El virus de la crisis soberana europea ha terminado por contagiar a la economía mundial.
A ambos lados del planeta, tanto el paciente estadounidense como el asiático no han podido evitar mostrar ya signos de agotamiento en áreas clave como la actividad manufacturera, que comienza a contraerse tras varios años de saludable crecimiento.
Un estigma que en el caso de Estados Unidos podría provocar una muerte súbita si el Congreso y la Casa Blanca no resuelven la oleada de recortes fiscales automáticos que se avecinan a finales de este año. Un hecho que caería como una losa no sólo para el producto interior bruto del país sino también arrastraría consigo al resto del mundo.
Hasta ahora, la economía norteamericana ha mostrado señales de alivio y sus fundamentos eran más saludables que los del resto de sus homólogos occidentales. No debemos obviar datos positivos como que la actividad de la construcción ha mejorado y el precio de la gasolina ha caído casi 60 centavos por galón desde principios de abril hasta principios de julio, algo que ha incrementado el poder adquisitivo de los estadounidenses en un 0,5%.
Sin embargo, el ISM manufacturero, que mide la actividad de sus fábricas, se sumó durante el mes de junio a muchos índices similares en otros países del mundo que mostraron una lectura por debajo del umbral de los 50 puntos, algo que marca el comienzo de una contracción.
El debilitamiento va más allá del área de las manufacturas y eso es preocupante. El sector de servicios mantuvo su marca por encima del punto de equilibrio en junio, pero registró su peor registro desde enero de 2010. En estas circunstancias, los bancos centrales de todo el mundo han recortado los tipos de interés y en el caso de la Reserva Federal de EEUU, donde los tipos ya mantienen niveles excepcionalmente bajos, se han ampliado las medidas de flexibilización no convencionales. Dicho esto, todavía no está claro cuán efectiva será la medicina monetaria, que lleva implantándose a este lado del Atlántico durante los últimos cuatro años.
De momento, el mercado laboral no termina de sanar. Es cierto que en junio la tasa de paro se mantuvo estable en el 8,2% pero la creación de puestos de trabajo, un total de 80.000 empleos, quedó muy por debajo de lo esperado por el mercado. En los últimos cinco años, el patrimonio de las familias estadounidenses se ha desplomado un 35%, según datos del censo de EEUU, desde los 102.844 dólares hasta los 66.740 dólares. Además, en el segundo trimestre del año, la confianza de los consumidores cayó hasta los 87 puntos, por debajo de los 100 que marca la barrera con el optimismo, de acuerdo con un estudio elaborado por Nielsen.
El acantilado fiscal
"Esperamos que el crecimiento continúe su desaceleración gradual a medida que la economía sufre tres ataques distintos: el ajuste fiscal, una recesión en Europa y un shock por la incertidumbre política síntoma de las elecciones presidenciales", explica Ethan Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch.
El acantilado fiscal
"Esperamos que el crecimiento continúe su desaceleración gradual a medida que la economía sufre tres ataques distintos: el ajuste fiscal, una recesión en Europa y un shock por la incertidumbre política síntoma de las elecciones presidenciales", explica Ethan Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch.
Desde el banco pronostican que el conocido como "acantilado fiscal" al que se enfrenta la mayor economía del mundo a finales de este año, cuando expiren de forma automática una remesa de recortes de impuestos y otros incentivos fiscales, aumentarán "las posibilidades de una posible recesión".
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) proyecta que si el Capitolio no pone remedio a esta situación, algo que podría suceder dada la proximidad de las elecciones presidenciales, la política fiscal de EEUU experimentaría un ajuste por valor del 5,4% del PIB del país. Precisamente, el Fondo Monetario Internacional advertía esta semana en su revisión económica al mayor donante de la institución que si no pone remedio a dicha situación, los tambores de la recesión comenzarán a sonar en 2013.
De hecho, los expertos del Fondo estimaron que una consolidación fiscal de alrededor del 4% del PIB en 2013 "podría reducir el crecimiento anual muy por debajo del 1%", algo que resultaría en una contracción de la mayor economía del mundo el próximo año.
Además de esto, hemos visto como las empresas han reducido drásticamente sus previsiones para el año. Desde Pall, Nucor, Ryder Systems, Procter & Gamble, Cardinal Health, Texas Instruments, Starbucks, Autodesk, FedEx, Jabil Circuit, Bed, Bath & Beyond hasta Adobe Systems.
Buena parte de ellas son indicadores de la marcha económica del país. Y no debemos olvidar que las empresas sólo rebajan sus previsiones si las cosas van a empeorar mucho.
¿Depresión a la vista?
En términos generales, estamos recibiendo muchas señales de que la economía de EEUU se dirige hacia una segunda recesión que corre el riesgo de convertirse en una depresión. De hecho, el economista Nouriel Roubini indicó que "ya no quedan conejos en la chistera" después de que a la Reserva Federal se le hayan acabado las balas.
En términos generales, estamos recibiendo muchas señales de que la economía de EEUU se dirige hacia una segunda recesión que corre el riesgo de convertirse en una depresión. De hecho, el economista Nouriel Roubini indicó que "ya no quedan conejos en la chistera" después de que a la Reserva Federal se le hayan acabado las balas.
De momento, el FMI estima que la mayor economía del mundo crecerá un 2% este año y un 2,% el que viene aunque ayer la directora de la institución, Christine Lagarde advirtió que "el panorama económico mundial es preocupante en Europa, Estados Unidos y los grandes mercados emergentes", de ahí que el Fondo pueda rebajar sus previsiones de crecimiento el próximo 16 de julio cuando presente sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés).
Desde la consultora IHS Global Insight han incrementado las probabilidades de una recesión en EEUU hasta el 25% y rebajado las previsiones de crecimiento hasta el 2 por ciento en 2012 y 2013, respectivamente. "La crisis de la Eurozona podría empeorar, sobre todo si las noticias sobre el crecimiento siguen siendo malas", justificó Nigel Gault, su economista jefe, a la hora de describir los fantasmas que sobrevuelan la economía de EEUU. "En Asia, la desaceleración en China podría intensificarse. Y la amenaza de los precios del petróleo fruto de las tensiones con Irán no han desaparecido", añadía al mismo tiempo que señaló que el acantilado fiscal, podría provocar que la economía estadounidense se contrajera un 0,3% en 2013.
En estas circunstancias es evidente que Ben Bernanke y sus chicos en la Reserva Federal podrían salir de nuevo al rescate de la economía con una nueva ronda de estímulo cuantitativo. "Asumimos que la Fed implantará una tercera ronda de por valor 500.000 millones de dólares en 2013", asegura Gault. Por su parte, Harris, economista jefe de Bank of America Merrill Lynch, determina que el próximo QE3 llegará el próximo verano.
5 millones de empleos
Desde el fin de la última recesión económica, EEUU sigue sin recuperar cerca de cinco millones de empleos perdidos durante el periodo de contracción. El pasado mes de junio sólo se crearon 80.000 puestos de trabajo, por debajo de los 100.000 que esperaba el mercado y la tasa de paro se mantuvo estancada en el 8,2%.
Desde el fin de la última recesión económica, EEUU sigue sin recuperar cerca de cinco millones de empleos perdidos durante el periodo de contracción. El pasado mes de junio sólo se crearon 80.000 puestos de trabajo, por debajo de los 100.000 que esperaba el mercado y la tasa de paro se mantuvo estancada en el 8,2%.
El segundo trimestre de 2012 marca el peor resultado en la creación de empleo trimestral de los últimos dos años, con un total de 75.000 nuevos puestos de trabajo frente a los 226.000 creados entre enero y marzo de este año.
Según Alan Krueger, presidente del Consejo Económico de la Casa Blanca, "las cifras son volátiles y las estimaciones de empleo pueden ser objeto de una revisión sustancial" justificó. Sin embargo señaló que "no hay soluciones rápidas" a los problemas que enfrenta la economía de EEUU, que se cocieron a fuego lento durante más de una década