
El primer ministro italiano Mario Monti, que ayer viajó a Alemania para encontrarse con la canciller Angela Merkel en el marco de una serie de encuentros bilaterales con Alemania y Francia previstos para este mes, dice que “no existe ninguna crisis del euro” y que la moneda europea, aunque tiene sus altos y bajos, es “muy fuerte” y “estable”. Pero no todos están de acuerdo con él, especialmente quienes, aun creyendo que el euro sobrevivirá, sostienen que la Unión Europea (UE) es débil desde el punto de vista normativo y político y que los países a menudo hacen presión para seguir conservando parte de su autonomía, lo que es un problema para fortalecer la moneda única.
Demostración, en parte, de la no total confianza en la UE o tal vez en el euro; es que “los bancos centrales de cada país siguen conservando el propio oro en sus depósitos. No lo han enviado al Banco Central Europeo (BCE)”, que es la máxima autoridad en esta materia de la Unión Europea, explicó por su parte la economista Ester Faia, profesora de Economía Política de la Universidad de Frankfurt. “Un modo de hacer que los mercados retomen la confianza en el euro y en Europa sería derivar ese oro al BCE. De alguna manera el mensaje sería: nosotros creemos en el euro, por eso enviamos nuestro oro al BCE”, añadió. Otro modo, dijo, sería ofrecer la posibilidad de canjear cuotas de déficit entre los Estados o vender bonos con garantía en oro o en acciones de empresas públicas.
¿Pero qué sucedería si se acaba el euro? “Todo el dinero, los títulos, los bonos, se transformarían en papeles sin valor. No se puede predecir fácilmente cuáles serían las consecuencias, pero seguramente sería devastador”, agregó Faia, que reconoce que haber permitido la entrada a la unión monetaria a ciertos países (caso Grecia, N.de R.), fue un error. Pero que en este punto de la historia hay que encontrar una solución. Por otra parte, insiste, para evitar situaciones como ésta, los países de la UE deberían tener políticas fiscales comunes.
Según De Cecco, por todas estas razones la reglamentación de la política monetaria que debería hacer la UE es doblemente importante, ya que a nivel financiero todavía existen fronteras en Europa. Se debería crear, entre otras cosas, un sistema que controle a los bancos europeos, pero la tarea no parece fácil, especialmente cuando se habla de bancos privados que son verdaderas multinacionales de la especulación.
Según los expertos, la Unión Europea debería reglamentar incluso los eventuales default de sus miembros. “No son cosas tan extraordinarias si están reglamentadas –concluyó Faia–. Por ejemplo, recientemente entró en default el estado del Minnesota, pero la noticia ni siquiera fue publicada en Europa porque Estados Unidos tiene normas que lo regulan.”
Las autoridades italianas temen que, a causa de los ajustes impuestos a la gente y a la desocupación, haya una ola de descreimiento general hacia la UE, mientras los expertos temen más bien una ola xenófoba contra los inmigrantes.