Alfredo Jalife-Rahme. alfredojalife.com
Conforme el poder global gira hacia la
multipolaridad,en EU,tanto el portal The National Interest como el think tank
RAND Corp.—que los rusos rastrean muy de cerca—sopesan cuál es su nuevo papel
frente a la resurrección militar de Rusia y el ascenso geoeconómico
irresistible de China.
En su número bimestral septiembre-octubre/2015 The
National Interest pregunta cual es “el propósito del poder estadunidense" (http://goo.gl/3dOpau),que incluye una
relevante entrevista con Henry Kissinger, quien forma parte de su consejo
editorial.
Por su parte, RAND Corp. aborda los avatares de EU
frente al despliegue del “nuevo orden
global” y juzga que “todo cambió en
unos pocos días confusos en febrero del 2014 cuando los soldados rusos en
uniforme sin marca se deslizaron (sic)
al territorio ucraniano de Crimea capturándolo prácticamente sin disparos”.
Aquí lo relevante no subsiste en la distorsión
obscena de los hechos sino en que la reincorporación de la estratégica
península de Crimea a su madre patria (en)marque para los sesgados analistas de
RAND el fin del caduco orden global al reconocer que “Rusia es todavía (sic) una
fuerza que tiene que ser reconocida” cuando cunde la paranoia estadunidense
sobre “el mundo en que se vive: con amenazas que pueden venir de cualquier lado
en cualquier momento”.
Un equipo de expertos de la RAND desarrolló un
manual de estrategias para enfrentar los nuevos desafíos con el objetivo nodal
de “preservar el orden internacional
frente a la amplia gama de desorden”.
Mediante su “Proyecto Re-Pensar" (sic) Estratégico(http://goo.gl/iV3VPf), Rand explora importantes
asuntos estratégicos y la ruta de EU en un “mundo
turbulento”, lo cual parece más determinista que determinado.
Sobresalen “tres
regiones críticas”: Medio-Oriente, Europa y Asia Oriental, pero llama la
atención su formulación de que “EU no
confronta una amenaza existencial”, sino que “más bien confronta una gama inusualmente amplia y diversa de desafíos”.
¿No será que EU facilita, para no decir promueve, el
caos global en las 3 citadas “regiones
críticas” que coincidentemente afectan e infectan a sus competidores
geoeconómicos y geopolíticos: la Unión Europea(UE), Rusia y China?
Estos tres teatros de guerra curiosamente se
escenifican lejos de las fronteras de EU y cerca de los límites de Rusia y
China.
Pareciera que EU, en medio del caos global, se
pertrecha, agazapa y encapsula en las zonas de fractales: zonas de orden dentro
del desorden, de acuerdo a la Teoría del Caos.
¿Se define EU como la zona fractal dentro del caos
global?
La exploración estratégica de RAND es muy
ambiciosa. En un primer volumen aborda las “elecciones
para EU en un mundo turbulento” (http://goo.gl/MTqu2V), a cargo del embajador James Dobbins (http://goo.gl/DgSyKi)
.
Vendrán otros volúmenes que enfocarán defensa;
estrategia económica internacional; anticipación a estrategias de sorpresa; el
mejor uso del espionaje; la reforma del sistema de la toma de decisiones de la
Seguridad Nacional; y el manejo de las relaciones complejas de EU con sus
aliados y socios.
Entre los hallazgos principales destaca la
obsesión de que “Rusia resurgió como un
Estado agresor” (sic).
En lugar de aceptar la nueva realidad—Rusia como
una superpotencia indispensable para el nuevo orden global—, los expertos de
RAND prefieren regresar a sus nostálgicas posturas de la guerra fría y, peor
aún, a la intolerable humillación a Rusia, como en la fase corta de la
unipolaridad estadunidense cuando el “oso ruso” aún no trazaba sus nuevas
líneas rojas del siglo 21.
Rand matiza: “Rusia
se conduce mal (sic), pero nada en la
escala de la anterior URSS” y sentencia que “China se ha vuelto más represiva adentro y más segura afuera”, sin
tomar en cuenta los factores exógenos y endógenos.
Los temas de Al-Qaeda, cambio climático y el Ébola
son variaciones del mismo tema que ha manejado Obama.
Un frente que preocupa a RAND es el “ciberespacio” que “ha emergido como un nuevo campo de batalla (sic) entre las fuerzas del
orden y el desorden”.
Se subentiende que las “fuerzas del orden” están representadas por EU y su caduco orden
unipolar, mientras que las “fuerzas del
desorden” están simbolizadas por Rusia y China quienes anhelan un nuevo
orden global de corte multipolar más equitativo.
RAND se refocila en el caos: “los pasados pocos años han sido un recordatorio que la estabilidad no
es el estado natural del ambiente internacional, que la paz no se auto-perpetua
y que regiones enteras pueden descender súbitamente en la anarquía”.
Queda claro: sin la dirección unipolar de EU, se
genera la anarquía.
Rand fustiga que se ha exagerado el “desastre”, que “el orden internacional se está desintegrando” y que la “capacidad de EU para liderar se desvanece”.
En el ámbito económico, RAND pondera, en caso de
una conclusión feliz del TPP y el TTIP, “si
se debe incluir o excluir a China”.
China constituye su enigma de Hamlet: acomodarla o
competir con ella en las nuevas estructuras financieras multilaterales (Léase: el
nuevo banco chino AIIB).
Sobre Rusia preguntan qué “tan lejos se debe ir aislándole y penalizándole, dada la necesidad
para su cooperación en otros ámbitos”, a la par de desplegar o no “fuerzas adicionales de EU en (sic) o cerca de los países Bálticos para
disuadir o derrotar cualquier movimiento ruso contra los aliados de la OTAN”.
Sobresale la viabilidad de “buscar una Ucrania unida, pero neutral”.
Sus “recomendaciones”: EU, la “máxima potencia mundial, debe continuar a tomar el liderazgo para sostener
(sic) y extender las reglas basadas
en el orden internacional” y “debe
promover el desarrollo de nuevas (sic)
normas en dominios donde todavía no existen como el manejo cibernético y del
clima”.
Pese al caos global —“caos en el Medio Oriente, intervención de Rusia en Estados vecinos, la
asertividad china en el Mar del Sur de China, cambio climático y el declive en
la prontitud militar de EU”—, RAND juzga que el “mundo no se está cayendo” y que “tales dificultades no están lejos de la habilidad de EU para manejar”
y que incluso “eras previas habían visto
mayores cambios en el balance global del poder que los de hoy”.
Destaca el liderazgo que debe ejercer EU en “un ambiente geopolítico turbulento”, pero
RAND no formula cuál debe ser el papel de Rusia, China y lo que quede de la UE.
A mi juicio, el caos global imperante se debe al
declive de EU, concomitante a la decepcionante actuación de la UE—que no supo
imponer su anhelada autonomía—y a la “asociación
estratégica” de Rusia y EU.
Quizá el máximo error de la UE fue haberse
alineado pusilánimemente al unilateralismo insostenible de EU, una
superpotencia declinante, al confrontar insensatamente a Rusia, la máxima
superpotencia nuclear euroasiática.
El principal error geoestratégico de EU, que no
supo acomodarse a la nueva realidad del nuevo orden tripolar, fue haber
empujado a Rusia a los brazos de China cuando la UE sufre un profundo deterioro
político que puede llevar a su implosión.
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