El juez Sergio Moro, artífice del intento de criminalizar toda la actividad política brasileña |
El dirigente petista Damous sostiene que el
gobierno de Dilma recuperó la iniciativa política y que las movilizaciones a
favor del juicio político son “un caldo de cultivo para que surja un Berlusconi
a la brasileña”.
Darío
Pignotti.
Página/12
Diputado del PT y ex titular de la Orden de
Abogados de Brasil, regional Río de Janeiro, Wadih Damous, sostiene que las
movilizaciones pro impeachment como la ocurrida anteayer son un “caldo de cultivo para que surja un Silvio
Berlusconi a la brasileña” y opinó que es “nula” la posibilidad de que
Dilma renuncie.
–Posiblemente
la persona más vivada el domingo fue el juez Sergio Moro.
–Es lógico que esos grupos se entusiasmen con
alguien como el juez Moro, que está criminalizando toda la actividad política,
y esto lleva a salidas fascistas del tipo de Silvio Berlusconi en Italia. La
cadena Globo, conocida por apoyar al golpismo, lo transformó en una celebridad
televisiva, en un salvador de la patria.
–Moro
dice inspirarse en Mani Pulite (años ’90).
–Y fue después de Mani Pulite que surgió
Berlusconi. Moro tiene veleidades injustificadas, él no puede compararse con el
fiscal Di Pietro, el de Mani Pulite, que es alguien de buena formación. Moro no
tiene reputación jurídica, ni elaboración doctrinaria: saltó a la fama por el
camino autoritario, a través de la violación de la Constitución, de los
derechos de defensa y de los derechos humanos inclusive. Y se ganó el aprecio
de Globo porque sólo investiga a sospechosos del PT. Cuando aparecen indicios
serios sobre el PSDB él no los investiga.
–¿Y
quién sería el Berlusconi brasileño?
–Quién sabe si ese Berlusconi a la brasileña no
termine siendo el juez Moro. El no sólo se hizo muy popular entre la gente, él
les cae bien a los grupos más reaccionarios. Y está secundado por un grupo de
fiscales fanáticos, unos jóvenes sin ningún saber jurídico que se asumen como
si fueran predicadores del bien contra la política. Eso a nivel jurídico, y a
nivel parlamentario Moro también está ganando apoyo. En Brasil hoy tenemos la
Cámara de Diputados más reaccionaria, degradada, desde hace años. Una cámara
compuesta por muchos policías ejerciendo cargo de diputados, policías que
vienen a las sesiones vestidos con uniforme, y ellos enaltecen a Moro, a las
leyes represivas y al estado de excepción con aspecto republicano.
–¿Cuál
fue el desempeño de Moro en la causa Petrolao?
–Creo que el juez Moro no tiene dimensión de las
concecuencias el Petrolao, o sea del proceso Lava Jato (Lavado Rápido) que está
causando estragos a Petrobras y a la economía para favorecer no sé a quién. Ese
proceso ya comprometió el 2,5 por ciento del PBI, esto genera desempleo, la
quiebra de empresas estratégicas.
–¿Qué
opina del uso de las delaciones premiadas?
–El uso de las delaciones premiadas es abusivo y
autoritario. Es curioso, pero en estos momentos cuando no hay chance de un
retorno de los militares, el fascismo brasileño no está a cargo de las armas,
está a cargo de órganos del Estado como el Poder Judicial.
–A
través de delaciones fue preso José Dirceu, ex hombre fuerte del gobierno de
Lula.
–Así es, no he profundizado en el tema pero no he
visto nada consistente en lo que se le imputa a Dirceu, de quien tengo el
orgullo de ser amigo.
–¿Dirceu
es corrupto o jefe de una banda?
–José Dirceu es el mejor cuadro político de
Brasil, un hombre con una biografía de compromiso político y militancia, el ha
sido estigmatizado injustificadamente, él no es corrupto. Hay una persecución
política de Dirceu en la prensa y en estos fiscales fanáticos. Es falso que
montó una organización para delinquir.
–¿Dilma
puede renunciar?
–Considero que la presidenta tiene muchos defectos
como el no gustar de la política; ella fue militante de la lucha armada, luego,
nunca fue líder estudiantil, ni del partido, ocupó cargos de cuadro técnico. A
ella le desagrada el juego político, ése es un defecto, pero ella tiene la
virtud de ser aguerrida, valiente, tiene un carácter fuerte hasta en exceso,
ella no va a flaquear por las presiones.
–¿Cuál
es la probabilidad del impeachment?
–Si me hubiera preguntado hace una semana le
habría dicho que el impeachment estaba avanzando. Después de todos estos
movimientos exitosos dados por Dilma y Lula la situación mejoró porque el
gobierno recuperó la iniciativa política. Se logró atraer al senador Renán
Calheiros de vuelta a la base del gobierno, hubo diálogo con el Supremo Tribunal
Federal. Creo que el gobierno salió de las cuerdas, está más actuante. Ahora
soy más optimista. Midiendo de 1 a 100 la semana pasada el impeachment tenía 60
o más chances ahora tiene menos de 30, capaz que 20. El impeachment se
desinfló.
–La
oposición sostiene que Dilma no concluye el mandato.
–La oposición es buena para ganar encuestas, pero
hace cuatro elecciones que no logra elegir un presidente, no olvidemos que
Dilma todavía tiene tres años y medio de presidencia por delante. Nadie ignora
que este es el peor momento de los gobiernos del PT, la economía va mal, la
política también, pero hay chances reales de mejorar.
–El
66 por ciento está a favor del juicio político según una encuesta.
–Habría que saber cómo fueron formuladas las
preguntas de esa encuesta. Las personas están insatisfechas con el gobierno,
pero no veo que haya un 66 por ciento queriendo impeachment. Tal vez haya un 66
por ciento en Sao Paulo, pero Sao Paulo no es Brasil, Sao Paulo es un caso
atípico de Brasil. Un escritor decía que “La
peor forma de soledad es la compañía de un paulista”.
–¿Lula
debería ir al gabinete?
–Hasta el mes pasado sostenía que Lula debería
asumir un cargo en un ministerio para mejorar la articulación política del
gobierno, pero analizándolo mejor cambié de idea. Si estuviera en un ministerio
eclipsaría a Dilma, sería un error acabar con la figura de la presidenta. Y
además Lula siendo ministro cargará con el desgaste del gobierno afectando su
imagen para ser candidato en 2018 a la presidencia. Es el mayor líder popular
del país, tiene que ser preservado.
–¿El
PT es uno de los principales blancos de los manifestantes?
–El PT está en una encrucijada, está en cuestión
hasta su propia existencia, ha perdido buena parte de la credibilidad que ya
tuvo. Deberíamos reconquistar a los movimientos sociales, nosotros perdimos a
la juventud. Hoy la juventud toma las calles con la derecha, como está pasando
con estas marchas desestabilizadoras, o va hacia el PSOL (Partido Socialismo y
Libertad, escisión del PT). Lamentablemente ya no somos una opción para los
jóvenes, y hoy muchos jóvenes conservadores, golpistas, están ganándonos en las
calles. Lamentablemente debemos reconocer que el PT perdió la capacidad de
movilización que tuvo, habrá que reconstruirla para resistir a este golpismo,
creo que eso podrá ser reconquistado en algún momento. Reconozcamos que hoy es
muy difícil para el PT convocar a una movilización en defensa de un gobierno
que está haciendo un ajuste económico como este, con más desocupación.
–¿Es
una situación irreversible?
–Es reversible porque el PT es un partido con más
de un millón de afiliados, con una base muy fuerte. Hoy no tenemos capacidad de
pedir a la sociedad que defienda a un gobierno muy impopular. Tenemos la
posibilidad real de pedir a la sociedad que salga a defender la democracia.
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