital Universitario estaba cerca, no tanto Urgencias, que estaba lo más alejado posible de la entrada. Me pregunto porqué se diseñan así muchos hospitales. 

En cualquier caso, la inexistencia de un servicio de medicina de urgencia, en lo referente a ambulancias rápidas cuando se necesitan, es lo que pasa cuando recortas y privatizas los servicios públicos y la lógica del mercado se impone por encima del derecho a la salud y la vida.

También es cierto que la señora afectada era mayor y, ya que la pandemia en Madrid ha sido una oportunidad para matar viejos en residencias, señora Ayuso, tampoco es cuestión de dejar pasar las posibilidades que se nos presentan en la vida para corregir el coste de las pensiones, ¿verdad? Matar viejos se va a convertir en un deporte federado en no demasiado tiempo. Lástima que los edadistas, los que odian a los mayores, no se suiciden, en coherencia con su fobia, antes de llegar a esa jodida etapa de la vida. 

Por todo lo anterior creo que para combatir al capitalismo no valen las tiritas que la progresía de izquierda le pone a las situaciones terribles de la clase trabajadora y los sectores populares. Hasta el grado del parche, siempre inútil, absolutamente insuficiente e insultante para quien sufre las peores condiciones de vida, es una burla patética porque está sujeto a la política partidaria de quien gobierne.

Ahora que la pandemia ya va acercándose a lo que los países venden como nueva normalidad, el capital, sus gobiernos de turno, pero siempre sus Estados permanentes, están preparando las peores recetas por parte del capital que puedan caber en la mente de los trabajadores y de los sectores populares.

Si ustedes siguen creyendo que cambiando el gobierno se cambian las políticas sociales realmente y no se limita la cuestión a una mera exhibición de algunos éxitos que no son ni para el conjunto de la clase ni le cambian el futuro real; si ustedes siguen creyendo que un gobierno cambia a un Estado, a ustedes no tengo nada que decirles. Sigan con su mentira.

El coletas tenía razón en una cosa, lo de que el cielo no se toma por consenso sino por asalto. Ahora solo falta decirle que su mentira es obscena porque la frase de Marx de tomar el cielo por asalto, referido a la Comuna de París, aludía a la necesidad de destruir el Estado burgués para construir, en su lugar, otro proletario y lo de Iglesias se limitaba a ocupar electoralmente esferas del gobierno y de otras áreas de influencia. Ahora su asalto se limita a sobrevivir. Es lo que pasa cuando disfrazas de transformación social la mera ocupación temporal, durante cuatro años, del gobierno y no del Estado.

Y es que de eso se trata, amiguitos progres de izquierda. De tomar, violentamente, porque no existe otro modo, el Estado burgués, y luego ya hablamos de tofu con sabor a pollo, de tíos embarazadEs, o de combatir al fascismo (ya veremos luego que solo es en campaña), nenes.

Ah, y vais a perder frente a Ayuso y VOX, no solo por impresentables de derechas como Gabilondo sino porque los barrios son para vosotros los lugares que visitar en campaña para hacer algo guayy ellos han sido capaces de transformar el cansancio y la frustración en fiesta y en su concepto de “libertadsin que vosotros, los progres, hayáis sido capaces de ofrecer una esperanza que valga en el aquí y ahora.

Tomar por la fuerza el Estado haría que la situación de los trabajadores fuese respetable, sencillamente porque, en el peor de los casos, el capital empezaría a estar interesado en pactar. En el mejor se abriría la posibilidad de aplastarlo. A partir de ahí vendrían las victorias que arrancásemos, si quisieramos hacerlo y nos importasen.

Pero es posible que estuviéramos hablando de elecciones y no de la realidad del Estado capitalista y de cómo acabar con él, ¿verdad? 



9 de abril de 2021

LA DISTOPÍA NO ESTÁ EN NETFLIX SINO AQUÍ Y AHORA

Por Marat

62.400 repeticiones hacen una verdad.”

(Un Mundo Feliz”. Aldoux Husley)

Nada hay que temer de los proletarios. Dejados aparte, continuarán, de generación en generación y de siglo en siglo, trabajando, procreando y muriendo, no sólo sin sentir impulsos de rebelarse, sino sin la facultad de comprender que el mundo podría ser diferente de lo que es.”

(“1984”. George Orwell)

La vida social ya se ha transformado en una vida electrónica o cibervida.”

(“Vida de consumo”. Zigmunt Bauman)

El truco del contrato de trabajo estaba claro. No sales nunca de deudas. Los créditos fáciles forman parte del sistema y había estímulos suficientes para forzarte a emplearlos”.

(“Los mercaderes del espacio”. Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth)

Para Glovo, por ejemplo, en las últimas dos semanas he hecho solo un pedido. El problema es que el 90% de los pedidos en su caso son de McDonalds y desde que hicieron el ERTE y cerraron no hay pedidos apenas; que los sitios de comida rápida cierren condiciona absolutamente el trabajo.”

(Repartidor, rider para gilipollas que desprecian a la nueva clase trabajadora, como antes a la vieja, según entrevista en xataka)

(No han transcurrido ni 40 años en que hayamos pasado primero de la discoteca y el coche para echar un polvo a la masturbación de hombres y mujeres, sea por Internet o mediante la ortopedia electrónica. En 5 años con robots nos saldrá barato y sin tener que insinuar interés a medio plazo. Lo de seducirnos quedó atrás

(Conversación en la barra de un bar con un borracho inteligente)

Sí, se que me he pasado con tanta cita, de las que uso últimamente pero venían a cuento.

De lo que yo quería hablarles a ustedes es de que algo está fallando en este tiempo en el que menos es más y lo inmediato es mejor, para algunos, que pararse unos instantes y pensar algo más que lo que hacemos por instinto.

Suelo plantear estos textos, cuando no nacen de la rabia inmediata, esa que te ciega a cualquier escucha – de ella me sobra- como la posibilidad de un diálogo que no tiene porqué expresarse por escrito pero sí en el silencio de quienes piensan y reflexionan.

Esta vez todo es mucho más complicado para mí. No voy a hablarles de “la verdad”. La dejo para los fanáticos de cualquier religión deista o laica.

Me limitaré a hablarles, si me hacen compañía, de cómo veo el presente y de hasta qué punto creo que a los horrores del mundo no hay que esperarlos porque ya están aquí.

Vivimos un tiempo en el que las mentiras habituales de los medios de comunicación del capital que de verdad tienen peso han encontrado a su competencia, las fake news.

Si en 2003 los medios globales de comunicación reprodujeron las mentiras de G. Bush jr., de Aznar y de Blair para justificar una invasión de Irak, que 18 años después no ha traído la paz a ese país, basándose en la mentira de las armas de destrucción masivas, hoy frente a lo que ha sido la presidencia de un salvaje ultraderechista como Trump, el nuevo presidente Biden mantiene campos de concentración de niños venidos de América Central.

Sí, los criminales antivacunas, los racistas que lanzan la asquerosa mierda en sus podridos cerebros contra todo niño que viene de la miseria a cualquier costa, los provocadores que van a los barrios obreros a ofender la memoria de la clase trabajadora para provocar a la izquierda, esa que debió hacerles frente hace muchos años pero que se conforma con lanzarle un bote de cerveza a un gandul con vocación de asesino.

Por lo que parece, salvo unos 600 trabajadores con conciencia de lo que son en uno de los dos distritos que componen Vallecas -allá donde es imposible esperar ser lo que no se es -, en Madrid no hemos aprendido a ser antifascistas. No tengo nada contra los antifas de otros barrios, todo lo contrario, pero sí espero respuestas que sean colectivas, de clase y barrio, y no de tribu. Hay que darle una pensada a eso.

Si algo está caracterizando este momento que vivImos los trabajadores es la falta de respuesta colectiva ante lo que nos ocurre.

Que el goberno de Sánchez sea más decente que el de los últimos meses de Zapatero y los años de Rajoy no le hace mejor. Sólo significa que nos pone delante de los ojos mentiras como la del Ingreso Mínimo Vital o los ERES -los segundos hay que declararlos a Hacienda porque tocar a las grandes fortunas y a las grandes empresas es negativo para la economía nacionaly de los primeros sabemos que ni un 20% lo han recibido. ¡ Qué gran papel el del Ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones! Niega los tres cargos en su persona. Para algo le habían traído desde la AIREF. Su función entonces, y ahora, era la de acabar con quienes no hubieran cotizado suficientes años a la SS y pasarlos a la categoría de pobres de misericordia, perdón, no contribuyentes Pagar el IVA en cada producto no cuenta, aunque vaya a la Hacienda capitalista. Quienes ya solo podemos pagar el IVA y las declaraciones anuales no salen a devolver, de momento, pronto no podremos ni pasar por el IVA.

De esto saben mucho aquellos a los que les empezó a ir mal después de los años 70 y también de los 90 del siglo pasado – esto de cambiar de siglo es cojonudo para la amnesia- Lo del feliz cambio de milenio puede que no lo sea tanto.

Lo de la otra parte, de la que considerabáis que iba a hablar fuera de lo que siempre hablo, debo deciros que es un tema del que nunca hablo -una treta- , salvo con quienes son mis afectos. Pero esa es otra historia.

Pero lo haré. No por no defraudarles sino por no faltar a mi palabra.

Creo que les he puesto alguna cita sobre la comunicación y, sospecho, que no es disonante con la que les puse sobre el ciberse

Desde que somos homínidos hay una querencia humana hacia el otro. Sin la comunidad y la sociedad no somos, no existimos como seres reales. Sólo la locura puede hacerse dueña de los espacios vacíos sin los demás.

Esa es una realidad comunista ante la que cualquier liberal pediría más datos porque esos no se ajustan a sus embustes ideológicos.

Segun el INE, en España viven solas 4,8 millones de personas - qué gran oportunidad de mercado para los hijos de puta de Securitas Direct. De hecho esta semana han acertado 2 veces en mi casa. Ya saben hasta cuando estoy en ella

La soledad ante un mundo tan oscuro solo puede conducirles a la depresión, el abandono y la autodestrucción.

Busque en sus vecinos, en sus amigos, incluso los perdidos, en quienes están peor que ustedes. Trate de organizar desde lo barrios tejidos de solidaridad básica y luego, si lo hace, se olvidará de sus problema psicológicos.

Así se empieza a construir un mundo alternativo.

Las viejas sociedades de ayuda mutua tienen mucho que enseñarnos en un tiempo en el que el individualismo nos ha dividido en individuos que se buscan a vida, casi siempre contra otros tan débiles como nosotros. 

En cuanto a la soledad sexual poco que decirles. No soy sexólogo pero sí que les recomiendo que dejen las redes y experimenten la posibilidad del encuentro. He dedicado muchas paginas a hablar de cómo escapar a nuestros fantasmas personales. Sin los demás no hay mundo posible.

7 de enero de 2020

2020 SE INICIA CON NUEVO GOBIERNO. LA REALIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA SEGUIRÁ AUSENTE DEL DISCURSO POLÍTICO


Por Marat

Ya tenemos gobierno. Por una diferencia de 2 votos en el Congreso y a pesar de los sueños húmedos de la “leal oposición” y de la “democrática” prensa “constitucionalista” ("tamayazo" como deseo promovido), a la que sólo le ha faltado acusar de pederasta y violador de ancianas al ahora confirmado presidente. Todo se andará. El PP ya sigue la estela de Aznar cuando estaba en la oposición. Centro-derecha creo que lo llaman.

No es mi gobierno ni mi Presidente. No lo eran antes de formarse, no lo van a ser durante todo su futuro período vigente, del mismo modo que no lo ha sido ninguno de los existentes desde 1977. Todos ellos obedecen al capital y éste ya ha pactado con una parte del mismo (Iberdrola, Bankia, BBVA, La Caixa “et alter”). Sí, de una parte del Ibex 35, la única bestia negra del visir Iglesias, para el que la perversidad del capitalismo se agota en un sector de las más cotizadas de la bolsa y no en unas relaciones sociales de producción que van condenando, cada día un poco más, a crecientes sectores de la clase trabajadora al neoesclavismo.

De momento, entre la progresía de la falsa clase media y de los medios de empalagamiento de dicho ala al servicio de los intereses de la burguesía, ni más ni menos que la cada vez más fascistizada derecha y su Brunete mediática, algo ha ganado Sánchez y su socio principal: el apoyo redoblado de quienes ven en el comportamiento de un Casado que, no es que se haya echado al monte, sino que ya está ordeñando cabras en el Mont Blanc y de un Abascal que, tras pedir cárcel “per tutti”  ante tanto “traidor a España”, sólo le ha faltado gritar “a mí la Legión, fusilen a esos rojos”, la constatación de un falso o ellos o nosotros, cuando no hay ningún grupo en el Parlamento que defienda la destrucción del capitalismo y la lucha por una sociedad socialista. Es fácil caer en la tentación de reforzar lo rechazable, al menos desde una perspectiva de clase, sólo porque los fascistas han entrado en catatonía pistolera ¿Y Arrimadas? Arrimadas sigue siendo muy guapa. Cualquier sentimiento de ofensa por esta acotación por parte del feminismo, como decía un conocido hace muchos años, “me es hidráulico”. Vamos, que me importa entre 0 y nada. Arrimadas es como Rivera pero en robotina y con el disco de Albert rayado desde el hostión electoral de C´s. Tiene menos reflejos para cambiar el paso que un manatí con reuma.

Conocimos ya hace días el acuerdo (“Coalición Progresista” lo llaman sus actores) de PSOE y Podemos. Más allá de las promesas de derogación de los aspectos más lesivos de la Reforma Laboral -la de Rajoy, la que no se aplicó, no la de Zapatero, que es la que el PP puso en práctica. Como en tantas cosas el progrerío engaña a su devoto personal con absoluta desvergüenza y éste lo acepta con entusiasmado autoengaño-, reforma de la Ley Mordaza, subida del salario mínimo y de impuestos a los más ricos y a grandes empresas que pronto olvidarán sus votantes, como es habitual, ante la evidencia de que eran agua de borrajas, quedan cuestiones como la no resolución de la estabilidad del sistema público de pensiones o una solución integral para todos aquellos sectores sociales de las clases subalternas (millones de personas) que se han quedado descolgados de la falsa recuperación económica que ahora se acaba. Para unos y otros parches por cuotas, que es la forma de hacer minería de votos.

Más allá de todo ello, el preámbulo de “Coalición Progresista” PSOE-Podemos en sus aspectos sociales esconde algo que muy poca gente conoce. Es papel mojado.

La introducción a dicho acuerdo es clara. “Los Presupuestos Generales del Estado que se desarrollarán a lo largo de la misma se elaborarán tomando como base este documento y los consensos adquiridos en los últimos tiempos, adaptándolos al nuevo contexto macroeconómico”. ¿Y cuál es el “nuevo contexto macroeconómico”? El de una crisis capitalista que se recrudece en el que la Comisión Europea exige a España nuevos ajustes, en este caso por valor de 9.600 millones de euros.

Pero si la alusión al “nuevo contexto macroeconómico” no les parece a ustedes suficientemente aclaratorio, lean lo relativo al punto 10 del preacuerdo firmado en la primera quincena del pasado noviembre entre Sánchez e Iglesias, previo al acuerdo definitivo de diciembre:  “El Gobierno impulsará políticas sociales y nuevos derechos con arreglo a los acuerdos de responsabilidad fiscal de España con Europa”.

Y aún más, amigos, el visir Iglesias se abre las carnes y se sincera como en el confesionario de GH: “Hemos hecho un programa de Gobierno muy moderado pensando en Europa”. Recuerda a aquello de la autocensura de cuando Franco. Sacarán pecho y dirán que han logrado imponer al PSOE un programa socialdemócrata, todo lo socialdemócrata que le permita el capital europeo y el FMI. Vamos, casi como Tsipras el león de Atenas. O de Walt Disney.

¿Van entendiendo ustedes porqué digo que hay que escindir el término izquierda del concepto comunista? 

¿Recuerdan ustedes cómo empezó aquello cuando la crisis capitalista daba su primer coletazo en el país en 2008? Parecido a ahora. Empezaron por cantidades inferiores –como ahora con la exigencia de ajustes por 9.600 millones de euros- y éstas fueron “in crescendo”. Si no se entiende que bajo el capitalismo el gasto social es gasto improductivo si no genera rentabilidad  para quienes mueven a los títeres políticos de cualquier signo aparentemente distinto es que no se quiere entender que el prometido amejoramiento social es puro bulo.

Las cuentas no salen ahora porque las subidas de impuestos a las rentas más altas y corporaciones arrojarán un saldo menor muy limitado. Menos saldrán en un futuro cuando las advertencias de la Comisión Europea se conviertan en horcas caudinas para el gobierno salido del pacto-carambola y se impongan condiciones drásticas de recortes sociales y ajustes duros.

Cuando esto suceda y las asociaciones empresariales marquen el paso al futuro gobierno exigiendo menores cargas fiscales y laborales, mayor flexibilidad aún para el despido, contratos más a la carta y nuevas políticas de privatización sanitaria, instrumentos puente desde el sistema público de pensiones al privado, etc. veremos cómo el gobierno de progreso nos habla de medidas de transición ecológica, que pagarán los trabajadores, sacará adelante leyes de protección animal y antitaurinas, nuevas leyes de igualdad (entre hombres y mujeres, no entre clases, por favor), de leyes de emprendimiento,…mientras aplica los dictados que el capital le imponga.

No hay cuadratura posible del círculo de la “voluntad política” cuando la crisis capitalista conduce al poder económico a vampirizar las instituciones y la vida social y demuestra palmariamente que la “autonomía de la política” es una falacia dentro de un Estado de clase y hoy más que nunca.

No se trata de la cantinela que canallas e imbéciles gritaban hace años, “no es una crisis, es una estafa”. Es que el capitalismo no puede subsistir sin una ganancia suficiente que le garantice la acumulación necesaria para seguir reproduciéndose.

Las supuestas políticas sociales del gobierno de coalición PSOE-Podemos han necesitado de una investidura con la abstención de ERC y Bildu y el apoyo de PNV que ya ha significado que, más allá o acá de los contenidos reales de los acuerdos para la elección  por los pelos del nuevo gobierno, que dichas cuestiones sociales queden eclipsadas por un rebrote del choque de trenes entre la tribu reaccionaria nacionalista catalana, a medio plazo también posiblemente la vasca, y la española de Atapuerca.

Si les cabe a ustedes alguna duda en lo de Atapuerca, vean el tuit de hace unos días del dipsómano (borracho) nazi, y eurodiputado de VOX, Hermann Tertsch. Por cierto, en los 90 el alundido escribía en El País, un periódico durante tanto tiempo de referencia progre. Como sólo expresaba una incontenible y patológica baba anticomunista debía de resultarles un demócrata a los del ex falangista Polanco. Tan enfermiza esa emisión de hidrofobia que califica de comunistas a Iglesias y Garzón, con lo que lava la cara de dos saltimbanquis políticos y nos ofende a quienes sí somos comunistas y partidarios de la dictadura de clase del proletariado; justo la que le enviaría a él a la jaula de un zoológico junto con los orangutanes de los que no se ha separado familiarmente.  



En la dinámica vigente los progres del PSOE y de Podemos y su miniyó IU entran en un falso juego de pactos, sin contenido real (participación de la población catalana en consulta, que no referéndum y de una ERC que huye hacia adelante para imponerse a la bestia parda del hegemonismo cada vez más étnico del dúo cómico Puigdemont- Torrá), y la España imperial y eterna clama conjurada en Santa Alianza de PP-VOX más los restos del naufragio de C´s, amenazando con encabronar a la sociedad española en una falsa dialéctica amigo-enemigo, en el que la perdedora es la clase trabajadora que no genera discurso propio, ni tiene políticamente quien la escriba. Su realidad quedará enterrada bajo un manto de banderas, exaltaciones tribales y discursos a cuál más disparatado de otras identidades, las líquidas de las mil diversidades. 

En la inmensa ristra de tabernas que jalona el territorio español desde Lugo a Murcia, desde Gerona a Huelva, pasando, cómo no, por ese patio del Monipodio cuñado que es Madrid, se escucha el “quejío” de la bestia tribal, el  regurgitar del odio de todos contra todos y, lo que es peor, el creciente cabreo de los menestrales que necesitan dirigir sus frustraciones cotidianas, mediáticamente performadas por los indecentes voceros del fascio contra otros que seguramente son tan clases subalternas como ellos. Cuando no es así puede ser incluso peor: sectores marginados (menas,…) que sufren el depósito de tales cóleras.

El enfrentamiento político derecha-izquierda en el período del gobierno progre será fundamentalmente el de la cuestión nacional Cataluña-España, enfeudando a progres y a la fauna en extinción de grupúsculos pseudocomunistas, a la derecha reaccionaria y nacionalista catalana y dando a “constitucionalistas” (derecha pura y dura de PP y C´s y fascistas en proceso de VOX), combustible para su cruzada de reconquista patriotera mediante la siembra del odio.

Salvo estallidos derivados de un empeoramiento de la crisis capitalista y de las curas de caballo contra las conquistas de la clase trabajadora que aplique el inestable gobierno de coalición PSOE-Podemos, no veremos aparecer a la cuestión social en el horizonte próximo. Pero ante la falta de organización de clase y de discurso y orientación de las luchas en un sentido anticapitalista, las explosiones tendrán un efecto pasajero.

Por si fuera poco, los meses finales de 2019 nos traen un venturoso 2020 en el que las diversidades entran ya en el colapso diarréico más patético. Un apunte de por dónde podría ir la cosa nos la muestra la creciente inquina entre un sector de las feministas  y otro de los transexuales (estoy convencido de que en uno y otro lado hay personas sensatas que no pueden imponer su sentido común porque no buscan el ruido ni el enfrentamiento) y viceversa. Han abierto la caja de los truenos del todos contra todos en el ya parcelado e hipersegmentado mundo de las diversidades. Unos y otras, otras y unos han decidido utilizar el comodín del género, ese término envenenado en origen, que se retuerce en sus significados a conveniencia de los contendientes, que hoy trae sus coletazos a la bronca más incomprensible, salvo para iniciados, hasta convertir el campo de batalla en microtribus del “a por ell@s”. Acusaciones mutuas, cada cuál más absurda, pero enormemente útiles a los intereses del capital que se frota las manos en este sindiós de estupideces que contribuyen a tapar el discurso de clase. Hay guerras que sólo existen por el interés de ambas partes de mantenerlas, no de una sola. Hay guerras en las que nadie gana, salvo ciertos protagonistas en el mantenimiento del chiringuito en el que viven y en el deseo de adquirir cierta y dudosa notoriedad dentro de círculos concéntricos, cerrados e hiperminoritarios, al expresar sus egos revestidos de argumentación. Hay guerras que enfangan a los contendientes sin que ninguno de ellos salga limpio de las batallas. Hay guerras cuyo mejor destino es no darlas.

Y esperen, porque esta bronca irá a más y pillará por en medio a homosexuales y lesbianas, con los que, en principio no va la trifulca, pero que acabarán por recibir de uno y otro lado. seguramente sin comerlo ni beberlo.

Este tipo de pelea sectaria sólo contribuirá al desprestigio de un movimiento que se había basado en un eje interclasista y de identidades nacidas de lo sexual, a su mengua, al debilitar y romper sus alianzas, y a la desprotección ante el fascismo rampante de personas que han luchado por encontrar el respeto de la sociedad y una vida aceptable para sí mismas.  

Abascal en la tierra y Hayeck, con su ultraliberalismo, desde el infierno se parten el culo de risa.

En fin, que si no les gustó mucho 2019, 2020 se presenta como otro año más en el que las necesidades de la clase trabajadora quedarán pospuestas “sine die”, con la ovejuna complacencia de ella misma.