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13 de enero de 2017

PRÓXIMA RESOLUCIÓN “NI-NI” Y ANTISIRIA DE “IZQUIERDA UNIDA”

Por Marat

Les presento el documento que el próximo sábado 14 de Enero será, sin lugar a dudas, aprobado por la Comisión Coordinadora Federal de IU, el equipo de Gobierno de Alberto Garzón. En el orden del día hay una resolución sobre Siria a debate y aprobación. Ha sido elaborada por la eurodiputada Marina Albiol y es de una equidistancia repugnante que sirve para ir aproximándose a las posiciones del imperialismo norteamericano defendidas por yihadistas como Santiago Alba Rico y su partido Podemos.

Como IU no puede dar un salto en el vacío sin que se le acuse de abiertamente partidario del terrorismo yihadista, lo hará por fases. Y en ese proceso esta resolución cubre una etapa.

Obama se despide queriendo dejar atado y bien atado el asunto sirio. Los servicios de orden del imperialismo norteamericano en España muestran una vez más cuál es el papel de eso que muchos se empeñan en reivindicar, la llamada “izquierda”.

He marcado en negrita los aspectos en los que mejor se percibe la naturaleza lacayuna de IU ante la guerra en Siria. Desde la equidistancia respecto a los contendientes, hasta la carga de la culpa “original” en el gobierno sirio, pasando por la negación de que dicho gobierno tenga el derecho internacional a llamar en su ayuda contra el terrorismo, con base en Washington, Israel, Turquía y Arabia Saudí, a países que puedan prestarle ayuda o el apoyo al separatismo kurdo, IU ha entrado en el museo de la infamia, cosa que no debiera sorprender porque no vienen de ahora este tipo de actitudes. Recordemos que hace 14 años Luis García Montero, el que defendía las esencias de IU frente al garzonismo, reclamaba “libertades” para Cuba y que Javier Couso firmaba en 2011 un manifiesto repulsivo, auspiciado por los trotskistas de Izquierda Anticapitalista sobre las “revoluciones árabes de 2011, también la de Siria”

Dado que habrá quienes intenten desmentir este documento, añado el enlace al mismo. La negación de su existencia tiene un cortísimo recorrido, ya que de modo casi inmediato a la reunión de los infames del sábado 14 será conocida dicha resolución.

En cualquier caso, al final del citado texto aclararé cuáles son mis posiciones sobre la guerra en Siria, ya que canallas y estúpidos suelen manipular las posiciones con el fin de hacernos pasar a todos por el tamiz de la simplificación y de la propaganda.

El pueblo sirio lleva cinco años sumido en una guerra en la que han perdido la vida más de 250.000 personas y que ha provocado el desplazamiento forzoso de hasta 11 millones de sirias y sirios. Desde Izquierda Unida siempre hemos defendido una posición de compromiso con la paz y los derechos humanos que se ha materializado en nuestro rechazo a las diferentes guerras e intervenciones armadas producidas en Oriente Medio y diferentes países africanos, y cuyas consecuencias vienen sufriendo los pueblos de estas regiones hasta hoy.

Oriente Medio es una región que ha sufrido diversas guerras que calificamos como imperialistas por el interés económico capitalista que las ha guiado, así como por la idea de dominación política indirecta que ha pretendido establecer desde el exterior para mantener este interés. Iraq o Afganistán fueron el escenario de guerras provocadas por Estados Unidos que resultaron clave para desestabilizar gravemente toda la región, afectando esta vez también a Europa, y siguieron este patrón. Dotada de grandes recursos de hidrocarburos, situada en una zona de vital importancia estratégica desde el punto de vista económico y político, Oriente Medio cuenta desde hace décadas además con la tensión añadida de la agresión sionista del Estado de Israel al pueblo palestino, así
como con diversos actores internacionales en pugna a partir de diversas y precarias alianzas.

Por ello mismo, la solidaridad de Izquierda Unida está con los sirios y sirias en esta Guerra de Proximidad. Calificamos de esta manera a las guerras en las que se miden las fuerzas potencias extranjeras, tal y como ocurre hoy en Siria, un país utilizado como tablero de juego por diferentes actores geopolíticos regionales y globales con el pueblo sirio como rehén.

En marzo de 2011 comenzaron una serie de protestas en Damasco contra las políticas económicas del Gobierno de Bashar al-Assad, así como para reivindicar mayores libertades democráticas. El Partido Árabe Socialista Baath ha gobernado Siria desde 1963, y a pesar de su posicionamiento económicamente progresista y laico en sus inicios, desde la década de los noventa se vivió una oleada de privatizaciones, así como la apertura del país al capital privado proveniente, mayoritariamente, de las petro-dictaduras del Golfo Pérsico. Esta política tuvo su corolario en el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional en 2006 que imponía duras medidas de congelación de los salarios, recortes en servicios públicos, y el fin de la financiación pública de sectores productivos como la industria o la agricultura. Esto llevó a un encarecimiento de productos básicos y a una subida sustancial de la tasa de paro (con un desempleo juvenil cercano al 40%, en un país en el que 2011 el 55% de la población era menor de 25 años) y de pobreza. Las protestas que nacen de este descontento son las que pasan a ser duramente reprimidas por el Gobierno de al-Assad, quien además no duda en caracterizar estas reivindicaciones de clase como si de un conflicto religioso se tratasen, una instrumentalización de este elemento con fines tanto internos como externos por parte de un Gobierno que aunque nominalmente laico no duda en apoyarse en
las autoridades religiosas.

Las aspiraciones populares legítimas y movimientos de protesta que conformaron los Comités de Coordinación Locales, tras la represión del Gobierno y la entrada de elementos extranjeros en 2012 dan paso a un conflicto armado, en el que fuerzas imperialistas luchan para controlar el territorio. A través de la financiación procedente de una serie de fundaciones con sede en las monarquías teocráticas del Golfo Pérsico, se arma y entrena a elementos terroristas para el combate en Siria. Estas milicias, cuya financiación a través de estas fundaciones muchas veces tiene su origen en las potencias otanistas, se hacen fuertes sobre el terreno y sustituyen progresivamente a la mayoría de la oposición democrática. Con la presencia sobre el terreno de al-Qaeda (que ahora se denomina Fatah al-Sham en Siria) y, sobre todo, con la fundación del grupo terrorista Daesh en 2014, se consolida una toma de poder por parte de estos grupos sin precedentes, con las consecuencias de represión y asesinatos que ha conllevado. Cabe destacar y condenar la injerencia que supone la complicidad de los Gobiernos occidentales con estos grupos, a los que han armado y entrenado, además de las intervenciones directas de ejércitos como el estadounidense, el francés o el turco. Además, se ha colaborado en la creación de una serie de estructuras que les han dado continuidad a partir de los beneficios que se han generado por el comercio de armas o recursos naturales a través de la frontera con Turquía. Se produce además en el marco de un Oriente Medio devastado por una serie de guerras imperialistas para situar una región rica en recursos naturales al servicio de los intereses económicos de las grandes empresas transnacionales.

Por otra parte, el Gobierno de al-Assad llama a la participación de fuerzas extranjeras para defender sus posiciones, y entran en el país milicias del partido libanés Hezbollah, del ejército de la República Islámica de Irán, y comienza a participar en la Guerra el Ejército ruso. De esta manera (y con la posterior entrada de Turquía), queda clara la naturaleza de un conflicto de carácter global, en el que combaten los dos grandes bloques políticos que actualmente existen en Oriente Medio (y sus respectivos valedores internacionales) para controlar una zona de elevadísimo valor geoestratégico.

Este conflicto tiene además una vertiente de género, en el que las mujeres han sufrido la violencia de una forma mucho más cruel. La violencia sexual o la trata de mujeres han sido utilizadas como arma de guerra, particularmente por grupos como Daesh o Fatah al-Sham que han hecho de la opresión y la violencia de género una parte central de su proyecto fascista.

Durante todo este proceso, en las zonas de mayoría kurda del norte de Siria se ha producido un proceso emancipador en la zona de los tres cantones de Rojava, que se ha convertido en un auténtico ejemplo de transformación social. Las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) no sólo han luchado sobre el terreno contra el Daesh, sino que a través de la organización popular han puesto en práctica una serie de medidas conocidas como confederalismo democrático basadas en la autonomía local, la igualdad de género y la colectivización de las tierras y los recursos. Este empoderamiento del pueblo kurdo ha generado la intervención sobre el terreno de Turquía, que ha atacado sus posiciones tras haber asistido con pasividad, cuando no complicidad, al auge del Daesh en su entorno y el uso que hacían de su propio territorio para sostenerse económicamente.

Durante todo este proceso se ha vivido además el movimiento de población más grande que se conoce desde la Segunda Guerra Mundial. Más de 11 millones de personas se han visto forzosamente desplazadas, y hasta cinco millones de ellas han tenido que salir del país. Ante esta situación la Unión Europea no sólo ha mirado hacia otro lado, sino que en su afán por asemejarse a la extrema derecha ante el auge de ésta ha endurecido activamente su política de fronteras, con la reforma de todos los reglamentos de migración y asilo que han reforzado las fronteras, militarizado el mar Mediterráneo, e imposibilitado el cumplimiento de la legalidad internacional en materia de asilo. Además, ha puesto en práctica el modelo de externalización de fronteras con Turquía, que viola los derechos de quienes huyen y genera una situación de precariedad de la que se están
aprovechando los poderes económicos, que obtienen así mano de obra en condiciones de esclavitud. De esta manera la UE está dando además sostén político al Gobierno de Erdogan, que está cometiendo una auténtica masacre en las zonas de mayoría kurda, reprimiendo y encarcelando a la izquierda social y política, y recortando derechos y libertades a través de los despidos masivos entre el funcionariado o el cierre de medios de comunicación y encarcelamiento de periodistas.

Por todo ello desde Izquierda Unida:
- Mostramos nuestra solidaridad con el pueblo sirio frente a la devastación sufrida por esta Guerra imperialista y nuestro compromiso con la paz y los derechos humanos. Condenamos cualquier tipo de injerencia extranjera en este conflicto que debe resolverse aportando soluciones políticas para el pueblo sirio y no en beneficio de actores internacionales que buscan controlar una zona de elevado valor geoestratégico por su posición geográfica y su espacio como puente para el paso de hidrocarburos a Europa.

- Apoyamos el proceso de transformación social que se está produciendo en los cantones de Rojava, y defendemos su derecho a la autodeterminación. Damos nuestro apoyo además a la YPG y la YPJ (su organización hermana formada por mujeres) en la batalla que libran contra el Daesh, así como el Partido de la Unión Democrática (PYD). Están demostrando cada día que la lucha contra el fascismo y la transformación social no sólo pueden, sino que deben darse a la vez. El modelo de confederalismo democrático es ahora mismo un rayo de luz en una región asolada por la violencia y las posiciones reaccionarias.

- Condenamos firmemente la acción de los grupos terroristas Daesh, Fatah el- Sham, y el resto de grupos que instrumentalizan la religión para imponer una agenda fascista. La agenda de estos grupos, financiados, armados, y entrenados desde Occidente y las monarquías teocráticas del Golfo Pérsico, es incompatible con la resolución de la Guerra en Siria, con la defensa de los derechos humanos y con el fin del terrorismo internacional.

- Condenamos la acción de Turquía, que no sólo ha entrado en terreno sirio para reprimir al pueblo kurdo, sino que ha utilizado la guerra para imponer una política interna de represión y violencia contra la oposición y el conjunto de la izquierda social y política kurda y turca ante el silencio cómplice de Occidente.

- Exigimos el cumplimiento de la legislación internacional para con los millones de personas que huyen de la violencia en Siria, empezando por la Convención de Ginebra de 1951 sobre refugiados. Reclamamos la apertura de vías legales y seguras de acceso a Europa, la expedición de visados humanitarios en las embajadas y consulados europeos en Oriente Medio, y la concesión del estatus de refugiado a quienes cumplan los requisitos para ello, sin entrar en criterios cuantitativos que contravienen los tratados internacionales en materia de asilo.

- Defendemos un proceso de paz auspiciado por la ONU en el que se dé una salida política al conflicto, comenzando por un alto al fuego que incluya a todas las fuerzas beligerantes y que incluya la retirada de cualquier tipo de presencia militar extranjera de Siria, incluidos los grupos terroristas. En dicho proceso de paz han de tener cabida todos los actores políticos, sin vetos, que apuestan por una salida democrática y laica al conflicto, garantizando los derechos democráticos del pueblo sirio, sin la tutela de potencias extranjeras, tal y como señalan las diferentes resoluciones de las Naciones Unidas al respecto. Dicho proceso de paz debe contener además una investigación que esclarezca los crímenes de guerra cometidos, y debe establecerse una justicia para la paz para que éstos sean juzgados. Exigimos el final inmediato de la ocupación sionista de los Altos del Golán.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG (2):
Ignoro si fue el senador estadounidense Hiram Jonhson o el dramaturgo griego Esquilo el autor de la frase “la primera víctima en una guerra es la verdad”. Es muy cierto este aserto. Quiero dejar claro que no soy ciego ante él ni caigo en la trampa de ser un propagandista de un lado u otro del sistema imperialista mundial en liza en medio del tablero sirio.

Cuando hablo del sistema imperialista mundial lo hago desde la fidelidad al análisis de Lenin sobre el imperialismo como sistema global con distintas potencias enfrentadas entre sí.

Dicho esto, soy consciente de que hay pueblos y gobiernos que no tienen la oportunidad de elegir ni a sus enemigos, que caen sobre ellos como aves de rapiña, ni a sus amigos que, con frecuencia, han de elegir entre lo “disponible”.

Y todo eso con las contradicciones de la naturaleza imperialista y geoestratégica de los países que ayudan al gobierno sirio. Pero en el lado contrario, quienes armaron, financiaron y aún apoyan al terrorismo yihadista no pueden dar lecciones de nada, salvo que sea de cómo extender la muerte y el terror en espera de lograr sus propios objetivos imperialistas.

El gobierno del presidente al Assad no es socialista. Ni falta que le hace para contar con mi apoyo y el de cualquier antifascista y ser humano que sepa distinguir que la pelea no es ya, ni siquiera entre el progreso y la reacción, sino entre la civilización y la barbarie asesina. Cierto que la lucha por defender la civilización hay ocasiones en las que no puede sustentarse en la bandera blanca de la paz sino que ha de defenderse desde la boca de los fusiles. Pasó lo mismo en el Madrid del “no pasarán” contra las hordas del nazifascismo, mientras las “democracias” capitalistas occidentales miraban a otro lado, cómplices de ese monstruo que luego les haría pagar su colaboración en el hundimiento de la II República española.

Hoy los partidos quintacolumnistas de los “progres” representan un sicariato de los amigos de la guerra aún más indigno que el que significó durante la I Guerra Mundial la gran mayoría de la socialdemocracia europea.

Ni esa república hubiera sido a lo que yo aspirase, de haber vivido en ella, ni el gobierno sirio es la sociedad socialista por la que lucho, si viviese en ese país. Solo representaba/representa un bastión contra el terror fascista y criminal occidental o con barba yihadista. Nada más y nada menos. Entonces y hoy no entender eso o negarlo es ser un criminal y un secuaz de lo monstruoso o un imbécil.

Que el panfleto llamado El Diario publicase una bazofia en la que se comparaba la defensa del Madrid antifascista con la del yihadista Alepo indica bien a las claras lo que representa hoy el mundo de los progres, que algunos siguen empeñados en llamar “la izquierda” y que no es otra cosa que parte integrante de la gendarmería ideológica capitalista.


Pero es que además mienten cuando tratan de legitimar el levantamiento contra el gobierno sirio desde una represión previa basada en unas supuestas protestas cívicas, pacíficas y democráticas. Falsifican la realidad y lo saben. la represión comenzó, de forma razonable cuando en las protestas sectores violentos comenzaron a disparar y a matar policías. Lo que en un país pretendidamente democrático se "justifica" como legítima defensa del Estado frente a la provocación violenta parece tener para los cínicos "progres" otra vara de medir si se trata de Siria.  

Este tipo de canalladas que hoy perpetra Izquierda Unida no deben sorprender en un engendro político dirigido por el Partido (Anti) Comunista de España, ese que tiene por medio de propaganda un libelo llamado “Mundo (Anti) Obrero” que premió el pasado año a una amiga de los yihadistas, la progre de El Diario, Olga Rodríguez.

De la inmundicia de resolución que será, sin ningún lugar a dudas, aprobado por la dirección de la organización-zombie IU cabe extraer algunas conclusiones:
  • El momento en el que se hace: cuando más evidente es lo que representa la agresión de los terroristas mercenarios extranjeros contra Siria y su Estado y cuando ha sido derrotado dicho terrorismo. Ello indica la debilidad de ese conglomerado internacional de agresores y la supeditación de IU a tales objetivos, cuyo precio acabaremos sabiendo más temprano que tarde. La exigencia en la propuesta de resolución, cuando el Daesh, Al Nusra y otros grupos asesinos están siendo derrotados, de “alto al fuego que incluya a todas las fuerzas beligerantes y que incluya la retirada de cualquier tipo de presencia militar extranjera de Siria”, indica la degeneración, de arriba a abajo, de IU y su prostituido papel político al servicio del imperialismo norteamericano. Si los criminales han sido derrotados que, al menos, puedan negociar y si Estados Unidos ya no pinta nada en Siria, que no pinte nada tampoco cualquier otra potencia que haya ayudado al gobierno sirio. Esto es lo que hay detrás de tal propuesta.
  • El carácter de comparsa de IU respecto a personajes siniestros como Santiago Alba Rico y su secta podemita, que coinciden en tal demanda.
  • La obsesiva carrera de dicha pandilla “política” por homologarse dentro de la UTE (Unión Temporal de Empresas) de voceros mediáticos, progres de salón e "intelectuales" a sueldo de los intereses de Estados Unidos y ser aceptados mediante un lenguaje que les aproxime al papel de todos ellos como cortejo de lameculos de dicho país.
A partir de las 21 horas del viernes 13 de Octubre parece que la victoria de los que aún tragan dentro de IU es haber logrado que Marina Albiol finalmente no presente esa propuesta de resolución. 

Jamás se preguntarán qué hay en la naturaleza política de la militancia de IU/PCE que permite que se llegue hasta donde ha llegado Marina Albiol sin mayor escándalo que hasta  el día en el que sus siglas (quizá crean que las de IU son tan heroicas como las del PCE de la clandestinidad o que los méritos se heredan) empezaron a estar en peligro.

La base que conforma IU va o viene según suene la trompeta. Hace 3-4 años gran parte de ella decía "esto se resuelve con 40 diputados" y hasta hace 3 meses algunos proclamaban "lanzaron Podemos cuando teníamos un 15% en las encuestas". Tienen cabeza de urna, como todo pequeñoburgués. La llamada resistencia jamás se preguntará qué hay en la naturaleza de ese lugar de indignidad que permite que se haya llegado hasta donde se ha llegado y solo con un cierto escándalo de una parte de la militancia ahora y no cuando nació IU con el Partido Humanista, los Carlistas, serios problemas del PCE para decir "bases fuera" y etc, etc. 


15 de noviembre de 2015

ATENTADO CRIMINAL DE PARÍS E IDIOTIZACIÓN DE CIERTA "IZQUIERDA"

Por Marat

Esa idiotización, junto con las prácticas de renuncia permanente de sus aparatos, es la que me hace sentirme más y más alejado cada día de ese mundo que se reivindica tal. 

Tranquilos, no me he hecho de Podemos ni de Ciudadanos. Quienes me conocen saben de qué pie cojeo. Estoy absolutamente convencido de que la derecha existe y opera -¡vaya si opera!-, lo que no creo es que exista ya la izquierda, salvo la sistémica, que sólo en campaña alude a algún término de sus raíces, entreverada de todo un neolenguaje que no proviene de su cosecha sino de la del liberalismo más o menos declarado: ciudadanos (de tanto llamarles, les hicieron partido), bien común, pobres y ricos (escondiendo el origen de la riqueza y de la pobreza en la explotación y en la propiedad privada de los medios de producción), etc., etc.

Sencillamente, como comunista, creo que ese magma en descomposición que se autodenomina izquierda cada vez tiene menos que ver conmigo. Creo firmemente que los mundos de lo que aún se llama la izquierda y los de los comunistas, que buscamos la reconstrucción del discurso emancipador en toda su necesaria radicalidad. se van separando irremediable y necesariamente.

Si algo ha caracterizado al pensamiento marxista ha sido el intento de explicar mediante el método y el análisis la realidad para transformarla. Cuando no ha sido así, cuando el discurso y el análisis se han “despistado” por ciertos derroteros, se ha caído en la estupidez, en la reducción al absurdo, o directamente en el disparate más ridículo.

Y hablo de pensamiento marxista porque a la altura casi del 2016 y de una crisis capitalista que, lejos de superarse, vuelve sobre sí misma con renovados bríos -esperemos nuevas vueltas de tuerca en Europa; muy pronto-, no veo que pueda existir otra posición crítica de raíz contra el capital que la que contemple acabar con este sistema de dominación, explotación y locura para construir una sociedad socialista. Y eso, quiéranlo o no, pasa por el marxismo.

Desafortunadamente, dos fenómenos históricos -la ausencia de extraordinarios pensadores marxistas, tras Marx, Engels, Rosa Luxemburgo y Lenin y el alejamiento del horizonte de la ola revolucionaria tras la revolución sandinista, que coincidiría con la contrarrevolución ultraliberal mundial- traerían por mucho tiempo un largo período de sequía intelectual y de acción en el campo marxista, golpeado duramente después por el fin del experimento soviético.

A partir de ahí, toda una involución política habría de sucederse en lo que se ha llamado “la izquierda”. La socialdemocracia se hizo social-liberal, los comunistas se convirtieron en socialdemócratas (perdón, eurocomunistas), renunciando en Europa a ser tales y hablando de sí mismos como “la izquierda” (PIE, Die Linke, IU y demás congéneres). Para ellos, el Estado dejó de tener una naturaleza de clase y pasaron a contemplarlo como un aparato neutral, la lucha de clases se quedó en sindicalismo de concertación, mesa y mantel con la patronal y buena parte de los trotskistas se apuntaron al cumbayá antiglobalización y comeflores.

No quiero juzgar estos hechos desde términos simplistas como traición o engaño. No niego que estos existan pero es una simpleza de mentes perezosas explicar la historia sólo en base a estos argumentos. Lo que sucedió es que faltó nervio en el pensamiento, que se fue refugiando cada vez más en la academia, y en pensadores de menguante talla en cada generación, sobraron kilos de grasa y aburguesamiento en las “aristocracias obreras”, se desconectó teoría de una praxis enormemente difícil y el capitalismo ganó la batalla ideológica a través de un modelo de “libertad e igualdad” referenciados en el acceso al consumo de masas de las clases trabajadoras.

Ahí es cuando la izquierda definitivamente se jodió. Para cuando quiso reaccionar a la llegada de una crisis capitalista, incapaz de distinguir el culo de las témporas, acabo por meterse en toda una serie de fregados ajenos a su pensamiento: que si el crudivorismo, que si el animalismo, que si el “especismo” y otros tontismos que les compró a los neopijos de clase media, que la transversalidad y el inclusivismo con esa pequeña y mediana burguesías que también explotan a la clase trabajadora, a la que incluyeron en su rollo del 99% atacado por un único 1% de capitalistas (el INE da bastantes más pero ellos les llamarían “compis”), que si “no es una crisis, es una estafa”, con la que deducimos que si no hubiera habido estafa en una crisis que SI existe, el capitalismo sería guay para esta gente, que sí...tanta basura ideológica.

En el fondo no es otra cosa que la caída de esas izquierdas en los reaccionarios brazos de la postmodernidad. Dentro del pensamiento postmoderno, la creación permanente de teorías conspirativas para explicar la realidad de las grandes cuestiones económicas, sociales, políticas es un rasgo distintivo.

En esto sí que la cosa es transversal, el conspiracionismo es una visión de los fenómenos que afectan a lo colectivo al que son muy aficionados tanto un sector de las “izquierdas” moñas, new age y amantes del sándalo -básicamente las que se identificaban con el 15Mayismo del “No es una crisis, es una estafa”-, como las aparentemente más hard.

Entre los primeros tenemos a los que buscan símbolos de los Illuminati en los billetes de dólar, los obsesionados con las oscuras y secretas -¡¡¡¡uuuuuuuuuuhhhh!!!- reuniones del Club Bilderberg, tan del gusto de Iker Jiménez, el calvito exaltado Enrique de Vicente y el chiflado profeta de los chemtrails, Rafapal. Como si no existieran ya los G-20, los G-8, las Cumbres de Davos y 100 reuniones capitalistas mundiales más, bastante públicas y publicadas y como si el capitalismo temiera la reacción de la población mundial ante cualquiera de los designios a los que pueda condenar a la humanidad, cuando es sabido que ésta se traga una trirreme romana con los galeotes en pie y los remos, con su paletada de mierda en ellos, en punta.

A estas alturas, con la indiferencia, el individualismo, el egoísmo y el narcisismo de cada sujeto, unidos al aborregamiento colectivo, producto de la sobreexposición informativa/performativa tanto de los medios de embrutecimiento colectivo como de los de cada chalado que cree tener algo que decir, apenas son necesarias las conspiraciones. No digo que no las haya, las he denunciado cuando he creído que así era pero no son ni tantas ni tan delirantes. Hoy basta con desinformar o mentir al estilo del borracho y anormal hijo de George Bush senior: “De acuerdo con las resoluciones 678 y 687, ambas aún vigentes, Estados Unidos y nuestros aliados estamos autorizados parar utilizar la fuerza y despojar a Irak de armas de destrucción masiva”.

Distingamos entre una conspiración y una mentira porque, si no lo hacemos, hasta lo del “Luis sé fuerte” acabará por parecernos una conspiración contra Marianico.

Tenemos también a otros más hard en su crítica al imperialismo desde la conspiranoia, lo que consigue el efecto de desactivar aquella cuando más necesario es su ejercicio contra esta forma criminal de dominación sobre los pueblos y sus clases populares.

Aún colean afirmaciones de que el 11-S fue un autoatentado (ni el mago David Coperfield habría logrado un efecto de desaparición tan descomunal), que si las torres cayeron así o asao, que si los aviones, que si...Tras la anterior, vino la insinuación, afirmación en muchos casos, de que lo de Charlie Hebdo también lo fue, ahora algunos insinúan y afirman que el atentado del pasado viernes 13 en París también lo era. Y todo porque unen una acción a una reacción y porque ha aparecido el pasaporte de uno de los terroristas. Pero de las 3 que acabo de citar sólo hubo reacción directa tras el atentado de las Torres Gemelas, con la invasión de Afganistán, porque después del atentado de Charlie Hebdo no hubo reacción directa ni inmediata sino que los países imperialistas (USA, la propia Francia, sus títeres de Arabia Saudí, Israel y Turquía) han seguido entrenando y alimentando a la bestia islamofascista, sí islamofascista, con todas sus letras, de Al Nusra y del Daesh (ISIS). Incluso los supuestos bombardeos de países de la OTAN, con USA al frente, contra los terroristas han sido de rechifla. Lo han reconocido hasta muchos de sus voceros mediáticos, aunque disfrazándolo en un cuestionamiento de su eficacia. Ha sido tan evidente que no han hecho nada que la simple intervención de Rusia sólo por aire ha cambiado el curso de la guerra en Siria.

Y está por ver que puedan plantearse dividir el país o derribar al legítimo gobierno sirio, con una intervención que pudiera venir “justificada” por ese supuesto autoatentado en Francia cuando dicho gobierno cuenta con el apoyo de Rusia y de Irán. En esa situación Estados Unidos y la OTAN podrían enfrentarse a una III G.M. cuyas consecuencias serían ser terribles también para sus propios Estados. ¿O nos hemos olvidado ya de las armas nucleares? ¿Alguien cree de verdad, sensatamente, que en la locura de enfrentamiento entre Rusia y USA, sus presidentes serían capaces de renunciar al armamento nuclear? ¿Son ustedes conscientes de lo que significaría una escalada de tal calibre en la que Rusia contaría con el apoyo de China? ¿De verdad creen que por muy criminal que sea el imperialismo USA es tan estúpido de correr el riesgo de ser destruido? Francia, Estados Unidos y muy probablemente la OTAN incrementarán su intervención en Siria pero sin colisionar militarmente con Rusia, sino muy probablemente teniendo que coordinarse, por mucho que no quieran, con ésta. De hecho, el atentado de Daesh refuerza la posición rusa en ayuda del gobierno sirio porque evidencia que es el único que hasta ahora les ha combatido y demuestra a gran parte de las opiniones públicas del mundo que USA y la OTAN no han hecho nada para combatirles, aunque la mayoría ignore que les han armado y financiado.

En cualquier caso, esto no debe hacernos olvidar una cuestión que desde cierta posición de “izquierda” conspiracionista se ignora. Hoy Rusia juegue un papel de progreso, y hay que decirlo con claridad y sin rodeo alguno, en apoyo del pueblo sirio y de su gobierno contra el terrorismo criminal. Pero lo que se dirime en el tablero de Oriente Medio son también las contradicciones interimperialistas porque no hay sólo un imperialismo (el de USA y sus adláteres de la OTAN) sino también el de Rusia (un país capitalista dirigido por una oligarquía económica), que busca proteger sus fronteras orientales del islamismo más fanático, incrementar su influencia en esa zona de Asia y asegurar su salida al Mar Negro a través del puerto de Tartus. Les recomiendo a quienes mis afirmaciones les hayan escandalizado que lean la posición del Partido Comunista de Grecia (KKE) al respecto.

¿Saben ustedes lo que significa su afirmación de que todo es conspiración del imperialismo? Una postura absolutamente reaccionaria porque supone afirmar que el capitalismo lo controla todo, que no puede ser golpeado más que por sí mismo y desde dentro. Es reificar (tómese la expresión en términos marxistas) el poder del Estado capitalista hasta límites insospechados. Desde luego repudio el terrorismo como instrumento de acción que golpea sobre inocentes, a menos que neguemos tal condición a los parisinos porque muchos hipócritas se la niegan al sufrido pueblo sirio, pero de eso a pretender que el capitalismo y el imperialismo han cerrado todas las salidas es un absurdo, y un acto de enamoramiento tácito de su fuerza.

Lo que ha ocurrido simplemente, y con todo el respeto y afecto hacia las víctimas, es que los monstruos del Daesh conocían bien el país sobre el que atentaban, porque “Marsellesas” saliendo del campo de fútbol aparte, saben que los franceses son un pueblo que sostiene con dificultad su heroísmo, como demostró su lamentable papel durante la ocupación nazi en la II G.M. Han golpeado a los más débiles en su psicología colectiva como pueblo, de entre aquellos que alardeaban de bombardearlos (mucho daño no les habían hecho hasta el momento), sabiendo que serían mucho más impresionables que los británicos, por nombrar otro país europeo. Y de paso, han demostrado que aún mantienen una alta capacidad de atentar con una precisión propia de profesionales.

No quiero cerrar este texto sin referirme a la segunda cuestión de lo que entiendo como idiotización de la “izquierda” en el contexto de los gravísimos atentados de París.

El discurso del “cuidado con la islamofobia” y de negar que la religión tenga un peso concreto, desde luego no el principal, en mi opinión, en los conflictos del terrorismo yihadista es tan estúpido como afirmar que el yihadismo y lo que los sectores más radicalizados del mismo entienden por yihad no tiene sus raíces en la religión islámica o que son falsos islamistas o yihadistas.

No, no señores, no se trata de islamofobia sino de reconocer el componente identitario y cultural que para muchos jóvenes de países europeos, hijos de inmigrantes que viven en barrios marginales, desarraigados, sin salidas profesionales de futuro, con choques culturales entre la comunidad de origen de sus padres y la de su nacimiento, representan determinadas corrientes del islam que dan salida a su rabia y a su frustración, que les fanatizan y que les llevan a situar al otro, al que no pertenece a su identidad, como alguien que merece morir. ¿Acaso no se parece ese odio al otro a lo que en su día practicaron los cristianos en las cruzadas, acaso no es lo que practica el sionismo y sus ramas más radicales con los jóvenes palestinos? ¿Acaso USA no tiene en sus monedas, en sus billetes y hasta en su himno nacional la expresión “in god we trust” (en dios confiamos)? ¿Acaso los ejércitos no tienen a sus clérigos que bendicen a sus soldados para que maten mejor? ¿Acaso la iglesia católica española no se puso de lado de los sublevados contra un gobierno legítimo? ¿Acaso Pio XI no bendijo los cañones italianos que partían para la guerra de Abisinia, tras considerar a Mussolini como “un hombre de la Providencia”? ¿Es que lo que vale para condenar unos fundamentalismos no ha de valer para otros? ¿Hay un “opio del pueblo” mejor que otro? Aclárenmelo, señores de cierta “izquierda” porque yo de ese no quiero tomar, ni del de la Biblia, ni del de la Torá, ni del de El Corán.

Hoy el mundo sufre una involución fanática, anticientífica, iluminista en palabras de Adorno, se medievaliza rápidamente en lo moral mientras en lo científico se deshumaniza a marchas forzadas. Volvemos al pensamiento mágico, a la superstición religiosa, a la intolerancia con el que no comulga con las estupideces criminales de los clérigos, me da igual de la religión que sean.

Sí, se que me dirán que hay versiones del islamismo tolerantes pero ninguna religión que afirme que hay un dios por encima del ser humano me parece otra cosa que barbarie, la misma barbarie que enseña en las escuelas o en las sinagogas o en las madrasas que el hombre viene del barro, que sostiene teorías creacionistas o la más moderna del diseño inteligente. Y no, no soy un anticlerical, aunque a alguno se lo parezca. Me limito a ser un ateo que exige que la religión no salga de las iglesias, deje de invadir aspectos de la vida colectiva y que el Estado sea laico, no meramente aconfesional.

En definitiva, que el atentado ha sido realizado por aquellos que han sido armados por los países imperialistas de la OTAN, por la satrapía criminal de Arabia Saudí y, a partes similares, por los Estados semiteocráticos de Israel y de Turquía. Pero los jóvenes fanatizados del Daesh y de Al Nusra martirizan y aceptan el martirio en nombre de su dios, más o menos como vienen haciendo o hicieron los que tienen otros idolillos inventados.

Señores de la “izquierda”, émulos de Roger Garaudy, el intelectual marxista que primero se convirtió al catolicismo y luego se hizo islamista, dejen de hacer el canelo, abandonen su pereza intelectual y pregúntense qué hacer para que las ideas laicas, de progreso, de avance social y de revolución emancipadora del ser humano no continúen retrocediendo y los hombres, mujeres y jóvenes encuentren una esperanza humanista, sin dioses ni ridículos fetiches que les alienan y esclavizan. Para empezar, dejen de involucionar ustedes mismos hacia la defensa de la reacción bajo la disculpa de no satanizar al islam porque mundo árabe no tiene porque ser lo mismo que musulmán. De hecho, en otras épocas no lo ha sido. Vuelvan a sus principios laicos y dejen de decir tonterías. No sea que acaben por comportarse como los imperialistas que combatieron a los gobiernos laicos y progresistas del mundo árabe como parte de su lucha contra el comunismo. Por paradoja también se hace el imbécil.

¿O es que a algunos se les ha olvidado ya la relación entre la base material (infraestructura) sobre la que se edifican las sociedades y las ideologías (superestructura) que las justifican?

Creo que muchos necesitan un curso acelerado de marxismo porque, lo que hasta ahora conocen de él, no es ni siquiera el de Groucho sino el más desbocado de Harpo.

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