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30 de diciembre de 2015

"HACER UN VAROUFAKIS", EL REGALO POLÍTICO DE ESTAS NAVIDADES

Por Marat

A Yanis Varoufakis ya pocos le recuerdan. Entre la socialdemocracia realmente existente -parece inútil recordar al personal que la socialdemocracia ya no la representan los PPSS, puesto que se han reconvertido desde los 90 en social-liberales, sino los excomunistas, con o sin cambio de nombre, y el populismo “ni de izquierdas ni de derechas”- se ha extendido una suerte de Alzheimer selectivo que le ha llevado a olvidar a todo lo que tenga que ver con Syriza y hasta con Grecia.

Muy lejos, aunque muy cerca en el tiempo, quedan los actos conjuntos entre miembros de IU y de Podemos con su homólogo griego y los abrazos con Tsipras y otros dirigentes del partido del oxi (no) transformado en nai (sí) a los dictámenes del capital europeo. Esta amnesia es tan profunda como la desvergüenza y cinismo de dirigentes y gran parte de las bases de ambas franquicias españolas respecto al que consideraban su gran referente europeo. Pasaron del amor a la indiferencia sin autocrítica alguna respecto a porqué habían instituido a Syriza en su modelo político en un pispás (“Es tan breve el amor y tan largo el olvido”. Pablo Neruda). A Varoufakis intentaron estirarle unas semanas más como héroe resistente y rebelde con causa tras la caudicación de su partido y del gobierno del que formaba parte hasta entonces, simplemente por su postureo como “enfant terrible” para la hinchada y por haber dimitido como Ministro de Finanzas griego; dimisión que fue en realidad un cese fulminante ejecutado por su amigo Alexis Tsipras para corroborar que el orden reinaba en Berlín y mucho más en Atenas.

Pero Varoufakis no era un héroe. Sólo un bufón en manos de un monigote, Tsipras, al que el capital manejó a su antojo incluso antes de ganar las elecciones, cosa que muy pocos han querido saber en todo este tiempo.

Poco antes de sus horas amargas, tuvo cierto éxito una expresión: “hacer un Varoufakis”. Para cada uno de quienes han empleado esta expresión significa algo distinto. Y es lógico que así sea, en la medida en que uno acomoda los conceptos a su propia ideología.

Para ciertas personas de derecha, “hacer un Varoufakis” es insultar a quienes pueden prestarte el dinero que necesitas y luego pedírselo. Para cierta “progresía” es dimitir, vulgarmente “darse el piro” y hacerlo con elegancia. Para mí es puro postureo. Vestirse de Leónidas el espartano para comportarse finalmente como Arquíloco, el poeta soldado:

Un sayo ostenta hoy el brillante escudo
que abandoné a pesar mío junto a un florecido arbusto.
Pero salvé la vida. ¿Qué me interesa ese escudo?
Peor para él. Uno mejor me consigo”

Ya nadie reivindica a Varoufakis, como tampoco a Tsipras o Syriza, salvo los necios.

Pero Varoufakis se resiste a ser olvidado. Como les sucede a otros antiguos protagonistas -Aznar, González, Blair,…-, Varoufakis quiere sacar la cabeza de la ingrata losa con la que le ha cubierto la historia como, por otra parte, les sucede a casi todos los que ayer fueron alumbrados por los focos de la mercadería política, atentos ahora a otros productos y marcas personales.

Varoufakis se ha descolgado apenas hace dos semanas con una propuesta de “red o movimiento progresista europeo” que democratice Bruselas.

Afirma el ex Ministro griego que “hay que meter a la gente que desprecia la democracia bajo control de los ciudadanos”. Y en línea con las tonterías que nos suelen regalar en España Iglesias o Errejón añadió: "es mejor prender una pequeña vela que maldecir la oscuridad".

Para el gran falsario Varoufakis el mal no está en el capitalismo que se apropia de lo público, destruye las conquistas históricas de la clase trabajadora, empobrece a millones de personas y establece una nueva forma de acumulación por desposesión.

Para los charlatanes y farsantes como Varoufakis o Iglesias el origen del dolor social no tiene que ver con una formación social y económica concreta que refleja una estructura de clases profundamente desigual, la cual en las crisis capitalistas se desvela con toda su crudeza.

Para lo que están donde les han colocado sus amos -sólo los majaderos y los ignorantes creen que los políticos alcanzan un lugar concreto mediante el sufragio- es para señalar al espantajo institucional (euro, Banco Central, Troika, Eurogrupo o lo que toque en cada momento) y escamotear de la vista pública al poder real: el de las grandes corporaciones industriales y financieras capitalistas que dictan las políticas generales.

Por eso este tipo de mamarrachos hablan de déficit democrático europeo. “Odian la democracia, la tratan con menosprecio” dice el curilla Varoufakis, refiriéndose a las instituciones de la UE. Pretende este sujeto que todos ignoremos el carácter profundamente oligárquico de origen de la democracia, sí, de la ateniense, la primera. ¿Acaso votaban los ilotas (esclavos) o los metecos (extranjeros) en Atenas? ¿Acaso no eran una minoría, ciudadanos atenienses, libres y con propiedades quienes votaban y eran elegidos? La democracia desde entonces a hoy es la democracia de una clase, por mucho que ahora el derecho de sufragio sea universal (no para la mayoría de los extranjeros en un país) y para una clase. ¿Qué dicen al respecto la gran mayoría de los partidos con representación parlamentaria? Que representan el interés general, a todos los ciudadanos. Aludían Marx y Engels en “La ideología alemana” a esa tendencia a disfrazar de colectivo lo particular al señalar “la forma tergiversada bajo la que la beata e hipócrita ideología del burgués proclama sus intereses propios y específicos como intereses generales”.

Y es que, en el fondo, Varoufakis no engaña, o sólo a lo hace a los que quieren ser engañados: “Los problemas y las luchas de los europeos son tan comunes que se puede crear una identidad paneuropea. Si no lo hacemos, la UE se romperá. Somos la mejor oportunidad para que la UE sobreviva”. Lo dejó claro este autodefinido como “marxista errático”, en el fondo un neokeynesiano que pide para la UE un nuevo New Deal, cuando afirmó aquello de "La cuestión que concierne a los radicales es esta: ¿deberíamos darle la bienvenida a esta crisis del capitalismo europeo como una oportunidad para reemplazarlo por un mejor sistema? ¿o deberíamos estar preocupados respecto a como embarcarnos en una campaña para estabilizar al capitalismo europeo?". Y por si había dudas sobre el sentido de la respuesta a tal disyuntiva, se respondió a sí mismo: "Para mí, la respuesta es clara: Es menos probable que la crisis europea de a luz a una mejor alternativa al capitalismo a que desate peligrosamente fuerzas regresivas que tienen la capacidad de ocasionar un baño de sangre humanitario, al mismo tiempo que extinguen las esperanzas de movimientos progresivos para las generaciones futuras." En román paladino, para que no venga algo peor, apuntalemos a este capitalismo. Por si alguno de ustedes creen que no es esa la intención que subyace bajo sus palabras, el ex Ministro se empeña en que se le entienda de modo suficientemente claro, para que no haya duda alguna respecto a lo que quería decir: "defender a un repugnante capitalismo europeo cuya implosión, a pesar de sus muchos males, debe ser evitada a toda costa". Algo así como qué asco me da usted pero me sacrificaré y le haré todo lo que me pida y algún extra de regalito. De ahí su obsesión con salvar sus instituciones europeas: la UE, la unión de los mercaderes del capital.

Eso son hoy los Varoufakis, los Tsipras, los Iglesias, los Errejones, los cantamañanas como Monedero, títeres de refresco del capital ante otras opciones ya quemadas. Y lo mismo cabe decir de los grupos -IU/UP- que plantean la posibilidad de la salida del euro pero no de la UE, como si ambos no representasen exactamente lo mismo.

Por extensión, en nuestra realidad nacional hay muchos otros casos que ejemplifican bien lo que es “hacer un Varoufakis”.

Es “hacer un Varoufakis” reunirse en campaña de las generales, como hicieron los concejales podemitas de Ahora Madrid, con los trabajadores en lucha de Coca-Cola de Fuenlabrada, con los cuáles la marca se ha negado a cumplir las obligaciones a las que estaba obligada por resolución judicial, permitir luego el ayuntamiento podemita madrileño la colocación del obsceno árbol navideño de la misma marca y responder, ante las críticas de dichos trabajadores, de manera infame, mentirosa y desvergonzada que creían que el conflicto ya se había resuelto, cuando al visitarlos sabían que no era así.



Hacer un Varoufakis” es que la señora Carmena dijese al poco tiempo de tomar posesión como alcaldesa de Madrid que se planteaba remunicipalizar la limpieza viaria, salir luego con el globo sonda de encargar dichas tareas a diversos colectivos de mujeres, mantener después los acuerdos del PP de Ana Botella con las empresas concesionarias privadas del servicio de limpiezas, proponer un servicio social de trabajo universitario para que esos jóvenes ayuden a limpiar la ciudad, con el consiguiente ahorro de puestos de trabajo, para, finalmente, acabar sorprendiéndose ante un ERTE de OHL y Valoriza-Sacyr, dos de las empresas concesionarias de la limpieza municipal, que suspenderá temporalmente de empleo a 300 trabajadores. La firmeza de la Tierna Carmena ya la conocemos: concesiva y claudicante de manera absoluta con el capital y flexible hasta la nausea con el dolor de los trabajadores.

Hacer un Varoufakis” es presentarse como alguien que quiere hacer desde el ayuntamiento políticas de igualdad y acabar practicando la caridad de la iglesia católica invitando a cenar el día de Nochebuena a unos 200 indigentes con la ONG Mensajeros de la Paz, como ha hecho la señora Manuela Carmena, al igual que antes hacía su predecesora Ana Botella del PP. Ni a socialdemócrata llega la primera, pues son políticas socialdemócratas las que intentan disminuir las desigualdades sociales desde una cierta “justicia reparadora” frente al humillante “siente un pobre a su mesa en Navidad” o, peor aún, vaya a acompañarle un rato a cenar que, luego cuando acabe de hacerlo, ya sabe él cuál es su sitio: la fría noche de la calle o el triste y humillante albergue.

Hacer un Varoufakis” es plantear en campaña que no se cedería ante los intereses especulativos de desarrollos urbanísticos como la “Operación Chamartín” para luego ir modulando el discurso desde el “así no” hasta el “queremos trasladarle nuestra voluntad de desatascar la operación. Fomento debe trabajar de la mano con el Ayuntamiento en las cosas discutibles del proyecto, la cifra de edificabilidad total del ámbito y el coste de las infraestructuras, en el que el Ministerio tiene mucho que decir” en palabras del Concejal de Desarrollo Urbano “Sostenible” (las palabras lo aguantan todo), el señor don Ladrillo José Manuel Calvo (de Ahora Madrid).

Por en medio quedan las fotos de Manuela Carmena retratándose del bracete de Cristina Cifuentes, tras comer juntas y “acabar” con desacuerdos Comunidad de Madrid-Ayuntamiento o de la señora Carmena en el palco del Real Madrid con el gran especulador inmobiliario y del ladrillo Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid, del grupo constructor ACS y comprador de políticos en cada temporada.


Resuelta la cuestión legal que impedía la edificabilidad de viviendas en más de tres alturas por el PP de la Comunidad de Madrid, al derogar la anterior Ley del Suelo, unos días después del amigable paseo de las dos madres de la patria madrileña, ya sólo quedan detalles menores por parte de los podemitas municipales, como la propuesta de que se construya un menor número de viviendas dentro del proyecto-pelotazo “Operación Chamartín”. Eso sí, Ramón Espinar hijo de un padre corrupto y tarjeta-black del PSOE, pudo tirarse el rollo en el Parlamento Autónomo de que “se va a mercadear en grandes operaciones como Chamartín o Mahou-Calderón porque una parcela con una edificabilidad de ocho o diez alturas vale mucho más que una de tres alturas”. En cada institución dicen una cosa opuesta para consumo de forofos del partido de los círculos y de su adorada alcaldesa. Quiero recordar que sobre la eventualidad de que la señora Carmena y su ejército de ediles saltimbanqui-podemitas se apuntaran al pelotazo de la Operación Chamartín ya escribí hace 6 meses. La evolución de los acontecimientos parece darme la razón.  

Hacer un Varoufakis” es ir de empresario de la comunicación progre-trotsko-podemita, como el señor Roures (sí, el de Público y La Sexta, las sedes oficiosas de Podemos) o como la señora Ada Colau, alcaldesa en cuya ciudad continúan los desahucios pero ahora con sordina, que decía que los derechos de las personas deben estar por encima de los intereses económicos particulares, lo que en su boca era una mentira indecente, al defender la dación en pago, y acabar siendo ambos socios circunstanciales en una operación especulativo-urbanística con el intento de venta en Noviembre pasado del edificio Imagina de Barcelona (70% del edificio es propiedad de Imagina Media Audiovisual, 30% restante es del Ayuntamiento). De haberse consumado, el pelotazo hubiera significado un montante de 30 millones de euros, a repartir como buenos socios. Habrá segundo intento.

Por cierto, “hacer un Varoufakis” por parte del señor Roures es ir de empresario progresista y ser un moroso que debe a Hacienda a través de Mediapubli, la antigua editora de Público, 1.622.516,62 euros. Eso sin contar el dinero que aún adeuda a los antiguos trabajadores del panfleto digital.

No sé si finalmente Pablo Iglesias hará un Varofakis con su propuesta de referéndum para Cataluña -¿sólo para Cataluña? ¿Por qué no también para Euskadi y Galicia? ¿Acaso no hay allí fuerzas soberanistas?- pero, de momento, ya ha anunciado que su prioridad es la Ley 25 de emergencia social, a sabiendas de que sin la derogación del artículo 135 de la Constitución y muy especialmente de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPFS), cuyo contenido está vinculado directamente al Pacto Fiscal Europeo, es otro brindis al sol en línea con el programa económico podemita. Y esa derogación no se producirá porque Bruselas ya le ha dicho que alegrías económicas ninguna. ¿Acaso alguien es tan cínico de afirmar que Iglesias haría algo distinto a Tsipras? El propio Iglesias ya aclaró hace tiempo que Syriza hizo lo único que se podía hacer. Y remachó: "Cuando en política no tienes poder, no tienes nada, porque no cuentan las razones", y "un Estado del sur de Europa tiene muy poquito poder".

De momento Iglesias gana tiempo, pone un señuelo, que por la situación económica y social de millones de personas puede que le funcione relativamente bien, por delante del referéndum, la ley de emergencia social y juega a favor de la repetición de unas elecciones en las que sólo el PP y Podemos saldrían beneficiados. Pero para entonces estaríamos ya en Mayo y, bien podría empezar a difuminarse su propuesta de referéndum, no tanto para que le haga perder muchos votos en Cataluña, Euskadi y Galicia pero suficiente para que en la España profunda, una, grande y libre no le castiguen por separatista, como dicen los barones del PSOE. Y es que tuvo un buen maestro en aquel Felipe González del 76 que estaba a favor del derecho de autodeterminación de los pueblos de España y luego acabó por ser un puntal sólido de dicha “unidad patria”.

Por último, “hacer un Varoufakis” es proclamar, como hizo el candidato de IU-UP que Podemos se ha derechizado, que es la UCD actual y que con un partido con esa evolución IU no hubiera buscado la unidad popular, cuando lo intentó con un partido que estaba ya muy derechizado hasta el último minuto antes de iniciarse el cierre de las listas, y acabar planteando la necesidad de recuperar esa misma “unidad popular” al día siguiente de las elecciones. IU acabará integrada en dicho partido, con los dirigentes que acepte Podemos, como el que selecciona con desgana las partes apetecibles de un plato y casi todas sus bases embarcando en el populismo derechizado y sostén del capitalismo. Muchos de los “disidentes” de la actual dirección de IU subirán al barco por la pasarela, como hicieron yendo a votar a tal coalición con el carné en la boca. Pero, eso sí, muy indignados. 

Tranquilos, el día de Reyes todos los votantes giliprogres, de rojos nada, recibirán su juego de mesa “Házle un Varoufakis a la decencia política”.

12 de octubre de 2015

CUATRO EJEMPLOS ACTUALES DE POSTUREO POLÍTICO Y OTROS CUENTOS CHINOS

Por Marat
El postureo político es tan antiguo como la política pero hoy es casi la política misma en las sociedades parlamentarias. Éstas son parte del mundo postmoderno del espectáculo, donde casi todo es una representación, con la excepción muchas veces del dolor, aunque éste es frecuentemente manipulado, como lo fue la fotografía del niño muerto (Aylan Kurdi) en una playa de Turquía. Esta imagen fue mllones de veces reproducida y utilizada por las potencias occidentales para ejercer su papel de hipócritas plañideras ante una de tantas consecuencias terribles de sus criminales intervenciones militares en el apoyo a esas “revoluciones árabes” de colores que han traído el islamofascismo en tantos lugares del mundo. 
 
Baudrillard, que tenía una estética literaria muy superior a su aportación sociológica, prefería hablar de simulacro.

En castizo, el postureo en política es una especie de cuento chino o embuste, disfrazado con mayor o menor habilidad dentro de un relato de dudosa veracidad, si se posee la capacidad de detectar que lo es a pesar de la desinformación con la que se amaña la realidad performada, mixtificada, centrifugada y recreada una y mil veces por los medios de manipulación de masas. 

Grecia como embajadora del concepto
Un gran embajador del postureo en fue el ex Ministro griego Varoufakis, el cuál no dudo en aplicar tal término para definir el arte diplomático en las negociaciones entre el gobierno de Syriza, representado en aquél entonces por él, y el Consejo de Ministros de la UE. Y superpostureo –aunque yo prefiero llamarlo mentira de tamaño descomunal- fue el referéndum en el que el gobierno de Syriza pedía un oxi (no), cuando quería que saliera un naí (sí) -curioso este idioma que acerca la fonética del sí y el no a términos que en castellano sugerirían sus opuestos- Pero cuando se descubre que el postureo es sólo eso, postureo, (aceptación de las condiciones impuestas por la UE al pueblo griego), lo que queda al fondo del escenario es una mierda del tamaño del sombrero de un picador.

No siempre el postureo queda tan al descubierto. En cualquier caso no está de más cierto entrenamiento y un sobreesfuerzo en contrastar muchas fuentes de información y aprender a leer entre líneas –algo a lo que la inmensa mayoría de las audiencias no están acostumbradas- para detectar la pose fingida que se encuentra en detrás de muchas pretendidas posiciones políticas.

El postureo imperial frente a la situación siria:
Tomemos por ejemplo a ese progresista Presidente USA llamado Barack Osama, perdón, Obama, obediente a los dictados de quienes le designaron para su papel (los electores sólo refrendan decisiones tomadas por aquellos que realmente ejercen el poder, no el gobierno) que acusa a Rusia de no concentrarse en sus ataques en las bases del IS (Daesh) sino en la de otros rebeldes ¿Cómo lo saben los señores Obama y sus esbirros de la OTAN, cuando los frentes están tan cruzados y entremezclados? ¿Le han informado de ello sus aliados del IS y quienes les arman, entre ellos ustedes mismos? ¿Pueden aportar pruebas de que las fuerzas del Daesh siguen intactas tras los bombardeos de Rusia y su lanzamiento de cohetes contra zonas ocupadas por los terroristas? ¿Se refiere el señor Obama y sus secuaces políticos, militares y mediáticos a esos “rebeldes moderados” que entregaron el armamento que les fue suministrado por las potencias imperialistas al IS (Daesh) y al Frente Al Nusra? ¿Se refieren acaso al llamado Ejército Libre Sirio (creado por la CIA y por los servicios secretos franceses) o a Ahrar al-Sham, patrocinado por Turquía y Qatar, prácticamente inexistentes sobre el campo de batalla, ya que cuando no han salido corriendo hacia Turquía han engrosado las filas de Al Nusra y del Daesh? ¿A esos “insurgentes moderados” es a los que el señor Obama va a enviar más ayuda militar a través del Pentágono? ¿No será, de nuevo, un modo indirecto de hacerle llegar el armamento a Al Nusra y el Daesh, verdad? ¿O es precisamente de eso de lo que se trata? 

Se le olvida al señor Obama y al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que repite el mismo discurso, que el Frente Al Nusra es la sección para Siria de Al Qaeda, la del Ben Laden al que USA entrenó en Afganistán, la misma del 11-S y la misma que sirvió de justificación para destruir Irak cuando ella había culpado de impío a su entonces Presidente Sadam Husseim y se sabía que no existía conexión alguna entre el gobierno iraquí y Al Qaeda sino todo lo contrario. Yo diría que eso es postureo y del gordo.  Por lo demás, sólo las declaraciones de los halcones de la guerra y de sus esbirros mediáticos dicen algo distinto de lo que Rusia declara: la destrucción de múltiples instalaciones, armamento y puntos de concentración de tropas del Daesh.

Señores del gobierno USA, de la OTAN, señores Presidente Hollande y primer Ministro británico Cameron: ustedes no pueden dar lecciones de nada cuando sus fuerzas antitalibanes en Afganistán, informadas de dónde se encontraba exactamente dentro de la provincia de Kunduz el hospital de MSF, asesinan con sus bombardeos a 19 personas entre personal sanitario y heridos.

Algo más cercano: el postureo postelectoral catalán:
Voy a concentrarme en el resultado inesperado para Junts pel Sí (CDC+ERC) de depender de la CUP para la continuación del proces.

El proces constituent se enfrenta ahora a la dualidad burguesía- clase trabajadora.

Aún recuerdo como tras Gregori Sánchez Raimundo, última excepción de origen obrero, el PSUC y sus posteriores marcas electorales se convirtieron con sus sucesivos secretarios generales, en organizaciones dirigidas por la pequeña y mediana burguesía catalanas, a pesar del origen popular de sus militantes, alcaldes y cuadros de la CONC.

Dicho esto, y aunque los 47 diputados burgueses del Parlament catalá necesiten de los 10 diputados de la CUP, la realidad es que estamos, de nuevo, ante un espectáculo de postureo bastante evidente, si uno no se deja cegar por lo aparente.

O si lo prefieren ante una cuadratura del círculo difícil de aplicar, salvo que la coalición burguesa soberanista (sobre todo CDC) acepte las medidas económico sociales de reversión de las privatizaciones, nacionalziación de la banca y de impacto inmediato para aliviar la situación de las clases más afectadas por las medidas anticrisis que aplicaron al alimón el gobierno español y el de la Generalitat, presidido por Mas, que exige la CUP para llegar al pacto de investidura del President.

Eso supondría por parte de CDC aceptar lo injusto de las medidas de recortes y austeridad aplicadas por el gobierno del ex President y la justeza de unas reivindicaciones que poco encajan en la base votante de este partido burgués, por mucho que una parte de esa base se haya visto afectada por tales decisiones políticas del pasado.

Pero por el lado de la CUP llegar a un acuerdo que deje en agua de borrajas esa parte de su programa mínimo sería traicionar su condición de grupo de izquierda, por mucho que Mas y CDC aceptaran su parte de propuesta política rupturista (desobediencia al Tribunal Constitucional español y creación de una República catalana).

Ambos, CDC y la CUP, saben que hay mucho de postureo en esa reivindicación socioeconómica, sin dar un paso radical hacia medidas no paliativas sino anticapitalistas, ya que sin expropiación e impuestos especiales a las grandes fortunas catalanas no me imagino de dónde van a sacar el dinero para las medidas sociales cuando Standar & Poor´s han rebajado la calificación crediticia de Cataluña ya por debajo del “bono basura” y el Estado central previsiblemente apretará aún más las tuercas a la economía catalana a través de sus mecanismos de transferencia económica, ayudas e inversiones ¿Jugará CDC a enrabietar aún más al gran capital catalán, partidario del mercado único y, en consecuencia, de la continuación de Cataluña dentro del Estado español? No lo creo, y ellos, incluyendo a la proponente CUP, tampoco.

Para los silenciosos ERC y Junqueras en este tira y afloja, en el que las palabras son de concordia y voluntad de entendimiento entre los dos extremos (CDC y CUP), y para ello han enviado al Varoufakis catalán, el “independiente” sionista Raül Romeva que se ha autodescartado como candidato a President, la situación es especialmente complicada.

Por un lado, dentro de Junts pel Sí, Mas y CDC recuperan protagonismo en su negociación con la CUP en detrimento de la habilidad de maniobra que ERC y Junqueras habían venido demostrando en los últimos tiempos.

Por otro, la personalidad política de la pequeña burguesía catalana de ERC con veleidades de “izquierda”, tantas veces traicionada, se encuentra en medio de la voluntad de independentismo burgués y pactado con el Estado español de Mas y CDC y la de secesionismo “radical” social, de izquierdas e insumiso de la CUP. Para ellos la proclamación de la República catalana ha de tener una conexión con un acto del pasado siglo XX –el realizado por el President  Companys- En función de dónde se situé dentro de 
esa tensión negociadora, ERC tendrá problemas de uno u otro signo, pero los tendrá. 

Entre tanta pose, tanto juego dentro de la familia soberanista catalana, tengo la sensación, siendo un ignorante absoluto de la realidad política catalana, que a CDC se le ha escapado el control de la situación hace ya tiempo, que su órdago a la grande se ha convertido en un órdago a la chica a la vista de todo el mundo, que la CUP juega a un postureo –el de condicionar la política antisocial de CDC- que no se cree ni ella, pero que no tiene otro remedio que jugar porque, no hacerlo sería renunciar a su identidad de organización de izquierda, por muy influenciada que éste por el perroflautismo pequeñoburgués del 15M, y que ERC no sabe aún cómo jugar el papel de un árbitro “centrista” en una operación que desea liderar pero que puede acabar como el rosario de la aurora.

¿Tendrá esto una repercusión sobre el éxito o fracaso del proces català? No lo sé. Soy partidario del libre ejercicio, sí ejercicio, de autodeterminación de los pueblos pero no promotor de ello porque soy muy consciente de que rara vez ese ejercicio logra otra cosa que dividir a la clase trabajadora aún más y casi siempre bajo la hegemonía de sus respectivas burguesías nacionales.

Y por fin, la madre de todos los postureos: el de IU y el de Podemos:
Sé que hay quien cree que la ruptura de las negociaciones entre IU y Podemos  fue sincera en algún momento por, al menos, una de las dos partes.  Del mismo modo que sé que aún hay quien cree que elecciones y voluntad popular tienen algo que ver o quien cree en el misterio de la Santísima Trinidad. La fe es un estado de cándida ignorancia.

Hagamos un poco de historia para entender los desentendimientos entre IU y Podemos.
Izquierda Anticapitalista, partido que aportó a Podemos la mayor parte de su núcleo inicial de militantes, nace de Espacio Alternativo, una corriente de opinión, una parte de la cuál militaba en Izquierda Unida. Tras su abandono de esta organización (que como marca del supermercado electoral empezaba a dar síntomas evidentes de envejecimiento), previo el debilitamiento y pérdida de adscritos a dicha corriente, a finales de 2007, deciden en noviembre de 2008 constituirse en partido con el nombre de Izquierda Anticapitalista y presentarse a las elecciones europeas de 2009. Tras su rotundo exitazo al obtener el 0,13% y 19.880 votos, se rebajó un tanto el entusiasmo de estos universitarios hijos de la pequeña burguesía que intentaban recrear una pseudoIU “moderna” y buenrollista, no como coalición, sino en el formato partido a través de su discurso ecologista, feminista y de “izquierdas”. Necesitarían un nuevo baño de realidad –las elecciones generales de 2011- para darse cuenta de que el invento que seguía la estela de un NPA y de un Besancenot venidos a menos no tiraba hacia adelante. En las elecciones generales de 2011 obtendrían un espaldarazo más notable (0,10% de los votos o, lo que es lo mismo, 24.456 votantes. Para entonces, su proyecto empezaba ya a dar síntomas de agotamiento incluso en cuanto a la afluencia juvenil a sus filas que no fue despreciable en los 2-3 primeros años.

Y en esto llegó el coleta que, junto a su compinche Monedero y Jorge Verstrynge entro otros, habían  sido miembros de IU, asesores a sueldo de la misma (políticos profesionales aunque no públicos)  y con otros ex IU (de nuevo Izquierda Anticapitalista y sectores vinculados a IU) ponen en marcha lo que los propios trotskistas light habían denominado la ”operación coleta”. Aunque el invento había sido registrado ya como partido con anterioridad en el Ministerio del Interior, la operación toma cuerpo y velocidad  tras no funcionar el intento de imposición de Pablito a IU de que ésta organizara primarias para elaborar la lista a esas elecciones y le incluyese a él y a otros de Podemos en “lugares seguros” dentro de la lista al Parlamento Europeo de las elecciones europeas de 2014 por  dicha coalición. Sabían que la dirección de IU no aceptaría tal chantaje pero aun así hicieron el paripé. Primer postureo por parte de Podemos.

En la noche del 25 de Mayo de 2014 las caras de los dirigentes de IU que comparecían ante los medios de comunicación tras conocerse los resultados electorales eran todo un poema. Expresaban aspecto de luto, cuando se trataba de la convocatoria al Parlamento Europeo en la que habían obtenido mejores resultados de su historia como coalición. Aunque habían logrado 6 eurodiputados, aún estaban colgados de los sondeos preelectorales que hacía meses apuntaban resultados mucho mejores para ellos. Y lo peor de todo, Podemos con 5 actas se había quedado a un solo puesto de ellos, sobrepasándoles en porcentaje y votos en muchas provincias y regiones.

La operación coleta y su despliegue mediático había dado un primer golpe del que IU no se recuperaría sino que le llevaría por el camino del abandono de dirigentes, afiliados y votantes hacia la formación morada y a un riesgo más que evidente de extinción. Quien desee saber más sobre Podemos y sus efectos en IU puede consultar este enlace.

Se había producido la sustitución de lo que algunos llamaban una coalición “viejuna” por una nueva opción “modelna”, “joven” y  “chupiguy” por parte de quienes se sentían hijos  de la clase media y la “generación más preparada de la historia”. No en vano, encontrar un obrero en la dirección de Podemos es más difícil que hallar un dirigente del PP honrado.

El caso es que el grueso dominante original de Podemos provenía de IU, su programa en las europeas, municipales y autonómicas era casi el mismo que el de esta coalición y aunque una parte de Izquierda Unida defendía ciertos principios ideológicos y toda ella de izquierda, ambas –Podemos e IU- son en realidad interclasistas, ciudadanistas, reformistas y contaminadas hasta el corvejón por la morralla ideológica del 15M. He aquí una clave decisiva para entender el paripé de la negociación de la Unidad Popular por ambas partes.  Peleaban las dos por sobrevivir en el mismo terreno, sabiendo ambas que de dicha pelea sólo podía salir viva una de ellas.

Si hubiera que señalar alguna diferencia significativa, pero no determinante para no entenderse, porque el realismo político de las direcciones y de la mayoría de las bases de ambas formaciones es lamentable, serían dos a reseñar: que buena parte las bases de IU y sus electores se reconocen como clase trabajadora y un importante sector de su afiliación mantiene vínculos sentimentales con las ideas comunistas, aunque es más fácil autoafirmarse tales que defender los elementos centrales de dicha ideología. Mientras tanto Podemos se apoya en una base afiliada y votante de desclasados y hasta hace muy poco de fanáticos ignorantes sin una ideología política concreta. Ahora está por ver lo que queda en los círculos que aún no han desaparecido en la práctica.

Así pues el debate de todos bajo las siglas de Podemos frente al de, hasta hace muy poco, una Unidad Popular que respete las siglas de cada uno (cuestión ventilada por parte de IU con la creación del engendro de Ahora en Común) era una polémica mentirosa porque el objetivo era no entenderse y poder cargar al otro la responsabilidad de ello. Tanto Podemos como IU saben que el dinero obtenido por cargos públicos lo es a las siglas y no a las uniones electorales en las que la identificación de a qué partido pertenece cada cargo electo es harto difícil. IU no puede sobrevivir a su más que difícil situación económica sin recursos de origen electoral.  

Podemos no tenía interés en una coalición de carácter nacional sino en picotear, como el invitado a una fiesta que,  poniendo cara de desgana, selecciona los trozos más apetecibles de una bandeja con viandas. En Aragón, en Galicia porque está Anova con Esquerda Unida y las Mareas, en Cataluña porque Podemos era allí mucho más débil que en otros lugares. No le funcionó en las elecciones catalanas pero le ha servido para hundir a ICV y a EUiA, lo cuál es siempre un consuelo para Podemos.  Por el contrario Ahora en Común se ha roto en Aragón. Y en Galicia sus potenciales socios empiezan a decirle eso de que marchar todos juntos bajo la bandera podemita hay, tras la debacle en Cataluña, que discutirlo.

IU ha tragado, creyendo que le marcaba el terreno a los podemitas con el aborto, ahora registrado con otro nombre similar en Interior, desideologizado y derechizado de Ahora en Común, hasta que, tras la escena del sofá y las repetidas muestras de indignidad absoluta de Alberto Garzón en postura auparishtaquika ante el gran buco, el macho alfa Coleta Morada, éste ha quedado, más que satisfecho, asqueado por lo rastrero de su entrega. 

Garzón se ha limpiado el líquido viscoso que le colgaba de los morros, se ha alisado los cabellos, estirado la ropa y, poniendo cara de digno ha declarado: “vamos a asegurar una candidatura nítidamente de izquierdas”, lo que significa que en el proceso de negociación no lo estaban haciendo y que tragaba/n con lo que le/s echarán. Y acto seguido IU ha hecho gala de un republicanismo tantas veces guardado en el armario ropero tanto en el Parlamento Europeo ante la visita del Rey español y ante el 12 de Octubre. En eso le lleva ventaja a Pablito y los podemitas (suena a nombre de conjunto pop de la movida) que tuvieron que inventarse eso de no nos mandaron el email y cuando lo encontramos salimos por peteneras para justificar el no ir de besamanos a la recepción real, en lugar de decir que no lo hacen porque son republicanos y no reconocen a una monarquía heredera del franquismo. Les hubiera estropeado un tanto la estética de su viaje al centro.

Conociendo el percal y la madurez de Pablito sospecho que no ha ido por no ponerse traje. Disculpen la frivolidad pero sé que, en esto de los "emergentes" la bisoñez pesa lo suyo.

Resulta patético, ver como muchos de IU que se retorcían de dolor y rechazaban el carácter de entrega de su lidercito Garzón a los podemitas ahora le aúpan y, “au contraire”, también es despreciable ver como los podemitas de IU ahora sacan pecho y rechazan con orgullo herido a Coleta Morada. Cuando uno no puede sostener su esquizofrenia se inventa una nueva imagen de sí mismo. A eso eufemísticamente lo llaman los psicólogos reducir la disonancia.

Defendí a IU y a un coordinador general de la misma, ahora meramente nominal, el cuál acabó plegánose en gran medida a la mayoría confluyente de IU, en lugar de romper, seguido por los sectores más decentes de ella, con la misma y su indiginidad, cuando se lanzó la operación coleta y durante los primeros meses del acoso porque entendí que, aunque ese grupo era socialdemócrata, su desaparición traería más daño que bien a las ideas de izquierda, al debilitarlas en su conjunto. Hoy sabiendo lo que sé, no me arrepiento de lo hecho pero quizá mi postura habría sido otra.


Me da igual cómo le vaya a IU el 20-D. Quizá salven los muebles –léase la seguridad profesional para unos cuantos entre diputados, asesores parlamentarios, etc- y saquen 4 diputados, como el PCE de Santiago Carrillo en 1982. O quizá sea ya su debacle definitiva. En cualquier caso IU habrá demostrado que en casi 30 años de historia el “cretinismo parlamentario”, que rechazaban tanto Marx como Lenin, y del que han hecho su principal objetivo de acción política, les ha dado unos resultados realmente decepcionantes.
En cualquier caso, el sindiós de la alucinante jaula de grillos trepadores en lo que se ha convertido Ahora en Común -lo que era de esperar por su composición aventurera y de la peor especie de sujetos venidos del lumpen político- anuncia el peor de los batacazos.


No es algo que a mí ya me preocupe pues en esta ocasión también volveré a abstenerme.

En todo caso, espero ver cómo sigue desinflándose la opción podemita, ahogada entre su obsesivo viaje a la derecha (centralidad la llaman ellos y han conseguido que el votante se incline hacia la derecha y el "centro" con 3 opciones en ese terreno que la han dejado para “asfaltar” los suelos), la evidente mediocridad de sus dirigentes –qué gran estratega el repelente niño Errejón-, su conversión en partido nepotista, vertical, anticlase y sus broncas y abandonos internos, en medio de declaraciones y comportamientos cada vez más esperpénticos.  Una vez que han servido de refresco  a los partidos centrales del sistema y que los medios del capital y las cañerías del Estado ya no les necesitan (en Cataluña fracasaron como opción camufladamente españolista y allí y en España ya hace de regeneracionista su clon, también de laboratorio, "Ciudadanos"), Coleta Morada podrá decir orgulloso: “consummatum est” 

16 de septiembre de 2015

LOS PODEMITAS, COMO POLLOS SIN CABEZA

Por Marat

Una serie encadenada de estupideces propias de quien, ya no es que hayan perdido la coherencia política porque nunca la tuvieron, sino que incluso son patéticamente ridículos en su propia incoherencia nos ha regalado la menguante secta podemita en los últimos días.

Tras enseñar Pablo Pablito Pablete su casa a la reina de la casquería fina Ana Rosa Quintana, al estilo Mariano Rajoy o Pedro Sánchez y sus pretensiones de parecer “personas normales”, ese estilo tan poco sobrio y discreto que debe acompañar a cada dirigente político para no banalizar su imagen como mero producto de marketing para consumo en los supermercados electorales, el Señor de la Divina Coleta nos obsequió con la defensa del oligarca e inductor del terrorismo de las guarimbas venezolanas, que llamó a desconocer en su día los resultados de las elecciones democráticas en aquél país –Leopoldo López- y que desencadenaron 43 muertos en la patria del finado Presidente Chávez. Sigue la estela del gatazo gordo Felipe González, asesor de multimillonarios y "empleado" de lujo de Gas Natural.

"A nosotros no nos gusta, venga de quien venga, que se condene a alguien por hacer política. En política las diferencias se tienen que resolver a través de procesos electorales", dijo el sheriff de los podemitas el pasado 11 de Septiembre. No me sorprende que haya quien por otros motivos, seguramente menos justificados, encuentre paralelismos entre Pablo Iglesias y el fascista de las 2000 abdominales José María Aznar.
Muy poco después Juan Carlos Monedero, Don Politologón, en un alarde que lo mismo podía ser de verso libre que de reparto de papeles, al estilo de como hacían en el pasado González y Guerra, para contentar a la despistada dirigencia bolivariana sobre lo que en realidad es Podemos, decidió insultar en una única declaración pública a la izquierda abertzale vasca y a los sectores populares que apoyan al legítimo gobierno venezolano.
A la primera lo hizo –insultar- al comparar al fascista protogolpista, e inductor del crimen político, Leopoldo López y a la ya extinta kale borroka. Se podrá disentir de la estrategia violenta que la izquierda abertzale vasca empleó aquellos años de “socialización del dolor”. Yo lo hago. La mayor parte de la actual izquierda abertzale lo hace tácita, aunque no expresamente. Pero equiparar a la izquierda soberanista vasca con los fascistas asesinos de venezolanos es, como poco, algo propio de un sujeto inmoral, indecente y canalla. Detengo aquí mis epítetos para no descender al nivel de este fascista que llama fascistas a los demás.

Y de paso, Wallet (Monedero-Billetero)  insultó la inteligencia de la dirigencia bolivariana y del pueblo venezolano al tratarlo de imbéciles y desinformados respecto a la identidad política de la izquierda abertzale vasca, que podrá ser más o menos criticada, por ejemplo en la deriva de una parte de ella hacia el reformismo socialdemócrata, pero que fue durante parte de la larga noche del franquismo una punta de lanza contra el fascismo español y por la recuperación de las libertades.   

En un desdoblamiento de personalidad digna del doctor Jekyll y Mr Hyde, el disminuido (electoralmente) Pablito el pasado martes 15 de Septiembre declaraba: "un extremista, no sólo lo digo yo, lo dice la oposición moderada venezolana. Y yo creo que está bien que defienda sus ideas, y sin embargo en Venezuela hemos visto muchas veces a líderes opositores alentar golpes de estado" ¿En qué quedamos, Pablito, López es un condenado “por hacer política” o alguien condenado por “alentar golpes de estado”?

Los oportunistas, los trepas, los populistas son “gente” sin principios ni convicciones que, como el padre ideológico de Pablito, Zapatero, hablan en función de los sondeos preelectorales y, como estos no le van bien ni por su ala derecha (grande) ni por su ala izquierda (mucho menor y menguante a gran velocidad), hacen declaraciones políticas antagónicas en su contenido para contentar a unos y a otros, demostrando finalmente que no sabemos si estamos ante una parodia de político o ante Cantinflas haciendo de político.


Pablito, el mal remedo de Corbyn español, tiene un ego de dimensiones descomunales que, sin duda, debe estar compensando carencias que habrían hecho las delicias del padre del psicoanálisis, Don Sigmund.

Su artículo en El País, diario del régimen al que tanto criticaba el Señor de los Círculos en el pasado, y al que últimamente se está aficionando bastante como columnista del mismo, que en su edición en papel se tituló “El Pablo Iglesias Británico”, siendo cambiado posteriormente en la digital por el titular de “¿Por qué todos hablan del Pablo Iglesias británico?”, tras la queja de Pablito por lo que él consideraba manipulación por parte de este medio del texto con el encabezamiento entregado por él al diario, y finalmente modificado, es una evidente muestra de lo que muchos psiquiatras y psicólogos denominan “delirio narcisista”.

El problema de los políticos con delirio narcisista, patología tan bien retratada por el inigualable Chaplin en la escena del globo terráqueo de “El gran dictador”, es que resultan, además de grotescos, esperpénticos e hilarantes, peligrosos porque carecen de freno en su insana pulsión de alimentar a su Narciso de bolsillo.


Ni el titular manipulado por El País ni el original entregado por Pablo Iglesias que firma como Pablo Iglesias un texto en el que se interroga “¿Por qué todos hablan del Pablo Iglesias británico?”  hacen buen servicio al Pablo Iglesias español. Hace que se delate a sí mismo, es patético al compararse con un político laborista con más de 30 años de trayectoria coherente como parlamentario y pone el burro delante(él)  como elemento con el que supuestamente “todos” comparan a Corbyn.

Corbyn es un socialdemócrata –más de izquierda que Pablo Iglesias y los discípulos de su secta ni de izquierdas ni de derechas pero que nadie se engañe, no va más allá de ser eso, un socialdemócrata-, con conexiones ideológicas y de clase en los sindicatos (Trade Unions), al contrario que Pablito que lo tiene con ese engendro amorfo llamado “la gente” o con ese “escondeclases” sociales llamado los “ciudadanos”. Corbyn hace 30 años que mantiene la misma línea socialdemócrata, a la izquierda del social-liberalismo del Labour Party que instauró Tony Blair (ni Gordon Brown ni Ed Miliband cambiaron esa orientación), mientras que Pablito pasó en menos de dos años de decir que era comunista –decía-, luego bolivariano, después ni de izquierdas ni de derechas, ahora socialdemócrata modelo escandinavo,…¿mañana?

Y llegó la división de los circulines cuando Alexis Tsipras y Syriza evidenciaron los límites ideológicos, de campo de juego dentro de los límites de respeto a las reglas de la institucionalidad que imponen los sistemas políticos burgueses a quienes los respetan y, por supuesto, de coherencia.

Según cuenta el digital progre “El Diario” bajo el titular “Dos diputados autonómicos de Podemos viajan a Atenas para apoyar a Unidad Popular, la escisión de Syriza”, la tribu podemita está dividida en cuanto a qué socios apoyan en Grecia.

Mientras los trotskolights de Anticapitalistas (antes Izquierda Anticapitalista), corriente de opinión-grupo de presión para el logro de sofás de políticos profesionales, apoyan a la escisión de Syriza, Unidad Popular, Pablito y el ínclito Errejón apoyan a Tsipras y Syriza por su “coraje al convocar elecciones”. Mejor le hubiera ido a ese coraje si lo hubieran empleado en defender a la clase trabajadora griega contra sus oligarquías locales y europeas.

Lejos  quedó aquel “Aguanta Alexis” del tuitero Pablito, cuando muy pocos veníamos avisando de que Syriza y el hijo del constructor Tsipras venderían a la clase trabajadora griega y a su país y cuando, poco antes del referéndum y justo después, quedo patente ya para muchos que lo que decíamos muy pocos meses antes se había cumplido.
Según Jesús Rodriguez, de Podemos y Anticapitalistas, "apoyar a Tsipras ahora es una locura. El apoyo a Tsipras nos va a hipotecar, nos va a dificultar que ganemos las elecciones porque lo que ha hecho Tsipras es consolidar el discurso dominante del bipartidismo de que no hay alternativa, de que no hay posibilidad de cambio". El hombre derrota por la herida electoral, antes que por la ideológico. Y aclara ante la pregunta del periodista sobre si Podemos sigue apoyando a Tsipras y Syriza: "que yo sepa no se ha discutido en ningún órgano y lo que se ha expresado son opiniones de dirigentes. Pero la mayoría de los sectores o están con Unidad Popular o se ponen de perfil". Es la incoherencia, el cinismo y la hipocresía de quienes en lugar de ideología y principios tienen ambición.

Yo no sé lo que se meten en vena o por la nariz los podemitas y los miembros de su sanedrín pero no quiero de eso; sienta mal.

Tras ver su recorrido último tengo la tentación de cambiarles el nombre y pasar a denominarles “podeminis”. Minis en expectativas electorales, minis en ideología, minis en coherencia, minis en decencia política, minis en inteligencia personal y colectiva, minis en fin. Y con estos quieren fundirse los claudicantes PCE e IU. Otros que tal bailan.

Mientras tanto, en la campaña de las elecciones catalanas, la derechuza mediática española emplea a los podeminis como ariete en defensa de la españolidad de Cataluña. Quien tenga dudas sobre lo que digo que vea el lenguaje etnicista, lerrouxista y guerracivilista en un mitin preelectoral de Pablito de la semana pasada en Cataluña: "esa gente que no se avergüenza de tener padres andaluces o abuelos extremeños tiene que sacar los dientes". Y los podemitas y su Cristo del Santo Narcisismo no se quejan por el tratamiento que les da la Brunete mediática en esta campaña de Santiago y Cierra Eggggpaña, se dejan querer. Veo a Marhuenderrrrr e Inda cualquier día hablando del ejemplo patriótico de los podeminis y sus líderes, que no dirigentes.
 
Por cierto, aunque considero respetables todos los tipos de juegos sexuales, siempre que sean consensuados, el nivelón político que ha trasladado Pablito a la campaña de las elecciones catalanas con su respuesta a Lluis Llach (seguro que ya no pone "L´estaca" en sus actos), con aquello de "Parece que a Lluis Llach también le interesa el sexo. Pues bien, si quiere le vamos a dar sexo a Mas, le vamos a dar látigo en esta campaña", me ha creado una imagen visual entre el Mesías de la Coleta y el burgués Mas que he tenido que desterrar rápidamente con una inmersión por Internet en un capítulo de "Perdidos", para evitar tener pesadillas nocturnas de las que te despiertan gritando horrorizado y cubierto de sudor fío. 

En cualquier caso, y dado que Pablito parece obsesionado por las "delicias" del BDSM y otras parafilias, le recomiendo este kit de juegos que acabo de encontrar en la red y que tiene el color corporativo de los podeminis.




26 de agosto de 2015

SOSTIENE PABLO IGLESIAS

Por Marat

Evidentemente Pablo Iglesias no alcanza, para mí  -es algo subjetivo-,  ni de lejos, el grado de dignidad final del periodista Pereira, envuelto en una toma de posición política que nunca quiso ante la dictadura fascista de Salazar en la novela del desaparecido Antonio Tabucchi.

No digo que Pereira  fuera mi héroe antifascista. No era un valiente en el sentido clásico de la tragedia griega sino más bien un Hamlet shakespiriano que hubo de decantarse en circunstancias no deseadas por él.

Era católico –yo no- y le gustaban Mauriac y Bernanos. Yo los respeto en su valor humanista. Pero no ignoro la toma de conciencia política, incompleta, que muestra en la novela de Tabucchi aquel profesor. Tampoco soy el más indicado para pedir heroísmos que no sea capaz de mantener.

Con él y su compromiso moral me pasa como con Tolstoi, acusador de la crueldad de los poderosos, denunciante del hambre de los oprimidos y, sin embargo, hombre con unos escrúpulos que no comparto respecto a la violencia revolucionaria cuando se cierran todos los demás caminos para la justa protesta ¿Quién no detesta cualquier forma de violencia? Pero ¿acaso dejó de ser cierta su inevitabilidad o su condición de “partera de la historia” en los momentos decisivos de la humanidad y de las luchas de clases? 

Lo dicho. Cuando comparo a Pereira, no por su decisión final, decente pero medrosa, sino por el crecimiento, aún incompleto de una conciencia política que nunca quiso tener, con Pablo Iglesias, esa farsa de personaje hasta en el nombre, siento que es injusta la comparación.

Pero Pereira avanzó e Iglesias es un cangrejo ermitaño

Pereira es un hombre de derechas que cree ser un apolítico, dedicado a su vida y al recuerdo amoroso de una esposa a la que la muerte ha arrebatado. El compromiso no va con él. Hasta que conoce a un joven periodista, Monteiro Rossi, un antifascista que acabará escribiendo de más en medio de la dictadura portuguesa del primer tercio del siglo XX.

El asesinato del muchacho a manos de la PIDE hará comprender al viejo Pereira que el mundo del poder es infinitamente más cruel y horrendo de lo que había aceptado hasta entonces.

Comprende que hay otro mundo de libertades posibles y, tras denunciar el asesinato político, sin pringar en exceso a la dictadura, se exiliará. Pereira es un hombre lleno de contradicciones, como tantos de nosotros, y miedos que recorre un camino insuficiente hacia la emancipación del horror del ser humano y hacia el compromiso con lo justo y decente. Pero se mueve en el sentido de la historia, aunque insuficientemente.

Pablo Iglesias ha sido un tipo que, como Pereira, tuvo una relación con los medios del capital pero recorrió el camino en sentido inverso.

En algún momento, el encumbrado plagiador de la metáfora marxiana del asalto a los cielos debió creerse ungido por los dioses para tal misión. Acabó convertido en una caricatura de sí mismo, presa de sus ansias parlamentarias y de los vaivenes de los creadores de opinión y sus demoscópicos juegos al servicio del capital que pone y quita ídeolos de barro.

Pablo Iglesias también camina hoy pero no hacia ningún proyecto liberador del Prometeo encadenado sino hacia el del rincón menguante que la historia con minúsculas le ha asignado.


Pablo Iglesias también sostiene cosas, tantas y tan cambiantes que uno se pierde en el intento de hacer itinerario de las mismas. La sibila Casandra volvería a carecer de crédito en sus vaticinios, ahora sobre este personaje, porque es imposible imaginar tantos bandazos y virajes en tan corto espacio de tiempo.

Desde las elecciones europeas de 2014 –parece que han pasado varios años, ¿verdad?- a las actuales, tratar de conocer qué sostiene Pablo Iglesias como idea central de su relato y propuesta política es una aventura de locos ¿No creen?

Ya no hay casta para él (el ser social determina la conciencia), ni nacionalizaciones de sectores estratégicos, ni renta básica universal, ni tentación de romper el “candado constitucional”, ni proyecto constituyente que valga -¿le han oído hablar mucho de ello últimamente?-, ni derecho de autodeterminación de los pueblos del Estado español que no pase por casi lo mismo que exigen PSOE y PP-que opinen todos los españoles; esto es, todo el Parlamento- Va y viene respecto a sus alianzas con el PSOE y niega las posibilidades de pacto sugeridas por su escudero Errejón-, según convenga a las encuestas preelectorales en las que su formación cotiza a la baja-. Se retrató ante el muro de las lamentaciones del sionismo criminal con kipa y todo. Fue a USA a presentar credenciales y lo hizo también ante el embajador norteamericano en España y es un admirador de Tsipras por eso de que convoca elecciones de nuevo. Por la boca muere el pez. Vincula inconscientemente la convocatoria de nuevas elecciones en Grecia –como acto democrático, aunque Tsipras violase el mandato del referéndum – al hecho de que pueda ganarlas: "Ojalá Zapatero hubiera hecho lo mismo, quizá no tendríamos hoy a Mariano en la Moncloa" ¿A este chico nunca le han dicho que lo que importa no es el oportunismo ni el hecho de que ganes unas elecciones, por ausencia de alternativas parlamentarias, sino que tengas un proyecto y que éste no traicione a quienes confiaron en ti? Quizá a estos ilusos habría que explicarles que el mundo no cambia por delegación sino por un esfuerzo colectivo obra de quienes están llamados a revolucionarlo, sin “dioses, reyes, ni tribunos”.

En Grecia la “ilusión democrática” vino de la clase media y de algunos sectores de la trabajadora , porque en Syriza había más izquierda que en Podemos. Pablito acaba de afirmar que a Podemos no le pasará lo que a Syriza, después de cerrar filas con ella (a cada segmento de votantes les cuenta una cosa) porque su partido está con la UE y con el euro, como si Tsipras no hubiera ya recorrido toda la marcha fúnebre necesaria para que se produzca la tercera vuelta de tuerca. Por eso hay escisión allí. En Podemos hay poca clase trabajadora,  mucha desclasada -y mucho universitario “selecto” que se cree con derecho a todo por eso de la meritocracia-, que se cree media porque tuvo, y una parte de ella aún tiene, unos accesos al consumo que gran parte de los trabajadores españoles no tienen. Llegará antes la implosión del soufflé hasta que haga toma de tierra, tras su involución ideológica, que la ruptura interna podemita, inevitable cuando ya no haya carrera política profesional para tanta aspiración personal.

Pero tú Pablo, ¿qué sostienes?

Nada, porque si hasta tú mismo, para hacerte pasar por lo que no eres, afirmas que “a los valientes nos tiemblan las piernas” para responder al arrebato de valor y honestidad de tu compañera Teresa Rodríguez, a la que le horroriza, que a tu menguante califato le puedan temblar, es que no sostienes nada sino que renuncias a todo. Y eso sin haberte ni siquiera acercado al gobierno, que no al poder, porque el poder está en otro lado, más que en unas encuestas levantadas por los que de verdad cortan el bacalao: el capital.

Tonto útil –pero listillo en tus aspiraciones personales de trepa sin escrúpulos ni decencia- para entretenimiento político, aligeramiento de presión social y vuelta del sistema político –no digamos económico- a la casilla de partida.

Hala, sí, ya puedes mostrarte generoso con los cadáveres políticos que un día te alimentaron y a los que has despreciado con un odio cordial (cor/cordis= de corazón). Os merecéis mutuamente. Te los vas a comer por territorios, con tal de que a algunos les asegures puestos de salida y al señorito con el que hiciste la escena del sofá, y del que dices que quieres en tus candidaturas también.

Pablo, ya no te veo como la pobre imitación del embaucador cuentacuentos Felipe González de 1982 sino como al boxeador sonado que fue aquél en 1996.

Lo que a partir de ahora te queda es actuar de subalterno y monosabio al servicio del diestro en las plazas de tercera, si te dejan los del PACMA.


22 de agosto de 2015

TSIPRAS Y EL MITO DE LA “ILUSIÓN DEMOCRÁTICA”

La comparecencia de Tsipras al presentar su dimisión no
parece sugerir entusiasmo
Por Marat

El anteúltimo acto de la farsa griega –aún quedan varios por desvelarse- presenta al antihéroe Tsipras en su devenir como personaje tragicómico envuelto en la ajada clámide de su dimisión como jefe de gobierno heleno.

Cualesquiera que sean las razones esgrimidas para explicar la dimisión de Tsipras y la convocatoria de nuevas elecciones de un modo más airoso al real –la oportunidad de deshacerse de la Plataforma de Izquierdas y del 30% de diputados de Syriza desleales a su programa claudicante ante el capital europeo, el momento, justo entre la recepción de los primeros flujos monetarios del tercer rescate y antes de que se noten los efectos de sus nuevas políticas antisociales, el realismo político conjugado con la voluntad de sacar a Grecia adelante,…- lo cierto es que la dimisión de Tsipras y la llamada a la formación de un nuevo gobierno, apenas 7 meses después de la formación del primero de Syriza, evidencia el fracaso de la vía reformista representada por la nueva socialdemocracia griega que anticipa el revés de sus corrientes hermanas europeas. Por enésima vez, ya que es evidente la existencia de una voluntad de opinión que se niega a entender esta cuestión, debo aclarar que la socialdemocracia de hoy no es la representada por los viejos partidos  “socialistas”, ya que estos son social-liberales, sino por esas excrecencias “postcomunistas” reconvertidas en socialdemocracia actual en lugar de la socialdemocracia de antaño.  

Sin pretensión de sentar cátedra pero con voluntad didáctica, creo necesario aclarar de qué estoy hablando cuando aludo al reformismo socialdemócrata de postcomunistas y de populistas de “izquierda”.

En el contexto de la crisis capitalista actual dentro de la UE, las opciones reformistas de matriz socialdemócrata más recientes plantean la reversión de las políticas de austeridad impulsadas por la Troika –desdibujando en gran medida que sus componentes son meros órganos administrativos de la estrategia capitalista europea y mundial, y no sólo alemana-, en mayor o menor medida el asunto de la deuda, que ha evolucionado desde la proclamación del impago de la misma hasta su reestructuración y ya veremos en qué acaban estas demandas, una recomposición de las hegemonías políticas dentro de la UE que dé lugar a una nueva orientación económica  y, en sus vertientes “radicales”, estudiar la opción de la salida del euro, sin plantearse la salida de sus respectivos países de la UE, como si euro y Unión Europea fueran hoy cuestiones desligadas y se pudiera plantear el fin del euro sin que ello afecte al fin de la UE en un momento en el que todas las tormentas políticas, económicas y sociales indican que los pasos atrás evidencian la fragilidad actual de su arquitectura. Tanto los rebrotes nacionalistas como las divergencias estratégicas, fuertemente antagónicas en su interior, indican que la UE está tocada de muerte y ello exige una alternativa que sea capaz de prever este hipotético nuevo escenario. Esa previsión no puede llegar desde las organizaciones sistémicas, incluidas las de la actual socialdemocracia, porque están comprometidas en su agónica supervivencia.

Llamativamente, estas opciones plantean sus programas desde posiciones marcadamente superestructurales e institucionales, haciendo abstracción de qué clase es la principal afectada por las políticas de austeridad –tal victimología la envuelven en genéricos indefinidos dentro de la estructura social tales como “la gente”, “las personas” o, en el mejor de los casos, las clases populares, sin que se avergüencen, con frecuencia, de apelar a las clases medias, comodín ideológico de cualquier renuncia política a la idea de lucha de clases, exenta de su proyecto. Siendo así las cosas, carecen de una base social mínimamente homogénea y suficientemente combativa en la que sustentar el apoyo social en forma de lucha a sus propuestas.

Los aspectos señalados explican, en buena medida, el fracaso de Syriza, atrapada entre el  Escila de su “radicalidad democrática” y el Caribdis de la realidad del poder económico del capital, que prefieren representar bajo las formas de sus sombras (BCE, Comisión Europea y FMI), así como las de sus socios europeos (Frente de Izquierdas francés, Die Linke, Bloco de Esquerda, opciones similares escandinavas, Podemos e IU). Sus socios también han perdido pie por su dinámica de rebaja programática permanente (Podemos), otros por haber sido superados en su radicalidad por los neofascismos (Frente de Izquierdas) y algunos porque enfrente tienen a partidos comunistas más combativos, caso del Partido Comunista Portugués frente al Bloco de Esquerda. Y no faltan quienes están empeñados en homologarse dentro de la respetabilidad sistémica (Die Linke).

Sin embargo, hay una explicación complementaria y de gran calado, que tiene que ver con el marco político y que explica la impotencia de la neo-socialdemocracia. Se refiere a las reglas del juego de la legalidad burguesa.  El “parlamentarismo” como expresión del escenario en el que se desarrolla el combate político, la aceptación del Estado burgués como un órgano neutro desde el que se puede hacer cualquier tipo de política –la prosistémica y la supuestamente crítica-, la asunción de la legalidad institucional y sus límites, el respeto a los compromisos internacionales desde una “política de Estado” y la sustitución de la idea de destrucción del Estado capitalista por el de la ocupación política del mismo por el nuevo gobierno de turno, ayudan a entender mucho del porqué el nuevo reformismo está herido de muerte.

Detrás de esta seducción ante el entramado jurídico-institucional de la burguesía, que es tan nueva como sus antecedentes en el reformismo de Bernstein a finales del XIX y de Kaustsky a principios del XX-, está el fetichismo de la “ilusión democrática”. La creencia de que lo que se opone a lo no electivo (corporaciones capitalistas, órganos del capital como el FMI, el BCE o la Comisión Europea) se encuentra en lo elegido por “la ciudadanía”, ese engendro abstracto que hace tabla rasa de la diferencia de clases e intereses en su interior. Y para ese segmento reformista, la panacea del “cambio” se encuentra ahí.

Este discurso, que ha sido el gran gadget argumental del reformismo en estos años de la crisis, desde los indignados 15Mayistas hasta todas las organizaciones políticas y no gubernamentales, tipo ATTAC, que han tenido algo que ver con esa versión del radicalismo democrático pequeñoburgués durante estos años, tiene los pies teóricos y reales de barro.

Exceptuando los parlamentos nacionales y regionales, los municipios y el Parlamento Europeo, el resto de órganos en la gran mayoría de los países tienen una composición endógena: se autoeligen. Desde el Consejo del Reino, a las diputaciones, desde el BIRD y el Banco Mundial, al Consejo de Europa, desde la UNESCO y la ONU a las instituciones judiciales o la dirección de las empresas. Y lo más relevante es que en la infraestructura económica- la democracia social e igualitaria, que es la real, y se llama socialismo- , salvo en el caso de las cooperativas, todos los órganos son de naturaleza oligárquica. Pero no se escuchaban entonces los gorgoritos “democráticos” de los paladines reformistas antiausteridad. No había necesidad de ninguna demagogia de disidencia controlada. 

Pero aunque los organismos mencionados, y otros muchos que no cito, hubieran sido elegidos por sufragio universal o, al menos, por todos los sectores afectados por los mismos, ello no evitaría las tendencias oligárquicas propias de la naturaleza de la estructura social y económica en la que se integran. ¿Alguien supone, de verdad, que las opciones realmente anticapitalistas tienen las mismas posibilidades de ser elegidas que las prosistema? ¿De verdad creen ustedes que hay una libre competencia en lo político, en el que no sean primadas financiera, política y mediáticamente una parte de las opciones concurrentes? ¿Creen que el debate político está siendo reproducido de un modo sincero, no manipulado y equitativo? ¿Tienen ustedes muchos ejemplos en nuestro entorno geográfico en los que las cosas hayan sido de otro modo cuando una propuesta política se haya planteado el derribo del capitalismo? Cuando fuera del entorno europeo han surgido opciones, no socialistas, sino de democracia popular,¿ han notado ustedes el talante democrático de los medios del capital financiero, militar, terrorista, “diplomático”, mediático, económico, “cultural”?

La democracia que ustedes, los “demócratas” reformistas, neopopulistas y socialdemócratas de nuevo cuño nos ofrecen como opción antiausteridad huele a una vieja claudicación histórica. A la renuncia ideológica que ustedes representan. A la clase pequeñoburguesa que siempre acaba ofreciendo saldos de productos que no arreglan nuestras vidas pero sí sus cómodas conciencias.

La auténtica democracia de la que ustedes no hablan apunta directamente al corazón del capital. Tiene que ver con la protección del ser humano, ocupado, parado o jubilado, por el hecho de haber nacido- algo muy distinto a su renta básica universal, que va a consistir en el “toma 600 euros y búscate la vida porque se acabaron la sanidad, la enseñanza y las pensiones públicas”-, tiene que ver con el control de las producción por los trabajadores, tiene que ver con  las comunas como forma de organización barrial, educativa o de otro orden colectivo. Y sí, además hace falta la representación pero en auténtica igualdad de condiciones. El resto es farfolla.

Los comunistas no tenemos respuestas sobre todo esto. Sabemos dónde estamos y dónde queremos ir, sabemos que nos falta mucho recorrido pero no funcionamos sobre programas electorales sino en base a programas mínimos y máximos. Somos conscientes de que necesitamos buscar respuestas.

A finales de Septiembre, en Madrid, una parte de nosotros, no tenemos derecho a hablar en nombre todos, nos encontraremos para buscar respuestas, aprendizaje y espacios de encuentro comunista.

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