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Tú, obrera nuestra, de la Westinghouse,
pareces empoderada porque
te usamos para parecerlo en la empresa.
Sigue trabajando, que es lo tuyo, empoderada |
Por
Marat
1.-APROXIMACIÓN
AL CONCEPTO NEOLENGUA
La
“neolengua” es un sistema de dominación cultural e ideológico a
través de una perversión del lenguaje que emplea distintos
artificios:
En
unos casos se trata de resignificar valores y conceptos
(manipulación)
En
otros, de crear nuevas categorías y conceptos para distraer la
atención de cuestiones esenciales.
Un
elemento común en el neolenguaje es su carácter arcano, su
condición de jerga para iniciados. mediante la cuál se anula el
campo de juego de la reflexión y el razonamiento, con el objetivo de
romper con cualquier linea de conexión ideológica y cultural con lo
anterior.
Cuando
este lenguaje está iniciando su implantación, actúa como medio de
reconocimiento e identificación de sus promotores iniciales.
En
una segunda fase, los medios de comunicación. y las redes sociales
en la actualidad, inician su expansión hegemónica.
La
neolengua es, ante todo, una cuestión de poder y de creación de una
amnesia a través de los medios de desinformación y manipulación
sobre aquellas cuestiones a las que interese eclipsar en un momento
concreto . Pero hay un objetivo que se mantiene inalterable, el de
esconder, camuflar, desdibujar, enterrar bajo miles de toneladas de
mentira neolingüistica el origen y la naturaleza auténticos del
poder: las relaciones sociales de producción y la existencia de una
sociedad dividida en dos clases irreconciliables entre sí, la
trabajadora, que hace de la producción un hecho social y la
burguesa, que hace del beneficio un hecho privado.
Para
la expansión de la neolengua, en la sociedad de la desinformación y
la anestesia del pensamiento, se acude a dar protagonismo, como
productores de neolengua, a una legión de “activistas” (el
término militantes es descartado por ellos mismos) de sus propios
intereses, “influencers” y “youtubers” que parecen carecer
casi siempre de pasado, aparecidos de forma aparentemente espontánea,
con perfiles casi clónicos y promocionados luego por los medios
digitales progres con mayor o menor fortuna y con reemplazamientos en
sus protagonismos, en función de los mensajes, corrientes de opinión
posmodernas y movimientos sociales que en cada momento les interese
promocionar. Dos medios de intoxicación clásicos serían, en este
sentido, El Diario y Público.
2.-NEOLENGUA
Y POSICIÓN DE CLASE
La
primera vez que reparé en que estaba ante una auténtica neolengua
fue con el PSOE de Zapatero y las “soluciones habitacionales” de
su ministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo. Hablaba esta
señora de infraviviendas de 25 metros cuadrados como alternativa a
la dificultad de acceso de los jóvenes a un piso. La expresión era
más aséptica y presentable que el de tabuco, huronera, cuchitril,
chamizo, chiscón o cubículo. Mucho mejor solución habitacional, al
menos para esta señora, fue su chalet de 300 metros cuadrados y 500
de parcela en una de las zonas residenciales más “nobles” de
Cáceres en 2005.
El
concepto se ha remasterizado y ahora, con Podemos y sus mariachis se
llama “alternativa habitacional” o “residencial”, sea en la
versión de Manuela Carmena o de la dirección de Podemos.
En
el caso de Pablo Iglesias e Irene Montero la alternativa habitacional
o residencial que se han dado a sí mismos ha seguido la senda de la
exministra del PSOE María Antonia Trujillo. No insistiré en ello,
ya que en su día traté el asunto en un artículo anterior.
Merece
la pena detenerse en la “alternativa habitacional” de la
alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
En
febrero de 2018 la señora Colau hizo una propuesta de viviendas
prefabricadas en los barrios periféricos y del extrarradio obreros
de la capital que no se diferenciaban mucho de los antiguos
contenedores de chapa construidos en barrios de Vallecas de finales
de los 70 y principios de los 80 del pasado siglo. Eso sí, en el
caso de la propuesta de viviendas prefabricadas de Colau, los
materiales pobres tienen un mejor aspecto estético. Un estilo Leroy
Merlyn que hace creer en calidades de los materiales muy distintas a
las reales. De la PAH al Ayuntamiento.
Pero
lo grave no es la apariencia externa de unas calidades que no son
tales. Lo realmente grave es el carácter estanco y de ghetto en el
que se aísla a sectores marginados y empobrecidos, como si fueran
células tumorales, del entorno sano y social y económicamente más
integrado. Por mucho que a sus “alternativas habitacionales” las
haya rebautizado Ada Colau y su equipo de progres como “alojamientos
de proximidad provisionales”, lo más probable es que se acaben
convirtiendo en “soluciones habitacionales” para toda una vida,
dado el bajísimo nivel de construcción de vivienda protegida
municipal que, tanto en Barcelona como en Madrid o en otras ciudades
del cambio, se ha ejecutado sobre lo previsto y menos aún sobre lo
prometido en campaña.
De
este modo, el horizonte vital en el que se instala a quienes se les
ofrecen “soluciones provisionales” es la frustración, lo que no
parece quitarle el sueño a alguien que lleva viviendo como liberada
desde los años 90, muchos para ser tan joven.
Tras
este recorrido por el término “habitacional” es evidente porqué
los progres recurren a términos como éste, acompañados de
expresiones como “soluciones”, “alternativas”o su sustitución
por expresiones como “alojamientos de proximidad provisional”. Es
porque aún permanece en las mentes de casi todas las personas lo que
es una vivienda o un piso y lo que nos ofrecen estos mercaderes de la
mentira es una mierda. Puesto que eso encaja mal con su “relato” (les
encanta esta palabra) del cambio, los progres necesitan maquillar la
bazofia que representan realmente sus proyectos.
El
mundo avanza y ya se nos pregunta a los españoles, para ir haciendo
una cata del terreno, desde sitios como la web especuladora
“Idealista” (bonito nombre) si aceptaríamos vivir en cápsulas
de 7 metros cuadrados, como en Tokio o Hong-Kong. Al fin y al cabo,
ya casi nadie tiene hijos y el vivir en pareja está en vías de
superación. Ojo, hay nichos habitacionales de 2 metros cuadrados.
Un
tiempo en el que se produjo una fabricación en masa de neolengua
fue el del 15M. Se acuñaron términos como "wikidemocracia”,
“democracia real” (que para ellos era demos y kratos, gobierno
del pueblo. Tócate los windows. Habían descubierto el apio),
“inclusividad” “transversalidad”, se reactualizaron
expresiones como “bien común”, del economista vendecrecepelos
para calvos Christian Felber, y se presentaron otras novedades como la “economía colaborativa”. Ahora
quienes no querían saber lo que algunos denunciamos en su día, que
tras esas bonitas denominaciones se escondía un capitalismo puro y
duro, saben ya que, con una APP y muchas ganas de emprender, se montan
negocios como Deliveroo, Cabify o Uber en los que trabajadores
sobreexplotados, sin reconocimiento contractual, a los que se
denomina asociados, trabajan muchas horas al día por unos salarios
basura. Y a eso se le llama “economía colaborativa”.
El
15M fue pura y simplemente ingeniería social y política
capitalista, con fuerte asentamiento en las Tecnologías de la
Información y la Comunicación, revestida de bonitas palabras. A ello colaboraron como cómplices útiles necesarios las izquierdas
en su papel de comparsas “utópicas” e ilusionadas. Era la época
en la que periodistas como Javier Gallego Crudo hacía de altavoz del
15M desde su programa “Carne Cruda” en la SER y Rosa María
Artal, hoy favorecida en el Consejo de Administración de RTVE por la
secta podemita, hacía la ola a aquel movimiento de disidencia
controlada.
La
“inclusividad” y la “transversalidad” significaban por
entonces exactamente lo mismo que hoy significan: el enmascaramiento
de la división social en clases bajo las tiendas de campaña
Quechua, pero arriba jodiendo y dando la dirección al movimiento el
hijo del burgués.
En
esa época descubrí que no existen las clases sociales ni las
contradicciones entre ellas sino los “ciudadanos”. Vamos, que el
trabajador de Villaverde era igual que Botín o que Amancio
Ortega...esencialmente.
Tiempo
más tarde llegaría una mutación del ciudadanismo, con la invención
podemita de la categoría “la gente”. Por fin habíamos llegado a
la “democracia real” porque gente ciudadana es Sánchez Galán,
Presidente de Iberdrola, lo mismo que cualquier trabajador de Amazon,
porque gente y ciudadano son ambos. Ahora Albert Rivera ha dejado
claro que no ve trabajadores o empresarios, que ve españoles.
Si
lo que haces para ocultar los antagonismos de clase es negar a las
clases sociales y afirmar que todos somos ciudadanos -o españoles-, lo que te encuentras es un partido que afirma eso mismo y que además
lo lleva en su propio nombre. Pero él es un “facha”. En cambio,
tú, progre, con tu miserable discurso de izquierdas que lo ha
convocado, eres un revolucionario del copón. La izquierda es la
realmente existente, no lo que tu afirmas o quisieras que fuera,
“compa”.
Merece
la pena detenerse en el término pobreza. Para los progres ya no es
un concepto global que tenga que ver con una estructura social, un
sistema económico concreto y una realidad que se asiente en unas
relaciones laborales, unos salarios o la ausencia de ellos (paro) o
bien unas pensiones que den lugar a una situación de falta de
capacidad adquisitiva suficiente para algo más que la supervivencia.
Por
el contrario, hay tantas pobrezas como sustantivos puedan añadírsele
Pobreza
infantil: “Mi padre es rico pero yo soy pobre” (“My father is
rich but i am poor”)
Pobreza
femenina: no he encontrado referencias en esta taxonomía de la
pobreza sobre la masculina. Puede que tenga que ver con la llamada
“discriminación positiva”. Ello a pesar de que un estudio
llevado a cabo por investigadores del departamento de Psicología
Social de la Universidad de Alcalá (UAH) y la Universidad
Complutense de Madrid (UCM) en 2014 sobre las personas sin hogar de
la Comunidad de Madrid indicase que aquellas son principalmente
hombres (80%), . Por supuesto que hay muchos otros niveles de
pobreza pero el “genero” de éste es significativo.
Pobreza
energética: no me llega para pagar el gas, la luz o el agua pero me
lo gasto todo en el bingo (modo ironía, que todo hay que aclararlo)
Pobreza
habitacional: duermo en la Cuesta de San Vicente (Madrid) pero tengo
un Maserati (continuamos en modo ironía).
Pobreza
vegetal: como no tengo para comprar repollo, me veo obligado a
mancillar mi cuerpo y mi espíritu veganos con cadáveres de
chuletones de ternera.
Pobreza
cultural: En Septiembre no podré pagar los libros escolares de mis
hijos pero me estoy en Rusia viendo el mundial desde el primero al
último partido, aunque haya caído “la roja”.
Pobreza
laboral: aunque la enuncian, no caen en el pequeño detalle de que
de lo laboral y sus salarios de miseria, de la ausencia de empleo o
de la consecuencia de haber trabajado y cobrar una pensión exigua,
se derivan todas las demás pobrezas que se inventan.
Hay
muchas más categorías de pobreza establecidas por el progrerío
pero mi cupo de estupideces sobre la pobreza ya está cubierto. La
mentalidad monjil oenegera es la propia de quién quiere hablar de
los distintos tipos de carencias económicas sin entrar en su causa,
no ya en la que está en su raíz, el capitalismo, sino en la
desigual distribución de la renta (algo socialdemócrata que hoy
sería obscenamente radical para nuestros progres).
Distribuyen
la pobreza como antes Zapatero y, antes que él, Balir en el Reino
Unido, distribuía el pan entre los pobres: madres solteras, tercera
edad, jóvenes con fracaso escolar, personas con familiares
dependientes,...
De
los progres, un ingenuo honesto con residuos de conciencia de clase
podría esperar, no una revolución, sino al menos una política
global para el conjunto de la clase trabajadora, que contemplase las
necesidades particulares de cada colectivo pero que no trocease como
un matarife hace con la res para venderla por piezas en el
supermercado electoral del voto.
3.-EMPODERAMIENTO
Y EMPRESA:
Y
qué decir del termino “empoderamiento”, un comodín para el
feminismo, los colectivos que fuesen en cada ocasión, la ciudadanía
en general y ahora, para determinados sindicalismos tanto verticales
y de la concertación como “alternativos” para la clase
trabajadora, a la que usan como reclamo pero en cuya emancipación
como clase, que no “empoderamiento”, creen tan poco.
En
el movimiento de los “indignados” fue una expresión recurrente.
Entre los progres Pachamama indigenistas una devoción, entre los
latinos antiimperialistas (para los que el capitalismo es menos
problemático que su derivada, el imperialismo), una palabra fetiche.
Y
es que “em-PODER-amiento” es un término mágico. Por si mismo,
suena como algo positivo, liberador, independientemente de que se
refiera a persona, colectivo, animal o cosa.
Preocuparse
por el origen del término parece importar entre 0 y nada, sobre todo
en tiempos en los que la pereza intelectual y la importancia de un
término se mide en su número de entradas en Google, convierte a sus
empoderados usuarios en loros de repetición
El
“empoderamiento” nació de la cultura del management, la técnica
de la dirección y el control empresarial ¡Sorpresa!
Pero
qué importará de dónde viene el concepto, si es positivo. Pues sí
que importa porque de positivo no tiene nada, ni en su origen ni en
su uso actual.
El
objetivo del término “empoderamiento” fue el de integrar al
trabajador en los objetivos de beneficio empresarial en base a la
falacia de hacerle creer que sus opiniones y decisiones personales
eran importantes para la dirección y que compartían un mismo
horizonte. Si ustedes quieren saber algo más sobre lo que les estoy
contando pueden consultarlo aquí,
aquí
y aquí.
Hay mucho más sobre esta cuestión y sobre su origen ideológico,
más allá del interesante blog cuyas referencias he señalado, pero
eso ya queda en sus manos.
Una
somera exposición del “empoderamiento” actual demuestra que no
cuestiona la estructura social del poder capitalista ni la relación
capital-trabajo.
“Como
empoderamiento se conoce el proceso por medio del cual se dota a un
individuo, comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas
para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su
potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su
situación social, política, económica, psicológica o espiritual
(…)
Empoderar,
pues, significa desarrollar en una persona la confianza y la
seguridad en sí misma, en sus capacidades, en su potencial y en la
importancia de sus acciones y decisiones para afectar su vida
positivamente (…)
La
finalidad última del empoderamiento social es que dicho colectivo
sea capaz por sí mismo, trabajando y organizándose, de mejorar sus
condiciones de vida”
Es
evidente que lo que el empoderamiento pretende no es la
transformación del orden económico y social sino la integración
del individuo y los colectivos en la aceptación de dicho orden, con
las reformas necesarias para lograrlo pero que no alteren su
naturaleza
¿Debemos
sorprendernos entonces de que haya multitud de fundaciones
globalistas del imperialismo norteamericano como la USAID, la Open
Society Foundations de George Soros, la Fundación Melina y Bill
Gates, Ashoka, Avina, Tides (patrocinadores de “las mareas” en
España), etc., etc. que promuevan el empoderamiento de “mujeres”,
“líderes comunitarios” y “jóvenes”?
4.-FEMINSIMO
CANIBAL
Hay
otra ámbito al que cabe referirse dentro del neolenguaje creado por
progres y liberales declarados, ya que los progres son liberales
vergontantes, que es el feminista. Voy por los protectores de cabeza
y bucal, el suspensorio y la coquilla porque me adentro en territorio
peligroso y pudiera no salir indemne de la aventura.
El
feminismo actual, que antaño fue un gran aliado de la emancipación
de la clase trabajadora porque la gran mayoría de las mujeres
pertenecían por activa (trabajadoras ocupadas) o por “pasiva”
(integración en la clase desde la familia) y porque comprendían
bien que la primera y principal opresión es la explotación que
sufría esta clase social, ha pasado a ser uno de sus grandes
enemigos. Tranquil@s, no
se me amontonen ni empiecen a encender las antorchas y a sacar las
horcas, que me explicaré. Luego ya, si eso...
Si
Alexandra Kollontai, Rosa Luxemburg y Clara Zetkin, entre otras
revolucionarias marxistas, enfatizaron sus diferencias con el
feminismo burgués y la emancipación de las mujeres trabajadoras
dentro de la lucha de la clase a la que pertenecían, así como la
defensa frente a opresiones que como mujeres sufrían, pronto
aparecería una categoría destinada a romper el eje de la clase para
unificar la lucha de las mujeres más allá de la de clases primero,
al margen de la de clases después y finalmente hoy, aunque no
siempre de un modo explícito, contra la lucha de clases, o mejor
dicho contra la lucha de clases desde el lado de la trabajadora. Me
refiero al concepto de “género”. Si la “clase” era para las
mujeres marxistas el elemento unificador de su lucha, con sus
particularidades propias, para las feministas “postmarxistas”,
“marxistas” vergonzantes, no marxistas y abiertamente
antimarxistas lo sería el “género”.
A
partir de la idea de que “el género es una construcción social”
o, en palabras de Simone de Beauvoir, “no se nace mujer, se
llega a serlo", se estaba deslizando sutilmente la dualidad
mujer-hombre que, con el tiempo sustituiría, en forma de guerra de
sexos, a la lucha de clases.
De
ahí a aceptar manifestarse los 8 de Marzo bajo el lema del Día de
la Mujer, y no de la Mujer Trabajadora, hablar de romper “el
techo de cristal”
para que las mujeres burguesas puedan tener su cuota de directivas y
empresarias en la explotación del trabajo asalariado de mujeres y
hombres, de “sororidad” entre mujeres, independientemente de la
clase social de unas y otras; “sororidad” que acaba siendo
sometimiento de la trabajadora a la burguesa, so pretexto de
solidaridad de género, solo hay una serie de pasos que se han ido
dando uno detrás de otro. El
gobierno progre del PSOE, con apoyo podemita ha dado uno más: el
de elevar a mujeres a puestos directivos en empresas capitalistas
para que puedan explotar tan a su gusto a la clase trabajadora como
cualquier hombre, que es así como los progres entienden la igualdad.
Ya
hemos entrado en la dinámica de la sospecha sobre el hombre. Las
redes sociales, las principales movilizaciones de los últimos
tiempos se centran en el hombre como enemigo de la mujer. Lo más
amable que se lee desde ciertos ámbitos del feminismo es la
consideración de “señoros” hacia los que las de las
antorchas consideran que lo son o de “machirulos” y de
“comumachos” a los hombres comunistas que les reprochan su olvido
de que hay explotación laboral de la mujer y el hombre más allá de
la opresión. A las mujeres que piensan lo mismo las consideran unas
manipuladas por sus camaradas hombres. La propuesta de que en el
último 8M los “aliados” masculinos, los de “por mi culpa,
por mi culpa, por mi gran culpa”, fueran en un lugar
diferenciado y alejado de los principales lugares del cortejo
manifestante ya indicaban hasta qué punto ese sentimiento de “pecado
original” debía estar presente entre ellos.
La
gran trampa que en el presente nos han tendido a hombres y mujeres es
que nos hagamos la guerra. Nos dividen, de entrada, al
50% y luego siguen dividiéndonos en miles de identidades
fraccionadas. La especie humana tiene ante sí enormes desafíos, que
son comunes a mujeres y hombres. De entre esos combates, la lucha
contra desigualdad económica es para ambos, salvo para la
oligarquía, la gran amenaza que conjurar.
5.-DEL
FEMINISMO DEL GÉNERO A LAS PEORES MANIFESTACIONES DE LA CUARTA OLA
FEMINISTA
El
conflicto latente que ocultaba la idea de género es que, al
centrarse de un modo tan acentuado en un concepto de feminismo y de
mujer, había de encontrar en el hombre y lo masculino su oponente.
Inevitablemente toda esa construcción se iba a acabar por deslizar
la pretensión hacia nuevas fragmentaciones, dentro del propio
feminismo. Ahí aparece ya la construcción personal del “yo” con
proyección narcisista.
Todo
ello hasta el punto se que el el supuesto“feminismo” guerrero más
joven ha construido La idea de que “lo
personal es político”.
Existen personajes como “Barbijaputa”, colectivos como “El Coño
Insumiso”, ejemplo de vulgaridad, Píkara Magazine o las múltiples
jóvenes feministas para las que contarnos sus disfrutes de un polvo
en redes sociales forma parte de la revolución femenina. Se desplaza
la lucha de lo colectivo hacia lo íntimo al modo de “follar
con empatía”,
como reivindica la podemita Beatriz Jimeno (con su obsesión de la
perspectiva de la sexualidad masculina como violación) y sobre
lo que ironizaba no hace mucho, por su moralina, otra autora en
la revista digital CTXT.
Estamos
ya en la fase del feminismo “Sálvame de Luxe” y del
“Hombres y Mujeres y Viceversa” (HVM). La comedia burguesa
con sus cuernos e infidelidades era menos chabacana que toda esta
exposición de picores en la entrepierna que el feminismo histórico
no pidió cotillear.
Si
en el pasado lo personal era el derecho a la privacidad, en los
tiempos de la “ventana indiscreta” de las redes sociales
la reivindicación del narcisismo conduce a mostrar las tetas en un
avatar o presentarse como objeto sexual pero negando serlo y
reivindicando el derecho a no ser tratada como tal o en ver en cualquier hombre a un violador potencial. Hay Manadas repugnantes y
que avergüenzan a cualquier hombre con un mínimo sentido de
humanidad. Pero el MeToo con antorchas y horcas llenas de ganas de abrirse paso hacia un éxito rápido profesional o político de las promotoras no es el camino.
La
heroína, en tiempos de “youtubers”, de “influencers” y de la
búsqueda de la notoriedad no es la permanente proletaria, nueva por
su capacidad de hacerse voz colectiva, como las Kellys o pronto a lograrlo como las
trabajadoras domésticas, sino la joven con antecedentes de colegio
de monja, familia católica y misa dominical que se sacó
oportunamente una teta en la capilla de la Universidad Complutense y
acabó, por su “valentía”, siendo la portavoz del Ayuntamiento
de Madrid, previa petición de perdón al arzobispo de Madrid, y que
se autodefine como “partisana”; un bonito modo de insultar la
memoria de las mujeres que en la lucha antifascista del siglo pasado
se jugaron la vida, perdiéndola en muchos casos.
En
esa manifestación de la construcción del yo narcisista femenino,
revestido de un aparente nosotras, tienen particular significado
expresiones que, si ustedes tienen especial interés, pueden
consultar. Por mi parte, no hago promociones del género contra
género:
En
cualquier caso, dentro de la cultura feminista admito que me pierdo
en terminologías más complejas como la de “menstruación
sostenible”. Ignoro si lo de sostenible se refiere a materiales de
higiene íntima femenina reciclable o a sistemas de achique con
válvulas de regulación. En cualquier caso, sobre la “menstruación
sostenible” se organizan talleres (previo pago, por supuesto). El
último ha sido el 2 de Julio pasado. Si se lo perdieron, lo siento
por ustedes porque en este caso era en un barco velero muy “cuqui”.
Tengo
la sospecha de que el movimiento feminista está alcanzado sus
últimos “éxitos”, si así puede llamarse a los de los últimos
tiempos, de que a partir de aquí todo se va a volver mucho más
difícil para él, de que va a ir apareciendo un creciente rechazo
hacia lo que significa ser feminista e incluso mujer. Creo que su
propia desorientación, desde que abandonó la perspectiva de clase y
se adentró en la de genero, le conducirá a una serie de derrotas
consecutivas que pagaremos mujeres y hombres porque lo afectado será,
una vez más, la idea de progreso social, humano, político y, por
supuesto, económico, una vez que el propio movimiento feminista se
adentró en sus zonas oscuras.
En
más de una ocasión he sospechado que posiblemente haya una
ultraderecha misógina, escondida bajo ciertos perfiles en redes
sociales y hasta en páginas progres que pudiera estar jugando a
hacer retroceder la emancipación de la mujer. Digo esto porque la
combinación de perfiles más o menos anónimos con la grosería tan
alejada de la realidad de la mujer trabajadora y de sus necesidades
reales, me hace sospechar un fin: ridiculizar al movimiento
feminista. Y creo que lo están logrando con creces con la ayuda del
actual.
El
sacrificio de tantas mujeres en defensa de su liberación a lo largo
de tantos años está quedando en un ridículo injusto pero bien
organizado por sus enemigos.
La
pregunta que hago no es por quién, ni al servicio de quién sino por
cuánto.
6.-EL
ARCOIRIS CON TODOS SUS COLORES Y OTROS NUEVOS: LA FAMILIA CRECE
El
movimiento LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) se ha
ido convirtiendo en LGTB+, con la incorporación de nuevas
orientaciones sexuales e identidades de género. Ha pasado ya por el
añadido de “intersexuales” (I) y “queer” (Q). Lo último es
el colectivo de los “pansexuales” o “poliamorosos” (P) y los
“asexuales” (A). Tendríamos, de momento, un sumatorio LGTBIQPA.
Pero en la práctica, la denominación consensuada dentro del
movimiento parece ser la LGTBI. Los otros grupos están a la espera
de “inclusividad” por adición.
Pronto
el teclado QWERTY del ordenador se quedará corto. A este paso, y
dado, que dentro del movimiento hay personas que consideran que
pertenecen a varias identidades, podríamos llegar fácilmente a 6
docenas por individuo.
El
“heteropatriarcado”, derivado de lo “heteronormativo” es una
de las principales fobias del lesbianismo desde la crítica a lo
hetero o a lo que llaman “cisgénero”, porque aunque
supuestamente se refiere con este segundo término a hombres y
mujeres heterosexuales, es con el hombre heterosexual su guerra, no
con la mujer heterosexual.
Nada
que oponer a los fantasmas y las fijaciones personales de cada un@
pero cuando se está condenando el llamado“heteropatriarcado”
tengo la sensación de que hay quienes intentan sustituirlo por un
“lesbomatriarcado”. Sería bueno que se explicite
abiertamente para que todos sepamos cuáles son las posiciones que
mantenemos sobre lo que algun@s
definen como un determinado sistema de dominación de género y
sexual y cuál es la propuesta concreta de liberación de género y
sexual de quienes afirman vivir dominadas bajo el heteropatriarcado.
Y
a partir de aquí en lo que ya no entraré es en la terminología al
uso porque necesitaría unas jornadas de formación específica para
las que no me siento suficientemente capacitado:
Androginia
Binarismo
de género
Disforia
de género
Género
fluido
Heterocentrismo
Heterosexismo
Intersexualidad
Outing
Questioning
Reasignación
de sexo
Queer
Terf
Transfobia
Transgénero
Transmisoginia
Victimización
Dentro
de la categoría del absurdo, una de las aportaciones trans a la
neolengua es la de ir un paso más allá que el feminismo de la
“cuarta ola” en el “lenguaje inclusivo”.
Desde
el feminismo tuvimos la neolengua origninaria, tan respetuosa del
género, del Lehendakari Ibarretxe con aquello de “los vascos y
las vascas”, tan del gusto de nuestros progres de IU de
entonces. Luego llego la @. Después la terminación en “x” (por
ejemplo “ciudadanx), puesto de largo por los agitamanitas del 15M,
y por fin el femenino como inclusivo de ambos sexos, géneros y
diferencias sexuales (ejemplo reciente la adopción del femenino en
la coalición progre “Unidas Podemos Izquierda Unida Equo”...y de
la Santísima Trinidad. Ahí va, que no es bastante inclusivo.
El
entorno trans ha dado un paso adelante para no molestar a nadie e
incluir inclusivamente la inclusividad inclusiva de un coro de
identidades y géneros en un solo dios verdadero: la terminación en
“e” como elemento que nos aúna transversalmente, como un espeto,
a todos (los heteros, los gais, las lesbianas, los queer, los trans,
los sexualmente reasignados y los cien mil hijos de San Luis).
Ejemplos concretos “niñes”, “ministres”, “alumnes”,
“chiques”,...¡Mis vaques!
Pero
la neolengua LGTBIQ no puede ocultar ni su derechización, ni su
mercantilización, ni el modo en el que este movimiento ha permitido
y sido cómplice de su instrumentación, al favorecer, y convertirse
en parte de un inmenso negocio. El ejemplo más claro lo tenemos en
cómo cómo se organiza la esponsorización del Orgullo por parte de
marcas capitalistas lo tenemos aquí).
Algo a lo que se refirió en su día el desaparecido Shangay
Lily cuando hablaba de gaypitalismo y de las mafias que estaban
convirtiendo el movimiento en otra cosa. A Shangay le recuerdo
haciendo sus mariconadas en cualquier cosa que a él le oliera a
contenido de clase. Y eso para ser alguien que venía del zapaterismo
hacía de él un ser maravillosamente solidario y tierno.
Al
capitalismo le viene bien toda diversidad e igualdad que no toque a
las relaciones sociales de producción, a la propia esencia del poder
capitalista y al beneficio empresarial. De hecho, en muchos casos
puede beneficiarlos. De ahí que muchos la promuevan. Si en el
pasado, la gerencia empresarial promovió la cogestión como forma de
pacto social y de clima laboral “satisfactorio” hoy lo hace con
el feminismo y con el
movimiento LGTB+. ¿Que ello mejora su integración laboral? Por
eso también peleamos todos los solidarios. Pero me pregunto si esa
es toda la reivindicación que la cuarta ola feminista y el
movimiento LGTB+ plantean para sus “miembras” o “miembres” de
clase trabajadora.
7.-VEGANOS,
UNA SECTA REALMENTE PELIGROSA
En
1978 conocí a un sujeto que decía defender “los derechos humanos
de los animales”. Era un pobre gilipollas. No es que me lo
pareciera.
Independientemente
de que nunca he creído en los derechos humanos porque se invocan
como si fueran algo heredado e inamovibles y no partes de un proceso
histórico de luchas, es evidente que entre la expresión “derechos
humanos” y “animales” había, al menos, una pequeña
contradicción.
Para
asumir que existen derechos de los animales hay, como poco, que tomar
en cuenta que estos son “concedidos” desde la parte humana. Uno
se pregunta cómo es posible hablar de “igualitarismo” cuando no
lo somos desde el momento en que esa igualdad parte de un lado
racional que no expresa la parte animal. ¿Cómo es posible que se
olvide el hecho de que unos anmales se comen a otros? Cuando
determinadas categorizaciones, como derechos e igualdad, son
trasladadas desde el lado humano al no humano es como preguntarse por
cómo interpretarán las águilas el comer ratones. Algo propio de
imbéciles.
En
la cadena trófica, a la que el ser humano pertenece y transforma con
su acción, igual que los demás animales, los omnivoros comen,
además de vegetales, carne. El ser humano también desde tiempos
inmemoriales.
No
se trata, como pretenden los animalistas y los veganos, de que los
seres humanos, al alimentarnos también de carne (les encanta
enfatizar la muerte llamando cadáver a un pollo asado) seamos
criminales, violentos o terroristas, términos con los que estos
sujetos nos definen. Simplemente es un hecho que necesitamos la carne
entre los demás componentes de la dieta. Son múltiples los casos de
veganos fundamentalistas que recaen en ella seducidos por su olor,
sabor o por los efectos sobre su salud de la ausencia de la misma en su dieta.
En
cualquier caso, celebrar que un león se haya comido a tres cazadores
furtivos, que no eran blancos europeos que van vivir la experiencia
de un safari, sino gente pobre que sobrevive cazando para otros, como
han hecho muchos animalistas y veganos, es propio de seres
desnaturalizados, de enfermos mentales que deben ser tratados en
clínicas, ya que su psicopatía les lleva a empatizar antes con
animales no racionales que con seres humanos.
Introducir
un sesgo moral ante la necesidad de alimentarse por omnívoros como
el humano es beatería absurda y un cinismo propio de quienes no les
importa tanto los “derechos” (una construcción humana) de los
animales como su deseo de autoproyección ética superior frente a
los demás.
Algo
muy distinto es el provocar en el sacrificio de los animales un
sufrimiento innecesario y que puede ser reducido, casi siempre, de un
modo muy notable.
No,
señores animalistas y veganos, no. No estoy hablando de algo
paralelo a la pena de muerte de seres humanos, algo abyecto, por
cuanto tiene de venganza. Me estoy refiriendo a algo tan básico como
la necesidad de comer el león a la gacela, el gato al ratón (ah no,
que el suyo está amaestrado, capado y es casero. Vaya con la
libertad animal) o el pulpo a pequeños peces. Y no, no estoy
trasladando una necesidad biológica, la de alimentarse, al
darwinismo social, que sí que tiene connotaciones criminales porque
dañar a otro ser humano para enriquecerse uno no es una necesidad
sino la opción del carente de escrúpulos.
Que
seamos seres con conciencia no es motivo para que cambiemos una dieta
que tiene cientos de miles de años, que se ha mantenido, por algún
motivo que la inteligencia de ustedes no alcanza a comprender, desde
la etapa cazadora del ser humano a la de la agricultura y la
ganadería, pasando por la recolectora, pero que no ha variado en su
combinación de lo orgánico vegetal y lo orgánico animal.
Ustedes
pretenden presentarse como seres de paz y armonía entre todas las
especies animales, las vegetales, que engullen (buena parte de
ustedes como sacrificio y con asco) y hasta las musarañas, piedras y
aire que respiran. Les pongo dos ejemplos de este cuelgue del que que
se alimentan:
“que
nos permitirán crear un mundo basado en la conexión en lugar de la
dominación, en mundo en el que los seres humanos se relacionen con
todas las criaturas del mundo —cada roca, cada gota de lluvia,
todos nuestros hermanos cubiertos de plumas y de pieles”
“Quiero
una rendición de cuentas completa, quiero ir mucho más allá de los
alimentos muertos que servimos a la mesa. (...) Quiero saber lo que
le ha ocurrido a todas las especies —no solo a los individuos, sino
a la especie en su conjunto—, lo que le ha pasado al salmón real,
al bisonte, al gorrión sabanero pechileonado y al lobo. Y no me
contento simplemente con saber el número de muertos y de
desaparecidos. Quiero que vuelvan”.
En
cualquier caso, por mucho que ustedes, “señores” , recurran a su
propia jerga de neolengua con palabros del tipo
es evidente que son una secta. Y de las peligrosas.
Entre
vuestras miles de estupideces la de considerar que los huevos “son
la regla de las gallinas”. Oiga, y no es la opinión de un
francotirador vegano sino de una eminencia dentro de su secta
Figuras:
cuando acabe este artículo me voy a hacer una tortilla de cuatro (4)
reglas de gallina con cebolla porque otra cosa es un pegote.
8.-LA
NEOLEGUA PRETENDE DEBILITAR EL PENSAMIENTO E IMPONER UN TOTALITARISMO
ELITISTA.
Cuando
un movimiento social emplea intencionadamente un lenguaje rebuscado y
complicado de entender, empleando conceptos que pueden ser expresados
de un modo más comprensible y menos críptico, es evidente que,
lejos de enriquecer el pensamiento, lo que pretende es debilitarlo.
El
constante recurso a la formación de términos mediante contracción,
mucho más que de derivación, entre estas corrientes de fabricantes
de “neolengua” pretende crear una sensación de cientifismo. Hoy
sabemos que la neutralidad ideológica que durante tanto tiempo se
asoció al concepto “ciencia”, procedente de las llamadas
“experimentales” (física, química,...) y que las llamadas
“sociales” intentaron durante tanto tiempo emular, tomando de las
primeras conceptos prestados, es una quimera o, mejor aún, una
falacia porque el investigador es un sujeto en proceso que afecta a
la propia investigación y a sus resultados y que, a su vez, es
afectado por ésta.
Sin
embargo, todo ese artefacto lingüistico que emplean estos
movimientos posmodernos como el feminismo de cuarta generación, el
LGTB+ o los animalista y vegano, no están construyendo categorías
de pensamiento que, al ser accesibles conceptualmente a la inmensa
mayoría de las personas, puedan ser debatidas y contrastadas. Buscan
adictos e incondicionales sin sentido crítico.
¿Recuerdan
aquella jerigonza de “1984”? “Crimental”, “doblepensar”,
“plusbueno, “dobleplusbueno”, “caracrimen”,
“nobueno”,...¿No ven ninguna similitud entre dichas “palabras”
y otras como “machirulo”, “comumacho”, “mansplaning”,
“transfobia”, “intersexual” u “ovolactovegetarianismo”,
por poner solo algunos ejemplos?
Lejos
de enriquecer el lenguaje, la “neolengua” es la negación de esa
riqueza porque pretende crear un vocabulario sustitutivo de aquél
que es asequible en el habla común de las personas y, puesto que
pensamos con palabras, empobrecer el pensamiento.
Merece
la pena, independientemente de la consideración ideológica que le
demos a la obra y su propio autor, reproducir algunas frases de Syme,
el colega de Winston Smith en el Ministerio de la Verdad de la novela
1984, en su conversación con el segundo.
“La
decimoprimera edición es la definitiva —dijo—.
Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendrá
cuando nadie hable más que neolengua. Cuando terminemos nuestra
labor, tendréis que empezar a aprenderlo de nuevo. Creerás,
seguramente, que nuestro principal trabajo consiste en inventar
nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir palabras,
centenares de palabras cada día. Estamos podando el idioma para
dejarlo en los huesos (…)
¿No
ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del
pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final,
acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento (...)
Hacia
el 2050, quizá antes, habrá desaparecido todo conocimiento efectivo
del viejo idioma. Toda la literatura del pasado habrá sido
destruida. Chaucer, Shakespeare, Milton, Byron… sólo existirán en
versiones neolingüísticas, no sólo transformados en algo muy
diferente, sino convertidos en lo contrario de lo que eran.”
9.-LA
GUERRA CIVIL ENTRE LAS TRIBUS INDIAS
En
el mundo de lo que ya ni siquiera pertenece al reformismo, de lo que
es más de lo mismo dentro del menú ideológico del liberalismo progre, pero con talante y algo de pomada, pronto aparece
la crítica. Es la de quienes beben de la misma fuente.
Bicicleteros
que se ofenden con Carmena porque los carriles-bici no son lo
bastante amplios o porque se los han construido en medio de las vías
de transporte de transporte habituales. Progres que esperaban una
mayor financiación de las asociaciones de vecinos (la idea de
autoorganización no entra en sus mentes), participantes en unos
proyectos “participativos” que se decepcionan de la democracia
“participativa” dentro del capitalismo pero que creen que se
puede cambiar “su” realidad utópica, no la de la clase
trabajadora, dentro del mercado de marcas electorales, gente que dice
ser muy “revolucionaria” pero que lo ha fiado todo al
voto,...Mujeres que tienen, dentro de su identidad feminista una
guerra con las transexuales porque consideran que no pueden
participar de su lucha, dado que antes eran hombres. Trans que
consideran que están siendo doblemente maltratadas, por la sociedad
y por las mujeres que niegan la empatía humana suficiente para
consideralas unas de las suyas. Feministas a favor del porno y la
prostitución como Amarna Miller contra feministas que están en
contra. Gais a favor de la paternidad mediante la compra de vientres
de alquiler contra feministas que se oponen a ello. Veganos que
tienen mucho que reprochar a los partidarios del bienestar animal e
incluso, según los sectores, a los del neobienestar y a los
ovololactovegetetarianos y a los vegetarianos en general. Mujeres
trabajadoras que se niegan a ser siervas de mujeres burguesas porque
no pertenecen a la misma clase, ni padecen las mismas situaciones, ni
se sienten arropadas por un movimiento que ya no las emancipa ni como
clase ni como personas (porque no se reconocen en El Coño Insumiso
ni en Barbijaputa), porque no va con ellas.
Prisma
de mil caras que no se encontrarán, cruce identidades en la que solo
importa la diferencia y el desencuentro, guerra civil de todos contra
todos, caos, solidaridades cada vez más excluyentes, soledad como
destino final y frustración dentro de ella.
Menos
mal que hay quien busca tender puentes, como ese ser de luz llamado
Ruth Toledano que propone una transversalidad creadora:
Esa
es la consecuencia de haber abandonado lo que nos une a tantos,
mujeres y hombres, heteros y gais/lesbianas, trans y feministas,
veganos y omnívoros. La creciente atomización de una lucha que nos
conduce a consumirnos a nosotros mismos.
Cuando
el fascismo, el de verdad, no lo que la mayoría llamáis fascismo,
llegue, cuando sintáis sobre vuestros rostros sus botas, quizá
algunos empecéis a preguntarnos el porqué y el para qué de tanta
“diversidad” promovido por “activistas” e “influencers” a
sueldo de los que algunos hace tiempo denunciamos, a los que
habéis estado aplaudiendo hasta con las orejas, que no nos enriquece
sino que nos debilita, separa y enfrenta.
10.-CONCLUYENDO
El
camino que habéis escogido quienes elegísteis los identitarismos o
“lo nuevo” solo nos conduce a las microfracciones del todos
contra todos. No veo en qué puede ganar cada corriente cuando dentro
de ella cada vez hay más que divisiones. Podéis venderlo como
diversidad pero, en realidad, es fraccionamiento, bronca y tendencia
a la derrota por vuestra locura hacia la separación de la gran mayoría, la conformada por mujeres y hombres explotados por el capitalismo.
Habéis
hecho ya la principal tarea: convertir todas las identidades en un
conjunto de egos inútiles para la acción pero capaces de sembrar la
división entre quienes sufren el poder del capital. Sois
esparcedores de la estupidez humana. Pero vuestro tiempo se agota.
Vuestra tarea está ya a punto de cumplirse. Pronto estaréis
amortizados.
Cuando
el capital deje de daros apoyo, veréis que hay un hoyo muy profundo
entre los relatos que habéis reproducido de vuestr@s
referentes y la realidad:
Esa
distancia se concretará de varias maneras:
La
de que vuestros mensajes tienen menos difusión. Si eres uno de esos
“influencers” vigentes o en proceso, te quedarás con la brocha
en el aire.
La
escasez de recursos económicos hacia tu movimiento o secta en
particular.
La
sensación de estar transmitiendo un discurso sin destinatario y
encerrado en el ego de vuestros emisores
El
descubrimiento de que quien hablaba por “vosotres” no era más
que una caterva de “niñates” que vendía el humo de su propio
deseo de brillar.
Algo
inventará el capital en sustitución del papelón que habéis
ejercido como señuelos que poner delante de los ojos de los
explotados y oprimidos. Pero deberá esforzarse en lograr una mentira
mejor que vuestra prostitución
Entonces
será el momento de mantener la memoria sobre vuestro papel pasado. Y
de tener claro que, con vosotras/”vosotres” se puede hacer
camino, pero teniéndoos de coche escoba y chupando rueda, que dicen en el ciclismo.
La
única opción que no engaña es la que te pone ante tus ojos la
condición de la clase a la que perteneces, sea tu identidad la que
sea, y la que te lleva a decidir si eres complaciente con las
justificaciones que te inventas o víctima consciente de un sistema
de explotación