Por un 1º de Mayo de movilización y lucha
Manifestación a las 11,30 horas, Plaza de Legazpi, Madrid
El 1º de mayo conmemoramos un día internacional de lucha de la clase obrera. Como en tantas cosas, los distintos gobiernos así como los sindicatos del sistema pretenden reducir ese día a una jornada testimonial, a un día festivo más.
Si para nosotras/os el 1º de Mayo siempre fue un día de lucha, hoy hay más razones que nunca para hacer de ese día una jornada de reivindicación y lucha de las/os trabajadoras/es del mundo.
Hace apenas dos meses Gobierno, patronal y sindicatos del sistema firmaban retrasar la edad de jubilación a los 67 años, imponían un retroceso histórico en un derecho fundamental como el de las pensiones, daban por buena la reforma laboral del despido fácil y barato y sellaban todo ello en un Pacto Social que desmantelara la perspectiva inmediata de una nueva huelga general.
Como denunciamos en su día, ese Pacto es el intento de maniatar a las/os trabajadoras/es mientras el Gobierno de los banqueros sigue imponiéndonos medidas de guerra social. Mientras el paro afecta ya a cerca de cinco millones de trabajadoras/es, continúan los cierres de empresas (264 cada día) y los despidos.
El aumento de los precios dispara el coste de la vida y con ello los salarios van perdiendo su poder adquisitivo. En sectores como el de los empleados públicos esa reducción supera ya el 50% de pérdida de poder adquisitivo en las últimas dos décadas.
Tanto la Reforma laboral, como el aumento de la edad de jubilación y del periodo de cotización tienen un impacto mayor en las ya de por si precarias condiciones laborales de las mujeres. Siguen existiendo además sectores altamente feminizados (educación, sanidad, cuidados, etc) siendo estos sectores, ya de partida más precarios, especialmente afectados por la privatización. El recorte de inversiones en el sector social va a recaer de forma especial en las espaldas de las mujeres que perderán los escasos apoyos que recibían, por ejemplo en el cuidado de hijas e hijos.
Ahora, en una nueva vuelta de tuerca, el llamado Pacto del Euro prepara un nuevo ataque a los salarios desvinculando su aumento del coste de la vida y ligándolos a la “productividad”. Preparan nuevos recortes sociales que justificarán en nombre de reducir el déficit público, pero cuyo objetivo real no es otro que garantizar el pago riguroso de la deuda a los bancos alemanes.
La reforma de la negociación colectiva en la que se afanan el gobierno, la CEOE y CCOO-UGT pretende dar más potestad a las empresas para que “flexibilicen” las condiciones de trabajo; se descuelguen de los aumentos salariales; se impongan laudos de obligado cumplimiento, como en el franquismo, cuando no haya acuerdo; y se liquiden de hecho los convenios provinciales. Pretenden así no solo imponer convenios de miseria sino otorgar el monopolio de la negociación a CCOO y UGT, acabando con toda oposición sindical, negando la representación a la inmensa mayoría de las/os trabajadoras/es y a todas las organizaciones sindicales que nos oponemos a esta política de entrega sistemática de derechos.
Mientras siguen imponiendo esa política de empobrecimiento general de la clase obrera, continúan con las ayudas millonarias a los bancos, ahora en forma de ayuda para la privatización de las Cajas de Ahorro. No reparan en acelerar la privatización de servicios públicos como correos, sanidad o enseñanza, para que los grandes grupos empresariales hagan de necesidades básicas una suculenta fuente de negocios. Por eso, en plena crisis, solo las empresas que cotizan en el IBEX35 se han embolsado en el 2010 más de 50.000 millones de euros de beneficios (51.636,99), batiendo así la cifra récord alcanzada en 2007 y superando en un 23,14% los beneficios del 2009.
No es de extrañar, por tanto, que la elite empresarial, los 41 grandes de la empresa y las finanzas con Emilio Botín a la cabeza, le hayan pedido a Zapatero “que se mantenga”, que no convoque elecciones anticipadas y que continúe “con mano firme”. Patronal, banqueros y burócratas sindicales sostienen a este gobierno de la guerra social y ahora también de la guerra imperialista.
Lo que no hay para empleo, salud, educación, medioambiente y pensiones lo hay sin límite para engrosar los bolsillos de los banqueros, financiar aventuras militares en Libia y mantener una corte de parásitos.
Por una salida obrera y social a la crisis
Cuanto más nos aprietan las clavijas a la clase obrera más se empeñan en decir que “no hay otra salida a la crisis”. Cada medida que adoptan la presentan en nombre del interés general, y generan así un estado de opinión para que las/os trabajadoras/es se resignen ante lo inevitable de tales medidas. El llamado interés general no es más que una estafa en provecho del interés privado. En realidad deberían decir “no hay otra salida a la crisis si se quiere seguir manteniendo el negocio de un puñado de capitalistas, de banqueros y multinacionales”.
Pero desde el interés de las/os trabajadoras/es, de la inmensa mayoría de la población, sí hay otra salida a la crisis, una salida que exige tomar medidas resueltamente anticapitalistas.
Por eso defendemos:
• La Nacionalización de la Banca y los sectores estratégicos de la economía (Sanidad, Educación, Transporte, Energía y Comunicación).
• Por el empleo fijo, NI UN SOLO DESPIDO MÁS. Jornada laboral de 35 horas con todas las garantías laborales y salariales; Jubilación a los 60 años con contrato de relevo. No autorización de más EREs. Subsidio de desempleo indefinido a todas las personas paradas hasta su recolocación; y equiparación de las pensiones más bajas al Salario Mínimo Interprofesional.
• Por el fomento de un reparto equitativo del trabajo, remunerado o no, entre mujeres y hombres.
• Prohibición por Ley de la privatización de servicios públicos, deslocalización de empresas y subcontrataciones. Prohibición de desahucios y condonación del pago de la hipoteca de la primera vivienda a las personas paradas.
• Por la creación de empleo público, hay que revertir en públicos los servicios ya privatizados. Hay que cubrir todas las plazas de la Administración Pública. Más empleo en servicios sociales (escuelas infantiles, cuidados de personas dependientes, etc) y en defensa medioambiental y lucha contra el cambio climático.
• Por una profunda reforma agraria basada en la expropiación sin indemnización a los terratenientes, impulsando el cooperativismo agrario, mejorando las infraestructuras e industrializando las zonas agrícolas.
• Por la supresión de las subvenciones del Estado a la Casa Real y a la Iglesia.
• Reforma fiscal que permita tener un sistema tributario realmente progresivo ¡Que paguen más quienes más tienen! Persecución del fraude.
• Las necesidades sociales y ambientales están por encima de los negocios de las finanzas. ¡ Alto a la especulación con los bienes públicos! !No al pago de la deuda pública a costa de la clase trabajadora!
Un 1º de mayo de solidaridad con las/os trabajadoras/es del mundo
En el día internacional de lucha de la clase obrera no puede faltar nuestro apoyo y solidaridad con las luchas de todos las/os trabajadoras/es del mundo. En primer lugar, con los/as trabajadores/as y pueblos árabes recorridos por insurrecciones y levantamientos populares contra los gobiernos dictatoriales y títeres del imperialismo. Rechazamos así mismo la intervención de la OTAN en Libia.
Manifestar también nuestra solidaridad con los jóvenes y la clase obrera griega, británica o portuguesa que son hoy en el viejo continente quienes mantienen en alto la lucha contra los planes de ajuste, el desempleo y los continuos recortes de derechos laborales y sociales.
Manifestar por último nuestra solidaridad con los/as jóvenes y trabajadores/as represaliados por la lucha, en particular los procesados/as y multados/as tras la manifestación del pasado día 27 de enero en Madrid y exigimos el sobreseimiento de todos los casos.
Ven con nosotras/os al 1º de Mayo
Hacemos un llamamiento a las/os trabajadoras/es, a los Comités de Empresa y a todas las organizaciones sindicales, sociales, ambientales, feministas, estudiantiles y políticas que rechazan los planes del gobierno y su pacto social, a que este 1º de mayo organicemos conjuntamente una gran manifestación, que arrancará en la Plaza de Legazpi a las 11,30 horas, finalizando en la Plaza Museo Reina Sofía.
Convocan: Coordinadora Sindical de Madrid (CSM): Alternativa Sindical de Trabajadores (AST), Sindicato Autónomo de Trabajadores Casa de la Moneda Nueva Plataforma (SATNP), Sindicato Unitario (SU), Comisión de Trabajadores Asamblearios (CTA), Plataforma Sindical (PS) (EMT), Colectivo Obrero Popular de Roca (COP), Sindicato Unificado Independiente de Trabajadores del Hotel Meliá Castilla (SUIT) y Plataforma Sindical Independiente de Blas&Cía (PSI); Confederación Territorial de Madrid, Castilla la Mancha y Extremadura de CGT; Comisiones de Base (Co.bas); Sindicato Ferroviario de Madrid-Intersindical (SF); Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad (MATS); Sindicato de la Elevación (SE);
Apoyan: Corriente Roja (CR); Izquierda Anticapitalista; Izquierda Castellana; Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE); Iniciativa Comunista; Jubiqué; Comité de Empresa de UPS-Vallecas; Asamblea de Vallekas por la Huelga General; Colectivo de Jóvenes Comunistas (CJC); En Lucha; Organización Revolucionaria Antifascista (ORA); Coordinadora Antifascista de Madrid; Reconstrucción Comunista; Asamblea contra la Globalización Capitalista y la Guerra; Ecologistas en Acción.
Madrid, 2011
29 de abril de 2011
28 de abril de 2011
UNA SALIDA DE IZQUIERDAS A LA CRISIS SIGUE SIENDO NECESARIA Y POSIBLE
Declaración de IZQUIERDA ANTICAPITALISTA ante el 1º de Mayo
El Pacto Social firmado por las direcciones de CCOO y de UGT ha tenido muy malas consecuencias. La contrarreforma de las pensiones ha aumentado el descrédito de las organizaciones sindicales entre sectores amplios de la gente trabajadora; ha dado por buenos los argumentos falsos que decían que era imprescindible y, en general, ha contribuido a que la gente piense que nada se puede hacer frente a la crisis, que los recortes sociales de todo tipo son inevitables y que el poder de los “mercados”- hablando en plata, de los grandes empresarios y financieros -es tan grande que no se puede combatir contra ellos. También la juventud, ya de entrada distante, se ha alejado escéptica de los sindicatos, mientras que las fuerzas acumuladas en la huelga general del 29-S (gente dispuesta a luchar y a organizarse, nuevas ilusiones, etc.) en parte se han dispersado.
Una crisis que va para largo
Tal como están las cosas, la crisis en la que nos encontramos va para largo. Las medidas que adoptan los gobiernos- inspiradas por la gran banca y la gran patronal - lo que hacen es profundizarla, porque provocan más paro y un empobrecimiento de sectores cada vez más amplios de la clase trabajadora. De esta forma cualquier recuperación económica real tardará muchos años en producirse y, cuando tenga lugar, la situación salarial, laboral y social de la gente trabajadora habrá empeorado mucho y se habrán perdido derechos y desintegrado servicios públicos acumulados y conseguidos en épocas anteriores a costa de grandes sacrificios. Justamente éste es el plan de la gran banca y de los grandes capitalistas: aprovechar la crisis no sólo para aumentar sus beneficios, sino también para eliminar derechos y ampliar su poder.
No hay que hacerse ilusión alguna sobre que los planes de ajuste ya realizados, la reforma laboral o la reforma de las pensiones sean el punto final de los ataques contra la clase trabajadora. El mecanismo que aquí funciona es muy sencillo: mientras no haya respuesta a las agresiones, éstas continuaran, corregidas y aumentadas, y los financieros y capitalistas pedirán más y más.
Nuevos ataques a la vista
Sin ir más lejos, la negociación sobre la reforma de la negociación colectiva es buena muestra de ello: la patronal pretende entre otras lindezas cargarse la “ultractividad” (cuando un convenio acaba y mientras no se acuerda uno nuevo continúa funcionando el anterior) o hacer aun más fácil el descuelgue de las empresas de los convenios, convirtiendo éstos en papel mojado.
Pero, después de las elecciones, veremos también como se suceden una cadena de ataques desde los gobiernos autonómicos y locales, como ya ha acontecido en los casos de Catalunya y de Murcia, en forma de privatizaciones, recortes y externalización de servicios; recortes salariales y subidas de tasas e impuestos.
Existen políticas alternativas para salir de la crisis
Ante este negro panorama puede resultar fácil caer en el desánimo y esto es lo que es preciso evitar. Porque, por un lado, existen políticas alternativas de izquierdas que nos permitirían salir de la crisis, adoptando medidas tales como la creación de una banca pública bajo control social, una reforma fiscal progresiva que dote al Estado de recursos, la negativa al pago de deuda pública a entidades que la han adquirido en forma abusiva e inmoral o reformas de los sectores productivo y energético para hacerlos ecológicamente sostenibles, por citar algunas de mayor envergadura.
La pasividad no es un hecho inamovible
Por otra parte, la pasividad social ante la crisis, que las direcciones de los grandes sindicatos han potenciado con sus políticas pactistas, no debe considerarse como algo inamovible. Es posible, y hasta puede que sea lo más probable, que la resignación y el fatalismo den paso finalmente a la indignación y a la lucha. Casos como el de las luchas del funcionariado de de Murcia, sorprendente en un principio, pueden reproducirse en otros lugares.
Para potenciar en lo que podamos esta situación y para aprovecharla cuando se produzca, hace falta sin embargo realizar ahora un trabajo difícil de organización y de resistencia: en los grandes sindicatos favoreciendo la articulación de corrientes críticas con las políticas de las direcciones; en los sindicatos combativos, impulsando su extensión y crecimiento y la coordinación entre ellos para la acción; en los centros de trabajo y en los territorios organizando de manera autónoma a la gente trabajadora dispuesta a luchar.
Necesitamos la coordinación y la solidaridad europea de la clase trabajadora
Es muy importante también prestar atención a la coordinación europea de las luchas. Se han producido a lo largo del desarrollo de la crisis y de la imposición de los diferentes planes de ajustes bastantes respuestas: Huelgas Generales y movilizaciones en Grecia, Francia, Portugal y en el mismo Estado español el 29-S; combates estudiantiles en Inglaterra e Italia... Pero las contestaciones han quedado, a pesar de la potencia de alguna de ellas, aisladas, lo cual ha favorecido su neutralización. El espíritu internacionalista, combativo y solidario del Primero de Mayo es el que ha de inspirar la respuesta de la clase trabajadora al ataque histórico que se está produciendo contra ella. Sólo de esta forma, organizándonos, combatiendo y siendo solidarios, conseguiremos invertir la dirección de los acontecimientos. Es posible hacerlo.
Una crisis que va para largo
Tal como están las cosas, la crisis en la que nos encontramos va para largo. Las medidas que adoptan los gobiernos- inspiradas por la gran banca y la gran patronal - lo que hacen es profundizarla, porque provocan más paro y un empobrecimiento de sectores cada vez más amplios de la clase trabajadora. De esta forma cualquier recuperación económica real tardará muchos años en producirse y, cuando tenga lugar, la situación salarial, laboral y social de la gente trabajadora habrá empeorado mucho y se habrán perdido derechos y desintegrado servicios públicos acumulados y conseguidos en épocas anteriores a costa de grandes sacrificios. Justamente éste es el plan de la gran banca y de los grandes capitalistas: aprovechar la crisis no sólo para aumentar sus beneficios, sino también para eliminar derechos y ampliar su poder.
No hay que hacerse ilusión alguna sobre que los planes de ajuste ya realizados, la reforma laboral o la reforma de las pensiones sean el punto final de los ataques contra la clase trabajadora. El mecanismo que aquí funciona es muy sencillo: mientras no haya respuesta a las agresiones, éstas continuaran, corregidas y aumentadas, y los financieros y capitalistas pedirán más y más.
Nuevos ataques a la vista
Sin ir más lejos, la negociación sobre la reforma de la negociación colectiva es buena muestra de ello: la patronal pretende entre otras lindezas cargarse la “ultractividad” (cuando un convenio acaba y mientras no se acuerda uno nuevo continúa funcionando el anterior) o hacer aun más fácil el descuelgue de las empresas de los convenios, convirtiendo éstos en papel mojado.
Pero, después de las elecciones, veremos también como se suceden una cadena de ataques desde los gobiernos autonómicos y locales, como ya ha acontecido en los casos de Catalunya y de Murcia, en forma de privatizaciones, recortes y externalización de servicios; recortes salariales y subidas de tasas e impuestos.
Existen políticas alternativas para salir de la crisis
Ante este negro panorama puede resultar fácil caer en el desánimo y esto es lo que es preciso evitar. Porque, por un lado, existen políticas alternativas de izquierdas que nos permitirían salir de la crisis, adoptando medidas tales como la creación de una banca pública bajo control social, una reforma fiscal progresiva que dote al Estado de recursos, la negativa al pago de deuda pública a entidades que la han adquirido en forma abusiva e inmoral o reformas de los sectores productivo y energético para hacerlos ecológicamente sostenibles, por citar algunas de mayor envergadura.
La pasividad no es un hecho inamovible
Por otra parte, la pasividad social ante la crisis, que las direcciones de los grandes sindicatos han potenciado con sus políticas pactistas, no debe considerarse como algo inamovible. Es posible, y hasta puede que sea lo más probable, que la resignación y el fatalismo den paso finalmente a la indignación y a la lucha. Casos como el de las luchas del funcionariado de de Murcia, sorprendente en un principio, pueden reproducirse en otros lugares.
Para potenciar en lo que podamos esta situación y para aprovecharla cuando se produzca, hace falta sin embargo realizar ahora un trabajo difícil de organización y de resistencia: en los grandes sindicatos favoreciendo la articulación de corrientes críticas con las políticas de las direcciones; en los sindicatos combativos, impulsando su extensión y crecimiento y la coordinación entre ellos para la acción; en los centros de trabajo y en los territorios organizando de manera autónoma a la gente trabajadora dispuesta a luchar.
Necesitamos la coordinación y la solidaridad europea de la clase trabajadora
Es muy importante también prestar atención a la coordinación europea de las luchas. Se han producido a lo largo del desarrollo de la crisis y de la imposición de los diferentes planes de ajustes bastantes respuestas: Huelgas Generales y movilizaciones en Grecia, Francia, Portugal y en el mismo Estado español el 29-S; combates estudiantiles en Inglaterra e Italia... Pero las contestaciones han quedado, a pesar de la potencia de alguna de ellas, aisladas, lo cual ha favorecido su neutralización. El espíritu internacionalista, combativo y solidario del Primero de Mayo es el que ha de inspirar la respuesta de la clase trabajadora al ataque histórico que se está produciendo contra ella. Sólo de esta forma, organizándonos, combatiendo y siendo solidarios, conseguiremos invertir la dirección de los acontecimientos. Es posible hacerlo.
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