10 de enero de 2017

REVISTA MONGOLIA: POR LA BOCA MUERE EL PEZ Y SU EDITOR POR LA DE SOROS

Por Marat

1.-Gonzalo Boye, editor de Mongolia
La inteligencia del envenenador de conciencias y opiniones pasa por saber actuar sin llamar en exceso la atención.

Cuando se fuerza la máquina con este objetivo, el riesgo es que se acabe por volver en contra de quienes pretenden una mayor eficacia en su trabajo.

Y esto vale para quienes capitanean a cierta “altura” esas operaciones, como para los medios que están tras ellas o para quienes solo son becarios malpagados y con una dignidad personal cuestionable en su labor.







En este último tuit puede observarse ya el brillante despliegue de ingenio y sutilezal community manager de la Revista Mongolia; sin duda un humorista en prácticas. 

Gonzalo Boye es el editor de la revista Mongolia y secretario del Consejo de Administración de la empresa editora de eldiario.es, Diario de Prensa Digital S.L. 





También es editor del blog Contrapoder, dentro de eldiario.es, formado por un grupo de juristas “progres”, que recientemente ha protagonizado el más insultante artículo contra el gobierno sirio, un libelo que en España sería tildada de apología del terrorismo, en este caso yihadista, si no fuera por la “particularidad” de a quiénes ataca y desde qué posiciones lo hace. ¿Qué decir de la comparación odiosa que hace la “señora” Luz Gómez, que firma dicho panfleto, entre el Madrid del “no pasaran” de la guerra civil española con los terroristas “moderados” de Alepo? Espero que un día encuentre a uno de los pocos héroes que aún quedan vivos de la resistencia madrileña contra el fascismo y le diga a la cara lo que piensa de ella.

El señor Boye ha colaborado con medios sistémicos como El País o Público y ha escrito para medios de la progresía OTANista como The Guardian. Ha sido tertuliano de un programa como “La Sexta Columna”, en la que la disidencia controlada llora los males del capitalismo para que luego economistas anarcocapitalistas como Rallo, O´Kean o Lacalle ofrezcan sus soluciones de más privatizaciones o bien el facha más simpático, Revilla, nos dé sus soluciones de “cuñao” a la crisis en su pizarra mágica.

Gonzalo Boye Tusset es un abogado que estuvo varios años en la cárcel por colaboración de banda armada (ETA) en el secuestro del industrial Emiliano Revilla, el de los chorizos. Como abogado ha participado en mútltiples juicios de gran notoriedad, entre ellos el caso Bárcenas y la defensa de Tania Sánchez, la podemita ex IU que se vio encausada en un asunto de posibles corruptelas de su hermano en el ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid.

Aunque su hoja de “servicios” es muy notable no deja de sorprender que se le haya dedicado un documental, cuando tantas biografías merecían mucho más un film y tantos directores de cine las están pasando canutas, dirigida por Sebastián Arabia, en 2015, estrenada en 2016, en plena crisis del cine, y cuando las subvenciones del Ministerio de Cultura para este arte tanto escasean; una película que, según el diario Público, el día de su estreno tuvo 37 espectadores y 235 euros de recaudación ¡Vamos, que no fueron ni los de la revista Mongolia! Duro golpe para un ego construido a base de tanto esfuerzo.

Llamativamente en Octubre 2014 Mongolia publicó un “diccionario de publico.es para Podemos”. Cualquiera que intentase, o intente hoy, entender aquella andanada en clave política se equivocará en gran medida. En 2012 Gonzalo Boye ya era miembro del Consejo Editorial de eldiario.es. Por encima de las idas y venidas de eldiario.es sobre Podemos, lo que subyace es un duro combate del sector empresarial de la prensa por un mercado, muy a la baja en papel y sobresaturado en digital. Es el capitalismo y la “libre competencia”, señores.

Uno se pregunta hasta qué punto alcanzan y no alcanzan los tentáculos de Gonzalo Boye. Tengo la intuición de que esos tentáculos llegan lejos, tanto como para orientar voluntades, amagar con lo que sabe a través de dossieres sobre amigos y enemigos y sobre todo silencios sobre su persona que no cuestionen ni su pasado ni su presente.

2.-Mongolia, el community manager y el dedo pegado al teclado de Boye
La revista Mongolia recibió su regalo de Reyes vía redes sociales (la polémica se desató el 6 de Enero) en forma de acusación de ser un juguete de la Open Society Foundations, de George Soros




La bronca fue larga, con ecos hasta dos días después (8 de Enero) y con muchos implicados en ella, sobre todo del lado que denunciaba vínculos entre Soros, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información y Mongolia, que pertenece a la citada plataforma. 

Ante ello, el señor Boye pareció agitado y atacado de hiperactividad con cerca de 20 retuits a los escritos por el lumbreras del community manager de Mongolia que si, en lugar de mostrar tanto celo laboral en defensa de la revistas para la que trabaja, se hubiera hecho el loco, hubieran acabado por no tener demasiado recorrido, agotándose la cuestión, sin llegar a crear una notable bronca en twitter.

Valga un brevísimo ejemplo


Un estratega no tiene porqué descender al nivel de la infantería en la taberna, si lo que desea es dar sensación de serenidad y evitar enzarzarse en peleas que le involucren directamente. Y si entras a la guerra, entra hasta la cocina pero con mando en plaza y no como auxiliar de tu mandado.

Pero el caso es que el señor Boye, recuerdo una vez más, editor de Mongolia, se había involucrado apoyando el “artículo”-panfleto proyihadista del grupo jurídico Contrapoder y de su autora acerca de la guerra en Siria.


Hace ya bastante tiempo algunos les preguntamos a los chicos de Mongolia si era cierto que la revista pertenece a la Plataforma en Defensa de la Libertad (PDLI), obviamente sin encontrar respuesta por su parte.




¿Pero que es la PDLI? La PDLI es, dicho en plata, el sector de medios sobre el que George Soros, a través de su ONG matriz de otras muchas, la Open Society Foundations, ejerce su influencia en España.

Conocidas son las posiciones de Soros y de la Open Society Foundations contra el gobierno sirio. En esta página que les enlazo pueden ver el programa de becas para distintos países. Llamativamente Siria le debe interesar particularmente a la “ONG” de Soros porque tiene destinados de tres programas -derechos de discapacidad, liderazgo de Sociedad Civil y Sociedad Civil eruditos- los dos últimos a, entre otros países, Siria y ex países socialistas. Cuando ustedes lean, programas de Sociedad Civil en algún tipo de convocatoria de la Open Society Foundations, tengan presente que las ¾ partes de sus esfuerzos van destinadas a desestabilización, como sucedió en Yugoslavia, Ucrania, con su revolución naranja, las “revoluciones árabes”, en los que un conglomerado de fundaciones globalistas, entre ellas las del señor Soros, han venido actuando desde hace ya muchos años. En Siria les salió mal porque la gran mayoría de la población apoyó a su Presidente y a su gobierno y tuvieron que recurrir al pago, junto a la ayuda de las petromonarquías corruptas del Golfo Pérsico, de mercenarios, asesinos a sueldo y los peores delincuentes de las sociedades árabes y/o musulmanas, fundamentalmente de la secta salafista.

En España, una de sus representantes más destacadas es Leila Nachawati, colaboradora habitual de eldiario.es, un medio financiado,a través de diversos programas, por Soros que a su vez es miembro de la PDLI, a la que también financia Soros.

Me detengo un momento para señalar que resulta cínico que el señor Juan Luis Sánchez escriba en el periódico del que él es subdirector -eldiario.es- un artículo minimizando dicha contribución filantrópica de la Open Society Foundations a su períodico, cuando él mismo es miembro del Consejo Asesor de la fundación de Soros ¡Coño con la libertad de información! Por cierto, el señor Sánchez es vocal de la PDLI como puede comprobarse en la web de esta Plataforma.


¿Y quién, si se creyese la libertad de información bajo el régimen capitalista, no la defendería? Pero ¿es posible creer en la libertad de información que, bajo el sistema de dominación de la burguesía, se asienta en la libertad de empresa ¿De verdad creen ustedes que esa libertad de información se permite en esos mismos medios de comunicación capitalistas, más que de modo anecdótico, en aquellas cuestiones que amenacen los intereses del capitalismo o del imperialismo norteamericano, a cuyos intereses el señor Soros y sus fundaciones representan y defienden?

Así que cuando la web de la PDLI nos dice que se subvenciona “con el apoyo financiero de la Open Society Foundation (OSF) (@opensociety) y el International Press Institute (IPI) (@globalfreemedia)” y, a la vez señala que “la financiación de la OSF no supone injerencia alguna en las valoraciones o posicionamientos”, no dejo de pensar que los miembros de la PDLI son la voz de su amo y lo son tanto que pretenden vendernos su propia independencia, tomándonos por gilipollas.


Conviene aclarar que la International Press Institute (IPI) es otra de esas organizaciones de “periodistas libres" pastoreadas financieramente por la Open Sociey Foundations y la Fundación Ford, entre otros, como así lo explican ellos mismos en su web.


También conviene señalar que entre los medios que son miembros del mismo se encuentran Al Jazeera Media Network, Northwestern University in Qatar, Al-Araby Television, Al-Araby Al-Jadeed, todas ellas qataríes, un país particularmente agresivo hacia el gobierno sirio.


¿Se sorprenden ustedes de las posiciones políticas que muestran tanto Mongolia, como el señor Boye, como eldiario.es hacia el gobierno sirio? Yo no.

3.-Hablemos en serio señor Gonzalo Boye y de su revista de humor:
Aclaro que lo de revista “de humor” es, por mi parte, un uso muy amplio de lo que éste significa. Cuando Mongolia no cae en el chiste fácil del nivel teta y pedorreta, lo hace con una especie de psicología primitiva y facilona para la que la agresión intencionada es un arte.

Les pondré un ejemplo. Seguramente burlarse de alguien recién fallecido que para muchos comunistas es un referente sea algo “progresista” y divertido. Para mí está a la altura del “humor inteligente” de Eduardo Inda y de Francisco Marhuenda, dos de sus aparentes “bichas”, con las que tanto se refuerzan y a las que tanto se parecen sin embargo en anticomunismo del más baboso que pueda darse en la dehesa patria y casposa.

He aquí el ejemplo de humor al que me estaba refiriendo.


En mi blog no encontrarán ningún atisbo de culto a la personalidad de ningún dirigente comunista vivo o muerto. Creo antimarxista caer en dicho culto. Por eso no hice panegíricos a Fidel, cuya muerte me afectó. 

Pero salto como un resorte ante el anticomunismo porque cuando se pone tanta fiereza en intentar agredirnos a los que ustedes llaman despectivamente, intentando vanamente hacer alguna gracia, la “BERDADERA HIZQUIERDA” (sí, escrito de ese modo), como si ustedes fueran los selectos y “preparados” -¿en qué?- y el resto fuésemos cavernícolas despreciables, demuestran estar mucho más cerca del fascismo de lo que están dispuestos a admitir.

Comunistas, muchos o pocos, los hay de todos los tonos y variedades. Somos tribus pequeñas pero con gran diversidad biológica, no apreciable por mentes simples o anticomunistas de trazo grueso. En cambio en ustedes, los progres anticomunistas se aprecia una biodiversidad muy pobre, ocupen el “ecosistema” que ocupen. A ciertas edades, cuando ya han doblado la cuarentena, intentan hacerse perdonar un pasado falsamente “revolucionario”, de hijos de la pequeña y la mediana burguesías, ajustan cuentas con ese pasado y ven el modo de integrarse en la sociedad a la que supuestamente combatieron. Y para ello, ningún "mérito" mayor que practicar un anticomunismo visceral. En esto a señores como Boye, a pesar de su supuesta progresía, no se les distingue demasiado de otros ex “revolucionarios” como los Pío Moa, los Gabriel Albiac o los Jiménez Losantos. En el caso del señor Boye cabe reconocerle una mayor finezza, que dirían los italianos. Mientras él se inviste de campeador de causas justas (11M, acusación contra Bush por los presos de Guantámano, abogado de Edward Snowden,…), parece que quisiera competir en afán de protagonismo con Baltasar Garzón, su revista y el community manager de ella insultan y hacen de malos. El señor Boye tiene una virtud frente a los tres carcas que he citado antes. Sabe ser mucho más cínico. Se le nota el estilo a lo Santiago Alba Rico, el gran yihadista español.

Y ahora hablando en serio ¿Les suena a ustedes el ECCHR? ¿Quizá a algún “politólogo”? ¿No, verdad? No me sorprende. Hace 3 horas a mí tampoco me sonaba de nada. Bueno, pues el ECCHR es el European Center For Constitutional and Human Rights. Cuando leo la expresión Human Rights (derechos humanos), sabiendo a qué se han dedicado durante tantos años los Human Rights institucionales como los oenegeros, siento un gran escalofrío. En 2010 la propia Open Society Foundations la entrega de 100 millones de dólares a la Human Rights Wacht. Y la cosa no ha parado desde entonces. Imagino que este despliegue de filantropía también será desinteresado y respetando la independencia de la organización. Estoy convencido de ello porque comparten, como los grupos que hasta ahora he citado, la creencia en los mismos valores y principios del “capitalismo de rostro humano”, que cada vez parece más inhumano según se va viendo qué defienden y a qué atacan. En la web Investig´action, dirigida por el el investigador belga Michael Collón se explica con claridad qué se esconde detrás de la red siria por derechos humanos, cuáles son los actores y a qué intereses responden.

Pero volvamos sobre el ECCRH

El ECCRH es una institución directamente ligada a la Open Society Foundations y a la Open Society Justice Initiative, según se evidencia en la página 41 del documento del ECCHR, denominado Enforcing Human Rights Law by New Means


Si nos tomamos un poco más de molestia. Y sabiendo que el ECCHR es miembro de la Open Society Justice Initiative y de la Open Society Institute, tendrá sentido conocer a los miembros de la ECCHR ¿o no?

Dentro de la sección de Cooperating Attorneys (abogados cooperantes) del ECCHR, entidad miembro de la Open Society Justice Initiative y de la Open Society Institute, está Gonzalo Boye.

Se lo pongo en captura de pantalla, por eso de que, con el tiempo, los enlaces “se van”


Al señor Gonzalo Boyé ya vamos conociéndole bastante bien. De la señora Isabel Elbal, que no había aparecido hasta el momento, diremos que es su socia en el bufete Boye-Elbal, como muestra la web del mismo.  

No voy a caer en la trampa de la propiedad transitiva de la igualdad (si a=b y b=a, entonces a=c). Quiero decir con esto que el hecho de que EECHR sea miembro de la Open Society Justice Initiative y de la Open Society Institute y de que Gonzalo Boye sea “cooperante” legal del EECHR no me permite afirmar que el señor Boye y Mongolia sean miembros de la Open Society Foundatios y estén en nómina de la misma pero sí que creo que ese tipo de relaciones triangulares crea algún tipo de vínculo entre ellos y la Open Society Foundations, por indirecto que sea. No digo que al señor Boye o a la revista Mongolia se les financie directamente, aunque sí se haga a entidades de las que participa, lo que es un modo de influir sobre ambos y, por supuesto, de promocionarlos y de favorecer partners, algo tan importante en el mundo de los negocios porque eso que llaman sociedad civil y sociedad de la información es también un mundo de negocios, no lo olvidemos.

Si además, la revista Mongolia, de la que Boye es editor, es miembro de la PDLI y ésta está financiada por la Open Society Foundations y por la International Press Institute (IPI), éste último subvencionado, entre otros, por la la ONG sorosiana, parece que esas relaciones entre la Open Society Foundations se producen en alguna medida, idea que se ve reforzada por el hecho de que eldiario.es, de la que Gonzalo Boye es secretario del Consejo de Administración, recibe subvenciones de la Open Society Foundations.

En el informe “El estado de la libertad de prensa en España: 2015”, en el que participan de forma destacada las siguientes instituciones:

  • Open Society Foundations, como promotora de la misma
  • El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) que tiene, entre otros, los siguientes donantes (incluyendo la Open Society Foundations)
  • El Instituto Internacional de Prensa (IPI; ya citado como International Press Institute,) que tiene también como uno de sus donantes a la Open Society Foundations
  • Reporteros Sin Fronteras, que tiene como mecenas a organizaciones como la NED (National Endowment for Democracy), una tapadera en origen de la CIA según su propia web admite o la Fundación Ford, implicada en procesos de desestabilización fuera de los Estados Unidos,
se aprecia la participación activa de la Revista Mongolia en la dinámica de reuniones que da lugar al informe final.










Junto a los dos anteriores aparecen , otros agentes mediáticos de la Open Society en las reuniones de 4 jornadas que formalmente realizó la IPI pero que apadrinó la “ONG” sorosiana:
  • El Diario
  • 20 Minutos
  • El Confidencial (que compartió con El Diario la información de los papeles de Panamá suministrados por los grupos de comunicación ligados a Soros
  • La Marea
  • Infolibre
  • Carne Cruda
  • Plataforma en Defensa de la libertad de Información (PDLI)
  • Open Society Initiative for Europe (OSIFE), entidad que forma parte del complejo de la Open Society Foundations
  • Y luego ya todo un largo listado desde el ABC y El Mundo, a EFE y RTVE, pasando, cómo no, por El País.

En definitiva, derecha rancia y pura institucionalidad del régimen del 78 y del capitalismo puro y duro (El País) junto con un nutrido elenco de medios “progres”, que no rojos, porque medios rojos no hay en España.

No se equivoquen, con todo lo que representa el drama sirio como punto de fricción de las contradicciones interimperialistas, el papel de la Open Society Foundations y de otras fundaciones globalistas repartiendo dinero aquí y allá, ejerciendo de patrocinadores y nobles filántropos, promoviendo líderes para el “cambio social”, actuando de anfitriones de jornadas, encuentros y otros eventos para la “sociedad abierta”, la (su) “libertad de información” no es otro que el de muñidores de conciertos y coordinaciones de una línea de pensamiento. En el lenguaje de la Open Society Foundations encontrarán expresiones como “democracia”, “democracia participativa”, “derechos humanos”, “empoderamiento”, “ciudadanos”, “sociedad civil”, “liderazgo”, ese tipo de conceptos que tanto gustan a los predicadores mediáticos de la progresía y a los partidos de “lo nuevo”. No encontrarán expresiones como “clases sociales”, “lucha de clases”, “explotación, “socialismo”, “revolución social”, salvo que se refieran a revoluciones de colores y árabes, que ya sabemos como acabaron pero que lograron desarticular a países enteros en un momento en el que el imperialismo norteamericano empezaba a ver demasiado grande y hostil al mundo para dominarlo por completo y de un modo estable.

No hagan lecturas conspiranoicas. Simplemente el capital siempre se ha organizado (CEOE, Ibex35, G-20, G-8,…). Y también lo hace mediáticamente porque sabe que la batalla de la opinión pública, de los valores transmitidos y de la cultura política son elementos decisivos para perpetuar su dominación de clase más allá del uso de la fuerza. Y eso los saben muy bien rodas las fracciones del capital, tanto a las que juegan más duro, como las que invitan a humanizar al capitalismo. Y en esto la Open Society Foundations juega su papel, llamativamente no sólo pastoreando a los medios “progres” sino yendo mucho más allá porque sabe que, cuando las contradicciones sociales se agudicen, sólo habrá dos campos, el de todos los que apuestan por la continuación del actual sistema económico y el de los que pretendan derribarlo y busca aunar a todas las corrientes de opinión y pensamiento partidarias de mantener el orden social y político, a sabiendas de que los "progres", como en el pasado el reformismo socialdemócrata jugarán la baza de ese orden burgués.

Los trabajadores también nos organizamos en determinados momentos de nuestra historia (I, II y III Internacionales) pero, desde que nos dijeron que ya no éramos clase trabajadora sino media, parece que se nos ha olvidado. Así nos va.