21 de junio de 2016

EL DESMANTELAMIENTO DE LA EDUCACIÓN SOVIÉTICA EN LA RUSIA ACTUAL

Movimiento Político de Resistencia


El sociólogo y periodista Stanislav Chinkov publica (*) una interesante reflexión sobre el desmantelamiento del sistema educativo soviético a partir de 1990 y la emergencia de una “nueva”ideología, adaptada a las necesidades del capitalismo ruso.

Cuando alguien pretende analizar la ideología dominante, escribe Chinkov, debe comenzar por la enseñanza. En tiempos de la Perestroika (1985-1990) lo primero que cambió fue el sistema educativo. Gorbachov inició una “reforma educativa” con el pretexto de que la heredada de los tiempos soviéticos estaba “ideologizada”.

Los máximos responsables de propaganda del PCUS comenzaron a sostener que el sistema educativo soviético se había quedado anticuado y que la educación debía limitarse a impartir conocimientos científicos.

Cuando una sociedad se organiza para satisfacer necesidades colectivas, necesita una determinada ideología; por el contrario, cuando su objetivo es obtener el máximo lucro, como en la actualidad, la ideología es bien diferente, afirma Chinkov.

Lo mismo que otras repúblicas ex-soviéticas, en 1990 Rusia llega al capitalismo con una determinada correlación de fuerzas internacionales y un reparto de los mercados mundiales, por lo que sectores completos de la producción se liquidan para concentrarse en la exportación de materias primas.

El desmantelamiento de la enseñanza soviética no se impuso con rapidez y, en muchos aspectos, aún subsiste. Se trataba de una educación de masas y, al mismo tiempo, de calidad cuya erradicación era costosa y Rusia padecía una escasez de recursos o, por decirlo de otra manera, Rusia tenía dinero, pero no se lo podía gastar en educación. Aparecieron otras prioridades.

Por falta de presupuesto, durante muchos años se conservaron los viejos programas y los viejos manuales de la época soviética, hasta que llegaron los mecenas occidentales, como Soros, para que los libros soviéticos ardieran en la hoguera y se introdujeran otro tipo de materiales didácticos, “modernos” y “occidentales”. Lo llamaron “renovación de la enseñanza humanista en Rusia” y uno de sus primeros objetivos fue estimular la espiritualidad, el nacionalismo eslavo, así como ese positivismo estúpido que impera en las universidades occidentales.

Para hacerse una idea de la campaña de idiotización, en unas declaraciones públicas el alcalde de Kazan dijo que estaba escandalizado porque en las escuelas rusas aún se siguiera enseñando la teoría de la evolución, como  en los tiempos soviéticos, cuando los estudiantes deberían leer el Génesis, o el alcalde Kaliningrado, para quien un coche arde porque dios así lo ha querido, como consecuencia de los pecados cometidos por su propietario.

Ahora el Estado financia las fiestas religiosas y los políticos van a la iglesia para que los ciudadanos hagan lo propio, lo cual ha sido un rotundo fracaso: sólo el 3 por ciento acude a la iglesias durante las fiestas religiosas.

Pero el Estado se empeña en imponer el oscurantismo en el terreno de la educación y la ciencia. Recientemente en la cadena “científica” 2.0, una emisión hablaba de las singulares propiedades de las velas eclesiásticas. Descubrieron que la cera, el material con el que se fabrican las velas, es un aislante dieléctrico y que los curas lo hacen con la composición exacta. Cuando la cera se ablanda se produce un “electreto” que crea un campo eléctrico gélido. Tras la combustión se desprenden electrones, por lo que los creyentes comprueban entonces el bienestar y la bondad, porque se trata de un proceso terapéutico.

En una sociedad acostumbrada a la divulgación científica, la emisión causó un enorme escándalo, y la dirección de la cadena tuvo que disculparse: la emisión de había producido “por accidente”.

Otro “accidente” lo causó Rusatom, la agencia rusa de energía atómica, con el título “El programa nuclear de la URSS”, uno de cuyos capítulos se titulaba “Serafín El Bienhechor y el arma nuclear” y decía que si Serafín, el nombre de un ángel del paraíso, no hubiera permitido la fabricación de la bomba atómica, jamás se hubiera fabricado.

Son las consecuencias de la “desideologización” y el renacimiento de la espiritualidad para que los rusos vuelvan a caer en las zarpas de los obispos ortodoxos. En palabras del antiguo ministro Furcenko, el objetivo de la reforma educativa es crear “consumidores competentes”, para lo cual hay que simplificar el programa, evitar la creatividad e impedir que las personas puedan desempañar tareas distintas. Cada persona debe cumplir una función bien definida y no pretender ir más allá.

En el terreno social, el viceprimer ministro Chuvalov preguntó lo siguiente: “¿Estamos dispuestos a cerrar bruscamente, brutalmente, como se ha hecho en ciertos países de la CEI, centros de salud, dispensarios, hospitales de distrito en los rincones más remotos del país?, ¿estamos dispuestos a cerrar totalmente las escuelas? Seguro que no. Ni el presidente, ni la Duma lo permitirán porque la gente no está dispuesta a eso. Pero resultaría eficaz desde el punto de vista económico, desde el punto de vista del buen sentido”.

¿A qué llama “buen sentido” el viceprimer ministro? Es evidente que a la política económica de recortes que implementa el gobierno.

Ahora en las escuelas rusas hay materias que se imparten gratuitamente y otras que son de pago. Es un primer paso para que la gente se vaya acostumbrando a pagar por lo que antes era completamente gratuito y también para que se acostumbren a la discriminación, a que unos tienen más prestaciones que otros. Al final todo acabará siendo “de calidad”, es decir, de pago y el que no pueda pagarlo se quedará sin nada.

Habrá un horario reducido de materias tales como física, química o literatura, al tiempo que aumentará el número de horas dedicadas a la gimnasia o a esa nueva asignatura que llaman “patriotismo” desde hace un tiempo. En algunos centros experimentales ya sólo hay un horario reducido para materias como matemáticas o ruso.

El gobierno ruso está empeñado en reducir la calidad de la enseñanza. En 1990 la clasificación de la UNESCO ponía a la URSS en el tercer puesto de países por su nivel educativo; en 2012 ya ha descendido hasta el puesto 35 y sigue cuesta abajo porque aún no ha tocado fondo.

La educación ya no se mide por su calidad intrínseca sino por la productividad del docente. Es eficaz aquel que puede impartir varias materias diferentes al mismo tiempo en aulas sobrecargadas (cuantos más alumnos mejor), a fin de suprimir aquellos institutos que son “ineficaces”, lo cual ha empezado por las regiones rurales, donde se ha reducido el número de docentes y de cursos, obligando a impartir varias clases simultáneamente.

Rusia está cerrando escuelas masivamente mientras abre iglesias también de forma masiva. Como consecuencia del“renacimiento de la espiritualidad” en 15 años se han abierto más de 20.000 iglesias ortodoxas y se han cerrado 23.000 centros escolares.

En las escuelas pretende introducir abiertamente la religión, a pesar de la prohibición expresa de la ley. Se han creado cursos llamados de “cultura ortodoxa” que, como muestran los vídeos, no son otra cosa que propaganda religiosa dirigida por el sacerdote Kuraev.

Pero como Rusia es un país multinacional y multireligioso se ha producido un hecho significativo al permitir que los alumnos pudieran optar: la mayoría no tomó la decisión que el gobierno esperaba, por lo que los problemas se acumularon y al final eliminaron la posibilidad de elegir.

La jerarquía ortodoxa actúa como un grupo de presión para imponer la propaganda religiosa en las escuelas, sin ningún tipo de posibilidad de elegir algo diferente. Por lo demás, la religión se está imponiendo en otro tipo de disciplinas como literatura, historia o educación para la ciudadanía. Un ejemplo es el manual de educación para la ciudadanía de Gurevich aprobado en 2014, donde se puede leer lo siguiente:

Nosotros somos mortales. Pero la historia conoce excepciones a esa regla. La fecha de la muerte de Cristo se borró por el milagro de la Resurrección. Esta vida extraordinaria se sale de los límites impuestos al hombre, refutando a lo que estamos acostumbrados a considerar como una de las leyes más indiscutibles de la naturaleza”.

Gurevich es el mismo cretino que en la época soviética redactaba los manuales contra la religión y el oscurantismo. Es un tipo de persona de los que aún se conservan varios en la Rusia actual, sumisos con la autoridad como perritos falderos de quien tenga la sartén por el mango;“comunistas” que en 1990 hicieron su propia perestroika, primero como apóstoles de los soviets, luego del neoliberalismo, después de la religión y finalmente de lo que venga por delante. Son capaces de redactar manuales de esto y de lo otro, varios al mismo tiempo, diciendo una cosa y luego la contraria, verdaderos camaleones de la “pedagogía”.

En sus incendiarias “Pequeñas historias de una cotilla del Kremlin” la periodista Elena Tregubova afirma que los funcionarios rusos han acabado por considerar que la “idea nacional” de la que tanto se hablaba en los tiempos de Yeltsin era el capitalismo “popular” y la “igualdad de oportunidades”.

Ahora esos mismos funcionarios hablan de “patriotismo”, un tipo de propaganda que ya circula pero de la que ahora se pretende extraer toda su fuerza gracias a la popularidad creciente de Putin, convertido en verdadero icono de los patriotas.

La recomendación es que la enseñanza de la historia se sustente en las Sagradas Escrituras, en la Revelación, en el amor a la patria y a su lengua. La historia es la ejecución de la voluntad de dios para el mundo y la humanidad. Según los manuales, la creación, la expulsión del paraíso y la resurrección de Jesucristo son los hechos fundadores de la historia y la vida de Jesucristo fue un viraje en la historia de la humanidad.

De las Sagradas Escrituras, los manuales pasan al patriotismo, según el cual Dios creó las naciones por separado para el desempeño de objetivos que son propios de cada una de ellas. Además de la enseñanza de la lengua materna, la única manera de que los rusos se amen los unos a los otros es la enseñanza patriótica de la historia nacional.

Por eso, se ha erradicado de la historia de Rusia el socialismo y la URSS, reconvertido en un periodo totalitario, estigmatizado como misántropo, enemigo de la humanidad y del que sólo se rescatan la carrera espacial y la Gran Guerra Patriótica, realizaciones que fueron posibles “a pesar del comunismo” y no gracias a él.

Por el contrario, el zar Alejandro II fue un “libertador” y Nicolás II un “mártir”. La etapa de la vieja Rusia imperial fue una época dorada en la que la población vivía felizmente, hasta que llegaron los bolcheviques, causando una revolución sanguinaria.

Naturalmente que en Rusia son muchos los que se oponen a este tipo de relatos fantásticos. Pero los científicos son allá tan simplones como acá y dicen que el problema es siempre la falta de medios y de presupuestos, como si el dinero y la contabilidad no tuvieran nada que ver con la política, con el Estado y con el poder.

El núcleo de la cuestión, según Chinkov, es que se ha desmantelado la organización científica de la sociedad, lo cual es lógico si quiere “optimizarla”. Se ha eliminado la organización científica del trabajo, la del ocio e incluso la de las enfermedades graves. Hoy la ciencia se organiza en torno al interés estricto de un determinado grupo, que es la clase dirigente, cuyo objetivo principal es el beneficio puro y simple. Del mismo modo, el interés de los científicos también es el beneficio.

En la Rusia actual, incluso cuando se produce un progreso real para la humanidad, no se pone al alcance de todos sino de los que más dinero tienen. Cuando se mantienen las relaciones mercantiles y la ciencia depende de una financiación que privilegia proyectos rentables, es muy poco probable que la sociedad apoye a la Academia de Ciencias de Rusia o a cualquier otra institución parecida. Es necesario que la ciencia no sea dirigida por el beneficio sino por las necesidades de la sociedad, concluye Chinkov.


16 de junio de 2016

EL FASCISMO VUELVE: CON HITLER, EN LA CERVECERÍA

Xavier Terrades. El viejo topo

La extrema derecha europea se reorganiza, se pone al día, actualiza su discurso, intentando aumentar su influencia entre los ciudadanos arrojados a las cunetas sociales por la nueva voracidad capitalista, que, mientras despoja derechos, impone salarios de hambre, condena a los jubilados a pensiones miserables, limita huelgas, intenta destruir los sindicatos obreros, extiende también las ráfagas del miedo al futuro, arrebatando a inmigrantes y refugiados la condición de víctimas objetivas de las guerras capitalistas y de la acción imperial de Estados Unidos y sus aliados europeos, para otorgarles la máscara infame de invasores que llaman a las puertas de Europa, de musulmanes terroristas y de africanos indeseables. Y esos nuevos destacamentos fascistas empiezan a cubrirse, en todo el continente, con las banderas de cada país: porque ellos son los verdaderos griegos, los auténticos finlandeses, los legítimos alemanes, los acreditados franceses, los innegables austriacos.

En Hungría y en Polonia, en Dinamarca y en Holanda, en Austria y en Finlandia, en Estonia y en Eslovaquia, en Lituania y en Grecia, en Letonia y en Alemania, la extrema derecha aumenta su influencia, indagando en los fermentos del miedo y de las viejas identidades patrióticas para construir un nuevo lenguaje que les permita acumular el patrimonio del espanto ante la nueva pobreza, y del miedo ante la invasión de gentes extrañas que esperan ante las fronteras de Europa. La Polonia de Kaczyński se apodera de todos los resortes del país, y, fiel atlantista, introduce en las escuelas polacas la rectitud sombría del catolicismo más estricto, represor y penitente, junto a la nueva sabiduría de la bondad de la OTAN, para que los niños polacos aprendan que la seguridad depende de la posesión de las armas, del discurso guerrero que postula acumular más soldados en el Este; que el patriotismo pasa por acoger tropas extranjeras, soldados norteamericanos que harán frente a la eterna amenaza de Moscú. Los niños polacos ya tienen los materiales escolares para acoger a la OTAN, para aprender a querer a los marines, para estar en guardia permanente y alejar para siempre la tentación de la vieja comuna polaca, como califica la extrema derecha de Kaczyński a los años socialistas en Polonia. Las librerías tienen también esos materiales, y los maestros deberán llenar de patriotismo los días escolares, hacerles comprender que las armas son imprescindibles, enseñar a los niños que la soberanía polaca requiere tener en casa a esos extraños militares del otro lado del mundo. Esa es la nueva garra fascista, que empieza a mostrarse en Polonia.

Pero no es sólo Polonia. En todos los países europeos, los nuevos fascistas se visten con los ropajes patrióticos, aunque la historia de cada país y las rencorosas obsesiones impongan diferencias. La extrema derecha polaca es patriota pero también servil a Washington; en cambio, otros movimientos enarbolan el patriotismo exclusivo, como hacen Marine Le Pen y el Frente Nacional en Francia, cuyo articulado discurso se apropia incluso de reclamaciones históricas de la izquierda, y lanza demagógicas soflamas contra la Europa liberal, instalando en el debate público francés que la alternativa política a esta insuficiente, mezquina y gangrenada Unión Europa en manos de la plutocracia, no es la izquierda sino la extrema derecha que se apodera de la bandera del país. Le Pen huye de los tópicos tradicionales del fascismo y de los nazis, de las banderas con esvásticas y de las marchas con el saludo romano, y se ofrece a Francia como la solución a los males que llegan desde Europa y desde una globalización capitalista que ha aplastado a millones de ciudadanos franceses. En otros lugares, como en los países bálticos, como en Ucrania, los nazis desfilan con sus estandartes, protegidos por los gobiernos, pero una parte del movimiento fascista también se apresta a adoptar un nuevo lenguaje, mirándose en Le Pen y en la poderosa extrema derecha del norte de Europa, que cuenta con sólidos apoyos electorales.

Ese es el nuevo escenario, aunque esos nacientes movimientos fascistas, nazis, se dan a veces de bruces con su propia historia: la Alternativa para Alemania (AfD), la nueva extrema derecha teutona, se reunió hace unas semanas en la cervecería Hofbräukeller de Múnich, en la Wiener Platz, un lugar venerado por el nazismo alemán, porque allí inició Hitler su irresistible ascensión al poder, allí hizo su primer discurso público, y empezaron a desfilar los patriotas para, unos años después, cruzar el puente de Maximiliano sobre el río Isar y llegar a la Odeonsplatz durante el Putsch de Múnich que, pese a su fracaso, pondría las bases para su llegada a Berlín.



Es apenas un aviso, que ha pasado inadvertido para casi todos, pero esos nuevos patriotas que desfilan por toda Europa con las enseñas y banderas nacionales, acaban siempre extrayendo las esvásticas de los matorrales del odio, terminan siempre tejiendo las camisas pardas, aventando el sudor agrio de los hombres con correajes, tomando cerveza en la Hofbräukeller de Hitler.

14 de junio de 2016

LA VIGENCIA DE LA CRÍTICA LENINISTA ACERCA DE LA “VÍA PARLAMENTARIA” AL SOCIALISMO

es.kke.gr/es

Posiciones del KKE en la 10ª Conferencia Anual “V.I.Lenin y el mundo contemporáneo” que se celebró el 22 de abril 2016 en Leningrado

La historia entera del movimiento político obrero desde el siglo XIX hasta nuestra era tiene como campo fundamental de contradicción la manera según la cual se puede construir la sociedad sin clases.

En este trayectoria han aparecido dos opiniones básicas: la opinión oportunista de la posibilidad de la reforma del estado, de la “toma” del estado burgués y de su uso a favor del socialismo y la opinión revolucionaria que habla sobre la necesidad del “aplastamiento” del estado burgués. Lenin, en su época, puso la línea de división entre las dos opiniones así: “Marxista se llama él que extiende el reconocimiento de la lucha de clases hasta el reconocimiento de la dictadura del proletariado”[1].

El debate indicado arriba es la reflexión de la contraposición acerca del estado burgués y la democracia burguesa. Los oportunistas entienden el estado burgués – particularmente en la forma de la democracia burguesa parlamentaria – como un estado que condensa la correlación entre las varias clases sociales, esencialmente como un estado “que supera las clases”, un estado que expresa la voluntad de los miembros de la sociedad burguesa manifestada de manera democrática, independientemente de las clases sociales adonde ellos pertenecen. Partiendo de ésta concepción los oportunistas acercan a la democracia burguesa – la forma democrática del estado burgués – como si fuera algo positivo que se podría usar a favor del socialismo. De lo contrario, los marxistas se enteran del carácter de clase del estado burgués independientemente de la inmensa variedad que pueda tener en sus formas de apariencia en el transcurso del tiempo histórico. Entienden la democracia burguesa como una de las varias formas de la dictadura del capital y para ser más precisos, como la forma “más segura” de la defensa de la “omnipotencia de la riqueza” como escribía Lenin en Estado y Revolución.

La posición para el denominador común entre la democracia burguesa y el fascismo ha sido históricamente ratificada por medio del intercambio entre administraciones fascistas y parlamentarias a favor de la estabilización del poder burgués bajo condiciones turbulentas en los campos económicos y políticos de la sociedad. El ejemplo más típico es el estado alemán durante la época entre las dos guerras mundiales, no obstante, en nuestro propio país el paso de la democracia burguesa a la dictadura de Metaxas en 1936 sucedió con el apoyo casi unánime del parlamento burgués

La experiencia histórica ha demostrado - sin dejar cabida a dudas - que la entrega de los ministerios del estado burgués a las manos de los comunistas no ayuda a que ellos se usen a favor del socialismo. De lo contrario, funciona como un elemento de aceleración de la asimilación de los Partidos Comunistas en el sistema político burgués. Ejemplos históricos de esto se pueden ver a la participación o el apoyo de PP.CC. a gobiernos burgueses en España, Francia, Italia, Chile y además en nuestros tiempos en países de la América Latina, en Chipre, en Portugal etc. Otro ejemplo importante es la participación del KKE en el gobierno de “unidad nacional” en 1944 y el acuerdo de los ministros comunistas – ante el peligro de la disolución de este gobierno – con los recortes salariales y de la liberación de las despedidas. En todos estos ejemplos históricos, la participación de los comunistas o su apoyo a gobiernos burgueses nunca funcionó a favor del socialismo.

La defensa de la “vía parlamentaria” por el socialismo no se presenta siempre de manera explícita. Muchas veces se esconde detrás de la elaboración de varios Programas de Transición los cuales aceptan la posibilidad de participación en un gobierno en el terreno de la propiedad capitalista y del estado capitalista a favor de mejoras a la vida de los trabajadores y de la agudización de la voluntad revolucionaria de las masas populares. Este análisis niega esencialmente las leyes económicas del capitalismo (opinando que el PC podría administrar estas mismas leyes a favor del pueblo) y también el carácter de clase del estado burgués (porque presenta la “toma” del estado como medio para su derrumbe).

Las opiniones que indicamos arriba están en plena contradicción con el análisis teórico de Marx, Engels, Lenin acerca del estado. La manera según la cual Lenin explica la necesidad del “aplastamiento” del estado burgués en Estado y Revolución se ha vuelto ya en un ejemplo clásico. Este análisis de Lenin es resultado proveniente de la aprobación de la estrategia de la revolución socialista por el partido de los Bolcheviques con la ratificación de las Tesis de abril. Lenin aplicó las conclusiones de ésta obra no solo en las palabras sino en la práctica, rechazando con tenacidad los llamados fuertes – algunos desde dentro del Partido de los Bolcheviques - para la participación en el Gobierno Provisional (que en aquella época fue considerada como el gobierno más democrático de toda Europa) y haciendo un arreglo de todo el partido, orientando el partido al derrumbe del mismo.

Con el transcurso de los años este mismo análisis estratégico – ratificado por la victoriosa Revolución de Octubre – no aguanto en el paso de tiempo. El Movimiento Comunista Internacional (MCI) fue dominado por concepciones estratégicas anteriores que portaron de manera mecánica (en condiciones totalmente diferentes) la elaboración estratégica antigua de la “dictadura democrática del proletariado y del campesinado”. Las opiniones acerca de la posibilidad de una transición parlamentaria al socialismo se consolidaron con el paso del tiempo en una corriente distinta en las filas del MCI, la corriente del Eurocomunismo, dominando los partidos de estados capitalistas grandes (Francia, Italia, España) con consecuencias graves para el movimiento obrero. Posiciones esenciales de la corriente del Eurocomunismo se manifestaron en el análisis del MCI entero. Hoy día se ha acumulado experiencia histórica importante de los intentos de utilizar la participación en una gestión en el terreno de la propiedad capitalista a favor del socialismo.

En 2017 se cumplen 100 años de la escritura de la obra Estado y Revolución de Lenin. Este aniversario debe ser utilizada para recordar - como dice él en su obra - las “palabras olvidadas del marxismo” (y del leninismo complementamos nosotros) acerca del asunto del estado. Los PP.CC. deben luchar para el agrupamiento de fuerzas para la destrucción del estado burgués y para la construcción de la economía socialista-comunista y de las instituciones estatales correspondientes, tienen que rechazar la gestión de la economía capitalista y del estado burgués. Dicho en otras palabras, debemos transformar las conclusiones del Estado y Revolución en una guía para nuestra actividad de día a día.

[1] V. I. Lenin, Estado y Revolución, ed. Sinchroni Epochi, pp.43

10 de junio de 2016

SILENCIANDO A ESTADOS UNIDOS MIENTRAS SE PREPARA PARA LA GUERRA

John Pilger. sott.net

Regresando a EE.UU en su año de elecciones, estoy impresionado por el silencio. He cubierto cuatro campañas presidenciales, comenzando con 1968; estaba con Robert Kennedy cuando le dieron un balazo y vi a su asesino, preparándose para matarlo. Fue un bautizo al estilo estadounidense, junto con la violencia que salivaba por parte de la policía de Chicago, en la convención amañada por el Partido Democrático. La gran contrarrevolución había comenzado.

El primero en ser asesinado ese año, Martin Luther King, se había atrevido a relacionar el sufrimiento de los afroamericanos con las personas en Vietnam. Cuando Janis Joplin cantó: "la libertad es solo otra palabra que no tiene nada que perder”, ella le habló, tal vez, de forma inconsciente a millones de víctimas estadounidenses en lugares lejanos.

"Perdimos 58.000 soldados jóvenes en Vietnam, y ellos murieron defendiendo nuestra libertad. Ahora, no se olvide de esto". Así lo dijo un guía del Servicio de Parques Nacionales, mientras filmaba la semana pasada en el monumento a Lincoln en Washington. Él estaba hablando a una fiesta escolar de adolescentes con camisas de color naranja brillante. Como si de memoria hubiera cambiado la verdad sobre Vietnam a una mentira que no puede ser desafiada.

Los millones de vietnamitas que murieron, que fueron mutilados, envenenados y despojados por la invasión estadounidense, no tienen un lugar histórico en la mente de los jóvenes, sin mencionar a los 60.000 estimados veteranos que se suicidaron. Un amigo mío, un marino que quedó parapléjico en Vietnam, era cuestionado en varias ocasiones con un: "¿en qué bando luchaste?"

Hace algunos años asistí a una exhibición popular llamada, "El Precio de la Libertad", en el venerable Instituto Smithsonian en Washington. Las filas de personas ordinarias, en su mayoría niños, que atravesaban por una gruta de revisionismo al estilo de una fila para ver a Papa Noel, eran el objetivo de una variedad de mentiras; el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki salvó "un millón de vidas"; Irak fue "liberado [mediante] bombardeos aéreos con una precisión sin precedentes." El tema era infalíblemente heroico: solos los estadounidenses pagan el precio de la libertad.

La campaña electoral de 2016 es notable no solo por el ascenso de Donald Trump y Bernie Sanders, sino también por la resilencia de un silencio perdurable sobre una divinidad asesina auto-otorgada. Un tercio de los miembros de las Naciones Unidas, han sentido el arranque de Washington, volcando gobiernos, transformando la democracia, imponiendo bloqueos y boicots. La mayoría de los presidentes responsables de esto, han sido liberales -Truman, Kennedy, Johnson, Carter, Clinton y Obama.

El registro impresionante de la perfidia es totalmente silenciado en la mente del público, el fallecido Harold Pinter escribió, que "nunca ocurrió [...] Nada sucedió nunca. Incluso mientras estaba sucediendo no estaba sucediendo. No importaba. Era sin interés. No importaba [...]". Pinter expresó una fingida admiración por lo que llamó "una manipulación bastante clínica de la energía en todo el mundo, mientras que pasaba como una fuerza del bien universal. Es un acto brillante, incluso ingenioso, un gran éxito de hipnosis."

Tome a Obama como ejemplo. Mientras se prepara para dejar la oficina, la adulación ha empezado otra vez. Él es "cool". Uno de los presidentes más violentos, Obama, cedió el reino al desacreditado profesor creador de guerra del Pentágono. Procesó más delatores - los que dicen la verdad - que cualquier otro presidente. Pronunció la culpabilidad de Chelsea Manning antes de su juicio. Hoy en día, Obama dirige una campaña mundial sin precedentes de terrorismo y asesinato por parte de aviones no tripulados.

En 2009, Obama se comprometió a ayudar a "librar al mundo de las armas nucleares" y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Ningún presidente estadounidense ha construido más cabezas nucleares que Obama. Él está "modernizando" el arsenal del fin del mundo de Estados Unidos, incluyendo nuevas "mini" armas nucleares, cuya tecnología "inteligente" de poco tamaño y, de acuerdo con un general al frente, asegurar su uso "ya no es impensable".

James Bradley, el autor más vendido de Flags of Our Fathers y el hijo de uno de los marines que izaron la bandera en Iwo Jima, dijo, "[un] gran mito que vemos que se está llevando es a Obama como una especie de hombre pacífico que está tratando de deshacerse de las armas nucleares. Es el mayor guerrero nuclear que existe. Nos ha comprometido hacía la ruina, gastando un billón de dólares en más armas nucleares. De alguna manera, la gente vive en la fantasía de que porque él da vagas noticias, conferencias, discursos y operaciones de fotografías donde se siente bien, eso de alguna manera se une a la política real. No lo es."

En el reloj de Obama, una segunda Guerra Fría está en camino. El presidente ruso es un villano de pantomima; los chinos no han regresado de su caricatura de cerdos - cuando los chinos fueron rechazados de Estados Unidos - pero los guerreros mediáticos están trabajando en ello.

Ni Hillary Clinton ni Bernie Sanders han mencionado algo sobre esto. No hay riesgo ni peligro para Estados Unidos y para todos nosotros; para ellos, la mayor construcción militar alrededor de las fronteras de Rusia, desde la Segunda Guerra Mundial, no ha ocurrido. El 11 de mayo, Rumania salió a la luz con la base de "defensa militar" de la OTAN que tiene como objetivo su primer golpe de misiles estadounidenses en el corazón de Rusia, la segunda potencia nuclear del mundo.

En Asia, el Pentágono está enviando barcos, aviones y fuerzas especiales a Filipinas para amenazar a China. Estados Unidos ya rodea a China con cientos de bases militares que van desde la curva de Australia hacía Asia y a través de Afganistán. Obama llama a esto un "eje."

Como consecuencia directa, se ha reportado que China ha cambiado su política de armas nucleares de no usarlas a una alerta máxima, ha puesto submarinos con armas nucleares. La escalada se está apresurando.

Fue Hillary Clinton, quien como Secretaria de Estado en 2010, elevó las reivindicaciones territoriales de rocas y costas en el sur del Mar de China como un problema internacional; la histeria de la CNN y la BBC prosiguió; China estaba construyendo pistas de aterrizaje en las tierras disputadas. Durante un juego de guerra monumental en 2015, la operación Talismán Sabre, EE.UU y Australia practicaron "ahogar" los Estratos de Malacca, donde pasa la mayoría del petróleo y comercio de China. Esto no fue ninguna noticia.

Clinton declaró que Estados Unidos tenía "intereses internacionales" en estas aguas asiáticas. Se estimuló y sobornó a las Filipinas y Vietnam para que prosiguieran con los reclamos y las viejas enemistades en contra de China. En Estados Unidos, se prepara a las personas para que vieran la posición defensiva de China como una ofensa, para que así el terreno se pudiera escalar rápidamente. Una estrategia similar de provocación y propaganda se está aplicando con Rusia.

Clinton, la "candidata de las mujeres," deja un camino de golpes de Estados sangrientos: en Honduras, en Libia (más el asesinato del presidente libio) y Ucrania. El último caso se ha convertido en un parque de diversiones de la CIA, inundado de nazis y una línea que hace señas a una guerra con Rusia. Fue por medio de Ucrania - literalmente, la frontera - donde los nazis invadieron la Unión Soviética, que perdió a 27 millones de personas. Esta catástrofe épica tiene presencia aún en Rusia. La campaña presidencial de Clinton, ha recibido dinero de una de las empresas más grandes de armas. Ningún otro candidato se le acerca.

Sanders, la esperanza para muchos estadounidenses jóvenes, no es muy diferente de la visión propietaria de Clinton, de un mundo más allá de Estados Unidos. Él apoyó el bombardeo ilegal de Bill Clinton en Serbia. Apoya el terrorismo de Obama mediante drones, la provocación de Rusia y el regreso de las fuerzas especiales (escuadrones de la muerte) a Irak. No tiene nada que decir de las amenazas a China y el riesgo acelerado de una guerra nuclear. Él está de acuerdo con que Edward Snowden deba ser enjuiciado y llama a Hugo Chávez - quien es como él, un demócrata social - "un dictador comunista muerto." Promete apoyar a Clinton si es nominada.

La elección entre Trump y Clinton es la vieja ilusión de que la elección no es elección: dos lados de la misma moneda. Con las minorías que pagan los cristales rotos y la promesa de "convertir a Estados Unidos en lo mejor otra vez," Trump es un populista doméstico de extrema derecha; sin embargo, el peligro de Clinton puede ser más letal para el mundo.

"Solo Donald Trump ha dicho algo significativo y crítico sobre la política exteriores de EE.UU," escribió Stepeh Cohen, profesor emérito de historia rusa en la universidad de Princeton y NYU, uno de los pocos expertos en Rusia que están en Estados Unidos y ha hablado del riesgo de una guerra.

Durante una transmisión de radio, Cohen se refirió a preguntas críticas que Trump por sí solo sacó a coalición. Entre ellas están; ¿por qué Estados Unidos está "en todas partes alrededor del mundo?" ¿Cuál es la misión real de la OTAN?¿Por qué Estados Unidos siempre busca un cambio de régimen en Irak, Siria, Libia y Ucrania?¿Por qué Washington trata a Rusia y a Vladimir Putin como enemigos?

La histeria en los medios liberales sobre Trump, sirve como una ilusión de un "debate libre y abierto" y "de la democracia trabajando." Sus puntos de vista sobre los inmigrantes y musulmanes son grotescos, sin embargo, el deportador en jefe de las personas vulnerables de Estados Unidos, no es ni Trump ni Obama, cuya traición a la gente de color es su legado: tales como el almacenamiento de una población carcelaria, sobre todo negra, ahora más numerosa que los goulag de Stalin.

Puede que esta campaña presidencial no sea sobre el populismo, sino sobre el liberalismo estadounidense, una ideología que se ve a sí misma como moderna y, por lo tanto, superior y la única verdad real. Los del ala derecha son semejantes a los imperialistas cristianos del siglo 19, con un deber otorgado por Dios de convertir, cooptar o conquistar.

En Gran Bretaña esto es Blairismo. El criminal de guerra cristiano, Tony Blair, se salió con la suya durante su secreta preparación de la invasión de Irak, en gran parte porque la clase política liberal y los medios cayeron en la trampa de esta idea de "la Britannia cool." En el periódico The Guardian, el aplauso era ensordecedor: fue llamado "místico." Una distracción conocida como la identidad política, importada de Estados Unidos, descansó con facilidad bajo su cuidado.

Se declaró que la historia había terminado, las clases fueron abolidas y el género promovido como feminismo; muchas mujeres se convirtieron en Ministros Públicos de la Nueva Labor. Ellas votaron el primer día del Parlamento para cortar los beneficios de padres solteros, en su mayoría mujeres, así fue la instrucción. La mayoría votó por una invasión que produjo 700.000 viudas iraquíes.

El equivalente en EE.UU, son los belicistas políticamente correctos del New York Times, el Washington Post y la cadena de televisión que dominó el debate político. Vi un debate furioso en la CNN sobre las infidelidades de Trump. Era claro, ellos decían, no se puede confiar en un hombre como él para la Casa Blanca. La sabiduría recibida parecía ser "agárrese la nariz" y vote por Clinton: cualquiera que sea, menos Trump. De esa manera, se detiene el monstruo y se preserva un sistema de arcadas para otra guerra.

8 de junio de 2016

MANIOBRAS DE LA OTAN EN POLONIA: EN LOS ANILLOS DE LA “ANAKONDA”

Manlio Dinucci. Il Manifesto

La OTAN prosigue su campaña de propaganda para hacer creer que existe una amenaza rusa y que hay que prepararse contra ella. En contradicción con sus propios principios, que estipulan que la alianza atlántica se apoya solamente en sus fuerzas regulares, la OTAN está creando en Polonia –como ya lo hizo en Ucrania– una fuerza paramilitar de 35 000 hombres, que incluso participa en las maniobras Anakonda 16. La OTAN parte del principio que, después de haber participado en ese ejercicio militar, los miembros de esa fuerza paramilitar ayudarán a difundir el mito de la amenaza rusa.

Comienza hoy en Polonia Anakonda 16, «el mayor ejercicio aliado de este año» [1], con la participación de más de 25.000 hombres de 19 países de la OTAN (como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Turquía) y de 6 asociados: Georgia, Ucrania, Kosovo (considerado como Estado a pesar de que no es miembro de la ONU pero que ya es, de hecho, miembro de la OTAN, bajo el mando estadounidense), Macedonia (que no es aún miembro de la OTAN sólo debido a su oposición con Grecia por causa de su nombre [2]), así como Suecia y Finlandia, dos países que se aproximan cada vez más a la OTAN (en mayo pasado incluso participaron en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la alianza atlántica).

Oficialmente, el ejercicio se desarrolla bajo la dirección de Polonia (lo cual explica la “k” que aparece en el nombre del ejercicio), lo cual es sólo una forma de satisfacer el orgullo nacional de Varsovia. Sin embargo, el ejercicio se desarrolla en realidad bajo el mando de las fuerzas militares estadounidenses desplegadas en Europa, cuya «área de responsabilidad» abarca 51 países, incluyendo toda Rusia. y cuya misión oficial consiste en «promover los intereses estratégicos estadounidenses en Europa y Eurasia». Esas fuerzas militares estadounidenses realizan cada año 1.000 operaciones militares en más de 40 países de esa área.

Las fuerzas militares estadounidenses presentes en Europa participan en Anakonda 16 con 18 unidades, entre ellas la 173 brigada aerotransportada, con base en la provincia italiana de Vicenza. Ese ejercicio, que durará hasta el 17 de junio, está claramente dirigido contra Rusia y prevé, entre otras, «misiones de asalto de fuerzas multinacionales aerotransportadas», a realizarse incluso en la región báltica, al borde del territorio ruso.

En vísperas del inicio de Anakonda 16, el gobierno polaco anunció que en 2017 aumentará las fuerzas armadas de Polonia de 100.000 a 150.000 efectivos, constituyendo una fuerza paramilitar de 35.000 elementos denominada «Fuerza de Defensa Territorial». Distribuida a través de todas las provincias polacas, comenzando por el este del país, esa fuerza paramilitar se encargaría de «impedir que Rusia se apodere del territorio polaco, como hizo en Ucrania».

Los miembros de la nueva fuerza paramilitar polaca, que recibirán un salario mensual, comenzarán a entrenarse en septiembre con instructores estadounidenses y de la OTAN, siguiendo el esquema ya utilizado en Ucrania, donde esos instructores ya entrenan la nueva Guardia Nacional creada por Kiev, incluyendo los batallones neonazis. La asociación paramilitar polaca Strzelec, que aportará 10 000 hombres a la nueva fuerza, ya comenzó a entrenarse, participando en Anakonda 16. La creación de la nueva fuerza paramilitar, que en el plano interno representa para el presidente Andrzej Duda un nuevo instrumento de represión contra la oposición [3], forma parte del fortalecimiento militar de Polonia, con un costo previsto de 34.000 millones de dólares de aquí al año 2020, estimulado por Estados Unidos y la OTAN y dirigido contra Rusia.

Ya comenzaron los trabajos para la instalación en Polonia de una batería terrestre de misiles del sistema estadounidense AEGIS, similar a la que funciona en Rumania, capaz de lanzar tanto misiles interceptores como misiles nucleares de ataque. En espera de la cumbre de la OTAN a realizarse en Varsovia, del 8 al 9 de julio de 2016, donde se hará oficial la escalada anti-rusa, el Pentágono se prepara para desplegar en Europa una brigada de combate de 5.000 hombres, que circulará entre Polonia y los países bálticos.

Al mismo tiempo, Estados Unidos y la OTAN intensificarán los ejercicios dirigidos contra Rusia. El 5 de junio, dos días antes del inicio de Anakonda 16, comenzó en el Báltico el ejercicio Baltops 16, con la participación de 6 100 militares, 45 navíos de guerra y 60 aviones de 17 países, bajo el mando de Estados Unidos. También participan bombarderos estratégicos estadounidenses B-52… a sólo 100 millas del enclave ruso de Kaliningrado.

Se trata de una evidente escalada en la estrategia de la tensión, que empuja Europa a una confrontación no menos peligrosa que la que vimos en tiempos de la guerra fría. Y todo eso se encubre bajo el manto de silencio político-mediático de las «grandes democracias» occidentales.


NOTAS
[1] Sitio web oficial.

[2] El autor se refiere a la antigua república yugoslava de Macedonia, que al proclamar su independencia reclama la misma apelación que la región griega de Macedonia. Nota de la Red Voltaire.


[3] «La OTAN hace arrestar al líder opositor polaco Mateusz Piskorski», Red Voltaire, 21 de mayo de 2016.