SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
PROPUESTA DE EXIGENCIAS AL POSIBLE PRÓXIMO GOBIERNO DE AMPLIAS ALIANZAS
HASTA LOS COJONES DEL ASUNTO LUIS RUBIALES Y DE TODO EL SHOW
TIEMPO DE PESIMISMO (NO EXAGERAR LOS ADJETIVOS), TIEMPO DE ESPERANZA
SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
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29 de diciembre de 2017
DE 2017 A 2018: LA POLÍTICA-FICCIÓN EN BUCLE PERMANENTE
Por
Marat
1.-Hiperrealismo,
máscara que esconde el mundo de lo real
Seguramente
muchos de ustedes habrán pasado alguna vez delante de la fachada de
un edificio en rehabilitación, cubierto por una lona que representa
una escena, generalmente muy marcadamente “realista”, cuyo
objetivo es engañar a la vista, creando efectos ópticos de una
realidad intensificada, que sustituye la fealdad de la obra de
construcción en proceso que se oculta tras ella. Es lo que se conoce
como trampantojo.
El
simulacro, la creación de una ilusión a través de una realidad
virtual que sustituya a la real es hoy la práctica generalizada de
las redes sociales, los medios de íncomunicación y aislamiento
estanco de las opiniones, según se atienda a una audiencia de
derechas o de “izquierdas”, “facha” (hoy es fascista todo el
que no piensa y jalea lo que uno mismo cotorrea) o “progre”,
“indepe” o “unionista” -cada lector/espectador parece pensar
“mi medio me engaña muy bien”-.
Hace tiempo que lo importante ya no es la realidad; es
decir, las condiciones materiales que afectan a la vida de los seres
humanos y que determinan sus vidas, sino la opinión publicada por el
periodista mercenario de turno o por el “cuñao” más falsario de
cualquier red social de enajenación colectiva.
Lo
que los cursis llaman el imperio de la “posverdad”, o de las
noticias falsas, no necesita atiborrar de mentiras a una audiencia
cada vez más inerme para distinguir ficción de realidad sino que
basta con esconder ésta bajo montañas de “información” más o
menos veraz o distorsionada. La mentira más eficaz es la que no
se basa en un dato falso sino la que es capaz de esconder otras
realidades que al poder, siempre económico y siempre origen y
superior de todos los demás “pseudopoderes” que le son vicarios,
le interesa encubrir o reordenar dentro de la jerarquía de
importancias que construyen la percepción
social de un mundo de “realidades virtuales”.
2.-Antecedentes
de la política-ficción
Hace ya unos cuantos años, el
mundo entró en el escenario de la representación virtual, del como
si, del cosmorama. El primer ejemplo que alcanza mi recuerdo es el
del debut de la guerrilla zapatista. Un hijo universitario de la
burguesía mejicana, enfundado en un pasamontañas, lanzó a un grupo
de guerrilleros, más
virtuales que reales, aunque el sacrificio mortal de una parte de
dicho grupo no lo fue en absoluto, a las noticias de alcance mundial.
El llamado “relato posmoderno” se había hecho carne y empezó a
habitar entre nosotros. En lugar de las explosiones revolucionarias,
se hizo teatro, mientras los esclavos modernos eran bautizados bajo
el fuego de artillería del neocapitalismo, ahora sin frenos ni
temores a la esperanza de los desheredados de la tierra, una vez
destruido a manos de sus dirigentes el principal enemigo del
capitalismo mundial en 1991. Fukuyama parecía tener razón con
aquello del “fin de la historia”.
El conflicto, la barricada, la
representación del clase contra clase en el cuerpo a cuerpo de un
proletariado organizado y consciente sería sustituida, a partir de
entonces, por la flashmob, y la propia representación, televisada,
guionizada, filmada e incluso grabada en vídeos de móviles por los
propios participantes, que se habían convertido, a sabiendas, en
“rebeldes empotrados” en los medios de comunicación.
La pretendida resistencia
mundializada vivió su Thermidor al pasar de Seattle, con sus bloques
negros, al Porto Alegre de un Lula colaborador del capital mundial,
donde los “antiglobalización” debatían abierta y amigablemente
con Fundaciones como la Open Society Foundations o la Ford. Entonces,
quienes tuvimos cierta sensación de que había algo que no era como
nos decían, que el concepto de explotación había sido escamoteado
para ocultarlo bajo el de cien mil menores opresiones y con antídotos
“empoderadores” y “economías colaborativas”, empezamos a
sospechar que la revolución, si lo era de verdad, no iba a ser
televisada.
Y llegaron, más tarde, las
revoluciones árabes, que luego darían lugar a los inviernos
yihadistas, con sus community manager financiados por fundaciones
globalistas. Y aún después un 15M y un Podemos convertidos en
grandes platós de televisión. Cuando estos últimos empezaron a
fallarles a ambos, el soufflé se vino abajo.
Toda forma de protesta o de
rebelión que no cuestiona la dominación capitalista, allí donde
ésta y su plusvalía se producen, perpetúa y legitima a la misma
como expresión de la democracia burguesa ligada a su orden, aún
cuando se vea más o menos reprimida. Son válvulas de escape y, casi
siempre, luchas entre fracciones de la propia burguesía.
3.-Danza
espectral de simulacros en cascada
Es
demasiado tedioso hacer un
resumen de todo este año
que acaba para dar paso a uno nuevo aún más vacío pero,
contradiciendo
a Machado, solo “pasajero” porque, con cada cambio de fecha,
nuestra realidad colectiva
se hará aún más
estomagante, dando vueltas
sobre sí mismo en un contínuo sin fin.
Debiera
bastar con un análisis
somero de algunas de las
últimas noticias-trampantojo de
estos días últimos para contraponer luego las realidades que en la
agenda política y mediática y el cacareo de los tontos amplifican.
Si
hace casi 3 meses la República catalana se declaró de forma
“simbólica”, proclamándose y desproclámandose - “levantándose
y sentándose”, que
dijo cierto político de cuyo nombre no quiero acordarme-, dejando
incólume la bandera española en el Palau de la Generalitat, yéndose
de fin de semana buena parte del Govern y la otra al dorado turismo
belga, todo el resto de lo que ha protagonizado la política del
corral de comedias ibérico con posterioridad, salvo el
encarcelamiento de un grupo de Consellers y de los Jordis, ha sido
pura y simplemente una
performance dentro de un mundo virtual, de ficción y pose.
En
torno a la convocatoria del 1-O vino el delirio del diario El País
con los hacker rusos que interferirían en el recuento de las
votaciones, y su correlato “indepe” de que habría pucharazo, a
pesar de que en varias ocasiones los gobiernos nacionalistas catalanes
habían recurrido a la empresa Indra, sobre la que ahora lanzaban
sus sospechas. La frase de Mao de que “cuando un Estado no tiene
enemigos, se los crea” se hacía realidad en sentido bidireccional.
O al menos, demostraba que los necesita, imaginarios o reales.
En
ese proceso, como afirmé en
un anterior artículo, la clase trabajadora había carecido de
representación política, toda vez que el debate electoral y previo,
durante los últimos meses del procés, había sido ocultado y hasta
rechazado tanto por los partidos burgueses (de las dos formaciones
nacionalistas catalanas, de las tres españolas, así como de la
progre de la CUP y de la transversal de los Comunes-Podemos, en cuyos
programas los intereses de la clase trabajadora estaban absolutamente
ocultados por el debate sobre el procés porque “esto
va de democracia”. Y
en relación a ese discurso en el que la pequeña burguesía catalana
llevaba la voz cantante, tomaron postura todos los partidos
parlamentarios españoles y catalanes.
Otra
cosa es que el procés fuera o no, de verdad, “de democracia” y
no de los intereses de una fracción de la pequeña y mediana
burguesía catalana en afirmarse sobre su idea del “mercado único”
de su territorio. Y sobre todo, otra cosa muy distinta es cómo
empieza a pintarles, por encima de la aritmética parlamentaria, en
la partida que juegan frente al Estado español.
“Pero
el demócrata, como representa a la pequeña burguesía, es decir, a
una clase de transición, en la que los intereses de dos clases se
embotan el uno contra el otro, cree estar por encima del antagonismo
de clases en general. Los demócratas reconocen que tienen que
enfrente a una clase privilegiada, pero ello, con todo el resto de la
nación que los circunda, forman el pueblo. Lo que ellos representan
es el interés del pueblo. Por eso, cuando se prepara una lucha, no
necesitan examinar los intereses y las oposiciones de las distintas
clases. No necesitan ponderar con demasiada escrupulosidad sus
propios medios. No tienen más que dar la señal, para que el pueblo,
con todos sus recursos inagotables, caiga sobre los opresores. Y si,
al poner en práctica la cosa, sus intereses resultan no interesar y
su poder ser impotencia, la culpa la tienen los sofistas perniciosos,
que escinden al pueblo indivisible en varios campos enemigos, o el
ejército, demasiado embrutecido y cegado para ver en los fines puros
de la democracia lo mejor para él, o bien ha fracasado por un
detalle de ejecución, o ha surgido una casualidad imprevista que ha
malogrado la partida por esta vez. En todo caso, el demócrata sale
de la derrota más ignominiosa tan inmaculado como inocente entró en
ella, con la convicción readquirida de que tiene necesariamente que
vencer, no de que él mismo y su partido tienen que abandonar la
vieja posición, sino de que, por el contrario, son las condiciones
las que tienen que madurar para ponerse a tono con él”.
(“El 18 Brumario
de Luis Bonaparte”.
Karl Marx)
Luego
vendría la resaca posterior, en la que todo
lo virtual se precipitó. Casi todos los actores principales se lanzaron como posesos a emitir gestos, por aquello de que la democracia
burguesa es no solo representación en cuanto a simbolización de un
supuesto pueblo-universo, del que se esconden los antagonismos de
clase, por una muestra de diputados, sino porque es pura
escenificación y apariencia.
Así
el PP, casi desaparecido del Parlament exigía a Arrimadas que se
postulase para Presidenta del Govern, a sabiendas de que a ésta solo
le quedaba “hacer un Rajoy”, al estilo de cómo éste hizo tras
las elecciones del 20 de Diciembre del 2015, dada la imposibilidad de
que los constitucionalistas sumaran los votos suficientes para formar
gobierno.
El
ex President Puigdemont, con
poco cuerpo de mártir, pero mucho
de turista de lujo, que
había mantenido curiosos rifirrafes con su ex vicepresident
Junqueras, que ocupaba una celda en la cárcel de Estremera, acerca
de la dignidad con la que cada uno afrontaba las consecuencias del
1-O y de quién debía ser President tras las elecciones del 21-D, a
pesar de ser el más votado de las candidaturas independentistas
demostraba una querencia por su “exilio” de pegote digna de mejor
causa.
El
ex portavoz del Govern, Jordi Turull, manifestaba recientemente la
posibilidad de que el candidato de los independentistas, Carles
Puigdemont fuera ungido “urbi
(a la ciudad sagrada de la
patria catalana) et
orbe” (y al mundo, en
Bruselas) President
de forma telemática o, en palabras de desaprobación de tal
despropósito del Lehendakari Urkullu, “por Internet”. Con un
Iphone de última generación, siempre se podrían hacer Consells de
Govern por whatsapp. Al fin y al cabo, la wikidemocracia o democracia
2.0 creó la frikada del Partido X y permite disponer de una app para
saber dónde hay bolsas para recoger excrementos caninos. Las
Carmenadas del cambio nunca defraudan… a las extravagancias de los
pijoprogres y animalistas.
Pero
como todo lo que degenera tiende a empeorar aún más, el efecto
Arrimadas, asociado a la
tendencia del independentismo catalán a no respetar su propio
sentido del ridículo, dio alas a una iniciativa que, partiendo de lo
estrambótico, ha alcanzado altas cotas de popularidad. Me refiero a
la iniciativa Tabarnia
(Tarragona y Barcelona).
Ésta,
nacida años atrás, encontró, ante las vacaciones de los políticos
y la menor generación de ridiculeces mediáticas propias de ellos,
su oportunidad en las redes sociales. Sin duda, el triunfo de
Ciudadanos en Cataluña dio alas a los sectores españolistas para
relanzar la idea. Con la complicidad del renacido patriotismo español
fuera de la República Simbólica de Catalunya, la operación
Tabarnia alcanzó rápidamente una difusión inconcebible en otras
fechas.
A
través del simétrico juego de las ideas fuerza y los conceptos que
el propio independentismo catalán había acuñado a lo largo de
años: Barcelona
is not Catalonia/ Catalunya
is not Spanish, Catalunya ens roba/Espanya ens roba, Tabarnia da a
Cataluña mucho más de lo que recibe/Cataluña da a España mucho
más de lo que recibe,
etc.,
los
tabarneses plantearon una reivindicación autonómica al margen de Cataluña y dentro del
Estado español tan real como la República catalana, han puesto el
dedo en la llaga del soberanismo catalán y le ha dejado sin
discurso, hasta el punto de que algunos de ellos les acusan de
insolidarios, de ricos y privilegiados contra el resto de Cataluña y
de secesionistas ¿Quien
iba a decir a los “indepes” que iban a españolear tanto en sus
argumentos?
Sea
como sea, Tabarnia contra Cataluña, Cataluña contra Tabarnia,
constituyen la expresión más evidente de que un discurso
identitario en términos de pueblo y de patria conducen al absurdo de
olvidar que hay otras realidades no nacionales, constituidas por las
clases sociales, siempre antagónicas entre sí. Cuando las
organizaciones políticas “progres” (esa cosa que hoy siguen
reclamando muchos como la izquierda) abandonan la defensa de la clase
trabajadora, lo que encontramos es el discurso de una gran burguesía
que no quiere perder un mercado más amplio, el español y el
internacional asociado al mismo a través de la UE), que dan eco a
Tabarnia, contra una pequeña y mediana burguesías, potenciadas al
calor del dinero público de la Generalitat. Sus enfrentamientos
solo los puede pagar la clase trabajadora silenciada en dicha
confrontación.
Y
mientras tanto, si Ferreras, el reportero más dicharachero de toda
La Sexta, que se cayó de pequeño en el plató de Al Rojo Vivo, se
va a de vacaciones y no puede retransmitir la política del circo
parlamentario en plan “atención: minuto y resultado” del
“furbo”, siempre nos quedará el diputado de guardia “indepe”,
superRufián, haciendo honor a su nombre y, desde la máquina de
escribir a las esposas de sexo divertido (pudo haber sacado un pollo
de plástico de un maletín, ¿porqué no?), involucionar ahora hacia
la adolescencia de un “niño
rata” de los videojuegos
Pero
no hay culebrón que no sea eterno. Antes de brindar con cava, la
señora Colau seguirá poniendo en aprietos a sus socios podemitas,
que culparon a los indepes de romper el consenso del 78, poniendo un
lazo marillo gigante en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona por
la libertad de los Jordis. Tampoco es cosa de encadenarse o convocar
una mani, que al fin y al cabo otros le han descubierto que es más
cómodo y sencillo, en lugar de salir a las calles frías y llenas de
gente que va en masa a terminar de hacer las compras para Nochevieja,
firmar en change.org la petición del premio Nobel de la Paz a los
dirigentes de dos entidades supersubvencionadas por la Generalitat,
como si fueran Nelson Mandela.
En
fin, puedo imaginarme todo lo que no ha sucedido, a partir de este
mundo de política virtual, incluido a Puigdemont dando las
campanadas de las 12 de la última noche del año para TV3.
4.-La
realidad que oculta el trampantojo catalán
Estoy
convencido de que ustedes me van a disculpar de que, llegados a este
punto, sea algo más parco en su extensión.
El
catalán que no haya leído La
Vanguardia, El
Periódico (impuesta o no la austeridad de la que se habla en en este segundo enlace por Montoro. Esto último importaba
poco a los patriotas pequeñoburgueses) a comprobar como el Govern de
Catalunya ha liderado los recortes sociales en el Estado español,
dato que también pueden encontrar en
otros medios, debe de pensar, sobre todo si va a colegios
privados y utiliza una sanidad de pago, que tiene el mejor de los
sistemas de protección pública posibles. Los trabajadores catalanes
no son de esa opinión.
Y
ahora hablemos de cómo el gobierno español ha usado el asunto de la
“amenaza independentista”, que veremos que acaba como rosario de
la aurora, para tapar golpe tras golpe contra la clase trabajadora. Y
solo me voy a referir a cuestiones muy cercanas en el tiempo.
Noticia
de hoy mismo: el
gobierno español endosa el pago de 96,38 millones de € a Castor,
la empresa de Florentino Pérez, a los consumidores a través del
recibo del gas. Si piensas que, porque "el Barça es
mes que un club", lo que está haciendo el gobierno español es apoyar
al Real Madrid y no al capitalismo, como hizo a Generalitat con Aguas
de Barcelona, el Banco
de Sabadell, o La
Caixa es que eres muy, muy parcial, amigo.
Seguimos:
Quinto
año en el que las pensiones suben el mínimo legal establecido, el
0,25%. Así van a quedar sus porquerías de pensiones, si ustedes no
ganaron lo suficiente para aspirar a una vejez digna. Culpa suya les
dirán. Ustedes saben que no y conocen a quienes señalar como
culpables: sus empresarios. Esos a los que los políticos protegen
¿No será hora de ir por el poder real a reclamar lo nuestro?
Continuamos:
La
subida del salario mínimo en 2018 será de 29 €. La de la luz al
inicio de 2018 se estima en un 2,6% (unos 10 euros) y la del 6,2%,
según la OCU entre un 7,1 y un 8,2%, Vean ustedes en qué se les
queda esos 29 euros.
CCOO
y UGT dicen que esto abre el camino a un cambio de tendencia, el de
ir subiendo el resto de los salarios. Están convencidos de que el interés de
las empresas porque consumamos justificará los ascensos salariales
que necesitamos y merecemos ¿Sin luchas? ¿Dijeron algo de las horas que nos
obligaban a trabajar gratis? ¿Han planteado alguna lucha, fuera de
las que imponen sus afiliados en alguna empresa porque les va la vida en ello? ¿Creéis que no
han merecido estos años de silencio del sindicalismo vertical algo más que la esperanza
de que caigan las migajas que necesita repartir el patrón para mantener el consumo sin
movilizarnos?
5.-¿Y
ahora qué?
Si
no eres un tonto a las tres, de los que siguen creyéndose lo de que
va a caer “el régimen del 78”, pasando de cuestiones como
correlación de fuerzas, organización política, compromiso
militante y cuestiones que no atañen al mero cambio de cosmética
política sino que van al fondo de la dominación de una clase por
otra, creo que es el momento de plantearse qué hacer.
En
realidad, proponer esto es muy cansado en medio de tanto Che Guevara
del twitter y de tanto niñato desclasado que cree que meterse con
Carrero Blanco o con Franco, hoy 40 y tantos años después de que uno de ellos reventará en la cama y el otro alcanzase altos vuelos, es
revolucionario.
Tú,
que sustituyes los gritos del bar de antaño por tus tonterías en
las redes sociales, ¿qué has hecho para comprometerte? ¿Cuándo
has dicho a la empresa que te estaban escamitando incluso el salario
de convenio? ¿Qué has hecho, más allá de ir a una de esas manis
“ciudadanistas” que pedían democracia, sin mayor riesgo; desde
luego no para organizar un grupo sindical alternativo y de clase a
las porquerías
de CCOO y UGT?
Si
lo has hecho: gracias tovarich, eres de los míos.
No
pido imposibles. Solo la coherencia necesaria para no subir los
decibelios si eres un puñetero cuñao desclasado o un cibercapullo
de los que se pasa el día tomando el poder o perdiendo su vida en un
mundo virtual que no cambiará jamás nada.
COMPROMISO
COTIDIANO EN EL MUNDO REAL.
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11 de septiembre de 2017
A CUENTA DE DESCEREBRADOS Y 1-O
Por
Marat
En
1998 codirigí, con otro técnico en investigación social y
política, unas jornadas con diversos agentes políticos, sociales y
económicos para la elaboración del Primer Plan Joven del Gobierno
Vasco, en base a distintos grupos de discusión basados en la
metodología cualitativa y en técnicas de diagnóstico y prospección
social.
Aclaro,
para los malintencionados, que mis trabajos como profesional
independiente han sido pagados siempre por empresas privadas e
instituciones políticas y sociales, del mismo modo en el que lo es
el trabajo del 99% de los trabajadores ocupados.
Antes
de continuar, aclaro a esos sujetos dos cuestiones más:
La
primera de ellas es que no intenten buscar críticas a dicha labor
por haber realizado algunos trabajos para un gobierno dirigido por la
burguesía vasca porque, si tan puristas pretenden ser, a lo mejor
debieran extenderlas a los funcionarios y empleados laborales de
todas las administraciones públicas españolas (central, autonómicas
y municipales) además de los que trabajan en empresas públicas, que
alguna queda aún. Al fin y al cabo, cuando se trabaja en ellas uno
conoce situaciones, unas correctas, otras absolutamente incorrectas
dentro de lo público. Y hay quienes ante lo injustificable callan,
la inmensa mayoría, y unos pocos a los que trabajar para otros no
nos lleva a callarnos, aunque en ocasiones hayamos pagado un alto
coste personal por ello.
En
segundo lugar, espero que ninguno de esos descerebrados pretenda
comparar el hacer un diagnóstico y una prospectiva sobre la
situación de la juventud vasca en un período concreto y sobre sus
necesidades, según sectores y clases sociales, con pasar a defender
los intereses de las burguesías nacionalistas, sean estas españolas,
catalanas o vascas, como hacen estos secuaces de las mismas.
Y
ahora vuelvo sobre la cuestión esencial que viene a colación de
este artículo.
Entre
las sesiones de la mañana y las de las de la tarde de aquellas
jornadas que les he citado, en las horas de las comidas, los técnicos
que participamos en ellas comíamos con diversos participantes en las
mismas.
En
una de esas comidas, me tocó sentarme a la mesa con uno de esos
eternos jóvenes -lo de eterno es porque el susodicho frisaba
entonces los 40 años- que habían nacido de la marmita en la que se
fabrica la poción mágica de los liberados de organizaciones
políticas. El mentado era un dirigente de las juventudes del PNV,
EGI (Euzko Gaztedi Indarra o Fuerza de la Juventud Vasca. Dejo para
ustedes la consideración de a qué les suena un nombre así).
En
lugar de interesarse por la metodología con la que abordábamos la
investigación o por la experiencia con la que contábamos en tareas
similares se fue directamente a preguntarme por mi orientación
ideológica -y es que la policía orwelliana del pensamiento siempre
funciona del mismo modo- Al otro no le preguntó porque ya sabía
sobradamente que era de su parroquia. Le respondí que no me parecía
muy oportuna su pregunta en una relación que debía ser
exclusivamente profesional pero que no tenía inconveniente en
aclararle que comunista. Pero no debió de convencerle la respuesta
porque, tras poner un mohín un poco extraño, volvió a las andadas:
“Pero ¿comunista español o comunista vasco?” Ahí ya le
fui claro: “No me siento español, aunque eso dice mi carné de
identidad. Y creo que si fuera vasco, tampoco me sentiría tal. Como
comunista solo me siento internacionalista”. Y ya el tipo
destapó el tarro de sus esencias y mostró toda su inteligencia: “Mi
experiencia me dice que el que dice que no se siente nacionalista, no
lo es de un lado pero sí de otro”. Ahí tenía que haberle
respondido: “Mira tu eres tan gilipollas que solo tienes patrias y
gudaris en tu cabeza”. Pero, como no quería poner en aprietos a mi
colega de profesión por tener un compañero tan deslenguado, me
limité a responderle: “El problema que tenéis los burgueses y
las derechas es que ocultáis vuestros intereses de clase bajo un
ropaje de intereses comunes de todos, cuando es sabido que hay clases
sociales y que utilizáis las banderas para cegar a aquellos que
explotáis en vuestras empresas”. Ahí se quedó la cosa y el
sujeto tuvo claro que podía contenerme pero no morderme la lengua ni
someterme a lamerle el culo como tantas veces he visto hacer a muchos
por no atreverse a ir políticamente a contracorriente.
Gilipollas
como este jeltzale de EGI me he encontrado estos días unos cuantos,
no muchos porque casi nadie me ha respondido desde Cataluña y casi
todos eran reBURROcionarios de alguna delegación del Procés en
Jodar, Calasparra o Correpoco, por un suponer de localidades hacia
las que siento todo el respeto del mundo, pero no a ellos, tras la
publicación de mi anterior artículo sobre el día después del
“referéndum” del 1-O. Estos figuras me han calificado como
“españolazo rancio”, “un fascista”, “un infiltrado
franquista”, “un facha que dice que soy comunista” o
alguien al que le “ha picado el mosquito mesetero”
(este es el término que más me ha gustado porque les delata
ideológicamente tal y como son, xenófobos hacia los habitantes de
las Castillas y lo que ellos entienden como atraso mental cuando
tanto franquista militó luego en las filas de CiU (baste
un ejemplo, entre muchos), el partido heredero del mencionado en
las anda el amigo Puigdemont, el cuál ha tenido que reinvertar sus
siglas para no acabar en el trullo por asociación para delinquir al
estilo del PP).
A
estas alturas me pasa como a los
chicos de Estopa en cuanto a reivindicarme
ante
estos borderlines encanallados. La inmensa mayoría de ellos son como
los bots en redes sociales (una ficción inexistente que crea opinión
solo entre ignorantes vocacionales). Al fin y al cabo ni conocen
mis posiciones contra el fascismo
(http://www.foroporlamemoria.info/2010/08/retrato-de-“modelica-transicion”-con-sangre-al-fondo/
,
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/retrato-de-modelica-transicion-con-sangr-1,
http://eljanoandaluz.blogspot.com.es/2013/03/de-gustavo-bueno-los-nazbol-pasando-por.html,
http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2014/04/la-violencia-de-los-fascistas-de-la.html,
http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2016/10/keep-calm-manten-la-calma-armesilla.html)
porque solo leen lo que
confirme su pobreza mental y, si lo hicieron, son lo bastante cínicos
como para actuar como que no.
Algún
malnacido, fabricante a sueldo de crispación, me ha comprado con la
rana Jiménez Losantos. Resulta tan retarder mental e indecente que
responderle sería perder mi tiempo, que se me escapa entre los
dedos, como el de todos los que amamos la vida.
En
cuanto al “putillo” que me ofrece las caricias de su piolet poco
que decirle,
salvo
que ningún cagón como él llega ni subido a un globo aerostático a
la altura de un cobarde asesino como Ramón Mercader, que mató a
traición al modelo de criptomencheviques con los que ahora tan
ruinmente coincide en sus posiciones de lamer el culo a un sector de
la burguesía del Estado español. Los encogidos como él solo son
valientes en ese falso anonimato que da las redes sociales pero no
valen ni para ser la sombra traidora en el mundo real que apuñala
por la espalda porque se les va su testosterona
de matón de discoteca por la boca.
Si
algo me confirma que el Procés
es, ya no la farsa de la que hablaba Marx respecto
a la repetición de la historia,
sino una opera bufa que acabará en el más tremendo de los
ridículos, no son solo homúnculos como el anterior, sino la
estupidez de un Julian Assange, hacia el que siempre mantuve respeto
y admiración hasta que salió tuiteando
la imagen falsamente prefabricada de los tanques de Tiananmen con
la famosa
masacre que el propio Assange desmintió en 2011 en comparación
con lo que él dice que el pueblo catalán no permitirá. Cuando se
deja de hablar de lo que
se sabe
y se es
papagayo
de ciertos
lobbies de un sector de la burguesía de un país que se
desconoce,
se acaba
diciendo estupideces.
Del
mismo modo, que un imbécil y canalla compare al Estado español con
el genocida sionismo de Israel y a la “atribulada” Cataluña con
la doliente y asesinada Palestina me hace darme cuenta de hasta qué
punto están fuera de la realidad esta pandilla de enfermos mentales.
Frente
a ello, recibo lo que me dicen amigos de Cataluña y noto
una tranquilidad y un distanciamiento más que notables
respecto a la tensión inducida mediática e institucionalmente.
Del
mismo modo, veo entre la gente de Madrid y de otros lugares de España
un relajo
tremendo respecto a la Brunete mediática que clama contra el
gobierno español, exigiéndole tanques, cárcel y suspensión de la
autonomía.
El
pueblo catalán siempre estuvo sobrado de seny, justo
el que ha perdido la
burguesía nacionalista de
su tierra y sus
políticos principales porque creen
tener algo que ganar en una huida hacia delante que fuerce
la máquina, para
seguir chantajeando con
la tensión que obtiene
réditos económicos. Réditos
que no son para el pueblo catalán en su conjunto, y menos aún para
sus clases trabajadoras, sino para esas mismas burguesías que untan
a sus políticos corruptos. No
estaría mal analizar en relación con todo ello qué ha pasado en la
estructura productiva del capitalismo catalán y cómo éste ha
perdido pie en los últimos 10-15 años respecto a sus capacidades de
dinamizarse y de mantener su ritmo de acumulación del capital.
Entenderíamos muchas cosas pero ese análisis sería demasiado
marxista y los progres “putillos”, complices del Procés nunca
entendieron a Marx ni la dinámica del capitalismo.
En
el pueblo español nunca ha existido seny en la misma proporción que
en Cataluña pero no carece del sentido de la ironía, ese que ayuda
a distanciarse más de los que creemos sus críticos y que le hace
preferir cualquier estupidez de los ecos sociales antes que los
comportamientos políticos que buscan la ira inducida para obtener
réditos espurios.
Olvidan
algunos que los gritos de taberna en las redes sociales poco tienen
que ver con lo que, de verdad, pasa en la calle porque, a veces, el
público menos ideologizado contempla sin orejeras la realidad tal
cuál es y percibe el tongo del combate.
No
soy de los que les gusta recurrir a los periódicos digitales de los
progres; esos tan dados a las demandas democrático burguesas. Pero
cierto texto de una publicación dependiente del Público de Roures,
ese tipejo empresarial sin escrúpulos que hace comer a los podemitas
de su mano, que tensa y destensa situaciones en su propio beneficio
económico, me convence de que toda esta puesta en escena no es sino
una cantinflada destinada a hablar mucho sin decir nada. El texto de
Guillem
Martínez muestra de qué modo toda esta puesta en escena es pura
pose y cartón piedra.
Si
tuviera que resumir de un modo principal el porqué creo que, a
partir del día 2 de Octubre se verá que no habrá ni secesión, ni
sedición (sí, sedición es no solo golpe de Estado sino usar tu
legalidad para cambiar tus propias leyes a mitad del partido a tu
favor para crear una nueva falsa legalidad que viola los mecanismos
que antes aceptaste) es porque veo que la clase trabajadora catalana
y española no se sienten representadas ni incluidas en toda esta
mascarada entre burguesías.
Saben
que tanto el gobierno de CiU y luego PdCat, que incluye a los
tenderos pequeñoburguses de ERC, como el
de España, son los que les han jodido todos estos años de la crisis
del capital con sus recortes y sus leyes involutivas y que, ahora
que la burguesía logra recuperar su tasa de ganancia, no está
dispuesta siquiera a ofrecerle las migajas de una mejora mínima de
sus salarios o de
un empleo más seguro.
Que
las burguesías catalana y española hagan sus juegos de artificio,
que acabarán en un concierto económico al estilo vasco, no me
indigna. Lo que me revienta es el papel de de las CUP, pijoflautas de
papá, y de los reBURROcionarios de salón que traicionan a la clase
trabajadora sumándose a demandas democráticas institucionales y
abandonando a su suerte las de clase, mientras las traicionan,
apoyando un proceso dirigido por el PdCat, uno de los más
recortadores de derechos sociales y económicos de toda la etapa de
la crisis capitalista.
Como
prueba baste el botón que publica Viento Sur, la revista de los
podemitas de Anticapitalistas:
“En
realidad les quedan dos opciones: apoyar el proceso emancipatorio o
situarse en una posición marginal durante los próximos 20 años. En
una tesitura que vagamente recuerda a la actual y que ahora sería
demasiado largo de explicar, el PSUC y el PSC a inicios de los 80 se
equivocaron y estuvieron 23 años en la oposición.
¿Qué
habría hecho Francesc Pi i Margall? Está claro. Hace más de un
siglo los federales querían acabar con el caciquismo y el turnismo
del régimen de la restauración monárquica de 1874. Pi i Margall
planteaba una alianza entre republicanos y catalanistas. Con el
término "catalanistas" se refería a la Lliga
Regionalista. Hay que recordar que la Lliga era una propuesta
política mucho más derechista que un PDECat que acaba de descubrir
muy recientemente que es una opción republicana”.
A
modo de conclusión, así acaba su artículo este cráneo
privilegiado:
“No
sabemos qué nos ofrecerá un futuro muy, muy cercano, pero si se
quiere una hegemonía política de las izquierdas los próximos
veinte años hay que ser osados. Si se quiere dirigir hay que estar
delante, asumiendo contradicciones, claro que sí. Esquivar la
historia es suicidarse. Muchos vemos con emoción y esperanza que hay
un balcón que está esperando.” (Viento
Sur: “Comunes,
¿y si el dilema está equivocado?”. Jordi
Serrano)
Sospecho
que el “balcón
que está esperando” no
lo va ser para proclamar la República catalana sino para arrojarse
políticamente desde él, una vez que estos progres se han puesto al
servicio de los intereses de la burguesía.
Estos
homeópatas
de la revolución son listos útiles dispuestos a recrear y revivir
el papel más indecente de la socialdemocracia, que ya no es ni
minireformista.
No
me iré
sin responder a algunos lectores de solapas de libros que compran
porque hay que tenerlos para hacer méritos pero no que no abren ni
siquiera hasta la introducción al mismo.
Varios
“comentaristas” me
han citado a Stalin como autoridad en materia de cuestión nacional y
derecho de autodeterminación. Como voy
más allá de las
solapas de los libros y sí que me leí hace ahora unos 30 años “El
marxismo y la cuestión nacional”
les responderé alguna cosilla al respecto.
En
el marxismo, en lo relativo a autoridad teórica sobre el derecho de
autodeterminación han sido Marx y Lenin quienes más aportaron y con
mayor certeza.
En
cualquier caso, como el marxismo, salvo para los beatos que lo
degeneran, no es una religión, no hay infalibilidad papal sobre las
distintas posiciones que se han ido fijando. La validez del método
está por encima de la corrección de puntos concretos y
coyunturales.
Admitiendo
que Dzhugashvili (Stalin) señala algunas cuestiones interesantes
sobre los conceptos de nación, Estado, lengua/idioma, nacionalismo,
derecho de autodeterminación, conviene aclarar a estos lectores de
solapas que:
-
Stalin no dijo nada sobre el caso español, que es el primer Estado moderno europeo, del que diversas fuentes afirman que su Rey Ferrán de Aragón, Fernando el Católico, es la inspiración de Nicolás de Maquiavelo para su compendio teórico sobre la política expresado en “El Príncipe”. Evidente limitación conceptual para tomar en consideración la aportación de Stalin a los problemas de integración territorial en el Estado español.
-
Para Stalin, la represión hacia la lengua y la no enseñanza de esta en las escuelas es una de las razones principales que explican que determinados pueblos se sientan incómodos dentro de un Estado. El caso catalán, desde 1979, demuestra que esto no es así.
“¿Qué
es lo que inquieta especialmente a una minoría nacional?
Lo
que produce el descontento de esta minoría no es la falta de una
unión nacional, sino la falta del derecho a usar su lengua materna.
Permitddle servirse
de su lengua materna, y el descontento desaparecerá por sí solo.
Lo
que produce el descontento de esta minoría no es la falta de una
unión artificial, sino la falta de escuelas en su lengua materna.
Dadle
estas escuelas, y el descontento perderá toda base.”
Así
pues cierta afirmación de Stalin en “El
marxismo y la cuestión nacional”
sobre la lengua de las minorías nacionales parece, como poco,
inexacta e ingenua, tanto para el Imperio Ruso (su texto es de
1913), como para otras naciones, incluida España. Sobre
esto es discutible si España es o no una nación pero no el que la
potenciación de las lenguas propias de un territorio acabe con los
problemas de integración territorial. Los propios nacionalistas han
reconocido más de una vez que utilizar políticamente la lengua
ayuda a trazar frontera, a integrar lo nacional, a marcar
diferencias “nosotros vs- ellos” y a convertirla en ariete para
la emancipación de los pueblos.
Es
cierto que Stalin proclama en su texto el derecho de
autodeterminación de los pueblos pero...no
se sale en uno solo de sus ejemplos de los casos de naciones
sometidas bajo imperios concretos,
al igual que, en su día, habían hecho Marx y Lenin.
-
El ruso: Polonia, Lituania, Ucrania,..
-
El inglés: las antiguas colonias de Norteamérica que emitieron su declaración de Independencia respecto a este Imperio el 4 de Julio de 1776. Debemos añadir el caso de Irlanda,
-
El Imperio Austro-Húngaro, que ya presentaba enormes tensiones territoriales e interétnicas, antes de la guerra del 14 (I GM) y que se descompone a gran velocidad, dando lugar a la aparición de Estados separados como Austria y Hungría y Checoslovaquia, al final de la gran guerra, además de integraciones de determinados territorios del desaparecido Imperio a otros Estados como es el caso de Polonia, que proclama su independencia en noviembre de 1918, que se adjudica la región austriaca de Galitzia, entre otras recomposiciones en el este europeo.
Y
sobre el carácter de los movimientos nacionalistas, Stalin no se
engaña:
“La
lucha comenzó y se extendió, en rigor, no entre las naciones en su
conjunto, sino entre las clases dominantes de las naciones
dominadoras y de las naciones postergadas. La lucha la libran,
generalmente, la pequeña burguesía urbana de la nación oprimida
contra la gran burguesía de la nación dominadora (los checos y los
alemanes), o bien la burguesía rural de la nación oprimida contra
los terratenientes de la nación dominante (los ucranianos en
Polonia), o bien toda la burguesía "nacional" de las
naciones oprimidas contra la aristocracia gobernante de la nación
dominadora (Polonia, Lituania y Ucrania, en Rusia).
La
burguesía es el principal personaje en acción.
El
problema fundamental para la joven burguesía es el mercado. Dar
salida a sus mercancías y salir vencedora en su competencia con la
burguesía de otra nacionalidad: he ahí su objetivo. De aquí su
deseo de asegurarse "su" mercado, un mercado "propio".
El mercado es la primera escuela en que la burguesía aprende el
nacionalismo.”
(…)
“La
burguesía de la nación oprimida, que se ve acosada por todas
partes, se pone, naturalmente, en movimiento. Apela a "los de
abajo de su país" y comienza a clamar acerca de la "patria",
haciendo pasar su propia causa por la causa de todo el pueblo.
Recluta para sí un ejército entre sus "compatriotas" en
interés... de la "patria".
"Los de abajo" no siempre permanecen sordos a sus llamadas,
y se agrupan en torno a su bandera: la represión de arriba les
afecta también a ellos, provocando su descontento.
Así
comienza el movimiento nacional.
La
fuerza del movimiento nacional está determinada por el grado en que
participan en él las extensas capas de la nación, el proletariado y
los campesinos.
Que
el proletariado se coloque bajo la bandera del nacionalismo burgués,
depende del grado de desarrollo de las contradicciones de clase, de
la conciencia y de la organización del proletariado. El proletariado
consciente tiene su propia bandera, ya probada, y no necesita marchar
bajo la bandera de la burguesía.”
Esto
es algo que tanto progres (podemitas,
trotskos, pequeñoburgueses de ERC, pijoflautas de la CUP,...) como
parte de quienes reivindican la figura de Stalin “olvidan”. No
estaría de más que estos últimos leyesen más a su referente y no
se limitasen al mantra de las citas para cualquier situación y
ocasión. Al fin y al cabo lo hacemos muchos marxistas que no nos
identificamos ni con él ni con Trotsky. Quizá aprenderían algo de
poner siempre los intereses de la clase con la que dicen identificarse
en primer lugar, en vez de ponerse al servicio de los intereses de
las burguesías nacionalistas. Vale para Cataluña y para España.
En
Mayo de 2008, la burguesía del departamento de Santa Cruz, en
Bolivia, que venía azuzando a grupos indígenas para otorgar a su
movimiento separatista del Estado Boliviano una
“cierta base popular”, organiza un referéndum de autonomía al
margen del propio Estado y contra la voluntad del gobierno del
Presidente Evo Morales, que lo había declarado ilegal y no reconoció
sus resultados, pobres en afluencia de votantes. El objetivo real,
disfrazado de autonomía local y administrativa, era la secesión del
territorio más rico del país, entre otros motivos porque rechazaba
la orientación ideológica y popular del gobierno central. Los
intereses especulativos y de intención privada respecto a las
riquezas petroleras en ese territorio estaban detrás de toda esta
comedia bufa.
No
recuerdo a esos héroes no catalanes pero embajadores del referéndum
de autodeterminación para Cataluña en sus respectivas zonas
pronunciándose en un sentido o en otro sobre tal proceso de
autodeterminación. No soy ingenuo. No creo que fuese porque esta
gente fuese realmente de ideas progresivas y compartiese la
orientación ideológica del gobierno boliviano, y callase para no
criticar a un gobierno amigo, sino por cinismo, porque de
pronunciarse en contra del proceso sedicioso de la burguesía de
Santa Cruz, iban a tener una contradicción flagrante con su posición
tan favorable a la libertad del pueblo catalán contra su “terrible
Estado opresor”, el español, y hegemonizado por la burguesía y la
derecha catalana, salvo que pretendan que ERC es socialista (quizá
tras una fumada colectiva…) y
que la marioneta Puigdemont es un camarada bolchevique.
A
ver si aprendemos algo de la historia, amiguitos, y dejamos de hacer
demagogia barata y de putillos y putillas pijoproges de las
burguesías.
Déjenle
ese papel de jodeobreros al gran revolucionario Gabriel Rufián, que
deja bien claro en su perfil laboral de Linkedin a qué se dedicaba antes de vivir de la política y
la demagogia liberadora de pueblos oprimidos.
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