14 de noviembre de 2015

CRÓNICA DE LA REUNIÓN DE ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO DE ENCUENTRO COMUNISTA DEL 31-O

Espacio de Encuentro Comunista. encuentrocomunista.wordpress.com

10 minutos después de la hora prevista (10:00 de la mañana) comenzaba el pasado sábado 31 de Octubre la reunión de organización del Espacio de Encuentro Comunista (EEC).

30 minutos antes, a pesar de las dificultades de localización del lugar de la reunión, y de que los temas organizativos son siempre más áridos que los puramente ideológicos o “políticos”, se concentraban ya grupos de comunistas de distintas edades, una buena parte de ellos muy jóvenes -y como pudimos comprobar después- notablemente formados en lo político.

Muchos venían de fuera de Madrid; de lugares tan dispares como Burgos o Almería, por citar sólo dos ejemplos.

Una buena parte de los asistentes, según pudimos comprobar por las caras, no habían asistido a la primera reunión del ECC pero, como supimos posteriormente, eran personas que nos habían hecho llegar su voluntad de asistir a esta y que conocían sobradamente tanto lo tratado en la primera convocatoria como el documento preparado para la segunda asamblea. En palabras de algunos de ellos, su asistencia en esta ocasión se debió a que sentían que íbamos en serio.

Esta vez la presencia de militantes de organizaciones comunistas fue aún más diversa, si bien ha seguido predominando el segmento de comunistas “independientes” de partido, lo que es indicativo de hasta qué punto el EEC es una necesidad para que se organicen todos esos comunistas que aún no han encontrado su lugar pero que tampoco han renunciado a sus ideas ni a la pelea.

Veníamos de una reunión anterior, la del 26 de Septiembre, en la que muchos comunistas afirmamos nuestra voluntad de encontrarnos, trabajar juntos por encima de la pertenencia o no a partidos marxistas concretos, de debatir, elaborar y hacernos presentes en las luchas de nuestra clase, llevando nuestras posiciones a ella con el fin de elevar los niveles de los conflictos y de la conciencia de los trabajadores acerca de su papel histórico y de la necesidad de derribar el capitalismo para construir una sociedad socialista.

Traíamos a esta segunda asamblea un mandato de la anterior: empezar a trabajar en el plano teórico y de las propuestas revolucionarias y crear una estructura organizativa provisional que nos permitiese, meses más tarde, ir hacia un tercer encuentro en el que se hubiesen desarrollado distintos EECs territoriales, se debatiesen los documentos elaborados colectivamente y surgiese una coordinación más estable para la expansión del movimiento comunista y las ideas comunistas en el Estado español.

Al acto el Grupo Promotor del EEC llegó dimitido, con el fin de que fuera la asamblea plenaria la que asumiese, si así lo estimaba, los pasos que aquél llevó a la misma. Éste era el compromiso del encuentro anterior y la decisión más democrática y pertinente.

La reunión comenzó con una evaluación del desarrollo de la jornada anterior, la del 26-S. Aunque inicialmente costó arrancar las primeras peticiones de palabra, dado que el recuerdo un mes más tarde no era tan fresco como el primer día y porque una parte de los participantes en esta segunda no habían asistido a la misma, luego se fueron sucediendo con fluidez.

A partir de ahí hemos de reseñar una elevada participación y nivel político en el debate y un alto grado de compromiso personal y colectivo con las tareas a las que el colectivo se comprometió en la reunión.

Es importante también señalar el sano ambiente de camaradería y el espíritu constructivo en el que se desarrolló, de principio a fin, todo el encuentro.

La valoración del primer encuentro fue marcadamente positiva al ser calificado de necesario, útil y tendente a abrir vías de superación de la división de los comunistas y su debilidad organizativa y política actual.

Surgieron en ese contexto interrogantes del tipo cómo influir con nuestras propuestas y actividad en la clase trabajadora

Hubo también intervenciones que resaltaban la necesidad de romper con la atonía social y con las dudas hacia una nueva iniciativa como ésta o la importancia de las formas en el modo de presentarnos ante nuestra clase de un modo distinto al electoralismo frustrante que se ha ido imponiendo en los últimos tiempos.

Un camarada apuntó que si el partido comunista perfecto existiese no hubiera tenido que nacer una iniciativa de agrupamiento de las tareas de los comunistas como la del EEC porque no existirán los problemas que justifican su nacimiento.

Se señaló también que la idea de incluir dentro del EEC no sólo a los comunistas con partido sino a los que no lo tienen era muy positiva porque era un modo de abrir un canal que posibilitase su participación que de otro modo no se daría.

Algunas intervenciones indicaron un tanto críticamente que percibían demasiada prisa en incorporarse a las luchas sociales y de clase antes de profundizar durante mucho más tiempo en cómo hacerlo y con que contenidos teóricos y políticos, demandando un más claro deslinde de la ideología comunista en el momento presente de lo que hoy se entiende como las ideas de izquierda.

Algún participante expuso en ese sentido que defender a la clase trabajadora en sus reivindicaciones inmediatas (frente a situaciones como el paro, los salarios de miseria o la precariedad en el empleo) tenía el riesgo de que nos situásemos en una posición de correctores de las lacras del capitalismo. A ello otro camarada respondió que, al igual que expuso Rosa Luxemburgo en “Reforma o Revolución”, es en el marco de las necesidades inmediatas de nuestra clase donde los comunistas debemos intervenir para elevar no sólo la conciencia de clase y la reivindicación más allá de lo asumible por el sistema sino para plantear un horizonte político de las luchas con carácter anticapitalista y socialista, pero sin por ello obviar el hecho de que los comunistas debemos defender también a los trabajadores en aquellas necesidades que afectan a sus condiciones de vida.

Para algún interviniente ya sólo con la palabra “encuentro” se justificaba la primera y la segunda convocatorias y la idea en sí misma porque la creía indispensable. Señaló la necesidad, como objetivo del EEC, de rescatar el significado de expresiones como lucha de clases o revolución cuando el poder de la ideología dominante y del reformismo se había encargado de tratar de vaciarlas de significado, especialmente en un mundo de banalidades y simplificaciones del discurso hasta el punto de impedir pensar a las personas. Añadió también lo encomiable de un grupo como el EEC que nace sin plantearse ser un partido sino con el objetivo de estimular el pensamiento y la elaboración de teoría comunista útil para para los organizados bajo la forma partido y otros que no lo están.

Otra de las intervenciones señaló su valoración globalmente positiva del primer encuentro comunista, entre otras razones por la calidad de las opiniones que en él se escucharon, si bien señaló su diferencia con una de ellas que había remarcado que el capital nos había ganado por goleada. Para este participante ello no era cierto más que en la capacidad del capitalismo de imponerse en la práctica porque, en su opinión, esto no lo había logrado ni en lo ideológico ni en los presupuestos morales que consideraba muy superiores en el caso de los comunistas.

Por contra, hubo quien señaló que también en lo ideológico se había producido esa derrota porque el capital había sido capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y de crear hegemonía, algo que los comunistas no habíamos logrado. Sobre esa base, el primer encuentro comunista había tenido la virtud de reconocer este hecho y de plantear la necesidad del rearme ideológico que permitiese ir hacia un frente único de trabajadores, capaz de elevar su conciencia. El desafío para él era a partir de ahora construir proyecto político, aunque no de forma partidaria pero siempre ideológica y de lucha: crear política comunista.

A ello respondió otro integrante de la reunión señalando que en esa derrota había una parte de responsabilidad de los propios comunistas que, en unos casos se habían cerrado sobre sí mismos de modo sectario y que, en otros, de tanto vestirse de lagarteranas habían acabado por ser lagarteranas. Por eso, ante una iniciativa que afirma la existencia de clases sociales y la lucha de clases, que levanta de nuevos las banderas y que dice lo que tiene que decir y no lo que piensa que a la gente le va a gustar, su opinión no podía ser más positiva, razón por la que señaló su apoyo pleno. Afirmó también que, cuando se fueran desarrollando los proyectos ciudadanistas, la clase trabajadora comprendería que ese no es el camino. Apuntó a que ésta podría ser la oportunidad de que los comunistas nos hagamos oír ante la debacle ideológica de una izquierda que ha dejado de serlo.

Alguien señaló algo extraño, por inusual, tal que el grupo promotor iniciase el proceso del EEC para luego dimitir y dar la soberanía a la asamblea. Para él eso era algo “maravilloso” porque no lo había encontrado antes en otros grupos políticos. Lanzó dos preguntas al grupo promotor: ¿cómo resolver el problema de las distintas corrientes comunistas? ¿en el grupo promotor hay distintas sensibilidades o una sola? Desde la mesa y desde los participantes se le respondió a la primera que centrando en lo que nos une y aparcando de momento lo que nos separa para poder avanzar y a la segunda se le señaló que la pluralidad del grupo promotor era muy grande pero que a todos nos unía ser marxistas, comunistas, estar por el derribo del capitalismo, la dictadura del proletariado y el socialismo.



En la segunda parte de la reunión se abordó la propuesta organizativa, política y programática -entendida esta última como propuesta de programa político para la clase trabajadora, no como programa electoral, cuestión ésta en la que el EEC no se siente apelado- Se trataba de avanzar en el desarrollo de las tres cuestiones mencionadas hacia la tercera asamblea del EEC que habría de celebrarse en el mes de febrero de 2016.

En este sentido, junto a la parte más de elaboración política y programática, se señaló desde la mesa de la asamblea que, dimitido en ésta el grupo promotor del Espacio de Encuentro Comunista, habría que elegir a un equipo que provisionalmente facilitase el desarrollo de los mencionados objetivos y la labor organizativa, potenciando así mismo el desarrollo de territorial (en distintas zonas del Estado) y sectorial (empresas, sectores;…) del EEC.

Dicho equipo no tendría tareas propiamente de dirección política sino de facilitar, coordinar e impulsar de forma técnica las labores del EEC hacia el tercer encuentro.

El grupo promotor propuso que, tras el debate sobre propuesta de grupos de trabajo de elaboración política, se eligiese una Comisión técnica provisional de 15 personas, de las que aquél sólo llevaba una lista de 5, debiendo la asamblea nombrar a los 10 restantes, si no revocaba a ninguno de los 5 sugeridos inicialmente.

Uno de los asistentes preguntó si era posible presentar nombres alternativos a la lista de 5 sugeridos por el dimitido grupo promotor, a lo que se respondió que por supuesto podía hacerse.

El elemento teórico-programático y de desarrollo organizativo se basaría en la elaboración de borradores que permitiesen discutir sus contenidos en la posterior tercera asamblea del EEC. Dichos borradores debieran estar completados y enviados a la nueva dirección provisional, con fecha límite de 15 de Diciembre, que la segunda asamblea nombrase para avanzar hasta la tercera.

Se explicó entonces que la propuesta traída al encuentro era que los borradores se estructurasen en 6 áreas temáticas cuya elaboración surgiese de sus grupos correspondientes a partir de quienes se integrasen voluntariamente, desde la asamblea, en los mismos. Estos grupos y áreas temáticas, siempre que fueran aprobados por la asamblea como organizadores de los los contenidos políticos, programáticos y organizativos, serían los siguientes:

  • Grupo de trabajo programático-político
  • Grupo de trabajo de organización
  • Grupo de trabajo de formación
  • Grupo de trabajo de Movimiento Obrero
  • Grupo de trabajo de mujer
  • Grupo de trabajo de internacionalismo y antiimperialismo

Desde la mesa se propuso que dichos grupos de elaboración teórico-política tuviesen una composición no menor de 5 personas (para que hubiese capacidad de trabajo suficiente sobre los mismos) y no mucho mayor de 7, para que fuesen ágiles y operativos.

En el caso en el que los grupos de trabajo tuviesen dificultades de elaboración política, la Comisión técnica provisional del EEC podría colaborar con los mismos en dicha tarea, siendo estos completamente autónomos. La comisión técnica mantendría un contacto con los grupos para conocer ritmos y evolución del trabajo.

Mientras tanto el EEC debiera irse desarrollando por territorios y sectores.

Se abrió entonces una ronda de intervenciones de los participantes destinada a aclarar dudas y valorar de forma genérica la propuesta organizativa, antes de entrar en profundidad a considerar la misma.

Se preguntó por parte de un participante si en la propuesta del área de Movimiento Obrero era posible incluir el trabajo de barrios. En este sentido se aclaro que cada grupo debiera tener entidad propia para incluir dentro del mismo las cuestiones que considerase oportunas, siempre que tuviesen una cierta coherencia que justificase la inclusión de las mismas.

Se aclaró igualmente desde la mesa que, dado que el grupo promotor que había elaborado el documento para el debate político-organizativo no estaba legitimado por una elección previa del mismo, sino que había surgido de una iniciativa de un grupo de comunistas, no iba a hacer una defensa cerrada de aquél sino que lo sometía a consideración de la asamblea.

Hubo quién planteó que el grupo de trabajo de Formación debiera integrarse con otros conceptos, pasando a llamarse “Formación, Cultura y Comunicación”, ya que consideraba que la formación política no se entendería sin aquellas perspectivas que fomenten unos valores capaces de apostar por la transformación social. A esto se le respondió desde la sala que tal propuesta corría el riesgo de desdibujar el valor de la formación marxista, perdiendo esta entidad e introduciendo teorías y autores ajenos a este pensamiento y que incluso podían chocar con él, lo que no le parecía una buena orientación para la necesaria recuperar de los rasgos de identidad comunistas. De ahí que la mayoría entendiese que Formación debía tener una entidad propia y diferenciada de todo lo demás.

Esta idea fue reforzada aludiendo a que los comunistas tenemos grandes deficiencias de formación política, algo fundamental para ser vanguardia e intervenir políticamente dentro de nuestra clase.

Otro asistente señaló que la importancia de la formación política de los comunistas era decisiva para que en nuestra propaganda plasmásemos bien los contenidos de lo que defendemos a la hora de dirigirnos a la clase trabajadora.

Se dieron en algunas intervenciones ciertas tendencias a sugerir la creación de comisiones de trabajo que escapaban a la idea de globalizar los contenidos de desarrollo teórico-político-programático, lo que podría dificultar la articulación de un conjunto de cuestiones mediante una visión más general.

Así se plantearon cuestiones como la necesidad de crear comisiones de trabajo elaborativo sobre energía, industria y medio ambiente, memoria histórica (memoria democrática) o Europa y TTIP. No obstante, aunque finalmente no se aprobó por los asistentes su estructuración como áreas temáticas, sí que se recogieron como cuestiones a tratar dentro de las mismas.

Para un asistente la propuesta de las 6 áreas de trabajo elaborativo eran demasiado “clásicas” y apegadas a la cultura tradicional del movimiento comunista y sus organizaciones por lo que consideraba que podían perderse elementos de análisis e investigación de la nueva realidad como el marco actual del capitalismo, las contradicciones dentro de la clase trabajadora, la realidad social española y su entronque con la realidad europea, las dificultades para analizar la realidad actual, etc.

Se dio en el debate una cierta confusión de lo que era una división en grupos temáticos de elaboración política con lo que es una estructuración de la organización comunista para la intervención política. Este aspecto fue aclarado con posterioridad desde mesa y sala al señalar que los 6 grupos eran una mera parcelación del análisis teórico -con la excepción del grupo de programa-política que integraba un análisis global- para la elaboración política y no para la acción; aunque ésta habría de surgir necesariamente de la dialéctica entre teoría y praxis.

Del mismo modo, se detectó la la pérdida o ausencia de cultura organizativa en algunas intervenciones al plantearse la necesidad de un debate teórico no organizado ni estructurado para que no se perdiese el espíritu inicial de la primera jornada del EEC de Septiembre. Es evidente que un planteamiento de este tipo adolecería del riesgo de entrar en un debate en bucle del tipo del que ya se vivió en las plazas hace algún tiempo.

Desde la sala algunos intervinientes señalaron que sin parcelación de la realidad para analizarla no sería posible un rigor teórico y se correría el riesgo de caer en una especie de club de debates. Se apuntó también que lo importante no era que la denominación de las áreas fuera más o menos clásica sino que fuesen capaces de integrar todas las cuestiones que los comunistas han de tratar hoy, del nivel y riqueza del propio análisis y de los contenidos expuestos en ellas. En cualquier caso, el carácter integral, se adujo, estaría presente en la elaboración del área de Programa-política, la cuál ha de tener clara una visión de conjunto de los desafíos teórico-políticos que el EEC debiera acometer.

Fueran las 6 áreas propuestas u otras las áreas temáticas de análisis y elaboración política, se consideró necesario por la mayor parte de los participantes que tanto lo que sigue siendo válido en la propuesta comunista como lo que ha de cambiar debe hacerse de manera organizada, por lo que ello exigía la existencia de grupos de trabajo con categorías concretas.

Un camarada propuso en ese sentido que las áreas temáticas fuesen consideradas como punto de arranque que en la posterior asamblea, al debatir de sus contenidos, se evaluase si eran válidas o no, si necesitaban o no un reenfoque.

Hubo quien señaló que por muy clásicas que parecieran áreas como movimiento obrero o mujer eran inevitables porque resultaba fundamental definir una posición política a partir de la que los comunistas pudiéramos intervenir.

Otro asistente sugirió dar un voto de confianza a la estructura del debate-elaboración en las 6 áreas propuestas y que volcásemos el esfuerzo en repensar el contenido de las mismas, dado que los errores de distintas organizaciones comunistas llevaban a la necesidad de que gran parte del trabajo y del modo de pensarlo debiera empezar casi de nuevo, sin olvidar las enseñanzas útiles que traíamos del pasado.

Surgieron entre los asistentes algunas reflexiones que excedían a la estructura planteada en grupos de trabajo pero que de algún modo debieran ser recogidos en algún lugar de los mismos; cuestiones talles como
  • El modo de intervenir en los movimientos de masas. Algo que exige trabajar cuestiones como conciencia, capacidad de acción independiente y criterios propios, formación, ideas, dirección, vanguardia, ser actores de la historia, globalizar y elevar el nivel de conflicto y de orientación de las luchas parciales,…
  • Se recordó desde la sala que nuestra elaboración teórica debe ir destinada a la lucha y la transformación social.
  • El cambio de valores dentro de las organizaciones comunistas, el abandono del sectarismo, la superioridad y cerrazón de algunos dirigentes, la necesidad de ser abierto y unitario con otros comunistas y el rechazo al institucionalismo burgués en el que algunas organizaciones han caído.
  • La necesidad de que en una etapa posterior se fuese abriendo paso, más allá de la formación, la investigación y el análisis que nos permitiera elevar la capacidad de propuesta política.
Terminado el debate sobre las áreas, desde la mesa se lanzaron las siguientes propuestas:
  • Incorporar dentro de las 6 áreas temáticas, si no surgía una propuesta formal de sustitución de las mismas, o eliminación de alguna de ellas, las cuestiones planteadas por los camaradas.
  • Aceptar los plazos de presentación (15 de Enero) de los borradores de las áreas temáticas propuestas
  • Conformar las comisiones de elaboración política correspondientes a las áreas temáticas a partir de la inclusión de los camaradas asistentes en las mismas y organizarse mínimamente cada área/comisión para poder empezar a trabajar.
  • Convocar la siguiente asamblea para finales de febrero en la cuál serían discutidas las elaboraciones políticas realizadas por las áreas temáticas.
Las propuestas de la mesa fueron aceptadas por consenso general de la sala.

De forma inmediata se pasó a la constitución de los grupos de trabajo para la elaboración política, aspecto en el que debemos reseñar que el grado de incorporación de los asistentes fue muy elevado.

Posteriormente se propuso la incorporación de camaradas a la comisión de coordinación de tareas hasta el tercer encuentro.

Dado que la comisión gestora no tenía más que 5 nombres propuestos sobre un total de 15 se acepto la primera parte (inclusión de los 5 nombres) y se pasó rápidamente a la incorporación a la comisión de coordinación de todos aquellos que quisieron incorporarse a la misma.

La reunión se dio por finalizada a las 2 de la tarde en un clima de alto nivel de satisfacción, trabajo colectivo y compromiso militante con las tareas que el EEC había aprobado.

Debemos señalar que tanto en las comisiones de elaboración política como en la de coordinación de tareas la incorporación de militantes de partidos comunistas con la de militantes comunistas sin partido se produjo de un modo natural y solidario, de acuerdo al espíritu que ha animado al Espacio de Encuentro Comunista desde el primer momento de llamamiento al mismo.

Ahora queda en manos de los comunistas del EEC avanzar hacia el desarrollo de ideas, la cooperación en el trabajo de coordinación y elaboración política, la extensión de núcleos del mismo por el territorio del Estado español y los sectores productivos y la preparación de un buen tercer encuentro. El desafío continúa y las ganas de combate también.

11 de noviembre de 2015

OCDE RECORTA SUS PREVISIONES POR LA CAÍDA EN “ECONOMÍAS EMERGENTES” Y DEL COMERCIO MUNDIAL

Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE
La Izquierda Diario

Desde la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, anunciaron el lunes en su informe sobre las perspectivas mundiales, un recorte basado en los efectos negativos de la desaceleración de los mercados emergentes y la caída del comercio mundial.

Este lunes desde su sede en Paris, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, una institución de investigación económica financiada por países ricos, dio a conocer su último reporte semestral sobre las perspectivas económicas mundiales.

Una fuerte caída en las economías de mercado emergente y el comercio mundial ha debilitado el crecimiento global de alrededor de 2,9 % este año - muy por debajo del promedio a largo plazo- y es una fuente de incertidumbre para las perspectivas a corto plazo”, se escuchaba en el informe presentado por su Secretario General, Ángel Gurría.

Y continuaba: “Los flujos comerciales globales han caído peligrosamente a niveles asociados generalmente a una recesión mundial, aunque las medidas adoptadas por China y otros países deberían garantizar una reactivación en 2016”.

La OCDE ha bajado varias veces las estimaciones de crecimiento mundial para 2015, que en un principio había fijado en el 3,7 % en noviembre del año pasado, y tras varios ajustes a la baja, finalmente alcanzó el 2,9 %.

Sobre la suba de las tasas de interés por parte de la Fed, que aún tiene posibilidades de suceder este año según palabras de su presidente Janet Yellen- la OCDE señaló que se debería aplicar al aumento. Desde la institución consideran que de esta forma se podría “ganar velocidad en la recuperación de Estados Unidos y Europa, pese a una desaceleración que en su mayor parte se centra en los mercados emergentes y China”.

De acuerdo al informe presentado ayer, el comercio mundial crecerá sólo un 2 % este año, un nivel al que ha caído solo cinco veces en las últimas cinco décadas y que coincidió con crisis: 1975, 1982-1983, 2001 y 2009. "Esto es profundamente preocupante", dijo Catherine Mann, economista jefe de la OCDE.

"El comercio mundial ha sido un referente para la producción mundial", prosiguió. Sin embargo, desde la organización esperan que el crecimiento mundial de la economía suba al 3,3 % el próximo año gracias a las medidas de estímulo en China, aunque será menor que el 3,6 por ciento que esperaba antes.

Previsiones de crecimiento por zonas
Las previsiones para EE.UU. son del 2,4 % para este año y del 2,5 % para el año que viene, recortada en este último caso desde un 2,6 por ciento.

La eurozona también redujo la estimación al 1,5 % este año y al 1,8 % el año que viene, desde el 1,6 por ciento y el 1,9 por ciento respectivamente.

En el caso de China, las estimaciones suben del 6,7 al 6,8 % para 2015, mientras que para 2016 se mantienen en el 6,5 por ciento.

Por último, en otras economías emergentes, preocupa las recesiones de Brasil y Rusia, desde la OCDE proyectan que no van a volver a un crecimiento positivo en términos anuales hasta 2017. Por el contrario, las proyecciones de crecimiento en India siendo relativamente sólido, con un crecimiento del PBI que se espera continúen por encima de 7 % en los próximos años.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese: “El BBVA también se pone pesimista con las previsiones económicas”


10 de noviembre de 2015

CAMBIOS Y REACCIÓN


David Brooks. La Jornada
Lo más alarmante de que Donald Trump vaya a la cabeza en las preferencias de la contienda republicana para la candidatura presidencial, es pensar quiénes son esos millones que lo apoyan con tanto entusiasmo. ¿Quiénes son los que responden con tal exaltación a un mensaje xenofóbico que culpa a los otros por el fin de la grandeza estadounidense? ¿Cómo es que un bufón multimillonario tan peligroso se vuelve héroe para tantos?
No es tan extraño que una estrella de reality shows sea protagonista en una contienda electoral que a veces parece más un espectáculo producido y dirigido por patrocinadores empresariales que un ejercicio esencial de lo que aquí llaman democracia. Pero una clave mucho más importante para entender el fenómeno no consiste en analizar a Trump, sino los trumpistas.
Parte de esta clave está en el título de su nuevo libro, America lisiada; cómo volver a hacer grande a America. Volver a hacer, o hacer de nuevo, es un mensaje muy cuidadosamente diseñado. Estados Unidos está discapacitado, dañado, ha perdido su grandeza y hay que volver a hacerlo grande. Va dirigido a un amplio sector que percibe que el Estados Unidos de antes se ha perdido, que se desvanece.
¿Y quién tiene la culpa? Según Trump, los otros, los que no son de aquí, los inmigrantes y el resto del mundo donde Estados Unidos ha dejado de imponer su voluntad y ha cedido a otros (con Putin, con China, como también en el terreno del comercio internacional). Hay que sacar a los otros del país, hay que imponer la voluntad estadounidense de nuevo en el mundo, hay que volver a lo que era.
Trump y sus filas tienen toda la razón. Estados Unidos no es el de ayer aquí adentro (ni en su margen de maniobra allá afuera). Se está viviendo el fin de ese Estados Unidos definido por ser blanco, anglosajón y guiado por una visión semireligiosa protestante de lo que se llamaba el sueño americano. Y esto tiene implicaciones profundas.
Y algunos sectores viven este fin con consecuencias dramáticas. Una nueva investigación de los economistas Anne Case y Angus Deaton (quien ganó el premio Nobel de economía este año) de Princeton sacudió al país en los últimos días al encontrar un dramático e inesperado incremento en la tasa de mortalidad entre hombres blancos de entre 45 y 54 años de edad en Estados Unidos por alcoholismo, drogas, suicidio y más.
Los datos revelan que los más afectados son hombres blancos con estudios sólo hasta preparatoria y que enfrentan marginación en la fuerza laboral. Los investigadores señalan que entre los factores de este incremento de la tasa de mortalidad –fenómeno tan único en Estados Unidos– es la reducción en oportunidad económica para este sector, el incremento en la desigualdad y que el sueño americano no se cumplirá para ellos (es decir, que cada generación será más próspera que la anterior).
No se ha detectado algo parecido en un desplome de la expectativa de vida en el mundo desarrollado desde los primeros días de la epidemia del sida, y es parecido –aunque menos grave– a lo que sucedió en Rusia después del colapso de la Unión Soviética.
Ese sector fue, hace unas décadas, el símbolo del sueño estadounidense –los que obtenían empleos de por vida en el sector industrial y, en gran parte por los sindicatos, lograron una vida estable de clase media. Pero desde finales de los años 70 esto se ha revertido por el desmantelamiento del sector industrial, el traslado de producción al extranjero, acelerado por acuerdos de libre comercio, y una guerra abierta contra los sindicatos– y con ello este sector ha visto un desplome en ingresos y oportunidades.
Paul Krugman, economista premio Nobel, lo resume así: “los datos muestran una sociedad apremiada por la desesperanza… Algo terrible le sucede a la sociedad blanca estadounidense”.
Trump tiene un eco entre este sector. El veterano periodista y columnista Harold Meyerson, del Washington Post, señala que “Trump obtiene su apoyo principalmente de republicanos de clase trabajadora, quienes son atraídos por su oposición a acuerdos comerciales, su apoyo del Seguro Social y Medicare (programas de bienestar social) y su denigración de los inmigrantes; un programa similar al de los partidos racistas-populistas de derecha de otros países con apoyo de trabajadores como el Frente Nacional en Francia.”
Por supuesto, no todos los trabajadores blancos están con Trump. De hecho, el mensaje del socialista democrático Bernie Sanders, del lado demócrata, también está generando apoyo sorprendente (para las cúpulas) entre amplios sectores de trabajadores blancos y de todos los colores. Pero lo de Trump también se nutre con el otro gran cambio en este país: el fin del Estados Unidos blanco.
La Oficina del Censo de Estados Unidos proyecta que para 2044 los blancos pasarán a ser una minoría más en este país; o sea, que será un país de mayoría de minorías, con los blancos como la minoría más grande, pero ya no superarán el 50 por ciento de la población (los blancos actualmente representan 62 por ciento).
En los últimos 50 años han llegado 59 millones de inmigrantes a Estados Unidos (el porcentaje de los nacidos en el extranjero de esta población está a un nivel casi récord: 14 por ciento). Y durante ese tiempo, estos inmigrantes y sus descendientes representan 55 por ciento del crecimiento de la población, y con ello están transformando la composición racial y étnica del país, reportó el Centro de Investigación Pew este año.
El cambio asusta, y no es nada nuevo que un político utilice el miedo para transformarlo en reacción; son reaccionarios pues. Tal vez el fenómeno Trump es más bien la confirmación de que su Estados Unidos está por desaparecer y está naciendo otro en el que él y otros políticos como él serán relegados a ser una minoría irrelevante.

El gran cómico Stephen Colbert escribió un libro hace unos años en el que se burlaba de la arrogancia infantil de los que ya (ojalá) perdieron el futuro. El título: América otra vez: rehacer la grandeza que nunca no fuimos.

5 de noviembre de 2015

LOS “50 JAMES BOND DE OBAMA” EN SIRIA: ¡PARA COMBATIR A 230.000 YIHADISTAS!

Alfredo Jalife-Rahme. La Jornada

En coincidencia con el estreno de la película Spectre, de James Bond (http://www.007.com/), mata de risa el montaje hollywoodense del envío por Estados Unidos de 50 "soldados especiales" en la región kurda de Siria para combatir a 230 mil yihadistas sunitas que operan en Levante.

Como los bienes raíces, la geopolítica es ante todo ubicación, y no pasa inadvertida la sinergia de Estados Unidos con los kurdos sirios.

Funcionarios de Estados Unidos se jactan del "efecto multiplicador" que tendrán sus 50 "soldados especiales", catapultados sin el permiso formal de nadie: ni del Congreso de Estados Unidos ni de la ONU ni del gobierno sirio ni de la Liga Árabe de 22 países ni de la Organización para la Cooperación Islámica de 57 países (http://goo.gl/dt0AlG).

A finales de 2014, Fuad Hussein, jefe de la oficina de Massoud Barzani, presidente de la región autónoma kurda en Irak, en entrevista con Patrick Cockburn –considerado entre los óptimos comentaristas de Medio Oriente–, evaluó el número de combatientes yihadistas sunitas en 200 mil: "ocho veces mayor que las estimaciones de los servicios de inteligencia occidentales (léase: la CIA), que los colocan en 31.500" (http://goo.gl/UxDuho).

¿Por qué conviene a la CIA subestimar exageradamente el número de yihadistas sunitas que deambulan entre Irak y Siria?

Fuad Hussein pondera que Daesh/Isis/Isil "gobierna en la tercera parte tanto de Irak como de Siria, que comprende en su totalidad una población de entre 10 y 12 millones que viven en un área de 250.000" kilómetros cuadrados, el mismo tamaño que Gran Bretaña", lo cual "otorga a los yihadistas una extensa mancomunidad de reclutas potenciales".

Con las recientes y vastas adquisiciones territoriales de los yihadistas en Siria, la cifra enunciada por Fuad Hussein sobre el ejército irregular de yihadistas sunitas se ha abultado sustancialmente en el lapso de un año con la adicional llegada de otros 30 mil provenientes de la extensa geografía islámica, que comprenden específicamente 3 mil combatientes de Chechenia (Cáucaso ruso), según The New York Times (http://goo.gl/Ynje9g), y a quienes habría que agregar otro tanto de la región islámica de Xinjiang en China (http://goo.gl/ajhTkD).

Según Al-Quds Al-Arabi (12/8/14), solamente los "escuadrones de la muerte yihadistas", los siniestros dhabbihah, alcanzarían 15 mil verdugos (http://goo.gl/yrf3Fe).

¿Por qué la CIA se habrá "equivocado" en forma tan burda en sus estimaciones?

Ya había advertido sobre el Yihadistán, en lo que "Putin tuvo razón en Siria" (http://goo.gl/vrv3vD).

El proyecto irredentista del califato yihadista (Califato Qoqaz), el Yihadistán, comprende la península ibérica (Al-Andalus), todo el norte de África, el cuerno de África (Somalia) y el sub Sáhara, pasando por los Balcanes y el Cáucaso (frontera con Rusia), hasta Khurasan (Asia Central), frontera con el subcontinente indio y China (http://goo.gl/ygZstq).

Hoy existen "batallones islámicos repletos de chechenos que ayudan a Ucrania en su guerra contra los rebeldes secesionistas", según NYT (http://goo.gl/JwTpwX), lo que conecta los dos teatros regionales simultáneos de guerra: Ucrania con el binomio geográfico de Siria/Irak.

Según Marcus Papadopoulos, redactor en jefe de la revista británica Politics First, "El petróleo es uno de los componentes claves del auge de los terroristas. Si la coalición de Estados Unidos realmente quisiera deshacerse de los militantes, en primer lugar habría destruido la infraestructura petrolera de los terroristas, pero no lo hace. ¿Por qué? Porque los militantes sirven a los intereses de Occidente y, en particular, los de Estados Unidos, que, a su vez, entiende que si priva a los militantes de su principal fuente de financiación, los terroristas dejarán de obedecer, algo que ahora permite a Washington mantener la región bajo tensión" (https://goo.gl/mnaOlx).

Ni con sus 50 James Bond juntos –las "fuerzas especiales" de "efecto multiplicador"– podrá Obama combatir a más de 230 mil yihadistas sunitas, que se irán incrementando en forma exponencial y conforme a los intereses bursátiles de sus apostadores, lo cual constituye de dos cosas: una, repartirse el féretro de la balcanización en la región kurda del norte de Siria, como aprecia Réseau Voltaire (http://goo.gl/wVrGnk) –y, por extensión, la muy cantada pulverización de Irak (http://goo.gl/qphEbs)–, y/o servir "como escudo humano de protección" a sus impresentables "aliados" –los rebeldes sirios "moderados" de Al Qaeda, con todas sus mutaciones y disfraces hollywoodenses–, para inmunizarlos de los exitosos bombardeos rusos, como aduce el investigador británico Finian Cunningham: "La decisión de Obama de enviar fuerzas especiales a Siria es vista ampliamente como una escalada militar de Estados Unidos en ese país. El envío de tropas también señala que Estados Unidos trata de prevenir los éxitos rusos en borrar los instrumentos de Washington para el cambio de régimen en Siria" (https://goo.gl/zstSQU).

La deliberada confusión lingüística del gabinete de Obama, entre "moderados" (sic) de Al Qaeda y yihadistas, forma parte del "caos controlado" geopolítico que asedia las fronteras sunitas del RIC (Rusia, India y China).

Quizá debido a la Babel geopolítica y lingüística imperante en la Casa Blanca, Edward Luce, del Financial Times, no perciba "plan" ni "estrategia" en el envío de los 50 comandos por Estados Unidos, quien está perdiendo la partida en Siria frente a Putin, "mejor jugador de poker que Obama", cuando las primeras semanas de los bombardeos rusos han transcurrido conforme a su plan. El régimen de Assad ya no enfrenta el colapso y Rusia ha consolidado su relevancia geopolítica y ha revivido su presencia naval en el oriente del mar Mediterráneo (http://goo.gl/soi4Vp).

Cuando en Estados Unidos el electorado ha dado la espalda a Jeb, de la decadente "casa de los Bush" (http://goo.gl/fpUC9V), que llevó a la otrora superpotencia unipolar a su doble desastre geoestratégico (derrotas en Afganistán e Irak) y geofinanciero (quiebra de Lehman Brothers en 2008).

Edward Luce anhela el trasplante cerebral de Obama con los genes bélicos del nepotismo dinástico de los Bush y arremete contra su mentalidad de "abogado" que pierde la visión holística y actúa "caso por caso", con un "incremental manejo reactivo de las crisis".

Los circuitos bursátiles de la City (Londres) no saben nada de guerras nucleares ni de geoestrategia y uno de sus pugnaces portavoces, Edward Luce, cita sin desparpajo a Joseph Dunford, el jefe de las fuerzas armadas conjuntas de Estados Unidos, quien "tomó" (sic) su puesto un día después del inicio de los bombardeos aéreos rusos en Siria: "Si un país representa una amenaza existencial a Estados Unidos, debo señalar a Rusia".

La torre de Babel lingüística y geopolítica de Obama refleja el trilema geoestratégico de Estados Unidos: 1) la guerra termonuclear contra Rusia, donde nadie gana, y que ya fue evitada en Ucrania; 2) la descomposición caótica global en curso, y 3) el acomodamiento del nuevo orden tripolar de Estados Unidos con Rusia y China.

Obama deja la óptima decisión tripolar a su sucesor, mientras opta en forma transitoria por su torre de Babel geopolítica con los yihadistas.


3 de noviembre de 2015

LA FANTASÍA DE LA “UNIDAD DE LA IZQUIERDA” DESCARTADA EN PORTUGAL

Julio Andrés Capey. Canarias-semanal.org

Lo ocurrido en Portugal, en nombre del “deber y las atribuciones constitucionales” de un presidente de gobierno podría ser un primer paso para neutralizar, más tarde por la vía violenta, cualquier cambio en la correlación de fuerzas que pudiera entenderse como debilidad e ineficacia del sistema para mantener el control “por consenso” de la sociedad.

La historia así lo muestra, dentro y fuera de las fronteras españolas. Cuando las reglas de juego no les favorecen y peligran sus intereses, la burguesía primero cambia la reglas y, finalmente, las suprime totalmente.

Como hemos visto, el presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, rechazó el gobierno de coalición formado con apoyo de la nueva mayoría parlamentaria. El jefe de Estado portugués justificó su decisión –léase, cambio de reglas- alegando la presencia de personalidades del llamado Bloque de Izquierda y de varios comunistas entre los miembros de dicho gobierno.

En 40 años de democracia ningún gobierno en Portugal había dependido nunca del apoyo de las fuerzas antieuropeas, como las fuerzas que hacen campaña para abrogar el Tratado de Lisboa, el Pacto Presupuestario, el Pacto de Crecimiento y Estabilidad, así como para desmantelar la unión monetaria y salir del euro, sin mencionar la salida de la OTAN”-declaró el presidente Cavaco Silva.

Y agregó más adelante, “Es el peor momento para un cambio radical de las bases de nuestra democracia (…) Después de que hemos realizado un programa oneroso que implica grandes sacrificios, es mi deber, y entra dentro de mis poderes constitucionales, hacer todo lo posible por evitar el envío de falsas señales a las instituciones financieras, a los inversionistas y a los mercados”.

No es nuestra intención valorar aquí el círculo vicioso en el que incurre el presidente de Portugal con su maniobra política, para constatar hasta qué punto ésta constituye un golpe de Estado en toda regla o no.

Este breve análisis se dirige a la cuestión fundamental, que tiene que ver con la decisión del Partido Comunista de Portugal (PCP), de pactar con el Bloque de Izquierda y el Partido Socialista (PS) para la conformación de una coalición, con el fin de lograr una mayoría absoluta en el Parlamento portugués contra los conservadores.

Los protagonistas se sostienen sobre el argumento de “unidad” frente al conservadurismo.

Por el Bloque de Izquierda su líder, Catarina Martins, aseguró en su momento que sería “una pérdida de tiempo” nombrar jefe de Gobierno a un conservador.

Por su parte, el líder del PCP, Jerónimo de Sousa, había dicho que sería "incomprensible que se desperdiciase la oportunidad" de impedir que se formara un gobierno conservador.

La decisión es absolutamente errónea. No por el descalabro que ha sufrido el acuerdo, sino porque se trata de una de los peores lastres que enfrenta la estrategias que pretenden revolucionar la sociedad desde sus bases. El error consiste en apreciar este tipo de alianzas como una “oportunidad” para el cambio, cuando en realidad son parte del problema y no de la solución.

Es evidente que no son iguales los conservadores que el Bloque de Izquierdas. Solo que, ante los rigurosos hechos, ambos conducen al mismo callejón sin salida del sistema capitalista y sus relaciones perversas.

La táctica es engañosa y es reaccionaria, porque todo el aparato “democrático” burgués es un arma del capitalismo y, como arma de esa naturaleza, por más ropajes que lo vistan, es un arma al servicio de este sistema.

Existen suficientes pruebas de la forma en la que concluyen, para los comunistas, estas propuestas. Con una pérdida de la propia identidad y la aceptación de las mismas políticas económicas que deberían combatir

En ese escenario se vieron los esperpentos de los poderosos Partido Comunista Italiano y el Partido Comunista Francés, que en las sesiones parlamentarias iban contra los trabajadores –a favor de privatizaciones, contra las pensiones- mientras por la tarde jugaban a movilizarlos contra aquellas mismas políticas.

Y es que un cambio de Gobierno no modifica los aspectos cruciales que subyacen bajo la política visible de los parlamentos. La forma en la que las clases dominantes de la sociedad detentan el verdadero poder.

Aun cuando el pacto rechazado se hubiera producido en Portugal, al país habría continuado igual y el pacto de estabilidad incólume. La hoja de ruta de la UE seguiría su mismo rumbo, tal y como ya ha sucedido en Grecia con el gobierno de Alexis Tsipras.

El objetivo de lograr la “unidad” a cualquier precio para formar gobiernos contra los conservadores, con el control de las formaciones socialdemócratas de viejo o nuevo cuño, no solo conduce a la desmovilización social. Refuerza también la idea de que las políticas neoliberales que finalmente se aplican son tan “naturales” como la Ley de la Gravedad y la ficción de que mediante la vía de las urnas es posible resolver los problemas de la sociedad.

Esconde el carácter de clase del moderno parlamentarismo, que no encuentra entre sus miembros a un solo trabajador.

En medio de toda esta discusión, una circunstancia objetiva expuesta en su día por Lenin manifiesta la inconsistencia del supuesto reformista.

El capitalismo –afirmaba el revolucionario ruso - es la propiedad privada de los medios de producción y la anarquía de la producción. Predicar una distribución "justa" de la renta sobre semejante base es proudhonismo, necedad de pequeño burgués y de filisteo. No puede haber más reparto que en proporción a la fuerza”.

Pero además, la Unión Europea es un acuerdo de los capitalistas del continente para competir con otros polos imperialistas como el de Estados Unidos, que retrotrae a los países que la conforman a sus viejas aspiraciones históricas.

Porque si los proletarios de los países europeos creen todavía en los parlamentos, en las concertaciones con la empresa, en la vía democrática y electoral, y en los cambios sin conflictos agudos, se debe entre otras causas, a decisiones como estas que emprenden partidos que deberían ser, como proclaman, referentes de los asalariados.

No se pueden conciliar las ideas emancipatorias y las europeístas de la ideología burguesa. Los proletarios no encontrarán nada para ellos en los proyectos de alianzas con los capitalistas y sus representantes socialdemócratas. Europa nunca podrá discurrir en paz y unida, mientras continúe regida por el Capital que también controla el Mundo.

Negar por principios esta posibilidad de concordato táctico con fuerzas que no son revolucionarias no es, en absoluto, una muestra de sectarismo ramplón. Es la tozuda realidad, la Historia, la que marca la pauta de esta visión, que no tranza con principios cardinales.

Porque, sencillamente, hoy no hay lugar, ni tiempo, para las ilusiones pequeño-burguesas sobre la “democracia” y la Europa unida de régimen capitalista.

Por otro lado, las fuerzas revolucionarias no deben pasar por alto que el aumento de la consciencia en la sociedad, que se manifiesta antes en forma de voto “equivocado”, o en conciencia que ve nítidamente que la raíz del mal está en el capitalismo y no en la falta de derechos, traerá consigo, antes o después, una reacción que puede ser fascista.

Como clase dominante, la burguesía, que encarna el poder económico pasará sin contemplaciones de la “democracia inoperante” a la “dictadura necesaria”. Y a las fuerzas populares les conviene prepararse, en todos los terrenos necesarios, para esta nada improbable posibilidad.

2 de noviembre de 2015

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE MUJER Y MOVIMIENTO DE CLASE

Por Mariola García Pedrajas

El movimiento de clase surge dentro de un entorno social determinado, al cual no es inmune y que determina en parte las cuestiones que éste se plantea. Una de esas cuestiones, influenciadas por el entorno social, es la relativa a cómo se integra la mujer en el mismo. Una, aquejada de un fuerte sentimiento de igualdad, tiene la tendencia a responder, pues con la misma naturalidad que un hombre, bajo las mismas reglas. Pero soy consciente que cuando planteamos esta cuestión estamos considerando una serie de aspectos que, aunque relacionados, pueden ser tratados separadamente, y que es necesario abordar. Estaría por una parte la cuestión de cómo se analiza la desigualdad de la mujer desde una perspectiva de movimiento de clase y por otra, cómo se trabaja por la igualdad dentro del propio movimiento en un entorno social que no es precisamente propicio. Quisiera compartir algunas reflexiones sobre elementos que considero debemos tener en cuenta cuando abordamos estas cuestiones. 

Análisis de clase frente a feminismos (clasistas) interclasistas 
Tafataona Mahoso en su artículo “Cómo Estados Unidos controla la ‘sociedad civil’ a lo largo y lo ancho de África”(1), citando al Profesor Issa Shivji de la Facultad de Derecho de Dar es Salaam destaca las enormes dificultades para que surja un liderazgo en África que haga un verdadero cuestionamiento del imperialismo, ya que éste ha de surgir de un mundo y un contexto donde el terrero ha sido socavado y pavimentado por el propio imperialismo.  Por lo tanto considera que la primera labor es recuperar el suelo africano, levantando el pavimento de esa senda construida por la supremacía blanca, el colonialismo y el imperialismo. Observando el panorama actual, no puedo menos que pensar que el análisis feminista de clase tiene que surgir igualmente en un contexto en que el terreno ha sido socavado y pavimentado por el propio sistema capitalista, y que es pues uno de esos temas, uno más, donde el movimiento de clase tendrá que levantar ese “pavimento ideológico” erigido y mantenido por sus enemigos de clase, para recuperar el terreno donde poder construir su propia senda. El discurso feminista actual considerado “de izquierdas” es decididamente interclasista, hasta el punto que en el mismo el término “mujer” ha llegado a cumplir la misma función que el termino ciudadano, esconder la realidad de la división, también de la mujer, en clases sociales. Es además un feminismo en el que el análisis de la desigualdad de la mujer se enmarca en un contexto poco menos que de ocultación o negación de otras desigualdades sociales.  Si ese discurso es adoptado por las mujeres de la clase trabajadora no nos puede llevar por otra senda que la de convertirnos en enemigas de otros grupos sociales explotados por el capitalismo.    

Un ejemplo típico de ese feminismo de las ciudadanas se puede encontrar en el artículo que estos días publicaba en Público Lidia Falcón, en el que habla de la participación de su partido en Ahora en Común (AeC) y pretende abroncar a las mujeres en política por no usar un discurso de defensa de las mujeres (2). Ante las continuas referencias a la “defensa de las mujeres” yo no puedo evitar preguntarme, ¿las mujeres de qué clase? Veamos un ejemplo de en qué contexto enmarca Lidia Falcón las diferencias económicas dentro de la categoría “mujeres”:

“¿Es mucho pedir que los partidos políticos dediquen algún esfuerzo para idear y prometer proyectos que contribuyeran a remediar tal estado de cosas? Sería muy de desear que sobre todo las mujeres dirigentes de esos partidos mostraran alguna sensibilidad respecto a la situación de sus hermanas bastante más desfavorecidas que ellas, en vez de pretender, en una competencia patética, imitar a sus colegas masculinos repitiendo los latiguillos y eslóganes sobre los temas internos de partido y las polémicas que los separan, y dedicaran algo de su tiempo a idear planes para sacar a sus conciudadanas de la pobreza, la marginación y la violencia en que el patriarcado las hunde. Aunque solo fuera por fingir que les importan mientras dure la campaña electoral.”

El movimiento de clase no apela a la buena voluntad de los explotadores o sus agentes, el movimiento de clase es la clase trabajadora organizada para luchar contra ellos, para arrebatarles el poder y acabar con la explotación de clase. El movimiento de clase entiende que el motor de la historia es la lucha de clases ¿Hay algo de ese espíritu en las palabras de Lidia Falcón? 
Evidentemente no. Margaret Kimberley, editora y columnista del medio de comunicación estadounidense Black Agenda Report, afirma refiriéndose a los liberales de su país que éstos están dispuestos a llegar en sus denuncias solo hasta donde sea posible hacerlo sin hablar de explotación de clase. Este feminismo se permite hablar de patriarcado pero no de capitalismo y la sobreexplotación a la que éste somete a la mujer de clase trabajadora. Es una visión que, al igual que todos los movimientos fomentados por esta tan vieja nueva política, se enmarca perfectamente en la tradición liberal estadounidense. En esta visión del mundo, el motor del cambio social no son nunca los explotados organizándose para luchar contra sus explotadores, sino una clase educada con más sensibilidad social, que muestra más humanidad. El cambio se busca pues a través de la apelación a la conciencia de elementos más o menos privilegiados de la sociedad para que muestren más humanidad. 

Quizás hemos de entender que el hablar de pobreza o marginación lleva implícita una crítica al sistema económico, pero contra qué se lucha y los objetivos de la lucha han de expresarse claramente no dejar que los “sobreentendamos”. Hablar de pobreza o marginación no significa absolutamente nada, lo importante es qué lucha propones contra esa pobreza y marginación. Este feminismo, al convertir a la mujer en una categoría transversal, como la de ciudadano, nos lleva a un auténtico batiburrillo de cosas por las que tenemos que luchar juntas; tanto contra la pobreza y la marginación de las mujeres como por incrementar la presencia de mujeres en los espacios del capitalismo, en sus círculos políticos (de gestión del sistema), económicos (de explotación capitalista) y culturales (de entretenimiento para consumidores y consumidoras con poder adquisitivo dentro del sistema capitalista).  Al parecer se trata de una lucha que abarca todos los aspectos de los “derechos humanos de las mujeres”. Los que según veo incluyen tanto que las muy favorecidas puedan llegar a ser presidentas de un banco, y hasta del imperio estadounidense, como que las muy desfavorecidas coman y tengan techo, no gracias a su lucha para arrebatarles el poder a quienes las explotan sino por la buena voluntad de las favorecidas. 

Me doy cuenta que una idea que juega un papel relevante en estas propuestas de lucha, y este feminismo así lo asevera de manera regular, es que la mera presencia de más mujeres en los círculos de poder y gestión (capitalista) les va a dar otro aire, una visión de mujer, que va a resultar muy beneficioso para las mujeres en su conjunto. Considero que esa mentalidad es tremendamente perniciosa. Uno de los medios de comunicación a los que acudo de manera regular es Black Agenda Report. El objetivo de este medio estadounidense es proporcionar noticias, información y análisis con una visión de izquierda negra, toda una declaración de intenciones. Evidentemente dedican un gran espacio a analizar el papel del racismo, pero a diferencia de otros medios lo hacen desde una perspectiva que solo podemos considerar de clase, incluyendo unos elementos que aprecio enormemente. Por una parte son plenamente conscientes que la presencia de caras negras en los círculos del poder no solo no ayuda necesariamente a mejorar la situación de la mayoría negra sumida en la explotación y la marginación, sino que a menuda juega un papel muy negativo para esta. En este sentido, critican duramente a Obama y a una clase política negra al servicio incondicional del sistema capitalista. Ponen de manifiesto como la victoria de Obama, y el comportamiento de la clase política negra, han tenido un impacto muy negativo desactivando la lucha de la población negra contra su explotación  y marginación. Por otra parte resaltan que el racismo que permea la sociedad estadounidense es general, no pretendiendo como hacen los liberales que se reduce a ese tan obvio de lo que llaman basura blanca, es decir, a un problema de una clase de bajo estatus socioeconómico. El racismo de  la “clase media” blanca estadounidense se ve claro cuando se tiene en cuenta que Obama se ganó su corazón, y sus votos, con una campaña en la que básicamente pretendió que la sociedad estadounidense ya no era racista, y que si juzgaba mal a una gran parte de la población negra no era por el color sino porque ésta, en vez de trabajar para ser parte del “sueño americano”, se mantenía a sí misma en la marginación y la delincuencia. Como destaca Black Agenda Report, al votante negro no había que ganárselo, siguiendo esa mentalidad tan perniciosa, el mero hecho que Obama fuera negro desactivaba su sentido crítico. Como indica Glen Ford, uno de los editores jefes de este medio, el objetivo de un movimiento revolucionario es confrontar al poder, no se pueden dedicar todos los esfuerzos una y otra vez a simplemente poner caras negras en los círculos políticos, económicos y culturales del capitalismo. Personas que en el mejor de los casos carecen de la formación, la convicción y la fuerza necesarias para ir más allá de la mera retórica o la propuesta de medidas cosméticas que nunca van a lo esencial. Esa profundidad de análisis es la que me gustaría ver en el tema de la mujer en el movimiento de clase.  

Quiero dejar claro que aquí no se pretenden juzgar las motivaciones de  las mujeres que adoptan estas posiciones feministas que pretendo exponer, que en algunos casos serán de mero oportunismo político o postureo feminista, pero en muchos otros pueden ser de lo más honorables. Aquí lo que se juzga es que ese tipo de feminismo es totalmente contrario al que debe plantearse desde una perspectiva de clase. Las únicas motivaciones que sí me interesa analizar son las del propio sistema capitalista cuando promueve la idea que esta es la batalla más radical que puede plantearse por la igualdad de la mujer, cuando intenta asegurarse que no haya espacios que vayan más allá. 

Veamos otro ejemplo del feminismo que aparece en Público, un artículo donde se recoge las palabras de Laura Freixas en el seminario Virginia Woolf: huerta, jardín y campo de batalla (2):

 “Las mujeres encontramos en Virginia Woolf algo que es un tesoro, en su trabajo hay algo que es escaso y, por tanto, valioso y muy útil para las mujeres, algo que no suelen hacer los escritores hombres y es que ella ilumina las experiencias de las mujeres, lo que no han tratado los hombres porque no las conocen”.  

Vaya, pues sí que deben ser pobres las experiencias de los muchos millones de mujeres que en el mundo somos, y los muchos más que han sido, cuando pueden ser “iluminadas” por una única mujer, de la burguesía precisamente. Siempre que me encuentro afirmaciones de este tipo me apuesto conmigo misma que lo que viene a continuación va a tener poco que ver con mi experiencia. Es una apuesta que de momento nunca he perdido. De todas formas en este texto encontré algo que me pareció muy interesante y que me va a permitir introducir el segundo elemento del que hablaba en ese análisis feminista que considero debemos evitar, el no enmarcar la desigualdad de la mujer en el marco amplio de sociedades profundamente desiguales, sino de negación de otras desigualdades de las que igualmente se alimenta el sistema capitalista. Laura Freixas, que según afirma lleva muchos años estudiando a Virginia Woolf, dice haber descubierto en los últimos años algo que no le gusta mucho de ella. “Reconozco que he descubierto su clasismo y eso no me gusta.” “En su obra eso se ve en el tratamiento a las criadas, es condescendiente. Llega a decir que si cayera una bomba y les matara a ellos en lugar de a los criados… Esa convicción de que ellos valían más humanamente por ser de clase alta y por ser cultos es lo mismo que el machismo.”

Resulta llamativo que Laura Freixas  haya tardado tanto en darse cuenta que Virginia Woolf adolecía del clasismo típico de su clase burguesa pero en cualquier caso, bravo por el  análisis que contiene la última frase. Virginia Woolf, lo mismo que otras mujeres de la burguesía o la pequeña burguesía, pueden haber dicho algunas cosas de interés en el tema del feminismo, pero precisamente esa es la cuestión que “esa convicción de que ellos valían más humanamente por ser de clase alta y por ser cultos es lo mismo que el machismo”.  

Siempre he sentido un profundo rechazo por lo que el machismo hace a las mujeres, tan lejos como puedo recordar ha sido así. Pero eso no me llevado a través de los años a posturas de “solo mujeres” o “las mujeres somos mejores”, es decir, a una autoafirmación femenina de mentalidad pequeñoburguesa, sino por una senda muy distinta. Mi detector de clasismos lo tengo en perfecto estado, en tan buen estado como tengo el detector de machismos. Así que lo expresado por Laura Freiras respecto a la similitud entre clasismo y machismo hace mucho tiempo que lo descubrí, haciéndome completamente impermeable al feminismo de mentalidad burguesa o pequeñoburguesa. En muchas fuentes se pueden encontrar elementos de interés, incluso en fuentes de la derecha, sobre la desigualdad de la mujer, pero en última instancia nuestro análisis tiene que estar animado de un espíritu completamente distinto. 

Otras cosas he visto a través de los años. Por una circunstancia personal tuve una relación cercana con un grupo de personas de Kenia, la mayoría al igual que yo procedentes del medio rural. No me costó ningún trabajo entender cómo vivían (sufrían) los ridículos comportamientos eurocéntricos. El eurocentrismo, los sentimientos de supremacía blanca,  trata a los pueblos no occidentales en gran medida como el machismo a la mujer. Esa es la senda por la que me ha llevado mi antagonismo con el machismo, a ser profundamente sensible al tema de las desigualdades, o dicho de otro modo, a un hondísimo disgusto ante cualquier análisis de la realidad que se asiente sobre visiones supremacistas. A donde creo que debía llevarme como mujer de clase trabajadora con conciencia de clase. 

Vivimos en sociedades que tienen fuertemente arraigados sentimientos de supremacía, de superioridad, por cuestiones de sexo, nivel socioeconómico, cultura, raza. El capitalismo se alimenta de esto. Si nos centramos en analizar y denunciar únicamente los sentimientos de supremacía por cuestión de sexo negando en la práctica la existencia de los demás, nuestro análisis no tiene ningún valor desde una perspectiva de clase. Esta posición impide la búsqueda de entendimiento con aquellos que también sufren desigualdad y explotación, debilitando la lucha, y nos lleva casi irremediablemente a caer en la trampa de ayudar en la demonización, o como mínimo presentar bajo una luz lo más negativa posible, a otros grupos sociales que el capitalismo quiere explotar sin restricciones; los hombres de la clase trabajadora, los hombres del aquellos países bajo la explotación imperialista. El empeño que el sistema capitalista pone en hacerles mala prensa a aquellos cuya fuerza de trabajo y recursos quiere explotar debería ser suficiente para que entendamos el papel tan importante que esto juega en allanar el camino a la lucha por sus intereses de la clase capitalista. Como mujeres de clase trabajadora, ¿vamos a participar en esto? 

El discurso feminista del que hablo está totalmente contaminado con el clasismo de la pequeña burguesía, en el caso de algunas prominentes “iluminadoras del universo femenino” ni tan pequeña. De los análisis que se hacen con frecuencia se desprende que las mujeres de clase trabajadora, término que tiende a desaparecer sustituido por  “desfavorecidas”, “la más vulnerables”, necesitan un extra de protección feminista, ¿debido a su sobreexplotación dentro del sistema capitalista? ¡No! ¡Qué va! Un extra de protección frente a sus hombres. ¿Existen concienzudos estudios que demuestren que los hombres de la clase trabajadora son más machistas y que conforme se asciende en la escala social (económica) el machismo va disminuyendo? ¿Estudios que en tanto que concienzudos apliquen un factor de corrección para tener en cuenta las diferencias en cuanto a la dureza en las condiciones de vida de las distintas clases sociales? ¿Qué consideren las formas mayoritarias que adopta el machismo en distintos entornos sociales para no subestimar unos machismos frente a otros? No lo veo probable, para acometer semejantes estudios haría falta partir de una mentalidad totalmente ajena a aquellos que los podrían llevar a cabo. Pero tampoco pasa nada, el feminismo de inspiración pequeñoburguesa no los necesita, ya obtiene todas las respuestas que necesita de eso que tan bien define a su clase, sus prejuicios clasistas. 

Si hago referencia a todo esto es porque quiero poner de relieve lo importante que es para el movimiento de clase hacer un análisis propio y totalmente ajeno al feminismo de mentalidad pequeñoburguesa. Si una mujer que considera tener conciencia  de clase se muestra extremadamente sensible a las actitudes machistas, pero en absoluto a estas actitudes clasistas frente a la clase trabajadora debería plantearse por qué. ¿Se ha dejado influenciar por ese feminismo donde como digo el término mujer cumple la misma función que el de ciudadano en lo movimientos ciudadanistas, esconder la división de la sociedad en clases sociales y que esto va pues de una lucha de clases? ¿Habla de clase trabajadora como retórica pero no es inmune al clasismo pequeñoburgués considerando que hay una clase intelectual, de mejor estatus social y económico, que es más feminista, más ecologista, y más todo lo progresista? He ido descubriendo que la izquierda revolucionaria, el comunismo, también tienen sus lugares comunes. Si hacemos un análisis que en el fondo poco se diferencia del que podemos encontrar en cualquier organización interclasista con aspiraciones electorales, o cualquier movimiento de autoafirmación de mujeres acomodadas, para luego aderezarlo con términos como burguesía, proletariado, obreras, el resultado es de una transparente superficialidad. De esos que nos hacen parecer adolescentes intentado pasar por los malotes y las malotas de la clase, y no personas adultas que comprenden a lo que se enfrentan y la enorme dificultad de encontrar formas efectivas de luchar contra poderes tan agresivos. 

En resumen, mi propuesta es que debemos hacer un análisis sincero, profundamente honesto, de cuál es la situación de machismo en la sociedad en general y en nuestra clase. Un análisis propio, totalmente enraizado en la perspectiva de clase, que busque un entendimiento certero de cuál es nuestra realidad social y sobre el que se puedan articular las luchas para cambiarla. Y mi opinión es que tal análisis no puede surgir de ninguna mentalidad feminista pequeñoburguesa de autoafirmación y exclusividad femenina.  No puede salir de ahí porque lo que así se organiza lleva implícitas las conclusiones que va a generar. El único papel que tiene reservado ahí el hombre es el de recibir los correspondientes adjetivos (epítetos) y agachar la cabeza en vergüenza. Realmente en mi experiencia este feminismo a las mujeres que no compartimos sus postulados nos reserva igual papel, y se muestra incluso más agresivo con nosotras ya que frente a nosotras no se puede erigir en portavoz de “las mujeres” y no nos pueden despachar con un simple ¡machistas! Nada de esto nos sirve para articular estrategias que sean útiles para la transformación social que buscamos. Tal y como yo lo veo la tarea que tenemos por delante es ardua y una de las cosas que hemos de tener muy presente es para quién hablamos y cuáles son nuestros objetivos. No hablamos para que nos entreviste las del estilo de Ana Pastor o el Wyoming, y agradar a aquellos y aquellas que dispensan los sellos de calidad progresista. Nuestro objetivo es la transformación social real no el postureo feminista. En este tema, como en todo lo que hagamos, vamos a necesitar grandes dosis de valentía moral.

La lucha por la igualdad dentro del propio movimiento 
A la pregunta de cómo se trabaja por la igualdad dentro del propio movimiento mi tentación es responderla simplemente con un, no sé, ¿practicándola? Ya sé que no es tan simple, aunque también considero que sí es posible trabajar por la igualdad dentro del movimiento, si es que los que lo integran lo desean sinceramente.  Recientemente, leyendo sobre los movimientos sindicales que se están dando en Sudáfrica, donde una parte de los mismos empieza a hablar claramente de luchar por el socialismo, acabé encontrando información sobre el Partido Comunista Sudafricano (South African Communist Party, SACP, en inglés) en la época en que se luchaba contra el Apartheid. No voy a hablar de en lo que se acabó convirtiendo el SACP, atacado desde todos los frentes por el capitalismo, eliminados, físicamente si era necesario, sus elementos más ideologizados, promovidos sus elementos más oportunistas, y el papel tan nefasto que juega hoy en día junto al igualmente nefasto Congreso Nacional Africano. Si la historia del PCE les parece triste, con unos líderes que no reconocerían un principio comunista ni aunque se dieran de bruces con él, la del SACP es trágica. Pero en aquel tiempo, donde tuvo un papel relevante en la lucha contra el Apartheid,  se repetían comentarios como “la única organización donde se respiraba una igualdad total entre negros y blancos” “el único blanco que entonces te estrechaba la mano era un comunista” “unas posiciones anticoloniales y antiimperialistas que causaban un profundo respeto”.  Un entorno social de profundo racismo, donde la explotación sin restricciones de la población negra se asentó en promover una imagen casi deshumanizada de la misma, ¡y fue posible crear un movimiento así! Las posiciones del  SACP no eran retóricas, muchos negros lo consideraron su espacio de lucha, y el que llegó a ser quizás su figura más prominente, Chris Hani, asesinado en 1993, era negro. 

Pues mi aspiración va en ese sentido, un movimiento donde se respire una igualdad total entre hombres y mujeres. Hay una cuestión en la que he estado pensando últimamente, cuando intento analizar las formas más efectivas de organizarse en un entorno social concreto.  En las sociedades racistas de países como Sudáfrica o EE.UU. los blancos no suelen compartir su espacio con los negros. Dentro de la población negra la inmensa mayoría pertenece a los explotados o marginados, pero aunque haya un porcentaje de la población blanca que también sufra altos niveles de explotación, los espacios tienden a seguir estando separados, el sufrimiento puede ser similar pero no es compartido. Esto crea dificultades adicionales a las posibilidades de entendimiento y de poder trabajar juntos en condiciones de igualdad. Las mujeres y los hombres de la clase trabajadora por el contrario sí que comparten espacio y sufrimientos.  Creo que si fue posible el entendimiento entre negros y blancos en el SACP con la dificultad añadida que comento, no tenemos excusa para no intentar trabajar por la construcción de ese espacio igualitario entre hombres y mujeres en el movimiento de clase. Creo que no tiene sentido alguno en estas circunstancias que las mujeres y los hombres de clase trabajadora luchemos por separado ni fuera ni dentro del movimiento. Nuestra posición es ya suficientemente débil, no debemos hacerla aún más débil escuchando los cantos de sirena de un feminismo descaradamente interclasista. 

Es evidente que sería mucho más fácil luchar por la igualdad dentro del espacio con conciencia de clase con una presencia importante de mujeres en el mismo. Los hombres tienen que hacer un esfuerzo permanente para ver a las mujeres como sus iguales, para no relegarlas, ni en la teoría ni en la práctica, a un papel secundario, y  para que nos vean y nos escuchen lo primero es que tenemos que estar. Pero lo cierto es que si a las tremendas dificultades que tenemos en el movimiento de clase para crecer, después de tantos años de dejadez por parte de los que tenían que haber estado creando conciencia de clase, le añadimos el machismo de la sociedad, no nos puede dar otro resultado que el panorama más bien desolador que tenemos en cuanto a presencia de mujeres. Cuando analizo las ideas promovidas por los creadores de opinión, que se encuentran en todas partes, los medios de comunicación, la industria del entretenimiento, en los espacios “alternativos”, no puedo ser optimista, vamos al modelo paradigmático de control social por parte de la clase capitalista, EE.UU. No serán los modelos anglosajones de “activismo” ni sus neofeminismos los que llenen de mujeres con conciencia de clase, y un profundo cuestionamiento de sistema, los espacios de la izquierda revolucionaria. Creo que las herramientas para tratar de incrementar la presencia de mujeres en el movimiento de clase en un entorno social tan poco propicio solo podrán surgir de una “inteligencia colectiva”, del esfuerzo de todas y todos.  En cualquier caso, tendremos que trabajar con lo que tengamos mientras buscamos maneras efectivas de mejorarlo. Contrariamente a lo que se suele pensar, en mi opinión el principal peligro es, sobre todo si se parte de una importante desventaja numérica, que las mujeres acabemos siendo simplemente “el grupo de las chicas”, muy reafirmadas en nuestro pequeño mundo, metiendo mucho miedo quizás, pero con una influencia y contribución muy escasa en el resto del movimiento. 

La igualdad es exactamente eso, igualdad, y pienso que para ella es también muy importante la actitud que adoptemos las mujeres. Yo como mujer no espero ningún trato especial, y explico lo que quiero decir. Cuando expreso mi opinión espero que ésta esté abierta al mismo nivel de debate que la expresada por un hombre, por eso hago el esfuerzo de intentar argumentarla. Me parecería muy mal que a una mujer por ser tal se le cuestionen menos sus posicionamientos, y se le admitan posturas ajenas a la sensibilidad del movimiento que no se admitirían en un hombre. Si las mujeres vamos a utilizar nuestra condición de mujer y el machismo de la sociedad para hacer pasar cualquier postura, a mí se me viene rápidamente a la mente Marx, Groucho, y pienso que nunca pertenecería a un club que admite como socias a mujeres como esas. Yo personalmente no voy a llamar machista a nadie porque manifieste una postura distinta a la mía en cualquier tema, solo espero que presente su postura de la forma más argumentada posible para que podamos centrar el debate en eso, los argumentos, y dejemos fuera cualquier tipo de ataque personal. Es más, si detecto lo que considero actitudes o posturas con un elemento de machismo pienso que la mejor forma de luchar por la igualdad es argumentando cuales son esos elementos de machismo que veo, ¿qué mejor forma de ir detectando esas actitudes e ir viendo si existe la voluntad de corregirlas? Como he dicho, vivimos en sociedades que tienen fuertemente arraigados sentimientos de superioridad por cuestiones de sexo, nivel económico, cultura, raza, no podemos esperar la perfección. El examen que hagamos tiene que ser permanente, incluso cada uno y cada una de nuestras propias posturas y actitudes. 

No soy ninguna buenista, encuentro al buenismo cínicamente frívolo. Intento no minusvalorar nunca aquello a lo que nos enfrentamos. No creo que se les pudiera achacar a los comunistas sudafricanos que no fueran plenamente conscientes de la agresividad de los poderes a los que se enfrentaban, y de lo fuertemente arraigado de los sentimientos racistas que habían permitido una explotación sin restricción alguna de la población negra. Fue una lucha que requirió unos niveles de compromiso y sacrificio que desde nuestra posición no creo que podamos apreciar en su justa medida. Pero no puedo por menos que pensar que los animaba el convencimiento de que en el ser humano hay, debe haber, algo más que estupidez y egoísmo, y que había que mostrarlo empezando por el propio movimiento. ¿No nos debería animar el mismo espíritu?

Enlaces:
http://es.sott.net/article/8506-Como-EEUU-controla-la-sociedad-civil-a-lo-largo-y-ancho-de-Africa
http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2015/10/16/el-feminismo-en-las-elecciones/
http://www.publico.es/culturas/mujeres-encontramos-virginia-woolf-tesoro.html