25 de diciembre de 2016

WDIA: LA PRIMERA Y REVOLUCIONARIA "RADIO NEGRA" DE LA HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS

Bukowski. magnet-xataca.com

Las tardes de 1947 se desplomaban, una tras otra, sobre los tejados de Memphis, Tennessee. Para J. Pepper y B. Ferguson, las cosas no estaban yendo bien. Enfundados en sus gabardinas –el otoño estaba siendo frío-, devoraban sus cigarros y trataban de cuadrar las cuentas. No habían pasado aún seis meses desde que habían inaugurado, con ilusión y whisky, su propia cadena de radio: la WDIA.

En aquel momento no habían podido prever que la ciudad no estaría interesada en otra cadena de radio basada en la música country y el light pop; aún era tiempo de andar asomados a la ventanas en los barrios de la ciudad, con la música acompañando a las amas de casa, antes de la invasión definitiva de los aparatos de televisión y los culos hundidos en sofás.

Aquello tenía poco arreglo. No había oportunidad de negocio para otra radio así. Decidieron dejarlo estar, desconectar los micrófonos, apagar las luces. Aquella tarde de octubre era, para ellos, una misa de requiem. Andaban desenchufando cables, recogiendo papeles, guardando facturas, robando algunos discos para darles mejor uso.

Alguien anda golpeando la puerta. Pepper acude a abrir, y se encuentra frente a él a un hombre negro, casi calvo, sonriente y con un bigote sin cerrar. “Me llamo Nat D. Williams”, dice. “Soy profesor de instituto, y creo que puedo salvar su empresa”. No había ningún motivo para fiarse de aquel negro, pero no había nada que perder. Lo sentaron a la mesa del despacho de Pepper, y le dejaron hablar.

Al día siguiente, Williams comenzaba a emitir su propio programa: el Tan Town Jubilee. Era jugárselo todo a una carta. Williams era el primer presentador negro en la historia de la ciudad, y la noticia corrió como la pólvora; como la pólvora con la que los grupos segregacionistas amenazaron a la cadena durante mucho tiempo. Tan Town Jubilee era el primer programa hecho por un negro y para la comunidad negra de Memphis: aproximadamente el 40% de la población de la ciudad. Durante el invierno de 1947, en las casas donde sonaba la WDIA dejó de escucharse country y empezaron a sonar las agrias voces y guitarras del blues.

Nat D. Williams
Las gabardinas de Pepper y Ferguson mejoraron en calidad tan pronto como la WDIA se convirtió en la emisora oficial de radio de Beale Street, los maravillosos tres kilómetros de avenida que, durante muchos años, fue La Meca del Blues. Un lugar que casi ningún chico blanco se atrevía a frecuentar, con clubes abiertos hasta las cinco de la mañana cada noche, donde los músicos de blues terminaban de tocar en un bar y se iban a beber al siguiente.

La WDIA había conseguido hacer escalera de color. Tocaba seguir apostando; jugaban sobre seguro. Durante los años siguientes, la emisora pasó a ser la única hecha enteramente por y para la población negra.

TAN TOWN JUBILEE ERA EL PRIMER PROGRAMA HECHO POR UN NEGRO Y PARA LA COMUNIDAD NEGRA DE MEMPHIS: APROXIMADAMENTE EL 40% DE LA POBLACIÓN DE LA CIUDAD
Lo que comenzó siendo un intento desesperado de salvar un barco que se hundía acabó siendo un estandarte de acero en la lucha por los derechos sociales de los negros. En la WDIA no existió jamás la segregación racial, y acogió a la primera voz femenina negra en la radio, la de la enorme –literalmente- Willa Monroe. También sirvió de altavoz para la incipiente lucha, que culminaría con cierta mujer negándose a ceder su sitio en el autobús. Y, de paso, también fue el lugar donde comenzaron sus carreras estrellas del blues como Rufus Thomas o B.B. King; y el lugar donde se formó un camionero al que luego llamaron Elvis Presley.

En 1954, WDIA era, de lejos, la cadena más escuchada de Memphis. Pepper, que se había quedado al cargo de la emisora, decidió echar el resto de las cartas sobre la mesa. La emisora amplió su capacidad de emisión hasta los 50.000 vatios. Las ondas derribaron las fronteras de Memphis, y pronto las voces de aquellos negros resonaban por todo el Delta del Mississippi. Esto despejó finalmente el miedo de los que quedaban: los anunciantes.

La WDIA tenía ahora la capacidad de llegar al 10% de toda la población afroamericana de América. No iban a dejarlo escapar. Sin embargo, la función social, adquirida y no innata, se mantuvo en la cadena; de hecho, fue su eslógan desde entonces. 50.000 Watts of Goodwill.

Placa en honor a Nat D. Williams
Nat D. Williams murió en 1972, pero su espíritu, y su historia, habían quedado para siempre; como el Museo de Derechos Civiles que había ayudado a crear. Lo demás, pueden seguir ustedes escuchándolo hoy, día y noche, en la frecuencia de los 1070kHz de la AM norteamericana.

I remember when the black ambulances could not haul white people. They had a white company, I’ll never forget, called Thompson’s. I was on my way to the station, and when I come around the curve there was the ambulance from S. W. Qualls with the door open, and there was a white lady laying in the ditch, bleeding. And they were waiting for Thompson’s to come and pick her up. Qualls couldn’t pick her up. I guess I waited thirty or forty minutes and still no ambulance.

They tell me that the lady died. So I came to WDIA and told the tale. I said, ‘Look here.’ I said, ‘Black folks put their hands in your flour and make your bread, they cook the meat, they clean up your house, and here’s this fine aristocratic white lady laying in the ditch bleeding and they won’t let black hands pick her up and rush her to the hospital.’ And the next week, they changed that law where a black ambulance could pick up anybody. I got that changed on WDIA.”

Reverend Dwight “Gatemouth” Moore, WDIA disc jockey

24 de diciembre de 2016

TRUMP DOBLA LA APUESTA DE LA CARRERA NUCLEAR

Página12

Donald Trump y su equipo elevaron el tono sobre una posible reactivación de la carrera nuclear, y dejaron claro ayer que el futuro gobierno no permitirá que ningún país aumente su capacidad estratégica sin responder de igual forma.

El futuro portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo ayer que el gobierno de Trump actuará de la misma forma en caso de que una nación extranjera aumente su arsenal nuclear, y añadió que esa posición valía para Rusia y para cualquier país. En la misma jornada, Trump ofreció una entrevista telefónica a la red de TV MSNBC pero durante una pausa comercial mantuvo una particular conversación con la periodista Mika Brzezinski. De acuerdo con Brzezinski, en ese diálogo fuera de micrófono Trump le dijo: “Dejemos que haya una carrera armamentista. Vamos a superarlos en cada etapa’’.

La frase corona un súbito endurecimiento del tono de parte de ambas partes reavivando el fantasma de una nueva carrera nuclear entre Washington y Moscú, un mes antes de que Trump asuma formalmente el poder en la Casa Blanca. La súbita tensión surgió después de que esta semana el presidente ruso Vladimir Putin orientara a las autoridades militares de su país a reforzar en 2017 la capacidad nuclear rusa con misiles capaces de atravesar cualquier escudo existente. Poco después, Trump recurrió a la red social Twitter con un mensaje donde expresó su convicción de que Estados Unidos debería fortalecer y expandir de forma importante su capacidad nuclear.

Ayer, Spicer justificó el tweet de Trump alegando que el futuro mandatario no será pasivo en temas de defensa y seguridad. “Hay países en el mundo en estos momentos que hablan de aumentar su capacidad nuclear. Estados Unidos no se sentará y dejará que eso pase sin actuar de la misma forma’’, expresó Spicer a la CNN. Por eso, agregó: “Si otro país expande (su capacidad nuclear) Estados Unidos actuará de la misma forma’’. Al ser interrogado sobre si Trump estaba dispuesto a utilizar armas nucleares, Spicer dijo que el presidente electo no está retirando nada de la mesa. “Pero no va a mirar sentado y dejar que otro país actúe’’, aseguró.

A su vez, ayer en Moscú, Putin dio el primer paso en una tentativa de poner paños fríos en la escalada de declaraciones, y dijo que no ve nada inusual en la posición declarada por Trump. “En lo que concierne al nuevo presidente electo, no hay nada nuevo. Durante su campaña electoral ya habló de la necesidad de fortalecer el componente nuclear de Estados Unidos, de fortalecer sus fuerzas armadas. No hay nada inusual en esas palabras”, aseguró Putin en su rueda de prensa anual.

En tando, desde su casa en Palm Beach, Florida, donde descansa, Trump decidió divulgar una carta que Putin le envió el pasado 15 de diciembre en que el líder ruso expresa su esperanza de una mejora en las relaciones bilaterales. Putin dijo esperar que Washington y Moscú puedan restaurar el marco de cooperación bilateral y llevar la colaboración en el plano internacional a un nuevo nivel cualitativo. En la escueta nota oficial que acompañó a la divulgación del mensaje, Trump comentó: “Se trata de una bella carta de Vladimir Putin. Sus pensamientos son correctos’’. Sin embargo, añadió un comentario de advertencia: “Espero que las dos partes sean capaces de hacer realidad estos pensamientos, y que no tengamos que viajar en un camino alterno’’.

En este escenario, el legislador demócrata Brad Sherman dijo a la prensa que los dos países se encuentran de hecho en medio de un proceso de modernización de su capacidad nuclear, de forma que el intercambio sería apenas una reafirmación de las políticas en curso.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
Tiempos extraños y extrañas amistades las del nuevo presidente multipersonalidades y el zar. Pero seguirán sus respectivos clubs de fans, que a veces creo que es uno solo, jaleando lo que digan y hagan ambos en eso que algunos describen como un futuro de cooperación entre sus dos países (seguramente de sus oligarquías), hasta que ellos les digan otra cosa y cambien el mensaje. Y entonces el pasado quedará enterrado, como si nunca hubiera existido. 

23 de diciembre de 2016

EL SINDICALISMO AMARILLO Y LA SOCIALDEMOCRACIA AYUDAN AL CRECIMIENTO DEL FASCISMO

Quim Boix. pensionistas.info/web/es (perteneciente a la Federación Sindical Mundial)

Algún lector puede considerar equivocado el título de esta reflexión.

Lamento decirle que no acierta. Lo que dice la frase anterior está demostrado por la actividad del amarillismo sindical y de la socialdemocracia en los últimos decenios.

Como fundador de muchos colectivos sindicales y veterano sindicalista, he comprobado que el fascismo se auto felicita (en realidad ha trabajado antes para hacer esto realidad) cada vez que un sindicato de clase se transforma, en la forma de actuar de su equipo dirigente, en un sindicato amarillo.

La socialdemocracia ayuda a lo anterior y además crea confusión ideológica, se llaman socialistas pero sus dirigentes son pro capitalistas, negando el análisis marxista de la realidad mundial.

Los dirigentes socialdemócratas ya demostraron, en 1.949, su sumisión a los intereses del capitalismo, al ayudar a crear (a partir de una pequeña parte de la FSM) la CIOSL (hoy CSI) para diferenciarse de la mayoría de la FSM y no asumir las lógicas y coherentes (con las necesidades de la clase obrera mundial) posiciones anti colonialistas y anti imperialistas del sindicalismo de clase.

Corresponde aquí, para que no haya malos entendidos, definir qué es (para mí, y creo que en general para todos los afiliados a la FSM) un sindicato amarillo.

El sindicalismo amarillo (el interclasista, el que se centra en realizar Pactos Sociales que frenen la capacidad de lucha de los explotados, el que apoya a la socialdemocracia) es el que no denuncia la existencia de la lucha de clases.

Puede hacerlo de muchas formas:

1) “Olvidando” de analizar la realidad económica en la que interviene como sindicato;

2) Analizando el entorno en que actúa sin reflexionar respecto el papel de cada clase social (explotadores y explotados, como resumen);

3) Considerando como problemas “superiores” la dificultades de funcionamiento colectivo de la sociedad, y proponiendo (como hace Syriza en Grecia) superar los problemas, que crea el capitalismo, con un entente interclasista;

4) Cambiando sus anteriores análisis, como sindicato, para adaptarse a lo que le impone la clase social dominante (esto es lo que ha hecho CCOO en el estado español).

Nuestro enemigo de clase, los que han vivido siempre a expensas del trabajo de los demás (esclavistas, monarcas, dictadores, burgueses, etc.), sabe usar perfectamente la regla de “divide y vencerás”. Se trata de dividir al enemigo. Ellos sí que saben quién es su enemigo, los explotados, por ello invierten en intentar dividirnos.

El paradigma de ello que mejor conozco es el de CCOO, que se ha pasado de ser sindicato ejemplo para los honrados sindicalistas de América Latina y de otros continentes, a ser uno de los sindicatos más útiles para el capitalismo mundial. Por ello:

1) le financian para que pueda funcionar como sindicato aunque haya perdido y siga perdiendo decenas de miles de afiliados;

2) la justicia burguesa le absuelve a sus dirigentes de los casos de corrupción demostrados;

3) le compran y corrompen a los dirigentes, que pasan (una vez prestados sus servicios al capital como sindicalistas amarillos) a jefes de personal, a altos cargos de las administraciones públicas o de organismos internacionales como la OIT; etc.

El marxismo, que dotó de clara ideología al movimiento obrero y sindical, fue en la fundación de CCOO su clara base ideológica. Por ello CCOO, al igual que todos los sindicatos clasistas del planeta, usó la realidad de la lucha de clases para ser parte de la vanguardia antifascista. Fue la principal organización de masas de las que ayudaron a acabar con la dictadura fascista de Francisco Franco. Hizo en esta lucha un gran y fundamental aporte ideológico.

Hoy en demasiados barrios obreros del estado español (donde CCOO era un referente seguido como referencia y respetado en sus consejos para las elecciones políticas) la confusión ideológica ha permitido al neofascismo del PP pasar a ser la fuerza política que recibe más votos.

Igual sucede con el voto obrero en demasiados lugares de Europa que antes tenían tradición de lucha anticapitalista.

Además, los dirigentes de CCOO, y los dirigentes del sindicalismo amarillo liderado por la CSI, (bien orientados por la burguesía, que sigue dándoles generosas subvenciones), hacen hoy mejor la difusión del mensaje inter clasista (me refiero a mejor en el sentido de hacerlo con más eficacia, para engañar a los asalariados) que la propia burguesía.

Basta con releer los documentos de los últimos congresos de CCOO, y de la CSI, para comprobar que, en los cientos de páginas que ocupan dichos documentos, siempre se usa la expresión “agentes sociales” pero nunca “clases sociales” (que era la terminología usada en CCOO cuando era un sindicato clasista).

Mi primera tarea como dirigente de CCOO (años 60 del pasado siglo) fue dar clases de sindicalismo. Evidentemente estas disertaciones se basaban en explicar la existencia de la lucha de clases. Hoy ya no se usa esta terminología. Prohibida de facto por la burguesía que financia a CCOO y a la CSI.

Consecuencia de todo lo anterior es la pérdida, por la mayoría de la clase obrera, de referentes en la lucha política. Y la incultura política ayuda al fascismo.

Al contrario, si la lucha sindical se hace con criterios clasistas ayuda a identificar al enemigo de la clase obrera y a sus organizaciones políticas (diversificadas para aparentar democracia, pero idénticas en el respeto a las leyes que imponen las multinacionales: ahora los Tratados de Libre Comercio que anulan la capacidad de decisión de los estados, tratados que apoyan todos los partidos pro capitalistas).

Los barrios obreros, desgraciadamente y como consecuencia lógica de lo antes explicado (a lo que hay que añadir el éxito –ligado a lo anterior- de la burguesía en ir deteriorando la calidad de la enseñanza), hoy son cada vez los lugares donde más crecen los votos (y no solo en España, en toda Europa) a las opciones fascistas. La incultura política y también la sindical están muy interrelacionadas, conllevan pensar que es suficiente cambiar a los protagonistas, sin tener en cuenta que lo que hay que cambiar son los programas, los contenidos de la propuesta política.

Los fascistas siempre han fomentado el inter clasismo. Siempre han extendido la ideología que niega la lucha de clases (igual que los sindicatos amarillos y la socialdemocracia). Siempre han fomentado la incultura (no solo la política), por ello quemaban los libros, por ello promueven la televisión y los medios de comunicación de masas sin contenidos culturales ni críticos.

Aquí está la gran coincidencia entre la socialdemocracia y los sindicatos amarillos con los fascistas. A unos y otros no les interesa que las personas seamos críticas.

Sé que la mayoría de los afiliados a los sindicatos amarillos, al igual que los afiliados a la socialdemocracia, que actúan de buena fe, no desean el auge del fascismo. Pero aceptan, como falso mal menor, no “dividir” a su sindicato o partido entre afiliados pro lucha de clases y afiliados pro interclasistas. Con ello, en nuestra realidad, dan mucha fuerza (cada día más) al interclasismo que usan los fascistas.

El único futuro positivo de la vida política, de un planeta que últimamente ve resucitar al fascismo, está en situar con claridad, y con su verdadero valor, la lucha de clases.

En mi opinión, aquí radica la gran tarea de la FSM, saber explicar la existencia de la lucha de clases y saber organizar a los explotados frente a su único enemigo, el capital (que usa y financia al fascismo).

Realmente la FSM además de ser la gran y única organización mundial anti capitalista y anti imperialista, va a ser (está siendo ya) la imprescindible gran organización antifascista.

Animo a todos los antifascistas a entender este gran papel de la FSM.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Desde la perspectiva del análisis anterior se entienden perfectamente:
  • El carácter de miserable esbirro del imperialismo USA, europeo y de las corruptas petromonarquías del golfo de la dirección de CCOO contra el legítimo gobierno sirio, expresada por su secretario general Fernández Toxo en su llamamiento a que la “comunidad internacional intervenga en Siria”, una indecencia a la altura del filoyihadista Santiago Alba Rico.
  • Las “exigencias” de CCOO y UGT, en sus últimas procesiones, para pedir un nuevo pacto social, justo cuando el capital ni lo quiere ni lo necesita y cuando más golpea aquél a la clase trabajadora.
  • La aproximación de los “ni-nis”, agentes del capital, de Podemos a estos sindicatos amarillos.
  • La defensa de la “financiación pública” -es decir, por el Estado de la burguesía- del sindicato amarillo CCOO, sin duda para así emplearse con más entusiasmo en su papel de vendeobreros.


21 de diciembre de 2016

MILES DE PARISINOS SE OPONEN A LA DESRATIZACIÓN DE LA CIUDAD AL CONSIDERARLO UN "GENOCIDIO"

Título original de la noticia: PARÍS QUIERE ACABAR CON SU PLAGA DE RATAS, Y MILES DE PARISINOS SE OPONEN AL CONSIDERARLO UN "GENOCIDIO"
Mohorte. magnet.xataca.com

Pocos países tienen tanta capacidad para el escándalo dramático como Francia. No hay cuestión lo suficientemente ridícula que no merezca ser luchada, de modo que cuando el Ayuntamiento de París anunció una campaña de desinfección de ratas a gran escala, miles de parisinos asistieron indignados a los acontecimientos. "Por encima de mi cadáver", se dijeron, y allí que van, lanzados con 20.000 firmas en contra del "genocidio" de las ratas.

Ah, Francia.

El problema es mayúsculo, por lo que la reacción exagerada de la opinión pública francesa también debía ser mayúscula. A la altura de la semana pasada, el consistorio parisino había tenido que cerrar nueve parques públicos ante la ubicuidad de los roedores callejeros. Hacía más de cuatro décadas que las ratas no proliferaban con tanta alegría por las calles parisinas, llegando a hacer suyo hasta el Campo de Marte, frente a la Torre Eiffel.

En cifras: hay alrededor de 4 millones de ratas por 2.3 millones de parisinos. Es una cuestión de escala si tenemos en cuenta que, como recogía Le Parisien, un feliz matrimonio de roedores puede engendrar una prole de casi 1.000 ratitas a lo largo de dos años. Ni siquiera la inusualmente alta tasa de fertilidad francesa puede competir contra tamaña productividad. ¿Solución? La guerra.

Dos agradables ratas para cada parisino
Las ratas se han adueñado de París, si bien habían sido tradicionalmente un icono más de la ciudad (cuya iconografía se remonta a los tiempos de Víctor Hugo). La propia industria cinematográfica francesa abrazó al despreciado roedor en Ratatouille, nombre tan válido para un plato de la cocina provenzal como para una rata-cocinera que gozó de un aplauso unánime entre la audiencia internacional. Ahora, Ratatouille se multiplica por millones y, amén de dominar la noche, se deja ver a diario por las calles de París.
Las ratas forman parte del imaginario de París en el siglo XIX,
aquí ilustradas por Gustave Doré.
Entonces, ¿por qué ahora? Es quizá lo que se está preguntando el Ayuntamiento de París. Como recoge The Guardian, según las autoridades locales no hay más ratas ahora de las que ha habido siempre en la ciudad, sino que los medios de comunicación, quizá espoleados por los turistas, les han prestado más atención. Dado que las ratas sólo necesitan comida, agua y un nido donde procrear, son una consecuencia casi natural de la densidad poblacional. Y en el fondo, argumentan, no son tan malas (suerte luchando contra la memoria).

Otra posibilidad es un pequeño cambio en las regulaciones de la Unión Europea. Tradicionalmente, el consistorio había utilizado un veneno muy efectivo que, cuando se pegaba al pelo de las ratas, se trasladaba a su organismo durante su proceso de higiene (similar al de los gatos). A los pocos días, los bichos morían. Pero la UE consideró que este método era peligroso porque podía contaminar el agua corriente de la ciudad (las ratas viven en las alcantarillas).

Ciudad del amor, ciudad de las ratas.
El cambio ha motivado que el veneno, ahora, tenga que desplegarse en trampas. Esas trampas suelen ser comida, pero las ratas parisinas tienen absurdas cantidades de comida a su alrededor (sin contar a quienes, turistas o locales, deciden darles comida) sin tener que buscarla activamente.

"No en mi nombre", dice el pueblo
Pero aunque no son agresivas ni invasivas, tienen mala reputación. De modo que el mismo ayuntamiento ha tenido que elaborar planes de control poblacional. Hasta que ha surgido una mujer llamada Jo Benchetrit y ha dicho "no".

Dado el estado de sitio decretado por el ayuntamiento contra las ratas, Benchetrit, activista y psicóloga infantil, publicó una petición pública llamando a detener "la masacre" y "el genocidio" que las autoridades parisinas quieren cometer contra la población de ratas. Lejos de parecer una frivolidad, la propuesta acumula más de 20.000 cifras, y sumando.

Auschwitz, según los 20.000 firmantes.
Según la misiva, "las ratas no son peligrosas para los humanos". Y continúa: "Su única culpa es que, según los parisinos, no son demasiado bonitas. ¿Es esta una razón de preso para infringirles la pena de muerte? Soy una psicóloga infantil y estoy horrorizada por la crueldad del hombre". En el resto de la petición, los firmantes llaman a sustituir los métodos de exterminio por otros contraconceptivos que limiten la capacidad reproductiva de las ratas. Otro hito del movimiento animalista.

El caso es que la atención mediática que las ratas de París han acaparado durante los últimos días también ha proyectado, de forma paralela, la popularidad de la propuesta de Benchetrit. Por lo que sólo cabe esperar que sus peticiones sumen apoyos en el futuro a corto plazo.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
Estoy haciendo un acopio prodigioso de energía para no expresar con todas las palabras merecidas lo que realmente pienso de estos animalistas, entre otras subespecies propagadoras del regreso a valores reaccionarios, la ignorancia, la estupidez, la infantilización de las mentes y, en general, una forma de pensamiento anticientífico, que no es otra cosa que una nueva medievalización de la sociedad y de las mentes.

Parece mentira que uno deba, en el siglo XXI, poner un enlace a las enfermedades, muchas de ellas mortales, que producen las ratas. Pero lo haré con el único fin de desenmascarar, a la vez que de contribuir a prevenir los crecientes brotes de idiotez social, a esa mezcla de criminales potenciales con cretinos impenitentes que dicen que las ratas no son peligrosas. Aquí les dejo el enlace sobre las patologías provocadas por las ratas (http://es.slideshare.net/aquariustkperalta/las-ratas-y-las-enfermedades-que-transmiten). Diviértanse.

Vivimos tiempos de incremento exponencial de la majadería. Incluso parece ser que hay estudios científicos que lo avalan. Cualquier extravagancia, por muy descabellada que sea, es inmediatamente aceptada por una cohorte inmensa de tarados.

Desde las ideas más extremistas del animalismo hasta quienes afirman que una civilización extraterrestre creó la vida en la tierra, mediante ingeniería genética, o que los Illluminati gobiernan el mundo, pasando por quienes afirman que se puede vivir sin comer o beber nada, alimentándose solo de la luz del sol, los abducidos por extraterrestres, hasta los contrarios a las vacunas y los que afirman que el cáncer se cura sin medicamentos y mediante naturopatía

Todas ellas son “creencias” peligrosas, unas porque propagan la ignorancia y la necedad con la misma fuerza destructora de las pestes medievales y de la edad moderna, otras porque conducen a la muerte. Las más, por ambos motivos a la vez. Y, en consecuencia, deben ser tratadas como crímenes contra la humanidad y a quienes las elaboran como criminales.

Estoy firmemente convencido de que esta pandemia de iluminados no ha aparecido de forma casual. El asalto a la razón desde la difusión a través de las redes sociales, las páginas de Internet, los programas de radio y televisión y los vídeos de teorías conspiranoicas tienen un único objetivo: la suspensión del pensamiento científico y de la racionalidad humanas y la creación de la enajenación social, con el fin de perpetuar la dominación de este sistema capitalista. Cuando algunas de las religiones principales ya no funcionan como “legitimadoras” de las históricas formas de explotación y de opresión, las nuevas supersticiones cumplen su función de vuelta al “pensamiento mágico” y la irracionalidad, que encapsulen a las personas fuera de la comprensión del mundo que les rodea y de la toma de conciencia de la necesidad de cambiarlo.

A esta miserable granuja, llamada Jo Benchetrit (psicóloga infantil dice que es, ¡pobres de los niños a los que trate!), que compara la desratización de París con el Holocausto y con Auschwitz (son palabras textuales suyas, no de magnet.xataka), le dejo este vídeo.


No, las ratas no son esos animalitos tan simpáticos que nos pintan en la película Ratatouille ni los seres humanos son ratas, a pesar de la comparación que hacen esta nazi mal disfrazada de otra cosa, llamada Jo Benchetrit, y su banda de 20.000 imbéciles cómplice-firmantes de ese manifiesto de mierda.


19 de diciembre de 2016

PROMESAS ROTAS: EL LEGADO ESTRUCTURAL DE LAS DEMOCRACIAS CAPITALISTAS


James Petras. La Haine

Este artículo empieza recordando las promesas del presidente saliente, Barack Obama y del presidente electo, Donald Trump.

Luego examinaremos las razones por las cuales la retórica populista y las promesas de paz y democracia que siempre se escuchan en las campañas se abandonan en cuanto el ganador nombra los miembros de su gabinete, comprometidos con políticas dictadas por las élites, militaristas y autoritarias, muy lejos de las expectativas de los electores.

Obama: Estilo y sustancia
Barack Obama, como todos los demagogos, prometió a los votantes estadounidenses que pondría fin a la ocupación militar de Irak, cerraría el campo de concentración de Guantánamo, acabaría con la tortura y el secretismo, defendería las libertades civiles, protegería a los poseedores de hipotecas estafados por los banqueros de Wall Street, aprobaría una verdadera reforma de la sanidad y elaboraría un procedimiento para que los trabajadores inmigrantes indocumentados y sus familias pudieran acceder a la ciudadanía.

Por encima de todo, Obama promocionó la idea de que era “el histórico presidente afroamericano” encargado de la tarea de cumplir las promesas de la revolución de los derechos civiles. Obama se dirigió a los activistas de los derechos humanos y civiles y les prometió poner fin a la violencia racial y la desigualdad. Prometió acabar con las violaciones de las libertades individuales por parte del Estado.

El “histórico presidente negro”: Una cantidad de promesas rotas sin precedente
Todos los presidentes, en mayor o menor grado, han quebrado sus compromisos electorales. Pero Barack Obama ha roto en sus dos mandatos más promesas y de mayor calado que cualquiera de sus predecesores. Su administración tenía por costumbre realizar promesas a sus seguidores para luego revisarlas inmediatamente y dar marcha atrás. Cada una de sus promesas de reforma social, atención sanitaria y política exterior basada en la diplomacia y el respeto solo sirvieron de preludio a la imposición de nuevas políticas más regresivas y nuevas guerras.

Su record es evidente: durante los ocho años de su presidencia, Obama rebajó las expectativas de todas las circunscripciones populares a las que cortejó y sedujo durante las campañas. ¡Nueve de cada diez estadounidenses negros votaron por Obama en ambas campañas! A pesar del abrumador apoyo de los afroamericanos, aumentó la desigualdad de ingresos entre trabajadores blancos y negros, aumentó la violencia policial letal contra afroamericanos y se multiplicaron los ataques de paramilitares blancos, incluyendo la quema de iglesias afroamericanas. Los afroamericanos acusados de delitos no violentos relacionados con las drogas (traficantes y consumidores) han sido encarcelados a un ritmo mucho mayor que sus homónimos blancos, mientras las gigantescas élites farmacéuticas y los médicos que prescriben narcóticos que estimulan la adicción a los opiáceos recaudaban unos beneficios cada vez mayores con total impunidad.

Obama continuó o comenzó siete guerras y docenas de operaciones violentas clandestinas, superando a su predecesor, el presidente George Bush hijo. Sus guerras provocaron la mayor cifra conjunta de africanos, árabes, asiáticos meridionales y europeos orientales desposeídos, heridos y asesinados de la historia mundial.

Obama transfirió 2 billones de dólares del Tesoro estadounidense para rescatar dos docenas de bancos de Wall Street, que a continuación siguieron ejecutando las hipotecas de 3 millones de viviendas de la clase trabajadora, en oposición a su retórica de campaña.

Las principales corporaciones multinacionales consiguieron ocultar más de 2 billones de dólares de beneficios en paraísos fiscales del extranjero. El presidente articuló en alguna ocasión una “crítica retórica edulcorada” contra los evasores de impuestos de las grandes corporaciones mientras seguía fiscalizando a los sobrecargados trabajadores, cuyos niveles de vida no paraban de caer.

Los militaristas corrompieron la administración Obama al completo hasta un punto no visto desde que los belicistas Harry Truman y Winston Churchill iniciaron cínicamente la Guerra Fría.

Obama practicó la política de rodear a Rusia de bases militares de EE.UU. y la OTAN asentadas por doquier, de los nuevos satélites bálticos estadounidenses a los Balcanes, del Mediterráneo al Cáucaso.

El régimen Obama financió los golpes de Estado violentos y las iniciativas sangrientas de “cambio de régimen” en Ucrania, Siria, Somalia, Libia, Honduras y Yemen, con resultados devastadores para millones de personas desplazadas y destituidas. Ningún otro señor de la guerra, pasado o presente, puede igualar la miseria y el caos sembrados por el régimen de Obama.

El don de lenguas de Obama
Obama, siempre camaleónico, hablaba con diferentes acentos y cadencias a las diferentes audiencias: a los jóvenes les hablaba en la jerga juvenil, se comunicaba con raperos, estrellas del baloncesto y del béisbol y famosos del cine. Con las damas negras que asisten a la iglesia, este graduado de la elitista academia Panahou y la Escuela de Derecho de Harvard, nacido y criado en Honolulu, adoptaba un acento baptista sureño, completamente ajeno a la forma de hablar de su madre y su abuela. Cuando se dirigía a los sofisticados peluqueros de perros de Chicago y a sus seguidores del sector de las finanzas, volvía a hablar con una seriedad profunda bien modulada.

Su lenguaje estaba lleno de eufemismos: el famoso pivote hacia Asia suponía un agresivo y peligroso cerco marítimo y aéreo a China, con la intención de paralizar la mayor economía asiática.

Mientras hablaba de protección al medio ambiente y derechos de los trabajadores, presionaba para lograr el Acuerdo Transpacífico de libre comercio que otorga a las corporaciones multinacionales el poder de devorar los derechos laborales o las regulaciones ambientales.

También había prometido con tono firme proteger el acceso de los nativos norteamericanos a sus tierras tradicionales, sus fuentes de agua y sus lugares culturales, comunitarios y religiosos. En la práctica, protegió los grandes proyectos de gasoductos y oleoductos que invadieron las tierras indígenas con una brutal policía militarizada y guardias de seguridad privados, que golpearon y encarcelaban a los activistas por la justicia social y amenazaron a los periodistas.

Obama ha reforzado los existentes operativos de vigilancia de la policía estatal a pesar de que violaban derechos constitucionales y ha impuesto una ampliación del control policial, especialmente contra los denunciantes de abusos (wistleblowers). Al mando de una de las administraciones más herméticas de la historia, es el presidente que ha perseguido, destruido y encarcelado más funcionarios heroicos, por el “delito” de sacar a la luz delitos del Estado contra la ciudadanía. Ha hecho ostentación de las leyes federales que garantizan la protección de dichos denunciantes mientras aterrorizaba al sector público, desmoralizando a lo mejor de nuestros funcionarios.

Donald Trump: Promesas electorales y traiciones poselectorales
Decidido a superar las promesas rotas del presidente Obama, el presidente electo Trump rápidamente renunció a su campaña retórica de “drenar la ciénaga” de Washington y abrazó a sus “acérrimos enemigos” con el fervor de una cortesana experta. Los políticos republicanos tradicionales, empresarios y ocupantes de Wall Street, inicialmente opuestos a “Donald”, se han subido al carro y se han lanzado a sus brazos.

Trump ya ha roto las principales promesas que realizó en campaña a sus electores. Al tiempo que anunciaba que no “encarcelará” a Hillary Clinton por sus actividades relacionadas con la Fundación Clinton cuando estaba en el poder, ha alabado su valor e integridad. Después de ser elegido, incluso ha condescendido con el antiguo presidente Bill Clinton, el del “escándalo sexual del despacho oval”. Puede que Trump haya cambiado de opinión respecto a la corrupción y los delitos de los Clinton, pero su masa de seguidores no lo ha hecho.

Trump alabó públicamente a Hillary Clinton a cambio de su decisión inicial de no enfrentarse a su victoria y “transición” electoral. Sin embargo, la utilización por parte de la señora Clinton de la candidata del Partido Verde Jill Stein para oponerse al conteo electoral y las acusaciones de la CIA y el Partido demócrata de la conspiración Rusia-Trump-FBI para influir en la campaña puede forzarle a revisar su decisión cuando de la ciénaga parecen surgir maniobras para dar un golpe de Estado palaciego.

Ha continuado con sus negocios privados, a los que prometió renunciar, para consternación de sus leales activistas de base.

Con la elección de los principales miembros de su gabinete, Trump ha lanzado señales contrapuestas: rompió sus promesas respecto a sus políticas económica, diplomática y exterior al nombrar o considerar el nombramiento de varios políticos representativos del ala republicana más convencional para ocupar puestos importantes, incluyendo a un vocal crítico como representante ante la ONU. El ala mayoritaria de los republicanos despreciaba a la masa electoral que apoyaba a Trump. Sin embargo, Pero también se ha rodeado de consejeros delegados del sector empresarial más orientados al mercado y menos militaristas que los típicos políticos del establishment demócrata y republicano.

También ha mantenido su promesa electoral de proteger el comercio y la industria estadounidenses, favoreciendo una política comercial con Rusia y pretendiendo negociar acuerdos de comercio más ventajosos con el presidente chino. Ha anunciado el nombramiento del consejero delegado de Exxon, Rex Tillerson, como secretario de Estado, una decisión claramente encaminada a finalizar las sanciones contra Rusia, que habrían cerrado las puertas de ese enorme mercado a las empresas y los gigantes de la energía estadounidenses.

Ha apelado directamente a la masa claramente partidaria de Israel, prometiendo “hacer pedazos” el acuerdo nuclear con Irán, muy impopular entre los judíos estadounidenses e israelíes militantes. A pesar de decir que era “el peor acuerdo de la historia de EE.UU.”, parece haber dado el “visto bueno” a los intereses de las grandes compañías de gas y petróleo, encantadas de firmar contratos multimillonarios con Teherán, y al gigante aeroespacial Boeing para que venda una nueva flota de aviones de pasajeros a Irán.

La demagogia electoral no es solo el triste patrimonio de Obama. La quiebra de las promesas es “la tónica dominante” de todos los presidentes demócratas y republicanos. El engaño y el lenguaje populista falso son moneda corriente porque es lo que exige la democracia capitalista a sus representantes políticos.

Las bases estructurales de la democracia capitalista
En las democracias capitalistas, los presidentes simulan dirigirse al “verdadero pueblo” mientras trabajan hábilmente a favor de los intereses de los grandes capitalistas y banqueros.

Cuando la “democracia capitalista” se ve amenazada y desacreditada, entra en acción la búsqueda de demagogos populistas. Cuando los activistas por la paz y la justicia social organizaban manifestaciones masivas contra los bancos lideradas por el movimiento “Occupy Wall Street”, los banqueros echaron mano del “primer presidente negro de EE.UU” para desviar la indignación de los propietarios de viviendas desahuciados, engañar a los estudiantes blancos, tomar el pelo a los votantes latinos, cautivar a las devotas negras y conducir a todos ellos a los brazos corrompidos del partido demócrata.

Cuando la economía obligó a millones de personas a aceptar trabajos mal pagados y sin futuro y a disminuir su nivel de vida, cuando la globalización empobreció a pequeños y medianos empresarios y tenderos locales, apareció en escena un multimillonario bocazas rey de los casinos para ladrar su hipócrita retórica populista denunciando a la Sra. secretaria Hillary Clinton por sus lazos carnales con Wall Street. ¡Y resultó elegido presidente de los EEUU!

En otras palabras, cuando el capitalismo entra en crisis, los demagogos salen de debajo de las piedras.

Extravagantes capitalistas demagogos reemplazan a los típicos mentirosos transmisores de políticas electorales corruptas. La demagogia de Obama y de Trump ganó a los discursos aburridos de Hillary Clinton y Mitt Romney. Independientemente de lo estrafalarias que sean sus mentiras, Hillary y Mitt no fueron capaces de atrapar la imaginación de los votantes. Las democracias capitalistas se han hecho más frágiles cuando las crisis económicas han arraigado y las recuperaciones son breves y débiles. El ascenso creciente de demagogos presidenciales, de Obama a Trump, refleja el rechazo de las élites capitalistas a compartir cualquier ganancia de productividad con los trabajadores o a pagar impuestos sobre los beneficios que les reportan sus empresas en el extranjero para así aliviar la carga fiscal sobre los asalariados, o de invertir en una economía productiva que proporcione empleo a trabajadores bien pagados en lugar de participar en la especulación.

La “democracia capitalista” ya no puede engañar a los votantes. La mitad de ellos se abstienen de un proceso que no refleja sus intereses. Y la mitad de los votantes reales rechazan a los políticos tradicionales. Para retener una mínima apariencia de legitimidad electoral y permitir que los capitalistas continúen su gobierno, los demagogos tienen que reemplazar a los políticos “averiados” que se han prostituido demasiado abiertamente y con demasiada frecuencia.

Más del 80 por ciento de los votantes saben que sus votos no tienen ningún impacto en las decisiones políticas relacionadas con la guerra y la paz, las desigualdades internas y la distribución de la renta: los asuntos que realmente importan.

El capitalismo ya no es capaz de seguir reproduciéndose mediante una maquinaria electoral falsa. Si no fuera por la predecible aparición de novedades, como el “primer presidente negro” Obama o el “famoso presentador” Trump para ocupar la Casa Blanca gracias a un voto de protesta masivo, decenas de millones de abstencionistas y votantes descontentos podrían llenar las calles, echar a patadas a los líderes sindicales impostores que “hablan” solo por el 7 por ciento de los asalariados y rechazar de plano a los dos partidos políticos unidos como uña y carne al servicio de la élite del 1 por ciento.

Conclusión
Imaginemos que los demagogos capitalistas finalmente pierden su atractivo para las masas por causa de sus repetidas promesas incumplidas. Supongamos que se produce un regreso temporal a los charlatanes políticos insulsos, responsables y cotidianos, cuando se agote este llamado “ciclo de outsiders”. El descontento de las masas no desaparecerá. A medida que crezcan la crisis económica y las desigualdades, será inevitable que se produzcan estallidos públicos extra-parlamentarios. Estas explosiones instalarán el miedo y la incertidumbre entre los banqueros, los especuladores y los fabricantes multimillonarios de dispositivos electrónicos. La tan cacareada “arquitectura de Silicon Valley” se derrumbará como castillos de arena. Puede que la clase capitalista tenga que cambiar las urnas por las balas. ¿Podrán confiar su riqueza y su estatus en las manos de miles de soldados y policías a quienes se les ordene rodear y disparar a millones de sus compatriotas trabajadores? ¿O ya están soñando con robots…?


NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG
Nada que objetar al artículo de James Petras. Todo lo contrario. Salvo un “pequeño” detalle: este párrafo:

Cuando los activistas por la paz y la justicia social organizaban manifestaciones masivas contra los bancos lideradas por el movimiento “Occupy Wall Street”, los banqueros echaron mano del “primer presidente negro de EE.UU” para desviar la indignación de los propietarios de viviendas desahuciados, engañar a los estudiantes blancos, tomar el pelo a los votantes latinos, cautivar a las devotas negras y conducir a todos ellos a los brazos corrompidos del partido demócrata.”

A estas alturas, Petras debiera saber que tan engañoso como Obama fue el movimiento de disidencia controlada “Occupy Wall Street”, al igual que en España lo fue el 15M. Sí ustedes lo dudan pueden leer este largo pero sustancioso texto en el que se habla de esto https://laverdadocultablog.wordpress.com/2015/10/31/388/; una parte del mismo dedicado a dicho movimiento y a sus “organizadores”.

17 de diciembre de 2016

EL IDENTITARISMO, EL CAPITALISMO Y LA IDEOLOGÍA

Maciek Wisniewski. La Jornada

El identitarismo –multiculturalismo o mal llamada corrección política–el principal leitmotiv de las elecciones en EU, las convirtió en un choque entre sus defensores (H. Clinton) y detractores (Trump). Ahora el mismo término se convirtió en uno de los principales culpables por la derrota de los demócratas (véase: P. Krugman o M. Lilla). Lo cierto es que tanto sus limitaciones como el origen de la reacción racista-sexista del trumpismo tienen un denominador común: la perenne negativa de las élites liberales a desafiar (incluso paliar) el destructivo avance del capital.

2) Desde los 70 el identitarismo fue la principal estrategia electoral de los demócratas. Su culpa, sin embargo, no estaba en abrazarlo –al final se trataba de integrar las minorías en el sistema político–, sino en su simultánea capitulación ante el neoliberalismo, una guerra de clases desde arriba para restablecer los deseados niveles de ganancia mediante el empobrecimiento de los trabajadores y en la internalización de todas las restricciones materiales impuestas por él, junto con las únicas prácticas económicas posibles (privatización, desregulación, recortes). Lo poco que se reservaron era la crítica del racismo y el sexismo (y no por el papel sistémico que juegan en el capitalismo, sino por ofensivos). Era lo único que les podían ofrecer a sus votantes.

3) Vicenç Navarro: con este giro los demócratas abandonaron también la clase como una categoría sociopolítica y las políticas redistributivas en general; las nuevas políticas anti-discriminatorias sin sensibilidad de clase beneficiaron apenas a una fracción alta de la población, sin que las clases bajas sintieran su efecto y, en vez de cambiar el poder de la clase dominante, sólo cambiaron su color y género (“Público”, 14/11/16).

4) Jodi Dean, estudiando sus últimas mutaciones, apunta a un crucial vínculo entre el identitarismo y las redes emocionales del capitalismo comunicativo. Diseccionando el eslogan de la campaña de H. Clinton –Yo estoy con ella [#ImWithHer]–, una hashtageable declaración de identidad diseñada para hablar más del votante que del candidato (mezcla de sentimiento y opinión hecha para redes sociales, que lo hace a uno sentirse involucrado y político), subraya un importante cambio: si antes los políticos pretendían hablar por nosotros, ahora debemos hablar por nosotros mismos desde la identidad individual (raza-etnia-género) más allá de las clases [e incluso de la realidad política-social]. Hablar por sí mismo y cuidarse por sí mismo en vez de ser lo que es –síntoma de la destrucción de lo común por el juggernaut neoliberal– nos fueron revendidos como importantes actos políticos (Verso blog, 26/11/16).

5) Como subraya Nikhil Pal Singh, el último principal argumento del identitarismo y de los liberales de que este país-gobierno funcionaba era Obama: su ascenso, su presidencia post-racial y la diversificación de élites que encarnaba legitimaban al sistema y alimentaban las apariencias del progreso y el buen estándar de justicia social, incluso a pesar de las evidencias de lo contrario (guerras, deportaciones, estagnación (*), desigualdad). Ha sido un error haber creído en todo esto (“Salvage”, no. 4, 11/16).

6) El individualismo identitario –sigue Dean, que en su Crowds and party (2016) aboga por la recuperación de lo colectivo– descansa en la amplia desconfianza en las instituciones (fruto de la ofensiva ideológica neoliberal que acompañaba al desmantelamiento del Estado de bienestar) y la convicción de que uno puede contar sólo con uno mismo, haciendo que hoy el egoísmo, no la solidaridad, sea la fuente de la dignidad; el identitarismo convierte estos sentimientos en arma y nuestras facetas demográficas en trinchera de donde debemos lanzar continuos ataques para sobrevivir.

7) En el camino también los supremacistas blancos –seguidores de Trump– se apropiaron del lenguaje de la identidad. Si bien intentan presentarse como excluidos (por migrantes, negros, latinos), en realidad confunden la pérdida de privilegios raciales con estar verdaderamente oprimidos. “Éste es el contexto –bien dice Judith Butler– en que hay que entender los alegatos de la extrema derecha” (“Die Zeit”, 28/11/16).

8) Como subraya Arun Kundnani, siempre hubo una brecha entre lo imaginario del multiculturalismo y el feminismo de las élites y la vida real/brutal de la gente de color y las mujeres en los EU (ejemplificada por B. Clinton y sus recortes al sistema de bienestar, acompañados por la expansión del sistema carcelario racializado), y fue justo esta contradicción la que catapultó a Trump (Open Democracy, 19/11/16); no obstante, el golpe a una pasajera tregua racial que los liberales y conservadores declararon en torno al multiculturalismo neoliberal ya vino en 2008 con la irrupción de lo real del capital: el colapso financiero y la crisis de la vivienda, cuyas principales víctimas eran los supuestos beneficiarios del identitarismo (negros y mujeres).

9) Otra prueba de esterilidad del identitarismo fue ofrecida por la misma H. Clinton y ni siquiera cuando la plataforma construida en torno suyo fracasó, sino después de las elecciones, cuando, tras meses de asegurar que era la única salvadora de las minorías y las mujeres ante la amenaza que venía [Trump], legitimó al presidente electo (un racista y un misógino) y se las entregó sin ninguna resistencia (traicionando las políticas antirracistas y feministas).

10) No obstante, Louis Proyect –desde su mirada marxista–, ante los llamados a “enterrar al ‘identitarismo’”, llama a no tirar el bebé con al agua del baño. Citando el ejemplo de los trabajadores negros en la plagada de racismo industria metalúrgica, que sólo gracias a su propia acción afirmativa salieron de la marginalización, subraya que el simple retorno a clase –articulado p.ej. en nombre de B. Sanders por J. Stein– suena atractivo, pero es difícil de implementar dada la inherente tendencia del capitalismo a dividir a los trabajadores usando el racismo y sexismo, por lo que no hay que olvidar las demandas particulares: En términos dialécticos, negar la existencia de contradicciones y oponerse a resolverlas solo llevará a su ahondamiento (“Counterpunch”, 2/12/16).

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG

(*) Estagnación: es un ciclo económico marcado por el crecimiento del Producto Nacional Bruto de menos de un 1% por año. Se traduce por “estancamiento”. El concepto es, en sí mismo, discutible porque, cuando se prolonga durante varios años, lo que hace es dificultar enormemente la reproducción del capital y, con ello, abocar a la economía a una nueva recesión.

16 de diciembre de 2016

ESPERANDO A TRUMP. LA CRISIS SISTÉMICA GLOBAL Y ALGUNOS MANOTAZOS DESESPERADOS

Jorge Beinstein. La Haine

A partir de la victoria de Trump los medios de comunicación hegemónicos han lanzado una avalancha de referencias al “proteccionismo económico” del futuro gobierno imperial y en consecuencia al posible inicio de una era de desglobalización.

En realidad la instalación de Trump no será la causa de esa desglobalización anunciada sino más bien el resultado de un proceso que dio su primer paso con la crisis financiera de 2008 y que se aceleró desde 2014 cuando el Imperio ingresó en un recorrido descendente irresistible.

Desde el punto de vista del comercio internacional la desglobalización viene avanzando desde hace aproximadamente un lustro. Según datos del Banco Mundial en la década de los 1960 las exportaciones representaron en promedio el 12,2 % del Producto Bruto Global, en la década siguiente pasaron al 15,8 %, en los años 1980 llegaron al 18,7 % pero hacia fines de esa década el proceso se aceleró y en 2008 alcanzó su máximo nivel cuando llegó el 30,8 %, la crisis de ese año marcó el techo del fenómeno a partir del cual se produjo un descenso suave que se acentuó desde 2014-2015 (1). La propaganda acerca de que las economías se internacionalizaban cada vez más, condenadas a exportar porciones crecientes de su producción fue desmentida por la realidad desde 2008 y ahora la globalización comercial comienza a revertirse.



Pero las dos décadas de globalización acelerada fueron principalmente un movimiento de financiarización, de hegemonía total del parasitismo financiero sobre el conjunto de la economía mundial, su centro motor se encontraba en los Estados Unidos, extendiendo sus fortalezas hacia el conjunto de Occidente y el socio oriental Japón. Los llamados “productos financieros derivados”, negocios especulativos altamente volátiles, verdadero corazón del sistema, llegaban en el año 1999 a unos 80 billones (millones de millones) de dólares, aproximadamente dos veces y media el Producto Bruto Mundial, luego esa masa se expandió vertiginosamente y en 2008, un poco antes del desastre financiero tocaba los 683 billones de dólares, casi 12 veces el Producto Bruto Mundial de ese año. Allí alcanzó su techo histórico, creció luego muy poco en términos nominales de tal manera que hacia fines de 2013 llegaba a los 710 billones de dólares (9,3 veces el Producto Bruto Global de ese año), fue el comienzo del desinfle ya que en diciembre de 2015 había caído a 490 billones (6,6 veces el Producto Bruto Global de 2015). La oligarquía financiera había entrado en declinación lo que acentuó su canibalismo interno y sus tendencias depredadoras no solo en la periferia sino también en el centro del sistema.



A esos procesos económicos se agregó una profunda crisis geopolítica, el expansionismo políticomilitar del Imperio fue frenado en su principal territorio de operaciones: Asia. Los dos rivales estratégicos de Occidente: China y Rusia, estrecharon su alianza y fueron arrastrando hacia su espacio a grandes, medianos y pequeños estados de la región: desde India, hasta Irán, pasando por las naciones de Asia Central. Los recientes giros de Turquía y Filipinas alejándose de la influencia norteamericana y acercándose al espacio chino-ruso marcan desde el Mar Mediterráneo y desde el Océano Pacífico, en los dos extremos geográficos de Eurasia, el declive de la dominación periférica del imperialismo occidental. El fracaso estadounidense en Siria señala el principio del fin de su omnipotencia militar.

Sin embargo la decadencia de Occidente no implica el seguro ascenso de los capitalismos de estado ruso y chino como nuevos amos del mundo, la crisis está llegando a China, su crecimiento se va desacelerando, Rusia se encuentra en recesión, ambas potencias son afectadas por la declinación de los mercados occidentales y de Japón, sus principales clientes. Tratan entonces de compensar esas pérdidas extendiendo sus negocios y acuerdos políticos hacia la periferia, especialmente hacia el espacio asiático. Tal vez el más ambicioso proyecto chino sea el de la “Nueva Ruta de la Seda”, gigantesca masa de inversiones en infraestructura y sistemas de transporte terrestre y acuático distribuidas en Asia apuntando hacia la integración comercial del espacio eurasiático, llegaría a unos 890 mil millones de dólares según Financial Times (2). Esa cifra podría ser comparada con la del Plan Marshall que a valores actuales representaría cerca de 130 mil millones de dólares, China estaría empujando hacia esa zona inversiones equivalentes a más de seis planes Marshall.

El problema es que todas esas economías que China busca integrar están siendo golpeadas por la crisis, la caída de los precios de las materias primas deprime al conjunto de la periferia, acorralan a Rusia, a Irán, a las repúblicas centroasiáticas... mientras Europa declina.

La crisis es global, obedece a la dinámica del capitalismo como sistema planetario, a su degeneración parasitaria que degrada tanto a los países centrales como a los periféricos, emergentes o no.

America Latina es ahora víctima de esos cambios.
En su repliegue hacia el patio trasero histórico imperial los Estados Unidos vienen allí ejecutando una estrategia flexible y arrolladora de reconquista y saqueo que en unos pocos años ha conseguido desplazar a los gobiernos de Honduras, Paraguay, Brasil y Argentina, acorralar a Venezuela y poner de rodillas a la cúpula de la insurgencia colombiana. Sin embargo esa reconquista se produce en el marco de la crisis económica, social-institucional, cultural y geopolítica de Occidente que lleva hacia el pantano a los regímenes lacayos del continente. Las victorias derechistas en Paraguay, Argentina o Brasil anuncian profundas crisis de gobernabilidad, donde sus “gobiernos”, en realidad bandas de saqueadores, generan con sus acciones grandes destrucciones del tejido económico e inevitablemente el ascenso de protestas sociales masivas y crecientes. Dicho de otra manera, la actual arremetida derechista no es el comienzo de la reconversión colonial de la región, de la instauración de un nuevo orden elitista sino de una etapa de desorden, de rebeliones populares amenazando a las élites dominantes.

Mientras tanto la desglobalización sigue su curso, la élites dominantes del planeta buscan desesperadamente preservar sus posiciones, acentúan sus disputas internas, empiezan a producir salvadores pragmáticos de todo tipo. Así es como ha irrumpido un personaje grotesco como Donald Trump buscando combinar xenofobia, concentración de ingresos, reindustrialización y recomposición del esquema geopolítico global. O los neofascismos europeos emergentes y los ya instalados en América Latina. Se trata de tentativas ilusorias de recomposición de sistemas decadentes profundizando al mismo tiempo el saqueo, dinámica parasitaria ya vista a lo largo de la historia humana acompañando, acelerando las declinaciones imperiales.

NOTAS:
(1) World Bank, “World development Indicators”, 17-11-2016

(2) James Kynge, “How the Silk Road plans will be financed”, Financial Times, Mai 9, 2016.