Inés Abril. Cinco Días
Es uno de los mercados más opacos que existen, pero tiene la capacidad de crear el caos financiero y de orquestar rescates a su imagen y semejanza. El BIS ha cifrado su volumen: 2,14 billones de euros brutos en cobertura de deuda soberana.
El lenguaje coloquial ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte. Deuda soberana, prima de riesgo, diferencial o bono alemán a diez años son expresiones que se han colado en las conversaciones diarias de millones de europeos cada vez más preocupados. Los CDS no están tan a la orden del día, pero después de la caída de Lehman Brothers y el casi colapso financiero mundial que se produjo por el efecto en cascada de la activación de los seguros de cobertura contra impagos (eso son los CDS) sobre hipotecas subprime y el rescate público de la aseguradora AIG que esto provocó, han ganado mucha popularidad.
Y es que los CDS tiene la capacidad de multiplicar de forma exponencial el riesgo. De ahí su peligro..., y su leyenda negra. AIG fue nacionalizada porque tenía una exposición a derivados de más un billón de euros, según sus propias cifras, lo que significa que su quiebra hubiera repartido números rojos multimillonarios entre todos los inversores que hubieran asegurado con ella algún riesgo. A su lado, Lehman parece casi inofensivo: solo dejó en el aire derivados por valor de 400.000 millones de dólares y todavía están recientes en la memoria los efectos de esa caída. AIG, por tanto, simplemente no podía caer.
Los credit default swaps (de ahí las siglas con las que se los conoce) vuelven ahora a condicionar el futuro de Europa y a hacer mundiales las ramificaciones de lo que pueda suceder en el Viejo Continente. Y es que igual que las hipotecas subprime tenían CDS como cobertura y el poseedor de casi cualquier activo puede tener un seguro contra su impago, también la deuda soberana puede estar cubierta frente a la amenaza de pérdidas.
El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) acaba de poner cifras a estas coberturas en su informe de noviembre. El volumen bruto nominal de CDS comprados y vendidos para asegurar impagos en deuda soberana alcanzaba a cierre del primer semestre los 2,9 billones de dólares (el equivalente a 2,14 billones de euros). Esta cifra no es muy elevada con respecto al total de CDS que hay en el mundo (32,4 billones de dólares), pero es la partida que más crece dentro de esa amalgama total. Frente a un alza del 8% en estos contratos desde 2010, los CDS soberanos (por así llamarlos) habrían crecido cerca de un 15%, aunque el BIS no da cifras totalmente comparables de cierre de 2010.
Tampoco hay datos desagregados por naciones o zonas geográficas. Es decir, esos CDS pueden estar en manos de inversores estadounidenses con deuda japonesa en su cartera o en manos de fondos taiwaneses con exposición a bonos griegos. Lo que sí se sabe es que el riesgo está muy concentrado en zonas muy sensibles del mundo. Según cifras oficiales del Departamento del Tesoro de EE UU, cinco bancos controlan el 95% de los riesgos en derivados asumidos por la banca de Estados Unidos.
Goldman Sachs y JPMorgan han revelado al supervisor de los mercados de Estados Unidos, la Securities Exchange Commission (SEC), que habían vendido CDS por más de 5 billones de dólares (unos 3,7 billones de euros) en el tercer trimestre del año, según Bloomberg. Lo que ocultan ambas entidades es qué cantidad de esos CDS es para proteger deuda de países rescatados, como Portugal, Irlanda o Grecia, o que están en el punto de mira, como Italia y España.
Y hay otro condicionante más. Nadie se pone de acuerdo en cómo hay que computar los CDS, si por el nominal (los contratos vendidos más los comprados) o intentar llegar a una cifra neta, porque unos contratos se dan contrapartida a otros.
El caso griego es el mejor ejemplo de esta paradoja. Los líderes de Europa han orquestado un rescate para la deuda helena con una quita del 50% diseñado de forma voluntaria y que no afecte a todos los acreedores para evitar que la reestructuración active los CDS. Es decir, serán los dueños de la deuda los que asuman las pérdidas, porque el seguro contra impagos que tengan contratado no les va a cubrir, puesto que acudirían al canje de deuda de forma voluntaria.
La razón de este esquema es el temor a que una activación de los CDS dañe a los bancos y a las aseguradoras que tengan que responder por las coberturas y se cree otro momento Lehman. Pero la ISDA, la asociación que regula los CDS, asegura que el volumen efectivo de CDS sobre deuda griega no supera los 3.700 millones de dólares (unos 2.740 millones de euros), una cifra que en modo alguno puede poner en peligro nada. Mientras, otros números dicen que el volumen bruto total de seguros sobre deuda helena alcanzaría los 75.000 millones de dólares, así que se podría deducir que el riesgo real de un CDS es una vigésima parte de su volumen bruto nominal, lo que reduciría muchísimo el peligro de este tipo de coberturas.
Pero no todos están de acuerdo en esta reducción, ya que no todos los CDS tienen colateral. Además, por mucho que el riesgo pueda reasegurarse, siempre habrá un pagador al final. Por ejemplo, un banco vende un CDS a un inversor y cubre el riesgo con un tercero, que a su vez contrata una cobertura con un cuarto y así sucesivamente. De ahí que un CDS original de 100 se convierta en uno mucho más alto, aunque el riesgo subyacente siga siendo 100. Pero si se produce la quiebra, siempre habrá un eslabón que tendrá que pagar y en caso de que no pueda responder a la cobertura perjudicará a todos los que forman la cadena.
Otra vez, Grecia es la referencia. Todos los involucrados han hecho malabarismos para que no se activaran los CDS en el rescate. Y eso solo tiene una explicación: el riesgo que entrañan es muy alto.
Por todo ello, la realidad es que los dos billones largos de euros en CDS que planean sobre la deuda soberana actúan como una losa ahora que media Europa tiene los diferenciales disparados. En caso de que algún país además de Grecia (¿Italia? ¿Portugal? ¿España? ¿Francia?) incumpla sus pagos y se activen efectivamente los CDS, las ramificaciones serían incalculables.
Y aún más porque todavía no se sabe cuál es el saldo vivo de CDS ahora. Los datos del BIS son de cierre del semestre, antes del verano agónico que ha dado paso a un otoño negro en la deuda soberana europea. Es posible que el rescate griego haya reducido la querencia sobre los CDS, ya que su contratación servirá de poco a sus dueños, pero también que las turbulencias hayan disparado su número. El resultado es una bomba de relojería de la que nadie conoce el tamaño, pero a la que todos temen.
18 de noviembre de 2011
ESPAÑA. EL TSUNAMI
Pedro Montes. Rebelión
Si se observa con atención, todas las propuestas que se ofrecen para superar la crisis pasan por cambios y reformas que no ponen en duda la supervivencia del sistema, del orden actual de cosas, desde los mercados globalizados hasta el mantenimiento del euro como clave de la unidad europea.
Los tecnócratas, pero con ideología bien definida, designados por las instituciones y poderes económicos europeos para administrar los ajustes de Grecia e Italia no tienen objetivo más prioritario que evitar que la unión monetaria se desarbole. En nuestro país, con independencia de lo que posteriormente haga el PP en contra de la propaganda electoral o de las contradicciones en que incurre el PSOE con su política pasada, todos los discursos políticos en esta campaña tienen como frontispicio recuperar la economía dentro del marco actual capitalista. Con más demagogia: todos resaltan que el objetivo es crear empleo, si bien ninguno es capaz de ofrecer un programa solvente para conseguirlo.
El PP habla de la necesidad del cambio de gobierno, y se deja la rendija de la «herencia recibida». El PSOE subraya que hay una diferencia entre la política social que practicará y los ajustes y recetas de la derecha, tratando de cubrir con un espeso manto los 5 millones de parados. IU llama a rebelarse, pero todavía ve posible crear 3 millones de nuevos empleos a partir de una reforma fiscal. A su izquierda, paradójicamente, sólo se llama a desobedecer, pero se valora conveniente y necesario salvar a Europa de Maastricht con cambios que acentúen la cohesión social y refuercen la gobernabilidad.
Los sindicatos mayoritarios, como si este mundo no fuera con ellos, inciden una y otra vez en la utilidad de pactos y su disposición a ceder salarios, rogando al mismo tiempo que no suceda lo peor. Los intelectuales y los llamados «expertos», unos mirando descaradamente a la derecha y otros a la izquierda, también echan su pinito al aire y —con una letanía interminable de propuestas que tocan todos los campos, incluidas, como no, las reformas estructurales pendientes— nos indican dónde se puede encontrar una luz en el laberinto tenebroso de la crisis.
Hasta el movimiento 15-M, en su bisoñez e ingenuidad [demasiado benevolente me parece el autor del artículo con este movimiento tan pacífico, títere de los globalistas y reforzador de la próxima barrida de Rajoy, con sus llamamientos al voto nulo, abstención o en blanco. Nota del editor del blog], demanda reformas sensatas que chocan con la quiebra financiera en que están atrapadas la mayoría de las administraciones públicas. Rechazan los ajustes y recortes por muy injustos e indeseables, y afirman que hay que combatirlos, pero sin comprender que también son inevitables.
En suma, con reformas de un tipo u otro, en ello residen las diferencias políticas del momento, la crisis es complicada pero superable. Hay confrontación política, ideológica incluso, y de contenidos sociales en las diferentes propuestas, pero dentro del orden del sistema. Y es lógico que no se vaya más allá: la derecha, por intereses, la izquierda, por su debilidad.
No obstante, todas las fuerzas, organizaciones y colectivos de la izquierda tendrían que plantearse —siquiera como hipótesis racional— si el sistema está socavado al punto de que inevitablemente se hundirá.
Si se ha desatado ya un tsunami, y así parece ponerlo de manifiesto la incontenible crisis financiera europea, ¿qué sentido tiene hablar de reformas y no de las bases sobre las que reconstruir un país devastado?
Si se observa con atención, todas las propuestas que se ofrecen para superar la crisis pasan por cambios y reformas que no ponen en duda la supervivencia del sistema, del orden actual de cosas, desde los mercados globalizados hasta el mantenimiento del euro como clave de la unidad europea.
Los tecnócratas, pero con ideología bien definida, designados por las instituciones y poderes económicos europeos para administrar los ajustes de Grecia e Italia no tienen objetivo más prioritario que evitar que la unión monetaria se desarbole. En nuestro país, con independencia de lo que posteriormente haga el PP en contra de la propaganda electoral o de las contradicciones en que incurre el PSOE con su política pasada, todos los discursos políticos en esta campaña tienen como frontispicio recuperar la economía dentro del marco actual capitalista. Con más demagogia: todos resaltan que el objetivo es crear empleo, si bien ninguno es capaz de ofrecer un programa solvente para conseguirlo.
El PP habla de la necesidad del cambio de gobierno, y se deja la rendija de la «herencia recibida». El PSOE subraya que hay una diferencia entre la política social que practicará y los ajustes y recetas de la derecha, tratando de cubrir con un espeso manto los 5 millones de parados. IU llama a rebelarse, pero todavía ve posible crear 3 millones de nuevos empleos a partir de una reforma fiscal. A su izquierda, paradójicamente, sólo se llama a desobedecer, pero se valora conveniente y necesario salvar a Europa de Maastricht con cambios que acentúen la cohesión social y refuercen la gobernabilidad.
Los sindicatos mayoritarios, como si este mundo no fuera con ellos, inciden una y otra vez en la utilidad de pactos y su disposición a ceder salarios, rogando al mismo tiempo que no suceda lo peor. Los intelectuales y los llamados «expertos», unos mirando descaradamente a la derecha y otros a la izquierda, también echan su pinito al aire y —con una letanía interminable de propuestas que tocan todos los campos, incluidas, como no, las reformas estructurales pendientes— nos indican dónde se puede encontrar una luz en el laberinto tenebroso de la crisis.
Hasta el movimiento 15-M, en su bisoñez e ingenuidad [demasiado benevolente me parece el autor del artículo con este movimiento tan pacífico, títere de los globalistas y reforzador de la próxima barrida de Rajoy, con sus llamamientos al voto nulo, abstención o en blanco. Nota del editor del blog], demanda reformas sensatas que chocan con la quiebra financiera en que están atrapadas la mayoría de las administraciones públicas. Rechazan los ajustes y recortes por muy injustos e indeseables, y afirman que hay que combatirlos, pero sin comprender que también son inevitables.
En suma, con reformas de un tipo u otro, en ello residen las diferencias políticas del momento, la crisis es complicada pero superable. Hay confrontación política, ideológica incluso, y de contenidos sociales en las diferentes propuestas, pero dentro del orden del sistema. Y es lógico que no se vaya más allá: la derecha, por intereses, la izquierda, por su debilidad.
No obstante, todas las fuerzas, organizaciones y colectivos de la izquierda tendrían que plantearse —siquiera como hipótesis racional— si el sistema está socavado al punto de que inevitablemente se hundirá.
Si se ha desatado ya un tsunami, y así parece ponerlo de manifiesto la incontenible crisis financiera europea, ¿qué sentido tiene hablar de reformas y no de las bases sobre las que reconstruir un país devastado?
16 de noviembre de 2011
GALLARDÓN SE INVENTA OTRA TASA POR EL SERVICIO DE BOMBEROS EN MADRID
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
A la chita callando, con alevosía y con la sordina del ruido de la campaña el alcalde de Madrid con apellido de paja (consulten los usos del idioma en lo relativo a la palabra “gallarda”), dos años después del basurazo (tasa de residuos sólidos urbanos) y tras una escalada del IBI que ni Edurne Pasabán, ha decidido sacarse de la manga la tasa, que no impuesto (las tasas están pensadas de cara a futuras privatizaciones de los servicios) del servicio de bomberos. No será una tasa por su uso sino por su disponibilidad; esto es, por que existan unos bomberos a los que llamar si su casa se quema. Toma ya, “vota PP, súmate al cambio”.
Pero no se preocupen. En primera instancia la tasa le será aplicada a las compañías de seguros, que se la harán recaer a sus clientes, si estos tienen suscrita una póliza contra incendios. De no ser así, diligentemente el alcalde con apellido de paja se la hará recaer sobre el propietario del inmueble.
Otro detalle sin importancia. ¿Recuerdan cuando el ex Presidente Aznar, que rima con rebuznar, les regaló 12.000.000.000 de euros (¡12 mil millones!!!) a las eléctricas. Prepárense para un nuevo regalito del próximo inquilino de Moncloa House. No dudan de que sus peticiones serán bien atendidas. Pero por si acaso amenazan. No hará falta. Marianico el Corto es diligente y tiene cara de haber sido el pelota de la clase.
A la chita callando, con alevosía y con la sordina del ruido de la campaña el alcalde de Madrid con apellido de paja (consulten los usos del idioma en lo relativo a la palabra “gallarda”), dos años después del basurazo (tasa de residuos sólidos urbanos) y tras una escalada del IBI que ni Edurne Pasabán, ha decidido sacarse de la manga la tasa, que no impuesto (las tasas están pensadas de cara a futuras privatizaciones de los servicios) del servicio de bomberos. No será una tasa por su uso sino por su disponibilidad; esto es, por que existan unos bomberos a los que llamar si su casa se quema. Toma ya, “vota PP, súmate al cambio”.
Pero no se preocupen. En primera instancia la tasa le será aplicada a las compañías de seguros, que se la harán recaer a sus clientes, si estos tienen suscrita una póliza contra incendios. De no ser así, diligentemente el alcalde con apellido de paja se la hará recaer sobre el propietario del inmueble.
Otro detalle sin importancia. ¿Recuerdan cuando el ex Presidente Aznar, que rima con rebuznar, les regaló 12.000.000.000 de euros (¡12 mil millones!!!) a las eléctricas. Prepárense para un nuevo regalito del próximo inquilino de Moncloa House. No dudan de que sus peticiones serán bien atendidas. Pero por si acaso amenazan. No hará falta. Marianico el Corto es diligente y tiene cara de haber sido el pelota de la clase.
Mercedes Serraller. Expansión. Madrid
El Ayuntamiento de Madrid creará una nueva tasa que recaerá sobre las compañías de seguros si el ciudadano ha suscrito una póliza o, incluso, sobre el contribuyente, si no está cubierto.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se ha inventado una nueva tasa con la que nutrir las famélicas arcas del Consistorio. El Ayuntamiento de Madrid impondrá a partir del próximo 1 de enero una tasa justificada en la necesidad de sufragar el mantenimiento del servicio de emergencia que presta el cuerpo de bomberos, con independencia de que se solicite o no.
La nueva tasa recaerá sobre los propietarios de inmuebles si estos no tienen suscrita una poliza de seguros contra incendios, y en el cálculo de la cuantía de la misma se tendrá en cuenta el valor catastral que figura en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
Con carácter general, considerando que la mayor parte de los inmuebles disponen de seguro contra incendios, serán las propias entidades aseguradoras, en concepto de sujetos pasivos sustitutos del contribuyente particular, las que tendrán que abonar dicha tasa, por valor del 5% de las primas recaudadas por el ramo de incendios en el ejercicio anterior, siempre con el límite del 90% del coste anual que al Consistorio le supone el mantenimiento de dichos servicios.
Según explica el Ayuntamiento de Madrid, las aseguradoras ya contribuían de la misma forma, según prevé la Ordenanza de contribución especial de bomberos a partir de la Ley de Haciendas Locales. Ahora se cambia el nombre y la naturaleza jurídica del instrumento recaudador y se crea una tasa, que permitirá dedicar lo recaudado a fines distintos a la mejora del servicio.
El Ayuntamiento que dirige Alberto Ruiz-Gallardón aprobó el Proyecto de Ordenanza Fiscal reguladora de la tasa por el mantenimiento de los servicios de emergencia que presta el cuerpo de bomberos el pasado 4 de noviembre.
El texto, al que ha tenido acceso este diario, puede recibir alegaciones hasta el próximo 5 de diciembre. A partir de entonces y dada la mayoría popular en el Consistorio, la tasa recibirá, previsiblemente, su aprobación final y entrará en vigor el próximo 1 de enero. Es previsible que muchas compañías opten por repercutir sobre sus clientes el sobrecoste que supone dicha tasa.
Según el proyecto de los presupuestos de 2011, el Consistorio dedica 95,14 millones de euros al servicio de bomberos, que se inscribe dentro de la partida de Seguridad y Movilidad Ciudadana, que supone 713,23 millones de euros.
No es una tasa por un servicio concreto, sino por la disponibilidad, por lo que fuentes conocedoras de la fiscalidad local no ven claro que se pueda definir como hecho imponible la mera disponibilidad del servicio.
Además, la cobertura vía tasa se justifica cuando los afectados y beneficiarios son específicos, pero aquí los riesgos son para todos los residentes. Además de las protestas de los afectados, el problema que deberá solventar el Ayuntamiento de Madrid es la fórmula recaudatoria.
El Ayuntamiento de Madrid venía cobrando los servicios prestados por los bomberos hasta 2004, en una cuantía puntual entre 30 y 80 euros por servicio, ya que se pagaba sólo si se llamaba a los bomberos.
Llueve sobre mojado para los contribuyentes del ayuntamiento de Madrid. A la tasa de basuras y a los incrementos de otros impuestos se une ahora un nuevo tributo para los madrileños. Los Consistorios agudizan el ingenio para recaudar en tiempos inciertos y crean tasas por casarse, por escupir, por las bolsas de plástico, por el alcantarillado, por los perros peligrosos o por los servicios especiales que realice la Policía Municipal.
Los ciudadanos que recurrieron la tasa de basuras del Ayuntamiento de Madrid ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid no han tenido éxito. Les queda el Tribunal Supremo. Ahora, con la nueva Ley de Medidas de Agilización Procesal, que, impide que se recurran al Supremo los asuntos que no superen los 600.000 euros, los contribuyentes lo tendrán más difícil.
http://www.expansion.com/2011/11/16/economia/1321433446.html?a=68891f616e07fae373b44613a4e8c3a9&t=1321474704
El Ayuntamiento de Madrid creará una nueva tasa que recaerá sobre las compañías de seguros si el ciudadano ha suscrito una póliza o, incluso, sobre el contribuyente, si no está cubierto.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se ha inventado una nueva tasa con la que nutrir las famélicas arcas del Consistorio. El Ayuntamiento de Madrid impondrá a partir del próximo 1 de enero una tasa justificada en la necesidad de sufragar el mantenimiento del servicio de emergencia que presta el cuerpo de bomberos, con independencia de que se solicite o no.
La nueva tasa recaerá sobre los propietarios de inmuebles si estos no tienen suscrita una poliza de seguros contra incendios, y en el cálculo de la cuantía de la misma se tendrá en cuenta el valor catastral que figura en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
Con carácter general, considerando que la mayor parte de los inmuebles disponen de seguro contra incendios, serán las propias entidades aseguradoras, en concepto de sujetos pasivos sustitutos del contribuyente particular, las que tendrán que abonar dicha tasa, por valor del 5% de las primas recaudadas por el ramo de incendios en el ejercicio anterior, siempre con el límite del 90% del coste anual que al Consistorio le supone el mantenimiento de dichos servicios.
Según explica el Ayuntamiento de Madrid, las aseguradoras ya contribuían de la misma forma, según prevé la Ordenanza de contribución especial de bomberos a partir de la Ley de Haciendas Locales. Ahora se cambia el nombre y la naturaleza jurídica del instrumento recaudador y se crea una tasa, que permitirá dedicar lo recaudado a fines distintos a la mejora del servicio.
El Ayuntamiento que dirige Alberto Ruiz-Gallardón aprobó el Proyecto de Ordenanza Fiscal reguladora de la tasa por el mantenimiento de los servicios de emergencia que presta el cuerpo de bomberos el pasado 4 de noviembre.
El texto, al que ha tenido acceso este diario, puede recibir alegaciones hasta el próximo 5 de diciembre. A partir de entonces y dada la mayoría popular en el Consistorio, la tasa recibirá, previsiblemente, su aprobación final y entrará en vigor el próximo 1 de enero. Es previsible que muchas compañías opten por repercutir sobre sus clientes el sobrecoste que supone dicha tasa.
Según el proyecto de los presupuestos de 2011, el Consistorio dedica 95,14 millones de euros al servicio de bomberos, que se inscribe dentro de la partida de Seguridad y Movilidad Ciudadana, que supone 713,23 millones de euros.
No es una tasa por un servicio concreto, sino por la disponibilidad, por lo que fuentes conocedoras de la fiscalidad local no ven claro que se pueda definir como hecho imponible la mera disponibilidad del servicio.
Además, la cobertura vía tasa se justifica cuando los afectados y beneficiarios son específicos, pero aquí los riesgos son para todos los residentes. Además de las protestas de los afectados, el problema que deberá solventar el Ayuntamiento de Madrid es la fórmula recaudatoria.
El Ayuntamiento de Madrid venía cobrando los servicios prestados por los bomberos hasta 2004, en una cuantía puntual entre 30 y 80 euros por servicio, ya que se pagaba sólo si se llamaba a los bomberos.
Llueve sobre mojado para los contribuyentes del ayuntamiento de Madrid. A la tasa de basuras y a los incrementos de otros impuestos se une ahora un nuevo tributo para los madrileños. Los Consistorios agudizan el ingenio para recaudar en tiempos inciertos y crean tasas por casarse, por escupir, por las bolsas de plástico, por el alcantarillado, por los perros peligrosos o por los servicios especiales que realice la Policía Municipal.
Los ciudadanos que recurrieron la tasa de basuras del Ayuntamiento de Madrid ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid no han tenido éxito. Les queda el Tribunal Supremo. Ahora, con la nueva Ley de Medidas de Agilización Procesal, que, impide que se recurran al Supremo los asuntos que no superen los 600.000 euros, los contribuyentes lo tendrán más difícil.
http://www.expansion.com/2011/11/16/economia/1321433446.html?a=68891f616e07fae373b44613a4e8c3a9&t=1321474704
15 de noviembre de 2011
POR QUÉ UN COLAPSO ITALIANO AMENAZA A LA ECONOMÍA MUNDIAL
Alan Woods. marxism.com
11 de noviembre: La zona del euro está atravesando la crisis más grave de toda su historia. Después de Grecia viene la crisis italiana. Esto coloca un gran signo de interrogación sobre el futuro del euro. Nosotros predijimos hace mucho tiempo que, en una crisis grave, todas las contradicciones nacionales saldrían a la luz, y eso es lo que vemos ahora con la difíciles relaciones entre Grecia, Francia, Alemania e Italia. La Unión Europea (UE) se enfrenta a la hora de la verdad.
Desde el colapso de 2008, las autoridades han destinado billones de dólares para rescatar al sistema financiero, pero ha sido en vano. La burguesía trató de evitar el colapso de los bancos, pero sólo a costa de provocar la bancarrota y el colapso de Estados enteros. Lo que ocurrió en Islandia es una advertencia de lo que le espera a un país tras otro.
A través de unos medios tan desesperados lograron evitar una caída al estilo de 1929, pero estas medidas de pánico no resolvieron nada. Por el contrario, se han producido nuevas e insolubles contradicciones. Han convertido el agujero negro del sistema financiero privado en un agujero negro de las finanzas públicas.
Después del colapso de 2008, la burguesía trató de consolarse a sí misma hablando de una recuperación. Pero esta es la recuperación más débil de la historia. No hay "brotes verdes". La economía mundial no se ha recuperado de la recesión, a pesar de las enormes sumas de dinero público inyectadas en la economía por los gobiernos. La Comisión Europea no ha dejado de reducir su perspectiva para el crecimiento económico de la eurozona, que ha llegado prácticamente a un estancamiento. Un estancamiento, sin embargo, es sólo la variante más optimista. Ahora todo apunta a una nueva caída, incluso más pronunciada que la de 2007-08.
El pánico, que se refleja en los giros salvajes de las bolsas de valores, se ha extendido rápidamente desde Europa a Estados Unidos. Es una especie de contagio mortal que ha infectado a todos los grandes países de la Eurozona. La constante agitación en los mercados mundiales muestra el nerviosismo de la burguesía, que en ocasiones roza con el pánico. Son como un termómetro que mide la intensidad de la fiebre. Los economistas burgueses están alrededor de la cama del paciente y menean la cabeza, pero no tienen ningún medicamento eficaz para recetarle.
Durante los dos últimos años los mercados han comenzado a distinguir entre las economías más fuertes de la zona euro -Alemania y sus satélites- y las economías más débiles como Grecia, Irlanda, España e Italia. Cada vez más, a este último país le están cobrando tasas punitivas por el dinero que le prestan los mercados financieros. Este aumento vuelve la carga de la deuda más pesada y más difícil de pagar. Por eso, cuando una agencia de crédito como Moody’s reduce el nivel de solvencia de un país, esta acción se convierte en una profecía que se cumple por su propia naturaleza.
Esto representa una amenaza para la existencia misma de la zona euro. El Banco Central Europeo (BCE) podría ser capaz de mantener a flote a Grecia (aunque esto es muy dudoso). Logró llevar a cabo un plan de rescate para Irlanda y Portugal, que no ha solucionado nada. Pero simplemente no hay suficiente dinero en el BCE para rescatar a los países del tamaño de España o Italia. Cualquier intento de hacerlo agotaría inmediatamente los fondos del banco.
Si se acepta la economía de mercado, se tienen que aceptar las leyes del mercado, que son muy similares a las leyes de la selva. Aceptar el capitalismo y luego quejarse de sus consecuencias es una práctica inútil. Alrededor del mundo se mueve constantemente una gran cantidad de dinero, como una manada de lobos hambrientos siguiendo a una manada de renos, buscando a los animales más débiles y enfermos. Y ahora hay un montón de animales enfermos para elegir.
Después de arrastrar al fondo a Grecia, Irlanda, Portugal y España, los lobos volvieron su atención hacia Italia, que tiene una enorme montaña de deuda que asciende a alrededor de un 120 por ciento del producto interno bruto del país. Este es el segundo nivel más alto de la UE, después de Grecia. Por otra parte, Italia tiene € 335.000 millones de préstamos con vencimiento en el próximo año, mucho más que Grecia, Irlanda y Portugal juntos. Necesitará pedir prestado cientos de miles de millones y cada vez que pida un préstamo, los inversionistas de todo el mundo probablemente se preocuparán de si les van a ser devueltos, debido a su enorme deuda pública.
Italia:
El editorial del diario británico The Economist de hoy expresa la creciente inquietud de la burguesía:
"Cuando el tercer mayor mercado de bonos el mundo comienza a ceder, la catástrofe se cierne. Lo que está en juego no es sólo la economía italiana, sino España, Portugal, Irlanda, el euro, el mercado común de la Unión Europea, el sistema bancario global, la economía mundial, y casi cualquier cosa que uno pueda imaginarse. Grecia es importante porque sienta precedentes para el euro en cuanto a cuestiones como la reducción de la deuda y rescates. Italia es mucho más importante por ser tan grande".
El artículo continúa:
"Ahora está claro que Italia será el crisol que pondrá a prueba al euro para su destrucción o supervivencia. Hace tan solo unas semanas, esa prueba aún parecía evitable. Ahora está cercana. Si la zona euro quiere que su moneda sobreviva, deberá detener el pánico y volver creíble la política circense italiana. Ambos actos se encuentran todavía dentro de los límites de Europa. Pero con cada empujón de la zona del euro hacia el contagio, con cada cambio de gobierno fallido, y con cada intervención reticente en los mercados financieros, la tarea se vuelve más difícil y más costosa. Según se desarrolla la sombría escena, casi se puede sentir que las posibilidades del euro están agotándose".
Los economistas han insistido repetidamente que "Italia no es Grecia ni Portugal", y que "los cimientos económicos de Italia no son tan malos". Eso puede ser cierto, pero no va a convencer a los mercados en su actual estado de nerviosismo. El detonante de la incertidumbre en el mercado fue la inestabilidad del gobierno de Roma. Las dudas sobre la estabilidad del gobierno de Roma y un profundo escepticismo sobre las finanzas del país llevaron a la caída de Berlusconi. Pero un simple cambio de primer ministro no hará nada para detener la caída en picado de Italia. Los mercados exigirán profundos recortes para "demostrar que Italia es digna de confianza".
El Corriere della Sera llama a la calma: "No sirve de nada ponerse nervioso con los especuladores internacionales. Si nos comportamos seriamente, entonces no tendremos nada que temer. Desgraciadamente, no hemos sido serios hasta ahora. Por ello, los mercados nos lo están haciendo pagar…" La pregunta es: ¿exactamente cómo tienen que demostrar los italianos su "seriedad" a los mercados? La respuesta la proporciona Grecia: sólo a través de recortes masivos en los niveles de vida. El Senado italiano aprobó hoy [viernes, 11 de noviembre] un programa salvaje de recortes, pero esto sólo consiguió reducir el rendimiento de los bonos ligeramente, al 6,88%, lo que sigue siendo un nivel insostenible. El gobierno italiano sigue en crisis, sin estabilidad y tiene que reanudar las conversaciones el sábado por la mañana.
Los mercados están observando como halcones, esperando nuevos recortes profundos y dolorosos en el gasto público. El ambiente de aquiescencia hosca se convertirá en furia. Las escenas que hemos presenciado en Grecia se replicarán en Italia. A pesar de los esfuerzos de los líderes para evitarlo, una intensificación de la lucha de clases en Italia es inevitable.
¿Una nueva zona del euro?:
Todos los países de Europa serán arrastrados a la crisis, pero no todos entrarán en este proceso al mismo tiempo. Hasta hace poco, a los capitalistas alemanes les iba bastante bien, y esta buena fortuna era compartida con sus satélites: Austria, Holanda y Finlandia. Pero la fuerza de Alemania se basaba en su fortaleza industrial, que depende fundamentalmente de las exportaciones a Europa y el aumento de éstas no está bajo el control de Alemania. La fortaleza de Alemania es más aparente que real. El destino de la economía alemana depende de lo que ocurra en el resto de Europa. Si el euro se derrumba, tendría un efecto devastador en Alemania.
Se espera que Alemania lleve a toda Europa a sus espaldas, pero sus hombros son demasiado estrechos para soportar tal peso. ¿Por qué los capitalistas alemanes decidieron pagar las deudas de los griegos y de los irlandeses? Alemania había prestado el dinero a Grecia en el periodo de auge. Los alemanes están tratando de impedir un incumplimiento de pago de la deuda por parte de Grecia, no por altruismo, sino para salvar a los bancos alemanes, y tienen la esperanza de que así la podredumbre no se extienda a otros países. Los bancos alemanes tienen 17.000 millones de euros en deuda griega, pero tienen 116.000 millones de euros en riesgo con la deuda italiana.
Alemania tuvo que apoyar a Grecia. Realmente no tenía otra opción, ya que un colapso económico en Grecia hubiera significado inmediatamente una crisis del sistema bancario alemán y francés. Del mismo modo, Alemania no puede permitirse un impago de la deuda española o italiana. Pero tampoco pueden permitirse el lujo de rescatar a estos países. No han conseguido resolver la crisis griega a pesar de una enorme inyección de dinero. Y en el Bundesbank simplemente no hay suficiente dinero para respaldar las deudas de España e Italia.
Es por eso que Alemania se opone a la idea de los "eurobonos" [que los bonos de la deuda pública de todos los países de la UE sean comunes para todos. Nota del Traductor], ya que tendría que pagar la factura. Requeriría una nueva ronda de negociaciones del tratado de la UE. Esta sería una experiencia muy dolorosa, que, lejos de llevar a una Europa unida, pondría al descubierto todas las contradicciones subyacentes y las fricciones entre los diferentes Estados nacionales. En lugar de crear una Europa unida, podría de hecho acelerar la desintegración de la Unión Europea.
Berlín está amaneciendo con la conciencia de que la rápida propagación de la crisis económica amenaza con arrastrar a Alemania hacia abajo. Hay especulaciones sobre una reestructuración de la zona euro, con un grupo más pequeño basado en Alemania. Merkel y Sarkozy niegan indignados esta sugerencia - lo que significa que probablemente sea cierto. The Economist comenta:
"La verdad es que los riesgos de la fragmentación del euro se han incrementado realmente. Angela Merkel, la canciller alemana, y Nicolas Sarkozy, el presidente francés, reconocieron por primera vez, en la reciente cumbre del G20, que Grecia podría quedar abandonada a su suerte, un cambio devastador de los líderes europeos que siempre habían insistido en que el euro sobrevivirá intacto a cualquier costo. Hay conversaciones que están contemplando un nuevo club de países con un euro fuerte que pueda convivir dentro de las reglas, y arrojar por la borda al resto. [...] Este tipo de conversaciones hace más difícil al Banco Central Europeo la tarea de convencer a los mercados de que el euro está aquí para quedarse".
Sin embargo, cualquier intento de crear un "bloque alemán" tendría consecuencias dramáticas para la propia UE. Es de suponer que la intención sería empujar a las economías más débiles fuera de la Eurozona. Pero, ¿qué países serían? La expulsión de Grecia ya se ha mencionado. Esto sería seguido - ¿por quién? ¿Irlanda? ¿Portugal? ¿España? ¿Italia? ¿Qué pasa con Bélgica y Francia? Las finanzas de Bélgica no están mucho más saludables que la de Italia, y los mercados ya están empezando a poner un gran signo de interrogación sobre los bancos franceses, debido a su alta exposición en Grecia. El rendimiento de los bonos franceses a 10 años ha subido un 3,46%, aunque en parte como resultado de la degradación "equivocada" de los bonos franceses de la consultora Standard & Poors.
Si todos estos países se ven empujados afuera no quedaría mucho de la zona euro. Y es dudoso que la propia UE pudiera mantenerse en tales circunstancias. La caída resultante afectaría al conjunto de Europa, sin excluir a Alemania y sus satélites, cuyas exportaciones se destinan principalmente al mercado europeo.
Paradójicamente, la formación de un "círculo interno" dominado por los alemanes no salvaría el capitalismo alemán, sino que lo socavaría fatalmente. Respaldado por el Bundesbank, y reforzado por una disciplina fiscal estricta, el "nuevo euro" (el viejo Deutschmark, bajo otro nombre) se dispararía aún cuando otras monedas se derrumbaran. Esto socavaría completamente las exportaciones de Alemania - la clave de su éxito económico pasado. Esto es lo que ha sucedido con el franco suizo recientemente.
La profundización de la crisis, inevitablemente dará lugar a la reaparición de tendencias proteccionistas, que tienden a socavar la tendencia hacia el libre comercio que ha sido la locomotora principal de la economía mundial durante décadas. La ruptura del euro daría un impulso poderoso al proteccionismo. Esto es lo que está causando alarma en los círculos burgueses. Los economistas saben que fueron el proteccionismo y las devaluaciones competitivas lo que convirtió la crisis de 1929 en la Gran Depresión de la década de 1930. Y la historia tiene una malísima costumbre de repetirse.
Deslizándose por un tobogán hacia el desastre:
Trotsky escribió en 1938: "Los capitalistas van deslizándose por un tobogán hacia el desastre con los ojos cerrados." Necesitamos cambiar esa declaración: “Los capitalistas van deslizándose por un tobogán hacia el desastre con los ojos bien abiertos". Porque pueden ver lo que está pasando.. Pueden ver lo que se viene con el euro. En EEUU pueden ver lo que se viene con el déficit fiscal. Pero no tienen idea de qué hacer al respecto.
Hemos señalado, incluso antes de la introducción del euro, que es imposible unificar economías que están tirando en direcciones diferentes. Ahora, algunos economistas burgueses advierten que las presiones y tensiones pueden llegar hasta el colapso de la moneda única. Es la primera vez que se plantea abiertamente la posibilidad de la ruptura, no sólo del euro, sino de la propia UE. La crisis del euro es una expresión de las contradicciones insolubles de la Unidad Europea.
El catalizador inmediato de la crisis del euro ha sido la crisis griega. En el inicio de la crisis griega, la burguesía se consolaba con la idea de que sólo los Estados limítrofes de Europa estaban en problemas. Pero la idea de lo riesgosa que le parecía a los mercados la periferia de Europa se hizo más grande y se mantiene en expansión de un día para otro. Las bolsas europeas experimentaron nuevas caídas y más pronunciadas que nunca. Pero todo el debate sobre erigir un "muro" en torno a Grecia ha quedado en evidencia como falso.
La idea de que se puede aislar a Grecia, o a cualquier otro país de la zona euro, es una ilusión tonta. Todos estos países están unidos como un grupo de escaladores en una expedición de alpinismo unidos por una cuerda. Si uno de ellos cae, arrastrará a todos los demás con él. Las repercusiones de la crisis griega van mucho más allá de la propia Grecia. Ha llevado directamente la crisis a Italia, lo que amenaza al euro y a la Unión Europea.
Las implicaciones de una profunda crisis en Italia se sintieron en todo el mundo. La gravedad de la situación es difícil de exagerar. Italia no es Grecia. Es uno de los siete países más industrializados (G-7) y la tercera economía más grande de la zona euro. Una crisis en Italia tendría efectos devastadores sobre el conjunto de Europa. Se dice que Italia es demasiado grande para quebrar. Pero es igualmente demasiado grande para salvarse.
Los estadounidenses están cada vez más preocupados por la crisis de Europa, que creen (correctamente) que puede arrastrar a toda la economía mundial. La desintegración de la eurozona pondría en marcha un tsunami económico que enviaría olas a toda velocidad a través del Atlántico, donde impactarían sobre un entramado financiero que es cualquier cosa menos estable.
El gobierno de EE.UU. en la actualidad tiene un déficit presupuestario de $ 1.5 billones, que requiere la emisión de deuda en forma de letras del tesoro, bonos y otros valores. La deuda pública era de $ 14.3 billones al 31 de mayo, frente a los US $ 10.6 billones cuando Obama asumió el cargo en enero de 2009. La mayoría está en manos del público, y el resto en cuentas del gobierno de los EE.UU.
Recordemos que los propios EE.UU. estuvieron a punto de entrar en cesación de pagos sobre su deuda pública de $13,4 billones en agosto de este año. La crisis provocó una escisión abierta entre los Republicanos y los Demócratas. Hasta hace poco nadie había mencionado las enormes deudas de los EE.UU.. Pero ahora eso ha cambiado, ya que la agencia calificadora Moody’s dijo que estaba considerando recortar la calificación AAA de la deuda EE.UU. (la de mayor garantía), citando la posibilidad creciente de que los EE.UU. podrían incumplir sus obligaciones de deuda.
No pasa un día en que Obama no presione a los europeos para que "hagan algo" para resolver la crisis. Acusa a la zona del euro de arrastrar al resto del mundo de nuevo a la crisis, pasando por alto convenientemente la pequeña cuestión de la enorme crisis fiscal de EE.UU. y la incapacidad de los Republicanos y de los Demócratas a llegar a un acuerdo sobre un plan serio para reducir el enorme déficit presupuestario.
Los estadounidenses están desesperados pidiéndole a Alemania a que "haga más" para sacar a Europa de la crisis. Los alemanes deben reducir los impuestos, deben estimular la economía, deben enviar más dinero a Grecia, debe, dirigir un estímulo fiscal coordinado a través del norte de Europa. Alemania debe hacer esto y Alemania debe hacer aquello. Pero ¿quiénes son los estadounidenses para decirles a los alemanes lo que deben hacer?
Sí, dicen los europeos, pero ¿quién paga todo esto? A esta pregunta sólo puede haber una respuesta: Francia y Alemania; o, más correctamente, Alemania, que es el banquero de Europa de último recurso. A quienes han hablado tanto sobre la necesidad de un Plan Marshall para Grecia se les está solicitando educadamente que pongan el dinero que exigían con sus bocas. Pero nadie está dispuesto a meter sus manos en los bolsillos. Para Merkel alcanzar un acuerdo para financiar las deudas de los italianos y los españoles sería un suicidio político. Y ella es tan reacia a hacer esto como los políticos Demócratas y Republicanos del otro lado del Atlántico.
Incluso en Alemania no hay suficiente dinero para rescatar a todos estos países. Gran Bretaña y Francia han estado presionando a los alemanes para que eliminen todas las restricciones sobre el Banco Central Europeo, a que efectivamente les está pidiendo que hagan su propia "flexibilización cuantitativa" (emisión de dinero). Como lo expresó Richard McGuire, estratega del Rabobank holandés, supuestamente, uno de los bancos más seguros del mundo: "El BCE tiene que elegir si gira la manivela de la máquina de imprimir billetes o se arriesga a un resultado mucho más desordenado, elevando la posibilidad de impago entre los actores clave".
Recurrir a la "flexibilización cuantitativa" (es decir, imprimir dinero) sería una medida desesperada. En última instancia, terminará en una explosión de la inflación, dando lugar a una recesión aún más profunda en el futuro. En pocas palabras, ninguna de las medidas de la burguesía puede evitar el desastre. Incluso el acuerdo sobre el EFSF [el fondo financiero impulsado por la UE para garantizar los pagos de la deuda pública de sus países miembro, y al que se pretende dotar con un billón de euros. Nota del Traductor] ideado para salvar a Grecia (sin contar a Italia) no ha concluido aún. El EFSF se ha visto obligado a cancelar sus subastas de bonos. The Economist saca las conclusiones más pesimistas:
"Nada puede ahora evitar una crisis de deuda en Italia. Los costos de endeudamiento se mantendrán a un nivel muy por encima de sus niveles de antes de la crisis. El sector financiero no se revertirá pronto su elevada exposición en la deuda pública y aunque así fuera, los inversionistas no están dispuestos a tratar la deuda italiana como de "libre de riesgo". Las agencias de calificación seguramente degradarán al país. Si su deuda es abandonada a su suerte, Italia será excluida de los mercados de bonos. Sus bancos se volverán vulnerables, conforme los depositantes y los acreedores lleguen a la conclusión de que el Estado italiano probablemente sea insolvente. El contagio se propagará por toda la zona euro. El final llegará muy pronto".
Londres, 11/11/2011
11 de noviembre: La zona del euro está atravesando la crisis más grave de toda su historia. Después de Grecia viene la crisis italiana. Esto coloca un gran signo de interrogación sobre el futuro del euro. Nosotros predijimos hace mucho tiempo que, en una crisis grave, todas las contradicciones nacionales saldrían a la luz, y eso es lo que vemos ahora con la difíciles relaciones entre Grecia, Francia, Alemania e Italia. La Unión Europea (UE) se enfrenta a la hora de la verdad.
Desde el colapso de 2008, las autoridades han destinado billones de dólares para rescatar al sistema financiero, pero ha sido en vano. La burguesía trató de evitar el colapso de los bancos, pero sólo a costa de provocar la bancarrota y el colapso de Estados enteros. Lo que ocurrió en Islandia es una advertencia de lo que le espera a un país tras otro.
A través de unos medios tan desesperados lograron evitar una caída al estilo de 1929, pero estas medidas de pánico no resolvieron nada. Por el contrario, se han producido nuevas e insolubles contradicciones. Han convertido el agujero negro del sistema financiero privado en un agujero negro de las finanzas públicas.
Después del colapso de 2008, la burguesía trató de consolarse a sí misma hablando de una recuperación. Pero esta es la recuperación más débil de la historia. No hay "brotes verdes". La economía mundial no se ha recuperado de la recesión, a pesar de las enormes sumas de dinero público inyectadas en la economía por los gobiernos. La Comisión Europea no ha dejado de reducir su perspectiva para el crecimiento económico de la eurozona, que ha llegado prácticamente a un estancamiento. Un estancamiento, sin embargo, es sólo la variante más optimista. Ahora todo apunta a una nueva caída, incluso más pronunciada que la de 2007-08.
El pánico, que se refleja en los giros salvajes de las bolsas de valores, se ha extendido rápidamente desde Europa a Estados Unidos. Es una especie de contagio mortal que ha infectado a todos los grandes países de la Eurozona. La constante agitación en los mercados mundiales muestra el nerviosismo de la burguesía, que en ocasiones roza con el pánico. Son como un termómetro que mide la intensidad de la fiebre. Los economistas burgueses están alrededor de la cama del paciente y menean la cabeza, pero no tienen ningún medicamento eficaz para recetarle.
Durante los dos últimos años los mercados han comenzado a distinguir entre las economías más fuertes de la zona euro -Alemania y sus satélites- y las economías más débiles como Grecia, Irlanda, España e Italia. Cada vez más, a este último país le están cobrando tasas punitivas por el dinero que le prestan los mercados financieros. Este aumento vuelve la carga de la deuda más pesada y más difícil de pagar. Por eso, cuando una agencia de crédito como Moody’s reduce el nivel de solvencia de un país, esta acción se convierte en una profecía que se cumple por su propia naturaleza.
Esto representa una amenaza para la existencia misma de la zona euro. El Banco Central Europeo (BCE) podría ser capaz de mantener a flote a Grecia (aunque esto es muy dudoso). Logró llevar a cabo un plan de rescate para Irlanda y Portugal, que no ha solucionado nada. Pero simplemente no hay suficiente dinero en el BCE para rescatar a los países del tamaño de España o Italia. Cualquier intento de hacerlo agotaría inmediatamente los fondos del banco.
Si se acepta la economía de mercado, se tienen que aceptar las leyes del mercado, que son muy similares a las leyes de la selva. Aceptar el capitalismo y luego quejarse de sus consecuencias es una práctica inútil. Alrededor del mundo se mueve constantemente una gran cantidad de dinero, como una manada de lobos hambrientos siguiendo a una manada de renos, buscando a los animales más débiles y enfermos. Y ahora hay un montón de animales enfermos para elegir.
Después de arrastrar al fondo a Grecia, Irlanda, Portugal y España, los lobos volvieron su atención hacia Italia, que tiene una enorme montaña de deuda que asciende a alrededor de un 120 por ciento del producto interno bruto del país. Este es el segundo nivel más alto de la UE, después de Grecia. Por otra parte, Italia tiene € 335.000 millones de préstamos con vencimiento en el próximo año, mucho más que Grecia, Irlanda y Portugal juntos. Necesitará pedir prestado cientos de miles de millones y cada vez que pida un préstamo, los inversionistas de todo el mundo probablemente se preocuparán de si les van a ser devueltos, debido a su enorme deuda pública.
Italia:
El editorial del diario británico The Economist de hoy expresa la creciente inquietud de la burguesía:
"Cuando el tercer mayor mercado de bonos el mundo comienza a ceder, la catástrofe se cierne. Lo que está en juego no es sólo la economía italiana, sino España, Portugal, Irlanda, el euro, el mercado común de la Unión Europea, el sistema bancario global, la economía mundial, y casi cualquier cosa que uno pueda imaginarse. Grecia es importante porque sienta precedentes para el euro en cuanto a cuestiones como la reducción de la deuda y rescates. Italia es mucho más importante por ser tan grande".
El artículo continúa:
"Ahora está claro que Italia será el crisol que pondrá a prueba al euro para su destrucción o supervivencia. Hace tan solo unas semanas, esa prueba aún parecía evitable. Ahora está cercana. Si la zona euro quiere que su moneda sobreviva, deberá detener el pánico y volver creíble la política circense italiana. Ambos actos se encuentran todavía dentro de los límites de Europa. Pero con cada empujón de la zona del euro hacia el contagio, con cada cambio de gobierno fallido, y con cada intervención reticente en los mercados financieros, la tarea se vuelve más difícil y más costosa. Según se desarrolla la sombría escena, casi se puede sentir que las posibilidades del euro están agotándose".
Los economistas han insistido repetidamente que "Italia no es Grecia ni Portugal", y que "los cimientos económicos de Italia no son tan malos". Eso puede ser cierto, pero no va a convencer a los mercados en su actual estado de nerviosismo. El detonante de la incertidumbre en el mercado fue la inestabilidad del gobierno de Roma. Las dudas sobre la estabilidad del gobierno de Roma y un profundo escepticismo sobre las finanzas del país llevaron a la caída de Berlusconi. Pero un simple cambio de primer ministro no hará nada para detener la caída en picado de Italia. Los mercados exigirán profundos recortes para "demostrar que Italia es digna de confianza".
El Corriere della Sera llama a la calma: "No sirve de nada ponerse nervioso con los especuladores internacionales. Si nos comportamos seriamente, entonces no tendremos nada que temer. Desgraciadamente, no hemos sido serios hasta ahora. Por ello, los mercados nos lo están haciendo pagar…" La pregunta es: ¿exactamente cómo tienen que demostrar los italianos su "seriedad" a los mercados? La respuesta la proporciona Grecia: sólo a través de recortes masivos en los niveles de vida. El Senado italiano aprobó hoy [viernes, 11 de noviembre] un programa salvaje de recortes, pero esto sólo consiguió reducir el rendimiento de los bonos ligeramente, al 6,88%, lo que sigue siendo un nivel insostenible. El gobierno italiano sigue en crisis, sin estabilidad y tiene que reanudar las conversaciones el sábado por la mañana.
Los mercados están observando como halcones, esperando nuevos recortes profundos y dolorosos en el gasto público. El ambiente de aquiescencia hosca se convertirá en furia. Las escenas que hemos presenciado en Grecia se replicarán en Italia. A pesar de los esfuerzos de los líderes para evitarlo, una intensificación de la lucha de clases en Italia es inevitable.
¿Una nueva zona del euro?:
Todos los países de Europa serán arrastrados a la crisis, pero no todos entrarán en este proceso al mismo tiempo. Hasta hace poco, a los capitalistas alemanes les iba bastante bien, y esta buena fortuna era compartida con sus satélites: Austria, Holanda y Finlandia. Pero la fuerza de Alemania se basaba en su fortaleza industrial, que depende fundamentalmente de las exportaciones a Europa y el aumento de éstas no está bajo el control de Alemania. La fortaleza de Alemania es más aparente que real. El destino de la economía alemana depende de lo que ocurra en el resto de Europa. Si el euro se derrumba, tendría un efecto devastador en Alemania.
Se espera que Alemania lleve a toda Europa a sus espaldas, pero sus hombros son demasiado estrechos para soportar tal peso. ¿Por qué los capitalistas alemanes decidieron pagar las deudas de los griegos y de los irlandeses? Alemania había prestado el dinero a Grecia en el periodo de auge. Los alemanes están tratando de impedir un incumplimiento de pago de la deuda por parte de Grecia, no por altruismo, sino para salvar a los bancos alemanes, y tienen la esperanza de que así la podredumbre no se extienda a otros países. Los bancos alemanes tienen 17.000 millones de euros en deuda griega, pero tienen 116.000 millones de euros en riesgo con la deuda italiana.
Alemania tuvo que apoyar a Grecia. Realmente no tenía otra opción, ya que un colapso económico en Grecia hubiera significado inmediatamente una crisis del sistema bancario alemán y francés. Del mismo modo, Alemania no puede permitirse un impago de la deuda española o italiana. Pero tampoco pueden permitirse el lujo de rescatar a estos países. No han conseguido resolver la crisis griega a pesar de una enorme inyección de dinero. Y en el Bundesbank simplemente no hay suficiente dinero para respaldar las deudas de España e Italia.
Es por eso que Alemania se opone a la idea de los "eurobonos" [que los bonos de la deuda pública de todos los países de la UE sean comunes para todos. Nota del Traductor], ya que tendría que pagar la factura. Requeriría una nueva ronda de negociaciones del tratado de la UE. Esta sería una experiencia muy dolorosa, que, lejos de llevar a una Europa unida, pondría al descubierto todas las contradicciones subyacentes y las fricciones entre los diferentes Estados nacionales. En lugar de crear una Europa unida, podría de hecho acelerar la desintegración de la Unión Europea.
Berlín está amaneciendo con la conciencia de que la rápida propagación de la crisis económica amenaza con arrastrar a Alemania hacia abajo. Hay especulaciones sobre una reestructuración de la zona euro, con un grupo más pequeño basado en Alemania. Merkel y Sarkozy niegan indignados esta sugerencia - lo que significa que probablemente sea cierto. The Economist comenta:
"La verdad es que los riesgos de la fragmentación del euro se han incrementado realmente. Angela Merkel, la canciller alemana, y Nicolas Sarkozy, el presidente francés, reconocieron por primera vez, en la reciente cumbre del G20, que Grecia podría quedar abandonada a su suerte, un cambio devastador de los líderes europeos que siempre habían insistido en que el euro sobrevivirá intacto a cualquier costo. Hay conversaciones que están contemplando un nuevo club de países con un euro fuerte que pueda convivir dentro de las reglas, y arrojar por la borda al resto. [...] Este tipo de conversaciones hace más difícil al Banco Central Europeo la tarea de convencer a los mercados de que el euro está aquí para quedarse".
Sin embargo, cualquier intento de crear un "bloque alemán" tendría consecuencias dramáticas para la propia UE. Es de suponer que la intención sería empujar a las economías más débiles fuera de la Eurozona. Pero, ¿qué países serían? La expulsión de Grecia ya se ha mencionado. Esto sería seguido - ¿por quién? ¿Irlanda? ¿Portugal? ¿España? ¿Italia? ¿Qué pasa con Bélgica y Francia? Las finanzas de Bélgica no están mucho más saludables que la de Italia, y los mercados ya están empezando a poner un gran signo de interrogación sobre los bancos franceses, debido a su alta exposición en Grecia. El rendimiento de los bonos franceses a 10 años ha subido un 3,46%, aunque en parte como resultado de la degradación "equivocada" de los bonos franceses de la consultora Standard & Poors.
Si todos estos países se ven empujados afuera no quedaría mucho de la zona euro. Y es dudoso que la propia UE pudiera mantenerse en tales circunstancias. La caída resultante afectaría al conjunto de Europa, sin excluir a Alemania y sus satélites, cuyas exportaciones se destinan principalmente al mercado europeo.
Paradójicamente, la formación de un "círculo interno" dominado por los alemanes no salvaría el capitalismo alemán, sino que lo socavaría fatalmente. Respaldado por el Bundesbank, y reforzado por una disciplina fiscal estricta, el "nuevo euro" (el viejo Deutschmark, bajo otro nombre) se dispararía aún cuando otras monedas se derrumbaran. Esto socavaría completamente las exportaciones de Alemania - la clave de su éxito económico pasado. Esto es lo que ha sucedido con el franco suizo recientemente.
La profundización de la crisis, inevitablemente dará lugar a la reaparición de tendencias proteccionistas, que tienden a socavar la tendencia hacia el libre comercio que ha sido la locomotora principal de la economía mundial durante décadas. La ruptura del euro daría un impulso poderoso al proteccionismo. Esto es lo que está causando alarma en los círculos burgueses. Los economistas saben que fueron el proteccionismo y las devaluaciones competitivas lo que convirtió la crisis de 1929 en la Gran Depresión de la década de 1930. Y la historia tiene una malísima costumbre de repetirse.
Deslizándose por un tobogán hacia el desastre:
Trotsky escribió en 1938: "Los capitalistas van deslizándose por un tobogán hacia el desastre con los ojos cerrados." Necesitamos cambiar esa declaración: “Los capitalistas van deslizándose por un tobogán hacia el desastre con los ojos bien abiertos". Porque pueden ver lo que está pasando.. Pueden ver lo que se viene con el euro. En EEUU pueden ver lo que se viene con el déficit fiscal. Pero no tienen idea de qué hacer al respecto.
Hemos señalado, incluso antes de la introducción del euro, que es imposible unificar economías que están tirando en direcciones diferentes. Ahora, algunos economistas burgueses advierten que las presiones y tensiones pueden llegar hasta el colapso de la moneda única. Es la primera vez que se plantea abiertamente la posibilidad de la ruptura, no sólo del euro, sino de la propia UE. La crisis del euro es una expresión de las contradicciones insolubles de la Unidad Europea.
El catalizador inmediato de la crisis del euro ha sido la crisis griega. En el inicio de la crisis griega, la burguesía se consolaba con la idea de que sólo los Estados limítrofes de Europa estaban en problemas. Pero la idea de lo riesgosa que le parecía a los mercados la periferia de Europa se hizo más grande y se mantiene en expansión de un día para otro. Las bolsas europeas experimentaron nuevas caídas y más pronunciadas que nunca. Pero todo el debate sobre erigir un "muro" en torno a Grecia ha quedado en evidencia como falso.
La idea de que se puede aislar a Grecia, o a cualquier otro país de la zona euro, es una ilusión tonta. Todos estos países están unidos como un grupo de escaladores en una expedición de alpinismo unidos por una cuerda. Si uno de ellos cae, arrastrará a todos los demás con él. Las repercusiones de la crisis griega van mucho más allá de la propia Grecia. Ha llevado directamente la crisis a Italia, lo que amenaza al euro y a la Unión Europea.
Las implicaciones de una profunda crisis en Italia se sintieron en todo el mundo. La gravedad de la situación es difícil de exagerar. Italia no es Grecia. Es uno de los siete países más industrializados (G-7) y la tercera economía más grande de la zona euro. Una crisis en Italia tendría efectos devastadores sobre el conjunto de Europa. Se dice que Italia es demasiado grande para quebrar. Pero es igualmente demasiado grande para salvarse.
Los estadounidenses están cada vez más preocupados por la crisis de Europa, que creen (correctamente) que puede arrastrar a toda la economía mundial. La desintegración de la eurozona pondría en marcha un tsunami económico que enviaría olas a toda velocidad a través del Atlántico, donde impactarían sobre un entramado financiero que es cualquier cosa menos estable.
El gobierno de EE.UU. en la actualidad tiene un déficit presupuestario de $ 1.5 billones, que requiere la emisión de deuda en forma de letras del tesoro, bonos y otros valores. La deuda pública era de $ 14.3 billones al 31 de mayo, frente a los US $ 10.6 billones cuando Obama asumió el cargo en enero de 2009. La mayoría está en manos del público, y el resto en cuentas del gobierno de los EE.UU.
Recordemos que los propios EE.UU. estuvieron a punto de entrar en cesación de pagos sobre su deuda pública de $13,4 billones en agosto de este año. La crisis provocó una escisión abierta entre los Republicanos y los Demócratas. Hasta hace poco nadie había mencionado las enormes deudas de los EE.UU.. Pero ahora eso ha cambiado, ya que la agencia calificadora Moody’s dijo que estaba considerando recortar la calificación AAA de la deuda EE.UU. (la de mayor garantía), citando la posibilidad creciente de que los EE.UU. podrían incumplir sus obligaciones de deuda.
No pasa un día en que Obama no presione a los europeos para que "hagan algo" para resolver la crisis. Acusa a la zona del euro de arrastrar al resto del mundo de nuevo a la crisis, pasando por alto convenientemente la pequeña cuestión de la enorme crisis fiscal de EE.UU. y la incapacidad de los Republicanos y de los Demócratas a llegar a un acuerdo sobre un plan serio para reducir el enorme déficit presupuestario.
Los estadounidenses están desesperados pidiéndole a Alemania a que "haga más" para sacar a Europa de la crisis. Los alemanes deben reducir los impuestos, deben estimular la economía, deben enviar más dinero a Grecia, debe, dirigir un estímulo fiscal coordinado a través del norte de Europa. Alemania debe hacer esto y Alemania debe hacer aquello. Pero ¿quiénes son los estadounidenses para decirles a los alemanes lo que deben hacer?
Sí, dicen los europeos, pero ¿quién paga todo esto? A esta pregunta sólo puede haber una respuesta: Francia y Alemania; o, más correctamente, Alemania, que es el banquero de Europa de último recurso. A quienes han hablado tanto sobre la necesidad de un Plan Marshall para Grecia se les está solicitando educadamente que pongan el dinero que exigían con sus bocas. Pero nadie está dispuesto a meter sus manos en los bolsillos. Para Merkel alcanzar un acuerdo para financiar las deudas de los italianos y los españoles sería un suicidio político. Y ella es tan reacia a hacer esto como los políticos Demócratas y Republicanos del otro lado del Atlántico.
Incluso en Alemania no hay suficiente dinero para rescatar a todos estos países. Gran Bretaña y Francia han estado presionando a los alemanes para que eliminen todas las restricciones sobre el Banco Central Europeo, a que efectivamente les está pidiendo que hagan su propia "flexibilización cuantitativa" (emisión de dinero). Como lo expresó Richard McGuire, estratega del Rabobank holandés, supuestamente, uno de los bancos más seguros del mundo: "El BCE tiene que elegir si gira la manivela de la máquina de imprimir billetes o se arriesga a un resultado mucho más desordenado, elevando la posibilidad de impago entre los actores clave".
Recurrir a la "flexibilización cuantitativa" (es decir, imprimir dinero) sería una medida desesperada. En última instancia, terminará en una explosión de la inflación, dando lugar a una recesión aún más profunda en el futuro. En pocas palabras, ninguna de las medidas de la burguesía puede evitar el desastre. Incluso el acuerdo sobre el EFSF [el fondo financiero impulsado por la UE para garantizar los pagos de la deuda pública de sus países miembro, y al que se pretende dotar con un billón de euros. Nota del Traductor] ideado para salvar a Grecia (sin contar a Italia) no ha concluido aún. El EFSF se ha visto obligado a cancelar sus subastas de bonos. The Economist saca las conclusiones más pesimistas:
"Nada puede ahora evitar una crisis de deuda en Italia. Los costos de endeudamiento se mantendrán a un nivel muy por encima de sus niveles de antes de la crisis. El sector financiero no se revertirá pronto su elevada exposición en la deuda pública y aunque así fuera, los inversionistas no están dispuestos a tratar la deuda italiana como de "libre de riesgo". Las agencias de calificación seguramente degradarán al país. Si su deuda es abandonada a su suerte, Italia será excluida de los mercados de bonos. Sus bancos se volverán vulnerables, conforme los depositantes y los acreedores lleguen a la conclusión de que el Estado italiano probablemente sea insolvente. El contagio se propagará por toda la zona euro. El final llegará muy pronto".
Londres, 11/11/2011
RÉQUIEM POR LAS REVOLUCIONES ÁRABES
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Nazanín Amirian, antigua militante del Partido Tudeh de Irán (comunista), ilegalizado unos años después de la revolución iraní, tras sus graves errores de apoyar una revolución popular que degeneró en un islamismo fundamentalista, analiza ahora la nueva deriva de la primavera árabe que está escorándose, como en el pasado lo hizo la iraní, hacia la reacción de los clérigos y sus partidos islamistas.
Lo que ahora se presenta en Egipto y Túnez como islamismo moderado (bien visto por los USA) tiene su correspondencia mucho más agresiva en Libia, Siria o Yemen. Llamativamente no aún en Arabia Saudí, uno de los países de islamismo radical más acentuados, tras el que siempre ha estado el apoyo económico a Al-Qaeda.
Libia tenía un dictador que asesinó a comunistas allá por los años 70 y 80 de la pasada centuria pero era un régimen que frenaba al islamismo más fundamentalista. Después de ver que la sharia regirá el nuevo régimen, cómo los rebeldes del CNT asesinaron semanas antes de la caída de Trípoli a su propio dirigente militar y el modo en que fue muerto Gadafi uno tiene la impresión de que la revuelta libia es una nueva vuelta de tuerca hacia la irracionalidad y la locura criminales, apoyada a fondo por la OTAN, USA y las potencias capitalistas occidentales.
Assad en Siria, somete a su pueblo a una represión salvaje pero es el último bastión para frenar a grupos islamistas fanatizados que hegemonizan la lucha contra su régimen. Hay demócratas en Siria, por supuesto, pero previsiblemente la salida del poder de Assad no traerá más democracia ni más justicia social. El Yemen de Ali Abdullah Saleh se enfrenta también a fuerzas democráticas a la par que a grupos armados de Al-Qaeda. Es de temer que la salida a un nuevo régimen sea muy parecida a la de Libia.
¿Estar en contra de las revoluciones árabes? No, de ningún modo ¿Aplaudir todo lo que venga de ellas? Tampoco. Muchos saludamos el inicio de la primavera árabe en lo que esperábamos una revuelta democrática y progresista. Hoy vemos con perplejidad, quizá al confundir nuestro deseo con la realidad, que esa realidad nos ha situado entre el Escila de los Estados autoritarios y personalistas árabes de corte más o menos laico y el Caribdis de una segunda yihad islámica, más sutil esta vez en algunos casos. Es difícil una posición sensata desde la izquierda occidental pero conviene pensar que aquello de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” es, en muchos casos, engañoso. ¿O es nuestro amigo nuestro el movimiento talibán, por mucho que estemos a favor de que los USA y toda la OTAN salgan ya de allí y estemos a favor de la lucha del pueblo afgano contra los ocupantes? ¿Es lo mismo apoyar la insurgencia del antiguo partido laico Baas que la de Al-Qaeda en Irak? ¿Acaso los enemigos de Gadafi en Libia son ahora enemigos del imperialismo? ¿No se estará repitiendo el esquema de Afganistán cuando USA apoyo a la resistencia de Bin Laden y los talibán contra el gobierno comunista? ¿No se estará repitiendo el esquema de “guerra” de falsa confrontación entre Oceanía y, unas veces Eurasia, otras Estasia, de la novela “1984”? ¿Las luchas entre las clases económicas dirigentes de los países centrales del imperialismo y las castas de los países periféricos no son también, además de enfrentamientos por unos recursos energéticos decrecientes, un modo de impedir una revolución de corte socialista cuando el capitalismo está abocado a su muerte cierta? Dicho de otro modo, ¿lo que siempre han sido luchas por intereses de dominación económica no tendrán hoy una función ideológica determinante para “diferir en el tiempo” revoluciones sociales contra el capital? ¿Y no tendrá mucho que ver en ello la incomparecencia en escena del sujeto político transformador para esas revoluciones en los países árabes? ¿No será ya más que necesario que ese sujeto político se reconstruya y rearticule, autónomamente, sin ceder la bandera roja de la revolución social a unos clérigos reaccionarios que hoy parecen hablar por todos y mañana fusilarán o lapidarán de nuevo a nuestros camaradas, si queremos salir del abismo al que nos precipitamos sin freno y marcha atrás?
Antes de dejarles con el brillante artículo de Nazanín Amirian les adelanto uno de sus párrafos: “Deben estar sorprendidos de que los “indignados” árabes no les hayan pedido cuentas por apuntalar los despotismos sádicos que soportaron durante décadas. El no poder detectar a los depredadores (internos y externos), disfrazados con sofisticados y afables ropajes, es justo uno de los puntos débiles de estos movimientos”. Y es que las incongruencias de esas interesadas amalgamas que se presentan bajo la forma de “revoluciones ciudadanas”, “demos-pueblo” y otras expresiones tan del gusto de las clases medias, que están dirigiendo las protestas en el mundo ante la descomposición del capitalismo, tienen esas cosas. Que sirven para confundir en un “todos los gatos son pardos” lo que son intereses de clase muy distintos y, con frecuencia, irreconciliables, por mucho que se empeñe cierta “izquierda” en bailar el agua a esos “demócratas” dispuestos a “cambiarlo todo para que nada cambie”.
RÉQUIEM POR LA PRIMAVERA ÁRABE.
Nazanín Amirian. Diario Público.
Los peores presagios se van cumpliendo. La posibilidad de que las rebeliones populares en Oriente Medio y el Norte de África se convirtieran en revoluciones progresistas, trasformando la estructura del poder político y económico de sus países, era una utopía. Sucedieron en un contexto no favorable: la crisis financiera; la ausencia de una superpotencia fiadora (antaño la URSS) que facilita la injerencia de los imperialistas –ávidos de la ubicación estratégica de esas tierras y sus recursos-, que donde no las aplastan las desvían; los “reciclados” de los antiguos regímenes (como el siniestro exministro del Interior libio Abdul Fatah Yunisen) y los grupos religiosos que prometen el paraíso… El frente de la contrarrevolución ha conseguido secuestrar las consignas populares, echando arena a los ojos de los ilusionados.
Los mismos gobiernos occidentales que han elogiado el pacifismo de los manifestantes, no ha dudado en apoyar la matanza de miles de civiles en Libia, Bahréin o Yemen. Deben estar sorprendidos de que los “indignados” árabes no les hayan pedido cuentas por apuntalar los despotismos sádicos que soportaron durante décadas. El no poder detectar a los depredadores (internos y externos), disfrazados con sofisticados y afables ropajes, es justo uno de los puntos débiles de estos movimientos.
Túnez ya es islamista. Con las cosas en su sitio, los grupos religiosos se dedicarían a predicar el bien y estarían, al igual que los militares, excluidos de la participación política. Se declaran moderados, mientras el debate no es el Islam y su capacidad democrática, sino la teocracia, la aplicación de unas normas adoptadas hace siglos, en nombre de Dios, y su choque con el gobierno del pueblo, por y para el pueblo. Las experiencias de otros países están a la vista….Será que nadie se escarmienta en la piel del otro.
Los islamismos, cuya principal base social son los excluidos y desclasados, ese inquietante núcleo de la “masa”, y no los trabajadores, suelen ganar las (primeras) elecciones no sólo porque apelan a la fe, sino también porque incluso bajo las dictaduras más férreas sus ideas siguen presentes en las mezquitas, escuelas, leyes y tradiciones. Su programa económico, si lo tienen, está basado en las leyes del mercado, la santidad de la propiedad, el culto a la pobreza y la misericordia del Creador, que acogerá a los pobres en su cielo.
Egipto, el pilar del poder de la OTAN en la región, se aproxima al modelo de Pakistán que no al turco: una república islámica militar sometida a EEUU con una fachada civil legitimada en las urnas.
Libia se somaliza; ya empezó la guerra del reparto del botín organizada por las potencias civilizadas que danzan sin pudor sobre el cadáver masacrado de Gadafi exhibido por una jauría de bandidos (mirar el video de la entrevista con Hillary Clinton “Fuimos, vimos, murió”). La primera declaración del nuevo gobierno ha sido de carácter sexual: legalizar la poligamia, como si las mujeres fueran el botín de su guerra. ¿Por eso han sido asesinados decenas de miles de libios? El sueño de la libertad política, los derechos civiles y el reparto justo de los incalculables recursos naturales del país ha sido enterrado bajo las bombas de la OTAN y a mano de sus mercenarios.
La coalición anglo-estadounidense ya jugó con éxito la carta religiosa en Afganistán e Irak, derrocando regímenes laicos para llevar al poder a la derecha religiosa. Esta estrategia (en la que Francia también tiene una larga experiencia) es someter y distraer al público con burkas, latigazos y lapidaciones, mientras saquean sus recursos. Y aquí, los orientólogos y los progres pedirán respeto a “la cultura y a la voluntad” de aquellos pueblos, y llamarán “tradición” a la barbarie hecha táctica política.
Habrá más capitalismo del subdesarrollo, pobreza y represión. Las rebeliones no han hecho más que empezar.
Nazanín Amirian, antigua militante del Partido Tudeh de Irán (comunista), ilegalizado unos años después de la revolución iraní, tras sus graves errores de apoyar una revolución popular que degeneró en un islamismo fundamentalista, analiza ahora la nueva deriva de la primavera árabe que está escorándose, como en el pasado lo hizo la iraní, hacia la reacción de los clérigos y sus partidos islamistas.
Lo que ahora se presenta en Egipto y Túnez como islamismo moderado (bien visto por los USA) tiene su correspondencia mucho más agresiva en Libia, Siria o Yemen. Llamativamente no aún en Arabia Saudí, uno de los países de islamismo radical más acentuados, tras el que siempre ha estado el apoyo económico a Al-Qaeda.
Libia tenía un dictador que asesinó a comunistas allá por los años 70 y 80 de la pasada centuria pero era un régimen que frenaba al islamismo más fundamentalista. Después de ver que la sharia regirá el nuevo régimen, cómo los rebeldes del CNT asesinaron semanas antes de la caída de Trípoli a su propio dirigente militar y el modo en que fue muerto Gadafi uno tiene la impresión de que la revuelta libia es una nueva vuelta de tuerca hacia la irracionalidad y la locura criminales, apoyada a fondo por la OTAN, USA y las potencias capitalistas occidentales.
Assad en Siria, somete a su pueblo a una represión salvaje pero es el último bastión para frenar a grupos islamistas fanatizados que hegemonizan la lucha contra su régimen. Hay demócratas en Siria, por supuesto, pero previsiblemente la salida del poder de Assad no traerá más democracia ni más justicia social. El Yemen de Ali Abdullah Saleh se enfrenta también a fuerzas democráticas a la par que a grupos armados de Al-Qaeda. Es de temer que la salida a un nuevo régimen sea muy parecida a la de Libia.
¿Estar en contra de las revoluciones árabes? No, de ningún modo ¿Aplaudir todo lo que venga de ellas? Tampoco. Muchos saludamos el inicio de la primavera árabe en lo que esperábamos una revuelta democrática y progresista. Hoy vemos con perplejidad, quizá al confundir nuestro deseo con la realidad, que esa realidad nos ha situado entre el Escila de los Estados autoritarios y personalistas árabes de corte más o menos laico y el Caribdis de una segunda yihad islámica, más sutil esta vez en algunos casos. Es difícil una posición sensata desde la izquierda occidental pero conviene pensar que aquello de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” es, en muchos casos, engañoso. ¿O es nuestro amigo nuestro el movimiento talibán, por mucho que estemos a favor de que los USA y toda la OTAN salgan ya de allí y estemos a favor de la lucha del pueblo afgano contra los ocupantes? ¿Es lo mismo apoyar la insurgencia del antiguo partido laico Baas que la de Al-Qaeda en Irak? ¿Acaso los enemigos de Gadafi en Libia son ahora enemigos del imperialismo? ¿No se estará repitiendo el esquema de Afganistán cuando USA apoyo a la resistencia de Bin Laden y los talibán contra el gobierno comunista? ¿No se estará repitiendo el esquema de “guerra” de falsa confrontación entre Oceanía y, unas veces Eurasia, otras Estasia, de la novela “1984”? ¿Las luchas entre las clases económicas dirigentes de los países centrales del imperialismo y las castas de los países periféricos no son también, además de enfrentamientos por unos recursos energéticos decrecientes, un modo de impedir una revolución de corte socialista cuando el capitalismo está abocado a su muerte cierta? Dicho de otro modo, ¿lo que siempre han sido luchas por intereses de dominación económica no tendrán hoy una función ideológica determinante para “diferir en el tiempo” revoluciones sociales contra el capital? ¿Y no tendrá mucho que ver en ello la incomparecencia en escena del sujeto político transformador para esas revoluciones en los países árabes? ¿No será ya más que necesario que ese sujeto político se reconstruya y rearticule, autónomamente, sin ceder la bandera roja de la revolución social a unos clérigos reaccionarios que hoy parecen hablar por todos y mañana fusilarán o lapidarán de nuevo a nuestros camaradas, si queremos salir del abismo al que nos precipitamos sin freno y marcha atrás?
Antes de dejarles con el brillante artículo de Nazanín Amirian les adelanto uno de sus párrafos: “Deben estar sorprendidos de que los “indignados” árabes no les hayan pedido cuentas por apuntalar los despotismos sádicos que soportaron durante décadas. El no poder detectar a los depredadores (internos y externos), disfrazados con sofisticados y afables ropajes, es justo uno de los puntos débiles de estos movimientos”. Y es que las incongruencias de esas interesadas amalgamas que se presentan bajo la forma de “revoluciones ciudadanas”, “demos-pueblo” y otras expresiones tan del gusto de las clases medias, que están dirigiendo las protestas en el mundo ante la descomposición del capitalismo, tienen esas cosas. Que sirven para confundir en un “todos los gatos son pardos” lo que son intereses de clase muy distintos y, con frecuencia, irreconciliables, por mucho que se empeñe cierta “izquierda” en bailar el agua a esos “demócratas” dispuestos a “cambiarlo todo para que nada cambie”.
RÉQUIEM POR LA PRIMAVERA ÁRABE.
Nazanín Amirian. Diario Público.
Los peores presagios se van cumpliendo. La posibilidad de que las rebeliones populares en Oriente Medio y el Norte de África se convirtieran en revoluciones progresistas, trasformando la estructura del poder político y económico de sus países, era una utopía. Sucedieron en un contexto no favorable: la crisis financiera; la ausencia de una superpotencia fiadora (antaño la URSS) que facilita la injerencia de los imperialistas –ávidos de la ubicación estratégica de esas tierras y sus recursos-, que donde no las aplastan las desvían; los “reciclados” de los antiguos regímenes (como el siniestro exministro del Interior libio Abdul Fatah Yunisen) y los grupos religiosos que prometen el paraíso… El frente de la contrarrevolución ha conseguido secuestrar las consignas populares, echando arena a los ojos de los ilusionados.
Los mismos gobiernos occidentales que han elogiado el pacifismo de los manifestantes, no ha dudado en apoyar la matanza de miles de civiles en Libia, Bahréin o Yemen. Deben estar sorprendidos de que los “indignados” árabes no les hayan pedido cuentas por apuntalar los despotismos sádicos que soportaron durante décadas. El no poder detectar a los depredadores (internos y externos), disfrazados con sofisticados y afables ropajes, es justo uno de los puntos débiles de estos movimientos.
Túnez ya es islamista. Con las cosas en su sitio, los grupos religiosos se dedicarían a predicar el bien y estarían, al igual que los militares, excluidos de la participación política. Se declaran moderados, mientras el debate no es el Islam y su capacidad democrática, sino la teocracia, la aplicación de unas normas adoptadas hace siglos, en nombre de Dios, y su choque con el gobierno del pueblo, por y para el pueblo. Las experiencias de otros países están a la vista….Será que nadie se escarmienta en la piel del otro.
Los islamismos, cuya principal base social son los excluidos y desclasados, ese inquietante núcleo de la “masa”, y no los trabajadores, suelen ganar las (primeras) elecciones no sólo porque apelan a la fe, sino también porque incluso bajo las dictaduras más férreas sus ideas siguen presentes en las mezquitas, escuelas, leyes y tradiciones. Su programa económico, si lo tienen, está basado en las leyes del mercado, la santidad de la propiedad, el culto a la pobreza y la misericordia del Creador, que acogerá a los pobres en su cielo.
Egipto, el pilar del poder de la OTAN en la región, se aproxima al modelo de Pakistán que no al turco: una república islámica militar sometida a EEUU con una fachada civil legitimada en las urnas.
Libia se somaliza; ya empezó la guerra del reparto del botín organizada por las potencias civilizadas que danzan sin pudor sobre el cadáver masacrado de Gadafi exhibido por una jauría de bandidos (mirar el video de la entrevista con Hillary Clinton “Fuimos, vimos, murió”). La primera declaración del nuevo gobierno ha sido de carácter sexual: legalizar la poligamia, como si las mujeres fueran el botín de su guerra. ¿Por eso han sido asesinados decenas de miles de libios? El sueño de la libertad política, los derechos civiles y el reparto justo de los incalculables recursos naturales del país ha sido enterrado bajo las bombas de la OTAN y a mano de sus mercenarios.
La coalición anglo-estadounidense ya jugó con éxito la carta religiosa en Afganistán e Irak, derrocando regímenes laicos para llevar al poder a la derecha religiosa. Esta estrategia (en la que Francia también tiene una larga experiencia) es someter y distraer al público con burkas, latigazos y lapidaciones, mientras saquean sus recursos. Y aquí, los orientólogos y los progres pedirán respeto a “la cultura y a la voluntad” de aquellos pueblos, y llamarán “tradición” a la barbarie hecha táctica política.
Habrá más capitalismo del subdesarrollo, pobreza y represión. Las rebeliones no han hecho más que empezar.
11 de noviembre de 2011
DESENMASCARANDO FALSAS BANDERAS. HOY: LA "REVOLUCIÓN" ISLANDESA
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Dentro de las revoluciones naranjas, conducentes a callejones sin salida que bloqueen posibilidades de transformación social, económica y política reales, la “revolución” islandesa es una de las que más prestigio ha tenido hasta el momento. La ausencia de información veraz y transparente de lo que en aquel país sucedió en su día, combinada con la interesada desinformación mitificadora de quienes pretendían crear un modelo para otras falsas banderas y el marketing viral de quienes repiten como cacareantes gallinas cluecas lo que ignoran, produjo la ficción en el imaginario “progre” de que entre 2008 y 2009 hubo una “revolución ciudadana” (la palabra trabajadores repugna a las clases medias) que ha sido faro y guía, junto con las “revoluciones árabes” (la primera por su carácter ciudadano-interclasista y las segundas por el protagonismo de las plazas de los “indignados”). Una y otras están demostrando de modo palmario sus límites en cuanto a la transformación real que suponen.
De las árabes hablaremos otro día. Ahora sólo quiero referirme al embuste de la “revolución islandesa”. En algún momento me he hecho eco del inteligente y muy bien documentado artículo “DESMONTANDO EL BULO DE LA REVOLUCIÓN ISLANDESA” (http://www.elsentidodelavida.com/2011/03/desmontando-el-bulo-de-la-revolucion.html). Como quiera que alguien que reivindica a Dashiell Hammet (el autor de dicho blog) es, seguramente, comunista, y los comunistas tenemos mala prensa entre los pequeño- burgueses “democráticos”, recurriré ahora a una fuente más autorizada para el chiripitifláutico 15-M: Gunnar Skuli Armannsson, activista de la keynesiana ATTAC Islandia y uno de los “héroes” de dicha “revolución”. Sus conclusiones pueden edulcorarse pero muestran que, frente al capital, las performances islandesas, al igual que los 15-M, 15-J, 15-O, o el calendario azteca completo, son un fracaso sin paliativos porque frente al capitalismo sólo ofrecen sus “democracias asamblearias” de clases medias jugando a ser Daniel Cohn-Bendit en sus inspiradas greguerías del alegre y hippie Mayo francés.
El fracaso de las falsas banderas árabes, islandesa, de la spanishrevolution y de los Ocupa Wall Street junto con el pánico producido por el capitalismo salvaje en esta locura del sálvese quien pueda acercará antes de lo que muchos imaginan la hora de los comunistas; de aquellos comunistas que no ocultamos que lo somos ni nos avergonzamos de ello, al contrario los que se cobijan bajo siglas ideológicamente “líquidas” o bajo expresiones buenrollistas tipo “la gente de la calle”.
La vuelta al añorado por sus grandes beneficiarias, las clases medias, Estado del Bienestar es ya un imposible. Remedando a Sherlok Holmes, cabe decir: “Cuando eliminamos lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, es la verdad”. Esa verdad será el socialismo. O, si este llegara a fracasar, la terrible vuelta al fascismo. De ustedes depende saber qué les “alegra el día”
Les dejo, sin más, con el artículo que desmonta las falsas ilusiones sobre la mal llamada “revolución islandesa”:
ENTREVISTA A GUNNAR SKULI ARMANNSSON, ACTIVISTA DE ATTAC ISLANDIA
“LOS BANCOS Y LOS ACREEDORES SEGUIRÁN SU AVANCE: LA ÚNICA SALIDA ES PARARLOS”
Patricia Rivas. Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=138656)
Entrevistamos a Gunnar Skuli Armannsson el 9 de octubre en Madrid, aprovechando su participación en el Seminario “Viviendo en Deudocracia”. En estos días en que el referéndum sobre las draconianas medidas impuestas con el plan de “rescate” en Grecia pone a temblar a los bancos y sus portavoces, adquiere el máximo interés la experiencia de Islandia. Sin triunfalismos, con los pies en la tierra, este anestesista de profesión que ya padece los serios recortes que está sufriendo el principal hospital de Islandia, afirma que el rechazo, dos veces, de la ciudadanía islandesa al rescate a los bancos y la indemnización de los inversores extranjeros de un fondo quebrado es algo natural. La movilización ciudadana de Islandia en defensa de su soberanía, el dinámico proceso de autoorganización popular y de toma de conciencia ha despertado entusiasmo en todo el mundo. Pero Gunnar Skuli Armannsson advierte de que Islandia está lejos de haberse salvado, afirma que más bien se encuentra a medio camino del infierno, y explica la pesada losa que hoy en forma de créditos cautivos y mañana de deuda, el FMI están colocando sobre el país.
¿Podría resumirnos lo ocurrido en Islandia en los últimos tres años?
Antes de la crisis, Islandia era un país normal, en el sentido de que era simplemente otro país neoliberal. Tenía numerosos créditos, la gente adquiría créditos y se endeudaba, construía casas, compraba coches… la misma historia que en Irlanda, Grecia y otros países europeos. En el otoño de 2008 la crisis nos golpeó, de manera que los tres principales bancos de Islandia, se tornaron insolventes. Esos tres bancos constituían el 85% del sistema bancario de Islandia, de modo que no fue una pequeña parte del sistema financiero la que colapsó; casi la totalidad del sistema bancario se derrumbó en una semana.
La primera idea del Gobierno islandés en aquel momento fue dejar que esos tres bancos se hundieran, y fin de la historia. La primera idea fue algo ingenua. Pensamos que los bancos privados, ya que eran privados, asumirían la responsabilidad, no los contribuyentes. En el otoño de 2008 los islandeses pensaban que podrían conseguir créditos de otros países, como por ejemplo Noruega, o de otros países ricos. La gente no quería recurrir al FMI. Habíamos estado leyendo historias de lo ocurrido en otros países suramericanos, así que sabíamos lo que cabía esperar del FMI. Nuestro primer ministro de aquel momento es economista, y él sabía muy bien lo que significa el FMI.
Pero entonces estalló la disputa por los fondos Icesave entre Islandia y el Reino Unido y los ingleses aplicaron a Islandia la ley antiterrorista, en octubre de 2008 (1). Y eso significaba que los ingleses declaraban a Islandia terrorista, igual que a Al Qaeda. De modo que no podíamos acceder al dinero. Vendíamos nuestro pescado y nuestro aluminio en el exterior, pero no podíamos recaudar los pagos del exterior e ingresarlos al país, porque el dinero pasa por la City, el centro financiero de Londres, y como éramos terroristas, el dinero lo detenían allí, de modo que los islandeses no podían ni ingresar su dinero ni comprar nada en el exterior. Nadie quería hacer negocios con “terroristas”. La situación era tal que las empresas islandesas que habían hecho negocios con empresas europeas durante más de 50 años eran incapaces de obtener ningún suministro de Europa.
Así que cuando a Islandia le quedaban entre 10 y 12 días de alimento y combustible, tuvimos que rendirnos. Sufrimos un embargo financiero, igual que el que se le impuso a Haití en 1776. Tuvimos que rendirnos. Y entonces vino esta historia que tenemos en Islandia, en la que nuestro primer ministro le dijo al representante del FMI que se encontraba en Reijkiavik en el momento, tratando de convencer al Gobierno de que buscara ayuda: “Por favor, sean buenos con nosotros”. Esas fueron sus últimas palabras cuando decidió acudir al FMI. Así que tenía pleno conocimiento de lo que cabía esperar: “Por favor, sean buenos con nosotros”. No sé si esto es cierto, pero la historia cuenta que cuando este tipo (Poul Thomsen, Director del departamento de Europa del FMI y jefe de la misión del FMI para Islandia) salió del despacho del primer ministro, agarró su móvil y llamó a alguien, diciéndole: “Los tengo”.
Entonces tuvimos que adoptar un programa del FMI. El resto es historia. Es igual que en todos los demás casos. El FMI colocó a los bancos en el primer lugar, por lo que se decidió que el Gobierno islandés financiaría a tres bancos nuevos en reemplazo de los anteriores, y el costo de este rescate financiero es ya del 64% del PIB de Islandia. Y personas que saben mucho de estos temas me han dicho que esto supone un récord mundial. Ningún país ha destinado tanto dinero al sistema bancario, en relación con el PIB. De modo que el Gobierno islandés es especialmente magnánimo con los bancos.
La deuda estatal de Islandia antes de la crisis era muy baja: el 26% del PIB. Ahora es del 90% del PIB. Pero la deuda total de Islandia es del 280% del PIB.
De acuerdo con el programa del FMI, además de transferir todo este dinero a los bancos y al sistema financiero, tuvimos que empezar con los recortes en el bienestar: salud, educación, etc. Por ejemplo, yo trabajo en el principal hospital de Rejkiavik, y el presupuesto ha descendido un 25% en tres años. De modo que es un recorte real, y van a continuar recortando servicios.
A esto se sumó una historia algo complicada que ocurrió con las coronas islandesas. Antes de la crisis, muchos inversores compraban coronas islandesas porque en Islandia había un tipo alto de interés en aquel momento, de modo que era un buen negocio. Cuando la crisis nos golpeó en 2008 todo este dinero comenzó a huir del país, por lo que la corona cayó en picado: cayó un 50%. El FMI comprendió que si no aplicaba un control de capitales (corralito) en Islandia, terminaría en un desastre, porque el valor de la corona terminaría en nada. Quizás también la razón fue que no teníamos divisa extranjera para pagar a los inversores en Europa. O a lo mejor ya ni siquiera quedaban suficientes billetes en Islandia para pagar a los inversores extranjeros.
De esta forma, aplicaron los controles de capitales y después el FMI forzó a Islandia a contraer créditos. Creo que son cuatro mil quinientos millones de euros los que hemos recibido de países del FMI, dinero que está depositado en una cuenta bancaria en Washington. Nosotros no lo estamos utilizando para nada. No construimos hospitales, ni escuelas, ni hacemos nada con él. Simplemente se guarda allí. Es muy conveniente tener esta cantidad de dinero para aumentar la credibilidad de Islandia. Si tienes mucho dinero en esa cuenta bancaria, todo el mundo tendrá confianza en ti para hacer negocios.
Pero resulta que la suma del crédito es más o menos la misma cantidad de dinero que está represada dentro de Islandia, por los controles de capital. Pensamos que quizá cuando levanten los controles de capitales y el dinero empiece a salir del país de nuevo, usaremos este crédito para pagar a los inversores extranjeros. Es como lo que ocurrió en Argentina, cuando todo el dinero salió del país en pocas horas. Entonces, si eso sucede, esos créditos se convertirán en deuda en Islandia, para el futuro, porque habremos usado ese dinero. De modo que la deuda se incrementará mucho.
Entonces tuvimos la protesta en invierno de 2008-2009, que resultó en unas elecciones en la primavera de 2009. Sucedió así: los socialdemócratas eran parte del viejo Gobierno, y ahora son parte del nuevo Gobierno también, pero en lugar de a los conservadores, ahora tienen a la Izquierda Verde como socios de gobierno, y tanto los socialdemócratas como la Izquierda Verde estuvieron prometiendo cosas muy buenas a la gente en la campaña electoral. Pero han roto todas sus promesas. De modo que los islandeses hemos aprendido, igual que los irlandeses, igual que los griegos y los españoles, que cambiar el Gobierno no es la solución. No importa que haya elecciones; no tienen ningún efecto en las políticas, porque es obvio que los bancos tienen el control. Da igual que gobiernen los conservadores, los socialdemócratas o la izquierda verde, la política es siempre la misma: salvar a los bancos y que el pueblo lo pague.
Eso es lo que ocurrió en Islandia.
Pero en Islandia han atravesado por un proceso muy intenso de movilizaciones y tuvieron dos referéndums en los que la gente rechazó el rescate de los bancos.
Bueno, eso fue algo especial. El referéndum fue solamente sobre una pequeña parte de toda la deuda. La que tiene que ver con el fondo Ice Save con los Inglaterra y Holanda. Está en nuestra constitución que el presidente debe firmar las leyes que aprueba el Parlamento. Y cuando no firma una ley, entonces hay que someterla a referéndum entre la población. Así que utilizamos ese resorte. Cuando el Parlamento aprobó la ley sobre el fondo Ice Save, las élites se inclinaron a favor de pagar: querían “portarse bien” a los ojos de la Unión Europea y los acreedores. Y ese Gobierno está conformado por la Izquierda Verde y los socialdemócratas.
Nosotros recogimos firmas para una petición y conseguimos más de 30.000, una cantidad ingente. Una mañana de domingo acudimos a la casa donde vive el Presidente, a las afueras de Rejkiavic, y le entregamos todos esos nombres. Reunimos a varios miles de personas, hubo un acto público. Entonces el presidente nos dijo que no firmaría la ley, y que daría al pueblo la posibilidad de formarse su opinión.
Ésta es realmente la única singularidad de Islandia con respecto a la deuda, que el presidente tiene la posibilidad de no firmar una ley y forzar a que haya un referéndum. Si el pueblo en España tuviera la misma posibilidad, votarían exactamente igual que nosotros: dirían que no. De modo que el resultado del referéndum no es nada especial. Creo que en todas las investigaciones y sondeos de opinión, cuando le preguntan a la gente qué quiere, normalmente quieren algo diferente del Gobierno. Por eso es por lo que a los gobiernos no les gustan los referéndums.
El gobierno actual, formado por la Izquierda Verde y los socialdemócratas, después de una fuerte presión ejercida por la gente en las calles y tras ese proceso de toma de conciencia, afirma usted que está tomando las mismas medidas que tomarían los conservadores, que la única política que saben aplicar es obedecer los dictados de los bancos. ¿A qué cree que se debe esto?
Está sucediendo en Islandia. Pero si usted sigue los acontecimientos en Grecia, encuentra que el primer ministro Papandreu era un socialista, de izquierda, y tenía muy buenas ideas antes de llegar al poder. Y ahora está haciendo exactamente lo que el FMI le dice que haga.
Una razón que lo explica es que cuando un país entra a formar parte de un programa del FMI, tiene que firmar una carta de intenciones, en la que se compromete a muchas cosas. La realidad es que el FMI escribe esta carta de intenciones y el gobierno la firma. En el caso de Islandia, y en el de cualquier país que hace tratos con el FMI, hay un texto en esa carta de intenciones en el que se afirma que el Gobierno promete no hacer nada sin el consentimiento del FMI. De modo que los países entregan todos los poderes al FMI, porque prometen no hacer nada que no cuente con el beneplácito del FMI. De modo que después de firmar un programa del FMI, el país deja de ser independiente, está sujeto al FMI y al consenso de Washington. Es como lo que dijo en Islandia el representante del FMI cuando llamó a su amigo: “Los tengo”. Así que lo que pasa es que nos tienen.
Es una situación que no parece tener salidas. Usted ha afirmado que Islandia está solamente a medio camino del infierno… ¿Vislumbra alguna salida?
Es muy complicado. Pero, tal como hablamos en el seminario, tenemos que aprender del Sur. Algunos países de América Latina han tenido éxito en librarse del FMI, algunos se han negado a pagar deudas al FMI y otros las han pagado todas para liberarse, porque un hombre libre es un hombre que no tiene deudas. Así que ahí hay un camino que podemos vislumbrar.
Mi punto de vista es que es muy importante entender cómo se crea el dinero. Es un concepto que muchos de nosotros no entendemos, porque no se discute mucho sobre estos temas. Normalmente cuando se habla de economía, se hace en esos términos especializados que nadie entiende.
Pero el dinero, tal como yo lo veo, es solamente un medio de intercambio, que transporta el valor de un producto de un lugar a otro. De modo que el dinero no tiene valor en sí mismo. Es solamente una unidad, como un litro o un segundo. Y los bancos detentan el monopolio de esas unidades: son los únicos que pueden producir dinero. Y eso da el poder a los bancos. Cuando un Gobierno necesita dinero tiene que vender bonos. El Gobierno escribe en un pedazo de papel que promete pagar a los bancos esa suma, y los bancos le entregan el dinero al Gobierno. Pero cuando piensas en el dinero como una unidad, como un metro, es como si adquirieras algunos metros antes de ir a comprar.
Es difícil de explicar en una entrevista breve, pero creo que es un asunto realmente importante, que la gente piense sobre qué es el dinero y quién controla la producción de dinero. Creo que el dinero debería ser producido por los gobiernos y debería ser gratis. Y cuando se hubiera producido algo, el Gobierno incrementaría la cantidad de dinero circulando en la sociedad.
Puedes pensar en ello de esta manera: en el otoño de 2008 los tres bancos en Islandia se tornaron insolventes porque no podían obtener ningún dinero de Europa, porque dependían de este dinero que va flotando de un lugar a otro, y nuevos créditos, etcétera. Eso fue lo único que ocurrió en octubre de 2008. Todo el mundo en Islandia estaba produciendo: estábamos pescando, procesando y vendiendo el pescado, estábamos produciendo aluminio… cada islandés estaba haciendo lo que habíamos estado haciendo durante años: produciendo un montón de productos. Y había mucha gente demandando nuestros productos en todo el mundo, pero éramos incapaces de intercambiar nuestra producción porque no teníamos esa cosa llamada dinero, que transporta el valor de los bienes producidos a otro lugar o a otro tiempo.
Pero esto que está proponiendo usted es lo contrario de lo que sucede en la Unión Europea, donde los países entregan su soberanía en política monetaria al Banco Central Europeo. Y resulta que Islandia ha solicitado formalmente su ingreso en la Unión Europea y en el sistema euro.
Tiene razón. Ocurrió así: durante años los socialdemócratas tenían siempre una respuesta para todos los problemas. Si les hacías cualquier pregunta, siempre respondían: “Unión Europea”. Y tras las elecciones de 2009 estaban en situación de incorporar a la Izquierda Verde o a los conservadores a su Gobierno, de modo que forzaron a ambas partes a que aceptaran su voluntad. Los socialdemócratas eran el único partido del país que deseaba el ingreso en la Unión Europea. Todas las demás fuerzas políticas se oponían, con mayor o menor intensidad. Y los de la izquierda verde se habían opuesto con mucha claridad, pero tenían tantos deseos de entrar al Gobierno… lo habían estado esperando durante tantos años… Aceptaron solicitar el ingreso a la Unión Europea, con la idea de celebrar un referéndum. Por eso Islandia solicitó su ingreso. La gente no quiere. Solamente este partido que estaba en posición de presionar al otro. Y hubo una auténtica batalla en el Parlamento, pero se las arreglaron para aprobar su propuesta en medio del desacuerdo generalizado.
¿De modo que usted no cree que la gente acepte entrar en la Unión Europea, si se somete a referéndum?
Yo estaba viviendo en Suecia en 1995, cuando se incorporó a la Unión Europea, y la situación era muy parecida. Los suecos eran muy escépticos con la UE y muchos no querían. Pero solicitaron el ingreso y cuando se aproximaba el referéndum, llegó una campaña masiva de la Unión Europea y convirtió al pueblo sueco. Creo que lo mismo ocurriría en Islandia, igual que pasó con el Tratado de Lisboa y todo lo demás. Saben cómo hacerlo.
¿Y no siente que hay un proceso en marcha en Islandia por el que la gente está tomando conciencia, que está despertando?
Hay mucha gente activa, protestando, y muchas personas no están conformes con la situación. Pero ocurre exactamente igual que en el resto de los países: la mayoría está en su casa, sin hacer gran cosa.
La izquierda institucional está ahora en el Gobierno y debe haber un coste político por las medidas que están tomando. Supongo que en las bases de esos partidos ha habido una lucha, contradicciones, y que al mismo tiempo fuera de los partidos hay otra izquierda, hay movimientos sociales, personas que no están comprometidas con un partido, pero sí con una idea de transformación ¿Cuáles son los canales de comunicación, si es que hay alguno, entre esta izquierda institucional y las calles, las plazas y los colectivos que se autoorganizan para debatir estos temas?
Al interior de la Izquierda Verde ha habido una lucha muy intensa, porque las bases del partido están muy decepcionadas. Pero son incapaces de influir en los dirigentes. En la calle hay muchos movimientos sociales y grupos activos. El año pasado tuvimos una protesta que movilizó a 10.000 personas, el equivalente a 2 millones en España, proporcionalmente. El Gobierno se asustó un poco y prometió hacer algo, y después volvieron a romper su promesa, por lo que continuamos protestando. Así que me parece que mientras tengan el poder, seguirán haciendo lo que están haciendo. Aunque tengamos una protesta masiva, no cambia nada.
Esto comenzó como una crisis financiera, que derivó en una crisis económica y es ahora una crisis política del sistema. ¿Cree usted entonces que la solución pasa por un cambio de sistema? ¿Está eso en discusión en Islandia?
Creo que tiene que surgir un nuevo tipo de partido político que mantenga las ideas de la base, de los movimientos sociales. Porque los cuatro partidos que han estado en el poder en Islandia durante años y años están tan corruptos y apegados al sistema que dudo de que puedan cambiar nada. De forma que realmente necesitamos un partido que acceda al poder y cambie las cosas, o bien que suceda lo que ha sucedido en otros países, donde la gente toma las plazas y no las abandona hasta que el Gobierno hace lo que se le pide. Porque cuando protestas un día, durante un par de horas, y regresas a casa no tiene el mismo efecto que si tomas la plaza y permaneces hasta que hagan lo que les exiges.
¿Cómo resumiría la experiencia de Islandia, de modo que en Europa y en otros países podamos ver el resultado del proceso que ustedes han atravesado? ¿Cuál sería su mensaje hacia nosotros, en España, donde estamos justo empezando a sentir la presión política, los recortes, el asalto a nuestra Constitución, la transformación de todo lo que antes era un derecho en un privilegio?
Mi experiencia de Islandia, y tras leer también sobre otros países en Europa y la historia de Suramérica es que los bancos y los acreedores irán todo lo lejos que puedan. Avanzarán todo lo que nosotros les permitamos. La única manera de pararlos es impedirles que avancen más. Y eso significa, bueno, algún tipo de revolución. Ojalá pacífica. Pero de lo contrario, continuarán colocando la deuda sobre nuestras espaldas y recortando nuestro bienestar. Tenemos que pararlos. Es la única forma de hacerlo, tal como yo lo veo. No creo que acepten razonar ni dialogar. Es una cuestión de que tenemos que ser más poderosos que ellos, de forma que nos teman. Creo que es más o menos inútil hablar con ellos. De alguna manera, con un cambio en nuestra constitución, con un cambio en las leyes o con una revolución tenemos que devolver a la gente el poder de decidir.
NOTA:
A mediados de la pasada década, uno de los grandes bancos islandeses, Landsbanki, abrió una filial por Internet en el Reino Unido, Holanda y Alemania que tuvo un éxito fulgurante por los altos intereses que pagaba en una cuenta llamada Icesave. A principios de octubre de 2008, apenas 15 días después de la quiebra de Lehman Brothers, el Reino Unido detectó que los bancos islandeses estaban traspasando dinero de las cuentas británicas a Reikiavik y les aplicó la ley antiterrorista: congeló todos sus fondos.
Los bancos estaban sobreendeudados (sus activos suponían 12 veces el PIB), y esa decisión, junto a la crisis internacional, les llevó a la bancarrota. El Estado no los rescató. Los dejó caer, y posteriormente los nacionalizó e inyectó dinero para que siguieran operando, pero solo en Islandia. Londres y Ámsterdam pagaron a los depositantes de Icesave el 100% de los depósitos y desde entonces reclaman ese dinero, que supone un tercio del PIB islandés. El Gobierno defendía el "sí" en la consulta aduciendo que los activos del banco quebrado, cuando se liquiden, permitirán pagar la mayoría de la deuda. Los partidarios del no argumentaban que la gente no debería pagar por las locuras de sus bancos, y aducen que la legislación internacional -llena de sombras- no obliga a ningún país a asumir deudas astronómicas que sobrepasan con mucho el importe acumulado en los fondos de garantía. Los islandeses rechazaron en sendos referendos (celebrados en marzo de 2010 y en abril de 2011) la ley Icesave por la que el Gobierno habría transferido a Holanda y Reino Unido el importe de las indemnizaciones pagadas a los inversores en esos países.
Dentro de las revoluciones naranjas, conducentes a callejones sin salida que bloqueen posibilidades de transformación social, económica y política reales, la “revolución” islandesa es una de las que más prestigio ha tenido hasta el momento. La ausencia de información veraz y transparente de lo que en aquel país sucedió en su día, combinada con la interesada desinformación mitificadora de quienes pretendían crear un modelo para otras falsas banderas y el marketing viral de quienes repiten como cacareantes gallinas cluecas lo que ignoran, produjo la ficción en el imaginario “progre” de que entre 2008 y 2009 hubo una “revolución ciudadana” (la palabra trabajadores repugna a las clases medias) que ha sido faro y guía, junto con las “revoluciones árabes” (la primera por su carácter ciudadano-interclasista y las segundas por el protagonismo de las plazas de los “indignados”). Una y otras están demostrando de modo palmario sus límites en cuanto a la transformación real que suponen.
De las árabes hablaremos otro día. Ahora sólo quiero referirme al embuste de la “revolución islandesa”. En algún momento me he hecho eco del inteligente y muy bien documentado artículo “DESMONTANDO EL BULO DE LA REVOLUCIÓN ISLANDESA” (http://www.elsentidodelavida.com/2011/03/desmontando-el-bulo-de-la-revolucion.html). Como quiera que alguien que reivindica a Dashiell Hammet (el autor de dicho blog) es, seguramente, comunista, y los comunistas tenemos mala prensa entre los pequeño- burgueses “democráticos”, recurriré ahora a una fuente más autorizada para el chiripitifláutico 15-M: Gunnar Skuli Armannsson, activista de la keynesiana ATTAC Islandia y uno de los “héroes” de dicha “revolución”. Sus conclusiones pueden edulcorarse pero muestran que, frente al capital, las performances islandesas, al igual que los 15-M, 15-J, 15-O, o el calendario azteca completo, son un fracaso sin paliativos porque frente al capitalismo sólo ofrecen sus “democracias asamblearias” de clases medias jugando a ser Daniel Cohn-Bendit en sus inspiradas greguerías del alegre y hippie Mayo francés.
El fracaso de las falsas banderas árabes, islandesa, de la spanishrevolution y de los Ocupa Wall Street junto con el pánico producido por el capitalismo salvaje en esta locura del sálvese quien pueda acercará antes de lo que muchos imaginan la hora de los comunistas; de aquellos comunistas que no ocultamos que lo somos ni nos avergonzamos de ello, al contrario los que se cobijan bajo siglas ideológicamente “líquidas” o bajo expresiones buenrollistas tipo “la gente de la calle”.
La vuelta al añorado por sus grandes beneficiarias, las clases medias, Estado del Bienestar es ya un imposible. Remedando a Sherlok Holmes, cabe decir: “Cuando eliminamos lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, es la verdad”. Esa verdad será el socialismo. O, si este llegara a fracasar, la terrible vuelta al fascismo. De ustedes depende saber qué les “alegra el día”
Les dejo, sin más, con el artículo que desmonta las falsas ilusiones sobre la mal llamada “revolución islandesa”:
ENTREVISTA A GUNNAR SKULI ARMANNSSON, ACTIVISTA DE ATTAC ISLANDIA
“LOS BANCOS Y LOS ACREEDORES SEGUIRÁN SU AVANCE: LA ÚNICA SALIDA ES PARARLOS”
Patricia Rivas. Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=138656)
Entrevistamos a Gunnar Skuli Armannsson el 9 de octubre en Madrid, aprovechando su participación en el Seminario “Viviendo en Deudocracia”. En estos días en que el referéndum sobre las draconianas medidas impuestas con el plan de “rescate” en Grecia pone a temblar a los bancos y sus portavoces, adquiere el máximo interés la experiencia de Islandia. Sin triunfalismos, con los pies en la tierra, este anestesista de profesión que ya padece los serios recortes que está sufriendo el principal hospital de Islandia, afirma que el rechazo, dos veces, de la ciudadanía islandesa al rescate a los bancos y la indemnización de los inversores extranjeros de un fondo quebrado es algo natural. La movilización ciudadana de Islandia en defensa de su soberanía, el dinámico proceso de autoorganización popular y de toma de conciencia ha despertado entusiasmo en todo el mundo. Pero Gunnar Skuli Armannsson advierte de que Islandia está lejos de haberse salvado, afirma que más bien se encuentra a medio camino del infierno, y explica la pesada losa que hoy en forma de créditos cautivos y mañana de deuda, el FMI están colocando sobre el país.
¿Podría resumirnos lo ocurrido en Islandia en los últimos tres años?
Antes de la crisis, Islandia era un país normal, en el sentido de que era simplemente otro país neoliberal. Tenía numerosos créditos, la gente adquiría créditos y se endeudaba, construía casas, compraba coches… la misma historia que en Irlanda, Grecia y otros países europeos. En el otoño de 2008 la crisis nos golpeó, de manera que los tres principales bancos de Islandia, se tornaron insolventes. Esos tres bancos constituían el 85% del sistema bancario de Islandia, de modo que no fue una pequeña parte del sistema financiero la que colapsó; casi la totalidad del sistema bancario se derrumbó en una semana.
La primera idea del Gobierno islandés en aquel momento fue dejar que esos tres bancos se hundieran, y fin de la historia. La primera idea fue algo ingenua. Pensamos que los bancos privados, ya que eran privados, asumirían la responsabilidad, no los contribuyentes. En el otoño de 2008 los islandeses pensaban que podrían conseguir créditos de otros países, como por ejemplo Noruega, o de otros países ricos. La gente no quería recurrir al FMI. Habíamos estado leyendo historias de lo ocurrido en otros países suramericanos, así que sabíamos lo que cabía esperar del FMI. Nuestro primer ministro de aquel momento es economista, y él sabía muy bien lo que significa el FMI.
Pero entonces estalló la disputa por los fondos Icesave entre Islandia y el Reino Unido y los ingleses aplicaron a Islandia la ley antiterrorista, en octubre de 2008 (1). Y eso significaba que los ingleses declaraban a Islandia terrorista, igual que a Al Qaeda. De modo que no podíamos acceder al dinero. Vendíamos nuestro pescado y nuestro aluminio en el exterior, pero no podíamos recaudar los pagos del exterior e ingresarlos al país, porque el dinero pasa por la City, el centro financiero de Londres, y como éramos terroristas, el dinero lo detenían allí, de modo que los islandeses no podían ni ingresar su dinero ni comprar nada en el exterior. Nadie quería hacer negocios con “terroristas”. La situación era tal que las empresas islandesas que habían hecho negocios con empresas europeas durante más de 50 años eran incapaces de obtener ningún suministro de Europa.
Así que cuando a Islandia le quedaban entre 10 y 12 días de alimento y combustible, tuvimos que rendirnos. Sufrimos un embargo financiero, igual que el que se le impuso a Haití en 1776. Tuvimos que rendirnos. Y entonces vino esta historia que tenemos en Islandia, en la que nuestro primer ministro le dijo al representante del FMI que se encontraba en Reijkiavik en el momento, tratando de convencer al Gobierno de que buscara ayuda: “Por favor, sean buenos con nosotros”. Esas fueron sus últimas palabras cuando decidió acudir al FMI. Así que tenía pleno conocimiento de lo que cabía esperar: “Por favor, sean buenos con nosotros”. No sé si esto es cierto, pero la historia cuenta que cuando este tipo (Poul Thomsen, Director del departamento de Europa del FMI y jefe de la misión del FMI para Islandia) salió del despacho del primer ministro, agarró su móvil y llamó a alguien, diciéndole: “Los tengo”.
Entonces tuvimos que adoptar un programa del FMI. El resto es historia. Es igual que en todos los demás casos. El FMI colocó a los bancos en el primer lugar, por lo que se decidió que el Gobierno islandés financiaría a tres bancos nuevos en reemplazo de los anteriores, y el costo de este rescate financiero es ya del 64% del PIB de Islandia. Y personas que saben mucho de estos temas me han dicho que esto supone un récord mundial. Ningún país ha destinado tanto dinero al sistema bancario, en relación con el PIB. De modo que el Gobierno islandés es especialmente magnánimo con los bancos.
La deuda estatal de Islandia antes de la crisis era muy baja: el 26% del PIB. Ahora es del 90% del PIB. Pero la deuda total de Islandia es del 280% del PIB.
De acuerdo con el programa del FMI, además de transferir todo este dinero a los bancos y al sistema financiero, tuvimos que empezar con los recortes en el bienestar: salud, educación, etc. Por ejemplo, yo trabajo en el principal hospital de Rejkiavik, y el presupuesto ha descendido un 25% en tres años. De modo que es un recorte real, y van a continuar recortando servicios.
A esto se sumó una historia algo complicada que ocurrió con las coronas islandesas. Antes de la crisis, muchos inversores compraban coronas islandesas porque en Islandia había un tipo alto de interés en aquel momento, de modo que era un buen negocio. Cuando la crisis nos golpeó en 2008 todo este dinero comenzó a huir del país, por lo que la corona cayó en picado: cayó un 50%. El FMI comprendió que si no aplicaba un control de capitales (corralito) en Islandia, terminaría en un desastre, porque el valor de la corona terminaría en nada. Quizás también la razón fue que no teníamos divisa extranjera para pagar a los inversores en Europa. O a lo mejor ya ni siquiera quedaban suficientes billetes en Islandia para pagar a los inversores extranjeros.
De esta forma, aplicaron los controles de capitales y después el FMI forzó a Islandia a contraer créditos. Creo que son cuatro mil quinientos millones de euros los que hemos recibido de países del FMI, dinero que está depositado en una cuenta bancaria en Washington. Nosotros no lo estamos utilizando para nada. No construimos hospitales, ni escuelas, ni hacemos nada con él. Simplemente se guarda allí. Es muy conveniente tener esta cantidad de dinero para aumentar la credibilidad de Islandia. Si tienes mucho dinero en esa cuenta bancaria, todo el mundo tendrá confianza en ti para hacer negocios.
Pero resulta que la suma del crédito es más o menos la misma cantidad de dinero que está represada dentro de Islandia, por los controles de capital. Pensamos que quizá cuando levanten los controles de capitales y el dinero empiece a salir del país de nuevo, usaremos este crédito para pagar a los inversores extranjeros. Es como lo que ocurrió en Argentina, cuando todo el dinero salió del país en pocas horas. Entonces, si eso sucede, esos créditos se convertirán en deuda en Islandia, para el futuro, porque habremos usado ese dinero. De modo que la deuda se incrementará mucho.
Entonces tuvimos la protesta en invierno de 2008-2009, que resultó en unas elecciones en la primavera de 2009. Sucedió así: los socialdemócratas eran parte del viejo Gobierno, y ahora son parte del nuevo Gobierno también, pero en lugar de a los conservadores, ahora tienen a la Izquierda Verde como socios de gobierno, y tanto los socialdemócratas como la Izquierda Verde estuvieron prometiendo cosas muy buenas a la gente en la campaña electoral. Pero han roto todas sus promesas. De modo que los islandeses hemos aprendido, igual que los irlandeses, igual que los griegos y los españoles, que cambiar el Gobierno no es la solución. No importa que haya elecciones; no tienen ningún efecto en las políticas, porque es obvio que los bancos tienen el control. Da igual que gobiernen los conservadores, los socialdemócratas o la izquierda verde, la política es siempre la misma: salvar a los bancos y que el pueblo lo pague.
Eso es lo que ocurrió en Islandia.
Pero en Islandia han atravesado por un proceso muy intenso de movilizaciones y tuvieron dos referéndums en los que la gente rechazó el rescate de los bancos.
Bueno, eso fue algo especial. El referéndum fue solamente sobre una pequeña parte de toda la deuda. La que tiene que ver con el fondo Ice Save con los Inglaterra y Holanda. Está en nuestra constitución que el presidente debe firmar las leyes que aprueba el Parlamento. Y cuando no firma una ley, entonces hay que someterla a referéndum entre la población. Así que utilizamos ese resorte. Cuando el Parlamento aprobó la ley sobre el fondo Ice Save, las élites se inclinaron a favor de pagar: querían “portarse bien” a los ojos de la Unión Europea y los acreedores. Y ese Gobierno está conformado por la Izquierda Verde y los socialdemócratas.
Nosotros recogimos firmas para una petición y conseguimos más de 30.000, una cantidad ingente. Una mañana de domingo acudimos a la casa donde vive el Presidente, a las afueras de Rejkiavic, y le entregamos todos esos nombres. Reunimos a varios miles de personas, hubo un acto público. Entonces el presidente nos dijo que no firmaría la ley, y que daría al pueblo la posibilidad de formarse su opinión.
Ésta es realmente la única singularidad de Islandia con respecto a la deuda, que el presidente tiene la posibilidad de no firmar una ley y forzar a que haya un referéndum. Si el pueblo en España tuviera la misma posibilidad, votarían exactamente igual que nosotros: dirían que no. De modo que el resultado del referéndum no es nada especial. Creo que en todas las investigaciones y sondeos de opinión, cuando le preguntan a la gente qué quiere, normalmente quieren algo diferente del Gobierno. Por eso es por lo que a los gobiernos no les gustan los referéndums.
El gobierno actual, formado por la Izquierda Verde y los socialdemócratas, después de una fuerte presión ejercida por la gente en las calles y tras ese proceso de toma de conciencia, afirma usted que está tomando las mismas medidas que tomarían los conservadores, que la única política que saben aplicar es obedecer los dictados de los bancos. ¿A qué cree que se debe esto?
Está sucediendo en Islandia. Pero si usted sigue los acontecimientos en Grecia, encuentra que el primer ministro Papandreu era un socialista, de izquierda, y tenía muy buenas ideas antes de llegar al poder. Y ahora está haciendo exactamente lo que el FMI le dice que haga.
Una razón que lo explica es que cuando un país entra a formar parte de un programa del FMI, tiene que firmar una carta de intenciones, en la que se compromete a muchas cosas. La realidad es que el FMI escribe esta carta de intenciones y el gobierno la firma. En el caso de Islandia, y en el de cualquier país que hace tratos con el FMI, hay un texto en esa carta de intenciones en el que se afirma que el Gobierno promete no hacer nada sin el consentimiento del FMI. De modo que los países entregan todos los poderes al FMI, porque prometen no hacer nada que no cuente con el beneplácito del FMI. De modo que después de firmar un programa del FMI, el país deja de ser independiente, está sujeto al FMI y al consenso de Washington. Es como lo que dijo en Islandia el representante del FMI cuando llamó a su amigo: “Los tengo”. Así que lo que pasa es que nos tienen.
Es una situación que no parece tener salidas. Usted ha afirmado que Islandia está solamente a medio camino del infierno… ¿Vislumbra alguna salida?
Es muy complicado. Pero, tal como hablamos en el seminario, tenemos que aprender del Sur. Algunos países de América Latina han tenido éxito en librarse del FMI, algunos se han negado a pagar deudas al FMI y otros las han pagado todas para liberarse, porque un hombre libre es un hombre que no tiene deudas. Así que ahí hay un camino que podemos vislumbrar.
Mi punto de vista es que es muy importante entender cómo se crea el dinero. Es un concepto que muchos de nosotros no entendemos, porque no se discute mucho sobre estos temas. Normalmente cuando se habla de economía, se hace en esos términos especializados que nadie entiende.
Pero el dinero, tal como yo lo veo, es solamente un medio de intercambio, que transporta el valor de un producto de un lugar a otro. De modo que el dinero no tiene valor en sí mismo. Es solamente una unidad, como un litro o un segundo. Y los bancos detentan el monopolio de esas unidades: son los únicos que pueden producir dinero. Y eso da el poder a los bancos. Cuando un Gobierno necesita dinero tiene que vender bonos. El Gobierno escribe en un pedazo de papel que promete pagar a los bancos esa suma, y los bancos le entregan el dinero al Gobierno. Pero cuando piensas en el dinero como una unidad, como un metro, es como si adquirieras algunos metros antes de ir a comprar.
Es difícil de explicar en una entrevista breve, pero creo que es un asunto realmente importante, que la gente piense sobre qué es el dinero y quién controla la producción de dinero. Creo que el dinero debería ser producido por los gobiernos y debería ser gratis. Y cuando se hubiera producido algo, el Gobierno incrementaría la cantidad de dinero circulando en la sociedad.
Puedes pensar en ello de esta manera: en el otoño de 2008 los tres bancos en Islandia se tornaron insolventes porque no podían obtener ningún dinero de Europa, porque dependían de este dinero que va flotando de un lugar a otro, y nuevos créditos, etcétera. Eso fue lo único que ocurrió en octubre de 2008. Todo el mundo en Islandia estaba produciendo: estábamos pescando, procesando y vendiendo el pescado, estábamos produciendo aluminio… cada islandés estaba haciendo lo que habíamos estado haciendo durante años: produciendo un montón de productos. Y había mucha gente demandando nuestros productos en todo el mundo, pero éramos incapaces de intercambiar nuestra producción porque no teníamos esa cosa llamada dinero, que transporta el valor de los bienes producidos a otro lugar o a otro tiempo.
Pero esto que está proponiendo usted es lo contrario de lo que sucede en la Unión Europea, donde los países entregan su soberanía en política monetaria al Banco Central Europeo. Y resulta que Islandia ha solicitado formalmente su ingreso en la Unión Europea y en el sistema euro.
Tiene razón. Ocurrió así: durante años los socialdemócratas tenían siempre una respuesta para todos los problemas. Si les hacías cualquier pregunta, siempre respondían: “Unión Europea”. Y tras las elecciones de 2009 estaban en situación de incorporar a la Izquierda Verde o a los conservadores a su Gobierno, de modo que forzaron a ambas partes a que aceptaran su voluntad. Los socialdemócratas eran el único partido del país que deseaba el ingreso en la Unión Europea. Todas las demás fuerzas políticas se oponían, con mayor o menor intensidad. Y los de la izquierda verde se habían opuesto con mucha claridad, pero tenían tantos deseos de entrar al Gobierno… lo habían estado esperando durante tantos años… Aceptaron solicitar el ingreso a la Unión Europea, con la idea de celebrar un referéndum. Por eso Islandia solicitó su ingreso. La gente no quiere. Solamente este partido que estaba en posición de presionar al otro. Y hubo una auténtica batalla en el Parlamento, pero se las arreglaron para aprobar su propuesta en medio del desacuerdo generalizado.
¿De modo que usted no cree que la gente acepte entrar en la Unión Europea, si se somete a referéndum?
Yo estaba viviendo en Suecia en 1995, cuando se incorporó a la Unión Europea, y la situación era muy parecida. Los suecos eran muy escépticos con la UE y muchos no querían. Pero solicitaron el ingreso y cuando se aproximaba el referéndum, llegó una campaña masiva de la Unión Europea y convirtió al pueblo sueco. Creo que lo mismo ocurriría en Islandia, igual que pasó con el Tratado de Lisboa y todo lo demás. Saben cómo hacerlo.
¿Y no siente que hay un proceso en marcha en Islandia por el que la gente está tomando conciencia, que está despertando?
Hay mucha gente activa, protestando, y muchas personas no están conformes con la situación. Pero ocurre exactamente igual que en el resto de los países: la mayoría está en su casa, sin hacer gran cosa.
La izquierda institucional está ahora en el Gobierno y debe haber un coste político por las medidas que están tomando. Supongo que en las bases de esos partidos ha habido una lucha, contradicciones, y que al mismo tiempo fuera de los partidos hay otra izquierda, hay movimientos sociales, personas que no están comprometidas con un partido, pero sí con una idea de transformación ¿Cuáles son los canales de comunicación, si es que hay alguno, entre esta izquierda institucional y las calles, las plazas y los colectivos que se autoorganizan para debatir estos temas?
Al interior de la Izquierda Verde ha habido una lucha muy intensa, porque las bases del partido están muy decepcionadas. Pero son incapaces de influir en los dirigentes. En la calle hay muchos movimientos sociales y grupos activos. El año pasado tuvimos una protesta que movilizó a 10.000 personas, el equivalente a 2 millones en España, proporcionalmente. El Gobierno se asustó un poco y prometió hacer algo, y después volvieron a romper su promesa, por lo que continuamos protestando. Así que me parece que mientras tengan el poder, seguirán haciendo lo que están haciendo. Aunque tengamos una protesta masiva, no cambia nada.
Esto comenzó como una crisis financiera, que derivó en una crisis económica y es ahora una crisis política del sistema. ¿Cree usted entonces que la solución pasa por un cambio de sistema? ¿Está eso en discusión en Islandia?
Creo que tiene que surgir un nuevo tipo de partido político que mantenga las ideas de la base, de los movimientos sociales. Porque los cuatro partidos que han estado en el poder en Islandia durante años y años están tan corruptos y apegados al sistema que dudo de que puedan cambiar nada. De forma que realmente necesitamos un partido que acceda al poder y cambie las cosas, o bien que suceda lo que ha sucedido en otros países, donde la gente toma las plazas y no las abandona hasta que el Gobierno hace lo que se le pide. Porque cuando protestas un día, durante un par de horas, y regresas a casa no tiene el mismo efecto que si tomas la plaza y permaneces hasta que hagan lo que les exiges.
¿Cómo resumiría la experiencia de Islandia, de modo que en Europa y en otros países podamos ver el resultado del proceso que ustedes han atravesado? ¿Cuál sería su mensaje hacia nosotros, en España, donde estamos justo empezando a sentir la presión política, los recortes, el asalto a nuestra Constitución, la transformación de todo lo que antes era un derecho en un privilegio?
Mi experiencia de Islandia, y tras leer también sobre otros países en Europa y la historia de Suramérica es que los bancos y los acreedores irán todo lo lejos que puedan. Avanzarán todo lo que nosotros les permitamos. La única manera de pararlos es impedirles que avancen más. Y eso significa, bueno, algún tipo de revolución. Ojalá pacífica. Pero de lo contrario, continuarán colocando la deuda sobre nuestras espaldas y recortando nuestro bienestar. Tenemos que pararlos. Es la única forma de hacerlo, tal como yo lo veo. No creo que acepten razonar ni dialogar. Es una cuestión de que tenemos que ser más poderosos que ellos, de forma que nos teman. Creo que es más o menos inútil hablar con ellos. De alguna manera, con un cambio en nuestra constitución, con un cambio en las leyes o con una revolución tenemos que devolver a la gente el poder de decidir.
NOTA:
A mediados de la pasada década, uno de los grandes bancos islandeses, Landsbanki, abrió una filial por Internet en el Reino Unido, Holanda y Alemania que tuvo un éxito fulgurante por los altos intereses que pagaba en una cuenta llamada Icesave. A principios de octubre de 2008, apenas 15 días después de la quiebra de Lehman Brothers, el Reino Unido detectó que los bancos islandeses estaban traspasando dinero de las cuentas británicas a Reikiavik y les aplicó la ley antiterrorista: congeló todos sus fondos.
Los bancos estaban sobreendeudados (sus activos suponían 12 veces el PIB), y esa decisión, junto a la crisis internacional, les llevó a la bancarrota. El Estado no los rescató. Los dejó caer, y posteriormente los nacionalizó e inyectó dinero para que siguieran operando, pero solo en Islandia. Londres y Ámsterdam pagaron a los depositantes de Icesave el 100% de los depósitos y desde entonces reclaman ese dinero, que supone un tercio del PIB islandés. El Gobierno defendía el "sí" en la consulta aduciendo que los activos del banco quebrado, cuando se liquiden, permitirán pagar la mayoría de la deuda. Los partidarios del no argumentaban que la gente no debería pagar por las locuras de sus bancos, y aducen que la legislación internacional -llena de sombras- no obliga a ningún país a asumir deudas astronómicas que sobrepasan con mucho el importe acumulado en los fondos de garantía. Los islandeses rechazaron en sendos referendos (celebrados en marzo de 2010 y en abril de 2011) la ley Icesave por la que el Gobierno habría transferido a Holanda y Reino Unido el importe de las indemnizaciones pagadas a los inversores en esos países.
9 de noviembre de 2011
RAJOY EN 1983
Rajoy muestra su ideología en dos artículos de 1983. No se la pierdan. Llamarlo nazi, se queda corto.
Mariano Rajoy Faro de Vigo 8-11-2011 a las 16:27
www.kaosenlared.net/noticia/rajoy-en-1983
Rajoy en 1983 era un franquista ( ¿todavía? ) y un lector de ideólogos del último franquismo como Gonzalo Fernández de la Mora y su libro "La envida igualitaria" según el cual los mejores hombres del país debían ocupar los mejores puestos del país, en un elitismo total, ignorando las críticas de la izquierda, puesto que esas críticas obedecían a su envidia que era también la fuerza que estaba detrás del ansia igualadora de la izquierda.
Es dudoso que los dirigentes del Partido Popular actual hayan "evolucionado" en su pensamiento político, lo más probable es que sigan siendo franquistas y elitistas en secreto, reservando su discurso políticamente correcto y curado de franquismo para las entrevistas oficiales y los mítines televisados.
Todos sabemos que cuando mande Rajoy, obligará a los obreros a producir más, dará más facilidades a los empresarios para despedirlos y volverá al desarrollismo salvaje de los años de Aznar, que es la única solución que entra en su cabeza para salir de esta crisis económica.
Ver los artículos con Rajoy en 1983 aquí:
IGUALDAD HUMANA Y MODELOS DE SOCIEDAD
Mariano Rajoy Brey (*)
(Diputado de AP. en el Parlamento gallego)
Uno de los tópicos más en boga en el momento actual en que el modelo socialista ha sido votado mayoritariamente en nuestra patria es el que predica la igualdad humana. En nombre de la igualdad humana se aprueban cualesquiera normas y sobre las más diversas materias: incompatibilidades, fijación de horarios rígidos, impuestos –cada vez mayores y más progresivos- igualdad de retribuciones…En ellas no se atiende a criterios de eficacia, responsabilidad, capacidad, conocimientos, méritos, iniciativa o habilidad: sólo importa la igualdad. La igualdad humana es el salvoconducto que todo lo permite hacer; es el fin al que se subordinan todos los medios.
Recientemente, Luis Moure Mariño ha publicado un excelente libro sobre la igualdad humana que paradójicamente lleva por título “La desigualdad humana”. Y tal vez por ser un libro “desigual” y no sumarse al coro general, no ha tenido en lo que ahora llaman “medios intelectuales” el eco que merece. Creo que estamos ante uno de los libros más importantes que se han escrito en España en los últimos años. Constituye una prueba irrefutable de la falsedad de la afirmación de que todos los hombres son iguales, de las doctrinas basadas en la misma y por ende de las normas que son consecuencia de ellas.
Ya en épocas remotas –existen en este sentido textos del siglo VI antes de Jesucristo- se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”, superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia: desde que Mendel formulara sus famosas “Leyes” nadie pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no sólo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación. Cuando en la fecundación se funde el espermatozoide masculino y el óvulo femenino, cada uno de ellos aporta al huevo fecundado –punto de arranque de un nuevo ser humano- sus veinticuatro cromosomas que posteriormente, cuando se producen las biparticiones celulares, se dividen en forma matemática de suerte que las células hijas reciben exactamente los mismos cromosomas que tenía la madre: por cada par de cromosomas contenido en las células del cuerpo, uno solo pasará a la célula generatriz, el paterno o el materno, de ahí el mayor o menor parecido del hijo al padre o a la madre. El hombre, después, en cierta manera nace predestinado para lo que habrá de ser. La desigualdad natural del hombre viene escrita en el código genético, en donde se halla la raíz de todas las desigualdades humanas: en él se nos han transmitido todas nuestras condiciones, desde las físicas: salud, color de los ojos, pelo, corpulencia…hasta las llamadas psíquicas, como la inteligencia, predisposición para el arte, el estudio o los negocios. Y buena prueba de esa desigualdad originaria es que salvo el supuesto excepcional de los gemelos univitelinos, nunca ha habido dos personas iguales, ni siquiera dos seres que tuviesen la misma figura o la misma voz.
Esta búsqueda de la desigualdad, tiene múltiples manifestaciones: en la afirmación de la propia personalidad, en la forma de vestir, en el ansia de ganar –es ciertamente revelador en este sentido la referencia que Moure Mariño al afán del hombre por vencer en una Olimpiada, por batir marcas, récords…-, en la lucha por el poder, en la disputa por la obtención de premios, honores, condecoraciones, títulos nobiliarios desprovistos de cualquier contrapartida económica…Todo ello constituye demostración matemática de que el hombre no se conforma con su realidad, de que aspira a más, de que busca un mayor bienestar y además un mejor bien ser, de que, en definitiva, lucha por desigualarse.
Por eso, todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de riquezas –porque como con tanta razón apunta Moure Mariño, la de inteligencia, carácter o la física no se pueden “Decretar” y establecen para ello normas como las más arriba citadas, cuya filosofía última, aunque se les quiera dar otro revestimento, es la de la imposición de la igualdad, son radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre, a su ser peculiar, a su afán de superación y progreso y por ello, aunque se llamen así mismos “modelos progresistas” constituyen un claro atentado al progreso, porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es el que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos, que la imposición de esa igualdad relajaría a cotas mínimas al privar a los más hábiles, a los más capaces, a los más emprendedores…de esa iniciativa más provechosa para todos que la igualdad en la miseria, que es la única que hasta la fecha de hoy han logrado imponer.
FARO DE VIGO, 4 de marzo de 1983
LA ENVIDIA IGUALITARIA
Mariano Rajoy Brey
Presidente de la Diputación de Pontevedra
Hace algunos meses “FARO DE VIGO” tuvo la gentiliza de acceder a la publicación de un artículo en el que comentábamos un libro a nuestro juicio apasionante. “”La desigualdad humana” de Luís Moure-Mariño. Hoy pretendemos descubrir otro libro no menos magistral que analiza con profusión de detalles y argumentos aquella afirmación y el consiguiente problema de la igualdad-desigualdad humana, pero que añade a este estudio el de otro tema no menos importante e íntimamente unido al primero, cual es el de la envidia, uno de los más graves y perniciosos de los pecados capitales. El libro lleva por título “La envidia igualitaria”. Su autor Gonzalo Fernández de la Mora. De entre sus pocas más de doscientas páginas, cuya lectura recomendamos a todos aquellos que quieran ampliar sus conocimientos sobre el hombre, destacaremos tres aspectos concretos y por encima de todo un mensaje general.
La primera parte de “La envidia igualitaria” tiene como objetivo básico, ampliamente logrado por cierto, el recopilar los escritos históricos sobre la envida. En ella se sintetizan los diversos estudios y opiniones que a lo largo de los tiempos ha provocado el pecado de la envidia. Desde los griegos hasta los contemporáneos pasando por los latinos, Sagrada Escritura, la patriótica, los medievales, los renacentistas, barrocos y modernos, todos los grandes pensadores han denunciado la malignidad de ese sentimiento.
En el segundo apartado del libro, Gonzalo Fernández de la Mora analiza de manera exhaustiva y profunda el problema de la envida –a la que define como “malestar que se siente ante una felicidad ajena, deseada, inalcanzable e inasimilable”-, de su utilización política (vaguedades como “la eliminación de las desigualdades excesivas”, “supresión de privilegios”, “redistribución”, “que paguen los que tienen más…” son utilizadas frecuentemente por los demagogos para así conseguir sus objetivos políticos), las defensas ante la misma (la huida, la simulación y la cortesía son medios de que tiene que valerse el “envidiado” para evitar el provocar el sentimiento), y la manera de superarla que es la autoperfección y la emulación.
Por último, el autor dedica unas brillantes páginas a demostrar el error en que incurren quienes a veces conscientemente y utilizando el sentimiento de la envida y otras sin valorar el alcance de sus aseveraciones, sostienen la opinión de que todos los hombres son iguales y en consecuencia tratan de suprimir las desigualdades: El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, color de la piel… y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político (“no hay sociedad sin jerarquía”), tampoco la de la autoridad (¿sería posible equiparar la autoridad de todos los miembros de un mismo gremio, por ejemplo, de todos los pintores o los cirujanos?), o la de la actividad (es difícil imaginar un ejército en el que todos fueran generales; o una universidad en la que todos fueran rectores), o la del premio, o la de oportunidades (las circunstancias, temporales, geográficas y familiares colocan inevitablemente a los individuos en situaciones más o menos favorables, nadie tiene la misma oportunidad mental, ni histórica, ni nacional: no es igual nacer en EE.UU. que en U.R.S.S.); ni siquiera la económica: “allí donde se ha implantado una cierta igualdad pecuniaria –mediante la nacionalización de los medios de producción, la abolición de la herencia, la supresión de las rentas del capital y la equiparación de casi todos los salarios- se han radicalizado las inevitables desigualdades de poder, creadores de desigualdades económicas quizá no monetarias, pero espectaculares. Aunque la cuenta corriente de Stalin no fuera superior a la del más mísero music, nadie podría afirmar la igualdad económica de ambos. Para imponer tal igualdad habría que eliminar el poder político, lo que es imposible”.
Pero si importantes son todas y cada una de estas ideas, individualmente consideradas, a todas ellas trasciende el mensaje, o la pretensión final del autor sobre la que entiendo todos los ciudadanos y particularmente los que asumen mayores responsabilidades en la sociedad, debemos reflexionar. Demostrada de forma indiscutible que la naturaleza, que es jerárquica, engendra a todos los hombres desiguales, no tratemos de explotar la envidia y el resentimiento para asentar sobre tan negativas pulsiones la dictadura igualitaria. La experiencia ha demostrado d de modo irrefragable que la gestión estatal es menos eficaz que la privada. ¿Qué sentido tienen pues las nacionalizaciones? Principalmente el de desposeer –vid. RUMASA-, o sea, el de satisfacer la envidia igualitaria. También es un hecho que la inversión particular es mucho más rentable no subsidiaria. Entonces ¿Por qué se insiste en incrementar la participación estatal en la economía? En gran medida, para despersonalizar la propiedad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria. Es evidente que la mayor parte del gasto público no crea capital social, sino que se destina al consumo. ¿Por qué, entonces, arrebatar con una fiscalidad creciente a la inversión privada fracciones cada vez mayores de sus ahorros? También para que no haya ricos para satisfacer la envidia igualitaria. Lo justo es cada ciudadano tribute en proporción a sus rentas. Esto supuesto, ¿por qué, mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria. Lo equitativo es que las remuneraciones sean proporcionales a los rendimientos. En tal caso ¿por qué se insiste en aproximar los salarios? Para que nadie gane más que otro y, de este modo, satisfacer la envidia igualitaria. El supremo incentivo para estimular la productividad son las primas de producción. ¿Por qué, entonces, se exige que los incrementos salariales sean lineales? Para castigar al más laborioso y preparado, con lo que se satisface la envidia igualitaria. Y así sucesivamente. Juan Ramón Jiménez lo denunció en su verso famoso “Lo quería matar porque era distinto”; y el poeta romántico Young dio en la diana cuando afirmó “todos nacemos originales y casi todos morimos copias”. Al revés de lo que propugnaban Rousseau y Marx la gran tarea del humanismo moderno es lograr que la persona sea libre por ella misma y que el Estado no la obligue a ser un plagio. Y no es bueno cultivar el odio sino el respeto al mejor, no el rebajamiento de los superiores, sino la autorrealización propia. La igualdad implica siempre despotismo y la desigualdad es el fruto de la libertad. La aprobación por nuestras Cortes Generales de algunas leyes como la última de la Función Pública constituye un claro ejemplo de igualdad impuesta pues pretende equiparar a quien por capacidad, trabajo y méritos son claramente desiguales y sólo va a servir para satisfacer ese gran mal que constituye la envidia igualitaria. Frente a ella sólo es posible la emulación jerárquica: hagamos caso de la sentencia de Saint-Exupery “Si difiero de ti, en lugar de lesionarte te aumento”.
FARO DE VIGO, 24 de julio de 1984
Mariano Rajoy Faro de Vigo 8-11-2011 a las 16:27
www.kaosenlared.net/noticia/rajoy-en-1983
Rajoy en 1983 era un franquista ( ¿todavía? ) y un lector de ideólogos del último franquismo como Gonzalo Fernández de la Mora y su libro "La envida igualitaria" según el cual los mejores hombres del país debían ocupar los mejores puestos del país, en un elitismo total, ignorando las críticas de la izquierda, puesto que esas críticas obedecían a su envidia que era también la fuerza que estaba detrás del ansia igualadora de la izquierda.
Es dudoso que los dirigentes del Partido Popular actual hayan "evolucionado" en su pensamiento político, lo más probable es que sigan siendo franquistas y elitistas en secreto, reservando su discurso políticamente correcto y curado de franquismo para las entrevistas oficiales y los mítines televisados.
Todos sabemos que cuando mande Rajoy, obligará a los obreros a producir más, dará más facilidades a los empresarios para despedirlos y volverá al desarrollismo salvaje de los años de Aznar, que es la única solución que entra en su cabeza para salir de esta crisis económica.
Ver los artículos con Rajoy en 1983 aquí:
IGUALDAD HUMANA Y MODELOS DE SOCIEDAD
Mariano Rajoy Brey (*)
(Diputado de AP. en el Parlamento gallego)
Uno de los tópicos más en boga en el momento actual en que el modelo socialista ha sido votado mayoritariamente en nuestra patria es el que predica la igualdad humana. En nombre de la igualdad humana se aprueban cualesquiera normas y sobre las más diversas materias: incompatibilidades, fijación de horarios rígidos, impuestos –cada vez mayores y más progresivos- igualdad de retribuciones…En ellas no se atiende a criterios de eficacia, responsabilidad, capacidad, conocimientos, méritos, iniciativa o habilidad: sólo importa la igualdad. La igualdad humana es el salvoconducto que todo lo permite hacer; es el fin al que se subordinan todos los medios.
Recientemente, Luis Moure Mariño ha publicado un excelente libro sobre la igualdad humana que paradójicamente lleva por título “La desigualdad humana”. Y tal vez por ser un libro “desigual” y no sumarse al coro general, no ha tenido en lo que ahora llaman “medios intelectuales” el eco que merece. Creo que estamos ante uno de los libros más importantes que se han escrito en España en los últimos años. Constituye una prueba irrefutable de la falsedad de la afirmación de que todos los hombres son iguales, de las doctrinas basadas en la misma y por ende de las normas que son consecuencia de ellas.
Ya en épocas remotas –existen en este sentido textos del siglo VI antes de Jesucristo- se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”, superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia: desde que Mendel formulara sus famosas “Leyes” nadie pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no sólo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación. Cuando en la fecundación se funde el espermatozoide masculino y el óvulo femenino, cada uno de ellos aporta al huevo fecundado –punto de arranque de un nuevo ser humano- sus veinticuatro cromosomas que posteriormente, cuando se producen las biparticiones celulares, se dividen en forma matemática de suerte que las células hijas reciben exactamente los mismos cromosomas que tenía la madre: por cada par de cromosomas contenido en las células del cuerpo, uno solo pasará a la célula generatriz, el paterno o el materno, de ahí el mayor o menor parecido del hijo al padre o a la madre. El hombre, después, en cierta manera nace predestinado para lo que habrá de ser. La desigualdad natural del hombre viene escrita en el código genético, en donde se halla la raíz de todas las desigualdades humanas: en él se nos han transmitido todas nuestras condiciones, desde las físicas: salud, color de los ojos, pelo, corpulencia…hasta las llamadas psíquicas, como la inteligencia, predisposición para el arte, el estudio o los negocios. Y buena prueba de esa desigualdad originaria es que salvo el supuesto excepcional de los gemelos univitelinos, nunca ha habido dos personas iguales, ni siquiera dos seres que tuviesen la misma figura o la misma voz.
Esta búsqueda de la desigualdad, tiene múltiples manifestaciones: en la afirmación de la propia personalidad, en la forma de vestir, en el ansia de ganar –es ciertamente revelador en este sentido la referencia que Moure Mariño al afán del hombre por vencer en una Olimpiada, por batir marcas, récords…-, en la lucha por el poder, en la disputa por la obtención de premios, honores, condecoraciones, títulos nobiliarios desprovistos de cualquier contrapartida económica…Todo ello constituye demostración matemática de que el hombre no se conforma con su realidad, de que aspira a más, de que busca un mayor bienestar y además un mejor bien ser, de que, en definitiva, lucha por desigualarse.
Por eso, todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de riquezas –porque como con tanta razón apunta Moure Mariño, la de inteligencia, carácter o la física no se pueden “Decretar” y establecen para ello normas como las más arriba citadas, cuya filosofía última, aunque se les quiera dar otro revestimento, es la de la imposición de la igualdad, son radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre, a su ser peculiar, a su afán de superación y progreso y por ello, aunque se llamen así mismos “modelos progresistas” constituyen un claro atentado al progreso, porque contrarían y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es el que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos, que la imposición de esa igualdad relajaría a cotas mínimas al privar a los más hábiles, a los más capaces, a los más emprendedores…de esa iniciativa más provechosa para todos que la igualdad en la miseria, que es la única que hasta la fecha de hoy han logrado imponer.
FARO DE VIGO, 4 de marzo de 1983
LA ENVIDIA IGUALITARIA
Mariano Rajoy Brey
Presidente de la Diputación de Pontevedra
Hace algunos meses “FARO DE VIGO” tuvo la gentiliza de acceder a la publicación de un artículo en el que comentábamos un libro a nuestro juicio apasionante. “”La desigualdad humana” de Luís Moure-Mariño. Hoy pretendemos descubrir otro libro no menos magistral que analiza con profusión de detalles y argumentos aquella afirmación y el consiguiente problema de la igualdad-desigualdad humana, pero que añade a este estudio el de otro tema no menos importante e íntimamente unido al primero, cual es el de la envidia, uno de los más graves y perniciosos de los pecados capitales. El libro lleva por título “La envidia igualitaria”. Su autor Gonzalo Fernández de la Mora. De entre sus pocas más de doscientas páginas, cuya lectura recomendamos a todos aquellos que quieran ampliar sus conocimientos sobre el hombre, destacaremos tres aspectos concretos y por encima de todo un mensaje general.
La primera parte de “La envidia igualitaria” tiene como objetivo básico, ampliamente logrado por cierto, el recopilar los escritos históricos sobre la envida. En ella se sintetizan los diversos estudios y opiniones que a lo largo de los tiempos ha provocado el pecado de la envidia. Desde los griegos hasta los contemporáneos pasando por los latinos, Sagrada Escritura, la patriótica, los medievales, los renacentistas, barrocos y modernos, todos los grandes pensadores han denunciado la malignidad de ese sentimiento.
En el segundo apartado del libro, Gonzalo Fernández de la Mora analiza de manera exhaustiva y profunda el problema de la envida –a la que define como “malestar que se siente ante una felicidad ajena, deseada, inalcanzable e inasimilable”-, de su utilización política (vaguedades como “la eliminación de las desigualdades excesivas”, “supresión de privilegios”, “redistribución”, “que paguen los que tienen más…” son utilizadas frecuentemente por los demagogos para así conseguir sus objetivos políticos), las defensas ante la misma (la huida, la simulación y la cortesía son medios de que tiene que valerse el “envidiado” para evitar el provocar el sentimiento), y la manera de superarla que es la autoperfección y la emulación.
Por último, el autor dedica unas brillantes páginas a demostrar el error en que incurren quienes a veces conscientemente y utilizando el sentimiento de la envida y otras sin valorar el alcance de sus aseveraciones, sostienen la opinión de que todos los hombres son iguales y en consecuencia tratan de suprimir las desigualdades: El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, color de la piel… y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político (“no hay sociedad sin jerarquía”), tampoco la de la autoridad (¿sería posible equiparar la autoridad de todos los miembros de un mismo gremio, por ejemplo, de todos los pintores o los cirujanos?), o la de la actividad (es difícil imaginar un ejército en el que todos fueran generales; o una universidad en la que todos fueran rectores), o la del premio, o la de oportunidades (las circunstancias, temporales, geográficas y familiares colocan inevitablemente a los individuos en situaciones más o menos favorables, nadie tiene la misma oportunidad mental, ni histórica, ni nacional: no es igual nacer en EE.UU. que en U.R.S.S.); ni siquiera la económica: “allí donde se ha implantado una cierta igualdad pecuniaria –mediante la nacionalización de los medios de producción, la abolición de la herencia, la supresión de las rentas del capital y la equiparación de casi todos los salarios- se han radicalizado las inevitables desigualdades de poder, creadores de desigualdades económicas quizá no monetarias, pero espectaculares. Aunque la cuenta corriente de Stalin no fuera superior a la del más mísero music, nadie podría afirmar la igualdad económica de ambos. Para imponer tal igualdad habría que eliminar el poder político, lo que es imposible”.
Pero si importantes son todas y cada una de estas ideas, individualmente consideradas, a todas ellas trasciende el mensaje, o la pretensión final del autor sobre la que entiendo todos los ciudadanos y particularmente los que asumen mayores responsabilidades en la sociedad, debemos reflexionar. Demostrada de forma indiscutible que la naturaleza, que es jerárquica, engendra a todos los hombres desiguales, no tratemos de explotar la envidia y el resentimiento para asentar sobre tan negativas pulsiones la dictadura igualitaria. La experiencia ha demostrado d de modo irrefragable que la gestión estatal es menos eficaz que la privada. ¿Qué sentido tienen pues las nacionalizaciones? Principalmente el de desposeer –vid. RUMASA-, o sea, el de satisfacer la envidia igualitaria. También es un hecho que la inversión particular es mucho más rentable no subsidiaria. Entonces ¿Por qué se insiste en incrementar la participación estatal en la economía? En gran medida, para despersonalizar la propiedad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria. Es evidente que la mayor parte del gasto público no crea capital social, sino que se destina al consumo. ¿Por qué, entonces, arrebatar con una fiscalidad creciente a la inversión privada fracciones cada vez mayores de sus ahorros? También para que no haya ricos para satisfacer la envidia igualitaria. Lo justo es cada ciudadano tribute en proporción a sus rentas. Esto supuesto, ¿por qué, mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria. Lo equitativo es que las remuneraciones sean proporcionales a los rendimientos. En tal caso ¿por qué se insiste en aproximar los salarios? Para que nadie gane más que otro y, de este modo, satisfacer la envidia igualitaria. El supremo incentivo para estimular la productividad son las primas de producción. ¿Por qué, entonces, se exige que los incrementos salariales sean lineales? Para castigar al más laborioso y preparado, con lo que se satisface la envidia igualitaria. Y así sucesivamente. Juan Ramón Jiménez lo denunció en su verso famoso “Lo quería matar porque era distinto”; y el poeta romántico Young dio en la diana cuando afirmó “todos nacemos originales y casi todos morimos copias”. Al revés de lo que propugnaban Rousseau y Marx la gran tarea del humanismo moderno es lograr que la persona sea libre por ella misma y que el Estado no la obligue a ser un plagio. Y no es bueno cultivar el odio sino el respeto al mejor, no el rebajamiento de los superiores, sino la autorrealización propia. La igualdad implica siempre despotismo y la desigualdad es el fruto de la libertad. La aprobación por nuestras Cortes Generales de algunas leyes como la última de la Función Pública constituye un claro ejemplo de igualdad impuesta pues pretende equiparar a quien por capacidad, trabajo y méritos son claramente desiguales y sólo va a servir para satisfacer ese gran mal que constituye la envidia igualitaria. Frente a ella sólo es posible la emulación jerárquica: hagamos caso de la sentencia de Saint-Exupery “Si difiero de ti, en lugar de lesionarte te aumento”.
FARO DE VIGO, 24 de julio de 1984
1 de noviembre de 2011
CÓMO EL TEA PARTY APOYA AL MOVIMIENTO OCUPA WALL STREET
Philippe Grasset. Dedefensa.org. Reproducido y traducido al castellano por DISIDENCIA (http://la-disidencia.blogspot.com/)
Karl Denninger. Fundador del Tea Party y amigo de los "indignados" USA
La identificación y caracterización de las relaciones digamos "objetivas" entre el Tea Party y Ocupa Wall Street (OWS) constituyen un gran misterio en la saga actual cuyas dimensiones son épicas y globales (en la actualidad, la Revolución debe ser mundial, o al menos de gran alcance). Ambos movimientos, en general muy poco organizados, ¿son antagónicos, indiferentes, complementarios? Cabe señalar, tal y como nos señaló un lector y amigo servicial, la muy interesante intervención de Slavoj Zizek en Ocupa Wall Street, en particular la parte reportada por HuffingtonPost.com el 10 de octubre 2011: "Zizek aconsejó a la gente mirar al movimiento del Tea Party como un movimiento hermano - "Pueden parecer estúpidos, pero no los veáis como el enemigo", dijo . (Véase también la transcripción de la alocución de Zizek sobre el tema: "Tened cuidado, no os enamoréis de vosotros mismos”...)
Russia Today ha propuesto que se debería interrogar a Karl Denninger acerca de esta relación entre Ocupa Wall Street y el Tea Party. Dicho y hecho… El 14 de octubre de 2011 Russia Today entrevistó a Karl Denninger, que es uno de los fundadores del mismo ¿Sorpresa? Denninger apoya el movimiento Ocupa Wall Street (OWS).
¿Es correcto hacer comparaciones entre los dos grupos? Denninger dice que hasta cierto punto, las comparaciones son correctas. El movimiento Ocupa, sin embargo, puede aprender de algunos de los errores en los que según su opinión, incurrió el Tea Party. "El problema con las protestas es que es muy fácil para los políticos, no importa cuán grande sea la protesta, esperar simplemente a que la gente se vuelva a su casa", dice Denninger. "Entonces los políticos pueden ignorar a la gente.”
»Siendo tan grandes los problemas que afectan a los estadounidenses, sin embargo, dijo Denninger, es lógico que muchos ciudadanos se estén uniendo al movimiento. Denninger reconoció que muchos ciudadanos de Estados Unidos han perdido sus trabajos y hogares, y han visto el desplome de la bolsa dos veces en cuestión de pocos años. "La gente dice, '¿Sabes qué? Sé que me han jodido por todo esto; no sé cómo lo hicieron. Sólo sé que sucedió. Y todo vino de Nueva York y Washington DC’. "
Siendo el movimiento Ocupa Wall Street tan amplio como es, algunos críticos dicen que el caos y la falta de objetivos sólidos podría suponer la caída del movimiento. Denninger dice, sin embargo, que esto podría constituir una ventaja. Y como el movimiento se extiende de costa a costa y ahora también por el extranjero tal vez está en lo cierto. "Una de las cosas que el movimiento Ocupa Wall Street parece tener a su favor es que todavía no ha cambiado de dirección ni ha emitido exigencias formales y concretas", dijo Denninger. "Esta es una buena cosa, no mala. Todo el mundo está buscando un conjunto de demandas ". Denninger añadió que en el momento en que los manifestantes presenten formalmente a los bancos y el gobierno una lista de reivindicaciones," entonces alguien dirá: 'Bueno, os damos un 70 por ciento. Ahora iros a casa '".
»En el caso del Tea Party, Denninger opina que en realidad cualquier tipo de organización supondría la caída del grupo. "Una de las cosas que queríamos era el fin de los rescates a los bancos y acabar con el gasto público del Estado, y como se puede ver ello no ha ocurrido", dijo Denninger, que hoy gestiona el Ticker Market. Denninger agregó que los manifestantes de Ocupa Wall Street y sus vástagos de todo el mundo no deberían solo abandonar sus objetivos."Quedaos tan sólo con el mensaje siguiente: la corrupción no se da sólo en casos aislados", dijo. "El problema no se puede enfocar en un solo lugar. Hay que sacar el dinero de la política, lo cual es muy difícil de hacer, pero al mismo tiempo no se puede silenciar la voz de la gente. "
Denninger no está contra el movimiento Occupa Wall Street, cuyas reivindicaciones apoyaba el auténtico Tea Party. Está amargado desde hace mucho tiempo porque piensa que el Tea Party, el cual, en su momento, marchó también hacia la conquista de Wall Street, fue asesinado “ hace mucho tiempo ". (En Russia Today también, hace un año, el 22 de octubre de 2010).
El grupo Tea Party de Estados Unidos se ha convertido en una pesadilla para su fundador. Era originariamente un movimiento contra la corrupción y el gasto público, pero ahora ha pasado a centrarse en tres temas: "armas de fuego, gays y Dios." "Todo comenzó con el rescate de Bear Sterns. Entonces un puñado de personas de los nuestros, alrededor de una docena, se manifestaron en Wall Street", dijo Karl Denninger, fundador del Tea Party y Ticker Market. La intención era protestar contra el corporativismo excesivo y la corrupción y exigir al gobierno que mantuviera sus promesas de cambio.”“En cosa de un mes se convirtió en partido y fue asimilado por el grupo Republicano ", dijo. "Y todo se convirtió en armas, Dios, y gays. Que no niego sean grandes temas, pero eso no es lo que nos propusimos en un principio. "[...]" Ninguno de los así llamados candidatos del Tea Party ha dicho nada sobre esto ", dijo Denninger. "El lema que adoptamos originariamente fue" detener el saqueo y empezar a procesar “ (‘stop the looting and start the prosecuting’ ) y ahora no puedo encontrar ninguno de estos supuestos candidatos del Tea Party dispuestos a salir y decir eso en público. "
De estas manifestaciones [aparecidas en la entrevista del Russia Today] en primer lugar se puede inferir un desorden y confusión extremos: tanto respecto al historial, destino y actividad del Tea Party, como de la táctica de Occupy Wall Street en relación al Tea Party etcétera. Pero también podemos darnos cuenta de que este desorden y esta confusión favorecen este tipo de movimientos, diríamos, según la famosa frase, “sin su conocimiento y con su total aprobación". La descripción de Denninger sobre el destino de Tea Party es objetivamente falsa, no sólo en cuanto a la realidad de las situaciones sino también en cuanto los resultados obtenidos.
No ha sido el partido Republicano el que fagocitó al Tea Party; más bien al contrario, ha sido el extremismo desestabilizador y desestructurador (ídem, antisistema) del Tea Party el que literalmente ha infectado el Partido Republicano, el que lo ha subvertido, el que lo ha convertido en una máquina de guerra involuntaria e inconsciente (“sin su conocimiento y con su total aprobación”, por supuesto) contra su propio sistema monolítico. Es el que, de un cierto modo ha quebrantado el " partido único " a causa de su aversión al funcionamiento del poder en USA basado en la oposición salvaje entre sus dos alas republicana-demócrata. Pero comprendemos la amargura de Denninger: este resultado no era un objetivo para él, que quería reformas verdaderas bajo la presión exterior de Tea Party. El caso es que Denninger es un buen ciudadano USA que todavía cree en el sueño americano, y que piensa que el Sistema puede ser reformado sin ser destruido, - afirmación que no se corresponde en absoluto con nuestra opinión, porque como es sabido pensamos que hace falta que el Sistema sea destruido y, por consiguiente, el poder USA en primer lugar- . Por tanto, Denninger es desgraciado, lo cual nos entristece, y el Tea Party cumplió su oficio, lo cual nos satisface.
La idea implícita en la intervención de Denninger, es decir que, objetivamente, Ocupa Wall Street puede seguir la misma vía que el Tea Party original y que ambos movimientos son complementarios cronológicamente, es bastante exacta. Denninger aprueba la táctica estructural de OWS, que es quedarse sobre sus posiciones y bajo sus tiendas en Wall Street, rechazar las ofertas implícitas de colaboración con el Sistema, evitar ser precisa en sus reivindicaciones, funcionar sin dirigentes identificados etcétera. (Hemos definido a menudo esta táctica, que estaba ya presente, de facto, en el Tea Party, táctica que difería de la orientación racional que querían darle dirigentes como Denninger; una vez más, el hecho de que el Tea Party escapara de esta racionalidad ha sido lo que ha suscitado su eficacia y éxito).
La diferencia es que OWS, gracias al Tea Party, constituye una etapa más allá de la acción del Tea Party a causa del trabajo "inconsciente" que ha ido realizando. Está en una posición de fuerza porque ha encontrado un " Momento psicológico ", ampliamente preparado no por el programa de dicho partido sino por la tensión psicológica impuesta por el Tea Party. De hecho, ambos movimientos piensan que sus " misiones históricas " son necesariamente antisistema. Deben mucho a la dinámica antisistema, la cual han alimentado ampliamente. La posición de OWS nos conduce a pensar que la postura antisistema está enormemente extendida en USA. Los acontecimientos están muy próximos al descontrol total: ¿fracasarán o no? Pregunta formulada, pero las semanas próximas (posiblemente los días próximos, dirían los impacientes, pero hay que ser prudentes) serán interesantes. En cuanto a la campaña presidencial de 2012, será digna de seguir porque aquello que suceda en las semanas próximas, constituirá un potencial formidable y explosivo que se irá amontonando en este corazón del Sistema que es el proceso político fundamental (la elección del presidente) del sistema americano.
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