20 de enero de 2016

BANCA EN LA SOMBRA

Cómo ha privatizado Wall Street la creación de dinero

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Probablemente algunos de ustedes hayan empezado a oír hablar de términos como mercado financiero oculto o de banca en la sombra. Nos estamos refiriendo a lo que en inglés se conoce también como OTC: Over the Counter. Se trata de la parte del sistema financiero no regulado.

En ocasiones grandes empresas necesitan dirigirse a él para financiarse porque dentro del mercado financiero regulado lo tienen más difícil o a un precio del dinero más caro.

Son multitud de miles de entidades que se mueven dentro de un circuito “discreto” y desconocido para él gran público. Sus figuras más conocidas son los fondos buitre que en estos años de la crisis han hecho su agosto especulando y comprando activos, a precios muy ventajosos, como bloques enteros de viviendas que, o bien no han logrado salir al mercado o bien lo hicieron con titularidad pública y las propias instituciones políticas permiten el cambio de su denominación jurídica permitiendo su compra por parte de estos tiburones.

Aunque este artículo tiene algo más de 4 años, lo cierto es que cada vez oirán ustedes hablar de este área oculta y no regulada de la economía y probablemente lo escuchen en relación con otra expresión de la que han leído y escuchado mucho en estos años de la crisis capitalista: burbuja financiera. Y lo peor es que es difícil estimar su tamaño porque se desconoce cuánto dinero real mueve, salvo por algunas estimaciones que hace periódicamente el Banco Internacional de Pagos de Basilea de este sector del sistema financiero.

Sin más, les dejo con este interesante artículo.

BANCA EN LA SOMBRA
Mike Whitney. CounterPunch
Traducción de Enrique Prudencio

Los reguladores están preocupados por el crecimiento imparable de la banca en la sombra y tienen razones para estarlo. Los bancos en la sombra estuvieron en el núcleo de la última crisis financiera y estarán en el núcleo de la próxima crisis financiera también. De eso no hay duda. Resulta sencillamente imposible mantener un sistema en el que instituciones financieras no-bancos, no-reguladas, sean capaces de crear su propio dinero (crédito) sin control o supervisión. El dinero que crean mediante operaciones al margen los balances oficiales, sin titulación, sin informes,
u otras actividades de mega-apalancamiento, inflan la economía, crean demanda artificial, bajan la tasa de paro y alimentan el crecimiento. Pero cuando el ciclo se invierte de golpe (y las deudas dejan de pagarse a su vencimiento), entonces los bancos en la sombra, raquíticamente capitalizados, empiezan quebrar uno tras otro, creando una conexión en cadena de bancarrotas de la contraparte que empuja las acciones, que caen en picado mientras la economía entra en una depresión de largo plazo.

¿No suena familiar?

El motivo por el que la economía global se encuentra aún en ruinas después de 5 años del colapso de Lehman Brothers, es este sistema profundamente defectuoso, que ha generado previamente el 40% del crédito en la economía de Estados Unidos cuando estaba aún en el modo de reconstrucción. Pero ahora, según un nuevo informe del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB en sus siglas en inglés), la banca en la sombra ha hecho su reaparición y es mas grande que nunca. El FSB ha descubierto que los activos en poder de los bancos en la sombra han aumentado hasta $67 trillones*, una suma casi tan alta como el PIB global $69,97 trillones* y mayor que los $62 trillones* que se encontraban en el sistema antes del comienzo de la crisis de 2008. Cuanto más crezcan los bancos en la sombra, mayor será la probabilidad de otra crisis financiera.

¿Qué es por tanto la banca en la sombra y cómo funciona?

Así es como Investopedia define el término:

Son los intermediarios financieros involucrados en la creación de crédito a través del sistema financiero global, pero cuyos miembros no están sujetos a vigilancia regulatoria. El sistema de banca en la sombra también se refiere a actividades no reguladas por instituciones reguladoras.

Son ejemplos de intermediarios no sujetos a regulación los fondos buitre, los derivados financieros y otros instrumentos financieros que no cotizan en bolsa. Ejemplos de actividades no reguladas por instituciones reguladoras incluyen los swaps de incumplimiento crediticio.

El sistema de banca en la sombra ha eludido la regulación primeramente porque no aceptaba depósitos como la banca tradicional. Por ello, muchas de las instituciones e instrumentos eran capaces de desenvolverse en un nivel de mercado más alto, créditos y riesgos de liquidez y no tenían requisitos de capital inmovilizado equivalentes a esos riesgos. Con posterioridad a la crisis de las hipotecas subprime de 2008, las actividades del sistema de banca en la sombra fue objeto de creciente escrutinio y regulación.
” (Investopedia)

La banca en la sombra puede haber “sido objeto de un creciente escrutinio”, pero no se ha tomado una maldita medida para solventar los problemas. Los bancos y los miembros de sus lobbys han rechazado todas las reformas sensatas que hubiesen hecho seguro el sistema. En lugar de eso, nos encontramos de nuevo en el punto de partida, con el crédito en expansión a paso de gigante y limitados por lo que Paul McCulley de Pimcos denominó “una sopa de letras apalancada por conductos de inversión no bancarios, vehículos y estructuras”. Lo que estamos viendo es en esencia la privatización de la creación de dinero. Las instituciones financieras de propiedad privada de toda laya están incrementando la cantidad de dinero que circula en el sistema aunque la garantía subyacente que está utilizando puede ser poco fiable e incluso así no tienen capital suficiente para atender la demanda si hay un fallo de liquidez en el sistema.

Permítanme explicarlo: cuando el banco emite una hipoteca, se requiere mantener una cierta cantidad de capital contra el préstamo por si resulta impagado. Pero si el banco bursatiliza la hipoteca, es decir, si corta la hipoteca en rodajas, las mezcla con las rodajas de otras hipotecas y vende el resultado como un bono (título respaldado por hipoteca), el banco ya no necesita mantener capital contra el activo. En otras palabras, el banco ha creado dinero (crédito) del aire. Este es el objetivo final de la banca, maximizar los beneficios con 0,0 de capital.

Entonces, ¿en que se diferencia de la falsificación y la estafa?

No hay diferencia en absoluto. Los bancos están creando “cuasi dinero” o lo que Marx denominaba “capital ficticio” sin recursos suficientes, sin supervisión y sin la mínima consideración por el daño que puedan infligirle a la economía real cuando su ponzoñosa estafa explota. Lo que importa son los beneficios, todo lo demás es secundario.

Vivimos en una economía en la que el Banco Central ya no controla el suministro de moneda en circulación. Las tasas de interés solo representan un pequeño papel en este nuevo paradigma donde los especuladores orientados al riesgo pueden impulsar dinero en sentido amplio por magnitudes de muchos órdenes, simplemente incrementando sus niveles de endeudamiento. Este nuevo fenómeno ha intensificado la inestabilidad sistémica y ha causado un perjuicio incalculable a la economía real. Hay que tener en cuenta que la zona cero de la crisis financiera fue un banco en la sombra llamado The Reserve Primary Fund (fondo primario de reserva). Ahí fue donde comenzó realmente el problema.

En 2008, el Fondo Primario de Reserva (el cual había prestado a Lehman 785 millones de dólares y recibido documentos a corto plazo denominados papel comercial) no pudo hacer frente a las retiradas de dinero por parte de sus clientes preocupados por la salud financiera de sus fondos. La súbita pérdida de confianza desató una carrera en los mercados de capitales que hundió las acciones. Así lo resumía Bloomberg:

“Este martes 16 de septiembre continúa la caída del Reserve Primary. Entre el anuncio del capítulo 11 de Lehman y las 3 de la tarde del martes, los inversores retiraron 39,9 billones de dólares, más de la mitad del fondo de activos, según Crane Data.

“Los administradores del Reserve indicaron a los empleados que vendieran la deuda de Lehman, según el SEC.

“No pudieron encontrar un comprador.

“A las 4 de la tarde los administradores determinaron que la inversión de 785 millones de dólares tenía un valor 0. Después de todo el dinero retirado por los clientes, el valor de la acción cayó a 97 centavos.

“Log Mason, Janus Capital Group Inc., Northern Trust Corp., Evergreen y Banka of America y la unidad de inversiones de Corp. Columbia Management, inyectaron entre todos efectivo en sus fondos para apuntalar las pérdidas o comprar activos de ellos. Putman cerró su Prime Money Market Fund el 18 de septiembre y después vendió sus activos a Federated Investors, domiciliado en Pittsburg.

“Al menos 20 gerentes de fondos monetarios fueron forzados a buscar respaldo financiero o a vender participaciones para mantener activos por valor de 1 dólar, según documentos colgados en el portal WEB SEC”
(“Sleep-At-Night-Money perdió en Lehman Lesson 63 billones dolares”, Bloomberg)

La noticia de que Primary Reserve había quebrado desató el pánico que rápidamente se extendió por todos los mercados del mundo dejando las acciones en caída libre. Primary Reserve fue la primera causa de la crisis financiera y del crash mundial, no las hipotecas subprime ni Lehman Brothers. Este hecho se tergiversa por parte de los medios para ocultar los peligros inherentes al sistema en la sombra, un sistema que no es más que una artimaña propensa a crear crisis hoy día como lo fue en septiembre de 2008.

Aunque existen formas para conseguir que la banca en la sombra sea más segura, los bancos y los lobbys que trabajan para ellos se resisten a cambiar el sistema actual. Recientemente los bancos enviaron una sorprendente rendición a la Presidenta de la Comisión del Mercado de Valores Mary Schapiro que había estado presionando para conseguir cambios menores en las cuentas del mercado de valores con el fin de hacer más segura esta área crítica del sistema de banca en la sombra para que resultase menos propensa a crear el pánico bancario. La derrota de la señora Schapiro a manos de la todopoderosa industria de los servicios financieros, envió ondas de choque a través de Washington donde incluso amigos acérrimos de Wall Street como Ben Bernanker y el Secretario del Tesoro Timothy Geithner, se levantaron de sus asientos y tomaron buena nota. Desde entonces se han unido a la lucha para llevar a cabo modestas regulaciones en un sistema de mercado de capitales fuera de control que amenaza colapsar el sistema financiero por segunda vez en menos de una década.

Hay que tener en cuenta que los cambios que pretenden introducir Geithner, Bernanke y Schapiro son exiguos bajo cualquier punto de vista. Consistirían en un valor del activo neto flotante, o precio compartido, en vez de su actual precio fijo, o más capital para respaldar las inversiones en el fondo del mercado monetario (solo el 3%) en caso de que cunda el pánico y los inversores deseen retirar su dinero con rapidez. Parece razonable, ¿verdad? Aún así, los bancos han rechazado de plano cualquier cambio. Creen que tienen el derecho a engañar a los inversores sobre los riegos que corre su dinero en cuentas del mercado monetario sin estar aseguradas. No creen que deban tener suficiente capital en caja para cubrir retiradas masivas de dinero en el caso de que un banco quiebre. Han decidido que los beneficios son más importantes para ellos que la responsabilidad social o la estabilidad del sistema.

Hasta el momento, Wall Street ha rechazado todos los intentos de reforma regulatoria. Los bancos y sus aliados en el Congreso han hecho picadillo la Dodd Frank, la ley de reforma que se suponía que tenía que presentar para evitar otra crisis financiera.

Así lo resumía Matt Taibbi en un reciente artículo en Rolling Stone:

En 2.300 páginas, la nueva ley reescribió las reglas para Wall Street. Esta ley iba a acabar con el crédito predatorio en los mercados hipotecarios, reprimir cargos ocultos y multas en los contratos de crédito y a crear una nueva y potente Oficina de Protección Financiera del Consumidor para proteger al consumidor normal. A los bancos se les prohibiría jugar a la ruleta financiera con el dinero de los contribuyentes y una nueva batería de normas limitaría la libertad actual de los especuladores de hacer los tipos de apuestas de asnos enloquecidos que causan picos salvajes en los precios de los alimentos y la energía. Habría más ADIGs y el mundo no volvería nunca más a experimentar un Apocalipsis financiero cuando un banco como Lehman Brothers se fuera a la bancarrota.

Y lo que es más importante, que aunque cualquiera de esas mierdas diabólicas vuelvan a la bancarrota otra vez, Dodd-Frank garantiza que no se pretenderá que pagemos por ello. “Al pueblo norteamericano nunca más se le pedirá pagar la cuenta por los errores de Wall Street. Obama prometió “que no habría más fondos de los contribuyentes para los rescates. Punto.”

Dos años después, Dodd-Frank está gimiendo en su lecho de muerte. La gigantesca ley de la reforma se transformó en el pez que picó el cebo de la caña del Viejo de Heminguay**: No había terminado de agarrarlo cuando los tiburones lo dejaron en las raspas antes de llegar a la orilla.”
(“Cómo se cargó Wall Street la Reforma Financiera”, Matt Taibisi, Rolling Stone).

El Congreso, la Casa Blanca y la SEC son los responsables del frágil estado del sistema financiero y del hecho de que la banca en la sombra no haya sido sometida a la supervisión obligatoria. Este basurero debería haberse limpiado hace mucho tiempo y en vez de eso la banca en la sombra está experimentando un crecimiento acelerado, añadiendo trillones* al suministro de dinero y empujando el sistema hacia el desastre. Esto es espantoso.

* La expresión trillón proviene del término “trillion” que se usa en la literatura financiera norteamericana, que no debe ser traducido a trillón de euros (no hay tanto dinero en el mundo, ni en dólares ni en euros) sino a billón o, en concreto, a “millón de millones”.
** Se refiere a la famosa novela: “El viejo y el mar”