4 de febrero de 2012

MUJERES MILITARES

Osvaldo Bayer. Página/12
Desde Bonn, Alemania

El ser humano no aprende de sus fracasos. Evidentemente. Abro la revista Der Spiegel (El Espejo). Tal vez la mejor revista europea de actualidad. Me encuentro con un aviso a toda página. Desde él me sonríen un joven varón con la boina de las tropas de infantería, una hermosa mujer con gorra de la marina de guerra y otra mujer con el birrete de la fuerza aérea. Hacen propaganda para que jóvenes hombres y mujeres ingresen en las fuerzas armadas de la Alemania Federal. El texto del aviso no tiene desperdicio: (textual) “Fuerzas Armadas Federales. Nosotros servimos a Alemania. Una carrera con futuro”. Luego, en letras grandes como título: “Estudiar con sueldo”. En el medio, las fotos y este texto: “¿Usted busca una profesión interesante con responsabilidad de mando y exigencias especiales así como un compromiso con la República Federal Alemana? ¿Usted se interesa por una educación académica bajo condiciones óptimas?”. Y entonces con letras que resaltan: “Ofrézcase ahora como oficial”. Y después de las direcciones para más información, algo que verdaderamente sorprende: “Se desea el ingreso de mujeres: ellas tendrán prioridad en caso de calificaciones iguales”.

Repaso los textos y las sonrisas de las fotos del aviso varias veces. Para el ejército son preferidas las mujeres. Tengo que abrir la ventana y tomar aire. Pienso: un país que en las dos últimas guerras mundiales perdió a millones de jóvenes en batallas absurdas ahora prefiere a las mujeres para ser soldados.

Pienso en esos libertarios y libertarias que hace ya dos siglos salieron a las calles de todo el mundo para pedir la eliminación de los ejércitos y lograr la paz eterna en el mundo. Recuerdo cuando llegué a la Alemania de posguerra con sus ciudades totalmente convertidas en ruinas y a sus mujeres levantando los ladrillos sueltos y tratando de reconstruir lo destruido por los hombres mientras sus hijitos las tomaban de las piernas para que no los olvidaran. Y ahora, las nuevas generaciones las quieren hacer soldados y las prefieren a los hombres, según el aviso oficial.

Sabemos ya que esto no es nada bueno, hace años que las puertas de los cuarteles se abrieron para las mujeres en casi todos los ejércitos del mundo, pero que ahora las prefieran a ellas como soldados antes que a los hombres, no, no es ni siquiera imaginable, ni se puede interpretar como una fantasía de la realidad humana. “Ahora prefieren a las mujeres porque dicen que son más obedientes que los hombres”, me responde un sociólogo ante mi desesperación.
No, me digo, no pueden ser obedientes a la muerte. En el diario de esta mañana viene un reportaje a un octogenario que luchó en Stalingrado. Allí murieron 150.000 jóvenes soldados alemanes. Jóvenes, recién salidos a la vida. Me imagino sus rostros. Muertos destrozados por las balas de fusiles, de ametralladoras, de cañones; destrozados por bombas. Destrozados. Algunos ya habrían llegado a la edad del amor y habrán pensado en esos últimos momentos en los rostros de sus amadas que los esperaban en la lejana patria. ¿Y ahora? Ahora también han sido enviadas a Afganistán mujeres uniformadas que hacen la venia mejor que los hombres. Ya en casi todos los ejércitos del mundo hay mujeres en uniforme.

Voy a mi biblioteca, tengo más de veinte libros de autores pacifistas. Páginas inolvidables, plenas de generosidad y de almas emocionadas. La paz eterna. Como contrapartida, hoy, mujeres en uniforme. A las que traen la vida en sus cuerpos les enseñan a matar. Voy a ir a golpear las puertas de las feministas, me digo, y les voy a llevar los libros de los pacifistas. Miro el aviso de mujeres sonrientes en uniforme. Sí, el aviso dice que las mujeres tendrán prioridad en el ingreso militar a los hombres en el caso de calificaciones iguales. Si lo leyera Kant, si lo leyera Schopenhauer...

No, no puede ser. Sí, lo es. Pienso en los pacifistas que se negaron a ir a la guerra y fueron presos o fusilados. Pienso cuando me negué en el servicio militar a ir a la instrucción militar y fui destinado a barrer y encerar pisos de los despachos de los señores oficiales durante dieciocho meses.

¿Qué hago con los libros pacifistas? ¿Los beso? ¿Los pongo abiertos en la mesa del comedor, hago cuadros con los retratos de sus autores para llenar las paredes de la casa donde vivo?
Salgo a caminar por el bosque, hay árboles de más de cien años que nos miran. Me acerco y acaricio sus cortezas. Pasan corriendo unos niños que pegan gritos alegres. Vuelvo y me pongo a escribir esta nota. Ojalá la lean mujeres y que salgan después a la calle con carteles: “La mujer trae la vida, no la muerte”.

Porque ahora vamos a otra realidad indiscutible y publicada por la mayoría de los diarios: los niños bajo el nivel de pobreza en Europa. Una discusión profunda que se ha iniciado en la Unión Europea. Comenzó con el plan alemán de aprobar una ayuda a los hogares con niños, un dinero de “asistencia”, es decir, una ayuda de cien euros por niño menor de tres años que no son enviados a jardín de infantes porque la madre no trabaja afuera. Esto se debe a que se ha comprobado que en Alemania –el mejor país europeo de nivel económico–, en Berlín, el 36,3 por ciento de los niños está bajo el nivel de pobreza; en Hamburgo, el 24 por ciento; en Baden-Württemberg, el 11,2 por ciento; en Sajonia, el 26,4 por ciento, etc. Este estudio ha sido realizado por la Fundación Bertelsmann. El otro plan es construir lo más rápido posible jardines de infantes para la totalidad de los niños. Y, por supuesto, con comedores infantiles.

Sorprende, de pronto, esta realidad. Sería muy informativo que también, países europeos como España, con alto grado de desocupación, Grecia, Portugal, etc. realizaran un estudio así. Los niños son lo más sagrado de la vida humana y a ellos tiene que estar destinado lo necesario para darles un futuro digno. Y no emplear el dinero que les corresponde en construir aviones de guerra, tanques blindados y armas cada vez más sofisticadas. Pareciera que la humanidad no aprende, pese a los grandes pensadores. Es que se hace cada vez más necesario discutir el sistema. Hasta Francis Fukuyama, el politólogo norteamericano defensor acérrimo del capitalismo, ha puesto en duda el sistema en sus últimas declaraciones, donde considera “amenazado el sistema actual de las naciones industriales occidentales” y exige “un cambio firme en la política”. “Pienso en la búsqueda de un justo crecimiento de la economía –sostiene Fukuyama–; nuestro modelo social occidental ha caído fuertemente por la erosión de la clase media. Eso es muy malo para la democracia. Cuando las ganancias sean repartidas de manera igualitaria, la ciudadanía confiará más en sí misma y no existirá entonces una elite que goce de una entrada privilegiada entre los políticos que hacen valer sus intereses.”

Aunque mínima la reacción, se nota que hasta los más fieles al sistema están preocupados por la crisis tanto en Estados Unidos como en Europa.

Pero no todo suena como para entrar en depresiones ni desconsuelos. En Francia acaba de ocurrir un episodio que nos llena de orgullo. El Senado francés aprobó una ley que pena con un año de prisión y 45.000 euros de multa a todo aquel que niegue el genocidio armenio cometido por los turcos. El gobierno turco, en vez de aprender de la historia, tomó las represalias de siempre: retiró su embajador de Francia, no permite la entrada de aviones militares franceses a su territorio ni tampoco barcos de guerra franceses a sus aguas ni realizar maniobras militares conjuntas. Cuando no se puede responder a la verdad se toman esas medidas sin ningún sentido humano. Como decimos siempre, la verdad tarda a veces mucho tiempo, pero finalmente llega. Francia recibió en 1915 a miles de armenios que pudieron salvarse del genocidio. Hoy la colonia armenia en tierras francesas cuenta con más de 600.000 habitantes.

Mujeres soldados, niños en la pobreza en esa Europa que hace ya más de dos siglos comenzó a cantar aquel: “Libertad, Igualdad, Fraternidad” de la revolución de 1789. Pero entre lo injusto, de pronto la ventana de aire fresco que se abre: no al genocidio de pueblos

3 de febrero de 2012

EMPIEZA A OLER A CONFLICTO ARMADO...Y LA GUERRA COTIZA AL ALZA EN WALL STREET

María Igartua. Cotizalia.com

Huele a conflicto armado y eso cotiza al alza en Wall Street. Si hay algo que ha enseñado la historia es que todas las grandes crisis han sido precursoras de una guerra capitaneada por Estados Unidos y las crecientes tensiones del avispero árabe hacen sospechar que no será ahora cuando se rompa la regla.

La posibilidad de un conflicto armado de mayores proporciones de lo que ha supuesto finalmente la revolución libia cobra estos días fuerza con el cruce de acusaciones, amenazas y tensiones entre Estados Unidos e Irán con el programa nuclear de este último como punto de partida.

De hecho, el primero ya ha comenzado una gira de contactos por Asia para allanar el terreno aconsejándoles alternativas a sus importaciones de petróleo procedentes del país de oriente medio por lo que pueda pasar. Por su parte, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha buscado el apoyo de líderes afines a su antiamericanismo en América Latina en un tour en el que se ha reunió, entre otros con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, quién expresó su apoyo político y económico a su hermano árabe.

La situación tiene todos los ingredientes para que prenda la mecha y el sector armamentístico se frota las manos, más después de la retirada de las tropas estadounidenses de Iraq y la pérdida progresiva de intensidad de la guerra en Libia una vez muerto el dictador Muamar el Gadafi el pasado mes de octubre.

Basta con echar un vistazo al gráfico de las mayores compañías de defensa en EEUU para ver que su comportamiento en bolsa se ha calentado al mismo ritmo que las tensiones entre oriente y occidente. De hecho, desde verano -cuando registraron sus mínimos de 2011 tras el fuerte subidón del primer semestre de la mano de la primavera árabe- todas ellas registran ganancias de dos dígitos.

Y es que 2011 ha supuesto un punto de inflexión para estas empresas, que venían de experimentar tres años de fuertes caídas. Así, desde sus mínimos de agosto, Lockheed Martin, el mayor fabricante armamentístico del mundo por ventas según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, acumula una subida superior al 21% y los analistas fijan su precio objetivo en los 81,92 euros, un 17% más de lo que cotiza a día de hoy.

Lockheed Martin es el artífice del primer cazabombardero del mundo indetectable, el F-35 Joint Strike Fighter y de la bomba racimo M30, que tiene un alcance de 70 km.

Pero no es la única, Raytheon que es el sexto fabricante de armas y está especializado en sistemas inteligentes utilizados en escudos antimisiles sube más de un 24% en los últimos seis meses y no parece que vaya a pisar el freno. “Esperamos que la acción se muestre relativamente mejor que sus competidoras en términos de ganancias”, asegura el último informe sobre el sector de JP Morgan.

También General Dynamics se ha unido al rally que vive el sector en los últimos meses. Con una subida del 26,8% desde octubre, los analistas de JP Morgan esperan que “la mayoría de la atención de los inversores recaiga tanto en los resultados como en la dirección del segmento aeroespacial y de combate”. Así, según la estimación media de los analistas recogidos por Bloomberg, la acción tiene un potencial de revalorización del 11%.

En cuanto a otro ‘clásico’ del sector armamentístico, Northrop Grumman, las posibles operaciones llevadas a cabo en el golfo pérsico pueden ser un filón para su división naval, aeroespacial y de radares. Sus títulos se anotan una subida del 19,45% desde agosto.

Y es que el sector sabe que después de una crisis siempre se ha producido un conflicto bélico. Aunque no hay ninguna teoría escrita al respecto, casualidad o no lo cierto es que la I Guerra Mundial, la II gran guerra, la del golfo, la de Vietnam… todas han seguidos a periodos de depresión económica.

Pero no hace falta irse tan lejos. Tras el pinchazo de la burbuja tecnológica en el año 2000, que desencadenó una recesión de la Economía estadounidenses en 2001, Estados Unidos respondía a los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas el 7 de octubre, estallando así la guerra de Afganistán, que precedió a la II Guerra del Golfo, en marzo de 2003, más conocida como la Guerra de Irak.

2 de febrero de 2012

RECESIÓN Y CRISIS DEL CAPITALISMO MUNDIAL

Adrián Sotelo V. Rebelión

Las draconianas medidas de austeridad y precariedad social, impuestas en los países avanzados por el gran capital internacional y el Estado en los últimos años, han sido completamente insuficientes para "resolver" la profunda crisis de la Unión Europea, de la cual son corresponsables el FMI y el BM. Estos han encendido los focos rojos para "alertar" sobre la posibilidad real de que la economía mundial entre en recesión en este año de 2012, afectando severamente, por vez primera, al conjunto de la economía capitalista y ya no solamente a alguna de sus regiones macroeconómicas.

Según estos organismos, la crisis obedece a los déficits financieros que exhiben los países de la Unión Europea, en especial, los que constituyen la llamada eurozona. "Crece el riesgo de colapso", "Amenazada la leve recuperación de la economía mundial", "Europa: a un paso de la recesión", "En América Latina la desaceleración es mayor a la esperada", son algunas de las consignas proclamadas por los voceros de dichos organismos internacionales. Incluso, el megaespeculador de las finanzas internacionales, George Soros, alertó que existe un riesgo real de "desintegración" de la Unión Europea, a la par que criticó la gestión imperialista de Alemania en la crisis financiera y recomendó la intervención del Estado para "salvar" al capitalismo (véase: La jornada on line: http://www.jornada.unam.mx/2012/01/26/politica/002n1pol, 26 de enero de 2012).

El FMI y el BM coinciden en que la desaceleración de la economía mundial es todavía más profunda y articulada que la que ocurrió en la pasada crisis de 2008-2009, ya que en esa oportunidad afectó principalmente a la economía de Estados Unidos.

Hoy todos los pronósticos de crecimiento económico están disminuyendo, incluso, los relativos a la economía China, la cual a partir de 2011 también ha ingresado en el camino de la desaceleración —aunque más lenta y con menor intensidad—, lo que va a afectar de manera importante a países que se han vinculado, como los del Cono Sur de América Latina, a través de su comercio exterior con ese país.

Si bien en la crisis de 2008—2009 los países más afectados fueron aquellos que, como México y los de Centroamérica, estaban más fuertemente vinculados a la economía norteamericana la cual constituyó el centro de la crisis, en la actual coyuntura internacional todos salen afectados, pero ahora se agregan los que dependen en buena medida de las importaciones Chinas, como Brasil y Argentina. Estos, que venían presentando ascensos importantes en sus tasas de crecimiento económico, están resintiendo los efectos de la crisis y, al igual que en la coyuntura anterior, tendrán que impulsar políticas de recuperación del mercado interno que soporta la recesión mediante programas que por lo menos no disminuyan el poder de compra de la población. Pero este objetivo, en la actual situación, está muy lejos de conseguirse dado que uno de los recursos para contrarrestar la caída de las tasas de ganancia del gran capital en todo el mundo, particularmente en los países de la Unión Europea, en Estados Unidos y Japón, consiste justamente en reducir los salarios, aumentar las tasas de explotación del trabajo —mediante procedimientos como el incremento de su intensidad (a lo que coadyuvan el toyotismo y la automatización flexible del proceso de trabajo)—; el aumento de la jornada laboral y, finalmente, mediante la reducción de los salarios reales y los ingresos medios de la población por debajo del valor de la fuerza de trabajo. Es decir, auspiciando la superexplotación, categoría esta última que se convierte en la tablita de salvación del gran capital internacional y la refuerza en los países dependientes.

Esta hipótesis gana credibilidad frente a los pronósticos pesimistas de los propios organismos internacionales que son corresponsables de la crisis del capitalismo contemporáneo. Es así como el FMI asienta que: "En 2012 la economía mundial crecerá 3,3%, 0.7 puntos menos que lo previsto en septiembre pasado. Por primera vez desde que comenzó a agudizarse la crisis de deuda pública en Europa, la eurozona caerá en recesión este año. Su producto interno bruto (PIB) se contraerá 0,5%, después de haber crecido 1,6 en 2011. En septiembre pasado, se había previsto que el PIB de los países del euro avanzaría este año 1,1%. América Latina y el Caribe crecerán este año, 3,6%, 0,4 puntos menos que lo previsto en septiembre. El PIB de México repuntará (¿?) en 2012, a una tasa de 3,5%, una décima menos que el cálculo de hace cuatro meses. Estados Unidos, la mayor economía del mundo y principal socio comercial de México, tendrá este año de 2012 un crecimiento de 1,8%, el mismo nivel considerado en septiembre pasado" ("Véase: "Crece el riesgo de colapso. Amenazada, la leve recuperación de la economía mundial: FMI", en: La Jornada on line: http://www.jornada.unam.mx/2012/01/25/economia, 25 de enero de 2012).

En el caso de México su situación es extremadamente complicada debido a que, junto a la tradicional dependencia histórico-estructural de la economía norteamericana, se agrega hoy la caída que viene observando en sus tasas de crecimiento, las cuales desde el desplome del PIB en 2009 en el orden de -6,3%, y la leve recuperación de 2010 (5,6%), en 2011 vuelve a descender para situarse en 4% y proyectar un descenso aún mayor en 2012 que se situará en alrededor de 3% o menos. Situación que, en las condiciones estructurales de la crisis de la economía mexicana fuertemente dependiente de las importaciones de Estados Unidos y de los flujos hacia este último país de sus exportaciones en más de 80%, redundará en menor creación de empleos productivos, en el aumento inusitado del desempleo y de la informalidad —que en la actualidad bordea alrededor del 60% de la población económicamente activa— y en mayor aumento de la pobreza y pobreza extrema, en un contexto de grave crisis social y de violencia que afectan fundamentalmente a las clases proletarias mayoritarias del país.

Mientras que los pueblos sufren las perniciosas consecuencias de la crisis del capitalismo, el capital y los gobiernos de la Unión Europea implementan una serie de medidas que consisten, entre otras, en el recorte de los déficit fiscales —con cargo en la disminución del gasto social— para recuperar la confianza de los inversionistas; "achicar" el tamaño de los gobiernos para hacerlos más "eficientes" y "competitivos"; alentar y presionar a los trabajadores para que prolonguen sus jornadas laborales, en muchas ocasiones sin la debida compensación salarial y en buscar, con la implementación de leyes y reglamentos sancionados jurídicamente por el Estado, penalizar el retiro temprano del mundo del trabajo con el objetivo de que el trabajador promedio obviamente produzca más valor y plusvalía para el capital.

La recuperación o la "salida" de la crisis no se consigue mediante medidas circulacionistas y monetarias que operan en la esfera de los mercados, tales como reducción del déficit y de la tasa de interés; redistribución de las inversiones públicas y privadas en beneficio de estas últimas mediante privatizaciones, fusiones y adquisiciones de las empresas del Estado, como está ocurriendo en países como Grecia, España o Portugal; reducción de las deudas soberanas a partir de su recolocación en otros instrumentos financieros como pueden ser los bonos gubernamentales que no hacen más que fortalecer el capital ficticio. Tampoco mediante recomendaciones tipo FMI-BM que plantean que las economías que tienen grandes déficit deben apoyarse en la "demanda externa", mientras que las que acusan superávit externos —como las de los países llamados "emergentes"—deben hacerlo en función de la "demanda interna". Estos son sólo paliativos cortoplacistas que no producen otro resultado sino el de postergar la crisis y proyectarla en el futuro con mayor intensidad. Y allí está como ejemplo la crisis de 2008 -2009 que, al amparo de estas políticas circulacionistas y neoliberales, efectivamente consiguió una cierta recuperación, pero muy débil, en 2010 para entrar de nuevo en la senda de la desaceleración en el curso de 2011 y en una marcada tendencia a caer en la recesión y el desplome estructural en el curso de 2012.

Los intentos de recuperación y salida, relativa, de la crisis sólo se consigue, en la economía capitalista global sustentada en un modo de producción y reproducción de capital, mediante la explotación de la fuerza de trabajo asalariado, incrementando la cantidad y el volumen de la plusvalía extraída, la cual se convierte en una fuente adicional de ganancias extraordinarias para el capital. Así, una mayor explotación constituye la verdadera y real fuente de valorización que puede incrementar, cuantitativa y cualitativamente, la composición orgánica del capital que redunde en una auténtica recuperación de la tasa promedio de ganancia en escala global con cargo en la desvalorización del capital constante y del aumento del variable, es decir, de la cuota de explotación del trabajo.

El desarrollo tecnológico, la aplicación de la ciencia y la técnica a los procesos productivos y de trabajo, las inversiones en fuentes de materias primas, recursos naturales y alimentos, en sí mismas, no producen ni un átomo de valor tal y como demostró Marx en sus obras fundamentales. Sólo la fuerza de trabajo colectiva de la humanidad, articulada a dichos desarrollos e instrumentos, puede producir ese resultado. Y lo más contradictorio de la actual crisis del capitalismo mundial es justamente la reducción cuantitativa y cualitativa de la fuerza promedio de trabajo por la que pugnan los empresarios y las políticas neoliberales del Estado —que el Banco mundial reconoce se habrá de reducir en 1 millón de efectivos de la fuerza laboral cada año en las próximas décadas en Europa. El resultado de este proceso a largo plazo es, evidentemente, —si no ocurre una profunda y radical revolución social— la reducción de la masa y de la magnitud relativa y absoluta de la plusvalía social que sumergirá al capitalismo en una crisis aún más difícil de superar.

LA USAID EN VENEZUELA

José Steinsleger. La Jornada

El castigado contribuyente de Estados Unidos (tan celoso de su bolsillo) podría preguntarse qué sentido tiene el despilfarro oficial de millones de dólares para acabar con el ultrademocrático presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Desde el fallido golpe de abril 2002, la ecuación no ha sido refutada: a mayor ayuda para fortalecer la oposición, mayor popularidad del líder bolivariano.

El año entrante Chávez cumplirá 15 años al frente del architolerante proceso que viró de raíz el falso republicanismo del país andino-caribeño. Y en la actualidad, cuando se apresta para la tercera reelección, los sondeos de opinión dan a Chávez más de 60 por ciento de popularidad.
¿Qué hizo la oposición con los 57 millones de dólares que recibió de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés)? ¿Cómo se financia hoy, cuando la Ley de Defensa de la Soberanía Política y la Autodeterminación Nacional prohíbe desde finales de 2010 el financiamiento externo para fines políticos?
La impetuosa investigadora y abogada estadounidense Eva Golinger nos recuerda que en enero 2002, cuando el señor Russell Porter llegó a Venezuela para dirigir la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (sic, OTI, división de la USAID dedicada a la promoción de transiciones en países estratégicamente importantes para Washington), su tarea era ayudar con una transición hacia la democracia (sic).
Venezuela contaba desde finales de 1998 con un gobierno democrático que apoyaba la mayoría del país. Mas no a la medida del imperio… ¿Se entiende? Y a pesar de que Mark Feierstein (actual titular para América Latina de la USAID), tras mucho investigar descubrió (sic) que Chávez era “…extremadamente popular entre sus partidarios, aunque muchos se sienten incómodos con él” (sic). ¿Se refería a los que anhelaban radicalizar la revolución, o a los que lucran con el discurso revolucionario?
Porter no quiso ser menos, y luego de consultar a la oposición, escribió en un informe de 2002 (luego del golpe): “Hay un consenso de que Chávez no terminará el año como presidente. Para preservar la democracia, un apoyo inmediato es necesario para los medios independientes y la sociedad civil… Una de las grandes debilidades en Venezuela es la falta de una sociedad civil vibrante” (sic).
Según informes públicos emitidos en España por la Fundación de Relaciones Internacionales y Diálogo Exterior (FRIDE) –vinculada a la ingerencista National Endowment Democracy (NED)–, la USAID/OTI desembolsó 10 millones de dólares (2001-05) para financiar alrededor de 64 grupos y programas.
La USAID aumentó su presupuesto y reorientó la estrategia de su gestión enfocándola en la juventud (sector que no había sido explotado), con talleres sobre cómo utilizar redes como Twitter y Facebook. Desde 2006, USAID gastó más de 34 por ciento del presupuesto en el país (15 millones), hasta completar 57 millones de dólares en 2010.
El patrón de financiamiento ha sido más o menos igual al de otros países peligrosos (Ecuador, Bolivia, Nicaragua…): apoyar a líderes e instituciones calificadas de moderadas, pero que en la práctica buscan la desestabilización de los gobiernos democráticos.
Documentos desclasificados del gobierno estadounidense revelan que en los meses previos al golpe de 2002, seis oficinas del Departamento de Estado gastaron 695 mil dólares para financiar conferencias y seminarios que favorecían a la oposición. La NED tenía un programa de 900 mil dólares que trabaja con el Instituto Demócrata (NDI), el republicano (IRI) y el Centro de Solidaridad Laboral, para fortalecer a la central sindical CTV.
Los programas de la USAID/NED/OTI, o sellos no lucrativos como Transparencia Internacional, de Alemania (TI), y Development Alternatives Inc (DAI, contratista del Departamento de Estado), financian y asesoran a partidos políticos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y medios de comunicación vinculados al antichavismo.
El bosque de siglas y grupos mercenarios que viven de la USAID es frondoso. Sólo el Plan Consenso País aglutina organizaciones como Alianza Bravo Pueblo (Antonio Ledezma), Fedecámaras (Hugo Fonseca y Jorge Botti), Asamblea de Ciudadanos (Maxim Ross), RCTV (William Echeverría), Sinergia (Jorge Reyes), Cedice (Aurelio Concheso), la Iglesia Católica ( Mikel de Iana), Gente de Petróleo (Nelson Benítez), Alianza Cívica (Elías Santana), COPEI (Eduardo Fernández), Un Solo Pueblo (William Ojeda), Coordinadora Democrática (Diego Urbaneja), Asamblea de Ciudadanos (Axei Carriles), Acción Democrática (Ramón Rangel), CTV (Alfredo Padilla), Liderazgo y Visión (Alonso Domínguez), Red Democrática Universitaria (Tomás Páez), Visión Emergente (Cipriano Heredia) y Bandera Roja (Carlos Hermoso).

Lo cierto es que más allá de lo que se opine sobre Chávez, los expertos de la USAID que entrenan y capacitan a la oposición democrática, aseguran el futuro exitoso de la revolución bolivariana. Pues los unos han probado ser más torpes y brutos que los otros. Y hasta la fecha, no han podido encontrar un solo líder que los represente.

1 de febrero de 2012

LA AMARGURA DEL POLICÍA ALEMÁN HENSCH

Un testigo evoca la manipulación con la que el gobierno alemán fabricó el consenso belicista para intervenir en Kosovo

Rafael Poch. La Vanguardia
Henning Hensch, un policía alemán retirado con carnet del SPD, se declara aun dolido por lo que vivió en 1999, pero, ¿a quien le interesa hoy la guerra de Kosovo, si ya nos hemos olvidado de la de Libia y preparamos la de Irán? Este jubilado de la localidad de Lütjenburg, en el extremo norte de Alemania, continúa dándole vueltas.
En 1998 fue uno de los seleccionados por el ministerio de exteriores para engrosar los equipos de observadores de la OSCE en Kosovo. En esa calidad actuó como perito en Rachak y Rugovo, dos localidades albanesas en las que su gobierno, socialdemócrata, engañó a la opinión pública escenificando dos masacres que no lo fueron. La primera guerra con participación de Alemania desde Hitler, comenzó con esas mentiras.
"Este era un país opuesto a la guerra y consiguieron que, por primera vez en más de cincuenta años, se metiera en una", explica por teléfono Hensch, que confiesa que, "antes de esa experiencias nunca imaginé que en mi país pudiera pasar algo así, es decir que el gobierno y la prensa mintieran al unísono y engañaran a la población".
Todavía hoy, trece años después, se confiesa "amargado" por ello. El día 15 Hensch explicó su historia en un documental de la televisión NRD. En 1999 habría sido una bomba, pero ¿hoy?

La masacre que no fue
Rachak y Rugovo son dos pueblos del noroeste de Kosovo, al sur de la capital de distrito de Pec. Con la frontera albanesa muy cerca, en 1998 la región era zona de acción de la guerrilla albanesa UCK, sostenida y financiada por la OTAN, la CIA y el servicio secreto británico.
Aquel año la UCK cometió tantos desmanes con civiles serbios, gitanos y albaneses "colaboracionistas" que su jefe local, Ramush Haradinaj, luego primer ministro de Kosovo, hasta llegó a ser juzgado en La Haya por crímenes de guerra por un tribunal que era comparsa de la OTAN.
Haradinaj fue absuelto, entre otras cosas porque diez de los nueve testigos que debían declarar contra él fueron eliminados antes de que pudieran hacerlo, unos en "accidentes de tráfico", otros en "peleas de bar", otros en atentados. Así hasta nueve.
En cualquier caso, a principios de 1999 el ejército yugoslavo respondió con gran fuerza a aquella ofensiva de la UCK teledirigida por la OTAN, con una contraofensiva.
Cerca de Rachak y de Rugova varias decenas de guerrilleros albaneses cayeron en emboscadas ante el ejército. Hensch estuvo allí. Vio a los guerrilleros muertos con sus armas, carnets y emblemas de la UCK cosidos en sus guerreras. En Rugovo, los yugoslavos juntaron los cadáveres en el pueblo y los observadores de la OSCE hicieron fotos.
"Esas fotos, convenientemente filtradas de todo rastro de armas y emblemas de la UCK, hicieron pasar lo que fue un enfrentamiento militar con grupos armados, por pruebas de una masacre de civiles", dice Hensch. "Ambos bandos cometían exactamente los mismos crímenes, pero había que poner toda la responsabilidad sólo sobre uno de ellos", dice el policía jubilado.
El 27 de abril el entonces ministro socialdemócrata de defensa alemán, Rudolf Scharping, presentó en rueda de prensa aquellas fotos en las que se veía los cadáveres de los guerrilleros amontonados en el papel de civiles inocentes masacrados.
Al día siguiente, el diario Bild publicaba una de ellas en portada con el titular: "Por esto hacemos la guerra".

Cambiar un consenso pacifista
La generación de Hensch estaba cansada de guerras. Hasta los años ochenta en la sociedad había un enorme consenso pacifista, algo que atravesaba incluso a los partidos de la derecha y por supuesto al SPD, el partido de Hensch.
"Teníamos una guerra terrible a nuestras espaldas y decíamos "nunca más", así fuimos socializados", recuerda Albrecht Müller, antiguo funcionario de la administración de Willy Brandt, que desempolva el programa de su partido de diciembre de 1989:
"Nuestra meta es disolver los bloques militares mediante un orden de paz europeo. El hundimiento del bloque del Este reduce el sentido de las alianzas militares e incrementa el de las alianzas políticas (...) se abre la perspectiva para un fin del estacionamiento de las fuerzas armadas americanas y soviéticas fuera de su territorio en Europa".
"El Bundeswehr tiene que limitarse exclusivamente a la defensa del país". Desde la guerra contra Yugoslavia ese estado de ánimo se ha cambiado por un nuevo catálogo: El uso del ejercito es posible sin haber agotado los escenarios de negociación, la OTAN puede ser utilizada fuera de su área, el Bundeswehr ya no limita su función a la defensa del país, sino que puede usarse en Kosovo o en el Hindukush, y el ejercito puede utilizarse para proteger las rutas comerciales, el abastecimiento de materias primas, explica.
Para cambiar ese consenso nacional la OTAN, el gobierno de socialdemócratas y verdes (1998-2005) y los medios de comunicación, se tuvieron que emplear a fondo.
El "Media Operation Center" de la OTAN dirigido por el infame Jamie Shea, fue una fábrica de mentiras, que los periodistas retransmitían. Shea, un hombre deshonesto, decía que el truco era, "mantener a los periodistas lo más ocupados posible, alimentándoles constantemente con briefings, de tal manera que no tengan tiempo para buscar información por si mismos".
Años después Shea dijo que, "si hubiéramos perdido la opinión pública alemana, la habríamos perdido en toda Europa".

Fabricar la versión del conflicto
El relato del conjunto de la guerra en los Balcanes se basó en una fenomenal sarta de mentiras, amnesias y omisiones. Primero los croatas, luego los bosnios y finalmente el UCK, utilizaron los servicios de la misma empresa de relaciones públicas norteamericana, Ruder Finn, que entre los años sesenta y los noventa había sido contratada por Philip Morris para enturbiar la evidencia de los nocivos efectos del tabaquismo. La opinión pública europea fue intoxicada.
Como hoy se conoce perfectamente, antes de la intervención de la OTAN no había en el conflicto de Kosovo la "catástrofe humanitaria" que las potencias se inventaron para intervenir, sino una violencia que en 1998 partió de la UCK y a la que el ejército yugoslavo respondió con la misma violencia, explicaron miembros del equipo de la OSCE como el general alemán retirado Heinz Loquai y la diplomática estadounidense Norma Brown en el documental de la cadena de televisión alemana "Es began mit einer Lüge" (comenzó con una mentira).
Los medios alemanes ignoraron tres datos fundamentales: la tradicional hostilidad de su país hacia Yugoslavia, que medios como el Frankfurter Allgemeine Zeitung, Der Spiegel y Die Welt consideraban una "creación artificial".
El hecho de tanto croatas como bosnios musulmanes, liderados en los noventa por dirigentes de la misma calaña que Milosevic, habían sido aliados de la Alemania nazi en la segunda guerra mundial y partícipes, junto con los alemanes, del genocidio de un millón de serbios desencadenado entonces por los nazis.
Y en tercer lugar, la naturaleza ilegal de las acciones militares de la OTAN desde el punto de vista de la ley internacional. El ministro de exteriores verde Josef Fischer comparó a "los serbios" con los nazis y al conflicto de Kosovo con Auschwitz, comparaciones que el General Loquai califica de monstruosas, "espacialmente en boca de un alemán". Algunas de las mentiras concretas y puntuales fueron las siguientes:

Mecanismo con futuro
El ministro de defensa Rudolf Scharping dijo antes de la intervención que los serbios habían matado a 100.000 albaneses en Kosovo. La realidad es que se contabilizaron entre cinco mil y siete mil, entre muertos y desaparecidos, todos los bandos juntos e incluidas las víctimas de bombas de la OTAN.
-Scharping suscribió la leyenda del "plan herradura" de Milosevic: rodear a la población albanesa y deportarla antes del inicio de los bombardeos. Mencionó la "expulsión de millones" y "400.000 refugiados" albaneses antes del inicio de la operación de la OTAN.
La realidad fue que para verano de 1999, a las pocas semanas de la ocupación de Kosovo por la OTAN, 230.000 serbios, montenegrinos, gitanos y albaneses "colaboracionistas" fueron expulsados de Kosovo mientras en la región había 46.000 soldados de la OTAN, es decir uno por cada cuatro expulsados.
-Pueblos que habían sido destruidos después de iniciada la guerra por la OTAN se presentaron como destruidos antes, como incentivo para iniciarla.
-Se ocultó que la miseria de los refugiados albaneses y su estampida también era consecuencia de los ataques de la OTAN.
-Scharping informó del inexistente "campo de concentración" de Milosevic en el estadio de Pristina con "varios miles de internados". Diez años después, el ministro dijo que sólo eran "sospechas".
-Se informó falsamente de "cinco dirigentes albaneses" ejecutados y de "veinte profesores" albaneses fusilados antes sus alumnos.
Todo ello se hizo para justificar más de 6000 ataques de la OTAN sin mandato de la ONU cuyo sentido era demostrar que la OTAN tenía razón de ser y aprovechar las violencias –agravadas por la intervención de las potencias – para disolver Yugoslavia, un estado anómalo en el nuevo orden europeo posterior al fin de la guerra fría. Ningún político y medio de comunicación se ha disculpado y la misma constelación actúa, y está preparada para actuar, en los conflictos del presente y el futuro.

31 de enero de 2012

¿QUÉ TEORÍA?, ¿QUÉ CRISIS? Y ¿QUÉ PODER?

Iñaki Gil de San Vicente. Tercera Información


Hoy vamos a debatir en esta Venezuela tan vibrante algunas ponencias sobre el contexto mundial. Debido al poco tiempo disponible voy a hablar casi telegráficamente para poder explicar que no podemos realizar un buen análisis del contexto si no utilizamos el método marxista, si no utilizamos la teoría marxista de la crisis y si no fijamos el objetivo de la toma del poder, según lo explica la teoría marxista de la revolución.

1. Un comentario generalizado dentro de las organizaciones internacionales del capital, de la gran banca, de los Estados imperialistas, de la prensa burguesa especializada, es que apenas se sabe nada seguro sobre qué está ocurriendo en la actualidad, sobre sus causas, su duración y su desenlace. Recordemos que cuando estalló la crisis financiero-inmobiliaria en el Japón de 1990 se nos dijo desde la pomposa “ciencia económica” que aquello pasaría pronto, que era un simple “catarro” de la entonces segunda economía del mundo. Recordemos que la crisis de los “tigres asiáticos” de 1997 fue negada como tal por el FMI. Recordemos que el argentinazo de 2001 sorprendió hasta a dios, y que la crisis actual crisis iniciada en 2007 ha sido negada como tal hasta prácticamente 2009 o 2010. Hemos recurrido sólo a unos muy pocos y recientes ejemplos del estrepitoso fracaso de la “ciencia económica”. Ahora mismo, aparte de constatar la gravedad de la situación, la intelectualidad burguesa no sabe realmente qué es lo que sucede. Pero no creamos que lo sabe el reformismo, de hecho el fracaso teórico y político del reformismo es aun mayor, si cabe, que el del imperialismo. Recordemos que fue el reformismo el que elaboró o ayudó a elaborar las famosas “nueva economía”, “economía inmaterial”, “economía de la inteligencia” y otras que venían a decir que el capitalismo había superado las crisis para siempre, que eran cosa del pasado, que nunca volverían a producirse.

Por tanto, no estamos sólo ante una crisis sistémica, también estamos ante una crisis de la “ciencia económica” burguesa, que es una ideología destinada a ocultar la realidad objetiva de la explotación asalariada. Este punto es central para definir el contexto mundial ya que no debemos abordarlo exclusivamente desde un economicismo mecanicista, sino a la vez desde el fracaso histórico del pensamiento burgués. Tomar conciencia de este hecho nos vacuna contra la superficialidad y la unilateralidad ya que nos pone ante una lección histórica: las clases propietarias de las fuerzas productivas son tanto más inhumanas y salvajes cuanto más ignorantes y ciegas son, porque entonces ni siquiera prestan oídos a las propuestas reformistas que siempre quieren ayudarles, sino que más temprano que tarde terminan recurriendo a la violencia reaccionaria más atroz.

Si ha fracasado la “ciencia económica” ¿a qué teoría explicativa debemos recurrir? El marxismo se enfrenta a la ideología burguesa en todo, pero especialmente en cuatro puntos irreconciliables: uno, la teoría de la explotación asalariada y de la economía en general; dos, la teoría del Estado, de la democracia y de la violencia en general; tres, la teoría del conocimiento, la dialéctica materialista; y, cuatro, la teoría ética y moral. Se trata de un choque frontal, inevitable y obligado, sobre todo en los períodos de crisis sistémica como el actual. Hasta no hace mucho, la casta intelectual había jurado que el marxismo era un cadáver putrefacto. Ahora incluso sectores de esta casta empiezan a citar a Marx descontextualizándolo, pero no al marxismo como corriente rica y compleja, crítica y creativa, para no perder audiencia.

En realidad el marxismo no ha “vuelto” porque nunca se fue. Siempre que exista explotación económica, opresión estatal, dominación cultural y miseria ético-moral, además de otras injusticias, el marxismo estará activo porque es la teoría-matriz que explica por qué todas las opresiones por pequeñas que sean, por aisladas que parezcan estar, todas, sin embargo están relacionadas entre sí mediante una dinámica interna, un hilo rojo que las recorre y conecta por debajo de la apariencia inmediatamente visible, y eso que las une no es otra cosa que la propiedad capitalista de las fuerzas productivas. Por eso el marxismo afirma contundentemente que las crisis resurgirán una y otra vez siempre que siga existiendo el capitalismo, como sucede ahora mismo. El contexto actual vuelve a certificar la validez científico-crítica del marxismo. Pero el marxismo es la única concepción del mundo, la única praxis, que reafirma y asume que su destino es desaparecer, extinguirse a la vez que se extingue y desaparece el capitalismo, que es su causa. Después, con el avance del socialismo al comunismo surgirá una nueva forma de ser humano, con un pensamiento que ahora no podemos ni imaginar.

2. Las primeras interpretaciones de la crisis, entre 2007 y 2009, echaban la culpa a los préstamos de “mala calidad”, a la insolvencia de la gente pobre, explotada, que se había dejado llevar por su afán consumista sin disponer de recursos para devolver la deuda. Más tarde, bajo la presión de los hechos, se añadió la responsabilidad de los banqueros “irresponsables” y hasta corruptos, y, por último y en general, a la “mala gestión” financiera. Verdades a medias destinadas a ocultar la responsabilidad última, la del capitalismo en cuanto tal. No se podía ni debía criticar la raíz del mal: la propiedad privada, y por ello había que recargar la culpa en diversas expresiones de la personalidad humana tal cual la entiende la burguesía, o sea, una interpretación psicologicista, biologicista, esotérica e idealista. De la misma forma en que se habla de la “mano invisible del mercado” -negando el puño de acero del Estado- se recurre también a los “instintos consumistas” y a la “naturaleza humana” cegada por el afán de lucro.

Lenin decía que la realidad es tozuda. Los hechos terminaron imponiéndose y se supo que poco antes de otoño de 2007 la CEOE había reconocido que los beneficios mundiales estaban a la baja, pero esta verdad cruda no convenía airearla porque surgirían las preguntas: ¿no confirma eso una de las críticas marxistas al capitalismo, que la tasa media de beneficio tiende a la baja? Era una verdad tan incómoda que la misma burguesía la negó incluso aunque ya la habían descubierto sus dos fundamentales economistas, Smith y Ricardo. La verdad es revolucionaria, decía con razón Gramsci, y por eso el capital necesitaba negarla. Pero la avalancha de verdades rompió todos los diques de censura: la burguesía estaba invirtiendo en masa capitales sobrantes, excedentarios e improductivos en la corrupta ingeniería financiera de alta rentabilidad inmediata y decreciente soporte material; invertía también en masa en el ladrillo, en el cemento, en las armas y menos en industria. La razón es que esta rama productiva daba poco beneficio en comparación con las otras. Y el beneficio máximo en el menor tiempo posible es el dios de la civilización del capital.

A la vez fueron conociéndose más en detalles otras contradicciones que también forzaban a la financiarización y a la baja del beneficio por los sobrecostos y gastos improductivos que generaban a la larga. La crisis energética, ecologista y alimentaria sobrecarga los costos totales y anima a la burguesía a refugiarse en la “economía del cemento” y en el capital ficticio. La crisis de hegemonía política del imperialismo le obliga a multiplicar sus gastos militares para asegurarse los recursos energéticos cada día más escasos, y la crisis de legitimidad del imperialismo occidental en el mundo merma su poder. Estas tres grandes subcrisis, o crisis parciales, venían de antes pero se agudizan con el tiempo e interactúan con la crisis estrictamente económica produciendo una sinergia demoledora. Más aún, estas cuatro subcrisis tienen todas ellas la misma raíz profunda: la lógica del máximo beneficio, aunque se han gestado cada una de ellas con ritmos y en áreas diferentes, pero siempre dentro de la unicidad del capitalismo.

El contexto actual no es sino la síntesis política de la dialéctica de estas cuatro crisis parciales que crean una crisis global superior, más grave que ninguna otra en la historia humana. Hasta ahora, las anteriores crisis estructurales o civilizacionales han provocado revoluciones, contrarrevoluciones y devastadoras guerras mundiales. Las teorías marxistas de la crisis y del imperialismo aportan las herramientas teóricas necesarias para conocer e intervenir en las tendencias que fuerzan el choque mortal entre las contradicciones irreconciliables del capitalismo, aprendiendo que la tendencia a la sobreproducción, al subconsumo, a la desproporción entre el sector I y el sector II, más la presión de la caída tendencial del beneficio medio, hacen que se vaya cuarteando el sistema desde sus bases profundas. Allí donde además este resquebrajamiento se acelera por la debilidad sociopolítica del Estado burgués, allí tiende a reproducirse lo que se define como eslabón débil de la cadena imperialista, aumentando las posibilidades de salto revolucionario.

3. Hablamos siempre de tendencias y de posibilidades, y es que la dialéctica, el materialismo histórico, insisten en el papel crucial de la acción humana, de la lucha de clases y de emancipación nacional en las salidas que puedan tener las crisis sistémicas. La importancia clave de la acción humana, siempre dentro de los encuadres objetivos dados, es la que explica la función del poder de clase, del Estado como centralizador estratégico de las violencias del capital contra el trabajo y de las decisiones socioeconómicas. El marxismo no oculta sus objetivos: acabar con la propiedad burguesa mediante la revolución social que instaure un poder popular y un Estado obrero, defendido por el pueblo en armas. Estado que debe buscar conscientemente su autoextinción en la medida en que se avanza al socialismo.

Pues bien, la tercera característica del contexto mundial es que ha puesto a la orden del día el problema radical del poder. Ninguna de las cuatro subcrisis aisladas, ni menos aún la crisis civilizacional en sí misma, tienen solución democrático-socialista si la humanidad trabajadora no instaura su poder, del mismo modo, pero a la inversa, de que no tienen salida para la burguesía si no refuerza brutalmente su criminal poder, terrorista en última instancia. La lucha de poderes irreconciliables va a adquirir cada vez más rango decisorio porque cada día se va a pudrir más la civilización del capital. La democracia-burguesa, ya muy debilitada desde la anterior gran crisis, la que desembocó en la guerra mundial de 1939-1945, es desahuciada por la clase dominante que gira ostensiblemente a la derecha, a la tecnocracia burocrática, al bonapartismo, al caudillismo, al poder oculto de la alianza financiero-industrial militarizada, con el apoyo descarado y desesperado del fundamentalismo cristiano.

La democracia en abstracto existe sólo en los delirios de algún intelectual idiota y en las mentiras propagandísticas. Sí existe la dictadura encubierta del capital, su sorda coerción que estalla estrepitosamente cuando recurre a la violencia injusta. Frente a esto se yergue el proceso que va del contrapoder popular y obrero a la democracia-socialista y a su Estado, pasando por el doble poder y el poder popular. El contexto actual actualiza la cuestión del poder, de saber qué clase social es propietaria de las fuerzas productivas, la burguesía o el proletariado, porque la irracionalidad capitalista está llevando a la humanidad al borde del desastre. La democracia-socialista, el poder popular y obrero son la única fuerza consciente que puede detener esta marcha desquiciada que mediante una escabechina sangrienta reactive una nueva fase capitalista, hasta su siguiente e inevitable gran crisis. En este contexto nos encontramos luchando a muerte por el comunismo como única alternativa al caos.

29 de enero de 2012

ALEMANIA QUIERE QUE GRECIA LE CEDA EL CONTROL DE SU PRESUPUESTO

Con Grecia al borde del derribo, el tiempo corriendo en su contra y una necesidad de alimentación asistida cada vez más intensa, Alemania está aprovechando la debilidad helena para plantear la intervención del presupuesto de los países incumplidores.

CincoDías.com / Reuters - Madrid / Berlín
Alemania está presionando para que Grecia ceda el control de su política presupuestaria a instituciones europeas, dentro de las negociaciones sobre un segundo paquete de rescate, según ha señalado a Reuters una fuente europea. El Financial Times va más allá. El diario británico ha publicado la propuesta germana y en ella se detalla el salto cualitativo en el control sobre los asuntos internos de un Estado que pretende el país gobernado por Angela Merkel.

"Hay conversaciones internas dentro del eurogrupo y propuestas, una de las cuales viene de Alemania, sobre cómo tratar de forma constructiva los programas de ayuda a países que están fuera del objetivo continuamente, sobre si esto puede simplemente ignorarse o sobre si decimos que ya basta", aseguró la fuente.

Según las propuestas, las instituciones europeas que ya trabajan en Grecia deberían recibir "ciertos poderes de toma de decisiones" sobre política fiscal, añadieron estos medios. "Esto podría hacerse de forma aún más rigurosa a través de expertos externos", señaló.

Las peticiones alemanas de más control sobre la política presupuestaria griega se producen en medio de intensas negociaciones para finalizar un segundo paquete de rescate de 130.000 millones de euros (ampliables a 145.000 millones, según las últimas estimaciones) para Grecia, que ha incumplido en reiteradas ocasiones los objetivos fiscales impuestos por sus prestamistas internacionales.

Grecia necesita llegar a un acuerdo con sus acreedores en los próximos días para desbloquear su próximo paquete de ayuda y evitar una suspensión de pagos caótica.

"Ningún país ha presentado una propuesta semejante en el Eurogrupo", afirmó un miembro del Ministerio griego de Finanzas bajo condición de anonimato, añadiendo que el Gobierno no hará comentarios oficiales a noticias basadas en fuentes no identificadas.

Es probable que esta idea provoque una fuerte reacción en Atenas, con miras a las elecciones previstas para abril. De hecho, la Comisión Europea salió al paso este sábado de estas informaciones y, en un comunicado, aseguró que las responsabilidades ejecutivas deben permanecer en manos del Gobierno griego. "La responsabilidad recae sobre sus espaldas y así debe seguir", señala el comunicado.

Pero son varias las fuentes de la comisión que insisten en que el plan alemán está sobre la mesa y se está discutiendo. "Una de las ideas planteadas es establecer prioridades definidas de forma clara sobre la reducción de déficit a través de guías legalmente vinculantes", indicó un funcionario europeo.

El problema en Grecia, añadió, que es buena parte del proceso de diseñar el presupuesto se realiza de forma descentralizada.

"Unas guías definidas de forma clara, legalmente vinculantes, eso podría llevar a más coherencia y facilitar la toma de decisiones, y eso contribuiría a dar toda una nueva dinámica a los esfuerzos por aplicar el programa", comentó.

"No está claro que las conversaciones sobre cómo ayudar a Grecia a volver al camino correcto sigan en marcha", apuntó la fuente. "Todos estamos intentando conseguir una estabilización duradera en Grecia", añadió. "Ese es el objetivo en el que todos en Europa estamos trabajando ahora mismo".

28 de enero de 2012

AUTORITARISMO EN HUNGRÍA ANTE LA PASIVIDAD DE LA UE

La constitución húngara anula el derecho de huelga y obliga a parados a emplearse en campos de trabajo, pero la UE sólo ha cuestionado lo referente a la competencia del Banco Central.


Carmela Negrete. Diagonal

“La nueva constitución supone una vuelta al pasado. Va a ir cambiando paulatinamente la vida de Hungría hasta convertirla en un Estado totalitario”, aseguraba el periodista húngaro-austriaco Paul Lendvai en la televisión franco-alemana ARTE. De un día para otro, el gobierno húngaro despidió a 228 jueces de los mas altos tribunales y los sustituyó por otros, más acordes a “los nuevos tiempos”. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, del partido de extrema derecha Unión Cívica Húngara (Fidesz) prometió durante la campaña electoral cambiarlo todo de raíz para sacar a Hungría de la crisis. En la segunda vuelta de las elecciones, en mayo de 2010, un 70% de los votos fueron favorables a esta formación política (en la primera obtuvo un 53%).
Poco después de llegar al poder Orbán propuso la creación de una constitución que ha sido muy criticada y finalmente aprobada en enero. En ella no se menciona la palabra “república”, pero Dios aparece en numerosas ocasiones, entre menciones sobre la historia y el destino grandioso de Hungría.

La nueva carta magna prohíbe el aborto y reconoce como únicas familias posibles las heterosexuales casadas. También pone en cuestión la independencia del Tribunal Constitucional, que ya no podrá regular en materias como los presupuestos o la deuda, algo que ha enfrentado al Gobierno de Orbán con la UE. Además, prolonga el mandato de jueces y fiscales, en algunos casos hasta nueve años, como medio para asegurar a Fidesz una continuidad en el poder en el caso de perder las siguientes elecciones. A raíz de este cambio en la carta magna, otras leyes han sido rápidamente modificadas provocando el abaratamiento del despido, bajadas de salarios y pensiones, la criminalización de la indigencia o la anulación del derecho a huelga. Hasta 16 nuevas leyes fueron aprobadas la última semana del año sin debates ni preguntas parlamentarias.

Hacia el trabajo esclavo
Una de las nuevas reglas más llamativas es la obligatoriedad del trabajo para los parados de larga duración, entre los cuales hay un alto porcentaje de rom (ciudadanos de etnia gitana), dentro de campos de trabajo cerrados y vigilados, como cuenta el periódico del sindicato anarquista alemán FAU, Direkteaktion (Acción Directa) en su número de enero.

El discurso del partido en el poder supone una amenaza no sólo para los gitanos, sino también para los 100.000 judíos que viven en Hungría. El gobierno declaró la “guerra a los bancos”, queriendo escenificar una fuerza de prueba nacional frente a las intervenciones extranjeras. Entre las fuerzas financieras que se mencionan aparecen “los judíos” como corresponsables del desastre financiero global.

Aunque el primer ministro se empeñe en ensalzar la gloria nacional, crece el sentimiento de insatisfacción en el país. En diciembre y enero tuvieron lugar manifestaciones de miles de ciudadanos que, ante las puertas del parlamento, exigían la revocación de la nueva carta magna.
Hasta ahora no ha habido repulsa pública al carácter autoritario de la nueva constitución desde la Unión Europea, que ha asegurado que comprobará si se ajusta a las leyes europeas o supone algún tipo de lesión de los acuerdos. La Comisión se preocupa por otros asuntos más prácticos que la libertad, y le dio un ultimátum para que redujese el déficit. Orbán lo arregló eliminando 6.300 plazas de funcionarios a partir del 18 de enero.

Libertades suspendidas
Carl Rowlands, en un artículo reciente en New Left Project, explica que Hungría no es una anomalía en una Unión Europea que ha visto como la democracia quedaba suspendida en Grecia o en Italia. “Los cambios en Hungría son indefendibles, pero si damos un paso atrás y miramos al Reino Unido, podemos ver movimientos similares en progreso, menos obvios, más meditados y larvados”, explica Rowlands, quien destaca cómo el auge de la coalición Fidesz se ha basado en una “nueva” clase capitalista doméstica establecida en los ‘90 durante la transición desde el comunismo, formada principalmente por constructores y rentistas.

GUERRAS MONETARIAS Y ENERGÉTICAS DEL IMPERIO

Alberto Rabilotta. Alainet

La ya endémicamente peligrosa coyuntura en el Oriente Medio se agravó esta semana con la adopción por la Unión Europea (UE) del embargo sobre las compras del petróleo y petroquímicos iraníes, acompañadas por otra tanda de sanciones contra el banco central iraní. Cuando aun no se cumple el primer aniversario de los bombardeos de la OTAN para cambiar el régimen en Libia y se ven signos de una guerra civil con los combates entre las facciones “revolucionarias” y los ataques de los simpatizantes del derrocado Muammar el Gadafi, los mismos gobernantes de Estados Unidos (EE.UU.), Francia, Gran Bretaña y otros países de la UE que reclamaron una acción rápida contra el gobierno de Trípoli están exhortando ahora a acciones militares contra Siria e Irán.

Todo esto en el contexto de la grave crisis financiera y económica que azota a la UE, con sus secuelas de desempleo y empobrecimiento masivo, y que va camino de convertirse en una “guerra monetaria” por los niveles estratosféricos de endeudamiento de Estados occidentales, en particular de EE.UU., que financia su endeudamiento gracias a la primacía del billete verde como moneda de reserva y de pago para las transacciones comerciales mundiales.

Muchos países ya están buscando una alternativa al dólar estadounidense porque es evidente que con el altísimo nivel de endeudamiento de EE.UU. esa divisa carece de un respaldo sólido a mediano y largo plazo, y por lo tanto no es una divisa de reserva confiable. Hasta el FMI planteó, hace menos de un año, que era necesario buscar una alternativa al dólar. Otros países quieren una alternativa al dólar para liberarse de las presiones y sanciones de Washington y sus aliados europeos, y para poder corregir las distorsiones en los términos de intercambio que actualmente provoca el uso casi exclusivo del dólar para el comercio mundial de materias primas.

Billete verde y oro negro
El analista brasileño Pepe Escobar, que desde hace años viene cubriendo la lucha de intereses imperialistas en los países claves por sus riquezas en hidrocarburos o porque son el transito ideal u obligado de los oleoductos para transportar el petróleo o el gas natural a los mercados occidentales, escribía a mediados de enero (The Myth of “Isolated” Irán, atimes.com y tomdispacht.com) que la “línea roja” en la crisis iraní no es la cuestión nuclear, sino el petróleo y los petrodólares.

Washington y sus aliados europeos quieren provocar un cambio de régimen en Irán – país que cuenta con más del 12 por ciento de las reservas globales de hidrocarburos -, para lo cual han lanzado una guerra monetaria destinada a provocar una “megadevaluación” del rial iraní mediante las sanciones decididas por el Congreso estadounidense en diciembre pasado a los bancos y empresas que hagan transacciones con el Banco Central Iraní.

Esta política, según Escobar y otros analistas, no tendrá necesariamente los resultados esperados, porque esas agresiones apuntalarán la política de “sustitución de importaciones” (que tanto sirvió en el pasado y sigue sirviendo en el presente en muchos países sudamericanos), lo que generará empleos, facilitará la exportación de productos iraníes que no son del ramo petrolero y consolidará en el mercado iraní la predominancia de China como proveedor de bienes industriales y de alta tecnología.

Irán no está tan aislado como Washington quisiera. El gasoducto Irán-Pakistán – recuerda Escobar - está en marcha y el primer ministro paquistaní Yusuf Gilani visita con frecuencia Teherán. El presidente afgano Hamid Karzay afirmó que quiere estrechar los lazos con Irán, y hasta las autoridades de Turquía, país que actúa como punta de lanza contra el gobierno sirio en estos momentos, han “señalado su rechazo a más sanciones de EE.UU. contra el petróleo iraní”, porque Turquía quiere que ser el país por el cual pase el gasoducto que “algún día” llevará el gas iraní a Europa.

Los analistas latinoamericanos, que no están sujetos al filtro mediático europeo o estadounidense, saben que la reciente gira del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad por varios países de América latina, una región donde si alguien está aislado es Washington, fue exitosa. Y en Asia, donde están los principales clientes del petroleo iraní, Teherán cuenta con al menos dos compradores fieles - India y China - que ya rechazaron participar en esa “guerra económica” lanzada por Washington y la UE.

Oro negro sin billete verde
Beijing ya está comprando petróleo con yuanes en otros países, y negociando compras futuras de crudo con su moneda en nada menos que Catar, ese pequeñísimo país del Golfo Pérsico gobernado por una monarquía absoluta que defiende absolutamente la introducción por la fuerza de “la democracia de la OTAN” en países que están lejos de sus fronteras, como Siria y Libia.

El embajador M. K. Bhadrakumar, ex diplomático de India que tuvo puestos en la ex Unión Soviética, Corea del Sur, Turquía y varios países asiáticos, y escribe regularmente en Asia Times, analiza esta semana la reciente visita que el primer Ministro chino Wen Jiabao efectuó a Catar, y sus declaraciones a la prensa. Wen Jiabao dijo que su país quiere invertir en Catar para producir petroquímicos, para lo cual Beijing y Doha invertirán conjuntamente en la construcción de una refinería en China. Y también informó de que empresas chinas quieren participar en los “proyectos de infraestructura en Catar”, y que en lo tocante al gas natural ambos países están en discusión sobre “una cooperación a largo plazo, estable y exhaustiva”.

Y como subraya Bhadrakumar, el primer ministro chino dejó la sorpresa para el final, cuando se refirió a “otro punto importante”: “A fin de encarar temas de inversión, nosotros [China y Catar] necesitamos apoyo financiero. Por lo tanto llegamos a otro acuerdo, un acuerdo de cooperación que vincula las finanzas con la inversión. Catar también propuso el uso de moneda local en los pagos comerciales e incluso una tasa específica. Pienso que esta propuesta se puede estudiar”.

Unos días antes, recuerda el ex Embajador y analista, el primer ministro chino firmó un acuerdo de intercambio monetario entre su país y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) por un monto equivalente a cinco mil 500 millones de dólares. Este “swap”, según la declaración del banco central de China, apunta a “fortalecer la cooperación financiera bilateral, promover el comercio y las inversiones y conjuntamente salvaguardar la estabilidad financiera regional”.

Al hablar frente a una “cumbre energética en los EAU, Wen lanzó la propuesta de crear un organismo internacional que tenga el mandato de determinar el precio del petróleo y que regularía las políticas de toda la cadena de suministro involucrando a los países proveedores, los consumidores e incluso los países de tránsito”, agrega el ex Embajador Bhadrakumar.

La introducción del yuan, el euro, la libra, el rublo y otras divisas, e incluso la propuesta de crear una “canasta” de divisas en el comercio petrolero para terminar con la “tiranía del dólar estadounidense”, es una vieja aspiración de gobernantes que en algunos casos, como escribe Pepe Escobar, terminaron siendo derrocados por intervenciones militares: En el 2000 “Saddam Hussein abandonó el dólar como la divisa para las transacciones del petróleo que Irak exportaba” y tres años más tarde EE.UU. lanzó una guerra contra Irak para efectuar un “cambio de régimen”; Muammar el Gadafi había propuesto la creación de una moneda para los intercambios comerciales del continente africano - el dinar oro -, y en marzo del 2011 “Francia, Gran Bretaña, EE.UU., Canadá, Qatar y otros países de la OTAN invadieron a Libia”, para efectuar un “cambio de régimen”.

Por eso mismo, según Escobar, dejando de lado las nuevas sanciones contra el Banco Central Iraní que tardarán meses en ser aplicadas en su totalidad e ignorando las amenazas de cerrar el tráfico petrolero en el Estrecho de Ormuz – algo improbable porque es por ahí que sale la mayor parte del petróleo que Irán exporta -, quizás la “clave principal de la crisis montante en el Golfo Pérsico proviene de este movimiento para torpedear el petrodólar como la divisa para todo tipo de intercambios”.

Irán y Rusia ya utilizan sus divisas nacionales para realizar el comercio bilateral. India acordó con Irán que los pagos por las importaciones de petróleo iraní – que suman entre 12 y 14 mil millones de dólares anuales – serán efectuados en rupias indias y que posteriormente se convertirían en una moneda denominada de manera separada. Una fuente israelí cercana a los servicios de inteligencia (DEBKAfile) afirmó esta semana que Irán e India están negociando el pago en oro como alternativa.

Lo que ex Embajador Bhadrakumar subraya es que mientras Rusia e India tienen posiciones no subordinadas a EE.UU., este no es el caso de los EAU y Catar, monarquías que constituyen piezas claves de la estrategia occidental en el Oriente Medio y un vital apuntalamiento para el reciclado de los petrodólares.

El gobierno chino “está posicionándose en medio de la línea divisoria” y fortaleciendo sus intereses en ambas riberas del Golfo Pérsico, lo cual “abre un fantástico panorama de cooperación entre China y el Consejo de Cooperación del Golfo” (CCG), comenta el ex Embajador Bhadrakumar, quien agrega que la utilización del yuan y de las divisas de los países del Golfo Pérsico en los intercambios bilaterales crea “una nueva matriz” que permite avizorar el reemplazo del dólar estadounidense como la moneda de intercambio en el comercio petrolero con los países asiáticos.

En un articulo titulado “Europe at war with Iran” el analista brasileño Pepe Escobar recuerda que nada menos que la gigantesca petrolera británica British Petroleum (BP) ha pedido al gobierno de Barack Obama ser exceptuada del sistema de sanciones contra Irán para no comprometer el desarrollo del yacimiento gasífero Shah Deniz II en Azerbaiyán, que tiene un costo de 22 mil millones de dólares y alimentará el proyectado gasoducto Nabucco, diseñado para alimentar a la UE con el gas del Mar de Caspio evitando el transito por Rusia, país que actualmente es el principal abastecedor de gas natural de muchos países de la UE.

Y añadiendo que Irán tiene una participación en este proyecto que le permite bloquearlo, Escobar ironiza sobre la “situación pos-surrealista” de la gigantesca petrolera británica BP “implorando a EE.UU. que la exceptúe de sanciones porque de otra manera se pondrá en riesgo la seguridad energética de Europa”

China, Rusia, India, Japón y otros países, entre ellos muchos de América latina, están tejiendo una serie de acuerdos bilaterales para negociar con sus propias monedas que –según Escobar –, se convertirá inexorablemente en un asunto multilateral, lo que significa que el billete verde irá lentamente siendo desplazado como la divisa de reserva a nivel mundial, “con todas las consecuencias sísmicas que esto implica”.

27 de enero de 2012

MANIFESTACIÓN EN APOYO A GARZÓN Y CONTRA LOS CRÍMENES DEL FRANQUISMO




LAS RAÍCES IDEOLÓGICAS BURGUESAS DEL CIUDADANISMO

Marcelo D. Cornejo Vilches. Kaosenlared.net

Fue Alfred Marshall quién en 1873 en su obra “El futuro de la clase obrera” planteó las bases de la vasta literatura en la que se funda el actual sustrato ideológico “ciudadanista” tan de moda en algunas regiones del planeta.

Sin embargo, es necesario recordar previamente que Alfred Marshall es parte principal de aquel movimiento teórico desatado por la burguesía decimonónica inglesa, contemporánea de Marx, la que se vio bastante complicada por el ascenso teórico y político del movimiento obrero, por lo que comenzó a buscar nuevos explicaciones para los problemas económicos poniendo proa a una singular campaña de silenciamiento y persecución de la teoría valor-trabajo y de la explotación capitalista para, de este modo, generar las condiciones de incorporación de los trabajadores al sistema político en un marco de progresiva participación en el consumo masivo que suponía la fe en el crecimiento del mercado capitalista. Si la Iglesia Católica había proscrito las teorías de Copérnico y había condenado a muerte a Galileo, la burguesía acometía similar crimen contra la teoría del valor y de Marx.

En esta perspectiva, aparecieron una serie de obras, entre las que destaca “Principios de Economía” (Alfred Marshall, Inglaterra 1890). El principal argumento de este libro se sintetiza en la idea de que todo comportamiento humano está presidido por el deseo de maximizar el placer obtenido de las cosas. Sería ocioso nombrar a la totalidad de teóricos que trabajaron tras este juicio, pero esencialmente todos convergieron en las siguientes conclusiones: a) La economía debía calcular matemáticamente la relación psicológica entre el hombre y las cosas. De esta manera se desarrolla el concepto de utilidad marginal. b) La sociedad se compone de individuos egoístas que buscan aumentar el placer que generan los bienes y maximizar sus ingresos monetarios. c) La economía deja de estudiar la producción y distribución desde el punto de vista de las relaciones sociales (hombre-hombre) y pasa a ocuparse del estudio de las relaciones entre hombre-cosa. Es decir, comienza a estudiar la actitud del hombre con necesidades ilimitadas frente a la ley de la escasez. Con esto desaparece el concepto de economía política y pasa a llamarse simplemente economía. En consecuencia, la ciencia económica pasa a estar presente en todos los dominios de la vida humana en tanto los hombres deban jerarquizar fines en un plano de necesidades ilimitadas y medios siempre escasos.

Pero además, Marshall subrayó la necesidad de contar con un fuerte sistema educacional cuyo fin último era dotar a los individuos de la suficiente capacidad analítica para discriminar y rastrear la información sobre los precios. Si se conoce la información, el individuo elige bien y el mercado funciona de manera óptima. El principal mecanismo de medición de precios es el dinero, sostenía A. Marshall, que “es con mucho una medición de motivos tan inmejorable que ninguna otra puede competir con ella”. Este principio económico extrapolado al ámbito político describe a una clase obrera camino hacia la desaparición frente al robustecimiento y profundización de la educación. La clase obrera terminaría convirtiéndose en una clase de caballeros que con mayor educación reclamarían su ciudadanía y participación en la toma de decisiones públicas.

El idealista y aristocrático Marshall afirmaba que los obreros se caracterizaban por soportar una carga de trabajo pesada y excesiva. A su juicio, los trabajadores están desarrollando “cada vez más una independencia y un respeto hacia sí mismos, y, con ello, un respeto cortés hacia los demás; están aceptando cada vez más los deberes privados y públicos de un ciudadano”. Agregaba que, “Cuando el avance técnico ha reducido el trabajo pesado a un mínimo y este mínimo se reparte en pequeñas proporciones entre todos, entonces, en tanto en cuanto las clases obreras son hombres que tienen que hacer ese trabajo excesivo, las clases obreras habrán desaparecido”.

La discusión sobre la ciudadanización quedó planteada en esos términos hasta que medio siglo más tarde otro Marshall, esta vez Thomas Humphrey Marshall, catedrático y director del Departamento de Ciencias Sociales en la London School of Economics, precisaría la relación entre economía y política iniciada por Alfred. Su magistral y fundacional Conferencia “Ciudadanía y Clase Social”, está construida en un contexto de épicas luchas por dotar a la sociología de estatus científico y académico dentro de las ciencias sociales. Su problemática derivaba de las aportaciones de Alfred Marshall y su método para entender la economía: la combinación de modelos matemáticos y la psicología.

Este destacado sociólogo inglés le respondía a Alfred en 1949 que “A riesgo de parecer un sociólogo típico, comenzaré proponiendo una división de la ciudadanía en tres partes, pero el análisis no lo impone, en este caso, la lógica, sino la historia. Llamaré a cada una de estas tres partes o elementos, civil, política y social. El elemento civil se compone de los derechos necesarios para la libertad individual: libertad de la persona, de expresión, de pensamiento y religión, derecho a la propiedad y a establecer contratos válidos y derecho a la justicia. Éste último es de índole distinta a los restantes, porque se trata del derecho a defender y hacer valer el conjunto de los derechos de una persona en igualdad con las demás, mediante los debidos procedimientos legales. Esto nos enseña que las instituciones directamente relacionadas con los derechos civiles son los tribunales de justicia. Por elemento político entiendo el derecho a participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de autoridad política, o como elector de sus miembros. Las instituciones correspondientes son el parlamento y las juntas del gobierno local. El elemento social abarca todo el espectro, desde el derecho hasta la seguridad y a un mínimo bienestar económico al de compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un ser civilizado conforme a los estándares predominantes en la sociedad. Las instituciones directamente relacionadas son, en este caso, el sistema educativo y los servicios sociales.”(1)

En consecuencia para T.H. Marshall el concepto de ciudadanía tiene, por tanto, tres componentes: el civil, el político y el social. Los derechos civiles surgieron con el nacimiento de la burguesía, durante el siglo XVIII, en su lucha contra los privilegios de la aristocracia, y se fraguaron alrededor de la propiedad privada, la igualdad ante la ley, la libertad de comercio y de expresión. Los derechos políticos se alcanzaron a lo largo del siglo XIX con el acceso paulatino al sufragio universal, que reflejó en buena medida las reivindicaciones de la clase trabajadora, y por último, los derechos sociales a la educación, el trabajo, la salud y las pensiones se han ido adquiriendo a lo largo del siglo XX con el desarrollo del Estado de bienestar y la conquista de las reivindicaciones sociales.

Por consiguiente, la extensión de los derechos de ciudadanía reduce ciertas desigualdades sociales, especialmente las que van unidas al mercado, de tal manera que la posesión de la propiedad ya no es el determinante de su renta real. Esta se ve notablemente modificada por la redistribución de bienes y servicios a través del Estado. Los efectos de esa política darían pie a nuevas formas de consenso y cooperación social en una sociedad caracterizada por la división de clases y la economía de libre mercado.

Por eso, la teoría de la ciudadanía pone un énfasis especial en la igualdad, subrayando la importancia y el respeto a la dignidad humana más que a la igualdad material. Es partidaria y apoya la democracia y trata de extender el principio de la participación de los ciudadanos en todas las esferas de la vida pública y sobre todo en el mundo del trabajo. En este sentido, el Estado es considerado como un instrumento de armonía social, puesto que todos formamos parte de él y debe estar comprometido con nuestro bienestar.

Sin embargo, detrás de este corpus teórico está el “socialismo Fabiano” o “socialismo ético”, concepción ideológica caracterizada por: a) Un compromiso claro con los principios de libertad, igualdad y fraternidad, y la fe en el poder de las virtudes morales para perfeccionar a las personas y ennoblecer a las naciones. b) Sus representantes luchan por la igualdad de las condiciones sociales como fundamento del progreso y del respeto a la persona humana, base del desarrollo de los derechos del individuo, tanto civiles como políticos. c) Su sentido de la historia, su teoría de la personalidad y de la sociedad sitúan la motivación moral como el móvil principal de la conducta personal y de la organización social, pero son contrarios tanto al determinismo evolucionista liberal como al historicismo, porque los seres humanos son libres en cualquier circunstancia para forjar su propia historia, por tanto ni el socialismo es inevitable ni las conquistas sociales y políticas que se han alcanzado hasta hoy son irreversibles. Por eso consideran el proceso histórico como una lucha continua para alcanzar el desarrollo de sus principios morales. (Aquí enlaza con el relativismo cultural). En definitiva el socialismo Fabiano se propone avanzar en la aplicación de los principios del socialismo utópico mediante reformas graduales. En este sentido el socialismo deja de ser un movimiento revolucionario, para convertirse en “una etapa” en el desarrollo y la evolución tranquila y pacífica de las instituciones existentes. Por esta razón, los fabianos son partidarios de la propiedad pública de los medios de producción para acabar con el desorden económico y los abusos provocados por el capitalismo. También desean la extensión de la sanidad y la educación gratuita para todos los ciudadanos, así como la regulación detallada de las condiciones de trabajo para acabar con la lacra de la explotación infantil y los accidentes de trabajo.

¿Por qué es importante recordar los antecedentes teóricos del concepto “ciudadanía”?
En la actual coyuntura de lucha ideológica y de clases sociales es fundamental poner las cosas en su lugar.

Uno de los ejes de ofensiva teórica e ideológica de la burguesía en la sociedad dice relación con el concepto ciudadanía y ciudadanización de la política a contrapelo de la comprensión de la historia y la sociedad en perspectiva de lucha de clases. En este sentido, la ciudadanía vendría a ser un valor esencialmente democrático que trasciende las diferencias sociales y que “integra” a partir de “la diversidad”. Una “ciudadanía movilizada” puede forzar sin mayor costo social y sin violencia a los dueños del poder para conceder mayores espacios de participación y libertad. Tal como nos planteaba Alfred Marshall, para los “ciudadanistas” la clase obrera se ha ido diluyendo con el progreso cultural y tecnológico, perdiendo su sitial como gestor y motor de la historia universal. El ciudadanismo ha ido tomando diversos rótulos y formas, entre los más “de moda” ha estado el “movimiento de los indignados”, “los Foros Sociales”, “la sociedad civil”, “las multitudes”, “las ONGs”, “las clases medias”. Estos grupos auto organizados en lo local son la fuerza motriz que dirige la emancipación de la sociedad adaptándola de este modo a la lógica democrática. Se evita así el enfrentamiento directo con los centros de poder y sus fuerzas materiales y subjetivas. En consecuencia, los asambleístas y ciudadanos descubren que la política y la potencia del cambio social están en las calles, en los barrios, en la iniciativa popular, en las cooperativas y centros culturales.

Pero, al escarbar un poco más en la teoría ciudadanista nos encontramos con los preceptos básicos de la “economía moral”, sustancia básica de todo el discurso que pone como principal agente de cambio histórico al “ciudadano”. Este concepto fue elaborado por el historiador británico E.P.Thomson que a su vez es referencia fundamental de historiadores que actualmente sustentan la teoría ciudadanista como Gabriel Salazar. La “economía moral” es la base explicativa del comportamiento social frente a los problemas económicos e históricos tales como la inflación, el estancamiento, la cesantía. De aquí derivan las exigencias por “el derecho al trabajo”, “el salario ético”, “sueldos justos”, “precios justos”. Su entelequia reside en la equidad y justicia conseguidas por comunidades cuyos principios de cooperación mutua y subsistencia priman sobre la búsqueda individual de ventajas materiales. No se busca el beneficio a cualquier precio. En esta economía moral es esencial la “transparencia” conseguida con información oportuna y cualificada que, los individuos y comunidades, usan para escoger y elegir “el bien o el servicio” con menor impacto posible en las tradiciones, culturas, medio ambiente, etc. De este modo, tanto la independencia individual como la atomización local comunitaria en pequeños grupos, son objetivos a conseguir por sobre cualquier consideración colectivista que implique “alterar” las particularidades de cada individuo o comunidad. Por ejemplo, no se persigue apoyar proyectos sociales y políticos macros, tampoco se busca transformar la estructura social global, ni menos aún se busca la instalación o construcción de proyectos de desarrollo con carácter de clase, aún cuando estos persigan un aparente beneficio o bienestar colectivo. La “multitud”, ese gran espectro de individuos y comunidades locales carentes de esas pesadas cargas orgánicas y políticas propias de “los antiguos movimientos populares”, o “los antiguos movimientos obreros”, viene a reemplazar conceptualmente a la “antigua lucha de clases”, diluyendo y superando la heterogeneidad y desarticulación orgánica propias de aquellas individuos y comunidades que se rebelan o amotinan en defensa de la subsistencia o su nicho ecológico.

A este moralismo se le debe asociar también el “maltusianismo”, incluso cierto “catastrofismo milenario”, toda vez que es un mito arraigado en los círculos ciudadanistas y ecologistas, una supuesta progresión geométrica en el ritmo de crecimiento de la población en contraste y tensión con el aumento aritmético de los recursos para su supervivencia. Por esta razón, el nacimiento de nuevos seres humanos aumentaría la pauperización gradual de la especie humana e incluso podría provocar su extinción y catástrofe. A partir de aquí se deriva también la idea de construir “una economía solidaria” mediante la caridad y ayuda a los pobres “carentes de recursos”.
En esta misma línea debe asociarse también “el desarrollo sustentable” y “el capitalismo verde”, toda vez que el capital requiere ajustar mecanismos que aminoren el impacto degradador en los ecosistemas. De este modo, la necesidad de garantizar la acumulación y reproducción del capital a futuro, exige que el mercado enfrente la crisis ambiental creando ramas de producción y patrones de consumo “verdes y limpios”, todo lo cual permite dar una salida viable o “sustentable” a la crisis ambiental y energética en los marcos tradicionales del capitalismo. Todo esto por cierto, sin necesidad de recurrir a una profunda transformación en las relaciones sociales y de producción así como de las estructuras económicas. En este sentido este “capital sustentable” es un concepto de riqueza propio de la post modernidad que se propone un uso sostenible y racional de la naturaleza y el medio ambiente. De esta manera, por ejemplo, la actual crisis alimentaria es explicada por el excesivo consumo de algunos grupos humanos en detrimento de otros que se reproducen más aceleradamente. En esta concepción no se vislumbra como problema fundamental las leyes internas de la reproducción y ampliación de la acumulación del capital que destina una mayor proporción de medios de producción y mercancías a ramas que aseguran mayores cuotas de plusvalía y tasas de ganancia en detrimento de la satisfacción de necesidades sociales globales.

Pero, el moralismo económico de los ciudadanistas se ve robustecido con la antropología social en tanto se consagre como silogismo el conocimiento social obtenido por medio del rescate a las especificidades y particularidades antes ignoradas como hojarasca por el modernismo vanguardista, tales como las costumbres, relaciones parentales, medios de alimentación, salubridad, mitos, creencias y relaciones de los grupos humanos con el ecosistema. La búsqueda de lo particular previamente desechado por las estructuras omnipresentes será una de las cualidades que tanto florecimiento tendrá en la constelación post modernista.

Si combinamos las ideas anteriores con el post modernismo, pronto entenderemos nítidamente por qué el ciudadanismo es un subproducto ideológico esencialmente burgués. Y esto es así porque el post modernismo declara fracasados todos los proyectos históricos de emancipación global simplemente porque es imposible lograr la revolución. Bajo distintas condiciones históricas, todas las revoluciones o intentos revolucionarios fracasaron, nos interpelan los post modernistas. En consecuencia, desaparece todo compromiso con los grandes proyectos políticos. Los grandes relatos se hunden, las “vanguardias fracasadas y derrotadas” ya no pueden seguir tutelando a los “sujetos sociales de carne y hueso”. Se termina así con una de las facetas del modernismo a saber, el verticalismo histórico. Emergen así la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica, la desconfianza ante lo colectivo, la deslocalización comunitaria, la desconexión social, la virulencia de lo particular sobre lo general, el autoconocimiento por sobre el conocimiento colectivo.

Este marco ideológico sirve para el predominio del “relativismo cultural”, aquella actitud o análisis que se esfuerza por comprender la realidad a partir de las particularidades propias y profundas que cada cultura tiene. En este sentido, todos los puntos de vistas son válidos porque no existe un patrón moral o cultural superior a otro, pues los valores están determinados por el medio social y geográfico concreto en que surgen. Se combate así “el universalismo” al que tiende el modernismo y todos sus proyectos históricos globales asociados, incluyendo a las revoluciones y sus aspiraciones “totales” y finales. De este modo, los individuos juzgan a otros grupos en relación a su propia cultura o grupo particular. Se niega de esta manera la uniformización del modernismo. Por consiguiente, el contenido de lo que significa “racional” y lo “sensato” deja de tener validez universal. Cada cultura valora de acuerdo a su propia experiencia lo que es racional o sensato. ¿Tiene alguna cabida la revolución social, la lucha de clases, la política de la vanguardia en este tipo de concepción ideológica? No, simplemente porque a este relativismo moral le es muy fácil asociarle el “nihilismo existencial” donde nada tiene un valor o significado intrínseco y donde la vida, en tanto juego, tiene como único alcance válido lo “lúdico”, el azar y el hedonismo. Por esta razón hay que “deshacerse” de todas las ideas preconcebidas para dar paso a una vida con opciones abiertas de realización, una existencia que no gire en torno a cosas inexistentes y utópicas como “la revolución”. Si se sigue por este camino, a los ciudadanos sólo les basta asumir que son ellos el poder de donde emana la soberanía para que puedan realizarse los cambios y deseos que reclaman. Esto viene a ser una posibilidad concreta, sin mayor costo social y compatible con la idea de que todo individuo puede conseguir sus propósitos con sólo desearlos. No vale la pena sacrificar la satisfacción existencial inmediata por proyectos ideológicos ya derrotados. Es mejor luchar por un petitorio de demandas concretas realizables aquí y ahora con el menor costo social posible.

Peor aún, si antes los partidos políticos cumplían el rol de conductores de los grandes movimientos de masas, hoy, bajo las concepciones deslocalizadoras y desuniversalizadoras, el vacío dejado por las vanguardias y partidos políticos es llenado por las ONGs, verdaderas vértebras de los movimientos ciudadanos. Sin embargo, las ONGs concebidas como estrategia amortiguadora de los conflictos sociales frente a las súper estructuras, que generan fuentes de trabajo e ingresos para numerosos intelectuales, profesionales y técnicos; pronto caen en lo que uno de los destacados políticos latinoamericanos aliado de las tesis ciudadanistas, el Canciller boliviano García Linera, denomina “oenegismo” o “enfermedad infantil del derechismo”. Esta descripción subraya cómo las ONG´s van absorbiendo y sistematizando una forma de pensamiento suplantadora de la sociedad, practicando una lógica prebendal de colonización de las dirigencias sociales. Al buscar suplantar el pensamiento y acción organizativa de los sectores populares, las ONGs consiguen defender diversos intereses asociados a la pequeño-burguesía, la burguesía y el imperialismo. Estas ONGs que se camuflan para servir de brazo operativo de intereses de clases específicos, usan el financiamiento obtenido “desinteresadamente” por diversas instituciones que impulsan la circulación de recursos “donados” por el capital con el fin de evitar la construcción práctica de nuevas estructuras de poder estatal antagónicas con los intereses de las burguesías y el capital.

Dada la imposibilidad de la revolución, la desaparición del universalismo totalizante, la crisis y derrota de los grandes relatos, no tiene ningún sentido plantearse el problema de los medios para realizar el cambio social. En este contexto, los largos y profusos debates en torno al papel de la violencia en la acción política o en la transformación social quedan ausentes por completo. Despareciendo de la discusión política modernista uno de los ejes centrales a saber, la revolución y el rol de la violencia, queda en la mesa instalada de manera incólume y solitaria la gran panacea del pacifismo. Dicho de otra manera, al desaparecer uno de los miembros de la ecuación, queda como válido el único sobreviviente, a saber, el pacifismo. El pacifismo como pilar sobreviviente en la vieja discusión cuando las revoluciones no eran cuestionadas, queda como única potencia alumbrando al ciudadanismo que, cándida y plácidamente, lo toma como fibra esencial de su praxis. La no violencia activa, la diplomacia, la desobediencia civil, el boicot, la objeción de conciencia, las campañas de divulgación y la educación por la paz pasan a constituir un repertorio programático recurrente en el ciudadanismo. A este respecto es necesario precisar que, si bien es cierto que los medios y métodos se valoran en función del proyecto político al que sirven, en perspectiva estratégica de lucha el problema no son los medios sino los fines a los que sirven. En este sentido, ¿a qué proyecto sirven el periodismo, la diplomacia, las campañas culturales, la objeción de conciencia, entre otras, en un ciudadanismo desvinculado de toda lógica de lucha de clases?

NOTAS Y FUENTES:

(1) MARSHALL, Th.; BOTTOMORE, T. (1998): Ciudadanía y clase social. Madrid. Alianza, p. 22-23

24 de enero de 2012

CORTAFUEGOS PARA ESPAÑA E ITALIA

Enrique Quemada Clariana. Expansión


Christine Lagarde pidió ayer, alarmada, un mayor cortafuegos para evitar que España e Italia deban ser rescatadas. La directora gerente del FMI considera fundamental aumentar las dimensiones del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), incorporándole los recursos del actual Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). ¿Por qué?

El precio al que cotiza la deuda de un Estado (prima de riesgo) se basa en la capacidad que tiene ese Estado de repagarla. Cuando los acreedores llegan a la conclusión de que un país no va a poder devolver su deuda, convencen a este país de que pida un rescate.

Los que rescatan imponen que el país tome medidas para que sus ingresos sean suficientes para devolver el dinero que les van a prestar y los intereses: es decir, les exigen duros recortes de gastos y subidas de impuestos, que inevitablemente meten al país en recesión.
Esto ha sucedido en Grecia y el propio esfuerzo para recortar el déficit les ha metido en una durísima depresión. El país decrece un 6% y están abandonándolo capitales a ritmos del 2% del PIB cada mes.

Los gobernantes de Europa pensaron al principio que si a Grecia, Portugal e Irlanda se les daba más tiempo, podrían controlar sus déficit y acceder de nuevo al mercado de bonos. En verano del año pasado se dieron cuenta de que no había un problema de liquidez en los países débiles, sino de solvencia.

Entonces optaron por exigir una quita “voluntaria” del 50% para los acreedores privados sobre la deuda griega. Esto ha traído terribles consecuencias, pues los inversores se han sentido estafados, ya que pensaban que compraban, como todos, bonos del Estado griego, y han descubierto que tenían bonos junior (de segunda categoría) y que por delante suyo se encuentran el BCE y el FMI en prioridad de cobro. Es como si te dan una hipoteca sobre otra hipoteca que ya existe (y que desconoces).

Ante la incapacidad de los griegos de repagar sus deudas, se reunió ayer el Eurogrupo para estudiar una quita más agresiva a inversores privados (pues, al no estar afectados los organismos europeos ni el FMI en la quita del 50%, el recorte real es tan sólo del 30% y el país sigue siendo insolvente). Imagínense la opinión que se están forjando los inversores internacionales sobre Europa.


Portugal e Irlanda, los siguientes

Los inversores (y los ciudadanos portugueses) pensarán: si Grecia recibe una quita, ¿por qué no la va a recibir Portugal? Como consecuencia, a los bonos portugueses a 10 años se les exigió el pasado martes una rentabilidad del 14,39%. A pesar de que los líderes de Europa han dicho que en ningún caso habrá default de Portugal, los inversores ya no les creen y anticipan uno de, al menos, el 30%.

Aunque todos los ojos están puestos en Grecia, va a ser Portugal quien determine el futuro de Europa, porque si se hace una quita sobre Portugal, ¿por qué no sobre Irlanda? Los ciudadanos irlandeses están convencidos de que es una injusticia que ellos tengan que asumir todas las deudas que tenían los bancos de su país con los ingleses, alemanes o franceses, y piensan que sería más justo que se realizase una quita sobre su deuda.

Italia tiene una deuda pública del 120% del PIB y su economía registrará este año una contracción del 2,2%. Como consecuencia, el coste de los seguros de impago de Italia está hoy justo donde estaban los de Portugal el año pasado en esta misma fecha. Actualmente, Italia no puede captar deuda (a precios que pueda pagar) sin la respiración asistida del BCE. Si Merkel y Sarkozy dejasen de ayudarles (prestando de manera ilimitada dinero el BCE a los bancos italianos para que compren bonos de Italia), el país necesitaría un rescate ya. Los bancos franceses tienen el 45% de la deuda italiana, y si Italia cayese muchos quebrarían de manera inmediata.

España, por su lado, con un endeudamiento entre todos los actores del 420% de su PIB y un 23% de paro, se enfrenta este año a un decrecimiento del 1,7% según el FMI. El déficit del 8% incrementa el nerviosismo de los ya asustados inversores, y el propio FMI se empieza a alarmar, pidiendo un aumento del cortafuegos.

Europa tiene tres problemas: el primero es que cada vez hay más países insolventes (hoy lo son Grecia, Portugal e Irlanda); el segundo es que también los bancos europeos tienen problemas de capital y, como consecuencia, el mercado interbancario está roto y todos aparcan su dinero en el BCE; pero el problema más grave, y que no se está afrontando, son los importantísimos desequilibrios comerciales entre los países del centro y de la periferia.

Con el euro al tipo de cambio actual, los del centro son capaces de exportar, pero los de la periferia no son competitivos. Sin poder devaluar la moneda, los países de la periferia (incluidos España e Italia) no pueden salir del hoyo y sus economías se deterioran inevitablemente. Sólo a través de exigentes reformas estructurales estos países podrán escapar de su agonía competitiva (en España se han cerrado 170.000 empresas desde el inicio de la crisis) y eso requiere, de entrada, una contundente reforma laboral.

El Eurogrupo está intentando solucionar el primer y segundo problema, pero, aunque lo consigan, si no se soluciona el tercero volveremos a la casilla de inicio.