Por Marat
Les
presento el documento que el próximo sábado 14 de Enero será, sin
lugar a dudas, aprobado por la Comisión Coordinadora Federal de
IU, el equipo de Gobierno de Alberto Garzón. En el orden del día
hay una resolución sobre Siria a debate y aprobación. Ha sido
elaborada por la eurodiputada Marina Albiol y es de una
equidistancia repugnante que sirve para ir aproximándose a las
posiciones del imperialismo norteamericano defendidas por yihadistas
como Santiago Alba Rico y su partido Podemos.
Como
IU no puede dar un salto en el vacío sin que se le acuse de
abiertamente partidario del terrorismo yihadista, lo hará por fases.
Y en ese proceso esta resolución cubre una etapa.
Obama
se despide queriendo dejar atado y bien atado el asunto sirio. Los
servicios de orden del imperialismo norteamericano en España
muestran una vez más cuál es el papel de eso que muchos se empeñan
en reivindicar, la llamada “izquierda”.
He
marcado en negrita los aspectos en los que mejor se percibe la
naturaleza lacayuna de IU ante la guerra en Siria. Desde la
equidistancia respecto a
los contendientes, hasta la carga de la culpa “original” en el
gobierno sirio, pasando por la negación de que dicho gobierno tenga
el derecho internacional a llamar en su ayuda contra el terrorismo,
con base en Washington, Israel, Turquía y Arabia Saudí, a países
que puedan prestarle ayuda o el apoyo al separatismo kurdo, IU ha
entrado en el museo de la infamia, cosa que no
debiera sorprender porque no vienen de ahora este tipo de actitudes.
Recordemos que hace 14 años Luis
García Montero, el que defendía las esencias de IU frente al garzonismo, reclamaba
“libertades” para Cuba y que Javier Couso firmaba en 2011 un
manifiesto repulsivo, auspiciado por los trotskistas de Izquierda
Anticapitalista sobre las “revoluciones
árabes de 2011, también la de Siria”
Dado
que habrá quienes intenten desmentir este documento, añado
el enlace
al mismo.
La negación de su existencia tiene un cortísimo recorrido, ya que de modo
casi inmediato a la reunión de los infames del sábado 14 será
conocida dicha resolución.
En
cualquier caso, al final del citado texto aclararé cuáles son mis
posiciones sobre la guerra en Siria, ya que canallas y estúpidos suelen manipular las posiciones con el fin de hacernos
pasar a todos por el tamiz de la simplificación y de la propaganda.
El
pueblo sirio lleva cinco años sumido en una guerra en la que han
perdido la vida más de 250.000 personas y que ha provocado el
desplazamiento forzoso de hasta 11 millones de sirias y sirios. Desde
Izquierda Unida siempre hemos defendido una posición de compromiso
con la paz y los derechos humanos que se ha materializado en nuestro
rechazo a las diferentes guerras e intervenciones armadas producidas
en Oriente Medio y diferentes países africanos, y cuyas consecuencias
vienen sufriendo los pueblos de estas regiones hasta hoy.
Oriente
Medio es una región que ha sufrido diversas guerras que calificamos
como imperialistas por el interés económico capitalista que las ha
guiado, así como por la idea de dominación política indirecta que
ha pretendido establecer desde el exterior para mantener este
interés. Iraq o Afganistán fueron el escenario de guerras
provocadas por Estados Unidos que resultaron clave para
desestabilizar gravemente toda la región, afectando esta vez también
a Europa, y siguieron este patrón. Dotada de grandes recursos de
hidrocarburos, situada en una zona de vital importancia estratégica
desde el punto de vista económico y político, Oriente Medio cuenta
desde hace décadas además con la tensión añadida de la agresión
sionista del Estado de Israel al pueblo palestino, así
como
con diversos actores internacionales en pugna a partir de diversas y
precarias alianzas.
Por
ello mismo, la solidaridad de Izquierda Unida está con los sirios y
sirias en esta Guerra de Proximidad. Calificamos de esta manera a las
guerras en las que se miden las fuerzas potencias extranjeras, tal y
como ocurre hoy en Siria, un país utilizado como tablero de juego
por diferentes actores geopolíticos regionales y globales con el
pueblo sirio como rehén.
En
marzo de 2011 comenzaron una serie de protestas en Damasco contra las
políticas económicas del Gobierno de Bashar al-Assad, así como
para reivindicar mayores libertades democráticas. El Partido Árabe
Socialista Baath ha gobernado Siria desde 1963, y a pesar de su
posicionamiento económicamente progresista y laico en sus inicios,
desde la década de los noventa se vivió una oleada de
privatizaciones, así como la apertura del país al capital privado
proveniente, mayoritariamente, de las petro-dictaduras del Golfo
Pérsico. Esta política tuvo su corolario en el acuerdo firmado con
el Fondo Monetario Internacional en 2006 que imponía duras medidas
de congelación de los salarios, recortes en servicios públicos, y
el fin de la financiación pública de sectores productivos como la
industria o la agricultura. Esto llevó a un encarecimiento de
productos básicos y a una subida sustancial de la tasa de paro (con
un desempleo juvenil cercano al 40%, en un país en el que 2011 el
55% de la población era menor de 25 años) y de pobreza. Las
protestas que nacen de este descontento son las que pasan a ser
duramente reprimidas por el Gobierno de al-Assad, quien además no
duda en caracterizar estas reivindicaciones de clase como si de un
conflicto religioso se tratasen, una instrumentalización de este
elemento con fines tanto internos como externos por parte de un
Gobierno que aunque nominalmente laico no duda en apoyarse en
las
autoridades religiosas.
Las
aspiraciones populares legítimas y movimientos de protesta que
conformaron los Comités de Coordinación Locales, tras la represión
del Gobierno y la entrada de elementos extranjeros en 2012 dan
paso a un conflicto armado, en el que fuerzas imperialistas luchan
para controlar el territorio. A través de la financiación
procedente de una serie de fundaciones con sede en las monarquías
teocráticas del Golfo Pérsico, se arma y entrena a elementos
terroristas para el combate en Siria. Estas milicias, cuya
financiación a través de estas fundaciones muchas veces tiene su
origen en las potencias otanistas, se hacen fuertes sobre el terreno
y sustituyen progresivamente a la mayoría de la oposición
democrática. Con la presencia sobre el terreno de al-Qaeda (que
ahora se denomina Fatah al-Sham en Siria) y, sobre todo, con la
fundación del grupo terrorista Daesh en 2014, se consolida una toma
de poder por parte de estos grupos sin precedentes, con las
consecuencias de represión y asesinatos que ha conllevado. Cabe
destacar y condenar la injerencia que supone la complicidad de los
Gobiernos occidentales con estos grupos, a los que han armado y
entrenado, además de las intervenciones directas de ejércitos como
el estadounidense, el francés o el turco. Además, se ha colaborado
en la creación de una serie de estructuras que les han dado
continuidad a partir de los beneficios que se han generado por el
comercio de armas o recursos naturales a través de la frontera con
Turquía. Se produce además en el marco de un Oriente Medio
devastado por una serie de guerras imperialistas para situar una
región rica en recursos naturales al servicio de los intereses
económicos de las grandes empresas transnacionales.
Por
otra parte, el Gobierno de al-Assad llama a la participación de
fuerzas extranjeras para defender sus posiciones, y entran en el país
milicias del partido libanés Hezbollah, del ejército de la
República Islámica de Irán, y comienza a participar en la Guerra
el Ejército ruso. De esta manera (y con la posterior entrada de
Turquía), queda clara la naturaleza de un conflicto de carácter
global, en el que combaten los dos grandes bloques políticos que
actualmente existen en Oriente Medio (y sus respectivos valedores
internacionales) para controlar una zona de elevadísimo valor
geoestratégico.
Este
conflicto tiene además una vertiente de género, en el que las
mujeres han sufrido la violencia de una forma mucho más cruel. La
violencia sexual o la trata de mujeres han sido utilizadas como arma
de guerra, particularmente por grupos como Daesh o Fatah al-Sham que
han hecho de la opresión y la violencia de género una parte central
de su proyecto fascista.
Durante
todo este proceso, en las zonas de mayoría kurda del norte de Siria
se ha producido un proceso emancipador en la zona de los tres
cantones de Rojava, que se ha convertido en un auténtico ejemplo de
transformación social. Las Unidades de Protección del Pueblo (YPG)
no sólo han luchado sobre el terreno contra el Daesh, sino que a
través de la organización popular han puesto en práctica una serie
de medidas conocidas como confederalismo democrático basadas en la
autonomía local, la igualdad de género y la colectivización de las
tierras y los recursos. Este empoderamiento del pueblo kurdo ha
generado la intervención sobre el terreno de Turquía, que ha
atacado sus posiciones tras haber asistido con pasividad, cuando no
complicidad, al auge del Daesh en su entorno y el uso que hacían de
su propio territorio para sostenerse económicamente.
Durante
todo este proceso se ha vivido además el movimiento de población
más grande que se conoce desde la Segunda Guerra Mundial. Más de 11
millones de personas se han visto forzosamente desplazadas, y hasta
cinco millones de ellas han tenido que salir del país. Ante esta
situación la Unión Europea no sólo ha mirado hacia otro lado, sino
que en su afán por asemejarse a la extrema derecha ante el auge de
ésta ha endurecido activamente su política de fronteras, con la reforma
de todos los reglamentos de migración y asilo que han reforzado las
fronteras, militarizado el mar Mediterráneo, e imposibilitado el
cumplimiento de la legalidad internacional en materia de asilo.
Además, ha puesto en práctica el modelo de externalización de
fronteras con Turquía, que viola los derechos de quienes huyen y
genera una situación de precariedad de la que se están
aprovechando
los poderes económicos, que obtienen así mano de obra en
condiciones de esclavitud. De esta manera la UE está dando además
sostén político al Gobierno de Erdogan, que está cometiendo una
auténtica masacre en las zonas de mayoría kurda, reprimiendo y
encarcelando a la izquierda social y política, y recortando derechos
y libertades a través de los despidos masivos entre
el funcionariado o el cierre de medios de comunicación y
encarcelamiento de periodistas.
Por
todo ello desde Izquierda Unida:
-
Mostramos nuestra solidaridad con el pueblo sirio frente a la
devastación sufrida por esta Guerra imperialista y nuestro
compromiso con la paz y los derechos humanos. Condenamos cualquier
tipo de injerencia extranjera en este conflicto que debe
resolverse aportando soluciones políticas para el pueblo sirio y no
en beneficio de actores internacionales que buscan controlar una zona
de elevado valor geoestratégico por su posición geográfica y su
espacio como puente para el paso de hidrocarburos a Europa.
-
Apoyamos el proceso de transformación social que se está
produciendo en los cantones de Rojava, y defendemos su derecho a
la autodeterminación. Damos nuestro apoyo además a la YPG y la
YPJ (su organización hermana formada por mujeres) en la batalla que
libran contra el Daesh, así como el Partido de la Unión Democrática
(PYD). Están demostrando cada día que la lucha contra el fascismo y
la transformación social no sólo pueden, sino que deben darse a la
vez. El modelo de confederalismo democrático es ahora mismo un rayo
de luz en una región asolada por la violencia y las posiciones
reaccionarias.
-
Condenamos firmemente la acción de los grupos terroristas Daesh,
Fatah el- Sham, y el resto de grupos que instrumentalizan la religión
para imponer una agenda fascista. La agenda de estos grupos,
financiados, armados, y entrenados desde Occidente y las monarquías
teocráticas del Golfo Pérsico, es incompatible con la resolución
de la Guerra en Siria, con la defensa de los derechos humanos y con
el fin del terrorismo internacional.
-
Condenamos la acción de Turquía,
que no sólo ha entrado en terreno sirio para reprimir al
pueblo kurdo, sino que ha utilizado la guerra para imponer una
política interna de represión y violencia contra la oposición y el
conjunto de la izquierda social y política kurda y turca ante el
silencio cómplice de Occidente.
-
Exigimos el cumplimiento de la legislación internacional para con
los millones de personas que huyen de la violencia en Siria,
empezando por la Convención de Ginebra de 1951 sobre refugiados.
Reclamamos la apertura de vías legales y seguras de acceso a Europa,
la expedición de visados humanitarios en las embajadas y consulados
europeos en Oriente Medio, y la concesión del estatus de
refugiado a quienes cumplan los requisitos para ello, sin entrar en
criterios cuantitativos que contravienen los tratados internacionales
en materia de asilo.
-
Defendemos un proceso de paz auspiciado por la ONU en el que se dé
una salida política al conflicto, comenzando por un alto al fuego
que incluya a todas las fuerzas beligerantes y que incluya la
retirada de cualquier tipo de presencia militar extranjera de Siria,
incluidos los grupos terroristas. En dicho proceso de paz han de
tener cabida todos los actores políticos, sin vetos, que apuestan
por una salida democrática y laica al conflicto, garantizando los
derechos democráticos
del pueblo sirio, sin la tutela de potencias extranjeras, tal
y como señalan las diferentes resoluciones de las Naciones Unidas al
respecto. Dicho proceso de paz debe contener además una
investigación que esclarezca los crímenes de guerra cometidos, y
debe establecerse una justicia para la paz para que éstos sean
juzgados. Exigimos el final inmediato de la ocupación sionista de
los Altos del Golán.
NOTA
DEL EDITOR DE ESTE BLOG (2):
Ignoro
si fue el senador estadounidense Hiram Jonhson o el dramaturgo griego
Esquilo el autor de la frase “la
primera víctima en una guerra es la verdad”.
Es muy cierto este aserto. Quiero dejar claro que no soy ciego ante él
ni caigo en la trampa de ser un propagandista de un lado u otro del
sistema imperialista mundial en liza en medio del tablero sirio.
Cuando hablo del sistema
imperialista mundial lo hago desde la fidelidad al análisis de Lenin
sobre el imperialismo como sistema global con distintas potencias enfrentadas entre sí.
Dicho esto, soy consciente de
que hay pueblos y gobiernos que no tienen la oportunidad de elegir ni
a sus enemigos, que caen sobre ellos como aves de rapiña, ni a sus
amigos que, con frecuencia, han de elegir entre lo “disponible”.
Y todo eso con las
contradicciones de la naturaleza imperialista y geoestratégica de
los países que ayudan al gobierno sirio. Pero en el lado contrario, quienes armaron, financiaron y aún apoyan al terrorismo yihadista
no pueden dar lecciones de nada, salvo que sea de cómo extender la
muerte y el terror en espera de lograr sus propios objetivos
imperialistas.
El
gobierno del presidente al Assad no es socialista. Ni falta que le
hace para contar con mi apoyo y el de cualquier antifascista y ser
humano que sepa distinguir que la pelea no es ya, ni siquiera entre
el progreso y la reacción, sino entre la civilización y la barbarie
asesina. Cierto que la lucha por defender la civilización hay
ocasiones en las que no puede sustentarse en la bandera blanca de la
paz sino
que ha de defenderse desde la boca de los fusiles. Pasó lo mismo en
el Madrid del “no pasarán” contra las hordas del nazifascismo,
mientras las “democracias” capitalistas occidentales miraban a
otro lado, cómplices de ese monstruo que luego les haría pagar su
colaboración en el hundimiento de la II República española.
Hoy
los partidos quintacolumnistas de los “progres” representan un
sicariato de los amigos de la guerra aún más indigno que el que
significó durante la I Guerra Mundial la gran mayoría de la
socialdemocracia europea.
Ni esa república hubiera sido
a lo que yo aspirase, de haber vivido en ella, ni el gobierno sirio
es la sociedad socialista por la que lucho, si viviese en ese país.
Solo representaba/representa un bastión contra el terror fascista y
criminal occidental o con barba yihadista. Nada más y nada menos.
Entonces y hoy no entender eso o negarlo es ser un criminal y un
secuaz de lo monstruoso o un imbécil.
Que
el panfleto llamado El Diario publicase
una bazofia en la que se comparaba la defensa del Madrid antifascista
con la del yihadista Alepo indica bien a las claras lo que representa
hoy el mundo de los progres, que algunos siguen empeñados en llamar
“la izquierda” y que no es otra cosa que parte integrante de la gendarmería ideológica capitalista.
Pero es que además mienten cuando tratan de legitimar el levantamiento contra el gobierno sirio desde una represión previa basada en unas supuestas protestas cívicas, pacíficas y democráticas. Falsifican la realidad y lo saben. la represión comenzó, de forma razonable cuando en las protestas sectores violentos comenzaron a disparar y a matar policías. Lo que en un país pretendidamente democrático se "justifica" como legítima defensa del Estado frente a la provocación violenta parece tener para los cínicos "progres" otra vara de medir si se trata de Siria.
Este
tipo de canalladas que hoy perpetra Izquierda Unida no deben
sorprender en un engendro político dirigido por el Partido (Anti)
Comunista de España, ese que tiene por medio de propaganda un libelo
llamado “Mundo (Anti) Obrero” que premió el pasado año a una
amiga de los yihadistas, la progre de El Diario, Olga Rodríguez.
De la inmundicia de resolución
que será, sin ningún lugar a dudas, aprobado por la dirección de
la organización-zombie IU cabe extraer algunas conclusiones:
-
El
momento en el que se hace: cuando más evidente es lo que representa
la agresión de los terroristas mercenarios extranjeros contra
Siria y su Estado y cuando ha sido derrotado dicho terrorismo. Ello
indica la debilidad de ese conglomerado internacional de agresores y
la supeditación de IU a tales objetivos, cuyo precio acabaremos sabiendo más temprano que tarde. La exigencia en la
propuesta de resolución, cuando el Daesh, Al Nusra y otros grupos
asesinos están siendo derrotados, de “alto
al fuego que incluya a todas las fuerzas beligerantes y que incluya
la retirada de cualquier tipo de presencia militar extranjera de
Siria”,
indica la degeneración, de arriba a abajo, de IU y su prostituido
papel político al servicio del imperialismo norteamericano. Si los
criminales han sido derrotados que, al menos, puedan negociar y si
Estados Unidos ya no pinta nada en Siria, que no pinte nada tampoco
cualquier otra potencia que haya ayudado al gobierno sirio. Esto es
lo que hay detrás de
tal
propuesta.
-
El
carácter de comparsa de IU respecto a personajes siniestros como Santiago
Alba Rico y su secta podemita, que coinciden en tal demanda.
-
La
obsesiva carrera de dicha pandilla “política” por homologarse
dentro de la UTE (Unión Temporal de Empresas) de voceros mediáticos, progres de salón e "intelectuales" a sueldo de los intereses de Estados Unidos y ser aceptados mediante un lenguaje
que les aproxime al papel de todos ellos como cortejo de lameculos de dicho país.
A partir de las 21 horas del viernes 13 de Octubre parece que la victoria de los que aún tragan dentro de IU es haber logrado que Marina Albiol finalmente no presente esa propuesta de resolución.
Jamás se preguntarán qué hay en la naturaleza política de la militancia de IU/PCE que permite que se llegue hasta donde ha llegado Marina Albiol sin mayor escándalo que hasta el día en el que sus siglas (quizá crean que las de IU son tan heroicas como las del PCE de la clandestinidad o que los méritos se heredan) empezaron a estar en peligro.
La base que conforma IU va o viene según suene la trompeta. Hace 3-4 años gran parte de ella decía "esto se resuelve con 40 diputados" y hasta hace 3 meses algunos proclamaban "lanzaron Podemos cuando teníamos un 15% en las encuestas". Tienen cabeza de urna, como todo pequeñoburgués. La llamada resistencia jamás se preguntará qué hay en la naturaleza de ese lugar de indignidad que permite que se haya llegado hasta donde se ha llegado y solo con un cierto escándalo de una parte de la militancia ahora y no cuando nació IU con el Partido Humanista, los Carlistas, serios problemas del PCE para decir "bases fuera" y etc, etc.