16 de febrero de 2017

TRUMP: DESMANTELAMIENTO DE LA LEY DODD-FRANK

Óscar Ugarteche/José Luis Cal. alainet.org

Tras la crisis financiera estadounidense del 2007-2009, se perdieron 8 millones de millones de dólares en la bolsa y se restructuró el sector financiero. Las multas que vienen siendo aplicadas relacionadas a esa etapa suman más de 350,000 millones de dólares y están asignadas a los bancos mayores de Estados Unidos y del mundo. A consecuencia de esto se produjo una reforma a iniciativa del G20 en Londres en marzo del 2009. Dentro de Estados Unidos se generó como consecuencia una ley regulatoria a medias, a instancias de los senadores Christopher Dodd y Barney Frank. La Wall Street Reform and Consumer Protection Act. Apenas a días de asumir la presidencia, Trump ha emitido una orden ejecutiva para derogarla. La consecuencia ha sido un auge el precio de las acciones.

La ley Dodd-Frank, creó dos organismos que regulan actualmente al sector financiero, el Financial Stability Oversight Council (FSOC) – consejo de vigilancia de estabilidad financiera - y el Consumer Financial Protection Bureau (CFPB) – la Oficina de protecciones financiera del consumidor-. Aunado a estos dos organismos, se creó la regla Volcker, nombrada en honor al ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker que les prohíbe a los bancos realizar con recursos del banco: 1. especulación de corto plazo por medio de derivados y 2. el comercio propietario. Se define comercio propietario al que efectúan las instituciones financieras por cuenta propia. Estas prácticas no benefician a los clientes y aumentan los riesgos del banco en su conjunto.

El FSOC se encarga de vigilar a las instituciones financieras al revisar sus hojas de balance, con el fin de brindar mayor eficiencia y transparencia al sector financiero, para evitar rescates con dinero público de los “demasiado grandes para quebrar”. La Reserva Federal, también monitorea a los bancos grandes por medio de las pruebas de estrés y es quien participa del banco de Pagos Internacionales de Basilea y coordina las políticas globales con ellos.

Esta ley tuvo un efecto restrictivo en la cantidad de activos financieros emitidos por parte de los bancos, que se disparó entre 1980 con la promulgación de la primera ley de desregulación de instituciones de depósito y control monetario que le permite fusionarse a los bancos y se deshizo de los topes de las tasas de interés que imponía la Fed, desde 1934, gracias a la ley Glass–Steagall . (Ver gráfico 1).

Gráfico I. Deuda Bursatilizada de empresa financieras. (1980-2015) 2007=100


Trump, habla de bajar la regulación impuesta por el CFPB y el FSOC, reducir la supervisión de la Fed en los bancos mediante sus pruebas de estrés que “ha transformado a los bancos en adversos al riesgo”, dice. La consecuencia para él es el freno al crecimiento económico americano por la poca expansión crediticia de estos. Con los mismos argumentos quiere quitar la regla de Volcker.(I)
El representante Jeb Hensarling es el encargado de puntualizar los cambios a la ley Dodd-Frank en su propuesta llamada “ley de selección financiera” -Financial Choice Act. La reacción desde Basilea, donde se coordinan las políticas supervisoras globales, fue de desconcierto.(II)

Un impacto importante sobre la nueva dirección de la desregulación financiera, fue la renuncia el viernes 10 de febrero de Daniel Tarullo, presidente del Federal Financial Institutions Examination Council,. Este organismo es el encargado de hacer las revisiones a los bancos americanos “demasiado grandes para quebrar”, por lo que su renuncia dejaría el camino más llano a la desregulación. Las acciones de Bank of America subieron 1% media hora después de anunciada su renuncia la tarde del 10.(III)

El anuncio de los cambios a la ley impactó sobre el precio de las acciones bancarias en Nueva York y Londres. El NASDAQ Bank Index, que engloba el precio de las acciones de los 24 bancos estadounidenses más grandes, ha subido 24% entre el 8 de noviembre que fue electo Trump, y el 2 de febrero del 2017. (Ver gráfico II)

Gráfico II. NASDAQ Bank Index niveles del 10/10/2016 al 6/02/2017.


Fuente: Elaboración propia con datos de Yahoo Finance.

Al observar las acciones de los principales bancos europeos, algunos casi quebrados, han tenido un auge parecido al de los bancos americanos creciendo entre octubre del 2016 y febrero del 2017 en un 22.80%, teniendo el gran salto después de la victoria electoral de Trump. Esto parece ser una muestra que el complejo financiero internacional puede estar detrás de Trump. Sin duda están enfrentados los bancos europeos con sus reguladores y deben preguntarse cuando los desregulan a ellos también.

Gráfico III. Aumento del precio de las acciones de los principales bancos europeos del 10/10/2016 al 6/02/2017.


Fuente: Elaboración propia con datos de Reuters y London Stock Exchange.

El gran aumento en el precio de las acciones de todos los bancos se explica en parte, por los intereses financieros globales representados dentro del equipo económico de Trump tanto en el consejo de asesores económicos de la Casa Blanca como en el Departamento del Tesoro. Los banqueros prevén que la rentabilidad de los bancos aumentará considerablemente por la disminución de las regulaciones, de las reservas de liquidez y de capital exigidas y que esto llegará a Europa pronto.

Kolakoweki en Investopedia calcula que los beneficios del sector bancario americano gracias a la desregulación serán de aproximadamente 120 mil millones de dólares, de los cuales 100,000 millones serían para los 6 bancos más grandes.(IV)

Los bancos usaran estas ganancias para aumentar los dividendos pagados y para efectuar grandes programas de recompra de acciones lo que elevaría significativamente el precio de las acciones y las utilidades por acción de los bancos. (índice P/E)

Todo esto le trae una serie de complicaciones al complejo financiero no estadounidense. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, advirtió que esta serie de modificaciones aleja a los EE.UU. de los objetivos de estabilidad de Basilea al disminuir los requerimientos de capital a los bancos americanos, poniendo así en riesgo al total del complejo financiero mundial.(V)

La calificadora Fitch’s, aseguró que disminuir los requerimientos de capital a los bancos americanos, tendrá dos efectos negativos para el complejo financiero: un aumento del riesgo sistémico y un aumento en el costo de la deuda a los mismos en el mundo.

Se está empezando a alimentar, una crisis mayor del complejo financiero. Lo más preocupante es que tanto América Latina como el resto del mundo, se ven enfrentados a niveles de inestabilidad financiera muy alta que podría poner a la economía mundial en un foso económico más profundo que donde nos dejó la crisis de 2008.

NOTAS:
I Tracy, R., “GOP Election Sweep Heralds Postcrisis Turning Point for Financial Regulation”, noviembre 9 de 2016, New York: The Wall Street Journal. Visto en https://www.wsj.com/articles/gop-election-sweep-heralds-postcrisis-turning-point-for-financial-regulation-1478723086, Último acceso: 14 de febrero de 2017.
II Finkle, V., “Jeb Hensarling Plan Rekindles Debate as Republicans Aim to Dismantle Dodd-Frank”, Junio 7 de 2016, New York: The New York Times. Visto en https://www.nytimes.com/2016/06/08/business/dealbook/republicans-plan-to-dismantle-dodd-frank-rekindles-a-debate.html, Último acceso: 14 de febrero de 2017.
III Tracy, R., "Daniel Tarullo, Federal Reserve Regulatory Point Man, to Resign", febrero 10 de 2017, New York: The Wall Street Journal. Visto en https://www.wsj.com/articles/daniel-tarullo-federal-reserve-regulatory-point-man-resigning-1486751401, Último acceso: 14 de febrero de 2017.
IV Kolakoweski, M., “Trump's Bank Deregulation May Send Investors $120B”, febrero 6 de 2017, en Investopedia, visto en http://www.investopedia.com/news/trumps-bank-deregulation-may-send-investors-120b, Último acceso: 9 de febrero 2017.

V Jones, C., “Mario Draghi pushes back at Trump shake-up”, febrero 6 de 2017, Londres: Financial Times. Visto en https://www.ft.com/content/ea395010-ec88-11e6-ba01-119a44939bb6, Último acceso: 14 de febrero de 2017.

15 de febrero de 2017

RUMANÍA: LAS MOVILIZACIONES CONTINÚAN, PERO ¿QUIÉN SACA PROVECHO?

Philippe Alcoy. Izquierda Diario

Las movilizaciones masivas en Rumania llamaron la atención de toda la prensa internacional. ¿Qué actores están actuando?

Son las manifestaciones más importantes desde la caída del régimen de Nicolae Ceausescu en 1989. El gobierno tuvo que retroceder ante los cientos de miles que tomaron las calles. Sin embargo, las protestas continúan y este fin de semana cerca de 80.000 personas manifestaron nuevamente para exigir la renuncia del gobierno. Paralelamente sectores de las clases dominantes tratan de sacar provecho. ¿Se dirige Rumanía hacia un “escenario de tipo brasileño"?

En efecto, frente a un intento de la coalición gobernante de despenalizar crímenes leves de corrupción y de abuso de poder, que iban a beneficiar directamente a políticos del gobierno, especialmente al jefe de los socialdemócratas en el parlamento, Liviu Dragnea, la reacción fue espontanea e inmediata. Miles de personas tomaron las calles y el domingo 5 de febrero fue el punto culmine con cerca de 600.000 manifestantes en todo el país.

Sin embargo, desde el principio diferentes fracciones de las clases dominantes intentaron utilizar las movilizaciones contra sus fracciones rivales. Es el caso especialmente del presidente rumano, Klaus Iohannis del Partido Nacional Liberal (PNL), socio del PSD en el poder hasta 2014. Éste participó en algunas manifestaciones y expresó su apoyo al movimiento. No se puede descartar la posibilidad que el PNL esté tratando de reforzarse luego de su derrota electoral en las legislativas de diciembre pasado en donde obtuvo 20% de los sufragios contra 45% para el PSD.

Pero nada puede garantizar que el presidente Iohannis y el PNL, así como los otros partidos de oposición, puedan sacar plenamente provecho de esta situación. La tasa de abstencionismo de 60% en las elecciones de diciembre expresa un rechazo profundo del conjunto de los partidos políticos.

Sin embargo, hay otro actor que podría salir reforzado de esta crisis, especialmente debido a su apariencia “apolítica”: la Dirección Nacional Anticorrupción (DNA), órgano encargado de llevar a cabo la “lucha contra la corrupción”, cuya directora Laura Kovesi se transformó en una figura muy popular en el país. Así, no es raro ver en las protestas pancartas y eslóganes exigiendo “sacar las manos de encima de la DNA”, que se continúe con la “campaña anticorrupción”, etc. Es en ese sentido que se pronunciaron varios dirigentes de la UE que utilizan de forma hipócrita la “lucha sin fin” contra la corrupción para reforzar su dominación sobre el país.

Pero, como explica el filósofo marxista de la minoría húngara de Rumania, Gaspar Miklos Tamas en una entrevista reciente: “la corrupción [en Rumania] es, evidentemente, endémica e inmensa, pero la campaña anticorrupción dirigida por una parte de la burocracia que nadie eligió, desde los fiscales hasta los servicios secretos, actúa arbitrariamente”. Otros opositores a la acción de la DNA denuncian un accionar arbitrario (apuntando solo a ciertos partidos e individuos y no a otros también corruptos) y arreglos con ciertos jueces y miembros de los servicios secretos.

Es efectivamente esta institución “anticorrupción” (DNA) la que parece con más posibilidades de salir reforzada. De hecho, el parlamento acaba de apoyar, unánimemente, la iniciativa del presidente Iohannis de someter a referéndum la “continuación de la lucha contra la corrupción”. Tal referéndum no podría más que darle un “apoyo popular” masivo a esta institución que no es menos corrupta. Sin embargo, esto puede estar expresando igualmente un acuerdo entre el PNL y el gobierno de poner fin a las protestas, que podrían escapar de su control, y al mismo tiempo relegitimar un régimen descreditado à través de la “lucha contra la corrupción”.

En ese sentido, no se puede evitar de hacer algunos paralelos con la situación brasileña en donde el “partido judiciario”, completamente corrupto y ligado a intereses imperialistas, fue el actor central del golpe de Estado institucional contra el gobierno de Dilma Rousseff. Y esto independientemente del hecho que sea el propio gobierno del PT, a través de sus métodos corruptos y sus políticas antiobreras, el que haya creado las bases del descontento popular, lo que reforzaba al poder judicial. En Brasil las manifestaciones “contra la corrupción” estaban compuestas esencialmente por las clases medias altas y por sectores de la burguesía. En Rumanía parecen ser estos mismos sectores los que le dan el tono político a las manifestaciones. Esto podría explicar el rol que se le da al DNA y a la justicia y que no haya prácticamente ninguna reivindicación social en las protestas.

Sin embargo, no está de ningún modo dicho que la situación en Rumanía irá hasta la destitución del gobierno por parte de la burocracia judiciaria, ni que ésta gane el rol político que obtuvo el poder judicial en Brasil. Pero una cosa está clara: como en Brasil, mientras que los trabajadores no intervengan de forma independiente en esta crisis, será muy difícil que puedan escapar a tener que elegir alinearse con una u otra fracción de las clases dominantes.

La “lucha contra la corrupción” es el fruto de una lógica hipócrita y cínica de la parte especialmente del imperialismo y sus socios locales. En efecto, la corrupción fue necesaria al principio de los años 1990 para que el proceso de restauración capitalista sea rápido en Rumania y en el conjunto de los países de la región. Los imperialistas no tenían otros agentes, más que los miembros de la burocracia política, los cuadros y directores de empresas nacionalizadas que buscaban aprovechar de su posición en el seno del aparato estatal para enriquecerse con el proceso de privatización de las riquezas nacionales.

Así, la corrupción es una “marca de fábrica” de estos regímenes “post socialistas”. Los imperialistas son cómplices, pero utilizan la lucha contra la corrupción como una forma de chantaje contra los gobiernos de la región. Es por eso que para los trabajadores y los oprimidos no se trata de luchar contra la corrupción de forma abstracta sino de atacarse a este sistema basado en la corrupción de los dominantes en detrimento de los dominados. Pero esto exige precisamente una total independencia de las diferentes fracciones capitalistas, del imperialismo y de las instituciones y órganos del Estado.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Aunque, en mi opinión, este artículo apunta en la dirección correcta respecto a determinados intereses del imperialismo, la burguesía y los sectores más procapitalistas que están moviendo los hilos y encauzando las protestas anticorrupcón, creo necesario añadir tres enlaces del blog de un español que vive en Rumanía y me merece todo el crédito.

En estos enlaces se apunta hacia Soros y otros agentes del imperialismo que estarían favoreciendo las “posibilidades” políticas de sustituir a los socialdemócratas por sus propios partidos de la derecha, a través de una nueva “revolución de color”

14 de febrero de 2017

LIBIA: METÁFORA DE LA SINRAZÓN

Guadi Calvo. Global Research

Nadie nunca podrá justificar, de ninguna manera, la operación de la OTAN, con el aval jurídico de Naciones Unidas, para la destrucción de Libia. Como lo hemos dicho aquí infinidad de veces, el país con el más alto estándar de calidad de vida de África, y muy por encima al de muchas naciones europeas. Quizás se cifre en esa realidad la verdadera razón para haber sometido al pueblo y la patria del Coronel Mohammed Gadaffi, al martirio iniciado en los primeros meses de 2011 y que hasta hoy no ha cesado.

Las barbarie a la que fue sometida Libia, ha generado no solo la destrucción del Estado, sino la organización de un número indeterminado de bandas armadas, casi la totalidad de ellas, financiadas y abastecidas por las mismas potencias perpetradoras de la “Primavera Árabe”: Estados Unidos, Reino Unido y Francia, junto a las monarquías wahabitas de Arabia Saudita, Emiratos Árabes, y Qatar.

El propio desgobierno del país es lo que ha permitido que las organizaciones de traficantes de personas y los carteles de la droga conviertan las extensas costas libias a poco menos de 400 kilómetros de Europa, en un trampolín para su “mercadería” rumbo a Europa.

La situación se ha agravado mucho más a partir del 20 marzo de 2016, fecha en que comenzó a funcionar el acuerdo ente la Unión Europea y Turquía, para que esta última nación impida el tránsito de refugiados rumbo a Europa.

Esta situación obligó a los tratantes de personas a disponer nuevas rutas lo que dio como resultado que los puertos libios, fundamentalmente el de Misrata, sea el lugar indicado para seguir con el “negocio”.

Si bien Libia, ha sido el punto elegido por los subsaharianos desde la vigencia del acuerdo con Turquía, se ha incrementado, fundamentalmente, el número de sirios, iraquíes y afganos, que pugna por llegar a Europa desde Libia.

El año pasado fue por esta vía por donde llegaron más refugiados a Europa, se calcula oficialmente en unos 180 mil. Mientras fueron 5 mil los que terminaron ahogados en el Mediterráneo, tras el naufragio de las embarcaciones que los llevaban.

En lo que va de 2017, la cifra de ahogados alcanza a 300. Según fuentes “responsables” en las primeras dos semanas del año, casi 3 mil refugiados llegaron a desde las costas libias, un número sugestivamente menor frente a los 23.664 de la primera quincena de 2016, a la vez que el número de muertos fue menos “solo” 90.

Es por este motivo que los 28 países miembros de la Unión Europea, reunidos el pasado 3 de febrero en La Valeta, Malta, decidieron implementar un plan de diez puntos para frenar la migración, teniendo en la cooperación con Libia, el eje fundamental de ese acuerdo. Lo que no se aclara es quién de todos los poderes en pugna dentro del país, cuenta con el suficiente predicamento para implementarlo.

El plan prevé retener a los inmigrantes, al modo que se hace con Turquía, con la diferencia que su presidente Recep Erdogán tiene el poder suficiente para cumplirlo o dejarlo de cumplir según sus necesidades de presión.

El plan incluye la formación y el equipamiento de una Guardia Costera libia, para controlar las acciones de las bandas de traficantes y de paso evitar que los salvamentos sean realizados por naves europeas, lo que de hecho los obliga a darles cobijo a los rescatados.

Todos saben que retener el casi al millón de refugiados, tanto libios, subsaharianos, como asiáticos, que esperan en las inmediaciones de Misrata, una plaza en alguna de las muchas y precarias embarcaciones que salen prácticamente a diario rumbo a Italia, es armar literalmente una bomba de tiempo, con muy poco tiempo, por otra parte.

Quienes están a la espera de esas plazas no lo hacen justamente en las mejores condiciones.

Los refugiados, más allá de las traumáticas historias personales, ya que quien no huye del hambre, huye de la guerra, deben sobrevivir en los improvisados campamentos, que están siempre abarrotados, lo que obliga a las personas a vivir en condiciones infrahumanas, casi sin lugar para extenderse en el piso para dormir, por lo que suelen hacerlos sentados y en muchos casos uno encima de otro. El número refugiados con alto grado de desnutrición crece de manera diaria. A lo que hay que sumarle todo tipo de enfermedades y el permanente acoso de las “autoridades”.

Las violaciones, la tortura, en más de una oportunidad la muerte y el saqueo de sus pocas pertenencias es el pan diario de los refugiados.

La Unión Europea desde el último acuerdo pretende devolver a los refugiados que han logrado alcanzar territorio europeo, a estos infiernos. Claro, ningún funcionario europeo está dispuesto a reconocer la responsabilidad del continente de haber creado este estado de cosas.

Tras la reunión de Malta se ha acordado disponer de unos 130 millones de euros, para cerrar la ruta a través del Mediterráneo medio, nada a comparación de los 6 mil millones que la U.E. le entregó al Sultán Erdogan.

Túnez en la mira
A Libia, no le falta ningún ingrediente como para no considerarla un estado fallido, quizás únicamente comparable con Somalia, por lo que queda claro entonces que este nuevo acuerdo europeo, solo es una fachada, para que bandas de mercenarios en el rol de “prefectura libia”, armada por la UE, se ponga a perseguir a quienes sin ninguna duda eran sus socios en el tráfico de personas, hasta hace pocas semanas o días quizás. No existe una autoridad libia, que pueda controlar que esto no termine en un maridaje entre traficantes y prefectos, para que se puedan seguir realizando buenos negocios.

Además es imposible obviar que, si bien más acotadas, las milicias del Daesh, siguen teniendo presencia en el país, y justamente muy cerca de la costa, hasta hace pocas semanas una de las grandes fuentes de ingresos de la organización wahabita, era justamente el tráfico de personas, rumbo a Italia, lo que sin duda ha sido una buena pantalla para infiltrar sus combatientes entre los contingentes de refugiados.

La administración Obama, hasta el último día de su mandato, bombardeó posiciones del Daesh, en las cercanías de Sirte, su capital en Libia, como parte de la operación Odyssey Lightning, en que lanzaron entre agosto y diciembre de 2016, 495 ataques aéreos en las cercanías de Sirte, irónicamente el pueblo natal del coronel Gadaffi.

Estos ataques están obligando a que los hombres del califa Ibrahim, comiencen a abandonar sus posiciones fijas y busquen expandirse por los inmensos territorios sin control ninguno del sur del país y filtrar, como ya está sucediendo hacia el Chad, Níger y Argelia.

De ese éxodo de terroristas que operan en Libia a diferentes países fronterizos es importante señalar la delicada situación de Túnez. Según Naciones Unidas cerca de 5500 tunecinos, se habrían sumado al Daesh desde su aparición en 2014. Según las autoridades tunecinas cerca de 800 ya habrían regresado al país, también hay que recordar que tanto los atentados del 14 de julio en Niza como al mercado navideño de Berlín, fueron protagonizados por tunecinos.

En Túnez, además de ser la cuna de la “Primavera Árabe” se produjeron dos resonante ataque el primero fue al Museo Nacional de Bardo en marzo de 2015, que dejó 25 muertos y 50 heridos y poco después en junio del mismo años se produjo el segundo ataque en el balneario de Susa, por acción de un lobo solitario, que dejó 39 muertos y 36 heridos.

La situación obligó al gobierno tunecino a anunciar a principios de 2016, la construcción de un muro, con financiación alemana y estadounidense, en la frontera libia de 459 kilómetros que constituiría por una empalizada de arena de 250 kilómetros y una fosa de dos metros de profundidad. Además de vigilancia electrónica, y la asistencia de helicópteros artillados.

Un detallado informe sobre el perfil de los terroristas tunecinos dice que el 90% son menores de 40 años, el 7% son solteros y el 32% procede de ámbitos urbanos.

El 4% son universitarios y la gran mayoría se ha radicalizado en mezquitas y con la lectura de textos wahabitas. Otra de las razones para la radicalización es la económica a consecuencia de la falta de trabajo.

Los barrios periféricos de la capital tunecina, que contiene barriadas como la de Ettadhamen, con más de medio millón de habitantes, el integrismo controlan un número importante de mezquitas que instigan a la radicalización.

La situación en el Magreb, debido a la sinrazón occidental del ataque a Libia ha dejado abierta esa herida que no cerrará durante muchos, muchos años y no dejará de producir más muertes.


9 de febrero de 2017

¿QUÉ SIGNIFICA HOY DEMOCRATIZAR LA COMUNICACIÓN?: BASTA DE LETANÍAS

Aram Aharonian. alainet.org

¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información? ¿Hablamos solo de redistribución de frecuencias radioeléctricas para garantizar el derecho humano a la información y la comunicación? ¿De qué forma la redistribución equitativa de frecuencias –éstas patrimonio de la humanidad- entre los sectores comercial, estatal o público, y popular (comunitario, alternativo, etc.) puede garantizar la democratización de la comunicación e impedir la concentración mediática?

A veces pienso que nos instan, nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados o permitidos, mientras se desarrollan estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos campos de batalla. El mundo avanza, la tecnología avanza… y pareciera que nosotros –desde lo que llamamos el campo popular- seguimos aferrados a los mismos reclamos, reivindicaciones de un mundo que ya (casi) no existe.

El mundo cambia sí, pero el tema de la comunicación, de los medios de comunicación social, sigue siendo, como en 1980 cuando el Informe McBride, fundamental para el futuro de nuestras democracias. El problema de hoy es la concentración oligopólica: 1500 periódicos, 1100 revistas, 9000 estaciones de radio, 1500 televisoras, 2400 editoriales están controlados por sólo seis trasnacionales. Pero ese no es el único problema.

Hoy los temas de la agenda mediática tienen que ver con la integración vertical de proveedores de servicios de comunicación con compañías que producen contenido, la llegada directa de los contenidos a los dispositivos móviles, la transnacionalización de la comunicación y su cortocircuitos con los medios hegemónicos locales, los temas de la vigilancia, manipulación, transparencia y gobernanza en internet, el "ruido" en las redes y el video como formato a reinar en los próximos años.

Estos son, hoy en día, juntos al largamente anunciado ocaso de la prensa gráfica y la vigencia de la guerra de cuarta generación y el terrorismo mediático, los vértices fundamentales para reflexionar sobre el tema de la democracia de la comunicación, mirando no hacia el pasado, sino hacia el futuro que nos invade.

Hipotéticamente, si realmente en nuestra región, el 33 por ciento de las frecuencias fueran concedidas a los medios populares, ¿quién abastecería de contenidos a tal cantidad de canales y radios? Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información?

Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos, en una planificada apuesta por monopolizar mercados y hegemonizar la información-formación del ciudadano.

¿Adiós televisión? Controlar los contenidos
Pasaron 140 años desde que Alexander Graham Bell utilizó por primera vez su teléfono experimental para decirle a su asistente de laboratorio: “Señor Watson, venga, quiero verlo”. Su invención transformaría la comunicación humana y el mundo. La empresa creada por Bell creció hasta transformarse en un inmenso monopolio: AT&T.

El gobierno estadounidense consideró luego que era demasiado poderosa y dispuso la desintegración de la gigante de las telecomunicaciones en 1982… pero AT&T ha regresado, anunciando la adquisición de Time Warner, una de las principales compañías de medios de comunicación y producción de contenidos a nivel mundial, para conformar así uno de los más grandes conglomerados del entretenimiento y las comunicaciones del planeta.

La fusión propuesta, que aún debe ser sometida a estudio por las autoridades, representa desde ya no solo una significativa amenaza a la privacidad y a la libertad básica de comunicarse, sino también un cambio paradigmático en lo que a lo que hoy entendemos como comunicación. Sería la mayor adquisición hasta la fecha y llegaría un año después de que AT&T comprara a DirecTV.

AT&T es hoy la décima entre las 500 compañías más grandes de Estados Unidos y si adquiriera Time Warner, que ocupa el lugar 99 de la lista Forbes, se crearía una enorme corporación, integrada verticalmente que controlaría no solo una amplia cantidad de contenidos audiovisuales, sino o la forma en que la población accedería a esos contenidos.
Según Candace Clement, de Free Press, esta fusión generaría un imperio mediático nunca antes visto. AT&T controlaría el acceso a Internet móvil y por cableado, canales de televisión por cable, franquicias de películas, un estudio de cine y televisión y otras empresas de la industria. Eso significa que AT&T controlaría el acceso a Internet de cientos de millones de personas, así como el contenido que miran, lo que le permitiría dar prioridad a su propia oferta y hacer uso de recursos engañosos que socavarían la neutralidad de la red.

Pelear guerras que ya no existen
El mundo no es el mismo de antes (tampoco el del 1980 cuando el Informe McBride), aunque tanto derecha como izquierda crean que seguimos en 1990. Es difícil, a quienes como uno vienen de la época de la tipografía y la linotipia, de los télex y teletipos -o del dogmatismo y la repetición de consignas-, asimilar los cambios tecnológicos y la realidad del mundo actual, del big data, de la inteligencia artificial, de la plutocracia…

Según los últimos cálculos, en el mundo hay unos 10 zetabytes de información (un zetabyte es un 1 con 21 ceros detrás), que si se ponen en libros se pueden hacer nueve mil pilas que lleguen hasta el sol. Desde 2014 hasta hoy, creamos tanta información como desde la prehistoria hasta el 2014. Y la única manera de interpretarlos es con máquinas.
El Deep Learning es la manera como se hace la Inteligencia Artificial desde hace cinco años: son redes neuronales que funcionan de manera muy similar al cerebro, con muchas jerarquías. Apple y Google y todas las Siri en el teléfono, todos lo usan.

El Big Data permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones, cuánto saben las grandes empresas de nosotros, y lo que más le preocupa: lo fácil que está siendo convertir la democracia en una dictadura de la información, haciendo de cada ciudadano una burbuja distinta.

Si uno tiene Gmail en su celular con wifi, puede ver en Google Maps un mapa mundial que muestra dónde estuvo cada día, a cada hora, durante los últimos dos o tres años (no tiene por qué creerme: vea www.google.com/maps/timeline). Es una información que uno les permites coleccionar al aceptar los términos de licencia cuando instala la aplicación.
También las empresas telefónicas, que uno supone que sólo nos cobran el plan, hacen buenos negocios con nuestros datos. Por ejemplo, Smart Steps es la empresa de Telefónica que vende los datos de los celulares Movistar. De la noche a la mañana, la gente pasó a tener un sensor de sí mismo 24 horas al día. Hoy se puede saber dónde están las personas, pero también qué compran, qué comen, cuándo duermen, cuáles son sus amigos, sus ideas políticas, su vida social.

El alemán Martin Hilbert, asesor tecnológico de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. señala que algunos estudios ya han logrado predecir un montón de cosas a partir de nuestra conducta en Facebook. “Se puede abusar también, como Barack Obama y Donald Trump lo hicieron en sus campañas, como Hillary Clinton no lo hizo, y perdió. Esos son los datos que Trump usó. Teniendo entre 100 y 250 likes (me gusta) tuyos en Facebook, se puede predecir tu orientación sexual, tu origen étnico, tus opiniones religiosas y políticas, tu nivel de inteligencia y de felicidad, si usas drogas, si tus papás son separados o no”, señala el científico.

Y “con 150 likes, los algoritmos pueden predecir el resultado de tu test de personalidad mejor que tu pareja. Y con 250 likes, mejor que tú mismo. Este estudio lo hizo Kosinski en Cambridge, luego un empresario que tomó esto creó Cambridge Analytica y Trump contrató a Cambridge Analytica para la elección”.

Usaron esa base de datos y esa metodología para crear los perfiles de cada ciudadano que puede votar. Casi 250 millones de perfiles. Obama, que también manipuló mucho a la ciudadanía, en 2012 tenía 16 millones de perfiles, pero acá estaban todos. En promedio, tú tienes unos 5000 puntos de datos de cada estadounidense. Y una vez que clasificaron a cada individuo según esos datos, los empezaron a atacar”, señala Hilbert.

Por ejemplo, si Trump dice “estoy por el derecho a tener armas”, algunos reciben esa frase con la imagen de un criminal que entra a una casa, porque es gente más miedosa, y otros que son más patriotas la reciben con la imagen de un tipo que va a cazar con su hijo. Es la misma frase de Trump y ahí tienes dos versiones, pero aquí crearon 175 mil. Claro, te lavan el cerebro. No tiene nada que ver con democracia. Es populismo puro, te dicen exactamente lo que quieres escuchar”. Lo más delicado es que no sólo pueden mandar el mensaje como más le va a gustar a esa persona, sino también pueden mostrarle sólo aquello con lo que va a estar de acuerdo.

Al final, el juego con la tecnología siempre ha sido ver cuáles tareas se pueden automatizar y cuáles no. Si un robot reconoce células de cáncer, uno se ahorra al médico. Más del 50% de los actuales empleos son digitalizables, afirma Hilbert. Y ya no hablamos de reemplazar a los obreros, como en la revolución industrial, sino también los trabajos de la clase más educada: médicos, contadores. El 99% de las decisiones de la red de electricidad en EEUU son tomadas por IA que localiza en tiempo real quién necesita energía.

No es en ningún caso el fin de la humanidad, es la evolución que sigue su camino. Y lo más importantes es entender en qué mundo vivimos. Por eso llama la atención que operadores mediáticos, que se autodefinen como radicales de izquierda, sigan insistiendo en la necesidad de pelear en escenarios que ya no existen, con léxicos que no corresponden a las realidades reales y tampoco a las virtuales, en aferrarse al pasado, lo cual es por demás retrógrado.

La dictadura y la posverdad
Hoy más que nunca la dictadura mediática, en manos de cada vez menos “generales” de las corporaciones, busca las formas novedosas de implantar hegemónicamente imaginarios colectivos, narrativas, discursos, verdades e imágenes únicas. Es el lanzamiento global de la guerra de cuarta generación, directamente a los usuarios digitalizados de todo el mundo.

Si hace cinco décadas la lucha política, la batalla por la imposición de imaginarios, se dilucidaba en la calle, en las fábricas, en los partidos políticos y movimientos, en los parlamentos (o en la guerrilla), hoy las grandes corporaciones de transmisión preparan una ofensiva que saltean los medios tradicionales para llegar directamente, con sus propios contenidos de realidades virtuales, a los nuevos dispositivos móviles de los ciudadanos.

¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información? ¿Hablamos de redistribución de frecuencias radioeléctricas cuando hoy el control emerge de la conjunción de medio y contenido? Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos, en una planificada apuesta por monopolizar mercados y hegemonizar la información-formación del ciudadano.

Cambia la radio. Bajo la mirada vigilante de otras naciones, Noruega se ha convertido desde el enero de 2017, en el primer país del mundo en apagar su señal de Frecuencia Modulada (FM), considerando que tiene 22 estaciones nacionales de radio digital, y aún hay espacio en su plataforma digital para otras 20.

La tendencia mundial –y latinoamericana- demuestra que los jóvenes televidentes ya están pasando del uso lineal de televisión hacia un consumo en diferido y a la carta, que bien puede optar el dispositivo fijo (el televisor) y optar por una segunda pantalla (computadora, tablet, teléfonos inteligentes).

Para los comunicólogos optimistas, de receptores pasivos, los ciudadanos están pasando a ser, mediante el uso masivo de las redes sociales, productores-difusores, o productores-consumidores (prosumidores). Para los menos optimistas, si bien esa es una posibilidad teórica, la práctica demuestra que la producción y difusión quedarán en manos de grandes corporaciones, en especial estadounidenses, y los ciudadanos podrán ocupar la casilla de consumidores, en una arremetida del pensamiento, el mensaje, la imagen únicos.

Quizá aquellos que estamos desde hace años en la lucha creemos que la discusión sobre la democratización de las comunicaciones está socializada/masificada en nuestras sociedades. No lo está siquiera en aquellos donde se han hecho esfuerzos de esclarecimiento en este campo, como Argentina y Ecuador. Hay quienes sostienen que aún se trata de una discusión elitesca, entre los militantes políticos, de la comunicación y allegados.

¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información en la que ahora se da en llamar la época de la posverdad, donde los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las emociones, los imaginarios y las creencias personales?

Hoy, la posverdad es el arma de desorientación masiva de la opinión pública que emplean los grandes medios de comunicación y todos los líderes políticos. La sociedad es hoy un monumental simulacro, un plexo cuasi-infinito de significaciones sin referente ni realidad que las apoye, una especie de monumental ciencia-ficción que nos domina, dijera Baudrillard.

En 2016, The Economist hablaba del arte de la mentira, y señalaba que Trump es el principal exponente de la política de la posverdad, que se basa en frases que se sienten verdaderas, pero que no tienen ninguna base real. Una cosa es exagerar u ocultar, y otra, mentir descarada y continuadamente sobre los hechos. Y lo peor es que esas mentiras se van imponiendo en el imaginario colectivo.

Hoy se manipulan, se omiten, se tergiversan o se falsifican desde las cifras de la desocupación o del costo de la vida, mientras opinadores muy mediatizados predican distintas variantes del there is no alternative (no hay alternativa) thatcheriano.

Disculpe, entonces, ¿de qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información?

NOTA DEL EDITOR DE ESTE TEXTO
El alemán Martin Hilbert, asesor tecnológico de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. Miente. Hillary Clinton abusó de los medios de predicción de la opinión, además de la intoxicación y de las mentiras en su campaña, y antes, durante el ejercicio de su cargo, en relación con los países en conflicto con Estados Unidos. Perdió, simplemente por ser menos eficaz en su relato y en el mensaje político que enviaba a los electores y, sospecho que, porque una parte del poder económico buscaba un títere con nueva cara, más acorde a los tiempos actuales.

Por lo demás deseo detenerme en una figura, Sean McBride, que ha nombrado el autor de este texto, y en su informe a la UNESCO: “Un solo mundo, voces múltiples. Leí este texto hace ya 33 años. Se lo recomiendo. Me impresionó la certeza de su análisis, el carácter visionario sobre el mundo que se avecinaba en las comunicaciones y, sobre todo, la valentía que se desprendía de sus propuestas, tanto que provocó la salida de EE.UU. de dicha institución, declarando la guerra frontal al citado informe.

El señor McBride era un auténtico socialdemócrata; de esos que creyendo que no es posible acabar con el capitalismo, están dispuestos a probar sus límites y a intentar reformarlo. Se equivocan plenamente, como la cruel realidad demostró más tarde con dicho informe, que acabó siendo rechazado años más tarde de su fecha de publicación (1980), tras un acoso insufrible contra su autor, y sustituido por otras líneas comunicacionales de trabajo acordes con los intereses de los grandes países capitalistas y con su concepto de la “libertad de información”, tan en línea con lo que hoy representan los grandes sistemas de manipulación de conciencias dominantes.

Solo algunas notas sobre el señor McBride. Fue jefe del Estado Mayor del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Fundó el Partido Republicano Irlandés, de orientación socialista. En 1977 recibió el Premio Lenin de la Paz y tres años antes (1974) el Premio Nobel de la Paz, por su defensa de los derechos humanos. En 1977 fue presidente de la Comisión Internacional de Comunicación de la Unesco y en 1980 fue nombrado presidente de este organismo internacional. La Unesco entonces era otra Unesco. Y sí, fue miembro fundador de Amnistía Internacional y fue su presidente desde 1961 a 1974. Pero esa era también otra Amnistía Internacional y no el títere de los intereses del imperialismo norteamericano en el que se ha ido convirtiendo a partir de la década de los 80 del pasado siglo.  

8 de febrero de 2017

CUIDADO CON LAS EMPRESAS ZOMBIS

Michael Roberts. Asturbulla

La economía convencional está muy desconcertada por el fracaso de las principales economías a la hora de restaurar la tasa de crecimiento anterior de la productividad del trabajo desde el final de la Gran Recesión



Otros argumentan que el crecimiento de la productividad puede ser menor, pero que eso no es más que el resultado de las secuelas de la Gran Recesión, que hace que las empresas no están dispuestos a invertir en bienes de capital y prefieren especular en los mercados financieros o simplemente acumular efectivo. Hay algo de verdad en este argumento, como explicaré a continuación. Después de todo, tras una gran crisis, las empresas capitalistas acumulan dinero en efectivo en lugar de desperdiciarlo en inversión y producción adicional que posiblemente no encuentre un comprador. Y un estudio de la OCDE encontró apoyo para lo que llamó el elemento “pro-cíclico” de la productividad global post crisis. “Las empresas pueden responder a las fluctuaciones a corto plazo de la demanda mediante la variación de las tasas con las que utilizan su capital y mano de obra existentes, por ejemplo manteniendo de la mano de obra en el momento de la crisis a la espera de la recuperación o reduciendo la utilización del capital existente sin invertirlo”.

Otros estiman que crecimiento de la productividad ya se había ralentizado antes de la Gran Recesión y no se recuperará, porque ahora estamos en una época de bajo crecimiento y todas las innovaciones de alta tecnología se han agotado y los robots y la IA tendrán poco impacto en la economía en general. Este punto de vista ha sido tenazmente defendido por el economista Robert J Gordon, y por analistas más radicales. Lo que sugiere que es posible que el capitalismo se este acercando a su fecha de caducidad. Una vez más, este argumento tiene cierto mérito, pero, como he explicado en artículos anteriores, todavía no identifica la causa de la desaceleración de la inversión y crecimiento de la productividad desde el final de la Gran Recesión.

Ahora, una nueva investigación aporta luz al debate. El Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y la OCDE han producido recientemente informes que insisten en una característica clave del 'rompecabezas de la productividad'. Parece que el crecimiento de la productividad no tartamudea en todas partes en las economías capitalistas. En las principales economías, las empresas denominadas "frontera" están aumentando su productividad tan rápido como antes de la crisis financiera. Las decepcionantes cifras de productividad de la economía en general han de atribuirse a las empresas que se han quedado "por detrás de la frontera".

La OCDE considera que la rapidez de la "difusión" de la innovación y la productividad de las empresas más avanzadas a las retrasadas se ha ralentizado. El BCE también llega a la misma conclusión en su estudio de la productividad de la zona euro (donde es peor para los servicios que para la fabricación) y lo mismo el Banco de Inglaterra para el Reino Unido y que su efecto es sustancial. Lo que es más significativo es que el nuevo estudio de la OCDE encontró que la causa fue el gran número de empresas 'zombi' (empresas cuyos ingresos regulares dan a lo sumo para cubrir el servicio de sus intereses (si llegan), empresas que, parafraseando al gobernador Carney del Banco de Inglaterra, "dependen de la bondad de sus acreedores".

Los investigadores de la OCDE creen que estos zombis constituyen una alarmante gran parte de la economía. En los nueve países europeos que estudiaron, la parte del stock del capital privado total 'hundido' en las empresas zombi va del 5 al 20 por ciento. La sugerencia es que este tipo de empresas acaparan el capital y ocupan el mercado haciéndolo más difícil para las empresas nuevas y más prometedoras, obstaculizando su expansión y la reasignación de la mano de obra y del capital hacia las empresas más productivas y de más rápido crecimiento. El documento concluye que "la prevalencia de, y los recursos hundido en, las empresas zombis han aumentado desde mediados de la década del 2000, lo cual es importante teniendo en cuenta que las recesiones suelen ofrecer oportunidades para la reestructuración y la reasignación para mejorar la productividad" y que "una mayor proporción de capital de la industria hundido en las empresas zombi tiende a obstaculizar el crecimiento medido en términos de inversión y empleo de las empresa no zombi". Después de todo, “un aumento del 3,5% en la proporción de empresas zombi es más o menos equivalente al observado entre 2005 y 2013, en promedio, en los nueve países de la OCDE de la muestra, lo que se asocia con una disminución del 1,2% en el nivel de la productividad del trabajo en todas las industrias".

Esto confirma lo que he sostenido en un reciente debate sobre el papel de la rentabilidad. Los enormes beneficios obtenidos desde el fin de la Gran Recesión se han limitado principalmente a las grandes empresas: "sólo unas pocas mega empresas acumulan la mayor parte del dinero en efectivo, mientras que miles de pequeñas y medianas empresas (PYME) tienen poco dinero en efectivo y mucha más deuda. De hecho, una minoría son realmente empresas 'zombi' con beneficios que solo les permiten hacer frente al servicio de su deuda".

Es fácil ver por qué hay tantos zombis. A pesar de la relativa recuperación de la rentabilidad de muchas economías en el boom alimentado por el crédito de 2002 a 2006, no fue el caso de muchas pequeñas y medianas empresas. Por el contrario, acumularon más deuda mediante créditos bancarios. La Gran Recesión provocó un colapso en los beneficios e incluso después de 2009, la rentabilidad de estas empresas mejoró poco, mientras que la deuda se mantuvo alta. Sin embargo, las empresas zombis han sobrevivido porque las tasas de interés eran muy bajas y los bancos no han ejecutado los impagos. Este escenario ha llegado al extremo en Italia, donde los créditos bancarios morosos han alcanzado el 20% del PIB.

Como el BCE explica en un informe: "Mientras que los bancos que se beneficiaron del anuncio aumentaron su oferta global de préstamos, este suministro se dirigió fundamentalmente hacia empresas de baja calidad pero con relaciones crediticias pre-existentes con esos bancos. Como resultado, no hubo un impacto positivo sobre la actividad económica real, como el empleo o la inversión. En su lugar, estas empresas utilizaron sobre todo los fondos recién adquiridos para acumular reservas en efectivo. Por último, documentamos que las empresas solventes en las industrias con una prevalencia de empresas zombis sufrieron significativamente por la mala asignación de crédito, lo que ralentiza la recuperación económica".

De acuerdo con la investigación del liberal Instituto Adam Smith, 108.000 de las denominadas empresas de zombis en el Reino Unido sólo son capaces de pagar el interés de su deuda, lo que impide su reestructuración. En otras palabras, ralentizan la "destrucción creativa" del capital mediante la liquidación de los débiles por los fuertes.

Esto confirma estudios anteriores, como el del Journal of Finance (2009), ¿Por qué las empresas tienen tanto dinero en efectivo, que encontró que para poder competir, las empresas cada vez tienen que invertir más en tecnología nueva y experimental en lugar de aumentar la inversión en equipos existentes. Eso es más arriesgado: "la mayor importancia de la I + D en relación con los gastos de capital también tiene un efecto permanente en el coeficiente de caja. Debido a la menor tangibilidad de los activos, las oportunidades de inversión en I + D son más costosas de financiar que el capital que se utiliza para gastos externos. En consecuencia, una mayor intensidad de I + D en relación con los gastos de capital exige a las empresas tener una mayor reserva de caja frente a futuros choques que afecten al flujo de caja generado internamente". Así, las empresas tienen que acumular reservas en efectivo como fondo de amortización para cubrir posibles pérdidas en investigación y desarrollo.

Del mismo modo, en un trabajo reciente, Ben Broadbent, del Banco de Inglaterra, ha señalado que las empresas británicas se encontraban en un periodo con grandes obstáculos para la rentabilidad que disuaden la inversión, ya que perciben que es demasiado arriesgada. "Incluso si la crisis se originó en el sistema bancario, ahora hay mayores riesgos para la inversión - un aumento de la probabilidad percibida de muy malos resultados económicos ... .En realidad, muchas de inversiones implican costes a fondo perdido. Grandes proyectos de IED, formación en las empresas, I + D, la adopción de nuevas tecnologías, incluso reorganizaciones administrativas sencillas: cosas que pueden mejorar la productividad, pero que suponen riesgos en sus retornos y que no se pueden revertir fácilmente". Por lo tanto la rentabilidad del capital tiene que ser lo suficientemente alta como para justificar la inversión más arriesgada en alta tecnología y poder asumir una carga de deuda mucho mayor (incluso si los costes de su servicio hoy por hoy son menores). Las empresas no van a pedir más dinero prestado para invertir incluso si los bancos están dispuestos a prestarlo.

La teoría de la crisis de Marx se basa en la idea de que después de una crisis el capital sólo empezará a invertir para aumentar la productividad de la mano de obra si la rentabilidad está aumentando, y a un nivel suficiente. De hecho, las depresiones en la producción deben servir de base para una recuperación de la rentabilidad y la reducción de la carga de la deuda (crédito) acumulada hasta la crisis. Pero en este momento hay miles de pymes muy endeudadas que apenas se mantienen a flote a pesar de las bajas tasas de interés. Tienen una rentabilidad demasiado baja y una deuda demasiado alta. Están obstruyendo el sistema.

La rentabilidad en las principales economías se ha recuperado desde el mínimo registrado en el punto más bajo de la Gran Recesión en 2009. Según la base de datos AMECO de la Comisión Europea, el rendimiento neto del capital es entre 8-30% desde el año 2009 en las principales economías. Pero la recuperación no ha implicado que la rentabilidad haya vuelto a su nivel máximo (2005-7) antes de la gran crisis, oscilando de 0 a cerca de 14%. Y en el Reino Unido y Estados Unidos la rentabilidad está ahora cayendo, de acuerdo con AMECO.



Al mismo tiempo, los niveles de deuda de las empresas siguen siendo altos y crecientes.



Los estrategas más radicales del capital reconocen la solución "adecuada". Al comienzo de la Gran Depresión de la década de 1930, el entonces secretario del Tesoro, Andrew Mellon, advirtió que el mantenimiento zombi del capital "muerto" era un “riesgo moral”. "Liquidar los trabajadores, liquidar las acciones, liquidar los agricultores, liquidar las propiedades inmobiliarias ... se purgará la podredumbre del sistema. La gente trabajará más, vivirá una vida más moral. Los valores serán ajustados, y las personas más emprendedoras sustituirán a las menos emprendedoras".

Para el capital, la "solución" de la “destrucción creativa” en una depresión o crisis sigue ahí. "El principio fundamental del capitalismo, que sostiene que las malas compañías tienen que dejar paso a otras nuevas y mejores, está volviendo a reaparecer" dice Alan Bloom, jefe global de "reestructuración" de la consultora Ernst & Young. Y añade: "muchas empresas europeas están en lento declive y tienen necesidad urgente de una nueva dirección, una estructura de capital revisada o, en el peor de los casos, que se le permita quebrar”.

Con niveles de deuda empresarial más altas que antes de la crisis global y una rentabilidad menor en la mayoría de las economías, las empresas 'zombis' van a tener que ser eliminadas en un nuevo apocalípsis antes de que se consiga mejoras de la rentabilidad y la productividad.