12 de septiembre de 2015

MERCADOS HAN PERDIDO MÁS DE 9 BILLONES DE DÓLARES EN ÚLTIMOS 3 MESES

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
No comparto en absoluto la archirrepetida tesis liberal y reformista de que el origen de la actual cridis capitalista mundial se encuentre en el sector financiero. 

Por el contrario, sostengo que se trata de una crisis de sobreproducción del capitalismo que, al detonar a finales de 2007 en EE.UU. a través del colpaso del mercado de la vivienda, provoca en el sector financiero la llamada crisis de las subprime.

La tendencia a la caída de la tasa de ganancia del capitalismo desde la crisis de 1973, y que había dado señales posteriores en diversas regiones del planeta, había sido artificialmente mantenida mediante el estímulo del consumo a crédito de amplias masas de la población mundial. El mercado, de forma natural, era incapaz de absorber la oferta existente y necesitaba el máximo de facilidades crediticias para incentivar un consumo que, de otro modo, hubiera estado muy por debajo de la capacidad de producción capitalista mundial. 

Por otro lado, una parte de los beneficios económicos de los sectores primario, industrial y de servicios se había ido desviando hacia el desregulado, desde la época de Thatcher y Reagan, mercado financiero mundial, dado que la tendencia a la caída de la tasa de ganancia iba convirtiendo a los mencionados sectores en tendencialmente menguantes y la actividad de tipo especulativo resultaba mucho más provechosa en términos de rendimiento económico.

Éste y no otro es el auténtico origen de la crisis capitalista mundial actual. Que luego haya estallado en forma financiera no significa que su naturaleza sea financiera sino, al contrario, global porque se ha expandido a todos los terrenos de la actvidad económica. 

Dicho lo anterior, les dejo con el texto de El Blog Salmón, interesante no tanto por el punto de arranque teórico del que parece provenir como por la brutal dimensión de la etapa actual de la crisis capitalista expresada en el terreno financiero en los últimos tres meses. 

Marco Antonio Moreno. El Blog Salmón

En los últimos tres meses, China ha invertido 483 mil millones de dólares en la compra de acciones con el fin de detener la drástica caída de los precios. Como informa Bloomberg, el financiamiento ha sido a través de la agencia gubernamental de Valores de China Finance Corp. Si esta cifra puede parecer abultada, representa apenas el 9 por ciento de la caída general del mercado de valores de China, que ha perdido la friolera de 5 billones de dólares (US$5.000.000.000.000), como admitió el gobernador del banco central chino, Zhou Xiaochuan.

Si consideramos que las pérdidas en los países en desarrollo se acercan al billón de dólares y que los países desarrollados acumulan una disminución de 4 billones de dólares, las pérdidas superan los 9,5 billones de dólares (ver gráfica). Según el informe de Societe Generale (SocGen) que cita Business Insider, esta es la segunda mayor caída de la historia. Solo superada por el desplome de 12,8 billones de dólares tras el colapso del sistema financiero el año 2008.

La implosión del esquema ponzi
Esto confirma la fragilidad en que se encuentra el sistema financiero, y que a siete años de ser mantenido artificialmente a flote por los bancos centrales y las inyecciones de dinero barato, se sigue tambaleando como un monstruo que agoniza. Los recientes desplomes no hacen más que dar cuenta de la implosión de este esquema ponzi que ha vivido a costa de fraudes y engaños, creando dinero de la nada. Es una lástima que a siete años de quedar al descubierto el fraude masivo del sistema financiero, solo BernardMadoff se encuentre en prisión.

El informe de Societe Generale concluye que las pérdidas de casi 10 billones de dólares (US$10.000.000.000.000) de los últimos tres meses no se había visto nunca antes en la historia, con la salvedad del desplome 2008/2009 que arrojó pérdidas por 12,8 billones en sus primeros tres meses. Esta pérdida de casi 10 billones de dólares es equivalente a casi todo el PiB de China, al 60 por ciento del PiB de Estados Unidos o la octava parte del PiB mundial.

No es un secreto para nadie que tras la crisis 2008/2009 el dinero barato que inundó al sistema financiero fue empleado para la especulación y la creación de nuevas burbujas. Mientras la economía real se quedó sin flujos de caja y arreciaba el desempleo y la desaceleración (potenciados además por los planes de austeridad), el sistema financiero hizo de las suyas en el casino bursátil hinchando burbujas y refinanciando sus deudas. Nada se hizo por aislar a la economía real de la inestabilidad del sistema financiero y ante esta nueva tormenta todo el mundo quedó sin brújula ni timón.

Ahora que este mecanismo se ha secado, solo queda la gran deuda corporativa que comienza a hacer presión con el desplome de los precios y amenaza con sufrir un shock a la hora que la Reserva Federal comience a elevar la tasa de interés. Por eso resulta cada vez más improbable que la Fed suba los tipos dado que provocaría un impacto negativo en el crecimiento y el empleo a nivel global.


El sistema se hizo adicto al dinero barato y a la creación de burbujas especulativas. Nunca el mercado había mostrado su cara más monstruosa y su total locura irracional. Esto es para arrancar de raíz la falacia de esas teorías económicas -ganadoras de premios Nobel- que hablan de Expectativas racionales (Lucas) y Mercados eficientes (Fama).

2 comentarios :

  1. En efecto, la crisis financiera está originada por una crisis en la economía productiva. Pero no por un problema de sobreproducción (o no principalmente), sino de reparto de las plusvalías.

    Plusvalías que, evidentemente, no deberían de extraerse a las clases trabajadoras. Es al entrar en conflicto las burguesías de muchos países con las de las grandes potencias económicas cuando los capitales financieros se convierten en la forma de garantizar las rentas: incapaces de competir en sus mercados naturales, el inversor local pasa a buscar sus rentas en los mercados financieros, es decir, se ponen a rebufo del nuevo "macho alfa" de la manada capitalista.

    Por su parte, para la gran banca aparece una forma muy rápida de mantener y aumentar sus rentas: comprando países a base de crédito donde van a invertir "nuestras" empresas. Igual que, antes de construir, las apisonadoras aplanan el terreno.

    Y ahí es donde se articulan las burbujas de las que habla el artículo. Pero el problema no es que la producción no sea asumible por el consumo. Sin salir de Europa, hay países donde hay una gran demanda de bienes de consumo insatisfecha.

    Toda esa basura neoliberal sobre la autoregulación de los mercados es eso, basura. Por supuesto que los mercados tienden a encontrar un equilibrio, igual que la tierra atrae a todos los cuerpos por igual. Pretender que ese equilibrio al que se llegue sólo dejando hacer es el óptimo es como saltar de un avión sin paracaidas, confiando en que la física de Newton se encargue de todo. Hay una gran diferencia entre llegar al suelo a velocidad reducida y hacerse papilla, igual que hay diferencias entre el equilibrio al que lleva la, en teoría, no intervención de los liberales y las economías dirigidas que perseguimos los que defendemos un estado socialista como etapa necesaria para la emancipación de la especie humana.

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    1. Lo bueno que tenemos los marxistas es que disponemos de tantas explicaciones a la crisis capitalista como número de marxistas existimos. Tiemblen los capitalistas; los tenemos rodeados.

      Claro que hay muchos países sin salir de Europa (y saliendo de ella) donde hay una gran demanda de consumo insatisfecha. Lo malo es que desde los años 70 del pasado siglo se ha producido una gran transferencia de las rentas del trabajo al capital y los salarios han descendiendo en términos relativos año tras año; eso sin contar con los que características de sus economías nacionales y el diferente frado de desarrollo de los mismos disponen de unas clases trabajadoras y populares con unas capacidades de consumo insatisfechas.

      Conviene conocer el proqué de la extensión de las tarjetas de crédito desde los años 70 y el proqué de la creciente popularización de los créditos revolving en los últimos 30 años.

      Y todo esto sin contar el modo en el que el reemplazamiento de los equipos de producción industrial ha ido afectando a la tasa de ganancia al ver progresivamente acortados sus períodos de obsolescencia (producto de una brutal competencia por la innovación) y afectar a sus períodos de amortización, obligando a los capitalistas industriales a un creciente endeudamiento vía financiarización progresiva de sus empresas.

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