Existe una industria muy rentable tras los Centros
de Internamiento de Extranjeros (CIEs) tanto en España como por toda Europa.
Desde las empresas constructoras, de catering o de salud, hasta las compañías
aéreas contratadas para asistir en las deportaciones de los inmigrantes
indocumentados. A menudo los ejecutivos de estas empresas ocupan también cargos
en los órganos de toma de decisiones relacionadas con asuntos de inmigración o
en poderosos grupos de presión, encontrándose así en una cómoda posición para
poder influir en políticas públicas a favor de sus empresas.
CIEs – Centros de Internamiento de Extranjeros
Actualmente
existen 8 CIEs en España, destinados a inmigrantes en situación irregular que
estén en proceso de ser deportados a su país de origen. Se diría que, si una
deportación no se puede llevar a cabo, se pondría en libertad al sujeto, pues
su detención en estos centros ya no tendría sentido. Sin embargo, de acuerdo al
estudio llevado a cabo por Martínez Escamilla en su libro “Mujeres en el CIE”,
en 2011 sólo el 48% de los retenidos en CIEs acabaron siendo deportados.
La creación de los CIEs está basada en una ley de
1985 que permite la posibilidad de detener a las personas que están sujetas a
un proceso de deportación. Eso sí, esta detención no puede ser de naturaleza
punitiva. Estos centros -que básicamente operan en un vacío legal y se basan
sólo en reglas internas- están bajo el control del Ministerio de Interior. La
policía Nacional los dirige y, según testimonios de personas que han estado
retenidas en estos lugares o informes pertenecientes a organizaciones de
derechos humanos, estos centros son en realidad cárceles.
Las
quejas por abuso de los presos son numerosas: gritos, insultos, castigos,
abusos y deportaciones sin anunciar, además de tres muertes desde 2011. La más
reciente ocurrió el pasado 3 de diciembre, cuando Aramis Manukyan,
armenio de 42 años, se suicidó colgándose en el CIE de Barcelona. Otros presos
denunciaron que los guardas lo habían torturado y que lo habían puesto, solo,
en confinamiento. Desde allí se pudieron escuchar sus gritos durante horas
antes de que el desdichado decidiera acabar con su vida.
El seis de enero de 2013 Idrissa Diallo, de 21
años, murió trágicamente en el mismo centro. Según varios testigos, se había
quejado repetidamente de fuertes dolores y de problemas de respiración, pero
nadie le prestó atención y tampoco había algún traductor para aclarar sus
necesidades. Cuando llegó la asistencia médica, ya era demasiado tarde.
El 19 de diciembre de 2011, Samba Martine murió sin
haber recibido ni siquiera un diagnóstico. Tenía una hija de nueve años de
edad.
Deportaciones asistidas: los vuelos de la vergüenza
Una de las prácticas más controvertidas actualmente en Europa es la
deportación de inmigrantes sin documentación. Antigonia, en su presentación del festival antifascista en
Barcelona en
noviembre, echó luz a este proceso que pasa completamente desapercibido, pese a
tener componentes muy sucios.
En España, el no poseer documentación está
considerado como una falta administrativa. Sin embargo, el estar detenido en un
CIE para luego ser deportado es una práctica común.
Cuando se trata de deportar sólo a una o dos personas, la deportación se realiza en vuelos comerciales. Cuando son varias las personas afectadas, entonces se fletan vuelos especiales. En los dos casos, las aerolíneas que participan en este proceso son bastante conocidas para el común de los públicos: Iberia, Air France, etc.
Cuando se trata de deportar sólo a una o dos personas, la deportación se realiza en vuelos comerciales. Cuando son varias las personas afectadas, entonces se fletan vuelos especiales. En los dos casos, las aerolíneas que participan en este proceso son bastante conocidas para el común de los públicos: Iberia, Air France, etc.
El
segundo caso requiere una planificación detallada y cuidada. El país europeo
que quiere deportar a un inmigrante sin documentación ha de cooperar con su
país de origen. Por ejemplo, según la Campaña por el Cierre de los Centros de Internamiento de
Extranjeros (CIEsNo), para un vuelo de Madrid a Senegal el
Ministerio de Interior debe fletar un avión, encontrar una ruta libre, preparar
el transporte al aeropuerto de los inmigrantes desde diferentes ciudades,
asignar un número significativo de policías para salvaguardar la operación,
coordinarse con las autoridades senegalesas y por supuesto, lo más importante,
asegurarse de que el avión se llene de “pasajeros”.
El testimonio de un senegalés que fue deportado de
esta manera y al que la
Campaña ha conseguido localizar en su país es demoledor.
Cuando llegó al aeropuerto madrileño de Barajas se dio cuenta de la envergadura
de la operación. Docenas de compatriotas suyos eran forzados a esperar bajo
vigilancia en una sala del aeropuerto. Algunos venían del CIE de Aluche. Otros
habían sido transferido.
Sin embargo, no todos provenían de estos centros.
También había inmigrantes que acababan de ser detenidos y que venían
directamente de comisaría. Serigne, de Dakar, nos cuenta que uno de sus amigos
fue arrestado en Valencia justo al lado de su casa, cuando salía a comprar el
pan. Mbacke relata su propio drama: a él lo pillaron justo después de enviar
dinero a su madre cuando iba en bicicleta de camino a su trabajo de recogida de
pepinos y pimientos en el campo. Otros senegaleses fueron detenidos en Málaga,
Zaragoza, Alicante, Mallorca, Almería, Salou… ¡Hay incluso casos de gente
arrestada cuando iban a solicitar o renovar sus papeles!
En
muchos casos la policía actúa con violencia y existen vídeos que
documentan estos incidentes en los vuelos mixtos. Nadie sabe lo que ocurre en
los que son fletados de manera específica para los deportados. En julio de
2007, el nigeriano Osamuyi Aikpitanyi fue asfixiado hasta la muerte durante un
vuelo asistido desde España hasta Nigeria, después de que sus guardias le
obstruyeran la boca. Casi cinco años después, los policías responsables de su
muerte fueron condenados a pagar una multa de 600€ y fueron exculpados de
cualquier responsabilidad por su muerte.
Debido
a la connivencia entre el estado y las empresas de seguridad -y también a
nuestra tolerancia en el asunto- la ya larga lista de personas que
han perdido sus vidas a manos de las autoridades europeas sigue creciendo…
¡Podemos y DEBEMOS REACCIONAR YA!
Antigonia
aconseja a cualquiera que se encuentre en un vuelo con deportados que haga lo
siguiente:
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