6 de septiembre de 2016

QUÉ FÁCIL SERÍA TODO SI RAJOY TUVIESE TODA LA CULPA

Juan Francisco Martín Seco. El viejo topo

Solo los necios o los muy sectarios pueden dudar del deterioro que en materia social y económica ha sufrido nuestro país en los últimos ocho años. El hecho de que en estos momentos estemos creciendo por encima de la mayoría de los países de la Eurozona no debe restar un ápice a la evidencia de las grietas que persisten en nuestro tejido económico y social.

Las elevadas cifras de paro dilapidan nuestro potencial de crecimiento y condenan a parte de la población a la indigencia. Aun cuando en los dos últimos años se esté creando empleo, este es de tan baja calidad y tan precario que ha originado un fenómeno nuevo, la compatibilidad entre poseer un puesto de trabajo y la permanencia en el umbral de la pobreza. Los salarios en el sector privado, especialmente en el caso de las nuevas colocaciones, han descendido sustancialmente. Los empleados públicos han visto reducido por término medio cerca de un 10% su poder adquisitivo, llegando en algunos casos al 15%. El mercado de trabajo se ha desregulado considerablemente, arrebatando a los trabajadores multitud de garantías y derechos. Los servicios públicos (sanidad, educación, etc.) se han deteriorado. Por primera vez desde hace muchos años, las pensiones han perdido poder adquisitivo y, lo que es aun más grave, se ha aprobado una ley que desliga la evolución de estas prestaciones en el futuro de los incrementos en el coste de la vida. La deuda pública (es decir, la hipoteca que pesa sobre todos los españoles) ha pasado de representar el 36% del PIB a exceder el 100% de esta magnitud.

El catálogo podría continuar, pero creo que lo dicho constituye una muestra suficiente para dar la razón a todos aquellos que denuncian la desigualdad, la pobreza y la precariedad originadas, y los sufrimientos y calamidades que se le ha hecho padecer a una gran parte de la sociedad española. Lo que resulta más dudoso es determinar el origen de todos estos males. Para los partidos de la oposición la cosa está muy clara, se debe a la perversidad de Rajoy y sus seguidores que durante cuatro años han practicado políticas regresivas e inicuas. No seré yo el que exima de responsabilidad al Gobierno del PP, pero lo peor que podemos hacer al enfocar cualquier tema es equivocarnos, aunque sea parcialmente, en la determinación de la causa, o quedarnos en la superficie sin profundizar en el fondo de la cuestión, y en este caso la explicación de la maldad de la derecha me parece pobre e incompleta.

Ojalá todo el problema derivase de la ofuscación de este Gobierno; la solución, entonces, estaría en nuestras manos, consistiría exclusivamente en echarlo, antes o después, del poder. Pero la realidad es tozuda y hay múltiples señales de que la cosa no es tan sencilla. Los recortes y las reformas comenzaron con otro gobierno, y teóricamente de izquierdas, el de Rodríguez Zapatero. Mientras gobernaba, surgió el movimiento 15-M. Fue él quien realmente redujo el sueldo de los funcionarios. A diferencia de suprimir la paga extraordinaria, tal como hizo después el PP, que solo tenía vigencia para un año, la rebaja que aplicó Zapatero se consolidaba para años sucesivos, como así ha ocurrido. También fue el Gobierno de Rodríguez Zapatero el que planteó una reforma laboral, si bien posteriormente Rajoy la endureció. El PSOE privó por primera vez a las pensiones de la actualización por el índice del coste de la vida, aunque es verdad que el PP eliminó este derecho para el futuro. Por último, Rodríguez Zapatero arrastró al PP a modificar la Constitución para anteponer el pago de la deuda al pago de las pensiones, del seguro de desempleo y al mantenimiento de la sanidad y de la educación.

El PP participó entonces de la misma simpleza que ahora demuestra el PSOE. La culpa era de Rodríguez Zapatero, y todo se solucionaría cuando cambiase el Gobierno. El Gobierno cambió y Rajoy se vio obligado a incumplir todas las promesas que había hecho en la oposición, y a continuar, incluso endureciendo, la política del gobierno anterior. Desde hace bastantes años, es una gran necedad centrar la solución de los problemas sociales y económicos exclusivamente en el cambio de gobierno. Por eso en Europa cambian todos los gobiernos, pero se sigue aplicando la misma política. Por eso Hollande, socialista, realiza en Francia, contra viento y marea, una reforma laboral similar a la que aprobó Rajoy en España. Por ello Syriza no ha tenido más remedio que tragarse todo lo dicho anteriormente, y está aplicando una política totalmente contraria a la que había prometido. Por la misma razón, Portugal tiene que tener sumo cuidado porque está al borde de que su deuda pase a la categoría de bono basura en la única agencia de calificación que aún no le ha dado esta puntuación, con lo que se vería en la obligación de pedir de nuevo el rescate.

La explicación se encuentra en que desde la configuración de la Unión Monetaria nuestra soberanía está limitada y, en buena parte, la política no depende del gobierno de turno sino de otras instancias, de Berlín, Frankfurt y Bruselas. Al no contar ni con una moneda ni con un banco central propios, quedamos al albur de los mercados y del Banco Central Europeo. Este organismo no solo dicta la política monetaria sino también la fiscal y la laboral, y sus mandatos son de obligado cumplimiento. Y eso en todos los países; tanto en los rescatados, como en los que por el momento no lo están, porque la línea divisoria entre ambos grupos es muy tenue y el tránsito de una categoría a otra es muy fácil, dependiendo únicamente de la voluntad del BCE, como comprobaron Italia y España cuando estuvieron al borde del rescate porque su prima de riesgo superaba los 600 puntos básicos.

La corrección de cualquier desequilibrio en la Unión Monetaria significa sangre, sudor y lagrimas para el país que lo sufre porque, al no poderse corregir en el plano monetario, el cortocircuito se trasladará a la economía real, en forma de paro, reducción de salarios y recortes fiscales. He aquí la perversidad de la moneda única. Por esta razón, entre otras, algunos nos posicionamos radicalmente en contra de la Unión Monetaria. Era evidente que a partir de la desaparición de la peseta el coste de corregir la menor perturbación que se originase correría a cargo de los trabajadores. Lo que no se entiende muy bien es que aquellos, bien personas u organizaciones, que defendieron con ahínco la creación del euro, ahora se hagan los sorprendidos y se rasguen las vestiduras por las consecuencias.

La experiencia ha confirmado las expectativas más pesimistas. Los nefastos Gobiernos de Aznar y el primero de Zapatero permitieron que nuestro déficit exterior se desbocase, llegando a alcanzar en 2008 el 10% del PIB. Este desequilibrio continuado y progresivo -que originó la acumulación de una ingente deuda exterior de carácter privado- no se hubiera producido, al menos en esas magnitudes, de no haber estado España en la Unión Monetaria, y, en todo caso, (en la medida en que se produjese) se habría corregido con la devaluación monetaria, tal como sucedió en los primeros años noventa. La carencia de moneda propia y de un banco central que la respalde dejo a nuestra economía en manos de los mercados financieros y del BCE. Todo ajuste se traduce en descenso de los costes laborales y en recortes presupuestarios.

No tengo nada en contra de que los partidos de la oposición critiquen y censuren al Gobierno de Rajoy, con tal de que no se olviden de las trabas y rémoras que se derivan de nuestra participación en la moneda única. Su afán por atacar al PP y su respaldo a la Unión Monetaria pueden conducirles a esconder la trampa que representa la pertenencia a la Eurozona. Causa sorpresa el constatar que todos sus planteamientos se realizan ignorando esta realidad y partiendo de cero, como si fuésemos absolutamente soberanos. Cabe por tanto preguntarse si esta postura se debe a la ignorancia o a una hipocresía deliberada orientada a prometer (o exigir a otros) medidas que saben de sobra que son irrealizables, al menos mientras pertenezcamos a ese club tan selecto y exclusivo.


NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Parece mentira que un auténtico socialdemócrata, no esas excrecencias llamadas Podemos y PSOE que se hacen llamar tal, como Juan Francisco Martín Seco sea el que tenga que desenmascarar el cinismo de los partidos de “oposición”, y de tanto vociferante demagogo e ignorante, en el caso de los cheerleaders votantes de esos partidos, de culpar sólo al PP de una realidad que es inamovible gobierne quien gobierne, acepando las condiciones que la UE y el euro les imponen, y negándose a cuestionar esta permanencia.

No obstante, la socialdemocracia, incluso la auténtica, históricamente ha cumplido un papel de barrera protectora del capitalismo y este el caso también del discurso del autor del texto que les he presentado anteriormente.

Escamotea Juan Francisco Martín Seco un hecho. La UE y el euro sólo son mecanismos institucional, el primero y monetario, el segundo, de la estructura de dominación capitalista. Salir de la UE y del euro son condiciones indispensables pero insuficientes para salir de la políticas antisociales y antiobreras. Sin lucha por derribar el sistema capitalista para poner en pie otro socialista, las políticas de austeridad continuarán, por mucho que no haya UE y volvamos a la peseta o a cualquier otra moneda. Imaginar que un capitalismo nacional sería más llevadero es lo mismo que pensar que en los países no pertenecientes a la UE no hay explotación ni recortes sociales. Pensar que un capitalismo en crisis no iba a combatir la caída de su tasa de ganancia intensificando la sobreexplotación y acumulación de capital por desposesión a los trabajadores de sus conquistas sociales y de privatización de los sectores públicos es estúpido o cínico. Que se lo pregunten a quienes viven en países nórdicos noUE, como Noruega, que están viendo como empiezan a desmontarse sus Estados del Bienestar, algo que a ustedes no les cuentan los maravillosos medios de desinformación que ustedes leen, como tampoco los autodenominados “alternativos”. Y es que aún no perteneciendo Noruega a la UE, sí que pertenece al Espacio Económico Europeo (EEE), a través de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC). Ambos obligan a este país a aplicar un 20% de los actos jurídicos de la UE. Pero incluso si no pertenecieran a ambos organismos, la internacionalización del capitalismo impide que países que no rompan con este sistema de dominación de clase salgan de la trampa mundial de las recetas que imponen otras instituciones capitalistas como el FMI o el Banco Mundial. O se rompe en cada país con el capitalismo o todos los pasos que se den para desconectarse de sus instituciones internacionales, como la UE y el euro, aunque necesarios y obligados para acabar con el propio capitalismo, son insuficientes.-¡Ojo!, no vayan a ser cínicos ustedes mismos. Estoy diciendo que hay que desconectar con ellos- Y eso sin intensificación de la lucha de clases, movilización de masas y toma del poder por la fuerza no es posible. Con urnas, ilusión, sonrisas y agitación de manitas sólo vamos al carajo y a la perpetuación de la explotación capitalista pero con otras caras políticas...más duras por cínicas.


12 comentarios :

  1. "La ciudad está en paz, pero ¿por qué hay soldados?
    El palacio del gobernador está en paz, pero
    ¿por qué hay una fortaleza?" Bertolt Brecht

    No se puede combatir al capitalismo aceptando las reglas de juego de sus "democráticos" valedores.

    Salud

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  2. Lo que hay que hacer es hacerse antisistema, pero en serio: imagine que la mayoría de la población de repente, ya no vota porque no cree en el sistema, pasa de la tele porque no cree nada de lo que le cuentan por el plasma, deja de consumir desaforadamente para boycotear las transnacionales, se organiza en pequeñas comunidades autónomas cooperativas, no acude ni a mitines ni a grandes eventos , etc.. etc.. El sistema acabaría muriendo por el vacío y la falta de palmeros.
    Pero es que somos borregos, dependientes del sistema, incapaces de autoorganizarnos. Ellos, los gobiernos y élites, lo saben. La solución está en DES PER TAR.

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    1. Que vea la tele es una cosa y que se lo crea es otra ¿Cree que ven los realitis para informarse?
      Los borregos siempre actuan bien pues son los únicos que siempre hacen lo que tienen que hacer y mantinen a todos... a borregos, a perros, a pastores y a lobos; ojalá los pastores y perros fuesen dignos de los rebaños
      No, los que tienen que despertar son los pastores que no saben, que no merecen la confianza del rebaño

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    2. Sin borregos y "cuñaos" con alma de esclavos no habría pastores. Quien actúa con mentalidad de rebaño es un gregario que necesita ser pastoreado por los mismos que le llevan al matadero.

      Culpar a los pastores que son elegidos por sus rebaños es muy fácil, para quien carezca de sentido autocrítico. El esclavo que no se rebela permite la opresión del amo. Quien no se mueve no siente las cadenas. Pastores y rebaño son parte del mismo sistema, aunque unos opriman para que continúe el sistema de explotación y otros les sigan como a ídolos del rock.

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  3. Lo que venía a decir con DES PER TAR es = a NO participar en el sistema o reducir al mínimo la participación. Antisistema es estar al margen. Si no jugamos a su juego, el estado no tendría interlocutores. Si las transnacionales y corporaciones elitistas no tuvieran clientes, se morían de hambre. Si no hay votos, las urnas no sirven, tampoco los políticos y mucho menos el estado. No ver la tele equivale a no alimentar la audiencia. La solución está en hacer EL VACÍO al sistema, no comprarlo y no darle de comer. La clave está en autogestionarse en pequeñas comunidades autosuficientes sin estado. Saludos. Raúl.

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    1. ¿Ha oído hablar del "socialismo" utópico? ¿De los falansterios, del movimiento "icariano" de Cabet en USA? Todo ello ya fue experimentado en el siglo XIX y quedó en nada. Por mucho que haya gente que haga lo que usted propone, que hasta ahora ha sido una ínfima minoría, el sistema nunca quedará vacío ni inerme porque siempre tendrá seguidores suficientes. Lo único que ha producido cambios hasta hoy han sido las revoluciones por la fuerza. No siempre han triunfado y, cuando lo han hecho, la distancia entre lo proyectado y lo logrado ha sido grande pero ha derribado formas económicos y cambiado Estados. Lo demás, votar o no votar como estrategia definitiva es inútil. Se lo dice alguien que ha votado muy pocas veces y muy probablemente siga absteniéndose. Si en el mejor de los casos sólo votara un 30% seguirían "legitimándose" porque contaría sólo la decisiónd e los votantes. Mire USA. Alejarse del mundanal es divertido como ensayo de psicódelico de paz, amor y hippysmo pero sirve de muy poco porque aunque aunque quieras aislarte del Estado y de la sociedad capitalista, éste no se aísla de ti. Simplemente tener que ir al médico es pasar por un acto administrativo. Tampoco creo que sea muy deseable regresar técnicamente al siglo XIX en comunas, a menos que seas Amish. Lo digo porque, al final, tendrás que comprar fuera de las comunas

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  4. El problema es que es una minoría, tiene usted razón. Se lo subrayo en sus propias palabras:

    " el sistema nunca quedará vacío ni inerme porque siempre tendrá seguidores suficientes."

    Así es, por desgracia.

    Yo no he dicho que hay que vivir como los hippys ni he hablado de psicodelia: ¿ Conoce usted Marinaleda ?. Pues más o menos iba por ahí.

    " Lo único que ha producido cambios hasta hoy han sido las revoluciones por la fuerza. No siempre han triunfado y, cuando lo han hecho, la distancia entre lo proyectado y lo logrado ha sido grande pero ha derribado formas económicos y cambiado Estados."

    Si, claro. Pueden cambiarse estados con el uso de la fuerza. Pero estos estados deberían ser soberanos como antaño para que puedan derribarse. Dicho de otro modo: derribar con la fuerza el estado español, de poco serviría, puesto que no es un estado soberano y todas las decisiones las dictan desde Bruselas, hay un estado supranacional y una constitución común, aparte de la nuestra. Digamos que para derribar la UE se necesitaría mucho más que el uso de la fuerza por parte de civiles. En todo caso, nunca la población dispondría de suficientes armas como para competir con la fuerza y las armas de las que disponen las fuerzas de seguridad y el ejército y que no se quedarían de brazos cruzados. Un saludo Marat, encantado de haber compartido unas impresiones.

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    1. Le recomiendo que se informe sobre la cantidad de subvenciones que recibe Marinaleda de la Junta de Andalucía. Lo digo por lo de las "utopías" que le parecen tan puras.

      Por lo demás, ¿conoce usted alguna revolución que se haya hecho a nivel mundial, por mucho que el fin necesario de las mismas deba tener esa continuidad?

      El mundo es complejo, amigo, y las razones que llevan a la clase explotada u oprimida, según el momento histórico concreto, pues la burguesía francesa nunca fue explotada pero sí oprimida, al contrario que la clase trabajadora que es explotada y oprimida a la vez, a sus revoluciones son fenómenos que se viven de un modo concreto en unos lugares concretos, no universales.

      Por lo demás, nadie dijo que las revoluciones fuesen fáciles. Pero si quienes las hicieron, antes de llevarlas a cabo, hubieran pensando cuánto armamento tenían en sus manos los Estados y los perros de sus opresores que las manejaron, no se hubieran tomado el esfuerzo. Pero el caso es que lo hicieron y en muchos casos salieron victoriosos.

      Esa es una de las diferencias entre quienes quieren hacer su mundo aparte sin asumir riesgos y los revolucionarios que sí los asumen. La diferencia entre los desesperados y los que tocan la guitarra en su mundo de Shangri-Lá

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  5. No es posible librarse de un parásito sin ejercer violencia sobre el mismo. Dicho sea sin ánimo de ofender a nadie, pero los "despertares" al uso acaban vendiéndose en El Corte Inglés. Sin una sólida conciencia de clase y una amplia y solidaria organización no es posible enfrentarse al sistema. El capitalismo ha dado sobradas pruebas de su capacidad de asimilar "casi" todo, y es a partir de ese "casi" que, a mi juicio, hay que plantearse una lucha que se precie de ser tal.

    Salud!

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  6. Pues muy bien Marat, gracias por responder. Evidentemente no me cuento entre los que quieren vivir en una suerte de psicodelia new age y otros movimientos ( detesto estos movimientos y los considero cobardía ) que, al fin y al cabo, no deja de ser disidencia controlada importada de EEUU. Por Marinaleda me refería más o menos al modelo disidente. No a la disidencia controlada que pueda suponer Marinaleda ( no es soberana, pero " la han dejao ahí como prueba piloto".
    De esta breve charla y reflexiones, concluyo que el problema de la defensa mediante la fuerza es una cuestión de presupuesto. La fuerza tiene un coste económico. Un saludo, le sigo leyendo. No deje de informar, de crear pensamiento colectivo y conciencia, es usted un referente para el futuro. Encantado. Raúl.

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  7. Marat, no sé si me he perdido algo, pero los grandes movimientos a nivel laboral, empresarial, y la entrada en OTAN y demás organismos del capitalismo, empezaron más bien con el socialista González, y las continúo el apero/pepero Aznar ( privatizaciones incluidas).
    Como comentas, sólo quedarnos en Zapatitos y Marijuano me parece faltar a la verdad. Lo digo porque estos dos últimos son continuistas de los dos anteriores ( no incluyo a Calvo Sotelo ni a Suarez para no entrar en otros debates).

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    1. Yo no falto a ninguna verdad, al menos no conscientemente.

      No sé si se ha fijado pero el artículo no es mío sino de Juan Francisco Martín Seco.

      Por lo demás, recuerdo muy bien las reconversiones industriales realizadas por Felipe González porque cuando los trabajadores de la naval se manifestaron ante Presidencia del Gobierno (frente al complejo de La Moncloa), yo era uno de esos jóvenes que se manifestó con ellos, ya que la Facultad de CC. PP y Sociología estaba en aquella época al lado.

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