22 de febrero de 2012

EN EL LABORATORIO DE LA PRODUCCIÓN BURGUESA

Alejandro Nadal. La Jornada

Mucho se ha escrito sobre la naturaleza de la crisis global. Los economistas heterodoxos y post-Keynesianos han hecho importantes contribuciones. Pero parece que siempre se les queda algo crucial en el tintero. Las perspectivas de corte marxista sobre los orígenes y evolución de la crisis son claves para suplir estas lagunas y completar nuestra comprensión de la naturaleza de la crisis.

Los enfoques de Marx sobre las crisis del capital se encuentran diseminados en muchos trabajos (entre los que destaca la Contribución a la crítica de la economía política, los Gründrisse y, por supuesto El Capital y las Teorías sobre la plusvalía). Pero en todos existe un hilo conductor: la crisis no es una patología del capital, es resultado de las contradicciones que le definen como modo de producción históricamente determinado. La crisis está íntimamente ligada a la lucha de clases.

El descalabro en el sector de las hipotecas chatarra en Estados Unidos es sólo un eslabón en una cadena que arranca de acontecimientos que arranca en los años setenta con la caída en la tasa de ganancia en Estados Unidos y Europa. Ese fenómeno ha sido estudiado y corroborado por muchos autores, entre los que destacan Gérard Duménil y Dominique Lévy, Michel Husson, Anwar Shaikh, Fred Moseley, James Crotty y Robert Brenner. Un estudio econométrico interesante es el de Basu y Manolakos (scholarworks.umass.edu).

Las causas de esta caída en la tasa de ganancia son objeto de un acalorado debate. En todas las interpretaciones, la lucha de clases está presente. Algunos autores prefieren la interpretación en términos de un incremento en la composición orgánica del capital (mayor mecanización para incrementar la productividad), mientras que otros se inclinan por los incrementos en salarios o la relación entre trabajo productivo e improductivo.

Frente a la reducción en la rentabilidad, la clase capitalista reacciona con gran fuerza y busca por todos los medios reducir el salario real. En este proceso se desencadena una gran ofensiva en contra de los sindicatos a partir de 1971-73. Más tarde se complementa esto con la contratación temporal, la segmentación del proceso productivo, y hasta la colocación de plantas enteras en países con bajos costos laborales (eufemismo que significa salarios miseria).

La clase capitalista tuvo gran éxito en su ofensiva. El salario real se estancó desde los años setenta y la clase trabajadora tuvo que compensar esa pérdida con mayor endeudamiento. Para decirlo de otra manera, el salario dejó de ser importante y el endeudamiento le reemplazó como principal referente para la reproducción de la fuerza de trabajo. La medida del triunfo del capital está en la magnitud de la crisis global que hoy hunde a las economías capitalistas.

La reducción en la rentabilidad en los años setenta generó incentivos para la especulación en el sector financiero. Para el capital, la producción es un mal necesario; su sueño es pasar directamente a la rentabilidad sin tener que contratar trabajadores y comprar medios de producción. Por eso, según Marx, todas las naciones capitalistas son periódicamente presa de un deseo febril de producir ganancias sin tener que pasar por la producción. Pero faltaban los caminos para cumplir este deseo.

El colapso del sistema de Bretton Woods (de paridades fijas) aumentó el riesgo cambiario para los capitalistas, pero también abrió un enorme campo de acción para la especulación en los mercados de divisas. La liberalización financiera permitiría el pleno aprovechamiento de este terreno. Una consecuencia directa de esta combinación es el surgimiento del monstruo financiero que hoy domina no sólo a la política macroeconómica, sino que pone de rodillas a estados completos.

La interpretación marxista de la crisis entreteje una iluminadora narrativa que va desde la lucha de clases en el interior del laboratorio secreto de la producción burguesa (fórmula de Marx al iniciar su análisis del proceso de producción capitalista) hasta la circulación general y la expansión del sector financiero, pasando por la evolución de la tasa de ganancia y la inversión. Este análisis integra también el papel del Estado y del gasto público en la reproducción del ciclo del capital. Se comprende así la naturaleza suicida de las políticas de austeridad que hoy se imponen en beneficio del capital financiero.

Los problemas teóricos que ha enfrentado el análisis marxista, en especial en lo que se refiere al problema de la transformación de valores en precios de producción no debe impedir recurrir a la rica perspectiva analítica marxista para comprender la naturaleza de la crisis actual.

El capital tiene sus propias interpretaciones sobre sus crisis y ciclos. Están destinadas a facilitar la intervención en el terreno de la política económica. La perspectiva desde un análisis marxista tiene un objetivo diferente: revelar a la clase trabajadora las fuerzas con las que puede deponer y remplazar al capital.

LA SUITE DE HITLER

Higinio Polo. El Viejo Topo

Weimar, la ciudad de Goethe, Schiller y la Bauhaus, donde se gestó la constitución alemana de entreguerras tras la desaparición del imperio, descansa bajo la colina del Ettersberg. Es un lugar singular, provinciano, tranquilo, el más célebre de los burgos de Turingia. Habitada por Goethe, Schiller, Nietzsche (que vivió aquí sus últimos años, enfermo, al cuidado de su hermana Elisabeth), Liszt, Gropius, es una amable y culta ciudad, y su estación de ferrocarril se abre a una plaza sosegada que respira la calma de provincias, aunque el visitante avisado no pueda evitar un estremecido recuerdo: por esas mismas vías llegaban los transportes de prisioneros que la maquinaria nazi enviaba a la muerte, pasaban los trenes repletos de presos tratados como ganado, que se dirigían después al campo de concentración, o que llevaban a miles de víctimas a los campos de exterminio para ser eliminadas. En el punto más alto del Ettersberg, refugio en otro tiempo de la más excelsa poesía alemana, puede verse hoy un grupo escultórico erigido en memoria de la resistencia de Buchenwald, porque el campo de concentración está a escasos kilómetros de Weimar, en esa misma colina donde Goethe paseaba con Eckermann.

En el núcleo de la ciudad vieja, Marktplatz, se encuentra la Neptunbrunnen y el Rathaus, y, al lado, un antiguo hotel de lujo, el Elephant, frecuentado por viajeros adinerados: fue fundado en 1696, y lo visitaron Goethe y Schiller, Johan Sebastian Bach, Wagner y León Tolstói, Thomas Mann y Walter Gropius. En el vestíbulo del hotel puede verse un dibujo del rostro de una mujer. Es de Otto Dix, de 1924, el año en que Hitler cumplió unos meses de cárcel por el putsch de Múnich y que aprovechó para escribir Mein Kampf. El pintor, comunista, no podía saber que Hitler visitaría Weimar por primera vez en 1925 y que se pasearía muchas veces por el mismo vestíbulo donde ahora se encuentra su rostro de mujer. Por las salas y pasillos del Elephant pueden verse imágenes de Alma Mahler y Walter Gropius, fotografías de Günter Grass o de Imre Kertész . También se alojó aquí Jorge Semprún, cuando volvió a Weimar muchos años después de su encierro en Buchenwald. Escrito en una pared, se lee el pasaje donde Thomas Mann cita al Elephant, y a Mager, ese singular y redicho conserje que recibe a los huéspedes en Carlota en Weimar, que publicó antes de la catástrofe, en 1939. Y, un poco más allá, se ve una referencia de Walter Benjamin al hotel, de 1928. Y otra de Thackeray, de 1848. Y fotografías de Angela Merkel, Vladimir Putin, Gerard Schröder, Sting, y otros. El establecimiento tiene también una suite Thomas Mann, a quien muestra en una fotografía sentado en un coche descapotable, aclamado por las muchachas de Weimar, en 1949.

Existe otra suite más inquietante, en el número 100, que hoy se llama suite Lyonel Feininger, en honor de un pintor germano-norteamericano que colaboró con Gropius en la Bauhaus. Hitler estuvo alojado en ella, y no por casualidad. A Hitler le gustaba Weimar: visitó decenas de veces la ciudad, y siempre se hospedaba en el hotel Elephant. De hecho, fue en Turingia donde los nazis consiguieron tener su primer gobierno regional. Se conserva una fotografía donde el dictador nazi aparece en la fachada del Elephant, en 1926, cuando aún era un oscuro agitador fascista, aunque ya conocido por el pueblo alemán, junto a otros nazis de aspecto fiero, bajo una bandera con la svástica dispuesta en la portada del hotel, y otra, tomada el mismo día, con Hitler de pie en un coche descubierto, con el brazo en alto. Entre quienes le rodean, están Rudolf Hess, Hermann Göring y Fritz Sauckel . En otra imagen, tomada en 1932, lo vemos en el interior del Nietzsche-Archiv de la Humboldtstrasse, junto a una ventana, y, aún, ante el Deutschen Nationaltheater frente a las estatuas de Goethe y Schiller, las glorias de la ciudad. También podemos verlo, visitando la casa de Schiller, o la de Goethe.

En marzo de ese año, Hitler lanzó un discurso incendiario en la Marktplatz durante la campaña para las elecciones de 1932, y el 15 de enero de 1933 habló desde el mismo hotel Elephant a una multitud de diez mil personas congregadas en la plaza, cuando estaba a punto de culminar una larga marcha: apenas faltaban unos días para que fuera nombrado, por Hindenburg, canciller alemán. Después, llegarían los días en que la dirección del hotel llenaría la fachada de insignias y banderas nazis. La fotografía de Hitler asomándose a la ventana que daba a la marquesina del hotel ilustra ese momento de gloria para él, recogido también en una pintura de Walter Preiβ, de 1938, con Hitler apoyado en el alféizar y las tropas nazis llenando la plaza, en formación. A unos kilómetros, en la colina del Ettersberg, ya habían construido el campo de concentración de Buchenwald. La marquesina ya no existe, porque realizaron reformas en el hotel: hoy, en el balcón que da a la Marktplatz, la dirección del establecimiento suele poner estatuas de Goethe y Schiller, o de Walter Gropius y Alma Mahler, pero la sombra del dictador nazi parece persistir, por más que el hotel esconda que se instalaba siempre en la suite número cien, y que el balcón que hoy celebra la literatura y el arte es el mismo lugar desde donde Hitler lanzaba discursos incendiarios a la multitud.

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Hablar de Weimar es hablar de Goethe, es decir, de la gran cultura alemana. La fachada de la casa del poeta en Weimar está en el Frauenplan, y el magnífico jardín posterior da al Ackerwand. Casi medio siglo estuvo el escritor entre estas paredes, desde 1782, primero como inquilino, después, como propietario, gracias a la benevolencia del duque Carl August de Sajonia-Weimar-Eisenach, que le regaló la mansión. El duque, hombre aficionado al trato con escritores y artistas, se relacionó en Weimar, además de con Goethe, con Schiller, Herder, Wieland. La casona tiene un patio empedrado en la entrada, encalado de amarillo. Al lado, el curioso se encuentra un carruaje de caballos, con dos faroles en el pescante y el interior acolchado, como era costumbre para los privilegiados en el siglo XIX. Las dieciocho habitaciones acumulan conjuntos de arte, polvo y nostalgia. Además de los muebles del escritor, se guardan sus colecciones, dibujos y pinturas, cerámicas, yesos, monedas y objetos. Dicen los guardianes de la mansión que la mayoría de los objetos expuestos es hoy casi la misma que hace dos siglos. La pasión de Goethe por la antigüedad clásica, que comenzó a cultivar leyendo a Winckelmann, inunda el edificio, que es uno de los centros de la cultura alemana, con el resto de Weimar. Desde aquí, de su relación con Schiller, de la mutua influencia con Jena, surgió la poesía clásica alemana, junto a la obra de Hölderlin, Heinrich von Kleist, Jean Paul, Herder, Caroline von Wolzogen, y esa circunstancia, tan estimada por la moderna Alemania, hace más siniestra, si cabe, la proximidad de los campos de la muerte, de forma que Weimar y Buchenwald son ya inseparables.

Goethe tuvo antes otra casa, en el Park an der Ilm, también financiada por el duque, para quien trabajó durante toda su vida, al principio como asesor y después en una responsabilidad de Estado que hoy llamaríamos primer ministro. El gran jardín posterior de la casa, tapiado y oculto a las miradas de la calle, está cubierto de césped húmedo y fragante, y cuenta con pequeños huertos que, al decir también de los guardas, servían para alimentar a la familia del poeta, y que hacen pensar, aunque no tengan relación, en los huertos que cultivaban los SS en Buchenwald. En un extremo, hay una casita cerrada, la antigua vivienda del huerto de Ackerwand, donde se vislumbran armarios con cajonera para clasificar minerales, porque Goethe la utilizó para guardar su colección de piedras. Goethe era un coleccionista y toda la mansión está llena de objetos y cachivaches. Los suelos son de madera, que cruje a cada paso del visitante, creando una sensación de tiempo despojado, de lamento por los siglos transcurridos.

En la que llaman sala amarilla hay dibujos de frisos clásicos, unas enormes cabezas que Goethe trajo de Italia, copias traídas de su viaje, que inició el 3 de septiembre de 1786 y acabó en abril de 1788. En el pequeño comedor, que después utilizó como “gabinete de grabados”, y que cuenta hoy con un armario clasificador y copias en yeso de obras clásicas, era donde comía la familia. Al lado, una pieza comunica las dos partes de la mansión, y en ella se encuentran los bustos de Herder y Schiller, y placas con más copias. En la antecámara, antes de llegar a las habitaciones familiares, se aprecian retratos de Goethe, de su mujer y su familia, y, junto a ella, el gran salón (que no es tan grande), con más retratos del poeta, de la familia, con dibujos hechos por Goethe. En uno de los esbozos, creo ver el llamado “roble de Goethe”, como quisieron los prisioneros del campo de concentración de Buchenwald, con un personaje durmiendo bajo el árbol.

Junto a él, se encuentra otro salón con objetos de su esposa: un canapé, un armario con figuritas, una mesita con dos butacas, y, contigua, una pequeña estancia con la cocina donde mantenían calientes los platos antes de servirlos, en una estufa vertical con departamentos. El visitante se entretiene con las colecciones de mayólica y husmea en una sala de música, llamada de Junon, que da a la plaza, y que cuenta con un piano (un Streicher, de Viena), un sofá, mesa y sillas, y una sala de recepción donde se encuentra el enorme busto de la Juno Ludovisi, una copia de la existente en la colección del cardenal Ludovico Ludovisi. Desde ella, se entra en la sala de Urbino, con el gran retrato del duque de Urbino, y un pequeño cuadro de Lucas Cranach el joven, que representa al joven Juan Federico II de Sajonia. Aún, otra antecámara, con armarios repletos de minerales y un reloj procedente de la casa familiar del poeta en Frankfurt, antes de llegar a la habitación donde trabajaba, con unos ciento cincuenta libros, objetos de historia natural y muchos souvenirs. La sala mira al jardín, y en ella hay un globo terráqueo, una mesa central y un escritorio. Al lado, Goethe tenía la biblioteca privada; en realidad, algo parecido a un almacén, que permanece cerrada a los visitantes. Hay en ella unos siete mil libros, apilados en estanterías, incluso en medio de la pequeña y alargada estancia, donde se acumulan los libros en más de veinte lenguas, sobre arte, literatura, ciencias naturales. Finalmente, se encuentra la habitación de dormir, que comunica con la oficina de trabajo, que fue utilizada por Goethe durante sus últimos años: en ella murió el 22 de marzo de 1832. Cuenta con una butaca junto a la cama, un antifaz colgado del techo para taparse los ojos, una mesita, que subrayan la melancolía del tiempo que se fue.

En esas salas, Goethe recibía a sus amigos, disfrutaba de su gloria, conspiraba, urdía acuerdos, pensaba en su encuentro con Napoleón, recordaba los días italianos, definía sus actos de gobierno y sus versos de poeta. Cerca, por la colina del Ettersberg, el poeta paseaba con Eckermann, que escribió sus recuerdos de las Conversaciones con Goethe. Los retorcidos caminos de la historia hicieron que León Blum (presidente del gobierno francés y deportado en Buchenwald) escribiese muchos años antes de imaginar que sería prisionero del nazismo, un libro que tituló Nouvelles conversations de Goethe avec Eckermann, y que lo encerrarían en los mismos parajes del bosque donde habían conversado tantas veces los dos poetas.

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Desde la Goetheplatz de Weimar, se llega a Buchenwald pasando por la Ettersburgerstraβe, una tranquila carretera que se dirige al norte y que conduce al infierno: un tramo de la vía fue construido por los presos y recibió el nombre de “camino de sangre”. Cuando se llega, los visitantes contemplan un tranquilo estacionamiento para coches: era la plaza donde los miembros de las SS realizaban ejercicios, y, al lado, ven las oficinas de información para los visitantes del campo, y unos edificios que son utilizados hoy para encuentros de jóvenes: eran los antiguos cuarteles de las SS. Todo parece normal, y, sin embargo, todo es siniestro.

El campo de concentración fue creado en 1937 con el propósito de encarcelar allí a comunistas, socialistas, judíos, y personas antisociales, según la jerga nazi. Seis años después, ya durante la guerra, los presos fueron obligados a trabajar como esclavos en la industria bélica. Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, pasaron por el campo doscientos cincuenta mil prisioneros, de los que cincuenta mil fueron asesinados. Jedem das Seine (A cada uno lo suyo), es el lema que figura en la puerta, a la entrada del campo. Desde la terminal ferroviaria de Buchenwald hasta la reja, se sucede el camino del carajo (Carachoweg), que parece hoy una anodina carretera, pequeña, en medio de un paisaje tranquilo y silencioso, un bosque de hayas, como indica el nombre alemán del campo. Allí estaban los bloques de la administración, garajes y una gasolinera, que continúa en pie. No parece extraño. Sin embargo, ese camino llevaba al puesto de la comandancia nazi, y, tras bajar de los trenes de la deportación, mientras los prisioneros recorrían el camino hasta el campo, los miembros de las SS les pegaban, les lanzaban los perros feroces, adiestrados para atacar. En ocasiones, los perros despezaron a algunos prisioneros. No es difícil imaginar los gritos desesperados, el miedo en los ojos de los presos, el terror frío y eficiente que atenazaba a los deportados cuando entraban en Buchenwald.

En esa comandancia reinaron asesinos sanguinarios, como Karl Koch, y su mujer, Ilse Koch, apodada la zorra de Buchenwald por su ferocidad: le gustaba seleccionar presos para abusar de ellos y admirar sus tatuajes, cuando los tenían, y cuya piel dibujada les era arrancada, después de asesinarlos, para fabricar con ella pantallas de lámparas y guantes. A diferencia de otros nazis, Karl Koch no tuvo suerte: fue detenido por la Gestapo por corrupción, juzgado, condenado a muerte y fusilado unos días antes de la liberación del campo. Su mujer, la zorra de Buchenwald, consiguió salir indemne del final de la guerra, pero se suicidó en una prisión de Baviera en 1967.

Sustituyó a Koch el coronel de las SS, Hermann Pister, nombrado por Himmler en diciembre de 1941, que fue así el último comandante del campo. Pister era un tipo tan cínico que, en el juicio que se celebró contra él, tuvo la osadía de decir que desconocía la existencia de los campos de exterminio como Auschwitz, y que ni siquiera tenía constancia de muchas de las cosas que pasaban en el campo que dirigía, por ejemplo que ignoraba la utilización de ganchos donde colgaban a los prisioneros en Buchenwald para matarlos. Hoy, puede verse en el campo la cinta métrica fija, vertical, que servía para medir a los presos, dotada de un agujero a la altura de la nuca que comunicaba con una habitación posterior desde donde un miembro de las SS disparaba al prisionero para matarlo. Más de ocho mil soldados soviéticos fueron asesinados allí con un balazo en la nuca por las SS.

El reloj de la comandancia nazi es blanco, y el edificio cuenta con una terraza con balaustrada de madera, como el primer piso. Existen todavía las perreras donde los alemanes guardaban a las bestias, pero todas las barracas donde se hacinaban los presos han desaparecido, cuyas dimensiones están señaladas ahora por rectángulos de gravilla negruzca. Todo el recinto estaba rodeado de una cerca de postes con alambre de espino y de un tendido electrificado. También han desaparecido casi todas las veintidós torres de vigilancia: sólo se conservan dos. Más allá del gran campo donde se hallaban las barracas, y que hoy aparece vacío, silencioso, sombrío, se llega a las otras dependencias. En la gran sala donde están los seis hornos crematorios, construidos por la empresa Topf & Söhne, de Erfurt, era donde convertían en humo y ceniza a los cadáveres de los prisioneros: siempre hay flores depositadas por quienes llegan para recordar a las víctimas. No había cámaras de gas en Buchenwald, porque no era un campo de exterminio como Auschwitz, aunque murieran en él decenas de miles de personas. En el crematorio puede verse una fotografía con decenas de cadáveres apilados: la tomó un norteamericano, el sargento Sutler, de la Compañía fotográfica 167, el 23 de abril de 1945. Al lado del crematorio, están las ventanas bajo las que se amontonaban los cadáveres de la fotografía de Sutler. Estremece mirarlas, y hay algo que impide acercarse a ellas, como si se fuese a profanar un territorio sagrado y atroz. Pero es difícil apartar los ojos de las ventanas.

No lejos, están las cámaras de desinfección, donde los prisioneros debían sumergirse en un líquido corrosivo. En la sección de patología, las SS se encargaban de arrancar los dientes de oro a los cadáveres, y utilizaban su piel y huesos. Allí está la mesa de azulejos blancos donde operaban con los cuerpos de los deportados. En uno de los bloques del campo, reinaba el siniestro cirujano Erwin Ding-Schuler, miembro de las SS, quien, con apenas treinta años, se dedicaba a realizar experimentos médicos con los presos. Reina un silencio opresivo. Jorge Semprún escribió que durante los años de funcionamiento del campo no se escuchaba el gorjeo de los pájaros: habían huido del Ettersberg por el olor a carne humana quemada en los crematorios.

Después, entre los rectángulos de gravilla que dibujan las barracas, se halla el roble de Goethe, indicado por una placa: Goethe Eiche. Otra vez, la gran cultura alemana en medio de la barbarie. Al parecer, los deportados decían que Goethe y Carlota se reunían allí, y otras fuentes afirman que, bajo sus ramas, escribió partes del Fausto. Es improbable, pero no importa mucho. Joseph Roth, cuya familia fue destruida por el nazismo, escribió sobre el roble su último texto, antes de morir en París en 1939, y un prisionero anónimo, el nº 4935, publicó un texto, titulado así “El roble de Goethe”, en un diario de Lublin en noviembre de 1945, que algunos estudiosos han atribuido al biólogo polaco Ludwik Fleck . Mucho se ha hablado sobre él. En un campo de concentración desolado como Buchenwald, donde no había un solo árbol, el roble ardió durante un bombardeo. El único vestigio que se ha conservado surge de la tierra: apenas dos palmos de madera negra.

Algunos lugares han petrificado el horror: además de los crematorios, la fosa de las cenizas; y el bloque 46, donde estaba la sección para realizar experimentos químicos y biológicos con los presos; y la “plaza de llamados”, donde hacían el recuento diario de los prisioneros, a veces, durante horas, y donde torturaban y ejecutaban a deportados; también, en la siniestra cercanía de las caballerizas, donde fusilaban con un tiro en la nuca a los prisioneros de guerra soviéticos, con el barracón donde estaba la banda de música de las SS. Dentro de la exposición que recuerda la vida del campo, instalada en los viejos almacenes, aparecen inmóviles vestigios del horror: unos zapatitos de niño, un pequeño caballo de madera, la fecha del 26 de septiembre de 1944 anotada en una ficha, cuando doscientos niños gitanos fueron enviados a Auschwitz para ser exterminados. Era el reino de la muerte, y había que intentar sobrevivir, acariciar la existencia como si se estuviera viviendo el último aliento. Por eso, en el sótano del almacén central, un comunista checo, Jiri Zak, creó un pequeño grupo de jazz, y el escritor Fritz Löhner y el compositor Hermann Leopoldi, presos por su condición de judíos, crearon el Canto de Buchenwald en diciembre de 1938, mientras estaban en el campo.

Hermann Kempeck, un joven obrero de Altona, un barrio de Hamburgo, fue el primer muerto en Buchenwald, ya en agosto de 1937, cuando nadie podía imaginar entonces el horror de la guerra que se anunciaba cabalgando la racionalidad nazi. Otro obrero, Emil Bargatzky, fue el primer preso ejecutado en un campo de concentración alemán. Aquí y allá restallan nombres, al azar, entre centenares: Max Mayr, un miembro del SPD, que participó en los órganos de la resistencia en Buchenwald; Bruno Apitz, el escritor comunista que pasó ocho años en el campo de concentración, y cuya experiencia le serviría para escribir la estremecedora novela Nackt unter Wölfen (Desnudo entre lobos), que fue llevada al cine en 1963 por Frank Beyer y donde aparece el niño judío de Buchewald, Stefan Jerzy Zweig, a quien consiguieron salvar los presos ; Wilhelm Hammann, un maestro y dirigente comunista prisionero en Buchenwald que, tras la liberación, fue detenido por los norteamericanos en 1945 y acusado de colaborar con las SS, y, aunque consiguió demostrar que la imputación era una calumnia, no pudo evitar cumplir más de un año de cárcel. Y Ernst Thälman, claro, el presidente del Partido Comunista Alemán, quien, tras once años de prisión, fue ejecutado en el crematorio, por orden directa de Hitler, en agosto de 1944, donde hoy se encuentra una placa en su memoria.

En Buchenwald estuvieron León Blum, Édouard Daladier, Paul Reynaud, presidentes del gobierno francés, que llegaron en mayo de 1943. Blum permaneció casi hasta el final, y fue trasladado en ese mismo abril de 1945: el día 7, los nazis organizaron el llamado tren de la muerte, que llegó a Dachau veinte días después. Blum acabó en el Tirol, en el caos del final de la guerra. Aunque parezca extraño, durante su cautiverio en Buchenwald, Blum no sabía dónde estaba, porque fue encerrado fuera del campo, en una zona de casitas vigiladas por las SS; ni siquiera sabía que, al lado de donde estaba, había un campo de concentración. Cuando volvió a Francia, tras la guerra, escribió sus recuerdos. Anotó que empezaron a sospechar dónde estaban, los días que les llegaba un extraño olor “que nos obsesionaba”: procedía de los hornos crematorios. También estuvo Rudolf Breitcheid, un dirigente socialdemócrata a quien Hitler retiró la nacionalidad alemana, por lo que se estableció en Francia, hasta que, en 1941, el gobierno colaboracionista de Vichy lo entregó a la Gestapo; con tan mala fortuna que teniendo casi setenta años fue enviado a Buchenwald, donde murió a causa de un bombardeo aliado. No fue el único, porque, en una cruel ironía del destino, los prisioneros podían morir, además de por el horror nazi, por los bombardeos: el 24 de agosto de 1944, las bombas anglonorteamericanos lanzadas sobre las fábricas de armamento que se encuentran junto a Buchenwald, mataron a casi cuatrocientos prisioneros y causaron dos mil heridos.

Estuvo también en el campo Ernst Heilmann, un diputado socialdemócrata del Reichstag. Y los escritores Jean Améry, Robert Antelme, Imre Kertész, Stéphane Hessel, Ernst Wiechert, incluso la princesa Mafalda de Saboya (hija del rey de Italia Víctor Manuel III), cuyo fin fue dramático: herida durante el bombardeo del 24 de agosto de 1944, le fue amputado un brazo, y murió abandonada en el burdel del campo tres días después. Estuvieron detenidos, además, algunos de los implicados en el atentado contra Hitler de julio de 1944: Dietrich Bonhoeffer, Friedrich von Rabenau y Ludwig Gehre, que fueron ejecutados en Flossenbürg. También Jorge Semprún fue prisionero. Dejó escrito que el peor de los trabajos que tenían que hacer los presos era “el trabajo de la mierda”, que consistía en transportar los excrementos que recogían en el colector del campo hasta el huerto de las SS, de forma que la mierda de los presos fertilizaba las verduras y las frutas de la guarnición de las SS del campo. Guardan en Buchenwald un ejemplar de Mundo obrero, el periódico del Partido Comunista de España, portavoz de los comunistas de Buchenwald, que lleva fecha del 1 de mayo de 1945. El texto revela una enorme fe en la humanidad y en la victoria de la razón sobre el horror y sobre el fascismo, aunque en España el aire de la libertad tardaría mucho en llegar.

Cuando las tropas norteamericanas llegaron a Buchenwald, el 11 de abril de 1945, la resistencia comunista era ya dueña del campo: habían derrotado a los esbirros de las SS, muchos de los cuales consiguieron huir. Quedaban veinte mil prisioneros, y casi un millar de niños y adolescentes. Cinco días después, el 16 de abril, la comandancia norteamericana obligó a mil habitantes de la ciudad de Weimar, los vecinos de Goethe, a visitar las instalaciones y contemplar el horror nazi. La mayoría alegaron desconocimiento de lo que allí pasaba, aunque hasta 1940 (cuando se construyó el crematorio en Buchenwald) los muertos del campo eran incinerados en el crematorio de Weimar, y ya desde febrero de 1942 muchos prisioneros salían del recinto cada día para ir a trabajar a los comandos exteriores; uno de ellos estaba en las fábricas Gustloff de Weimar, y después, iban a trabajar en la fábrica de armamento Gustloff-Werk II. En 1944, los campos externos eran ya veintidós. Pero nadie sabía nada, si hemos de creer las palabras de los vecinos de la culta ciudad de Weimar. Las escenas documentales de la visita que se rodaron entonces nos muestran la mezcla de temor, de repugnancia y vergüenza de los alemanes.

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Unos pocos kilómetros al sureste de Buchenwald se llega otra vez a Weimar, la culta ciudad de Goethe y Schiller, que contempla hoy como la nueva República Federal maneja la historia para intentar equiparar nazismo y comunismo, como si fueran casi lo mismo, para desempeñar así una función equidistante, otorgándose a sí misma el papel de defensora de la libertad y la democracia, de la razón frente a la barbarie, ocultando que integró a la mayoría de los nazis y que es hija también de la barbarie del capitalismo, y ese empeño necesita, si no borrar, al menos difuminar en lo posible la historia de la resistencia comunista y socialista ante el nazismo. Jorge Semprún escribió que pudo sobrevivir porque tomó el papel, el nombre, de otro. Lo mismo ocurrió con Stefan Jerzy Zweig, el niño de Buchewald (que todavía vive), que pudo salvarse de la muerte porque su nombre fue sustituido por el de un muchacho de dieciséis años que había muerto, gracias al riesgo asumido, jugándose literalmente la vida, por los deportados comunistas que controlaban algunas de las tareas burocráticas del campo. Sin embargo, en el Memorial de Buchewald, el nombre del niño judío, Stefan Jerzy Zweig, fue borrado porque, según sus propias palabras, el poder de la nueva Alemania no puede soportar la idea de que había capos rojos (comunistas, socialistas), que salvaron a tantos deportados.
No es el único. Tras la reunificación alemana, en el vértigo de la revancha durante los años noventa, la memoria del dirigente comunista Wilhelm Hammann fue aplastada, y los centros que llevaban su nombre dejaron de hacerlo. Los dirigentes comunistas de la resistencia contra el nazismo fueron condenados al olvido, pese a la oposición de las comunidades judías, y del Yad Vashem israelí, que conocen bien el papel que jugaron los comunistas contra el nazismo. Pero aún quedan huellas. Cerca de la estación de ferrocarril de Weimar, se encuentra una plazoleta con una estatua de Thälman, levantada por la República Democrática Alemana. No se atrevieron a derribarla, y, por eso, Thälman saluda todavía, a apenas unas calles de las vías que llevaban a los deportados a Buchenwald.

Allí, en Weimar, donde se juntaron la cultura y la barbarie, en el patio de otro hotel, en la Brauhausgasse, muy cerca de la casa de Goethe, un grupo de músicos (una chica con un fagot, otra con un clarinete, unos jóvenes con guitarras, y un acordeón), como si quisieran desmentir la historia oficial, tocaban música y canciones de las que hacen llorar, las mismas que cantaban los cíngaros despreciados, los judíos perseguidos, los soldados presos del Ejército Rojo, los partisanos comunistas de la Francia ocupada, los prisioneros de Buchenwald. Mirando el sufrimiento ajeno sin conmoverse, los nazis representaron la racionalidad capitalista en la geografía asustada de la gran cultura alemana. Hoy, en el hotel Elephant, donde se alojaba Hitler en su suite de la Marktplatz, nada lo recuerda. Cuando el dirigente nazi visitaba Weimar y miraba desde la fachada del hotel a las falanges en formación, nunca se escuchaba un verso de Goethe ni una balada de Schiller, pero se adivinaba la mirada de la SS-Aufseherin Elfriede Müller, la bestia de Ravensbrück, o la de la SS-Ausfseherin Ilse Koch, la zorra de Buchenwald, que, a pocos kilómetros, observaba a los prisioneros tras las alambradas del bosque.

19 de febrero de 2012

LO QUE NO PUEDE DURAR EN CCOO Y UGT

Por Marat

Las manifestaciones sindicales de este domingo 19 de Febrero, convocadas por CCCOO y UGT en 57 ciudades del Estado español, han sido un éxito clamoroso. La clase trabajadora salió a la calle, desbordando las previsiones de los propios sindicatos que unos días antes anunciaron que sólo convocarían Huelga General contra la salvaje contrarreforma laboral del Gobierno del PP si los trabajadores se lo pedían, renunciando de este modo a su deber de liderarla y dirigirla.

La manifestación de Madrid fue la mayor que se recuerda desde las movilizaciones por el NO A LA GUERRA de 2003, haciendo palidecer a todas las anteriores de tipo interclasista y ciudadanista de 2011 que, significativamente, recibieron el beneplácito y fueron jaleadas por los medios de comunicación de la burguesía. No se trata periodísticamente de igual modo las movilizaciones de la clase trabajadora por parte de quienes están tan preocupados de que las clases medias se empobrezcan pero no les ha importado en absoluto que los trabajadores llevemos padeciendo una pérdida de derechos y de capacidad adquisitiva desde mucho antes del estallido de la crisis capitalista de 2007.

Pero lo que importa en relación con el inapelable éxito de la movilización sindical de este domingo es qué harán CCOO y UGT con él, si lo que pretenden es parar el golpe más brutal que se ha ejecutado contra la clase trabajadora y contra el sindicalismo en su conjunto desde la transición política española.

En este sentido, las declaraciones de Cándido Méndez, secretario general de UGT, durante el transcurso de la manifestación de Madrid, no anuncian nada bueno respecto a la necesidad de una respuesta contundente y sostenida en el tiempo contra las brutales medidas antisociales del Gobierno Rajoy, por mucho que así lo hayan destacado los líderes sindicales días atrás. Según la agencia de noticias Servimedia “Méndez subrayó que el objetivo de las manifestaciones "no es el de confrontar", sino el de "corregir en profundidad" la "más que reforma laboral" aprobada por el Gobierno. "Ese es nuestro objetivo", insistió el secretario general de UGT, quien agregó que las movilizaciones son "un cauce para tratar de corregir ese extravío" (1)

Las declaraciones de Fernández Toxo, secretario general de CCOO, se ajustaron al mismo esquema pactista, siempre según la misma agencia de noticias: “el líder de CCOO defendió que hay "un cauce" para evitar mayores movilizaciones, como una huelga general, que es "la negociación"”.

Esa retórica sindical del pacto social durante la actual crisis capitalista es la que nos ha conducido a los anteriores recortes de derechos laborales practicados durante el Gobierno PSOE y a la más despiadada aplicación de las medidas antisociales y de la reforma laboral, que ha dejado en pellizco de monja al aprobado en la etapa final del Gobierno Zapatero.

No denuncio el efecto del sindicalismo pactista porque sea contrario al pacto social “per se”. Lenin y Rosa Luxemburgo eran muy conscientes del carácter reformista del sindicalismo, de sus limitaciones a la defensa de los salarios y las condiciones laborales y de vida de los trabajadores y sin embargo apoyaron al sindicalismo por su capacidad para organizar a los trabajadores y contribuir a desarrollar su conciencia de clase. La utilidad o no del pacto social depende de en qué circunstancias, en qué momentos económicos, frente a qué posiciones y de qué instrumentos se sirven los sindicatos para llegar a ese pacto en unas posiciones ventajosas para sus reivindicaciones.

Pero lo cierto es que tras la Huelga General del 29-S, a la que fueron obligados por las circunstancias, para no verse desacreditados por su pasividad ante las políticas antisociales del anterior gobierno, CCOO y UGT tomaron la vía de la desmovilización y la paz social, se limitaron después a amagar con una segunda Huelga General, de la que rápidamente desistieron, volvieron a las meses de negociación y escenificaron sucesivos “desencuentros sindicales” con el Gobierno del PSOE y con una patronal apasionadamente antiobrera pero sin ninguna intención de agitar la calle. Con estos antecedentes, ¿qué motivos tenemos los trabajadores para esperar de CCOO y UGT un giro hacia una lucha sostenida en el tiempo contra los desmanes del nuevo Gobierno del PP y de la CEOE? Ninguno.

Pero con este comportamiento desmovilizador ante el pacto social no sería más que una crítica parcial, insuficiente y errónea, al perder la perspectiva de lo que significa “pacto social” en el momento actual de la dinámica capital-trabajo.

La realidad es que el modelo de sindicalismo de concertación o de pacto social, como quieran llamarlo, ha muerto.

El sindicalismo de concertación sólo adquiere sentido dentro del marco de Estado capitalista del Bienestar. El pacto social era el instrumento de regulación del capitalismo dentro de una estructura de Estado corporativo destinado a hacer de “árbitro” entre los intereses contrapuestos de trabajadores y empresarios. Y en ese contexto las formas de salario indirecto, marcos de relaciones laborales, despido, protección al desempleo, leyes de fomento del empleo y otros muchos contenidos, eran la forma establecida para negociaciones y acuerdos entre empresarios y trabajadores, con los gobiernos en el papel de maestros de ceremonias, nunca neutrales, por supuesto.

Pero el Estado capitalista del Bienestar ha sido barrido definitivamente por la vuelta al Estado mínimo liberal decimonónico. Y créanme cuando les insisto, artículo tras artículo, que la desaparición del Estado capitalista del Bienestar es algo ya irreversible. Cuando ya no hay nada que negociar, ni deseo de hacerlo, dada la correlación de fuerzas entre los trabajadores y los capitalistas, absolutamente desventajosa para los primeros, lo que el reeditado Estado liberal puede ofrecerlos es sólo policía, pelotas de goma y gases lacrimógenos. El ejemplo más avanzado del despertar del sueño de “capitalismo de rostro humano” es Grecia y su sindicalismo combativo.

Este modelo sindical ya periclitado es el que explica la profesionalización del papel de dirigente sindical, el perfil gerencial de los principales líderes de ambos sindicatos, la concepción del sindicato como empresa de servicios, el burocratismo de las estructuras sindicales, el distanciamiento de los intereses de casta de las direcciones sindicales, que acaban asumiendo un rol empresarial, frente a los intereses de los trabajadores...Explica con muchísima más claridad la degradación del sindicalismo mayoritario en España, que posibilitó que un personaje execrable y derechista como José María Fidalgo llegase a ser secretario general de CCOO en su día, que los frecuentes recursos a la calificación de traición por parte de las cúpulas sindicales de CCOO y UGT. Como desahogo, llamar traidor a un político, dirigente sindical u organización de trabajadores, es muy eficaz – yo he utilizado esa expresión en relación a las dos centrales sindicales en más de una ocasión y me he quedado muy a gusto- pero los desahogos tienden a cerrar la reflexión y a comprender la realidad más bien poco.

Desde esa visión que diluye el papel del sindicato en la lucha de clases a mero cogestor de las relaciones empresariales se comprende la psicología de esos dirigentes sindicales que, aupados a la cúpula de sus organizaciones durante 18, 20, 30 años y más, acaban asumiendo una ideología de clases medias. No de otro modo se entiende la preocupación de Cándido Méndez por el achatamiento de la clase media, su clase de pertenencia y de referencia: “esto es mucho más que una reforma laboral. Tiene elementos de continuidad, pero es más grave. Las consecuencias prácticas son las de alterar nuestro modelo de convivencia actual y sus consecuencias serán las de provocar un retroceso en la sociedad, que se verá en la reducción del porcentaje de la clase media -que yo prefiero hablar de clase trabajadora- en nuestro país. Supondrá un retroceso a cuando la clase media era del 15%, iremos hacia atrás en el tiempo hasta 1975” (2)

Pero volvamos sobre la cuestión de la muerte del modelo de sindicalismo de concertación. La nueva reforma laboral consagra el fin de la primacía de los convenios laborales de rama o sector sobre los de empresa, lo que debilita la posición de los trabajadores ante sus reivindicaciones, al no permitir que una fuerza sindical de escala compense las debilidades de los sindicatos en empresas de menor dimensión y tradición sindical y a obligar a un conflicto a cara de perro, si se desea arrancar conquistas en una situación de crisis especialmente difícil, frente al poder de la empresa que ahora tendrá mayor capacidad de chantaje e intimidación sobre trabajadores y sindicatos.

En el nuevo contexto de más que despido libre, la afiliación sindical con la nueva normativa que impone la reforma laboral corre el peligro de descender vertiginosamente porque la capacidad de represalias contra el trabajador díscolo será brutal y la posibilidad de acción sindical desde las secciones sindicales y los comités de empresa se verá muy mermada, entre otras cosas porque los empresarios, con la nueva reforma laboral en la mano, podrán hacer exactamente lo que les dé la gana, sin siquiera consultar a los sindicatos.

Esto es lo que explica que el presidente de CEOE, Rosell, y el de CEPYME, Terciado celebrasen alborozados y entre risas hasta que el primero reclama al segundo “Serios, muy serios, que si no...” (3) y lo que explica también que, logrado el primer objetivo neoesclavista de la reforma laboral, vayan ahora por el segundo: el recorte a la ley de huelga.

En este nuevo escenario, la apuesta de CCOO y UGT a seguir aferrándose a un modelo sindical de concertación, cuando los empresarios y su gobierno natural ya no desean mantener el pacto social ni van a ofrecer nada a cambio del mismo que no sea más precaridad en el empleo, pobreza y desigualdad, es suicida. Supondría la desaparición del sindicalismo a medio plazo. Y digo del sindicalismo en general y no del sindicalismo mayoritario porque, salvo para la CNT, que no participa del esquema de representación, el espacio de acción sindical se reduciría de forma absolutamente drástica y dramática.

Ignoro cuál es la alternativa frente a esta situación pero recuerdo aún aquella vieja frase de Marcelino Camacho, “la democracia se ha quedado a la puerta de las empresas”. Nunca fue más terriblemente cierta que ahora.

Cuanto mas insistan Toxo y Méndez en amagar sin dar –“una escalada del deterioro del clima social” (4)-, cuanto más insistan en retrasar la huelga general, mayor será su debilitamiento progresivo en el ámbito de las empresas, mayor será el grado de represión empresarial y gubernamental sobre los trabajadores, menor el respeto de quienes sólo conocen y respetan el lenguaje de la fuerza: la derecha y los capitalistas.

Y no valdrá tampoco una huelga general sin proyección política. En las actuales circunstancias de vuelta al capitalismo sin careta toda huelga general requiere, para tener alguna posibilidad de efecto sobre la realidad, ser una huelga general política. Y no valdrá tampoco una huelga sin solución de continuidad. Los griegos han comprendido muy bien la necesidad de una lucha sostenida en el tiempo. No hay ya posibilidad de componendas. Son ellos, los capitalistas, o nosotros, los trabajadores.

Pero nadie se engañe. En estos momentos, hoy por hoy, como ha demostrado aplastantemente la impresionante afluencia de trabajadores a las manifestaciones del 19 de Febrero, CCOO y UGT aún representan a los trabajadores (no sabemos por cuanto tiempo) y son los únicos con capacidad de plantear una Huelga General a la que se llegue tras un proceso de creciente movilización social, en las empresas y en la calle y de sostener una movilización permanente, si no nos vuelven a dejar en la estacada como tantas veces han hecho antes. Quienes no representan a los trabajadores son los tanta dificultad tienen para definirse desde una opción de clase, que tanto empeño tienen en llamarse a sí mismos “ciudadanos indignados” y que gritan “no nos representan”. Esos sí que no nos representan a la clase trabajadora.

Ahora que la Brunete mediática de Intereconomía, La Razón, ABC, El Mundo, los Pedro Jota Ramírez, los Luis María Ansón o los Jiménez Losantos se aprestan a preparar pierna de sindicalista a la brasa, para cubrirle el flanco propagandístico a la derecha política y a los empresarios más fascistas de Europa, que sean otros “indignados” los que confluyen en la unidad de destino del acoso y derribo a los sindicatos mayoritarios. Yo no. Los asuntos pendientes que tenga con ellos los resolveré cuando toque.





NOTAS:
(1) http://www.servimedia.es/Noticias/DetalleNoticia.aspx?seccion=22&id=205395
(2) http://www.20minutos.es/entrevistas/candido-mendez/360/
(3) http://www.publico.es/dinero/422461/serios-muy-serios-que-si-no
(4) Ver anterior enlace

FUERZAS ESPECIALES DE EEUU PLANEAN REALIZAR SABOTAJES EN AMÉRICA LATINA

Jean-Guy Allard. La Haine

El Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, “cuyas fuerzas elites fueron las que rastrearon y mataron a Osama bin Laden”, lanzó una propuesta al Pentágono

Para tener mayor libertad de desplazamiento de las fuerzas especiales (SOF, por sus siglas en inglés) y realizar operativos en América Latina, afirma la BBC.

“Tal autoridad dotaría a las SOF de mayor agilidad, rapidez y flexibilidad” para expandir sus operativos “sin tener que pasar por las vías normales de aprobación que exige el Pentágono”, afirma el reportaje firmado por William Márquez.

El periodista de la BBC señala que “algunos analistas sospechan que una mayor amplitud del alcance de estas fuerzas en América Latina podría degenerar en actividades cuestionables y dañar las relaciones de Estados Unidos con sus vecinos en el hemisferio”.

El Comando de Operaciones Especiales se creó en los años 80 para rescatar a estadounidenses retenidos en Irán, une operación que terminó por un espectacular fracaso.

“EN AMÉRICA LATINA, NORMALMENTE…”
Increíblemente, la emisora estatal BBC reconoce toda una serie de actos de injerencia de EEUU en América Latina: “En América Latina, normalmente, se ocupan de misiones de inteligencia de alta tecnología, sin reclutar recursos humanos pero sí brindando entrenamiento y haciendo ejercicios conjuntos”..

El autor de la nota cita a Stephen Donehoo, especialista en Seguridad Nacional del grupo McLarty Associates de Washington: casi siempre, afirma, “con pocas excepciones”, trabajan “en conjunto con las fuerzas armadas, policiales o de inteligencia del país”.

En Colombia, revela Donehoo, “asesoran operativos específicos en la lucha contra las rebeldes FARC” pero cuando tres contratistas de Estados Unidos cayeron en manos del grupo izquierdista "ellos tuvieron tropas en el terreno con el propósito de sacarlos", con la operación "Jaque".

En cuanto a Adam Isaacson, analista de política de seguridad nacional de WOLA, la “Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos”, reconoce que "aunque naturalmente no se dan muchos detalles, uno se puede imaginar casi todo".

En países “aliados” pueden “incluir operativos de inteligencia contra grupos, partidos o individuos que son vistos como amenaza contra EE.UU. aunque los mismos no estén haciendo nada ilegal en su país".

Isaacson especula que “en los países con los que Estados Unidos no tiene muy buena relación”, enumerando específicamente países del ALBA, Venezuela, Bolivia, Ecuador o Nicaragua, "podría haber hasta actos de sabotaje ".

GRUPOS ARMADOS ESTAN YA EN EMBAJADAS
Según BBC, el analista de WOLA revela “que ha habido antecedentes en el marco de la llamada guerra contra el terrorismo con la creación, hace unos 5 o 6 años, de pequeños grupos dentro las embajadas estadounidenses conocidos como Military Liaison Elements, elementos de enlace militar”.

"Eran grupos élites que, en algunos casos, se encontraban allí sin el conocimiento del embajador", dijo Isaacson a la radio del sistema informativo estatal británico.

"Andaban de civiles, completamente armados y el mundo llegó a saber de ellos cuando en Asunción, Paraguay, mataron a un ladrón en la calle".

Isaacson indica que la búsqueda de una mayor actividad en América Latina obedece a la retórica de “algunos legisladores republicanos” – evidentemente Ileana Ros-Lehtinen, Connie Mack y demás congresistas vinculados a la mafia cubanoamericana - y centros de investigación conservadores que están hilando “una compleja idea de amenaza de seguridad”.

"Empieza con Irán y el grupo radical Hezbollah", explica el experto en una referencia clara a las conspiraciones imaginadas por Roger Noriega y Otto Reich y difundidas internacionalmente en las redes noticiosas orientadas por el Departamento de Estados.

Aunque el analista considera que estos complots de la extrema derecha estadounidense es algo "un poco paranoico", hay quienes “no lo consideran descabellado”.

"Los gobiernos se van a sentir violados. Aunque no haya fuerzas del SOF en un país, siempre va a haber sospechas y eso afectará la confianza mutua y la amabilidad de las relaciones", reconoce Adam Isaacson.

Además de realizar misiones de inteligencia y reconocimiento, también tienen la capacitad operacional de "combate cinético", básicamente “localizar, capturar y matar al enemigo”, señala la BBC.

18 de febrero de 2012

EJERCITO DE OCUPACIÓN

Alfredo Zaiat. Página/12

Europa ha desarrollado sus conflictos en forma escabrosa con una violencia desmedida a lo largo de su historia. Su actual crisis económica, que sigue su curso sin un horizonte cercano de resolución, ha adquirido la característica de una avanzada beligerante sobre trabajadores y jubilados en defensa de la trinchera del sistema financiero. El ejército de ocupación no está integrado por soldados con armamentos sofisticados, sino que el vehículo de dominación para cercenar hasta barrer la soberanía política y económica de la mayoría de los países es el euro, bajo el comando general dirigido por Alemania (Banco Central Europeo y Comisión Europea), con el apoyo táctico supranacional del FMI.

Grecia es la batalla más encarnizada, con un nivel de exigencias impresionante y un ejercicio de poder avasallante, que se expresó luego de obtener el sometimiento del poder político heleno, que aprobó un ajuste de reducción salarial y despidos inmediatos de 15.000 trabajadores en un plan global de 150.000, postergando el financiamiento prometido de 130.000 millones de euros. Los países europeos débiles, como España, tienen ese campo de batalla como espejo para acelerar su disciplinamiento.

Alemania logra erigirse así en la gran y única potencia europea, con el sacrificio a su clase trabajadora flexibilizada y salarios deprimidos, registrando marcas de productividad y competitividad de su economía que hunde al resto de los países del continente sitiados por el euro. No hay política de ajuste posible, con la moneda común como ejército de ocupación de la soberanía nacional, que pueda alentar la recuperación de esas economías con una Alemania industrial, exportadora y mercado laboral ultraflexibilizado. El resultado es la recesión general (Italia, Bélgica, Holanda, Grecia, España, Portugal ya la declararon) con una sola economía a salvo, la que impone las condiciones políticas, financieras y sociales de la Eurozona.

En Alemania el 20 por ciento de los empleados, cinco millones de trabajadores, ganan un máximo de 400 euros mensuales. Este dato impactante se consigna en un esclarecedor artículo publicado en El País de Madrid, con el título “Sueldos de un euro a la hora en el ‘milagro’ laboral alemán”. También se informa que, según el Departamento de Trabajo alemán, los contratos con salarios bajos crecieron tres veces más rápido que otro tipo de empleos entre 2005 y 2010. Se menciona que los denominados “trabajadores pobres” han aumentado a un ritmo más acelerado en Alemania que en el resto de países con la moneda común. Esto ha derivado en que un 7,2 por ciento de los empleados ganaba tan poco que estaba cerca del umbral de la pobreza en 2010, cuando era un 4,8 por ciento en 2005. A la vez, el año pasado, la cantidad de contratados en Alemania superó por primera vez la barrera de los 41 millones de trabajadores. Es de las pocas economías europeas que no registra aumento de la tasa de desocupación. El crecimiento del empleo se ha debido fundamentalmente a la imposición, con el aval de los sindicatos, del modelo de bajos sueldos y de agencias de trabajo temporal, impulsado por la desregulación y la promoción de la flexibilidad y los contratos de bajos ingresos, subvencionados por el Estado, llamados mini-jobs. El número de trabajadores con contrato indefinido de salarios bajos –que ganan menos de dos tercios de los ingresos medios– se elevó un 13,5 por ciento hasta los 4,3 millones entre 2005 y 2010. Los datos de la OCDE reflejan que en Alemania los contratos con salarios bajos son el 20 por ciento de los trabajos a tiempo completo, frente al 8,0 por ciento en Italia y un 13,5 por ciento en Grecia.

Esa estructura del mercado laboral hace aún más competitiva la economía alemana, mientras el euro actúa como un cerco invulnerable para el resto de los países porque perdieron la herramienta de la devaluación de su propia moneda para moderar las diferencias de productividades. Por eso, la principal exigencia que deben cumplir para recibir recursos para atender la crisis financiera es la de implementar una reforma laboral del tipo alemán, de pérdida de derechos y reducción de salarios, además de despidos. Así lo expresó el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, quien señaló que la situación actual de Alemania se debe “en gran medida a la implementación en su momento de importantes y a veces dolorosas reformas”. Entre ellas, destacó la reforma del mercado laboral, “que redujo sustancialmente el desempleo”. “Muchos países observan la receta que hizo posible este éxito: reformas del mercado laboral, agentes sociales flexibles y constructivos”, aleccionó.

Gurría se estaba refiriendo a que en 2003 Alemania se embarcó en un sistema de reformas que fueron calificadas como el mayor cambio en el Estado de Bienestar desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras muchos de los países vecinos se movían en la dirección opuesta, los socialdemócratas alemanes en el gobierno desregularon el mercado laboral, y presionaron a sindicatos y empresarios para que pactaran una moderación salarial a cambio de seguridad en el empleo y crecimiento. Así un modelo laboral flexible y con subvenciones del gobierno permitieron a los empresarios ajustarse al ciclo económico sin necesidad de despidos masivos.

La diferencia con el actual momento es que Alemania realizó esa reforma con una economía mundial en auge, mientras que ahora esa exigencia a los otros países europeos es durante una recesión, déficit fiscal y crecimiento de la deuda. El resultado entonces es la profundización de la crisis y el aumento de la desocupación. Si bien la resistencia a esas políticas ha empezado a manifestarse con más intensidad en los últimos meses, el deterioro de las condiciones laborales y sociales y el elevado desempleo ya se extienden por más de tres años. Uno de los interrogantes es por qué no existe una oposición más firme de trabajadores y organizaciones sindicales a esa política de ajuste recesivo y despidos masivos. La respuesta se encuentra en la existencia de una importante red de cobertura social, que es un rasgo característico del modelo social europeo de la posguerra con el desarrollo del Estado de Bienestar. Esa contención permite que elevadísimas tasas de desempleo sean socialmente tolerables y políticamente manejables. Por eso los líderes europeos reinciden en medidas de ajustes que pueden generar tensiones sociales, pero sin provocar desestabilización política. El caso más notable es España, con un desempleo total del 23 por ciento, que se eleva a 46 por ciento para los jóvenes.

El Sistema Europeo de Estadísticas de Protección Social destaca que España es el país de la UE-27 con mayor peso del sistema de protección por desempleo en relación con todo el gasto social. Estima que las prestaciones y subsidios a los desempleados se duplicaron en los últimos años al ubicarse en más del 25 por ciento del gasto total en protección social. Alemania implementó el cambio drástico mencionado, cuando ultraflexibilizó el mercado laboral, al tiempo que aplicó el mayor recorte de subsidios por desempleo desde la posguerra, recortando el período de cobro de 32 a 12 meses como máximo.

El escenario es inquietante para esa red social europea de protección porque la crisis financiera y la recesión económica han provocado un incremento sensible del déficit fiscal y de la deuda pública. Ese cuadro ejercerá presión para desarticular ese modelo social, que hoy actúa como amortiguador del ajuste. “La dureza con la que Grecia es tratada actualmente nos puede parecer exagerada, y creo que ése es el caso”, se sinceró el premier italiano, Mario Monti, avisando sobre lo que le tocará al resto de los países subordinados al comando alemán, que avanza sobre Europa ahora con el tanque euro como ejército de ocupación.

17 de febrero de 2012

ELEFTHEROTYPIA: DE PERIÓDICO EN CRISIS A "DIARIO DE LOS TRABAJADORES"

F. Fafatale. Diagonal

La redacción del diario progresista griego sacó ayer el primer número de Eleftherotypia de los trabajadores y se plantea autogestionar la cabecera después de medio año sin cobrar. Moisis Litsis, redactor y miembro del comité de empresa, habla sobre la experiencia.


Eleftherotypia, que significa "libertad de expresión" en griego, es uno de los principales periódicos de Grecia, donde sus más de 800 empleados llevan casi medio año sin cobrar. Últimamente, los trabajadores de este histórico "periódico de periodistas", referencia de la información crítica de calidad, están planteándose tomar las riendas del medio y publicar Eleftherotypia de los trabajadores. [N. del E: la entrevista está realizada antes de la aparición, el miércoles 15 de febrero, del primer número del periódico].

No es el único caso en Grecia. Ni en Europa. Desde la periferia, les han llegado los casos de medios en crisis como Liberazione, en Italia y de Público en el Estado español. El periodista especializado en Economía Internacional y miembro del comité de empresa de Eleftherotypia Moisis Litsis nos cuenta su situación y anima a sus colegas griegos y europeos a dar el paso. Porque, como él dice, "si triunfamos, será una pequeña revolución, pero también una gran batalla dentro y fuera del periódico. (…) La otra opción son los menús de siempre".

Diagonal: ¿Cuál es la situación actual de ’Eleftherotypia’?
Moisis Litsis
: La situación es muy difícil. Llevamos sin cobrar desde agosto. En X.K. Tegopoulos (la empresa que edita Eleftherotypia), somos más de 800 trabajadores, entre periodistas, oficinas, impresores, etc. Al principio de la crisis, la mayoría de los trabajadores no tenía claro ir a la huelga porque creía en las promesas de la compañía de que iba a recibir un nuevo préstamo bancario, pese a que el préstamo estaba sujeto a condiciones similares a las que la Troïka (UE, BCE, FMI) impuso a Grecia para obtener el llamado ’rescate financiero’.


Otro factor fue el ’mito’ de Eleftherotypia, un periódico que nació en 1975, tras la caída de la ’Junta’ griega. Es uno de los periódicos más progresistas y radicales de Grecia, y sus propietarios no eran los ’clásicos capitalistas’, como otros ’barones’ de la prensa griega y de la industria mediática, que poseen además otros negocios y son personajes conocidos en el ’business establishment’. Así que los trabajadores esperaban una actitud diferente.


La compañía presentó un esbozo del llamado ’business plan’, que discutió con los bancos. Un plan realizado por la conocida compañía de inversión internacional Grant Thornton. El ’business plan’ proponía despidos ’voluntarios’, animando a irse a los trabajadores, con la promesa de que serían compensados en un futuro próximo, tras recibir el préstamo bancario. Mientras tanto, el resto de los trabajadores continuarían trabajando indefinidamente sin cobrar, hasta que los costes se redujeran lo suficiente, al menos el 50%. A pesar de todo esto, los trabajadores confiaron en una solución y siguieron trabajando sin cobrar -excepto algunos euros- y renunciaron a ir a la huelga, como muchos de nosotros planteábamos.


En noviembre estaba claro que no habría un nuevo préstamo. Las presiones políticas contribuyeron a que el banco lo rechazara, por la postura de Eleftherotypia, que fue el único periódico que criticó duramente la política de ’memorandum’ del Gobierno griego. Lo cierto es que los bancos griegos no daban nuevos créditos a ninguna compañía por el miedo al ’default’ (suspensión de pagos) de la deuda pública griega y la posibilidad de la salida del euro de Grecia.


Los trabajadores comenzaron las primeras huelgas después de que el propietario amenazara con dejar de publicar el periódico. Desde el 22 de diciembre estamos en huelga continua exigiendo nuestros salarios. La empresa se sigue negando a pagar y apeló al artículo 99 de la ley de bancarrota griega (protección de los acreedores). Los únicos ’acreedores’ a los que la compañía debe dinero son los trabajadores, a quienes se les niega a través de una excepción en los procedimientos. Con la apelación al artículo 99, los trabajadores no pueden obtener sus salarios por medios legales y corren el riesgo de ser forzados por un ’business plan’ que supone recortes en los salarios, despidos masivos, etc.


D.: ¿Qué está pasando en otros medios griegos como ALTER TV o El Mundo del Inversor?
M.L
.: En la televisión ’ALTER’ la situación es aún peor. Los trabajadores llevan 10 meses sin cobrar y, tras un largo periodo de huelgas, están ahora en ‘retención’. Han ocupado su cadena y recientemente comenzaron a emitir reportajes sobre la situación de los trabajadores en general y de la industria de los medios y la suya propia en particular.


En el semanal Kosmos tou Ependiti (El Mundo del Inversor), los trabajadores iniciaron inmediatamente una huelga continua después de que la compañía anunciara (en diciembre) que no había dinero para pagar. También ‘publicaban’ un periódico ‘online’ con noticias de todo tipo.
Hoy hay en Grecia cientos de empresas privadas que han dejado de pagar salarios o pagan con retraso, que han impuesto recortes salariales y que han destruido puestos de trabajo. En el sector mediático, hay al menos cuatro periódicos que o no pagan o pagan con retraso y no cumplen con sus obligaciones hacia los trabajadores. Este proceso se ha hecho muy común después de julio, cuando comenzaron las negociaciones sobre el llamado ‘recorte’ de la deuda pública griega, bajo la amenaza del ‘default’ inmediato.


“Los únicos ’acreedores’ a los que la compañía debe dinero son los trabajadores”


D.: ¿Cuál es el rol de Internet en los medios griegos?
M
.L.: No demasiado. Tenemos, por supuesto, muchos medios ‘online’, pero no son capaces de remunerar dignamente a los trabajadores. En algunos de ellos, las condiciones de trabajo son muy malas, con muy bajos salarios, sin seguridad y sin profesionalidad. Los periódicos también tienen versiones ‘online’, pero no ganan demasiado dinero con ello -la publicación tradicional sigue siendo la mayor fuente de ingresos- porque la crisis económica prácticamente ha hundido los ingresos por publicidad. Los propietarios y las direcciones de los grandes periódicos no se dieron cuenta del potencial de internet y de la combinación entre el papel y la web. Además, somos un país mediterráneo y, al menos los fines de semana, nos gusta comprar el periódico y leerlo en la cafetería, en casa o fuera.


D.: ¿Es la autogestión la solución a esta situación? ¿Hay otras alternativas?
M.L
.: En mi opinión, la autogestión es la única solución. No creo que vuelva la normalidad a nuestro periódico, teniendo en cuenta que la situación económica y financiera de toda Grecia va de mal en peor. Pienso que cada vez más y más propietarios abandonarán sus empresas, porque no quieren poner dinero de su bolsillo e intentarán ganar tiempo, esperando a ver qué pasará con la crisis de la deuda griega, la posibilidad de ‘default’ y la probabilidad de una salida del euro, lo que provocaría más confusión y bancarrotas. Es casi imposible conseguir un nuevo trabajo, no sólo de periodista, sino de cualquier otra profesión, por supuesto sin relación alguna con el nivel de salarios anteriores, puede que incluso sin seguridad social. Así que es una gran oportunidad para que los trabajadores de Eleftherotypia tomemos las riendas del periódico, algo que muchos lectores nos animan a hacer, porque sienten que están perdiendo un medio que era diferente, crítico y radical.


Recibimos mensajes de gente corriente que nos animan diciéndonos “tomad el periódico en vuestras manos”. Muchos de ellos no son ni de izquierdas ni radicales en absoluto, es gente que ve en la autogestión no una oportunidad para una nueva experiencia social, sino una necesidad. Piensan que podemos manejar mejor la situación y ganarnos la vida. Pero la gente en Eleftherotypia no está tan segura como para buscar soluciones fuera de la ‘economía de mercado’, pese a que en muchas asambleas de trabajadores discutimos y algunos de nosotros, animados por la gente, pensamos seriamente en cómo publicar el periódico por nosotros mismos (la empresa posee una de las mayores imprentas del país). Un movimiento que ciertamente será muy difícil, pero que es mejor que esperar una solución que nunca llega.


En las últimas semanas, la discusión comenzó a ponerse más seria. En nuestra última asamblea decidimos separar las reuniones de periodistas, oficinistas e impresores, para ver si es posible y cómo publicar Eleftherotypia de los trabajadores, para promover nuestra lucha, pero incluso para continuar, para quien quiera, publicar ‘normalmente’ como en el pasado. Uno de los mayores problemas es cómo otras profesiones pueden contribuir a la publicación.


Yo pienso que al principio podemos ganar algo de dinero con un periódico como éste para contribuir a nuestro ‘fondo de huelga’ para comprar comida, etc. Tenemos algo de dinero y comida de otros trabajadores y ciudadanos que han querido ayudar y demostrar su solidaridad. En esta situación tan crítica de la economía y la sociedad griegas, nuestra posibilidad de contribuir, aunque sea con algunos euros de nuestros trabajos para comprar comida y ayudar a trabajadores que están en peor situación, es importante.


Pero muchos periodistas, que crecieron con la mentalidad de que son ‘los elegidos’, todavía creen que encontraremos otro inversor para salvar el periódico. Algunos periodistas han empezado también a hablar de la posibilidad de crear una especie de cooperativa, que recoja dinero de la gente, etc. Pienso que es algo prematuro, porque aún hay dudas sobre si es posible cooperar, o sobre qué pasará con la cabecera original –queremos publicar Eleftherotypia y no algo nuevo-. En cualquier caso, hemos empezado a discutir seriamente y es casi seguro que en los próximos días seremos capaces de publicar un Eleftherotypia de los trabajadores, que puede inspirar a otros a dejar de dudar e intentar encontrar una solución a sus problemas a través de una especie de autogestión.


“Recibimos mensajes de gente corriente que nos animan diciéndonos ’tomad el periódico en vuestras manos’”


D.: ¿Y qué sucede con las deudas de la empresa que pasa a ser controlada por los trabajadores?
M.L.
: Estamos hablando de gestionar sólo el periódico, no toda la compañía. Lo que significa, en mi opinión, no tener ninguna relación con las deudas de la compañía. Estamos en pleitos por esto, por el dinero que la empresa nos debe. Algunos colegas proponen un posible acuerdo, ‘comprar’ la cabecera del periódico con la ‘deuda’ que la compañía nos debe. Hay muchos problemas que ver y resolver. No es nada simple. Incluso no está claro lo que significan exactamente las diferentes propuestas de autogestión. Después de todo, hay muchas suspicacias, especialmente entre periodistas, por sus conexiones con las autoridades, empresarios y demás intereses diferentes. Pero, como dije antes, en los últimos días hay mucho movimiento y será una gran apuesta si conseguimos trabajar ‘sin jefes’, algo tremendamente difícil. Conozco a mucha gente que antes dudaba incluso discutir el tema y que ahora está dispuesta a intentarlo, a pesar de todas las dificultades, las suspicacias, etc. Como te imaginarás, si triunfamos, será una pequeña revolución, pero también una gran batalla dentro y fuera del periódico.


D.: ¿Cuál es vuestra relación con periodistas de otros países? ¿Conocéis otros casos de autogestión de medios en otros países?
M.L.
: No tenemos relaciones serias con otros periodistas. Nosotros, por supuesto, hemos informado a la Unión Europea de Periodistas, que publicó hace unos meses sobre nuestra situación, instando a los propietarios a asumir la responsabilidad de salvar un ‘periódico histórico’. Informamos también a otros sindicatos, otros periódicos (por ejemplo, Liberation o Junge Welt), que comenzaron a informar también sobre la situación. Alguno de nosotros intentamos informar a la opinión pública de otros países y animar a activistas, trabajadores, sindicatos y gentes de izquierdas a escribir sobre nosotros.


Desafortunadamente, no conozco otros casos de autogestión. Últimamente leí algo sobre el italiano Liberazione y sobre movimientos similares en el español Público. Hemos hablado también con un periodista de un periódico alemán que perteneció al antiguo Partido Comunista de la Alemania del Este (no recuerdo el nombre). Un colega también ha mantenido conversaciones con alguno de nosotros sobre el periódico alemán TAZ. Algunos periodistas han compartido con nosotros las experiencias de Le Monde Diplomatique o el alemán Die Zeit, donde los periodistas influyen en las decisiones. Algo que pudo aplicarse en nuestro periódico en el pasado, antes de la presente situación.


D.: En la Argentina del corralito los trabajadores tomaron fábricas en algo que se denominó ‘la toma’. ¿Está pasando algo parecido en Grecia en otros sectores aparte de los medios?
M.L.: Pienso que no. Hay muchas fábricas que han sido abandonadas por sus jefes, con trabajadores que llevaban más de un año sin cobrar –tuve conocimiento de algunos de ellos a través de algún reportaje, sobre todo en la TV estatal-. Los trabajadores y los sindicatos mayoritarios siguen instalados en las formas tradicionales. Huelgas, manifestaciones, algo de publicidad, llamadas al cambio de la actual política económica y social, pero sin coordinación real y sin pensar en cómo obtener la producción (si es que la hay, porque la mayoría de las compañías griegas eran empresas de comercio que se dedicaban a importar bienes del exterior). Por ejemplo, Chaliburgia (acerería) lleva en huelga casi tres meses, renunciando a aceptar despidos y recortes. Se han hecho populares por la implicación de los partidos tradicionales de izquierda en su lucha, sobre todo el Partido Comunista, que tiene mayoría en el sindicato. Controlan su factoría, pero sólo para manifestarse u organizar eventos solidarios, pero no para ponerla a funcionar en beneficio de los trabajadores y de la sociedad.


Hablando de Argentina, sobre la que algo sé, vemos una situación similar, o incluso peor. Los propietarios abandonan sus compañías. Por eso intento persuadir a mis colegas en Eleftherotypia de que piensen cómo pueden tomar la situación en sus propias manos. Porque como a veces digo, tal vez un poco exageradamente, la otra opción son los menús de siempre.


Un medio nacido con la democracia
Establecido en 1975 como un ’periódico de periodistas’, Eleftherotypia nació como resultado de la radicalización que siguió a la caída de la Junta en 1974. Desempeñó un papel significativo en la primera victoria del PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico) en 1981 y en la derrota de la derecha que dominó la política griega hasta la dictadura de 1967. Durante años fue el único periódico que publicó los manifiestos de las organizaciones terroristas, incluso estando prohibido por ley en los años 90.


Es uno de los mayores periódicos en circulación en Grecia, aunque en los últimos años ha experimentado una fuerte caída, como otros diarios, especialmente la edición dominical, que ha pasado del tercer e incluso primer puesto al sexto, algunas semanas antes de la huelga. Su propietaria es la compañía X.K. Tegopoulos, que llegó a ser una de las mayores compañías griegas cotizadas en la Bolsa de Atenas (Athens Stock Market) desde 1997.


Moisis Litsis es periodista profesional desde 1989. Comenzó a trabajar en el periódico griego Eleftherotypia en 1997, donde escribe en la sección financiera. Está especializado en Economía internacional. Es miembro del comité de empresa de Eleftherotypia y miembro alternativo del Consejo de la Unión de Periodistas de Atenas.

16 de febrero de 2012

SENTENCIA DE MUERTE PARA GRECIA

Mike Whitney. CounterPunch

“Nos enfrentamos a la destrucción. Nuestro país, nuestra casa, están listos para arder. El centro de Atenas está en llamas”. Costis Hatzidakis, parlamentario conservador

El domingo, el parlamento griego aprobó una nueva ronda de medidas de austeridad que profundizarán aún más los cinco años de depresión en que está sumido el país y acabarán con los últimos flecos de cohesión social. Para asegurar un préstamo de 130.000 millones de euros, los líderes políticos griegos acordaron acatar un Memorando de Entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) que no sólo va a acrecentar los sacrificios de la clase trabajadora sino que va a entregar el control de la economía de la nación a los bancos y corporaciones extranjeros.

El Memorando contiene cálculos tan mercenarios nunca vistos por escrito. Y aunque la mayor parte de la atención se ha centrado en los profundos recortes a las pensiones complementarias, al salario mínimo y a los salarios del sector privado, hay mucho más en ese oneroso mandato de lo que a simple vista parece. Habría que leer en su totalidad las 43 hojas del documento para apreciar en todo su alcance la vacuidad moral de quienes dictan la política en la Zona Euro.
Grecia tendrá que demostrar que ha alcanzado varios puntos de referencia antes de recibir algo del dinero asignado en la operación de rescate. El Memorando traza, con gran detalle, cuáles son esos puntos de referencia: prácticamente todo, desde la reducción del gasto en medicinas que salvan vidas a “la eliminación de las limitaciones a la venta de productos restringidos hasta en categorías tales como el alimento para bebés”.
Así es, según el autor de ese fuliginoso memorándum, la única vía para que Grecia pueda salir del estado de abatimiento es, entre otras cosas, envenenando a sus bebés con alimentos infantiles prohibidos.
El MOU exige también un recorte del 10% en los salarios de los funcionarios del estado, recortes en los “fondos destinados a la seguridad social y a los hospitales” y una mayor privatización de los sectores de propiedad pública, todo lo cual sólo servirá para que el PIB se contraiga aún más.
En cuanto a la privatización: “El gobierno estará dispuesto a poner a la venta las partes que aún conserva en las empresas de propiedad estatal si fuera necesario para alcanzar los objetivos de privatización. El control público se limitará solo a los casos de la infraestructura de las redes más vitales”.
En lugar de proporcionar ayuda fiscal para que Grecia pueda cumplir sus objetivos presupuestarios y pueda salir de nuevo a flote, la troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) está utilizando la crisis para robar los vitales activos estatales y entregárselos a las corporaciones amigas. El MOU está abriendo nuevas avenidas a la explotación y al saqueo. Y hay más: “El gobierno no propondrá ni establecerá medidas que puedan lesionar las normas del libre movimiento de capitales. Ni el Estado ni ninguna otra entidad pública firmarán acuerdos con accionistas con la intención o el efecto de entorpecer el libre movimiento de capital o influir en la gestión o control de las compañías. El gobierno no iniciará ni introducirá ningún tope en las votaciones o adquisiciones, y no establecerá ningún derecho de veto desproporcionado o injustificable ni cualquier otra forma de derechos especiales en las compañías privatizadas.”
Bien, queda muy claro: son las normas del capital. Los intereses de las corporaciones y los bancos tendrán precedencia sobre los de las personas. La proclamación limita el papel del gobierno a la hora de autorizar las acciones depredadoras de despiadados especuladores cuyo único interés es engordar sustanciosamente el balance de sus accionistas.
Hay también una larga sección sobre “Reformas Estructurales para la Mejora y Crecimiento” que no explica en absoluto cómo se supone que la economía va a desarrollarse cuando las medidas de austeridad no hacen sino reducir la cantidad de gasto del consumidor y la inversión empresarial. En cambio, el Memorando se centra como un rayo láser en reventar las barreras al comercio y rebajar los salarios de los trabajadores. Vaya un ejemplo: “Dado que el resultado del diálogo social para promover el empleo y la competitividad no satisfizo las expectativas, el gobierno tomará medidas que promuevan un rápido ajuste de los costes laborales para combatir el desempleo y recuperar la competitividad en los costes, garantizar la eficacia de las recientes reformas del mercado de trabajo, equiparar las condiciones de trabajo en las antiguas empresas de propiedad estatal con las del resto del sector privado y hacer más flexibles las disposiciones sobre el horario laboral. Esta estrategia deberá orientarse a reducir los costes laborales unitarios nominales en la economía empresarial en un 15% en 2012-2014. Al mismo tiempo, el gobierno promoverá la negociación salarial uniforme en los distintos niveles y combatirá el trabajo no declarado”.
¿No cree, querido lector, que si Vd. hubiera recomendado políticas que provocaron una grave recesión de dos años y un desempleo de infarto (el paro en Grecia ha alcanzado un pico del 20,6%), mantendría la boca cerrada y admitiría que no sabe un carajo de lo que está hablando?
Pues no, para nada, si resulta que Vd. es un ministro de finanzas de la UE, Vd. recomendaría las mismísimas políticas que habían fracasado en todas partes; las políticas que han reducido el gasto, encogido los ingresos del gobierno, incrementado el desempleo y profundizado la depresión. Ese es tipo de imbecilidad que se aprueba como política en la eurozona.
El Memorando contiene también una sección iluminadora acerca del “Entorno empresarial”, que lo abarca todo, desde los beneficios para la industria al libre comercio sin restricciones. Aquí va un ejemplo típico: “… dejar de destinar el coste no recíproco calculado sobre el precio del combustible a favor del Fondo de Distribución Mutua de los Operadores de la Bomba de Aceite del Combustible Líquido”.
¡Cling, caja! Más regalos para las grandes empresas. Todo el memorando está lleno de cosas así, justo una dádiva corporativa tras otra. “Aplicación de la ley 3982/2011 sobre el procedimiento de urgencia para la concesión de licencias para profesiones técnicas, actividades manufactureras, parques empresariales y otras disposiciones."
¿Qué tiene esto que ver con nada?, se preguntarán.
Nada. Solo sirve para mostrar de qué va el MOU. Es una “lista de deseos” de las corporaciones; una mezcla de las políticas punitivas de estrecharse el cinturón para las clases trabajadoras y de beneficios paras grandes del petróleo, del gas, de la electricidad, la aviación, las carreteras, las comunicaciones, etc. “La concesión de licencias por la vía rápida” y el “alimento para bebés” no tiene nada que ver con ayudar a Grecia a alcanzar sus objetivos presupuestarios. Es una tomadura de pelo. Solo vean lo siguiente: El MOU: “De acuerdo con los objetivos políticos de la Ley 3919/2011 sobre profesiones reguladas, el gobierno elimina las barreras de entrada al mercado de los taxis… en línea con las mejores prácticas internacionales”.
Así pues, ¿hasta los taxistas van a conseguir un sitio en el pesebre? ¿No les parece un tanto irrelevante?
Nada de todo eso tiene nada que ver con ayudar a Grecia. Se trata tan solo del saqueo de las grandes empresas fuera de todo control. Grecia es una gran piñata que acaba de quebrarse y todo el mundo empuja y presiona por atrapar su puñado de caramelos. El MOU: “El gobierno establece un grupo de trabajo para que revise… la gestión de los casos judiciales, incluida la posibilidad de eliminar casos atascados en los registros de los tribunales… Tras la presentación del plan de trabajo para la reducción de la acumulación de casos relativos a impuestos en todos los tribunales administrativos y tribunales administrativos de apelación en enero de 2012, se establecen metas intermedias para reducir el retraso acumulado al menos en un 50% a finales de junio de 2012, al menos en un 80% a finales de diciembre de 2012 y la total eliminación del trabajo atrasado a finales de julio de 2013”.
Si Grecia quiere aumentar sus ingresos, entonces ¿por qué va a restringir la persecución de los evasores de impuestos? ¿No sería contraproducente? Esta es solo otra señal de que el MOU fue elaborado por hombres poderosos que actúan por detrás de la tapadera de sus lacayos políticos.
El MOU: “El gobierno pone en práctica el decreto presidencial sobre la reforma de la magistratura creando una nueva estructura, cubriendo los puestos vacantes con los graduados de la Escuela Nacional de Jueces y redistribuyendo los jueces y personal administrativo a partir de la base de los recursos existentes disponibles dentro de la administración pública y la judicatura de Grecia [Q4-2012]. El gobierno pone en marcha, conjuntamente con un órgano externo de expertos, un estudio sobre los costos de los litigios civiles, su reciente aumento y sus efectos sobre la carga de trabajo de los tribunales civiles, presentando las recomendaciones debidas a finales de diciembre de 2013”.
En efecto, solo tienen que dejar que las grandes finanzas y las elites corporativas “racionalicen” los tribunales o llenen la magistratura con sus elegidos y las demandas se reducirán a la mitad. ¿Qué nos dice acerca de los hombres que han preparado ese texto?
Pueden ver la farsa que es realmente este supuesto Memorando de Entendimiento. No ayudará en nada a Grecia a superar su depresión y no facilitará la integración de la eurozona. Es solo un alimento más para las hienas corporativas.
Lo que Grecia necesita es una reestructuración radical de su deuda. Necesita acabar con los tenedores de bonos, recapitalizar sus bancos e incrementar el apoyo fiscal hasta que la economía vuelva a la normalidad. Otro paquete de préstamos no le va ayudar a conseguir esos objetivos. En todo caso, solo servirá para retrasar el Día del Juicio Final. Sería mejor para todos que el país se declarara en rebeldía y empezara cuanto antes a intentar salir a flote.

LA USAID EN ECUADOR

José Steinsleger. La Jornada

En los proyectos y programas de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) aparecen vocablos que, a la larga, denotan lo contrario de lo que se proponían: fortalecimiento, oportunidades, capacitación, transparencia, participación, y un largo etcétera de verbos buena onda: promover, establecer, desarrollar, impulsar, educar, difundir…

Y, en paralelo, ciertos intelectuales y movimientos de la izquierda declarativa atacan con más énfasis la política económica extractivista de de los gobiernos apenas progresistas, que el largo historial de organismos injerencistas como la USAID, al servicio de los grupos golpistas, oligárquicos y proimperialistas.

Entre los principales ejecutores de los programas USAID en Ecuador figura, por ejemplo, la misma empresa que en Bolivia opera con la derecha (Chemonics Inc) y la golpista Participación Ciudadana, clonada de la venezolana Súmate.

En junio de 2010, el presidente Rafael Correa convocó en Otavalo (ciudad indígena a 60 kilómetros al norte de Quito) a la décima cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), bloque que reúne a Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Surinam, más los caribeños estados de Antigua y Barbuda, San Vicente y Granadinas.

Allí, y en vista de lo acontecido en Honduras un año antes, Correa denunció que estaba en marcha una conspiración para derrocar a su gobierno, y habló de la necesidad de evitar que enemigos de los pueblos manipulen reivindicaciones indígenas contra los gobiernos progresistas de la región.

Entonces, un impetuoso chamán de la superizquierda plebeya igualó las declaraciones del gobernante con los mismos argumentos de sus enemigos, cuando acusaban a los movimientos sociales de formar parte de la subversión comunista internacional, o de estar financiados por el oro de Moscú (sic).

Añadió: Dos errores: creer que los indios pueden ser manipulados, y que lo son desde fuera del país. No es extraño que hayan sentido las afirmaciones de sus presidentes como agravios que buscan desviar la atención de los verdaderos problemas.

Tres meses después, el 30 de septiembre, Correa fue detenido por un grupo de policías golpistas, mientras el diputado Cléber Jiménez, jefe de la bancada del partido Pachakutik (brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Conaie), exigía la renuncia del presidente con un argumento típico de la derecha: la crisis social y el estado de grave conmoción social.

A diferencia del chamán, el presidente fue claro: entre los movimientos sociales e indígenas existe un sector que recibe financiamiento y lineamientos para provocar situaciones de desestabilización en el país.

Uno de los líderes movimientistas más conocidos es la asambleísta Lourdes Tibán (Pachakutik), quien forma parte de un engendro de la USAID: la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador, que junto con la Fundación Quellka, y la Fundación para el Avance de las Reformas y Oportunidades (FARO) apoyaron el intento de magnicidio y golpe de Estado.

Por otro lado, resulta ilustrativo ventilar la hoja de vida de Heather Hodges, quien fue subdirectora de la Oficina de Asuntos Cubanos, división del Departamento de Estado (1991), y enviada después a Nicaragua para consolidar el régimen derechista de Violeta Chamorro.
Más tarde, Hodges fue embajadora en Moldavia, y antes de su partida dejó minado el terreno para la fallida revolución de colores en aquel país socialista que antes formaba parte de la Unión Soviética (2009).

En Ecuador, la señora Hodges logró incrementar el presupuesto de la USAID para las organizaciones sociales y grupos políticos que promueven los intereses de Estados Unidos en el sector indígena. En 2010 el Departamento de Estado aumentó el presupuesto de la USAID a más de 38 millones de dólares.

Según El Telégrafo de Guayaquil (7/2/2011), la USAID repartió millones para asistir monetaria y logísticamente a 108 proyectos en biodiversidad, agua, petróleo, desarrollo municipal, empresas locales, la promoción de tratados de libre comercio, y la autonomía regional a través de la radio, tv y prensa ecuatorianas, junto con el Instituto Ecuatoriano de Economía Política.
La expulsión de la embajadora Hodges (abril 2011) fue a consecuencia de la filtración de un cable por Wikileaks, donde se afirma que el presidente Correa nombró en 2008 a un jefe de la policía, a pesar de que sabía que era corrupto.

El canciller Ricardo Patiño fue categórico: Ecuador ha decidido considerar a la señora Hodges como persona no grata para el gobierno nacional, y hemos pedido que abandone el país en el menor tiempo posible.

Sin embargo, restan las fundaciones y organismos no gubernamentales que conspiran con la derecha y reciben dinero de la USAID. En días recientes, el presidente Correa anunció que promueve un proceso de regularización de todas estas organizaciones “…porque en muchos casos –dijo– sus actividades se dedican a hacer política deliberadamente, para tratar de generar caos, imponer políticas foráneas y desestabilizar a gobiernos progresistas”.

15 de febrero de 2012

GRECIA

Rebelión. La Croix

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:


La noticia aparece titulada sospechosamente, en la fuente original de la que la recoge la web Rebelión –El diario católico La Croix- como “Los griegos dudan y se agotan”, justo lo contrario de lo que estos días atrás han demostrado, así como las sucesivas huelgas generales anteriores. Dado que el titular me parece francamente desmovilizador, he decidido por mi propia cuenta alterarlo, no sin antes reseñar el original.

Los griegos dudan y se agotan
Las manifestaciones del domingo 13 de febrero en Grecia han marcado un vuelco en la protesta social. Entre 100.000 y 200.000 personas se manifestaron en las calles. Esta radicalización muestra la creciente brecha existente entre la población y los gobernantes que han aprobado el nuevo plan de austeridad.

María, de 34 años, está desengañada. Sentada en la vereda, espera el voto de los parlamentarios «Ellos ni siquiera vienen a vernos, y eso que somos miles los que los esperamos. Algo no está funcionando en esta democracia”, suspira esta estudiante de psicología. Dimitra, de 35 años, es empleada municipal. Ambas tienen opiniones radicalmente diferentes de la situación: María confía en el sistema judicial y en las instituciones para que Grecia se ponga en pie. Dimitra piensa que solo la calle puede revertir la corriente. María va a regresar a Creta porque aquí no hay trabajo “Yo tengo trabajo soy funcionaria. Me pagan cada quince días y mi último recibo es de 80 euros. ¿Para qué trabajar?", se pregunta por su parte Dimitra, que sueña con irse a Noruega adonde ya ha emigrado su compañero.

La manifestación organizada el domingo 12 de febrero en la capital ha marcado un giro en la protesta social griega. Primero por la cantidad de participantes, calculada en 200.000 personas según los organizadores (199.000 según la policía). Y además por su intensidad. Nunca los contestatarios parecieron estar tan determinados.

Durante horas, las fuerzas del orden los rociaron con gases lacrimógenos y gases irritantes. Los manifestantes retrocedían para respirar aire fresco y volvían enseguida al Parlamento para gritar su cólera. Las personas mayores y los niños tenían miedo de las granadas ensordecedoras que no dejaban de explotar, pero no se iban de la plaza Syntagma. Un fenómeno nuevo.

Los que buscaban enfrentar a las fuerzas del orden utilizaban pistolas lanzallamas y bombas incendiarias caseras, hasta ahora solo habían usado piedras, pedazos de mármol y cócteles molotov. Pero lo más sorprendente –tal vez lo más inquietante– es que cuando no tenían fuego para encender las mechas les pedían a los demás manifestantes sus mecheros para encenderlos.

Un diktat del FMI o de la UE
Esta violencia la produjeron unos cuantos miles de personas. (de 2.000 a 3.000, según las estimaciones). Su número no había superado nunca algunos centenares de personas si se exceptúan las tres semanas de violencia urbana de 2008.

Esta radicalización es el reflejo del creciente endurecimiento de las exigencias de los países de la zona euro y del FMI, percibido en el país como un “diktat” o aún peor como un “chantaje”. No comprendo qué quieren, dice con una voz cansada Vangelis, de 40 años, profesor de matemáticas, una afirmación ampliamente compartida. El eslógan “No seremos vuestros esclavos” se halla también reiteradamente escrito en las paredes de la capital.

“Si quisieran ayudarnos realmente a enderezar el país, pondrían en marcha un Plan Marshall, afirma Vangelis. Según él lo que les interesa a los acreedores del país es reembolsar a los bancos".

El Parlamento voto por una mayoría aplastante el memorándum. Pero 43 diputados fueron excluidos de sus partidos tanto de derecha como de izquierda por no haber respetado la consigna de votar por el sí. Entre ello Odysseas Boudouris, diputado socialista y estrella en ascenso de la escena política. Luego de haber votado “sí” los dos precedentes programas de ajuste dio marcha atrás, si bien está convencido de que son indispensables algunas medidas de austeridad. Pero no así, yo no puedo votar una baja del SMIC (Salario Mínimo Interprofesional de Crecimiento) en el sector privado, porque eso no tiene nada que ver con la apuesta sobre nuestra deuda que tiene que ver con el déficit del sector público, explica.

Diputados y ministros alborotados
Para este reformador que ha colaborado con el exministro Georges Papandreum existe un problema más grave aún “la nación griega se halla representada en una negociación internacional por un gobierno que no tiene el respeto de sus socios ni el respeto o el apoyo de los ciudadanos griegos. En estas condiciones ningún acuerdo provechoso puede llevarse a cabo ni ser aplicado por un gobierno que ya no tiene autoridad moral ni política. Simplemente no es posible gobernar solo con el diario oficial y la policía", afirma.

La votación de este plan de austeridad dará seguridad a los acreedores de Grecia, pero no resolverá el problema de su aplicación. Las elecciones legislativas anticipadas se han anunciado para el próximo mes de abril, la cuestión es saber qué va a pasar con el Pasok (Partido socialista) que hasta ahora gobernaba el país.

Los enfrentamientos de este fin de semana han tenido lugar en todo el país y les va a ser extremadamente difícil a los diputados que votaron por el “sí” regresar a las calles de su distrito. Muchos de ellos se han encontrado sentados en cafés, garabateados con yogur. Recientemente el ministro del ambiente tuvo que salir del hotel por una puerta de servicio para huir de los manifestantes.

Los griegos ya no tienen confianza en su clase política, existe el riesgo de una “huelga de celo” de los funcionarios. Un signo que lo demuestra, es que la próxima fiesta nacional (Grecia tiene dos) del 25 de marzo se hará sin el tradicional desfile y solo con invitación. El último 28 de octubre todos los oficiales fueron obligados a dejar los palcos, protegidos por la policía bajo los abucheos y los insultos de los griegos iracundos que no querían verlos en ese día del orgullo nacional.