20 de julio de 2015

LA CRISIS GRIEGA DEMUESTRA QUE LA ALTERNATIVA AL SISTEMA CAPITALISTA PASA POR LA REVOLUCIÓN

Miguel Urbano Rodrigues. O Diario

La evolución de la crisis griega manifiesta rasgos del poder del imperialismo que tal vez en ninguna situación anterior fueron evidentes de una forma tan flagrante. Syriza, fuerza socialdemócrata, no cuestiona para nada el capitalismo. Pero la enorme distancia entre sus promesas electorales y las imposiciones de la troika le obligaron a intentar obtener algún margen de negociación. Acontece que, en nuestros días, es suficiente que un político en el poder ose contestar, incluso tímidamente, la dictadura del capital para ser tratado como enemigo del sistema. El imperialismo no negocia, exige la rendición incondicional. La alternativa de los pueblos sólo existe en la perspectiva del socialismo.
La evolución de la crisis griega encierra lecciones muy importantes para las fuerzas progresistas que en decenas de países luchan en contextos muy diferentes contra el imperialismo.

La principal de esas lecciones confirmó la imposibilidad de eso que desde la socialdemocracia se llama “la reforma humanizada del capitalismo”.

La victoria de Syriza en las elecciones griegas sembró ilusiones. Los discursos de Tsipras durante la campaña, llenos de promesas, contribuyeron a que los partidos socialdemócratas, en Europa y en América Latina, definiesen a Syriza como un partido de “izquierda radical”, con una clara vocación de realizar grandes transformaciones en la sociedad helénica. El gobierno de Syriza-Anel recibió incluso el apoyo de algunos partidos comunistas europeos.

No obstante, después de iniciar las negociaciones con las instituciones europeas (nueva designación para la troika) quedó claro que Tsipras coincidía con la mayoría de las exigencias de Bruselas.

Durante una visita de dos semanas que realicé a Grecia comprendí que su gobierno se proponía dar continuidad a la política de sumisión al imperialismo desarrollado por la coalición de Nueva Democracia y Pasok, introduciendo simplemente algunos cambios cosméticos.

Las continuas cesiones a las propuestas de los socios de Bruselas no impidieron que estos aplazasen sucesivamente el acuerdo que permitiría al gobierno de Atenas recibir 7.200 millones de euros (el último tramo del segundo plan de “ayuda”), evitando el default inminente.

Días antes del final del plazo para el pago al FMI de 1.500 millones de euros, Tsipras, en una jugada rocambolesca, anunció la convocatoria de un referendo. El pueblo tenía que responder si aceptaba o rechazaba la última propuesta presentada por el Eurogrupo. ¡Y en un discurso dramático en el Parlamento pidió a los electores que votasen NO!

El electorado respondió a su llamada. El NO recibió el 61% de los votos emitidos. El gobierno lo interpretó como una aprobación del Memorando de Syriza. El referendo, rechazado por el Partido Comunista, fue una maniobra teatral de Tsipras. Es significativo que al día siguiente del referendo, Syriza, Pasok y Potami publicasen, en un claro consenso de la política de clase del gobierno, un comunicado conjunto.

Al retomar las negociaciones en Bruselas, el primer-ministro griego traicionó la confianza de los electores, pidió un nuevo rescate de 53.000 millones de euros y presentó al Eurogrupo propuestas peores que las últimas que había rechazado.

Rechazaran la austeridad, pero días después propusieron una austeridad reforzada.

Al contrario de lo que muchos esperaban, la firma del Acuerdo tropezó con la tenaz oposición de Alemania, Holanda, Finlandia y de otros países. No es sólo el contenido de las propuestas de Atenas lo que se cuestiona. El gobierno de Tsipras se rindió completamente, confirmando las previsiones del KKE (ver odiario.info de 30/06/15).

El pantanoso punto muerto en que se encuentran las negociaciones de Bruselas es el resultado de las contradicciones que dividen a los miembros del Eurogrupo, concretamente a Alemania y Francia. El gobierno de Merkel pretende excluir a Grecia del euro.

Chile, Venezuela, Grecia
La consideración de que el capitalismo no encuentra soluciones para la crisis estructural que está atravesando, contribuyó a un aumento de la agresividad imperialista (Gascão, odiario , 3/7/15)

Esa opción es evidente en la estrategia de los EE UU, dispuestos a recurrir a la violencia contra los pueblos cuyos gobiernos no se sometan incondicionalmente a su proyecto de dominación planetaria.

El bloqueo a Cuba, las guerras de agresión contra Irak, Afganistán y Libia, la ayuda militar y política a las organizaciones terroristas sirias, el apoyo a las agresiones del estado fascista de Israel y las amenazas a Irán expresan con mucha claridad esa política.

Nunca la solidaridad de las grandes potencias imperialistas en defensa del Orden del Capital fue tan evidente.

La evolución de la crisis griega confiere actualidad a las lecciones de Chile. La respuesta a la opción socialista de la Unidad Popular de Allende en el poder, en la que participaba un partido socialista en ese momento marxista y el partido comunista, fue un sangriento golpe militar.

Transcurridos más de 40 años y tras la desaparición de la URSS, el mundo, hegemonizado por el capitalismo, es muy diferente.

Hoy es suficiente con que un político en el poder ose contestar, aunque sea tímidamente, a la dictadura del capital para ser tratado como enemigo del sistema.

En Honduras, Manuel Zelaya, el presidente constitucional, fue separado del poder por un golpe militar organizado en la embajada de los EE UU. En Paraguay, se depuso a un presidente que defendía unas tímidas reformas que eran del desagrado de Washington.

En Ecuador, Obama desearía substituir a Rafael Correa, un reformista neokeynesiano, por un oligarca neoliberal sumiso a la Casa Blanca. Los EE UU, además, apoyaron tentativas golpistas contra el presidente Correa.

En Venezuela, Bush y Obama montaron y financiaron, sin éxito, sucesivas conspiraciones para destituir a Hugo Chávez, a pesar de que las estructuras del capitalismo permanecen casi intactas en ese país. Fallecido Chávez, una campaña mediática demoledora satanizó al inofensivo “Socialismo del Siglo XXI” y el presidente Obama afirmó haber identificado en el gobierno de Maduro una intolerable “amenaza a la seguridad de los EE UU”.

Y en Bolivia, los tímidos matices socializantes del gobierno de Evo Morales incomodaron tanto a Washington que el embajador norteamericano en ese país organizó una conspiración fallida cuyo desenlace final terminó con su expulsión de La Paz.

La alternativa es la revolución
En la actual confusión ideológica, estimulada por un sistema mediático manipulador, la sumisión total de Grecia a los sacerdotes del capital vino a confirmar –insisto– la imposibilidad de la transformación profunda de las sociedades capitalistas en el ámbito del sistema, es decir, por la vía institucional.

Ahora bien, se han disipado las ilusiones sembradas por Syriza y los demagogos populistas Tsipras y Varoufakis?

No. En Europa, fuerzas políticas progresistas y algunos partidos comunistas, cocretamente los del Partido de la Izquierda Europea, a pesar de tener el socialismo como objetivo final, actúan en el sistema como si algún día fuese posible llegar al gobierno por la vía electoral.

Obviamente, en el actual contexto europeo, la conquista del poder a través de una revolución es una imposibilidad a corto plazo, ya que si bien es cierto que en algunos países de la Unión Europea existen condiciones objetivas para rupturas revolucionarias, faltan las condiciones subjetivas.

Pero no por eso, dejan de ser realistas los programas, a veces muy ambiciosos, concebidos para una transición en el marco de una revolución democrática y nacional.

En condiciones mucho más favorables de las actualmente vigentes, la revolución democrática y nacional portuguesa, inspirada en los valores de Abril, fue brutalmente interrumpida por un golpe militar promovido por la burguesía con el apoyo del imperialismo.

Además, hoy, desaparecida la Unión Soviética, las grandes potencias de la Unión Europea recurrirían a la violencia, si fuese necesario, contra cualquier país miembro que osase cuestionar el orden capitalista en el ámbito de una revolución democrática y nacional.

Entonces, ¿qué hacer?

Las revoluciones no están programadas para una fecha.

Casi siempre estallaron en situaciones inesperadas, en contra de la propia lógica de la Historia. Eso fue lo que pasó con las revoluciones francesa de 1789, rusas de 1917, china y cubana.

El Partido Comunista Griego nos muestra el ejemplo de una organización revolucionaria que a pesar de que es consciente de que no va a conquistar el poder en su país próximamente, aliado con otras fuerzas progresistas, lucha con firmeza y coraje a favor de la destrucción del sistema capitalista en su país. Se puede estar en desacuerdo puntualmente con algunos aspectos de su estrategia y de su discurso, pero por su coherencia y tenacidad en el combate inspiran en todo el mundo respeto y admiración entre los comunistas.

Las revoluciones –repito– no tienen fecha en el calendario.

Es mi convicción inquebrantable que el capitalismo no tiene soluciones para su crisis estructural. Entró en una lenta agonía que puede durar muchos años.
El polo hegemónico del sistema, los EE UU, mantiene con sus aliados una enorme capacidad para desencadenar guerras imperialistas. Son actos a la desesperada. Son guerras monstruosas que tropiezan con una resistencia creciente de los pueblos víctimas de ese terrorismo de estado.

La simultaneidad y la convergencia de esas luchas y de la lucha de masas en muchos países pueden ser decisivas para la desintegración del sistema, minado por contradicciones internas, y pueden provocar su derrota final. En ese combate veo como insustituible la participación de los partidos comunistas revolucionarios.

La alternativa será la construcción del socialismo después de una fase de transición dolorosa, prolongada y diferente en cada país.

Una certeza: la vía institucional para el socialismo es una imposibilidad histórica.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interesen:

"La bancarrota de Siriza y el desastre griego"
"Grecia y España, la trampa de las "izquierdas" reformistas"



19 de julio de 2015

¿UNIDAD O DIVISIÓN?

Manuela Carmena abrazada a Mitzy Capriles, esposa del
golpista venezolano Antonio Ledezma 
Ramón Pedregal Casanova. Crónica Popular.

Emergente es derivado de emergencia. Emergencia significa urgencia. Con la urgencia a los enfermos se les pone en el camino de restablecerse. Y a mí que los llamados “emergentes” me parece que vienen a restablecer.

Todo cambia para que nada cambie”, dice el anuncio de un coche que muestra su fotografía del coche cabeza abajo, el caso es que a los posibles compradores les parezca que hay algún cambio, pretenden distraer poniendo el coche cabeza abajo, y un coche cabeza abajo, cualquiera sabe, esta deshecho, mal, o cuando menos peor que puesto sobre sus ruedas. Luego, con urgencia o emergencia, una fuerza emergente, brotando, desde abajo, habrá de poner el coche como están todos los coches antes de darse el golpe y quedar boca abajo, hay que restablecerle, hacer que recupere su momento anterior, volver atrás, volverle sobre sus ruedas y que el conductor siga su camino. Fíjese que las palabras del anuncio nos conducen a la famosa frase de Lampedusa en su novela “El gatopardo”: “hacer que cambie algo para que todo siga igual”.

Uno de los pilares fundamentales de la sociedad capitalista es la división, social por clases, por géneros, por individualidades, lo que conlleva de forma intrínseca la desigualdad, y la desigualdad por clases, géneros e individualidades consagra la injusticia: consagra los derechos que se atribuye a si misma la minoría explotadora.
Miren lo que dejó escrito un juez del Tribunal Supremo en 1893: “Es una ley invariable que la riqueza de la comunidad esté en manos de unos pocos. … Es tan grande la consideración que tiene la ley por la propiedad privada, que no permitirá la menor violación de esta, no, ni siquiera por el bien de toda la comunidad”. No es el bien de la comunidad lo que protegen con sus leyes, es el bien de la comunidad que esos “unos pocos” se apropian.

Precisan del miedo que infunden en la clase trabajadora, de la división que causan con su corrupción, de su falta de empuje, de su falta de proyecto y su conciencia de unidad de clase. ¿Creen que la división nos beneficia a la clase trabajadora? ¿La división nos hace fuertes frente a la minoría que se apropia de la riqueza de la comunidad? ¿La división nos une?

Sobre este asunto tan importante ha declarado Eliane de Moura Martín, dirigente del Movimiento de Trabajadores y Trabajadoras por Derechos: “Debemos tener muy clara la dimensión de la unidad de los trabajadores, independientemente de nuestras formas de trabajo, de ser formales o informales, la unidad de hombres y mujeres en todos los espacios que tengamos. Los trabajadores debemos tener nuestro proyecto de producción, económico, social, cultural, político y de género. Tenemos la obligación de luchar por el modo de vida que queremos para nuestras sociedades, el continente y el mundo, y para eso precisamos de unidad, de solidaridad, de generosidad, ternura, comprensión porque somos de una diversidad fantástica, y tenemos que encontrar un voto de equilibrio para superar las dificultades que todos tenemos”.

Los medios informativos del gran capital han denominado “emergentes” a quienes, finalmente, tras las elecciones municipales en España, han sostenido al bipartido, PPSOE, bipartido siempre como una piña en la defensa del sistema, y ahora más que nunca: esos ciudadanos emergentes lo han reforzado en sus dos vertientes, allí donde hacía falta han puesto el coche PPSOE sobre sus ruedas; la fórmula es hacer que “cambie algo para que todo siga igual”, y el PPSOE continua en muchas poblaciones gracias a la ayuda de una u otra mano emergente que vienen a restablecer el orden, a poner sobre sus ruedas el coche que se encuentra cabeza abajo.

Ahora, como Lampedusa es “viejuno” (término recreado por la emergencia) ahora, es un anuncio capitalista, de consumo, el que dice “Todo cambia para que nada cambie”. Hay ayuntamientos y comunidades autónomas donde vuelven a gobernar los bipartidos gracias a los emergentes, y con más sostenimiento que como estaban antes. Son los nuevos monaguillos, que les llamaba Darío Fo en su obra “Aquí no paga nadie”.

¿Cuántos “emergentes” se callan o alardean sobre esa interpretación de que la Historia ha terminado y disponen su discurso en defensa de la división de la clase trabajadora frente al enemigo de clase? Quienes no quieren la unidad de la clase trabajadora se esfuerzan por hacer un trabajo profundo de división en la conciencia social. Quienes no quieren la unidad de la clase trabajadora muestran dos caras: una la que se dice equidistante y declara que no puede haber discusión, inestabilidad le dicen, y por tanto empeñan su valía en dar la imagen de ser “educado”, que no crea conflicto, no habla de política que cuestione, y el segundo, que manifiesta en todos los medios del sistema, por activa y por pasiva, que no es de izquierda, que se ha terminado eso, que es el fin de la Historia, que semejante división es antigua, que no es moderno decirse de izquierda. ¿Será eso de apoyo a Tsipras que dice No en el referendum de Grecia, pero trabajó por el Sí al pago del “rescate”, como se paga a la mafia secuestradora, a los ladrones de Grecia con dinero público? ¡Cuánto se parece a aquel referéndum sobre la entrada de España en la OTAN! En España estaba la CIA detrás. ¿Podemos creer a los que la prensa del sistema ha denominado emergentes?

Y si quienes no quieren la unidad popular, la unidad de la clase trabajadora, le hacen el trabajo al enemigo, ¿qué es lo que proponen quienes llaman a la unidad popular? Es preciso que se expliquen, que intensifiquen la lucha ideológica, que pongan las medidas primeras, segundas, … y que la clase trabajadora se organice, cree estructuras propias en base a su modelo social, a sus intereses, a su cultura, que desarrolle lo que la determina como fuerza política de transformación social.

He conocido a alguien a quien un patrón intentó comprarle para que dejase una huelga e hiciese lo posible para que los demás trabajadores la abandonasen también, y contestó al patrón: “seguiremos en huelga, en nuestra hambre mandamos nosotros”.

La imagen de Manuela Carmena abrazándose a la López, golpista contra el pueblo de Venezuela, no es la imagen de la izquierda, es la de la emergente jueza contraria al proceso bolivariano, que niega a la izquierda y aprueba la división social en intereses de clase. Por eso abraza a la golpista venezolana que es la emergencia proimperialista, que venía del día 7 en que ha hecho campaña en Madrid contra los gobiernos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y los avances de liberación social en el continente suramericano.

La López ha hecho campaña junto a otros 7 de su cuerda encabezados por el escribidor Mario Vargas Llosa, ejemplo público de reaccionario por antonomasia. Y después de ese primer abrazo municipal de Carmena alcaldesa de Madrid, le ha dado otro el PP que manteniendo sus intereses ha dejado a la López que hable en su conferencia nacional, contra Venezuela, que la tilde de dictadura y defienda a los golpistas venezolanos, porque allí los bienes de la comunidad no son de unos pocos.

El espectáculo ha sido de urgencia, vemos que ha tenido su primera parte y su segunda parte, no podía ser menos. Primero Carmena, alcaldesa emergente de Madrid, y después Rajoy, la reciben, la abrazan y la defienden como progolpista y ansiosa de la división social a la que aspira su minoría venezolana. A la López esto le ha hecho decir que Rajoy es el único presidente del mundo que la ha recibido. ¿Puede imaginar por qué ningún otro presidente ha querido verse al lado de semejante personaje? ¿Puede imaginar Carmena el lugar en que la deja la López?

Hay que hacer izquierda construyendo espacios de unidad popular, programas de unidad, acciones de unidad popular, y solo darán confianza, autoestima, conciencia social y aspiraciones, deseos grandes, si son concepciones propias de clase; sólo serán de unidad popular si transgreden el sistema y el régimen de la minoría que nos somete. La unidad popular se hará respetar por la clase trabajadora si la conforma la clase trabajadora y se dirige con propósitos de clase trabajadora, en la calle y en el campo electoral, si tiene como objetivo abrir paso a su propio modelo económico, social y político, porque ¿para qué sirve la unidad de la clase trabajadora?

Elian de Moura: “… Los trabajadores debemos tener nuestro proyecto de producción, económico, social, cultural, político y de género. Tenemos la obligación de luchar por el modo de vida que queremos para nuestras sociedades, el continente y el mundo, y para eso precisamos de unidad, de solidaridad, de generosidad, ternura y comprensión, porque somos de una diversidad fantástica …”

Quienes han vendido a la mayoría social, quienes han robado, han dado nuestra riqueza a los banqueros, quienes han privatizado lo público, quienes han hecho leyes contra la clase trabajadora, quienes se han corrompido, … no son nuestros dirigentes, no deben mandar, no nos obedecen pues no nos representan. Y lo que ha ocurrido con los emergentes sigue dándonos lecciones, ¿dónde ha quedado el tan cacareado cambio? Parece que lo decían para que todo siguiese igual, ¿dónde está la ruptura con el régimen del 78? ¿A quién y qué ideas abrazaban, y a quién y a qué ideas respaldan ahora que Tsipras en Grecia declara, en el primer discurso después de ofrecer el cuerpo del pueblo griego a la troika para el sacrificio, que ha mentido a la clase trabajadora?

Debemos restar a los emergentes, o nunca tendremos nuestro proyecto organizativo de unidad popular, de acción, de producción, económico, social, cultural, político y de género. Hay que parar este sistema de repartos de penas y beneficios, no es bueno para nosotros, clase trabajadora: porque nos dividen nos ganan.

¿No han oído o leído ustedes la frase “¡Trabajadores del mundo, uníos!”? Seguro que sí conoce ese símbolo de la unidad entre obreros y campesinos, ese símbolo que pone de uñas a los emergentes y hace temblar al imperio.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese: “Los syrizos descargan su frustración en su “enemigo comunista”: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/07/los-syrizos-descargan-su-frustracion-en.html