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24 de febrero de 2012

PAPADEMOS APURA EL AJUSTE

Página/12
Después de que los acreedores internacionales dieran luz verde al rescate, el Ejecutivo griego debe responder con nuevos recortes. El país heleno está sumido en una crisis desde hace dos años.

El gobierno del primer ministro griego, Lucas Papademos, trabaja a toda velocidad para traducir en leyes el nuevo plan de rescate europeo, mientras miles de personas protestaban ayer de nuevo en las calles contra las políticas de austeridad impuestas por la Unión Europea (UE). El Parlamento debatió ayer la ley relativa a una quita forzosa, que permitiría al Estado obligar a acreedores privados a condonar las cantidades adeudadas si su participación en la quita voluntaria no es lo suficientemente generosa.

El gabinete griego prevé que la norma se apruebe hoy con los votos de 199 de los 300 diputados.
Las nuevas medidas de austeridad exigidas por los acreedores internacionales encuentran a los griegos sumidos en una creciente penuria desde hace dos años, con la economía en caída libre, el desempleo en niveles record y las finanzas del Estado en una situación peor que la que se creía, según datos conocidos ayer.

En otra muestra del descontento de una ciudadanía agotada y exprimida por el ajuste, más de 6000 personas se manifestaron ayer pacíficamente frente al Parlamento, en el centro de Atenas, para ventilar su bronca contra las nuevas medidas de austeridad que impulsa el gobierno de Papademos. La manifestación llegó un día después de que los países que usan el euro aprobaran el segundo rescate financiero para Grecia de los últimos dos años, que consta de otro préstamo de la UE y el FMI por 130.000 millones de euros y una condonación de la deuda por parte de bonistas por 107.000 millones de euros.

En respuesta al acuerdo de quita de deuda con bancos, aseguradoras y otros tenedores de deuda, la agencia Fitch rebajó aún más la nota de crédito griega, de CCC a C, el nivel más bajo de la tabla antes de la suspensión de pagos parcial. La agencia dijo que una cesación de pagos griega es “altamente probable en el corto plazo” y que considerará poner a Grecia en estado de “default restrictivo” (RD) una vez que se complete el canje de los bonos, una advertencia que ya había hecho en 2011.

Atenas sostiene que su nota de crédito será para entonces sólo un tecnicismo dado que el doble acuerdo que logró el martes le permitirá al país superar el mes próximo un reembolso de un vencimiento de su deuda por 14.500 millones de euros, evitando así un default desordenado y una expulsión de la Zona Euro. En virtud del acuerdo, Grecia debió ceder su soberanía y aceptar una vigilante presencia permanente de la UE y el FMI en Atenas, una especie de comisariato político que el bloque comenzó a ejercer ayer al convocar a una reunión dentro de ocho días para ver si Grecia cumplió con el ajuste requerido. La reunión, según informaron fuentes diplomáticas de Bruselas, tendrá lugar horas antes de la cumbre de mandatarios de la Eurozona prevista para el 1º y el 2 de marzo.

En cuanto a los griegos de a pie, en tanto, deberán pagar un enorme precio por su salvación. La nueva ley de ajuste enviada anoche al Parlamento contempla recortes del gasto adicionales por 3200 millones de euros acordados la semana pasada por el Ejecutivo, incluyendo un “tijeretazo” de 400 millones de euros en las ya depredadas pensiones y de más de 170 millones en educación y salud. El proyecto de ley también revisó drásticamente el presupuesto para 2012, estableciendo una nueva meta de reducción del déficit en un 6,7 por ciento del PBI, por encima del 5,4 previsto inicialmente.

Ayer, el Parlamento aprobó en comisión un proyecto de ley separado, que adopta la quita de deuda con los bonistas privados y que será votado hoy por el Legislativo en sesión plenaria. El premier Papademos se reunió ayer con el presidente Karolos Papoulias para informarle sobre el acuerdo de la Eurozona. No está claro si la combinación de crédito y quita de deuda será suficiente para evitar un default de Grecia, cuya economía podría contraerse aún más con la pérdida de poder adquisitivo o capacidad de inversión que seguramente resultará de los nuevos ajustes.

Incluso con el acuerdo con los bonistas, la deuda pública de Grecia se reducirá, en el mejor de los casos, desde su actual 170 por ciento del PBI a un 120 en 2020, volviendo al mismo nivel que tenía en 2009.

La asociación de comerciantes minoristas griegos dijo ayer que las medidas de ajuste costarán otros 100.000 puestos de trabajo en el sector sólo en la primera mitad de 2012, luego de la pérdida de 65.000 empleos en el segundo semestre del año pasado. Más de un millón de griegos, o el 21por ciento de la fuerza laboral, está desocupado, según los últimos datos, de noviembre pasado. El desempleo trepa hasta el 50 por ciento en los menores de 25 años. El gobierno también rebajará un 22 por ciento el salario mínimo de los trabajadores privados, que quedará en 580 euros.