11 de julio de 2012

EL MADRID TRABAJADOR ABRAZÓ A SUS HERMANOS MINEROS. PRIMERA PARTE

Por Marat
Pocas veces me he sentido cómodo en las manifestaciones populares a las que he acudido a lo largo de mi vida. A pesar de que en algunos momentos de mi vida me haya tocado incluso organizarlas, no he podido evitar las más de las ocasiones una escisión entre mente y emociones que me impedía fundirme en los protocolarios coros de las masas, en los lemas gastados y viejos por demasiado ritualizados y repetitivos, por la autocontenida expresión de la protesta en esta larga transición desde un postfranquismo casposo a una democracia por decenas de años atada y bien atada.

Esta vez no ha sido así. Ayer martes 10 de Julio acudí con verdaderas ganas a recibir a los mineros en Moncloa, no con el autoimpuesto esfuerzo de otros casos, movido por el imperativo moral de reclamar unos derechos o condenar una acción injusta, a sabiendas de que los límites de juego estaban marcados de antemano.

Ahora la esperanza de un despertar colectivo de, al menos, una parte de mi clase, la trabajadora, animaba mi impulso para estar allí, fundiéndome con la masa que ya una hora y cuarto antes de la cita desbordaba el final de la calle Princesa, las proximidades de la estación de Metro, la campa próxima a la Junta Municipal de Moncloa y más allá del odioso Arco de Triunfo franquista, perdiéndose la visión del gentío hasta donde alcanzaba la vista.

El rojo de las pancartas y banderas políticas y sindicales y el tricolor de la que para muchos de nosotros es nuestra auténtica bandera de Estado se agitaban con entusiasmo, mezcladas entre la asturiana, la aragonesa, la andaluza y las de las dos Castillas, representando a las tierras de las que los héroes de negro carbón llegaban al Madrid, “rompeolas de todas las Españas”, que dijo el republicano Antonio Machado, entre cánticos de “Santa Bárbara Bendita”, gritos de “Madrid entero se siente minero”, “Madrid entero está con los mineros” o el lema de la Unidad Popular Chilena “El pueblo unido jamás será vencido”

Confieso que me sentía entre expectante y ansioso por verlos llegar, que me embargaba un nerviosismo que me hacía mirar con el rabillo del ojo el reloj cada pocos minutos, mientras trataba de mantener la calma hablando con varios compañeros, conociendo a otros de los que sólo tenía referencia a través de las redes sociales y liándome un cigarrillo tras otro.

En eso que pasó un pequeño grupo de militantes del PSOE con sus banderitas. No pude ni quise reprimir el acto de golpearme la mejilla derecha con la mano extendida, mientras les gritaba “mucho papo”.

Nunca confundiré al disciplinado afiliado al partido socialiberal con sus dirigentes, tan sensatos ellos que, después dar pellizcos de monja a la ultraderecha gobernante, se limitan a comprender la necesidad de las medidas antisociales del partido natural del capital. Pero no está de más hacerles sentir alguna incomodidad cuando ahora vienen a manifestarse y en el pasado callaban cómplices ante las medidas que aplicaba su partido en el Gobierno contra los trabajadores.

La impaciencia para llenar la larga hora que faltaba hasta las 10 de la noche y la demora de quienes han demostrado infinitamente más ser nuestros héroes que los pateapelotas de una “roja” que no es la de muchos de nosotros me hizo bajar con varios compañeros hacia la A-6 en su busca.

Pronto nos encontramos dos enormes pancartas de la Federación de Foros de la Memoria Histórica en las que sólo se leían en grandes letras las siglas duplicadas UHP (Unión de Hermanos Proletarios), que conmemoraban la alianza de lucha de UGT y CNT durante la Revolución de Asturias de 1934 y que recibían a los mineros que ya llegaban con sus cascos iluminados, dentro de un cordón sindical flanqueado por los combativos bomberos de Madrid. Estos fueron los primeros que los recibieron en la capital

Conviene recordar de los bomberos de Madrid que, cuando acamparon en defensa de sus recortados derechos el pasado verano ante El Prado, fueron ignorados por los medios de comunicación capitalistas y “alternativos”, infinitamente más complacientes e interesados en otros acampados, los agitamanitas de Sol, esos que consideraban la lucha de clases una antigualla y el trasversalismo interclasista y burgués el gran hallazgo de “lo nuevo”. ¡Qué gran paradoja para ellos tener que pronunciar ayer 100 veces la palabra obrero y clase obrera y callar su sucedáneo de “ciudadanos”!

Alguno de ellos, megáfono en mano –les encanta este instrumento más que a un tonto un lápiz, tanto que alguno de sus grupos se representa a sí mismo con una silueta femenina con el aparato (megáfono) en la mano- tenía que seguir la letra que muchos conocemos desde nuestra niñez, sin necesidad de ser mineros ni asturianos, -“Santa Bárbara Bendita”- para tratar de dirigirnos a quienes tenemos muy claro lo que somos, clase trabajadora, muchos años antes de que recién lo hayan descubierto ellos. Quizá sea sobre todo responsabilidad de muchos de sus mayores –yayoflautas o no- que no hicieron la transmisión intergeneracional de educarles en el orgullo y la conciencia de clase, bajo el argumento de la renuncia que se expresaba en el “yo no voy a adoctrinar a mis hijos como me hicieron los curas a mí” y que ponía en evidencia el abandono y traición a sus propias convicciones. Así de lights les han salido. O quizá sea que la conciencia que les transmitieron sea la de clase media.

Por mucho que ahora se disfracen de lo que nunca han sido estos modernos buscadores del remedio, para nuestros males, de la “democracia participativa”, sin principio activo socialista, sabemos muy bien que no tenemos nada que agradecerles; antes al contrario, son los mineros los Sísifos que han robado el fuego sagrado de la rebelión a los dioses para entregárselo a sus hermanos de clase.

Fue un momento especialmente emocionante cuando los mineros llegaron hasta donde estábamos. Miles de gargantas expresaban su cariño a quienes habían tenido la entereza y el sentido de la lucha, caminando 400 kilómetros para, defendiendo sus derechos, señalarnos con su ejemplo el camino del combate al resto de los trabajadores, no sólo madrileños sino de todo el Estado español. Se respiraba el ambiente cargado de sentimientos, las bocas expresando su admiración hacia quienes completaban una parte de la etapa pero no su camino, porque el de la clase trabajadora nunca termina y la emancipación colectiva es parte de un ejercicio que no se gana de una vez para siempre sino que ha de ser defendido de forma permanente.

Junto a los mineros, mineras. Muy cerca de ellos sus mujeres, madres, hijas y hermanas, sin las cuales su lucha hubiera sido imposible porque les hubiera faltado el aliento y la energía suficientes no ya para continuar su larga lucha sino siquiera para iniciarla. Combativas como ellos mismos, han sufrido la represión y se han enfrentado a las fuerzas represivas con tanta entereza como sus hombres. En sus pechos late la misma profunda convicción de la justeza de una furia cuya razón de ser nace de la misma profundidad de la tierra.

Los flashes iluminaban los brillantes ojos de muchos rostros de hombres y mujeres, en alguno de los cuales vi el atisbo de una lágrima, seguramente por tanta intensidad contenida en 20 días de espera desde que aquellos hombres y mujeres abandonaron a sus tierras y familias para visitarnos y traernos el mensaje de su fecunda rabia.

A ratos acompañándoles desde fuera del cordón sindical, a ratos superándoles en su marcha, mucho más lenta por la dureza de tantos días sobre el asfalto seguimos caminando y perdiéndonos el grupo de amigos y camaradas en la masa compacta de hombres y mujeres de todas las edades, en un estado de exaltación ante la fuerza tranquila de una multitud que se sabía clase y sentía el orgullo de pertenencia, gracias a quienes nos habían contaminado de nuevo de un sentimiento, para muchos, largo tiempo aletargado.

El relato, la subjetividad que se conforman en un colectivo que se reconoce como clase, que rechaza el destino que quieren imponerle sus enemigos, que comienza a adquirir confianza en su fuerza potencial y que, en sus consignas y en las miles de microconversaciones que se producen en los pequeños grupos que forman la masa, expresa el atisbo de un discurso alternativo al desorden que sobre sus vidas imponen las clases que rigen sus destinos.

Ese latir, esa vivencia que se hace identidad colectiva, son muy distintos que el de la multitud amorfa de “ciudadanos”, cruzada de todas las contradicciones sociales de clase y cuyo resultado se agota en mantener intacto el orden del capital, aunque ligeramente “embellecido” por la blandengue quimera de conciliación de intereses opuestos para justificar el embuste de un 99% que no puede ser porque en ese porcentaje hay quienes jamás estarán a favor de la derribar el capitalismo porque identifican con él la miseria moral de sus sueños pequeñoburgueses.

Quizá por todo ello hacía mucho tiempo que no veía tantas banderas rojas con sus hoces y martillos agitándose al viento, tantas banderas comunistas que son de todos los que no nos limitamos a la única disciplina de un solo partido comunista porque en casi todos ellos reconocemos una parte de nuestra propia herencia ideológica.

En esta manifestación, los reaccionarios del “inclusivismo”, los interclasistas trasversales ni de derechas ni de izquierdas han tenido que tragarse sus sapos del “no a las banderas” que imponían en el pasado y ponerse a la cola. De ahí, quizás el camuflaje de enrojecerse por fuera para seguir intentando colarnos de matute sus mercancías averiadas. Esto para los del 15M, recién convertidos, oportunistas que pretenderán darnos lecciones de lucha de clases que hasta ayer negaban a quienes les combatimos por su reaccionario discurso pretendidamente superador de las contradicciones que genera el capitalismo, y que son mucho más que tomar al banquero por el todo capitalista, que rechazaban a quienes sí teníamos un discurso ideológico y político, que despreciaron como caduco, cuando “lo nuevo” de lo que alardean es mucho más viejo que cualquier otro pensamiento al que niegan.

De forma tímida, escuché a varios rastafaris “indignados” el intento de lanzar la consigna de que los mineros debían acampar en Sol, a lo que les pregunté si para hacer batucadas o para participar en posición de flor de loto en uno de esos happenings que organizaban sus Comisiones de Espiritualidad. Nada dijeron, ignoro si por falta de agilidad mental o ante la evidencia de ausencia de quórum de sus propuestas.

Lo de acampar no es otra cosa que el intento de algunas sectas políticas que llevan varios días lanzando con poco éxito sus consignas de, por un lado, desmovilizar la lucha minera y, de paso, la antorcha que está recogiendo el resto de los trabajadores y, por el otro, de enlazar las acciones de la minería que, han levantado la lucha social, con ese engendro de convocatoria para el 21 de Julio, un culebrón veraniego más al que nos tiene acostumbrado el entorno “indignado”. Como en el kárate, utilizar la fuerza del enemigo en beneficio propio y contra él mismo. Malas noticias para ellos. Los sindicatos de los mineros ya han dejado claro que no acamparán en Sol.

Los mineros no necesitan música mística, ni sectas Zeitgeist, ni Comisiones de Espiritualidad que se abracen con los chicos de las JMJ Papales, ni talleres de reflexoterapia o papiroflexia, ni huertos urbanos, ni adoptar la posición del loto en actitud meditativa, ni fascistas que se declaren ni de derechas ni de izquierdas, ni chivatos, ni amigos de Punset, ni traidores pseudoizquierdistas que les hagan el trabajo sucio a los que quieren una revolución de colores del 99% que integre los intereses de clase de la burguesía.

Si algo necesitan los mineros es vencer pero el camino no es el de permanecer en las tiendas “quechua”, convertidos en parque temático, amodorrados por la canícula y viendo desfallecer sus fuerzas en un quietismo espiritualista a lo gandhiano. Eso es lo que quieren sus enemigos de clase (su derrota y la del resto de los trabajadores), aunque estos se disfracen de lagarterana ideológica.

Y para vencer tienen que moverse, como se han movido con sus lanzacohetes y a hostias con las fuerzas represivas –¡cómo callan cínicamente esto los espiritualistas del maestro Gandhi y su pacifismo destinado a desarmar a las víctimas!-, como se han movido estos 400 kms hasta Madrid.

Y para vencer y moverse necesitan que nos movamos el resto de los trabajadores. Los bomberos que los han recibido con cariño, los maestros y los profesionales de la sanidad, los del sector de la automoción y de la construcción, los del metal y los de la mensajería, los de la banca y los de telemarketing,...todos,... los precarios y los que aún mantienen sus puestos de trabajo, los parados y los de contrato temporal, los pensionistas y los que aún no comenzaron a trabajar, los estudiantes –que algún día serán trabajadores o parados-, los becarios y los que dejaron de estudiar,...todos.

Y todos los trabajadores necesitamos imponer a las direcciones reformistas, claudicantes y desmovilizadoras de CCOO y UGT y a los alternativos que cacarean “huelga general” como el gallo de Morón pero sin más acción que la verbal, salvo excepciones, una nueva dinámica de luchas para generar un proceso sostenido de movilizaciones; un proceso movilizador que confluya en una nueva huelga general, a la que le suceda un tsunami de protestas convergentes y coordinadas, con un claro posicionamiento de clase, y no ciudadanista, ni tranversal ni interclasista. El objetivo no puede ser otro que el derrocamiento de este gobierno y la preparación de un nuevo proyecto sindical y político de las izquierdas, capaz de coordinarse con el resto de trabajadores organizados europeos hacia la derrota de los programas de austeridad y recortes sociales en el Viejo Continente.

Los mineros tienen que vencer sí, pero su victoria no se puede desligar de la necesaria lucha y victoria del resto de los trabajadores españoles y europeos, ni ser condenada a tostarse al sol, viendo languidecer su fuerza, porque en ésta en que estamos, o se salva el conjunto de nuestra clase, derribando al capital y levantando un programa revolucionario y socialista, o nos hundimos todos.

No las tengo todas conmigo respecto a la próxima manifestación de hoy día 11 de Julio a la que acudiré dentro de unas horas. Y no las tengo todas conmigo, como no las tenemos miles de trabajadores y militantes de izquierdas, porque conozco bien la práctica sindical de CCOO y UGT que nuestra clase lleva tantos años padeciendo.

Como dice mi amigo Benjamín Balboa, “sólo la traición puede impedir la victoria” (http://dedona.wordpress.com/2012/07/10/huelga-minera-y-tracion-la-gran-baza-del-gobierno-benjamin-balboa/)

10 de julio de 2012

PARA LA OCDE PARTE DEL PARO EN ESPAÑA PODRÍA CONVERTIRSE EN PERMANENTE

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
La “dualidad” de la que habla el informe de la OCDE podría ser el argumento-trampa para abaratar aún más el despido, precarizar los empleos indefinidos y nivelar a la baja –en la línea de los contratos temporales ofrecidos a los jóvenes- lo que sería una poderosa herramienta de confrontación generacional entre trabajadores mayores y jóvenes, defendiendo los primeros sus conquistas sociales en riesgo más que vidente y culpabilizando los segundos a aquellos por ser un factor de freno a su entrada en el mercado laboral.

Dividir la necesaria unidad de la clase trabajadora por la vía del conflicto intergeneracional podría ser el objetivo no confesado de este informe de la OCDE, según podría intuirse tras el siguiente párrafo: "Estrictas medidas de protección laboral para trabajadores con contratos indefinidos y el predominio de contratos temporales para las nuevas generaciones estarían directamente asociadas tanto con el débil rendimiento del mercado laboral a largo plazo como con su baja capacidad de recuperación"

LA OCDE SUGIERE QUE EL ALZA CÍCLICA DEL PARO EN ESPAÑA PODRÍA SER PERMANENTE
CINCO DÍAS.
La OCDE indicó hoy que pese a la bajada en el número de parados registrada en España en junio, la tasa de desempleo va a seguir siendo alta y el creciente desajuste entre quienes buscan trabajo y las vacantes sugiere que los aumentos cíclicos se podrían estar transformando en permanentes.


El informe sobre perspectivas de empleo para 2012 presentado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico recordó no obstante que desde el inicio de la recesión a finales de 2007 la tasa de desempleo se ha "más que duplicado", hasta llegar a ser la más alta de la OCDE. El pasado junio, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el paro bajó en 98.853 personas respecto al mes anterior (el 2,10 %) y sumó tres meses de caídas, con lo que el total de desempleados se cerró en 4,615 millones de personas.
La situación de los jóvenes, según el documento, es "especialmente preocupante", porque el paro y otras dificultades laborales a edades tempranas de la vida laboral "podrían estar mermando tanto las trayectorias profesionales de largo plazo como sus perspectivas de ingresos futuros".

La OCDE consideró en su análisis que el alto grado de "dualidad" en el mercado laboral español ha limitado la capacidad de este para capear la crisis, y hace que se encuentre "entre los menos resistentes" del grupo en lo referente al impacto que un shock económico negativo podría tener en el aumento del paro.

Según sus cálculos, un descenso del PIB en España incrementaría la tasa de desempleo una media de 0,6 puntos porcentuales en los próximos cuatro años, frente a los 0,15 puntos con los que esa misma situación repercutiría en Japón, una diferencia que surge de las respectivas políticas públicas.

"Estrictas medidas de protección laboral para trabajadores con contratos indefinidos y el predominio de contratos temporales para las nuevas generaciones estarían directamente asociadas tanto con el débil rendimiento del mercado laboral a largo plazo como con su baja capacidad de recuperación", explica la OCDE.

La institución confía no obstante en que las reformas introducidas el pasado febrero puedan contribuir a reducir la dualidad entre el empleo temporal y el fijo y a hacer que el mercado español sea más resistentes a crisis futuras.

"La lucha contra la dualidad es clave", subraya la organización, según la cual el equilibrio entre ambos tipos de contratos debe mejorarse para hacer cumplir las normas vigentes en las respectivas modalidades.

La OCDE recomienda también cambios en el seguro de desempleo de cara a eliminar incentivos inadecuados en trabajadores y compañías que tienden en la actualidad a fomentar la contratación temporal.

Y tras haber observado que las empresas españolas recurren en exceso a los despidos como método de ajuste en tiempos de crisis, apuesta por favorecer las medidas que flexibilizan salarios y condiciones laborales.

14 millones de empleos para superar la crisis
Los países de la OCDE necesitan crear 14 millones de puestos de trabajo para recuperar la situación de empleo anterior a la actual crisis, según un informe publicado hoy en París.

Un total de 48 millones de personas estaban sin trabajo en mayo pasado, lo que elevaba el índice de desempleo de la OCDE al 7,9 %, y los autores del informe calculan que el paro en los países de la zona del euro aumentará en los próximos meses y solo se estabilizará en 2013.

Eso significa que ahora están en paro 15 millones de personas más de las que lo estaban antes del comienzo de la crisis, en diciembre de 2007, asegura la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La organización advierte de que la marginalización de los que llevan tiempo sin trabajo ha aumentado, un fenómeno que vincula con la falta de una recuperación firme de la economía y destaca la divergencia de las tendencias en el aumento del paro.

Así, se ha mantenido en el rango de entre el 3,5 y el 5 % en Australia, Austria, Japón, Corea del Sur, Luxemburgo, México, Holanda, Noruega y Suiza y ha descendido considerablemente en Alemania, donde pasó del 8,2 % de finales de 2007 al 5,6 % de mayo pasado.

Por otro lado, destaca los otros nueve países donde alcanza índices de dos dígitos: Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Portugal, Italia, República Eslovaca y España.

El informe estima que la mejora del mercado laboral depende mucho de la recuperación económica, por lo que en ella influyen factores que no están bajo el control de las autoridades que gestionan políticas dirigidas a reducir el número de parados.

Recomienda la organización que los países adopten medidas "apropiadas" de política macroeconómica, entre las que destaca las que contribuyan a "estabilizar el sistema bancario europeo".

Además, estima que tiene que haber una relajación mayor de la habida hasta ahora de la política monetaria, con el fin de que ésta contribuya al crecimiento económico en el corto plazo.

La OCDE señala que es importante que los países miembros eviten repetir el error de utilizar las jubilaciones anticipadas o las contribuciones por discapacidad y enfermedad como vía para rebajar las cifras de desempleo.

"Es esencial evitar repetir ese error, ayudando a los trabajadores sin empleo a que mantengan el contacto con el mercado laboral y para que regresen al trabajo lo más pronto posible", escriben los autores del informe.

La OCDE pone algunos ejemplos de adaptación de políticas a las condiciones macroeconómicas vigentes en cada momento al destacar prácticas como las de Canadá, donde el sistema de subsidios a los parados dura más durante épocas de recesión y menos meses cuando es menos difícil encontrar un empleo.

En Dinamarca y Suiza, señala el informe, los gastos públicos en subsidios a los parados se ajustan de manera automática según el nivel de desempleo.

En relación con el creciente desempleo estructural, la OCDE señala que las políticas activas de empleo tienen que estar dotadas suficientemente, y éste es un elemento crucial, puesto que sus presupuestos han crecido menos que lo ha hecho el índice de paro.

La OCDE expresa su preocupación por las consecuencias que las políticas de ajuste aplicadas para reducir el déficit en varios países pueden tener en las políticas activas de empleo, lo que puede empeorar la situación del mercado laboral.

Esa circunstancia puede además "poner en peligro el potencial de crecimiento económico a largo plazo", se asegura en el informe.

Por último, el informe sugiere que políticas de promoción de la contratación aplicadas en el pasado, como la reducción de la fiscalidad que las empresas soportan sobre sus contratados, pueden resultar menos apropiadas en las actuales circunstancias.

Así, los autores del estudio indican que pueden ser más efectivas para reducir el nivel de paro políticas de subvenciones a las nuevas contrataciones que estén vinculadas a un crecimiento neto del empleo.

E inciden en que se deberían favorecer políticas activas de empleo dirigidas a compatibilizar el estudio y la incorporación al mercado laboral de los jóvenes y también que habría que dotar más los programas que hayan demostrado ser más rentables en función de los resultados obtenidos.