12 de abril de 2016

LA MALDICIÓN DEL ‘HACKER’ (UN CUENTO MODERNO)

Movimiento Político de Resistencia Global

Los medios de comunicación quieren hacer creer al mundo entero que los “Papeles de Panamá” fueron obtenidos por un pirata (“hacker”) habilidoso que se introdujo, como un ladrón, en los equipos informáticos del bufete de abogados Mossack Fonseca, encontró la llave, se apoderó de los documentos y salió de estampida.

Hoy día con un ordenador se pueden hacer muchas cosas desde la confortable habitación de una vivienda, pero los piratas (“hackers”) son mucho más que eso: verdaderos dioses para los que nada es imposible, desde desencadenar “revoluciones” de colores y Primaveras Árabes, cuyos protagonistas han sido -según dicen por ahí- entusiastas espontáneos del móvil, interconectados (horizontalmente) a través de las redes sociales...

Es un cuento moderno; la realidad es otra cosa, mucho menos espontánea de lo que relatan los medios. Por ejemplo, el viernes el Presidente de Bolivia, Evo Morales, informó que Estados Unidos había enviado 12 “hackers” para que triunfase el “No” en el referéndum constitucional celebrado el 21 febrero.

Lo más probable es que Morales se haya quedado corto; serían bastantes más de 12 y no sólo se llevaron el móvil consigo.

En cualquier caso, la noticia descubre que las redes sociales son mucho menos espontáneas de lo que dicen los medios; de hecho, no son diferentes de los propios medios. Del mismo modo que Estados Unidos “fabrica” la mayor parte de la información que difunden los medios, “fabrica” exactamente igual la mayor parte de la información que difunden las redes sociales, las páginas web o el WhatsApp.

Ambas forman parte de la misma ideología dominante, son tan falsas (o tan ciertas) como la misma ideología dominante y proceden de los mismos centros de producción del cúmulo de ideas que proliferan en nuestro tiempo, que se difunden anónimamente y cuyo origen también parece igualmente anónimo.

Los propios “hackers” han sido fabricados de esa manera ideológica, tan científica y tan mítica a la vez como la manzana que le cayó a Newton en la cabeza, permitiéndole descubrir (y describir) la ley de la gravedad, algo de lo que hasta entonces no se había apercibido, ni él ni nadie.

Son como Jano, el legendario personaje con dos rostros, capaz de mirar en dos direcciones opuestas a la vez. Cuando el “hacker” descarga películas sin pagar el peaje que corresponde a la propiedad privada es un pirata, un delincuente, pero si se lleva los “Papeles de Panamá” esa misma palabra se traduce de otra manera y se transforma en un benefactor de la humanidad.

Como los científicos y los ingenieros, los informáticos crean sus propias leyendas, que luego se acaban creyendo ellos mismos, posiblemente porque así se ven como personajes legendarios. Esos relatos son la Ilíada y la Odisea del mundo moderno: esos jóvenes trasteando en el garaje encima del teclado de un ordenador que acaban siendo multimillonarios y creando imperios, como Microsoft o Google, a los que nadie acusaría de aprovecharse de la piratería.

Todo lo contrario: resulta que los capitalistas de la informática luchan contra la piratería. Si los “hackers” son piratas, ellos no son “hackers”.

Hasta las palabras se prostituyen, tanto en inglés como en castellano, y su uso es prostitución pura, lo mismo que su traducción. En un principio, la palabra “hack” se utilizaba en los centros de investigación de Estados Unidos como sinónimo de “trastear” e incluso de “jugar”. Entonces el “hacker” era el “manitas” de la informática que exploraba las múltiples posibilidades de un lenguaje de programación, de un sistema operativo o de un programa.

En el principio de todo, incluida la informática, no está una teoría que luego “se aplica” a la práctica, sino al revés. En este caso eso es aún más claro porque algunos programas informáticos se llaman precisamente “aplicaciones” (app, “applications”).

La propiedad privada llegó a la informática mucho después y ocurrió lo que describe Marx cuando en “El Capital” analiza la acumulación originaria: algunos avispados expropiaron lo que hasta entonces era de uso colectivo, lo patentaron y lo llevaron al Registro Mercantil. Desde entonces la informática tiene nombres y apellidos, de personas o de multinacionales. Antes era anónima, abierta, libre y colectiva.

Ahora los piratas le dan la vuelta a la historia, acusan de pirateo a los demás y se han propuesto acabar con la proliferación del pirateo en la informática. Según dicen, con los ordenadores e Internet nos hemos acostumbrado a la “barra libre”, a que todo sea gratuito y eso, por lo visto, se ha convertido en un serio problema para las multinacionales, que están llevando a los piratas a la cárcel.

Como se sienten identificadas con esta ingeniería, las multinacionales dicen que a quien perjudica la gratuidad es a la programación, al desarrollo de los sistemas operativos o las aplicaciones digitales, lo cual es falso. Hasta la fecha, una parte importante de la expansión de este conjunto de nuevas técnicas procede de los aficionados y no de los profesionales. La gratuidad no ha frenado sino que ha promovido el desarrollo de la informática.

Pero, lo mismo que la astronomía, la informática no es sólo un conglomerado de habilidades técnicas que se estudian en las facultades de ingeniería correspondientes, sino bastante más: una “cultura” o, mejor dicho, una “subcultura” con sus propios códigos, su argot, su cine (Annonymous, Matrix), sus propios entusiastas (“geeks”) e incluso sus propios partidos políticos piratas.

En los cuentos y las leyendas es difícil separar la realidad de la fantasía. Por eso, quien quiera estudiar las relaciones entre la ciencia y la ideología, a los que la burguesía presenta como mundos antitéticos, tiene en la informática uno de los terrenos mejor abonados y de más actualidad.

11 de abril de 2016

WIKILEAKS DENUNCIA A GEORGE SOROS DE HABER FINANCIADO LOS PAPELES DE PANAMÁ

Alfredo Jalife-Rahme. La Jornada

Inmediatamente después de que estalló la bomba atómica financiera de Los papeles Panamá, detecté que el megaespeculador George Soros –uno de los personajes más malvados del planeta que opera con máscara de filántropo y resguardo de la CIA– había dejado demasiadas huellas, como consta en mis dos primeros tuits alusivos: 1) “No hay que clavarse tanto con los sesgados Panama papers: operativo de George Soros vs Putin. Los demás: moscas distractoras. Ningún anglosajón, jajaja” (http://goo.gl/ph0vXr), y 2) “George Soros/Open Society Foundations controlan al International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ)/Center por Public Integrity y sus Panama papers” (http://goo.gl/O1DBmg).

En los ulteriores tuits comenté que “el objetivo principal de George Soros/Rothschild con sus Panama papers es Putin. Ataque esperado. Los demás son distractores aldeanos” (http://goo.gl/DPy2rf).

Wikileaks publicó algunos tuits demoledores donde señala a George Soros, a la Fundación Ford y a la Usaid de haber financiado Los papeles de Panamá (http://goo.gl/uKMJ6x).

Se trata de demonizar a Putin con el objetivo de desestabilizar a Rusia.

Gerard Ryle, en nombre del ICIJ, comentó a Wired Magazine que “no planean filtrar el total del conjunto de datos de más de 11 millones” (http://goo.gl/kFLgJA). ¿Por qué el ocultamiento?

Zero Hedge ubica algunos de los 441 clientes de EU, de poca monta, de la firma legal Mossack Fonseca, con sede en el paraíso fiscal panameño (http://goo.gl/HhJPi1).

Según el universo interactivo Fusion, existe abundancia de nodos localizados en EU en la triada cliente/compañía/accionista.

La filtración de Mossack Fonseca, que alega haber sido hackeada, es minúscula –2.6 billones de dólares, 214 mil 488 entidades y 14 mil 153 clientes/intermediarios– frente a la estimación entre 21 y 32 billones de dólares de lavado paradisiaco fiscal global, de acuerdo con datos de FMI, Banco Mundial, ONU y bancos centrales de 139 países.

En realidad, el blanqueo paradisiaco rebasa 40 billones de dólares: ¡casi la mitad del PIB global!

Lo notable del estudio es su opacidad, ya que no contabiliza lo proveniente de “fraudes, narcotráfico, traficantes sexuales y sus criminales transacciones” (http://goo.gl/IIg1MC).

Los sulfurosos papeles no dejaron títere con cabeza, con dedicatoria a dos superpotencias competidoras de EU: Rusia y China, con los respectivos círculos de allegados al zar Vlady Putin y al mandarín Xi Jinping, lo que constituye una doble guerra geofinanciera y propagandística de un centenar de publicaciones en el mundo que controlan los Rothschild/Soros, la Fundación Ford y Usaid.

Entre los líderes y personalidades de más de 200 (sic) países brotaron también el presidente Macri, el escritor propagandístico neoliberal Vargas Llosa y hasta Banco Santander, cuyo consejo de administración revela muchos pestilentes intereses condensados (http://goo.gl/Dz5lRV).

A confesión de parte, relevo de pruebas: el viceportavoz del Departamento de Estado de EU, Mark Toner, reconoció haber financiado Los papeles de Panamá (http://goo.gl/GE8nPI).

El periódico israelí Haaretz devela que 600 empresas israelíes y 850 accionistas están listados en los documentos filtrados, vinculados a “prominentes abogados de Israel” (http://goo.gl/1yXrAe), además de sus legendarios contrabandistas globales de diamantes (http://goo.gl/sxIOe3).

Dan Gertler, magnate minero y de diamantes de Israel, es mencionado más de 200 veces. ¡Los diamantes globales manejados por Israel son todo un tema!

Destacan Dov Weisglass –anterior jefe de oficina del ex premier Ariel Sharon–, Idan Ofer y su socio Udi Angel que merecen una enciclopedia especial.

Lo más impresionante son las corresponsalías de los bancos israelíes Banca Leumi y Banco Hapoalim, cuya red mafiosa expuse en 2008, lo cual me valió el hilarante cuan delirante anatema de los evasores de impuestos globales del grupo sionista financierista jázaro (http://goo.gl/UuMkVM).

Nada ha cambiado de mi escrito de hace ocho años con los criminales financieros que ocultan sus hurtos en más de 50 paraísos fiscales, de los cuales Panamá es minúsculo y está al borde del hipócrita exorcismo global.

Olvídense de Panamá, ya que “es más fácil esconder su dinero en EU que en casi cualquier otra parte”, alega The Guardian (http://goo.gl/2EeBGz), cuando EU comporta varios paraísos fiscales internos: Delaware, Wyoming, Dakota del Sur y Nevada, en particular Reno, donde sobresalen los banqueros esclavistas Rothschild.



Los papeles Panamá intentaron desestabilizar al BRICS (http://goo.gl/IV8N1v).

Es impactante que los papeles desechen a tanto aliado de EU –desde el supino Macri pasando por el presidente ucraniano Poroshenko hasta los jerarcas del golfo–, lo cual delata que Obama manda la señal del desprendimiento de sus lastres impresentables.

¿Sacrifica EU a sus aliados desechables y no reciclables?

Son numerosas las islas caribeñas del G-7 sumergidas en el narcolavado, como la macabra quiebra de Banco Stanford y sus vínculos con el cártel del Golfo y un ex canciller foxiano en la Isla Antigua (http://goo.gl/nGf4I9).

El mayor estafador de la historia, Bernard Madoff, blanqueó en el eje Delaware-Israel (http://goo.gl/zD2e2S).

A cada quien sus gustos y disgustos: ciertas publicaciones han expuesto con saña selectiva el blanqueo de la familia del presidente sirio, Bashar Assad, y las transacciones acrobáticas de la guerrilla chiíta libanesa Hezbolá, como si hubieran sido los únicos citados.

La mayoría de las 100 publicaciones sesgadas abulta el pecado capital de los enemigos de sus controladores, mientras oculta la criminalidad de sus socios. ¡Vaya periodismo de investigación!

El problema es la concentración oligopólica de los multimedia en Occidente: 1.500 periódicos, 1.100 revistas, 9.000 estaciones de radio, 1.500 televisiones, 2.400 editoriales: ¡Todo controlado por sólo seis trasnacionales!

Lo más impactante de Los papeles Panamá es el control de los Rothschild/Soros sobre más de 100 medios locales/regionales/globales.

Una hipótesis digna de evaluación es la de Thierry Meyssan, director de Red Voltaire (http://goo.gl/whWjtL): detrás de Los papeles Panamá está el redireccionamiento del sistema financiero global que se contraerá aún más alrededor de Gran Bretaña, Holanda, EU e Israel, para que sólo esos países puedan controlarlo, la cual es muy similar a la tesis del financiero alemán Ernst Wolff, quien sostiene que se trata de un “redireccionamiento de entre 30 y 40 billones de dólares de los paraísos fiscales para que así EU pueda controlarlos en forma central” (https://goo.gl/OSJ06g).

Ante la dislocación del sistema financiero israelí-anglosajón que se está derritiendo con el irresistible ascenso de China e India, y hasta de Indonesia, los sulfurosos papeles marcarían la nueva ruta del lavado global permitido.

El grave defecto de Los papeles Panamá, flagrante instrumento de guerra propagandística/geopolítica de EU contra el BRICS, es su exagerado tropismo selectivo, lo cual le quita credibilidad, ya que lo que oculta es más importante que lo revelado.


10 de abril de 2016

BUITRES SOBRE LIBIA

Manlio Dinucci. Il Manifesto

Sólo había que esperar. Reaparece en el orden del día la partición de Libia, que ya anunciábamos desde el inicio de la guerra contra la Yamahirya. Lo que se había hecho imposible en medio del tronar de las armas, porque hubiera sido demasiado evidente, vuelve a sernos presentado como una deplorable necesidad.

«Libia debe convertirse nuevamente en un país estable y sólido», reza el mensaje de Twitter enviado desde Washington por el primer ministro italiano Matteo Renzi, desde donde garantiza además su mayor respaldo al «Primer ministro [Fayez el-] Sarraj, finalmente en Trípoli».

Los que piensan en esa posibilidad, en Washington, París, Londres y Roma, son los mismos que, luego de haber desestabilizado y destrozado el Estado libio recurriendo a la guerra, van a recoger los pedazos con la «misión de asistencia internacional a Libia».

Lo que tienen en mente sale a flote a través de voces autorizadas. Paolo Scaroni [1], quien se movió en Libia, como patrón del ENI, entre facciones armadas y mercenarios y hoy se encuentra en la vicepresidencia del banco Rotschild, declara al Corriere della Sera que «hay que acabar con la ficción de Libia», «país inventado» por el colonialismo italiano. Hay que «favorecer el nacimiento en [la región de] Tripolitania de un gobierno que lance un llamado a fuerzas extranjeras que lo ayuden a mantenerse en pie», estimulando a la vez [las regiones de] Cirenaica y Fezzan a crear sus propios gobiernos regionales, eventualmente con el objetivo de federarse a largo plazo. Mientras tanto «cada uno administraría sus fuentes energéticas», que se hallan en Tripolitania y Cirenaica.

En Avvenire, el diputado [italiano] Ernesto Preziosi expone una idea similar: «Formar una Unión Libia de tres Estados –Cirenaica, Tripolitania y Fezzan– que tienen en común la Comunidad del Petróleo y del Gas», con el respaldo de «una fuerza militar europea ad hoc».

No es otra cosa que la vieja política del colonialismo del siglo 19, actualizada en función del neocolonialismo con la estrategia de Estados Unidos y la OTAN, que han destruido por completo Estados como Yugoslavia y Libia y fraccionado (o tratado de fraccionar) otros Estados –como Irak y Siria– para controlar sus territorios y recursos.

Libia posee casi el 40% del petróleo existente en África, extremadamente valioso por su alta calidad y el bajo costo de su extracción, así como grandes reservas de gas natural, cuya explotación reportaría hoy a las transnacionales estadounidenses y europeas ganancias mucho más elevadas que las que obtenían del Estado libio. Además, eliminando el Estado nacional y negociando separadamente con diferentes facciones del poder en Tripolitania y Cirenaica, esas transnacionales pueden lograr la privatización de las reservas energéticas públicas y obtener su control directo.

Además del oro negro, las transnacionales estadounidenses y europeas pretenden apoderarse del oro blanco: la inmensa reserva de agua del manto freático nubio, que se extiende bajo el suelo de Libia, Sudán y Chad. Las posibilidades de ese recurso natural ya habían sido demostradas por el Estado libio, mediante la construcción de los acueductos que transportaban agua potable y agua destinada al riego, millones de metros cúbicos al día provenientes de 1 300 pozos en el desierto y transportados a través de 1 600 kilómetros hasta las ciudades costeras, que hacían fértiles tierras desérticas.

Al desembarcar en Libia, con el pretexto oficial de ayudarla y liberarla de la presencia del Emirato Islámico, Estados Unidos y las principales potencias europeas también tendrán la posibilidad de reabrir allí sus bases militares, cerradas en 1970 por Muammar el-Kadhafi, con una posición geoestratégica importante, en la intersección entre el Mediterráneo, África y el Medio Oriente.

Finalmente, con la «misión de asistencia a Libia», Estados Unidos y las principales potencias europeas se reparten el botín de la mayor rapiña del sieglo: 150 000 millones de dólares de los fondos soberanos libios confiscados en 2011, que podrían cuacruplicarse si la exportación de recursos energéticos de Libia volviera a sus niveles del pasado. Los fondos soberanos libios, que Kadhafi planeaba utilizar para crear una moneda y organismos financieros autónomos para la Unión Africana (razón por la cual se decidió eliminar a Kadhafi, como puede verse en los correos electrónicos de Hillary Clinton), serán utilizados para desmantelar lo que queda del Estado libio, un Estado que «nunca existió» porque en Libia no había otra cosa que «un montón de tribus», según afirma Giorgio Napolitano, quien al parecer se cree en el Senado del Reino de Italia.



9 de abril de 2016

LAS PRIVATIZACIONES DEL GOBIERNO RUSO

Karine Bechet- Golovko. Movimiento Político de Resistencia Global

Para ajustar el presupuesto, la idea de las privatizaciones se ha apoderado de nuevo del gobierno ruso. Sin gran originalidad, el mismo esquema se empleó en los años 90 por Yeltsin y su entorno, “demócrata”, “liberal” y “pro- europeo”. Fue la época en que las “élites” pusieron a Rusia a hacer la calle, prostituída en nombre de la democracia. No estoy hablando de Ucrania, sino de Rusia. La de los años 90, tan querida por Occidente. Y tan añorada. Y con motivos; veámoslo más en detalle.

La privatización no es un instrumento económico ni presupuestario. Es un instrumento ideológico. Se trata de sacar de la esfera estatal las empresas estratégicas o económicamente interesantes. Porque, por principio, una empresa que no presenta ningún interés, bien en el plan económico bien en el aspecto estratégico, nunca podrá encontrar comprador en el mercado interior o internacional.

Para protegerse, es cierto que es posible poner como condición la inversión interior. Pero, ¿qué impedirá la reventa? ¿Y al cabo de cuanto tiempo, aunque esté condicionada, será autorizada? No puede llevarse a cabo una prohibición eterna. Por consiguiente, la protección es solamente temporal.

La privatización, en tiempos de crisis, se supone que permite al Estado cumplir el presupuesto. Pero vendiendo empresas interesantes, pierde también los ingresos regulares. Y los pone a la venta en un mercado que no está en su mejor momento, lo que limita automáticamente las posibles ganancias inmediatas.

Por tanto, si se descarta la incompetencia, el objetivo es otro. Y en este caso, la privatización es un instrumento en primer término ideológico. Como lo declaraba A. Chubais, en su “juventud política”, las privatizaciones yeltsinianas se hicieron para poner punto final al comunismo. Poco importaba el precio. Poco importaba el comprador. Se trataba de matar el comunismo, y para ello, vaciarlo de su sangre. Matar el tejido económico comunista fundado sobre la producción industrial y la agricultura. Sobre la economía real de un modo real. Llevando así a la gente al desempleo, gentes cuyas competencias son inútiles en una economía de servicios post moderna. Y, de esa manera, matar la fuerza vital de resistencia en la población.

La economía de rodillas, la población lo mismo. El país también. Todos haciendo cola ante el MacDonald. La democracia tiene un precio. Gaidar, padre espiritual de este “liberalismo”, hablaba de “terapia de choque”. Ni Ucrania ha inventado nada, ni tampoco hemos aprendido nada.

Sobre esta cuestión os aconsejo encarecidamente la excelente emisión de N. Mijalkov, quien se pregunta sobre el período Yeltsin, con ocasión de la apertura del enorme edificio a la gloria del “padrecito de la democracia rusa”. Una reflexión que da escalofríos, con la reescritura de la historia rusa como fondo. Ahí están, por lo que concierne a las privatizaciones, algunos elementos interesantes.

Lo esencial de la producción industrial fue privatizada por Yeltsin; 261 empresas militares. La compañía norteamericana Nick and Co. Corporation, por si sola, tomó el control de 19 de ellas.

No fue difícil adquirirlas, estando literalmente regaladas. Era necesario librarse de ellas, rápidamente y a cualquier precio. El más bajo posible, así el Estado pierde los beneficios de las empresas, no pudiendo compensar sus pérdidas por una entrada de dinero significativa.

De la venta de empresas, cuyo valor mercantil se estimaba en más de un billón de dólares, el Estado ruso percibió 7.200 millones de dólares.

Por ejemplo,

- la fábrica metalúrgica de Samarsky fue vendida por 2,2 millones de dólares
- la fábrica de automóviles Ljatcheva por 4 millones de dólares
- Uralmach, con sus 34.000 empleados por 3,72 millones de dólares
- la fábrica metalúrgica de Cheliabinsk, con 35.000 empleados, por 3,73 millones
- la fábrica mecánica de Kovrovsky (que producía armas para toda la policía, ejército y servicios especiales) fue vendida por 2,7 millones de dólares
- o la fábrica de tractores de Cheliabinsk, con 54.000 empleados vendida por 2,2 millones

Ingleses, alemanes y norteamericanos, principalmente, obtuvieron minorías decisivas en las mayores empresas estratégicas de los sectores de la construcción de motores y aviones rusos (Tupolev, MIG). La empresa Siemens tomó el control de la fábrica que producía los equipamientos para los submarinos rusos nucleares.

Ni siquiera el Tribunal de Cuentas dejó sin destacar la amplitud del ataque a la seguridad nacional. Subrayaba que la privatización permitió poner bajo control extranjero las mayores empresas rusas militares estratégicas.

Si ese no era tal vez el fin perseguido, fue en cualquier caso el fin alcanzado.

El Estado permanecía presente. Conservaba alrededor del 14 por ciento de la participación, lo que no le permitía ni influir sobre la política de la empresa.

Por ello, cuando los grandes “liberales” del gobierno se ponen a hablar de privatizaciones, necesariamente surgen sospechas.

Debe aparecer una “lista” de empresas a privatizar en 2016, declara el ministro de Economía. En la cual debiera figurar, por ejemplo, las mayores empresas del sector petrolífero, como Rosneft o Bachneft. Esta vez son las materias primas las que están en el punto de mira. Pero, rápidamente, el portavoz del Kremlin calma el juego; no hay lista definitiva, todo se discutirá. Y el Presidente reenviará al Gobierno la tarea para proteger mejor los intereses nacionales.

Porque, efectivamente, ¿es este el momento? Los puntos de vista son compartidos, incluso en el Gobierno, entre el clan, de hecho neoliberal y los liberales. El vice primer ministro, Y. Trutnev cuestiona la bondad del enfoque del ministerio de Finanzas a propósito de la privatización de Alrosa, concretamente. Hay que decir que Alrosa es un grupo ruso muy interesante. Ocupa el primer lugar del mundo en la extracción de diamantes.

En cifras, Alrosa posee el 97 por ciento del mercado interior ruso, y el 27 por ciento de la producción mundial de diamantes. Es tentador. ¿Pero es del interés público? Me refiero al interés del país, el interés defendido por el Estado. Las dudas se formulan de forma expresa:

Vender es posible. Pero vender ahora, en un mercado en descenso ¿Por qué, con que fin? ¿No puede esperar? ¿No tenemos medios para esperar? Esto no es verdad, podemos esperar”, ha declarado, denominando a esta iniciativa “extraña”. Según la estimación de Trutnev, el Estado puede recibir en dos años de la compañía los beneficios netos que obtendría de la privatización de sus acciones. “Los colegas del ministerio de Finanzas contemplan todas las posibilidades para cuadrar los presupuestos, causa de que esta discusión continúe. Ya veremos que decisión tomará la cabeza del país”.

Ciertamente, la historia es un eterno reinicio. Especialmente porque se olvida demasiado rápido.