Por Marat
1.-Hablemos de mentiras:
La marcha Ocupa el Congreso, convocada de forma fantasma desde facebook (https://www.facebook.com/events/355184007883632/) es una gran mentira compuesta por una larga cadena de mentiras.
Es mentira, como se afirma en su Manifiesto, que se pretenda la “dimisión del Gobierno en pleno”. La sede del Presidente del Gobierno está en el Palacio de la Moncloa y la del Ministerio de la Presidencia en la sede del mismo nombre, no en el Congreso de los Diputados. No es a ninguno de las dos sedes a las que pretenden rodear u ocupar los convocantes de la marcha del 25 de Septiembre sino el Congreso de los Diputados.
Es mentira que se pretenda tras la dimisión del Gobierno abrir un "Proceso Constituyente" con el fin de proclamar la República, como afirman a título individual muchos de los que apoyan esta convocatoria. Les reto a que encuentren la palabra “República” en el Manifiesto de los convocantes, o al menos el término “republicano”. Por cada vez que encuentren en el Manifiesto cualquiera de ambos términos daré a quién los encuentre 10 euros. Les aseguro que no me voy a arruinar. Ni una sola vez aparece uno de esos términos.
Es mentira que unos perfectos desconocidos sientan de verdad lo que dicen cuando afirman en su Manifiesto que “el actual texto constitucional, redactado por una camarilla a espaldas del pueblo, que consagró la dominación de los herederos del franquismo y de quienes pactaron con ellos”, cuando su iniciativa no ha partido de las asociaciones de la Memoria Histórica, ni de las organizaciones, plataformas y partidos republicanos realmente existentes. Tan sólo alguna organización fantasma, que sólo existe en el mundo virtual de facebook se ha atrevido a apoyarles. Es llamativo una organización como la Unión por la Tercera República (https://www.facebook.com/events/355184007883632/#!/unionporlatercerarepublica) , absolutamente residual en el mundo real, sea casi el único apoyo oficial, a día de hoy, con el que cuenta tal evento. La cita mencionada del Manifiesto de Ocupa el Congreso sólo buscaba maquillar de radicalidad democrática, republicana y de izquierdas a un grupo más que sospechoso de personas tanto en su perfil como en sus objetivos reales. Respecto al perfil invito a los lectores a que visiten la página de facebook de Ocupa el Congreso y vean con que frecuencia aparecen en sus hilos intervenciones derechistas, reaccionarias y ultras. En cuanto a los objetivos que se ocultan detrás de este grupo hablaremos de ello más tarde.
Es mentira que el conjunto de las fuerzas políticas del Congreso a las que se tilda genérica e indiferenciadamente de “camarilla” quepan en las definiciones que se hacen de ellas como “privilegiados”, que viven en un modelo de Estado “que responde exclusivamente a sus intereses”. ¿Acaso IU, de la que me separa su reformismo socialdemócrata y su oportunismo claudicante, Bildu y Geroa Bai o Ezquerra Republicana forman parte de esa “camarilla”. Dígase claramente para poder tildar a los convocantes de la Marcha Ocupa el Congreso de lo que son. ¿Acaso el PNV, partido de la burguesía vasca, o Ezquerra Republicana votaron a favor del texto Constitucional? ¿Acaso Bildu –léase lo que en 1978 era el conglomerado de fuerzas de la izquierda abertzale- es un heredero del franquismo o pactó con ellos?
Es mentira, por lo que calla y por lo que retuerce la realidad de las consecuencias de la crisis capitalista, limitar la culpa de la misma a los políticos –salvo la alusión, genérica y de pasada, a políticos, banqueros y empresarios que se hace en el Manifiesto- y el casi exclusivo control sobre la figura de los políticos que se propone en el párrafo relativo a “la abolición de todos los privilegios de quienes ejercen responsabilidades políticas, y la implantación de mecanismos de control férreo del desempeño de sus funciones”. Vale para populistas, demagogos, reaccionarios y desclasados pero quienes, de verdad, somos de izquierdas vemos la trampa que se oculta con la más que limitada propuesta, en el lado de los capitalistas y plutócratas (no les llaman así, por supuesto), de “una reforma fiscal justa, que haga pagar más a quienes más tienen. Igualmente, exigimos la derogación de la amnistía fiscal decretada por el gobierno, cuya injusticia es una verdadera burla a los contribuyentes honrados”. Pretenden parecer Robespierre pero sus programas se quedan a la derecha del propio Perón (un mero populista), que era mucho más atrevido y osado en sus reformas sobre los capitalistas.
Quienes incitan a la gente común contra “los políticos” y no directamente contra quienes tienen el auténtico poder (el capitalismo) son aventureros y demagogos que quieren esconder la raíz del problema, el capitalismo, y que buscan adular los peores instintos reaccionarios y antipolíticos de los sectores políticamente analfabetos. Los voceros antidemocráticos extienden indiscriminadamente lo mismo a los gobiernos, responsables junto con el poder económico, que a las oposiciones, no todas responsables, el origen de las consecuencias de las crisis y dejan irse de rositas a los grandes empresarios, que dinamitan la posibilidad de cualquier acción política que no sea un acto de obediencia indiscutida. Lo hicieron en otros momentos históricos de crisis generales del capitalismo y lo hacen ahora.
Es mentira exigir a la banca lo que está ya hace en muchos casos – “puesta en alquiler a precios baratos de las viviendas en propiedad de los bancosy cajas que ha sido ayudados con fondos públicos”- La banca está sacando a la venta, a precios que llegan hasta un 75% menos que los originales, viviendas que tienen en propiedad, como es sabido por muchos que está ofreciendo alquileres cuyos precios son notablemente más baratos que los años precedentes a la crisis. Lo hacen no por sensibilidad social, de la que carecen, sino porque tienen una necesidad imperiosa de liquidez.
Es mentira ligar sistema electoral y representación de la voluntad del pueblo soberano porque ésta desapareció desde el mismo día en que fue eliminado el mandato imperativo de los representantes y porque el capitalismo dispone de mecanismos para impedir el cumplimiento de los programas de los partidos a través de sistemas de estrangulamiento de la capacidad de decisión de los gobiernos. Si la crisis capitalista en Europa no nos ha enseñado que, independientemente de la orientación política de quienes gobiernan, estos acaban obedeciendo siempre los dictados del capital, es que no nos ha enseñado nada. El único modo de hacerlo es violentar mediante una combinación de gobierno y calle las reglas del juego del sistema político-económico y ello exige el derrocamiento del capital.
Es mentira, y un brindis al Sol del tamaño de El Escorial, reivindicar “el reparto del trabajo existente entre todas”, dentro del actual sistema capitalista, contra el que el Manifiesto no dice ir, porque es sabido que el capitalismo necesita de lo que Marx denominó como “ejercito industrial de reserva” –donde dice industrial pongan ustedes productivo- ya que es funcional al propio sistema, al tirar hacia abajo de los salarios y disuadir a los trabajadores de reivindicaciones sobre sus condiciones laborales, contractuales y de vida. Una propuesta de este tipo sólo tiene cabida, tras la toma por los trabajadores del poder económico y político y en el contexto de un Programa de Transición hacia el socialismo dirigido por un gobierno obrero. La legislación sobre reducción de la jornada laboral, llevada a cabo por los socialistas franceses en el pasado y que tenía por objetivo el reparto del trabajo en Francia, murió tras la llegada de Sarkozy al poder. Eso después de haber sido boicoteada previamente por los empresarios y la patronal. La alusión, dentro del mismo párrafo de la propuesta relativa al reparto del trabajo, de que haya que su no aplicación responde a “la avaricia de los grandes intereses” desvela la indigencia intelectual de quienes esto afirman pues es sabido que el sistema económico no actúa así por la simple “avaricia” de los capitalistas –vaya eufemismo para no llamar a las cosas por su nombre- sino por su necesidad de incrementar la realización de sus beneficios lo que, finalmente, provoca sus crisis al excluir del consumo a amplios sectores desempleados y empobrecidos de los trabajadores. Estos sujetos en el fondo quieren vendernos que, si se educara a los empresarios en el mentiroso bien común y en la bondad y la sensibilidad sociales, el capitalismo sería bueno. Pues no, señores. No habría entonces capitalismo porque su base es la producción social y la apropiación individual de la ganancia y no el amor y la concordia entre contrarios.
Es mentira, al contrario de lo que se afirma en el apartado 1 (Definición ideológica) del documento de “¡En Pie! Iniciativa de Ocupa el Congreso”, destinado maquillar la marcha de rojo, desvaído, que el grupo Ocupa el Congreso esté formado por personas reunidas en un movimiento “anticapitalista y democrático”. Si fueran anticapitalistas su convocatoria del 25-S vendría precedida por acciones de rodear y ocupar grandes empresas, por ejemplo alguna de las 35 principales del Ibex (las más importantes de España) que no sean bancos (para estos “indignados” el capitalismo sólo son los bancos, donde hacen sus flashmobs pactadas con la dirección de sus sucursales). Hay un largo listado de empresas del Ibex 35 a su disposición: ABENGOA, ACCIONA, ABERTIS, FCC, FERROVIAL, ENAGAS, ENDESA, GAS NATURAL, IBERDROLA, INDITEX, INDRA, REPSOL, SACYR VALLEHERMOSO, TELEFÓNICA,...Muchas de las cuáles han tenido beneficios obscenos durante la crisis y otras están abusando salvajemente de sus usuarios/clientes de rentas bajas mediante subidas salvajes de sus tarifas. La ocupación de empresas es algo que se practicó por la gente de izquierdas durante el corralito argentino y que se ha hecho más tarde en Grecia. El anticapitalismo combate en primer lugar el poder económico del capital, y las relaciones sociales de producción dentro de la empresa, a las que el documento ni siquiera menciona, y al orden político en segundo y como consecuencia de ser la legitimación del sistema económico.
En cuanto al supuesto carácter “democrático” de este Movimiento nos referiremos más adelante.
Esconde una mentira la forma en que este documento de “¡En Pie! Iniciativa de Ocupa el Congreso” retuerce el lenguaje. ¿Qué es eso de “Creemos en un estado no monárquico”? Un Estado no monárquico era también el denominado “Democracia Orgánica”, surgido a partir del 1 de Abril de 1939 ¿Qué forma de pervertir el lenguaje es esa para no mencionar la palabra República o Estado Republicano? Y ya qué tan progresistas y anticapitalistas se definen los autores de este documento de ¡En pie! ¿porqué no definir el carácter de esa República a la que evitan mencionar como al diablo? Por ejemplo, República Democrática de Trabajadores. Quizá porque la palabra trabajadores no aparece ni una sola vez en su documento pero ciudadanía y ciudadana lo hace 10 veces.
Esconde una mentira el hecho de hablar de “5 sensibilidades y corrientes de opinión” que componen el Movimiento de la Marcha Ocupa el Congreso (1.- Corriente de izquierda, social, comprometida, transformadora, republicana, democrática y anticapitalista; 2.- Corriente anarquista (a ver cómo se explica que los anarquistas apoyen la Constitución de un nuevo gobierno y parlamento si no es desde la creación de un vacío de poder); 3.-Corriente 15M; 4.- Corriente Anti patriarcal; 5.- Corriente Ecologista), como si fuera la primera vez que se habla de ellas a lo largo de más de un año. ¿Acaso no hablaba de sí mismo el 15M respecto a sus corrientes en estos mismos términos, sólo hace unos meses, cuando afirmaba haber limpiado de su interior a sus elementos derechistas (¡jajajaja!)? ¿Qué ha pasado para que el 15M aparezca relegado al tercer puesto en la enumeración de las corrientes de Ocupa el Congreso? ¿Porqué los supuestos componentes de la “indignación” se emboscan ahora en algo aparentemente “ex novo”? ¿Qué oculta este supuesto Ave Fénix transmigrado en otro cuerpo? Háganse preguntas. Les aseguro que el cerebro no se hernia por ello.
Esconde una mentira jugar con el término “Proceso Constituyente”, empleado tanto en el Manifiesto como por la Plataforma ¡En Pie!, con el fin de hacer creer a los familiarizados con la expresión “Constituyente” que se está haciendo una promesa de forma republicana de gobierno (de República, para entendernos), cuando se huye de dicho término como de la quema del monte en verano. “Constituyente” es una expresión que ha utilizado el MCRC, republicanos de derechas unitarios en su concepción del Estado (antiautonomistas y antifederalistas) -¿ya nadie recuerda el término “Libertad Constituyente” exhibido en grandes pancartas azules en las manifestaciones de Julio y Octubre del 15M el año pasado?-. “Constituyente” es una expresión empleada en los entornos del grupo Socialismo 21, de algunas de las plataformas republicanas de IU, de los partidarios de la celebración de “la Pepa” (segundo centenario) y de diversos grupos de derechas autoproclamados republicanos? Los republicanos de izquierdas saben que el uso del término “Constituyentes” se ha empleado en los últimos tiempos con una connotación pactista entre sectores reformistas de los republicanos y sectores republicanos más reaccionarios y de derechas.
2.-Y ahora hablemos de verdades
Lo cierto es que tras esas pretendidas “personas comunes” que se presentan en el Manifiesto de Ocupa el Congreso hay sectores vinculados al falangismo de DRY en todas sus vertientes –la Asociación DRY o Ágora DRY (tanto monta porque el mejunje es curioso), el colectivo Democracia Real Ya desvinculado de la primera, el MCRC de García-Trevijano-ver el hilo del Diario de la República Constitucional de este grupo político: http://diariorc.com/?p=11367)-, la organización difusa de ridículas caretas y matonismo catastrofista online Anonymous, a la que han pertenecido desde ex miembros del PP en comisión de servicio en el 15M, como el señor José Cosín Álvarez (http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/04/12m15m-algo-huele-podrido-y-no-es-en.html) , hasta chivatos de la policía como el portorriqueño Lulzsec. A todos ellos debe unirse la secta Proyecto Venus (Zeitgeits), una de cuyas páginas (Alternativa 11, de Suzanne Powell) reproduce un texto sobre cómo divulgar y bombardear todos los medios para lograr el éxito de Ocupa el Congreso. http://alternativa11.blogspot.com.es/2012/07/ocupa-el-congreso-el-25-de-septiembre.html Alternativa 11, de estilo esotérico y conspiracionista, es una más de tantas páginas esotéricas y conspiracionistas que reproducen el llamamiento de Ocupa el Congreso. Y luego nos llaman conspiracionistas a quienes venimos oponiéndonos durante todo este tiempo a las revoluciones de colores indignadas y a sus inspiradores, los globalistas liberales y la ultraderecha.
Es interesante escuchar el “debate” de radio en Politeia C/B (Colectivo Burbuja) Radio, del 23 de Marzo de 2012 (http://www.ivoox.com/politeia-23-03-2012-proceso-constituyente-por-para-audios-mp3_rf_1125035_1.html) entre Carlos Angulo (MCRC), Rubén Martínez Dalmau, uno de los organizadores de la celebración del segundo centenario de la liberal Constitución de Cádiz los pasados 17 y 18 de Marzo (Constituyentes) y Marcelo Armengot dirigente de la secta política conocida como Unificación Comunista de España, que en el pasado apoyó al CDS de Adolfo Suárez y en el presente a la populista y ultranacionalista UPyD de Rosa Díez, pasando por coincidencias en actos “antiterroristas” con la Falange. Y es importante este “debate” radiofónico porque Constituyentes fue uno de los embriones de esta movida de Ocupa el Congreso.
Conviene conocer que en relación con el Colectivo Burbuja (reproductor de la convocatoria Ocupa el Congreso) y con su radio que Juan Carlos Barba es miembro del MCRC, del Colectivo Burbuja y de una de las DRY e impulsor del hastag #EsoNoEsDRY, que David Serquera, miembro inicial de la Plataforma de Coordinación de Grupos pro Movilización Ciudadana que dio lugar a DRY, también es miembro del MCRC, del Colectivo Burbuja y de su Radio, que igualmente Antonio Turiel es miembro del MCRC y colaborador de la radio del Colectivo Burbuja y así un largo etcétera.
Hay que aclarar que Constituyentes representó el intento de línea más colaboracionista de cooperación entre algunos sectores reformistas (parte de IU y del PCE, representados en la Unidad Cívica por la República-UCR) con las “nuevas” derechas de DRY, el MCRC y parte de los “indignados” del 15M para la apertura de un nuevo “Proceso Constituyente”. Pero la cuestión se frustró porque los sectores de la UCR, disidentes de la línea oficial de IU y el PCE en cuanto a ignorar el asunto de la transición política, se plantaron al negarse los grupos más derechistas a asumir dos cuestiones fundamentales para ellos: el carácter de clase que pretendían que asumiera Constituyentes y la cuestión de incluir el asunto de la III República que para ellos debía conectarse con la legitimidad de la II. Los derechistas de DRY y del MCRC se negaron, en ambos casos por asunto del carácter de clase de la proclamación, y en el del MCRC por las connotaciones izquierdistas que veían en la II República, lo mismo que estos ciudadanos de Ocupa el Congreso, que huyen de las definiciones de clase y de un pronunciamiento explícitamente republicano.
Llamativamente, lo que a la UCR no le sirvió en Marzo le sirve ahora –busca justificarse entrando por la puerta de atrás, el documento de ¡En Pie! (http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/opinion-actualidad/politica/4999-iel-25-de-septiembre-rodeamos-el-congreso-iel-25-de-septiembre-el-pueblo-sera-soberano)-, para asumir el apoyo a una acción en cuyo Manifiesto (el de Ocupa el Congreso, no el de ¡En Pie!) no aparece ni alusión al carácter de clase de la misma ni a la lucha por una forma republicana de Estado. Los oportunistas de toda clase y condición se sienten presionados por el temor a no quedarse fuera aunque lo que estén contribuyendo a echar a rodar sea un proceso de orientación claramente antidemocrática. Aplican el principio de si no puedes con tu enemigo, únete a él en lugar de combatirlo. La desvergüenza de los dirigentes de grupos como la UCR les lleva a buscar formas de justificarse a través de un documento que no es el que da base a Ocupa el Congreso, ni representa su sentir, ni su composición mayoritaria y que en una nota final aclara que “Este es un documento base abierto al debate popular a fin de lograr un amplio consenso con otras fuerzas y organizaciones sociales, y con todas las luchas similares que confluyan para crear un mundo mejor para la mayoría.” Pero el Manifiesto de Ocupa el Congreso sí es un documento aprobado y es el que va a misa (con perdón).
La reunión de trabajo de Ocupa el Congreso del domingo 5 de Agosto en el antiguo edificio de la Tabacalera, en Madrid, estaba hasta los topes de miembros de DRY, el 15M y el grupo de Constituyentes, lo que garantiza la presencia del MCRC en la misma y en el movimiento. Lo que diga después de dicha reunión la UCR es indiferente porque, incluso no apoyando oficialmente a Ocupa el Congreso, lo está haciendo de manera solapada al reproducir los textos de la convocatoria del 25-S.
El jueves 9 de Agosto UCR ha publicado otro artículo relativo a Ocupa el Congreso, ahora buscando la coartada de diferencias col contenido de dicho Manifiesto, tras la reunión en la Tabacalera, para salir del jardín en el que se metió al reproducirlo en su portal. (http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/nosotros/documentos-ucr/5044-ucr-la-iniciativa-ocupa-el-congreso-y-los-acontecimientos-por-venir) Una actitud más valiente y honesta de rechazo les hubiera ayudado a salir más airosos del embrollo en el que ellos solos se metieron.
No está de más recordar que el “evento” del 25-S se ha llamado de dos formas: “Rodea y Toma el Congreso” y ahora “Ocupa el Congreso”, el cuál se ha impuesto definitivamente, más que nada para suavizar las intenciones originales y las connotaciones golpistas que, en el contexto del Congreso, pesan más que el término “Toma”, por mucha connotación 15Mayista que tenga para los más jóvenes e ignorantes de la historia del 23-F de 1981. Ocupa siempre puede llevarlo más hacia el rollito alternativo y squatter (otra forma de hablar del movimiento Okupa). Pero sugiero que para quien tenga dudas sobre la naturaleza e intenciones de este Ocupa el Congreso se lea los hilos abiertos en la página oficial de esta convocatoria, señalada al inicio del artículo.
Y ahora analicemos el asunto de Ocupar el Congreso y lograr la “disolución de las Cortes y la convocatoria inmediata de elecciones generales”, que es la cuestión esencial de todo esto. Y para ello, nada como hacer un poco de historia, sobre todo para los que la ignoran. Estoy convencido, no obstante de que muchos de quienes lean este artículo seguirán haciéndolo voluntaria e intencionadamente con el fin de tirar hacia donde sus instintos –no precisamente los más elevados- les llevan.
a) Revolución Francesa de 1789: el Tercer Estado (lo que algunos denominan el pueblo) repudia a los Estados Generales (equivalente, con todas las salvedades, a la idea de un Parlamento, aunque su reunión era más que discontinua: antes de la Revolución se habían reunido por última vez en 1614,) y se constituye en Asamblea Nacional, dado que los Estados Generales estaban organizados de modo que entre Nobleza y Clero fueran siempre mayoría sobre el Tercer Estado, a pesar de que éste era numéricamente, y de forma aplastantemente abrumadora, mayoritario en la composición de los Estamentos (estratos sociales) franceses. La revolución se hará en la calle pero sin crear vacío de poder pues una parte de los propios representantes institucionales crean un nuevo carácter constituyente.
b) II República española: concejales electos en las municipales del 12 de Abril de 1931 son la base de la nueva legalidad republicana que con los diputados republicanos en las Cortes de la Monarquía de Alfonso XII, proclaman República y la abolición del régimen anterior. No hay vacío de poder.
Se me dirá por parte de algunas personas de la izquierda revolucionaria que en la Rusia de 1917 sí hubo vacío de poder y no existió una transición de legalidad de la Duma zarista hasta el soviet supremo, pasando por la más que breve vigencia de la Asamblea Constituyente de Todas las Rusias (13 horas). Y le responderé que eso es sólo parcialmente cierto. Primero porque en la Tercera y en la Cuarta Dumas Imperiales del zar Nicolás II ya había diputados bolcheviques, elementos centrales en el estímulo a la organización posterior de los Soviets de Diputados y Obreros Rusos. La nueva legitimidad nacida del Soviet de Petrogrado no nacía de un salto en el vacío.
Ahora bien, el pueblo y, dentro de él, la clase trabajadora tiene toda la legitimidad para poner y quitar gobiernos. Las revoluciones sociales nacen de la legitimidad moral de que hay derecho a rebelarse. Pero, en el contexto de esta crisis capitalista, ¿contra quién va este Ocupa el Congreso? Parece que contra todos los políticos de todo el arco parlamentario, por mucho que jueguen algunas de las facciones más derechistas de IU al Proceso Constituyente/Destituyente (http://www.rebelion.org/docs/153862.pdf). En ningún lado del Manifiesto de Ocupa el Congreso se percibe que este movimiento particularice en alguna fuerza política sus alianzas. Al contrario, les señala también a ellos como culpables (por interposición del PCE): “la actual Constitución, redactada por una camarilla a espaldas del pueblo, y que consagró la dominación de losherederos del franquismo y quienes pactaron con ellos” (¿quién si no el PCE pactó con ellos, además del PSOE? ¿Creen que IU se salvará porque le consideren distinto? En la “Asamblea Constituyente” encargada de “redactar una nueva Constitución” se contará “con la participación de todas las fuerzas políticas del país” Aviso a navegantes: como ya no será en base a los diputados que fueron electos estarán, además del PP y el PSOE, el MCRC (partidario de un Estado unitario), las distintas Falanges, el populista UPyD, el reaccionario Partido Pirata, el anticatalán Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, los distintos montajes 2.0, creados en torno al mundo indignado (Democracia Participativa y su conglomerado que ya se ha ido presentando a las elecciones municipales en algunos Ayuntamientos, los Clubs Liberales y la Red Democrática (estos dos últimos como parte del montaje de las Plataformas Siglo XXI, auténticos antecedentes de DRY y el 15M). Es cierto que, con el mismo derecho podrán reclamar su presencia las organizaciones extraparlamentarias de izquierda pero, visto el modo en que la mayor parte de ellas han comprado el discurso reaccionario del ciudadanismo, el interclasismo y la inclusividad, irán ya con los pantalones bajados y en posición decúbito prono.
Al fin y al cabo, es esta la posición que adopta la corriente de Enrique de Santiago en el documento al que he puesto el último enlace, titulado “Jornadas de Izquierda Unida sobre un nuevo proceso constituyente para un nuevo proyecto de país” y en el que después de una combinación de retórica de apariencia revolucionaria, cruzada de postmodernismo lingüístico, llega al punto de lo que realmente importa: “¿Con quiénes constituir el proceso Constituyente? Las alianzas”. Señala, entre otros varios, estos dos como “imprescindibles”, “con quienes vienen impulsando “Constituyentes.org”, formulación y reivindicación desde los movimientos sociales del Nuevo Proceso Constituyente”. Para que quede claro, los derechistas del MCRC, los falangistas de DRY y también el 15-M. Y supongo que el Frente Cívico de Anguita, que ha proclamado que “hay que superar la división entre izquierdas y derechas” hará de puente.
Y...no olviden los otros colectivos imprescindibles en las alianzas para el Proceso Constituyente: "Imprescindible sumar al proceso a determinados cuerpos de la administración del estado, como las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad el estado, o al menos anular su capacidad de intervención para abortar el proceso”. Ahora entiendo lo de la Plataforma Policías Indignados (http://www.democraciarealya.org/wp-content/uploads/2012/07/Manifiesto-de-la-Plataforma-POLICIES-INDIGNATS.pdf), a la que da cobertura Democracia Real Ya y con la que esta Plataforma se vincula, hasta el punto de que su primer punto reivindicativo, en medio de loa crisis capitalista es, cómo no. “eliminación de los privilegios de la clase política”, a la que también llaman, como buenos fascistas que son, “casta”. No se pierdan el resto de su manifiesto porque destila basura DRY por todos los poros. Y, como son Mossos d´Esquadra me pregunto si están “indignats” con su papel en la detención de sindicalistas y de Jóvenes Comunistas durante la anterior Huelga General.
Si fuera tan tonto como algunos quisieran, y tuviera un corazón ingenuo y benevolente, pensaría que detrás de todo este tinglado de Ocupa el Congreso y de sus alianzas, tácitas o expresas, está la intención de un mero reparto de cartas de la baraja política con el fin de sustituir los partidos de un régimen por los de otro. Pero parece que no porque no hay alusión a sustituir Monarquía por República –mucho menos capitalismo por socialismo- sino un mero pim pam pum de distracción y tiro al muñeco político sin distinción para salvar lo esencial, el capitalismo. Eso sí, al estilo de una revolución, la islandesa. Islandia, al contrario de lo que se nos cuenta, inyectó dinero público a sus bancos por una cantidad equivalente al 23.8% de su PIB, ningún banquero estuvo en la cárcel más que de visita y el exPresidente de la República, al que se culpaba de la ruina del país, fue declarado no culpable. En sus decisiones económico-sociales el gobierno “progresista” de Islandia no se ha movido un centímetro del capitalismo y la famosa “democracia participativa” de la que tanto hablaban los indignados hasta hace unos meses ha sido un fracaso rotundo 2.0 en la presentación de propuestas para la elaboración de la nueva Constitución. Otra revolución de colores fracasada, como las árabes, porque para eso habían sido diseñadas. De Enero de 2008 a Mayo del 2012 el salario real de los trabajadores islandeses ha caído un 7,2%. Estos, los islandeses, también fueron a la caza de los políticos pero han dejado en paz a los capitalistas, justo lo que se pretende aquí. Con hablar de banqueros ya cumplen.
Pero cuando en el minuto 4: 07 del programa de radio Transición 2.0, titulado significativamente “España golpe a golpe” de Polinomia C/B (Colectivo Burbuja) Radio se propala por parte de su colaborador José Crespo (colaborador del MCRC y colaborador en programas sobre exoterismo, tema que tanto les gusta a los conspiranoicos y a los nazis) la intoxicación sobre la preparación de un golpe de Estado (http://www.ivoox.com/polinomia-transicion-2-0-25-07-2012-espana-golpe-a-audios-mp3_rf_1350204_1.html) y este programa se presenta a partir del texto “Se acabó. El gobierno tiene los días contados. Las movilizaciones sociales van a ir ampliando su intensidad ... y el régimen va a intensificar sus esfuerzos por no caer. Las presiones exteriores para desalojar del poder a un gobierno incapaz y la presión interior pueden provocar lo imprevisible. Se trata ahora de organizar, informar y conducir hacia una salida pacífica y favorable a la población. Con Pepe Crespo y Carlos Angulo” (MCRC), y se habla de la caída del “régimen montado desde hace 35 años” (1977) creo que la operación Ocupa el Congreso, difundida desde el colectivo Burbuja (http://www.burbuja.info/inmobiliaria/movilizaciones-sociales/329416-25-septiembre-2012-convocatoria-asamblea-nacional-constituyente.html ) no es de importancia menor. Que los mismos que hablan de golpe de Estado (MCRC) y de caída del Régimen de la Constitución de 1978 hablen de “Libertad Constituyente” y de “Proceso Constituyente” es cínico, manipulador y creador de un clima de enrarecimiento social, al que algunos están dispuestos a prestarse porque, como éste no es un régimen democrático, seguramente el surgido de un golpe de Estado pueda parecérselo más.
Y digo que no es menor porque se produce en el entorno de movilizaciones de policías y mossos d´Esquadra, los mismos que no han dudado en reprimir movilizaciones obreras, como la del 11 de Julio en Madrid, en el segundo día de la llegada de los mineros a la capital. Porque coincide con las declaraciones de una asociación de militares como AUME en la que se emplean expresiones golpistas del tipo“Arremeter contra el funcionariado, contra los militares, de esta forma unilateral desde una clase política que día tras día nos ilumina con bajezas, desaires y falta de ideas para afrontar esta situación, no nos merece gran respeto –salvo el obligado por nuestra “función-.”. “Desde AUME no vamos a quedarnos con los brazos cruzados mientras se nos hace pagar por algo que no hemos hecho y se nos trata como a unos “cabezas de turcos”, “Las Fuerzas Armadas y sus componentes no son insensibles ni pueden permanecer pasivos ante cualquier medida... simplemente por el hecho de ser el colectivo que menos herramientas tiene para defenderse de semejantes injerencias en su ámbito de dignidad”
(http://www.aume.org/modules.php?name=News&file=article&sid=1991) que recuerdan al lenguaje chulesco y amenazador de los pronunciamientos y manifiestos militares de la transición o, más remotamente, del Manifiesto de Las Palmas: http://www.generalisimofranco.com/discurso11.htm
Me llama aún más la atención ver páginas neonazis, como la de Nuevo Orden, apoyando y difundiendo la iniciativa Ocupa el Congreso- http://www.nuevoorden.es/2012/25-s-ocupa-el-congreso/ y http://www.nuevoorden.es/2012/movimientos-sociales-de-toda-espana-pretenden-ocupar-el-congreso-el-25-de-septiembre/
Que la página de liberales y globalistas de Acción por la Justicia (AxJ) - https://www.axj.com/- , con conexiones con la CIA, y con el excandidato de los Zeitgeist y del Tea Party a la Presidencia USA, Ron Paul, promocione el evento -500.000 Spaniards Occupy Congress- y que al pinchar en la expresión inglesa , me salga la página de facebook de Ocupa el Congreso (https://www.facebook.com/events/355184007883632/), me llama aún más la atención.
Que el diario “El Aguijón”, en el que colabora la derecha pura y dura y los liberales (Bernardo Rabassa, Lorenzo Abadía Escario,...-los sectores que apoyaron a DRY y a los indignados incluso antes de su aparición pública-, apoyen y difundan los sitios desde los que hace propaganda Ocupa el Congreso (http://www.diarioelaguijon.com/noticia/3895/En-Portada/Se-prepara-un-asedio-al-Congreso-de-los-Diputados-el-25-de-septiembre-hasta-que-Rajoy-dimita.html) continúa llamándome poderosamente la atención.
Que toda la crítica contra quienes estamos contra las revoluciones de colores, DRY, el 15M y su reedición ultraderechista Ocupa el Congreso se centre en una figura políticamente muy poco conocida y relevante del PSOE- Jaume d´Úrgell, con una página en facebook que cuenta con muy pocos seguidores y que ha hecho poco esfuerzo argumental por demostrar qué hay detrás de esta convocatoria, me resulta aún más sospechoso. Demuestra que tienen miedo a enfrentarse con quienes aportamos datos y sobre todo no somos, ni hemos sido, ni seremos nunca del PSOE sino de una izquierda insobornable y revolucionaria que no es este partido y que tampoco es IU, a la vista de los hechos.
Aquí no cabe hablar de dudas, puntos de vista diferentes, movimientos de conformación plural, ciudadanos por una auténtica o real democracia ni gaitas.
Estamos ante una operación orquestada por amplios sectores de la reacción derechista de este país que, de nuevo anticipan y mueven ficha, con algunos sectores de supuestas izquierdas que en realidad sólo son oportunistas sin decencia, majaderos o ambas cosas.
Cuando el objetivo principal es la desautorización de todo el arco parlamentario actual, sin excepción, cuando se va contra los políticos en genérico y se escamotea el ataque a la oligarquía capitalista y al complejo empresarial del Ibex 35 que no nos hablen de izquierdas, anticapitalistas, republicanismos y zarandajas. Estamos ante una acción antidemocrática y golpista organizada, planificada y dirigida desde la extrema derecha –en román paladino y para entendernos, por el fascismo- que vuelve sobre los orígenes de la indignación, una vez que sus inventos, DRY y el 15-M, se han venido abajo y las pseudoizquierdas que tuvieron alguna posibilidad en algún momento de disputarles la hegemonía dentro del engendro se han hundido en un discurso indignado civilista, ciudadanista, interclasista, carente de identidad de clase y de proyecto revolucionario.
Si en Mayo de 2011 se trataba de ir contra el PP y el PSOE, una vez que el bipartidismo da síntomas de agotamiento, ahora se va contra el resto del Parlamento, con el único objetivo de lanzar la rabia social contra toda fuerza política que pueda llegar a ser alternativa, evidentemente también desde las izquierdas, que colaboran en su enterramiento, y con el objetivo de deslegitimar no esta “democracia”, con todos sus defectos, insuficiencias y falsedades sino cualquier tipo de democracia, siempre imperfecta, porque lo de Democracia Real es tan totalitario como imaginar la perfección en algún tipo de sociedad.
Que van contra las izquierdas es algo que han comprendido tanto Juan Torres (http://juantorreslopez.com/impertinencias/no-apoyo-la-convocatoria-del-25-de-septiembre-para-ocupar-el-congreso/) como Alberto Garzón, mucho más cauteloso, https://www.facebook.com/alberto.g.espinosa/posts/10150990446083757
Es sabido que mantengo hacia ambos, como hacia el señor Navarro, una actitud más que crítica por sus postulados políticos reformistas y su keynesianismo que lleva a un callejón sin salida en la lucha de la clase trabajadora.
Pero me llama la atención que ambos hayan captado una parte de la amenaza que hay tras este movimiento –sólo la que va contra la organización a la que ambos están en una u otra medida vinculados, IU- y no saquen las conclusiones pertinentes. La amenaza contra el mismo concepto de democracia al ir contra todos los partidos del arco parlamentario y el hecho de que el espíritu subyacente en este movimiento es el mismo del 15M, al que tanto han apoyado ambos. De nuevo el oportunismo, combinado con una actitud cobarde, calculadora y temerosa de las consecuencias para su “popularidad” les lleva a autolimitarse en sus conclusiones, a lo que convendría añadir una nula capacidad de autocrítica respecto al apoyo de la teledirigida “indignación” que ambos apoyaron. Éste es el drama de la mayor parte de las izquierdas: su cobardía y su pusilanimidad para enfrentarse sin contemplaciones a lo que saben que en el fondo ha de devorarlas.
Muy posiblemente quienes se ocultan detrás de la masa informe e inorgánica de las “personas comunes” que apoyan este Manifiesto contemplen no un solo escenario sino varios. Sin duda, se busca abrir una dinámica de acción-reacción –la expresión primero de “Toma el Congreso” y luego de “Ocupa el Congreso” lo sugiere, por mucho que se nos hable de “acampar indefinidamente ante el Congreso” (en el exterior)-, sea en forma de un golpe de fuerza militar (amotinamiento, pronunciamiento,...), sea en forma de una nueva vuelta de tuerca en el recorte de las libertades y de la represión contra las protestas de los trabajadores que, obviamente a medio-largo plazo, le preocupan al gobierno mucho más que cualquier acción “ciudadana” al margen de las organizaciones.
Pero también es más que seguro que se busca el desgaste total de todas las fuerzas políticas importantes del país y, a medio plazo y ante el desgaste del Ejecutivo, que podría no acabar su período de gobierno, o incluso ante la formación de un gobierno de tecnócratas, abrir paso a la formación y fortalecimiento de un partido fascista, presentado como antisistema, al estilo de Amanecer Dorado en Grecia.
Ya no sirve decir eso de si no nos sumamos a ello e intentamos encauzarlo en una dirección correcta será aún peor y entonces sí que se llenará de populistas y fascistas. Lo hizo hace algo más de un año y lo hace ahora. A una pitón no se la puede amaestrar, sobre todo si tiene hambre. Acérquese a ella y lo comprobará.
La didáctica de las izquierdas pasa por formar ideológicamente a los militantes, lo que hace más de 40 años que no hacen, por combatir al populismo y al fascismo en todas sus formas y por ser didácticos y enseñar a las personas bienintencionadas pero políticamente ignorantes de lo que hay detrás de ciertas convocatorias y movimientos. Eso o ser devorados por la bestia a la que oportunista y demagógicamente adulan, como sucedió en la República de Weimar: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2012/07/no-weimar-ii.html
3.-En resumen, y para que se me entienda lo esencial de lo que he estado hablando:
El Parlamento (órgano Legislativo) es la representación de la soberanía popular. Es nítidamente diferenciable del Gobierno (Ejecutivo).
Una marcha hacia el Congreso bajo el lema “Ocupa el Congreso” es un tejerazo (23-F), organizado al estilo de la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini.
Si estos fascistas de la Marcha al Congreso quisieran, de verdad, la caída del Gobierno, no acudirían al lugar en el que están presentes tanto Gobierno como todas las fuerzas de oposición, incluidas las izquierdas. IRÍAN AL PALACIO DE LA MONCLOA, SEDE DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO.
Lo que buscan es la deslegitimación del sistema de representación PLURALISTA de la voluntad popular para imponernos su particular golpe de Estado, bien en versión Führer, bien en versión Duce.
El color del que se disfrace una parte de su comparsa es indiferente, los añadidos de desclasados e ignorantes políticos y el oportunismo de las falsas izquierdas que les acompañen son secundarios. Sólo son atrezzo necesario para vestir de popular el intento de golpe fascista. ¡NO PASARÁN!
NOTA FINAL:
Los comunistas sabemos bien que ésta es una democracia burguesa, en retroceso incluso en sus ya limitadas libertades políticas, pero el carácter fascista de esta convocatoria debe llevarnos a boicotearla porque en caso de triunfar seríamos los comunistas y la propia clase trabajadora su primer enemigo a batir, y no precisamente por vías políticas y/o democráticas.
El carácter reaccionario de esta Convocatoria es algo que han comprendido no sólo la Agrupación de Profesionales y Técnicos del PCM (PCE)- http://profesionalespcm.org/_php/MuestraArticulo2.php?id=17425, que es una organización reformista, sino otras de muy diversa posición política como el PCPE- http://pcpemadrid.wordpress.com/2012/08/06/hoy-la-lucha-es-por-transformaciones-sociales-profundas-por-el-contraataque-por-derrotar-al-gobierno-y-por-el-socialismo/-, el sindicato de Construcción y Madera de la CNT (http://pacosalud.blogspot.com.es/2012/08/boicot-activo-okupa-el-congreso-el-25.html), una página de facebook dedicada a Julio Anguita con miles de seguidores (http://www.facebook.com/pages/Julio-Anguita/162913417108035) o el Grupo de Trabajo de Economía de Acampada Sol (https://n-1.cc/mod/threaded_forums/topicposts.php?topic=1412013&group_guid=554572) del 15M, movimiento frente al que me he posicionado radicalmente desde hace más de un año. El listado de organizaciones que se desmarcan de esta convocatoria crece día a día
Pero si alguno de ustedes necesita ustedes más certezas para no apoyar a Ocupa el Congreso quizá se la suministre la página identitaria, corriente posterior y en debate con el tercerposicionismo de nazis y fascistas, Tribuna de Europa: http://www.tribunadeeuropa.com/?p=13043
6 de agosto de 2012
1 de agosto de 2012
LA LUCHA DE CLASES, EN PLENA VIGENCIA
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
En un tiempo en el que las izquierdas han comprado el repugnante concepto de “revolución ciudadana”, como medio de enmascarar la realidad de la división social en clases contrapuestas en sus intereses y “la lucha de clases como motor de la Historia”, que dirá Marx, es refrescante un texto-recensión que afirma la plena vigencia de esta última.
Domenico Losurdo es un intelectual marxista italiano con mucho más mordiente y brío en sus análisis sobre la realidad social, económica y política y en sus propuestas que todos los Zizej y Negri, profetas de un “marxismo” desnaturalizado y desarraigado de su encaje en la clase trabajadora y en su realidad.
Tan sólo una salvedad al texto que les presento: Losurdo parece aún anclado en la vieja teoría del campismo tan cercana, por otra parte, a la versión USA de la escuela del “realismo político”. No es demasiado extraño en quien trata de rescatar la figura política de Josif Stalin, para el que los intereses de Estado, en su práctica política, estuvieron por encima de los de la lucha de clases.
Que la lucha de clases se exprese también a nivel internacional no significa que en las relaciones entre Estados se expresen también las lógicas confrontacionales de burguesía y proletariado, entre otras cosas porque los Estados, aún los que se han reclamado a lo largo de la Historia como defensores de los intereses de los trabajadores, han generado dinámicas propias y ciertas actuaciones que sólo se entienden en clave de sí mismos; esto es, de intereses que empiezan y acaban en el propio Estado y los de sus dirigentes.Ello sin menoscabo de que deba denunciarse y combatirse cada agresión que el imperialismo realiza en el mundo.
No obstante, ello no borra la valiente defensa que hace Losurdo de la vigencia de la lucha de clases en la actualidad, si cabe aún más exacerbada que en el último medio siglo.
Sin más, les dejo con este interesante texto.
LA LUCHA DE CLASES, EN PLENA VIGENCIA
Enric Llopis. LibreRed
Para el filósofo italiano Domenico Losurdo, la categoría “lucha de clases” conserva hoy todo su vigor en el mundo, por mucho que el neoliberalismo y las filosofías asociadas –sobre todo, el relativismo postmoderno- hayan pretendido arrumbarla. A reflexionar sobre “Ideología y lucha de clases en el siglo XXI” ha dedicado Losurdo la sesión inaugural de la Universidad de Verano de Socialismo 21 y El Viejo Topo, que en su primera edición lleva por título “Poder, ideología y medios de comunicación”.
Losurdo ha recordado cómo, con ojos de hoy, “podemos sonreír” al leer los argumentos con los que filósofos como Dahrendorf o Habermas refutaban la idea marxista de lucha de clases. Así, Jürgen Habermas señalaba que conservadores y laboristas (o liberales y socialdemócratas) coincidían en su momento en la defensa del estado social. No había contradicción ideológica ni, por tanto, lucha de clases. “Con todos mis respetos, este argumento es una tontería”, responde Losurdo. Y se pregunta: “¿Cómo nace en Europa occidental (en Estados Unidos nunca existió) el estado social? Sin duda, es un producto de la lucha de clases; en ningún caso una concesión graciosa de las clases dominantes”.
“¡Cómo han envejecido estos discursos sobre el final de la lucha de clases!”, ha exclamado el filósofo italiano, quien recuerda además cómo Habermas reconocía años después en un artículo que el capitalismo, al dejar de tener competidor, ya no se preocupa por ocultar su rostro real. El filósofo alemán, así pues, se desmentía. Las reflexiones de Friedrich Von Hayek –uno de los grandes patrones del neoliberalismo y guía económico de la administración Reagan- también reconocen implícitamente la existencia de la lucha de clases.
Y esto es así al vincular los derechos económicos y sociales incluidos en la Carta de los Derechos Humanos de 1948 (trabajo, instrucción y salud, entre otros) a la revolución soviética. Es decir, según Hayek no se trata de derechos cuya existencia deba reconocerse, sino una creación de la revolución de 1917. “Implícitamente Hayek nos está diciendo que la lucha de clases desarrollada en Rusia permitió la conquista de estos derechos socioeconómicos”, explica Domenico Losurdo. Además, “cuando nos dice que estos derechos han de erradicarse, no es por falta de recursos para garantizarlos, sino simplemente porque piensa que no existen. Y es esto precisamente lo que está pasando hoy: asistimos al fin del estado social”.
Profesor de Filosofía de la Historia en la Universidad de Urbina, Losurdo ha escrito dos obras fundamentales: “Contrahistoria del Liberalismo” (“El Viejo Topo, 2007) y “Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra” (El Viejo Topo, 2011). Su principal ámbito de investigación es la filosofía política clásica alemana (de Kant a Marx). También ha estudiado con hondura a Nietzsche y las ideas de Heidegger en relación con la guerra.
Síntomas de la vigencia de la lucha de clases en el siglo XXI. Losurdo subraya que ha retornado la figura del “working poor” (trabajador pobre), habitual en el siglo XVIII y principios del XIX. Se trata de personas que, a pesar de contar con un puesto de trabajo, no disponen de recursos suficientes para vivir. A ellos hay que agregar los parados y los excluidos. Pero también en el ámbito de la política puede advertirse la lucha de clases. “Por ejemplo, en la competencia electoral”, apunta el filósofo italiano. “El peso de la riqueza es tal hoy en día, que asistimos a situaciones similares a las del siglo XIX, donde existía la discriminación censitaria, es decir, sólo se tenían derechos políticos si se alcanzaba un nivel de renta determinado”. Además, hace una década Losurdo ya hablaba de un “monopartidismo competitivo”, con formaciones políticas que representaban a la misma burguesía y exhibían la misma ideología neoliberal.
Pero Domenico Losurdo insiste en que constituye un serio error reducir la lucha de clases (y otras categorías tradicionales del marxismo, como el imperialismo y el colonialismo) a los problemas de la Europa occidental. “Hay que entender la lucha de clases a nivel mundial”, sentencia. Por ejemplo, en Palestina, “donde continúa el colonialismo en su formulación más clásica, es decir, la colonización de un territorio y sus habitantes; se da en Palestina un proceso parecido al que Marx subrayaba en Irlanda: la expropiación de tierras por parte de los colonos ingleses (en el caso palestino, de los israelíes); además, igual que en Irlanda, la cuestión social se presenta en Palestina como una lucha de liberación nacional”.
Losurdo recurre habitualmente a los paralelismos históricos, aunque con las salvedades y los matices que imponen los saltos en el tiempo. Por ejemplo, al abordar la lucha de clases en América Latina se retrotrae a la Doctrina Monroe y a los designios del presidente norteamericano, Theodore Roosevelt, que en 1904 ya planteó que Estados Unidos debía ejercer de policía internacional en América Latina. “El objetivo, hoy, es también quitarse de encima la bota norteamericana”, subraya el profesor de Filosofía de la Historia. Y para ello resulta capital la independencia económica. El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, lanzó en 2006 la proclama “industrialización o muerte”, igual que Mao advirtió poco antes del triunfo de la revolución en 1949 de los riesgos de que China se convirtiera en una colonia de Estados Unidos. El Che Guevara y Fidel Castro en los 60 alertaron asimismo de la necesidad de liberarse de la opresión económica del imperialismo, y Frantz Fanon, en Argelia, subrayaba que tras el triunfo de la revolución anticolonial se imponía el desarrollo económico.
Trasladado al siglo XXI, “los países que se han quedado atrasados en el desarrollo económico, tecnológico y militar corren el riesgo de una agresión directa por parte del imperialismo; este desarrollo es el precio de su independencia”, explica Domenico Losurdo. También es esto lucha de clases. “Ya ha ocurrido en Libia, y ahora puede pasar en Irán y Siria”, añade. Sin embargo, “para destruir un país no hace falta agredirlo militarmente, pues el imperialismo cuenta con otra arma decisiva, el embargo económico; Cuba lleva padeciéndolo más de 50 años; en Irak, antes de la guerra de 2003, el embargo produjo centenares de miles de muertos: eso si que resultó un arma de destrucción masiva; si las agresiones mediante el embargo han perdido fuerza en algunos casos, como en Cuba, es por la presencia de China, que garantiza determinados intercambios comerciales”.
En resumen, a juicio de Domenico Losurdo, la lucha de clases tiene lugar hoy en tres frentes, “y hay que entenderlos de manera unitaria”. En primer lugar, los movimientos de masas que en occidente (Estados Unidos, Grecia o España) protestan en el contexto de un capitalismo en crisis; Además, las naciones, como Palestina, que sufren una dominación –el colonialismo clásico- política y económica; por último, los países (por ejemplo, los latinoamericanos) que cuentan con independencia política pero han de conquistar la económica.
A la actual Europa en crisis, fracturada por luchas desgarradoras entre el centro y la periferia, ¿Cuál es la principal crítica que cabría formularle? Según Domenico Losurdo, “la subordinación a los intereses de Estados Unidos y la participación en todas las aventuras imperiales promovidas por los norteamericanos; si pretendemos luchar contra el imperialismo, Europa ha de plantear su autonomía y, en consecuencia, no participar en el embargo a Cuba, Irán, ni colaborar con Estados Unidos en su objetivo de impedir que China acceda a la tecnología”.
En medio de una crisis global a la que no se advierte salida y con una izquierda mortecina, el recurso a los clásicos permite alumbrar el camino. Para calibrar las perspectivas de cambio, Losurdo recurre a las categorías de Marx “clase en sí” (clase que aún no ha tomado conciencia de su situación) y “clase para sí” (con plena conciencia de clase). “El camino que nos queda por recorrer para pasar del primer estadio al segundo es muy largo”, explica el filósofo. ¿Por qué? “La izquierda en occidente viene de sufrir una derrota histórica, la destrucción del campo socialista y lo que ello implicó; por eso ahora cuesta tanto responder a la ofensiva ideológica del neoliberalismo”, responde.
Pero una cosa es importante: “No confundir la autocrítica con el autoodio para avanzar; con todas las críticas que puedan formularse a la revolución de octubre, antes de 1917 las potencias occidentales eran las dueñas del planeta. La revolución rusa rompió este escenario y favoreció los procesos de independencia colonial; además, entre febrero y octubre de 1917, Rusia fue el primer gran país donde las mujeres lograron la emancipación política; y otra cuestión, ¿puede entenderse la generalización del sufragio universal sin la contribución del movimiento comunista? Pienso que no. En Inglaterra (cuna del parlamentarismo), antes de la revolución de octubre la fracción más pobre del proletariado no tenía derecho al voto”. “Son cosas que no deben olvidarse”, concluye Domenico Losurdo.
En un tiempo en el que las izquierdas han comprado el repugnante concepto de “revolución ciudadana”, como medio de enmascarar la realidad de la división social en clases contrapuestas en sus intereses y “la lucha de clases como motor de la Historia”, que dirá Marx, es refrescante un texto-recensión que afirma la plena vigencia de esta última.
Domenico Losurdo es un intelectual marxista italiano con mucho más mordiente y brío en sus análisis sobre la realidad social, económica y política y en sus propuestas que todos los Zizej y Negri, profetas de un “marxismo” desnaturalizado y desarraigado de su encaje en la clase trabajadora y en su realidad.
Tan sólo una salvedad al texto que les presento: Losurdo parece aún anclado en la vieja teoría del campismo tan cercana, por otra parte, a la versión USA de la escuela del “realismo político”. No es demasiado extraño en quien trata de rescatar la figura política de Josif Stalin, para el que los intereses de Estado, en su práctica política, estuvieron por encima de los de la lucha de clases.
Que la lucha de clases se exprese también a nivel internacional no significa que en las relaciones entre Estados se expresen también las lógicas confrontacionales de burguesía y proletariado, entre otras cosas porque los Estados, aún los que se han reclamado a lo largo de la Historia como defensores de los intereses de los trabajadores, han generado dinámicas propias y ciertas actuaciones que sólo se entienden en clave de sí mismos; esto es, de intereses que empiezan y acaban en el propio Estado y los de sus dirigentes.Ello sin menoscabo de que deba denunciarse y combatirse cada agresión que el imperialismo realiza en el mundo.
No obstante, ello no borra la valiente defensa que hace Losurdo de la vigencia de la lucha de clases en la actualidad, si cabe aún más exacerbada que en el último medio siglo.
Sin más, les dejo con este interesante texto.
LA LUCHA DE CLASES, EN PLENA VIGENCIA
Enric Llopis. LibreRed
Para el filósofo italiano Domenico Losurdo, la categoría “lucha de clases” conserva hoy todo su vigor en el mundo, por mucho que el neoliberalismo y las filosofías asociadas –sobre todo, el relativismo postmoderno- hayan pretendido arrumbarla. A reflexionar sobre “Ideología y lucha de clases en el siglo XXI” ha dedicado Losurdo la sesión inaugural de la Universidad de Verano de Socialismo 21 y El Viejo Topo, que en su primera edición lleva por título “Poder, ideología y medios de comunicación”.
Losurdo ha recordado cómo, con ojos de hoy, “podemos sonreír” al leer los argumentos con los que filósofos como Dahrendorf o Habermas refutaban la idea marxista de lucha de clases. Así, Jürgen Habermas señalaba que conservadores y laboristas (o liberales y socialdemócratas) coincidían en su momento en la defensa del estado social. No había contradicción ideológica ni, por tanto, lucha de clases. “Con todos mis respetos, este argumento es una tontería”, responde Losurdo. Y se pregunta: “¿Cómo nace en Europa occidental (en Estados Unidos nunca existió) el estado social? Sin duda, es un producto de la lucha de clases; en ningún caso una concesión graciosa de las clases dominantes”.
“¡Cómo han envejecido estos discursos sobre el final de la lucha de clases!”, ha exclamado el filósofo italiano, quien recuerda además cómo Habermas reconocía años después en un artículo que el capitalismo, al dejar de tener competidor, ya no se preocupa por ocultar su rostro real. El filósofo alemán, así pues, se desmentía. Las reflexiones de Friedrich Von Hayek –uno de los grandes patrones del neoliberalismo y guía económico de la administración Reagan- también reconocen implícitamente la existencia de la lucha de clases.
Y esto es así al vincular los derechos económicos y sociales incluidos en la Carta de los Derechos Humanos de 1948 (trabajo, instrucción y salud, entre otros) a la revolución soviética. Es decir, según Hayek no se trata de derechos cuya existencia deba reconocerse, sino una creación de la revolución de 1917. “Implícitamente Hayek nos está diciendo que la lucha de clases desarrollada en Rusia permitió la conquista de estos derechos socioeconómicos”, explica Domenico Losurdo. Además, “cuando nos dice que estos derechos han de erradicarse, no es por falta de recursos para garantizarlos, sino simplemente porque piensa que no existen. Y es esto precisamente lo que está pasando hoy: asistimos al fin del estado social”.
Profesor de Filosofía de la Historia en la Universidad de Urbina, Losurdo ha escrito dos obras fundamentales: “Contrahistoria del Liberalismo” (“El Viejo Topo, 2007) y “Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra” (El Viejo Topo, 2011). Su principal ámbito de investigación es la filosofía política clásica alemana (de Kant a Marx). También ha estudiado con hondura a Nietzsche y las ideas de Heidegger en relación con la guerra.
Síntomas de la vigencia de la lucha de clases en el siglo XXI. Losurdo subraya que ha retornado la figura del “working poor” (trabajador pobre), habitual en el siglo XVIII y principios del XIX. Se trata de personas que, a pesar de contar con un puesto de trabajo, no disponen de recursos suficientes para vivir. A ellos hay que agregar los parados y los excluidos. Pero también en el ámbito de la política puede advertirse la lucha de clases. “Por ejemplo, en la competencia electoral”, apunta el filósofo italiano. “El peso de la riqueza es tal hoy en día, que asistimos a situaciones similares a las del siglo XIX, donde existía la discriminación censitaria, es decir, sólo se tenían derechos políticos si se alcanzaba un nivel de renta determinado”. Además, hace una década Losurdo ya hablaba de un “monopartidismo competitivo”, con formaciones políticas que representaban a la misma burguesía y exhibían la misma ideología neoliberal.
Pero Domenico Losurdo insiste en que constituye un serio error reducir la lucha de clases (y otras categorías tradicionales del marxismo, como el imperialismo y el colonialismo) a los problemas de la Europa occidental. “Hay que entender la lucha de clases a nivel mundial”, sentencia. Por ejemplo, en Palestina, “donde continúa el colonialismo en su formulación más clásica, es decir, la colonización de un territorio y sus habitantes; se da en Palestina un proceso parecido al que Marx subrayaba en Irlanda: la expropiación de tierras por parte de los colonos ingleses (en el caso palestino, de los israelíes); además, igual que en Irlanda, la cuestión social se presenta en Palestina como una lucha de liberación nacional”.
Losurdo recurre habitualmente a los paralelismos históricos, aunque con las salvedades y los matices que imponen los saltos en el tiempo. Por ejemplo, al abordar la lucha de clases en América Latina se retrotrae a la Doctrina Monroe y a los designios del presidente norteamericano, Theodore Roosevelt, que en 1904 ya planteó que Estados Unidos debía ejercer de policía internacional en América Latina. “El objetivo, hoy, es también quitarse de encima la bota norteamericana”, subraya el profesor de Filosofía de la Historia. Y para ello resulta capital la independencia económica. El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, lanzó en 2006 la proclama “industrialización o muerte”, igual que Mao advirtió poco antes del triunfo de la revolución en 1949 de los riesgos de que China se convirtiera en una colonia de Estados Unidos. El Che Guevara y Fidel Castro en los 60 alertaron asimismo de la necesidad de liberarse de la opresión económica del imperialismo, y Frantz Fanon, en Argelia, subrayaba que tras el triunfo de la revolución anticolonial se imponía el desarrollo económico.
Trasladado al siglo XXI, “los países que se han quedado atrasados en el desarrollo económico, tecnológico y militar corren el riesgo de una agresión directa por parte del imperialismo; este desarrollo es el precio de su independencia”, explica Domenico Losurdo. También es esto lucha de clases. “Ya ha ocurrido en Libia, y ahora puede pasar en Irán y Siria”, añade. Sin embargo, “para destruir un país no hace falta agredirlo militarmente, pues el imperialismo cuenta con otra arma decisiva, el embargo económico; Cuba lleva padeciéndolo más de 50 años; en Irak, antes de la guerra de 2003, el embargo produjo centenares de miles de muertos: eso si que resultó un arma de destrucción masiva; si las agresiones mediante el embargo han perdido fuerza en algunos casos, como en Cuba, es por la presencia de China, que garantiza determinados intercambios comerciales”.
En resumen, a juicio de Domenico Losurdo, la lucha de clases tiene lugar hoy en tres frentes, “y hay que entenderlos de manera unitaria”. En primer lugar, los movimientos de masas que en occidente (Estados Unidos, Grecia o España) protestan en el contexto de un capitalismo en crisis; Además, las naciones, como Palestina, que sufren una dominación –el colonialismo clásico- política y económica; por último, los países (por ejemplo, los latinoamericanos) que cuentan con independencia política pero han de conquistar la económica.
A la actual Europa en crisis, fracturada por luchas desgarradoras entre el centro y la periferia, ¿Cuál es la principal crítica que cabría formularle? Según Domenico Losurdo, “la subordinación a los intereses de Estados Unidos y la participación en todas las aventuras imperiales promovidas por los norteamericanos; si pretendemos luchar contra el imperialismo, Europa ha de plantear su autonomía y, en consecuencia, no participar en el embargo a Cuba, Irán, ni colaborar con Estados Unidos en su objetivo de impedir que China acceda a la tecnología”.
En medio de una crisis global a la que no se advierte salida y con una izquierda mortecina, el recurso a los clásicos permite alumbrar el camino. Para calibrar las perspectivas de cambio, Losurdo recurre a las categorías de Marx “clase en sí” (clase que aún no ha tomado conciencia de su situación) y “clase para sí” (con plena conciencia de clase). “El camino que nos queda por recorrer para pasar del primer estadio al segundo es muy largo”, explica el filósofo. ¿Por qué? “La izquierda en occidente viene de sufrir una derrota histórica, la destrucción del campo socialista y lo que ello implicó; por eso ahora cuesta tanto responder a la ofensiva ideológica del neoliberalismo”, responde.
Pero una cosa es importante: “No confundir la autocrítica con el autoodio para avanzar; con todas las críticas que puedan formularse a la revolución de octubre, antes de 1917 las potencias occidentales eran las dueñas del planeta. La revolución rusa rompió este escenario y favoreció los procesos de independencia colonial; además, entre febrero y octubre de 1917, Rusia fue el primer gran país donde las mujeres lograron la emancipación política; y otra cuestión, ¿puede entenderse la generalización del sufragio universal sin la contribución del movimiento comunista? Pienso que no. En Inglaterra (cuna del parlamentarismo), antes de la revolución de octubre la fracción más pobre del proletariado no tenía derecho al voto”. “Son cosas que no deben olvidarse”, concluye Domenico Losurdo.
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