12 de abril de 2018

UN LARGO INVIERNO


Por Marat

A mediados de Abril aún andan acobardados los cerezos en flor del Valle del Jerte.

El 14 de Abril ya está aquí y será una de tantas de tantas fechas sin nada que reseñar, salvo alguna manifestación uniformemente decreciente en su seguimiento e interés, unos pocos carteles y pegatinas nostálgicas hasta el vacío de su significado actual y nada más.

Hay quienes están convencidos de que el gato chino que golpea con un puño a la pared cambiará algo en cualquier momento, por mucho de que la observación nos haya enseñado que no hay cambios en ese movimiento.

El momento político actual español es una mezcla de componentes turbios, y que van de la gran ficción del embrollo catalán al republicanismo soberbio de una reina actuante frente a una cesante o al artificio y entretenimiento de una política política travesti pillada en un máster ficticio; una política de quien ya nadie quiere recordar su afán represor cuando era Delegada del Gobierno en Madrid. Vivimos tiempos de amnesia y cinismo ciudadanos a la altura de sus políticos. Pero sosiega mucho descansar en otras responsabilidades las propias, como si los seres humanos fuesen seres irresponsables que nunca tuvieran que rendir cuentas con sus propias conciencias por aquello de que el dominio del poder elude toda responsabilidad personal.

En el marco del marxismo es esto algo que solemos obviar porque nos estropea el discurso de que en la dominación de clase no solo hay represión e ideología dominante sino también, y es ahí donde no hemos avanzado en casi 200 años, consentimiento del explotado y oprimido. El psicólogo marxista Wilheim Reich intentó avanzar en el plano teórico en esa cuestión pero el estalinismo se encargó de ser uno de ser inquisidores, considerándole un hereje.

Frente a ello la resistencia y la lucha intentan abrirse paso porque la primavera que pugna tardíamente por nacer es parte del “árbol de la vida eternamente verde”.

Desde las denuncias de la CNT contra sus militantes Jorge Merino y Pablo Alberdi, para los que la justicia del capital pide penas de prisión por su participación en la huelga general del 14N del 2012 hasta las movilizaciones de los trabajadores de Deliveroo, pasando por las huelgas de los empleados de Amazon, o las grandes manifestaciones de los pensionistas en defensa de sus jubilaciones algo se mueve, sin embargo.

No podía ser de otro modo. Hay un punto en el que decir NO se convierte en un imperativo necesario e inevitable para los trabajadores.

Sin embargo, estas luchas, con ser necesarias y positivas son limitadas y de corto alcance si no existe una organización desde la clase y al margen de los 350 miembros del circo parlamentario. Hay un serio peligro de que el sector pijo-progre de la burguesía parlamentaria utilice las movilizaciones y luchas obreras en beneficio de sus objetivos de perpetuación de la dictadura del capital y de su carcasa política. Y hay señales de que hay sectores implicados en estas luchas tentados de sucumbir al posibilismo de ver qué se puede obtener a corto plazo, por mucho que ello signifique perder mucho más a medio y largo, dada la complicidad de los ya ni siquiera reformistas con los objetivos del capital y su conformidad con una apariencia de cambio tan solo cosmética; es decir meramente institucional. En este sentido no soy en absoluto optimista. El enorme peso de los sectores menos conscientes de la clase trabajadora en su papel de comparsas del ruido mediático sobre cuestiones carentes de interés para nuestra clase, la absoluta degeneración de las hiperdebilitadas organizaciones comunistas y la carencia de organización autónoma de la clase no permiten grandes ilusiones.

Por un largo tiempo, la lucha de clases desde el lado de los trabajadores estará marcada por una mera resistencia, una gran inmadurez del movimiento obrero combativo al margen de los burócratas del sindicalismo amarillo de CCOO y UGT, que ahora se emponzoña en los objetivos de la burguesía catalana, y una ausencia de tejido organizativo propio y de construcción.

En todo caso, y con la contradicción entre la ausencia de proyecto y la necesidad del mismo, entre una clase que hoy es solo en sí y no para sí, entre el hecho de que una casa no se construye desde el tejado sino desde los cimientos y que es necesario arrimar el hombro para ponerlos, yo participaré en las movilizaciones que convoca la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones del 16 de Abril.
Otros quizá prefieran ser parte del carnaval montado para la dimisión de Cifuentes por aquello del quítate tú para ponerme yo porque, por mucho que indigne la mentira de la futura ex Presidenta de la Comunidad de Madrid, no cambiarán nada sustancial que merezca ser cambiado o quizá prefieran construir techos en lugar de cimientos pero para hacerse sus propias casitas, como algún ex portavoz del 15M, que los tenía, ahora profesional del #paseociudadano a 35.000 €. Carmenadas del Cambio y Democracia Real Ya.

19 de marzo de 2018

CON LAS COSAS DE COMER NO SE JUEGA Y LAS PENSIONES SON COSAS DE COMER


Por Marat

Vivimos tiempos revueltos y confusos, tiempos en los que gentes que se dicen de “izquierda” apoyan engaños anticientíficos como la homeopatía o se declaran decididos antivacunas, tiempos en los que algunos que se autodenominan revolucionarios apoyan revoluciones burguesas independentistas de gobiernos que han practicado brutales recortes contra los trabajadores y la sanidad pública, tiempos en los que gentes que se dicen defensores de la clase trabajadora se envuelven en la bandera española, tiempos en los que pseudocomunistas consideran un referente político a un patético payaso con tupé, heredero de una monarquía absoluta asiática, tiempos en los que quieren convencernos de que una mujer trabajadora y otra empresaria y burguesa deben ir del bracete a protestar por los derechos de la mujer, así en genérico, por eso de que para algunas que los progres consideran como un referente de “izquierda”, “la mujer es una clase social”, así, con todas las letras. Y sin despeinarse, oiga.

Podría seguir con esta antología del disparate político pero no quiero enfadarme.

Y en estos tiempos confusos y revueltos nos ha tocado vivir a los comunistas que nos consideramos marxistas “a lo Marx”, no a lo que determinados exégetas de sus propias interpretaciones o intenciones de llevar el ascua a su sardina política dicen que dijo Marx.

Interpretar a Marx “a lo Max” conduce a situar la centralidad de la clase en el análisis de las contradicciones, supone asumir el concepto de explotación y darse cuenta de que el salario directo, indirecto o diferido (la pensión) proviene del trabajo sea en su forma de pensión contributiva o de viudedad, porque la de viudedad se cobra porque el finado cotizó previamente.

En consecuencia, las pensiones expresan, incluso en esa situación en la que ya no se está trabajando , el antagonismo capital-trabajo porque tienen su antecedente no solo en la cotización del trabajador sino también, y como origen de todo ello, en la plusvalía que le ha sido arrancada previamente a ese trabajador. Sin ella, a ningún empresario le interesaría contratar a nadie, sea de forma asalariada (trabajador por cuenta ajena) o comercial (falso autónomo y autónomo dependiente).

Hago este inciso de dos párrafos con la intención de señalar dos cuestiones que considero esenciales:
  • La primera, que por mucho que se intente escamotear, desde el ciudadanismo, -y presentar las pensiones como “derecho ciudadano” o incluso “derecho humano”, -el vínculo de las pensiones con el trabajo es innegable. Así lo certifican los antecedentes de las políticas de prestaciones económicas y sociales en España y en otros países en los que surgieron las pensiones públicas.
Por hacer un poco de historia es necesario hablar de los antecedentes de los sistemas de protección laboral. El Decreto de 5 de diciembre de 1883 creado por la Comisión de Reformas Sociales, para el estudio de las cuestiones que interesan a la mejora o bienestar de las clases obreras. Más tarde, al iniciarse el siglo XX, se aprobará la Ley acerca de los Accidentes de Trabajo de 30 de enero de 1900 introdujo el primer seguro social. En 1908 el gobierno de Antonio Maura creará el Instituto Nacional de Previsión. Por fin, en 1921 con Eduardo Dato en el gobierno, se regula el “retiro obrero”, que había sido creado en 1919 y es el inicio de las pensiones de jubilación en España. En ese mismo año, con Juan de la Cierva como Ministro de Gobernación se organizaría Para quien tenga la tentación de pensar que esto se debió a la sensibilidad social de sucesivos gobiernos liberales españoles, le recomiendo la lectura de “El movimiento obrero en la Historia de España”(2 tomos), de Manuel Tuón de Lara. Sin la organización sindical y política de la clase trabajadora ninguna conquista de la misma se habría logrado.

La Alemania de Biskmark en 1884 fue el primer país en el mundo en adoptar un seguro social para la vejez. Según “Trabajo”, la revista de la OIT, poco sospechosa de bolchevismo, “las motivaciones del canciller alemán para introducir el seguro social, según reconoció la Organización Internacional del Trabajo (OIT), fueron promover el bienestar de los trabajadores –a fin de que la economía alemana siguiera funcionando con la máxima eficiencia– y eludir la demanda de opciones socialistas más radicales.” (“De Bismarck a Beveridge: seguridad social para todos”. Nº 7 septiembre de 2009). Ya vemos que, para el capital, la caridad empieza por uno mismo y la mejor previsión es la que protege de los vientos de la ira obrera.
  • La segunda cuestión, no por evidente menos importante, es el carácter de clase del Estado capitalista. Ninguna reforma favorable a la clase trabajadora hubiera sido posible si, dentro de la correlación de fuerzas en la lucha de clases entre trabajo y capital, el segundo no hubiera comprendido que si no cedía en alguna de las demandas de la clase trabajadora, hubiera perdido todo. Lo entendieron mucho mejor tras 1917. “A contrario sensu”, cuando la clase trabajadora y sus organizaciones olvidan este principio, lo ganado un día acaban perdiéndolo otro. Y en esa cuestión, el Estado capitalista, como “consejo de administración de los intereses de la clase burguesa” aplica su lógica con la precisión de un reloj digital.
En este sentido, no cabe hacerse trampas como al solitario, pretender atajos que no existen, idealizar a la clase trabajadora como si tuviera la obligación de ser revolucionaria por decreto ley en todo momento de la historia humana (recomiendo al respecto la lectura de “Historia y conciencia de clase” de György Lukács) y menos aún a sus organizaciones que, si no no pertenecen a los que han vendido a su clase para ser premiados con algún puesto en las “agencias de colocación” del capital, andan francamente despistadas, por utilizar una expresión benevolente con ellas.

hoy la gente no se corrompe por el poco dinero que hace falta para comer, ni tampoco por el mucho que hace falta para ser libre. Lo hacen siempre por sumas intermedias: las que sirven para comprarse un coche más grande, o una casa, o una lancha motora, o cualquier otra de las mierdas a las que la publicidad reduce el horizonte vital de tantos cretinos” (“El alquimista impaciente”. Lorenzo Silva)

No, la realidad no es como quisiéramos algunos. El desarme organizativo e ideológico de nuestra clase viene de muchos años de rendiciones a manos de las organizaciones obreras, de la cooptación de muchos de sus líderes o la salarización de muchos de los pretendidos intelectuales que dicen serle próximos, de una labor extraordinariamente inteligente de los aparatos ideológicos del capital, de sus fundaciones y think tanks y, sobre todo, del abandono y desprecio por la labor ideológica hacia nuestra clase.

Pero es con esa realidad con la que nos ha tocado bailar. Y mira que es fea esa realidad porque, como el soldado atacado en la cabeza de playa por el fuego incesante del enemigo, debiéramos saber que, si perdemos las pensiones, no hay donde retroceder que no sea el mar.

¿De verdad os sorprendéis algunos de que los agentes de George Soros hayan aparecido en las manifestaciones del 17M (en las de dos convocatorias no unitarias), de verdad que os asombra que vuelvan los de las manitas agitadas hacia arriba a decir aquello de “sin banderas”, en serio que os sorprende que una tal Anita Botwin (de ctxt/Público, del medio de un empresario que despidió a trabajadores de su diario y que lo mismo apoya a Puigdemont que a Ciudadanos, diga que la convocatoria de los pensionistas le olía a 15M y que la protesta de los pensionistas le huele a 15M y que se quiere sacar otra tienda de campaña Quechua? Nadie debe de sorprenderse de que se gane su salario, ese por el que le pagan, ni del porqué, como tampoco del para qué.


No me alcanza el recuerdo de cuándo sujeté una bandera comunista entre mis manos. Soy poco dado a los símbolos. Sí que me apego a mi ideología y de ahí nadie me echa. Pero, dado que dicen los que parecen que os asustan a algunos que hay que ir “sin banderas" voy a hacerme una roja con la hoz y el martillo y os aseguro que nadie que me venga y diga “sin banderas” se va a ir de rositas, después de que tenga que asumir que la voy a seguir llevando en una mani que es de la clase trabajadora y no de quién me niega el derecho a ser miembro de una organización de esa clase.

¿Os sorprende que estos que vienen del 15M inquisitorial y transversal os impongan que neguéis vuestra identidad política y sindical? Será porque aceptáis su chantaje.

Los de CCOO y UGT son más favorables a una expresión abierta de símbolos y opciones políticas.

Fijaos que en la manifestación de Madrid de las 11 de la mañana del pasado sábado, organizada por CCOO y UGT, el grupo neonazi del Hogar Social Madrid no tuvo dificultad alguna para estar presente.


Esto no debe sorprendernos porque si el MERP, Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones, plataforma que sirvió de tapadera en la convocatoria de la manifestación del pasado sábado en Madrid a CCOO y UGT, tenía entre sus fundadores a Ciudadanos, la secta de la UCE, la CSIF (sindicato amarillo) y el Partido Pirata, que hasta no hace tanto se manifestaba con los anarcocapitalistas más antisociales posibles) entre otros, es que todo sirve.

Y es así. Ésta es la realidad que hemos heredado gracias a una izquierda que apoyaba al 15M no hace mucho. Muchos de sus afiliados siguen en ello, de yayoflautas.

Suelo decir que “nos va la vida en ello”. No es una frase hecha, ni una mera expresión política. Es que nos va la vida en el sentido más biológico del término. Las pensiones son aquello sin lo que no podríamos supervivir los trabajadores hoy. Hay demasiados pobres como para que la caridad privada o pública pudiera permitirnos sobrevivir ¿Alguno de ustedes ha pensado lo que significa ver a a su madre o a su padre buscando en las basuras? Según El País es una tendencia cultural y se llama friganismo. Espero que el/la padre/madre del/la “periodista” no tenga que deleitarse de tan suculentos platos.

Digo todo esto porque con las pensiones no se juega y las pensiones son cosas de comer.

Antes de descalificar las movilizaciones en defensa de las pensiones convendría saber a qué jugamos. Si es que queremos tirar el niño con el agua de bañarlo. Digo esto porque

Es mi pensión
Es tu pensión
Es su pensión (la de él/ella)
Son nuestras pensiones
Son vuestras pensiones
Son sus pensiones (las de ell@s),

la que está en juego y es el capital y su gobierno del momento quién ahora nos ha atacado, aunque antes lo hicieron otros gobiernos del momento del capital.

Dado que hemos llegado hasta aquí del modo en el que lo hemos hecho, yo planteo algunas preguntas a un conjunto de personas que se están escandalizando de las nuevas contaminaciones ciudadanistas y transversales que niegan la realidad de la dualidad trabajo-capital, de quienes afirman que la mujer es una clase social, así a pelo y sin distinción de si son trabajadoras o burguesas. Y sin despeinarse. De quienes creen que hemos llegado a un punto en el que hay que dar respuesta a los intentos de involución contra la clase trabajadora:
  • ¿Acaso os sorprende este resultado? ¿Es que vuestras organizaciones de referencia no han colaborado en ello? ¿De verdad, pretendéis hacernos creer que hubo un antes en el que ellas eran muy distintas y un después en el que todo se vino abajo? ¿No existió un proceso en el que muchos mlitantes colaborásteis de un modo cómplice?
  • ¿Creíais que con que el 15M fuese un soufflé como movimiento iba a desaparecer la permeabilidad de su componente ideológico en la sociedad?
  • ¿Deben los comunistas abandonar una batalla crucial de clase, en la que nos jugamos todo? Si perdemos la clase trabajadora no se recuperará de la derrota en decenios.
  • ¿Os creéis con el derecho a sumaros a la batalla contra las pensiones y a hacerle el caldo gordo al gobierno, los empresarios, la Brunete Mediática y toda la jauría capitalista; una batallla en la que nos va la vida, encizañándola de una imagen que que no debe ser contaminada porque es una conquista histórica por encima de las posiciones políticas que en ella se expresen? Los que hacéis esto desde las redes sociales, ¿a qué jugáis, qué habéis hecho para organizar a la clase a la que pertenecéis? ¿En dónde militáis, qué tiempo y esfuerzo dedicáis a hacerlo? ¿Creéis acaso que pasaros el día de tiritwitteros suple el compromiso activo del militante en cada frente de lucha? ¿Imagináis que el trabajador en activo o el pensionista asustado ante su futuro va a pasar a una fase de conciencia a partir de vuestras críticas sobre quienes intentan hacerse con la dirección de la movilización? ¿Qué hacéis, aparte de vuestras gracietas, para difundir unas reivindicaciones necesarias que impidan que los interclasistas y transversales burocratizados y los perroflautizados con la misma orientación anticlase puedan imponer una nueva derrota a nuestra clase?
Ninguno de vosotros puede darme la más mínima lección en cuanto a lucha contra el reformismo prosistema de los sindicatos del régimen ¿Qué deciros de mis posiciones sobre el 15M? Cuando muchos de vosotros que hoy renegáis agitabais las manitas en las plazas yo llevaba mucho tiempo desenmascarando la ideología de ese movimiento.

Pero un comunista se derrota a sí mismo cuando se traiciona. Y lo hace si daña la potencialidad de un movimiento que es de clase, al que es más difícil camelar con las viejas estupideces de la democracia participativa 2.0, con vender otro salvador parlamentario, cuando ya sabemos lo que es Podemos, o con el consuelo de pedir cárcel para los corruptos si no puedes pagar el abono transportes a final de mes.

Puesto que esa es la situación. Que hay una realidad de clase que afecta a los pensionistas, a los parados, a los trabajadores pobres,...lo más indecente no es que la derrota llegue desde los traidores, ni de los pequeñoburgueses con sus performances y batukadas sino del megarrevolucionario tan puro que abandona a los suyos, acobardado para dar la batalla en la calle (dejad los puñetero twitter y facebook) ante esos sujetos. Nuestra clase no lo entendería.
 
De momento, los burócratas de CCOO y UGT ya se tienen que comer que hay quienes exigimos el fin del Pacto de Toledo y el rechazo a todas las reformas de las pensiones, no solo la última sino también las que ellos pactaron tanto con el PP como con el PSOE. Y eso es un avance para impedir que nos cuelen un gol por la escuadra, dividiéndonos entre los que quieren pactar con el gobierno solo las pensiones no contributivas y las más bajas y la actualización de las jubilaciones al IPC y los que queremos que el Estado garantice todas ellas en los Presupuestos Generales del Estado porque es una conquista histórica como la educación y la sanidad y que los empresarios incrementen sus cotizaciones sociales.

Ah, y no estoy apostando dónde estar, ya que ninguno de los dos marcos de la protesta me gustan sino de organizar a la clase, defender posiciones políticas y no jugar con la lucha de los pensionistas ni con el futuro de sus pensiones

10 de marzo de 2018

HUELGA FEMINISTA DEL 8M: LA REINA LETICIA Y LA VIRGEN MARÍA SE HICIERON PARTISANAS

Estilo 15M en su más pura esencia

Por Marat

Una huelga se gana, si de parar la producción se trata, en las primeras horas de la madrugada, cuando vuelven a funcionar los transportes públicos, empieza la actividad de los grandes mercados urbanos, llegan los primeros camiones a los polígonos industriales y empieza el primer turno en las fábricas. Luego lo que queda es el comercio y la hostelería, ambos muy atomizados, y la administración.

Cuando la huelga carece de seguimiento real es habitual ver a los piquetes en las primeras horas de la mañana cortando los accesos de transporte público (trenes) o algunas vías de entrada a las ciudades. Es lo que ayer jueves 8 de Marzo ocurrió en algunos puntos de Barcelona, más por las inquietudes activistas de los independentistas, dispuestos a utilizar cualquier conflicto ajeno en beneficio propio, que por motivos realmente sindicales.

Después, si el fracaso de la paralizacion de la actividad productiva es evidente, se reconvierten los piquetes informativos en pequeñas o grandes manifestaciones que transitan por las arterias urbanas llamando a una unión de trabajador@s a la huelga, cosa que ya no se produce porque la decisión de secundarla o no se ha dado bastantes horas antes.

Es lo que vimos ayer en las ciudades españolas, con la salvedad de que en las grandes capitales las manifestaciones se daban en los centros urbanos porque en los barrios y en las periferias industriales y de comunicaciones todo estaba ya perdido, hasta el punto de que trenes, metros, autobuses y aeropuertos funcionaron con normalidad.

En las huelgas hay un dato incuestionable y objetivo: el de la demanda de consumo eléctrico. Red Eléctrica de España (REE) aporta una información que no cabe discutir: la demanda de consumo eléctrico fue prácticamente la de un día normal. Si en la producción el consumo eléctrico explica directamente la actividad (máquinas y electrodomésticos encendidos, luces y ordenadores en las oficinas, trenes,...) en la reproducción social (hogares) es también una cuestión básica. En este sentido, cabe decir, a partir de un dato contrastado como el señalado que la huelga feminista apenas existió....salvo en los medios de comunicación.

Los principales hicieron un despliegue del seguimiento de la huelga continuado a lo largo de todo el día.

Es significativo que los medios que la cubrieron minuto a minuto se centrasen sobre todo en entrevistas y opiniones de mujeres profesionales, lobbistas, tertulian@s todólog@s habituales, casos particulares de mujeres de diferentes generaciones y cuestiones varias. Junto a ello se mencionaron sobre todo las grandes manifestaciones, concentraciones, actos, performances y anecdotario de actividades más llamativas y curiosas.

La llamada “visibilización”, tan buscada por el movimiento feminista, lo fue en cuanto a que se hablara de la mujer y de los motivos que habían llevado a la huelga pero no se produjo en absoluto en cuanto a la demostración y la evidencia de la no actividad económica, de lo que es un paro, porque sencillamente éste apenas se produjo, salvo en determinados centros de enseñanza, parcialmente en hospitales y en algunas oficinas de la administración. Madrid, Barcelona y las grandes ciudades, que hubieran debido ser las muestras más palmarias del efecto visual de un gran paro, solo pudieron exhibir el éxito, éste indudable, de las grandes manifestaciones. La industria, el comercio, el transporte, el sector servicios en general, la agricultura, la construcción, etc. mostraron el desempeño propio de un día casi normal en cuanto a asistencia a los puestos de trabajo y desarrollo de la actividad laboral. Poco más añadieron los paros parciales convocados por CCOO y UGT, salvo casos concretos en determinados centros de trabajo privados y públicos, entre ellos algunas televisiones autonómicas, hospitales y el transporte de cercanías de Renfe. Los propios sindicatos hablan de alrededor de unos 5 millones de personas, sin distinguir cuántos de ellos fueron mujeres y cuántos hombres. No parece mucho, si tenemos en cuenta que el número de trabajadores ocupados es de unos 19 millones de personas, siendo el de las mujeres de más de 8,5 millones. Ello no impediría que, sin movérseles un solo músculo de la cara, los principales dirigentes sindicales hablaran de un éxito en más del 80% de las empresas. Ello podría tener ciertos visos de verosimilitud siempre que solo hubiesen parado mujeres pero los sindicatos mayoritarios llamaron a paros de 2 horas tanto a mujeres como a hombres.

En cualquier caso, siempre habrá mujeres y hombres que señalen que en su empresa paró la mayor parte de la plantilla, que los autobuses de determinada línea se retasaron o incluso algún hombre solidario en los cuidados que cuente que acabó con no se sabe cuántos dodotis. Y sera cierto todo ello. No lo pongo en duda. 

El éxito de la huelga consiste en que se hable como hito histórico de algo que tuvo muy bajo seguimiento real, no ya en aquello a lo que aludían en su manifiesto, “parar el mundo”, sino el parar la actividad económica, que continuó con gran normalidad, al margen de las manifestaciones después del trabajo.

La huelga ante todo un estado de opinión mediáticamente inducida por los propios medios del capital a lo largo de semanas y cubierta, salvo en lo que no podía cubrirse por no haberse producido, con un despliegue de medios nunca vista en otra huelga alguna en cuanto a manifestaciones, opiniones de “expert@s” en cualquier cuestión más o menos próxima al mundo femenino, imágenes y demás.

Es significativo que, mientras iba transcurriendo el día y se evidenciaba que el paro había tenido escaso seguimiento también entre las propias mujeres trabajadoras, la cuestión de la brecha salarial iba pasando a un muy segundo plano, desplazada por el omnipresente recurso argumental a la cuestión del machismo. Y es que, en el fondo, esa era la cuestión con la que se había cebado durante semanas la campaña motivacional por parte de feministas y medios de comunicación.

Cualquiera que estos días sorprendiese conversaciones ajenas próximas detectaría fácilmente que el discurso sobre el machismo como motivo de la huelga había calado entre mujeres y hombres, aunque con distintas perspectivas y, sin embargo, se había mostrado muy poco eficaz para movilizar hacia la huelga. Lo que sí es preocupante es que este tema desplazase en buena medida otros tan importantes o más como las pensiones.

¿Han visto ustedes una huelga que haya tenido mayor apoyo mediático, de los poderes políticos (hasta Rajoy no se reconoció en lo de la “huelga a la japonesa” que proponían algunas de las “dirigentas” de su partido y pidió respeto hacia las motivaciones de la misma) y comprensión de sectores empresariales como El Corte Inglés o Inditex? Ninguna de las dos empresas han destacado nunca por un respeto al sindicalismo que no fuera el de sus respectivos sindicatos. Hay sobrados casos de denuncias sobre la represión hacia trabajadores que reivindican sus derechos en ellas.

¿Conocen ustedes muchos casos de países con monarquía en la que su Reina deje libre su agenda el día de una huelga en solidaridad con la misma?

¿Tienen ustedes muchos antecedentes en los que un cardenal arzobispo de Madrid se haya pronunciado a favor de una huelga? ¿Han escuchado a algún prelado de la Iglesia Católica decir que la Virgen María la secundaría?

¿Conocen ustedes muchas huelgas en las que más de 5.400 periodistas (mujeres) hayan expresado su apoyo a las reivindicaciones de la misma? ¿Contra el ataque a las pensiones, contra los salarios de miseria, contra los contratos basura, contra la destrucción de la sanidad, contra la privatización de los servicios, contra la degradación de la enseñanza pública, contra el deterioro casi mortal de la ley de dependencia? ¿No, verdad?

¿Han visto ustedes a Carles Francino o a Àngels Barceló pronunciarse en tal estado de indignada agitación contra otras injusticias un día sí y otro también durante más de una semana?

¿Pueden ustedes asegurar que alguna huelga que recuerden ha tenido tal despliegue mediático desde la mañana a la noche, por tierra, mar y aire durante semanas?

¿Se enteraron alguna vez con tal profusión de información de que el 8 de Marzo era el día de la mujer trabajadora? Pues no, porque si algo dejaron claro las convocantes de la performance del 8M y de sus partners, que ahora todo son siglas, es que no era el día de la mujer trabajadora sino simplemente el de la mujer, algo así como el día de la madre, el de los enamorados o el de la vida silvestre, que ha sido 5 días antes de dicha fecha.

¿Se han preguntado ustedes el porqué de toda esta fanfarria solidaria de los sectores reaccionarios y de los más representativos del capital? Y, ya puestos a preguntarse, ¿se han interrogado también porqué estos sectores no se han mostrado ni en una milésima parte tan solidarios, comprensivos y festejadores de los Primeros de Mayo o de ninguna de las 12 huelgas generales que hemos conocido desde la primera de 1978 en la transición? No les vendría mal hacerlo. Pensar no es malo.

Déjense de monsergas sobre las hazañas del mago David Coperfield o sobre la conversión del agua en vino por Cristo. La auténtica magia, la de verdad, está en convertir una manifestación y sus performances y batukadas en una huelga y que gran parte del personal se lo crea. Poder mediático, creo que lo llaman. Yo diría poder hipnótico.

Y no me vengan con que los medios del capital han apoyado esta huelga para domesticarla porque sindicatos domesticados, parte de los convocantes, ya había entonces y ahora, ni para desnaturalizar sus objetivos porque ya estaban desnaturalizados. Si la huelga hubiera expresado la confrontación capital-trabajo, con una reivindicación desde la clase, con objetivos de clase y centrados en la defensa de las conquistas obreras, tengan claro que los medios de comunicación del capital hubiesen mirado para otro lado, como poco, o habrían atacado su convocatoria y sus objetivos con la ferocidad habitual que les caracteriza. Dicho esto, y para que sea un éxito, bajémonos los pantalones y hagamos una convocatoria interclasista y transversal, trabajadora-patrona, que con reivindicaciones ajenas a un carácter de clase vamos a conseguir mucho. No hay más que ver las grandes vitorias del 15M.

Seguramente habrá mentes bienintencionadas que digan que bienvenido sea todo apoyo si la causa lo merece. Doble mentira, la de considerar que todo apoyo es válido, cuando puede que sea enemigo de una reivindicación que lo merezca por justa, y por validar el mérito de una huelga que es confusa en contenidos, alejada del significado histórico asociado a la huelga general, la defensa de las reivindicaciones de la clase trabajadora en su conjunto y el carácter de clase contra clase propia de la misma.

Desmenuzaré cada una de las tres afirmaciones porque vivimos tiempos en los que la ignorancia es un mérito conquistado con el esfuerzo de quien no quiere saber para no incomodar a su conciencia y en los que el cinismo alcanza cotas de arte. Y ello se da por igual a quienes consideran que los antagonismos entre las clases sociales son un antigualla como para los que se llaman a sí mismos comunistas, mientras sin ningún pudor se ciscan en lo que esta ideología significa y conlleva.

La huelga es un arma histórica de la clase trabajadora. La primera de la historia que algunos conocemos es muy remota. Nada menos que de 1152 antes de Cristo.

Por su naturaleza, la huelga es de producción, precisamente porque expresa el antagonismo capital-trabajo allí donde se produce de modo directo.

Hace tiempo, en la época del 15M hubo quienes teorizaron huelgas ajenas a los sindicatos y quienes como la CGT plantearon huelgas de consumo. Si sindicalmente careces de fuerza puede que salgas por peteneras y niegues la base social e ideológica de la propia huelga. Todo por el oportunismo. Al fin y al cabo CCOO y UGT son los sindicatos 2 y 3 de la patronal, la izquierda es un ejemplo de complicidad sistémica y muchos autodenominados comunistas insultan al comunismo sin pudor ni sentido alguno de la responsabilidad que debieran contraer con aquello en lo que dicen creer.

Pero los combativos, CNT en concreto, pueden aún ser más contradictorios consigo mismos. Así, este sindicato libertario y que, por principio, no reconoce la representación del Estado afirmaba el 20 de Febrero pasado lo siguiente en un comunicado de prensa:

CNT en estos días está manteniendo reuniones con grupos parlamentarios, patronales y Gobierno para hacerles llegar las reivindicaciones que sustentan la convocatoria de huelga general el 8 de marzo y negociar éstas y otras iniciativas que propone el sindicato para atajar la discriminación laboral que sufren las mujeres. El Gobierno central hasta ahora no ha respondido a la solicitud del sindicato para fijar un encuentro.”

En la última pirueta, las feministas (no distingo a las de la corriente hegemónica, la burguesa, de buena parte de las que se llaman de clase, las cuáles, lejos de enfrentarse a llamamiento de huelga feminista del 8 de Marzo, han asumido su manifiesto o han tenido miedo de denunciar lo que dicha huelga significaba) han “aportado” dos conceptos nuevos:
  • El invento de la huelga de cuidados, sostenida sobre una falsa teoría de la “explotación” dentro de la reproducción social; algo que no existe porque cualquier marxista sabe que la plusvalía se produce cuando hay relación mercantil. Cabe hablar de opresión desde los roles pero eso no implica explotación porque no hay relación salarial. No debe sorprendernos entonces que algunas de las teorizadoras del género planteen el salario al ama de casa dedicado a los cuidados, algo que ya fue propuesto por UPyD, un partido no demasiado revolucionario, en mi modesta opinión. Se les olvida que, dentro del Estado capitalista, en lo que los marxistas llamamos la reproducción social, aquello que el capital no puede convertir en ganancia a través del mercado, es gasto del Estado. Y no parece que, en el proceso de adelgazamiento del Estado social, vayan a ir por ahí las cosas, excepto que algunas propuestas actúen como la Renta Básica, un medio para atribuir unos recursos sociales, quitándolos de otros.
  • La negación de la huelga como instrumento de clase y de enfrentamiento con el capital. Una huelga que no era de clase sino de género, una huelga de mujeres y en ella cabía por igual la burguesa y la proletaria, la jefa y la trabajadora de inferior categoría, la empresaria de la PYME, que también hacía huelga, y su empleada. Así, no debe sorprendernos que, entre las denuncias del manifiesto convocante se encuentre la cuestión del “techo de cristal”, según el cuál se impide a las mujeres alcanzar las más altas cotas de poder en las instituciones y en las empresas. Dejando de lado que el Estado es el consejo de administración de la burguesía, me centraré en el caso de la reivindicación de ascensos en las empresas privadas con la intención de preguntar en qué ganaría la mujer trabajadora por tener a una explotadora mujer. Seguro que la feminista de turno afirmará que ello redundaría en una mejor sensibilidad de las directivas hacia las cuestiones de género. Seguramente ese sea el caso de Ana Botín, las Koplowitz, Ana Rosa Quintana (es empresaria), Sol Daurella (Coca-Cola, la de los despidos) o Elena Pisonero (Hispasat). No me gustan ni los explotadores ni las explotadoras, algo que va en la condición de empresari@ porque, si no, no hay beneficio.
Junto a lo anterior, la demanda contra la violencia de género dentro de los objetivos de la huelga, algo terrible (un solo asesinato por violencia de género ya lo es), como lo son las muertes de 618 trabajadores en sus puestos de trabajo en 2017,  pero absolutamente ajeno a lo sindical, aporta su grano de emocionalidad que ayuda a movilizar allá dónde los objetivos laborales (brecha salarial) necesiten un plus o empujón para animarse a secundarla.

Así la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, señaló recientemente que "la violencia está incardinada en el ADN de la masculinidad", lo que choca con la idea defendida por las feministas, en mi opinión acertada, de que el género no es innato sino adquirido. Y de que la violencia estructural en la sociedad crea modelos de violencia que ya no vemos solo entre los hombres, al menos en las generaciones más jóvenes. No sabría decir qué ADN tenía la señora Thatcher (la de las Malvinas) ni el que tiene la señora Clinton (la de Siria y Libia, por detenerme en dos simples detalles), para la que, por cierto, la excomunista Ángela Davis pidió el voto. Sembrar odio puede dar réditos temporales a quien lo haga pero a medio y largo plazo solo sirve para incentivar una guerra de sexos que divida a la clase trabajadora en lugar de una lucha de clases que el capital no desea. Quien juegue a eso debe tener claro que no merecerá otra cosa que el repudio de quienes luchamos por un mundo realmente más igualitario. Llamativamente, la palabra igualdad y la expresión “políticas de igualdad” se han convertido en sinónimos casi exclusivos de las políticas de género en boca del poder del capital y de sus representantes de derecha y de izquierda. La idea de igualdad que vaya haciendo desaparecer las diferencias entre clases es ya solo cosa de comunistas, de los desfasados, porque los otros, los que dicen serlo pero se apuntan siempre a la última charlotada que mueva manifestantes, ya solo piensan en la igualdad que rompe los “techos de cristal”

En esta huelga la brecha salarial ha sido el banderín del enganche hacia lo sindical pero en su manifiesto se mezclan cuestiones de género, de violencia, de orientación sexual, de techos de cristal, de cuidados, de “patologización” de la salud, de huelga de consumo, de pobreza, de cambio climático y de educación....Llamativamente, no hay ninguna alusión a una de las opresiones más terribles, el de la prostitución esclavizada por proxenetas. Convendría entender en este sentido algunas de las adhesiones al manifiesto. Fieles a la estrategia del progre, atraen a cada colectivo por el “el qué hay de lo mío”. Es la política que los pseudorevolucionarios llaman “convergencia de las luchas” (aquella parida de Seattle), la visión de la protesta como coordinadora de agraviados, que la exsocialdemocracia (la de siempre era al menos de clase), y el Partido Demócrata USA, practican para atraer el voto por cuotas de identidades. Pseudoradicales y progres unidos por una “lucha” que entierre a la de clases y por un antagonismo mujer-hombre en el lugar de trabajador-empresario.

No se entiende el sentido de esta huelga sin la Marcha de las Mujeres de Mujeres sobre Washington del año pasado, a muchas de cuyas organizaciones participantes ha financiado el lobbista George Soros, como tampoco se entiende sin el concurso de la burguesía de estrellas multimillonarias progres de Hollywood del MeToo o con pseudoradicales como Silvia Federici, empeñada en desdibujar la contradicción-capital trabajo desde su ataque indirecto a la teoría marxista del valor, a través de su énfasis en la valorización de lo que desde el marxismo denominamos “reproducción” (trabajo reproductivo). Aquí personajes como la aludida están representados por Yayo Herrero, Justa Montero o Sandra Ezquerra, del mundo podemita y “miembras” de la comisión del 8 de Marzo.

Tras este análisis, debiera quedar claro cuáles son los objetivos de esta huelga, más allá del tan mencionado “visibilizar” la realidad de las mujeres.

Los objetivos son amplios y ambiciosos:
  • En primer lugar, DESCLASAR LA HUELGA al convertirla en huelga de TODAS LAS MUJERES, trabajadoras y burguesas.
  • En segundo lugar, ROMPER EL ANTAGONISMO CAPITAL-TRABAJO.
  • En tercer lugar, DESDIBUJAR LA IMPORTANCIA DE LA PRODUCCIÓN COMO ESPACIO CENTRAL EN EL QUE ESE ANTAGONISMO CAPITAL-TRABAJO SE PRODUCE, al ponerla al mismo nivel que la huelga de cuidados y que la huelga de consumo.
  • En cuarto lugar, SUSTITUIR LUCHA DE CLASES POR GUERRA DE SEXOS.
En cualquier caso, el espíritu inclusivo, interclasista, negador de la lucha de clases como motor de la historia, reaccionario de fondo, por lo que niega, y freno de las tensiones sociales de clase, por las contradicciones que atenúa, repite el bucle eterno del 15M, lo que se ha “visibilizado” en las performances de las plazas en la hora cero de la huelga.

Por encima del seguimiento que esta huelga ha tenido, podemos decir que ha triunfado porque han hecho suyo su discurso no solo una parte de la clase trabajadora (sobre todo dentro de las funcionarias y empleadas públicas), sino también los progres, los pseudocomunistas, y buena parte de quienes tienen un sentido de justicia aguzado pero una escaso sentido crítico sobre la realidad en la que vive la clase trabajadora y el modo en el que la ideología dominante, la de la burguesía, se impone como apariencia de “verdad”

L@s oportunistas sin escrúpulos y l@s ya-ni-siquiera-reformistas está claro para quién trabajan. La única duda es por cuánto lo hacen. Algunas por un buen salario en uno de tantos lobbis feministas o por alguna plaza universitaria en esa nueva disciplina que ahora está de moda y que se llama “estudios de género”. Otras por una retribución de sus egos en esos en esas tribunas que les prestan audiencia por sus servicios.

Esta huelga no ha sido inútil. Más allá de declaraciones públicas de Rajoy, Rivera, Arrimadas o Penélope Cruz, tan “sensibles” ante la desiguadad hombre-mujer, veremos un incremento de subvenciones que permitan aumentar el número de liberadas feministas, un mayor desarrollo universitario de cátedras sobre estudios de género, con sus correspondientes catedráticas, un ascensor social hacia los cargos en los casos de juezas, directoras de medios de comunicación, “miembras” en los consejos de dirección de empresas del IBEX y, muy importante, un notable incremento de las políticas profesionales dentro de los partidos y de tertulianas profesionalizadas. Estas dos últimas cosas ya las vimos con el 15M, aunque más bien en el caso de hombres. En cuanto a la mejora de la situación de la mujer trabajadora...se siente, tardará mucho más. Quizá, si hay hueco en la agenda, para el 2.500.

Pero no me hagan mucho caso. Como dicen las “partisanas” de la emancipación femenina éstas son cosas de machirulo y comumacho (hombre comunista) ¡Claro que sí, guapis!

22 de febrero de 2018

LOS PENSIONISTAS SALEN A LA CALLE EN TODA ESPAÑA. A LO MEJOR LOS VIEJOS NO SON DEL PP, NIÑATOS


Por Marat

Hoy jueves, 22 de Febrero de 2018 los pensionistas y los que van a serlo en unos años han salido a la calle a defender las pensiones públicas contra el ataque del capital y su gobierno actual, el del PP. Cualquier gobierno, de todo signo, que acepte las reglas del juego que el capitalismo español o internacional les marque, será un gobierno de la burguesía.

Algunos llevamos meses haciendo rogativas ateas a San José Obrero para que esto sucediese. Lo maravilloso no es que haya sucedido sino que la clase trabajadora, esa a la que los viejos no han renunciado porque vienen de una memoria real, no posmoderna sino del agobio, años de quitarse de todo para ahorrar y pagar un piso porque les dijeron que ahí estaba su refugió económico,; lo maravilloso es que esa generación haya salido a la calle masivamente en toda España y que se haya organizado como clase a través de las estructuras de coordinación de las que se ha dotado (Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones) y no haya dependido de las cúpulas sindicales ni de los vividores a costa de los trabajadores.

A lo largo de mi vida he defendido la organización de mi clase, la necesidad de su autodefensa y de la lucha contra el capitalismo, más allá de lo que los trabajadores pudieran captar como necesario en cada momento de sus luchas parciales.

Hoy, fundido con los míos en Madrid, he sentido un orgullo, que no necesito justificar, de pertenecer a una clase sin la cuál no sería posible el mundo hoy, sin la que nada de lo que conocemos existiría: la trabajadora.

Hoy, como en otras ocasiones luchadores distintos por su dignidad y derechos básicos, la ha representado el sector de los pensionistas; esos que desprecian los posmodernos, los progres, los interclasistas, los inclusivos y l@s intramusculares de las contradicciones que quieren dejar como antigua la contradicción trabajo-capital.

Bilbao, Madrid, Barcelona y más de 40 ciudades de toda España han dicho NO a la pérdida de todas las conquistas sociales. En primer lugar la de las pensiones, pero también la del salario digno, el empleo estable y, con todo ello, la sanidad, la educación pública y tantas cosas por las que un día peleamos.

Bilbao, como tantas veces, ha hecho la mejor de sus bilbainadas, que dicen ellos. Ha dado un do de pecho enorme. Más de 20.000 pensionistas han ocupado las calles. Una voz vasca me ha impresionado porque coincide con lo que pienso que debe de ser el momento actual de autoorganización de la clase trabajadora. Ha dicho algo muy básico:“Esta es una manifestación de pensionistas. Bienvenidos sean cualquier militante sindical o de partido de izquierdas pero no sus cúpulas”. Ver a Unai Sordo, secretario de CCOO, en Al Rojo Vivo demostraba la necesidad del sistema capitalista de dar portavocía a sus lacayos.

En Madrid se han saltado los cordones policiales frente al Congreso, sin necesidad de hacer el exaltado patético. Una voluntad enorme de lucha. Los portavoces de la Coordinadora expresaban su convicción en que el combate iría a más.

Tengo solo 10 años menos que el más joven de los pensionistas que han alcanzado por edad ese estado. Sé que ésta es mi batalla porque acabar con la conquista social de las pensiones significa el sueño húmedo del capital de devolvernos al siglo XIX del que Engels escribió en “la situación de la clase obrera en Inglaterra” y el logro del máximo de beneficio a partir de pensiones privadas, mayores acobardamientos laborales y aceptación de lo que nos echen.

En esta hora de la clase trabajadora creo que debemos abrir una reflexión acerca de cómo convencer a todas las generaciones anteriores para las que:
  • La lógica de los acontecimientos les lleva a entender que lo inmediato es lo relevante, sin darse cuenta de que, si no cotizas lo suficiente en este sistema de recortes progresivos que nos han montado, te vas a comer los mocos.
  • La generación que está entre los 40 y los 50 años y que aún aspira a un nivel de consumo que le “ayude” a olvidarse de su vejez. Idiota, ya no te queda tiempo para el maravilloso plan de pensiones privado que te ofrecen frente a las pensiones públicas.
Toca explicar a estos sectores, no tan desclasados como desinformados e inconscientes, de que su etapa laboral es más breve de lo que parece, sobre todo en tiempos de empleos temporales, de que la batalla por las pensiones es la suya.

Y toca dejar claras algunas cuestiones en la lucha en defensa de las pensiones:
  • Si ellas caen, ya solo nos queda la miseria, la vuelta a la misericordia.
  • La clase trabajadora no merece nada por ser clase. Lo que hemos conseguido no es parte de la benevolencia de los derechos humanos ni de lo que diga ninguna estúpida Constitución. Es obra de las batallas por nuestra dignidad.
  • Que no te vengan con estupideces sobre la hucha de nuestras pensiones. Lo que cobramos no viene de ahí sino de las cotizaciones que hacemos todos los trabajadores a lo largo de nuestras vidas laborales.
  • Para tener una pensión suficiente para sobrevivir, no te hablo de que sea digna o justa, necesitas un buen salario y un empleo estable que haga posible que cotices la cantidad necesaria para esa pensión.
  • Te traicionaron los que en 1995 firmaron el Pacto de Toledo. Mira quiénes fueron, los tuyos. Según ese pacto tu pensión no dependería de los Presupuestos Generales del Estado sino de tus cotizaciones y, como te iban a desregular, estaba pensado, acabaron por darte la tontuna de la hucha de las pensiones
¿Qué sabes tú sobre tu futura pensión, sobre tu derecho al paro, sobre tu vida laboral, sobre tu posibilidad de percibir el paro y sobre el acceso a la renta mínima de inserción, sobre las condiciones del contrato que firmas, sobre el sector al que pertenece ese contrato y sobre cómo todo eso te afecta?

Pues como todo eso te afecta, ORGÁNIZATE Súmate a las organizaciones de clase, no partidarias, ni sindicales pero no ciudananistas ni agitamanitas. LA CLASE SE ORGANIZA.

CODA FINAL:
Una cosita, neopijos, posmodermos, animalistas, sexoveganos, multigéneros,
coleópteros, y pedorros de todas clases: los viejos no son esa rémora que vota al PP sino los trabajadores que no han olvidado que deben defender sus derechos. Mientras, vosotros, niñatos, les ofendéis, ellos se agencian como reunirse y montarla. A ver si es que, mientras vais de exiliados porque habéis conseguido ser Erasmus, se os olvida que vuestras carreras no las paga papá sino los que abonamos impuestos.

Esos jubilados a los que despreciais son la generación que intentó acabar con el fascismo para lograr otra cosa. Llegaron hasta donde la correlación de fuerzas se lo permitió. Decía Gramsci, ese filósofo italiano al que los pobres politólogos (no entendéis la política de otro modo que bajo el título académico que suponéis que os faculta sobre el resto para la acción política) nunca habéis conocido, salvo bajo alguna pobre cita de Monedero, que

 Una generación que desprecia a la generación anterior, que no logra ver su grandeza y su significado necesario, no puede más que ser mezquina y carente de confianza en sí misma, aunque adopte poses combativas y exhiba ínfulas de grandeza.

Es la acostumbrada relación entre el gran hombre y el criado.

Hacer el desierto para sobresalir y distinguirse.


Una generación vital y fuerte, que se propone trabajar y afirmarse, tiende por el contrario a sobrevalorar a la generación anterior porque su propia energía le da la seguridad de que llegará aún más lejos; simplemente vegetar es ya una superación de lo que se pinta como muerto.

Se reprocha al pasado el no haber realizado la misión del presente; así como sería más cómodo que los padres hubiesen realizado ya el trabajo de los hijos.

En la devaluación del pasado se halla implícita una justificación de la nulidad del presente: Quien sabe qué habríamos hecho si nuestros padres hubieran hecho esto y aquello…, pero ellos no lo hicieron y por consiguiente nosotros no hemos hecho nada más.

¿El techo de un primer piso es menos techo que el del piso diez o el piso treinta?

Una generación que sólo sabe hacer techos se lamenta de que sus predecesores no hayan construido ya edificios de diez o treinta pisos.

Decís que sois capaces de construir catedrales, pero no sois capaces más que de construir techos.”

(Antonio Gramsci. "Pasado y presente")

No creo, pequeños candidatos a lo peor de la política, el parlamentarismo burgués, que deba explicaros mucho más acerca de la generación que estos días pelea sin necesitaros y a cuyas movilizaciones os sumáis de modo oportunista.

La clase trabajadora, aunque haya sido movilizada desde sectores progresistas que agotarán sus reivindicaciones en la defensa de lo que un día fue logrado, no entiende de derechas ni de izquierdas. Sabe lo que es, su papel en este mundo controlado por el capital. No se engaña. No tiene grandes utopías. Busca una vida digna. Pero va siendo consciente de que cada vez puede esperar menos del capitalismo. No le dará mucha más esperanza el mundo del progrerío y la izquierda. Sabe que, si le tratan bien, solo puede esperar algo más de tiempo. Lo que le queda por saber, que no podrá obtener esperanza en el capitalismo, lo aprenderá por sí sola.

Lo digo porque la progresía a la que representáis, Podemos, IU, PACMA, Mareas, Compromis y un montón de serviles, estáis acostumbrados a insultar a los viejos por lo que suponéis que votan, sin daros cuenta de que actúan y defienden a su clase. Vosotros tenéis cabeza de urna y de trepas y lo único que hacéis es el memo en las plazas y en los cargos en los que pilláis cacho, figuras.

19 de febrero de 2018

TÚ, QUE ERES DE CCOO O UGT, SI NO ERES JUBILADO, ERES CÓMPLICE DEL ATAQUE A LAS PENSIONES

La única batalla que se pierde es la que se abandona

Por Marat

Pongo por delante que los sindicatos de pensionistas y jubilados de CCOO y UGT están entre los primeros que han iniciado la lucha contra la eliminación de nuestras pensiones. Muchos de sus afilados y responsables de esas secciones están implicados en la defensa de aquello que nuestra clase conquistó un día porque les/nos va la vida en ello. Hacia esos veteranos toda mi simpatía.

Hasta aquí mi reconocimiento hacia los afiliados de esos “sindicatos”. No he visto en todos estos meses de acoso a las pensiones, de anuncios de que la crisis de las pensiones públicas se debía a la esquilmación del fondo de reserva de la Seguridad Social, argumento de progres y de liberales, cuando esa crisis nació del Pacto de Toledo (miren quiénes fueron sus firmantes), que decidió que dichas jubilaciones no dependerían de los Presupuestos Generales del Estado sino de las cotizaciones de cada trabajador, ni una sola medida de fuerza del conjunto de esos dos sindicatos contra este brutal ataque.

Les sugiero que comprueben ustedes las sucesivas crisis económicas que ha atravesado España desde 1973, el modo en que se ha desregulado el mercado de trabajo, cómo se han ido depauperando los contratos de trabajo, cómo han ido descendiendo los salarios y de qué manera se han ido imponiendo las horas de trabajo no pagadas ni cotizadas por los empresarios y saquen sus conclusiones sobre de qué manera afecta todo esto a la caja única de la Seguridad Social y a las pensiones. Creo que, si se molestan en entender esta cuestión, no tendrán grandes dificultades en entender qué es lo que le pasa ahora a las pensiones, por mucho que el Estado capitalista español tenga grandes dificultades en asegurar las pensiones de los que que en los próximos años, pertenecientes a la generación del “baby boom”, supongamos para el sistema público.

Repasemos los años de “resistencia” de los dos principales sindicatos de trabajadores españoles desde entonces. Preguntémonos qué hicieron para denunciar el cambio en la capitalización de las pensiones públicas contributivas hacia una cotización dependiente exclusivamente de los trabajadores. Veamos en qué acabaron sus huelgas contra el cambio de la legislación laboral desde Felipe González, hasta Rajoy, pasando por Aznar y las dos del mejor “Presidente de la democracia” y “referente progresista mundial”, Zapatero, en ambos casos según la opinión de Pablo Iglesias, ex Presidente que allanó el camino al brutal ataque que hemos vivido bajo Rajoy. Veremos lo que nos ha traído la democracia burguesa a la clase trabajadora, así como sus gobiernos ultralibrales y progres. Consideremos qué es lo que obtuvieron estos dos “sindicatos” para nuestra clase y qué es lo que lograron, gracias a sus luchas con sordina y frenos tras las Huelgas Generales, para el mantenimiento de sus estructuras y cúpulas de burócratas dirigentes y liberados sindicales.

Quizá los burócratas de CCOO y UGT prefieran los planes privados de pensiones porque con ellos pueden hacer negocios, como es el caso del perteneciente a la Administración General del Estado, que cogestionan con el BBVA. A pesar de ser ruinoso para quienes lo han suscrito a estos sindicatos les da beneficios. Y no es el único fondo de pensiones privados que gestionan

Si dejamos a un lado la combativa lucha de los pensionistas de CCO y UGT en defensa de una conquista que parece que no acabamos de creernos que nos van a arrebatar (el Presidente Rajoy va dándonos algunas pistas: el ahorro para las pensiones privadas y la posibilidad de rescatarlas para crear una confianza en que funcionan), ¿qué es lo que han hecho las direcciones sindicales para defenderlas, al margen de las estupideces a las que nos tienen acostumbrados los sucesivos bonzos de las las direcciones de una y otra central? ¿Qué movilizaciones, que no sean de pensionistas, han impulsado cuando son nuestras vidas futuras, nuestra vejez, la posibilidad de no tener que depender de la caridad, las que están en juego?

Y ahora me dirijo a ti, afiliado a CCOO y UGT, que tienes el carné de esos “sindicatos”, por si acaso, como si fuera la tarjeta de fidelización de Carrefour o de puntos de cualquier gasolinera, ¿qué has hecho para presionar a tu central, a tu sección sindical, a tu comité de empresa para que exija a los sindicatos mayoritarios una respuesta contundente contra el gobierno, los partidos parlamentarios que nos entretienen a los trabajadores con sus juegos de salón y las organizaciones empresariales? ¿Nada? Vale, ya tengo tu respuesta.

No me olvido de ti, delegado sindical, Presidente del Comité de Empresa, miembro del Comité de la Sección Sindical de dichas centrales: ¿Cuál ha sido tu esfuerzo para presionar a tus dirigentes locales, regionales o nacionales, a Unai Sordo o a José María Álvarez? ¿Has escrito muchas cartas, has promovido muchas reuniones de afiliados para exigir una defensa activa de tu sindicato por las pensiones, para que éste movilice a todos sus afiliados y a toda la clase trabajadora en defensa de unas pensiones que no afectan a los pensionistas de hoy sino a todos los trabajadores incluso antes de llegar a serlo? Tranquilos, salvo honrosas excepciones, sé las respuestas de casi todos vosotros.

A lo largo de mi trayectoria política he defendido luchas justas en beneficio de mi clase, las convocara quién las convocara, Agamenón o su porquero, sencillamente porque eran justas y necesarias. Por eso, les he puesto la convocatoria como imagen que acompaña a este texto. He preferido ésta a la que pulula por la red porque el llamado lenguaje inclusivo que ahora están imponiendo las de las antorchas y las horcas ni es el mío ni creo que pretenda defender a mi clase, a pesar de que haya quien crea que es así.

Si, a pesar de tu comportamiento pasivo, de tu fatalismo resignado, de tu desclasamiento cómplice, de tirar piedras sobre tu propio tejado con tu aceptación de la dictadura de clase que nos impone el capital y de la enésima traición de tu sindicato a tu clase, reaccionas y estás dispuesto a sumarte a la batalla, que es la tuya, porque a todos nos concierne y a tu vejez también, será el momento de ir cavando trincheras, de sacar toda la artillería contra nuestros enemigos de clase y de pelear todos juntos codo con codo. 

Pero no me llamo a engaño. Ciertos sindicatos “alternativos” y alguna marcha, a la que en algún momento he apoyado ya da por perdida, sin admitirlo, la batalla y ponen en primer lugar de su convocatoria de movilización determinada Marcha Básica, lo que no es sino un modo infecto de vender la Renta Básica que progres y liberales intentan colocarnos en lugar de las coberturas sociales que un día conquistó la clase trabajadora. Toma 400 y pico euros en lugar de subdisidio de desempleo pensiones, sanidad y educación públicas y calla. Pero todo eso vestido de “izquierda real”. Compren ustedes esa marcha si quieren. Yo no perderé mi tiempo en esa trampa de la Renta Básica de la que hace algún tiempo les hablé. Yo ya me hice en su momento la pregunta de porqué para estos izquierdistas, en el peor sentido que Lenin les dio, no han puesto como punto primero y principal la defensa de las pensiones y no me costó encontrar la respuesta.

Sobre huelgas de solo una parte de la clase trabajadora con reivindicaciones de coartada laboral pero objetivos de sustituir la lucha de clases por cuestiones bastante menos dignas les hablaré a partir del 9 de Marzo.