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22 de marzo de 2016

ABOFETEANDO LA CARA DE LOS CENSORES DE “IZQUIERDAS”

Por Marat

Al adentrarnos en la obra de Marx y Engels descubrimos que rompieron con ciertas mentiras de lo que en su época se consideraba izquierda y que, por supuesto, denunciaron a muchos que se autoproclamaban comunistas y que de tal no tenían ni el nombre.

Iniciaban Marx y Engels el camino a lo que sería considerado el marxismo. En ese viaje eran dos jóvenes con gran capacidad de diversión. Veamos cómo hablaban de Bruno Bauer, contando en “La ideología alemana”, una de sus obras más poderosas, cómo el germano se la cascaba a dos manos con el virtuosismo de un mandril, en la privacidad de su habitación:

“¡Pero, ni siquiera el más santo de todos es puro! Todos son pecadores y carecen de la gloria que debiera revestirlos delante de la "autoconciencia". San Bruno, que a media noche forcejea con la "sustancia" en su alcoba solitaria, vuelve su mirada, tentado por los pecaminosos escritos del hereje Feuerbach, hacia la mujer y hacia la belleza femenina. De pronto, su mirada se oscurece; la pureza de la autoconciencia se ve manchada y la vituperable fantasía sensual tienta con sus cuadros lascivos al atemorizado crítico. El espíritu se mantiene propicio, pero la carne es débil. El espíritu tropieza y cae, olvida que es la potencia "cuya fuerza ata y desata y domina el mundo" y que estos abortos de su fantasía son "espíritu de su espíritu", pierde toda su "autoconciencia" y balbucea, embriagado, un ditirambo a la belleza de la mujer, "a lo delicado, lo tierno, lo femenino", a los "mórbidos y bien torneados miembros", a la "ondulante, vibrante, bullente, efervescente y sibilante, tremolante constitución física" de la mujer. Pero la inocencia se traiciona siempre, incluso allí donde peca. ¿Quién no sabía que una "constitución física ondulante, vibrante y sibilante" es algo que ningún ojo ha visto todavía, que ningún oído ha escuchado aún? Por eso, ¡oh, alma tranquila y amada!, el espíritu se impone pronto de nuevo a la carne rebelde y erige ante los turbulentos apetitos una "barrera" infranqueable, "en la que" el hombre no tendrá más remedio que asestarse en seguida "el golpe de muerte".”

Hay que admitir en Marx y Engels que respecto a Bruno Bauer no emplearon ningún calificativo especialmente insultante y que la paja de éste no salpicó. Sospecho que los que suelen ofenderse por palabras como “miserable” o “indecente” jamás leyeron tal libro porque tiene muchos más capítulos. 

En cualquier caso, Marx dijo algo muy importante sobre el modo en el que algunos perciben aquella libertad que no es la suya

"Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos."

Se trataba del Marx periodista y juez del que tantos de ustedes no han oído hablar porque en esos sitios en los que le nombran no les han contado nada de él.

Claro que a lo mejor es una cuestión de estética y de cinismo el modo en el que se expresan las valoraciones y debe atenderse desde cierta perspectiva, la de la web sin futuro por falta de valor pero suficiente hipocresía de cobarde para dar lecciones de estilo periodístico.

En estos días me he encontrado con un anormal que se hace llamar Hector Braojos Muñoz, director de un medio llamado Katarazán que ha considerado que el texto “La crisis de Podemos lo domesticará definitivamente” no es publicable porque alberga términos tan terribles como, en palabras suyas, “seres mediocres, cantamañanas, perroflautas, marrulleros”

¿Les parecen estos términos lo bastante insultantes como para justificar la no publicación del artículo o será que este sujeto, como tantos otros, tiene otras muchas “razones” de las que carece con la dignidad suficiente como para no hablar de ello?

Tranquí, Hector Braojos, no tengo ganas de continuar  poniéndote ni a ti ni al resto de "demócratas" de "Katarazán" -que nombre tan sonoro para tanta busqueda de silencio- escandalizados con la palabra, en rídículo. Eso sabéis hacerlo muy bien sin necesidad de ayuda. Digamos que voy a otra pelea, que es la que importa

No les voy a contar como Katarazán, esa web incipiente, se comporta como en tantos lugares en los que se niega la libertad de expresión, porque ni es la primera vez que Katarazán me sale con tal tontuna ni la segunda en la que me haya encontrado tanto miserable, ¿verdad, insurgente.org, rebelion.org y tercerainformacion.es? Ganas de contar las miserias vividas con vuestro sentido de la crítica política y de la libertad de expresión no me faltan.

A lo largo de estos años he sufrido el comportamiento inquisidor de mucha "izmierda" online. ¿Sabéis una cosa, miniTorquemadas? Ni vuestros intentos de callarme cuando desenmascaraba al 15M, ni vuestros intentos de hacerme lo mismo respecto a los podemitas, ni vuestros intentos de que cierre la boca frente a la cutrez entregada, primero a la socialdemocracia, luego al 15M, ahora a Podemos de esa "cosa" llamada IU va a lograr que deje de escribir en el único blog que no podéis censurar, el mío. Mala suerte. Lo de IU viene a cuento porque esa es la orientación dominante de Katarazán.

Hace 2 meses escasos el director de una web muy republicana, muy de una cierta corriente del PCE y de IU -organizaciones de las que estoy muy lejos- me ofreció, después de haberme censurado tiempo atrás, una colaboración con su medio, según él, mejor que la que tuve en el pasado, y que yo no había pedido. Me propuso que dejara mi blog y que abriera uno en su medio. Canallas he conocido muchos. Tipejos que en un momento dado pudieran callar mi voz, si fuese tan imbécil de venderla a una web, unos cuantos. El truco consistía en deja tu blog y créate uno en nuestra web. Y el día en que no nos guste lo que escribes, te cerramos el blog porque la web es nuestra y ya no tendrás ni un blog ni otro. Una idea redonda, aunque expresada con mucha mayor sutileza y vendiendo sólo la parte bonita. Le despaché con educación, dejándole claro el sentido que para mí tenía la libertad.

No hace mucho un imbécil estalinista (Con el Mazo Dando se hace llamar. Algunos no imaginan otra cosa que pegar hostias) quiso venir a darme lecciones de comunismo; algo en su opinión totalmente ajeno a mi visión de pequeñoburgués librepensador. A tales sujetos uno no sabe muy bien si meterles una hostia o ignorarlos. Esto último es lo que hice. En ningún sitio está escrito que sea un deber aguantar tontos.

Por lo demás, tranquilos, pequeños fiscales de la libertad ajena: no usaré ninguna de las muchas webs en las que podría desenmascararos. No sois tan importantes ni tendréis la rodadura de fama que deseáis.

La libertad de una mujer, de un hombre, de un ser librepensador es siempre el camino a la revolución que deja atrás las miserias de quienes tienen tantas pequeñeces que no pueden explicar.