Por Marat
Pedro Castillo, vencedor de las elecciones peruanas, ha declarado, por enésima vez, en esta ocasión tras su triunfo en las elecciones persidenciales, que no es bolivariano, afortunadamente, y que no es comunista, para desgracia de las clases subalternas de su país, el campesinado pobre y la clase trabajadora e una sociedad del siglo XXI, las cuáles viven como si estuvieran en las peores circunstancias del siglo XIX.
No creo que Pedro Castillo sea comunista. Tal y como lo veo es otro caudillo populista más con tintes izquieristas. Lo que está instaurado en las raíces de Latinoamérica, lo que ese magma chapapótico llamado pueblo idolatra es el caudillo, el cacique, el procer, pasando por un disimulo de democracia, un peronismo al servicio de todo forma de falsa revolución para todo el continente al sur de EEUU.
Pero si te ves necesitado de justificar que no eres el peor enemigo del capital antes de ser nombrado Presidente es seguro que harás tragar a las clases a las que dices representar mierda a toneladas. Ya vienes de rebaja antes de iniciar la batalla.
Pero la peor de las oligarquías, la más indecente, la más asesina, la más corrupta, la de los golpes de Estado amenaza el triunfo electoral de Pedro Castillo. En esta hora decisiva toca estar al lado de las clases subalternas peruanas que lo han elegido y exigir su nombramiento como Presidente. Los hechos le pondrán, para desgracia de los desarrapados, en su lugar. Seguro que es mejor que el que han ocupado todos los que le precedieron, Alan García, Fujimori, sus asesinatos y su corrupción, Alejandro Toledo, Alejandro Toledo o Martín Vizcarra. Pero no dejará de ser una decepción más para la realidad cotidiana de las clases subalternas peruanas.
Fidel Castro dijo tras el triunfo de la revolución del Gramma algo así como "El pueblo de Cuba sabe que el gobierno revolucionario no es comunista". La experiencia demostró que su revolución fue mucho más antinacionalista que comunista – antiimperialismo lo llaman los que nunca entendieron nada de marxismo- Si las referencias eran Martí y Guevara estaba claro que el socialismo cubano sería más hacia afuera que hacia adentro.Y que el socialismo solo era una proclama pero no un hecho.
“El cielo no se toma por consenso sino por asalto” dijo Pablo Iglesias, más o menos cuando estaba calculando que tenía serias posibilidades de integrarse en el gobierno del PSOE. Bueno, lo hemos visto después. El trágala ha sido obsceno. Tampoco merecen la pena ni el ni Podemos como para explayarse. Sus resultados electorales muestran la disconformidad de la izquierda, la clase media burguesa que ve que su proyecto de salvación, frente a la desaparición a la que la condena el proceso de transformación capitalista actual, fracasa con Podemos. Por eso ya están las ratas empezando a saltar al barco pijoprogre de Errejón. Y por el mismo motivo aparecen las ideas transversales entre las chicas de Podemos y las de Más Madrid. El feminismo hace tiempo que devino mafia para ocupar sillones.
Cualquiera que hoy sea de izquierdas no deja de ser un mierda que necesita justificarse, pedir perdón por el estalinismo o demostrar que entre las mil cien identidades que defiende y lo antiguo de luchar por la clase trabajadora frente a su modelo de darnos un mundo verde sostenible es absolutamente consustancial con que el nuevo proyecto green del capitalismo lo pague la clase trabajadora.
Lo que hay es un proceso de descomposición de la izquierda, ante lo que no existe respuesta diferente como la comunista porque se ha roto y se ha entregado a una dinámica de negación de su propia identidad, consistente en mil identidades alternativas y en la aceptación de su papel de juguete electoral.
Solo queda un proceso lento de reconstrucción de la idea transformadora, basada en una vuelta a Marx, a la realidad del mundo del trabajo, de la explotación y la sobreexplotación, de la revuelta frente a la pérdida de conquistas sociales (trabajo seguro, pensiones, coberturas de desempleo, protección frente a los desahucios,.)…
Creo que la clase ya no puede esperar nada de los vanguardistas ni de los que están imbuídos de la idea de revolución. Si ésta va a darse debe nacer del interior de la propia clase trabajadora, de su toma de conciencia, de su solidaridad, de la percepción de que si no nos defendemos estamos perdidos.
Es a partir de toda una dinámica solidaria y comunitarista de donde pueden empezar a formarse nuevas ideas de reorganización desde la clase con el objetivo de levantar un proyecto que deje de hablar de anticapitalismo y empiece a hablar de socialismo y comunismo.
Dice el nazi de Santiago Arsmesilla que Pablo Iglesias se ha comportado en el asunto de las residencias durante la pandemia como un criminal. Imagino que la responsabilidad autonómica absoluta de Isabel Díaz Ayuso se la habrá puesto a este nazi durante el período de muertes de ancianos muy dura