Luismi
Uharte. alainet.net
Si
en el año 2011 los “Lineamientos
de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”
marcaron el debate en Cuba y fijaron la hoja de ruta para el cambio
económico, 5 años después en el marco del VII Congreso del PCC, la
“Conceptualización
del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”
es el principal documento de análisis colectivo. Un texto de
importancia vital ya que se ponen sobre el tapete aspectos
estructurales del sistema cubano, es decir, del socialismo autóctono,
y se plantea una reflexión político-filosófica que no se daba
probablemente desde los años setenta, cuando se aprobó la
Constitución del país.
El
otro documento que acompaña a la “conceptualización” es
el “Plan Nacional de desarrollo hasta 2030”, que de facto
no es todavía un Plan sino más bien sus principios y sus ejes
estratégicos. Estos dos textos están siendo debatidos por decenas
de miles de personas en centros de estudio y de trabajo y serán
enriquecidos con los principales aportes que se vayan realizando a lo
largo de una reflexión colectiva que se prolongará, probablemente,
hasta fin de año.
El
debate en torno a la “conceptualización del modelo” sin
duda resulta el más apasionante y obviamente también el más
polémico, ya que está permitiendo discutir acerca de los grandes
temas que históricamente marcaron la disputa entre los dos grandes
sistemas de la modernidad: el socialismo y el capitalismo. La
“conceptualización” está estructurada en cuatro
capítulos principales que abordan temáticas estructurales como los
principios del modelo, la propiedad de los medios de producción, la
dirección planificada de la economía y la política social.
Más
allá de esta división formal, a lo largo del texto destacan dos
grandes debates: uno en torno a la propiedad y el otro acerca de la
relación entre Estado y Mercado. De estos dos principales debates se
derivan otros de gran relevancia como los modelo de gestión, el
papel y potencialidades del cooperativismo, la redefinición de la
política social para que sea sostenible… En síntesis, sitúa a
las y los cubanos en la tesitura de conceptualizar el nuevo proyecto
socialista para el siglo XXI.
La
propiedad. En el primer capítulo de la “conceptualización”
se fijan los “principios de nuestro socialismo que sustentan el
Modelo” y se afirma con rotundidad que “la propiedad
socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de
producción” es la forma principal de la economía. Se agrega
que este tipo de propiedad garantiza la “condición de
propietario común” a toda la sociedad cubana. En el capítulo
2 dedicado a la propiedad sobre los medios de producción, se concibe
a la propiedad estatal como “la propiedad socialista de todo el
pueblo”.
Se
establece, por tanto, una divisoria clara entre propiedad
“estatal” y propiedad “no
estatal”, considerando que el mayor grado de socialización
se logra a través de la primera. El citado capítulo 2 indica que la
“forma estatal constituye la columna vertebral de todo el
sistema de propiedad de la sociedad socialista”. La novedad,
según José Luis Rodríguez, ex ministro de Economía y uno de los
intelectuales más respetados, es que en esta nueva etapa del
socialismo se reconoce el papel funcional que puede jugar la
propiedad no estatal.
Una
propiedad que, de todas formas, “está sujeta a temporalidad”.
Esto significa que en un futuro podría revertir de nuevo a estatal,
como ocurrió, recuerda Rodríguez, con la compañía de teléfonos
ETECSA, que en 1995 era mixta y en 2008 fue recomprada por el Estado.
A
pesar de la prioridad que se otorga a la propiedad estatal, la
expansión de la propiedad no estatal es un hecho, como lo evidencian
los datos del empleo, ya que si en 1989 solo el 6% de las y los
trabajadores trabajaban en empresas no estatales, en el 2016 ya
suponen casi el 30% de la fuerza laboral. Sin embargo, el peso de
la economía no estatal en el PIB es apenas de un 12%, ya que su
presencia se restringe a pequeñas empresas y a sectores no
estratégicos. Los sectores estratégicos, las grandes industrias
como la electricidad, las telecomunicaciones, la minería, etc.,
seguirán indiscutiblemente bajo control del Estado, asevera
Rodríguez.
El
documento de la “conceptualización”
reconoce que la propiedad privada “cumple una función
social”, tanto la nacional como la extranjera, ya que
coadyuva en la mejora del “bienestar”, “tributa al
desarrollo local” y contribuye a la “eficiencia”
económica. Pero a su vez, deja claro que solo se permitirán
pequeños emprendimientos y que se limitará la concentración de la
propiedad y la riqueza privada.
En
la práctica, es reseñable el modelo de financiación de los nuevos
negocios privados, ya que según académicos norteamericanos el 50%
de las remesas provenientes de EE.UU. se transforma en capital para
crear o impulsar empresas privadas. Las lecturas, dentro de la propia
intelectualidad económica cubana en relación a los proyectos
privados son diversas. Rodríguez destaca que en la actualidad estas
empresas están sub-declarando y por tanto pagando menos de lo que
les corresponde, lo cual es innegable. Everleny Pérez, por su
parte, considera que es necesario permitir más actividades
profesionales privadas (bufetes, arquitectos, consultorías
económicas…) y agrega que si se frena la iniciativa la gente
seguirá yéndose del país, lo cual es una evidencia empírica.
En
este nuevo contexto que se está creando en torno a los nuevos
negocios privados, se cruzan variables contradictorias que muestran
con claridad los aspectos positivos y negativos que están
experimentando en primera persona los y las trabajadoras contratadas.
Por una parte, los
sentimientos de “explotación”
emergen en las narrativas de esta franja incipiente de la clase
trabajadora cubana; pero por otra parte, manifiestan que
sus ingresos son muy superiores a los de cualquier empleo público.
El testimonio de algunas empleadas de cafeterías o restaurantes
privados es paradigmático en este sentido.
Las
cooperativas. Otro de los grandes debates que se están dando en
relación a la “conceptualización del modelo” y que son
trascendentales para el Socialismo en el siglo XXI, es el de la
autogestión y su materialización en Cuba a través del
cooperativismo. El primer aspecto crítico a destacar es la
desconfianza que sigue generando en capas importantes del Partido, de
la dirección política y sobre todo de la burocracia intermedia. La
cooperativa la siguen considerando una forma inferior de
socialización de la propiedad en comparación con la propiedad
estatal, lo cual evidencia la hegemonía del imaginario del
socialismo real del siglo XX.
En
parte, existe un temor comprensible respecto al riesgo del
cooperativismo, ya que fue la forma encubierta de los negocios
privados en la transición al capitalismo en la URSS, como advierten
algunos analistas cubanos. Sin embargo, para los sectores
favorables a la autogestión en Cuba la apuesta por el cooperativismo
permitiría una mayor socialización de los medios de producción
porque posibilitaría que los y las productoras pudieran, sin
intermediación de ningún funcionario, gestionar directamente la
empresa.
El
cooperativismo ha tenido presencia en Cuba desde 1959 pero sólo en
el sector agrario. No será hasta el 2011, con la apuesta por el
nuevo modelo, cuando se impulse el cooperativismo en industrias y
servicios (prioritariamente en este último). Actualmente hay casi
500 cooperativas en proceso de prueba y evaluación, la gran mayoría
en el sector de gastronomía, comercio agropecuario y construcción.
Hay previsión de que en los próximos años más de 12.000 pequeñas
empresas estatales de servicios (la mayoría gastronómicos) se
conviertan en cooperativas. Para los grupos pro-autogestión el
proceso de cooperativización se está dilatando excesivamente y
teniendo incluso más trabas que los negocios privados, lo cual
podría interpretarse como una contradicción del proceso de cambio.
La
gestión. Más allá del debate acerca de la propiedad existe
otro trascendental y complementario: el modelo de gestión. A
veces las disputas se circunscriben a la forma “propiedad”,
cuando la forma “gestión” puede resultar más importante
en algunos casos. De hecho, el criterio de eficiencia
está siendo determinante a la hora de modificar el modelo de gestión
en algunas empresas, aunque la propiedad siga siendo estatal.
El
primer caso relevante es el del cooperativismo, ya que el 70% de las
cooperativas en experimentación, son antiguas empresas públicas que
ahora pasan a ser gestionadas por sus trabajadores/as, aunque parte
de la propiedad puede seguir siendo estatal: los vehículos en el
caso de las cooperativas de transporte público, los almacenes en el
de las cooperativas textiles…
El
otro caso paradigmático es el de la gestión privada extranjera
en empresas de titularidad pública. El sector hotelero es
quizás el más conocido, ya que desde los años 90 se conoce este
modelo de propiedad pública o mixta y gestión privada, en el
que los rendimientos económicos han sido positivos. La exportación
de ron es otro referente y más recientemente la apuesta ha sido
abrir a otros sectores, como el de los aeropuertos. La firma con una
empresa francesa de un contrato de gestión del aeropuerto de La
Habana y la intención de generalizarlo al resto de aeropuertos del
país, es el ejemplo más destacado.
El
Mercado. En el tercer capítulo de la “conceptualización”,
el dedicado a “La dirección planificada de la economía”, se
afirma categóricamente que “las leyes del Mercado no ejercen el
papel rector”, siendo el Estado el gestor y regulador
principal. Sin embargo, se perciben dos cambios importantes. Por un
lado, el impulso a la descentralización, lo que implica dar mayor
capacidad de decisión a las provincias y municipios y conceder mayor
autonomía a los órganos de dirección de las empresas públicas.
Por
otro lado, el “reconocimiento del Mercado”, esa
institución que el socialismo real quiso suprimir por decreto pero
que nunca desapareció. Como agudamente plantea el ex ministro
Rodríguez, el mercado siempre existió aunque se trató de manera
idealista de suprimirlo. Como la ley lo prohibió entonces se
manifestó a través de la economía informal, del mercado negro. La
lectura cubana actual plantea la existencia de un mercado regulado,
no de un mercado libre, y por tanto la construcción de una economía
“con mercado” y no una economía “de mercado”, que sí es la
propia de los países capitalistas.
Rodríguez
pone un ejemplo muy gráfico para entender la nueva relación que hay
que establecer con el mercado. Afirma que los precios de muchos
productos no se pueden regular administrativamente sino a través de
un flujo suficiente de oferta, porque si no “la tendencia que se
impone es a que se venda en la economía sumergida a un precio
superior”.
Política
social. La “conceptualización” culmina con el
capítulo referido a la “política social”, donde se
proclama la gratuidad de los derechos sociales básicos. La
novedad la encontramos en la apelación a las “posibilidades
objetivas de la economía”, reconociendo las
limitaciones presupuestarias que puedan existir. Además, se
indica que “se cobrarán” los servicios “complementarios
y de carácter no fundamental”, advirtiendo que la gratuidad
absoluta y generalizada ya no será viable.
El
debate estrella sobre política social de los últimos tiempos es
acerca del futuro de la histórica cartilla de abastecimiento, ya que
a día de hoy sigue siendo totalmente universal. Cada vez parece más
claro que tarde o temprano se asignará de forma focalizada a los
sectores más vulnerables, y por tanto será un instrumento de
combate a la desigualdad, un problema creciente desde la década del
noventa.
El
futuro del socialismo en Cuba nadie lo puede decretar. Lo único que
está claro es que el modelo tradicional deudor de las experiencias
del siglo XX se agotó y que será sustituido por otro modelo que
necesariamente debe ser autosustentable. La pluralidad de
propiedades, modelos de gestión e instituciones económicas será la
clave sobre la que descanse el nuevo ensayo de socialismo para el
siglo XXI.
NOTA
DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Vivimos
tiempos en los que el cinismo y la manipulación de los hechos son la
moneda corriente. El último párrafo del autor del texto que acabo de publicar es una muestra de ese cinismo de él mismo y de la dirigencia actual del PCC. Lo llamativo es que, casi siempre, esos comportamientos se producen
desde una posición, llamémosle, “realista”, que es la que se
adopta cada vez que en política se realiza un giro hacia la derecha,
el capitalismo y el sacrosanto “mercado”.
Algunos
de quienes seguimos en su día el proceso que llevó hasta la
perestroika sabemos que con Raúl Castro, Cuba ha encontrado su
Andropov cubano, precursor, muy poco antes de Chernenko, del
liquidador Gorbachov. De momento, el Andropov cubano ha encontrado su
propio equipo de “economistas reformadores” (liberales, para
entendernos), tan parecidos a aquellos que dieron lugar en su día a
los llamados “papeles de Novosibirks”, los Agambeguian y las
Zaslavskia, entre otros. En el PC cubano son los economistas que están
detrás del documento “Conceptualización
del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”.
Entonces se
habló, exactamente como ahora, de rectificar errores, de mejorar la
economía socialista y de mentiras similares. La diferencia es que
ahora se va hacia el capitalismo no por la vía rusa sino por la
china: dictadura capitalista con hoz y martillo y un partido que,
durante un tiempo, seguirá hablando de socialismo mientras lo va
enterrando en el engendro llamado “socialismo de mercado” con una
voladura controlada, con el fin de evitar las tensiones sociales y
el riesgo del descarrilamiento que se produjo en la extinta Unión
Soviética.
Que
Cuba ha atravesado desde los primeros años de la revolución serios
problemas en su economía no es un nuevo descubrimiento. El bloqueo
fue uno de sus principales motivos. Otros habrá que achacárselos,
seguramente, a errores en la organización de la economía
socialista. Pero, a pesar de todo, Cuba superó el muy difícil
“período especial” tras la desaparición de la URSS, con mucho,
su principal socio económico. Y es cierto que, durante ese período
se combinaron formas de supervivencia económica “imaginativa”
con lo que fueron algunos ensayos de reintroducción de formas
económicas privadas (pequeñas actividades económicas de autónomos
sin empleados).
Pero
aquél tiempo ya pasó y la privatización va entrando ahora
con fuerza, desde la
hostelería privada hasta otros sectores económicos que en este
artículo se han mencionado. Ello está haciendo aparecer nuevas
clases medias que crean contradicciones dentro de la lucha de clases
que se da en un sistema socialista.
Cuando
las entradas de partidas económicas de capital extranjero se vayan
generalizando en eso que
ya no se recatan en llamar formas económicas mixtas, y que luego
llamarán economía mixta, veremos aparecer, al principio
tímidamente, un gran empresariado cubano que, como sucede en China,
ha ido naciendo al calor de la dirección y de esa palabra de las
escuelas de negocios capitalistas que ahora tanto les gusta a los
economistas cubanos, “gestión”, de los cuadros del Partido. No
tardaremos en ver a millonarios cubanos con el carné del PCC, justo
como pasa ahora en China.
Cuando
uno escucha el antimarxismo que suelta por su boca el “economista”
Juan Triana
Cordoví, de una
institución oficial del Estado cubano como es el Centro de Estudios
de la Economía Cubana, comprende que este es uno de esos kamikazes
que los “refomadores” lanzan por delante para que les hagan el
trabajo sucio de hooligans del capitalismo. Aunque su estrella se ha
apagado un tanto dentro de la nomenklatura reformista cubana, no
duden de que si continúa no saliéndose del todo del discurso
oficial, pronto será premiado, como pasó antes en otros lugares con
los que involucionaron sus sociedades al capitalismo.
Los
elementos emocionales en torno a la revolución cubana cuentan...y
mucho. Decir lo que estoy diciendo ahora en estas líneas puede ser
anatema de excomunión para muchos entusiastas que no viven en Cuba y
que “miran” con ojos convenientemente cerrados lo que está
pasando allí, no sea que la realidad trastoque su pensamiento sobre
la cuestión.
Mientras
muchos comunistas siguen anclados en la épica de Sierra Maestra y
Playa Girón, en las loas a Fidel y en el “Comandante Che Guevara”,
de Carlos Puebla, lo cierto es que los nuevos nomenklaturistas
siguen el camino de los enterradores del socialismo que en tantos
lugares les han precedido.
Soy
consciente de que es terrible el sentimiento de orfandad, a poco más
de un mes del año del centenario de la revolución de octubre, pero el
comunista que se niegue a ser librepensador y crítico con la
realidad no es comunista. Solo un beato.
Y
sí, hay que volver a empezar y ello significa volver a Marx, releer
a Lenin, ser consecuentes en la praxis con sus enseñanzas, y apartarse de todos los tergiversadores que vinieron tras
ellos.
Excelente epílogo, Marat. Lo duro es comprobar que esta concesión al enemigo (que bien puede acabar en rendición incondicional) se produce no en un momento crítico como el que vivió Cuba en los años 90, sino precisamente cuando el capitalismo vuelve a mostrar fisuras como las que condujeron a la SGM. Es decir, no se imita al enemigo en su mejor momento, sino cuando vuelve a evidenciar que su modelo no funciona (no al menos para la inmensa mayoría de la población) y que nos lleva al desastre.
ResponderEliminarLos chinos llevan algunos años dando bandazos cada vez que comprueban que un exceso de celo con las privatizaciones les pone en ruta hacia la catástrofe que fue Rusia en los 90, pero lejos de ser el primer paso para una rectificación en toda regla que permita volver al camino del socialismo, son meros ajustes "de seguridad". Queda mucho camino por recorrer, y seguramente los próximos destrozos del capital irán poniendo cada vez más en evidencia a los "reformistas" como lo que son, meros aprovechados. La cuestión será saber si para entonces el daño será ya irreversible o si se podrá recuperar (y mejorar, evidentemente) un modelo auténticamente socialista.
Un saludo.
Hay datos objetivos que muestran que la situación ya ha llegado a extremos dramáticos, difícilmente reversible.
ResponderEliminarLa vivienda, en el socialismo y en Cuba, hasta hace no mucho era un derecho humano, no una mercancía para especular.
Al calor de la reforma que permite comprar y vender viviendas -antes solo se podían permutar- han proliferado las inmobiliarias privadas, por ejemplo:
http://zafiroinmobiliaria.com/
http://www.casascubanas.com/w/es/front
http://www.poreltecho.com/casas-en-cuba/cuba/venta?
Hay muchas más.
En un país donde el salario directo está en alrededor de 20 € mensuales, ¿Quiénes son los que se pueden permitir comprar unas viviendas por cientos de miles?
En alguna página anuncian nuevos proyectos de viviendas. Ya tienen hasta sus "poceros".
Después de haber leído todo el texto de "la contextualización" he llegado a las mismas conclusiones que tú expones en el excelente epílogo. Es triste, muy triste, observar como una élite de privilegiados del sistema se afanan en tomar posiciones para saquear los bienes públicos en aras de la eficiencia. Es seguro que por el camino que se propone veremos, como dices, grandes empresarios con el carnet del PCC, al estilo chino, o grandes mafiosos millonarios invirtiendo el producto de lo robado en super viviendas horteras en el sur de España como pasó con la URSS.
ResponderEliminarMe acaban de contar ahora mismo (23:30) que la entrada es anterior a la noticia de la muerte de Fidel. Ojo, porque la mayoría puede pensar que es una entrada publicada al hilo de su fallecimiento, lo cal sería muy difícil de entender. Si estuviese en tu lugar, la pasaría a borrador y la volvería a sacar al cabo de unos días. Pero bueno, es mi opinión.
ResponderEliminarNi es el tema ni es el momento de hablar de ello ahora. Hasta el KKE, que es tremendamente crítico con el PC cubano, ha aparcado cualquier consideración sobre el rumbo actual de Cuba en el comunicado de su Comité Central.
De lo que se trata aquí y ahora, es de honrar la memoria de un héroe del Socialismo QUE HA MUERTO. Esto es lo que toca ahora, y más cuando toda la maquinaria ideológica de los medios del capital se ha activado, una vez más, para soltar su nauseabunda porquería sobre la figura de Fidel.
Y de lo que se trata también aquí y ahora, es de recordar esa épica, y de recordar lo que se consiguió con la revolución cubana, porque es la forma de decirle al mundo bien alto: EL SOCIALISMO ES POSIBLE. Y nuevamente menciono esa maquinaria ideológica que desde que se conoció la muerte de Fidel, está bombardeando con el mensaje de que la revolución fue un rotundo fracaso. La propaganda sistémica trata de borrar la historia del Socialismo, tergiversándola (lo que siempre ha hecho, por otra parte), en un intento constante de presentar el Socialismo como algo monstruoso. Y por tanto, la respuesta estos días, debe ser contraatacar en ese sentido y afirmar los muchos éxitos que ha tenido la revolución cubana.
Ya habrá tiempo de hablar del rumbo actual de Cuba. Insisto, es una entrada totalmente inoportuna pero no por el contenido, por lo que dice, sino por el momento.
Cuando menos, yo en tu lugar sacaría una nota previa indicando que se publicó antes de conocerse la muerte de Fidel, ya que parece que la has publicado a propósito después de conocerse su fallecimiento. En mi caso porque alguien me acaba de sacar de mi error diciéndome 'No, la publicó antes'... Piensa en ello (al menos mete una nota inicial aclarándolo)
:-)
Efectivamente, Vigne, es tu opinión. La mía es que jamás me he autocensurado en mis pensamientos, razón por la que jamás intentaría falsear la fecha de una publicación. Solo con pensarlo me consideraría un miserable. Y no soy un miserable que falsea sus actos.
EliminarDesgraciadamente, la muerte del comandante acabó por llegar y lo hizo menos de 24 horas después de que publicase en mi blog dicho artículo y de que en él incluyese mi crítica hacia lo que temo que suceda tras su desaparición. Por si a alguien le cupiese alguna duda, puede copiar y pegar la dirección de Google+ (https://plus.google.com/115476384435261293017/posts/ivgo4JqAqhM) en la que aparece el día de publicación. Fidel murió a las 4 y media de la madrugada del sábado 26 de julio, hora española y yo lo publiqué el viernes 25. El mero hecho de tener que darte estas explicaciones me está enfureciendo notablemente.
Pero esa casi coincidencia temporal no debe hacerme sentir culpable pues fue, eso, mera coincidencia, absolutamente imprevisible. En cambio, si me haría sentir que había hecho algo indigno el hecho de volver a borrador mi artículo y sacarlo pasados los 9 días de luto porque sería un modo de mentir y la verdad es siempre revolucionaria.
Son muchos quienes han visto ya el artículo, muchos incluso quienes lo vieron antes de la muerte de Fidel. No sólo a mí mismo sino a ellos también les debo el mantener limpio mi proceder pues sólo solo siendo coherente en los actos uno puede aportar credibilidad a los demás.
Lo de cambiar o borrar fechas, personas de las imágenes y cosas de ese tipo, es propio de otros, no mía.
En cuanto a las cuestiones de lo que procede ahora y de lo que no procede, permíteme que te diga que, dado que consideraría indigno por parte de un revolucionario jugar con cuando ha publicado algo y cuando no, la respuesta que voy a darte es la misma que te di con anterioridad: NO.
Nadie es quien para dictar agendas ajenas. Menos aún para decir a nadie ya adulto lo que le toca hacer en cada momento, sobre todo porque honrar a Fidel lo he hecho tanto fuera de las redes sociales como en ellas mismas. El domingo pasado en la embajada de Cuba frente a los gusanos que fueron a insultar su memoria.
Por lo demás, un revolucionario siempre debe denunciar cualquier intento de destruir una revolución y para eso no hay horas, aunque éstas sean solo unas pocas antes de desaparecer el gigante que dedicó su vida a construir, junto con los trabajadores de su país, lo que ahora otros buscan derribar.
En cualquier caso, agradezco las buenas intenciones de tu propuesta de sacar una nota previa, pero volvería a estar intentando justificarme ante un hecho en el que no veo mal alguno en mi intención. Puede que otros, al leer el texto, la busquen donde no la hay pero sólo será su torcida intención la que extraiga tales conclusiones.
De cualquier modo, veo innecesario sacar esa nota previa, ya que tu propio comentario deja claro que el texto se escribió con anterioridad, cosa que, por otra parte, es fácil comprobar viendo simplemente cuando difundí su enlace en redes sociales.
A veces pienso que nos damos a nosotros mismos demasiada importancia, dado el poco peso que tienen, fuera de nuestros reducidos círculos, nuestras difusiones.
Has metido la pata Vigne. No hay que aclarar nada ya que al comienzo de la entrada está la fecha de su edición siendo claramente anterior a la muerte de Fidel. Quien no vea o no haya visto la fecha de publicación que "escrolee" hacia arriba. Deberías pedir disculpas. Sendos saludos y felicidades por el blog.
EliminarNo tiene sentido ocultar lo que dice Marat que es totalmetne cierto, salvo milagro Cuba terminara en el capitalismo si o si.
ResponderEliminarEstoy leyendo una serie de artículos de Rolando Astarita con una crítica muy dura sobre la realidad social,economica y política de Cuba https://rolandoastarita.wordpress.com/2014/12/27/cuba-crisis-globalizacion-y-giro-al-mercado-1/
son 15 partes lo recomiendo.
La verdad es que el amigo Vigne se quedó a gusto con este enlace de caché: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:iS08qJNNbwgJ:blogdelviejotopo.blogspot.com/2016/11/declaraciones-y-reacciones-al.html+&cd=4&hl=es&ct=clnk&gl=es
EliminarPor si desaparece dejo éste otro: https://4.bp.blogspot.com/-KBmL7HWK2vg/WD3-a-z5WiI/AAAAAAAADps/oYVDW_Z_CH8O6AyiX-pH-UNwQf7W82ugwCLcB/s1600/Entrada%2Bde%2BVigne.JPG
Siempre hay un Felix Dzerzhinski empeñado en condenar a quienes le hacemos a una pedorreta a lo que él dice que se puede hacer y que no.
La opinión de Vigne me parece interesante (hacer piña en este momento con la Revolución Cubana), pero sus formas no son de recibo. Básicamente, parece decirle a otra persona lo que puede o no puede decir en su blog. Esta es la mejor manera de empezar a tirarse los trastos a la cabeza entre comunistas, y pronto volarán adjetivos gruesos de un lado a otro y saldrá a relucir el nombre de Trotski. El golpe de la muerte del compañero Fidel ha sido duro y las sensibilidades están a flor de piel. Es preciso parar y pensar si seguir con este debate absurdo nos hace más mal que bien a todos.
EliminarYo no comencé ese debate. Si ves mi último comentario encontrarás los apelativos que me regaló y luego eliminó sin el menor atisbo de autocrítica o de petición de disculpas sino con la grosera actitud de un Torquemada.
EliminarPara él el problema, como se puede ver en las expresiones que luego borró, no es la cuestión de las fechas sino el aprovechamiento para "un ajuste de cuentas" bastante infame; ajuste que me gustaría conocer a qué viene, dado que por mi parte hace muchos meses que no había cruzado con él ningún intercambio de puntos de vista.
En cuanto a que aparezca o no el nombre de Trotsky no es algo que tema ya que jamás he sido trotskista y no veo razón de reinvindicarlo. Tampoco tengo una obsesión especial con el personaje. Allá con sus "razones" quien pudiera sacarlo y allá a qué recuerde ese sacarlo.
Mi artículo está ahí desde antes de la muerte de Fidel y no me da la gana quitarlo porque ello supondría asumir una culpa que no tengo y admitir el chantaje chulesco de cualquier repartidor de qué es oportuno y qué no. En cualquier caso, el riesgo de regreso a Cuba al capitalismo ha sido ya denunciado con anterioridad por otros comunistas. Estoy convencido de que entonces tampoco les pareció oportuno a algunos, entre otras cosas, porque en el fondo la actitud del avestruz que entierra la cabeza en el suelo es algo muy extendido dentro del campo que se dice comunista. Entonces no era, ahora tampoco parece ser el momento y, tras el triunfo de Trump, habrá quien interprete que ante las posibles presiones del imperialismo norteamericano, hay que cerrar filas y tampoco sería, en esa ocasión, el momento de abrir un debate de lo que sucede en Cuba con la reintroducción del capitslismo desde el PCC. ¿Cuándo lo será entonces?
Veinticinco años después de la caída de la URSS el debate de porqué los trabajadores no se levantaron contra su disolución no se ha hecho. Así nos luce el pelo
Vaya vaya, ¿entonces debería eliminar también mi comentario, escrito el día 25 de noviembre, igualmente un día antes de la muerte del camarada Fidel, o cambiarle la fecha? Una canallada hubiera sido difundir este artículo por las redes el mismo día de su fallecimiento o durante los siguientes, no creo que cualquier comunista hiciera eso. En fin, lo que hay que leer.
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