8 de mayo de 2019

IU Y GARZÓN TIENEN RAZÓN


Lo más sencillo es difundir el texto sin molestarse en leer y comprender el contenido

Por Marat

Según un artículo publicado en el medio Cuartopoder bajo el título de “IU destaca la alta sintonía política con Podemos y se reafirma en la unidad” el coordinador de Izquierda Unida Alberto Garzón afirma que “la unidad ha aportado diputados que, por separado, ni IU ni Podemos habrían logrado”. No le falta razón. Quizá le haya faltado aclarar si ese “por separado” se refiere, para IU, a cuando esta se mostró acobardada y se fue achantando ante las presiones y chantajes de Podemos en el proceso en el que este fue encumbrado mediáticamente hacia el mal amago de no se sabe a qué asalto a los cielos. Quizá también haya faltado aclarar porqué en las tres ocasiones en las que IU y Podemos se presentaron juntos hayan tenido menos votos de los que hubieran tenido por separado, en el caso de IU contando su última trayectoria independiente, en el de Podemos la de las expectativas de voto en solitario previas a los acuerdos electorales. Mejor no mirar de dónde provenían los diputados que IU y Garzón se atribuyen como “logros”, sobre todo teniendo en cuenta que buena parte de ellos eran de Comunistes de Catalunya, de los que el gran comunista Joan Josep Nuet ha acabado por convertirse en un adalidid del independentismo burgués. No hay otro.

Garzón e IU tienen razón. Por separado no hubieran logrado mejor resultado político. Sobre todo para sus profesionales. El PCE tuvo algunos miembros que acabaron de Ministros, diputados generales y autonómicos del PSOE. Pero solo durante la época de González. En la etapa de Zapatero acabaron de inspectores de abastos en grandes capitales y de concejales en pueblos remotos. Tampoco le quedaban al PCE e IU grandes cuadros.

Con el tiempo veremos a los cadáveres del PCE/IU y a la metástasis en la que se haya transformado Podemos representado el papel más triste que quepa esperar de un bufón prosistema, no necesariamente del PSOE. La síntesis entre falangismo y peronismo que representa Errejón es una avanzada de lo que se avecina.

Y en esto le viene a uno preguntarse porqué lo que ha roto con IU/PCE lo ha hecho por la derecha (mil fragmentos aún menos derechistas) y porqué Podemos se alió electoralmente con tanto nacionalismo (Mareas, Compromís,...) que ahora también les abandonan. Quizá, si el lector se interrogase por las razones encontrase la pregunta básica ¿De verdad hay una identidad entre izquierda y clase trabajadora?

Yo creo que no. Creo desde hace tiempo que defender a la clase trabajadora, la que “de verdad” madruga, no la que han estado contado los facciosos ultraprivatizadores de todo (pensiones, sanidad, enseñanza,...) de Vox no significa tener una posición política electoral sino una muy básica, humana, la de defender algo principal: no ceder un milímetro más en las conquistas sociales que un día lograron nuestros padres y abuelos. Apostar por una vida decente, a la altura de un mundo civilizado. Y eso no nos lo van a regalar con las papeletas de los votos. Solo lo podremos lograr organizándonos como clase trabajadora. Lo ideológico viene después. Los comunistas no tenemos porqué ser “políticos”, al menos no en el sentido más indecente del término que le dan nuestros progres y burgueses.

29 de abril de 2019

28-A: DERROTA DEL BLOQUE DE LA TABERNA, EL PP SE DESPEÑA POR EL CAMINO DE LA UCD. LA HORA DE LOS MODERADOS, “MA NON TROPPO”

"Pelea en la taberna". Pintura de José Arrue

Por Marat

El cadáver aún caliente del PP se lo disputan las hienas de Ciudadanos y los buitres de Vox, mientras el muñeco de las sonrisas, Pablo Casado, yace inerte hecho un guiñapo. Se inicia la descomposición del PP, siguiendo la estela de la extinta UCD. La desbandada, que comenzó antes de las elecciones, se hizo chorro en la campaña, será torrente incontenible a partir de mañana en dirección hacia ambos depredadores.

Hablar de refundación del PP es ilusorio espejismo. Casado, el títere del derrotado sin comparecer electoralmente, Aznar, ha sido pulverizado y quienes fueron defenestrados por aquel ya están más fuera que dentro, muchos de ellos ocupados en los viejos asuntos mercantiles de la derecha clásica. Una hipotética renovación no parece que pueda venir de jóvenes o no tan jóvenes cuadros políticos porque los bandazos desde el aznarismo de campanario y rapiña fueron sustituidos primero por el sablista pragmático de Rajoy luego por una vuelta a las esencias de la dehesa de un Casado empeñado en disputarle a Abascal el espacio de la extrema derecha eterna de dios y cierra España. Tanto bandazo ha terminado por emborrachar a la parroquia, una parte de la cual ha salido en espantada hacia el nuevo PP que hoy representa Ciudadanos y hacia el original de ese viaje a las esencias ultras que es Vox. No les queda credibilidad para más maniobras, ni se vislumbra en el horizonte la existencia de un equipo capaz de renovar la dirección de un buque a la deriva que hace aguas por sus dos costados.

Sin embargo, la mejora electoral de los de Rivera y la irrupción con fuerza de los requetés de Abascal en el circo estatal parlamentario, no debe nublar el hecho de que Ciudadanos, en su intento acariciado con la punta de los dedos pero no rematado de sorpasso al PP, ha limitado por el centro su posibilidad de expansión, al escorarse hacia una derecha patriótica, ruda y esencialista y desbaratar su performance, siempre mal ejecutada, de moderación y de que el “éxito” esperado de la extrema derecha estaba claramente inflado desde las tabernas físicas y las virtuales de las redes, así como desde la Brunete mediática y la interesada colaboración de la progresía que, al grito de que viene el lobo, utilizó la amenaza ultra, que antes estaba pastoreada dentro del redil del PP, logrando captar el momento anímico de buena parte de la ciudadanía, asustada ante una deriva, más inducida que espontánea, confrontacional entre patriotismos de aldea que pudieran acabar con el ideal moderado de convivencia.

Sabe Sánchez y su equipo de asesores que España, educada en el conservador axioma de que en el centro está la virtud, es ese país que tras 40 años de miedo y sumisión a la dictadura se despertó un día “demócrata” y mesurada en sus posiciones políticas, no queriendo dejar memoria ni de su pasado “falangista” ni de la resistencia antifranquista de un socialdemocratizado y claudicante eurocomunismo. Eso explica tanto el inicial éxito de un partido creado desde el poder político por los posibilistas del franquismo que fue la UCD como de un resucitado, a pachas entre Berlín y Washington, con la colaboración de un sector de los fontaneros del Estado postfranquista, PSOE. Y Sánchez y los suyos se han aprestado a representar el papel que en si día encarnó Felipe González como gran modernizador centrista y “centrado” ante una España ovejuna y obediente a la que ni mil políticas de desposesión de los derechos sociales harían cambiar su resignado amén al virgencita que me quede como estoy.

Patético ha sido el espectáculo en estos años de un Podemos y compañía que pasaron de citar, sin nombrarle porque les avergüenza, a Marx en su alusión al asalto a los cielos de la carta del revolucionario alemán a Kugelmann en referencia a la Comuna de París y de “romper el candado constitucional” a blandir como catecismo del Padre Ripalda un ejemplar Constitución como garante de derechos sociales. Años antes el telepredicador Anguita exhibía el mismo texto al estilo del catecismo del padre Astete, clamando porque se cumpliesen los derechos al trabajo, la vivienda, la sanidad, las pensiones o la educación y mintiendo a sabiendas de que dichos derechos son meramente enunciativos, papel mojado en suma en un código cuyo modelo económico consagra el capitalismo y cuyo añadido por Zapatero artículo 135 elevaba a categoría superema el concepto de estabilidad presupuestaria y la preeminencia del pago de la deuda pública frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales; artículo que no será derogado por el futuro gobierno de centro progresista que formará el PSOE, con el apoyo de Podemos y otros socios de conveniencia.

La fuerte caída electoral de Podemos y socios, compensada por su más que probable papel clave en el apoyo a la formación del segundo gobierno Sánchez, salva a Iglesias de su defenestración política, hace de él tabla de salvación y lastre a su vez de un partido sin cohesión y con crisis permanente. En cualquier caso, habrá ajustes de cuentas menores, probablemente con Echenique, el Richelieu disminuido, como cabeza turco. 

De cualquier manera, con casi 5 años de retraso se cumple el pronóstico que hice de Podemos como depositario guardían temporal de los votos del PSOE que más temprano que tarde volverían a éste

Les espera un largo purgatorio, apoyando a un gobierno que, tras los aguinaldos por segmentos sociales de los Consejos de Ministros de los viernes pasados, no será un paréntesis de estabilidad social sino el nuevo brazo ejecutor de recortes sociales, más reformas laborales y de pensiones, mayores privatizaciones de servicios, en cuanto a las grandes corporaciones empresariales, el FMI y el capital europeo de Bruselas se lo dicten en esta nueva fase de la crisis capitalista mundial que ya asoma en el horizonte. Pero el cinismo de los electores, que hacen como que creen que el voto encumbra gobiernos con poder real y autónomo del auténtico poder, el del capital, lo aguanta todo. Y la falacia del voto como acto soberano con efecto real sobre la política también. Como no hay dos sin tres, tras las políticas reaccionarias de Felipe González, las reformas laborales y de pensiones de Zapatero, Sánchez continuará por la misma senda porque hoy es el caballo de refresco del capitalismo, que necesita cierta estabilidad política, ante el hundimiento del PP y la fragmentación de la derecha, mientras ésta analiza cómo se recompone y bajo que siglas lo hará predominantemente.

Mientras tanto, la no necesidad de Sánchez de recurrir al apoyo parlamentario de los independentistas de Puigdemont favorecerá la desinflamación de las tensiones en Cataluña y de ésta con el resto del Estado español.

Está por ver si la entrada en escena de la extrema derecha se consolida o o si, por el contrario, es un breve paréntesis que se limite a cubrir el tiempo de costuras en la recomposición de la derecha. Mi hipótesis es que ha venido para quedarse. El triunfo de los pragmáticos de ERC y la pérdida de papel en el sostenimiento del gobierno PSOE del independentismo unilateral le quitará una de las patas de su triunfo actual. Pero no le faltarán medios económicos, tiempo y cuadros afluyentes de diversas procedencias para fortalecerse. Cuando vuelvan mal dadas en la economía, la rabia social que ya no canaliza Podemos y que no puede organizar ni dar dirección política una opción de clase porque ya no hay comunistas, si tienen la habilidad para abandonar la línea liberal de la extrema derecha austriaca o brasileña que hoy les inspira, y optan por la social de Marine Le Pen, ahí sí que estaremos ante un auténtico problema porque, entonces lo que hoy es ultraderecha puede pasar a ser fascismo organizado y escuadrista realmente peligroso. Al fin y al cabo, extendiéndose la mancha parda por toda Europa nada puede vacunarnos contra ella, a menos que seamos tan cínicos y estúpidos como para creer que al fascismo lo derrotan las papeletas electorales y no una organización de la clase, consciente y con proyecto, lo que hoy no existe ni parece que vaya a asomar por el horizonte en muchos años.

Vendrán tiempos peores y nos harán más necios.

17 de abril de 2019

LOS LOBITOS TE VAN VACILANDO, LOS IMBÉCILES VAN VOTANDO, RA,RA,RA,RA


Por Marat

Un PP cuyo objetivo es impedir ser sobrepasado por la ultraderecha de VOX tratando de convertirse en ella. No porque intente pararla sino porque su intención es salvar al aparato de profesionales de la política que viven de ella.

Un partido que se arrepiente de su pasado más glorioso, aquél en el que Marinano Rajoy demostró ser el mejor presidente posible para su clase, la capitalista, en el período más álgido de la actual crisis, que volverá pronto a ser agudo, y que quiere envolver la realidad presente de millones de personas en la pobreza en un discurso patriótico y antinacionalista, haciendo nacionalismo.

Un C´s cuyo “mejor” logro es haber sido el puente necesario para entendimiento entre la derecha clásica y la ultraderecha en Andalucía y cuyo destino decreciente es el de sumar, en lo posible, al intento de reeditar el mismo pacto a nivel nacional.

Un C´s cada vez más liberal en lo economíco, mientras juega a “progre” en cuestiones, que también son liberales como los vientres de alquiler o la “muerte digna”, seguramente su más decente y compartible posición política.

Un VOX de Don Pelayo, la Reconquista, la unidad de la patria, los cazadores, los toreros y alguna otra tontería eficaz en la taberna y twitter, mientras está dispuesto a acabar con conquistas sociales tan básicas como las pensiones y la sanidad públicas y pretende dar ventajas a la educación privada mediante el cheque escolar a la concertada, de interés privado para los padres pero pagado públicamente.

El VOX de un ser coherente como Abascal, partidario de la economía privada que siempre ha vivido de la pública, el patriota del “novios de la muerte” que se escqueó de la mili a base de prórrogas.

El PSOE, el de la revonversión industrial de Felipe González, que destruyó gran parte del tejido económico del país para ser admitido en la UE y asumir el papel de España dentro del marco capitalista europeo -país de camareros-, el mismo presidente que aumentó los años de cotización de las pensiones, de lo que ustedes ni se acuerdan ni queren. El mismo PSOE que, con Zapatero, aplicó dos reformas de las pensiones y una de la reforma laboral que dejó la indemnización al empleado en 20 días por año trabajado y facilitó el concepto de los “despididos objetivos”. El PSOE de Sánchez, que ha logrado la aprobación de muchos decretos pero se ha reído de las pensiones, no revolviendo su futuro, pero vendiendo una “actualización” de las mismas.

Podemos y su miniyo IU. El primero pregonaba la democracia de base y digital, y demostraró que se carcajeaba del primer concepto y que de las primarias 2.0 hacía un tongo habitual.

Podemos, la gente que nunca fue clase, pero ahora quiere quiere disfrazarse de tal, que iba de ciudadana y que veía “empresarios patriotas”, que enarbolaba la idea de patria pero que tiene un lío impoortante con el concepto en Cataluña y en Canarias, que iba a asaltar los cielos pero ha decidido destruir las calzadas en las grandes ciudades con cráteres inmensos, que iba a romper el candado constitucional pero ahora tiene a un cómico presentando un librito tamaño mini diciendo que hay que cumplir la Constitución, al estilo Anguita, aunque lo que reivindique sean artículos meramente declarativos pero no obligatorios. Iglesias, el que exigíó no se cuantos ministerios para impedir un gobierno de colación de progres y acaba tratando de convencernos de que lo que mejor que puede pasar a no se sabe qué cosa (¿la clase, la gente, los ciudadanos?) es votarle.

En medio de todo esto, ni los que sobreviven en la desesperación, ni los que cobran algún tipo de ayuda pública, ni los que aún no llegan a ser mileuristas, ni los que sobrevivimos dentro de la oscura economía del búscate la vida, ni los que rebuscan en la basura, ni los pobres de toda condición, vamos a mejorar ni un ápice de condición si esperamos de todos estos canallas (incluidos los corruptos de PNV y los sinvergüenzas indepes de Cataluña, los peores recortadores sociales) algo que nos dé un solo minuto de esperanza.

La única que nos queda es organizarnos como clase, pegarnos al que anda tan doblado como nosotros, organizar la solidaridad desde lo más inmediato y necesario de cada uno, no fallar al de al lado, consttruir organización, plantear la batalla allá donde nos afecte, ver que cada lucha concreta debe mirar más allá de esta.

24 de febrero de 2019

ESCONDIDOS TRAS LA SILLA DE RUEDAS DE CARMENA, CHUPANDO LOS PECHOS MATERNALES DE IGLESIAS Y EL DESPIPORRE DE GARZÓN


Por Marat

Cuando era joven, allá por la época en la que John Kennedy Toole escribió “La conjura de los necios”, todavía se decía aquello de “éramos pocos y parió la abuela”. Afortunadamente aún no habían intentado imponer sus tiránicas estupideces los progreliberales inquisidores de la antiopresión de todas las diversidades mundiales que nada tengan que ver con la sostenida y creciente depauperación de la clase trabajadora.

En aquella era arcaica a la que antes me referí aún decíamos cosas como “una imagen vale más que mil palabras”. La cosa es que en un mundo en el que lo inmediato es decisivo, la reflexión está mal vista, la banalidad es el titular y la filosofía es inútil para los objetivos de la productividad y el beneficio, el meme acabó por convertirse no en la superioridad de la imagen sobre el discurso sino en el todo definitivo y el tuit del gracioso de turno en la fase superior del pensamiento chimpancé.

¿Cómo no iba a ser la política una expresión de todo esto? O, al menos, la política de izquierdas; esa corriente que fue pasando del reformismo prosistema en su origen, la conciliación de la “Liberté, Egalité y Fraternité” entre la “bourgeoisie” y los “sans culottes”, a la nada más absoluta, el oportunismo más indecente y la fuente de supervivencia profesional de tanto vividor de las esperanzas y derrotas de los humillados.

Hay fotografías que lo dicen todo, como la que acompaña a esta entrada del blog. Escondidos bajo la falsa sensación de protección de su futuro como profesionales (malos) de la política, tras la silla de ruedas de Manuela Carmena, caminan dos concejales de Ahora Madrid, mañana Menos Madrid. Tras ellos caminan haciendo coro de rastreros otros personajillos de menos fuste. Todos ellos aspiran a renovar su chupe del bote municipal, mientras los barrios del sur (donde vive la mayoría de la clase trabajadora madrileña) languidecen entre basura y suciedad, mobiliario urbano deteriorado, falta de infraestructuras y cráteres que hay que jugar a sortear en sus calzadas para evitarlos y no dejarse un neumático o un amortiguador en la hazaña conductora. Si en el período Rajoy los alcaldes inauguraban rotondas, es previsible que la señora Carmena, que ha esperado a Pedro Sánchez para poder saltarse los límites del gasto que imponía Montoro (el gobierno municipal de Madrid ha sido especialmente lacayuno durante estos años en cumplir con las reglas de austeridad impuestas), ahora lo hará inaugurando rellenados chapuceros de baches. Hay algunos que por su dimensión quizá merecieran el corte de la cinta por la alcaldesa o, como mínimo por el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Atajos y Socavones Mil, José Manuel Calvo.

Mientras tanto, la alianza mafiosa del ladrillo y la banca pegará, gracias al consistorio de Ahora Madrid, el mayor pelotazo especulativo urbanístico de la historia de la ciudad 13.200 millones de negocio según datos del ayuntamiento), el antes conocido como Operación Chamartín y ahora como Madrid Nuevo Norte. Lo que no llegó a ejecutarse ni con el PSOE ni con el PP se hace ahora con el ayuntamiento del “cambio”.

Por contra la sensibilidad social hacia los paganos de la crisis capitalista por parte de la señora Carmena y sus secuaces se muestra con claridad en su respuesta a las preguntas de los periodistas durante la presentación del Carnaval de Madrid 2019 respecto a su opinión sobre el desahucio de cuatro familias de la calle Argumosa 11, en el neopijoprogre y gentrificado Lavapiés.

"Yo quisiera que estos fueran, pues, los últimos desahucios que se producen con estas características... Y ahora, ¿intentamos hacer preguntas del Carnaval que nos sorprendan con respuestas que os sorprendan?". A otra cosa, mariposa, que al Ayuntamiento del “cambio” lo que le importa es el Carnaval ¿Cómo no iba a ser así, cuando durante todo el mandato de este grupo político los lanzamientos se han seguido produciendo con la misma impunidad que en la época de Ana Botella (PP)? Ya vemos que, gobierne quién gobierne, “el si se quiere se puede” o, el más simplificado, “sí se puede” obamaniano no son otra cosa que sloganes publicitarios de campaña política cuando la realidad es que quien manda es el capital y los políticos del parlamentarismo burgués sus títeres a sueldo. Cuando la necesidad de acumulación del capital se impone (la presencia de las vivienda turísticas de Airbn es brutal en ese barrio), la política de la representación “democrática” es un trampantojo al que se le van viendo, cada vez con mayor claridad, los rotos por los que asoman la pobreza (sin apellidos para clasificarla, trocearla y disminuir su realidad), la sobreexplotación laboral, los desahucios, los contratos basura, los salarios de miseria,...y la causa de todos ellos ¿Hace falta que se la mencione?

A esa otra alcaldesa del “cambio”, clon joven de Carmena, llamada Ada Colau, también se le mueve su mundo de forma inconveniente. “Els comuns”, una suerte de aventureros representantes de todas las tendencias del reformismo proge, también se le mueve el parchís (hablar del tablero de ajedréz para la política gallinácea es muy exagerado). Los comunes se descomponen en línea con lo que le pasa a su socio Iglesias. Tras la dimisión de Xavier Domènech, uno de los políticos de más fuste con el que contaban y el oscurecimiento del ex dirigente sindical y socialdemócrata más honesto de todo ese grupo político, Joan Coscubiela, sin duda el referente más claro de una posición que apunta hacia cierta idea de clase dentro de “els comuns”, Elisenda Alamany, ex portavoz de los mismos en el Parlament, deja el grupo para acercarse a ERC. Junto a ella, Joan Josep Nuet, que en su día se presentó como candidato Coordinador Federal de IU frente a la candidatura en la que fue elegido Cayo Lara (¿para cuándo un análisis de cómo ha sido posible que en IU prosperasen desde españolistas bravíos como Francisco Frutos hasta aventureros como Iglesias o Tania Sánchez, pasando por personajes como Monedero, Nuet o el ex nazi Verstrynge? Para nunca. Demostraría que del compostaje de esa organización nació lo que hoy vemos) , propone a su partidillo de bolsillo, Comunistas de Cataluña, alianzas electorales con dicho partido independentista. Algún día alguien debería contar cuál fue la deriva del PSUC, aún más socialdemócrata que el PCE de Carrillo porque tenía más perspectivas electorales, sus dirigentes provenientes de la burguesía desde Antoni Gutiérrez Díaz, sus escisiones, los disfraces mutantes de Mortadelo derivados de la diáspora que vino tras sus sucesivas rupturas y la siempre pero creciente tendencia de la catalanidad sobre la posición de clase.

En paralelo, la puñalada por la espalda del aprendiz de un Maquiavelo de pegote, Errejón, a su antiguo compinche Iglesias encuentra su ironía poética en la del pulpo que le cayó de un grupo de jóvenes en la UVA (Unidad Vecinal de Absorción, viviendas de baja calidad que sustituyeron a antiguas chabolas, siendo posteriormente reemplazadas por torres y bloques, característicos de la construcción especulativa de aluvión en los barrios obreros de finales de los 60 y principios de los 70 del pasado siglo) de Hortaleza.

Merece la pena que vean el vídeo completo, si es que no lo han visto ya porque, aunque provengan de una organización pantalla de uno de los grupos de “comunistas” más sectarios y dogmáticos (Reconstrucción Comunista) que uno pueda encontrarse, las críticas que le lanzaron son asumibles punto por punto y en todas sus palabras, de la primera a la última. En cualquier caso, coincidir en la crítica, no supone en absoluto por mi parte hacerlo en su visión política.


Si hay algo que demuestra, el vídeo es que lo que algunos ya sabíamos, que en un entorno no amable, ni formado por fieles devotos, Errejón es un bluf, que carece de otro argumentario que el de la antigua fe de todo el poder para los arribistas del parlamentarismo burgués, se confirma aquí.

No dudo que tiene su público, ese que “juega a la política” en sus ratos libres, para el que la lucha solo tiene un destino, el de ocupar las instituciones, y que concibe la acción como una forma de ocio y realización personal y no como un medio para crear organización de clase, con perspectiva de clase y objetivos de transformación socialista de la realidad. Pero el viaje de Errejón no llegará muy lejos dentro de Más Madrid porque es una opción a la que se le ven aún más las costuras de encumbramiento personalista de los conjurados que al propio Podemos, lo que es no mucho sino muchísimo. Dado que la supervivencia de la profesión política es el objetivo real primero y último de la operación Errejón-Carmena nadie debe sorprenderse de las piruetas políticas que darán los principales actores de la jugada. Veremos dónde acaban. Algunos quizá se sorprendan. Otros lo haríamos si no fuese así.

En alguna habitación del chalé de VillaIglesias, el hiperdisminuido ex macho alfa rumia, impotente, su venganza ante la traición de los “errejoners” y socios circunstanciales mientras amamanta con sus pechos nutricios a sus gemelos. Sabe que su tiempo inevitablemente ha pasado aunque aún no alcanza a comprender, porque su soberbia se lo impide, que a medio plazo la “operación coleta” fue una estrategia diseñada desde sectores de los poderes fácticos y mediáticos para guardar los votos del PSOE mientras aparecía el mesías Sánchez que los recuperase. Y, de paso, atemperar la tendencia hacia la deslegitimación de la representación política que, en la época de la creación de Podemos, era ya acentuada.

Iglesias ve traiciones por todos lados, de propios (desde Errejón a Besansa, desde fieles hasta ayer, como Espinar, hasta barones regionales que le han montado una dirección paralela desautorizándole) y extraños (desde Compromís hasta las Mareas, desde Equo hasta ese Oximoron llamado Izquierda Unida, pasando por los anticapis). Posiblemente en la mitad de los territorios Posemos se vea abocado a presentarse en soledad. Ya solo le quedan como fieles escuderos Echenique, y veremos si éste ni vuelve a Ciudadanos, de donde vino, y Montero. A la primera la ha convertido en su lady Macbeth particular y puesto por delante para hacer pantalla y que el mundo se olvide un poco de él hasta ver si se desdibuja su imagen de “tristón, aburrido y amargado...mientras se cuece en su “salsa de estrellas”...rosa pálido, en una pirueta histórica que ahora se vuelve contra él y le devuelve su propia imagen en las palabras dichas contra su ex formación que luego acabó siendo su miniyó y ahora es uno de sus dubitativos y codiciosos socios, viendo como su peso político disminuye a velocidad acelerada.

El pseudointelectual político Iglesias, que nunca pasó de la lectura de la mitad de algún manual de citas de Gramsci, ordenado de la A a Z, ve ahora acercarse al bosque de Birnam al castillo de Galapagar, sin comprender más que una parte de las causas de su mal. Seguramente sabe que Podemos nunca fue un partido, en el sentido leninista del término, sino una agrupación de agraviados con mentalidad de clase media y aspirantes a servidores profesionalizados del Estado burgués, sin otro elemento de común que las aspiraciones de cada uno de sus socios internos y externos porque, como él mismo sabe, lo ideológico ya no se lleva. No comprende, a pesar de haber sido profesor de “Teorías y formas políticas” y, por tanto, haber tenido que tratar en clase las formas de dominación política de Max Weber, que el modelo de autoridad carismática (propio del cesarismo o el bonapartismo) se agota cuando el líder muere o deja de ser líder reconocido como tal. Pero, si esto no le hubiera bastado debiera haber sido suficiente para él, buen conocedor de la República Bolivariana de Venezuela,que la el análisis de Weber sobre los tres modelos de dominación legítima (el racional, el tradicional y el carismático) se cumplió a rajatabla tras la muerte de Chávez y su sustitución por el mediocre y patético Maduro. Cierto que la obra de Weber “Economía y sociedad” es el intento burgués de refutar la obra de Marx pero quien no conoce al enemigo o es incapaz de aprender algo de él es alguien políticamente muy limitado. Y Pablo Iglesias ha dado muestras sobradas de ello.

Tampoco Iglesias ha comprendido hasta qué punto sus equilibrismos políticos, sus tacticismos zigzaguantes, sin otra estrategia que el el crecer electoralmente, sus contradicciones y sus contínuas rebajas programáticas, que son suyas porque Podemos ha sido un partido vertical, a pesar de los anticapis y los errejoners, sujeto a la ley de hierro de la oligarquía de Michels, le situaba permanentemente en la contradicción de la contradicción. Cuando comenzó su declive electoral, se fue rompiendo de modo más sangrante y a la luz pública, el falso monolitismo de esa dirección basada en su sagrada coleta, en una carrera hacia el acomodo de cada ambición personal. Fueron muy pocos quienes se retiraron hacia sus vidas profesionales sin bronca porque, en gran parte de los casos, aquellas eran mucho menos interesantes o, simplemente, la de político había sido la primera en la que debutaron.

Podemos nació en un plató. Y no era el de la Sexta, ni en el de la tele virtual de Público, ni en “La Tuerka”, ni en “Fort Apache” sino en “El Gato al Agua” de Intereconomía en abril de 2013. Por mucho que “La Tuerka” fuera anterior a sus colaboraciones en Intereconomía, lo que le dio el espaldarazo mediático fue precisamente su participación durante aproximadamente 7 meses en dicho programa lo que le posibilitó que fuese alguien conocido porque las demás televisiones La Sexta, Cuatro, etc. le acogieron a partir de entonces como tertuliano habitual. Las televisiones se fijan en otras televisiones de TDT, no en las de Internet.

De su cierta notoriedad pública al lanzamiento televisivo de Podemos todo sucedió muy rápido, demasiado rápido para no resultar sospechoso. Conviene recordar que cuando nace Podemos faltaban solo 2 meses para que Pérez Rublacaba anunciara (mayo de 2014) su dimisión como secretario general del PSOE, que haría efectiva en junio. En julio es elegido Sánchez que, por entonces, era mucho menos conocido que Iglesias. Cuando Podemos y sus socios no apoyaron su investidura de Sánchez tras las elecciones de 2015 y 2016 se inició el “desenamoramiento” mediático de este partido y de su líder, lo que confirma la tesis de que ambos habían sido impulsados para guardar los votos del granero PSOE. Tras el regreso de Pedro Sánchez como dirigente victorioso de su partido tras el golpe de mano de Susana Díaz que provocó su cese, Podemos era ya el gatito dócil que había asumido su papel subalterno que hoy conocemos respecto al PSOE. Por el medio se había producido, no el sorpasso en las elecciones de 2015 y 2016, sino la sorpresa...para los podemitas, no para los demás. Su actuación en las dos ocasiones derivadas de dichas elecciones en las que Sánchez presentó su candidatura a la Presidencia del Gobierno marcarían un evidente antes y un después, para los medios y para muchos de quienes habían sido hasta entonces sus electores. Dado que Podemos fiaba toda su estrategia, objetivos y acción política a la vía parlamentaria, comenzaba a entonar su largo y agónico canto del cisne. Hoy, de su colaboración con el PSOE solo puede exhibir como gran mérito la subida del salario mínimo interprofesional y, aunque se empeña en ello, no unos presupuestos Generales del Estado que no han sido aprobados, como tampoco el sostenimiento de las pensiones públicas, que le pasará factura, aunque su posición de levantarse de la Mesa de Toledo pueda ser comprensible pero solo para los sectores más y mejor informados.

¿Qué decir de la IU de Garzón, nacida, no lo olvidemos, de la fundada el 29 de abril con los siguientes grupos Partido Comunista de España (PCE), el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), el Partido de Acción Socialista (PASOC), Izquierda Republicana (IR), la Federación Progresista (FP) -la de Tamames, que tenía un tesorero ladrón ¿saben lo que hoy defiende el economista?-, el Partido Humanista y el ¡¡¡Partido Carlista!!! (¿saben ustedes lo que significó el carlismo en España y cómo fue uno de los elementos que apoyaron el levantamiento militar de 1936? No, es que hay carlistas buenos. Vale, váyase a tomar por culo y muérase). Sobre esta cuestión he escrito en numerosas ocasiones sin hallar respuesta. Dudo entre el hecho de que le personal no lea o lo haga sin comprender, que carezca de la cultura política para saber de qué hablo o simplemente de que algunos de mis lectores sean una pandilla de sinvergüenzas.
¿Y de Garzón? Algo positivo de entrada porque tampoco es cosa de negar las capacidades mi enemigo de clase. Ha tenido la inteligencia personal o “inducida” para poner en evidencia a quienes le cuestionaron su pacto con Podemos, demostrando que antes ellos pactaron con el franquismo evolucionado de Suárez y de Fraga.

Por lo demás, Garzón es un personaje del que no sabemos casi nada antes de debutar como diputado por Málaga. Parece que tuvo algo que ver con el 15-M de la zona. No sabemos el qué ni cuáles fueron sus méritos dentro de u movimiento tan sospechoso desde una perspectiva de clase. Eso sí, sabemos que tejió amistades con los ATTAC, esos que tuvieron una ex vicepresidenta en Francia que ahora lo es del comité de planificación del Transnational Institute de Ámsterdam, apoyado por George Soros. También sé de la admiración de Soros por Alberto Garzón.

Curiosamente hay un vínculo indirecto acerca de lo que representa un sujeto como Alberto Garzón que es el siguiente (si les interesa, no es directo y requiere cierto análisis. Ustedes verán):
  • Alberto Garzón escribió el 3 de Agosto de 2018 un artículo en el que se preguntaba si era el marxismo un método científico. Les adelanto lo siguiente: nunca he creído que el marxismo sea una ciencia pero sí que su método es científico. Se lo explico: aunque Marx y algunos marxistas (reconozco no más de una docena) no han creado verdad inmutable y siempre demostrable, si que generaron un sistema de contrastación entre realidad e ideología (en el sentido negativo de Marx, como inversión de la realidad). Cuando se usa dicho método uno comprueba que los hechos no se separan demasiado del análisis. Es más, muy poco. Pero, si uno piensa en los análisis de Lenin previos a la revolución de octubre y en los casi inmediatos (las tesis de abril) llega a la conclusión de que había una capacidad de conocer el nivel de madurez de los acontecimientos que conducirían a la revolución soviética e incluso respecto al momento preciso (recomiendo leer las actas de las reuniones inmediatamente anteriores al instante preciso de los bolcheviques)
  • Alberto Garzón toma como figura determinante de qué es ciencia y qué no a Karl Popper, uno de los pensadores más reaccionarios de la historia, modelo teórico de George Soros, para el que los hechos son permanentemente refutables, hasta tal punto de que siempre cabe la posibilidad de que sean provisionales y, por tanto, refutables. No cabe negarle a Popper la capacidad de plantear una cuestión clave: la provisionalidad de las conclusiones. Pero, si de lo que se trata es de negar la solidez de los hechos de partida, estamos ante un relativista que, sin duda, también lo es moral.

Pues bien, ese Alberto Garzón es el mismo que en su día rechazó las primarias y que luego las organizó de modo que no hubiera sorpresa.

El Alberto Garzón del pacto de los botellines es el mismo que unos meses antes le sacó los dientes a Podemos, que luego de lo que no fue entendimiento sino entrega, intentaba ver la posibilidad de sacar cabeza en el Congreso, el mismo que echó a miles de miembros de IU (no soy tan exagerado como para hablar de militantes) en Madrid y en otros lugares, el que ahora pretende una mayor representación electoral dentro de Unidas (lo del femenino es la polla) Podemos.

En Garzón y en la dirigencia de IU no hay principios sino voluntad de mantener el chiringuito que les permita vivir. En lo que les quede de la base tengo muy claro que hay gente de izquierdas. Ni un solo comunista porque, se autodenominen como quieran esos mediocres solo son de izquierda. De comunistas ni un ápice. Son de las ideas de la Revolución Francesa. De la de Octubre solo vieron la peli. El libro les obligaba a demasiado y les hubiera cuestionado un poco su papel.

Pero sería injusto si no admitiese algo a la IU de Alberto Garzón, más allá de las gilipolleces que hacen en redes sociales. Parecen gente que habla de la clase trabajadora salvo cuando ponen por delante a todas las identidades (feminismo del género, animalisno, etc) que no es la clase. Y eso es lo habitual, si no tienen un aviso de europa press que hable de un ERE. Se nota que tienen unos sindicalistas de la hostia.

Garzón es el que se ha tragado que intenten engañar a los pensionistas con la supuesta subida de las jubilaciones y que no ha dicho nada ante la mochila austriaca que preparaba el gobierno del PSOE ¿Ha dicho algo sobre la “mochila austriaca” que tiene dicho partido como posibilidad alternativa al paro y a las pensiones? Ah, que el afiliado de IU no sabe nada de esto.

Hablemos en serio. Ni la ¿dirección? de Podemos tiene nada que decir en términos de clase porque lo suyo es la gente (bueno, ahora hablan de la gente trabajadora. Cuando desciendan por debajo del 5% hablarán en términos de clase) ni la de IU, por mucho que Garzón parezca hacer buenos análisis en esos niveles. Cuando suceda la debacle vendrán algunos IUpodemitas a contarnos no se sabe qué sobre las críticas que tienen que hacer a lo que les ha pasado. Al fin y al cabo, para ambos partidos la justeza o error de un planteamiento político se mide por los resultados electorales.

En un momento en el que frente a la pobreza que padecemos el 40% de la población, frente a cuántos casos de desahucios se darán, frente a cuántos trabajadores vivimos en la economía sumergida, frente a cuántos somos hoy realmente pobres, no tenemos una organización de clase que nos defienda sino un conjunto de trepas organizados para seguir viviendo a nuestra clase ¿Seguiremos permitiéndolo?

La necesidad de construir organización de clase no puede seguir pasando por el pseudoizquierdismo de IU ni de Garzón. Podemos es un cadáver putrefacto. Que haya gente que trata de demostrar que IU es diferente solo demuestra que son indecentes. Tragaron antes con lo que era Podemos.

Es el momento de plantear otras perspectivas. Desde el Espacio de Encuentro Comunista no hemos intentando nunca demostrar verdades pero sí plantear que la necesidad de organizarse debe hacer desde una perspectiva de clase y que ésta solo se adquiere cuando uno busca comprender lo complejo junto a otros compañeros que puedan ayudarle a entender lo que le pasa.

19 de febrero de 2019

28 DE ABRIL, TE TOMAN EL PELO PORQUE ERES ¡¡¡¡¡IMBÉCIL!!!! (Y ME FALTAN SIGNOS DE ADMIRACIÓN)


Por Marat
Ni los que conocisteis las primeras elecciones postfranquistas de 1977 ni los que habéis ido entrando en cada una de las estaciones electorales posteriores me parecéis respetables. Desde aquellas elecciones previas a la Constitución Española hasta el día de hoy os han tomado el pelo.

Se puede ser idiota un rato, unos años o toda la vida. Vosotros sois de los que pertenecéis a la estupidez humana con una devoción infinita.

Desde el instante en el que se llegó a la Constitución española renunciando a querer conocer el pasado nacido de una derrota militar lograda por una clase social que se negó a admitir una posibilidad reformista en los años 30 del pasado siglo, demostrásteis que, como nación, erais un país inútil para la memoria.

Desde el momento en el el que decidisteis que no queríais que os recordasen como fascistas ni que os tomasen por comunistas en las primeras elecciones de 1977 demostrásteis que erais gilipollas. Labrásteis lo que, como país habría de ocurriros con vuestra ilusión de ser europeos. Hoy vemos lo que eso significa.

Cuando llegó el recambio del suarismo (UCD. Lo peor es que a los que tienen menos de 30 años ni les suena de qué hablo) con el PSOE de González. Eran los años de España como anfitriona del Mundial de Fútbol, mas tarde de las Olimpiadas de Barcelona y de la Exposición Universal de Sevilla. Cada cuñado español fue feliz de pertenecer al Estado español, al que no le molestaba llamar España, incluso a muchos independentistas actuales de Cataluña o de Vitigudinos, que idiotas hay hasta en el pueblo más desierto.

Luego llegaron aquellos maravillosos años del azanarato en los que se terminó de destruir lo que quedaba de las empresas públicas, en las que sus trabajadores eran respetados socialmente, pero nos fue muy bien porque nos rebajan los IRPFs mientras se iniciaba la descomposición de las conquistas sanitarias, educativas y de pensiones.

Pronto vendría Zapatero para elevar la edad de jubilación, hacer dos reformas laborales, una detrás de otra y comenzar con los recortes sanitarios.

Pero, afortunadamente, llegó Rajoy, que lo hizo bueno en todo lo anterior. Con el PP tuvimos el odio intenso necesario que nos hiciese olvidar al Presi anterior.

Y, por fin, llegó Sánchez, el hombre incombustible, el que nos ayudará a olvidar el tiempo vencido. El que nos va a convencer de que darnos un poquito de oxígeno es socialismo, de que darnos unos gramos de supervivencia hasta que lleguen los próximos recortes es igualdad. Justo la peli que nos vendió Zapatero.

Enfrente tienen ustedes la peli de lo que los progres llaman el “trifachito”. Una de tantas ficciones en las que lo principal es que nos creamos que hay unos malos muy malos de la derechuza y extrema derecha que son los auténticos malvados liberales contra los que se enfrenta el auténtico socialismo ¡Ay, por dios!

Fantástico que ni nos enteremos ni nos queramos entender que hay un descaro indecente equiparable a la época en la que Podemos y su miniyo, IU, intentaban vendernos que ellos iban a romper no sé con cual realidad social. Tampoco con el ridículo papel que han hecho desde su fundación, que no fuera la colocación del personal.

Cada uno lo suyo.



2 de diciembre de 2018

LA REVUELTA DE LOS “CHALECOS AMARILLOS” REFUTA AL SISTEMA POLÍTICO FRANCÉS

Fuente: dprezat. Flickr. París: Rue de Rivoli

Por Marat

Estos días los medios de comunicación españoles cuentan, con calculada medida (no sea que se extienda fuera de Francia, como ha sucedido en Bélgica), la revuelta francesa de los “chalecos amarillos” (“gilets jaunes”). Llama la atención que lo que sucede en Francia, aquí al lado, tenga un tratamiento limitado y tan escaso en explicaciones, más allá de las relativas al efecto de la subida de los carburantes sobre los usuarios y a un intencionado intento de vincularlo al lepenismo.

Sin embargo, apenas he leído contextualizaciones que traten de buscar explicaciones más allá de que Macron sea un presidente liberal, elitista y poco dado a escuchar la voz de la calle y al diálogo y de la ya mencionada subida de los carburantes sobre las clases populares francesas.

Desde el estallido de la crisis capitalista a nivel mundial, Francia ha conocido tres presidentes -Sarkozy, Hollande y Macron- cada uno promotor de políticas más reaccionarias, antipopulares y liberales que el siguiente. Durante estos años los tres presidentes han sido elementos de gran importancia en el mantenimiento del eje germano-francés, que ha sido decisivo en la implantación de las políticas de austeridad y recortes sociales contra las clases trabajadoras en toda la UE y que ha tenido su plasmación en el conjunto de las economías nacionales de la Unión.

En Francia, como en España o Grecia, hubo huelgas generales contra estas políticas pero ello no era obnstáculo para que en Francia y en España, como en Italia, Alemania, los Países Bajos o los nórdicos la izquierda y el sindicalismo mayoritario hayan formado parte del entramado de relaciones que hace años definí como “la corporación”. Es decir, ni la izquierda ni el sindicalismo mayoritario han estado en los últimos 50 años al menos dispuestos a romper los límites del juego político que el Estado capitalista había marcado. En el caso del sindicalismo mayoritario en esos países se ha venido caracterizando desde hace mucho tiempo como un sindicalismo de concertación, o incluso de cogestión de las relaciones sociales de producción capitalistas y no de combate contra el capital. La única excepción de la que puede hablarse en Europa dentro del sindicalismo mayoritario la representa el PAME griego.

Mientras tanto, no ya los partidos autodenominados socialistas o socialdemócratas sino la gran mayoría de sectores de la izquierda excomunista, que incluso tiene el descaro de seguir llamándose comunista, y de la llamada “izquierda alternativa”, fueron abandonando la práctica de clase -el discurso, lo ejerzan o no, importa muy poco si la práctica lo niega- para irse integrando en los cien mil identitarismos posmodernos, negadores de la clase como eje del principal antagonismo, el de capital-trabajo.

En ese vacío es donde surge en las luchas de carácter social el espontaneismo, el rechazo a ser representados en las luchas por organizaciones clásicas, el aparente apoliticismo, que más que apoliticismo es prepolítica y apartidismo, la transversalidad ideológica de movimientos cuya chispa prende a partir de circunstancias, cuestiones y revindicaciones concretas.

Hay quienes han sentido la tentación de establecer comparaciones entre el movimiento de los “chalecos amarillos” y el de los indignados españoles del 15M. Fuera de los elementos de transversalidad ideológica, aparente apoliticismo y surgimiento en las redes sociales nada en lo que se parezcan.

Si el 15M fue principalmente un movimiento nacido de la generación joven de unas clases medias urbanas, fundamentalmente de las grandes ciudades, que veían el fantasma de su proletarización y descenso social, como luego se vio en la composición de sus figuras más relevantes y que hicieron carrera en la política, el movimiento de los chalecos amarillos es ante todo un movimiento de las clases trabajadoras y pequeños autónomos de los barrios dormitorio populares alejados de las grandes ciudades y sus centros y de la Francia agrícola. Personas que utilizan sus vehículos particulares para desplazarse a sus lugares de trabajo porque la red de transporte pública francesa es muy insuficiente para sustituir el uso de medios privados.

Si el 15M nació con un programa en el que en primer lugar destacaban los elementos de tipo político (aquello de la democracia participativa), al que luego se le añadieron los de tipo económico, básicamente referentes a la economía financiera (la banca), a la que se incorporaron ciertos utopismos de la llamada economía colaborativa, que ya sabemos hoy lo que es, el movimiento de los chalecos amarillos ha arrancado con una agresión claramente económica y muy concreta la brutal subida de los carburantes, a la que se ha sumado la llamada ecotasa del gobierno de Macron.

De hecho, Macron se envuelve en la bandera ecologista de parar mediante estas medidas impopulares el cambio climático.

Pero los chalecos amarillos ya no se detienen en la cuestión de la subida de los carburantes. Incorporan todo un temario de propuestas de tipo socioeconómico marcadamente igualitario, como la reversión de los recortes, la mejora de las pensiones, el apoyo a las familias más desfavorecidas, aumento del salario mínimo, fomento del empleo no precario, restablecimiento del impuesto a las grandes fortunas, recuperación de los servicios públicos, jubilación a los 60 años,...Es evidente que se trata de demandas reformistas pero no existen energías revolucionarias que vayan por delante de aquellas y se trata de exigencias que conectan con las necesidades inmediatas de la clase trabajadora francesa, al igual que la de la clase trabajadora de otros países de la UE.

Entramos con esta cuestión de carácter aparentemente solo medioambiental en una temática de la que prácticamente nadie, a derecha e izquierda -¡cuanto se parecen ambas!-, parece interesado en hablar. Que la transición energética de unas energías muy contaminantes y no renovables a otras pretendidamente limpias (ya veremos cuánto lo son y su impacto ecológico en el futuro) y renovables va a golpear fundamentalmente sobre las espaldas de la clase trabajadora, que la llamada sostenibilidad es la gran coartada para sacar de las calzadas a millones de trabajadores que no pueden permitirse comprar un vehículo nuevo (ecológico o no) y del mayor pelotazo económico que pegará el capitalismo en toda su historia. Hasta ahora no estamos viendo prácticamente medidas económicas gubernamentales, ni a derecha ni a izquierda, que ayuden a la clase trabajadora a hacer más llevadera esa transición energética pero no faltan las ayudas de esos mismos gobiernos a sectores como el del automóvil, ya sea en sus versiones eléctrica o de hidrógeno. Para la clases medias-altas y ricas la transición ecológica será, en cambio, algo muy soportable y que les ayudará a sentirse ambientalmente responsables y mejores personas.

El mayor efecto que ha tenido el 15M ha sido el del empleo de centenares de personas en la política, ya sea como representantes, asesores o técnicos. La lucha de los “chalecos amarillos” apunta directamente contra esta nueva forma de austeridad que dejará fuera del acceso al vehículo a quienes lo necesitan para trabajar o para desplazarse a sus trabajos por falta de alternativas de transporte público adecuadas y que tendrá el correlato de un gigantesco negocio para la gran industria. Para quienes tengan que desplazarse una media de 50 o 100 kms al día, y les aseguro que son muchos más de los que puedan pensar, la bicicleta o el patinete eléctrico no serán una alternativa. Hoy son más bien una moda urbanita.

He visto en estos días a personas que se dicen de izquierda, algunos de las cuáles se autodefinen comunistas, condenar a este movimiento porque dicen que está infiltrado por el partido de Marine Le Pen, algunos incluso se atreven a decir que está dirigido. La ignorancia siempre ha sido mala cosa. Es madre de la estupidez, la falsedad y el comportamiento reaccionario; ese al que algunos dicen combatir para acabar por caer en aquello que condenan.

Éste es un movimiento, como todo el que tiene débil organización, estructuras líquidas y es politicamente diverso -con trabajadores y pequeños autónomos de izquierda, de derecha y mediopensionista, que es lo que casi todo el mundo es en este mundo ideológicamente tan confuso-, y con liderazgos muy débiles, cambiantes y, desde luego, no unánimemente reconocido desde dentro.

No debe sorprender, por tanto, que haya en su interior elementos lepenistas. Lo que sí debiera sorprender es que la izquierda francesa y los sindicatos mayoritarios, lo acogieran con desconfianza, cuando no abruptas descalificaciones, sobre todo cuando muy mayoritariamente está compuesto por trabajadores. Claro que si llevas decenas de años practicando el discurso de clase media y mirando hacia ella para buscar el voto, quizá no conozcas nada de los intereses y necesidades inmediatas de la clase a la que en el pasado decías representar. Cierto que a última hora los Melenchones, las Segolenes Royales y hasta los muy social-liberales Hollandes se van sumando oportunistamente a un tibio apoyo de lo que antes condenaron, no sea que acaben en un hoyo electoral mayor del que ahora están.

De la miopía de la izquierda y buena parte de los izquierdistas y comunistas españoles me sorprendo menos. Los conozco mejor. Su discurso es más o menos éste: hay gente de Le Pen, le han entregado la dirección del movimiento (lo que es tan estúpido como pensar que este partido ultraderechista está dispuesto a arriesgar su ilegalización, dado el cariz que van tomando los acontecimientos del incendio social en Francia, sobre todo cuando Marine Le Pen intenta dar un barniz de respetabilidad y moderación a su partido de extrema derecha). Lo que no se les ocurre a estas mentes clarividentes es que si abandonas y rechazas a un movimiento que nace de un aa demanda popular y hasta de clase, el vacío de influencia que tú dejas puede ser rellenado parcialmente por otro. Es de primera cartilla de marxismo.

Éste es el tipo de gente que confunde sus posiciones partidarias con las de todo un movimiento, lo que es propio de quienes se instalan en las redes sociales, sin un mínimo de formación política, imparten clases de su ignorancia y no participan de los movimientos populares porque recelan de ellos y temen el rechazo de los mismos, en lugar de ganarse su respeto por sus posicionesy su compromiso.

Que haya quien se atreva a decir que los chalecos amarillos se oponen a las ecotasas y a los impuestos para sostener el Estado del Bienestar, cuando los impuestos indirectos (iva, impuestos sobre los combustibles,...) históricamente han sido una medida reaccionaria y desigualitaria, y han sido precisamente los gobiernos franceses de la crisis los que han ido desmontándolo, es muestra de una profunda estupidez y de un revolucionarismo tan de cortos vuelos que aquí lo podrían comprar el PP o Ciudadanos y que en Francia lo aplaudiría rabiosamente Macron. Precisamente el mismo Macron que eliminó el impuesto a las grandes fortunas, que ahora planea bajar los impuestos a las grandes empresas y que él mismo afirma con orgullo que es el presidente de los ricos ¿Hay mayor afrenta a la clase trabajadora que alguien que hace esto trate de arruinarles mediante ecotasas y subidas brutales de los carburantes? Me temo que alguno de esos giliprogres si se declara el estado de emergencia en Francia y comienza una represión mucho más brutal que la que hemos visto estos días, acabará aplaudiéndola. Al fin y al cabo, algunos de ellos condenan la violencia ejercida por una parte de los manifestantes, como si los grandes cambios sociales se hicieran con batucadas, ponerse una nariz de payaso y hacer sentadas en las que te forran a hostias. Lo de que la medida del Estado francés sea una auténtica acción violenta y declaración de guerra contra la clase trabajadora...eso ya. Ellos lo cambiarían en las urnas ¡Ja!

A donde llegue el movimiento será cosa tanto del propio movimiento, como de la correlación de fuerzas en esa lucha, como de la traición de la izquierda francesa. No soy optimista al respecto, soy consciente de que es un movimiento inmaduro, centrado en lo inmediato, pero estoy convencido de que de las experiencias de las luchas, de sus avances y sus derrotas la clase aprende mucho más que de esperar sentada a que la inexistente vanguardia se cree un día con tanto cretino que la compone y venga con las tablas de la ley a salvarla.

De todas las aportaciones de las luchas de la clase trabajadora, que hoy no pueden ser más que autónomas y parciales, porque esa vanguardia se niega a nacer y prefiere oscilar entre las tentaciones parlamentarias y la nostalgia de Don Pepe, una de las más positivas sería la liquidación política de la izquierda por extenuación y zafiedad. Solo con una nueva generación de militantes, que no activistas, puede surgir el necesario instrumento del que hoy carece.


7 de noviembre de 2018

TRIBUNAL (T) SUPREMO (S), TEATRO (T) DE SABANDIJAS (S)


Por Marat

El Tribunal Supremo, una auténtica timba de sabandijas, ha dictaminado que será finalmente el cliente, como sucedía con anterioridad, quien pague el impuesto de hipotecas.

Dicen los mercenarios de la prensa y otros medios de intoxicación que la decisión ha sido reñida -15 a 13- y para ello han extendido sus deliberaciones durante 2 días tras el amago de un si pero luego no, pero después quizá. Toda una representación de una opera bufa.

Lo que parecía una gracia de las instancias judiciales del Estado capitalista no ha sido otra cosa que una impostura de “buena disposición” ante un gobierno de la progresía del hagocomo quequieroynopuedo, voyperonodemasiado, un interregno entre el PP y quién sabe qué después. Todo el lío de la tensión en el Supremo sobre dicho dictamen no ha sido más que una teatralización de una decisión previamente esperable.

Decían Marx y Engels, esos revolucionarios “añejos” para los progres posmodernos y odiosos fracasados para los turboliberales, que “hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa”. Y lo decían, refiriéndose al Estado burgués y sus aparatos de dominación de clase, nada menos que en 1848 en “El Manifiesto Comunista”. Para ser unos pensadores y revolucionarios tan desfasados parece que lo clavaron y que son mucho más modernos y actuales que los progres de izquierda y los liberales.

En realidad, como sugerí anteriormente, el debate sobre quién debía pagar los impuestos hipotecarios era artificial, alimentado de manera interesada. No nació de una reivindicación sostenida sobre la musculatura de organizaciones poderosas, ni de un potente movimiento social, ni de un debate colectivo que permease a la sociedad. Más bien diría que el hecho de que el Supremo plantease esta cuestión fue uno de esos globos sonda lanzados para hacer de termómetro del clima social y, de paso, convertirse con el aldabonazo anunciado en uno de los más importantes jalones de la frustración del aventurero “proyecto Sánchez”. Un breve período de desintoxicación de la basura gubernamental del PP pero sin calado realmente transformador ni posibilidad de serlo porque no se sustenta en una fuerza social movilizada que impulse dichos cambios, si es que hubiese habido interés en hacerlos, cosa que el reformismo nunca ha pretendido. El objetivo era la mera oxigenación del régimen de partidos, que no del 78, porque es todo el parlamentarismo el que está afectado en su credibilidad.

En cualquier caso, la posibilidad de reformar legalmente el impuesto hipotecario nació muerta. Es evidente que no existió voluntad de que fueran los bancos quienes lo pagasen en lugar de sus hipotecados desde el mismo momento en el que se señaló un límite temporal para la reclamación del montante económico a las entidades en 4 años ¿Cómo es posible argumentar que si el beneficiario de la hipoteca es el banco debe ser éste el encargado de pagar dicho impuesto y limitar temporalmente su aplicación? ¿Puede cesar en el tiempo la motivación del fallo judicial? ¿En base a qué? El derecho burgués de propiedad, porque de eso hablamos, el de la vivienda, no es conculcable en un momento dado. Tampoco las obligaciones que conlleva. Hacerlo significaría una arbitrariedad y tal cosa por parte del poder judicial significa nada menos que la prevaricación de cada uno de los jueces del Tribunal Supremo y del órgano en su conjunto. Sería el Estado, porque el Supremo es Estado, el responsable de una arbitrariedad que habría abierto las puertas del infierno bajo los píes de la banca.

¿Entienden ahora todo el ruido y la fanfarria mediáticos de estas semanas? El problema no hubiera sido de 5.000 millones que hubiera supuesto indemnizar a los hipotecados de los últimos 4 años, una cantidad asumible por las marcas de la usura, sino el hecho de retrotraer dichas devoluciones a todos los que pagaron un impuesto hipotecario ¿Imaginan?

La tentación para muchos puede ser la de decir: “el Supremo la ha cagado”. No. Esa pandilla de tahúres no da puntada sin hilo. En una sociedad inerme, desmovilizada, desorganizada, desinformada, una decisión como la de mantener el “statu quo” del régimen hipotecario es un clavo más que se introduce en el ataúd de su derrota y un pasivo terrible en la cuenta del gobierno Sánchez, por mucho que se diga que el poder judicial es independiente, que será solo el breve paréntesis entre el PP y lo que ha de venir. Aunque fuera reelegido Sánchez (ya no hay PSOE sino Pedro), lo haría con un gobierno, que no programa, porque nunca existió, mucho más “realista” y dócil con el capital, si es que no lo era ya bastante.

Mientras la clase trabajadora no se organice autónomamente frente a todo intento de venderle siempre el mismo producto, con mejor o peor maquillaje, no se forme políticamente para no ser víctima de la mentira, y carezca de proyecto, nos las seguirán metiendo dobladas.


6 de noviembre de 2018

EL BUFÓN DANI MATEO, SU JEFE WYOMING Y LA PASTA QUE LES COMPRA EN TELEVISIÓN


Por Marat

Escribir contra corriente es hacerlo siempre frente algún sector con capacidad de imponer su mentira ante los deseosos de comprar cualquier cosa, sin preocuparse en absoluto por la naturaleza del producto.

Un bufón llamado Dani Mateo se suena los mocos en la bandera monárquica que repuso Franco a sangre, fuego y terror y que la Constitución del 78 consagró como definitiva aceptación del orden heredado.

La reacción posterior fue la de un montón de enérgumenos a uno y otro lado del Ebro que jalean, se felicitan, creen que con ello hacen no sé sabe qué daño al “imperialismo” español y gozan del daño infligido o, desde el otro lado, se indignan, lanzan coces al aire, gritan en nombre de los “caídos” por ese trapo, ahora humillado y airean su ira. Y todo ello con el acompañamiento de la estupidez consustancial a la progresía. 

En un país en el que se han producido centenares de miles de desahucios, en el que aún hay 3.200.000 parados, en el que muchos mayores de más de 50 años ya no tenemos futuro, si se puede llamar futuro a situaciones desesperadas, en el que los jóvenes son sobreexplotados en la llamada economía colaborativa de los Deliveroo, Glovo o Uber, en el que 12,3 millones personas (26,6% de la población) se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, en el que se amenaza un día sí y otro también a los trabajadores y pensionistas con perder su derecho a la jubilación, en el que la mitad de las horas que se trabajan no se pagan, a un tal Dani Mateo solo se le ocurrió, por toda, provocación, sonarse los mocos en una bandera.

Cumplía su papel de bufón. El de desviar los problemas reales del país para que no se hablara de otra cosa que de su ocurrencia. “El patriotismo es el último recurso de los canallas”, dijo Samuel Johnson. Esconderse en su bandera, como hacen los Abascal, los Ribera o los Casado es una canallada para ocultar cuestiones de desigualdad, explotación y sobreexplotación y pobreza como los que he señalado. Justo lo que hizo el tal Dani Mateo al situar la polémica en una bronca entre españolistas e indepes, entre progres e “izquierdistas” y fachas constitucionales.

En la Edad Media, el bufón era un personaje de palacio, tolerado por los reyes como expresión de disidencia controlada que, lejos de debilitar al rey con las burlas que de él hacia aquél, canalizaba la crítica de modo funcional a la monarquía porque soltaba presión. Hoy también. Pero la monarquía de ahora se llama capitalismo, por mucho que se empeñen tantos progres en convertir el debate en otra cosa.

Su jefe de programa y rico accionista de La Sexta (el canal de televisión que pertenece al mismo grupo que La Razón, el panfleto de Marhuenda que hacía hace tiempo el papel de bruja mala en toda esta farsa), el Gran Wyoming salió a defender a su pupilo. No podía ser de otro modo. Su argumento era el de la paradoja del humor, el sempiterno y socorrido humor, frente a...todo aquello que confrontase, no al capitalismo, sino a viejo y estúpido argumento de españoles vs. indepes, fachas vs. progres, ladrones del PP vs. el resto. Pero resulta que el resto, el más importante grupo social, por ser el más amplio, no tiene nada que ver con el enésimo enfrentamiento artificialmente creado por quienes se niegan a que se hable de desigualdad, explotación, pobreza, paro, desahucios, pensiones, sanidad y educación degradadas, salarios de miseria,...somos la gran mayoría que no ponemos banderas en los balcones de Cataluña ni del resto de España porque no es nuestra guerra. Nuestra bandera se ha tejido con los hilos  del agobio, las penalidades de llegar a fin de mes, el temor al futuro,...en fin.

El caso es que la bronca taparealidades del histrión ha servido para que sepamos que durante un tiempo ha sido mercenario de Clínica Baviera, una de tantas sanguijuelas aprovechadas de la privatización de la sanidad pública realizada por el gobierno recortador del PP.

Pero oiga, en lugar de escandalizarse con el señor Mateo, de pedirle explicaciones sobre su coherencia entre su papel de progre y su realidad material (coge la pasta y corre), la indignación de su entregado público, adolescente mental, fue contra la clínica privada, como si fuera decente indignarse contra la hiena por ser hiena o de escandalizarse con el capitalismo porque si tienes una enfermedad cara la sanidad privada te mande a morir a la pública. El cinismo habitual de la izquierda.

Ahora sabemos que ya son cinco las empresas que, de un modo u otro, se publicitaban en “El Intermedio” de Wyoming, que abandonan el programa. Por muy accionista que éste sea de La Sexta veremos, si es que no va a más, pronto que la cadena le dará el toque necesario para que se haga la “autocrítica” correspondiente y “reconsidere” su comportamiento, ya que es él quien dirige a su muñeco de trapo y madera llamado Dani Mateo. Será divertido comprobar cómo estos seres privilegiados de la televisión vuelven al redil y nos lo relatan. Poderoso caballero.

Mientras tanto, se habrán ganado el sueldo haciendo que hablemos de lo que el poder, el único, el del capital, con su escudero mediático usa como válvula de escape.