Mostrando entradas con la etiqueta todos contra todos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta todos contra todos. Mostrar todas las entradas

21 de noviembre de 2017

TAXI (EN RECUERDO DE HILARIO CAMACHO). A DISTINGUIR ME PARO LAS VOCES DE LOS ECOS (4)

Por Marat
"Y gritas:
“¡Taxi!
¡Sáqueme de aquí! ¡No puedo,
no, no, seguir así!
¡Lléveme por la ruta de la paz
dirección prohibida sin parar hasta el mar”!.
Y gritas:
“¡Taxi!
¡Taxi!
¡Sáqueme de aquí!”.
(Hilario Camacho)

¿Cuándo se jodió la esperanza de un mundo más justo, humano e igualitario? ¿Cuándo los monstruos de las patrias enloquecieron a los seres humanos? ¿Cuándo se sustituyó la denuncia de la explotación por la reivindicación del identitarismo de la tribu? ¿Cuándo se decidió perseguir a la razón en beneficio de la locura? Cuando los explotadores descubrieron que era más sencillo manejar a la masa estúpida que reprimir directamente a los subversivos. Les echaron encima a los borregos hasta que pasaron por encima de ellos y ahogaron su voz.

Empezaron por envenenar a los supuestos representantes de los parias diciéndoles que había miles de matices intermedios entre el opresor y el oprimido y que faltaban muchas otras “liberaciones” por hacer antes de que el esclavo se liberase. Les convencieron de que su camino sería más fácil empezando por pequeñas batallas de microopresiones, creando nuevas identidades que importaban mucho a las clases intermedias, porque sus demandas estaban muy lejos de la realidad del oprimido. Del multiculturalismo al postgénero, del postmodernismo al relativismo, de la idea de pueblo, que enmascara opresiones más profundas, a la de nación, de la gente, que mezcla clases, al animalismo como nuevo sujeto, del democratismo del progre al relato, del feminismo reformista al antagonismo que sustituye clases por odio entre mujeres y hombres.

¿Cuándo dejamos de reconocer al compañero, al igual en humillación para sustituirlo por el desconocido “amigo”, tantas veces intoxicador a sueldo, de redes antisociales? ¿Cuándo los nuestros se pasaron al campo del opresor, disfrazado de rebelde? ¿A cambio de qué y, sobre todo, por cuánto para sus mesías?

¿Cuándo los que decían sostener el hilo de la emancipación se convirtieron en estatua de sal, en farsa, en mueca de sí mismos, en mentira?

¿Cuándo lo indómito se convirtió en dulce gatito obediente y en servidor del orden de nuestros opresores? ¿Cuándo empezaron a traicionar lo que fueron un día?

Vendrán de nuevo los bárbaros. Ya están aquí con sus horcas y sus uniformes de muerte, están entre nosotros, muchos los lleváis dentro de vosotros. No sois capaces siquiera de reconocer cómo os han transformado por dentro. No los culpéis. Os transformasteis en los monstruos que jurasteis un día combatir.

Ahora todo se ha vuelto micro. Dentro de cada una de esas reivindicaciones, que ha fomentado, alimentado y subvencionado el capital, han nacido nuevos antagonismos. Gais que demandan el derecho a la paternidad mercantilizando el útero de las mujeres, defensoras de la prostitución frente al derecho de la mujer a no ser tratadas como sexo con patas, tribus contra tribus, ateos anticatólicos pero feroces censores de cualquier crítica al islam, con la amenaza de anatema de que cualquier crítica hacia lo que representa es islamofobia, trabajadores desclasados que odian a quienes conquistaron mejores condiciones laborales y salariales. Todos contra todos hasta el individualismo salvaje más guerracivilista y feroz.

Quisisteis ser modernos y os habéis convertido en los más antiguos salvajes, aquellos que ni siquiera disponéis del corpus social porque vuestro intento de evitar el antagonismo básico explotador-explotado, capital-trabajo, os ha conducido al darwinismo social más cruento, el de que cada uno se busque la vida como pueda, contra todos pero principalmente contra sus iguales, contra quienes soportan similar condición de galeotes.

Ya sois unos perfectos liberales pero no en la cúspide de la pirámide social sino en el barro. El capital os tiene donde quería.