6 de enero de 2017

LOS CASCOS BLANCOS ENVENENAN EL AGUA QUE CONSUMEN CINCO MILLONES DE SIRIOS

Movimiento Político de Resistencia

Tras la liberación de la parte oriental de Alepo por el ejército sirio, numerosos grupos milicianos se desmoralizaron y negociaron la rendición con el gobierno de Damasco, entre ellos los que ocupaban el valle de Wadi Barada, cerca de Damasco. Pero a los milicianos que se rindieron les sustituyeron los de Al-Qaeda - Frente Al-Nosra.

Por Wadi Barada transita el río que suministra agua potable a los cinco millones de habitantes de Damasco, por lo que el 22 de diciembre los chicos de Al-Qaeda - Frente Al-Nosra contaminaron las instalaciones con diesel, creando un problema muy serio en la capital siria.

Inmediatamente el ejército tuvo de lanzarse al asalto del referido valle y los de Al-Nosra colocaron explosivos en la planta de agua potable y la destruyeron el 27 de diciembre. Los equipos de reparación no han podido acceder al lugar, que está cubierto por el fuego de los salafistas.

Entonces se produce una curiosa negociación entre unos y otros. Los grupos que se llaman a sí mismo “civiles” y que controlan Wadi Barada envían una carta el ejército sirio poniendo varias condiciones para que puedan acceder a reparar las instalaciones de agua. El original de la carta es el que encabeza esta entrada.

Es lo mismo que durante los bombardeos de Alepo: el Frente Al-Nosra utiliza a la población civil para chantajear al ejército sirio e imponer sus condiciones. Veamos más de cerca a una de las organizaciones “civiles” que firman el chantaje:



En el sitio web de los Cascos Blancos aparece con más claridad el logo, idéntico al anterior:


Pueden leer el lema de los Cascos Blancos, más falso de un euro de cartón: “Actuamos neutral e imparcialmente, por todos los sirios”. Está escrito en inglés porque no se dirige a los árabes sino para que caigan en la trampa los que están a miles de kilómetros de distancia.

Después de desaparecer de Alepo y de tratar de envenenar a cinco millones de personas, los Cascos Blancos ya no parecen tan “humanitarios” como antes. Más bien se han puesto en evidencia como lo que son: una rama más de Al-Qaeda, que a su vez es una rama de los imperialistas británicos.

Tras la caída de Alepo, la guerra parece entrar en una etapa aún más sucia, si cabe. Actuando de manera coordinada con Wadi Barada, el Califato Islámico ha cortado desde el Éufrates el acceso al agua en Alepo. Al mismo los postes de la red eléctrica de alta tensión que abaste a Damasco también han sido derribados. También han cortado la red de suministro de gas de la capital siria.

Es algo que hasta ahora nunca había ocurrido a lo largo de seis años de guerra.