MATEMOS AL HOMBRE LOBO. NOS LO PIDE CRISTINA FALLARÁS

 Por Marat

Cuando los seres humanos se vestían de pieles y la caza era su forma de supervivencia ya luchaba entonces la horda frente al sabio de la tribu.

En aquella época la ira, la irracionalidad, la venganza, los oscuros intereses, el equilibrio, la razón y la justicia ya estaban enfrentadas. La cosa casi siempre acababa en el sacrificio físico de alguien. Fuera culpable o inocente, la horda satisfacía sus deseos de sangre.

En la Edad Media, esa que los revisionistas históricos dicen que fue un tiempo luminoso, las cazas de seres humanos, los progromos y las delaciones fueron una práctica tan común como en los Estados Unidos del macartismo anticomunista o los procesos de Moscú de Stalin contra los comunistas.

Ya no hay comunistas, Alegrémosnos porque ya todo es posible. Sin ese pequeño inconveniente todos los enemigos son pequeños y fáciles de destruir.

No soy idiota. Sé que en nombre del comunismo se han cometido horribles crímenes. También sé que los mejores comunistas pagaron con su vida el oponerse a ello.

La emancipación de la mujer, específicamente de la mujer trabajadora no habría sido posible sin los comunistas pero toda su lucha no cabía sólo en el comunismo.

La derrota del comunismo no nos ha ha hecho mejores ni a mujeres ni a hombres. Nos ha convertido en enemigos de todos frente a todos, mientras el capital pisotea nuestras vidas.

La muerte de mujeres a manos de hombres es algo que forma parte de una violencia estructural que debe derrotar nuestra historia de la masculinidad como hombres pero que no nace de la genética sino de una cultura masculina de dominación sexual. De no ser así sólo quedaría la extinción dela humanidad, eliminando un sexo al otro.

Lo que se ha empezado a convertir en fascista es la delación supuestamente anónima de ciertos comportamientos masculinos de hombres calificados de izquierdas (cada uno/a entienda qué considera tal) que todavía en ningún caso han sido acusados ante un juez. Frente a los que siempre se está construyendo un relato que nunca se atreve a presentarse como de violación pero que tiene muchas dificultades de presentarse como de abuso porque siempre hubo un consentimiento inicial, nunca un NO frente a la continuación y en varios casos una prolongación posterior del juego sexual.

Todos ellos son hombres, objetivamente carentes de atractivo físico pero con lo que se supone que se ha ido a la cama no pareció algo forzado en un principio. Tienen influencia o lo que llaman poder ¿Se hubieran ido esas víctimas a la cama con ellos de no serlo? ¿Cuádo iban a pararlos?

¿Sabe Cristina Fallarás que se han hecho capturas de pantalla de esos supuestos testimonios libres e independentes y que veremos quién es su autora?