22 de julio de 2015

LA UNIÓN EUROPEA COMO RECLUTA DE LA OTAN

Manlio Dinucci. Il Manifesto

No hay peor ciego que el que no quiere ver, confirma Manlio Dinucci al referirse a la ceguera de los europeos, quienes se niegan a ver su propia dependencia de la OTAN, a pesar de todos los indicios que la confirman. Desde siempre, todas las proposiciones de la Comisión de Bruselas se preparan en los servicios administrativos de la OTAN. Y los tratados de la Unión Europea reafirman su dependencia de la alianza atlántica.

«Trident Juncture 2015» no sólo será una de las maniobras militares de mayor envergadura organizadas por la OTAN, en la que participarán –principalmente en Italia, España y Portugal– más de 230 unidades terrestres, aéreas y navales así como fuerzas de operaciones especiales de más de 30 países aliados y socios de la OTAN, con 36 000 hombres, más de 60 navíos y 140 aviones de guerra, así como las industrias militares de 15 países que evaluarán qué otro tipo de armamento puede necesitar la alianza atlántica. En ese ejercicio de guerra, la OTAN implicará a más de 12 importantes organizaciones internacionales, agencias de ayuda humanitaria y organizaciones no gubernamentales. En «Trident Juncture 2015» «también participarán la Unión Europea y la Unión Africana» anuncia un comunicado oficial.

Entre los países de la Unión Europea más comprometidos en esas maniobras de la OTAN figuran –además de las anteriormente mencionadas 3 naciones en cuyo suelo tendrá lugar la mayor parte de las operaciones– Alemania, Bélgica y Holanda. Importantes personalidades internacionales serán invitadas a asistir a «Trident Juncture 2015» el 19 de octubre en Italia y el 5 de noviembre en Portugal.

De esa manera, «la OTAN demuestra su compromiso con la adopción de un enfoque multicomprensivo». En otras palabras, su compromiso de seguir extendiendo cada vez más su área de influencia y de intervención, desde Europa hasta África y Asia, con objetivos globales. En ese marco se inserta «Trident Juncture 2015», que pondrá a prueba la «Fuerza de Reacción» (40 000 efectivos) y su «Fuerza de Vanguardia» o «Punta de Lanza» de muy alta rapidez operacional. «Trident Juncture 2015» muestra «el creciente nivel de ambición de la OTAN en la dirección de la guerra moderna conjunta», demostrando que se trata de «una alianza con función de guía».

En medio de tal contexto, ¿cómo puede hablarse de “Unión Europea” ignorando la influencia de la OTAN y, por consiguiente, de Estados Unidos, país que ostenta el mando de ese bloque militar? El artículo 42 del Tratado sobre la Unión Europea estipula que «la política de la Unión respeta las obligaciones de algunos de sus miembros, que consideran que su defensa común se concreta a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte». Teniendo en cuenta que 22 de los 28 países de la Unión Europea son miembros de la alianza atlántica, es evidente la supremacía de la OTAN.

Y, para que no quede la menor duda de ello, el protocolo número 10 sobre la cooperación instituida por el artículo 42 subraya que la OTAN es «la base de la defensa colectiva» de la Unión Europea y que «un papel más fuerte de la Unión en materia de seguridad y de defensa contribuirá a la vitalidad de una alianza atlántica renovada». Tan renovada que, desde el Atlántico Norte, ya se extiende sobre las montañas de Afganistán, pero rígidamente anclada en la vieja jerarquía: el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa siempre es un general estadounidense nombrado por el presidente de Estados Unidos y todos los demás puestos de mando fundamentales también están en manos de militares estadounidenses.

A través de la OTAN, bloque militar en cuyo seno los gobiernos del este de Europa están más vinculados a Washington que a Bruselas, Estados Unidos influye no sólo en la política exterior y militar de la Unión Europea sino también y sobre todo en el conjunto de sus orientaciones políticas y económicas. Y lo hace tratando de manera individual con las principales potencias europeas –Alemania, Francia y Gran Bretaña– sobre la repartición de ventajas y de zonas de influencia, mientras se asegura de contar con el respaldo incondicional de los demás países importantes de la Unión Europea, comenzando por Italia.

¿Cómo puede alguien pensar entonces que Estados Unidos no desempeñe un papel considerable en la cuestión griega a través de la OTAN, siendo Grecia un miembro estratégicamente importante de ese bloque militar?

¿Y cómo puede alguien separar las cuestiones económicas de los temas políticos y militares en momentos en que, siguiendo los pasos de la estrategia de Estados Unidos, Europa se ve convertida en la primera línea de una nueva guerra fría contra Rusia y en trampolín de nuevas operaciones militares en África, Medio Oriente y, más allá, incluso en la región Asia-Pacífico?


21 de julio de 2015

GOBIERNO GRIEGO DE SYRIZA-ANEL FIRMA TRATADO MILITAR DE COOPERACIÓN Y FORMACIÓN CON ISRAEL

Los ministros de Defensa griego e israelí,
Panos Kammenos et Moshé Yaalon 
Kaosenlared.net
Fue muy difícil rastrear la noticia. Solo la habían publicado páginas israelíes y unas pocas webs de los Estados Unidos. Pero no había dudas. Todas y cada una reproducían la sorpresiva noticia de la firma de un acuerdo militar entre Grecia e Israel que no tiene precedentes (enlaces al pie). En la noticia se habla de cooperación militar, relaciones excelentes, mantener y continuar la capacitación conjunta….Una histórica relación que en la campaña electoral Tsipras decía que se iba a acabar… No fue así… la relación continuó y se ha fortalecido de acuerdo con las noticias aparecidas desde hace 48 horas.
Lo fundamental es que la información del viaje y del encuentro entre los dos ministros ha sido confirmada en la web oficial del Ministerio de Defensa de Grecia. La web del Ministerio no detalla exactamente los temas tratados, lo que sí se encuentra en las webs israelíes. Este es el enlace: http://www.mod.mil.gr/mod/en/content/show/36/A83610

Y aquí, la noticia sobre el acuerdo que corresponde a una web de prensa israelí (enlace al pie)

Cooperación militar: Israel cierra un acuerdo con Grecia
El ministro de Defensa, Moshe Yaalon, se reunió el domingo con su homólogo griego, Panos Kammenos, en las oficinas deTel Aviv. Los dos hombres discutieron la cooperación en seguridad entre Jerusalén y Atenas, y la situación en el Medio Oriente.

El director del Servicio de Defensa israelí y el ministro griego de Defensa Nacional concluyeron un acuerdo sobre el estatuto de las fuerzas (SOFA), es decir, un acuerdo legal mutuo que permite a las fuerzas armadas de Israel para permanecer en Grecia y viceversa. Esta es la primera SOFA que Israel firma con un país aliado que no sea Estados Unidos.

El ministro israelí expresó su agradecimiento a su homólogo por su visita a Israel, a pesar de la difícil situación económica en su país y expresó su esperanza de que Grecia pudiera superar los diversos retos que tiene por delante.

Estamos muy agradecidos por la cooperación de seguridad que se traduce en la formación de nuestros soldados y oficiales en el territorio griego. Nuestros estados comparten intereses comunes, ya que deben enfrentar las consecuencias del acuerdo firmado la semana pasada entre las grandes potencias e Irán”, dijo Yaalon.

El ministro griego, por su parte, dijo: “El pueblo griego está muy cerca del pueblo de Israel. En cuanto a nuestra cooperación militar, nuestras relaciones son excelentes, vamos a seguir para mantener y continuar la capacitación conjunta”. El señor Kammenos ha añadido: “El terrorismo y la Jihad no golpean el Oriente Medio, sino también a los Balcanes y Europa. Esto es la guerra. También estamos muy cerca de Israel por todo lo que se relaciona con el programa de misiles de Irán. Estamos en el alcance de estos misiles. Si un misil iraní se dirige hacia el mar Mediterráneo, puede significar el fin de todos los países de la región.”

El Estado judío y Grecia establecieron relaciones diplomáticas hace 25 años.


IMAGEN DE PORTADA: Los ministros de Defensa griego e israelí, Panos Kammenos et Moshé Yaalon – Crédit photo : Ariel Hermoni/Ministère de la Défense
Coopération militaire : Israël conclut un accord avec la Grèce

Netanyahu se compromete a ayudar a Grecia “de todas las maneras posibles”

Todas las noticias en la prensa israelí y estadounidense. Búsqueda en google: Panos+Kammenos+israel

20 de julio de 2015

LA CRISIS GRIEGA DEMUESTRA QUE LA ALTERNATIVA AL SISTEMA CAPITALISTA PASA POR LA REVOLUCIÓN

Miguel Urbano Rodrigues. O Diario

La evolución de la crisis griega manifiesta rasgos del poder del imperialismo que tal vez en ninguna situación anterior fueron evidentes de una forma tan flagrante. Syriza, fuerza socialdemócrata, no cuestiona para nada el capitalismo. Pero la enorme distancia entre sus promesas electorales y las imposiciones de la troika le obligaron a intentar obtener algún margen de negociación. Acontece que, en nuestros días, es suficiente que un político en el poder ose contestar, incluso tímidamente, la dictadura del capital para ser tratado como enemigo del sistema. El imperialismo no negocia, exige la rendición incondicional. La alternativa de los pueblos sólo existe en la perspectiva del socialismo.
La evolución de la crisis griega encierra lecciones muy importantes para las fuerzas progresistas que en decenas de países luchan en contextos muy diferentes contra el imperialismo.

La principal de esas lecciones confirmó la imposibilidad de eso que desde la socialdemocracia se llama “la reforma humanizada del capitalismo”.

La victoria de Syriza en las elecciones griegas sembró ilusiones. Los discursos de Tsipras durante la campaña, llenos de promesas, contribuyeron a que los partidos socialdemócratas, en Europa y en América Latina, definiesen a Syriza como un partido de “izquierda radical”, con una clara vocación de realizar grandes transformaciones en la sociedad helénica. El gobierno de Syriza-Anel recibió incluso el apoyo de algunos partidos comunistas europeos.

No obstante, después de iniciar las negociaciones con las instituciones europeas (nueva designación para la troika) quedó claro que Tsipras coincidía con la mayoría de las exigencias de Bruselas.

Durante una visita de dos semanas que realicé a Grecia comprendí que su gobierno se proponía dar continuidad a la política de sumisión al imperialismo desarrollado por la coalición de Nueva Democracia y Pasok, introduciendo simplemente algunos cambios cosméticos.

Las continuas cesiones a las propuestas de los socios de Bruselas no impidieron que estos aplazasen sucesivamente el acuerdo que permitiría al gobierno de Atenas recibir 7.200 millones de euros (el último tramo del segundo plan de “ayuda”), evitando el default inminente.

Días antes del final del plazo para el pago al FMI de 1.500 millones de euros, Tsipras, en una jugada rocambolesca, anunció la convocatoria de un referendo. El pueblo tenía que responder si aceptaba o rechazaba la última propuesta presentada por el Eurogrupo. ¡Y en un discurso dramático en el Parlamento pidió a los electores que votasen NO!

El electorado respondió a su llamada. El NO recibió el 61% de los votos emitidos. El gobierno lo interpretó como una aprobación del Memorando de Syriza. El referendo, rechazado por el Partido Comunista, fue una maniobra teatral de Tsipras. Es significativo que al día siguiente del referendo, Syriza, Pasok y Potami publicasen, en un claro consenso de la política de clase del gobierno, un comunicado conjunto.

Al retomar las negociaciones en Bruselas, el primer-ministro griego traicionó la confianza de los electores, pidió un nuevo rescate de 53.000 millones de euros y presentó al Eurogrupo propuestas peores que las últimas que había rechazado.

Rechazaran la austeridad, pero días después propusieron una austeridad reforzada.

Al contrario de lo que muchos esperaban, la firma del Acuerdo tropezó con la tenaz oposición de Alemania, Holanda, Finlandia y de otros países. No es sólo el contenido de las propuestas de Atenas lo que se cuestiona. El gobierno de Tsipras se rindió completamente, confirmando las previsiones del KKE (ver odiario.info de 30/06/15).

El pantanoso punto muerto en que se encuentran las negociaciones de Bruselas es el resultado de las contradicciones que dividen a los miembros del Eurogrupo, concretamente a Alemania y Francia. El gobierno de Merkel pretende excluir a Grecia del euro.

Chile, Venezuela, Grecia
La consideración de que el capitalismo no encuentra soluciones para la crisis estructural que está atravesando, contribuyó a un aumento de la agresividad imperialista (Gascão, odiario , 3/7/15)

Esa opción es evidente en la estrategia de los EE UU, dispuestos a recurrir a la violencia contra los pueblos cuyos gobiernos no se sometan incondicionalmente a su proyecto de dominación planetaria.

El bloqueo a Cuba, las guerras de agresión contra Irak, Afganistán y Libia, la ayuda militar y política a las organizaciones terroristas sirias, el apoyo a las agresiones del estado fascista de Israel y las amenazas a Irán expresan con mucha claridad esa política.

Nunca la solidaridad de las grandes potencias imperialistas en defensa del Orden del Capital fue tan evidente.

La evolución de la crisis griega confiere actualidad a las lecciones de Chile. La respuesta a la opción socialista de la Unidad Popular de Allende en el poder, en la que participaba un partido socialista en ese momento marxista y el partido comunista, fue un sangriento golpe militar.

Transcurridos más de 40 años y tras la desaparición de la URSS, el mundo, hegemonizado por el capitalismo, es muy diferente.

Hoy es suficiente con que un político en el poder ose contestar, aunque sea tímidamente, a la dictadura del capital para ser tratado como enemigo del sistema.

En Honduras, Manuel Zelaya, el presidente constitucional, fue separado del poder por un golpe militar organizado en la embajada de los EE UU. En Paraguay, se depuso a un presidente que defendía unas tímidas reformas que eran del desagrado de Washington.

En Ecuador, Obama desearía substituir a Rafael Correa, un reformista neokeynesiano, por un oligarca neoliberal sumiso a la Casa Blanca. Los EE UU, además, apoyaron tentativas golpistas contra el presidente Correa.

En Venezuela, Bush y Obama montaron y financiaron, sin éxito, sucesivas conspiraciones para destituir a Hugo Chávez, a pesar de que las estructuras del capitalismo permanecen casi intactas en ese país. Fallecido Chávez, una campaña mediática demoledora satanizó al inofensivo “Socialismo del Siglo XXI” y el presidente Obama afirmó haber identificado en el gobierno de Maduro una intolerable “amenaza a la seguridad de los EE UU”.

Y en Bolivia, los tímidos matices socializantes del gobierno de Evo Morales incomodaron tanto a Washington que el embajador norteamericano en ese país organizó una conspiración fallida cuyo desenlace final terminó con su expulsión de La Paz.

La alternativa es la revolución
En la actual confusión ideológica, estimulada por un sistema mediático manipulador, la sumisión total de Grecia a los sacerdotes del capital vino a confirmar –insisto– la imposibilidad de la transformación profunda de las sociedades capitalistas en el ámbito del sistema, es decir, por la vía institucional.

Ahora bien, se han disipado las ilusiones sembradas por Syriza y los demagogos populistas Tsipras y Varoufakis?

No. En Europa, fuerzas políticas progresistas y algunos partidos comunistas, cocretamente los del Partido de la Izquierda Europea, a pesar de tener el socialismo como objetivo final, actúan en el sistema como si algún día fuese posible llegar al gobierno por la vía electoral.

Obviamente, en el actual contexto europeo, la conquista del poder a través de una revolución es una imposibilidad a corto plazo, ya que si bien es cierto que en algunos países de la Unión Europea existen condiciones objetivas para rupturas revolucionarias, faltan las condiciones subjetivas.

Pero no por eso, dejan de ser realistas los programas, a veces muy ambiciosos, concebidos para una transición en el marco de una revolución democrática y nacional.

En condiciones mucho más favorables de las actualmente vigentes, la revolución democrática y nacional portuguesa, inspirada en los valores de Abril, fue brutalmente interrumpida por un golpe militar promovido por la burguesía con el apoyo del imperialismo.

Además, hoy, desaparecida la Unión Soviética, las grandes potencias de la Unión Europea recurrirían a la violencia, si fuese necesario, contra cualquier país miembro que osase cuestionar el orden capitalista en el ámbito de una revolución democrática y nacional.

Entonces, ¿qué hacer?

Las revoluciones no están programadas para una fecha.

Casi siempre estallaron en situaciones inesperadas, en contra de la propia lógica de la Historia. Eso fue lo que pasó con las revoluciones francesa de 1789, rusas de 1917, china y cubana.

El Partido Comunista Griego nos muestra el ejemplo de una organización revolucionaria que a pesar de que es consciente de que no va a conquistar el poder en su país próximamente, aliado con otras fuerzas progresistas, lucha con firmeza y coraje a favor de la destrucción del sistema capitalista en su país. Se puede estar en desacuerdo puntualmente con algunos aspectos de su estrategia y de su discurso, pero por su coherencia y tenacidad en el combate inspiran en todo el mundo respeto y admiración entre los comunistas.

Las revoluciones –repito– no tienen fecha en el calendario.

Es mi convicción inquebrantable que el capitalismo no tiene soluciones para su crisis estructural. Entró en una lenta agonía que puede durar muchos años.
El polo hegemónico del sistema, los EE UU, mantiene con sus aliados una enorme capacidad para desencadenar guerras imperialistas. Son actos a la desesperada. Son guerras monstruosas que tropiezan con una resistencia creciente de los pueblos víctimas de ese terrorismo de estado.

La simultaneidad y la convergencia de esas luchas y de la lucha de masas en muchos países pueden ser decisivas para la desintegración del sistema, minado por contradicciones internas, y pueden provocar su derrota final. En ese combate veo como insustituible la participación de los partidos comunistas revolucionarios.

La alternativa será la construcción del socialismo después de una fase de transición dolorosa, prolongada y diferente en cada país.

Una certeza: la vía institucional para el socialismo es una imposibilidad histórica.

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