Bukowski.
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Las
tardes de 1947 se desplomaban, una tras otra, sobre los tejados de
Memphis, Tennessee. Para J. Pepper y B. Ferguson, las cosas no
estaban yendo bien. Enfundados en sus gabardinas –el otoño estaba
siendo frío-, devoraban sus cigarros y trataban de cuadrar las
cuentas. No habían pasado aún seis meses desde que habían
inaugurado, con ilusión y whisky, su propia cadena de radio: la
WDIA.
En
aquel momento no habían podido prever que la ciudad no estaría
interesada en otra cadena de radio basada en la música country y el
light pop; aún era tiempo de andar asomados a la ventanas en los
barrios de la ciudad, con la música acompañando a las amas de casa,
antes de la invasión definitiva de los aparatos de televisión y los
culos hundidos en sofás.
Aquello
tenía poco arreglo. No había oportunidad de negocio para otra radio
así. Decidieron dejarlo estar, desconectar los micrófonos, apagar
las luces. Aquella tarde de octubre era, para ellos, una misa de
requiem. Andaban desenchufando cables, recogiendo papeles, guardando
facturas, robando algunos discos para darles mejor uso.
Alguien
anda golpeando la puerta. Pepper acude a abrir, y se encuentra frente
a él a un hombre negro, casi calvo, sonriente y con un bigote sin
cerrar. “Me llamo Nat D. Williams”, dice. “Soy
profesor de instituto, y creo que puedo salvar su empresa”. No
había ningún motivo para fiarse de aquel negro, pero no había nada
que perder. Lo sentaron a la mesa del despacho de Pepper, y le
dejaron hablar.
Al
día siguiente, Williams comenzaba a emitir su propio programa: el
Tan Town Jubilee. Era jugárselo todo a una carta. Williams era el
primer presentador negro en la historia de la ciudad, y la noticia
corrió como la pólvora; como la pólvora con la que los grupos
segregacionistas amenazaron a la cadena durante mucho tiempo. Tan
Town Jubilee era el primer programa hecho por un negro y para la
comunidad negra de Memphis: aproximadamente el 40% de la
población de la ciudad. Durante el invierno de 1947, en las casas
donde sonaba la WDIA dejó de escucharse country y empezaron a sonar
las agrias voces y guitarras del blues.
Nat D. Williams |
Las
gabardinas de Pepper y Ferguson mejoraron en calidad tan pronto como
la WDIA se convirtió en la emisora oficial de radio de Beale Street,
los maravillosos tres kilómetros de avenida que, durante muchos
años, fue La Meca del Blues. Un lugar que casi ningún chico blanco
se atrevía a frecuentar, con clubes abiertos hasta las cinco de la
mañana cada noche, donde los músicos de blues terminaban de tocar
en un bar y se iban a beber al siguiente.
La
WDIA había conseguido hacer escalera de color. Tocaba seguir
apostando; jugaban sobre seguro. Durante los años siguientes, la
emisora pasó a ser la única hecha enteramente por y para la
población negra.
TAN
TOWN JUBILEE ERA EL PRIMER PROGRAMA HECHO POR UN NEGRO Y PARA LA
COMUNIDAD NEGRA DE MEMPHIS: APROXIMADAMENTE EL 40% DE LA POBLACIÓN
DE LA CIUDAD
Lo
que comenzó siendo un intento desesperado de salvar un barco que se
hundía acabó siendo un estandarte de acero en la lucha por los
derechos sociales de los negros. En la WDIA no existió jamás la
segregación racial, y acogió a la primera voz femenina negra en la
radio, la de la enorme –literalmente- Willa Monroe. También
sirvió de altavoz para la incipiente lucha, que culminaría con
cierta mujer negándose a ceder su sitio en el autobús. Y, de
paso, también fue el lugar donde comenzaron sus carreras estrellas
del blues como Rufus Thomas o B.B. King; y el lugar donde se formó
un camionero al que luego llamaron Elvis Presley.
En
1954, WDIA era, de lejos, la cadena más escuchada de Memphis.
Pepper, que se había quedado al cargo de la emisora, decidió echar
el resto de las cartas sobre la mesa. La emisora amplió su capacidad
de emisión hasta los 50.000 vatios. Las ondas derribaron las
fronteras de Memphis, y pronto las voces de aquellos negros resonaban
por todo el Delta del Mississippi. Esto despejó finalmente el miedo
de los que quedaban: los anunciantes.
La
WDIA tenía ahora la capacidad de llegar al 10% de toda la población
afroamericana de América. No iban a dejarlo escapar. Sin embargo, la
función social, adquirida y no innata, se mantuvo en la cadena; de
hecho, fue su eslógan desde entonces. 50.000 Watts of Goodwill.
Placa en honor a Nat D. Williams |
Nat
D. Williams murió en 1972, pero su espíritu, y su historia, habían
quedado para siempre; como el Museo de Derechos Civiles que había
ayudado a crear. Lo demás, pueden seguir ustedes escuchándolo hoy,
día y noche, en la frecuencia de los 1070kHz de la AM
norteamericana.
“I
remember when the black ambulances could not haul white people. They
had a white company, I’ll never forget, called Thompson’s. I was
on my way to the station, and when I come around the curve there was
the ambulance from S. W. Qualls with the door open, and there was a
white lady laying in the ditch, bleeding. And they were waiting for
Thompson’s to come and pick her up. Qualls couldn’t pick her up.
I guess I waited thirty or forty minutes and still no ambulance.
They
tell me that the lady died. So I came to WDIA and told the tale. I
said, ‘Look here.’ I said, ‘Black folks put their hands in your
flour and make your bread, they cook the meat, they clean up your
house, and here’s this fine aristocratic white lady laying in the
ditch bleeding and they won’t let black hands pick her up and rush
her to the hospital.’ And the next week, they changed that law
where a black ambulance could pick up anybody. I got that changed on
WDIA.”
–Reverend
Dwight “Gatemouth” Moore, WDIA disc jockey
Tremenda la historia final del reverendo Dwight.
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