1.-Gonzalo
Boye, editor de Mongolia
La
inteligencia del envenenador de conciencias y opiniones pasa por
saber actuar sin llamar en exceso la atención.
Cuando
se fuerza la máquina con este objetivo, el riesgo es que se acabe
por volver en contra de quienes pretenden una mayor eficacia en su
trabajo.
Y
esto vale para quienes capitanean a cierta “altura” esas
operaciones, como para los medios que están tras ellas o para
quienes solo son becarios malpagados y con una dignidad personal cuestionable en su labor.
En este último tuit puede observarse ya el brillante despliegue de ingenio y sutilezal community manager de la Revista Mongolia; sin duda un humorista en prácticas.
Gonzalo
Boye es el editor de la revista Mongolia y
secretario del Consejo de Administración de la empresa editora de
eldiario.es, Diario de Prensa Digital S.L.
También es editor del
blog Contrapoder, dentro de eldiario.es, formado por un grupo de
juristas “progres”, que recientemente ha protagonizado el más
insultante
artículo contra el gobierno sirio, un libelo que en España
sería tildada de apología del terrorismo, en este caso yihadista,
si no fuera por la “particularidad” de a quiénes ataca y desde
qué posiciones lo hace. ¿Qué decir de la comparación odiosa que
hace la “señora” Luz Gómez, que firma dicho panfleto, entre el
Madrid del “no pasaran” de la guerra civil española con los
terroristas “moderados” de Alepo? Espero que un día encuentre a
uno de los pocos héroes que aún quedan vivos de la resistencia
madrileña contra el fascismo y le diga a la cara lo que piensa de
ella.
El señor Boye ha
colaborado con medios sistémicos como El País o Público y ha
escrito para medios de la progresía OTANista como The Guardian. Ha
sido tertuliano de un programa como “La Sexta Columna”, en la que
la disidencia controlada llora los males del capitalismo para que
luego economistas anarcocapitalistas como Rallo, O´Kean o Lacalle
ofrezcan sus soluciones de más privatizaciones o bien el facha más
simpático, Revilla, nos dé sus soluciones de “cuñao” a la
crisis en su pizarra mágica.
Gonzalo
Boye Tusset es un abogado que estuvo varios años en la cárcel por
colaboración de banda armada (ETA) en el secuestro del industrial
Emiliano Revilla, el de los chorizos. Como abogado ha participado en
mútltiples juicios de gran notoriedad, entre ellos el caso Bárcenas
y la defensa de Tania Sánchez, la podemita ex IU que se vio
encausada en un asunto de posibles corruptelas de su hermano en el
ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid.
Aunque su hoja de “servicios” es muy notable no deja de sorprender que se le
haya dedicado un documental, cuando tantas biografías merecían
mucho más un film y tantos directores de cine las están pasando
canutas, dirigida por Sebastián Arabia, en 2015, estrenada en 2016,
en plena crisis del cine, y cuando las subvenciones del Ministerio de
Cultura para este arte tanto escasean; una película que, según el
diario Público, el día de su estreno tuvo 37 espectadores y 235
euros de recaudación ¡Vamos, que no fueron ni los de la revista Mongolia! Duro golpe para un ego construido a base de tanto esfuerzo.
Llamativamente
en Octubre 2014 Mongolia
publicó un “diccionario
de publico.es para Podemos”.
Cualquiera que intentase, o intente hoy, entender aquella andanada en
clave política se equivocará en gran medida. En 2012 Gonzalo Boye
ya era miembro del Consejo Editorial de eldiario.es. Por encima de
las idas y venidas de eldiario.es sobre Podemos, lo que subyace
es un duro combate del sector empresarial de la prensa por un
mercado, muy a la baja en papel y sobresaturado en digital. Es el
capitalismo y
la “libre competencia”,
señores.
Uno
se pregunta hasta qué punto alcanzan y no alcanzan los tentáculos
de Gonzalo Boye. Tengo la intuición de que esos tentáculos llegan lejos, tanto como para orientar voluntades,
amagar con lo que sabe a través de dossieres sobre amigos y enemigos
y sobre todo silencios sobre su persona que no cuestionen ni su
pasado ni su presente.
2.-Mongolia,
el community manager y el dedo pegado al teclado de Boye
La revista Mongolia recibió su
regalo de Reyes vía redes sociales (la polémica se desató el 6 de
Enero) en forma de acusación de ser un juguete de la Open Society
Foundations, de George Soros
La bronca fue larga, con ecos hasta dos días después (8 de Enero) y con muchos implicados en ella, sobre todo del lado que denunciaba vínculos entre Soros, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información y Mongolia, que pertenece a la citada plataforma.
Ante ello, el señor Boye
pareció agitado y atacado de hiperactividad con cerca de 20 retuits
a los escritos por el lumbreras del community manager de Mongolia que
si, en lugar de mostrar tanto celo laboral en defensa de la revistas
para la que trabaja, se hubiera hecho el loco, hubieran acabado por
no tener demasiado recorrido, agotándose la cuestión, sin llegar a
crear una notable bronca en twitter.
Valga un brevísimo ejemplo
Un estratega no tiene porqué
descender al nivel de la infantería en la taberna, si lo que desea es dar sensación de
serenidad y evitar enzarzarse en peleas que le involucren
directamente. Y si entras a la guerra, entra hasta la cocina pero con mando en plaza y no como auxiliar de tu mandado.
Pero el caso es que el señor Boye, recuerdo una vez más, editor de Mongolia, se había involucrado
apoyando el “artículo”-panfleto proyihadista del grupo jurídico
Contrapoder y de su autora acerca de la guerra en Siria.
Hace ya bastante tiempo algunos les preguntamos a los
chicos de Mongolia si era cierto que la revista pertenece a la Plataforma en Defensa
de la Libertad (PDLI), obviamente sin encontrar respuesta por su parte.
¿Pero que es la PDLI? La PDLI
es, dicho en plata, el sector de medios sobre el que George Soros, a
través de su ONG matriz de otras muchas, la Open Society
Foundations, ejerce su influencia en España.
Conocidas son las posiciones de
Soros y de la Open Society Foundations contra el gobierno sirio. En
esta
página que les enlazo pueden ver el programa de becas para
distintos países. Llamativamente Siria le debe interesar
particularmente a la “ONG” de Soros porque tiene destinados de
tres programas -derechos de discapacidad, liderazgo de Sociedad Civil
y Sociedad Civil eruditos- los dos últimos a, entre otros países,
Siria y ex países
socialistas. Cuando ustedes lean, programas de Sociedad Civil en
algún tipo de convocatoria de la Open Society Foundations, tengan
presente que las ¾ partes de sus esfuerzos van destinadas a
desestabilización, como sucedió en Yugoslavia, Ucrania, con su
revolución naranja, las “revoluciones árabes”, en los que un
conglomerado de fundaciones globalistas, entre ellas las del señor
Soros, han venido actuando desde hace ya muchos años. En Siria les
salió mal porque la gran mayoría de la población apoyó a su
Presidente y a su gobierno y tuvieron que recurrir al pago, junto a
la ayuda de las petromonarquías corruptas del Golfo Pérsico, de
mercenarios, asesinos a sueldo y los peores delincuentes de las
sociedades árabes y/o musulmanas, fundamentalmente de la secta
salafista.
En España, una de sus
representantes más destacadas es Leila
Nachawati, colaboradora habitual de eldiario.es,
un medio financiado,a través de diversos programas, por Soros que a
su vez es miembro de la PDLI, a la que también financia Soros.
¿Y quién, si se creyese la
libertad de información bajo el régimen capitalista, no la
defendería? Pero ¿es posible creer en la libertad de información
que, bajo el sistema de dominación de la burguesía, se asienta en
la libertad de empresa ¿De verdad creen ustedes que esa libertad de
información se permite en esos mismos medios de comunicación
capitalistas, más que de modo anecdótico, en aquellas cuestiones
que amenacen los intereses del capitalismo o del imperialismo
norteamericano, a cuyos intereses el señor Soros y sus fundaciones
representan y defienden?
También conviene señalar que
entre los medios que son miembros del mismo se encuentran Al Jazeera
Media Network, Northwestern University in Qatar, Al-Araby Television,
Al-Araby Al-Jadeed, todas ellas qataríes, un país particularmente
agresivo hacia el gobierno sirio.
¿Se sorprenden ustedes de las
posiciones políticas que muestran tanto Mongolia, como el señor
Boye, como eldiario.es hacia el gobierno sirio? Yo no.
3.-Hablemos
en serio señor Gonzalo Boye y de su revista
de humor:
Aclaro
que lo de revista “de humor” es, por mi parte, un uso muy amplio
de lo que éste significa. Cuando Mongolia no cae en el chiste fácil
del nivel teta y pedorreta, lo hace con una especie de psicología
primitiva y facilona para la que la agresión intencionada es un
arte.
Les
pondré un ejemplo. Seguramente burlarse de alguien recién fallecido
que para muchos comunistas es un referente sea algo “progresista”
y divertido. Para mí está a la altura del “humor inteligente”
de Eduardo Inda y de Francisco Marhuenda, dos de sus aparentes
“bichas”, con las que tanto se refuerzan y a las que tanto se
parecen sin embargo en anticomunismo del más baboso que pueda darse
en la dehesa patria y casposa.
He
aquí el ejemplo de humor al que me estaba refiriendo.
En mi blog no encontrarán ningún atisbo de culto a
la personalidad de ningún dirigente comunista vivo o muerto. Creo antimarxista caer en dicho culto. Por eso no hice
panegíricos a Fidel, cuya muerte me afectó.
Pero salto como un resorte ante el anticomunismo porque cuando se pone tanta fiereza en
intentar agredirnos a los que ustedes llaman despectivamente, intentando vanamente hacer
alguna gracia, la “BERDADERA HIZQUIERDA” (sí, escrito de ese modo), como si
ustedes fueran los selectos y “preparados” -¿en qué?- y el
resto fuésemos cavernícolas despreciables, demuestran estar mucho más cerca del fascismo de lo que están
dispuestos a admitir.
Comunistas,
muchos o pocos, los hay de todos los tonos y variedades. Somos tribus
pequeñas pero con gran diversidad biológica, no apreciable por
mentes simples o anticomunistas de trazo grueso. En cambio en
ustedes, los progres anticomunistas se aprecia una biodiversidad muy
pobre, ocupen el “ecosistema” que ocupen. A ciertas edades,
cuando ya han doblado la cuarentena, intentan hacerse perdonar un
pasado falsamente “revolucionario”, de hijos de la pequeña y la
mediana burguesías, ajustan cuentas con ese pasado y ven el modo de
integrarse en la sociedad a la que supuestamente combatieron. Y para
ello, ningún "mérito" mayor que practicar un anticomunismo
visceral. En esto a señores como Boye, a pesar de su supuesta
progresía, no se les distingue demasiado de otros ex
“revolucionarios” como los Pío Moa, los Gabriel Albiac o los
Jiménez Losantos. En el caso del señor Boye cabe reconocerle una
mayor finezza, que dirían los italianos. Mientras él se inviste de
campeador de causas justas (11M, acusación contra Bush por los
presos de Guantámano, abogado de Edward Snowden,…), parece que
quisiera competir en afán de protagonismo con Baltasar Garzón, su
revista y el community manager de ella insultan y hacen de malos. El
señor Boye tiene una virtud frente a los tres carcas que he citado
antes. Sabe ser mucho más cínico. Se le nota el estilo a lo
Santiago Alba Rico, el gran yihadista español.
Y
ahora hablando en serio ¿Les suena a ustedes el ECCHR? ¿Quizá a
algún “politólogo”? ¿No,
verdad? No me sorprende. Hace 3 horas a mí tampoco me sonaba de
nada. Bueno, pues
el ECCHR es el European Center For Constitutional and Human Rights.
Cuando leo la expresión
Human Rights (derechos
humanos), sabiendo a qué
se han dedicado durante tantos años los Human
Rights institucionales como
los oenegeros, siento un
gran escalofrío.
En 2010 la propia Open
Society Foundations la
entrega de 100 millones de dólares a la Human Rights Wacht. Y la
cosa no ha parado desde entonces. Imagino que este despliegue de
filantropía también será desinteresado y respetando la
independencia de la organización. Estoy convencido de ello porque
comparten, como los grupos que hasta ahora he citado, la creencia en
los mismos valores y principios del “capitalismo de rostro humano”,
que cada vez parece más inhumano según se va viendo qué defienden
y a qué atacan. En la web Investig´action, dirigida por el el
investigador belga Michael Collón se
explica con claridad qué se esconde detrás de la red siria por
derechos humanos, cuáles son los actores y a qué intereses
responden.
Pero
volvamos sobre el ECCRH
El
ECCRH es una institución directamente ligada a la
Open Society Foundations
y a la Open Society Justice Initiative, según se evidencia en la
página 41 del documento del ECCHR, denominado Enforcing
Human Rights Law by New Means
Si
nos tomamos un poco más de molestia. Y sabiendo que el ECCHR es
miembro de la Open Society Justice Initiative y de la Open Society
Institute, tendrá sentido conocer a los miembros de la ECCHR ¿o
no?
Dentro
de la sección de Cooperating Attorneys (abogados cooperantes) del
ECCHR, entidad miembro de la Open Society Justice Initiative y de la
Open Society Institute, está Gonzalo Boye.
Se
lo pongo en captura de pantalla, por eso de que, con el tiempo, los
enlaces “se van”
Al señor Gonzalo Boyé ya vamos conociéndole bastante bien. De la señora Isabel Elbal, que no había aparecido hasta el momento, diremos que es su socia en el bufete Boye-Elbal, como muestra la web del mismo.
No
voy a caer en la trampa de la propiedad transitiva de la igualdad (si
a=b y b=a, entonces a=c). Quiero decir con esto que el hecho de que
EECHR sea miembro de la Open Society Justice Initiative y de la Open
Society Institute y de que Gonzalo Boye sea “cooperante” legal
del EECHR no me permite afirmar que el señor Boye y Mongolia sean
miembros de la Open Society Foundatios y estén en nómina de la
misma pero sí que creo que ese tipo de relaciones triangulares crea
algún tipo de vínculo entre ellos y la Open Society Foundations,
por indirecto que sea. No digo que al señor Boye o a la revista
Mongolia se les financie directamente, aunque sí se haga a entidades
de las que participa, lo que es un modo de influir sobre ambos y, por
supuesto, de promocionarlos y de favorecer partners, algo tan
importante en el mundo de los negocios porque eso que llaman sociedad
civil y sociedad de la información es también un mundo de negocios,
no lo olvidemos.
Si
además, la revista Mongolia, de la que Boye es editor, es miembro de
la PDLI y ésta está financiada por la Open Society Foundations y
por la International Press Institute (IPI), éste último subvencionado, entre otros, por
la la ONG sorosiana, parece que esas relaciones entre la Open Society
Foundations se producen en alguna medida, idea que se ve reforzada
por el hecho de que eldiario.es, de la que Gonzalo Boye es secretario
del Consejo de Administración, recibe subvenciones de la Open
Society Foundations.
se aprecia la participación activa de la Revista Mongolia en la dinámica de reuniones que da lugar al informe final.
Junto
a los dos anteriores aparecen , otros agentes mediáticos de la Open
Society en las reuniones de 4 jornadas que formalmente realizó la
IPI pero que apadrinó la “ONG” sorosiana:
-
El
Diario
-
20
Minutos
-
El
Confidencial (que compartió con El Diario la información de los
papeles de Panamá suministrados por los grupos de comunicación
ligados a Soros
-
La
Marea
-
Infolibre
-
Carne
Cruda
-
Plataforma
en Defensa de la libertad de Información (PDLI)
-
Open
Society Initiative for Europe (OSIFE), entidad que forma parte del
complejo de la Open Society Foundations
-
Y
luego ya todo un largo listado desde el ABC y El Mundo, a EFE y
RTVE, pasando, cómo no, por El País.
En
definitiva, derecha rancia y pura institucionalidad del régimen del
78 y del capitalismo puro y duro (El País) junto con un nutrido
elenco de medios “progres”, que no rojos, porque medios rojos no
hay en España.
No
se equivoquen, con todo lo que representa el drama sirio como punto
de fricción de las contradicciones interimperialistas, el papel de
la Open Society Foundations y de otras fundaciones globalistas
repartiendo dinero aquí y allá, ejerciendo de patrocinadores y
nobles filántropos, promoviendo líderes para el “cambio social”,
actuando de anfitriones de jornadas, encuentros y otros eventos para
la “sociedad abierta”, la (su) “libertad de información” no
es otro que el de muñidores de conciertos y coordinaciones de una
línea de pensamiento. En el lenguaje de la Open Society Foundations
encontrarán expresiones como “democracia”, “democracia
participativa”, “derechos humanos”, “empoderamiento”,
“ciudadanos”, “sociedad civil”, “liderazgo”, ese tipo de
conceptos que tanto gustan a los predicadores mediáticos de la
progresía y a los partidos de “lo nuevo”. No encontrarán
expresiones como “clases sociales”, “lucha de clases”,
“explotación, “socialismo”, “revolución social”, salvo
que se refieran a revoluciones de colores y árabes, que ya sabemos
como acabaron pero que lograron desarticular a países enteros en un
momento en el que el imperialismo norteamericano empezaba a ver
demasiado grande y hostil al mundo para dominarlo por completo y de
un modo estable.
No
hagan lecturas conspiranoicas. Simplemente el capital siempre se ha
organizado (CEOE, Ibex35, G-20, G-8,…). Y también lo hace
mediáticamente porque sabe que la batalla de la opinión pública,
de los valores transmitidos y de la cultura política son elementos
decisivos para perpetuar su dominación de clase más allá del uso
de la fuerza. Y eso los saben muy bien rodas las fracciones del
capital, tanto a las que juegan más duro, como las que invitan a
humanizar al capitalismo. Y en esto la Open Society Foundations juega
su papel, llamativamente no sólo pastoreando a los medios “progres”
sino yendo mucho más allá porque sabe que, cuando las
contradicciones sociales se agudicen, sólo habrá dos campos, el de
todos los que apuestan por la continuación del actual sistema
económico y el de los que pretendan derribarlo y busca aunar a todas
las corrientes de opinión y pensamiento partidarias de mantener el
orden social y político, a sabiendas de que los "progres", como en el
pasado el reformismo socialdemócrata jugarán la baza de ese orden
burgués.
Los
trabajadores también nos organizamos en determinados momentos de nuestra
historia (I, II y III Internacionales) pero, desde que nos dijeron que
ya no éramos clase trabajadora sino media, parece que se nos ha
olvidado. Así nos va.