SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
PROPUESTA DE EXIGENCIAS AL POSIBLE PRÓXIMO GOBIERNO DE AMPLIAS ALIANZAS
HASTA LOS COJONES DEL ASUNTO LUIS RUBIALES Y DE TODO EL SHOW
TIEMPO DE PESIMISMO (NO EXAGERAR LOS ADJETIVOS), TIEMPO DE ESPERANZA
SUMAR Y PODEMOS JUNTOS A LAS GENERALES ¿QUÉ PUEDE SALIR MAL?
10 de febrero de 2014
EL DÍA EN EL QUE COCA-COLA RENEGÓ DE SU NOMBRE
La firma embotelladora deja de utilizar la marca en sus comunicados
Los
dueños de Fuenlabrada sacaron de la empresa 400 millones antes de la fusión
“Que Madrid no se cierre”
Sucedió el miércoles 5 de febrero. A las 18.22 de
la tarde, llegó a todas las redacciones de Madrid un correo electrónico del
nuevo grupo embotellador de Coca-Cola en España, el holding Coca-Cola Iberian
Partners. En él, la firma presidida por Sol Daurella, matriarca de una
multimillonaria familia catalana, ligada desde siempre al negocio de La Chispa de la Vida en España, da su versión
del estado de las negociaciones que sus asesores laborales mantienen con los
sindicatos, en orden a instrumentar un Expediente de Regulación de Empleo con
el que despedirá a 1.250 trabajadores y cerrará cuatro de las 11 fábricas que
posee en España. Además, el documento adjunto que contenía el correo, ofrece la
ratificación de una novedad asombrosa. La empresa no se refiere ya a sí misma
con el poderoso nombre de la marca de Atlanta.
Coca-Cola Company tiene derecho de veto sobre el
nombramiento de los ejecutivos de la empresa española.
El holding desecha el nombre –ya lo había hecho por
primera vez con ocasión del comunicado que remitió dando cuenta de su decisión
de poner en marcha los despidos–, y se refiere a sí misma en todo momento como
Iberian Partners, a secas.
La decisión parece razonable, en el mismo documento y como anotaciones a
pie de página, la empresa da detalles sobre un hecho incontrovertido. El ERE no
lo presenta Coca-Cola Company, filial de la multinacional estadounidense. La reestructuración
del negocio de embotellado en España es una decisión cuya responsabilidad recae
sobre Coca Cola Iberian Partners y en concreto sobre su director general,
Víctor Rufart.
Es comprensible que Coca-Cola Company y su primer ejecutivo en España,
Marcos de Quinto, quieran tomar distancias de un problema que ha alcanzado ya
una dimensión social y económica tal, que de mantenerse en sus términos
actuales solo puede empeorar, a la vista de la tensión sindical y social que
está adquiriendo. Su cristalización más visible son las llamadas, desde ámbitos
sindicales y políticos, al boicot de los productos de la marca.
Pero la separación y distancia que ahora se quiere aparentar no es tan
clara. A pesar de los esfuerzos de los portavoces de Coca-Cola Iberian Partners
de dejar claro que son dos empresas distintas, el grado de interacción es
elevadísimo y no solo a niveles operativos sino que afectan al primer y segundo
nivel directivo de la empresa.
Para convencerse de ello, basta leer la página 31 del documento
entregado a los sindicatos por la empresa bajo el titulo de Memoria. En esa
página se reconoce que la independencia de la empresa española no es tal si se
analiza a la luz de esta cita literal. “Por
compromisos contractuales CCIP (Coca-Cola Iberian Partner) está obligada a
compartir con TCCC (The Coca-Cola Company) el primer y segundo nivel directivo
del grupo CCIP. Una vez se comunicó y validó el primer nivel, los comités de
dirección de cada uno de los embotelladores quedaron disueltos (...)”.
Los
dueños de Fuenlabrada sacaron de la empresa 400 millones antes de la fusión
Casbega, la empresa propietaria de
la condenada planta de Fuenlabrada en Madrid, tenía una fortuna acumulada en
sus cuentas antes de la fusión que en mayo de 2013 dio lugar a Coca-Cola
Iberian Partners.
Tras advertir la multinacional estadounidense a sus
franquiciados españoles que para renovar los contratos de embotellado “resultaba necesario que la fabricación
pasase a realizarse al amparo de un nuevo y único contrato de embotellador”,
las siete embotelladoras españolas comenzaron a maniobrar y a reestructurar sus
negocios.
Fue el caso de Casbega. Sus accionistas, liderados
por los empresarios Víctor Urrutia y Jaime Castellanos, celebraron una junta
extraordinaria el 22 de diciembre de 2011 en la que aprobaron repartirse las
reservas de la sociedad en forma de dividendo extraordinario.
En aquel momento la foto fija de la empresa
arrojaba 448 millones de fondos propios, según las cuentas depositadas en el
Registro Mercantil. Sus reservas eran de 373 millones. Y antes, en la junta
ordinaria de junio de 2011, se aprobó un reparto de 28 millones de dividendo
ordinario. Un puñado de accionistas cobraron casi 400 millones en poco menos de
seis meses. La empresa asegura hoy que el cierre de Fuenlabrada generará unos
ahorros anuales de 24 millones de euros tras despedir a 370 trabajadores.
“Que Madrid no se cierre”
Las plantas de Alicante, Oviedo y
Palma de Mallorca tienen una solución relativamente sencilla. En base a
recolocaciones y a prejubilaciones el daño que el ERE de Coca-Cola hace en
ellas es asumible desde un punto de vista de negociación sindical. Donde no se
puede ceder es en Madrid.
En Fuenlabrada la situación es dramática, alejada
de cualquier otra fábrica de la empresa, la solución es complicada se mire como
se mire. El objetivo claro es “que Madrid
no cierre”, es el literal de un razonamiento de un miembro de la mesa
negociadora, que cree que todo se encauzaría enormemente si la empresa se
sentara a negociar desde otros parámetros.
“Confío que esta
semana –hay previstas dos reuniones de la mesa de negociación– Coca-Cola se habrá dado cuenta ya de que
será más fácil si reconsidera parte de su plan inicial y ofrece bajas
voluntarias”. Coca-Cola Iberian Partners asegura en su oferta que la
totalidad de los 90 trabajadores de la planta de Alicante irán a trabajar a la
de Valencia. Los 80 empleados de la de Asturias, podrán ser recolocados en A
Coruña y Bilbao y casi todos los de Palma de Mallorca (77) “tendrán opción a recolocación”. Para Fuenlabrada (370 en total)
ofrece 100 prejubilaciones y “el resto
podrán optar a una recolocación”.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Cada Coca-Cola que compras es una puñalada en el derecho de sus trabajadores al empleo en España. No pidas solidaridad cuando la necesites si no estás dispuesto a darla porque no la merecerás. ¡Boicot a Coca-Cola!
SE DESTAPÓ EL PASTEL: ESTADOS UNIDOS LIDERA LA «REVOLUCIÓN UCRANIANA»
Juanlu
González. Diario Octubre
Era un secreto a
voces, la cuestión ucraniana no es —solo— un problema interno, sino que está
atizada, dirigida, organizada y apoyada por la Unión Europea , la OTAN y, sobre todo, por
Estados Unidos. Esta palmaria afirmación no es una interpretación política
nacida apriorísticamente de la mente de una persona de izquierdas, las
evidencias se acumulan de tal manera que es imposible ocultar por más tiempo
esta reedición de la guerra fría 2.0 en el corazón de la vieja Europa. Quien
piense que se trata de un problema relacionado con la economía ucraniana es un
absoluto iluso o se guía exclusivamente por sus filias y fobias más que por el
análisis serio de la realidad.
Si tuviésemos medios
de comunicación realmente independientes, la noticia de las conversaciones telefónicas
interceptadas entre el embajador de EE.UU. en Ucrania, Geoffrey Pyatt y la
subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Europeos, Victoria Nuland,
sería la portada de telediarios y periódicos. Pero con una prensa «libre»
secuestrada por intereses comerciales y por la sumisión a un sistema político y
económico concreto, prácticamente el tema se quedará en la anécdota del desprecio a Europa de la
subsecretaria por ese «que se joda la UE » sin entrar mucho más en el
fondo de la cuestión. ¿Y cuál es ese fondo? —se preguntarán algunos. Pues no es
muy compilado de entrever, se trata de la injerencia en los asuntos de un país
del tamaño de la copa de un roble ucraniano.
No estoy hablando
de declaraciones de aliento a los manifestantes de Kiev. Tampoco de la protección implícita a los neonazis que incendian las
calles de Ucrania, ni a la guardia pretoriana de
yihadistas de Crimea recién llegados de servir a al Qaeda en Siria para
hacerle el trabajo sucio a los violentos opositores de la derecha y la
ultraderecha del país. No me refiero a la presencia de políticos europeos o
estadounidenses en las manifestaciones ucranianas, ni si quiera a lasdeclaraciones del secretario general
de la OTAN, Anders Rasmussen, sobre el conflicto. La idea
del establecimiento de un régimen de sanciones económicas contra el gobierno
del país por la brutalidad policial empleada por los manifestantes sí que ya
suponía un salto cualitativo en la injerencia que cruzaba todas las líneas
rojas. ¡Como si Estados Unidos no se empleara a fondo contra los manifestantes
en su propio país! De haberse repetido hechos similares en suelo gringo,
probablemente ya habría muchos manifestantes procesados por terrorismo e
incluso un número considerable de muertos.
Oír al embajador en
Kiev diseñar el futuro gobierno ucraniano con la subsecretaria de asuntos
europeos es más de lo que podría esperarse: este tipo de cosas normalmente se
sospechan pero nunca se refrendan tan claramente apoyadas por grabaciones que
la hacen incuestionable. Las disculpas de Nuland por unas declaraciones
«falsas» sí que son un insulto, pero a la inteligencia. La mano que mece la
cuna de las revueltas violentas en Ucrania es la misma que o hace en Siria, en
Libia, en Chechenia y en tantos otros lugares. Europa ha fallado, su maltrecha
situación económica ha obligado a ponerse al frente de las barricadas de Kiev
al mismísimo Obama y a darle a la manivela de la imprenta de
billetes verdes para comprar dirigentes, pagar mercenarios y
«convencer» a la población para que se arroje en manos de occidente y que sirva
de cabeza de puente frente a las mismísimas fronteras rusas para ubicar escudos
antimisiles, infraestructuras bélicas y privar a Rusia de uno de sus más
fuertes aliados regionales. Al parecer, les da igual que la agitación que están
produciendo conduzca a una guerra civil o a la desmembración del país. Ya lo hicieron con Yugoslavia y parece que están deseando
repetir la historia con Ucrania.
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