10 de marzo de 2013

¿EL FIN DE LA CLASE OBRERA?

Peter Mertens

Hay una idea muy difundida, que se escucha cada vez con mayor frecuencia: las tecnologías de la información y las ciencias de la comunicación han cambiado la producción de una manera radical. La mayoría de los países desarrollados tienen una economía de servicios, una sociedad post-industrial. En Europa, el 66% de la población trabajadora lo hace en el sector servicios. En los Estados Unidos esta cifra llega al 79%.1 Debido a este cambio en la composición de la clase trabajadora, no se puede seguir igual que antes, dice el filósofo italiano Antonio Negri: «Detesto a la gente que dice: la clase obrera ha muerto pero la lucha continúa. No. Si la clase obrera ha muerto – y es cierto – es todo el sistema que depende de esos equilibrios de fuerzas está en crisis.» 2

 

La contradicción entre trabajo y capital

La clase trabajadora nació con el capitalismo. El nacimiento del capitalismo en los siglos 16 y 17, la acumulación primitiva, estuvo vinculada a dos condiciones principales. Por un lado, había que acumular riquezas suficientes para poner en pie las empresas capitalistas, es decir, el capital. Por otra parte, era necesario disponer de suficiente mano de obra: gente sin bienes propios, sin medios de subsistencia, forzados a vender su fuerza de trabajo. Gracias a la industrialización, a finales del siglo dieciocho e inicios del diecinueve, se formó la clase trabajadora, que aumentó de manera constante debido a la bancarrota de los granjeros y trabajadores manuales. Junto con el desarrollo del capitalismo hubo también un crecimiento del ejército industrial de reserva de gente desempleada.

A comienzos del siglo veinte, grandes monopolios capitalistas empezaron a dominar sectores en cada país. Hoy, un siglo después, esos monopolios no sólo regulan a esos sectores a escala nacional, sino que lo hacen a escala mundial. Las fusiones y adquisiciones de compañías estatales han alcanzado una enorme concentración en las últimas décadas. Algunas empresas transnacionales (ETN) controlan sectores enteros de la economía mundial. Nunca antes en la historia había habido tanta gente trabajando en un sólo producto, sea éste un coche, un avión o un derivado del petróleo. Entre un cuarto y medio millón de personas trabajando día a día para alguna de las veinte ETN más grandes. Nunca antes en la historia hubo tan pocos protagonistas regulando la producción: han sobrevivido tres en el sector petrolero, seis en la industria automotriz, dos en el mercado del maíz, cuatro en el mercado de soja, seis en la industria agroquímica y dos en la aviación civil.

Pero, ¿La contradicción entre trabajo y capital «está en crisis»?. Dicho de otra manera, ¿Ha desaparecido, como insinúa Antonio Negri?. No, a inicios del siglo veintiuno, la contradicción entre trabajo y capital, es de carácter mundial. El mundo ya está listo para pasar al siguiente modo de producción, el socialismo. «Cuando una gran empresa se convierte en gigantesca y organiza sistemáticamente, sobre la base de un cálculo exacto de múltiples datos, el abastecimiento en la proporción de los 2/3 o de los 3/4 de la materia prima de todo lo necesario para una población de varias decenas de millones; cuando se organiza sistemáticamente el transporte de dichas materias primas a los puntos de producción más cómodos, que se hallan a veces a una distancia de centenares y de miles de kilómetros uno de otro, cuando desde un centro se dirige la elaboración del material en todas sus diversas fases hasta la obtención de una serie de productos diversos terminados; cuando la distribución de dichos productos se efectúa según un solo plan entre decenas y centenares de millones de consumidores (venta de petróleo en América y en Alemania por el “Trust del Petróleo” americano), aparece entonces con evidencia que nos hallamos ante una socialización de la producción y no ante un simple “entrelazamiento”; que las relaciones de economía y propiedad privadas constituyen una envoltura que no corresponde ya al contenido, que debe inevitablemente descomponerse si se aplaza artificialmente su supresión, que puede permanecer en estado de descomposición durante un período relativamente largo (en el peor de los casos, si la curación del tumor oportunista se prolonga demasiado), pero que, sin embargo, será ineluctablemente suprimida», escribió Lenin en su análisis del imperialismo.3

Hoy en día, este envoltorio es las relaciones capitalistas de producción algunos miles de familias (¡no más!), los propietarios privados de las mil empresas transnacionales más grandes controlan con estas mil empresas, prácticamente toda la producción mundial. Estas familias controlan también, directa o indirectamente, el trabajo de las cerca de mil millones de personas que venden su fuerza de trabajo y de las familias que dependen de ellas. Controlan además la tecnología, la comunicación, el transporte y la organización que son su propiedad privada. Controlan todo esto, no en beneficio del desarrollo social o del progreso social, sino para maximizar sus propios beneficios. De esta manera, la propiedad privada de los medios de producción (empresas, tierras, medios de comunicación y de transporte) se ha convertido en el principal obstáculo al progreso social de la humanidad.

 

¿Han muerto los sepultureros?

¿Qué fuerza, en el seno de la sociedad, es capaz de romper el dominio sofocante sobre la producción y la vida?. Uno de los elementos fundamentales puestos a debate por Carlos Marx y Federico Engels en la naciente Asociación Internacional de Trabajadores, fue la idea que la revolución social sólo podría ser tarea de la misma clase obrera. Los `sepultureros’ de este sistema de explotación son los mismos trabajadores, escribieron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. ¿Han muerto los sepultureros en la actualidad?
Tabla 1. Porcentaje de empleo en la agricultura, la industria y los servicios en el mundo.

Agricultura
Industria
Servicios
1950
67
15
18
1970
56
19
25
1980
53
20
27
1990
49
20
31
2000
46
20
34
2006
38.7
21.3
40

Fuente: ILO, World Employment Report 2007, European Commission, Employment in Europe 2004.

El ILO Global Employment Trends Report (ILO, Informes sobre tendencias globales del empleo) indica que los servicios han sobrepasado a la agricultura por primera vez en la historia de la humanidad. «En 2006, el sector servicios sobrepasó a la agricultura por primera vez, al incrementarse del 39.5 al 40 por ciento. La Agricultura disminuyó del 39.7 al 38.7 por ciento. El sector industrial representó el 21.3 por ciento del empleo total.» Los datos en la Tabla 1 resaltan estos tres hechos. Primero: el empleo en la agricultura disminuyó durante el último medio siglo de 67 a 38.7 por ciento. Los agricultores están siendo arruinados. En Europa, este proceso ha ocurrido durante los últimos tres siglos. Hoy tiene lugar a escala mundial. En segundo lugar, hay un incremento del empleo en el sector “servicios”. Regresaremos a este asunto más tarde. Además, se observa un estancamiento e incluso un ligero incremento del empleo en el sector industrial a escala mundial. Es el resultado de la disminución del empleo industrial en los países desarrollados y de su aumento en otras partes.4

Basándose en los datos estadísticos clásicos, se pueden hacer dos observaciones fundamentales.

En primer lugar, la distinción entre las diferentes actividades económicas es totalmente arbitraria. Sería preferible distinguir entre sectores primario, secundario y terciario. El sector primario, la agricultura, equivaldría a la extracción de recursos de la naturaleza. El sector secundario, la industria, equivaldría a la transformación de la naturaleza. Y el sector terciario a lo que queda. Se han clasificado como «servicios» numerosos sectores que pertenecen al sector secundario. La imagen se falsifica de esta manera.

En segundo lugar, estas estadísticas no tiene en consideración las relaciones de propiedad. Se clasifican en el sección agricultura tanto a los grandes hacendados, a los pequeños agricultores independientes como a los obreros agrícolas. Lo mismo que a empresarios, ejecutivos, autónomos y asalariados que se encuentran juntos en el apartado industria. En otras palabras, estas estadísticas enmascaran el carácter de clase de la sociedad actual.
En el capitalismo encontramos, grosso modo, a tres clases que se escinden en varias capas.

La clase propietaria, que posee las empresas, los bienes raíces, las máquinas y la tecnología (patentes), posee también los (grandes) medios de producción. Se adueña de los bienes producidos. La clase intermedia que es la clase de los pequeños propietarios y de los pequeños productores independientes. Y la clase obrera que es la clase sin medios de producción. Sólo dispone de su fuerza y de su capacidad de trabajo, las que pone a la venta.

La clase obrera es el corazón palpitante del sistema. Es el trabajo productivo el que crea las riquezas de la sociedad. El capital sólo puede aumentar gracias a la plusvalía generada en el proceso de producción. La clase obrera puede existir perfectamente sin los patronos capitalistas, mientras que el patrón no es nada sin los trabajadores. Ahí es donde reside precisamente el papel de la clase obrera como actor del cambio histórico. Los trabajadores productivos están en el centro de la producción y se enfrentan cada día a la contradicción entre trabajo y capital. Están mejor situados por consiguiente para entender la esencia de este sistema. Además de un núcleo activo a nivel de la producción, la clase obrera se compone de numerosas otras capas de trabajadores asalariados que, debido a la crisis persistente, al aumento de la presión en el trabajo, al aumento de la flexibilidad y a la incertidumbre constante, se ven cada vez más enfrentados a las contradicciones propias del sistema.

Por último, los parados también forman parte de la clase obrera. Es importante subrayar de nuevo la importancia de las tareas del movimiento sindical y del partido de los trabajadores. Los parados forman una capa específica porque, por definición, no pueden inmovilizar o alcanzar la arteria económica del capitalismo puesto que – por la naturaleza de su situación – están aún más desmembrados y desorganizados y porque, cuanto más apartados estén del proceso de producción, más abandonan la función disciplinaria y organizadora del trabajo. Esto no significa que los desempleados de la clase obrera estén fuera de la lucha. Al contrario.

Los sepultureros, lejos de estar muertos, están, por el contrario, bien vivos. La clase trabajadora europea, en un sentido amplio, estaba formada en 2002 por 137.5 millones de personas, de las que 2 millones eran trabajadores del campo. Y a escala mundial, hace casi 15 años había 884 millones de personas asalariadas, de las que 85 millones eran trabajadores agrícolas.5

 

¿Quien produce la riqueza?

Según algunos creadores de opinión, la época en la que el trabajo productivo creaba las riquezas sociales ha concluido. La teoría de la plusvalía, principal pilar de la teoría económica de Marx, habría sido superada. Esa es la conclusión apresurada que extraen los filósofos Toni Negri y Michael Hardt: «El papel central preferentemente ocupado por la fuerza de trabajo de los obreros de fábrica en la producción de plusvalores es hoy día asumido de forma creciente por una fuerza de trabajo intelectual, inmaterial y fundado sobre la comunicación. Es necesario entonces desarrollar una nueva teoría política de la plusvalía.»6

¿El trabajo ya es fuente, pues, de riquezas sociales? Todo lo contrario. Para vivir, la gente necesita comida, ropa y otros bienes materiales. Para obtener estos productos, deben trabajar, «producir». Son las personas las que, mediante la producción material, producen las riquezas de la sociedad. Todo trabajo material que entre en esta definición se puede considerar como trabajo productivo en general. La producción está organizada en grupo, a nivel social. En un momento histórico determinado, la producción superó al consumo inmediato. Se comenzaron a almacenar los cereales, la comida y el ganado. A partir de aquel momento clave, cada vez que había un excedente de producción, ciertos grupos de personas aprovechaban para apropiarse de este excedente de manera sistemática.
El trabajador vende su fuera de trabajo. Recibe un salario en contrapartida. Este salario, es lo que llamamos el «valor» de la fuerza de trabajo. Es el dinero que el trabajador necesita para cubrir sus necesidades, su educación, su salud, su alojamiento, etc.

El trabajador crea productos por medio de su trabajo. Pero el valor creado de esos productos es superior a su salario. . La diferencia, es lo que se llama la «plusvalía» y le pertenece en su totalidad al capitalista. Si un trabajador trabaja 8 horas, por ejemplo, en tres horas ha producido su salario (o el valor de su mano de obra). En las 5 horas de trabajo restantes produce valor excedente, exclusivamente para el capitalista. En palabras de Marx: «La producción de plusvalía es la ley absoluta de este modo de producción. »7
Quien no trabaje en la producción, en la producción de bienes, no realiza un trabajo productivo. «Debido a que el propósito directo, y el producto real de la producción capitalista es la plusvalía, sólo ese trabajo es productivo, y por tanto solo quien ejerce esa capacidad laboral es un trabajador productivo, al producir directamente plusvalía. »8, escribe Marx . «¿No es absurdo, (...), que el fabricante de pianos deba ser un trabajador productivo, pero no así el pianista, aunque sin el pianista el piano seria un despropósito?. Pero así es, exactamente. El fabricante de pianos reproduce capital; el pianista cambia su trabajo solamente por un ingreso. Pero el pianista produce música y satisface nuestro sentido musical ¿No produce, entonces en cierta manera? De hecho lo hace, su trabajo produce algo, pero no por ello es trabajo productivo en sentido económico.»8

Debido a la reciente revolución tecnológica, ciertamente hay una mayor necesidad de ciencia y de conocimientos de parte de los procesos de producción más modernos. Sin embargo, la inteligencia y comunicación fuera de la producción no crean plusvalía para el capital. Lo mismo ocurre con el trabajo que produce bienes que no circulan en el mercado, como las artesanía en barro.

Debido a esto, el trabajo productivo es una definición del trabajo que no tiene nada que ver con su contenido o con el valor de uso real que tiene asignado, sino con la forma social en la que se produce. Es por esta razón por la que el trabajo puede, para un sólo y único contenido, ser productivo o improductivo.

También el trabajo que se realizan por ingreso, y por el capital, como los sirvientes en las casas, cocineros, jardineros, chóferes y guardaespaldas, no es productivo, porque no crea una plusvalía para el capital.

Asumiendo que la plusvalía sólo se crea durante la producción (la fabricación de productos), el trabajo en el sector financiero (bancos, seguros, inversiones...) no es productivo. Del mismo modo, la circulación de productos (venta, grandes almacenes...) no crea plusvalía y por tanto no es productiva. El transporte y el almacenamiento, en cambio, se consideran elementos esenciales de la producción siendo efectivamente productivos, aun si se consideran «servicios» en la estadística clásica.

La reciente revolución tecnológica (informática, telecomunicaciones, digitalización...) supone un enorme progreso por el incremento de las fuerzas productivas y demuestra claramente que el mundo ha madurado lo suficiente como para pasar a un sistema de producción que se base en las necesidades de la población. Pero no son los ordenadores en sí, Internet, la informatización ni la automatización quienes producen las riquezas, como sugieren ciertos filósofos de moda, entre ellos Negri y Hardt. La fuente de plusvalía son los hombres que accionan las máquinas. En el seno de la clase obrera, en el seno del grupo formado por quienes venden su capacidad de trabajo a cambio de un salario, se encuentra un núcleo productivo. Estamos haciendo referencia aquí a todo el grupo de trabajadores asalariados activos en los sectores de la producción, del transporte y del almacenamiento de mercancías y servicios. El grupo que podría considerarse como los obreros de industria.

 

Trabajadores industriales, servicios y tecnología

Según Negri y Hardt, puesto que «la composición del proletariado ya no es la misma, conviene revisar su definición». «A menudo se concedía a la clase obrera un papel preeminente (...) tanto en los análisis económicos como en los movimientos políticos. Hoy en día esta clase obrera casi ha desaparecido del panorama. No ha dejado de existir, pero la han desalojado de su posición privilegiada en la economía capitalista y de su posición hegemónica en la composición de la clase proletaria.»9 Y, añaden los dos autores, «se podría calificar el paso de la dominación de la industria a la de los servicios, un proceso de post modernización económica, o mejor dicho, de informatización».10 El hecho de que el proletariado industrial constituya «la parte preponderante de la clase obrera» no tiene nada que ver con su número. Si no con su posición en el proceso de producción. Es el grupo que sufre más directamente la explotación. La clase obrera crea la plusvalía repartida entre los diferentes sectores no productivos. Es la que domina los eslabones vitales de la economía.

Conviene sin embargo poner en duda el mito acerca del número de trabajadores de la producción. El número de obreros de industria, el núcleo productivo de la clase obrera, es más importante de lo que se menciona en las estadísticas clásicas en la sección «industria». Una parte importante del «sector terciario» asalariado, también forma parte del núcleo productivo, de la parte activa en el proceso de producción, en el transporte o el almacenamiento. A grosso modo, se puede decir que en Europa el proletariado industrial cuenta con unos 60 millones de trabajadores asalariados (en la industria o los servicios vinculados a la industria).11

En Europa, cerca de 14 millones de trabajadores asalariados trabajan en «business services» (servicio ligados a las empresas – véase Tabla 4). Se trata de los sectores informáticos vinculados a la industria, el mantenimiento tecnológico, las empresas de limpieza industrial, seguridad y mantenimiento técnico, así como los estudios de mercado, la publicidad y recursos humanos.12

Para estos sectores, el crecimiento es doble. Por una parte, la informatización en perpetuo desarrollo infla el empleo en los sectores informáticos. Y, por otra parte, en estos sectores se encuentran un gran número de empleos de «subcontratatas» (outsourcing) que, antaño, se clasificaban en la sección industria. Lo importante, es que estos sectores están vinculados al proceso de producción. Y es una infravaloración asumir que la mitad de los 9 millones de trabajadores asalariados del sector de los transportes (por tierra, mar y aire) esté activa en el proceso de producción mediante el transporte de mercancías. Por otra parte, otros sectores terciarios están también implicados en la producción, por ejemplo los servicios de mensajería como DHL (Deutsche Post) que ahora se incluyen en la sección correo y comunicaciones.

Por tanto, no es una exageración decir que en Europa, 20 millones de trabajadores asalariados del «sector terciario» están trabajando, de hecho, en la producción industrial ( NDT: y que, en España, son tres millones.) En estos momentos, sólo podemos dar una cifra aproximada. Para conocer la cantidad exacta, habría que proceder a un estudio más profundo y detallado.

«A finales del siglo 20, la mano de obra industrial perdió su posición hegemónica y emergió en su lugar una ‘mano de obra inmaterial’, es decir una mano de obra que crea productos inmateriales, como el saber, la información, la comunicación, las relaciones o las reacciones emocionales», declararon Negri y Hardt. «Pensamos que en términos cualitativos, ahora es ésta mano de obra inmaterial la que ocupa una posición hegemónica.»13

Los cambios ocurridos a lo largo de los últimos diez años en los sectores de la informática y las comunicaciones representan un prodigioso salto adelante en el desarrollo de las fuerzas productivas. Sin embargo, estas revoluciones tecnológicas no se hacen solas, como pretenden Negri y Hardt. Están inmersas en el sistema de producción capitalista. Según Antonio Negri, esta revolución tecnológica transformó radicalmente el trabajo e incluso lo «emancipó». «La producción aseguró incluso su influencia en los cerebros de los trabajadores.» Esto viene «del hecho de que la inteligencia – la fuerza de la imaginación, la capacidad de invención y de creación – se pone de verdad a trabajar». Concluye: «Ahora, la gente se ha adueñado de las formas, de los instrumentos, de las herramientas con los que producen la riqueza.» Esto significa que «la toma de posesión por el capital del instrumento de producción se hace imposible».14

Negri olvida las relaciones de propiedad. La investigación, la informática, el desarrollo y la genética son ahora propiedades privadas. En la «sociedad del saber», no son «la inteligencia y la imaginación» las que cuentan, sino la apropiación privada del saber mediante patentes de invención y copyright. «El capital empieza haciendo preso el progreso histórico y lo pone al servicio de la riqueza»15, escribe Marx. Cada vez que un gigante farmacéutico obtiene una patente para una medicina, se apropia el saber científico desarrollado en los laboratorios universitarios por varias generaciones de investigadores. «La requisa por el capital es imposible», pretende Negri. Sin embargo la realidad muestra todo lo contrario. El capital se adueña en todo los terrenos del saber histórico y social de la sociedad. Al encerrar, o mejor dicho al encarcelar, el saber en patentes, la sociedad renuncia a sus posibilidades intrínsecas de progresar en el plano social.

Desde el punto de vista de la tecnología, la revolución digital marca un valioso paso adelante pero, desde el punto de vista de las relaciones de propiedad, no hay ninguna diferencia cualitativa con respecto al período en que la máquina daba sus primeros pasos. «Es indiscutible que no es la máquina la que «liberó» a los trabajadores de sus medios de subsistencia», escribe Marx, ya que «las contradicciones y los antagonismos» son «inseparables del empleo capitalista de las máquinas (...). Así, la máquina considerada en sí misma acorta el tiempo de trabajo (...), pero su empleo por el capitalista, prolonga la jornada de trabajo. La máquina en sí aligera el trabajo, pero su empleo capitalista acrecienta la intensidad del trabajo. La máquina en sí es una victoria del hombre sobre las fuerzas naturales, pero su empleo capitalista somete al hombre a esas mismas fuerzas naturales. La máquina en sí acrecienta la riqueza de los productores, pero su empleo capitalista los empobrece.»16

Antonio Negri escribió: «los contactos, las relaciones, los intercambios y las aspiraciones se han vuelto productivos»17. Pero, por el contrario, todos «los contactos, las relaciones y los intercambios» que entran en juego en la producción sirven para acrecentar la tasa de beneficio. La flexibilización pretende disminuir los tiempos muertos y el capital muerto. El trabajo a domicilio y el teletrabajo, la vuelta al destajo, como en la época de las manufacturas, y los pagos de primas en función de las prestaciones, deben suponer un ahorro en la fuerza de trabajo. Ahorrando a la vez en el capital muerto y en el capital vivo, la tasa de beneficio aumenta. Mientras que, para los trabajadores, eso significa un aumento del estrés, las horas extras y las enfermedades.

 

Des-industrialización e industrialización

El gobierno francés encargó un amplio estudio para comprobar la afirmación según la cual la industria está desapareciendo.. Después de meses de investigación, la comisión concluyó que «Desde principios de los años 1990, el volumen del valor añadido de las industrias manufacturadas aumenta más rápidamente que el del conjunto de la economía. No hay por tanto desindustrialización, sino por el contrario crecimiento de la industria. Este fenómeno es propio al conjunto de los países industrializados. Paralelamente, la parte del empleo industrial no dejó de disminuir, pasando del 24% en 1980 al 15,9% de la población activa en 2002. El origen de esta disminución proviene de las ganancias de productividad de los asalariados en la industria francesa, que se han situado entra las más elevadas del mundo, con 4,1 % al año desde 1990. (...) Lo que llamamos desindustrialización es en realidad un efecto óptico consecuencia de un dinamismo industrial.».18 La Comisión europea también ordenó redactar un informe, que llegó a la siguiente conclusión: «El análisis llevado a cabo por la Comisión indica que no existen pruebas de un proceso generalizado de desindustrialización. En cambio, la industria europea se está enfrentando a un proceso de mutaciones estructurales...»19
Hoy se produce más, pero con menos personas. La productividad ha aumentado. En lo que atañe a la estructura de las empresas, se advierte que también ocurrieron profundos cambios durante los últimos años, en particular a causa de la subcontratación. Y el 7% de las pérdidas de empleos del sector industrial en Europa son debidas a las deslocalizaciones. Tres factores, propios de este sistema que se basa en la obtención del máximo beneficio, explican por tanto la reducción del empleo en la producción: el aumento de la productividad, la subcontratación creciente de la producción y las deslocalizaciones.

El aumento de la productividad es la primera causa de desaparición de los empleos en la industria. No tiene nada que ver con la «desindustrialización». Por el contrario, se produce más, pero cada vez con menos personas. O, como escribe Marx: «la condena de una parte de la clase asalariada al ocio forzado debido a un exceso de trabajo de la otra parte»20 Las 300 ETN (Empresas Transnacionales) más grandes controlan por lo menos una cuarta parte de la producción mundial, pero proporcionan menos del 1% del trabajo.21

En una sociedad socialista, el progreso tecnológico sirve para aligerar el peso de la vida de la gente y para satisfacer sus necesidades. Hoy sin embargo, el aumento de la productividad está dirigido a la extracción de la mayor cantidad de plusvalía para acabar con los competidores, generando de esta manera insoportables condiciones laborales.

En segundo lugar, a causa de la «subcontratación» los trabajadores se ven forzados a ofrecer su fuerza de trabajo a subcontratistas, agencias de trabajo temporal, sociedades IT, etc., a cambio de un salario inferior. Al mismo tiempo se constata que una parte de la protección social desaparece. En efecto, los derechos sindicales son prácticamente inexistentes en la mayoría de las empresas de subcontratación y de las agencias de trabajo temporal. La subcontratación es un ataque contra la fuerza colectiva de los trabajadores como clase.

Estamos de nuevo ante una evolución dentro del proceso de industrialización, y no de desindustrialización. Así, la Engineering Employer’s Federation de Gran Bretaña declaró: «Una parte importante de la industria de los servicios ha sido creada por la industria mediante la subcontratación de sectores como el mantenimiento, la restauración colectiva y la asistencia jurídica. (...) La industria podría abarcar hasta el 35% de la economía, más que el 20 % generalmente aceptado, si los cálculos se basaran en estadísticas correctas.»22

No se trata pues de «desindustrialización», sino de fragmentación de la clase obrera productiva en empresas más pequeñas y en agencias de trabajo temporal.
Un tercer factor responsable de la desaparición del empleo en «la industria», – y es importante destacar que sólo se encuentra en tercera posición –, es la deslocalización. Este traslado global de capacidad productiva no es sinónimo de desindustrialización, sino de industrias que se mueven de un continente a otro.

 

La clase responsable de su propio futuro

Hace 150 años, la clase obrera apenas salía de la cuna y Karl Marx y Friedrich Engels ya no tenían ninguna dificultad en «decretar» el papel de vanguardia de la clase obrera.
Lo que «decreta» que los obreros son pioneros, es la historia, son las leyes económicas, políticas y organizativas del régimen capitalista. Mientras exista el capital, la fuerza social que permite al capital multiplicarse no podrá desaparecer. Sin trabajo productivo, no hay plusvalía y no hay beneficio para los patronos. Existen aproximadamente mil millones de familias obreras en este mundo, estas familias son los actuales sepultureros del sistema de las ETN y de la maximización del beneficio. Constituyen, como lo observan Marx y Engels en su Manifiesto del Partido comunista, el movimiento de la mayoría. «Todos los movimientos del pasado fueron el hecho de minorías o le dieron provecho a minorías. El movimiento proletario es el movimiento autónomo de la inmensa mayoría en el interés de la inmensa mayoría. El proletariado, la capa más baja de la sociedad actual, no puede levantarse, enderezarse, sin hacer saltar todo el edificio de capas superiores que constituyen la sociedad oficial.»23

 

Éxodo y deserción

La antigua secretaria general del PTB, Nadine Rosa-Rosso, defendía en el Partido la posición de que las condiciones laborales actuales son tan infernales que los trabajadores no pueden organizarse en el lugar de empleo.

¿Cómo lo hizo entonces el joven movimiento obrero a mediados del siglo diecinueve? ¿Las nacientes industrias no eran también «lugares infernales»? Uno podía perderlo todo: su salario, su comida, su salud y su vida. Y sin embargo hubo una revuelta colectiva. Y a pesar de eso los trabajadores se organizaron «en condiciones que eran mas que infernales» que las actuales. Si Marx y Engels se hubiesen resignado a suspirar frente a toda esta miseria, ni la Primera Internacional ni la conciencia de la necesidad de sindicatos habrían sido un hecho.

Nadie puede negar que, en estos últimos diez años, las condiciones de trabajo se han deteriorado

Como la contrarevolución de terciopelo hizo caer al socialismo, el capitalismo está arrasando de nuevo al trabajo. Desde que la contrarrevolución de terciopelo hizo besar la lona al socialismo, el capital se ha vuelto más audaz. Se vuelven a convertir las fábricas en cuarteles. El estrés ha reemplazado a la silicosis. Los empleos fijos han sido sustituidos por empleos de media jornada y empleos temporales, los empleos bien remunerados por empleos basura y fuera de los convenios colectivos. La proporción de los salarios en la riqueza global va disminuyendo. Las antiguas leyes contra las huelgas vuelven a ver la luz, se crean nuevas, se imponen multas.

Pero nadie podrá negar tampoco que el proletariado se opone a la ola de liberalización y al desmantelamiento de las conquistas sociales. Esta oposición se presenta bajo múltiples facetas. El número de acciones realizadas en las empresas está en constante aumento desde los años 90. Se trata de acciones en el terreno, organizadas por decenas de miles de representantes sindicales, de gente de carne y hueso. Gente que no ha abandonado las empresas.

También Negri y Hardt ven el potencial para la oposición especialmente fuera de las fabricas y sindicatos.

«La fuerza de la clase obrera no reside en las instituciones representativas, sino en el antagonismo y la autonomía de los propios trabajadores.» Es lo que escribían Negri y Hardt sobre la clase obrera americana en los años 1960 y 1970. «Además, la creatividad y la conflictividad del proletariado residían también – y quizás de manera más importante – en las poblaciones que trabajan fuera de las fábricas. Incluso (y especialmente) los que se negaban activamente a trabajar eran a la vez amenazas serias y soluciones de recambio creativas.»24

Durante el período 1960-1970, había según los dos autores una fuerza creativa en el «rechazo del régimen disciplinario»25. «La perspectiva de conseguir un empleo garantizando un trabajo estable y regular de ocho horas al día y de cincuenta se- manas al año, para toda una vida de trabajo; la perspectiva de entrar en el régimen normalizado de la fábrica social: todo esto había sido el sueño de muchos de sus padres – pero les parecía de ahora en adelante como una especie de muerte. El rechazo masivo del régimen disciplinario, que revestía una gran variedad de formas, no fue sólo una expresión negativa, sino que también fue un momento de creación…»26

Negri y Hardt pretenden que es ese período el que les inspira para proponer hoy«nuevas formas de lucha de clase»: «Deserción y éxodo son potentes formas de lucha de clase, contra la posmodernidad imperial, en su mismo contexto.».26 Y precisan: «Mientras en la era disciplinaria, la noción fundamental de resistencia era la de sabotaje, en la era del control imperial podría ser la deserción (...). Las batallas contra el Imperio podrían ganarse por sustracción y desafección.»27

Para ciertos intelectuales, la fábrica es una máquina infernal pero, para los trabajadores, es, además de ser el lugar donde se ganan el pan, el lugar donde ejercen su oficio con orgullo y el lugar por excelencia donde pueden realizar la lucha. La fábrica organiza y junta a los trabajadores con vistas a una confrontación directa con los patronos. La fábrica que da los enormes beneficios gracias a los cuales los capitalistas se enriquecen, también es su punto débil. Al éxodo, a la huida, a la «suspensión del régimen disciplinario» se opone la visión de Lenin, que sigue siendo actual: «Esa fábrica, que para algunos parece ser nada más que un espantajo, es la forma superior de la cooperación capitalista, que agrupó y disciplinó al proletariado, le enseñó la organización, lo puso a la cabeza de todas las otras categorías de la población laboriosa y explotada. El marxismo, ideología del proletariado educado por el capitalismo, ha enseñado y enseña a los intelectuales inconstantes la diferencia entre el aspecto explotador de la fábrica (disciplina basada en el temor de morir de hambre) y su aspecto organizativo (disciplina basada en el trabajo en común, resultante de una técnica altamente desarrollada). La disciplina y la organización, que al intelectual burgués le cuesta tanto llegar a adquirir, son asimiladas muy fácilmente por el proletariado, gracias justamente a esa “escuela” de la fábrica. El mortal temor por esa escuela, la incomprensión absoluta de su importancia como elemento de organización, son característicos del modo de pensamiento que refleja las condiciones de existencia pequeñoburguesas, engendra ese aspecto del anarquismo que los socialdemócratas alemanes llaman Edelanarchismus, es decir el anarquismo del señor “distinguido”, el anarquismo el gran señor, diría yo.. »28

Hace más de siglo y medio que los revisionistas del marxismo abogan por el abandono del lugar de trabajo. Otros grupos sociales debían encarnar la fuerza creativa y la creatividad del cambio, traer un aire nuevo o liderar la revolución social. El discurso empieza siempre con estas palabras: «Los tiempos han cambiado». La irrupción de la democracia burguesa primero «lo modificó todo» a nivel de las naciones, la aparición de monopolios vino luego «a repartir otra vez las cartas», luego les tocó modificar en profundidad la situación a los derechos de la seguridad social en la sociedad de abundancia y, hoy, serían las recientes modificaciones a nivel de la producción las que no habrían dejado títere con cabeza. Se oye decir que «la combatividad, hay que encontrarla fuera de los muros de la fábrica», que «es afuera, donde conviene buscar aire fresco», y que «los trabajadores se han vuelto egoístas», que «la clase obrera europea faltó a su cita con la historia» y que «otros grupos tienen que desempeñar ahora el papel de vanguardia». A lo largo del pasado siglo, los pobres, los excluidos, las personas que se niegan a trabajar, los emigrantes, los ecologistas, los verdes, los pacifistas, las mujeres, los científicos, los informáticos... todos, antes o después, fueron reconocidos como el grupo social al que le correspondía liderar la revolución. El punto común entre todas esas teorías, es que todas ignoran las leyes sociales y económicas de la historia, que todas evitan la cuestión de la producción y del control de la producción.

El corazón del cambio actual, es la lucha entre trabajo y capital. No se puede olvidar el análisis de Lenin al respecto: «En cualquier país capitalista, la fuerza del proletariado es incomparablemente mayor que su proporción numérica en la masa general de la población. Y esto es así porque el proletariado domina económica- mente en el centro y en el nervio de todo el sistema económico del capitalismo, y también porque, bajo el capitalismo, el proletariado expresa, económica y políticamente, los verdaderos intereses de la inmensa mayoría de los trabajadores. Por eso, incluso cuando constituye una minoría de la población (o cuando su vanguardia consciente y verdaderamente revolucionaria constituye una minoría de la población), el proletariado es capaz de derribar a la burguesía y de ganarse después muchos aliados entre esa masa de semiproletarios y pequeños burgueses que antes no se habría manifestado jamás a favor del dominio del proletariado, que antes no comprendería las condiciones y las tareas de ese dominio y a la que sólo su experiencia ulterior habrá de convencer de que la dictadura del proletariado es inevitable, acertada y necesaria.»29

El hecho de que los trabajadores productivos se encuentren en el ojo del huracán, que lleven a cabo la lucha entre trabajo y capital en el lugar de trabajo, no significa que sean los únicos que luchan. Y mucho menos significa que una gran alianza entre los trabajadores productivos sea inútil, las otras capas de la clase obrera, los agricultores, las capas proletarizadas de la inteliguentsia, los progresistas y los jóvenes que escogieron el bando de los explotados. Al contrario. Como los trabajadores productivos están formados, organizados y disciplinados en la lucha, como los trabajadores industriales constituyen el corazón de este sistema de producción, tienen como misión empujar las otras clases explotadas y oprimidas. No se dirigen hacia las otras capas sociales para «tomar aire» para «encontrar oxígeno» o para adquirir «una fuerza creadora», sino para que avance el conjunto de la lucha social. Así, los obreros metalúrgicos de las Forjas de Clabecq se juntaron al movimiento de los profesores, alumnos y estudiantes en 1994-1996.

Según Negri y Hardt, «Se debería encontrar un nuevo tipo de resistencia adecuada a las dimensiones de la nueva soberanía... Hoy, también, podemos ver que esas formas tradicionales de resistencia, como las organizaciones obreras institucionales desarrolladas durante gran parte de los siglos XIX y XX, han comenzado a perder su poder».30 El movimiento obrero y sus organizaciones sindicales se enfrentarán sin lugar a du- das a nuevos desafíos: la organización de una fuerza de trabajo a tiempo parcial, flexible y precaria, la movilización del trabajo temporal y de la subcontratación, la implicación de empleados del sector privado, etc. Y cuando ciertos dirigentes del movimiento sindical, como la dirección de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), se identifican con los objetivos de los grandes monopolios europeos y la Unión europea -en otros términos, «se institucionalizan»-, el movimiento sindical pierde en la práctica parte de su poder. ¿Pero el problema se sitúa realmente a nivel de las organizaciones de trabajadores, del concepto de movimiento sindical como organizador de la clase obrera? ¿O se sitúa a nivel de un grupito de dirigentes sindicales?

Es tarea del partido, de los comunistas, el poner al sindicato al servicio de la clase trabajadora, y ayudarlo a alcanzar sus demandas políticas. Lenin enfatizó las tareas de los comunistas en los sindicatos de trabajadores. «Temer este “espíritu reaccionario”, esforzarse por prescindir de él, por saltar por encima de él, es una inmensa tontería, pues equivale a temer el papel de vanguardia del proletariado, que consiste en educar, instruir, preparar, traer a una vida nueva a los sectores más atrasados de las masas obreras y campesinas...31. «Pero la lucha contra la “aristocracia obrera” la sostenemos en nombre de la masa obrera y para ponerla de nuestra parte; la lucha contra los jefes oportunistas y socialchovinistas la llevamos a cabo para conquistar a la clase obrera. Sería necio olvidar esta verdad elementalísima y más que evidente. Y tal es precisamente la necedad que cometen los comunistas alemanes “de izquierda”, los cuales deducen del carácter reaccionario y contrarrevolucionario de los cabecillas de los sindicatos la conclusión de la necesidad de. . . ¡¡salir de los sindicatos!!, de ¡¡renunciar a trabajar en los mismos!! y de ¡¡crear nuevas formas de organización obrera inventadas por ellos!! Es ésta una estupidez tan imperdonable que equivale al mejor servicio prestado a la burguesía por los comunistas..»32

A finales del siglo veinte, y comienzos del veintiuno, el revisionismo ha sido asumido por numerosos partidos revolucionarios. La tarea de dar marcha atrás a ese proceso, que todavía debe ser completada, llevará al movimiento comunista a la cabeza de los movimientos de lucha. Hoy en día hay dos retos que siguen siendo válidos: construir cuadros revolucionarios formados en la lucha y en el Marxismo. Cuadros que tengan la capacidad de construir la unidad de la clase obrera y la alianza social de la clase obrera con las otras capas oprimidas. 

Ver también el libro de Peter Mertens, La clase obrera en la Era de las Multinacionales,

1. Fuente: ILO, World Employment Report 2007, la Comisión Europea, Empleo en Europa 2004.
2. Antonio Negri, Return. Biopolitica ABC. Discusiones con Anne Dufourmantelle. Amsterdam, Van Gennep, 2003 [2002], p. 43.
3.V.I. Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo. [1916]. http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/IMP16s.html
Fuente: UNCTAD, Trade and Development Report, 2010. Nota: en esta estadística, el empleo en la produccion (`manufacturera’) es solo una parte del empleo en la industria.
  1. Fuente: Comisión Europea, Estadísticas sociales europeas, resultados de estudios de la fuerza laboral 2002, 2003 Edition. Para cifras a escala mundial ver: Deon Filmer, Estimating the world at Work, World Bank 1995.
6. Michael Hardt, Antonio Negri, Empire, The New World Order, Amsterdam, Van Gennep Publishing, 2002, blz. 45. Hardt and Negri proclaman adoptar esta teoría de `un grupo de escritores marxistas contemporáneos de Italia’ sin especificar de quienes se trata.
7. Karl Marx, Capital, Una crítica de la economía política[1867]. Volumen I, Libro 1: El Proceso de Producción del Capital. Progress Publishers, Moscow, USSR, p. 306.
8. Karl Marx, Capitalist Production as the Production of Surplus Value, Productive and Unproductive Labour. Economic Manuscript of 1861-63, in Theories of Surplus Value.
http://www.marxists.org/archive/marx/works/1864/economic/ch02b.htm. (NDT: traducido del inglés). Segunda cita: Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, Gründisse (1857-1858). http://es.scribd.com/doc/12822033/Carlos-Marx-Elementos-Fundamentales-para-la-Critica-de-la-Economia-Introduccion-y-metodo
9. Michael Hardt, Antonio Negri, Empire, The New World Order, Amsterdam, Van Gennep Publishing, 2002, p. 68. Itálicas agregadas, pm.
10. idem, p. 283. Itálicas agregadas por Negri y Hardt.
11. La Europa en cifras — L’annuaire d’Eurostat 2010 http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_OFFPUB/KS-CD-10-220/FR/KS-CD-10-220-FR.PDF
12. En la estadística internacional del Eurostat, los servicios están subdivididos en: (g) Reparaciones al comercio por mayoreo y menudeo, (h) hoteles y restaurantes, (i) transportes y comunicaciones, (j) intermediación financiera, (k) Actividades de negocios y estados reales, (l) administración y (m-q) otros servicios. En (k) también se incluyen “servicios a compañías” (secciones 72 y 74). Los datos en el estudio mencionado son totales, sin distinción entre trabajo asalariado y trabajo independiente para el “sector de negocios”. Hemos decidido mantener una proporción de 86%, porque en el total de los `servicios’ europeos hay un 86% de gente que recibe pagos por los servicios.
13. Michael Hardt, Antonio Negri, Mass of people, War and Democracy in the New World Order, Amsterdam, De Bezige Bij, 2004, p. 120-121.
14. Antonio Negri, Return. Biopolitics ABC. Discussions with Anne Dufourmantelle. Amsterdam, Van Gennep, 2003 [2002], p. 83.
15. Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, Gründisse (1857-1858). http://es.scribd.com/doc/12822033/Carlos-Marx-Elementos-Fundamentales-para-la-Critica-de-la-Economia-Introduccion-y-metodo.
16. Karl Marx, El capital, [1867]. Volumen I, Libro uno: El proceso de producción del capital, Progress Publishers, Moscow, USSR, p. 216.
17. Antonio Negri, Return. Biopolitics ABC. Discussions with Anne Dufourmantelle. Amsterdam, Van Gennep, 2003, p. 60.
18. Max Roustan, diputado. Assemblée Nationale. Reporte de información hecho en nombre de la delegación para la planificación y el desarrollo sostenible del territorio, sobre la desindustrialización del territorio. Presidencia de la Asamblea Nacional, Mayo 27, 2004, p. 46-47 http://www.assemblee-nationale.fr/12/pdf/rap-info/i1625.pdf. Itálicas añadidas, PM.
19. Commission des Communautés Européennes, Comunicación de la comisión. Accompagner les mutations structurelles : Une politique industrielle pour l’Europe élargie. Bruxelles, COM (2004) 274 final, April 20th, 2004, p. 2. http://europa.eu.int/eur-lex/fr/com/cnc/2004/com2004_0274fr01.pdf.
20. . Karl Marx, El capital, [1867]. Volumen I, Libro uno: El proceso de producción del capital, Progress Publishers, Moscow, USSR, p. 315.
21. Jed Greer, Kavaljit Singh, A Brief History of Transnational Corporations, Corpwatch, 2000. http://www.globalpolicy.org/socecon/tncs/historytncs.htm#bk2_ft35.
22. Swasti Mitter, Common Fate, Common Bond. Woman in the Global Economy. Londen, Pluto Press, 1986, p. 98.
23. Karl Marx & Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista [Febrero 1848]. Foreign Language Press, Peking, 1970, Third print, p. 45. http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
24. Michael Hardt, Antonio Negri, Empire, The New World Order, Amsterdam, Van Gennep Publishing, 2002, p. 272. Italics added, pm.
25. idem p. 277.
26. p. 219.
27. idem p. 217.
28. V. I. Lenin, Un paso hacia adelante, dos pasos hacia atrás, [1904]. Ver: Collected Works, 4th English Edition, Progress Publishers, Moscow, 1965, p. 391-392 http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/OSF04NBs.html
29. V. I. Lenin, Las elecciones a la Asamblea constituyente y la dictadura del proletariado [Diciembre 1919]. In: Collected Works, 4th English Edition, Progress Publishers, Moscow, 1965, p. 271.
30. Michael Hardt, Antonio Negri, Empire, The new World Order, Amsterdam, Van Gennep Publishing, 2002, p. 309. Italics added, pm.
31. V. I. Lenin, La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo [Diciembre 1919]. In: Selected Works, English edition, Foreign Languages Publishing House, Moscow, 1952, Vol. II, Part 2. Reprint by Foreign Language Press, Peking, 1970, p. 42. http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/LWC20s.html
32. Idem, p. 43-44.

8 de marzo de 2013

CAPIO LOGRA EL 60% DE SUS INGRESOS DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Fachada del hospital de Móstoles. EFE
El gigante de la sanidad privatizada cobró del Servicio Madrileño de Salud 328 millones en 2011, 74 millones más de lo presupuestado
Deloitte subrayó en su auditoría la dependencia económica del grupo respecto del Gobierno regional

Alicia Gutiérrez. InfoLibre
El grupo Capio, gigante de la sanidad privatizada y cuyos verdaderos dueños se ocultan tras sociedades de las Islas Caimán, obtiene la mayor parte de sus ingresos de una sola administración pública de las cuatro para las que trabaja. Y justamente los capta de aquella que con mayor énfasis exalta la iniciativa privada y que, tras privatizar cuatro hospitales, auspicia la “externalización” de otros seis para “abaratar” costes: la Comunidad de Madrid.

Las cuentas anuales de Capio correspondientes a 2011 constatan que seis de cada 10 euros ingresados provinieron del Servicio Madrileño de Salud (Sermas). Y confirman un dato que acabó trascendiendo hace dos meses pese al secretismo del Gobierno regional: que el dinero pagado por el Sermas a Capio superó con mucho lo presupuestado por el Gobierno de Esperanza Aguirre, ahora en manos de su sucesor, Ignacio González. El Ejecutivo regional del PP jamás ha permitido que la oposición acceda a la ejecución presupuestaria –el gasto real desglosado, por lo que los cálculos sobre el desfase solo pueden ser aproximados.

Dado que la facturación total de Capio en ese ejercicio ascendió a 562,62 millones (243,8 de enero a junio y 318,7 de julio a diciembre) y dado que el porcentaje declarado de ingresos del Sermas se cifró en el 60% para el primer semestre y en el 57% para el segundo, Capio cobró de la sanidad pública madrileña 328,012 millones ese año. El presupuesto de la Comunidad de Madrid asignaba ese año 253,78 millones para los dos hospitales con los que la empresa operaba entonces. En resumen, el sobrecoste llegó, como mínimo, a 74 millones.

Sin acceso a los datos

El pasado mes de enero, el diario El Mundo desveló que la Comunidad de Madrid y Capio habían suscrito en 2011 un acuerdo secreto que incrementaba en 94 millones el presupuesto original (211,15 millones) destinado al hospital Fundación Jiménez Díaz, de titularidad privada pero financiado con fondos públicos. El Ejecutivo de Ignacio González arguyó en su descargo que el Jiménez Díaz es un hospital “complejo” cuyos pacientes han pasado de 400.000 a 434.000. En cualquier caso, se trate de 74 millones adicionales o de 94, el desfase pone en solfa el gran argumento del Gobierno del PP en pro de la privatización: el abaratamiento de costes.

La ejecución presupuestaria del Sermas –el desglose del gasto real efectuado– nunca ha sido fiscalizado por la Cámara de Cuentas regional ni ha estado al alcance de la oposición parlamentaria. El único documento detallado disponible es el de los Presupuestos del ejercicio, que en 2011 reservaban en total 253,78 millones a los dos hospitales por los que Capio cobraba entonces de la sanidad pública: la Fundación Jiménez Díaz, que posee un carácter netamente privado, y el Hospital de Valdemoro.

En diciembre, el consejero madrileño de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty, prometió en el programa televisivo Las Mañanas de Cuatro entregar a los grupos opositores la ejecución presupuestaria del Sermas. Hoy, 8 de marzo, Lasquetty sigue sin cumplir su promesa.
La dependencia económica de Capio respecto del Ejecutivo autonómico es tal que en su informe de 2011 la auditora Deloitte llamó “la atención” sobre la nota del balance de Capio “en la que se indica que la mayoría de los ingresos del grupo se corresponden con servicios prestados al Servicio Madrileño de Salud”. La nota aludida cuantifica en el 60% el "porcentaje de operaciones mantenidas con un único cliente (Servicio Madrileño de Salud. Sermas)".

“Cualquier interpretación o análisis de las cuentas anuales consolidadas adjuntas –agregaron los auditores– debe llevarse a cabo considerando esta circunstancia”. La referencia al Sermas consta en las cuentas concernientes al semestre enero-junio y desaparece en las alusivas al periodo julio-diciembre, que rebaja al 57% las operaciones con un único cliente.

En 2011, Capio ya facturaba al Sermas por el hospital Fundación Jiménez Díaz y por el de Valdemoro. Ahora, gestiona en Madrid cuatro hospitales en total. Es decir, cobra por otros dos más: los de los municipios de Móstoles y Collado Villalba, todavía sin uso.

Capio también presta servicios para las administraciones sanitarias de Cataluña, Castilla-La Mancha y Extremadura. Pero, a tenor de sus cuentas, los ingresos conjuntos procedentes de esas tres comunidades solo representaron el 15,9% del total.

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7 de marzo de 2013

SANTANDER VENDE A UN ‘FONDO BUITRE’ 300 MILLONES DE CRÉDITOS AL CONSUMO

El comprador, Elliott Management, tiene previsto realizar más compras en España
El fundador del fondo mantiene un conflicto con Argentina por su deuda soberana

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
En varias ocasiones les he facilitado información sobre los fondos buitre, que actúan tanto sobre la deuda soberana de los Estados como sobre la de los particulares (familias) y empresas. Lo cierto es que poco me importa el destino de estas últimas, entre otras cosas porque nunca se demostró tanto y de forma tan evidente que el modo en que le vaya al capital nada tiene que ver con la forma en que le va a l@s trabajador@s. Y si no miren las listas Forbes y el modo en que engordan sus riquezas aquellos que integran su nómina. Pequeña, mediana o grande, la empresa capitalista sabe extraer la plusvalía al trabajador@ hasta del último poro de su piel. Cuando ya no le necesita, deglute el resto de su jugo y lo escupe al paro como al hueso descarnado de una aceituna. Eso sí que es "lucha de clases", versión rapaz. No esperen de mí solidaridades interclasistas, comprensión hacia su “difícil accionar en un entorno competitivo y en crisis” o entendimiento de la “función social de la empresa”. No tengo el cuerpo para entonar el ya viejo mantra del “esto lo arreglamos entre todos”.

En cualquier caso, si ustedes como miembros de la clase trabajadora contrataron en su día un crédito personal al consumo, pongan sus barbas a remojar porque los cuchillos de la usura, mil veces más tenaces y acosadores que las peores versiones de los cobradores del frac, se aprestan a rapárselas sin apurado suave ni espuma de afeitar con aloe vera. ¿No creen que empieza a ser hora de que el miedo cambie de bando?

Un último pensamiento para los Botines, a los que tan propio les es el apellido, y compinches. Cuando dicen, de un modo tan patriótico, que confían en la “recuperación” de la economía española ¿se refieren a cuestiones como ésta?

Sin más, les dejo con este interesante artículo de Cinco Días sobre el noble arte de la cetrería con buitres.

 

SANTANDER VENDE A UN ‘FONDO BUITRE’ 300 MILLONES DE CRÉDITOS AL CONSUMO

Miguel M. Mendieta. Cinco Días

El grupo Santander ha vendido a Elliott Management una cartera de 300 millones de euros de créditos al consumo morosos, con un descuento que ronda el 96%. Este fondo buitre, que mantiene abierta una virulenta disputa con Argentina por la quita en su deuda soberana, quiere hacer más operaciones en España.

El multimillonario Paul Singer, enemigo público número uno en Argentina, desembarca en España. A través de su fondo Elliott Management, este inversor ha comprado una cartera de créditos al consumo impagados de Santander Consumer Finance, con un valor nominal de 300 millones de euros. Fuentes oficiales de Santander declinaron ayer comentar esta operación.

El precio desembolsado por el vehículo inversor de Singer es prácticamente testimonial: alrededor de 12 millones de euros, de acuerdo con fuentes del mercado. La dificultad para conseguir recuperar algo, de una cartera con 87.000 operaciones, es lo que lleva a las entidades financieras a ofrecer precios de derribo para quitárselas de encima. 
Para Elliot Management, fundada por Paul Singer en 1977 y con 21.000 millones de dólares (16.170 millones de euros) de activos bajo gestión, esta operación es la cabeza de playa para futuras adquisiciones en España. El grupo tiene fondos disponibles y considera que la actual situación del sector financiero español presenta buenas oportunidades de negocio.

En la cartera vendida predominan los préstamos para compra de automóviles, aunque también hay créditos personales y para empresas. El importe medio es de 3.500 euros.
El grupo Santander ha cerrado varias operaciones similares durante los últimos meses. En octubre de 2012 vendió una cartera de créditos con un valor nominal de 1.000 millones a Bank of America Merril Lynch, y en abril de 2012 se deshizo de otros 1.000 millones de créditos al consumo, que traspasó al Fortress, especializado en la compra de préstamos fallidos.

La firma Gesif ha participado como asesor en la operación, para calibrar las probabilidad de recobro de esta cartera y ofrecerá a Elliott sus servicios para gestionar estos créditos fallidos.

La predilección de Paul Singer por la compra de activos con alto riesgo le ha llevado a protagonizar diversos episodios con varios Gobiernos, en el intento de la firma que dirige por cobrar íntegramente sus inversiones en deuda soberana.

El caso más notorio es el conflicto abierto con el Gobierno argentino. Singer mantiene una reclamación judicial contra el país sudamericano por el impago de una deuda de 370 millones de dólares (unos 270 millones de euros) devengada en 2001.

En octubre de 2012, Singer logró que el Gobierno de Ghana retuviera la fragata Libertad –buque escuela de la Armada argentina– como activo embargable para el pago de la deuda, pero finalmente fue liberada y la semana pasada regresó a Buenos Aires

6 de marzo de 2013

¡GLORIA AL BRAVO CHÁVEZ!

¡NI UN PASO ATRÁS!
Atilio A. Boron. Kaosenlared.net

Cuesta muchísimo asimilar la dolorosa noticia del fallecimiento de Hugo Chávez Frías. No puede uno dejar de maldecir el infortunio que priva a Nuestra América de uno de los pocos “imprescindibles”, al decir de Bertolt Brecht, en la inconclusa lucha por nuestra segunda y definitiva independencia

La historia dará su veredicto sobre la tarea cumplida por Chávez, aunque no dudamos que será muy positivo. Más allá de cualquier discusión que legítimamente puede darse al interior del campo antiimperialista –no siempre lo suficientemente sabio como para distinguir con claridad amigos y enemigos- hay que partir reconociendo que el líder bolivariano dio vuelta una página en la historia venezolana y, ¿por qué no?, latinoamericana.

Desde hoy se hablará de una Venezuela y Latinoamérica anterior y de otra posterior a Chávez, y no sería temerario conjeturar que los cambios que impulsó y protagonizó como muy pocos en nuestra historia llevan el sello de la irreversibilidad. Los resultados de las recientes elecciones venezolanas –reflejos de la maduración de la conciencia política de un pueblo- otorgan sustento a este pronóstico.

Se puede desandar el camino de las nacionalizaciones y privatizar a las empresas públicas, pero es infinitamente más difícil lograr que un pueblo que adquirió conciencia de su libertad retroceda hasta instalarse nuevamente en la sumisión. En su dimensión continental, Chávez fue el protagonista principal de la derrota del más ambicioso proyecto del imperio para América Latina: el ALCA. Esto bastaría para instalarlo en la galería de los grandes patriotas de Nuestra América. Pero hizo mucho más.

Este líder popular, representante genuino de su pueblo con quien se comunicaba como nunca ningún gobernante antes lo había hecho, sentía ya de joven un visceral repudio por la oligarquía y el imperialismo. Ese sentimiento fue luego evolucionando hasta plasmarse en un proyecto racional: el socialismo bolivariano, o del siglo veintiuno.

Fue Chávez quien, en medio de la noche neoliberal, reinstaló en el debate público latinoamericano -y en gran medida internacional- la actualidad del socialismo. Más que eso, la necesidad del socialismo como única alternativa real, no ilusoria, ante la inexorable descomposición del capitalismo, denunciando las falacias de las políticas que procuran solucionar su crisis integral y sistémica preservando los parámetros fundamentales de un orden económico-social históricamente desahuciado.

Como recordábamos más arriba, fue también Chávez el mariscal de campo que permitió propinarle al imperialismo la histórica derrota del ALCA en Mar del Plata, en Noviembre del 2005. Si Fidel fue el estratega general de esta larga batalla, la concreción de esta victoria habría sido imposible sin el protagonismo del líder bolivariano, cuya elocuencia persuasiva precipitó la adhesión del anfitrión de la Cumbre de Presidentes de las Américas, Néstor Kirchner; de Luiz Inacio “Lula” da Silva; y de la mayoría de los jefes de estado allí presentes, al principio poco propensos –cuando no abiertamente opuestos- a desairar al emperador en sus propias barbas.

¿Quién si no Chávez podría haber volcado aquella situación? El certero instinto de los imperialistas explica la implacable campaña que Washington lanzara en su contra desde los inicios de su gestión. Cruzada que, ratificando una deplorable constante histórica, contó con la colaboración del infantilismo ultraizquierdista que desde dentro y fuera de Venezuela se colocó objetivamente al servicio del imperio y la reacción.

Por eso su muerte deja un hueco difícil, si no imposible, de llenar. A su excepcional estatura como líder de masas se le unía la clarividencia de quien, como muy pocos, supo descifrar y actuar inteligentemente en el complejo entramado geopolítico del imperio que pretende perpetuar la subordinación de América Latina. Supeditación que sólo podía combatirse afianzando –en línea con las ideas de Bolívar, San Martín, Artigas, Alfaro, Morazán, Martí y, más recientemente, el Che y Fidel- la unión de los pueblos de América Latina y el Caribe.

Fuerza desatada de la naturaleza, Chávez “reformateó” la agenda de los gobiernos, partidos y movimientos sociales de la región con un interminable torrente de iniciativas y propuestas integracionistas: desde el ALBA hasta Telesur; desde Petrocaribe hasta el Banco del Sur; desde la UNASUR y el Consejo Sudamericano de Defensa hasta la CELAC. Iniciativas todas que comparten un indeleble código genético: su ferviente e inclaudicable antiimperialismo.

Chávez ya no estará entre nosotros, irradiando esa desbordante cordialidad; ese filoso y fulminante sentido del humor que desarmaba los acartonamientos del protocolo; esa generosidad y altruismo que lo hacían tan querible. Martiano hasta la médula, sabía que tal como lo dijera el Apóstol cubano, para ser libres había que ser cultos. Por eso su curiosidad intelectual no tenía límites. En una época en la que casi ningún jefe de estado lee nada -¿qué leían sus detractores Bush, Aznar, Berlusconi, Menem, Fox, Fujimori?- Chávez era el lector que todo autor querría para sus libros. Leía a todas horas, a pesar de las pesadas obligaciones que le imponían sus responsabilidades de gobierno. Y leía con pasión, pertrechado con sus lápices, bolígrafos y resaltadores de diversos colores con los que marcaba y anotaba los pasajes más interesantes, las citas más llamativas, los argumentos más profundos del libro que estaba leyendo.

Este hombre extraordinario, que me honró con su entrañable amistad, ha partido para siempre. Pero nos dejó un legado inmenso, imborrable, y los pueblos de Nuestra América inspirados por su ejemplo seguirán transitando por la senda que conduce hacia nuestra segunda y definitiva independencia.

Ocurrirá con él lo que con el Che: su muerte, lejos de borrarlo de la escena política agigantará su presencia y su gravitación en las luchas de nuestros pueblos. Por una de esas paradojas que la historia reserva sólo para los grandes, su muerte lo convierte en un personaje inmortal.

Parafraseando al himno nacional venezolano: ¡Gloria al bravo Chávez! ¡Hasta la victoria, siempre, Comandante!

5 de marzo de 2013

GRILLO HABLA DE UN NUEVO GOBIERNO TÉCNICO

A Beppe Grillo no le alcanzan las promesas de
Bersani de que impulsará una ley contra la
corrupción y las mafias. Imagen: EFE
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Al fin Grillo y sus “grillini” se van quitando la máscara de la antigua farsa. El problema de Grillo no es el PDL sino el PD y, dentro del PD, de Bersani, situado a la izquierda de su oponente dentro del mismo partido de hace unos meses, y alcalde de Florencia, Matteo Renzi. Bersani no es precisamente un bolchevique, ni mucho menos, pero el rechazo de Grillo a la elección de este candidato como Presidente del Gobierno se sustancia con el beneplácito del M5S hacia un gobierno técnico, estilo al Gobierno Monti anterior, o bien con la “alternativa” forzada por Grillo y sus mariachis de un Gobierno de gran coalición PD-PDL. Ésta es una opción que Grillo acaricia con el fin de lograr el autocumplimiento de su profecía antipartidos. Forzar una situación a la que hasta el momento se ha negado Bersani para poder decir: “¿veis? Ya lo decía yo. Son iguales”. Pero los papamoscas de los “grillini” en Italia, en España o en dónde habite la estúpida indignación prefascista no le preguntarán en ningún momento: “¿Cuál es la salida que propones, además de parecerte bien lo que antes criticabas- el Gobierno Técnico-, nombrarte Duce extraparlamentario a ti, aunque el M5S fue el tercero en resultados? ¿Acaso unas nuevas elecciones que te den a ti o al PDL la mayoría que en las anteriores urnas no lograsteis? ¿Es eso democrático, ya que se os hace la boca agua al agitar el mantra “democracia”, forzar todas las elecciones que haga falta hasta que logréis lo que queréis?”

Éste, el que ahora sugiere su aceptación de un Gobierno Técnico, era el que condenaba el Gobierno de Monti porque era un títere de La Troika. Parece que La Troika tenía ya preparado su tapado títere de recambio.

Los partidos, como forma política, más allá del corrupto PDL de Berlusconi o del reformista PD, son la bicha que le quita el sueño al payaso. No unos partidos concretos, sino los partidos como sustancia. Lo suyo es “el movimiento”, como en la Italia de entreguerras, como en la España de Franco.

Les dejo, sin más con el artículo de Página/12

 

GRILLO HABLA DE UN NUEVO GOBIERNO TÉCNICO
Elena Llorente. Página/12
Desde Roma
La última novedad lanzada por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) –que le está haciendo la vida imposible a Pierluigi Bersani, líder del centroizquierda, teóricamente con derecho a presidir el nuevo gobierno italiano– es que ellos “evaluarán” cualquier propuesta “alternativa a un gobierno de los partidos”. En otras palabras, Grillo y sus seguidores no votarán jamás a favor de un gobierno presidido por el Partido Democrático (PD, centroizquierda) o el Pueblo de la Libertad (PDL, centroderecha). Para que un gobierno italiano pueda nacer se requiere el voto de confianza mayoritario de las dos Cámaras del Parlamento, pero en el Senado, el centroizquierda no lo tiene. ¿Y entonces? ¿A dónde va Italia sin gobierno?
En la reunión que los parlamentarios grillinos hicieron ayer por primera vez en Roma, el flamante presidente electo del grupo en el Senado, Vito Crimi, habla de “gobierno técnico” como si ésta fuera una posibilidad ante el “no” de ellos a un gobierno de un partido. “Si se propone un gobierno técnico, lo evaluaremos, pero reiteramos nuestro no a un gobierno de partidos”, dijo. Crimi tiene 40 años y trabajaba hasta ahora como asistente judicial en la Corte de Apelaciones de Brescia.
En declaraciones a medios extranjeros, Grillo –que junto al ideólogo del Movimiento, Gianroberto Casaleggio, participó del encuentro de Roma– aseguró que el PD y el PDL “ya se han puesto de acuerdo para gobernar y nos quieren hacer pasar a nosotros como irresponsables. Irresponsables seríamos si nos aliáramos con ellos”, dijo. Y agregó: “¿Cómo se nos puede acusar de destruir algo que ya ha sido destruido? Ellos ya se comieron el país y ahora no están en condiciones de gobernar”.
Bersani y el PD están haciendo lo posible para conseguir la simpatía del M5S. Bersani ha dicho que, si le encargan formar gobierno, se presentará al Parlamento con un programa de ocho puntos a realizar en poco tiempo, entre ellos una ley contra la corrupción y otra contra las mafias, pero también una serie de intervenciones a favor de los sectores sociales más perjudicados. Pero eso a Grillo no le basta, aunque el programa de Bersani contenga muchos de los puntos que ellos tienen en el suyo. En realidad no confían en que los partidos cumplan su palabra.
En defensa de Bersani salió Massimo D’Alema, ex primer ministro, ex canciller y viejo dirigente del PD. “Un acuerdo con el PD está excluido, A Grillo le pedimos que asuma sus responsabilidades. Quien se presenta en las elecciones y obtiene un resultado así de importante tiene responsabilidades por cumplir”, dijo. “Ninguna solución gubernamental puede prescindir del PD”, que es la primera fuerza con sus aliados del centroizquierda, subrayó D’Alema.
El PDL, mientras tanto, insiste en la oportunidad de hacer un “gobernísimo” PD-PDL. “Es un momento complicado ante el cual todas las fuerzas políticas están llamadas a una seria reflexión. Yo estoy de acuerdo con el presidente de la República cuando dice que es necesario garantizar la estabilidad y la gobernabilidad”, dijo el ex presidente del Senado Renato Schifani (PDL). El máximo líder del centroderecha, Silvio Berlusconi, está un poco borrado últimamente, ocupándose de otros asuntos personales que ahora, sin excusas electorales, debe enfrentar. Ayer, en efecto, en el famoso proceso llamado Ruby, en el que Il Cavaliere está acusado de prostitución de menores y de abuso de poder, el fiscal dijo que los elementos en su poder demuestran la responsabilidad del acusado porque las cenas del bunga bunga que se hacían en la residencia milanesa de Berlusconi eran “la expresión de un afianzado sistema de prostitución organizado para satisfacer el placer sexual de Silvio Berlusconi”.
El fiscal dijo además que ese sistema era organizado por Nicole Minetti (ex higienista dental amiga de Berlusconi), Emilio Fede (ex jefe del noticiero de Rete 4, televisión de Berlusconi) y Lele Mora (agente de espectáculos) y que el acusado, de un tiempo a esta parte, comenzó a remunerar con 2500 euros mensuales a los testigos del proceso. El viernes 8 de marzo, el fiscal solicitará la condena para Berlusconi, que después podrá ser confirmada o no por los jueces del proceso en primera instancia.
Para el 12 de marzo está previsto que se reúnan oficialmente por primera vez las dos cámaras del Parlamento y que el 18 empiecen las consultas con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien, según la Constitución italiana, dará el encargo de formar un gobierno a quien considere adecuado, generalmente el líder del partido o coalición que tiene la mayoría parlamentaria. Pero, dadas las condiciones, podría manejar otras opciones o llamar de nuevo a elecciones.

4 de marzo de 2013

EL NECESARIO PROCESO CONSTITUYENTE DEL QUE TODO EL MUNDO HABLA

Hoy parece que la Constitución española está más cuestionada que nunca, hasta el punto de que los mismos que hicieron campaña en su favor, ahora dicen querer "refundarla".

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Suscribo cada una de las palabras de su autor. Lo que no suscribo es su ausencia de crítica a lo que el 25-S representa, precisamente como quinta columna que impida el avance de la lucha de clases, de la defensa de los intereses de la clase trabajadora y de la definición de un proyecto de construcción hacia el socialismo.

Tampoco comparto la ausencia de crítica al modo en que el partido del autor- Iniciativa Comunista- y otros autoproclamados comunistas engordaron la llamada indignación que ha dado lugar a subproductos sólo institucionalistas y rechazadores de tocar el tema central en esta crisis del capitalismo, que es el de la propiedad.

En todo caso, va siendo hora de ser valientes y denunciar como intento de timo del tocomocho este segundo proyecto de reforma o transición que impida la auténtica ruptura con el sistema. El sistema no es otro que el capitalismo y no esas vaguedades indiferenciadas que utilizan los pseudoprogres cuando emplean el término en sentido genérico.

Es necesario combatir de forma decidida el intento de los “constituyentes” de dejar a la clase trabajadora, la mayoría social, fuera de la batalla. La batalla tiene que unir cambio político, con cambio económico y social o será una trampa como la de 1978. De hecho, ya se están produciendo movimientos tácticos de pacto social silencioso entre nuevos constituyentes y poderes fácticos. Es la idea gatopardiana de cambiar un régimen de partidos por otro régimen de partidos para que, de lo sustancial, no cambie nada.

Sin más, les dejo con el artículo aludido.

EL NECESARIO PROCESO CONSTITUYENTE DEL QUE TODO EL MUNDO HABLA

F. Pianiski, militante de Iniciativa Comunista. La Haine
Desde
el punto de vista político, los años 70 debieron ser muy duros en el Estado español. Yo no me acuerdo de nada porque era muy pequeño, pero he visto la serie "Cuéntame" y además, los camaradas menos jóvenes me han contado mil y una batallas.
Eran tiempos de militancia clandestina y las organizaciones revolucionarias, a pesar de haber sufrido cuarenta años de dictadura, se encontraban en plena efervescencia tras la muerte del dictador en el año 75.

Supongo que nadie pondrá en duda el hecho de que, en aquellos tiempos, las organizaciones revolucionarias se encontraban, desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, en mejores condiciones que en las que se encuentran ahora. Y sin embargo, a pesar de esa cultura política entre las masas, a pesar de esa efervescencia revolucionaria, a pesar de la relativa fortaleza de las organizaciones obreras, en el año 78 consiguieron colarnos una Constitución, diseñada por y para los intereses de la misma burguesía franquista que cuarenta años atrás había conquistado el poder.

Hoy parece que la Constitución española está más cuestionada que nunca, hasta el punto de que los mismos que hicieron campaña en su favor, ahora dicen querer "refundarla".

Se nota, se siente, somos constituyentesIncluso desde Izquierda Unida se lo están tomando en serio. La coalición, que hasta hace cuatro días ha exaltado y defendido la Constitución española como si de la piedra filosofal se tratara, y cuyo Coordinador Federal aseguraba no hace mucho, que el planteamiento estratégico de IU es llegar al "socialismo o casi al socialismo" a través de la Carta Magna, ahora clama, junto a otros grupos parlamentarios, por el necesario proceso constituyente.
Más que proceso constituyente, lo que IU plantea es una reforma constitucional, coincidiendo en algunos puntos con la ultraderecha encarnada en UPyD, que también pretende "refundar el Estado" a golpe de proceso constituyente.

Este proceso constituyente se ha venido reclamando con mayor intensidad en los últimos meses, desde que la Coordinadora del 25-S lo planteó como principal objetivo político. Ahora son decenas de grupos y plataformas ciudadanas de reciente creación, las que se suben a la ola del proceso constituyente por todo el Estado. No obstante, lejos de hacerme demasiadas ilusiones y después de analizar los diferentes "manifiestos constituyentes" publicados en internet, la hipotética creación de una nueva Constitución en el contexto actual se me presenta desalentadora.

En ninguno de estos manifiestos se menciona una sola vez la palabra capitalismo, la crítica al "sistema" no señala con claridad a la estructura económica del mismo, sino a las "taras" de la estructura política del Estado. Tampoco encontramos una sola referencia a la clase trabajadora. No se plantea abiertamente la lucha de clases, la defensa de los intereses de clase, la organización de los trabajadores o la conquista del socialismo. El sujeto llamado a desarrollar este proceso constituyente es el ciudadano, que se organiza en torno a lo que se ha definido, en algunas ocasiones como poder constituyente, en otras como mayoría social, poder popular, poder destituyente o incluso contrapoder.

Algunos plantean la opción de constituirse como partido político para la consecución de este objetivo, pero lo que de forma inmediata están planteando estos movimientos, no es otra cosa que la convocatoria de unas elecciones libres ad hoc y la ratificación del proceso por referéndum, es decir, lo que se pretende es que los ciudadanos presionen al Estado con la suficiente contundencia para que éste acceda, con la cabeza gacha, a poner en marcha un proceso constituyente con todas las de la Ley. Esto es lo que algunos “constituyentes” han descrito como la “única forma pacífica de hacer una revolución”.

Todos los manifiestos que he leído hasta ahora coinciden en ese carácter pacifista, argumentando que el proceso constituyente ha de realizarse sin ningún tipo de violencia o imposición por la fuerza, ya que este carácter pacífico es el que determina la legitimidad del proceso. ¿Qué significa todo esto? sencillamente, que los revolucionarios no tienen la hegemonía en ninguno de estos autoproclamados frentes constituyentes.

¿Cuál debe ser la postura de los revolucionarios?Ni los comunistas, ni las organizaciones de clase en general, podemos caer en esta ilusión antidialéctica. No podemos confiar en que el Estado burgués vaya a entregar el poder a las masas, ni tan siquiera que garantice la más mínima reforma democrática en sus estructuras sin la imposición por la fuerza de la clase trabajadora.

Desterrar de nuestro discurso los conceptos de clase, revolución o socialismo, significa debilitarnos ideológicamente frente a la burguesía, y en definitiva, abandonar las herramientas de análisis científico con las cuales se ha dotado el proletariado, haciéndolo avanzar en los últimos 130 años. Renunciar al uso de la fuerza significa renunciar a cualquier posibilidad de victoria e invitar al enemigo a que nos aplaste sin miramientos.

La lucha de clases sigue siendo el motor de la historia, y la clase trabajadora sigue siendo, en el contexto del capitalismo desarrollado, el principal sujeto revolucionario. Eso es lo que las organizaciones de clase deben tener claro. La principal tarea es organizar a la clase trabajadora, educarla y fortalecerla ideológicamente, y en ese sentido, estos discursos no hacen sino desarmarla y debilitarla más de lo que ya está. Sin una organización de clase fortalecida, sin la hegemonía de los revolucionarios en los frentes de masas ¿qué nueva Constitución favorable a nuestros intereses de clase vamos a conseguir? Ninguna.

Ya nos colaron una Constitución burguesa en 1978, en un contexto mucho más favorable para los revolucionarios desde el punto de vista de la organización y la lucha ideológica. No debemos caer nuevamente en esa trampa. Bajo los mínimos que plantean estos manifiestos, las posibilidades no apunta ni tan siquiera a una reforma constitucional que nos haga avanzar un sólo paso en la lucha de clases.

No es el momento de alianzas tácticas con la socialdemocracia. No bajo estas condiciones de debilidad absoluta. Es el momento, aquí y ahora, de la unidad y la consolidación de un proyecto revolucionario, que apunte directamente a la construcción del socialismo en nuestros pueblos y enfrente a los verdaderos enemigos de clase. Un proyecto que parta de la acción conjunta y cotidiana, con trabajo concreto, con unidad verdadera más allá de resoluciones en el papel.

3 de marzo de 2013

¿FONDOS BUITRE Y PRENSA CANALLA O FONDOS CANALLAS Y PRENSA BUITRE?

Paul Singer
La reciente audiencia en Nueva York en el juicio de los fondos buitres versus Argentina y su presentación a través de los medios de la corporación mediática del Grupo Clarín y otros es un claro caso de que el orden de los factores no altera el producto.

Nueva Tribuna

El 27 de febrero tuvo lugar la audiencia previa a la resolución de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que debe decidir cómo se ha de pagar a los fondos NML de Paul Singer (ojo al parche: el mismo que, según el Financial Times, está comprando deuda hipotecaria en España) y Aurelious los bonos de deuda argentina que compraron a precio de saldo y que se negaron a entrar en las dos restructuraciones que hizo el país (2005 y 2010).

Estos fondos reclaman para sí un trato de privilegio, exigiendo que se les pague la totalidad y en una sola vez, cuando el 93% de los bonistas aceptó un quita de casi el 70% del valor y un pago diferido en el tiempo, que se viene cumpliendo rigurosamente.

El juez de primera instancia Thomas Griesa primero y la misma Cámara de Apelaciones de Nueva York después ya sentenciaron a favor de los fondos buitres que, al negarse a entrar en el canje, se sienten profundamente discriminados porque no cobraron nada. Lo que está en juego ahora es qué y cómo se les debe pagar: todo y ya, como quieren los buitres o con la apertura de un nuevo canje, en las mismas condiciones que el resto, como defiende el gobierno argentino. De ser este último el caso, la apertura debería ser aprobada por el parlamento.

En la audiencia reciente la posición del gobierno argentino fue apoyada por representantes de los bonistas que entraron en el canje y por el Banco de Nueva York que intermedia en los pagos de los vencimientos. La posición de los fondos buitres no tuvo más apoyo que el de sí mismos.

El jurado está compuesto por tres miembros: la jueza que lo preside, Reena Raggi, asumió claramente un papel pro fondos buitres; la otra camarista, Roosmary Pooler, se mostró más sensible a los argumentos de los abogados de Argentina; el tercero, el juez Barrington Parker, mantuvo una posición más neutral aunque se especula que, por sus antecedentes, podría ser más proclive a la posición argentina, de la mayoría de los bonistas, del Banco de Nueva York y del actual gobierno de Estados Unidos.

Tal como ya se planteó en el artículo “Los 'fondos buitre' quieren imponer sus reglas con la ayuda del juez Griesa”, lo que está en juego trasciende totalmente la situación específica de Argentina: de su resolución depende, en buena medida, el futuro de cualquier posibilidad de reestructuración de deuda por parte de los países que se encuentren frente a la penosa situación de tener que hacerlo.

De todas maneras –y tal como la jueza Pooler preguntó a la defensa de los fondos buitres sin obtener respuesta-, si la sentencia empujara a Argentina a una situación de default, los fondos buitres ganarían igualmente, ya que han contratado seguros millonarios para esta eventualidad. (Ver “Otros jugadores de la timba financiera”)

No hay fecha cierta para la sentencia aunque se especula que podría estar lista para principios de abril. No obstante, con su habitual sentido de Estado, los medios de comunicación opositores ya la adelantaron: será desfavorable para Argentina.

Titular del diario Clarín, del 28/02/2013: “Deuda: señales negativas hacia la Argentina en la Corte de Nueva York”. Con la práctica acostumbrada de tomar la parte por el todo, la corresponsal escribe: “Los jueces hicieron todo tipo de preguntas. Pero el lenguaje que usaron fue significativo. Reena Raggi, por ejemplo, calificó a los fondos buitre como ‘víctimas del default’.” Lo que no dice en ningún lugar de la nota es que la otra jueza, Pooler, fue incisiva con ellos: eso no le pareció igualmente significativo.

Otro titular de Clarín: “’Está cerrada la posibilidad que los buitres cobren’, dijo Boudou”. Ay, las frases fuera de contexto y las verdades a medias: efectivamente, hoy por hoy, el canje está cerrado por una Ley del parlamento, llamada, precisamente, “Ley cerrojo”. Para que el Parlamento decida abrirla nuevamente se requiere que los que no entraron en el canje sean obligados, de alguna manera, a hacerlo. De lo contrario, carece de sentido una nueva apertura, que sería la tercera.

En la misma línea, el otro periódico consecuentemente opositor al gobierno, La Nación, el mismo día tituló: “Dura audiencia para el país en la justicia de EE.UU. por el default”; “El riesgo de default como telón de fondo”; “Fuerte caída de los bonos argentinos, tras la audiencia en EE.UU. por el default”. La lectura y el relato de los hechos, igualmente sesgados, terminan dando la impresión de una invocación para que el default, finalmente, se materialice y las profecías del periódico se vean cumplidas. O, por lo menos, ir sembrando un poquito de pánico entre sus lectores. Que las consecuencias de un fallo adverso puedan tener sobre el país y la población puedan ser terribles parecen ser lo de menos: sería lo que se merece un pueblo que vota tan mal a sus gobernantes.

Otra joyita de La Nación es el artículo titulado “Abogados creen que el fallo será rápido y adverso”. Adverso para Argentina, claro está, ni hace falta decirlo. Y citan como fuentes: “Algunos (sic) señalaron que la Argentina sufrió ‘una paliza’ en el tribunal; temen que pueda quedar abierta la puerta a embargos”; y “Un abogado (sic) que siguió la audiencia en una sala en la planta baja del edificio de la Corte, donde unas 120 personas -una convocatoria inédita- siguieron la exposición de los argumentos a través de una pantalla gigante, vaticinó un pronto desenlace”. Las negritas son mías.

Estos mensajes se multiplican machaconamente a través de los canales de televisión y las radios que controla la corporación mediática (además de sus múltiples repetidoras dentro y fuera del país) buscando instalar un sentimiento de catástrofe frente a algo que todavía no ocurrió y que mucho esperamos que no ocurra.

En contraste, el periódico Página12, el mismo día, presentó los siguientes titulares: “Pasó el último round y ahora resta el fallo”; “Estuvo dentro de lo previsto” (comentario del ministro de Economía argentino, Hernán Lorenzino); “Quiénes son y cómo operan los fondos buitres”. En las respectivas notas da cuenta de las distintas posiciones de los jueces, de lo que está en juego para el país y más allá, de las impresiones de las autoridades argentinas tras la audiencia, del comportamiento corrosivo de este tipo de fondos. La posición a favor del país y en contra de los fondos buitres es explícita. El resultado, en todo caso, es incierto.

Dar por sentado que el país ya perdió, además de falso, no deja de ser fuerte. Y la insistencia machacona resulta, literalmente, agotadora. Los que tenemos cierta edad debimos aprender, en tiempos de dictaduras, a escribir y leer entre líneas y a buscar información debajo de las piedras. Hoy nos toca el duro ejercicio de poner permanentemente en duda toda información que se presenta como producto de la “independencia periodística”, la “objetividad” y/o la “neutralidad”, de un profesionalismo que cada vez más brilla por su ausencia. Y, así y todo, muchas veces nos la cuelan

2 de marzo de 2013

NO TIENEN VERGÜENZA: AHORA GRILLO NO LE GUSTA A UN SECTOR DE LOS INDIGNADOS

Por Marat
El cinismo y el oportunismo más indecentes se instalaron hace ya mucho tiempo en el mundo de los indignados. De hecho, nació bajo esta premisa. “Ni de izquierdas ni de derechas”, apareciendo como el rostro “buenrollista” del capitalismo, con sus “revoluciones” de colores 2.0, su ciudadanismo, su negación del sujeto oprimido de clase, su rechazo a la lucha de clases, al socialismo como horizonte de esa lucha y su unitarismo desmovilizador de las izquierdas en un viaje-bucle hacia ninguna parte.

Son muchas las pruebas que muchos hemos dado, incluso desde días antes de su presentación pública en sociedad, el 15 de Mayo de 2011, de sus conexiones en origen y actuales con las elites globalistas de las Fundaciones norteamericanas del capital. El conocimiento de estos hechos no ha variado ni un ápice la ideología, cada vez más explícita, de quienes dicen rechazar todas (en realidad sólo las que implsan un proyecto de revolución socialista) porque “dividen” a su movimiento ni de su hoja de ruta.

En estos días casi se han solapado en el tiempo la muerte del OTANico, anticomunista y amigo de intervenciones del imperialismo USA en Libia, Stéphane Hessel y el éxito del M5S del gritón, histriónico, matón de amenazas continuadas a sus oponentes y prefascista Beppe Grillo.

Respecto a Hessel algunos indignados ya han expresado su distanciamiento. Su estilo empalagosamente blando –los indignados han ido ganando en decibelios de desahogo en la calle, en absoluto en radicalidad emancipatoria frente al capitalismo, salvo que por tal se entienda sólo los bancos- y su proximidad al sector social-liberal –tengo dudas de qué hubiera ocurrido si Hessel hubiera estado vinculado a otras corrientes ideológicas procapitalistas- del sistema político europeo le hicieron perder enteros entre parte de sus seguidores, que ahora reniegan de él. 

El caso de Grillo es distinto. Hace menos de un año, cuando éramos muy pocos quienes denunciábamos las conexiones ideológicas y de formato organizativo entre Grillo y las franquicias de la 15Memez, el silencio era la respuesta. Ni siquiera lo negaban. Sabida es la gran ignorancia que habita en ese movimiento y es muy posible que pensaran que Grillo era un personaje de la película de Disney “Pinocho”.     

Al principio de la campaña electoral italiana, cuando la prensa burguesa ya se hacía eco de tan grotesco personaje, con un equilibrio entre ensalzamiento y crítica, empezaron los primeros balbuceos indignados de admiración hacia el mismo, aunque con un evidente desconocimiento de su figura y movimiento, que aún continúa en parte pero que ya combina con una indisimulada complicidad hacia sus postulados prefascistas.

Pero he aquí que Grillo tiene un éxito innegable en los resultados electorales. La práctica ingobernabilidad en la que el mapa político deja a Italia, más su aparente oposición a los dictados de la Troika, hace que en algunas páginas alternativas indignadas comparta loas con el mafioso Berlusconi como héroes de oposición del momento. En otras, directamente Grillo ocupa todos los parabienes en exclusiva para el analfabeto político medio de los indignados españoles.

Grillo y Berlusconi, Berlusconi y Grillo son la sinécdoque sintomática de unas izquierdas revolucionarias que se han negado a comparecer en Europa porque, cuando son más necesarias, están atrapadas en la la indignación diseñada por el capital, en lugar de estar impulsando una revolución socialista que sería el único muro posible en defensa de las libertades democráticas y como trinchera contra un fascismo que resurge con una fuerza que fue anunciada hace tiempo, pero que casi nadie quiso escuchar cuando era el momento de empezar a construir, primero las líneas de defensa frente a él, y luego las de ataque.

Pero he aquí que una parte de los “indignados” italianos denuncia lo que Grillo representa. ¿Les rechazarán los de la sección española, como aquí hacen con quienes denunciamos tanto los presupuestos ideológico-políticos de la indignación como de sus subproductos políticos derivados, les acusarán en plan nazi de ser defensores o partes de lo que ellos llaman “la casta”? No lo harán porque su “crítica a Grillo y a M5S la realizan desde los mismos supuestos político-ideológicos de la “indignación” de la que han nacido ambos. Lo quieran o no los indignados, su ciudadanismo interclasista,su rechazo a las formas de partido y sindicales como base de la lucha política, su aparente posición transidelógica (de derechas en realidad) es su único dios y los Grillo sus profetas.        

¿Cómo se puede ser tan demagogo o tan cretino para decir que Grillo es parte del 1% cuando su 99% incluye a todos los explotadores, junto a las victimas de su explotación, que no son directamente miembros de la lista Forbes, grandes banqueros o grandes accionistas de multinacionales? ¿Acaso no es ya una payasada reaccionaria la caprichosa y falaz división del 1 y el 99% que supone una unidad subordinada de los trabajadores a la mayoría de los empresarios en ese 99? ¿Acaso ese axioma no es una defensa del capitalismo nacional?

Les dejo, sin más, con la evidencia hipócrita del texto de unos reaccionarios que, cuando se miran al espejo, culpan al reflejo de lo que ven y no a lo reflejado de la imagen que se va formando.

HAY UN ESPACIO VACÍO QUE EL M5S OCUPA… PARA MANTENERLO VACÍO

Los escritores que integran Wu Ming Foundation explican que el movimiento de las 5 Estrellas de Grillo es "una franquicia político-empresarial con grandes dosis de copyright, rígidamente controlado y liderado desde un vértice".
WU MING. Diagonal

Ahora que el Movimento 5 Stelle parece haber “estallado” en las elecciones, creemos que no se puede aplazar más una reflexión sobre el vacío, la ausencia, que el movimiento de Grillo y Casaleggio representa y administra. El M5S administra la ausencia de movimientos radicales en Italia. Hay un espacio vacío que el M5S ocupa… para mantenerlo vacío.

A pesar de las apariencias y de la retórica revolucionaria, creemos que en los últimos años el M5S ha sido un eficaz defensor de lo existente. Una fuerza que ha funcionado como “tapón” estabilizando el sistema. Es una afirmación contraria a la intuición, parece absurda, si miramos solo al contexto italiano y, sobre todo, si no vamos más allá de la primera impresión. ¿Cómo puede ser? ¿Grillo estabilizador? ¿Precisamente él, que quiere que se vaya la vieja clase política? ¿Precisamente él que, según dicen todos, se está preparando para ser un factor de ingobernabilidad?

Creemos que en los últimos años Grillo, consciente o no, ha garantizado la estabilidad del sistema.

En los últimos tres años, mientras en los otros países euromediterráneos y en general en occidente se extendían, y en algunos casos radicaban, movimientos inequívocamente antiausteridad y antiliberales, aquí eso no ha pasado. Sí que ha habido luchas importantes, pero han quedado confinadas en territorios restringidos, o han durado muy poco. Muchas chispas, pero no las necesarias para encender el fuego, como sin embargo ha pasado en otros lugares. Nada de indignados aquí, nada de Occupy ni de primaveras de ningún tipo, nada de “Je lutte des clases” contra la reforma de las pensiones.

No hemos tenido una Plaza Tahrir, ni una Puerta del Sol, ni una plaza Syntagma. No hemos luchado como se ha luchado –y en algunos casos se sigue luchando– en otros lugares. ¿Por qué? Las razones son múltiples, pero hoy queremos desarrollar una sola hipótesis. Puede que no sea la más importante, pero creemos tenga cierta relevancia.

Aquí, una gran cantidad de “indignación” ha sido interceptada y organizada por Grillo y Casaleggio –dos ricos sexagenarios provenientes de la industria del entretenimiento y del marketing- a través de una franquicia político-empresarial con grandes dosis de copyright y de marca registrada, un “movimiento” rígidamente controlado y liderado desde un vértice, que recoge y emula reivindicaciones y consignas de los movimientos sociales, pero mezclándolas con apologías del capitalismo “sano” y con discursos superficiales centrados en la honestidad del político/administrador individual, en un programa embarullado donde coexisten propuestas liberales y antiliberales, centralistas y federalistas, libertarias y de extrema izquierda. Un programa passepartout que recoge de aquí y de allá, típico de un movimiento diversivo.

Prestad atención: el M5S divide el mundo entre un “nosotros” y un “ellos” en un modo completamente distinto al de los movimientos mencionados anteriormente. Cuando Occupy propuso la separación entre el 1 y el 99 por ciento de la sociedad, se refería a la distribución de la riqueza, yendo directamente al centro de la desigualdad: el 1 por ciento son los multimillonarios. En caso de haberlo conocido, Occupy hubiese incluido también a Grillo. En Italia, Grillo forma parte del 1 por ciento.

Cuando el movimiento español retoma el grito de las caceroladas argentinas: “¡Que se vayan todos!", no se refiere solo a la “casta”, y no está añadiendo implícitamente: “Ocupemos nosotros su puesto”. Está reivindicando la auto-organización y la auto-gestión social: probemos a hacer lo máximo posible sin ellos, inventemos nuevas formas, en los barrios, en los puestos de trabajo, en las universidades. Y no por medio de los disparates tecno-fetichistas de Grillo ni de las cantidades ingentes de retórica de los pequeños roedores de tipo “parlamentario”: son prácticas radicales, juntarse para defender la comunidad de los excluidos, impedir físicamente desahucios y ejecuciones hipotecarias, etc.

Entre los que “se tienen que ir”, los españoles incluirían también a Grillo y Casaleggio (¡inconcebible un movimiento liderado por un millonario y por una empresa de publicidad!), y también a aquel Pizzarotti que en Parma hace meses que gestiona la austeridad ignorando las ampulosas promesas electorales hechas una tras otra.

Ahora que el movimiento de Grillo entra en el Parlamento, votado como último recurso por millones de personas que con razón encontraban repugnantes o en todo caso inadmisibles las otras opciones políticas, termina una fase y comienza otra. El único modo de comprender la fase que comienza es entender cuál ha sido el rol de Grillo y Casaleggio en la fase que termina. Para muchos se han comportado como pirómanos. Para nosotros, lo han hecho como bomberos.

¿Puede un movimiento que nació como diversivo convertirse en un movimiento radical que tenga como objetivo abordar cuestiones cruciales y que separe el “nosotros” del “ellos” a través de las justas líneas de fractura? Para esto, primero tendría que suceder otra cosa. Tendría que verificarse un Evento que introdujese una discontinuidad, una escisión (o más) dentro del movimiento. En pocas palabras: el movimiento de Grillo tendría que evitar ser su “prisionero”. Por ahora no ha sucedido, y es difícil que lo haga. Pero no imposible. Nosotros, como siempre, apoyamos la rebelión. Incluso dentro del Movimento 5 Stelle.