Por
Marat
En
1998 codirigí, con otro técnico en investigación social y
política, unas jornadas con diversos agentes políticos, sociales y
económicos para la elaboración del Primer Plan Joven del Gobierno
Vasco, en base a distintos grupos de discusión basados en la
metodología cualitativa y en técnicas de diagnóstico y prospección
social.
Aclaro,
para los malintencionados, que mis trabajos como profesional
independiente han sido pagados siempre por empresas privadas e
instituciones políticas y sociales, del mismo modo en el que lo es
el trabajo del 99% de los trabajadores ocupados.
Antes
de continuar, aclaro a esos sujetos dos cuestiones más:
La
primera de ellas es que no intenten buscar críticas a dicha labor
por haber realizado algunos trabajos para un gobierno dirigido por la
burguesía vasca porque, si tan puristas pretenden ser, a lo mejor
debieran extenderlas a los funcionarios y empleados laborales de
todas las administraciones públicas españolas (central, autonómicas
y municipales) además de los que trabajan en empresas públicas, que
alguna queda aún. Al fin y al cabo, cuando se trabaja en ellas uno
conoce situaciones, unas correctas, otras absolutamente incorrectas
dentro de lo público. Y hay quienes ante lo injustificable callan,
la inmensa mayoría, y unos pocos a los que trabajar para otros no
nos lleva a callarnos, aunque en ocasiones hayamos pagado un alto
coste personal por ello.
En
segundo lugar, espero que ninguno de esos descerebrados pretenda
comparar el hacer un diagnóstico y una prospectiva sobre la
situación de la juventud vasca en un período concreto y sobre sus
necesidades, según sectores y clases sociales, con pasar a defender
los intereses de las burguesías nacionalistas, sean estas españolas,
catalanas o vascas, como hacen estos secuaces de las mismas.
Y
ahora vuelvo sobre la cuestión esencial que viene a colación de
este artículo.
Entre
las sesiones de la mañana y las de las de la tarde de aquellas
jornadas que les he citado, en las horas de las comidas, los técnicos
que participamos en ellas comíamos con diversos participantes en las
mismas.
En
una de esas comidas, me tocó sentarme a la mesa con uno de esos
eternos jóvenes -lo de eterno es porque el susodicho frisaba
entonces los 40 años- que habían nacido de la marmita en la que se
fabrica la poción mágica de los liberados de organizaciones
políticas. El mentado era un dirigente de las juventudes del PNV,
EGI (Euzko Gaztedi Indarra o Fuerza de la Juventud Vasca. Dejo para
ustedes la consideración de a qué les suena un nombre así).
En
lugar de interesarse por la metodología con la que abordábamos la
investigación o por la experiencia con la que contábamos en tareas
similares se fue directamente a preguntarme por mi orientación
ideológica -y es que la policía orwelliana del pensamiento siempre
funciona del mismo modo- Al otro no le preguntó porque ya sabía
sobradamente que era de su parroquia. Le respondí que no me parecía
muy oportuna su pregunta en una relación que debía ser
exclusivamente profesional pero que no tenía inconveniente en
aclararle que comunista. Pero no debió de convencerle la respuesta
porque, tras poner un mohín un poco extraño, volvió a las andadas:
“Pero ¿comunista español o comunista vasco?” Ahí ya le
fui claro: “No me siento español, aunque eso dice mi carné de
identidad. Y creo que si fuera vasco, tampoco me sentiría tal. Como
comunista solo me siento internacionalista”. Y ya el tipo
destapó el tarro de sus esencias y mostró toda su inteligencia: “Mi
experiencia me dice que el que dice que no se siente nacionalista, no
lo es de un lado pero sí de otro”. Ahí tenía que haberle
respondido: “Mira tu eres tan gilipollas que solo tienes patrias y
gudaris en tu cabeza”. Pero, como no quería poner en aprietos a mi
colega de profesión por tener un compañero tan deslenguado, me
limité a responderle: “El problema que tenéis los burgueses y
las derechas es que ocultáis vuestros intereses de clase bajo un
ropaje de intereses comunes de todos, cuando es sabido que hay clases
sociales y que utilizáis las banderas para cegar a aquellos que
explotáis en vuestras empresas”. Ahí se quedó la cosa y el
sujeto tuvo claro que podía contenerme pero no morderme la lengua ni
someterme a lamerle el culo como tantas veces he visto hacer a muchos
por no atreverse a ir políticamente a contracorriente.
Gilipollas
como este jeltzale de EGI me he encontrado estos días unos cuantos,
no muchos porque casi nadie me ha respondido desde Cataluña y casi
todos eran reBURROcionarios de alguna delegación del Procés en
Jodar, Calasparra o Correpoco, por un suponer de localidades hacia
las que siento todo el respeto del mundo, pero no a ellos, tras la
publicación de mi anterior artículo sobre el día después del
“referéndum” del 1-O. Estos figuras me han calificado como
“españolazo rancio”, “un fascista”, “un infiltrado
franquista”, “un facha que dice que soy comunista” o
alguien al que le “ha picado el mosquito mesetero”
(este es el término que más me ha gustado porque les delata
ideológicamente tal y como son, xenófobos hacia los habitantes de
las Castillas y lo que ellos entienden como atraso mental cuando
tanto franquista militó luego en las filas de CiU (baste
un ejemplo, entre muchos), el partido heredero del mencionado en
las anda el amigo Puigdemont, el cuál ha tenido que reinvertar sus
siglas para no acabar en el trullo por asociación para delinquir al
estilo del PP).
Algún
malnacido, fabricante a sueldo de crispación, me ha comprado con la
rana Jiménez Losantos. Resulta tan retarder mental e indecente que
responderle sería perder mi tiempo, que se me escapa entre los
dedos, como el de todos los que amamos la vida.
En
cuanto al “putillo” que me ofrece las caricias de su piolet poco
que decirle,
salvo
que ningún cagón como él llega ni subido a un globo aerostático a
la altura de un cobarde asesino como Ramón Mercader, que mató a
traición al modelo de criptomencheviques con los que ahora tan
ruinmente coincide en sus posiciones de lamer el culo a un sector de
la burguesía del Estado español. Los encogidos como él solo son
valientes en ese falso anonimato que da las redes sociales pero no
valen ni para ser la sombra traidora en el mundo real que apuñala
por la espalda porque se les va su testosterona
de matón de discoteca por la boca.
Si
algo me confirma que el Procés
es, ya no la farsa de la que hablaba Marx respecto
a la repetición de la historia,
sino una opera bufa que acabará en el más tremendo de los
ridículos, no son solo homúnculos como el anterior, sino la
estupidez de un Julian Assange, hacia el que siempre mantuve respeto
y admiración hasta que salió tuiteando
la imagen falsamente prefabricada de los tanques de Tiananmen con
la famosa
masacre que el propio Assange desmintió en 2011 en comparación
con lo que él dice que el pueblo catalán no permitirá. Cuando se
deja de hablar de lo que
se sabe
y se es
papagayo
de ciertos
lobbies de un sector de la burguesía de un país que se
desconoce,
se acaba
diciendo estupideces.
Del
mismo modo, que un imbécil y canalla compare al Estado español con
el genocida sionismo de Israel y a la “atribulada” Cataluña con
la doliente y asesinada Palestina me hace darme cuenta de hasta qué
punto están fuera de la realidad esta pandilla de enfermos mentales.
Frente
a ello, recibo lo que me dicen amigos de Cataluña y noto
una tranquilidad y un distanciamiento más que notables
respecto a la tensión inducida mediática e institucionalmente.
Del
mismo modo, veo entre la gente de Madrid y de otros lugares de España
un relajo
tremendo respecto a la Brunete mediática que clama contra el
gobierno español, exigiéndole tanques, cárcel y suspensión de la
autonomía.
El
pueblo catalán siempre estuvo sobrado de seny, justo
el que ha perdido la
burguesía nacionalista de
su tierra y sus
políticos principales porque creen
tener algo que ganar en una huida hacia delante que fuerce
la máquina, para
seguir chantajeando con
la tensión que obtiene
réditos económicos. Réditos
que no son para el pueblo catalán en su conjunto, y menos aún para
sus clases trabajadoras, sino para esas mismas burguesías que untan
a sus políticos corruptos. No
estaría mal analizar en relación con todo ello qué ha pasado en la
estructura productiva del capitalismo catalán y cómo éste ha
perdido pie en los últimos 10-15 años respecto a sus capacidades de
dinamizarse y de mantener su ritmo de acumulación del capital.
Entenderíamos muchas cosas pero ese análisis sería demasiado
marxista y los progres “putillos”, complices del Procés nunca
entendieron a Marx ni la dinámica del capitalismo.
En
el pueblo español nunca ha existido seny en la misma proporción que
en Cataluña pero no carece del sentido de la ironía, ese que ayuda
a distanciarse más de los que creemos sus críticos y que le hace
preferir cualquier estupidez de los ecos sociales antes que los
comportamientos políticos que buscan la ira inducida para obtener
réditos espurios.
Olvidan
algunos que los gritos de taberna en las redes sociales poco tienen
que ver con lo que, de verdad, pasa en la calle porque, a veces, el
público menos ideologizado contempla sin orejeras la realidad tal
cuál es y percibe el tongo del combate.
No
soy de los que les gusta recurrir a los periódicos digitales de los
progres; esos tan dados a las demandas democrático burguesas. Pero
cierto texto de una publicación dependiente del Público de Roures,
ese tipejo empresarial sin escrúpulos que hace comer a los podemitas
de su mano, que tensa y destensa situaciones en su propio beneficio
económico, me convence de que toda esta puesta en escena no es sino
una cantinflada destinada a hablar mucho sin decir nada. El texto de
Guillem
Martínez muestra de qué modo toda esta puesta en escena es pura
pose y cartón piedra.
Si
tuviera que resumir de un modo principal el porqué creo que, a
partir del día 2 de Octubre se verá que no habrá ni secesión, ni
sedición (sí, sedición es no solo golpe de Estado sino usar tu
legalidad para cambiar tus propias leyes a mitad del partido a tu
favor para crear una nueva falsa legalidad que viola los mecanismos
que antes aceptaste) es porque veo que la clase trabajadora catalana
y española no se sienten representadas ni incluidas en toda esta
mascarada entre burguesías.
Saben
que tanto el gobierno de CiU y luego PdCat, que incluye a los
tenderos pequeñoburguses de ERC, como el
de España, son los que les han jodido todos estos años de la crisis
del capital con sus recortes y sus leyes involutivas y que, ahora
que la burguesía logra recuperar su tasa de ganancia, no está
dispuesta siquiera a ofrecerle las migajas de una mejora mínima de
sus salarios o de
un empleo más seguro.
Que
las burguesías catalana y española hagan sus juegos de artificio,
que acabarán en un concierto económico al estilo vasco, no me
indigna. Lo que me revienta es el papel de de las CUP, pijoflautas de
papá, y de los reBURROcionarios de salón que traicionan a la clase
trabajadora sumándose a demandas democráticas institucionales y
abandonando a su suerte las de clase, mientras las traicionan,
apoyando un proceso dirigido por el PdCat, uno de los más
recortadores de derechos sociales y económicos de toda la etapa de
la crisis capitalista.
Como
prueba baste el botón que publica Viento Sur, la revista de los
podemitas de Anticapitalistas:
“En
realidad les quedan dos opciones: apoyar el proceso emancipatorio o
situarse en una posición marginal durante los próximos 20 años. En
una tesitura que vagamente recuerda a la actual y que ahora sería
demasiado largo de explicar, el PSUC y el PSC a inicios de los 80 se
equivocaron y estuvieron 23 años en la oposición.
¿Qué
habría hecho Francesc Pi i Margall? Está claro. Hace más de un
siglo los federales querían acabar con el caciquismo y el turnismo
del régimen de la restauración monárquica de 1874. Pi i Margall
planteaba una alianza entre republicanos y catalanistas. Con el
término "catalanistas" se refería a la Lliga
Regionalista. Hay que recordar que la Lliga era una propuesta
política mucho más derechista que un PDECat que acaba de descubrir
muy recientemente que es una opción republicana”.
A
modo de conclusión, así acaba su artículo este cráneo
privilegiado:
“No
sabemos qué nos ofrecerá un futuro muy, muy cercano, pero si se
quiere una hegemonía política de las izquierdas los próximos
veinte años hay que ser osados. Si se quiere dirigir hay que estar
delante, asumiendo contradicciones, claro que sí. Esquivar la
historia es suicidarse. Muchos vemos con emoción y esperanza que hay
un balcón que está esperando.” (Viento
Sur: “Comunes,
¿y si el dilema está equivocado?”. Jordi
Serrano)
Sospecho
que el “balcón
que está esperando” no
lo va ser para proclamar la República catalana sino para arrojarse
políticamente desde él, una vez que estos progres se han puesto al
servicio de los intereses de la burguesía.
Estos
homeópatas
de la revolución son listos útiles dispuestos a recrear y revivir
el papel más indecente de la socialdemocracia, que ya no es ni
minireformista.
No
me iré
sin responder a algunos lectores de solapas de libros que compran
porque hay que tenerlos para hacer méritos pero no que no abren ni
siquiera hasta la introducción al mismo.
Varios
“comentaristas” me
han citado a Stalin como autoridad en materia de cuestión nacional y
derecho de autodeterminación. Como voy
más allá de las
solapas de los libros y sí que me leí hace ahora unos 30 años “El
marxismo y la cuestión nacional”
les responderé alguna cosilla al respecto.
En
el marxismo, en lo relativo a autoridad teórica sobre el derecho de
autodeterminación han sido Marx y Lenin quienes más aportaron y con
mayor certeza.
En
cualquier caso, como el marxismo, salvo para los beatos que lo
degeneran, no es una religión, no hay infalibilidad papal sobre las
distintas posiciones que se han ido fijando. La validez del método
está por encima de la corrección de puntos concretos y
coyunturales.
Admitiendo
que Dzhugashvili (Stalin) señala algunas cuestiones interesantes
sobre los conceptos de nación, Estado, lengua/idioma, nacionalismo,
derecho de autodeterminación, conviene aclarar a estos lectores de
solapas que:
-
Stalin
no dijo nada sobre el caso español, que es el primer Estado moderno
europeo, del que diversas fuentes afirman que su Rey Ferrán de Aragón, Fernando el Católico,
es la inspiración de Nicolás de Maquiavelo para su compendio
teórico sobre la política expresado en “El Príncipe”.
Evidente limitación conceptual para tomar en consideración la
aportación de Stalin a
los problemas de integración territorial en el Estado español.
-
Para Stalin, la represión
hacia la lengua y la no enseñanza de esta en las escuelas es una de
las razones principales que explican que determinados pueblos se
sientan incómodos dentro de un Estado. El caso catalán, desde
1979, demuestra que esto no es así.
“¿Qué
es lo que inquieta especialmente a una minoría nacional?
Lo
que produce el descontento de esta minoría no es la falta de una
unión nacional, sino la falta del derecho a usar su lengua materna.
Permitddle servirse
de su lengua materna, y el descontento desaparecerá por sí solo.
Lo
que produce el descontento de esta minoría no es la falta de una
unión artificial, sino la falta de escuelas en su lengua materna.
Dadle
estas escuelas, y el descontento perderá toda base.”
Así
pues cierta afirmación de Stalin en “El
marxismo y la cuestión nacional”
sobre la lengua de las minorías nacionales parece, como poco,
inexacta e ingenua, tanto para el Imperio Ruso (su texto es de
1913), como para otras naciones, incluida España. Sobre
esto es discutible si España es o no una nación pero no el que la
potenciación de las lenguas propias de un territorio acabe con los
problemas de integración territorial. Los propios nacionalistas han
reconocido más de una vez que utilizar políticamente la lengua
ayuda a trazar frontera, a integrar lo nacional, a marcar
diferencias “nosotros vs- ellos” y a convertirla en ariete para
la emancipación de los pueblos.
Es
cierto que Stalin proclama en su texto el derecho de
autodeterminación de los pueblos pero...no
se sale en uno solo de sus ejemplos de los casos de naciones
sometidas bajo imperios concretos,
al igual que, en su día, habían hecho Marx y Lenin.
-
El
ruso: Polonia, Lituania, Ucrania,..
-
El
inglés: las antiguas colonias de Norteamérica que emitieron
su declaración de Independencia respecto a
este Imperio el
4
de Julio de 1776.
Debemos
añadir el caso de Irlanda,
-
El
Imperio Austro-Húngaro, que ya presentaba enormes tensiones
territoriales e interétnicas, antes de la guerra del 14 (I GM) y
que se descompone a gran velocidad, dando lugar a la aparición de
Estados separados como Austria y Hungría y Checoslovaquia, al final
de la gran guerra, además de integraciones de determinados
territorios del desaparecido Imperio a otros Estados como es el caso
de Polonia, que proclama su independencia en noviembre
de 1918, que se adjudica la región austriaca de Galitzia, entre
otras
recomposiciones en el este europeo.
Y
sobre el carácter de los movimientos nacionalistas, Stalin no se
engaña:
“La
lucha comenzó y se extendió, en rigor, no entre las naciones en su
conjunto, sino entre las clases dominantes de las naciones
dominadoras y de las naciones postergadas. La lucha la libran,
generalmente, la pequeña burguesía urbana de la nación oprimida
contra la gran burguesía de la nación dominadora (los checos y los
alemanes), o bien la burguesía rural de la nación oprimida contra
los terratenientes de la nación dominante (los ucranianos en
Polonia), o bien toda la burguesía "nacional" de las
naciones oprimidas contra la aristocracia gobernante de la nación
dominadora (Polonia, Lituania y Ucrania, en Rusia).
La
burguesía es el principal personaje en acción.
El
problema fundamental para la joven burguesía es el mercado. Dar
salida a sus mercancías y salir vencedora en su competencia con la
burguesía de otra nacionalidad: he ahí su objetivo. De aquí su
deseo de asegurarse "su" mercado, un mercado "propio".
El mercado es la primera escuela en que la burguesía aprende el
nacionalismo.”
(…)
“La
burguesía de la nación oprimida, que se ve acosada por todas
partes, se pone, naturalmente, en movimiento. Apela a "los de
abajo de su país" y comienza a clamar acerca de la "patria",
haciendo pasar su propia causa por la causa de todo el pueblo.
Recluta para sí un ejército entre sus "compatriotas" en
interés... de la "patria".
"Los de abajo" no siempre permanecen sordos a sus llamadas,
y se agrupan en torno a su bandera: la represión de arriba les
afecta también a ellos, provocando su descontento.
Así
comienza el movimiento nacional.
La
fuerza del movimiento nacional está determinada por el grado en que
participan en él las extensas capas de la nación, el proletariado y
los campesinos.
Que
el proletariado se coloque bajo la bandera del nacionalismo burgués,
depende del grado de desarrollo de las contradicciones de clase, de
la conciencia y de la organización del proletariado. El proletariado
consciente tiene su propia bandera, ya probada, y no necesita marchar
bajo la bandera de la burguesía.”
Esto
es algo que tanto progres (podemitas,
trotskos, pequeñoburgueses de ERC, pijoflautas de la CUP,...) como
parte de quienes reivindican la figura de Stalin “olvidan”. No
estaría de más que estos últimos leyesen más a su referente y no
se limitasen al mantra de las citas para cualquier situación y
ocasión. Al fin y al cabo lo hacemos muchos marxistas que no nos
identificamos ni con él ni con Trotsky. Quizá aprenderían algo de
poner siempre los intereses de la clase con la que dicen identificarse
en primer lugar, en vez de ponerse al servicio de los intereses de
las burguesías nacionalistas. Vale para Cataluña y para España.
En
Mayo de 2008, la burguesía del departamento de Santa Cruz, en
Bolivia, que venía azuzando a grupos indígenas para otorgar a su
movimiento separatista del Estado Boliviano una
“cierta base popular”, organiza un referéndum de autonomía al
margen del propio Estado y contra la voluntad del gobierno del
Presidente Evo Morales, que lo había declarado ilegal y no reconoció
sus resultados, pobres en afluencia de votantes. El objetivo real,
disfrazado de autonomía local y administrativa, era la secesión del
territorio más rico del país, entre otros motivos porque rechazaba
la orientación ideológica y popular del gobierno central. Los
intereses especulativos y de intención privada respecto a las
riquezas petroleras en ese territorio estaban detrás de toda esta
comedia bufa.
No
recuerdo a esos héroes no catalanes pero embajadores del referéndum
de autodeterminación para Cataluña en sus respectivas zonas
pronunciándose en un sentido o en otro sobre tal proceso de
autodeterminación. No soy ingenuo. No creo que fuese porque esta
gente fuese realmente de ideas progresivas y compartiese la
orientación ideológica del gobierno boliviano, y callase para no
criticar a un gobierno amigo, sino por cinismo, porque de
pronunciarse en contra del proceso sedicioso de la burguesía de
Santa Cruz, iban a tener una contradicción flagrante con su posición
tan favorable a la libertad del pueblo catalán contra su “terrible
Estado opresor”, el español, y hegemonizado por la burguesía y la
derecha catalana, salvo que pretendan que ERC es socialista (quizá
tras una fumada colectiva…) y
que la marioneta Puigdemont es un camarada bolchevique.
A
ver si aprendemos algo de la historia, amiguitos, y dejamos de hacer
demagogia barata y de putillos y putillas pijoproges de las
burguesías.
Déjenle
ese papel de jodeobreros al gran revolucionario Gabriel Rufián, que
deja bien claro en su perfil laboral de Linkedin a qué se dedicaba antes de vivir de la política y
la demagogia liberadora de pueblos oprimidos.