11 de abril de 2014

¿POR QUÉ LAS EMPRESAS DEL IBEX OBTUVIERON 8.000 MILLONES DE EUROS?

J. Gutiérrez Betancor. Canarias-Semanal

La evidencia la están vomitando los datos. En el curso del pasado ejercicio las grandes empresas españolas repartieron la friolera de 8.000 millones de euros en dividendos. Estos enormes beneficios en tiempos de crisis han sido posibles después de sacar del mercado de trabajo a 121.000 asalariados.

De acuerdo con los datos proporcionados por un reciente informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, las grandes empresas que cotizan en Bolsa repartieron 8.553 millones de euros entre sus afortunados accionistas. La mayor parte de su capital se relaciona con las empresas que forman parte del Ibex, que contaron con unos dividendos que ascendieron a 7.830 millones de euros. No obstante, sus beneficios descendieron en relación con los del pasado ejercicio en un 32.5%.

Pero si gratos fueron los resultados del pasado año para las empresas del Ibex, para el conjunto de la Bolsa española los resultados fueron considerablemente más halagüeños. Los beneficios obtenidos durante el año 2013 se elevaron nada más y nada menos que a la cifra de 25.078 millones de euros frente a los 8.802 millones del ejercicio anterior.

¿Cuál es el mecanismo que permite estas optimistas perspectivas económicas para el gran capital español? La clave reside en que para que esos resultados fueran posibles alrededor de 120.000 trabajadores de las empresas del Ibex fueron puestos en la calle a lo largo del año 2013. Ello significa que la reducción de plantillas se elevó en lo que a las empresas del Ibex se refiere nada menos que al 8.9%.

Hay un dato especialmente significativo que pone de manifiesto la razón de tan suculentos beneficios. Durante el pasado año el despido de trabajadores se concentró particularmente en los sectores de comercio y servicio. Justamente en estos dos sectores pueden los que se repartieron mayores volúmenes de dividendos. Tras arrojar a las filas del paro a más de 128.000 personas, esos sectores perdieron alrededor de un 18.3% de mano de obra. La relación parece evidente: a mayor cantidad de trabajadores despedidos corresponde un sustancial incremento de los dividendos.

Las conclusiones están a la vista: las grandes empresas del Ibex incrementaron sus beneficios a costa de la destrucción masiva de empleo y del incremento de la explotación laboral de los trabajadores que permanecieron en plantilla.

Pero si estos datos resultan escandalosamente hirientes, más lo es el hecho de que ello ha sido posible gracias a la complicidad silenciosa de los dos grandes sindicatos amarillos: UGT y CCOO.

10 de abril de 2014

JUAN MOSCOSO, DIPUTADO DEL PSOE, ASEGURA QUE LAS CLASES SOCIALES NO EXISTEN

El moderno y desclasado desclasante Juan Moscoso
Diario Octubre

Proclaman el fin de las clases para ocultar que son la clase explotadora

“Las clases, tal y como un día las entendimos, desaparecieron” “Los ciudadanos ya no se definen por su situación en el mundo del trabajo. Se definen por muchos otros factores, distintos, y sobre todo por su capacidad de consumo, que se ha convertido en elemento identificador e igualador. Se han creado categorías de consumo, no de clase”

Así sentencia Juan Mosocos, diputado del PSOE y autor del libro “Ser hoy de izquierdas. Por una izquierda moderna y ejemplar” el final de la sociedad de clases.

No es la primera vez que la burguesía sentencia el final de la separación de la sociedad en clases. De hecho la burguesía lleva hablando del fin de la desigualdad desde sus primeros intentos de tomar el poder hace más de 500 años. Tampoco es la primera vez que dicho intento proviene desde “la izquierda” o de partidos con siglas obreras. No en vano las bases para destrucción del primer país socialista de la historia, la extinta Unión Soviética, están en las “reformas” realizadas por Nikkita Jruchev, que tenían su expresión ideológica en proclamado por el mismo fin de las clases en la URSS y el paso de la dictadura del proletariado al “Estado de todo el pueblo” como expresión de la voluntad de un pueblo no dividido en clases, que 30 años después se desveló como una nuevo Estado de dictadura de la burguesía.

Proclamar el final de la sociedad de clases y justificar las desigualdades sociales con otras causas persigue un objetivo fundamental: Ocultar la explotación sobre la clase obrera. Una forma muy recurrente de hacer esto es pretender simplificar la cuestión de la división de la sociedad en clases a la distribución social de la riqueza, o lo que es lo mismo dividir la sociedad en grupos que se diferencian por la riqueza social de que disponen, es decir su capacidad de consumo.

Pero precisamente la capacidad de consumo de un ser humano viene determinado por el lugar que ocupa en la producción social, es decir por la clase social a la que pertenece.

Explotadores y explotados
El origen de la división de las sociedades primitivas en clases es la aparición de la propiedad privada. En el momento en que la sociedad fue capaz de producir más de lo necesario para el consumo inmediato aparecieron los propietarios y los no propietarios. Pronto los poseedores comenzaron a tomar a otros seres humanos como esclavos para apropiarse del excedente de su trabajo, apareciendo así la división de la sociedad en clases, poseedores y desposeídos, amos y esclavos.

Trabajo asalariado y capital
En el capitalismo la separación entre explotados y explotadores se basa en la separación entre capitalistas y trabajadores asalariados.

Los capitalistas son el grupo de personas propietarias de los recursos (tierra, minas, maquinas etc) necesarios para producir los bienes que la sociedad necesita y demanda.

Los asalariados son aquellos grupos de personas que al no poseer recursos propios para la producción se ven obligados a trabajar a cambio de un salario.

La relación entre el capitalista y el trabajador asalariado es de compra-venta. El trabajador vende su fuerza de trabajo a un precio, el salario, que se establecerá en base a la especialización del trabajo, esto es su coste de producción, y de la oferta y la demanda de una especialización determinada.

La propiedad sobre los medios de producción otorga a los capitalistas un lugar dirigente en la producción social. Deciden donde y cuanto se invierte y por lo tanto qué y cuanto se produce y por lo tanto determinan la investigación científico técnica y el desarrollo cultural y artístico.

El capitalismo es la época de la explotación asalariada, pero no todos los asalariados son explotados de la misma forma que no todos los súbditos eran siervos de la gleba.

Trabajo manual y trabajo intelectual
Con la revolución del neolítico el ser humano fue por primera vez capaz de producir más de lo necesario para su sustento sentando las bases para la separación de la sociedad en clases y con ella la separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual.

Primero los esclavos, después los siervos quedaron relegados al trabajo manual, el trabajo que genera la riqueza material. El trabajo intelectual, la organización y administración de la producción, la sociedad y la política, la ciencia y la cultura y por tanto el acceso al conocimiento y la capacidad para desarrollarlo pasaron a ser potestad de la clase dominante.

De la misma manera en nuestra moderna sociedad capitalista los obreros son la clase relegada al trabajo manual, a la transformación de unas mercancías en otras, de las materias primas en bienes de uso y consumo, mientras que la burguesía realiza el trabajo intelectual, dirigiendo, administrando y diseñando toda la producción material, social y artística. Tal es la separación de clase en nuestros días entre trabajo intelectual y trabajo manual, que mientras el segundo se ve obligado a entregar su fruto a cambio de un salario perdiendo todo derecho de propiedad sobre él, el segundo genera para quien lo realiza derechos de propiedad.

Patentes y registros de propiedad intelectual generan a los burgueses intelectuales derechos de autor y rentas sobre la riqueza material que el trabajo manual genera al reproducir sus obras, diseños y patrones.

El trabajo manual del obrero genera toda la riqueza material, pero no le otorga a este ningún derecho sobre su obra.

Amplias capas de la población asalariada ocupan en la actualizad un lugar en la producción destinado al trabajo intelectual y aunque en la mayoría de los casos al convertirse en asalariados ceden sus derechos intelectuales al capitalista que los contrata, la proporción en la perciben la riqueza social y el papel que desempeñan en la organización del trabajo es muy diferente al de los obreros.

Hablar del fin de las clases sin acabar con la explotación es reivindicar el “derecho” a vivir del fruto del trabajo ajeno
Cada vez que la burguesía, desde la gran oligarquía financiera, hasta el pequeño burgués, proclama la extinción de las clases no tiene otra intención que ocultar la explotación sobre la clase obrera que implica la separación en clases de la sociedad capitalista. Cuando plantean que hoy nos diferencia más nuestra capacidad de consumo no tienen otra intención que ocultar la diferencia entre quienes producen la riqueza material y quienes se arrogan el derecho a disfrutar de ella sin producirla. No quieren decir otra cosa más que:

“Yo tengo derecho a no bajar a las minas ni entrar a las fábricas, tengo derecho a no cargar ladrillos, tengo derecho a no desgastar mi vista cosiendo, tengo derecho a no castigar mis manos, ni mi espalda trabajando el campo… pero tengo derecho a comer del fruto del campo, a vestir ropas, a una vivienda y a consumir la energía y las mercancías que fabricaron los obreros en las minas y en las fabricas. Tengo derecho porque puedo comprarlo.”

La sociedad de clases tuvo su origen y por lo tanto tendrá su final, pero de igual manera que una clase surgió para explotar a otras, esta solo desaparecerá cuando desaparezca toda forma de explotación y opresión. Entre tanto las proclamas acerca del final de las clases no serán más que máscaras tras las que la burguesía esconde su carácter explotador.

¿Qué quiere decir “supresión de las clases”? Todos los que se llaman socialistas reconocen este objetivo final del socialismo, pero no todos, ni mucho menos, reflexionan sobre el alcance de dichas palabras. Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre si por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que las leyes refrendan y formulan en su mayor parte), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo del otro por ocupar puestos diferentes en un régimen de economía social.

“Es evidente que, para suprimir por completo las clases, no basta con derrocar a los explotadores, a los terratenientes y a los capitalistas, no basta con suprimir su propiedad, sino que es imprescindible también suprimir toda propiedad privada sobre los medios de producción; es necesario suprimir la diferencia existente entre la ciudad y el campo, así como entre los trabajadores manuales e intelectuales. Esta obra exige mucho tiempo. Para realizarla, hay que dar un gigantesco paso adelante en el desarrollo de las fuerzas productivas, hay que vencer la resistencia (muchas veces pasiva y mucho más tenaz y difícil de vencer) de las numerosas supervivencias de la pequeña producción, hay que vencer la enorme fuerza de la costumbre y la rutina que estas supervivencias llevan consigo.” (Lenin “Una gran iniciativa”).

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: 
El señor Juan Moscoso realiza una impagable contribución al desenmascaramiento de su partido, el PSOE. 

Cuando un parlamentario, al que la dirección de su partido no ha enmendado la plana, y que por tanto cabe entender que representa la opinión de aquella (la que cuenta porque el resto son “brazos de madera” que cacarean, en el mejor de los casos, un izquierdismo falso pero tragan con lo que les echen), que las clases sociales como tales ya no existen y que éstas no operan como factores de identificación social, está claro que implícitamente asume que pronto quitarán la O de sus siglas, dado que en la práctica ya lo hicieron, al menos desde que el “clan [sevillano] de la tortilla” se hizo con un partido escondido bajo la cama durante la dictadura fascista para posicionarse en el nuevo escenario político surgido tras la muerte del dictador. 

Sus apelaciones a la “modernidad”, al “progresismo”, no son nuevas. De ahí que el prólogo al libro del señor Moscoso haya sido realizado por Pérez Rubalcaba y epilogado por Felipe González, como se sabe representantes de “lo nuevo”, que consiste en que los social-liberales vayan admitiendo ya abiertamente que no se reconocen en el término “izquierdas”. En esto tampoco la escudería del PSOE  es original. Se le ha adelantado, en un impagable favor, su socio en la Internacional Socialista, el Partido Democrático (Italiano), heredero bastardo del antiguo Partido Comunista de Italia, para el que su ubicación en la izquierda ya no es un elemento definitorio. 

Lo significativo no es que los social-liberales no sean, de hecho, ni siquiera de centro izquierda, lo significativo es que lo asuman. Vivimos un tsunami dentro de lo que históricamente fueron las izquierdas entendidas en su pluralidad: los socialdemócratas pasan a ser social-liberales de facto y repudian su herencia ideológica abandonada hace mucho, los comunistas pasan a ser socialdemócratas y se avergüenzan de su pasado bolchevique e insurrecional.

La clave, que no es nada original, se encuentra no en el desplazamiento ideológico de la sociedad sino en el de esas izquierdas que, al renegar de sus identidades, transmiten a las clases trabajadoras que están huérfanas y que no es en ellas en las que deben encontrar la respuesta. He ahí la cuestión que explica que los desposeídos, los explotados, los oprimidos dentro de la maquinaria capitalista no encuentren en medio de una crisis que les está devolviendo a la condición proletaria del siglo XIX otro   medio de expresar su ira y su rabia -¿qué narices es esa chorrada de la indignación?- que caer en brazos de su enemigo de clase más radical: el fascismo, nacido del capitalismo en crisis. Cuando las izquierdas dejan de ser banderas de rebelión, y se convierten en fuerzas del orden burgués y de contención, otros ocupan su lugar, los que jamás debieron hacerlo. 

El fascismo es el programa de las clases medias, que temen ser laminadas y desprovistas de sus privilegios, hoy por el capital, ayer por el fantasma del comunismo, pero quienes ponen la carne de cañón, nutren sus filas y caen en sus batallas son los desarraigados sociales, los parados, los que pierden su condición de seres con derechos, perdidos en medio de una ausencia de revolución social  que les libere de su condición de esclavos y les ponga en el centro de la historia, anunciándoles su emancipación de clase. 

Esto se vio ya a principios de los años 80 del pasado siglo cuando en las ciudades de extracción obrera de Francia el peso político que iba perdiendo el PCF lo iba ganando el Front National. Hoy el Front National francés es ya una formidable amenaza a las libertades y al futuro de las clases trabajadoras que, disparan sobre sí mismas, abandonando también a un PSF que hace políticas de derecha. Las primeras propuestas del nuevo primer ministro francés, el xenófobo  Manuel Valls, señalan que nada bueno puede cambiar en su programa económico y social para las clases trabajadoras francesas e inmigrantes. 

A los partidos autodenominados, pronto cambiarán sus nombres (la socialdemocracia alemana ya no es siquiera miembro de la Internacional Socialista), socialistas no les salen las cuentas electorales. No dan para mayorías suficientes que les permita gobernar por sí solos. Prefieren hacerlo con coaliciones  verdes (derechas “modernas”) antes que con los excomunistas, que siempre serían un recuerdo de lo que ellos fueron un día ¿Cómo iba a ser de otro modo, si en su papel de copia de las derechas liberales y neocons dan peor imagen que el original al que imitan. Lejos de una reflexión que les haga recuperar lo mejor de su pasado, que nunca fue mucho (baste ver su papel en el aplastamiento de la revolución alemana de 1918 o en el de la Revolución de Octubre), irán girando y girando a la derecha hasta su propia muerte por consunción. No pueden hacer otra cosa. Sus compromisos con el capitalismo se lo impiden. Y si no que se lo pregunten a Felipe González porque los Craxi y los Carlos Andrés Pérez ya no pueden responder desde sus tumbas.      

La clase trabajadora sí que sabe lo que es y, a aquellos sectores de la misma que lo hubiesen olvidado, la crisis capitalista y quienes la están pagando se lo han aclarado. Otra cosa es que al señor Moscoso le parezca que es poco moderno, y sobre todo "peligroso" (para el orden capitalista al que él defiende), apelar a la existencia de clases sociales.

Les recomiendo encarecidamente que lean la entrevista, que encontrarán en el enlace superior, al señor Moscoso porque su cinismo político no tiene desperdicio. Él es uno de esos sujetos que, de tanto repetir como un loro las palabras "ciudadanos" y "consumidores", creen que las realidades de explotación y clases sociales desaparecen. 

9 de abril de 2014

ALCALDE FASCISTA: ASÍ TERMINA EL EX CAPO DE REPORTEROS SIN FRONTERAS

El fascista Robert Ménard se autovota en las elecciones
municipales francesas
Jean-Gy Allard. Contrainjerencia

Pretendió representar la libertad de prensa durante todos estos años desde que creo Reporteros Sin Fronteras (RSF) donde se consagró en atacar a Cuba y a los países progresistas. Negaba rotundamente ser un agente norteamericano y de las grandes corporaciones a pesar de las numerosas pruebas demostrándolo. Robert Ménard ahora se quitó definitivamente la máscara al hacerse elegir alcalde de la ciudad francesa de Béziers con el respaldo absoluto del Frente nacional, el partido de la extrema derecha gala. 

RSF, fachada de la NED norteamericana, de la CIA y de varios gigantes franceses de las comunicaciones, sigue citada como referencia en materia de libertad de expresión por varios órganos de prensa internacional que se niegan a reconocer la complicidad criminal de RSF con Washington en sus operaciones de desinformación.

Los vínculos de Ménard con órganos de inteligencia norteamericanos, cuando reinaba literalmente como secretario general de su organización, alcanzaron niveles de grosería sorprendentes. Mientras desencadenaba campañas de prensa contra Cuba, con una histeria inalcanzada previamente, se permitía viajar a Miami y a celebrar ruidosamente sus ataques a la isla con los elementos de la mafia cubanoamericana más identificados a la CIA.

“Las campañas de información que realizamos para los turistas que van a Cuba son concebidas por nuestra agencia, Saatchi & Saatchi”, se jactaba Ménard sin precisar que Saatchi & Saatchi es subsidiaria de Publicis, la primera agencia publicitaria de Francia, la tercera en el mundo, que realiza millonarias campañas para la US Army, Bacardí y hasta el Mossad israelí (servicios de espionaje hebreos).

El sitio Web norteamericano Counterpunch (*), publicó en agosto de 2007 un artículo de  los investigadores Diana Barahona y Jeb Sprague,donde se mostraba la alianza entre RSF y el Departamento de Estado a través de contratos con  la Nacional Endowment for Democracy (NED)  y el Internacional Republican Institute (IRI), dos de los intermediarios usados desde la administración de Ronald Reagan para desviar fondos públicos hacia organizaciones extranjeras.

Desde años Ménard asoció RSF a esa gran mafia de los jerarcas de la prensa continental llamada Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), una vieja criatura de la CIA cuya sede en Miami lleva el nombre de su “refundador” el agente Jules Dubois, miembro ilustre de la inteligencia norteamericana.

En las horas del fracasado golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez, en abril de 2002, la representante de RSF, María José Pérez Schael, hizo la apología de los golpistas en la prensa local y en el 2004, RSF hizo campaña contra la “Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión de la República Bolivariana de Venezuela”, en clara defensa de los intereses de los grandes medios comerciales, en particular los del magnate Gustavo Cisneros.

En 2008, después de 23 años, el aparentemente  inamovible  fundador de Reporteros sin Fronteras (RSF), Robert Ménard, anunció sorpresivamente  que dejaba su cargo como secretario general de la controvertida organización.  El defensor supremo de la Libertad de Prensa aceptaba firmar un millonario contrato con el Emir de Qatar… país que denunciaba hasta entonces como un verdadero infierno para los comunicadores.
Ni un año duraron sus amores con el emirato. El que predicaba el odio a Cuba y Venezuela con subsidios del Departamento de Estado, reapareció en París en junio de 2009, reencarnado en defensor de los derechos de la extrema derecha.

En otros tiempos, Robert Ménard estudió en un colegio católico y soñó con hacerse sacerdote. Luego fue sucesivamente militante  trotskista y anarquista.

Ahora se exhibía con movimientos de extrema derecha y en abril de 2011 publicó “Viva Le Pen”, un alegato a favor del ultraderechista Frente Nacional (FN), caracterizado por su discurso antiinmigrantes y las salidas antisemitas, de su fundador, Jean-Marie Le Pen, padre de la actual jefa del partido.

La revista francesa Le Nouvel Observateur, en un retrato del recorrido de Ménard hasta su elección en Biziers, señala el curioso hecho que el autodesignado militante de la libertad de prensa se asoció a Omar Harfouch, “un turbulente playboy líbano ucraniano”, supuestamente amigo de Muamar el Gadafi, que sostuvo a RSF hasta consagrarse a otra causa… el Concurso Miss Europa.

La importante publicación francesa también subraya que Ménard en el 2001 prefirió ignorar al periodista Sami Al-Haj, detenido por las tropas norteamericanas en Afganistán y encarcelado en el campo de concentración y de tortura de Guantánamo. Hizo caso del colega solo en 2006 cuando no hubo otra alternativa.

En el caso del asesinato de los periodistas, Tars Protsyuk de Reuters y José Couso de la televisión española, Ménard llegó a afirmar que fue por casualidad que un tanque estadounidense abrió el fuego contra el hotel de Bagdad donde se encontraban.

Camaleón que ante todo privilegia su cuenta bancaria, Ménard revela una vez más la verdadera naturaleza de su “combate” por la libertad. ¿Entenderán algún día las agencias de prensa que se refieren a RSF como indiscutible fuente de información en materia de comunicaciones, el trabajo sucio de esta otra herramienta CIA de desinformación?

(*) http://www.counterpunch.org/2006/08/01/reporters-without-borders-and-washington-s-coups/

8 de abril de 2014

BROTES VERDES EN ESPAÑA: LA MOROSIDAD DEL COMERCIO SUBE UN 50% EN 2013 Y SE SITÚA EN EL 15,2%

L. Miyar. El economista

La calidad de la cartera crediticia del sector servicios ha seguido con su deterioro durante el año pasado, para alcanzar un ratio de mora superior al 22%. Aunque buena parte de este porcentaje se debe a la situación del inmobiliario, lo que tira de la morosidad es la evolución de otras actividades, como comercio y hostelería.

Así, durante 201 la ratio de mora de las entidades de crédito por los préstamos concedidos al comercio ha escalado un 50%, para situarse a final de año en el 15,23%, mientras doce meses antes era del 10,72%. En dos años, el comercio ha duplicado su ratio de mora, ya que en el año 2011 terminó en el 7,2 por ciento.

Los créditos con impagos en el comercio alcanzaban a final de 2011 los 5.461 millones de euros y los 7.840 millones en 2012, según los datos del Banco de España, y crecieron hasta 10.438 millones a cierre del pasado año.

Además, la ratio de mora también se ve afectada por el menor tamaño de la cartera crediticia. Así, los préstamos al sector del comercio, la tercera actividad con más volumen tras el inmobiliario y otros servicios, alcanzaban en diciembre de 2013 los 68.531 millones de euros, lo que supone una disminución del 6,24% en relación a al ejercicio anterior.

Esta disminución de los créditos es la segunda más moderada, tras el sector de otros servicios, cuya cartera crediticia sólo cayó el 2,62% en el año pasado.
Otro actividad muy castigada por la crisis, la hostelería, refleja esas dificultades en la evolución de su morosidad. Tras el inmobiliario, es la rama que mayor ratio de créditos dudosos presenta, y sigue con su tendencia alcista.

Durante el año pasado, la ratio de mora subió un 38 por ciento, para situarse en el 23,23 por ciento, lo que significa que de cada cuatro créditos concedidos a la hostelería uno ya ha entrado en morosidad.

La cartera de morosos ha pasado de los 5.987 millones de euros en 2012 a los 7.094 millones del año pasado. Como en el caso del comercio, el menguante volumen de la cartera de créditos también es responsable de parte del crecimiento de la ratio de morosos. En el caso de la hostelería, el stock de créditos bancarios ha disminuido un 8,59 por ciento en un año, al pasar de 33.406 millones de euros a 30.537 millones.

Se multiplica por cuatro
La morosidad de la hostelería, que empezó a crecer en 2008 con el inicio de la crisis, se ha multiplicado casi por cuatro desde finales de 2010. Este sector, uno de los que más acusa la bajada del consumo de las familias, al igual que el comercio, tenía hace tres años una mora del 5,24%.

Dentro de servicios, la actividad más deteriorada es el inmobiliario. Los bancos achican la cartera crediticia expuesta a este sector y, por otra parte, la entrada de morosos, tras la bajada por el traspaso a la Sareb, vuelve a crecer.

Así, el volumen de créditos al inmobiliario baja a ritmos cercanos al 21%. Si a finales de 2012 las entidades de crédito tenían 220.000 millones de euros en sus balances, a cierre del año pasado esta cifra había disminuido a 174.400 millones.

Respecto a la morosidad, tras una leve mejora a finales de 2012, los últimos datos disponibles, los correspondientes al último trimestre de 2013, muestran que ha repuntado hasta 37,99%, el más alto de toda la crisis.

La razón no sólo se encuentra en ese menor tamaño de la cartera, sino también en que la entrada neta de morosos vuelve a crecer.

Tras el traspaso de préstamos deteriorados a la Sareb por parte de las entidades rescatadas, el volumen de morosos bajó desde sus máximos de 84.097 millones, en el tercer trimestre de 2012, a 59.562 millones en el primer trimestre de 2013. Sin embargo, el deterioro de lo que queda en los balances continúa, bien porque hay más créditos que incurren en impagos, bien por las nuevas normas sobre refinanciaciones, que endurecen las clasificaciones de los préstamos. Así, tras tres trimestres de subidas, a cierre del año pasado, el saldo de morosos en inmobiliario se situó en 66.265 millones, una subida del 11,25 por ciento en sólo nueve meses.

Fuera de servicios, la construcción tiene una evolución paralela al inmobiliario. Su ratio de mora es muy similar, del 35,29%, y la cartera de créditos desciende en un 21,4% en el último año.

Al igual que en el inmobiliario, tras un descenso en la entrada neta de morosos durante el cuarto trimestre de 2012 y primero de 2013, ha vuelto a subir. Así, a final de año, los bancos tienen en balance 20.316 millones en créditos dudosos de la construcción, lo que supone un aumento del 17,8% respecto a nueve meses atrás.
El resto de la industria, sin tener en cuenta la construcción, presenta unas ratios de morosidad más moderados, si bien siguen subiendo y triplican el de hace tres años. A cierre del pasado ejercicio, la ratio se situó en el 13,75 por ciento, mientras en 2012 se encontraba en el 9,43 por ciento.

En total, la banca tiene en balance una cartera crediticia de 658.703 millones de euros concedida a las actividades productivas, un 13,48 por ciento menos que en 2012, de los cuales 143.512 millones corresponden a créditos dudosos. Es decir, la ratio de morosidad se sitúa en el 21,78 por ciento.

7 de abril de 2014

PRESIDENTE DE COCA-COLA ESPAÑA: "¡OS VAIS A ENTERAR!"

Marcos de Quinto, Presidente de Coca-Cola España
“Este ERE no es mio”. Pues para no ser suyo, Marcos de Quinto está poniendo mucho empeño en defenderlo…

nuevatribuna.es

El presidente de Coca-Cola España enseñó esta semana los dientes tras las críticas vertidas en twitter contra el ERE de la embotelladora que afecta a más de mil trabajadores. Marcos de Quinto nunca se ha caracterizado precisamente por la prudencia pero sus tuits son realmente incendiarios:"Yo no estoy contra los sindicatos, sino contra los mafiosos que amparados en su sindicalismo golpean a compañeros"; "el ERE está quitando privilegios a liberados que cobran 110.000 euros y solo trabajan 13 días al año: lamento descubrírtelo"; “vuestros líderes os han llevado al abismo”; “los trabajadores seguirán sin trabajo y tendrá que devolver parte de la indemnización”. “Alucino!”, han sido algunas de sus perlas…¡Imagínense a Botín lanzando estos improperios! Lo más increíble del ataque viral de Marcos de Quinto es su radical cambio de postura desde que estalló el conflicto desvinculándose desde el principio del ERE con su ya famoso “este ERE no es mío”. Claro que ahora le han tocado la marca y su nerviosismo por el perjuicio de Coca-Cola ante la opinión pública ha terminado por estallar. Hay quien recuerda cuando este empresario que se precia de ser un ‘animal social’ criticó el ERE de Telefónica; o, en un ejercicio de incongruencia corrió el Rally Dakar promocionando a la competencia con ‘Zumos Pascual’. Lo más lamentable es que sus críticas en las redes sociales son falsas ya que no hay liberados sindicales, sin contar con la falta de ética al utilizar datos confidenciales de las nóminas de los trabajadores. Por cierto, la suya, debe rondar el millón de euros, una cifra nada despreciable que le permite vivir cómodamente, eso sí, cuando ‘cuatro payasos no le toquen las narices’. Su desahogo no solo ha traspasado el plano público. Cuentan a este ‘mentidero’ que Marcos de Quinto “ha perdido los nervios y los papeles”. Y es que en reuniones con representantes de los trabajadores pasó de asegurarles, en un tono más conciliador, que la embotelladora iba a ser “generosa” con ellos, a amenazarles con que iba a “hacerles desaparecer” y que “iba a ir a por ellos” sin importarle el dinero que tuviera que gastar para conseguirlo. ¡‘Os vais a enterar’! Vaya, el cordero se ha convertido en lobo.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Para quien desee felicitar a Marcos de Quinto por su progresismo gerencial, respeto a la clase trabajadora y a sus representantes, estilo versallesco y comportamiento ejemplar...para los criminales de la CEOE (gran patronal), les dejo sus perfiles 

¿YA SABES EN QUÉ CONSISTE LA "GUERRA NO CONVENCIONAL"? (VÍDEO)

Un nuevo concepto de actuación subversiva y contrarrevolucionaria

Canarias-semanal.org

En la actualidad, aquellos procedimientos que un día utilizaran los EE.UU. para acabar con la revolución cubana, han sido considerablemente actualizados con la utilización de una nueva metodología de desgaste, mucho más sutil y encubierta, que la usada en la década de los cincuenta y sesenta para someter a la isla caribeña.

Escenarios de esta nueva metodología subversiva, conocida hoy como la "guerra no convencional", la hemos podido contemplar en países como Honduras, Ecuador, Libia, Siria, Ucrania y, ahora, en Venezuela… Se trata de un nuevo concepto de actuación subversiva y contrarrevolucionaria conocida como "guerra no convencional".

Pero ¿qué es la guerra no convencional? ¿En qué consiste? ¿De qué forma y en qué países se aplica?

El vídeo que les ofrecemos da buena cuenta de ello y nos ayudará a identificar procesos políticos que presididos por lemas tales como "primavera", "libertad", "democracia" y "rebelión" representan justo todo lo contrario


VÍDEO REPORTAJE:


guerra no convencional from CANARIAS-SEMANAL.ORG on Vimeo.

6 de abril de 2014

EUROPA SE DESCARGA PERSIGUIENDO A LOS GITANOS

Deportaciones gitanas en el siglo XX
Perseguidos, discriminados, expulsados y excluidos, en Europa los gitanos son objeto de un permanente e implacable acoso. En 2013, el gobierno socialista de Hollande desalojó a cerca de 21.000 gitanos de los terrenos que ocupaban

Eduardo Febbro. Página/12.
Los han perseguido por toda Europa, los siguen acechando y no siquiera el territorio de las palabras los protege de la infamia. El diccionario de la Real Academia Española asimila la palabra gitano con una connotación despreciativa, como si el hecho de ser gitano implicara “engaño” o una negatividad en potencia. Perseguidos, discriminados, expulsados y excluidos, en Europa los gitanos son objeto de un permanente e implacable acoso. Suecia acaba de admitir oficialmente que, durante el siglo XX, llevó a cabo una política de segregación contra los gitanos, quienes eran vistos como “incapacitados sociales”. Entre los años ’30 y ’70 el Estado sueco llegó incluso a esterilizar a las mujeres gitanas. El señalamiento y las políticas represivas contra los gitanos están hoy en pleno auge. En Europa occidental, Francia, Gran Bretaña y Alemania los tratan con mano de hierro mientras que en Europa del Este países como Hungría, Eslovaquia y la República Checa han llegado a un menosprecio racial extremo. En Gran Bretaña, los gitanos son regularmente expulsados de los terrenos donde viven, en Alemania el gobierno de la canciller Angela Merkel prepara un dispositivo destinado a que los romaníes –principalmente rumanos y búlgaros– no permanezcan más de seis meses en el país si no encuentran trabajo. En cuanto a Francia, desde que el ex presidente conservador Nicolas Sarkozy se comprometió en 2010 a desmantelar los campamentos gitanos, las operaciones policiales y las expulsiones no han cesado. En 2013, el gobierno socialista de François Hollande desalojó a cerca de 21.000 gitanos de los terrenos que ocupaban.
Deportaciones gitanas en el siglo XXI
El doctor Laurent El Ghozi, miembro de Romeurope, una asociación que defiende los derechos de los gitanos, señala: “Los gitanos son objeto de un desprecio específico. Se observan reacciones violentas, hostiles, contra poblaciones pobres, migrantes, supuestamente nómadas o gitanas”. Hay, de hecho, todo un país del Tercer Mundo en el seno de la Unión Europea, una suerte de nación paria compuesta por los 12 millones de gitanos repartidos en varios países del Viejo Continente. Los gitanos actualmente constituyen el grupo étnico minoritario más importante dentro de la Unión Europea. Y también el más oprimido. Romaníes, gitanos, zíngaros o simplemente pueblo gitano, desde que llegaron de la India hace diez siglos estas comunidades jamás conocieron un trato de igual a igual. No tienen ni los mismos derechos y ni siquiera se les reconoce públicamente el genocidio perpetrado contra ellos por la Alemania nazi. En todos los países ocupados por el régimen del Tercer Reich el pueblo gitano fue víctima del mismo exterminio que los judíos. Más de 600 mil murieron en los campos de la muerte. Thomas Hammarberg, ex comisario europeo para los derechos humanos, resume sin concesiones el calvario: “En Europa, los diversos grupos de romaníes sufrieron cinco siglos de represión vergonzosa desde que llegaron de la India al cabo de una larga migración. Los métodos represivos fueron variados: desde la esclavitud a la matanza, pasando por la asimilación forzada, la expulsión o la internación”. Han cambiado algunos métodos, pero el tratamiento que reciben no. Segregación escolar, exclusión laboral, requisitos imposibles de alcanzar para encontrar una vivienda, separatismo social, la UE no ha logrado poner en marcha un proceso de integración que respete las diferencias. La paradoja es enorme: se habla de romaníes, gitanos u otras denominaciones para señalar a personas que serían extranjeras o inmigrados. Inexacto. Michaël Guet –trabaja en el Consejo de Europa en la oficina del representante especial a cargo de los romaníes– recuerda que “la mayoría de los romaníes son ciudadanos europeos y, por consiguiente, no son migrantes en el sentido estricto de la legislación europea”. Lo mismo afirma Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea y encargada de la Justicia: “Hay 12 millones de romaníes en Europa que, como nosotros, están en Europa en su propia casa. Ayudar a que se integren es nuestras responsabilidad”. Sin embargo, se los trata como ingredientes tóxicos de la sociedad. Cuando ocupó la cartera de Interior, el actual primer ministro francés, Manuel Valls, había dicho que “esas poblaciones tienen modos de vida que son considerablemente diferentes a los nuestros”.
Las tensiones se agudizaron tanto más cuando, en 2010, la ampliación de la UE a los países del Este incrementó la circulación de gitanos. 8 por ciento de la población húngara es gitana, 9 por ciento de la eslovaca, 10 por ciento de la búlgara, y 9 por ciento de la rumana. En Francia hay 400 mil (0,6 por ciento de la población), en Argentina 300 mil y en Brasil 800 mil. Según la Unión Romaní Internacional, en América latina habría poco más de un millón y medio de gitanos. Durante un coloquio organizado a principios de abril en Bruselas por la UE, Viviane Reding dijo que “la vida cotidiana de los gitanos empezaba a mejorar”. Nada es menos seguro. En París, la familia Muntean lleva años en busca de un departamento: “Es lo mínimo y lo imposible”, dice el padre. Los expulsaron en 2010 del terreno donde vivían (Sarkozy), estuvieron un tiempo en locales prestados por asociaciones, luego vivieron en una carpa en plena calle hasta que la policía los desalojó. Terminaron en un hangar perteneciente a la Municipalidad de París, pero el municipio hizo un juicio para sacarlos de ahí, además de las varias intimaciones que recibieron para dejar el territorio francés. De hecho, los gitanos que provienen de algunos países de la UE no gozan de los mismos derechos que otros ciudadanos de la Unión. Si son oriundos de Rumania o Bulgaria, su estatuto está sometido a las medidas de adhesión transitorias de esos países, lo que tiene como consecuencia limitar los oficios que pueden ejercer y el tiempo de residencia legal.
Las condiciones en que, en octubre del año pasado, fue expulsada de Francia Leonarda Dibriani, una estudiante kosovar de 15 años, pone de relieve la inhumanidad que impera en todo lo que hace a los gitanos. Leonarda fue detenida cuando participaba en una excursión escolar con sus compañeros del Colegio André Malraux, de la localidad de Pontalier, al este de Francia. La policía la fue a buscar al autobús, la hizo bajar frente a todos sus compañeros y luego la expulsó por no tener papeles junto a su madre y sus cinco hermanos. Ser nómada, vivir en casas rodantes, exponer los orígenes de otras culturas infunde miedo. Objeto de mitos, odios y supersticiones absurdas, los gitanos conforman una minoría contra la cual, a lo largo de los siglos, los poderes políticos se han ensañado. Allí donde van sufren un proceso feroz de aislamiento y desintegración. En Hungría, los hijos de gitanos son escolarizados mayoritariamente en escuelas para deficientes mentales.
Paul-Marie Couteaux, candidato del partido de extrema derecha Frente Nacional en el distrito 6 de París, en las elecciones municipales de finales de marzo y principios de abril, tiene muy claro lo que quiere hacer con ellos: pretende concentrarlos “en campos” y califica la presencia de los gitanos en su barrio como una “lepra” que “afea la estética de París”. Excluidos de la vivienda, de la educación y del trabajo, los romaníes no tienen muchas opciones al alcance. Por eso, en buena parte, montan campamentos para vivir, con lo cual se crea una suerte de villa miseria improvisada en localidades donde hay terrenos libres. Y allí se enciende otro foco de represión y menosprecio: “Vivir con una villa miseria al lado es tener delante de los ojos una miseria intolerable, así como los comportamientos ligados a la miseria. El romaní no es espontáneamente un ladrón o sucio, pero vivir en una economía de supervivencia puede acarrear comportamientos eventualmente delictuosos”, cuenta el doctor Laurent El Ghozi, miembro de Romeurope.

4 de abril de 2014

DANZAD, DANZAD, OBREROS

Dibujante: Ramón. Publicación: Hermano Lobo. 1973
Antonio Maestre. La Marea

Los últimos datos del paro con más de 83.000 afiliados a la Seguridad Social han servido al Gobierno y sus seguidores para consolidar su relato de la recuperación económica. Frente a ello, la situación de precariedad y faltas de expectativas de la mayoría de la sociedad española, que ve cómo los datos macroeconómicos no se reflejan en su vida cotidiana. La creación de empleo, que ni siquiera rebaja la tasa del paro al 25%, viene acompañada de una precarización de las relaciones laborales y una característica muy común en países como EEUU, lo que Barbara Ehrenreich llama “la desesperación de ser un esclavo asalariado”.

La pobreza laboral es aquella que te sitúa debajo del umbral de la pobreza a pesar de tener un trabajo y un sueldo.Según un estudio de la Fundación Alternativas, la pobreza laboral en España ha pasado del 10,8% al 12,7% en el periodo que abarca de 2007 a 2010. Esta circunstancia se refuerza debido a la instrumentalización que los grandes empresarios hacen de la tasa de paro y de la necesidad acuciante de los desempleados. Hay mucha gente esperando en la calle para cada puesto de trabajo, por lo que se pueden rebajar con soltura los salarios, que siempre habrá quién los acepte. La dignidad del obrero se acaba vendiendo cada vez más barata.

Unos jornaleros esperaban durante los años 20 en la plaza del pueblo a que un latifundista llegara a ofrecerles algo de trabajo con el que paliar un poco el hambre y la miseria. Era periodo de elecciones y el que ofrecía algo era el dueño de un cortijo, que les daba un par de duros a cambio de que votaran al cacique del pueblo. Casi todos cogieron el dinero, conscientes de que significaba un par de semanas de menos padecimiento. Un jornalero cogió los duros, miró al terrateniente, y los lanzó a los pies del que quería comprar su dignidad. “En mi hambre mando yo”, dijo.

Esta frase prologa el libro España, publicado en 1929 por el periodista Salvador de Madariaga, una sentencia que representa la dignidad del obrero y el trabajador cuando, en la más absoluta de las miserias, hace relucir su dignidad y muestra al poderoso la más efectiva arma de la que dispone un trabajador: la fuerza del que no se doblega ni se pliega y mantiene la cabeza alta incluso en las peores circunstancias.

Una noticia publicada por el diario El Mundo, el pasado mes de febrero, que explicaba cómo una chica denunció a una empresa por haberse lesionado de gravedad durante el proceso de selección para un empleo nos retrotrae a esos momentos donde la dignidad del obrero y el trabajador podían comprarse a cambio de su simple subsistencia. La empresa obligaba a los aspirantes al trabajo a luchar por un billete de 50 euros con sus compañeros para conseguir el ansiado empleo que les permitiera sobrevivir unos cuantos meses a cambio de un sueldo indecente.

La escena recordaba a la película de Sidney Pollack Danzad, danzad, malditos. En EEUU en mitad de la Gran Depresión se organiza un marathon de baile. Multitud de trabajadores hambrientos y desesperados se apuntan al espectáculo a cambio de alojamiento y comida y de la posibilidad de alcanzar un jugoso premio que solucione su situación.

El concurso sirve como entretenimiento para que los más afortunados, los que no fueron afectados por la crisis, disfruten con el sufrimiento del que pierde la dignidad a cambio de un poco de alimento para mitigar su sufrimiento. El punto dulce del capitalismo. Aquel en el que la mano de obra pierde su capacidad de lucha porque la necesidad le supera, pero no sufre la suficiente desesperación como para levantarse contra el sistema.

La situación que se está viviendo en España con el trabajador autóctono es la misma que se daba con el inmigrante sin papeles. La situación de desamparo y necesidad del inmigrante irregular le obliga a aceptar puestos de trabajo, remuneraciones y condiciones laborales que en una situación normal ningún trabajador aceptaría. Este proceso es el que Nicholas de Geneva llamaba “inclusión por ilegalización”, despojar de papeles a un sector importante de los inmigrantes permite su inclusión salarial en el sistema en condiciones de extrema vulnerabilidad. Su exclusión de la legalidad permite explotarlos intensamente.

Ese mismo mecanismo es el que se instaura entre los trabajadores con papeles cuando tienen que competir por un puesto de trabajo. La escasa oferta de empleo y la amplísima demanda permite jugar a los empresarios con el derecho al trabajo del mismo modo que lo hacen con los precios. Pueden bajar los salarios y disminuir los costes debido a la amplísima demanda de trabajadores dispuestos a acceder a nuevas condiciones. Se trata de despojar de derechos al trabajador para hacerlo más maleable, más servil y menos exigente. De Geneva decía que la precarización por exclusión legal sirve como método de docilización por inquietud. Pero cada vez hacen falta menos inmigrantes sin papeles para cumplir el rol de trabajador dócil provocado por la inquietud. La crisis ha proporcionado al sistema empresarial millones de obreros legales con esas características.

El Gobierno, consciente de la oportunidad que ofrece la crisis, ha configurado una reforma laboral que despoja a los trabajadores de derechos, de modos efectivos de lucha y de herramientas de cohesión y solidaridad. Con esta reforma no se buscaba la creación de empleo, sino dejar al trabajador sin seguridad para que se vuelva menos combativo y exigente y tenga menos capacidad de maniobra y de negociación con la patronal. El fin último de la reforma laboral, y de todas las medidas del Gobierno, es crear un sistema en el que trabajador sea el eslabón más débil y tan sólo le quede aceptarlo y competir entre sus similares por las migajas que le ofrece el mercado laboral. Las continuas declaraciones de la CEOE, Rosell, y otros miembros de la patronal pidiendo los minijobs con el argumento de que es mejor un trabajo de 400 euros que ninguno es el perfecto ejemplo de lo aquí expresado. Joaquín Almunia lo dijo alto y claro “Mejor algo mediocre que nada”. La estrategia generalizada de represión obrera mediante leyes y miedo para que su desesperación le lleve a aceptar trabajar para ser pobres. Ya tenemos dos trabajadores al precio de uno, dentro de poco dos trabajadores serán menos importantes que un apero.

“¿Qué os creéis que valéis uno o dos de vosotros?, lo que sí me importaría sería perder un bote”, decía el patrón del barco del libro Kanikosen, de Tajiki Kobayashi, a sus pescadores.

3 de abril de 2014

TODOS BAJO CONTROL

Ignacio Ramonet. Le Monde Diplomatique

En la película Her (1), que acaba de ganar el Óscar al mejor guión original y cuya acción transcurre en un futuro próximo, el personaje principal, Theodore Twombly (Joaquin Phoenix), adquiere un sistema operativo informático que funciona como un asistente total, plegándose intuitivamente a cualquier requisito o demanda del usuario. Theodore lo elige con voz de mujer y mediante su teléfono inteligente se pasa horas conversando con ella hasta acabar perdidamente enamorado.

La metáfora de Her es evidente. Subraya nuestra creciente adicción respecto al mundo digital, y nuestra inmersión cada vez más profunda en un universo desmaterializado. Pero si citamos aquí este film no es sólo por su moraleja sino porque sus personajes viven, como lo haremos nosotros mañana, en una atmósfera comunicacional aún más hiperconectada. Con alta densidad de phablets, smartphones, tabletas, videojuegos de última generación, pantallas domésticas gigantes y ordenadores dialogantes activados por voz...

La demanda de datos y de vídeos alcanza efectivamente niveles astronómicos. Porque los usuarios están cada vez más enganchados a las redes sociales. Facebook, por ejemplo, ya tiene más de 1.300 millones de usuarios activos en el mundo; Youtube, unos 1.000 millones; Twitter, 750 millones; WhatsApp, 450 millones... (2). En todo el planeta, los usuarios ya no se conforman con un solo modo de comunicación sino que reclaman el “cuádruple play” o sea el acceso a Internet, televisión digital, teléfono fijo y móvil. Y para satisfacer esa insaciable demanda, se necesitan conexiones (de banda ultraancha de muy alta velocidad) capaces de aportar los enormes caudales de información, expresados en cientos de megabits por segundo. Pero ahí surge el problema. Desde el punto de vista técnico, las redes ADSL (3) actuales –que nos permiten recibir Internet de banda ancha en nuestros smartphones, hogares u oficinas– ya están casi saturadas...

¿Qué hacer? La única solución es pasar por las rutas del cable, ya sea coaxial o de fibra óptica. Esta tecnología garantiza una óptima calidad en la transmisión de datos y de vídeos de banda ultraancha, y casi no tiene límites de caudal. Estuvo en boga en los años 1980. Pero fue arrinconada porque requiere obras de envergadura de alto coste (hay que cavar y enterrar los cables, y llevarlos hasta el pie de los edificios). Sólo unos cuantos cableoperadores siguieron apostando por su fiabilidad, y construyeron con paciencia una tupida red cablera. La mayoría de los demás prefirieron la técnica ADSL más barata (basta con instalar una red de antenas) pero, como hemos dicho, ya casi saturada. Por eso, en este momento, el movimiento general de las grandes firmas de telecomunicaciones (y también de los especuladores de los fondos de capital riesgo) consiste en buscar a toda costa la fusión con los cableoperadores cuyas “viejas” redes de fibra representan, paradójicamente, el futuro de las autopistas de la comunicación.

Este contexto tecnológico y comercial explica la reciente adquisición, en España, de ONO, el mayor operador local de cable, por la firma británica Vodafone (4) a cambio de 7.200 millones de euros. Cuarto operador español, ONO dispone de 1,1 millones de líneas móviles y 1,5 millones de líneas fijas, pero, sobre todo, lo que le da valor es su extensa red de cable que alcanza los 7,2 millones de hogares. El 60% del capital de ONO ya estaba en manos de fondos internacionales de capital riesgo sabedores, por las razones que acabamos de explicar, que las firmas gigantes de telecomunicaciones desean adquirir, a cualquier precio, a los cableoperadores.

En todas partes, los fondos buitre están comprando los operadores de cable independientes con el propósito de realizar importantes plusvalías al revenderlos a algún comprador industrial. Por ejemplo, en España, los tres operadores de cable regionales –Euskaltel, Telecable y R– han sido objeto de adquisiciones especulativas. En 2011, el fondo de capital riesgo estadounidense The Carlyle Group compró el 85% del operador de cable asturiano Telecable.

En 2012, el fondo italiano Investindustrial y el estadounidense Trilantic Capital Parners se hicieron con el 48% del operador vasco Euskatel. Y el mes pasado, el fondo británico CVC Capital Partners (5) adquirió el 30% que le faltaba del operador gallego R (6), al que ahora controla en su totalidad.

A veces las fusiones se hacen en sentido inverso: el cableoperador es quien adquiere una compañía de telecomunicaciones. Acaba de suceder en Francia, donde la principal firma de cable, Numericable (5 millones de empresas u hogares conectados), está tratando de comprar, por casi 12.000 millones de euros, al tercer operador francés de telefonía, SFR, propietario de una red de fibra óptica de 57.000 km...

Otras veces son dos cable-operadores los que deciden unirse. Está sucediendo en Estados Unidos, donde los dos principales cable-operadores, Comcast y Time Warner Cable (TWC), han decidido unificarse (7). Juntos, estos dos titanes tienen más de 30 millones de abonados a quienes procuran servicios de Internet de banda ancha y de telefonía móvil y fija. Ambas firmas, asociadas, controlan además un tercio de la televisión de pago. Su megafusión se haría bajo la forma de una compra de TWC por Comcast por el colosal precio de 45.000 millones de dólares (36.000 millones de euros). Y el resultado será un mastodonte mediático con una cifra de negocios estimada en cerca de 87.000 millones de dólares (67.000 millones de euros).

Suma astronómica, como la de los demás gigantes de Internet, en particular si la comparamos con la de algunos grupos mediáticos de prensa escrita. Por ejemplo, la cifra de negocios del grupo PRISA, primer grupo de comunicación español, editor del diario El País y con fuerte presencia en Latinoamérica, es de menos de 3.000 millones de euros (8). La del New York Times es inferior a 2.000 millones de euros. La del grupo Le Monde no pasa de 380 millones de euros, y la de The Guardian ni siquiera alcanza los 250 millones de euros.

En términos de potencia financiera, frente a los mastodontes de las telecomunicaciones, la prensa escrita (aún con sus sitios web), pesa poco. Cada vez menos (9). Pero sigue siendo un indispensable factor de alerta y de denuncia. En particular de los abusos que cometen los nuevos gigantes de las telecomunicaciones cuando espían nuestras comunicaciones. Gracias a las revelaciones de Edward Snowden y de Gleen Greenwald, difundidas por el diario británico The Guardian, hemos conocido que la mayoría de los colosos de Internet fueron –y siguen siendo– cómplices de la National Security Agency (NSA) para la aplicación de su programa ilegal de espionaje masivo de comunicaciones y uso de redes sociales.

No somos inocentes. Cual esclavos voluntarios, y aún sabiendo que nos observan, seguimos dopándonos con droga digital. Sin importarnos que cuanto más crece nuestra adicción más entregamos la vigilancia de nuestras vidas a los nuevos amos de las comunicaciones. ¿Vamos a seguir así? ¿Podemos consentir que estemos todos bajo control?

NOTAS
(1) Director: Spike Jonze, 2013.
(2) Es interesante anotar, en este contexto, la reciente compra, por Facebook, de WhatsApp, "el servicio de mensajería más popular del mundo" (450 millones de usuarios), por la monumental suma de 19.000 millones de dólares.
(3) ADSL: sigla del inglés Asymmetric Digital Subscriber Line (Línea digital asimétrica de abonado). Es una tecnología de acceso a Internet de banda ancha.
(4) En 2011, Vodafone compró el cableoperador británico Cable&Wireless, y en 2012 adquirió el principal cableoperador alemán Kabel Deutschland.
(5) CVC Capital Partners ya adquirió, en 2010, la empresa helvética Sunrise, segundo operador de telefonía en Suiza, que posee más de 7.500 km de red de fibra óptica.
(6) R Cable y Telecomunicaciones Galicia S. A. ofrece servicios de Internet de banda ancha, televisión, telefonía móvil y fija a cerca de un millón de viviendas y empresas de unas 90 localidades gallegas.
(7) Este proyecto de megafusión aún no tiene el visto bueno de la División antitrust del Departamento estadounidense de Justicia.
(8) Exactamente de 2.726 millones de euros. PRISA registró, en 2013, una pérdida neta de 649 millones de euros, más del doble que en 2012.
(9) Léase Ignacio Ramonet, La explosión del periodismo, Clave Intelectual, Madrid, 2012.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Lo que denuncia en este artículo Ignacio Ramonet es muy cierto: el gran hermano digital controlando el mundo, nuestras vidas, nuestro tiempo, nuestra privacidad,...

Lo que calla cuando afirma que  la prensa escrita “sigue siendo un indispensable factor de alerta y de denuncia” es menos presentable. No podría ser de otro modo cuando el señor Ramonet es parte del complejo de negocios de esa “prensa escrita”

Me referiré a algunos ejemplos sobre el “indispensable factor de alerta y de denuncia” del que habla el señor Ramonet.

Le Monde posee el 51% de acciones de “Le Monde Diplomatique”, del que el señor Ramonet es director. Es difícil que con esta mayoría accionarial “Le Monde Diplomatique” pueda afirmar su supuesta independencia. 

Le Monde, como El País, ha sido punta de lanza del antichavismo pero con apariencia progre, bien es cierto que este pelaje está cada vez más, en el caso de El País, al menos, más al descubierto en su embuste. 

No debe sorprender este tipo de posiciones editoriales entre el el periódico del grupo PRISA (El País) y Le Monde, dado que ambos poseen vínculos accionariales, en concreto el primero posee acciones del segundo (15%).

A su vez, el grupo PRISA es el accionista único de Caracol Radio en Colombia que, durante el gobierno del criminal Álvaro Uribe, servía para correr un tupido velo sobre los crímenes de los paramilitares (“los paras”), mientras acusaba a la guerrilla del ELN y de las FARC de tal cosa, callando a su vez las conexiones entre Uribe, los paras y el narcotráfico. Ahora “Paracol radio”, como la llaman muchos colombianos, trata de lavar su sucio pasado, sacando denuncias de la época Uribe y sus conexiones con “los paras”. Pero Uribe ya no es presidente de Colombia y está acusado de múltiples crímenes que podrían conducirle a la cárcel. ¡Qué valiente periodismo el que calló ayer y habla hoy para no caer con los asesinos! 

De El País es bloguera habitual Yoani Sánchez, la gusana anticastrista.   

El País, como la propia SER, son los medios que más cobertura han dado a los guarimberos y los escuálidos de la burguesía fascista que pretende derrocar al legítimo gobierno venezolano. 

Aún recordamos algunos aquel titular de El País “El secreto de la enfermedad de Chávez”, con una fotografía sacada del vídeo de la operación a una persona que nada tenía que ver con el difunto comandante. 

El mayor socio de El País es, desde 2010, Liberty Acquisition Holdings Corp, una corporación de inversores y especuladores, con conexiones con el también inversor y especulador que arruinó en su día la libre esterlina, el tiburón financiero y poseedor de fundaciones globalistas e injerencistas, George Soros.

¿Debe sorprendernos entonces, el modo en que El País, su socio The Huffington Post y Le Monde tratan al gobierno sirio, al cubano, al venezolano o la posición favorable a los yihadistas islámicos que, en colaboración con la OTAN, provocaron la caída del gobierno de Gadafi?

Lo que el señor Ramonet oculta es que, lo que en realidad nos encontramos ante una brutal competencia empresarial entre los operadores y los dueños de la red y los medios de comunicación conocidos como prensa, sencillamente porque unos y otros son empresas capitalistas y es así como se comporta el capitalismo, en guerra civil permanente entre unos y otros concurrentes en eso que llaman libre mercado”. Guerra, que posponen cuando de atacar a gobiernos antiimperialistas o a los sectores que combaten al capitalismo (lo de El País con las marchas del 22M fue de juzgado de guardia) se trata.

Señor Ramonet, cuando empieza el “derecho a la libertad de empresa” acaba el derecho a la información, y eso es algo que usted calla en su artículo cuando alaba a la prensa capitalista afirmando que es “un indispensable factor de alerta y denuncia”

2 de abril de 2014

ESTADOS UNIDOS SIN RECUPERACIÓN NI INFLACIÓN

Oscar Ugarteche y Ariel Noyola. Alainet

El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, al enfrentar la mayor crisis después de la Gran Depresión de 1929, a partir de noviembre del 2008 dejó a un lado dos de los tres objetivos de su banco, la estabilidad financiera y el control de precios, e hizo del tercero, el pleno empleo, el blanco de la política monetaria: Los programas de estímulo monetario (Quantitative Easing) puestos en marcha no serían retirados hasta que la tasa de desempleo se redujera a 6.5 por ciento. Ahora, empero, Estados Unidos retira el estímulo monetario mientras no asiste a una recuperación sostenida del PIB, ni a una baja del desempleo de 6.5%, y parece enfrentar riesgos de deflación y de nuevas burbujas financieras.

El Bureau of Economic Analysis, hay evidencia que desde hace como cinco años saca proyecciones de crecimiento trimestrales que luego revisa a la baja con varianzas sustantivas. De esta forma, los anuncios del PIB hay que mirarlos con precaución, no en su primer anuncio sino en la tercera revisión. El primer anuncio parece hecho para manejar expectativas y tomar decisiones de política monetaria. El único problema es que el mundo económico también lo hace.

En septiembre del 2013, fecha del primer estimado más certero del crecimiento del PIB anual, calcularon que el año cerraría en 2.8%, muy encima de lo observado de 2009 en adelante. A la tercera revisión en marzo del 2014 el dato fue de 1.9% anual del año 2013 en su conjunto. Dicen los de la BEA se debió a una caída en la tasa de formación bruta de capital, del consumo privado y a un menor gasto público, lo que tiene sentido en el marco de políticas de austeridad fiscal. Eso pone las cifras anuales de crecimiento de 2009 en adelante en -2.8%, 2.5%, 1.8%, 2.8% y 1.9% en el 2013. No existe, pues, una recuperación vigorosa. Los estimados, siempre están en el ojo del que mira, que hace los supuestos.

Los programas de inyección comenzaron en noviembre de 2008 para reactivar el crédito y evitar la deflación con el QEI que se mantuvo hasta agosto de 2010. La inflación (core inflation) anual a mayo de 2010 bajó hasta 0.3 % que es cuando Bernanke decidió inyectar liquidez más seriamente para generar un poco de inflación monetaria. Entonces inició el QEII en noviembre. Este si tuvo frutos y en agosto de 2011 la inflación llegó a 3.1% anual y comenzó el declive. Por ello, en septiembre de 2013 se inició el QEIII con un monto inicial de 45,000 mdd, que aumentó a 85,000 mdd en diciembre de ese mismo año. Con todo y estímulos monetarios, la evidencia muestra que la inflación está de bajada desde 2011 cuando cerró el año en 2.9%; en 2012 fue de 1.9% y finalmente en 2013, de 1.7% por ciento.

A lo anterior se suma la débil recuperación del mercado laboral. El desempleo parece estancado en 6.7% a febrero de 2014. El cálculo oficial deja de lado que en los últimos cincos años alrededor de 5 millones 730 mil personas abandonaron la búsqueda de trabajo ante la debilidad estructural de la economía estadounidense según The Economic Policy Institute. De añadirse en la contabilidad, la tasa de desempleo sería de al menos 10 por ciento. El rumbo de la macroeconomía a todas luces va por la reducción salarial en un intento por exportar más, lo que no está induciendo una recuperación de la tasa de inversión fija, ni menos aún la recuperación sostenida del ritmo consumo o producción de bienes y servicios a los niveles previos a la crisis.

En comparación con marzo de 2009, los índices de la Bolsa de Nueva York, el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq han aumentado 178, 151 y 242% respectivamente. El peligro está en que los índices de la Bolsa no se sostienen con los datos económicos a la vista.

Las compras masivas de bonos del Tesoro y de activos hipotecarios llevaron a que la hoja de balance de la Fed pasara de 1 billón a 4.18 billones (trillions en inglés) de dólares entre septiembre de 2008 y marzo de 2014. Muchos de estos salieron como capitales de corto plazo a los mercados emergentes. El retiro del estímulo pretende el retorno de los capitales para empujar el crecimiento en el centro al costo de estrangular al resto del mundo a través de depreciaciones cambiarias y caídas de las bolsas de valores, con las consecuentes reducciones del consumo y crecimiento económico. El blanco de esto son las economías emergentes.

El efecto global del retiro del estímulo monetario es triple cuando se considera que hay un triple arbitraje en los mercados de dinero, cambiario y de valores. La tasa de interés cero ha empujado los capitales al exterior y con estos anuncios hay regresos a casa. La rentabilidad en dólares es muy baja pero ante la posibilidad de shocks cambiarios es un refugio. Así tenemos la reversa del triple arbitraje. Hay quienes están regresando también a Yuanes y a Euros, ambos más rentables. Al mismo tiempo bajan los precios de los commodities y se produce un ajuste del consumo en las economías emergentes.

El 12 de marzo de la semana que terminó, los bancos centrales vendieron 106,000 mdd invertidos en bonos del Tesoro estadounidense, la mayor caída semanal en la historia, para sostener sus tipos de cambio. Una semana después, Janet Yellen, ahora al frente de la Fed, anunció la reducción del estímulo monetario a 55,000 mdd mensuales y declaró que el final de la política monetaria basada en bajas tasas de interés ocurrirá “mucho más allá del momento en que el desempleo sea de 6.5 por ciento”. Para evitar el mal rato de anunciar que el desempleo crece, lo mejor ha sido sacarlo de los criterios para retirar el estímulo monetario. El augurio de crecimiento para el 2014 no es el mejor y parece ser el de la consolidación de un ritmo bajo en el mundo.

1 de abril de 2014

UN DURO PARA GOBERNAR FRANCIA

El nuevo primer ministro francés, Manuel Valls
Tras el voto castigo para los socialistas en las últimas municipales, el presidente optó por el giro a la derecha. El nombramiento de Valls desencadenó una escisión en el seno de la coalición compuesta por el PS y los verdes.

Eduardo Febbro. Página/12 
Francia votó a la derecha y el presidente socialista François Hollande eligió seguir a los electores que le propinaron al Partido Socialista una de las mayores puniciones electorales de su historia en las elecciones municipales de finales de marzo. Al día siguiente de una derrota inédita donde el PS perdió más de 155 municipalidades de más de 9000 habitantes en beneficio de la derecha, el gobierno del primer ministro Jean-Marc Ayrault en pleno presentó su renuncia. Seguidamente, Hollande nombró como nuevo jefe del Ejecutivo a quien, hasta el domingo, ocupaba la cartera de Interior, Manuel Valls. El cambio es tan radical como incierta la apuesta del mandatario, que optó por un hombre duro, en nada aparentado con la socialdemocracia blanduzca que encarnó hasta ahora durante sus dos años de presidencia. Manuel Valls, que es el ministro más popular del gobierno, es lo que se conoce como un social liberal, o sea, un adepto del laborismo británico y de la figura que enterró al socialismo en Gran Bretaña, Tony Blair. En una breve alocución televisada, Hollande prometió “un gobierno reducido y de combate”. Este último término se plasmó de inmediato en el terreno de lo real. El nombramiento de Valls desencadenó una escisión en el seno de la coalición compuesta por los verdes y los socialistas. Dos ministros verdes del anterior gobierno, Cécile Duflot y Pascal Canfin, respectivamente titulares de la cartera de Vivienda y Desarrollo, anunciaron que no formarían parte del Ejecutivo de Valls. Ambos consideraron que su nombramiento “no es la respuesta adecuada a los problemas de los franceses”.

La derecha socialista aplaude y la izquierda llora. No es para menos. El electorado que llevó a Hollande a la presidencia en 2012 lo abandonó en las municipales, pero el presidente, más allá de sus palabras, ascendió a un social-liberal. Hollande dijo en su discurso que había entendido el “claro mensaje” de las urnas, el cual, según él, es una protesta por “el cambio insuficiente, la excesiva lentitud, la falta de trabajo y la escasa justicia social, demasiados impuestos”. Los hechos, sin embargo, no permiten vaticinar ningún cambio sustancial de la política que implementó hasta ahora. Ese mamotreto de centroderecha que es el pseudosemanario de izquierda Le Nouvel Observateur saluda así el ascenso de Valls: “Se debe justamente al hecho de que François Hollande no piensa poner en tela de juicio esta política de saneamiento de las cuentas públicas, de disminución del costo de la mano de obra y de mejoramiento de la competitividad de nuestro aparato industrial que Manuel Valls se volvió inevitable”. Este canto a la austeridad como receta para salir de la crisis prosigue con un elogio al socialismo liberal que identifica la figura de Manuel Valls: ¿acaso hay alguien mejor que el ex ministro de Interior, heredero del blairismo y socialliberal reivindicado, para encarnar esta purga. El mandatario dejó escapar una lágrima hacia su izquierda cuando prometió un “pacto de solidaridad” y un descenso de los impuestos de aquí a 2017. Con el “pacto de solidaridad”, Hollande busca atenuar las consecuencias de la piedra angular de su mandato, el famoso y polémico “pacto de responsabilidad” mediante el cual se instaura una neta disminución de las cotizaciones sociales que pagan las empresas a cambio de que contraten personal. El pacto también prevé recortes en el gasto público por unos 50.000 millones de euros.

En suma, el presidente que se hizo elegir contra las imposiciones liberales y los recortes teledirigidos desde Bruselas interpretó el voto como un reclamo de más austeridad, más reformas, más autoridad y más obediencia al sistema financiero. Como ocurrió a la derecha cuando Nicolas Sarkozy fue electo en 2007, entre el François Hollande candidato de la esperanza igualitaria y el François Hollande presidente hay un abismo o una tomada de pelo colectiva. Parece que los presidentes que elige Francia tienen, últimamente, la vocación de hacer exactamente lo contrario de aquello a lo que se comprometieron con sus plataformas electorales

Abanderado de la izquierda liberal en el campo económico, Manuel Valls llega a la cima del poder con un respaldo popular amplio (63 por ciento) pero con escasas divisiones propias. En las elecciones primarias que celebró el PS para designar en 2011 su candidato presidencial, Valls sacó apenas 5,6 por ciento de los votos. El nuevo primer ministro es la oveja negra de la izquierda del PS, de los ecologistas y de los aliados del Frente de Izquierda de JeanLuc Mélenchon. Su paso por el Ministerio del Interior dejó un sembradero de polémicas y decepciones. Su forma de actuar frente al tema migratorio y sus alardes públicos con las cifras de expulsiones de extranjeros le valieron el apodo de “sepulturero” de la línea firme pero humanista que Hollande prometió aplicar con el tema de los extranjeros (otro incumplimiento). Las cifras prueban que su acción no fue distinta a la de Sarkozy. En 2013, Manuel Valls ordenó el desalojo de 20.000 gitanos, bastante más que Sarkozy.

Hollande propulsó al primer plano a un hombre en el que se conjugan dos sentidos: eficacia y autoridad. Un traje perfecto para consolar las urgencias neoliberales de Berlín y Bruselas. Tal vez el recién nombrado jefe del Ejecutivo consiga darle cuerpo y alma a un proyecto político y de sociedad y sea mucho más que el vendedor de un catálogo de ajustes, recortes y sacrificios. Pero nada podrá borrar el campo de ruinas en el que está hoy apoyada la presidencia: en 2008, los socialistas administraban 509 municipalidades de más de 10 mil habitantes y la derecha, 433. En 2014 se quedaron sólo con 349, contra 572 para los conservadores. Y por primera vez en su historia, la extrema derecha del Frente Nacional ganó 14. Hollande dilapidó esa fortuna que es la legitimidad popular. Las corrientes progresistas enterraron anoche sus últimas expectativas. Quienes recuerdan la gloriosa noche de la plaza de la Bastilla, cuando, hace dos años, el “pueblo de izquierda” salió a festejar la victoria de François Hollande, sienten que eso ocurrió hace un siglo, en otro país, en otra dimensión de la realidad. Ser de izquierda o moderadamente social demócrata se ha vuelto una infinita serpentina de desencantos.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: No es éste el artículo que yo habría escrito sobre el PSF, Hollande y sus gobiernos cesado y entrante -creo necesario recalificar definitivamente a los Partidos Socialistas como “derecha aún democrática” porque quienes expulsan masivamente inmigrantes, hacen políticas económicas liberales y actúan como gendarmes en África, al servicio de los intereses del imperialismo en unos casos, o de la reaccionaria y cadavérica “grandeur francaise”, en otros, no son socialistas sino pura y simplemente derecha- pero es, en todo caso, un signo de los tiempos en la Vieja Europa que merece la pena conocer. El camino hacia la victoria del fascismo en Europa está alfombrado de las renuncias a ser de las izquierdas. Recientemente el ex comunista Partido Democrático (Italia) de Renzi ha renunciado a cualquier tipo de referencia en la izquierda. En la práctica hacía mucho tiempo que esto era ya así pero explicitarlo tiene una carga simbólica evidente.