J. Gutiérrez Betancor. Canarias-Semanal
La evidencia la están vomitando los datos. En el curso del pasado ejercicio las grandes empresas españolas repartieron la friolera de 8.000 millones de euros en dividendos. Estos enormes beneficios en tiempos de crisis han sido posibles después de sacar del mercado de trabajo a 121.000 asalariados.
De acuerdo con los datos proporcionados por un reciente informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, las grandes empresas que cotizan en Bolsa repartieron 8.553 millones de euros entre sus afortunados accionistas. La mayor parte de su capital se relaciona con las empresas que forman parte del Ibex, que contaron con unos dividendos que ascendieron a 7.830 millones de euros. No obstante, sus beneficios descendieron en relación con los del pasado ejercicio en un 32.5%.
Pero si gratos fueron los resultados del pasado año para las empresas del Ibex, para el conjunto de la Bolsa española los resultados fueron considerablemente más halagüeños. Los beneficios obtenidos durante el año 2013 se elevaron nada más y nada menos que a la cifra de 25.078 millones de euros frente a los 8.802 millones del ejercicio anterior.
¿Cuál es el mecanismo que permite estas optimistas perspectivas económicas para el gran capital español? La clave reside en que para que esos resultados fueran posibles alrededor de 120.000 trabajadores de las empresas del Ibex fueron puestos en la calle a lo largo del año 2013. Ello significa que la reducción de plantillas se elevó en lo que a las empresas del Ibex se refiere nada menos que al 8.9%.
Hay un dato especialmente significativo que pone de manifiesto la razón de tan suculentos beneficios. Durante el pasado año el despido de trabajadores se concentró particularmente en los sectores de comercio y servicio. Justamente en estos dos sectores pueden los que se repartieron mayores volúmenes de dividendos. Tras arrojar a las filas del paro a más de 128.000 personas, esos sectores perdieron alrededor de un 18.3% de mano de obra. La relación parece evidente: a mayor cantidad de trabajadores despedidos corresponde un sustancial incremento de los dividendos.
Las conclusiones están a la vista: las grandes empresas del Ibex incrementaron sus beneficios a costa de la destrucción masiva de empleo y del incremento de la explotación laboral de los trabajadores que permanecieron en plantilla.
Pero si estos datos resultan escandalosamente hirientes, más lo es el hecho de que ello ha sido posible gracias a la complicidad silenciosa de los dos grandes sindicatos amarillos: UGT y CCOO.
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